Chile, "Breve Historia de Magallanes"
Chile, "Breve Historia de Magallanes"
Chile, "Breve Historia de Magallanes"
Mapa de Portada :
Fr etum Magella nicum , Pieter Keer (1598 )
lmpre o en Chile
"La Prensa Austral Ltda ." Punta Arenas , Magallan es
2002
BREVE UISrORIA
DE MAGALLANES
Prlogo / 7
Sntesis geogrfica / 9
7
en el meridin . Para facilitar su lectura y comprensin
hemos prescindido de referencias eruditas y hemos
limitado las notas de pie de pgina a lo estrictamente
indispensable.
EL AUTOR
8 ---
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-------
SNTESIS GEOGRFICA
lO r
aguas y vas tributarias. De ese modo el territorio
maga lln ico muestra una singu lar interrelacin entre
las tierras emergentes y las aguas marinas circundantes,
que al facilitar la intercomunicacin result determinante
para el establecimiento y la evolucin de la vida humana
en tiempos pretritos e histricos.
El relieve, adems de definir las formas del suelo
condiciona expresiones climticas diferentes. As, los
vientos ocenicos cargados de humedad procedentes
del cuadrante suroeste, al chocar con el macizo
cordillerano dan lugar al desarrollo de precipitaciones
continuas y abundantes, que hacen del flanco occidental-
sudoccidental (distrito archipielgico) un vasto sector
dom inado por la humedad, que admite dos tipos de
clima: el templado fro de gra n humedad , que reina
en general hacia el norte del estrecho de Magallanes,
y el de tundra isotrmico, propio del archipilago
sudoccidental fueguino. Un tercer tipo de clima, de hielo
por efectos de altura, domina las franjas cordilleranas.
La vertiente oriental posee dos expresiones climticas
que son notoriamente menos rigurosas que las de
la vertiente opuesta , como son el trasandino con
degeneracin esteparia, vigente en la ancha franja
precordillerana, y el de estepa fra que domina el extenso
distrito homnimo. Estos climas del oriente territorial
estn definidos por una pluviosidad menor y decreciente
segn se aleja del cordn andino , por temperaturas
templado-fras con variaciones estacionales y por la
vigencia de un sistema elico que se hace sentir de
preferencia en primavera y verano. La climatologa
regional est definida no slo por estos tipos difercn-
ciadores, sino tambin por un rgimen de tiempos
sujeto a permanen te inestabilidad, lo que hace de la
variabilidad clim tica una de las caractersticas nat urales
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regiones chilenas, afirmando la individualidad especfica
de su diferente raigambre y tradicin histricas.
Por su ubicacin meridional y por sus caractersticas
geogrficas la Regi n de Magallanes se encuentra
virtualmente aislada del resto del territorio chileno
por la va terrestre, conexin que nicamente se da a
travs de Argentina, cuyo suelo conforma la va natural
de acceso por el lado oriental. En cambio, por la va
martima, dada su posicin terminal y triocenica ,
es posible acceder con facilidad a la Regin a travs
de los ocanos Pacfico y Atlntico o cruzando el
Antrtico (Paso Drake). Por la va area , Magallanes
est comunicado con el resto del territorio chileno
y con Argentina, y a travs de ellos con el resto del
mundo; as imismo lo est con el territorio polar y
con el archipilago atlntico de las islas Falkland o
Malvinas.
Poltica y administrativamente la Regin se divide
en cuatro provincias: ltima Esperanza, Magallanes,
Tierra del Fuego y Antrtica Chilena. La primera
comprende el archipilago y la tierra firme patagnica
situada al occidente de los Andes y al norte del grado
5230 ', y el distrito trasandino histrico que diera
nombre al territorio. Se divide en las comunas de
Natales y Cerro Castillo. La provincia de Magallanes
abarca el resto del territorio continental patagnico
(Magallanes centro-oriental y pennsula de Brunswick),
las islas Riesco y Dawson y algunas otras menores
hacia el suroeste. Este se divide entre las comunas
de Ro Verde , Laguna Blanca, San Gregorio y Punta
Aren as. La provincia de Tierra del Fuego se extiende
sob re toda la parte chilena de la isla grande homnima
al norte de los Andes Fueguinos, con las comunas
de Pr imavera , Porvenir y Tim ukel. La provincia
LA PRESENCIA'DEL HOMBRE
EL POBLAMIENTO ORIGINARIO
(DESDE EL DCIMO MILENIO
A.e. HASTA EL SIGLO XVI)
A
lrededor de nueve mil aos antes de Cristo ,
quiz slo cuando haban tran scurrido alguno s
siglos desde el trmino de la ltima glaciacin
registrada en la Patagonia , los primeros hombres
hicieron su aparicin en el actual territorio magallnico.
Las condiciones ambientales se presentaban favorables
al asentamiento humano, el clima era moderadamente
fro y abundantes pastos cubran el terreno , ocultando
paulatinamente el rastro dejado por el pa so de los
hielos, y la vida animal se desenvolva y prosperaba
libremente.
Los recin llegados formaban parte de grupos de
E PV HI 1 )11 l : l Magallan" 19
Los anikenk y slknam pertenecan a la misma raz
tnica y Iingustica. Aunque diferenciados culturalmente
ambos grupos mantenan entre s similitudes esenciales:
eran nmades cazadores y recolectores , que vivan
en toldos de palos recubiertos con cueros cosidos, y
vestan principalmente con pieles de guanaco; eran
de estatura aventajada y de cuerpo robusto, fornidos
y vigorosos. Posean creencias religiosas acentuadas,
tenan una rica mitologa, respetaban a sus muertos y
eran de ndole belicosa. Los anikenk constituan el
grupo meridional de la nacin tehuelche y junto con los
slknam formaban parte de la gran raza pmpida.
Kawskar y ymana pertenecan al conjunto
u qudo: cultural y lingusticamente diferenciados se
asemejaban en usos y costumbres: ambos grupos eran
nmades marinos, que utilizaban la canoa como elemento
fundamental de su vida; eran recolectores, pescadores
y cazadores. Sus viviendas estaban confeccionadas con
palos recubiertos con ramas y cueros sueltos, y vivan
prcticamente desnudos, con el cuerpo untado con
grasa de animales marinos. Fsicamente eran de talla
baja y en todo caso notablemente menos vigorosos
que sus congneres terrestres.
Cada etnia tena su propio territorio que cuidaba
celosamente ; con todo exista algn tipo de relaciones ,
aunque escasas, con un limitado intercambio, que se
daban entre kawskar y ymana en el rea de hecho
comn de los canales vecinos al Brecknock, y entre
algunos grupos de aqullos -pecheray y huemul- y los
anikenk en las zonas del canal Fitz Roy y costas de
la pennsula de Brunswick, principalmente. Tambin
haba trato entre kawskar y slknam en las costas de
la baha Intil y en el seno del Almirantazgo, en la parte
de contacto con el lago Fagnano. Onas y ymanas,
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finalmente. entraban en relacin en los sectores aledaos
a la costa se ptentriona l de l canal Beagle .
Se desconoce cu les pudieron ser, en cantidad, las
poblaciones de las diferentes etnias. En cualquier caso, se
trat de grupos poco numerosos, de vida relativamente
breve (quiz no mayor de cuarenta aos en promedio),
directa me nte re lacionada con la disponibilidad de
recursos alimentarios en los correspondientes territorios
tnicos. Estimac iones cientficas de valor universal,
basadas en esa circunstancia -la caza y la recolecci n-,
infor ma n so bre una relacin terica de un individuo
por cada veinticinco kilm etros cuadrados de territorio .
