M5.Tratamiento Integral 2016 de SX Metabolico
M5.Tratamiento Integral 2016 de SX Metabolico
M5.Tratamiento Integral 2016 de SX Metabolico
Mdulo 5:
Tratamiento integral y Transdisciplinario del sndrome
cardiometablico
Como se ha expuesto a lo largo de este curso, el SMet representa una conglomerado de
patologas con diferentes vas de accin que al final convergen en un estado de obesidad,
dislipidemia, hipertensin y resistencia a la insulina. Esto supone un verdadero reto ya que
en la conjuncin de SMet y DMT2, es necesaria la intervencin simultnea de la
hiperglucemia y factores de riesgo cardiovascular como dislipidemias, hipertensin y
tabaquismo entre otros. Es as que el tratamiento del SMet tiene como objetivos
principales la disminucin del riesgo para enfermedad cardiovascular y DMT2.
Respecto al abordaje de DMT2, el objetivo del tratamiento de pacientes diabticos es
alcanzar concentraciones de glucosa lo ms cercanas posible a la normalidad, sin generar
hipoglucemias. La hemoglobina glucosilada (HbA1c) es el mejor parmetro de seguimiento
y control glucmico de los pacientes con diabetes. La recomendacin general de la
Asociacin Americana de Diabetes (ADA) es lograr concentraciones de HbA1c < 7.0% de
glucemia preprandial, entre 70-130 mg/dL, y posprandial menores de 180 mg/dL. La
Asociacin Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) y la IDF sealan, como control
adecuado, el logro de concentraciones de HbA1c menores o iguales a 6.5%, con objetivos
ms estrictos de glucemia preprandial, a saber: menos de 100 mg/dL, de glucemia
posprandial menos de 140 mg/dL (EASD) y menos de 135 mg/dL (IDF).
Tratamiento no farmacolgico.
La mayora de los pacientes con SMet presentan sobrepeso u obesidad por lo que una
reduccin de peso a travs de cambios en el estilo de vida con una restriccin calrica y
aumento en la actividad fsica son pilares importantes en esta estrategia. El Programa para
la Prevencin de Diabetes (DPP) parte de una muestra de pacientes con intolerancia a la
glucosa que fue aleatorizada en estilos de vida estndares con placebo o metformina o
una intervencin intensiva al estilo de vida en donde los sujetos fueron motivados a
perder 7% de su peso corporal con una dieta baja en caloras y actividad fsica moderada
durante un mnimo de 150 minutos a la semana.
Anlisis a los resultados de DPP muestran que para los individuos sin SMet al comienzo del
estudio, el riesgo de SMet fue reducido en un 41% por medio de una intervencin
intensiva al estilo de vida durante 3 aos en comparacin con los controles. En pacientes
con SMet de base, el 38% de los pacientes en el grupo de intervencin al estilo de vida no
presentaron criterios de SMet a 3 aos, comparados con 18% en el grupo placebo. A pesar
de estos prometedores resultados, tambin es necesario sealar que DPP muestra que
cambios exitosos de estilo de vida de manera intensiva no logran retrasar o prevenir
DMT2 en todos los individuos y una parte de aquellos con pre diabetes, continan con
intolerancia a la glucosa en lugar de alcanzar la normoglucemia. Una interpretacin es
que una vez iniciada la disfuncin de clulas beta, no es reversible en individuos
genticamente susceptibles.
Respecto a la dieta, se recomienda un consumo de grasa de 25% del total de caloras, con
la limitacin de grasas trans y grasas saturadas, ingesta de colesterol y azcares simples.
Recientemente se han investigado los beneficios del magnesio (Mg2+) en la secrecin de
insulina. Estudios epidemiolgicos han mostrado una alta prevalencia de hipomagnesemia
y bajas concentraciones intracelulares de Mg2+ en personas diabticas. Un estudio
aleatorizado doble ciego controlado con placebo en el que se investig si una
suplementacin oral de magnesio mejorara tanto la sensibilidad de la insulina como el
control metablico en pacientes con DMT2, demostr que tanto en el grupo experimental
como en el control con placebo, se obtuvo una disminucin tanto en glucosa como de
hemoglobina glucosilada, con una reduccin ms significativa en el grupo con Mg2+.
Obesidad
Un pilar fundamental en el tratamiento del paciente con SMet es la prdida de peso. La
ingesta calrica reducida y el incremento de la actividad fsica son las bases generalmente
aceptadas de cualquier abordaje dirigido a la reduccin de peso, pero estas intervenciones
en el estilo de vida no parecen proporcionar un xito a largo plazo para los individuos
obesos que desean perder peso. Cerca de la mitad del peso perdido con ayuda de las
intervenciones en el estilo de vida, son recuperados en 1 ao; despus de 3 a 5 aos, slo
cerca de 1 en 5 individuos mantienen una prdida de peso significativa clnicamente y ms
de la mitad de los pacientes obesos regresan a sus pesos iniciales. Una revisin sistemtica
reciente concluy que el tratamiento dietario y de estilo de vida, lleva a perder menos de
5 kg. de peso despus de 2 a 4 aos.
El tratamiento farmacolgico combinado con intervenciones en el estilo de vida, pueden
aumentar la magnitud de prdida de peso sobre 6 meses a 1 ao; visto desde otro punto,
se podra decir que las intervenciones en el estilo de vida realzan las prdidas de peso
logradas con farmacoterapia. Para lograr un beneficio cardiometablico, se deber lograr
una prdida del 5-10% del peso corporal.
Sin embargo, en la prctica clnica, la mayora de los pacientes obesos reciben
mnimamente consejos de modificaciones en el cambio de vida, porque en las oficinas de
la mayora de los mdicos de primer contacto, usualmente no estn integrados los
equipos por dietistas, preparadores fsicos y personas entrenadas en aspectos
conductuales para el manejo del peso. Los mdicos de primer contacto permanecen como
los principales proveedores de tratamiento de la obesidad, y son responsables del 76 al
84% de las visitas de los pacientes por este problema.
