Maisanta El Ultimo Hombre A Caballo
Maisanta El Ultimo Hombre A Caballo
Maisanta El Ultimo Hombre A Caballo
MAISANTA
El ltimo hombre
a caballo
EL AUTOR Y SU OBRA
Comenzamos a interesamos por los trabajos
histricos del doctor Jos Len Tapia cuando lemos su
interesante estudio "Por Aqu Pas Zamora", donde el
gran caudillo federal y dems protagonistas as como
tambin los sucesos narrados, cobran vida al
combinarse el relato histrico en s con la ancdota y
la leyenda. Nuestro inters por el esfuerzo narrativo
de este compatriota aument el saber que preparaba
un ensayo biogrfico sobre un personaje poco conocido
de nuestras guerras civiles ocurridas en los aos del
cambio de siglo y primeras dcadas del actual. Nos
referimos al general Pedro Prez Delgado, natural de
Ospino, conocido popularmente con el apodo de
"Maisanta" por utilizar de continuo al hablar esa
expresin. Siempre hemos credo de la mayor
importancia la investigacin dirigida al estudio de
sucesos y personajes relacionados con la ltima dcada
del siglo pasado y primera mitad del actual porque las
situaciones histricas y polticas que hoy vivimos son,
en mucho, efectos de aquellas causas. Siendo de
observar que lo reciente de ese perodo impide a veces
ver y juzgar con objetividad los hechos y las personas.
DEDICATORIA
A la memoria de mi padre Lus Alfonzo Tapia Encinoso,
amigo ntimo de MAlSANTA, y quien por primera
vez nos habl de sus hazaas.
A los compaeros de MAlSANTA vivos o muertos en el
presente.
A Jos Esteban Ruiz Guevara, periodista, cultor de lo
nuestro y compaero de la bsqueda de MAISANTA
por los caminos del llano.
A don Angel Betancourt Sosa, hombre de fina
sensibilidad social y gran admirador de Maisanta.
A Jos Agustn Catal Delgado, editor de MAlSANTA.
A los hijos y nietos de MAlSANTA.
A todos los que han luchado par un ideal en este pas.
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Orlando Araujo
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ADVERTENCIA
Los personajes principales, las fechas y los
hechos histricos narrados en este libro, son
rigurosamente ciertos. Todo ello ha sido confirmado
por el autor en los pocos documentos que se pueden
conseguir al respecto.
Algunos personajes menores, como el Colmenares
de Sabaneta que muri en El Viento, segn otro
narrador, por ejemplo, no fue all sino en Elorza, la
noche del "asalto de los cochinos" y el que mat
Maisanta en El Viento, se llamaba Ramn Gonzlez.
Igualmente en los sucesos de Sabaneta hay
algunas contradicciones en los nombres, pues la otra
versin es que el Jefe Civil
era el coronel
Secundino Torres y Colmenares lleg enviado por
Prez Soto a buscar el prisionero, y el hombre que
descubri el asesinato en los canales del ro se
llamaba Cndido Tapia y no Cndido Daz.
Son variaciones en detalles pero no en el hecho en
s, como sucede casi siempre con la tradicin popular.
Igualmente nos pas con el Macias de Ospino,
nombre que no pudimos confirmar en otras versiones.
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MAISANTA
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INTRODUCCIN
Se nos ha ocurrido conversar con la gente y
recoger leyendas, ancdotas o relatos de testigos
presnciales o referenciales de las cosas que han
pasado en la tierra barinesa.
Nos vamos a veces por los caminos de Harinas a
conversar con la vieja gente y all hemos encontrado un
filn de tradicin popular.
Como les gusta contar historias que bullen en su
mente; y que si no se recogen ahora, se perdern
irremisiblemente, se irn con la existencia misma de
quien las cuenta.
As lo hicimos una vez, cuando recopilamos
versiones populares acerca del general Zamora. Y as
lo hemos hecho ahora con "Maisanta.
Son muchos los hombres que conocieron a
"Maisanta" y an viven ya ancianos en los cuatro puntos
cardinales de Barinas y Apure.
Es interesante observar la alegra en su cara,
cuando les alborotamos los recuerdos. Y cabe
preguntamos qu se habr hecho todo ese caudal de
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I
VIVA EL MOCHO HERNANDEZ!
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el
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le
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II
ESE MUERTO ES JOAQUIN CRESPO
Mucho despus llegaron las elecciones.
La plaza de Tinaquillo fue un torbellino de gente
buscando las urnas.
Campesinos de todas partes entraban por las
cuatro esquinas y comenzaban a pedir las boletas. Pero
los Jefes Civiles de los pueblos les repartan slo la de
Ignacio Andrade, el candidato de Crespo, y las del
Mocho Hernndez no aparecan por ninguna parte.
Un negrito carabobeo trat de protestar en
alta voz y le cay una peinilla de plano en la espalda
dejndole un rojo y largo camino al rezumar la sangre
que le empapaba la camisa.
-Coge tu Mocho -le dijo el soldado cuando
levantaba el machete.
Mientras Pedro Prez aprovechaba para vocear
las empanadas.
-A cobre, a cobre -y le volaban de la bandeja.
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Acosta.
-Porque yo lo conoc en Valencia cuando cargaba
por la calle acompaado del Albino, el mismo que ahora
lo recogi, mi general.
Se fueron yendo en desorden, cubiertos por la
caballera de Loreto Lima, cabalgando a la defensiva
con sus carabinas ligeras.
Cuando se acercaban a Acarigua oy
conversando a los generales de que a las primeras de
cambio haban matado a un jefe grande, pero no saban
quin era.
-Era el general Crespo -les dijo Prez Delgado.
Se voltearon todos incrdulos hacia el catire altanero.
Cmo carajo lo sabes? -le pregunt el general
Acosta.
