Hipoteca Industrial
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La hipoteca industrial
(Imposibilidad de ser constituida fuera
de los casos que establece la ley)
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Es por eso que este trabajo tiene la finalidad de hacer algunas observaciones
que estimo pertinentes en relacin a dicha garanta para determinar si fuera de
los casos que la ley seala, es posible constituirla.
La hipoteca industrial involucra dos conceptos importantes en su definicin
y contenido: a) La hipoteca como derecho real de garanta, y b) La universalidad
de hecho; vamos a analizarlos.
11. LA HIPOTECA
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octubre de 1932, inicia en Mxico el estudio del Derecho Civil, bajo la influencia
constante de la doctrina europea, sobretodo francesa de la llamada "escuela de los
cientficos", que sustituye de manera gradual a la escuela de la exgesis.
La falta de obras escritas por mexicanos en ese tiempo hace que la mayor
parte de los estudiosos del Derecho recurran a obras de autores franceses como
las de Planiol y Ripert y de Bonnecase; y no es sino hasta 1939, en que el maestro
Manuel Borja Soriano, publica la primera edicin de su Teora general de las
obligaciones y a partir de entonces la doctrina civilista mexicana inicia un estudio
exhaustivo de las disposiciones del Cdigo, publicndose muchas ms obras de
anlisis e interpretacin que en siglos pasados a los Cdigos de 1870 y 1884, tal
es el caso de los maestros Antonio de Ibarrola2 (1957), Rafael Rojina Villegas3
(1962), Francisco Lozano Noriega4 (1962), Ignacio Galindo Garfias5 (1973),
Ramn Snchez Medal (1972) y ms recientemente Miguel Zamora Valencia7
(198 1) y Jorge Alfredo Domnguez Martnez (1990) entre muchos otros.
La influencia del Derecho Civil francs en la elaboracin de los Cdigos
Civiles mexicanos es indudable, as refirindose al Cdigo Civil de 1928 el maestro
Manuel Borja S ~ r i a n o seala:
,~ "...El nuevo cdigo reproduce en gran parte el
de 1884. Las innovaciones que introduce en materia de obligaciones y contratos,
estn principalmente inspiradas en los cdigos civiles francs, espaol, italiano,
argentino, chileno, brasileo, alemn y suizo de las obligaciones y en ciertas
teoras de autores.. . Resulta, pues, que tratndose de artculos del nuevo cdigo
que proceden del anterior o del espaol, italiano, argentino, chileno y brasileo,
encontramos con frecuencia, como fuente mediata el Cdigo Civil francs, el cual
ha ejercido una influencia preponderante en la elaboracin de nuestros cdigos
civiles. .."
Bajo esa influencia se redacta el Cdigo Civil de 1928 y en particular se
regula la hipoteca, situando su rgimen en el Libro Cuarto, De las obligaciones,
Segunda Parte, De las diversas especies de contratos, Ttulo Decimoquinto, De la
Hipoteca, artculos del 2893 al 2943.
Con motivo de las reformas al artculo 122 constitucional publicadas en el
Diario Oficial de fecha 22 de agosto de 1996, el Distrito Federal adquiere la
*
De Ibarrola, Antonio, Cosas y sucesiones, Ed. Pomia, Mxico, l a ed., 1957.
' Rojina Villegas, Rafael, Compendio de Derecho Civil, Ed. Pomia, Mxico, 1' ed., 1962.
Lozano Noriega, Francisco, Cuarto Curso de Derecho Civil, Contratos, Asociacin Na-
cional del Notariado Mexicano, Mxico, lVmpresin, 1962.
Galindo Garfias, Ignacio, Derecho Civil, Ed. Pomia, Mxico, l h d . , 1973.
ti Snchez Medal, Ramn, De los contratos civiles, Ed. P o d a , Mxico, 1-d., 1972.
' Zamora Valencia, Miguel Angel, Contratos civiles, Ed. P o d a , Mxico, 1' ed., 1981.
Dominguez Martnez, Jorge Alfredo, Derecho Civil, Parte General, Personas, Cosas,
Negocio Jurdico e Invalidez, Editorial Poma, Mxico, ]%d., 1990.
Borja Soriano, Manuel, Teora general de [as obligaciones, Ed. P o d a , Mxico, 1939,
pp. 14 y 15.
LA HIPOTECA INDUSTRIAL 61
LA HIPOTECA INDUSTRIAL 63
De esas excepciones trata Lozano Noriega (op. cit., pp. 592 y 593).
En ese sentido Rojina Villegas (op. cit., p. 393); Lozano Noriega (op. cit., pp. 593 y
lb
594); Zamora Valencia (op. cit., p. 321); y Snchez Medal (op. cit., p. 489).
l7 Idem.