Se sabe que la grasa abdominal es la principal responsable del incremento en el riesgo
cardiovascular.
En el estudio STRRIDE de Slentz y colaboradores reportaron la influencia del ejercicio
sobre la grasa visceral abdominal, grasa subcutnea y grasa total en una poblacin
sedentaria de mediana edad con sobrepeso. A los 8 meses de la intervencin se observ
que con ejercicio modesto, se previene el incremento de la grasa visceral. A mayor
ejercicio, se produjo una disminucin significativa de la grasa abdominal visceral,
subcutnea y total sin que se realizaran cambios en la alimentacin. En los sujetos que
permanecieron en inactividad fsica condujo a un incremento significativo de la grasa
visceral en 6 meses.
OBJETIVOS DEL MANEJO DE LA OBESIDAD
Es muy importante que tanto el mdico como el paciente establezcan objetivos o metas
muy claros en el tratamiento de la obesidad. A continuacin se muestran los siguientes:
El xito en el manejo de la obesidad es llevar al paciente a alcanzar un peso en el cual se
disminuyan los factores de riesgo, y por lo tanto, disminuyan la presencia de
comorbilidades.
Es importante disear un tratamiento a largo plazo ya que los resultados a corto plazo
suelen ser aceptables, pero con el paso del tiempo se recupera el peso perdido en la
mayora de los casos. En los problemas agudos, no hay duda, el mdico es el encargado de
tratarlos, pero en los casos crnicos como es la obesidad, es importante la participacin
del paciente para obtener resultados favorables, siempre con el asesoramiento de un
especialista en nutricin.
Para la seleccin del tratamiento, se propone una estrategia para actuar en los sitios que
queremos afectar:
5.1 TRATAMIENTO NUTRICIONAL
ENERGA
El incremento en la prevalencia de la diabetes mellitus tipo 2 se relaciona en gran medida
con el aumento en la prevalencia de la obesidad. Se estima que cerca del 90% de los casos
de diabetes tipo 2 se atribuyen al exceso de peso, ya que la adiposidad y la resistencia a la
insulina estn fuertemente relacionados. Por ello, la ADA ha recomendado que los adultos
diabticos con sobrepeso u obesidad pierdan peso. Aunque la prdida de peso sea
moderada, se ha demostrado que se asocia con un mejor control de la glucemia, la
presin arterial y los lpidos en sangre, particularmente al inicio de la enfermedad.
El control de peso y la reduccin de la adiposidad en el paciente diabtico puede
enfrentarse a dificultades inesperadas. Por ejemplo, al reducirse la glucosuria como
resultado del tratamiento, se retienen caloras que de otro modo se habran eliminado. En
general, la energa debe prescribirse de acuerdo con los requerimientos energticos del
paciente, con objeto de llevar y mantener el peso recomendado.
Si se trata de un paciente hospitalizado, lo que implica que por una descompensacin de
su diabetes y/o por una enfermedad intercurrente se requiere de vigilancia mdica
continua, se sugiere determinar los requerimientos de energa con calorimetra indirecta,
que es el estndar de oro para el efecto, y en ausencia de sta, utilizar la ecuacin
predictiva apropiada para el caso. Una aproximacin inicial es calcular 25 a 30 kcal/kg de
peso actual/da en el paciente sin sobrepeso u obesidad y 60 a 70% de los requerimientos
en los pacientes con ndice de Masa Corporal 30 kg/m2, o bien 11 a 14 kcal/kg de peso
actual/da o 22 a 25 kcal/kg de peso ideal/da. No se recomienda el uso del Peso Corporal
Ajustado, debido a su falta de sustento cientfico. Un mtodo ms consistente puede
lograrse al utilizar las ecuaciones de Ireton-Jones o bien las de Mifflin-St. Jeor, mismas
estas ltimas que se anotan a continuacin:
GER (kcal/da) hombres = 10(P) + 6.25(T) 5(E) + 5
GER (kcal/da) mujeres = 10(P) + 6.25(T) 5(E) 161
donde GER es el Gasto Energtico en reposo, P es el peso actual en kg, T es la altura en cm
y E es la edad en aos.
Para obtener el gasto energtico total (GET) debemos multiplicar el GER obtenido por un
factor de actividad (FA) de acuerdo al tipo de actividad fsica que realiza nuestro paciente
(Tabla 5. 1): GET= GER x FA
Como una regla prctica, la American Society for Parenteral and Enteral Nutrition (ASPEN)
sugiere tambin el uso de las ecuaciones de Owen:
GER (kcal/da) hombres = 879 + 10.2(P)
GER (kcal/da) mujeres = 795 + 7.2(P)
donde GER es el Gasto Energtico en reposo y P es el peso actual en kg.
Por otro lado una forma sencilla y rpida de calcular los requerimientos calricos podemos
emplear la regla del pulgar, sin embargo solo toma en cuenta el peso corporal: 25 a 35
kcal/kg de peso. Tomar en cuenta que nunca se deber prescribir un plan de alimentacin
menor a 1,200 kcal/da debido al posible desequilibrio metablico que pudiera
condicionar.