-Porque yo lo conoc en Valencia cuando cargaba
por la calle acompaado del Albino, el mismo que ahora
lo recogi, mi general.
Se quedaron silenciosos y atnitos los jefes y se
retir, callado el teniente.
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III
COMO ES ESO DE REVOLUCIN?
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huyendo.
-Mai Santa!, que hasta ahora no he ganado una
batalla y el nico recuerdo que traje es este
machetazo en la cara. Me lo dio un negro barloventeo
cuando en La Victoria le ca a una trinchera a tiro
limpio con la izquierda y a lanza limpia con la derecha.
Maisanta!, de vaina no me mat, bachi Cordero, dur
un mes para curarme-y se acariciaba con la mano en la
mejilla izquierda, el costurn largo y rojo que le dej
el filo del machete, rindose festivo como si fuera un
araazo de mujer celosa.
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IV
HOMBRE DE A CABALLO
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V
PAREN ESA MUSICA!
Isilio Febres Cordero, de los Febres Cordero de
la Independencia, los mismos que se fueron a Mrida
cuando pas Ezequiel Zamora en la Guerra Federal,
haba sido furriel del general Len de Febres Cordero
en la batalla de Copl.
Viva en Barinas reaccion contra Castro
durante la guerra Libertadora. Por eso cuando Juan
Vicente Gmez se cogi la Presidencia, a Febres
Cordero lo llamaron de Caracas en el trmino de la
distancia.
Le quit prestado un caballo gordo a su amigo
Diego Ramrez y esa misma tarde se fue para regresar
dos meses despus como Presidente del Estado
Zamora.
Lo recibieron vestidos de negro todos los
notables del pueblo, alineados como zamuros en el
puente de la entrada.
Despus comenz a mandar con sus mtodos
patriarcales. Su carcter de hombre serio y sus rasgos
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VI
MIEL EN TAPARAS
Se acercaba el ao 14 cuando las cosas
comenzaron a ponerse feas.
En el pueblo de Sabaneta viva un hombre que
hablaba mucho y se llamaba Maurielo. Era rubio y
pronunciaba un espaol muy claro aunque con acento
italiano y su conversacin era culta y agradable.
Como a Prez Delgado le gustaba reunirse con
gente que contara cosas nuevas, se haba hecho amigo
del italiano, quien traa de Europa las ideas modernas.
Maurielo fue su amigo casi inseparable. Pero los
gestos desenfadados del italiano y la franqueza de las
expresiones, le fueron poniendo mal con el jefe civil
gomecista, quien sospechaba de todo aquel que no era
como l bruto y alfabeto.
Era un coronel pelo parado llamado Jos Antonio
Colmenares, que administraba la justicia y tambin la
renta del pueblo para mantener sus gallos finos.
Un domingo en la gallera, tuvo una discusin con
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gallera.
Cuando el da declinaba pasadas ya las cinco, se
encontraron a un hombre alto y flaco, con un burro
cargado de taparas, que apareci en un recodo del
camino.
-Compaero, qu lleva ah? -pregunt Prez
Delgado. -Miel para la venta, seor.
-Ha pasado por la gallera, compaero?
-S, all vend dos taparas.
Se escondi Daz detrs de un rbol hasta que
se perdieron en la ribera opuesta, pero como oy a lo
lejos unos gritos que sonaban como lamentos
desesperados, esper casi tres horas hasta que se
atrevi a pasar el ro y revisar los caaverales, donde
encontr la tierra fresca de una tumba recin cavada y
las caas bravas, an con sangre, del hombre que
haban matado a puro filo de machete.
A los tres das regres Colmenares diciendo que
haba entregado el preso a la crcel de Guanare y
aunque nadie lo crey, ninguno se atrevi tampoco a
comprobar lo que haba contado Cndido Daz en
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susurros maliciosos.
Prez Delgado en La Marquesea con rabia y
tristeza supo la noticia y desde ese da no volvi ms
Sabaneta, pero nunca perdi la idea de vengar a su
amigo.
En las noches oscuras se deslizaba silencioso
hasta el solar de la casa donde su hermana Petra
Prez, que entonces se haba mudado de Ospino, sala
en la madrugada para informarle de las cosas.
Por ella supo que el sbado temprano saldra el
coronel Colmenares a jugar una pelea de gallos en el
camino de Mijagual y que lo acompaaran los negros
que no lo abandonaban nunca y l llamaba los toecos
para burla de los pobladores.
Arm a Ramn Moreno, su criado y caporal de
sabana, y los dos se fueron a caballo por el rumbo de la
gallera.
Cuando el da declinaba pasadas ya las cinco, se
encontraron a un hombre alto y flaco, con un burro
cargado de taparas, que apareci en un recodo del
camino.
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Los jefes del Yopito. En la foto aparecen, de pie: Gral. Maximiliano Sosa
(izquierda) y Gral. Alfredo Franco a la derecha
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VII
SOLAMENTE REVOLUCIONARIO
Mientras esto estaba pasando, sali el vapor
"Masparro" de San Fernando de Apure y en l iba
Pedro Prez Delgado con las ganas retozndole de
ayudar a su compaero. Y cuando el barco pit dos
veces en la vuelta de La Catira, donde desemboca el
Portuguesa en el ro Apure, ya iba alzado para unirse a
la Revolucin.
-Aunque esta revolucin del carajo no logra
unificarla nadie, pues todos los jefes quieren mandar y
a ninguno reconocen por completo -le deca al Mocho
Payara, que se haba embarcado con l y era su hombre
de confianza.
-Esa es la vaina, mi capitn, mientras el gobierno
cumple una sola orden, nosotros no nos ponemos de
acuerdo.- Por un lado Franco, que es nacionalista, y por
otro. "Cuello de Pana" con sus liberales amarillos y as
cada quien sin lograr un entendimiento.
-Y usted qu vaina es, mi capitn?