64 ALFREDO BAZAWITTE
forzoso establecer valores de liberacin para cada una y en el caso de que una
finca hipotecada se divida, es necesario dividir el gravamen hipotecari~.'~
4. Principio de publicidad. La publicidad de los derechos reales sobre
inmuebles en nuestro derecho la otorga la inscripcin de los mismos en el Registro
Pblico de la Propiedad y por lo mismo la hipoteca requiere de dicha inscripcin.
El efecto de la publicidad de los derechos reales se circunscribe a lo que llama-
mos la inoponibilidadfrente a terceros, es decir el efecto de que el derecho inscrito
perjudique a un tercero, lo que establecen los artculos 3007 y 301 1 del Cdigo
Civil, as tenemos que el artculo 2919 del mismo cdigo nos indica que la
constitucin de la hipoteca requiere para surtir efectos contra terceros de registro,
sin embargo no solamente la constitucin de la hipoteca se inscribe, sino tambin
las modificaciones que sta sufra de conformidad con el artculo 2925 del Cdigo
Civil y adems la extincin de la misma como lo establece el artculo 2940 del
mismo cdigo.19
Con todo lo anterior hemos hecho un pequeo repaso de los principios a que
se sujeta la hipoteca en nuestro derecho y que le dan contenido al concepto de
la misma.
l 8 En ese sentido Rojina Villegas (op. cit., pp. 419 a 422); Lozano Noriega (op. cit., pp.
595 y 596); Zamora Valencia (op. cit., pp. 329 y 330); y Snchez Medal (op. cit., p. 490).
I y En ese sentido Rojina Villegas (op. cit., pp. 428 y SS.); Lozano Noriega (op. cit.,
pp. 608 y SS); Zamora Valencia (op. cit., p. 323); y Snchez Medal (op. cit., p. 490).
Planiol, Marcel y Ripert, Georges, Tratado Elemental de Derecho Civil, Ed. Pedaggica
Ibero:imericana, Coleccin Clsico del Derecho, Mxico, 1996, traduccin de Leonel Pereznieto
Castro. p. 355.
LA HIPOTECA INDUSTRIAL 65
universalidad de d e r e ~ h o . ~
Esta
' ltima caracterstica de ser considerados como
una universalidad de derecho tiene por objeto establecer que los elementos que
conforman el conjunto se consideran como un todo distinto a las partes que lo
componen con la finalidad de servir como prenda general y tcita de los acree-
dores del titular. No obstante lo anterior, existe la posibilidad de que dentro de
ese conjunto (patrimonio) existan diversos elementos que se encuentran organiza-
dos por su titular para cumplir con una finalidad econmica y por lo mismo es
posible que esa organizacin por su importancia sea reconocida por el derecho
para considerar a esos elementos individuales como un todo distinto de los mismos
que lo componen y en este caso otorgarle ciertas caractersticas a esa masa de
bienes que de otra forma no podran tener sino como elementos individuales. Esto
que acabamos de explicar es lo que se conoce como "universalidad de hecho".
Bonnecase2* en su Tratado Elemental de Derecho Civil, nos obsequia una defi-
nicin de Universalidad de Hecho que satisface todos los requisitos diciendo ". ..La
universalidad de hecho, a su vez, es una modalidad de la propiedad que se reduce
a un conjunto de bienes individualizados, que se consideran, en atencin a un
elemento cientfico y tcnico, como constituyendo un todo y, mejor dicho, como
un bien determinado.. . para constituir una universalidad de hecho, no es necesario
que los elementos as agrupados tengan la misma naturaleza especfica y material,
como sucede con las cabezas de un rebao o con los libros de una biblioteca.. .", de
lo anterior se desprenden los siguientes requisitos: a) Un conjunto de bienes, ya
que no se concibe hablar de universo sin que exista pluralidad de elementos;
b) Que los bienes estn individualizados aunque no revistan la misma naturaleza;
c) Un elemento cientfico y tcnico, es decir una ley o reglamento que as lo
disponga, y d) La consideracin de que esos bienes individuales son un todo para
los efectos que la tcnica determine.