Esto permitira ca lcular pa ra Magallania una poblacin
prom ed io posible de alrededor de tres mil personas
por cada grupo tnico -con ca rc ter est able y rpida
ren ovacin - lo que dara una poblacin de doce mil
almas para el total del conjunto vital aborigen existente
al tiempo del arribo de los es pa o les.
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l desc ubr imiento de l te rr itorio maga llnico
constituy un a co nsecuencia indirecta de la
bsqu eda de l paso ocenico que deba poner
en contacto a Europa co n las nacion es de l Leva nte.
36 or
MAGALLANIA: Expediciones descubridoras
y exploradoras siglos XVI al XVIII
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TERRITORIO DE MAGALLANES:
Exploraciones y Navegaciones 1800 1840
Ocupacin, asentamiento precolonizador
y exploraciones 1843 -1879
Golfo
de San Jorge
Entre 1826 Y f 8 34
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viva dur ant e un siglo, persistiendo en el nimo de los
supe riores el inters por fundar nuevas reducciones
en el extremo sur del continente. En este afn los
religiosos llegaron hasta el mismo rey de Espaa ,
quien dio su expresa autor izacin para adelantar y
materializar el proyecto, tanto ms cuanto que l serva
para poblar las tierras del Estrecho , que el mon arca
deseaba conse rvar den tro de sus dominios, ya que
por entonces se tema que fueran ocupadas por otras
potencias euro peas. Pese a todo, el proy ecto no pud o
realizarse, pero el inters por las regiones meridionales
continu latente sin emba rgo entre las autoridades
administrativas y religiosas del Reino de Chile. Fue
en este contex to que durante el tercio final del siglo
XVII y buen a pa rte del siguien te, tuvieron ocurrencia
var ias expediciones exploratorias que se desarrollaron
en los distritos archip ielg icos del norte y sur del golfo
de Pen as, pero que no consiguieron alcanzar hasta el
estrecho de Magallan es.
En la seg unda mitad del siglo XVIII se registraron
import ant es viajes de exploracin y estudio po r las
aguas magallnicas, destacndose los de los britnicos
como doro J ohn Byron y ca pitn James Cook, el del
francs Luis Antoni o de Bougainville y los de los
es pao les Antonio de C rdo ba Laso de la Vega y
Alejandro Malaspina , italian o al serv icio de la corona
cas tellana. Estas expediciones, que contaron con el
concurso de cientficos de nota , permitieron corregir
erro res, agregar an tece dentes y, en fin, enr iquecer
en grado important e el conoci miento geogrfico de
Magallan es.
La preocupaci n re ligiosa de las a utoridades
corres po ndientes de Chile a que se hizo referencia
a nterior me nte , llev a los Jesuitas , misioneros y
40 B ~ 1I .r
Hacia 1840, en la vspera de la ocupacin chilena ,
el terri torio poco o nada haba cambiado con respecto
a su estado en la poca del hallazgo por los europeos.
La nica nove dad se haba producido en sus agua s
y costas , a ho ra ms concurridas por naveg antes,
cientfi cos y ca zado res marinos , mientras que los
anikenk, de nm ades pedestres haban devenido en
nmades mo ntados gracias al domini o del caballo,
introducido por los espaoles en Chile y en las riberas
del ro de la Plata .
Para entonces los anikenk cruzaban en una y otra
direccin las estepas patagnicas boleando avestruces
y guanacos, especies que poblaban por millares los
ca a do nes y lla nura s, recorriendo sus pa rad er os
tradicionales (aiken) y apareciendo peridicam ente en
la bah a de Sa n Grega rio , el principa l de ellos , para
entablar con tacto y mantener trato con los hombres
blancos.
Las naves que de tarde en tard e se ap arecan por
las aguas del estrecho de Magallanes tenan sus puntos
casi obligados de recalada. todos situados sobre la ribera
norte . Las costas fueguinas eran contempladas slo a
la distancia y nave alguna daba fondo en sus cercanas,
por falta de puerto ap ropiado. La mencionada bah a
de San Greg ari o era el primero de estos pun tos de
recalada trad icional, viniend o desde el Atlnti co. All
se alzaban toldos a nikenk y en ese lugar se estableca
relacin entre ellos y los europeos o norteamericanos
y se trocaba carne fresca de gua naco y algunas pieles
a cambio de prendas y abalorios.
Pro siguiend o la ruta , las singladu ras de los nave-
gant es conducan a Puerto Famine, denominacin con
la que en la poca se conoca a la actual bah a de San
Juan y que se abre algunas millas al sur de la ubicacin
OCUPACIN Y COLONIZACIN
(1843 -1905)
42
acerca de las tierras pat agni ca s y fueguinas. Lo poco
conocido, era patrimonio bien del ambiente marinero
propio de puertos tales como Valpar aso , Talcahuano
y Ancud, bien de ciertos espritu s ilustrados que haban
obtenid o referencias a travs de la lectur a de relacion es
de viajes y exp lorac iones en tan rem oto pas .
Para las potencias europeas a su turno, en especial
para Inglat erra y Francia , la s tierras australes del
co ntine nte a me rica no era n res nullius, esto es, de
nadie ; en co nsecue ncia miraban co n ojos imperialistas
dichas reg iones, lugar obligado de paso entre los dos
m s grandes ocanos de l globo, sitio de recalada en la
larga ruta entre las respectivas metrpolis y las colonias
de a llende los ma res. Francia. en pa rticular, cobr
especial inters por el Estrec ho y sus tier ras, y en
sus planes de expa ns in co lonial co me nz a verse
co mo posible un establecimiento galo en la Patago nia
austral. El go bierno de l rey Luis Felipe se hallaba
preci amente en las fases finales de los preparativos.
cuando so brevino la ocupacin ch ilena.
La incorporacin efectiva de los actuales territorios
que co nforma n las regiones de Aysn y Magallan es se
debi a la inspiracin genial de Bernardo O 'H iqqins,
fundad or de la Repblica y libertador de Chile .
La inquietud y preocupacin de ' Higgins por las
tierras patag nicas y fueguinas, y sus habitantes, debe
situarse crono lgica me nte en la eta pa fi na l de su vida.
vale decir, en aquella que se inici co n su abd icacin
al mando supremo del pas y se ce rr co n su muerte.
Cabe supone r que no hubo lugar par a tal inquietud
mientras dab a cima a la libe rtad de Chile . En cambio
en el os tracis mo, liberad o l mismo de pre iones y
descargado su es pritu de pa sion es y rencores, pudo
entregarse de lleno al estudio y co nocimiento del suelo
R, Hlttrll:J 111111111 43
lejano. El contacto personal con marinos y navegantes,
y la lectura de obras de gegrafos y viajeros, fueron
dando forma a la visin o'hiqqiniana de la Patagonia
o Chile Nuevo como con preferencia sola nombrarla ,
utilizando para ello la denominacin geogrfica en
boga durante el siglo XVIII.
La "faceta patagnica" de O'Hiqqins es algo que
llena de asombro. Ella revela en el prcer una visin
de estadista, tanto en la apreciacin de la realidad
inmediata, como en su proyeccin futura y, desde
luego. una clarividencia geogrfico-poltica que lo
destaca singularmente entre todos sus contemporneos,
Persuadido. ms por intuicin que por conocimiento,
quiso la incorporacin de aquellas tierras secularmente
chilenas, la Patagonia, la Tierra del Fuego y aun las
tierras polares, al viejo tronco nacional, de forma que
se estructurara la unin de la gran familia chilena como
personal y acertadamente la calificara.
