PabloPeusner Institucioneseintervencionespsicoanalíticas (I)
PabloPeusner Institucioneseintervencionespsicoanalíticas (I)
PabloPeusner Institucioneseintervencionespsicoanalíticas (I)
PSICOANALTICAS (I)
Crdoba, viernes 11 de septiembre de 2009
SILVIA YOUNG
Buenas tardes, bienvenidos a este espacio, espacio de transmisin del
psicoanlisis entre comillas, ya que sabemos que la transmisin del psicoanlisis es a
travs del propio anlisis, aunque creemos que estos espacios sirven para discutir, para
evitar lo dogmtico. La mayora de los que estamos ac trabajamos con el psicoanlisis
a diario y eso nos obliga a investigar, a interrogar, tratando de reinventar el
psicoanlisis. Hemos descubierto que Pablo es un gran inventor y por eso entre otras
cosas lo hemos invitado.
Yo creo que ya conocen a Pablo, pero igualmente tengo que presentarlo: es
psicoanalista, miembro de la Escuela Internacional de los Foros del Campo Lacaniano y
del Foro Analtico del Ro de La Plata, Director de Proyectos Editoriales de Letra Viva.
Ha escrito varios libros: El sufrimiento de los nios, Fundamentos de la clnica
psicoanaltica lacaniana con nios y El nio y el Otro, adems de muchos artculos
publicados en diversos lugares. Tambin sostiene un blog en internet muy interesante
llamado El psicoanalista lector.
Los dejo con Pablo...
PABLO PEUSNER
Gracias, Silvia; buenas tardes a todos. Estoy muy contento porque encontrarme
con ustedes es un verdadero gusto ya lo fue ayer con algunos, esta maana con otros.
Y para estas tres reuniones, les propongo abordar esto que dimos en llamar
Instituciones e intervenciones psicoanalticas.
Algunas aclaraciones preliminares ya que la idea es partir de algo muy concreto:
yo s que ustedes se desempean en distintas instituciones, tambin que no todos
ejercen la misma profesin, pero s que todos tienen algn inters por el psicoanlisis y
que de una forma u otra realizan intervenciones psicoanalticas. Entonces, partiendo
de eso, intent buscar un modo de trabajo que pudiera ser interesante para todos, ms
all de las diferencias, y no solamente para los que se desempeen en tal o cual rea.
Trat de pensar en problemas comunes, en factores comunes pero, hay que decir que
seguramente en algn momento algo de lo que aqu se diga convocar ms la atencin
de algunos que de otros, ser inevitable.
El formato de Seminario es mucho ms interesante que el de una Conferencia
porque permite que trabajemos mucho ms extensamente, y tambin que ustedes tomen
la palabra cuando quieran hay un micrfono disponible para eso.
Cuando comenzamos a trabajar juntos en mayo [de 2009] hablamos de la
debilidad mental. Esta maana, reunidos en OTIUM, dimos el segundo paso trabajando
estas cuestiones. Sin embargo, una de las grandes preguntas que qued como resto de
ese trabajo fue la pregunta acerca de cmo intervenir fue muy divertido ver cmo
alguien en mayo peda una receta, dicindolo as, abiertamente. Nos preguntbamos
probable que suponga determinadas connotaciones que no tengan nada que ver con lo
que interpretacin supone en espaol.
Entonces, qu fue lo que encontr cuando inici el recorrido por los
diccionarios, tratando de que no fuera un recorrido acadmico, recortando los artculos y
tratando de seguir cierta lgica para situar diferencias?
El primer descubrimiento es que el trmino intervencin no figura como
entrada en ningn diccionario de psicoanlisis. Aparentemente, a los fines de un
diccionario de conceptos, no se trata de un concepto. En contrapartida, el trmino
interpretacin s est presente como entrada en todos los diccionarios de psicoanlisis.
No hay ninguna discusin al respecto.