-Yo no soy nada de eso. Mocho Payara, yo slo
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Ciudad de Nutrias, por esta calle larga de casas Blancas entr Maisanta
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Ciudad de Nutrias inundada con sus calles de aguas azules. Las casas eran
construidas sobre pilotes y el agua les lavaba las tablas del piso
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-Esta vieja me la paga aunque sea con un susto se dijo el Mocho Payara cuando la vio de lejos en la
puerta de la posada.
-Doa Petra, ya pas la pelea y ahora tenemos
hambre, hganos un sancocho -le grit.
-De qu te vaya hacer sancocho Mocho Payara,
si aqu se acabaron las gallinas, comers muerto,
Mocho Payara -le contest la vieja con insolencia.
Enfurecido el hombre, se volte para la calle y
abrindole un ojal en la oreja a uno de los muertos del
gobierno, le dijo a un soldado: -tngame aqu -y con su
nico brazo dej caer el machete cercenndole la
cabeza al cadver.
Guard el sable destilante dentro de la funda en
su cintura, agarr la cabeza que colgaba por el ojal en
la mano del sorprendido soldado, se meti en la cocina
de su enemiga y dejndosela en el fogn le grit con
sorna:
-Si quieres hacerlo de muerto, aqu tienes la
cabeza -y sali de la casa pasndole por un lado a la
vieja Petra Julia que se debata en convulsiones de
terror y asco.
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VIII
UNA CALMA INQUIETANTE
En Barinas todo era soledad.
Don Isilio en su despacho encortinado de
terciopelo rojo, esperaba las noticias en la vieja casa
de gobierno.
A su alrededor, callados y nerviosos estaban los
empleados del ejecutivo.
Sentados en sillones de mimbre desesperaban el
tedio y el calor atosigante.
En este pueblo triste nunca pasaba nada y la
gente se entretena contando las consejas de siempre
en la tertulia provinciana.
Anoche vieron una luz azulosa en las ruinas del
palacio del marqus. Y entonces amanecan los
buscadores de tesoros hoyando a punta de barreton la
plata enterrada.
Otros, oan la carreta de los corrientes de la
ltima epidemia, traqueando a golpe de las 12 sobre las
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calles empedradas.
Un cazador de chcharos se encontr con el amo
del monte, un viejo largo y seco con el pantaln rado y
un bonetico rojo, arriando una manada de dantas para
los pozos del ro.
Una vez entraron en el mes de marzo y a pleno
sol de las 2 de la tarde, centenares de vquiros
salvajes, arremetiendo contra todo lo que vean.
Mordieron gente, burros, acabaron con un yucal
y uno sali de la iglesia con la casulla del cura en la
boca. Eso fue cuando la gran sequa que acab el pan en
el llano, marchitando las sementeras.
Los enamorados furtivos en las noches oscuras
saltaban por los zaguanes en busca de amores
escondidos.
Y las serenatas de los sbados, con brindis de
ponche y ron, en las salas de las casas con la luz
mortecina de los candiles de sebo.
Si no se hablaba de estas cosas, se tenia que
hablar de poltica, o del programa para el da de San
Juan, cuando paseaban hasta la plaza Bolvar el enorme
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IX
LA LUMBRE DE LOS MACHETES
All lejos, Maisanta, ante la situacin creada de
que Franco estaba derrotado y se quedaba sin apoyo
en el Apure, en una de las enormes vueltas del ro,
donde el agua clara de un cao se confunde con el agua
azulosa del ro, en una resaca escondido entre
guamales frondosos, meti de proa el vapor y botando
la rueda del timn en la profundidad del pozo le dijo a
la gente:
-Pie a tierra.
-Nos vamos en lnea recta para salir a Elorza
donde hay tropas acuarteladas, las asaltaremos por
sorpresa y conseguiremos informacin;
-El coronel Ojeda se queda con los suyos en
Santa Catalina y nosotros nos vamos en los caballos.
Montaron cincuenta hombres en cincuenta
caballos que Ojeda les tena listos en un, claro de
sabana y se perdieron en lontananza.
Tres das despus llegaban a Puerto de Nutrias
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adelante
seor
-brinc
Payara
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Eran 80 hombres al mando del coronel Jos Colmenares y del
clebre "Sute" Mrquez, oficiales de Prez Soto. Los dos murieron en el
asalto.
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X
VELORIO CON MUERTO AJENO
Despus pas Prez Delgado a El Viento con 50
hombres de escolta y sus caballos despeados de tanto
correr sabanas - y terronales resecos del fondo de los
esteros.
La fama de lo de Nutrias y el asalto de los
cochinos le fue creando una aureola de jefe grande. En
El Viento estaban los derrotados del Yopito.
El Viento era un pueblo largo de calles de arena
fina y casas de palma blanca, bien alineadas a cuerda.
Lo nico que lo diferenciaba de los otros
pueblos del llano era la fila de maporas que marcaban
la raya por el medio de la calle real, separando a
Venezuela de Colombia. All El Viento. Del lado de ac
Elorza y la llanura.
-T puedes tener una casa en los dos lados y
pasas una noche en Colombia y otra en Venezuela'
segn te convenga. O una casa con la cocina en
Venezuela y el dormitorio en Colombia, para estar ms
seguro.
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remontando el ro Arauca.
Le cubra el cuerpo una manta de rayas azules
que ocultaba sus manos y el rev61ver en la cintura.
En la canoa, adelante el palanquero y detrs un
hombre gordo, pelo liso, bigote grande, ojos rasgados
y boca gruesa.
-Mai Santa, Mocho Payara!, tal como te lo
describieron, ese es Colmenares; pero carajo!, es el
mismo de Sabaneta.
-S, es ese; mrale la pinta de guate que tiene
contest Payara, tan asombrado como su jefe.
