CUADERNILLO DE TEMAS

FOLKLRICOS

REDACCIN
Daniel Antoniotti
Jos de Guardia de Pont
Ral Chuliver
Ral Lavalle
Editor responsable: Ral Lavalle
Direccin de correspondencia:
Paraguay 1327 3 G [1057] Buenos Aires, Argentina
tel. 4811-6998
raullavalle@fibertel.com.ar

n 16 2017
Publicacin auspiciada por la Academia del Folklore de Salta

1
 NDICE

Presentacin p. 3

Mario Rojman. Da de la Tradicin (poema) p. 4

Boris Elkin. Mi chala (poema) p. 6

Ms de Boris Elkin: un Corralero argentino? p. 8

Alejandro Lamensa. Carpas salteas, himno a una eterna p. 11

tradicin

Ofelia Gonzlez. Recuerdo salteo: un himno de Salta p. 13

Jeanette Martnez. Reflexiones sobre literatura y folklore p. 17

Edith Campos. Payadores: un annimo salteo p. 21

Olga Fernndez Latour de Botas. Saludos patrios (en el

25 de Mayo de 2017) p. 26

II Encuentro Literatura y Folklore (CABA, mayo 2017) p. 27

El rincn de Los Hermanos Abrodos p. 29

Minucias folklricas p. 31

2
 PRESENTACIN

Cuando vino a mi mente la idea de una publicacin en Red sobre

temas folklricos, busqu apoyo en mi amigo Daniel Antoniotti, de la
Academia Portea del Lunfardo, pero tambin muy amante de la cultura
nativa, adems de gran biblifilo y reconocido escritor. Y se corporiz
entonces la idea, que esperamos d lugar a estudios, poemas, cuentos,
reseas; en suma, varia. Escribirn quizs escritores consagrados y
tambin personas no muy conocidas, incluso alumnos. Pero todos
tendrn en comn el amor por la tierra.

Ruego a los lectores no me pidan que defina folclore (o folklore,

como prefieren muchos), tarea superior a mis fuerzas. En todo caso los
temas de nuestro Cuadernillo irn desde la rigurosa investigacin
cientfica y de campo hasta el folklore de los artistas. El mbito ser
argentino, aunque alguna vez se extender a otras tierras
hispanoamericanas y a otras modalidades (por ejemplo el tango). Cada
colaborador usar sus propias normas en cuanto al modo de citar y de
dar, en fin, formalidad a su aporte.

Los invito entonces, queridos amigos, a leer este pequeo

esfuerzo de un simple aficionado, de alguien que tiene afecto.
Agradezco especialsimamente a la Dra. Olga Fernndez Latour de
Botas, de la Academia Argentina de Letras, por haberme alentado en
este paso, que doy no sin temores.
R.L.

3
 DA DE LA TRADICIN

Abrevamos en la fuente,
recordando a Don Jos
Hernndez, aquel que fue
nuestro claro referente;
su Fierro siempre vigente
sigue siendo el abec.

Elevemos el recuerdo
a modo de rogatoria,
mientras l desde su gloria
sigue ejerciendo el consejo
a travs del gran espejo
de su clara trayectoria.

4
 Repasemos aquel Fierro
que nuestro hermano mayor
nos legara con amor
desde su pluma y talento,
poniendo su grave acento
en la pena y el dolor.

Hoy que la patria se mece

lejos de su criolla cuna,
es muy justa y oportuna
esta fiel recordacin;
la inefable tradicin
nos ofrece su tribuna.

Ya que pudimos llegar

a su forzoso destierro,
repiquemos el cencerro
juntito a sus nazarenas,
pues ni lgrimas ni penas
pudieron mellar su Fierro.

A la luz de nuestra historia

vale hacer una mencin:
el Da de la Tradicin
no es una fecha accesoria
ni es evocar su memoria
buscando la redencin.

En cada recordacin
contina omnipresente
y en su doctrina latente
hay un legado supremo,
pero si no lo ejercemos,
recordar no es suficiente.

MARIO ROJMAN1

1
Nuevamente Mario Rojman, El Payador Urbano. Como siempre, aconsejamos visitar
su sitio (https://payadorurbano.wordpress.com/dia-de-la-tradicion-2/). Mucho me
gusta la idea, aqu expresada, de que Jos Hernndez es nuestro hermano mayor; ms
an, de todos los payadores. Este poema fue escrito justamente para el Da de la
Tradicin, en 2016.

5
 MI CHALA

No s si es cosa 'e mandinga

o es un regalo del cielo;
algunos dicen qu' es malo:
pa mi se me hace qu' es gueno...
Ricin me dijo el dotor
qu' esta fatiga que tengo
es por culpa del tabaco
qu' est minndome el pecho,
y me orden que lo deje
si quiero salvar el cuero!
Pero dejar el tabaco
ura que ya voy pa viejo
y no tengo en que afirmarme
pa tironear los recuerdos...
dejar el tabaco, dijo?
Si es cosa que ni la pienso!
Hacen aos, muchos aos,
yo trabaja 'e boyero
cuando prend el primer chala
pa quemar mi aburrimiento.
Qu lindo se iban las horas,
qu pronto volaba el tiempo
y qu hombre me sent
con el chala entre los dedos!
Cuando mi madre se jue
sin tiempo pa darme un beso,
quin otro sino mi chala
me acompa al sentimiento
y se quem sin renuncios
con tal de darme consuelo!
Ms tarde, cuando el amor
dentr a golpear en mi pecho,
ese amor qu 'es vida y muerte,
qu 'es triunfo y renunciamiento
y que nos mata de a poco
porque se vive muriendo,
si habr domao impaciencias
pitando como un murcilago!
Y al fn, pa qu?: pa que un da
barriera todo el Pampero...
Ella no tuvo reparos
en aventarme los sueos.