Otra rareza es que leyendo los contenidos correspondientes a la entrada
interpretacin, he notado que todos esos artculos estn escritos ms o menos con la
misma lgica. Es notable, ya que son diccionarios producidos en distintas pocas y en
diversos marcos polticos. Tanto Laplanche-Pontalis como Roudinesco-Plon, trabajan
con algo que podramos llamar las dos caras de la interpretacin.
Voy a intentar situarlo. Por un lado, los artculos presentan a la interpretacin
como un proceso de pensamiento. Es un proceso de pensamiento que se produce lo
digo as a propsito en la cabeza del psicoanalista. Puede ser en presencia del paciente,
puede ser en ausencia del paciente o sea, cuando est escribiendo el caso,
supervisando, etc. y que responde a una lgica ms o menos deductiva. Por lo tanto,
cuando la interpretacin se produce en este sentido, se trata de una hiptesis, una
hiptesis de pensamiento.
Ahora bien, el otro matiz, la otra cara de la interpretacin que todos los
diccionarios presentan, es la interpretacin como la comunicacin verbal que se le hace
a un paciente. Es decir, se trata del caso en que la interpretacin es enunciada, es dicha.
Y en todos los casos, dicha con palabras. Se trata de una comunicacin verbal.
Esta es la lgica mnima de los artculos de diccionario, pero si abrimos un
poquito ms el foco notaremos que cuando los autores del diccionario trabajan la
interpretacin en el sentido de una comunicacin verbal, muchas veces utilizan la
palabra intervencin. Es decir que muchas veces puede ocurrir que la comunicacin
de la interpretacin se transforme en una intervencin, lo que ya nos complica bastante
el panorama. Notan que cuando uno quiere ser muy esquemtico en psicoanlisis
rpidamente las cosas se escabullen, se deslizan? No hay ninguna posibilidad de
mantener la cosa en compartimientos estancos.
Surge as otro problema: porque si la interpretacin tiene estos dos matices, estas
dos caras, la hiptesis puede perfectamente convertirse en una comunicacin verbal. Un
analista puede primero producir una hiptesis y, en un segundo tiempo, transformar esa
hiptesis en una comunicacin verbal.
Estas son las primeras intelecciones acerca de los trminos. Pero tambin
tenemos el obstculo lingstico que surge con la traduccin.
De la lectura de los diccionarios se desprende cierto problema en la traduccin
del trmino alemn Deutung. Segn los diccionarios hay una dificultad porque el
trmino interpretation, en francs, y que el trmino interpretacin en espaol, no
cubren todo el campo semntico del trmino alemn Deutung. Es decir que hay un resto
obviamente en toda traduccin hay un resto pero quizs convenga que investiguemos
un poco qu perdemos al traducir el trmino. Por otra parte, todos los diccionarios
afirman que Freud, a diferencia de lo que hizo con otros conceptos, tom el trmino
Deutung de la lengua coloquial y no lo redefini.
Ustedes saben lo deca hoy a la maana que, por ejemplo, el trmino Trieb
que es el trmino que se traduce por pulsin, es un trmino que Freud tom de la
fsica; pero que l mismo explic que justamente por tomar ese trmino de la fsica
deba redefinirlo para que funcionara en el psicoanlisis. Sin embargo, con el trmino
Deutung eso no ocurri. Freud tom el trmino de la lengua coloquial y as como lo
tom lo comenz a utilizar en la Traumdeutung, que es La interpretacin de los
sueos.
Entonces, para ser cuidadosos y hacerle lugar a este problema, les voy a
proponer un recorrido para intentar establecer cules son los matices que se pierden en
la traduccin del trmino del alemn al francs y al espaol.
Dicen Laplanche-Pontalis:
Desde el punto de vista terminolgico, sealemos que la palabra
interpretation no es exactamente superponible al trmino alemn Deutung.
La interpretation hace pensar ms bien en todo lo que hay de subjetivo,
de forzado y de arbitrario en el sentido que se le da a un acontecimiento, a una
palabra.