MACRONUTRIMENTOS
La evidencia sugiere que no existe una distribucin nutrimental nica de
macronutrimentos (protenas, carbohidratos y lpidos) para todas las personas con
diabetes. No existe tampoco tal cosa como una dieta para diabtico, por lo que la
recomendacin nutrimental deber tomar en cuenta una evaluacin individualizada de las
Protenas
No hay justificacin para recomendar dietas muy bajas en carbohidratos, pero se deben
seleccionar la distribucin, las fuentes y las cantidades de carbohidratos para facilitar el
control glucmico a largo plazo. Si el paciente est siendo manejado con insulina o con
hipoglucemiantes orales, las dosis y los horarios de los medicamentos deben conciliarse
con la cantidad y calidad de los carbohidratos consumidos. Si la ingesta de carbohidratos
est cerca del lmite superior recomendado, se debe estimular el consumo de alimentos
ricos en fibra y con bajo ndice glucmico.
La ingesta de fibra se asocia con una disminucin modesta de la HbA1c (-0.2% a -0.3%)
con 50 g de fibra/da, pero para mejorar el control glucmico se requiere de un consumo
poco realista de ms de 50 g/da de fibra. La EASD recomienda el consumo de > 40 g/da
de fibra o 20 g/1000 kcal/da de fibra, de la cual la mitad debera ser soluble. Esto se
puede lograr consumiendo 5 o ms raciones diarias de vegetales o fruta ricos en fibra, y 4
o ms raciones de leguminosas a la semana.
Cuando un paciente diabtico requiere de apoyo nutricional, el 55 a 60% de los
requerimientos energticos debe proporcionarse con carbohidratos no refinados de bajo
ndice glucmico.
EDULCORANTES NO CALRICOS
Despus de muchos aos de investigacin y mutua desacreditacin entre competidores, la
Food and Drug Administration de los Estados Unidos de Amrica ha determinado que el
consumo de edulcorantes no calricos es seguro para el pblico en general, incluyendo a
los pacientes con diabetes. Sin embargo, debe tomarse en cuenta que existen alimentos
endulzados con edulcorantes no calricos, pero que tambin contienen carbohidratos o
lpidos que pueden tener efecto en la glucemia. La Asociacin Americana del Corazn
(AHA, American Heart Association) y la ADA concluyeron que no hay evidencia suficiente
para determinar si el uso de edulcorantes no calricos se asocia con reduccin del peso
corporal o del riesgo cardiovascular.
PROTENAS
En el caso de los pacientes con diabetes pero sin compromiso de la funcin renal, la
prescripcin de protenas debe ser individualizada, ya que no existe evidencia de que
alguna recomendacin se asocie con un mejor control glucmico o disminucin del riesgo
cardiovascular, incluyendo los niveles sricos de triglicridos, colesterol y lipoprotenas de
baja densidad (LDL). Aunque la ingesta de protenas, como ya dijimos, no tiene efecto en
la glucemia, se ha visto que mejora la respuesta a la insulina, por lo que no deben
utilizarse protenas para prevenir o tratar la hipoglucemia. En pacientes con enfermedad
renal, diabetes y macroalbuminuria, el cambio a protenas de soya se asocia con mejora
del riesgo cardiovascular, pero no de la proteinuria.
Finalmente, en pacientes diabticos con enfermedad renal y micro o macroalbuminuria,
no se recomienda la reduccin de la ingesta de protenas ms all de lo recomendado por
su funcin renal ya que no se ha encontrado beneficio alguno ni en la glucemia, ni en la
reduccin de las medidas de riesgo cardiovascular, ni en la disminucin de la filtracin
glomerular.
En los pacientes con diabetes tipo 1 que no tienen una suplementacin ptima con
insulina y en los enfermos con DMT2 descontrolada, la gluconeognesis est
incrementada, por lo que la administracin de protenas incrementa la glucemia. Por el
contrario, en el caso del diabtico bien controlado y sin dao renal, la prescripcin de
protenas puede seguir siendo de 0.8 g/kg de peso actual/da, o 15 a 20% de la
prescripcin energtica diaria. La EASD sugiere un consumo de protenas del 10 al 20% de
la energa total en diabticos sin nefropata.
LPIDOS
El Instituto de Medicina de los Estados Unidos de Amrica (IOM, 2005) ha definido el
rango aceptable de distribucin de macronutrimentos en 20 a 35% de la energa total
diaria para los lpidos, pero no es una recomendacin especfica para los pacientes con
diabetes. En opinin de la ADA, la evidencia clnica es insuficiente para recomendar una
cantidad ideal de lpidos en los pacientes diabticos, por lo que se deben individualizar las
metas. La EASD en cambio, sugiere que el ingreso total de lpidos no debe exceder el 35%
del ingreso total de energa, y que los pacientes con sobrepeso u obesidad deberan
ingerir < 30% de la energa total como grasa, y con ello facilitar la prdida paulatina de
peso corporal. La ingesta de colesterol debe ser menor de 300 mg/da, y an menor si el
paciente tiene las lipoprotenas de baja densidad sricas (LDL) elevadas. El consumo de
grasas trans debe ser tan limitado como sea posible, preferiblemente menos del 1% de la
ingesta energtica total de origen natural (2 a 5% de la grasa total en leche y grasa de
animales como reses y ovejas), y nada de grasas trans de origen industrial (margarinas).
CIDOS GRASOS MONOINSATURADOS
Los cidos grasos que tienen una sola doble ligadura en su cadena se conocen como
monoinsaturados (MUFA, por sus siglas en el idioma ingls). En una revisin sistemtica
y un meta-anlisis de 12 trabajos controlados y aleatorizados con 1990 participantes, se
compararon algunas variables de riesgo cardiovascular entre grupos que consuman una
dieta alta en consumo de MUFA (> 12% del consumo energtico total o una dieta baja en
MUFA ( 12% del consumo total de energa), con seguimientos de hasta 4 aos. Se
encontraron diferencias significativas en la masa grasa y la presin arterial tanto sistlica
como diastlica en el grupo con alto consumo de MUFA. Un patrn de alimentacin rico
en MUFA es la llamada Dieta Mediterrnea. La EASD sugiere el consumo de hasta 10 a
20% de la energa total diaria como aceites ricos en cidos grasos monoinsaturados,
siempre y cuando las grasas totales no excedan el 35% del consumo diario de energa.