6
 Cuando esa tarde me dijo
que no perdiera ms tiempo
y supe que otro varn
se haba ganao su aprecio,
menos mal que tuve un chala
que supo darme un consejo
y m 'entretuvo la mano
que andaba tanteando el fierro!
Dispus cambi de querencia;
me dijo: "Hacete resero,
nada hay mejor qu 'el camino
pa quien no tiene un afecto".
Las noches que habr pasao
tendido sobre el apero
sin ms estrellas que el chala
parpadeando en el silencio!
Ms tarde, cuando la vida
m 'enred entre los puebleros
y entr a borronear cuartillas
pa darle forma al ricuerdo,
quin otro, sino mi chala,
me ayud a escribir los versos!
Dejarlo porqu 'el dotor
me vino con ese cuento
de qu 'el tabaco hace mal
y est minndome el pecho?
Deje noms que me mate!
Si por l estoy viviendo!

BORIS ELKIN1

1
No conoca a este autor (1905-1952), nacido en Los Toldos, Pcia. de Buenos Aires.
En una librera de viejo compr su libro Charqueando; Poesas camperas (1952. En la
Red (http://www.folkloredelnorte.com.ar/cancionero/m/michala.html) hay una breve
nota de Juan Carlos Zamateo y se tambin transcribe este poema. Quise incluirlo para
dar alguna difusin mayor a la obra creo, muy meritoria de este cultor de nuestras
cosas. Me agrada el que Mi chala vaya contra corriente: me refiero a la de una poca
que se empea en no dejar a la gente vivir ni morir tranquila. En fin, esta idea es solo
ma (quizs tambin del poeta). No me hagas caso, querido lector. [L.S.]

7
 MS DE BORIS ELKIN:
UN CORRALERO ARGENTINO?

Una de las interpretaciones folklricas que ms fuerte han pegado

(si se me permite esta imagen de pugilato) es la de Hernn Figueroa
Reyes y El corralero. Aos atrs, en Via del Mar, me sorprend cuando
un historiador chileno la cant al son de su guitarra y habl de ella
como de una cancin chilena. Torpe como soy, me sent en la
obligacin de aclarar (cun necio y pedante!) que era de folklore
argentino. Nadie me contradijo, pues los presentes al parecer eran
gustadores de la msica popular de su pas, no tan expertos en ella.

Pero la sana curiosidad me haba picado y, a mi vuelta a estas

tierras (no saba qu era Internet), estudi un poco el tema y aprend lo
sabido. Esto es, que la palabra corralero, con el sentido de caballo de
corral, nunca se us en Argentina (as me explicaba el Dr. Len
Benars, gran estudioso del folklore); que el tema es del chileno Sergio
Sauvalle y que fue interpretado por varios compatriotas de l y tambin
por cantantes de otros sitios (la versin de Hernn es la que ms
conocemos nosotros). Ms todava, el artculo de la Wikipedia nos
cuenta en qu hecho real se inspir Sauvalle. Pero, andando un poco los
aos, me encuentro con Boris Elkin y su Charqueando (lo menciono en
la nota del artculo anterior); y en p. 41, los sentidos versos criollos de
El overo. Copio.

Degollalo, Cipriano, degollalo;

ya el matungo no tiene ms rimedio:
hace dos o tres das quest cido
y es intil buscarle un aliveo.
Anoche al acostarme, yo pensaba
en eso mesmo que mests diciendo,
y esta maana prepar la daga
pa despenar pa siempre al pobre overo;
pero, sabe, mi vieja, lo que pasa?
Me alcanz a conocer a veinte metros,
y levantando un poco la cabeza
mhizo un relincho corto, dendel suelo.
Me arrim pa matarlo,
y vide en sus cansados ojos negros
yo no s qu mirada tan extraa
que me tembl la daga entre los dedos
y me puse a pensar:qu dira
al saber que soy yo que lo degello!

8
Es ans como pagan los cristianos
dispus que uno est cido y est viejo?
'Este es un bien pa vos quise esplicarle.
Sentirs un dolor cuando entre el fierro;
pero dispus vers, cuando la sangre
dentre a chorriar y a coloriarte el pecho,
te sentirs liviano como en antes
y todo ese dolor se te ir yendo...
Y sacando coraje, ni s diande,
con una mano le tanti el pescuezo,
y, cuando estaba a punto e degollarlo,
me maniaron la mano los ricuerdos.
Recularon los aos de mi vida
y mentraron a arriar los pensamientos
pa los tiempos aquellos que denguno
me prest ms servicios quel overo.
Yo tena paquel tiempo veinte aos
y l sera un potrillo e tres y medio...
cuando una vez por cosas...
por sonseras que cuasi ni me acuerdo,
le pegu unos hachazos en el tuso
al comesario mesmo.
Y tuve que juir. Mi suerte estaba
puesta en las patas de mi parejero,
y pa ganar el monte
vade los ros, jineti los cerros,
y, si de un galope no cruz los Andes,
jue porque nunca le ped ese esjuerzo.
Dispus, cuando unos ojos,
que no s si eran brujos o hechiceros,
menredaron pa siempre y arml rancho
pa tener en mi rancho dos luceros!,
mi overo puso el anca pallevarte;
y como pa dir al cura estaba lejos...
hizo la vez de cura, de padrino
y jue testigo 'e nuestro casamiento.
Despus de algunos aos,
cuando el gurisito cay enfermo,
quin se galopi las doce leguas
que hay estendidas dende aqu hastal pueblo,
y quin se galopi las otras doce
pa venir hasta aqu con los rimedios?
Por eso, no me animo a degollarlo;
dejalo al pobre overo
Que se muera solito all en el bajo,
que yo perd el coraje hasta pa verlo!