Esto es lo que en espaol queremos decir cuando afirmamos ante algn otro esa
es tu interpretacin haciendo hincapi en el tu. Ese es el sentido que interpretation
tiene en francs. De hecho, ustedes saben que hay un delirio descrito por los franceses
que se llama delirio de interpretacin.
Deutung, en alemn, tiene un sentido ms prximo a explicacin,
esclarecimiento, y est menos impregnado para la conciencia lingstica comn
del matiz peyorativo que puede presentar el trmino, en francs y en espaol.
O sea, hay un nivel que es comprendido en la aparicin inmediata del texto, pero
aplicar la Deutung a ese texto es ir ms all del sentido obvio, ms all del sentido
transmitido casi en forma directa por el texto que uno est leyendo. El segundo
significado de la palabra, ese de apuntar o sealar, va en esta direccin, porque se
trata de un segundo nivel respecto de lo que es evidente.
Nos queda tan solo por ver la conclusin que propone el autor del diccionario
que maneja bien el espaol, el portugus y el alemn. Es la siguiente:
La palabra interpretacin en espaol, tiende a referirse a materiales
cuyo significado aun no est claro y a los que se les busca dar sentido.
Yo puedo afirmar que tengo que interpretar cualquier texto de Lacan que
pretenda leer. No me lo pueden negar. Cuando leemos un texto de Lacan nunca est
claro el sentido y entonces interpretar ese texto sera justificable.
Hanns ofrece una ltima idea y es, justamente, el matiz que creo que en espaol
no tenemos:
Ahora bien, en alemn, Deutung tiende a agregar un sentido nuevo
adems del sentido ya evidente del material.
Por lo general Lacan escribe difcil, pero me parece que esto se puede entender
con cierta facilidad. Creo que lo que Lacan est diciendo es que el analista tiene que
estar en condiciones de aceptar y de saber que cualquier cosa que le pueda decir a un
paciente puede funcionar como si fuera una interpretacin. Es decir que el analista tiene
que estar en condiciones de aceptar cierta prdida: la prdida del control sobre el valor
de aquello que sus palabras quieren decir.
A partir de la lectura de esta cita, la interpretacin ya no es solamente un proceso
de pensamiento lgico, hipottico, que el analista puede realizar en ausencia del
paciente, o la comunicacin verbal efectiva de alguna idea al paciente. Parece que,
adems, cualquier cosa es decir, no necesariamente una hiptesis interpretativa que el
analista le diga a un paciente puede ser considerado como una interpretacin, debido a
la transmutacin que esas palabras sufren en la situacin analtica. Entonces, a las dos
caras de la interpretacin que dedujimos de los diccionarios, deberamos agregarle esta
tercera cara, bastante especial por cierto, del pago con palabras.
En el cuarto apartado de La direccin de la cura... hay un prrafo acerca de la
interpretacin que me resulta muy interesante incluso permite ser ledo con un matiz
algo humorstico. Lacan va a poner al analista en el banquillo, en los siguientes
trminos:
Intrprete de lo que me es presentado en afirmaciones o actos, yo
decido sobre mi orculo y lo articulo a mi capricho...
poder medir qu quiere decir la palabra que voy a decir, qu efecto producir,
pero en esto, precisamente advertido y tratando de remediarlo...
El analista debe estar advertido de que est lejos de poder medir todo el efecto
de sus palabras y tiene que ser cuidadoso, en algunos casos tiene que hacer alguna
maniobra para que el pago ese con palabras sea menor, sobre todo ante pacientes que
tienen algunas particularidades como, por ejemplo, la estructura psictica, donde
podran producirse efectos complicados. All tratamos de achicar el margen de
equvoco, pero somos conscientes de que algo se nos va a escapar.
Sigue la cita:
... dicho de otra manera: libre siempre del momento y del nmero, tanto
como de la eleccin de mis intervenciones...