Cuando atrac la canoa y el hombre vena
caminando por el largo sendero de su fondo para salir
por la proa, desde el alto del barranco le grit Prez
Delgado:
-Conque t eres Colmenares? Por qu carajo
no te moriste?
Y Colmenares le contest6:
-Para servirle, seor; porque ahora el muerto
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ser otro.
-Aqu te estoy esperando; las noticias corren
con el viento. Vamos a salir de una vez de este apuro
porque a Pedro Prez el guarapo no se le enfra.
Se manote el revlver Jos Antonio
Colmenares pero no haba puesto la mano en la cacha
de ncar que le asomaba en la pretina cuando ya Prez
Delgado le haba metido un balazo en el medio del
pecho.
Se dej caer despacio Colmenares por el borde
de la canoa y se fue yendo lentamente en la
profundidad verdosa de las aguas del Arauca.
Desde la cima del barranco, con el revlver en
alto, lo mir deslizarse Pedro Prez Delgado y como
pasaba el tiempo y no se vean burbujas en la
superficie del remanso, le grit al Mocho Payara:
Mai Santa!, con uno fue suficiente; no se le ve ni
el resuello. En la noche, como a las nueve, mientras se
paseaba por El Viento, le dijo a sus compaeros:
-Ah, carajo, no lo recordaba. Yo tengo un velorio
en Venezuela. Vamos a pasar las maporas para visitar
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al muerto.
Y esa noche fue de brandy, caf y parranda en
el lado venezolano donde su fama y el temor mantenan
el equilibrio en el velorio de Colmenares.
En la madrugada, con los gallos, pas la voz a los
suyos:
-Vmonos, muchachos, pues ya viene el da; no
vayan a recordar las cosas y quieran hacernos presos.
-Ni de all ni de ac, mi general. Maracay est
muy lejos y lo mismo Bogot -le dijo, como si se
justificara, el Comisario del pueblo, que tambin
asista al velorio.
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XI
LOS MATADORES DE GARZAS
Arauca, un pueblo llanero de calles anchas
extendidas en el recodo del ro.
Era el centro de los exilados de Venezuela y de
los aventureros de Colombia. Puros hombres de ambas
naciones, viviendo entre la hermandad de la guerra, las
persecuciones y el trabajo ganadero.
Un da comenz en el mundo el furor de la pluma
de garza.
Las mujeres de Europa, los modistas de Pars, la
codiciaban para adornos y la codicia se vino al llano
donde viven las garzas. Un quintal de plumas vala una
fortuna y la fortuna estaba en los garceros.
Esta noche asaltaremos la laguna de Los Borales,
dijo Humberto Gmez, un coronel bogotano, blanco,
nariz ganchuda y oficial liberal de Uribe-Uribe en la
guerra de los mil das.
Cuando clareaba la madrugada con el lucero
becerrero que alumbra los ordeadores, los hombres
de Humberto Gmez, pintadas las caras de negro con
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testigos.
Pero el coronel Humberto tena planes mayores
y por eso los dej vivos.
-A caballo y para Arauca -orden con voz ronca.
Se lavaron el carbn de la cara en las aguas
rosadas por la sangre de las garzas y a las 5 de la
tarde entraba la cabalgata a la plaza principal de
Arauca.
-Prisioneros del Norte -anunci el coronel
Gmez, echando los presos por delante al llegar a la
puerta del cuartel.
Cuando el oficial de guardia, sable en mano, se
le acerc intrigado, le parti la cabeza con el machete
que portaba. Fueron dos tajos en cruz sangrante,
sobre la nuca del hombre.
Al mismo tiempo sus compaeros escudndose
con los presos amarrados, rebasaban la guardia
abrindose paso hacia el patio blanco.
Tomaron el cuartel en media hora y cuando un
silencio de muerte se aposentaba en el enorme patio
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XII
ARGUCIAS DEL PRISIONERO
Por estos tiempos el general Prez Soto,
gobernador de Apure, mand una "sagrada" de 90
hombres, con rdenes de pasar a Colombia y matar a
Maisanta.
Bajo las rdenes de Flix Antonio Delgado y
Jess Canelones, recibieron la inspeccin del general
en el palacio fonsequero.
-Un revlver y 1.000 bolvares para cada uno fue la promesa- adems de 25.000 bolvares para el
matador.
-Tengan cuidado que Maisanta es como el
morrocoy: lo difcil es encontrado -les aconsej al
final.
El coronel colombiano Lessman les dio paso en la
frontera y ese da asaltaron a Maisanta, matndole a
Quinterito, un sobrino suyo, adems de otros de sus
mejores hombres.
Prez Delgado se veng de Lessman tendindole
una emboscada a las fuerzas de lnea que cargaba y
dijo ese da previendo lo que vena:
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3 En el Boletn del Archivo Histrico de Mraflores n 73 julio agosto 1972, pgina 231, E.
Gil Borges, le informa a Juan Vicente Gmez que el Ministerio del Exterior recibi de Colombia una
comunicacin participndole estos acontecimientos. Tiene fecha de un 31 de marzo de 1919.
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XIII
PATRIA Y REVOLUCION!
Alfredo Franco se exil en Colombia y fund
all el hato de Los Orejanos, cerca de Cravo Norte,
donde los ganados eran baratos y las vacas paran
bastante.
Su casa era el refugio de los exilados
venezolanos. Al poco tiempo tuvo prestigio en toda
la regin colombiana, por la honestidad de su
proceder y la gallarda de su figura.
Desde 1914 hasta 1921 foment la hacienda,
recogiendo fondos para su idea fija: otra invasin a
Venezuela.
En Los Orejanos vivi un tiempo Prez Delgado
como caporal de Sabana alegrando las madrugadas
con su canto de ordeador.
Recoga las madrinas, capaba los toros y
enviaba los novillos para Bogot donde los venda el
general Franco y adquira crditos pecuarios.