9
 Boris Elkin muri all por los aos 50; con lo cual El overo es
anterior a El corralero. No pretendo que Sauvalle haya recibido
influencia del gringo poeta criollo. No obstante, me llamaron la atencin
unas coincidencias, que son pura casualidad. Ms all de un remoto
antecedente en las Gergicas de Virgilio, donde el poeta aconseja poner
en establo al pingo viejo, para dar descanso a su torpe vejez (turpis
senecta, 3, 96), aqu van dos similitudes.

Primera, en ambos poemas el protagonista habla al caballo: se lo

quise explicar en El corralero, quise esplicarlo en Elkin. La segunda,
la accin: junto al estero del bajo en El corralero, que se muera
solito all en el bajo! En fin, dicen que la Divina Providencia saca cosas
buenas incluso de las malas. Pues bien, algo as ocurri conmigo, pues
de tal necedad surgi un propsito de enmienda, que me hizo recordar a
los buenos amigos chilenos, que tan bien me han tratado siempre. La
lista sera muy larga, pero pienso en el llorado Don Hctor Herrera
Cajas, en cuya casa se hizo la reunin y guitarreada de mi discordia; en
el cantor de la ocasin, Luis Rojas Donat; en Jos Marn, en Ral
Buono-Core, en Romolo Trebbi, en Alejandro Bancalari, en el profesor
estadounidense Paul Harvey Falla mi memoria, como la del overo de
Elkin y la del corralero de Sauvalle.
R.L.

10
 CARPAS SALTEAS,
HIMNO A UNA ETERNA TRADICIN

ALEJANDRO LAMENSA

Las carpas de Salta son una tradicin vigorosa que rene y

empareja a gente de diversas clases sociales, bajo una capa de talco y
pintura, bajo la lona o el tinglado; eso s, la regla nmero uno del
carnaval se cumple a rajatabla: en este breve lapso de alegra, juego y
desenfreno, todos somos iguales.

Cielos celestes, cerros verdes, lluvias y la msica de las

Carpas definen desde siempre los veranos en nuestra querida
provincia; una estacin que, adems de fantstica, da lugar a una de las
costumbres culturales ms arraigadas y de mayor permanencia en el pas:
disfrutar de los bellos das de baile en estos alegres encuentros.

Cuando llega el Carnaval, se montan grandes estructuras donde

se baila al ritmo del bandonen, del bombo, de la caja, del violn y de la
guitarra. La albahaca, que est presente en todas las mesas, simboliza lo
efmero de las fiestas: cuando esta aparece marchita, es que la fiesta est
llegando a su fin.

Juan Jos Sol, ms conocido como el Payito Sol, una tarde de

1961, inspirado en la fragancia de las plantas de albahaca escribi, en
homenaje a su padre el Payo Sol, la clebre zamba Carpas salteas,
ms conocida como Carpas de Salta.

Cuenta el Payito: La compuse en el ao 1961. Se la hice

escuchar a mi padre y le gust. Sac el bandonen y se la hizo escuchar
al Polo Jimnez, Atuto Mercau Soria y a Carmen Guzmn, recuerda
con la memoria intacta Juan Jos Sol. Quise registrarla con el nombre
Zamba para mi tata, pero ya haba en SADAIC una zamba con ese
nombre, entonces qued Carpas salteas.

En ese tiempo, enseaba guitarra y, en casa de un alumno, sinti

el perfume fuerte de la albahaca: Ramas de albahaca verde, olor a
carnaval Qu lindo para ponerlo en una zamba! Como su padre
actuaba en las carpas, le pregunt cules eran las ms famosas, y l le
nombr La Silleta, Campo Quijano y La Merced, lugares que lo
inspiraron para ponerlos en su composicin.

11
 Es que en aquellos aos, cada vez que llegaba el Carnaval en
Salta, se montaban las carpas donde se beba y sobre todo, siempre se
bailaba al ritmo del bandonen, del bombo, de la caja, del violn y de la
guitarra. El fundador de esta autntica tradicin fue don Jaime Cap, que
en las dcadas de los cuarenta y los cincuenta albergaba a ms de cinco
mil personas en sus fiestas.

Todas las noches, con puntualidad, las carpas fueron sede de la

bohemia saltea y abrigo de cientos de poetas y msicos. Todava queda
el recuerdo de Artidorio Cresseri y de los que animaban noches
inolvidables; y el bandonen del Fiero Arias, homenajeado en una
cancin de Manuel Jos Castilla.

Carpas salteas recorri el mundo y vendi un milln de placas,

con ms de cien interpretaciones de diferentes artistas reconocidos. Su
autor, Juan Jos Sol, ya jubilado bancario, vive desde hace muchos
aos en la Provincia de Buenos Aires.