O sea, la situacin analtica est hecha, justamente, para favorecer que yo sea ese
quien pueda elegir, con el mximo grado de libertad, cmo intervenir, cundo intervenir
y de qu manera intervenir. Y adems, todas esas intervenciones son correlativas a lo
que el otro responda bajo la forma de un material.
Entonces, de estos prrafos de La direccin de la cura... podemos inteligir
que, efectivamente, a la interpretacin que nosotros venimos estudiando hay que
sumarle alguna otra cosa, a la que Lacan prefiere llamar intervencin. Y que no
necesariamente funciona con la misma lgica de la interpretacin de Freud, de la
Deutung.
Ahora bien, si lo que responde del otro lado nos permite conjeturar que se trat
de una interpretacin efectiva, vamos a encontrarnos con determinado material, pero
tambin podra ser que no. Por otra parte, por ejemplo en el mbito institucional, el
analista tambin opera sobre su paciente bajo formas que no consisten en hacer aparecer
sentidos ocultos dentro de un texto completamente comprendido (como exigira la
Deutung freudiana). Es decir, no solamente operamos para producir la interpretacin,
tambin hacemos otras cosas. Muchas de ellas tienen estructura verbal, pero muchas
veces no.
Cuando intervenimos a travs de palabras puede ocurrir que tales palabras no
estn destinadas a apuntarle a un sentido ms profundo o ms oculto que el que ya era
evidente, sino que son palabras dirigidas a otra cosa: a interrumpir un proceso, a
promover un proceso, a proponer alguna actividad, a explicar alguna cosa... Entonces,
me parece que es muy importante diferenciar la interpretacin en el sentido freudiano
ms puro del trmino, de lo que puede ser la intervencin. No s si a nosotros en el
mbito institucional nos interesa tanto la interpretacin, tendramos que discutirlo.
Tendramos que ver qu pasa en una institucin cuando aparece una interpretacin,
tendramos que discutir si corresponde producir una interpretacin cuando trabajamos
con determinado tipo de posiciones subjetivas tal vez lo discutamos en un rato.
No obstante, est clarsimo que tenemos que intervenir; aunque, tal como dice
Lacan, el problema de la intervencin es que no es ni ms ni menos que un modo de
pago del analista. O sea, intervenir supone pagar de alguna manera. Cuando yo digo
esto, no estoy diciendo nada trgico ni terrible. Hay algunos psicoanalistas a quienes les
gusta presentar estas cosas como algo mstico o incluso trgico. Yo me lo tomo un poco
en chiste, porque uno parte de un punto cero, sabiendo que no puede en modo alguno
controlar por completo el efecto de sus palabras a lo sumo, se puede intentar acotar un
poco el campo del equvoco.
Pero hay algo ms que debemos incluir en el problema de la intervencin y
creo que es la ocasin ideal para hacerlo. El analista no solo paga con la palabra, sino
que segn Lacan tambin paga con su persona en cuanto que, diga lo que diga, la
presta como soporte a los fenmenos singulares que el anlisis ha descubierto en la
transferencia.
Damas y caballeros: pagamos con la palabra y con la persona.
La persona tiene su origen el prsopon griego: se trata de la mscara del actor
teatral. En el teatro griego, los actores utilizaban mscaras durante la representacin de
las obras. Estas tenan una doble funcin: en primer lugar darle un perfil al personaje
entre otras cosas, porque en el teatro griego los actores eran todos hombres. En
segundo lugar, funcionaban como una especie de megfono, ya que en la boca tenan
una especie de embudo, digamos, que serva para amplificar la voz.
Quera no obstante proponerles una definicin ms moderna de persona, que
encontr en el ltimo libro publicado en espaol del filsofo Roberto Espsito,
justamente titulado Tercera persona. Espsito dice que la persona es aquello que en
el cuerpo es ms que el cuerpo. La frase me encant, tal vez porque resulta tan
enigmtica que podramos filosofar horas hacer de qu quiere decir. Pero con eso que en
el cuerpo es ms que el cuerpo, el analista paga.