CIDOS GRASOS -3
Con respecto a los cidos grasos EPA y DHA (cido eicosapentaenoico y
docosahexaenoico) una revisin sistemtica de la ADA encontr siete ensayos clnicos
controlados y aleatorizados en los que se utilizaron suplementos de cidos grasos -3, as
como una cohorte de pacientes en los que se estudi la ingesta de cidos grasos -3 de su
comida. Se encontr que la suplementacin con cidos grasos -3 no mejor el control de
la glucemia en individuos con diabetes tipo 2, pero una suplementacin mayor disminuy
la hipertrigliceridemia. En conclusin, hasta el momento actual se considera que no existe
evidencia convincente para recomendar la suplementacin con cidos grasos -3 en
pacientes con diabetes para la prevencin o tratamiento de los eventos cardiovasculares.
Sin embargo, s se recomienda que el paciente diabtico incremente su ingesta de
alimentos ricos en cidos grasos de cadena larga -3, tanto el EPA y el DHA derivados de
peces abundantes en grasa como el ALA (cido linolnico) derivado de aceites vegetales
por sus efectos en los niveles de lipoprotenas sricas, la prevencin de enfermedades
cardiacas y su asociacin con diversos metas positivas para la salud en estudios
observacionales, del mismo modo que se recomienda esta conducta alimentaria en la
poblacin en general. Se sugiere por lo tanto comer dos raciones semanales de pescado
abundante en grasa. La EASD sugiere el consumo de dos a tres raciones de pescado
abundante en grasa a la semana as como fuentes vegetales regulares de cidos grasos 3 como aceite de canola (Brassica napus), aceite de frijol de soya, nueces y algunos
vegetales de hojas verdes como lechuga, verdolaga, col, brcoli y espinaca.
MICRONUTRIMENTOS
No hay evidencia clara de beneficio de suplementos de minerales o vitaminas en
pacientes diabticos que no tengan deficiencias subyacentes, incluyendo los suplementos
de antioxidantes como las vitaminas C y E, y de hecho podran existir efectos dainos
potenciales con el uso de carotenos y suplementos de vitamina E. Tampoco hay evidencia
que apoye la prescripcin rutinaria de micronutrimentos como cromo, magnesio o
vitamina D para mejorar el control glucmico. Con respecto al sodio, se consideran vlidas
las recomendaciones emitidas para la poblacin en general, de consumir menos de 2300
mg/da, y an menos en pacientes hipertensos, pero cuidando de no disminuir el consumo
de sodio por debajo de 1500 mg/da, ya que se han documentado efectos adversos.
Se sabe que las dietas pueden producir prdida de peso pero porque ellas no curan la
obesidad, es comn la recuperacin de peso. La razn de esto es que no son continuadas.
El reto es mantener el peso corporal a un nivel deseable.
Actualmente se considera adecuado que una dieta de reduccin produzca prdida de 0.5 a
1.0 Kg. por semana. Es aconsejable es disear programas a largo plazo asociando un plan
de alimentacin con terapia de conducta.
Dado que el sujeto obeso frecuentemente cursa con comorbilidades como son:
Hipertensin arterial sistmica, Diabetes mellitus, Dislipidemia, adems de ser fumador y
sedentario en algunos casos, la prescripcin alimentaria debe ajustarse a estos problemas.
De la gran variedad de dietas disponibles, encontramos que la dieta baja en grasas (<20%)
produce una buena reduccin de peso y se adapta bien a los pacientes obesos con
dislipidemia. La dieta baja en carbohidratos (<100g/da), produce reducciones
espectaculares de peso en corto tiempo, pero a largo plazo no hay diferencia con los
resultados de una dieta hipocalrica. Por otro lado, al estar reducidas en carbohidratos,
se incrementan los lpidos y protenas, lo que puede empeorar una dislipidemia. Adems,
si son muy bajos los carbohidratos, el paciente cursa con cetosis. Las dietas centradas en
un tipo de alimento, producen reduccin efectiva de peso, pero no pueden ser de uso
prolongado ya que causan aburrimiento por la monotona y frecuentemente hay
interrupcin del tratamiento.
La mejor opcin es la dieta hipocalrica equilibrada, ya que stas contienen todos los
nutrientes, no es frecuente el complemento vitamnico y por otro lado, el apego, es
superior ya que los alimentos que se ingieren son variados y ensea al paciente una nueva
forma de alimentarse a largo plazo. La dieta hipograsa y la dieta hipocalrica, son quiz
las mejores opciones dietarias a largo plazo. En la primera se observa menor recuperacin
de peso a largo plazo en comparacin con la segunda.
Es importante sealar que la ADA en 2014 menciona las siguientes conclusiones con
respecto a los planes de limentacin:
La composicin de la dieta es menos importante que la habilidad de alguien para
apegarse a ella.
No existe un ideal de % de caloras de CHOS, protenas y grasas para todas las
personas con DMT2.
La distribucin de macronutrientes deber basarse en una evaluacin individual de
patrones de alimentacin recientes, preferencias y metas metablicas.
Si un paciente se encuentra dispuesto a seguir una dieta y puede ayudar a la
prdida de peso, entonces es un abordaje razonable.
En cuanto a los nios obesos, es importante la intervencin de los padres para que junto
con el personal de salud, puedan establecerse cambios en el comportamiento y por tanto,
nuevos hbitos alimentarios. Es importante conocer la cantidad, cmo y dnde se
ingieren los alimentos, de tal manera que puedan modificarse estos condicionantes.