ALEJANDRO LAMENSA

12
 RECUERDO SALTEO: UN HIMNO DE SALTA

OFELIA GONZLEZ

Remontarnos al pasado y fijar nuestra mirada en la desrtica

Puna, las coloridas quebradas, las Sierras Subandinas y los frtiles valles
es pensar en quienes constituyen el escenario escalonado donde un 16 de
abril, en 1582, el espaol Hernando de Lerma decidiera el destino de
aquellos que fueran a pisar el encantador valle que lleva su nombre. All
se localiza Salta la Linda, la que conserva el mayor patrimonio de la
poca colonial. La arquitectura de sus monumentos marca la herencia del
imperio colonizador, sin embargo, en la actualidad forma parte de su
conglomerado cultural.

Salta, adems de ser poseedora de coloridos y diversos paisajes,

es una regin rica en costumbres y tradiciones populares. En su pueblo
se han arraigado diferentes expresiones que han sobrevivido por
generaciones y, entre esa mezcla de las culturas migratorias con las
culturas originarias, se fueron transformando y agregando nuevas
manifestaciones, sin perder el valor y el origen. De esta forma, no resulta
extrao que las fiestas populares que se realizan en los distintos pueblos
de Salta conjuguen un espritu festivo con la colorida magia que emana
de su msica, danza, y rituales tradicionales.

13
 Ella es tambin cuna de grandes artistas que, al son de las
guitarras y los bombos, despiertan el silencio noctambulo con zambas,
chacareras y carnavalitos. As fue que en bodegones y chicheras se
conformaron diferentes sitios donde bohemios, cantores y poetas se
juntaban hasta altas horas de la madrugada y fueron conformando las
que actualmente se conocen como las Peas de Salta, esos lugares de
encuentro donde nacieron zambas, chacareras, entuertos, amoros y
poemas. De los grandes poetas que forman el semillero salteo es
menester recordar a Marcos Tames, autor de la obra Recuerdo salteo.

Recuerdo salteo era una zamba, que interpretaba Marcos Tames

en su bandonen, con acompaamiento de guitarra. La Zamba pertenece
musicalmente a Tames y Burgos y no tena letra. Era slo instrumental.
Por finales de los cuarenta y comienzos de los cincuenta se tocaba en
todos los festivales de Salta con gran suceso y algaraba de la gente. Era
muy aplaudida y por esa poca tuvo una gran repercusin en el pblico.

Los das a veces se hacan largos y haba momentos de mucha

nostalgia. Era difcil acostumbrarse a la gran ciudad. En la soledad de
su habitacin en un hotel de Buenos Aires, Juan Carlos Moreno
integrante del grupo folklrico Los Fronterizos recordaba su tierra, su
gente, sus amigos y todos esos pensamientos los escribi en una letra
para esa zamba que no la tena.

All estaba todo lo que extraaba de Salta. Sus fiestas, sus

carnavales, sus mujeres. Todo lo que su corazn albergaba como un
tesoro fue la cuna para el nacimiento de la letra de aquella zamba
inolvidable que escuch el pas entero y estremece el alma de todo
salteo que est lejos de su tierra. Moreno no la registr a su nombre y
se la enva por carta a Don Marcos Tames. Tiempo despus los dos se
encontraran en Salta y Tames agradeci el gesto de Moreno.

As quedaron las cosas, hasta que en 1964 la zamba fue grabada

por Los Fronterizos. Fue un xito inmediato y se convirti en una de sus
canciones ms emblemticas. Les dio una identidad definitiva como
embajadores del canto norteo, de su folklore, su paisaje y su cultura.

Esta es la historia real de cmo se gest este verdadero himno de

los salteos, que desde entonces representa fielmente a Salta desde la
poesa y la msica; y desde los recuerdos felices y hermosos de la vida,
los cuales canta con alegra todo salteo que se ausenta de su Salta. He
aqu sus estrofas.

14
 Renace con emocin
el recuerdo de mi adis:
nostalgias de tu ro,
el valle mo, ceibos en flor.

Hablan de la nostalgia que se siente fuera de la ciudad que les ha

dado el ser y que les trae los bellos recuerdos de la niez.

Vibra todo mi ser

al cantar mi cancin
y al evocar tus cerros,
repica un bombo en mi corazn.

Y nuevamente estos recuerdos integran folklore y paisaje: al

evocar tus cerros / repica un bombo en mi corazn.

Bajo tu cielo estar, Salta, cuna de mi ser.

Como en aquellos tiempos cuando era chango,
quiero volver y sentir en el aire
aromas de albahaca pal Carnaval.

Pareciera ser que la albahaca es algo as como el smbolo

femenino y perfumado del carnaval; que su presencia fresca y frgil
incitara a prolongar la fiesta horas y ms horas, hasta que los primeros
reflejos del amanecer comiencen a pintar las lejanas cumbres de los
cerros. Es la albahaca la que, con su delicada ternura, sirve para la
ofrenda galante o para hacer las veces de intencionado pauelo cuando la
msica es una zamba que se deja or airosa y elegante.

15
 Las flores de mi jardn
tan hermosas no son
como eres t, mi duea,
dulce saltea de mi ilusin.

Si pudiera volar
como el libre zorzal
y cantar en tus rejas
en una noche primaveral.

Estas estrofas manifiestan un limpio y extrao deseo de seguir

cantndole al carnaval. Es como si quisiera continuar caminando por el
aire de las tonadas o que lo alcen en vuelo los pauelos que revolotean
en la feliz primavera.