Podramos decir que la incidencia de la persona sobre el otro ya es una
intervencin, en un primer nivel: es decir, alguien llega fsicamente a la institucin en
que trabaja y dice un buenas tardes, seguramente eso ya le producir un efecto a
alguien. Y probablemente sea rpido y fcil ver a quin le produce un efecto la llegada
de cada uno de los personajes que trabajan por aqu.
Lo interesante del planteo lacaniano es que se haga lo que se haga con la
persona, esta producir efectos. Aunque uno intente sustraerla acostando el paciente en
el divn, la persona produce efectos. Dejo esto aqu, pero voy a retomarlo en nuestra
tercera reunin de trabajo, cuando hablemos de la transferencia.
Estamos intentando dar los primeros pasos en torno de este tema, hay mucho
ms para decir pero pens que lo ms interesante sera intentar analizar algn tipo de
intervencin. Entonces, para nuestro primer encuentro, eleg un personaje que tuvo una
posicin muy particular en su modo de intervenir. Sus intervenciones fueron nicas
porque a la vez fueron las primeras. Tenemos muchos testimonios de sus pacientes,
todos son absolutamente reveladores y sorprendentes. Estoy hablando de Sigmund
Freud.
Hablemos de la primera de las instituciones que nos convoca, el psicoanlisis.
Para eso les traje el texto de una persona que mantuvo tres entrevistas con Freud: es un
escritor, poeta, periodista nacido en Riga, la capital de lo que hoy es Letonia, llamado
Bruno Goetz. El texto se titula Recuerdos sobre Sigmund Freud y pueden descargarlo
gratuitamente de mi blog1.
1
Las entrevistas que Goetz mantuvo con Freud se llevaron a cabo en 1905.
Tenemos que ubicar el momento histrico: Freud recin haba publicado los Tres
ensayos, y apenas estaba pensando la nocin de transferencia y todo el mundo
intelectual viens estaba an impactado por La interpretacin de los sueos. Freud
comenzaba a ser conocido de a poco, aunque no sin resistencias. Goetz estaba
estudiando en la universidad, tena veinte aos, y tremendos dolores en la cara,
neuralgias faciales que, cuando lo atacaban, le impedan ir a clase. Como era un alumno
destacado, un profesor que not sus reiteradas ausencias le pregunt qu le pasaba. l le
cuenta que tiene terribles dolores y que cuando est en el punto mximo de las crisis se
pone fotofbico, debe encerrarse en plena oscuridad y meterse en la cama. Su profesor
le propone que vaya a ver a Freud, pero Goetz no sabe quin eso. Como el profesor en
cuestin conoca personalmente a Freud, le envi algunos escritos de Goetz y le arregl
una consulta, pero Goetz alumno aplicado corre a la biblioteca y pide algo de Freud
para leer. Obviamente, le dan la interpretacin de los sueos. El muchacho flashea
con lo encuentra en ese libro... y asiste luego a la consulta.
El texto que vamos a trabajar fue publicado en 1960 en la revista La
Psychanalyse 5, y ms tarde, en el 75 en The international Review of Psycho-Analysis,
2. Ahora bien, parece que en cada ocasin, luego de ver a Freud redact una carta para
su mejor amigo, con un registro bastante textual de lo que ocurri en cada entrevista. El
texto Recuerdos sobre Sigmund Freud, recoge esas cartas y algn que otro dato menor
que Goetz incluye para darle un contexto. Para no extendernos mucho hoy, trabajemos
solo la carta que retoma la primera entrevista con Freud.