Adems es importante disear un plan de alimentacin de acuerdo a su edad y etapa de
desarrollo.
Como parte importante del tratamiento est la asociacin de ejercicio al aire libre y limitar
el tiempo frente a la pantalla de televisin o de la computadora.
Como mdicos de primer contacto, es necesario establecer un canal de comunicacin
directo con el paciente en virtud de una adecuada prescripcin de un plan de alimentacin
(Tabla 5.3). De esta manera, como parte del abordaje nutricional, ser necesario realizar
las siguientes recomendaciones generales:
Realizar mnimo tres comidas al da con dos colaciones intercaladas entre cada
tiempo de alimento.
Preferir quesos blancos como panela, cottage, requesn y evitar quesos amarillos
como manchego, provolone, mozzarella.
La fruta se deber de restringir cuando se presenten glucosa en ayuno mayor a 200
mg/dl, se podrn reincorporar a la dieta cuando mejore su control glucmico.
Se debern prohibir toda clase de jugos de fruta.
Preferir especias para preparar alimentos y evitar aditivos como mayonesa, crema,
salsa de tomate.
Se deber de evitar la preparacin de alimentos fritos, capeados o empanizados.
Preferir alimentos hervidos, cocidos, horneados y asados.
Emplear aceite de olivo solamente fro debido a su labilidad trmica. Para cocinar
emplear aceite de soya o canola.
Tabla 5.3 Recomendaciones para Modificaciones del Estilo de Vida en pacientes con Sndrome
Metablico.Tomado y adaptado de: Deen D. Metabolic Syndrome: Time for Action. American
Family of Physician. 2004: 69(12)2875-2882.
Alteracin
Intervenciones en dieta y
Consejos
actividad fsica
Obesidad
Disminuir peso
abdominal
Aumentar
alimentos
ingesta
con
glucmico bajo.
de
consumo
grasas monoinsaturadas.
moderada diaria.
Cesar tabaquismo
Presin
Reducir peso
Arterial
elevada
saturadas.
intensidad moderada.
Aumentar consumo de
frutas y vegetales.
Aumentar productos
Limitar el consumo de
alcohol
Hiperglucemia
en ayuno
Reducir peso
monoinsaturadas.
Moderacin
en
consumo de alcohol
el
Ejercicio
Monitorizacin en casa
Ahora se sabe que el ejercicio como nica herramienta para perder peso es
modestamente efectivo en pacientes moderadamente obesos y hombres previamente
sedentarios (alrededor de 0.09 Kg./sem).
La restriccin de energa, tiene el potencial de inducir ms rpidamente y mayor prdida
de peso que el tratamiento de ejercicio solamente. Encontraron que la prdida de peso
promedio para hombres fue de 7.6 Kg. durante la restriccin energtica y 2.8 Kg. para
aquellos participantes en un programa de entrenamiento de ejercicio. Esta respuesta fue
similar en las mujeres.
El ejercicio regular aumenta el nmero de caloras quemadas como grasa. Si al mismo
tiempo el nmero de caloras ingeridas como grasa es reducida, la prdida de grasa
corporal estar acelerada a travs del ejercicio, con un balance negativo de grasas y una
declinacin del compartimiento de grasa corporal. La restriccin de energa asociada al
ejercicio puede aadir o estimular sentimientos de fatiga, pero cuando se mantiene la
ingesta calrica y se reducen las grasas incrementando los carbohidratos de la dieta,
ayuda a eliminar los sentimientos de fatiga crnica.
Eliminando los sentimientos de fatiga, ayuda al apego al ejercicio. Las dietas altas en
carbohidratos complejos tienen un buen efecto en la saciedad.
El ejercicio regular es importante para el control de peso a largo plazo. Tambin ha sido
demostrado que existe mejora en el control metablico de lpidos y de glucosa,
independientemente de la mejora de la funcin cardiopulmonar. An es ms importante
es que estos beneficios se obtienen aunque no se haya normalizado completamente el
peso corporal con este tratamiento. Con el ejercicio se reduce la masa grasa total, pero
an ms importante es que el ejercicio induce una prdida preferencial de grasa de la
regin abdominal. La prdida preferencial de grasa abdominal con el ejercicio es casi
probable que resulte del hecho que los adipocitos de esta regin muestran una respuesta
lipoltica mayor a las catecolaminas. En contra parte, el ejercicio facilita la conservacin de
la masa magra, es decir, disminuye la prdida de masa muscular que de otra manera se
producira si solo se sigue una restriccin energtica mediante la dieta.
Los ejercicio de tipo aerbico se pueden clasificar de acuerdo a su impacto osteoarticular
en alto y bajo impacto (Tabla 5.5).
Tabla 5.5 Ejemplos de actividades aerbicas comunes, segn su posible impacto
osteoarticular. Modificada de Pollock y Wilmore (1990).
ALTO IMPACTO
BAJO IMPACTO
Correr
Caminar
Actividades de Salto
Elptica
Baloncesto, voleibol, ftbol
Bicicleta esttica/horizontal
Natacin
Intensidad y cantidad de actividad fsica
En pacientes con ECV, los datos disponibles no permiten determinar la cantidad semanal
de ejercicio aerbico de manera tan precisa como para las personas sanas y la
prescripcin de ejercicio debe adaptarse al perfil clnico de cada individuo. En pacientes
con riesgo clnico bajo, con infarto agudo de miocardio, CABG o ICP previos, o angina
estable o ICC se puede prescribir un programa de ejercicio de intensidad moderada o
vigorosa 3-5 veces a la semana en sesiones de 30 min, y en cualquier caso, la frecuencia, la
duracin y la supervisin del ejercicio deben estar adaptadas a las caractersticas clnicas
del paciente. Los pacientes con riesgo moderado o alto deben seguir un programa de
ejercicio an ms individualizado, dependiendo de la carga metablica y su asociacin con
signos o sntomas anormales. Incluso para los pacientes ms limitados, la actividad fsica
en pequeas cantidades y debidamente supervisada es beneficiosa para mantener una
vida independiente y contrarrestar los efectos depresivos de la enfermedad. Hay datos
basados en la evidencia sobre la pres- cripcin de ejercicio fsico para subgrupos
especficos de pacientes cardiacos.