Los cerros, los ros, y el cielo salteo tal vez hayan sido la musa
inspiradora de este poeta que ha dejado volar su poesa por todo el
firmamento de la patria que lo vio nacer. S, ha dejado ver volar cada
verso como la alta montaa de duros pastos deja ver desplegar su vuelo
al majestuoso cndor.

OFELIA GONZLEZ

16
 REFLEXIONES SOBRE LITERATURA Y FOLKLORE

JEANETTE MARTNEZ

Encontrar un trmino apropiado que d cuenta del vnculo entre

literatura y folklore, sin olvidar que son reas distintas, es un
problema complejo. El folklore, o para hablar con mayor propiedad, el
fenmeno folklrico, es una creacin colectiva, que nace en el seno de
una comunidad y que se transmite tradicionalmente por medio de la
oralidad. La literatura es un arte verbal creado por un autor individual
que utiliza los cdigos propios del lenguaje literario para constituirla. A
diferencia del fenmeno folklrico, su medio de transmisin es la
escritura.

Evidentemente, son reas distintas; entonces por qu leemos y

analizamos literariamente fenmenos folklricos? Rpidamente
podemos responder a esta pregunta recurriendo a la teora que propone
Yuri Lotman en Estructura del texto artstico. Para este autor, el arte es
un sistema de comunicacin, por lo tanto, habra tanto un emisor como
un receptor. Lotman afirma que todo receptor decodifica un mensaje con
su propio lenguaje. Esto es lo que nos permite interpretar literariamente
determinadas manifestaciones del fenmeno folklrico, y es as como se
funda un vnculo entre las dos reas.

17
 Tener en cuenta el sistema de la comunicacin nos permitir
entender por qu razn es tan complejo encontrar un trmino que vincule
el folklore con la literatura.

El fenmeno folklrico no es literatura; sin embargo, puede

decodificarse literariamente. Entonces, podemos llamar literatura a las
creaciones orales? S, porque tenemos la posibilidad de analizarla como
si fuera literatura, pero no, porque no deja de ser una manifestacin
folklrica. Cmo salir de este aprieto? Cmo reconocer tanto la
construccin del mensaje como su decodificacin en un solo trmino?
Para nuestra tranquilidad, Cortazar lo ha resuelto brillantemente,
superando ampliamente otros trminos que quizs provoquen cierto
desconcierto. Veamos por qu.

El trmino literatura oral genera confusin cuando prestamos

atencin a su sintaxis: oral es el complemento que modifica a
literatura; por tanto, todo el acento recae en el ncleo. Con mucha
facilidad podramos entender que en primer lugar es literatura, y que
como aspecto secundario, posee la caracterstica de oral. O bien,
podramos interpretar que la produccin oral se constituye, quizs
inconscientemente, como si fuera literatura, y sabemos que esto no es
as. Nosotros, como receptores, podemos leer literatura, pero no
podemos olvidar que se trata de una emisin folklrica. El mismo
problema encontramos en el concepto poesa oral.

Walter Ong sostiene que la literatura es fundamentalmente

escrita; por ello considera que la denominacin literatura oral es una
contradiccin. As es como elabora la circunlocucin: formas artsticas
exclusivamente orales.

Esta denominacin no genera confusin, siempre y cuando se

tenga en cuenta lo siguiente: podemos construir un mensaje artstico, y
tambin interpretar artsticamente un mensaje no artstico. Las coplas
son creaciones artsticas porque hay una voluntad de modificar la lengua
natural. Diferente es el caso de la leyenda. Esta narracin oral es una
forma artstica, pero no porque haya sido concebida artsticamente, sino
porque el receptor puede interpretarlo de tal manera.

Para Walter Ong, es importante destacar que hay producciones

artsticas que pertenecen exclusivamente a la oralidad, lo cual es cierto.
Los fenmenos folklricos pueden ser construidos artsticamente, pero
no literariamente. Este autor enfatiza en la construccin del mensaje,
pero pierde de vista que la literatura establece su vnculo con el folklore
por medio de la decodificacin que realiza el receptor.

18
 Las tres denominaciones, que hemos examinado, no expresan en
s mismas ese vnculo y esa diferencia de la que tanto hemos insistido.
Pero con los conceptos folklore literario y literatura folklrica,
encontraremos la solucin del problema.

Cortazar llama folklore literario a las expresiones en verso y en

prosa que han llegado a ser a la vez populares, tradicionales annimas y
regionales. 1 Cuando estas manifestaciones son fuente de inspiracin para
autores individuales que se encuentran fuera del ambiente folk, surge lo
que se denomina proyeccin folklrica. La literatura folklrica es
una proyeccin literaria de la vida popular y tradicional.

Con una simpleza extraordinaria, Cortazar encuentra la manera

de subrayar que son reas distintas, pero que pueden establecer un
vnculo.

1
Cortazar, Augusto Ral. Literatura y folklore. El folklore literario. Buenos Aires,
Centro Editor de Amrica Latina, 1992, pg. 5.

19
 Para diferenciar las reas, utiliza dos palabras, un sustantivo y un
adjetivo. El ncleo sustantivo del trmino folklore literario, especifica
el tipo de mensaje, e implcitamente seala quin es el emisor. El
adjetivo indica el tipo de decodificacin.