Freud lo recibe muy amablemente con las siguientes palabras:
Permtame conocerlo un poco. Tengo aqu algunos de sus poemas. Muy
lindos pero muy cerrados. Ya que usted se esconde detrs de sus palabras en vez
de dejarse llevar por las mismas, mantenga la cabeza alta, no tiene ningn
motivo para estar asustado consigo mismo. Ahora cunteme algo de su persona,
en sus versos, el mar vuelve permanentemente Acaso quiere sealar con esto
algo simblico o bien tuvo realmente algo que ver con el mar? A propsito, de
dnde es oriundo?
Goetz era oriundo de Riga, que es la capital de Letonia, a orillas del Mar Bltico.
Un puerto pesquero importante, tal vez por eso estaba tan presente el mar en todos sus
textos.
Me escuch durante casi una hora sin interrumpirme y sin mirarme. A
veces se rea silenciosamente. Dijo finalmente:
Recapitulemos rpidamente. Su padre era capitn de navo y ms tarde
profesor de navegacin en la escuela naval de Riga, y Usted pas su juventud
entre marineros y contramaestres. El mar es, por lo tanto para Usted, como un
smbolo real. Pero de dnde proviene este rigor, esta estrechez de vista que lo
caracteriza?
Me lo he impuesto a m mismo, e incluso he incurrido en un maltrato
hacia mi persona, tena miedo de disolverme y de extraviarme totalmente.
Freud emiti solamente un murmullo ininteligible; luego, me pregunt:
Acaso su padre no era severo con Usted?
Le contest que no, que mi padre era mi mejor amigo y que nos
entendamos sin que hicieran falta muchas explicaciones. Pero que nunca le
haba comentado nada con respecto a las ridculas y desgraciadas historias de
amor que tuve con una joven y con una seora, ni que alguna que otra vez me
haba enamorado locamente de un marinero que hubiera comido a besos. Tema
Obviando el hecho de que Freud le dijo poco menos que era un obtuso en su
modo de escribir, de que se le cag de risa dos o tres veces a lo largo del relato y del
chistecito de tomar el asunto en sus manos... una clara referencia a la masturbacin,
le pediran a un paciente que volviera a contarles algo que no escucharon porque
estaban pensando en otra cosa?
Goetz vuelve a contar la historia de Poseidn y Freud le dice:
Maravilloso, maravilloso, el mar. Muy bien, mi buen amigo Goetz, no
lo voy a analizar, sus complejos lo salvarn. En lo que se refiere a su neuralgia,
le voy a recetar un remedio que lo aliviar.
Hay una serie de intervenciones en este texto que son realmente sorprendentes.
A m no deja de llamarme la atencin, lo he ledo... no s, veinte veces ya, y cada vez
que lo leo encuentro algo que me sorprende ms. Es cierto que desde entonces Freud
escribi mucho y podramos decir que fue depurando su tcnica, corrigiendo algunas de
las cosas que hizo en esta entrevista. Pero no puedo dejar de preguntarme a cunta gente
habr visto antes de reflexionar un poco sobre esos modos de intervenir que,
indudablemente, son un poco salvajes. En esta entrevista no hay interpretaciones en el
sentido de la Deutung, o sea de algo que aclare por encima del sentido evidente. En el
material las intervenciones de Freud son ms bien indicaciones para decirle a Goetz qu
es lo que tiene que hacer, qu tiene que comer y fundamentalmente que no se tiene
que analizar.
Eleg este artculo que no es muy conocido, justamente para no arrastrar ningn
prejuicio ni frase hecha. Y me pareca interesante como para abrir la discusin y el
debate en funcin de una primera distincin entre intervencin e interpretacin. Me
detengo ac as disponemos de media hora para las preguntas y los comentarios.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS
Quera preguntarte acerca de la nocin de persona. Es la persona la que da la
presencia real?