Valoracin del riesgo clnico
En pacientes con ECV, la prescripcin de ejercicio est determinada por el riesgo asociado
al ejercicio. Los algoritmos para la estra- tificacin del riesgo ayudan a identificar a los
pacientes con mayor riesgo de eventos CV relacionados con el ejercicio, que pueden
requerir una monitorizacin cardiaca ms intensiva338,339. La seguri- dad de los
programas de ejercicio con supervisin mdica que siguen las indicaciones de la
estratificacin del riesgo relacionado con el ejercicio est bien establecida. La incidencia
de eventos CV graves durante el ejercicio aerbico supervisado en programas de rehabilitacin cardiaca es muy baja: de 1/50.000 a 1/120.000 pacientes- horas de ejercicio, con
una incidencia de muerte entre 1/340.000 y 1/750.000 pa-cientes-horas de ejercicio. Lo
mismo es aplicable a pacientes con ICC y funcin ventricular izquierda reducida, con
sntomas de clase funcional NYHA II-IV, que reciben tratamiento ptimo para la IC basado
en las recomendaciones de las guas de prctica clnica.
Ejercicio en el paciente con Diabetes Mellitus tipo 2
La prescripcin del ejercicio fsico en el paciente con sndrome cardiometablico debe ser
individualizada con el objetivo de lograr un cambio conductual en el individuo para que
este incorpore el ejercicio dentro de sus hbitos. El programa de ejercicio adquiere una
gran relevancia al ser parte del tratamiento. Adems, contribuye a la prevencin de
enfermedad cardiovascular y sobrepeso; a mejorar el control glucmico, por lo tanto
produce beneficios psicolgicos que ayudan al paciente a la adaptacin de su enfermedad.
El ejercicio promueve tambin una mejor condicin fsica que por s sola contribuye a
que ya lo son, es el caminar; ya que una caminata a ritmo rpido (vigoroso, que permite
platicar), por lo menos durante 30 minutos tres veces por semana (siempre y cuando no
haya contraindicaciones), puede proporcionar grandes beneficios para su salud, debido a
que en la caminata vigorosa se utilizan y activan grandes grupos musculares, con lo cual se
moviliza y metaboliza gran cantidad de glucosa.
Todos los mdicos deben apoyar la idea de que cualquier actividad fsica es mejor que la
inactividad. El tipo y la cantidad de ejercicio fsico variar de persona a persona
dependiendo de la edad, del estado de salud, de su ocupacin, de sus gustos, de la
posibilidad de realizarlo al aire libre en su propia comunidad, sin que haya la necesidad de
acudir al gimnasio o algn centro recreativo. Se puede disfrutar de los beneficios de una
mejor salud y mejorar la calidad de nuestra vida si logramos hacer del ejercicio un hbito
diario, como el baarse o lavarse los dientes.
BENEFICIOS DE LA ACTIVIDAD FSICA
El ejercicio es una parte fundamental del tratamiento, tanto de las personas con factores
de riesgo asociados a diabetes mellitus, como los que ya la padecen.
El ejercicio puede disminuir la enfermedad macrovascular en pacientes con diabetes,
pues los pacientes con DMT1 tienen un riesgo siete veces mayor de fallecer de artropatas
cerebrovasculares, coronarias y perifrica. En personas con DM1 puede surgir enfermedad
vascular aterosclertica antes de cumplir 32 aos de edad, en especial si tambin tienen
nefropata.
Se ha observado que en pacientes con DMT2 una sola sesin de actividad fsica aerbica
de 12 minutos continuos en la cual se consumen los depsitos de glucgeno se aumenta la
sensibilidad heptica y perifrica a la insulina por espacio de 12 a 16 h, el ejercicio fsico
diario durante una semana reduce los niveles de insulina plasmtica despus de la ingesta
de glucosa, y con la prctica de la actividad fsica habitual se obtienen los siguientes
beneficios en relacin a la diabetes mellitus.
Previene o retarda la aparicin de la DM
Mejora el control glucmico a corto y largo plazo.
Aumenta el nmero y actividad de protenas transportadoras de glucosa (GLUT-4).
Mejora la sensibilidad y disminuye la resistencia a la insulina.
Incrementa la unin de la insulina a los adipocitos, sin aumento en el nmero de
receptores.
Normaliza los niveles seriados de hemoglobina glucosilada (HbA1).
Retarda y produce mejora de las complicaciones crnicas.
Reduce la hiperinsulinemia.
Mejora la eficacia de los hipoglucemiantes orales.
Mejora la neuropata perifrica. (Kisner C, 2010)
Con la prctica de la actividad fsica habitual se obtienen otros beneficios que se describen
a continuacin:
Eleva la relacin lipoprotenas de alta densidad y colesterol total (HDL/CT) disminuyendo
este factor de riesgo coronario.
Disminuye los niveles de lipoprotenas de baja densidad (LDL) y de triglicridos.
Aumenta movilizacin de grasas, favoreciendo la reduccin de peso.
Reduce los niveles de presin arterial.
Aumenta la capacidad de trabajo del corazn.
Aumenta las -endorfinas, produciendo un estado de bienestar.
Aumenta la circulacin vascular colateral.
Disminuye la respuesta catecolamnica (epinefrina) inapropiada al estrs.
Disminuye el estrs psicolgico
Produce una actividad sexual ms satisfactoria.