El ncleo del trmino literatura folklrica, seala que el

mensaje es literario. Su complemento indica la restriccin temtica. Este
segundo trmino revela otra de las maneras que tiene la literatura de
aproximarse al folklore. Cuando los fenmenos folklricos son objeto de
inspiracin para la literatura, se forja un nuevo vnculo.

Colocar un nombre apropiado y preciso, que rena sintticamente

toda la informacin que queremos aludir, puede convertirse en un
trabajo arduo y agotador. Y mucho ms cuando se trata de fusionar
elementos opuestos. El cuidado debe ser extremo, ya que podra generar
malos entendidos. En el presente trabajo hemos reflexionado sobre esos
nombres que intentan vincular dos reas distintas: la literatura y el
folklore.
JEANETTE MARTNEZ

20
 PAYADORES: UN ANNIMO SALTEO

EDITH CAMPOS

Yo he conocido cantores
que era un gusto el escuchar;
mas no quieren opinar
y se divierten cantando;
pero yo canto opinando
que es mi modo de cantar.
Martn Fierro

El folklore, el gaucho y el payador para muchas personas son un

simbolismo de nacionalidad argentina, sinnimos de tradicin, de amor a
la Patria y a la tierra. Las races del payador tradicional vienen desde
muy lejos, de cuando los espaoles llegaron a Amrica trayendo consigo
los romances, cantares y coplas, dando as nacimiento al canto popular
del criollo, cabe resaltar que la primera forma de canto de los pueblos es
la tradicin oral.
Tanto los gauchos cantores como los payadores acompaaron sus
cantos con la guitarra, mientras narraban las costumbres y los modos de
vida del hombre de campo. Esta filosofa rural tiene otra concepcin del
mundo, tanto su moral y sus consejos figuran hasta la actualidad como
marcas de nuestra argentinidad, esto lo podemos demostrar con el
Martn Fierro de Jos Hernndez, una obra emblemtica y representativa
en todas las aulas de nuestro pas.

Los hermanos sean unidos,

Porque sa es la ley primera;
Tengan unin verdadera
En cualquier tiempo que sea,
Porque si entre ellos pelean
Los devoran los de ajuera.

La inspiracin de los payadores est en el pasado, en el presente,

en el canto a la tierra, al amor y a la amistad, al vino y a las mujeres, al
truco y a la taba. Todo un improvisador se abandonaba a la inspiracin
del momento y a la fugacidad de una payada. Si, el payador es un poeta
y su payada es producto de la soledad del gaucho en la inmensidad de la
Pampa y de la necesidad de contar historias, hablar de vidas, sea de la
suya o de la ajena. De igual modo, necesitaba romper con la monotona
del silencio, necesitaba quebrarlo para que todos escuchen su voz, una
voz annima que fluye del interior del mismo pueblo que es digna y que
merece ser escuchada.

21
 Asimismo, es imposible pensar en payada sin asociarlo a la
pulpera, al fogn, al baile, al mate, al asado y al encuentro con el otro a
travs del juego de la taba, de las corridas de caballos o de la ria de
gallos. Los payadores iban de un lugar a otro llevando su canto, en
consecuencia, los visitantes del lugar se enfrentaban con los lugareos en
un duelo sin espadas ni fusiles, solo de palabras, y todo comenzaba
cuando alguno de ellos iniciaba un tema al azar. All, los contendientes
improvisaban hasta que uno de ellos no tena ms frases para retrucar y
as se daba por terminado el contrapunto. Todo un duelo de palabras
donde haba un vencedor y un vencido.

Estos duelos podan durar horas y das, pero la payada tena

reglas que requeran de un gran talento para la intervencin rpida e
inventar la letra de su cancin en un instante. En consecuencia, no
cualquiera payaba, puesto que para hacerlo haba que tener buena
memoria, muchas ancdotas propias y ajenas, quizs por eso los
payadores eran tan libres como el viento.

22
 En el norte argentino el folklore est muy arraigado a nuestra
historia; por ejemplo: a las luchas por la Independencia de nuestro pas o
a las guerras gauchas Lugones las menciona en La guerra gaucha. All el
payador de la comarca aparece combatiendo por la libertad, con armas,
guitarra, canto y sangre. Desde ese entonces se entonan zambas como
La zamba de Vargas, que es annima y comienza as:

Forman los riojanos

en Pozo e Vargas;
los manda Varela,
firme en batallas.
Contra los santiagueos,
con gran denuedo, van a pelear;
ya Don Manuel Taboada
alza su espada: se ve brillar

La provincia de Salta no es la excepcin, pues en el himno

Gloria a Salta se comienza alabando a la tierra saltea y hablando de la
sangre derramada de los gauchos de este modo:

Gloria eterna a la tierra saltea

que a la patria Argentina le dio
con la sangre de sus nobles gauchos
libertad con grandeza y honor

Salta fue la primera ciudad argentina que cant a la patria

naciente, un 16 de octubre de 1810, cuando lleg el ejrcito libertador,
las damas de la sociedad saltea les dieron las vivas diciendo:

En festivos ecos Resuena la voz:

Que viva la patria, Muera el que es traidor

El prestigio de la payada entre el pueblo salteo lleg a la

leyenda, como en tierras pampeanas lo es Santos Vega. En la tierra de
Salta los protagonistas de la leyenda son Crespn y Coyuyo, dos
payadores que se encontraron en una fiesta con amigos y que dieron
primero una exposicin preliminar, muestra de un repertorio
memorizado, ancdotas e historias ciertas o inventadas de andanzas por
diferentes lugares de la regin. Ms tarde lleg la justa del canto
improvisado, el contrapunto, donde Crespn triunf, pero cuando los dos
payadores salen juntos y en los montes de Salta, Coyuyo mata a Crespn,
el ganador de la payada.