Si bien, al parecer su preocupacin era ya anterior,
fue el 24 de octubre de 1830, fecha de su primera carta
al general Joaqun Prieto. el hito inicial de la abundante
documentacin conocida. en la que durante ms de
una dcada y hasta el fin de sus das fue vertiendo
y comunicando su inquietud. y al propio tiempo
entregando el gran mandato a sus compatriotas. Inditas
algunas, apenas conocidas las ms , archidivulgadas
otras, como aquella escrita al capitn Coghlan, en todas
se manifiesta su idea matriz y motora: la incorporacin
de la Patagonia y Tierra del Fuego, y su concrecin
inmediata, la ocupacin del estrecho de Magallanes,
llave del sur y del Antrtico.
La suma de sus ideas puede condensarse en la
civilizacin , evangelizacin e incorporacin de las
naciones indgenas que poblaban las tierras patagnicas
44 t-\I
y fueguinas, el desarrollo de los nuevos territor ios
mediante la agricultura, la industria y la inmigracin
fecunda ; la ocupaci n del Estrecho , su navegaci n y la
colonizacin de sus tierras; la definicin precisa y cabal
de los lmites jurisdiccionales del Chile oriental indiano ;
la co nce pcin del valor estratgico de los territorios
austra les en la co njuncin oce nica y el sealamiento
-precursor- de la regin antrtica como parte integrante
del patri mon io territorial nacional.
En lo que al estrecho de Magallanes toca, 'Higgins
ya en 18 36 co ncibi , madur y elabor proyectos
de navegacin y colonizaci n, que ac tua liz en 1841
cuando se inici el trfico mer cante a vapor por dicha
ruta . Y en 1842 esc ribi nada menos que siete cartas
al Presidente Man uel Bulnes y a su Ministro del Interior,
remitiendo la documentacin completa que contena sus
estudi os y proyectos. De es ta man er a , el gobierno de
Bulnes hizo suyo el plan o'hiqginiano y, sobre las mismas
bases que el prcer elabo ra ra , dispuso las medidas
inmediatas que habran de permitir la ocupacin efectiva
de las tierras patag nicas y fueguinas.
La resp onsabilidad de organizar la expedicin
destinada a tomar posesin e iniciar la co lonizacin
de la regin del Estrecho fue co nfiada al intendente
de Chilo , Domingo Espieira , funcionario diligente
y activo que cumpli co n particular celo su cometido,
de tal mod o que el 21 de mayo de 184 3 zarpaba del
puerto homnimo la goleta nacional Ancud al mando
del capitn de fragata J uan Williams, con un total de
veintitrs personas a bord o, entre tripulan tes, soldados
y supern umera rios .
Tras un viaje que tom cuatro meses y que no
estuvo libre de algun as peripecias, la A ncud dio fondo
el da 21 de se ptiembre frente a la punta de Santa Ana,
46 Br , Histor ra d 1 allan, s
haba de mover la colonia a un sitio m s adecuado,
y luego de explorar personalmente buena parte de la
costa oriental de la pennsula de Brunswick con tal
objeto, dispuso su traslado medio centenar de kilmetros
hacia el norte, a terrenos que le parecieron los ms
apropiados y que se situaban junto a las mrgenes
del ro del Carbn, en el lugar conocido como Punta
Are nosa . Una vez llevado el ganado, iniciadas las
siembras, levantadas las construcciones fundamentales y
trasladadas a ellas la mayora de las familias, Mardones
fij all su sede y residencia, naciendo el 18 de diciembre
de 1848 el casero de Punta Arenas , que con los aos
habra de llegar a ser capital de una rica regin y ciudad
principal de la Patagonia .
Con la fundacin de Punta Arenas no slo se
sa lvaba la incipiente colonizacin nacional, sino que se
afirmaba adems definitivamente la soberana de Chile
sobre el territorio. El nuevo establecimiento habra de
ser a su turno con el correr del tiempo la base principal
de todo el poblamiento humano y del desarrollo de la
vasta extremidad meridional de Amrica.
A poco andar, sin embargo, y cuando la aldea
floreca, en noviembre de 1851 , una dolorosa tragedia
-e l motn promovido por el teniente Miguel Jos
Cambiazo- signific la prdida de muchas vidas , entre
otras la del propio gobernador, capitn de fragata
Benjamn Muoz Gamero, ocasion grandes daos
y virtualmente puso a punto de ruina a la naciente
poblacin. Los hechos fueron consecuencia natural
de la condicin de lugar de relegacin penal que el
gobierno de Santiago haba dado a su establecimiento
austral , expresin clara de una poltica administrativa
equivocada que demostr no entender el verdad ero
sentido y las proyecciones que tenan y deban darse
47
a la Colonia de Magallanes. Lamentablemente el
error tardara aos en rectificarse y a costa de subido
precio.
Restablecida Punta Arenas a partir de agosto
de 1852, debido a la preocupacin y diligencia del
nuevo gobernador Bernardo E. Philippi, veterano de
la expedicin de la Ancud, al cabo de poco tiempo
sus habitantes debieron lamentar la muerte de su
ilustre mandatario a manos de los indgenas, como
consecuencia postrera de los dolorosos sucesos
que haban tenido como protagonista a Cambiazo.
Comprendiendo el gobierno del Presidente Manuel
Montt que Magallanes no podra prosperar si no
se llevaba adelante una poltica que fomentara su
desenvolvimiento, se decidi otorgarle la calidad de
"Territorio de Colonizacin" (1853) . Sensiblemente,
esta disposicin administrativa no pas de buen deseo,
pues no fue acompaada de otros actos que la hicieran
practicable. de modo tal que la colonia no slo no pudo
adelantar, sino que en el hecho continu sirviendo
como establecimiento penal. Punta Arenas, as, hubo
de languidecer durante casi dos dcadas, en que no fue
ms que un msero punto habitado por dos centenares
de almas perdido en la inmensidad patagnica, debiendo
su subsistencia nicamente al trfico de pieles y
plumas con los a nikenk, y al precario subsidio que le
proporcionaba el Estado.
Pero fue con la segunda administracin del
Presidente Jos Joaqun Prez que se seal el
advenimiento de nuevos tiempos para la Colonia de
Magallanes. que ya enteraba el cuarto siglo de vida
azarosa e infecunda.
Una serie de felices y bien inspiradas medidas
administrativas de buen gobierno, asociadas a circun s-
4
tancias auspiciosas de diversa ndole, bastaron para
generar un proceso de cambio, incipi ente e n sus
comienzos y vigoroso de spus . que en pocos aos
transformaron a la msera aldea que era Punta Arenas
en 1867, en un bullente emporio de vida y riqueza
durante el ltimo tercio del siglo.
El 28 de noviembre de 1867 era de signad o
gobernador de la Colonia de Magallan es el capit n de
corbeta Osear Viel, oficial distinguido de la Arm ada
Nacional. que se destacara como un funcion ario que
dara cabal muestra de capacidad, compe tencia, visin.
energa y labori osidad en el manejo de los negocios
y asuntos de su gobernacin . Viel habr a de se r el
mandatario apropiado que el tiempo requ era .