Mejora la autoestima.
Produce ms optimismo, entusiasmo y creatividad.
Disminuye ausentismo por enfermedad.
Mejora la calidad de vida.
RIESGOS DE LA PRCTICA DE ACTIVIDAD FSICA
Las personas con factores de riesgo asociados a diabetes mellitus pueden realizar
cualquier actividad fsica si no existe contraindicaciones por otro motivo.
Las personas con DM2 de reciente diagnstico o con evolucin menor a cinco aos,
pueden presentar espordicamente hipoglucemia, hiperglucemia o cetoacidosis; de estar
controlado metablicamente con cifras iguales o inferiores a 250 mg y sin complicaciones,
puede realizar actividad fsica de tipo aerbico.
En pacientes con diabetes mellitus de ms de cinco aos de evolucin y con
complicaciones crnicas derivadas de los problemas cardiovasculares, neurolgicos y
musculares producto de los daos provocados por el sndrome de disfuncin
cardiometablica. Es indispensable considerar la presencia de insuficiencia coronaria
asintomtica, retinopata proliferativa, nefropata y alteraciones tanto vasculares como
neuropticas en los pies, ya que estas complicaciones debern ser debidamente
detectadas, valoradas y tratadas por el especialista correspondiente y ser tomadas en
cuenta para el tipo de ejercicio que se va a prescribir.
Es esencial para el mdico conocer las causas que pudieran explicar un signo o sntoma
que puede presentarse al realizar actividad fsica, principalmente en personas con DM2.
Como ocurre con el enfoque de muchos diagnsticos mdicos, el interrogatorio y la
exploracin fsica son fundamentales para dilucidar signos y sntomas, descartar
diagnsticos diferenciales y definir otras investigaciones de laboratorio y gabinete, as
Evite la prctica del ejercicio en climas extremosos (calor o fro) o con otros
niveles de contaminacin.
Tome lquidos antes, durante cada 15 minutos 100 a 250 cc de agua y despus
de la actividad fsica.
Es importante saber, que cuando se realiza actividad fsica el pulso cambia, esto es, se
incrementa su frecuencia, pero este cambio debe ser dentro de ciertos lmites para que el
corazn se fortalezca sin que llegue al sobreesfuerzo, y evitar riesgos innecesarios. Estos
lmites constituyen la FC recomendable. Ya que sta indica el ritmo al que est trabajando
su corazn, mientras ms rpido sea, mayor ser la intensidad de trabajo que se est
efectuando; es por ello que deber siempre trabajar dentro de los parmetros indicados
de acuerdo a la etapa de actividad fsica en que se est.
Por ello es necesario que conozca la FC en reposo (frecuencia cardiaca basal) y que est al
tanto de cmo se va a modificar segn avanza en su actividad fsica.
Como una medida de mayor seguridad, se recomienda tomar el pulso en los
siguientes momentos:
Perodo
Intensidad
% FC
Duracin
Frecuencia
semanal
1Acondicionamient
o general
4 a 6 sem
50 a 70% de
la FC mx.
12 min o
20 min 0
30 min
5 veces
3 veces
2 veces
2 Mejoramiento
2-6
meses
60 a 80% de
la FC mx.
15 min o
25 min o
35 min
5 veces
3 veces
2 veces
3 Mantenimiento
60 a 80% de
20 min o
5 veces
meses
FC ms
30 min
45 min
3 veces
2 veces
excluido del paso de los alimentos, y un efecto malabsortivo conectando esta bolsa
gstrica al yeyuno en Y de Roux, uniendo este intestino que recibe el contenido
alimentario (asa alimentaria), con el que conduce el contenido del estmago excluido, y
las secreciones biliopancreticas (asa bilio-pancretica) mediante una anastomosis situada
entre 50 y 150 cm de la anastomosis gastroyeyunal.
3. Banda gstrica ajustable (BGA)
La banda gstrica ajustable es una tcnica exclusivamente restrictiva que utiliza un
dispositivo protsico plstico en forma de anillo. Se coloca a la entrada del estmago y
tiene un elemento capaz de distenderse cerrando la luz del estmago por medio de un
tubo de longitud variable, en cuyo extremo tiene un puerto de inyeccin que se coloca en
el paciente en forma subcutnea. Introduciendo lquido a travs este acceso subcutneo
puede cerrarse o abrirse el anillo en el estmago para limitar ms o menos el alimento
que puede ser ingerido. Esta tcnica es la ms sencilla de todas pues no requiere de
resecciones o anastomosis intestinales. Esta tcnica por su facilidad y poco riesgo se hizo
muy popular desde la dcada de los 90s lo cual coincidi tambin con el advenimiento de
la ciruga laparoscpica, que populariz no slo esta tcnica sino toda la ciruga baritrica
en general, a partir de entonces todas las tcnicas baritricas se empezaron a realizar
tambin por va laparoscpica proporcionando las ventajas de la ciruga de mnima
invasin, lo cual fue un gran beneficio para la recuperacin de estos pacientes.
5. Gastrectoma vertical (GV)
La gastrectoma vertical ha cobrado inters considerable en todo el mundo como un
procedimiento quirrgico baritrico con baja morbilidad, bajo porcentaje de
complicaciones que logra una efectiva prdida de peso y control de las comorbilidades. Es
tambin un procedimiento restrictivo que consiste en resecar aproximadamente el 75%
del estmago en forma vertical dejndolo como un tubo, por lo que no requiere de
anastomosis intestinales. Tampoco tiene el efecto malabsortivo de las dos primeras.
