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LA GNOSIS NUMERAL DEL APRENDIZ

A:.L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.

Esta noche QQ:.HH:. Intentar por medio de la palabra narrar un viaje que comenzara hace
mucho tiempo, en la infancia, en la soledad, en la contemplacin y que an no concluye, en
la aguas del devenir eterno del tiempo.

Cuando intento elaborar una imagen de mi ser ante estas reflexiones, que intentar
compartir en la dimensin ms extendida que nos permita la palabra, dos se me viene a la
mente.

La primera, un paso adelante, una noche ante el mar, fra, acompaado slo de las estrellas
estticas, el viento, mi figura recortada que se adhiere a esta inmensidad, que se torna
presencia.
La segunda, un paso adelante, mis contornos en la imagen comienzan lentamente a
oscurecerse, se vuelven cada vez ms imprecisos, cambian sus colores, mi corporeidad
adopta las formas del fro y el viento, poco a poco las lneas que me delimitan se esfuman,
con ellas yo mismo, me mantengo erguido, firme soy el mismo, pero tambin soy el viento
y el fro, la noche y el agua.

Quisiera comenzar con imgenes, sentidos y recuerdos porque reconocemos primariamente

la fragilidad y pequeez del concepto para referirnos a lo innombrable.

Es as como toda construccin discursiva, toda teora, toda frase o palabra tiene un
recorrido previo a su vocalizacin o nacimiento. Este recorrido ha sido discutido, diseado
y rediseado durante una gran parte de nuestra historia del desarrollo intelectual humano.
Sin embargo el recorrido que he realizado para llegar a esta vocalizacin de hoy ante
ustedes, sobrepasa esos diseos intelectuales.
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Disciplinadamente comenc la bsqueda de este valle en los textos, en los escritos ya

diseados, busqu la pre elaboracin, la seguridad, el piso firme.

As llegu a la primera certeza que les he develado, la palabra no es suficiente.

Un paso adelante, llegu a la segunda, no existe orden claro, anterior. Aqu les digo con
especial nfasis, particularmente a los hermanos con larga jornada en los templos: me niego
a hablar del captulo histrico, me niego a hablar de la vida de Pitgoras, me niego a plagiar
palabras sin sentido, me niego al juego de recitar la presencia fsica de las tradas evidentes,
me niego a ser un masn simblico-vacuo y me niego a tratar de explicar por medio de esta
vocalizacin lo indescriptible. Por ello les rogara comprendan que estas palabras, son slo
el intento por entregar un esforzado testimonio que me he embarcado en un camino
personal, indescriptible y verdadero.

En este trabajo, no exento de dificultades, busqu provocar a mi adversario, que para todos
los efectos siempre fue el misterio de lo inasible.

Como lograr comprender estos conceptos, como no recitarlos, como explicarlos con las
herramientas del intelecto. Error, la gnosis no es capturable por la va de la rgida lgica
moderna y cuantitativa.

Podramos en cambio llegar a afirmar esotricamente que estoy en la bsqueda de los tres
enigmas de la esfinge de dnde provenimos? Qu somos? A dnde vamos?1

Sin abandonar el camino impuesto, expresar hoy ante ustedes este trabajo, descend a la
inocencia de la definicin. Descubra atnito, que ante los ojos de todos, un Diccionario, al
que tiene acceso cualquiera, que est en el hogar de quien sabe cuantos, nos recita: Nmero
es Expresin de una cantidad con relacin a su unidad2

1
Rene Guenon La gnosis y la francmasonera pgina web.
2
Diccionario de la Real Academia Espaola, pgina web.
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Inmediatamente en bsqueda de ms respuestas, un paso adelante, recurr a los antiguos.

Aquellos padres de nuestra orden, eran preclaros: la ciencia se trasmita por medio de
enigmas. Los antiguos usaban las artes como medios de realizacin para el ser humano y
no solamente como formas tericas de conocimiento de las cosas, pues en ellas el
conocimiento es sinttico e interno y no analtico y externo. La utilidad de las artes
tradicionales, verdadera utilidad que nada tiene que ver con la utilidad y funcionalidad
modernas, consiste en su aplicacin al ser humano, por la cual ste puede ponerse en
comunicacin con los principios que las establecen y realizarlos interiormente.3

De hecho en la Aritmtica tradicional, como en la Aritmtica pitagrica, los nmeros no

son de ningn modo los nmeros en el sentido cuantitativo y ordinario de esta palabra, sino
que son al contrario puramente cualitativos, correspondiendo inversamente del lado de la
esencia a lo que los nmeros cuantitativos del lado de la substancia4

Descubra adems que mi reflexin inicial, de observacin contemplativa al cielo fue hecha
hace algunos miles de aos por Pitgoras, sealando que el nmero es lo ms sabio, y
aada que era hermosa la contemplacin del cielo en su conjunto y la observacin de los
astros que se mueven en l, pero que ello se deba a la participacin de la esencia primera e
inteligible.5

Es as como me decid a iniciar mi primer viaje, un paso adelante, buscando lo patente, lo

tangible, la polaridad: apareci el DOS.