Esta designacin fue seguida a los po cos das
por el decreto del 2 de diciembre del mismo a o que
estableca una serie de beneficios y venta jas destinados
a estimular la inmigracin y radicacin en el territ or io.
medida plausible que prob se r inmediatamente eficaz.
A ello se agregaron los decretos de 13 de julio y de
21 de septiembre de 1868 que otorg aron a Punta
Arenas las calidades de "puerto menor" y "pue rto
libre", respectivamente , disposiciones stas de evidente
beneficio para el ulterior de sarrollo de la coloni a . As.
para la historia regional el gobierno del President e
Prez result ser providencial.
A estas medidas se sumaron circunsta ncia s
auspiciosas, como el establecimiento de la lnea regular
de vapores Liverpool-Valparaso. de la Compa ia
Inglesa de Vapores (The Pacific Steam Navigati on
Company) , con puerto de recalada en Punta Arenas
(1868). que junto con vincular a la colonia con los
puertos europeos sirvi para activar el comercio en
general; y otras fortuitas, como el feliz hallazgo de arenas
-------
Br' 111 Inri 1 el MI Jilll<.Jn 49
aurferas en el ro del Ca rbn. Luego, otras acciones
promovidas o adoptadas por el propio gobernador,
algunas de objetivo econmico, como la explotaci n
de los yacimientos de ca rbn de pied ra (lignito), la
insta lacin de un aserradero destinado a la produccin
de madera de construccin y la hijuelacin rural y
distribucin de parcelas entre los colonos, con el fin de
fomentar la agricultura. Adems de otras de sentido
social, como la creacin de una escuela pblica , el
ordenamiento de l servicio de correos, la habi litacin
de un dispensario para la atencin de enfermos, la
reconstruccin de edificios pblicos y el ordenamiento
urbano de Punta Arenas. Adase an las consecuencias
beneficiosas directas de los decretos ya mencionados,
como la inmigracin, el incremento del comercio y del
trfico martimo, con lo cual se configur un cuadro
de progreso nunca antes imaginado. En breve lapso
los resultados estuvieron a la vista: hacia 1871 , al
concluir el primer trienio de Viel, la poblacin de la
colonia haba crecido hasta llegar a 800 almas; igual
haba acontecido con los distintos ramos de la actividad
econmica, y donde a ntes re inaba el desaliento y
la miseria , ahora se apreciaba optimismo y trabajo
creador, anticipos seguros de prosperidad.
Vigorizada Punta Arenas, no tardaron en expandirse
los lmites de la colonia . Tmidamente en un comienzo,
afincando casi a la vista de la aldea , se establecieron
los primeros colonos, luego se extendieron hacia el sur
y hacia el norte a lo la rgo de la costa de la pennsula
de Brunswick, poblando con hacienda vacuna. Los
traficantes de pieles y plumas, perdido ya el temor que
antao los con strea en los lindes de Punta Arenas.
se la nzaron hacia el desconocido interior y hacia las
pampas del Atlntico , a lcanzando hasta el ro Santa
so -------- -------
Cruz y an ms al norte. Audaces cazado res marinos
por su parte , se internaron en el laberin to de cana les
fueguinos y patagnicos en procura de preciadas pieles.
Se haba iniciad o as un proceso de expansin que
tom ara varias dcadas y que cubrira la totalidad del
territorio pat agnico aus tral, la Tierra del Fuego y
alcanzara hasta la inmen sidad antrtica.
Simultneam ente Viel, qu ien ent re tanto haba
sido ren ovad o en su ca rgo por un nuevo perodo,
se hab a e rigido e n defensor celoso y vigilante de
la integridad territor ial y de los derechos de Chile
al dominio de la Patagonia , entonces cuestionados
por la Repbli ca Argentina . En tal condicin realiz
distintos ac tos jurisdiccionales en resguardo de la
sob erana na cional, entre los cua les se destaca el de
hab er de sbaratado el inten to del capit n Luis Piedra
Buena par a oc upar y funda r e n San Grega rio . A
su turno , y as um iendo la iniciativa , estableci dos
ca pitanas en Ro Gallegos (1873 ) y Los Misioneros
(Santa Cru z, 1874), de efmera existencia por causa
de la indecisa poltica que sobre la materia sostena el
gob ierno de Santiago.
En 1874 Viel , ascendido en su grado naval,
debi resigna r el man do de la Co lonia de Magallanes
que hab a go be rnado por espacio de siete aos. Su
administraci n constituye un hito de relevancia en el
desarrollo histrico de Magalla nes. Con l se inici un
largo siglo de progreso y gracias a su atinada gestin
se conso lid de fi nitivamente la presencia nacional en
la Patagoni a austra l.
Ya desde 1870 hab an comenzado a llegar a las
playas puntaren en ses, aislados o en pequeos grupos
los prim eros inmigrantes europeos. instalndose en la
coloni a y dando comienzo a distin tas act ividades. El
Breve H is to r ia de Magallanes 51
gobernador Viel buscaba con entusiasmo su radicacin
pues estimaba, con so brada razn , que su presencia
contribuira a fomentar la naciente pro sp erid ad del
territorio. Para ello instaba con pe riodicidad al ministro
de Chile en Buenos Aires, rogndole proc urase desviar
hacia el Estrecho algunos de los millares de emigrantes
que por la poca llegaban en gran cantidad a las riberas
del Plata . Para 1874 ya estaban establecidos varios
franceses, algunos ingleses y aleman es, y poco despus
come nzaron a arribar los prim eros continge ntes de
colonos suizos. hasta enterar los dos centena res en los
prximos cinco aos.
Durante el ao 1874 llegaron tambin a Punta
Aren as dos hombres cuyos destinos y los de sus
fam ilias habran de asocia rse nt imamente con e l
prog reso patagnico: un joven y animoso asturiano ,
J os Men endez, llamado a ser un vigoroso impulsador
del desarrollo de Magallanes y la Patagonia toda , y
Elas Braun, nacido en Rusia. de ascendencia hebrea
y cultura a lemana, acompaado de sus hijos . uno
de los cua les, Mauricio -hombre ge nia l y creativo-,
habr a de convertirse en otro de los colosos pilar es
del crecimiento austral. Los nombrados junto con el
portugus Jos Nogueira y otros hombres de trabajo y
visin formaran la avanzada pionera que en pocos aos
transformara la vida y la economa de la Patagonia
meridional, impulsndo la aceleradamente por el camino
del pro greso y la civilizacin.
Con la llegad a de los colonos se iniciaron las
primeras exploraciones del vasto territorio que se
abra al norte de Punta Arenas. Las sucesivas noticias
que fueron llegando , confirmaban la existencia de
exce lentes tierras de pastoreo en la zona esteparia.
Se vio en tonces la necesidad de hacerlas productivas
52 l..< I
poblndolas con hacienda y se mir hacia las islas
Malvinas en donde se practicaba con xito la crianza
lanar. Correspondi al sucesor de Viel, sarge nto
mayor Dieg o Dubl Almeyda , tom ar la decisi n que
lo consagrara entre los mandatarios ms progresistas
de Magallan es. En efecto, ade ms de recomenda r la
conveniencia de establecer la explotacin ovina como lo
haban hecho algunos de sus antecesores, uni la accin
a la palabra y se tra slad en la corbeta Chaca buco al
archipi lago malvinero, en donde procedi a adqui rir
una partida de trescientos an imales que vendi a su
regre so al comercia nte ingls Enrique Reynard, quien a
su vez coloc el ga nado en la isla Isabel expresamente
cedida para tal objeto (1877). Ot ros colonos, Cruz
Daniel Ramrez, en la isla Magdalena, y Marius Andrieu,
en las pampas de San Gregario , instalaron nuevas
partidas que con variada suerte sirvieron para confirmar
la favorable aclimatacin de l ovino en las vrgenes
y pastosas es tepas. Naca as la ganadera lanar de
la Patagonia que hab ra de constituirse en pocas
dcadas en la industria madr e del progreso y motor de
innumerabl es iniciativas favorabl es al desarrollo.