Los ejemplos de universalidades de hecho en la ley son limitados, ya que
constituyen la excepcin a la regla general, como aquellos tenemos en materia
civil, el caso del usufructo sobre ganados, el artculo 1013 del Cdigo Civil
seala: "Si el usufmcto se constituye sobre ganados, el usufructuario est obli-
gado a reemplazar con las cras, las cabezas que falten por cualquier causa"; por
otro iado en materia mercantil, la Ley de Navegacin en su artculo 67 establece:
"La embarcacin es un bien mueble sujeto a lo establecido en esta ley y dems
disposiciones de derecho comn sobre bienes muebles. La embarcacin comprende
tanto el casco como la maquinaria, las pertenencias y accesorios fijos o mviles,
21 En ese mismo sentido la doctrina mexicana de Domnguez Martnez (op. cit., p. 215)
quien seala: "...El patrimonio, en trminos generales, es el conjunto de bienes, derechos y
obligaciones correspondientes a una persona, con contenido econmico y que constituyen una
universalidad jurdica ..."
22 Op. cit., p. 667.
LA HIPOTECA MDUSTRIAL 67
o inmuebles. Es, pues, una excepcin al artculo 2919 cuando determina que la
hipoteca no es general. En la ltima Ley General de Instituciones de Crdito y
Organizaciones Auxiliaresz5los artculos 26, fiaccin X, 28, fraccin VI11 y 124
respecto a hipotecas que se constituyen para garantizar crditos a las instituciones
financieras, comprenden todos los elementos empleados en la explotacin del
negocio, de la industria, muebles o inrnuebles, presentes o futuros, considerados
en su unidad, y de una manera especial, el dinero en caja, los crditos que hayan
nacido directamente de la explotacin del negocio. Esta ley seala una segunda
excepcin a la prohibicin del artculo 2919, puesto que esta hipoteca llamada
'hipoteca industrial o de industria' es general.. ."
Por otro lado el maestro Joaqun Rodrguez y R o d r g u e ~ ?nos
~ ensea, al
tratar sobre los contratos de garanta en materia mercantil, lo siguiente: "...Las
hipotecas constituidas a favor de las sociedades financieras sobre la unidad com-
pleta de una empresa fabril o mercantil a que se refiere la fraccin X del art. 26
L.I.C.,27debern comprender la concesin o concesiones respectivas, en su caso,
todos los elementos materiales, muebles o inmuebles afectos a la explotacin,
considerados en su unidad; y adems podr comprender el dinero en caja de la
explotacin corriente y los crditos a favor de la empresa nacidos directamente
de sus operaciones, sin necesidad del consentimiento del deudor, salvo pacto en
contrario. La referida hipoteca podr constituirse, en segundo lugar, si el importe
de los rendimientos netos de la explotacin, libres de toda otra carga, alcanza para
cubrir los intereses y amortizacin del prstamo. Las hipotecas a que se refiere
este artculo debern ser inscritas claramente en el Registro de la Propiedad del
lugar o lugares en que estn ubicados los bienes. Ser aplicable en lo pertinente
a las hipotecas a que se refiere este artculo, lo dispuesto en el artculo 214 de la
Ley General de Ttulos y Operaciones de Crdito.. . Las hipotecas ferrocarrileras
(arts. 92 a 95 L.V. de C.)28tambin tienen la peculiaridad de comprender la
unidad de la empresa en sus diversos elementos (la concesin, las vas y acce-
sorios, el material, los capitales). .."
Adems el maestro Jos Gmez G ~ r d o a , *al~tratar en su artculo sobre la
nueva Ley de Instituciones de Crdito y referirse a las operaciones activas y en
" Gomez Gordoa, Jost., "Nueva Ley de Instituciones de Crdito", articulo comprendido en
Hoinentrje a Mut1~1e1 BOJ@ Marttir, Ed. Pomia. Mxico, 1992, p. 178.
LA HIPOTECA MDUSTIUAL 69
V. PLANTEAMIENTO
Art. 2895.-La hipoteca slo puede recaer sobre bienes especialmente de-
terminados.
El adverbio "nunca" del verbo ser, limita las posibilidades de la hipoteca de ser
general, por lo anterior es de notarse que si la hipoteca nunca ser general, algn
pacto en sentido contrario estara yendo en contra de una norma prohibitiva, cuya
sancin, de conformidad con el artculo 8" del Cdigo Civil es la nulidad.
Las universalidades de hecho. Establecimos antes que las universalidades de
hecho como conjunto de bienes, necesitan de un reconocimiento legal para existir
como un todo distinto de las partes que las componen y solamente para los efectos
que la misma ley les otorgue, de ah que si la ley no las reconoce no existen. Por
lo anterior derivamos que el nacimiento de las universalidades de hecho tiene su
fuente en la ley y nunca en la voluntad de las partes de un acto jurdico.
De lo anterior afirmamos que solamente existirn las universalidades de
hecho que la ley reconozca y fuera de esos casos los bienes que componen esos
conjuntos organizados tendrn que ser considerados en su individualidad.
VI. CONCLUSIONES