El dos est en todas partes, es el ms comn en presencia, es el ms temible. Los

fundamentalistas slo viven en la ignorancia del dos, los opuestos, la imposibilidad de su
mezcla, la imposibilidad de su mixtura y convivencia. Rechazan la sola posibilidad de
ubicarse en el otro-yo, le temen a la bruma que separa la polaridad, verdaderamente le
temen a la luz.

3
Miguel Angel Aguirre Aritmtica y masonera
4
Miguel Angel Aguirre Aritmtica y masonera
5
Miguel Angel Aguirre Aritmtica y masonera
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Decid por tanto referirme ilustrativamente a este numeral por una va conocida, entonces
busqu al Dios catlico, al occidental.

Le expliqu que entenda que la doctrina catlica es la encarnacin del binomio al crear el
bien y el mal, el cielo y el demonio, el pecado y la santidad.

El replicaba que el dos est presente desde el comienzo de los tiempos. Est Dios por una
parte y el hombre por otro. Observa lo manifiesto, me seal, por ejemplo, la Iglesia. La
Iglesia, segn rezan mis palabras en La Biblia 6 es la asamblea convocada por Dios o la
asamblea de los elegidos de Dios, o sea es la reunin de terceros, en un espacio fsico,
llamados por un ser supremo que se encuentra en todos los planos, ubicado sobre los
convocados, repliqu.

Nuestro lugar es diferente. El templo masnico est erigido por los propios hermanos
constructores, representan sus columnas, que se auto convocan. Su constitucin fsica es
por si misma, representa un evocativo fsico y figurado de aquellas partes del todo que nos
son ms perceptibles, pero en definitiva constituye un simblico recordatorio del todo.

Necesariamente, un paso adelante, me llev buscar este todo, as llegu al nmero UNO.
Fue aqu donde mis armas, mi armadura, se vieron impotentes, ahora no llegara con
facilidad. Recordaba entonces el viento y el fro, el cielo y sus estrellas, record la
presencia, ausente y presente, esttica y presente, antigua y vigente.

Practique esto con especial ahnco, usando el DOS.

Durante largos aos de mi infancia y juventud, uno de los lugares en el cual siento mayor
incomodidad, separacin, polaridad es la Iglesia. Saba si que el camino no sera fcil, ya
me lo haban advertido. Entonces ingres en ella, en una especial ceremonia, camin a
ocupar un lugar, entonces detrs, por las puertas de entrada, algo, no lo s, un viento, un
fro, una noche, la presencia, comenzaba a inundar todo. No era ahora slo en la noche,

6
La Biblia, Ediciones Paulinas Verbo Divino, XXXVI Edicin.
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venci el ms apartado de los lugares, lo pude ver, ah haba entrado donde yo no quera
estar con l. Para m apareci claro, el uno es la perfeccin, la totalidad, lo permanente y lo
ininteligible, slo asimilar esa categora, hacerla carne de cada uno de nuestros tomos, es
el camino a la verdad.

No hay partes del todo, eso ya es incomprenderlo, l todo es esto, silencio.

Entonces recurr a buscar a los antiguos una vez ms. Me sent en un lugar tranquilo del
sendero y me encontr acompaado por el Kybalion. Comenz dicindome: Bajo y detrs
de toda apariencia o manifestaciones externas, debe haber siempre una realidad sustancial
y esencial7 Antes que pudiera replicar, sentenciaba Aquello que es la verdad fundamental
la realidad sustancial- est ms all de toda denominacin verdadera, pero los sabios lo
llaman el todo8 y finalizaba El todo es mente; el universo es mental9

Le seal entonces mi grave complicacin, no desamparar a mi fiel acompaante, la razn,

la inteligencia, que bien ha servido al hombre por siglos, entonces el Kybalion me contest
el dictamen de la razn debe ser hospitalariamente recibido y tratado con respeto10

De esa forma, terminaba mi segundo viaje, cierto que en nuestros rituales se repite la idea
de que debe continuarse el trabajo, que hemos realizado en el interior de la Logia, fuera, en
el mundo profano. Aqu radica la visin unitaria que la Masonera tiene del mundo no
polarizndolo sino integrndolo armoniosamente en una realidad nica. Para un masn, no
hay nada profano ya que todo est acorde con la Armona Universal.