El movimiento merc antil de la co lonia por otra
parte acu saba un notorio increm ento, clar a expresin
de la creciente actividad ; las importaciones en 1876
sumaron $ 175 .860, en moneda de la po ca , ca ntidad
que ms que decuplicaba el monto de 1870 y que
mostraba la favorable influencia del trfico mar timo.
Las exportacio nes a su turno ($ 76 .605), acusaban un
aumento igual al doble de lo expo rtado en aquel ao,
siendo los principales rubros de comercio las pieles y
plumas de animales silvestre s, el carbn de piedra , las
maderas y los cueros vacunos.
Cuando as se apreciaban los prim eros signos
54
conjura r el pe ligro, retornando la colonia al camino de
progreso po r el que se encaminaba antes del motn . Se
pud o as llevar ade lante y sin recursos extraordinarios
la reconst ruccin de ed ificios, se reabri el come rcio
y se reinici la act ividad econmica general, de tal
ma nera que muy pronto la preocupacin laboriosa y
creadora de la poblacin pe rmiti mitigar el recuerdo
de los do lorosos sucesos. He ah la mejo r pru eba de
la ca lidad de la comunidad que iba cobra ndo forma
en el rincn entonces ms oscuro y olvidado de Chile
que era Magallanes!
Entre tanto , dos oficiales de la Armada Nacion al,
los tenientes Juan Toms Rogers y Ramn Serrano,
expedicionaban respectivamente hasta el interior de la
Patagonia y la Tierra del Fuego, permiti endo ampli ar
el conocimiento general del territori o y de sus recursos
nat urales.
La introduccin de ovejas prosigui amparada y
alentada por el gobernador Wood , quien con liberalidad
otorg autorizaciones de ocupacin de terrenos pastoriles,
entendiendo cabalmente que sta era la nica forma
de promover su aprovecha miento y desarrollo. As,
entre 1878 y 1883 se pobl con hacienda lanar tod a
la parte norte de la pennsula de Brunswick, la costa
de l mar de Skyring y todo e l litoral del Estrech o
entre Cabeza de l Mar y Dungeness , y aun parte del
interior, advirtindose por la misma po ca el primer
inters en ocupar los campos fueguinos. La crianza ,
llevada adelante con esfuerzo y sacrificios, prosperaba
generando trabajo y nuevas actividades. A Reynard.
Ramrez y Andri eu, se sumaron despus Nogu eira ,
Me n nde z, Braun. Elgueta , Roux , Fenton , Wood ,
Stubenrauch, Wehrhann y muchos otros que confor-
maron una falange de pioneros que sin parar mientes
56 1
---
l\ n
los slknam. Luego en 1884 se descubri, casualmente,
oro aluvial en la costa del cabo Vrgene s, y finalmente
en 1885 el ingeniero rumano Julio Popper en contraba
las arenas aurferas de Pramo en la baha de San
Sebastin, en suelo argentino.
Como Punta Arenas era el cen tro de vida de
la regin austral all llegaron las noticias y la fiebre
aurfera envolvi a su poblacin. As su nombre y el
de Magallanes, asociados al oro , corri eron de boca en
boca trasponiendo leguas. A poc o, los barcos de la
carrera no tardaron en dejar partidas de aventureros
buscadores e inmigrantes, casi todos atrados por el
dorado seuelo. Con el auge aurfero crecie ron el
comercio y toda clase de negocios, enton ndose la
vida de la floreciente Punta Arenas, transformada en
un pueblo cosmopolita en donde alternaban prsperos
empresarios, recios hombres de trabajo y esforzados
colonos -los ms- y aventureros soadores y truhanes
-los menos-o El tranquilo villorrio de antao, sin alterar
an su modesto aspecto de poblacin de frontera , con
sus casitas de madera tinglada, su deplorable higiene, sus
acequias malolientes, con sus calles barrosas en invierno
y polvorientas en verano, por las que transitaban jinetes
y carretas "chanchas" tiradas por cansinos bueyes", con
sus despachos y tabernas , era entonces una colmena
que bulla de febril actividad.
El grado de desarrollo que iba alcanzando el
territorio motivaba, por circunstanciasde tipo geogrfico,
la dispersin de los distintos centros de vida y trabajo,
lo que exiga una vinculacin adecuada y regular, tanto
Br v Hi sto r ia de MagalJanes 57
que ya para 188 7 el gobernador Francisco Sampaio
al informa r al Supremo Gobierno sobre ello, sealaba
la necesidad imperiosa de contar con un vapor oficial
que pusiera en comunicacin a Punta Arenas con
las costas del sur, en donde animosos colonos tenan
en trabajo numerosos aserraderos, con el litoral del
Estrecho donde creca y prosperaba la explotacin
ovejera y con Tierra del Fuego en donde ya radicaban
sobre doscientos pob ladores y mineros. Por otra parte
se explotaban con xito los yacimientos carbonferos
de mina Marta , en la costa del mar de Skyring, y
prosegua con el ritmo de antao la caza de lobos
en los archipilagos occidentales, actividad en la que
destacaban Jos Nogueira y el piloto dlmata Pedro
Zambelic. En la ganadera las trescientas ovejas de 1877
sumaban 40 .000 en 1885 y 300.000 en 1889, mientras
que la poblacin del territorio , ahora urbana y rural , se
empinaba sobre los dos millares de almas.
Al fin adquiran visos de realidad los pensamientos
de O'Hqgns, Mardones, Viel y otros visio na rios
del pasado, que haban previsto el desenvolvimiento
progresista de Magallanes!
Todo este crecimiento se deba en inmensa medida
al genio y al trabajo, a la inquebrantable fe y a la
constancia de los habitantes. La accin oficia l, casi
siempre mezquina , no asumi jams el ca rcter de
poltica orgnica de fomento -con la sola excepci n de
las medidas adoptadas por el gobierno del Presidente
Prez entre 1867 y 1868- y slo estuvo limitada al
inters demo strado por algunos gobernadores. As, por
lo dems habra de seguir desarrollndose Magallan es,
obra exclusiva del espritu creador de sus habitantes,
procedentes de todos los orgenes y hermanados por
el cario al spero suelo patagnico.
58 Br ve Historia de MagalJane
Al promediar 1887 arribaron a Punta Arenas el
sacerdote italiano Jos Fagn an o y otros compaeros
de la misma nacionalid ad , en carcter de avanzada
misionera de la Socied ad de Sa n Fran cisco de Sa les,
fundada en Turn por el sacerdote J uan Ba sca . Este
religioso extrao rdinario previ el po rvenir grandioso
de la Patagonia y quiso asociar su obra y la de sus
hijos a la singular empresa que habra de llevarlo a feliz
realidad . La acci n de los Sa lesianos y de las Hijas
de Mara Auxiliadora que llegaron al ao siguiente ,
constituira un admirable complemento , en los campos
de la religin, la educacin, la ciencia y la cultura , de
la formidable tarea em prendida por los pioneros del
desarrollo pat agnico austral.