Una tarde sali el caporal temprano con el sol
de los venados al escuchar un bramido lejano en la
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XIV
EMILIO AREVALO CEDEO
El general Prez Delgado, con correspondencia
urgente y la representacin personal del general
Alfredo Franco en esta reunin -dijo el Americano a
manera de saludo.
-El gusto es mo, general -le dijo el doctor Pars
con fina amabilidad.
Entonces, con gestos lentos, comenz a abrir el
sobre. Despus ley en voz alta las recomendaciones
del comit en el extranjero, pidindole a todos los
jefes que pusieran a la orden del general Emilio
Arvalo Cedeo hombres y provisiones, para atacar a
Ro Negro, territorio donde era seor y dueo el
coronel Toms Funes.
En los mismos comienzos se fue agriando la
discusin, pues el general Julio Olvar dijo con voz
tajante:
-Yo no me sublev en Guasdualito pasndome a
ustedes con las armas y las municiones; y he pasado
aos de penuria en esta soledad para entregar todo mi
armamento cumpliendo una orden, menos voy a
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XV
EL SABOR ROJO DE LA GUERRA
Con Maisanta se fue su antiguo amigo Andrs
Hernndez, quien siempre andaba con l de Secretario
y ayudante, pero cuando estaban en la indiera,
Hernndez comenz a ponerse nervioso.
-Qu hacemos aqu mi general? Yo no soporto
este olor a indio. No le parece que hubiera sido mejor
irnos todos para el Amazonas?
.-No me parece Andrs, yo no me entiendo con
ese hombrecito, que quiere jefiarlo a uno, con tanto
aire de insolencia.
-Pero por la conveniencia de la guerra seor,
debemos unirnos y olvidar rencillas personales.
Es la nica forma de unificar un gran ejrcito
para tumbar a Gmez -insista el joven.
-Mira Andrecito, devulvete t que yo no me
molesto -le dijo Prez Delgado.
-Si t tienes esa conviccin, todava hay tiempo,
ellos estn cargando las canoas justamente - en Monte
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yo
recapacit
vengo
para
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escuchaba
las
Arvalo
Rudecindo
Mrquez
comenz
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XVI
SENTENCIA DE MUERTE PARA FUNES
Desde la confluencia con el Cravo, por el
Casanare y luego ro Meta abajo, se fueron las canoas
para remontar despus el Orinoco. Cuatro bogas en
cada una, oyndose en la distancia el bum-bum-bum
como un inmenso tambor de agua golpeado por los
remos a ritmo acompasado.
Un mes duraron en la travesa acampando en los
playones, comiendo carne salada, maoco de yuca brava
y topocho tierno, nica provisin que llevaban.
A veces pescaban bagres, bocachicos o
cachamas con las tarrayas de los apureos, otras veces
arponeaban en la oscuridad de los pozos profundos o
cazaban en las riberas de la selva tramada, paujils o
dantas salvajes.
Y segua la monotona del camino. Adelante los
palanqueros con callos en los hombros de tanto afincar
la palanca y detrs los canaletes dndole el rumbo a las
canoas.
Cuando pasaban por un pueblo lo hacan a media
noche, todos silenciosos y acostados en el fondo de la
embarcacin, usando las palancas de vez en cuando sin
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todo y casa.
Cuando Funes vio que tenan razn, grit desde
adentro en tono conciliador:
-Espere general Arvalo le vaya mandar un
oficial!
Al rato sali un hombre, portando en la mano un
palo largo, en cuya punta, tremolaba la bandera blanca
del parlamento.
Lo recibi "Cuello de Pana" en el medio de la
calle conducindolo hasta la plaza donde lo escucharon
en crculo.
-Esta es la proposicin de mi coronel -dijo el
hombre a quien no se le notaba el temor en la cara-. Si
'respetan la vida de l y los oficiales, les entrega el
parque, el dinero y todos los depsitos de balat que
estn dentro. Si no aceptan la capitulacin,
resistiremos hasta morir y quemen la casa, pero todo
se quemar con ella.
Deliberaron largo rato hasta que aceptaron el
pacto y entonces Emilio Arvalo conferenci con
Toms Funes y suspendieron los fuegos.
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mo.
4 Luciano Lpez estaba en comisin fuera de San Fernando cuando asaltaron el pueblo. Musi
levanti, compadre suyo y amigo de Funes, se ofreci para buscarlo despus de la capitulacin.
Cuando lleg con el se haba roto el pacto y Luciano Lpez fue para la crcel.
Das antes Luciano Lpez haba encontrado gente extraa cerca de la Pica del Titi. Era la
vanguardia de la revolucin, pero como se retiraron apresuradamente crey que eran
merodeadores sin importancia y as se lo dijo a Toms Funes.
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moralidad pblica.
El Jefe de las Fuerzas, (f.) E. AREVALO CEDEO; el Segundo Jefe, (f.) Luis F.
Hernndez; (f.) e! Jefe de Estado Mayor Generar, (f.) Fermn Toro; el Sub-Jefe
de Estado Mayor General, (f) Asisclo Ramrez; (f.) Marcial Azuaje c.; (f.)
Francisco Teodoro Rodrguez c.; (f.) R. Arria Ruiz; (f.) Napolen Manuitt; (f.)
Cornelio Olivares; (f.) Lino H. Luzarde; (f.) Pedro Cachutt; (f.) Isaas Bello; (l.) A.
J. Delgado Gmez; (f.) Francisco Melin Rojas; (f.) R. Ballesteros Silva; (f.)
Alejandro Pacheco; (f.) Bernardo .S. Vallinete; (f) Polidoro Cuervo; (f.) E. Apunte
H.; (f.) Marcos Porras; (f.) A. Riobueno Ruiz; Miguel Mirabal A.; (f.) Julio Delgado;
(f.) Manuel M. Mirabal Yanabe; (f.) Carlos A. Rubio R.; (f.) Cincinato Larralde; (f.)