Cansado, un paso adelante, pero con una fuerza que se multiplicaba misteriosamente, llegu
a otra parte del camino, donde me encontr con tres personajes: Herclito, Hegel y Marx.
Los tres, la espiral, la dialctica y el movimiento, los tres. Saban ya ellos de mi bsqueda
final, el nmero TRES. Sin embargo la verdad que nunca los vi, slo not en el camino que

7
El Kybalion, Captulo IV El todo.
8
El Kybalion, Captulo IV El todo.
9
Miguel Angel Aguirre Aritmtica y masonera
10
El Kybalion, Captulo IV El todo.
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quisieron, por un instante, compartir, pero la ruta ya era otra, la velocidad y seguridad de la
marcha me iban desplazando a otro lugar. Este tres es la intelectualizacin suprema de la
unidad, entend entonces al Kybalin, no deba despreciar a la razn sino que darle un
hospedaje y recibirlo bien. Aqu podra morar de manera digna.

As en realidad nuca separ verdaderamente mi conciencia y mi razn, siempre estuvieron

unidas. Mi verdadero deseo era desatar el misterio, pero no despreciar mi ser, como crculo,
como unidad, como centro. El dos no puede obtenerse ms que por la suma de dos
unidades. Tres no puede obtenerse ms que por la suma de trminos de los cuales al menos
uno es la unidad. A partir de cuatro, todos los nmeros pueden obtenerse por la suma de
dos trminos distintos de la unidad.

La integridad del TRES se me haca ms patente, un paso adelante, la conciliacin, la

masonera, la armona, que como dira Scrates es el equilibrio de los opuestos 11, era este
equilibrio el que deba encontrar para avanzar en mi viaje que permanece inconcluso por las
obligaciones propias de mi grado.

As el camino en la bsqueda de la comprensin interior, de la gnosis, nos seala que el dos

no es nada sin el uno y el tres, es su fase preparatoria, an cuando tiene identidad propia,
pero es transicional. Los opuestos no existen de manera aislada, incluso las palmetas negras
y blancas, frente a nuestros ojos estn en permanente interrelacin y generan una tercera
figura, el mosaico.

Sent en este camino el cumplimento total de la segunda misin del aprendiz, un paso
adelante, buscar la verdad. La verdad no es un lugar, no es un concepto, no es una palabra,
la verdad es una bsqueda permanente, ardua e irrenunciable. Lo importante no la
aspiracin a encontrar la verdad y terminar el camino, sino los senderos que trazamos para
encontrar ese valle oculto e inexistente a la vista del hombre comn.

11
Platn El banquete
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Podremos decir as con propiedad que la iniciacin masnica, como toda iniciacin, tiene
como fin la conquista del conocimiento integral, que es la Gnosis en el verdadero sentido
de la palabra. Podemos decir que es este Conocimiento mismo, lo que hablando con
propiedad, constituye realmente el secreto masnico y por esta misma razn dicho secreto
es esencialmente incomunicable12

El uno y el tres son lo mismo, el uno es la percepcin del todo, el tres la intelectualizacin
ms alta y sofisticada del todo, pero a pesar de ser equivalentes no son iguales, los grandes
pensadores pueden llegar al tres, pero slo los iniciados pueden llegar al uno, slo los
masones simblicos pueden llegar al tres, slo los verdaderos masones llegar al uno.

Deseo repetir las ltimas palabras que me susurr el Kybalion cuando ya me alejaba
mientras el todo est en el todo, es igualmente cierto que el todo est en todo. Aquel que
verdaderamente entiende est verdad ha obtenido un gran conocimiento13

Concluir la narracin de esta fbula o sueo, el paso adelante, slo ser posible permitiendo
que se presenten ante nosotros los antiguos. Sellar hoy ante ellos el compromiso por la
bsqueda incesante de la verdad. Igual que ellos me posar imaginariamente en un
Tetraktys14, donde inundado de las mismas ansias, rezar el juramento de los versos
dorados:

No, lo juro por aquel que ha transmitido a nuestra

alma la tetraktys en que se encuentran la fuente y la
raz de la eterna Naturaleza. 15

S:.F:.U:.
LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD.

12
Federico Gonzlez Hermetismo y Masonera, cap. II
13
El Kybalion, Captulo IV El todo.
14
Similar a nuestro Delta Lumninoso.
15
Arturo Reghini La tetraktys pitagorica y el delta masnico