Junto al impetuoso Fagnano, hombre de mltiple
y prodigiosa labor, se distinguieron como colaboradores
infatigables Sor Angela Valiese y los padres Maggiorino
Borgatello, Ju an Bern abe y Ju an Aliberti entre muchos
sacerdotes, coa djutores y religiosas, todos los cuales
con tribu yeron con su accin apostlica al adelanto
magall nico . A ellos les cupo entre otras la hermosa
misin de cristianizar y civilizar a los indgenas del
sur del contine nte, y la triste responsabilidad de salvar
los ltimo s restos de las otrora magn ficas etnias.
Cumplieron a cabal concie ncia su obra -y con unnime
reconocimi en to ciudada no- hasta el momento en
que el tiempo inexorable se al la ext incin de los
aborgen es.
De las aulas de sus escuelas, institutos y colegios
saldran con los aos legiones de jvenes con destino
a las distintas actividades de la regin , llamados a ser
muchos de ellos verdadera levadur a en la masa de
la sociedad austral.
Los mision eros protestantes pertenecientes a la
81 ve Historia de Maqallaries 59
South American Society con sede en las Malvinas,
realizaron tambin una loable tarea evangelizadora
entre los ymana , manteniendo sus centros de misin
en Bayly, Tekenika y baha Douglas , en la zona sur del
canal Beagle, continuando el trabajo iniciado desde
Ushua ia en 1869 por Waite Stirling y proseguido por
Lucas Bridges. Tal labor, con todo , habra de resu ltar
finalmente infructuosa debido a la rpida disminucin
de los indgenas.
Al iniciarse la ltima dcada del siglo el Territorio
de Magallanes dio comienzo a su vez a la etapa histrica
ms significativa y aliosa : el perodo en el cual se
vigorizara, se consolidara y se hara pujante el proceso
de desarrollo econmico ; los aos en los cuales se
estructurara y se afirmara el ser magallnico como
expresin genuina y propia de singulares caractersticas
espirituales, sociales y humanas.
Un hecho auspicioso , la matrcula del vapor
Amadeo de propiedad de Jos Menndez , nave
fundadora de la flota mercantil regional, seal el
comienzo de un perodo que abarcara ms de veinticinco
aos, durante los cuales , con fecundidad asombrosa, se
sucederan acontecimientos auspiciosos cuya influencia
en el desarrollo social y econmico de Magallanes y
la Patagonia austral toda han sido de tal magnitud
e importancia, que bien puede considerarse a esta
poca como la edad dorada de su desenvolvimiento
histrico.
Contemporneo con este acontecimiento ocurrido
el 18 de septiembre de 1892, fue el nombramiento del
capitn de navo Manuel Seoret como gobernador
del Territorio . Bajo su visionaria , enrgica y progresiva
conduccin se iniciaron estos aos de tan particular
trascendencia .
60 Breve Historta d
Otro suceso de relevancia ocurri por la misma
poca: el descubrimiento de oro aluvial en las costas
de Navarino, Pict on , Lenn ox, Nueva y otras islas
austral es, hecho que origin a su vez la llegada de
contingentes num erosos de inmigrantes croatas, que
pasarn a constituir uno de los componentes tnicos
ms imp ortantes de la futura poblacin maga llnica.
El descubrimiento contribuy a acelerar las peticiones
de terren os aptos para la exp lotacin ganadera, que el
gobernador Se oret otorg y estimul generosamente,
de tal manera qu e dura nte los prximos aos se
hicieron suces ivas concesiones que cubrieron las reas
aprovechables de las islas situadas al sur del canal
Beagle .
Por otra parte, el diligente mandatario, preocupado
por hacer efectiva la sobera na nacional en los feraces
valles de lt ima Espe ranza , autoriz en 1893 la
ocupaci n de terren os al ex-capitn de la marina
me rcante alem an a Hermann Eberha rd, quien el ao
ant erior haba pen etrado por la va martima hasta
los fiordos interiores . Tras Eberhard peticionaron y
obtuvi eron tierras un grupo de esfo rzados colonos
germanos, Rodolfo Stubenrauch , Her mann y Augusto
Kark , Claudio Glimamn, y brit nicos, Ju an Tweedie,
Jorge Patton y Walter Ferrier, entre otros, quienes
dieron comienzo a la colonizacin gan adera de esa rica
regin subandina que en muy pocos aos demostrara
con su produccin la bondad de sus campos.
Del mismo modo los vastos ter ren os ganaderos
vacantes de Tierra del Fuego haban sido objeto de
nuevas y enormes con cesion es por par te del Supremo
Gobierno a los ya prsperos empresarios Jos Nogueira
y Mauricio Braun (1889-1890), sobre cuya base se
form despus la Sociedad Explotadora de Tierra del
Breve H is to r ia de Magallanes 61
Fuego (1893) , que con el andar del tiempo habra de
convertirse en la ms grande detentadora de tierras
pastoriles de todo el pas, pero tambin en la ms
eficiente empresa del ramo ganadero. Estas concesiones
significaron asimismo el comienzo de los acaparamientos
de tierras en manos de grandes compaas ganaderas,
circunstancia que con los aos dara origen a su vez a
la cuestin agraria de Magallanes.
La colonizacin ganadera de Tierra del Fuego ,
tanto en la parte chilena como en el territorio argentin o,
fue causa principal de la extincin de los s lkna m.
Vindose en estos indgenas a obstculos naturales
de la explotacin se les persigui, expuls ndolos de
los campos en los que cazaban y vivan com o dueos
y seores, hasta acorralar los restos de las tribus en
las regiones boscosas del sur de la Isla. Para evitar
su extincin total, los misioneros salesianos crearon
sendas reducciones en la isla Dawson (San Rafael)
y en Ro Grande (Argentina) , tra sladando all a los
ltimos grupos ab orgene s. Lamentablemente , tan
bien inspirada como laudable med ida no pudo impedir
al fin, la desaparicin de la hermosa y noble etnia
slknam. La virtual extincin de este grupo aborigen,
ocurrida prcticamente en una dcada, fue as la dura
consecuencia del comienzo de la explotacin ovejera en
los campos fueguinos por las grandes sociedades . Hubo
tambin otras causas que concurrieron a la disminucin
de los aborge nes: las luchas peri dicas entre grup os
indgenas, las enfermedades epid micas apo rtadas por
el hombre blanco, los minero s, pero fue la colonizacin
ga nade ra la que provoc ace leradamente la extincin
de la etnia slknam. De esta manera y con tan doloroso
costo humano. la enor me vastedad de la Isla Grande se
incorpor al desa rrollo econmico de la regin .
62 Sr<
En los aos finales de l siglo las concesiones
de tierras fueron cubriendo todos los lugares aptos,
alca nzando a l fiordo del Almirantazgo en Tierra del
Fue go , a l va lle de l ro San Juan en la pennsula
Brun swick, a la Tierra del Rey Guillermo , actual isla
Riesco, y a las tierras an vacantes de la Patagonia
orienta l chilena, con lo que se determin de hecho la
frontera colonizadora y el territorio asumi una nueva
dimensin geogrfico-econmica.