23
 La leyenda dice que la amada de Crespn se vuelve ave y que
llora buscando al payador muerto. Mientras que la voz de la chicharra
sera la de Coyuyo, que se esfuerza por cubrir el sonido de Crespina
llamando a su amor.

Tambin hay evidencia del papel desempeado por los

payadores en el mbito popular, porque, tanto ayer como hoy, vuelven a
florecer en el canto actual las coplas de aquellos payadores de antao.
Asimismo tenemos como ejemplo esta copla, que es cantada por los
gauchos de Anta y que el mismo Atahualpa Yupanqui recogi:

Con mi caballo y mi lazo

paso la vida tranquilo.
Tengo un letrero en el alma:
ni me vendo ni me alquilo.

Tambin en el Valle Calchaqu se realiz la formidable epopeya

de la lucha de los nativos contra invasores espaoles, que tuvo por
principal caudillo al cacique Calchaqu, del cual el Valle lleva su
nombre, su herencia aparece en el folklore y el mismo carnaval est
teido de ella. Esto lo podemos encontrar en la fiesta popular de la
chaya, donde la poesa y el canto tienen un lugar primordial, los
lugareos cantan coplas al comps de la caja chayera, que es un pequeo
tambor de origen indio, para dar lugar a los preparativos de la fiesta.

24
 Las viejas coplas, algunas antiqusimas, muchas de procedencia
espaola que han sido modificadas con el paso del tiempo; otras son
criollas o locales, son infaltables y sumamente necesarias para dar
colorido y demostrar el puro sentimiento potico de la gente del lugar.
De igual modo, suele aparecer alguna copla, no de amor o desdn, ni de
queja u homenaje, sino ms bien de protesta, en lo que se asemeja al
payador de tiempo atrs que cantaba sobre la vida misma del hombre
comn.

Mi caballo es caballero,
mejor que el gobernador,
el mandn usa corbata,
mi caballo bajador.

Tambin vuelve aparecer las que representan a las voces

annimas, las que visibilizan lo invisible, las que pone sonido al lamento
mudo:

El cielo es para los pobres,

los que siempre comen mal,
no s si cuando me muera
tendr fuerzas pa llegar.

Salen a relucirse otra vez los modos y las coplas guardadas en la

memoria, echando coplas, del mismo modo que los gauchos cantores
improvisaban. Esto nos lleva a reflexionar que el pueblo necesitado de
tantas cosas, es tambin un necesitado de poesa. Y que, en su necesidad
pare poesa y produce poetas de la tierra misma. Finalizando quiero
dejarles de regalo esta copla.

Canten, canten, compaeros,

por qu se quieren callar?
El fuego que han encendido
no lo dejen apagar.

EDITH CAMPOS

Bibliografa:
Barrera, R. (1998). El folclore en la educacin. Buenos Aires. Colihue.
Dvalos, J. (1948). Los gauchos, Cap. El Coyuyo y el Crespn, pp. 160. Buenos
Aires. Ciordia y Rodrguez.
Hernndez, J. (1872). El Martn Fierro.
Lugones, L. (1944). El payador. Buenos Aires. ED. Centurion.

25
 SALUDOS PATRIOS
(en el 25 de Mayo de 2017)

Amaneci mojada mi bandera

pero el sol resplandece entre sus franjas
porque la Patria brilla en todo tiempo
y es gloriosa y amada.

Con lluvia o sol decimos, compatriotas:

Viva! Viva la Patria!

OLGA FERNNDEZ LATOUR DE BOTAS1

1
No es necesario presentar a esta investigadora, estudiosa y acadmica de nuestras
letras; muy particularmente del folklore. Hoy, en la fiesta patria, recibo el saludo que
enva ella a sus amistades, que nos recuerda bellamente que la Patria (con maysculas,
al modo de la diosa Roma de las monedas antiguas) no es solo un adorno, sino ms
bien un ideario. Y siempre me gusta recordar que el 25 de Mayo es la ms gaucha de
nuestras fiestas. [R.L.]

26
 II ENCUENTRO LITERATURA Y FOLKLORE
(CABA, mayo 2017)

El 22 de mayo de 2017 se llev a cabo el II Encuentro Literatura

y Folklore, organizado por el Dr. Horacio Ruiz y llevado a cabo en el
Instituto de Enseanza Superior N 1 Alicia Moreau de Justo, en la
Ciudad de Buenos Aires, de 18 a 22.30. Comienzo mostrando una foto
de un momento de las actividades.

La seora Rectora de la institucin, Lic. Claudia Bueno, dio la

bienvenida a asistentes y participantes y pudimos aprender y disfrutar,
pues alumnos, profesores e invitados hicieron sus diversos aportes. Hubo
personalidades que se estuvieron personalmente, como los artistas Vitillo
balos, el Payito Sol, Terucha Sol, Walter Soria y Jos Del Bono (en
aras de la brevedad omito otras menciones, tambin muy valiosas, que
nos ofrecieron su calidad interpretativa). Abajo damos un programa de
las presentaciones. [R.L.]