Lacan hablaba de la presencia real del analista. Yo siempre me pregunto qu
dira Lacan si se enterara de que hay gente que se analiza por telfono, por chat, por
video-chat... Porque justamente en esas formas de trabajo lo que se elimina es la
presencia real, la persona. Queda la posibilidad de pensar que en un anlisis por telfono
estara presente la dimensin real de la voz, pero me parece que no es lo mismo. No
tengo una respuesta, no puedo responder qu hubiera dicho Lacan, pero s me parece
que hay algo de esa presencia que el analista tiene que poner en juego y que tiene que
perder dentro de la situacin para que la cosa funcione. Esto es muy notable en
instituciones donde uno tiene que poner el cuerpo. Quizs el esquema del consultorio
clsico resguarde mucho la presencia del analista, porque el analista queda medio
escondido detrs del divn, solo se escucha su voz aunque uno sepa que lo tiene ah.
Hay un paciente de Freud que contaba que cuando deca algo que a Freud no le
gustaba, l le golpeaba el divn como dicindole por ah no; Lacan le hubiera cortado
la sesin, pero Freud le golpeaba el divn. O sea: estoy ac e instalando una
presencia.
rebelda con la situacin poltica que gobernaba a Roma. Ahora bien, el lmite de Roma
era un riacho, un hilito de agua, chiquito, finito... llamado ro Rubicn. Era el lmite.
Cruzarlo era una pavada, apenas un pasito, pero pisar del otro lado era invadir Roma. El
asunto, el sujeto era distinto de un lado o del otro: de un lado Csar era un rebelde, pero
del otro era un invasor.
Con respecto al bridge, yo hice esta maana un comentario que voy a dejar en el
terreno del comentario: hay una mala interpretacin de qu quiere decir ocupar el lugar
del muerto. Es cierto que Lacan habla de boca cerrada y labios cosidos en La
direccin de la cura... haciendo una referencia al bridge, pero el muerto en el bridge es
un lugar en la mesa del juego (salvando las distancias, as como en el truco tenemos el
que es mano o pie). O sea, no es alguien que est muerto. Hay una interpretacin
que yo calificara de dbil mental que consiste en suponer que ese muerto exige
quedarse con la boca cerrada en el silln, no decir nada y no hacer nada. Busquen un
club de bridge en la ciudad y vayan a ver de qu se trata. Cuando alguien me habla del
muerto con tanta seguridad, suelo preguntarle: vos sabs jugar al bridge?. Fin de la
conversacin.
Por qu decs que en las instituciones que trabajamos con un enfoque
psicoanaltico, cualquiera sea, las intervenciones quedan por fuera de la direccin de
la cura? Eso me hace ruido...
Lacan propone que la direccin de la cura se ordena desde las rectificaciones de
la relacin del sujeto con lo real a la transferencia y luego a la interpretacin. Es difcil
asegurar que ese orden se pueda respetar en una institucin...
A lo que voy es a lo siguiente: a que me parece que en un sistema donde
participan tantos agentes, en un sistema donde hay tantos actores que trabajan con los
mismo pacientes, donde incluso la transmisin de informacin de ninguna manera
podra ser absolutamente completa porque no hay manera de que uno haga una
intervencin y comunique lo que hizo a todos en tiempo y forma como para que en la
siguiente alguien ya sepa qu pas antes y cmo seguir, me parece que es complicado
seguir el esquema de Lacan. O sea, cuando Lacan dice la direccin de la cura se
ordena a m me parece que en una institucin es difcil que algo se ordene de esa
manera.
No hay en ese equipo un modo de ordenar la intervencin, de la transferencia
de trabajo? No es posible pensarlo? No como direccin clsica...
Creo que al agregar el adjetivo clsica ests diciendo algo ms. Hay una
direccin de la cura clsica, que es la del consultorio y el divn; y hay otras direcciones
de la cura, en plural, que no son clsicas. Yo tiendo a pensar que las instituciones son
efectivas para aliviar cierto sufrimiento, justamente, porque no reducen su quehacer a la
direccin de la cura clsica. Por suerte!