La co lonizacin trajo como natural consecuencia
la creacin de los pueb los destinados a servir de centros
de vida y servicio; as fueron naciendo Puerto Toro
(1892), en Nava rino , Porvenir (1894), en Tierra del
Fuego, y Puerto Prat (1899), en ltima Esp eranza ;
m s tarde aparecieron Ro Seco (1906) y Pu erto
Natales (19 11).
Esta expansin influy a su vez en otras activida-
des econmicas como el comercio y la navegacin ,
requ iriendo la inversin de fuertes capitales, que a su
turno orig inaron las primeras empresas con intereses
en diversos ramos, preferentemente en la ganadera
y el co mercio ; entre ellas se destacaban Nogueira y
Blanchard, luego Braun y Blanchard, Wehrhann y Ca.,
y la personal de Jos Menndez, que se convirtieron
e n poderoso s agentes y factores de desarrollo de
mltiple accin. Con ellas fue adqu iriendo proporciones
impensadas la crianza ovina , tom gran importancia el
co me rcio de imp ortacin y exportacin y se inici un
interesante desenvolvimiento industrial.
66 hr\!
y civilizacin. Todo haba ocurrido con tal rapidez
para la poca, que sus propios actores se mostraban
sorprendidos. La Providencia premiaba as la fe, la
constancia, el sacrificio que fueron necesarios en los
aos duros, y el trabajo fecundo y el genio creador de
sus animosos habitantes.
La ganadera lanar, factor fundamental del creci-
miento progresista de Magallanes, haba superado las
primeras etapas de explotacin inicial un tanto primitiva
y rudimentaria, para constituirse en una actividad que
se desarrollaba con tcnicas modernas que hacan
posible la obtencin de cada vez mejores rendimientos
y precios en los mercados laneros mundiales. Una masa
ovina superior a 1.800.000 cabezas que pastoreaba
ya a lo ancho y largo de la vertiente oriental de la
regin, permita la actividad de numerosas estancias
que se desparramaban desde la precordillera hasta el
Atlntico, generando trabajo sostenido y creciente y
entonando con su produccin un importante come rcio
de exportacin. Otras ramas de la ganadera como la
crianza bovina y caballar sealaban tambin cantidades
de inters aunque de menor significacin para la
economa regional.
La crianza ovina en su crecimiento exigi el
establecimiento de actividades industriales derivadas
destinadas al aprovechamiento de los subproductos
o al beneficio de animales. Se instalaron as algunas
graseras, luego curtiembres y barracas de cueros y m s
tarde los primeros modernos y grandes frigorficos,
Ro Seco (1905) y Puerto Sara (1907), pertenecientes
ambos a sendas sociedades annimas formadas con
capitales magallnicos, principalmente de Mauricio
Braun y Jos Menndez.
En 1904, con la iniciacin de la colonizacin en
68
La vinculacin martima de Magallanes con Europa
era especialmente importante . Punta Arena s era desde
haca cuarenta aos puerto regular de recalada para dos
importantes compaas de navegacin tran satlntica , la
Compaa Inglesa de Vapores y la Compaa Alemana
de Vapores "Kosmos", que daban entre ambas un
servicio semanal de carga y pasajeros al Territorio. Otras
seis empresas navieras de bandera inglesa , alemana
y francesa atendan el trfico de ultramar tocando
regularmente en el principal puerto del Estrecho".
La captura de mamferos marinos, decada su
actividad un tanto en los ltimos lustros por causa de
la disminucin de las especies pelferas, recuperaba su
importancia con la caza de ballenas. Desde 190 6 la flota
de la Sociedad Ballenera de Magallanes desarroll aba
su faena principalmente en aguas antrticas vecinas
al archipilago de las Shetlands, teniendo una de sus
factoras en la isla Decepcin. En la poca invernal
sus reas de captura eran las aguas de los ocanos
Pacfico y Atl ntico australes.
La necesidad de atender las reparaciones y la de
prestar servicios a tanta nave , y aun la de construir
embarcaciones hizo surgir la industria de astilleros
que muy pronto gan merecida fama por la calidad
de sus trabajos.
Las actividades industriales y artesanales por otra
parte, incip ientes en el pasado, haban crecido vigo-
rosamente desde 1895, tanto que para 1907 permitan
71
responsab les del prog reso austral. Admirables ejemplos
del espritu creador de los hombres del sur, las distintas
sociedades y compaas nacieron como natural respuesta
a la necesidad de dar satisfaccin a las crecientes
y variadas demandas motivadas o exigidas por el
desarrollo pujante que se viva. Cuando la magnitud de
los negocios fue superior a las posibilidades individuales,
ellas actuaron en su reemplazo como expresin de
voluntad y esfuerzo colectivos. Pero el mpetu creador
no se detuvo solamente en los aspectos relacionados
con la economa, tambin se demostr fecundo cada
vez que las exigencias de la vida social y de la civilizacin
lo hicieron necesario. As la energa creadora abarc
desde la satisfaccin de las necesidades materiales
hasta las del espritu, pasando por las de la salud ,
seguridad pblica y del confort. En todas las empresas
del progreso estuvo la impronta del genial Mauricio
Braun, de Menndez, de su hijo Aleja ndro, de Juan
Blanchard , de Rodolfo Stubenrauch , de Francisco
Campos y de tantos otros, como neta expresin de una
labor constructiva y civilizadora . Braun, en particular,
fue un formidable e incansable hombre de trabajo
y por lo mismo su accin fue mltiple y abarc los
campos ms diversos desde el comercio y la ganadera
hasta la caza de ballenas y la exp loracin petrolfera,
pasando por negocios industriales, mineros y otros.
Su nombre estuvo en los directorios fundadores de
cuantas sociedades o entidades se crearon para impulsar
actividades de fomento y adelanto. Mauricio Braun ha
sido junto con Jos Menndez, de quien fue yerno, uno de
los pilares fundamenta les del progreso patagnico.
Con el desarrollo econmico, haba de sobrevenir
como lgica consecuencia el desarrollo social y tan
vigoroso -o ms- que aqul. En efecto, donde antes
75
conserva hasta el presente con ligeras modificaciones,
y que Magallanes ya "exportaba" con sus artesanos y
maestros de obra al resto de los pueblos y ciudades de
la Patagonia meridional y Tierra del Fuego argentinas,
desde Ushuaia y hasta Comodoro Rivadavia, que de
esta manera y en cierta medida pasaran a ser rplica s
en pequeo de los barrios puntarenenses.
La accin de la Junta de Alcaldes y la colabora-
cin de la comunidad haban permitido mejorar el
ordenamiento edilicio; la limpieza comenzaba a se r
un smbolo de la austral ciudad . El mejoramiento de la
higiene y salud pblicas se evidenciaba en la instalacin
de los servicios de agua potable, de alcantarillado y
de polica de aseo; en la construccin del hospital,
del asilo de hurfanos y en la apertura de un nuevo
y amplio cementerio.
El progreso se mostraba tambin en el alumbrado
pblico elctrico, inaugurado en 1898 y establecido
por iniciativa de empresarios pioneros con el que
Punta Arenas haba pasado a ser una de las primeras
ciudades chilenas en contar con este moderno adelanto.
El servicio telefnico se encontraba en uso desd e el
mismo ao y luego se haba extendido a diversas zonas
rurales , alcanzando en 1900 hasta Ro Gallegos , en el
vecino Territorio de Santa Cruz. En 1901 este elemento
de comunicacin se instalaba tambin en Porvenir y
desde all era extendido a diversos establecimientos
rurales de la Isla Grande. Desde 1902 , por otra parte,
Punta Arenas y Magallanes haban quedado vinculados
por servicio telegrfico con Buenos Aires y a travs
de esta capital , con el resto del globo. Una y otra
iniciativas de evidente adelanto haban sido impulsadas
y desarrolladas por el ingeniero britnico Guillermo A.