Angel Domingo Ojeda; (f.) Sixto Perico; (f.) Benjamn Colmenares.
SAN FERNANDO DE ATABAPO, 27 de enero de 1921 Seor General
AlFREDO FRANCO
Sus manos.
Estimado amigo:
En mi propio nombre y en e! de todos mis compaeros de armas le doy mi ms
cordial abrazo de felicitacin porque ya hemos libertado al Territorio Federal
Amazonas.
No puedo escribirle ms largo por el momento. Impngase de la carta
que hoy le escribo al doctor Pars y que es tambin para usted.
Dmele un abrazo al amigo Pedro Machado y que se imponga de todo esto
con gran placer, lo mismo todos los buenos amigos de esa frontera.
Haga que mi Alocucin se publique lo ms extensamente posible.
Lo abraza su amigo afectsimo,
E. AREVALO CEDEO
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XVII
BRUJERIAS CON PIAPOCO
Durante el tiempo que pas Arvalo en San
Fernando de Atabapo, se fue acomodando en la indiera
"Maisanta" Prez Delgado.
Colgaba su hamaca en una enramada con catorce
compaeros ms. El capitn de los indios les daba
muestras de aprecio, y tambin de miedo por las armas
de fuego que no lo desamparaban.
A los das se fueron los otros a las sabanas de
Las Margaritas y se qued el Americano acompaado
por el Mocho Payara.
-Vyanse tranquilos muchachos que cuando
llegue la hora les avisar con Payara y el sitio de
reunin ser la Mata de las Palmeras. Esperare mas, a
ver que pasa con los que se fueron a Ro Negro -les
dijo como despedida. Mientras tanto yo me quedo aqu,
con esta indiada esperando los acontecimientos.
Un da estando acostado en el chinchorro con la
vista fija en la distancia, se le acerc el cacique de la
tribu.
-Blanco triste porque no tiene guerra, blanco no
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XVIII
EL TUERTO VARGAS
En el amplio saln del hato Las Margaritas,
estaban dos hombres: uno alto, delgado, moreno, con la
piel quemada de sol y un ojo blanco y sin visin: el
doctor Roberto Vargas, a quien le decan "el tuerto".
El otro, blanco, delgado, pequeo, cerrado de
barba y afeitado al rap, ojos negros brillantes y pelo
liso peinado hacia atrs: el Dr. Carmelo Pars.
Los
dos
eran
universitarios
y
jefes
revolucionarios y los dos con el mximo ttulo de la
poca: doctor y general. As encontr de nuevo Pedro
Prez Delgado a quienes eran los jefes de la
Revolucin.
Carmelo Pars era un mdico de Maracaibo, con
veintids hatos en Colombia vendidos todos, para el
gasto, de la guerra.
Roberto Vargas, un ingeniero de Parapara de
Ortiz, haba dado tambin todo lo suyo y segua en el
exilio con el antojo tendido hacia la patria.
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XIX
UNA PLAZA SEMBRADA DE BUCARES
A sabiendas de que se reuniran con Arvalo
Cedeo, invadieron a Venezuela y comenzaron a
concentrarse en Caicara con el ejrcito triunfador de
Ro Negro. 8
En junio de 1921, estaban todos en ese pueblo
con calles rectas de polvo blanco como la cal. Se
juntaron en su totalidad con la tropa de Arvalo
Cedeo, que regresaba con fusiles nuevos, municiones y
dinero de los depsitos de Toms Funes. Las fajas en
la cintura de los oficiales estaban repletas de
morocotas.
All estaban los jefes revolucionarios doctores
Roberto Vargas y Carmelo Pars.
Esa tarde se saludaron de nuevo y tambin se
pusieron de acuerdo Emilio Arvalo y Pedro Prez
Delgado.
-Ir con usted, general, en el destino que me
ordene el Estado Mayor.
8 Antes se haban entrevistado con Arvalo en Puerto Carreo, Roberto Vargas, Carmelo Pars y
Pedro Prez Delgado, segn se deduce en la pgina 127 del Libro de Mis Luchas, de Emilio Arvalo,
editado en Caracas, Tipografa Americana, ao 1936.
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10 Roberto Vargas se defiende de estas sospechas en su contra en una carta pblica para los
otros jefes, que aparece en el Boletn del Archivo Histrico de Mraflores, pgina 218, volumen
33, ao 1964. En ella dice que orden detener los fuegos porque eran las 3 de la tarde y la
noche cercana hubiera impedido la persecucin al derrotar al enemigo. Adems los pertrechos
que eran trados en carretas de bueyes pesadas y lentas haban tardado en llegar corrindose
e! peligro de quedar sin balas en e! medio de! combate. Esta carta muestra el estado de
descomposicin del mando revolucionario por las intrigas entre los propios jefes.
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XX
SOLO VEINTIDOS HOMBRES
SILENCIOSOS
Se insultaron entre las descargas de fusilera
hasta la tarde temprano cuando comenzaron a izar en
el balastre, de la ventana del cuartel, una bandera
blanca que fue recibida con gritos de alegra.
Se hizo un silencio profundo en todas las calles
del pueblo, las puertas cerradas de las casas
comenzaron a entreabrirse chirreantes y caras
asustadas se asomaron por precaucin.
Dos viejas arrastraron por un solar el cuerpo
sangrante del doctor Ricardo Arria Ruiz. A travesaron
un topochal umbroso y lo metieron en un corredor.
Dos hombres se llevaron en silla de mano a
"Quijada de Plata" muy herido y lo acostaron en una
cama de catre cuyo fondo de lona blanca se manch de
rojo encendido.
En las calles y perturbando el silencio slo se
oan los lamentos de los heridos:
Ay mi madre, agua, agua por el amor de Dios!