O sea, para m es una ventaja, porque justamente la institucin permite un mayor
margen de movimiento, permite mucha ms dinmica en los modos de intervencin,
incluso en el funcionamiento de los tiempos. Estamos hablando de pacientes que no
podran entrar en la direccin de la cura clsica! Estamos hablando de pacientes que
desde el vamos no soportaran la rectificacin de la relacin del sujeto con lo real.
Tendramos otro problema para hablar de la transferencia en la psicosis y diagnsticos
difciles y, adems, son casos en los que estara contraindicada la interpretacin.
APNDICE
Bruno Goetz2
RECUERDOS SOBRE SIGMUND
FREUD3
Cada vez que escucho hablar del pseudo intelectualismo de Sigmund Freud, de
sus mtodos unilaterales y de su pensamiento reduccionista, me digo a m mismo: De
todas maneras, Ustedes dicen esto pero no es exacto; o en todo caso es una verdad a
medias, ya que no tienen en cuenta lo esencial el hombre Freud, que he conocido, y
con quien mantuve conversaciones en Viena, durante mis aos de estudio, que tuvieron
para m una significacin muy importante. Este hombre era ms abarcativo, ms rico y
gracias a Dios ms contradictorio en su fuero ntimo que sus doctrinas.
Cuando habl recientemente con algunos amigos a propsito de mi encuentro
personal con Freud, me pidieron encarecidamente que escribiera los recuerdos que haba
guardado de l y me plantearon casi como una obligacin el hecho de difundir, para
crculos ms amplios mis observaciones que, arrojando una luz poco habitual sobre esa
personalidad genial y tan diversamente criticada, podan corregir una cantidad
importante de opiniones equivocadas sobre la misma.
En primer lugar me invadi la duda. Efectivamente, haban transcurrido unos
cincuenta aos desde ese primer encuentro. Hasta donde llegaba mi memoria, no haba
tomado ninguna nota del mismo, y me preguntaba con cierta desconfianza si el tiempo
no haba cambiado algo que fuese decisivo con respecto a esta imagen conservada
durante tantos aos en mi mente, de tal modo que no correspondiera ms a la realidad.
Pero me percat de todos modos que, an as, esta imagen tena algo para decir. Y
cuando, poco tiempo despus, recib una invitacin de un crculo de mdicos para dar
cuenta de mis encuentros con Freud, decid aceptar la invitacin, y brindar un
testimonio sobre este hombre extraordinario, corriendo el riesgo de que muchas cosas se
hubieran escapado de mi memoria, y que otras se presentaran hoy de un modo diferente,
al que tenan en mis aos de juventud.
Mientras me esforzaba para recordar los detalles de los encuentros de antao,
todo lo que acuda a mi memoria me apareca extremadamente fragmentado. Pero el
azar, o el que llamamos como tal, me favoreci como siempre en mi vida. Me haba
dedicado, por otros motivos, a hurgar en una caja llena de viejos papeles, cuando
encontr un sobre semi roto, que deca: Extractos de mis cartas sobre Freud. Estas
cartas, que haba olvidado completamente, haban sido dirigidas inmediatamente
despus de estas conversaciones a un amigo de juventud, y, lo recordaba ahora, haba
conservado para m los pasajes que se referan a Freud. Estas hojas de un papel
amarillento de los aos 1904-1905 contenan, de un modo fragmentario, las palabras
que Freud haba pronunciado textualmente. De modo que no era necesario confiar
solamente en mis recuerdos de juventud empobrecidos por el transcurrir del tiempo que
podra deformar los mismos, poda apoyarme sobre las palabras autnticas de Freud.
2
Escritor, traductor, poeta y periodista, nacido en Riga, Letonia, en 1885. Falleci en Zurich, Suiza, en
1954. Su obra ms conocida es El reino sin espacio (1925),
3
Souvenirs sur Sigmund Freud, La Psychanalyse N 5, Pars, 1960. Ms tarde publicado en The
International Review of Psycho-Analysis, 2, 1975