Palabras inaugurales a cargo del Director General del Encuentro,

Dr. Horacio E. Ruiz, de la Rectora, Lic. Claudia Bueno, de la Presidente de
CID-UNESCO, Brbara Thompson Vi, y del Dr. Ral Lavalle.
Payador: Enrique Taranto.
Mesa redonda integrada por alumnos del IES N1 (coordina Marco
Lastra)
Jeanette Martnez: "Reflexiones sobre folklore y literatura" (Universidad
de Morn)
Edith Campos: "Payadores: un annimo salteo."

27
Ofelia Gonzlez: "Recuerdo salteo, un himno de Salta."
Alejandro Lamensa: "Carpas de Salta, un himno de Salta."
Presentacin del do Sobre la Huella y de una pareja de baile del
IES N1.
Lazos entre Salta y San Antonio de Areco
Intrprete: Hctor Lihuel Rodrguez. Ballet Estirpe Surera, Jos del Bono y
Telma Zivec.
Exposiciones de Walter Bizcay Ruiz (Radio La Folk) y Juan C.
Caggiano (WAPA Argentina).
Payadores rioplatenses: Angel Barrera (Argentina) y Saturno Santana
(Salto, Uruguay)
Recital de los grandes de nuestro folklore:
Payito Sol y Terucha Sol. Participacin de Vitillo Abalos.
Semillero de artistas: Kandela Gngora y el do de nias Beln y
Sol de los Milagros.
Cierre del encuentro a cargo del Director, Dr. Horacio E. Ruiz.
Palabras a cargo del escritor de SADE de San Antonio de Areco,
Prof. Rubn D. Gasparini: anuncio del prximo Congreso en San Antonio de
Areco.

Acompa el acto una exposicin de libros y de algunos objetos folklricos

(temas: folklore de Salta y del Uruguay).

INVITADOS ESPECIALES:
Ivn Camao
Radio La Folk (Enrique Obregn)
Ral Chuliver

ADHESIONES:
CID-UNESCO
WAPAMUNDIAL (Asociacin Mundial de Artistas Performticos)
WAPA Amrica (Presidenta: M. Fernanda Grisel, de Venezuela)
ACADEMIA DEL FOLKLORE DE SALTA COFFAR (Consejo Federal del
Folklore)

28
 EL RINCN DE LOS HERMANOS ABRODOS

Mi conocimiento de Manuel Abrodos, hijo del Manuel Abrodos

que fund el gran conjunto folklrico argentino que hoy, en parte, ha
sido olvidado, significa mucho para m. Me propongo en efecto, en este
Cuadernillo, dar a conocer, a partir de ahora, algunas letras de aquellas
canciones. Las pone a mi disposicin el joven Manuel, que contina
guardando fielmente la memoria familiar. [R.L.]

MILONGA PATRIA (Manuel Abrodos)

El Buenos Aires del ayer que rememoro

tiene el perfume delicado de las horas
donde acunaran su honradez en todo
lo que nos legaron: Tradicin y Gloria.

La gran aldea y asomando la corriente

del fervoroso pueblo histrico de Mayo
asamblestas del ao trece
liberando esclavos liberando esclavos

29
 Estribillo
Canta, canta, Buenos Aires!
Y, si alguno no te quiere,
no te pongas triste:
cambiar si bebe
de la savia heroica
que te dio razn
No te pongas triste
que un agradecido
rondar el latido
de tu corazn

Aqu florecen los valores de la raza

forjando alegres el ideal de tu grandeza
oyendo el coro que los libres cantan
desde las campias hasta tus riberas

Eres seuelo de una tierra bendecida

por Argentina, generosa y buena madre
que no extraemos nunca tu sonrisa
ni te llore nadie ni te llore nadie.1

1
Varias cosas podran destacarse de tan bella composicin, pero me quedo con la idea
de que estamos ante un tema folklrico que se vuelve una suerte de cancin patria, pues
con muy breves pinceladas evoca momentos importantes de nuestra historia. Si bien no
soy entendido, creo que nuestros inicios como nacin no prescindieron del folklore,
sino que lo tomaron e hicieron vehculo de los nuevos ideales. [R.L.]

30
 MINUCIAS FOLKLRICAS

Guitarra cubana del folklore

Cul es el instrumento musical bsico del folklore? Creo que mi
pregunta no es buena, porque hay composiciones folklricas que se
acompaan con quenas, con charangos, con bombos la lista sigue.
Pero mi imaginario, bien o mal, cree ver una preeminencia de la guitarra
criolla. En todo caso me gust mucho una dcima de un poeta cubano.
La encontr en una antologa: Las mejores poesas cubanas (Barcelona-
Buenos Aires, Bruguera, 1955). Su autor, Ramn Guirao (1908-1949).
La dcima en cuestin se llama justamente Guitarra.
Boca, lgrima, madera,
cuerda de acero y espina
al dedo que no te afina
clavndose en tu cadera.
Amante de larga espera,
espera larga de amante.
Jacinto, nata, flamante
galope de cal y plata,
diapasn de agua escarlata
para mi sangre quemante.
Como en muchos sitios el acompaamiento varias veces, el
protagonismo folklrico ha residido en esta ctara del pueblo, quise
rendirle aqu mi homenaje con estos bellos versos.
Nicols Demio

Una foto para darme corte

31
 En la foto de arriba me ves, amigo lector, junto al Payito Sol y
su esposa Terucha. En la de abajo me doy importancia junto a Vitillo
balos. Te pido perdones, querido lector, mi arrogancia arrogancia
por mrito ajeno.
Ral Lavalle

32