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esa
tarde
leguas
leguas
sin
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XXI
LA MORDIDA DE LA CULEBRA
A los dos das lleg el doctor Hernn Febres
Cordero, gobernador de Apure, con las fuerzas del
gobierno y por travesa apareci Vincencio Prez Soto
con el Batalln "La Flor del Orinoco" y quien haba
pasado de la Gobernacin de Apure a la de Bolvar.
Vincencio Prez Soto era una mezcla de hombre
de accin con gestos caballerescos y cierta inclinacin
a la cultura.
Cuando estaba en San Fernando cultivaba la
poesa.
En los salones del hotel D'Anelo se reuna con
los poetas y recitaba entre los brindis.
Diego Crdoba, Leonte Olivo, el poeta Muoz, el
poeta Trujillo y muchos ms asistan, a su tertulia. Una
tarde se incorpor un joven flaco y plido que se
llamaba Andrs Eloy Blanco y quien tena la ciudad
como crcel por ser rebelde contra Gmez.
A pesar de esto, Prez Soto lo invitaba y en las
noches de luna clara daban serenatas en San Fernando.
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12 El jefe superior de esta invasin era el doctor y general Carmelo Pars. Andaba tambin el
general Fermn Toro. Parra Pacheco era el alma y el tctico en el ataque, recomendando siempre
su clebre consejo de viejo guerrillero: "No
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se dejen matar intilmente. Cuando estn copados retrense a tiempo para encontrarse
despus en un sitio previamente seleccionado. Prisioneros para La Rotunda, nunca!
Esta invasin fue liquidada despus de la retirada de Nutrias en la derrota de Los Galpagos en
tierras del Gurico.
Pars cay prisionero en Oriente.
Toro capitul ante e! general Teodoro Velzquez en Manapire. El capitn Fide! Betancourt
sigui los consejos de Parra Pacheco y se escap una noche. "A La Rotunda, nunca!", repite el
viejo capitn cuando termina su narracin.
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13 Esto le vali al general Carlos Jordn Falcn la reivindicacin ante el general Gmez. Desde
.la derrota en Nutrias estaba retirado en su hato. Al saberse el ataque recibi rdenes de
incorporarse al ejrcito del gobierno, con la jerarqua de su rango. Jordn y el general Slvano
de Jess Uzctegui eran los jefes del coronel Crespo, cuando ste hizo prisionero al general
"Francisco Parra Pacheco.
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14 El amigo Enrique Medina Febres, nieto del general Isilio Febres Cordero, Presidente de
Barinas para la poca, nos afirma que Parra Pacheco no muri en Barinas. Sobrevivi a la
crcel y muri despus en Caracas donde l lo conoci. Adems da fe de que por su
ancianidad fue tratado con toda consideracin durante su prisin.
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XXII
CARIBE PECHO COLORADO
De San Fernando de Apure lo enviaron a Ciudad
Bolvar.
Viaj el preso con fuerte escolta en el vapor
"Amparo"'- un barquito casi igual al "Masparro", en el
que asalt a Puerto de Nutrias."
Por la ventana del camarote vea chapalear la
gran rueda que al moverse en el agua, haca avanzar la
embarcacin y pasaban fugaces los inmensos paisajes
de sus hazaas en donde dej la leyenda. Nunca ms
los volvera a ver.
Cuando desembarc en Ciudad Bolvar y mir el
malecn vio al general Vincencio Prez Soto
esperndolo impaciente.
Conociendo Prez Delgado la fama de su enemigo
estir el cuerpo con altivez y le dijo desde lejos:
-"!Maisanta"!, me cogi el catarro sin pauelo.
15 Fue un 6 de junio de 1922, segn telegrama fechado ese da, de Hernn Febres Cordero,
para Juan Vicente Gmez, donde le participaba el hecho. (Boletn Archivo, Histrico de Miraflores, pg23, nm. 60, junio 1969).
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XXIII
CARCEL DE NOCHE NEGRA
Se debata en el calor pegajoso y salado del
calabozo.
El sudor se le confunda con la ptina salobre de
las paredes de calicanto mezcladas con sal.
La oscuridad, partida por un rayo de luz redondo
que se filtraba a travs de la claraboya, dejaba
entrever el cuerpo largo del hombre, tendido y
vertical a la barra negra de los grillos que lo fijaban a
la tierra.
El sopor se le acrecentaba con la fiebre que lo
quemaba y la sed tremenda, apergaminndole la boca.
La lengua larga y seca, como de culebra brava,
sala de vez en cuando y lama los labios partidos.
La cara larga y afilada como un cuchillo, el pecho
hundido y el abdomen abombado sobre unas piernas
delgadas donde la piel dibujaba los huesos.
Le bailaban los tobillos en el arco de los grillos.
En el piso enladrillado, estaba reluciente y
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16 Para 1909 Apure era un Estado autnomo. El candidato de ms opcin para ganar las
elecciones a Presidente de Estado era el general Ignacio Avendao. Cuando Gmez tom. el
poder de la Repblica nombr al general y doctor Jos de Jess Gabaldn, Presidente de
Apure, quien se present con un batalln y acab con las elecciones. Uno de los alzados fue
Valentn Prez, quien pas la frontera colombiana y muri en la batalla de los Corrales de Guasdualito.
"Diriga la pelea con un chaparrito en la mano, como si fuera Director de orquesta", nos cont
Hilarin Larrarte, quien "cargaba el tubo de latn con la correspondencia de la revolucin,
colgado en el pescuezo", segn sus propias palabras. Ese da muri tambin el coronel Pedro
Len Arroyo, segundo en el comando de las fuerzas del gobierno.
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despus
mora
"Maisanta"
Prez
17 Pedro Prez Delgado segn nuestras indagaciones naci en Ospino en 1875. A los seis aos lo
mandaron a estudiar al Estado Lara. . A los diecisis aos se incorpor a la guerra. Muri en el
Castillo Libertador en el ao 1929, siendo comandante del mismo el general Dvila.
