Magdalena cita a Gustavo a su oficina para despedirlo. Cuando Gustavo se niega a acceder a sus avances sexuales, Magdalena se enoja y trata de despedirlo de manera humillante. Gustavo renuncia en su lugar y le dice a Magdalena que a pesar de amarla, se da cuenta de que su alma está llena de odio. Gustavo luego se va cerrando fuertemente la puerta detrás de él.
Magdalena cita a Gustavo a su oficina para despedirlo. Cuando Gustavo se niega a acceder a sus avances sexuales, Magdalena se enoja y trata de despedirlo de manera humillante. Gustavo renuncia en su lugar y le dice a Magdalena que a pesar de amarla, se da cuenta de que su alma está llena de odio. Gustavo luego se va cerrando fuertemente la puerta detrás de él.
Descripción original:
Obra de teatro corta para poder representar en la primaria
Magdalena cita a Gustavo a su oficina para despedirlo. Cuando Gustavo se niega a acceder a sus avances sexuales, Magdalena se enoja y trata de despedirlo de manera humillante. Gustavo renuncia en su lugar y le dice a Magdalena que a pesar de amarla, se da cuenta de que su alma está llena de odio. Gustavo luego se va cerrando fuertemente la puerta detrás de él.
Magdalena cita a Gustavo a su oficina para despedirlo. Cuando Gustavo se niega a acceder a sus avances sexuales, Magdalena se enoja y trata de despedirlo de manera humillante. Gustavo renuncia en su lugar y le dice a Magdalena que a pesar de amarla, se da cuenta de que su alma está llena de odio. Gustavo luego se va cerrando fuertemente la puerta detrás de él.
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ESTAS DESPEDIDO
Personajes 2: Magdalena y Gustavo. (Directora y Empleado respectivamente).
INTRODUCCIN.
Son las siete de la maana de un da viernes, hora inusual de entrada a la
oficina, ya que el horario de entrada comienza a las ocho de la maana e inexplicablemente por cosas de Dios y de la naturaleza el cielo est despejado un azul resplandeciente y hermoso sin nubes de fondo y bajo la cobertura de un sol radiante, que apenas se asoma por la ventana de la oficina de la Direccin.
Gustavo: (toca la puerta tres veces de manera fuerte)
Magdalena: (con cierto estremecimiento) Ya un minuto de calma, pase a ver
Carajo.
Gustavo se acerca entre expectante y temeroso al escritorio principal de la
Directora y apenas susurra un lnguido: Buenos das
Magdalena: Sintese.
Gustavo se sienta y dice: Gracias.
Magdalena: (bastante furiosa). Jams me imagin que llegara el da que tenga
que despedir a uno de mis empleados ms especiales, en treinta y dos aos de carrera en esta gran empresa nunca me ha tocado despedir a nadie. No entiendo Gustavo Por qu me concedi usted el doloroso privilegio de despedirlo de Turbo? Ah? A ver sea macho y contsteme pues.
Gustavo: (ya exaltado). Antes que nada yo no le di un doloroso privilegio como
usted ufanamente lo califica, adems usted mejor que nadie tiene la respuesta a la inspida pregunta que me formula, usted bien sabe que yo satisfago sus necesidades corporales como nunca nadie, de eso no le quepa usted la menor duda, pero si no acceder a sus bajezas me causa la salida de la Empresa, pues spase de plano, que soy recto y que soy derecho y por consiguiente, antes que darle el doloroso privilegio de que me despida, pues quiero que sepa que desde este momento presento a usted renuncia irrevocable a mi puesto. Y si eso me hace ms macho pues soy ms macho si seora y qu?
Magdalena quien explota en ira y se levanta de la silla de su despacho, se
contiene por un momento y toma aire antes de decir:
-Aceptado pedazo de rata de alcantarilla, qu est esperando para largarse?
Estpido, estpido, mil veces estpido animal.
Gustavo an exaltado: NO no no seora, ningn lrguese, no voy a caer en
provocaciones como las que usted incita. No va a poder deshacerse de m tan fcilmente como quiere hacerlo ver. Si seora, vaya ironas de la vida, primero pasar de ver un rostro feliz y excitado tras pasar muchas noches en la misma cama juntos, exhaustos de placer a este papeln que est haciendo, ahora, el hecho de llamarme rata de alcantarilla seora Qu bajeza por Dios y todo porque no quise caer en sus bajas pasiones, usted est parecindose a la mujer de Potifar y yo al pobre Josu.
Continua Gustavo diciendo: Pero aun as la voy a extraar, porque yo la amo,
como s que usted me ama a m, pero ms que darme coraje me da es lstima por usted y por su pobre alma enceguecida de odio visceral que no siente y que ni siquiera le deja ver las cosas de la vida. De manera que me voy, no me corre, no voy a darle el gusto de que me diga Ests despedido eso nunca. As que adis, fue un placer haber entregado veinticinco aos de mi vida a este trabajo, bueno, si es que a esta pantomima se le puede llamar trabajo.
Tras lo cual Gustavo se levanta de su silla y se dirige a la puerta, la abre y
procede a retirarse, luego entonces cierra la puerta con mucha fuerza.
Magdalena gritando: NO me cierre mi puerta animal.