De acuerdo con la evidencia, los pacientes obesos mrbidos con DM2 sometidos a estos
procedimientos han mostrado remisin de la enfermedad (criterios de la American
Diabetes Association: Hemoglobina glucosilada de 6% o menos, glucosa en sangunea
menor de 100mg/dl y completa suspensin de medicacin de la enfermedad por lo menos
1 ao. En porcentajes variables algunos reportados hasta el 95% dependiendo del tipo de
procedimiento al que son sometidos, siendo mayor especialmente aquellos que tienen un
diagnstico reciente de esta comorbilidad. La remisin puede ser transitoria, pero hay
estudios que demuestran que puede ser duradera a ms de 10 aos despus de la ciruga.
Tambin hay que resaltar el hecho de que desde el primer ao de la ciruga hay una
Ciruga metablica
Cada vez resulta ms comn que a los procedimientos baritricos se les llame ciruga
metablica por sus efectos en la resolucin de las comorbilidades en especial de la DM2
independientes a la prdida de peso. Por otra parte, tomando en cuenta que en
ocasiones a pesar de las nuevas estrategias farmacolgicas y nutricionales para el control
de la glucemia, algunos pacientes no logran un control adecuado y debido a los evidentes
efectos positivos de la ciruga baritrica en el control de la diabetes independientes de la
prdida de peso, un campo promisorio de intensa investigacin es el uso de
procedimientos quirrgicos en el tracto gastrointestinal para el control de la DM2 en
pacientes no obesos, a lo cual tambin se le ha llamado ciruga metablica tratando de
diferenciarla de los procedimientos baritricos.
Aunque est comprobada la utilidad de la ciruga baritrica en el contexto de los pacientes
obesos mrbidos con diabetes mellitus, existen pocos estudios acerca de esta ciruga en
pacientes con ndice de masa corporal menores a 35 Kg/m2. Existen nuevos datos en
pacientes con obesidad leve o moderada GI (IMC 30-34.9 Kg./m2) y DM2 operados con la
BGA que han reportado eficacia de corto plazo, por ello la FDA aprob su uso para los
pacientes con estos rangos de obesidad y DM2, y tambin para obesidad con otras
comorbilidades.
Uno de los factores ms importantes para el xito de la ciruga es el comportamiento del
paciente, ya que como comentamos, aunque las 3 cirugas son efectivas en diferente
grado, todas ellas dependen de que el paciente entienda que debe cuidar su alimentacin
y aprovechar la enorme ayuda que le da la ciruga.
La mayora de los pacientes con diabetes y OM pueden ser controlados mediante la
ciruga baritrica con relativa efectividad. Por ello, nos emociona y alienta participar en
este esfuerzo multidisciplinario y brindar a estos pacientes una oportunidad y otra opcin
para lograr una vida mejor libre de obesidad mrbida y de diabetes.
5.4 MANEJO DE FACTORES PSICOSOCIALES
Figura 5.1. Modelo de necesidades del paciente (Tomado y adaptado de: Peyrot M, et al.
on behalf of the Global DAWN2 (Diabetes Attitudes Wishes and Needs) Study Group: A
multinational, multi-stakeholder study of psychosocial issues in diabetes and personcentred diabetes care. Diabetes Research and Clinical Practice, 2013;99:174-84).
Algunos de los resultados de este estudio fueron que 1 de cada 5 personas con diabetes se
sienten discriminados debido a su enfermedad, 22% de familiares creen que las personas
con diabetes experimentan discriminacin, sin embargo 1 de cada 3 profesionales de la
salud creen que la discriminacin es un problema social.
De la misma manera, 37% de los familiares se sienten frustrados por la incapacidad de
apoyo a familiar con diabetes. A su vez nicamente 52% de los profesionales de la salud
preguntan la manera en que la diabetes afecta la vida de los pacientes y los pacientes
respondieron que slo a 24% le preguntaron la manera en que la diabetes afecta su vida.
Es claro que el 73% de los pacientes reciben mediciones regulares de su hemoglobina
HbA1c pero slo el 32% fue preguntado por algn miembro del equipo de salud si se
encontraban ansiosos o deprimidos en los ltimos 12 meses.
Por lo tanto debemos construir comunidades de apoyo para abatir la discriminacin de los
pacientes puesto que es una responsabilidad compartida. Con un enfoque ntegro es
posible detener la discriminacin aumentando la conciencia pblica sobre la realidad de
vivir con diabetes.
De acuerdo a los resultados arrojados para Mxico, calculando que aproximadamente 11
millones de personas en Mxico tienen diabetes, pasando del 6,7% de 1993 al 15,6% de
2012. Segn los resultados del estudio DAWN2, tan slo el 20% de las personas con
diabetes de Mxico tiene acceso a informacin y educacin adecuadas sobre
diabetes.Este estudio sugiere que existen muchas barreras en Mxico que ejercen un
impacto negativo sobre la eficacia del control de la diabetes, entre los que se encuentra la
falta de acceso a educacin diabtica.
Las personas con diabetes y sus familiares necesitan acceder a la informacin porque les
capacita para realizar las elecciones adecuadas para llevar una vida sana y realizar la
cantidad apropiada de actividad fsica, alimentarse equilibradamente y evitar el alcohol y
el tabaco. Las polticas nacionales mexicanas no cubren las necesidades especiales de las
personas que viven con diabetes y los datos procedentes de las entrevistas del estudio
DAWN2 sugieren que menos del 20% de las personas con diabetes recibe informacin y
educacin adecuadas a sus necesidades.
Adems, el acceso a atencin especializada en diabetes es limitado en Mxico y
frecuentemente se ofrece tras muchos aos del diagnstico y despus de que ya hayan
surgido complicaciones. Podra ser necesario que las autoridades mexicanas reevalen las
infraestructuras sanitarias, utilicen un enfoque de equipo multidisciplinar integral y creen
polticas para garantizar el uso eficiente de los recursos para el tratamiento de la diabetes.
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