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MAISANTA
(Corrido de caballera)
Al maestro Antonio Jos Sotillo.
Unos lo llaman "Mai Santa"
y otros El Americano".
Americano lo mientan
porque es buenmozo y catire:
entre bayo y alazano.
Sali de La Chiricoa
con cuarenta de a caballo,
rumbeando hacia Menoreo
va Pedro Prez Delgado.
En fila india, por la oscura sabana,
meciendo el ro en chinchorros de canta,
va la guerrilla revolucionaria.
Con el cogollo, la manta;
cobija con pelo e guama,
cuarenta y cinco y canana.
Nube de tabaco y nube,
relincho y susto de garza.
madrugadita de leche
bajo la noche ordeada.
Llanero alzado, ronda de riesgo velante,
fila india, caballera lenta y larga,
tajo vivo y negro,
dimetro de dolor en la circunferencia de la sabana.
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la valenciana al Callao,
la limea a Borburata.
Del Per pidieron cambio
pero Virgen no se cambia.
Y lleg el siglo diez y ocho
y lleg la falta de agua.
Valencia tena sed
y los cerros eran ascuas.
Antonio Diez Madroero,
el Obispo de Caracas,
lleg con todas sus gentes
al cerro de Guacamaya.
-Hazme una nube! -le dijoMadre de Dios, Madre Santa!
Y de los pies del Obispo
se zaf una cinta de agua.
Cayeron en Periquera
los hijos de la sabana;
muri Rosario Pabn,
all va Quij de Plata;
va de raspa y escotera
la gente de Cuello e Pana;
con Arvalo Cedeo
los llanos cierran la marcha
y en un caballito ciego,
ciego casi, el Tuerto Vargas.
Cayeron en San Fernando
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GLOSARIO
ALEBRESTARSE: Ponerse altanero o irrespetuoso.
BACHI: Apelativo carioso por bachiller.
BARCINO: Animal gris o marrn con vetas negras.
BORALES: Planta trepadora que cubre las aguas
arremansadas.
BRAGAO: Hombre muy valiente.
CACHAMA: Pescado de ro.
CALCETAS: Claros de sabanas entre la selva.
CAMARA: Sinnimo de camarada o compaero.
CARAMO: Arboles arrancados por las crecientes y que
permanecen en el lecho de un ro.
CHOCOZUELA: Sinnimo de la rtula, hueso mvil de
la rodilla.
CHUTO: Con la cola recortada.
ENMOGOTADO: Persona escondida dentro de una
porcin muy tupida del bosque.
FIQUE: Fibra de sisal.
GUASDUAS: El tallo del bamb.
GUATE: Nombre que se le da en Barinas a la gente de
los Andes. Este apelativo en algunos casos incluye a los
colombianos.
JIPIJAPA: Sombrero blanco de anchas alas parecido a
los llamados corrientemente "de Panam.
LEBRUNAS: Reses de color crema.
LEBRUN0S DEL DIA: Primer crepsculo de la maana.
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diferente.
TOTUMO: Arbusto cuyo fruto es la tapara.
TUCO: Pedazo de extremidad que resta de alguna cosa
luego de ser cortada por cualquier motivo.
ZAINO GUACHARACO: Caballo marrn oscuro, casi
negro.
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JUICIOS
"Maisanta viene a ser, sin duda, uno de esos pocos libros que
llegan a nuestras manos y se leen de un solo tirn, no slo por
reflejar sus pginas con dramtica fidelidad lo que fue la vida
de los llanos a los comienzos del presente siglo, sino por el
relato continuo de hechos tan inverosmiles por su temeridad y
arrojo, como la enseanza que trae de lo que vale la
experiencia y la zamarrera que utiliz el general Pez, por
aquellos mismos predios" .
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CRDITOS
Este libro fue digitalizado por el CENTRO REGIONAL DE
TECNOLOGA EDUCATIVA (C.R.T.E), por medio del Departamento de
Informtica Integral entes adscritos a la Secretara Ejecutiva de
Educacin del Estado Barinas
Equipo Tcnico:
Produccin:
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INDICE
El Autor y su Obra
Por Jos Giacopini Zrraga
Dedicatoria ...
Entre Zamora y Maisanta
Advertencia .
Introduccin.
I
VIVA EL MOCHO HERNANDEZ!....................................................
II
ESE MUERTO ES JOAQUIN CRESPO...
III
COMO ES ESO DE REVOLUCION?...............................................
IV
HOMBRE DE A CABALLO..
V
PAREN ESA MUSICA!........................................................................
VI
MIEL EN TAPARAS.
VII
SOLAMENTE REVOLUCIONARIO.
VIII UNA CALMA INQUIETANTE..
IX
LA LUMBRE DE LOS MACHETES.
X
VELORIO CON MUERTO AJENO.
XI
LOS MATADORES DE GARZA
XII
ARGUCIAS DEL PRISIONERO..
XIII PATRIA Y REVOLUCION!
XIV
EMILIO AREVALO CEDEO..
XV
EL SABOR ROJO DE LA GUERRA..
XVI
SENTENCIA DE MUERTE PARA FUNES...
XVII BRUJERIAS CON PIAPOCO....
XVIII EL TUERTO VARGAS...
XIX
UNA PLAZA SEMBRADA DE BUCARES..
XX
SOLO VEINTIDOS HOMBRES SILENCIOSOS....
XXI
LA MORDIDA DE LA CULEBRA..
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09
15
19
26
32
46
55
63
67
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XXII
CARIBE PECHO COLORADO...
XXIII CARCEL DE LA NOCHE NEGRA.
MAISANTA (Corrido de Caballera) Por Andrs Eloy Blanco.
GLOSARIO.
JUICIOS
CREDITOS..
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