Jones, otro autntico pionero en su ramo.
76
La construccin de un buen teatro, el "Coln",
donde concurr an a actuar compaas de pera y
zarzuela -a lgunas de renombre- que procedan de
Europa o Buenos Aires, la creacin de un hipdromo y
de algunos clubes soc iales de calidad , brindaban a sus
habitantes diversin y entretenimiento y la pos ibilidad
de desar rollar una inten sa vida de relacin .
En sus calles ya empedradas rodaban carruajes
de ca rga, elega ntes coches familiares y los primeros
automviles. El trfico urbano , el movimiento portuario,
la act ividad fabril y mercantil y el trabajo inten so que
se ap reciaba po r doquiera , impresionaban gratamente
al viajero que hallaba en Punta Arenas un oasis de vida
impen sado en medio de la vaste dad austral.
Desde el momento mismo de su fundacin Pun ta
Aren as desempe un papel fundamental. Mientras
la Co lonia de Magallan es no pas a ser m s que una
ficcin administrativa, ella fue "la colonia". Cuando
el Territor io inici, a partir de la dcada del '70, el
camino de su desenvolvimiento, la aldea de Mardon es
y Viel pas a desempear el mismo rol que cupo a
las "ciudades -estados" de la antigua Grecia : ella fue
"colonia-madre", causa y moto r principal del desarrollo.
Magallanes como entidad econmica y social es hijo de
su capital; no puede concebirse el fenmeno prodigioso
del progreso patagn ico austral sin pensarse primero
en Punta Arenas. Con propiedad histrica puede
afirmarse entonces que en mucha medida Punta Arenas
"ha sido" y "es" Magallanes.
Durante las primeras dcadas del perodo febril
del desar rollo de Magallanes la energa colonizadora
tuvo ancho campo para su trabajo, mas con el fin del
siglo XIX y los comienzos del presente encontrndose
oc upa das tod as las tierras pastoriles y ha bindose
I e 81
reforzaba el latifundio, se lesionaba el inters social y
se retardaba el ritmo de progreso de Magallanes. Por
otra parte esta circunstancia hizo que zonas enteras de
gran valor pastoril como ltima Esperanza pasaran
prcticamente a manos de una sola empresa como la
Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego, que posea
a su vez por arrendamiento vastsimos campos en la
gran isla fueguina .
El hombre comn pensaba, con razn , que las
explotaciones en manos de las grandes sociedades
atentaban contra el progreso acelerado que requera el
Territorio, mientras que la colonizacin por pequeos
hombres de empresa contribua ms eficazmente al
aumento de la poblacin y estimulaba en mejor forma el
desarrollo. La mejor prueba de ello estaba precisamente
en el crecimiento econmico de Magallanes fundado en
el trabajo sumado de muchos pion eros .
La materia tuvo durante aos el carcter de
inquietud ms o menos soterrada , pero al acercarse el
ao 1913 , en que venca la llamada concesin Nogueira ,
tom estado pblico . Entonces los nimos se agitaron
y se formaron comits cvicos que integraban hombres
ilustres como el doctor Lautaro Navarro y Juan Bautista
Contardi entre otros y que apoyaban decididamente
diarios como El Mogollones, que reclamaban la no
renovacin del arrendamiento y la subdivisin de las
tierras fiscales. Pese a las intensas campaas en contrario
la compaa beneficiaria, Sociedad Explotadora de
Tierra del Fuego, pudo obten er, merced a las influencias
de que dispona , la dictacin de una ley que prorrogaba
el arrendamiento por otros quince aos de 1.176.160
hectreas , exceptu ndose 200.000 que integraban
la antigua concesin y que sera n entregadas a la
subdivisin . Magro resultado para quienes haban
----
Breve HI
------~------"=-=
83
ce ntralistas, logrando la dictacin de la ley pertinente,
en 1912, que estableca el servicio de aduanas en Punta
Arenas. Como se haba vaticinado la medida signific, y
en pocos aos, la disminucin del comercio de trnsito
para la Patagonia y Tierra de l Fuego argentinas, con lo
que declin el movimiento portuario de Punta Arenas y
consecuentemente la importancia de esta ciudad como
centro comercial del sur. Por otra parte, la implantacin
de aduanas trajo consigo el encarecimiento de la vida ,
con lo que se gener un apreciable malestar en los
sectores de menores recursos de la poblacin. Con la
medida el Estado obtena menguados ingresos, pero se
haba ganado la animosidad de una comunidad laboriosa
y progresista, que poco reclamaba de los gobiernos y
que silenciosamente construa y afirmaba la nacionalidad
en el extremo austral del continente.
Al promediar la dcada de los aos de 1910
Magallanes, disminuido ya el ritmo febril de su creci-
miento , brindaba una visin de gran solidez econmica,
consecuencia del afianzamiento que se registraba en
las actividades productivas fundamenta les y en los
negocios.
Un apretado recuento permite formarse una idea
aproximada sobre lo que era el movimiento mercantil
e industrial de l Territorio en el ltimo lustro de la
poca de oro , vale decir entre 19 13 y 1918 : cuatro
bancos comerciales, sobre doscientos establecimientos
indust riales y artesanales, ms de cuatrocientas casas
de comercio y otras tantas dedicadas a la hotelera ;
trescientas estancias y fundos ganaderos e innumerables
propiedades agrcolas menores, y dece nas de compaas
con negocios pecuarios, navieros , pesqueros, mineros
y petroleros , telfonos, energa elctrica y seguros,
representaban cuantiosos capitalesen giro e inversiones y
E1 85
El trabajo abundaba dentro y fuera de l Territorio,
pues la regin proporcionaba tambin la mano de obra
indispensable que requeran muc has labores que se
desarrollaban en las vecinas zonas argentinas, en modo
particular la esquila de ovejas y las faenas frigorficas .
De esta manera cada temporada ingresaban al pas por
concepto de contratos y salarios, cantidades apreciables
de dinero que venan a entonar an ms la economa y
la vida regionales. As, por lo dems, seguira ocurriendo
durante varias dcadas pasando a ser casi proverbial
la dependencia labora l de la Patagonia y Tierra del
Fuego argentinas respecto de Magallanes, primero,
y de Chilo ms tarde.
Solamente la disminucin del movimiento comercial
de importacin por razn de la implantacin de aduanas
y de la restriccin de l trfico martimo de ultramar
como consecuencia de la Gran Guerra Europea , y una
creciente inquietud laboral insinuaban el trmino de la
era ms brillante de la historia regional.
Amparada en la estabilidad econmica la vida
comn se desarrollaba con tranquilidad y confianza y
al propio tiempo se enriqueca con manifestaciones
culturales y de otro tipo que le otorgaba conveniente
variedad.
Las buenas gentes de modesto origen que cons-
tituan la mayora entre los habitantes del Territ orio,
alternaban su diario y sencillo vivir y su honesto pasar,
entre el trabajo y el descanso reparador, la diversin
simple o el buen trato entre vecinos, abierto y cordial,
sin diferencia de nacionalidades. Ocasiones frecuentes
haba en que grupos familiares realizaban meriendas
campestres en comn que daban ocasin para estrechar
vnculos de amistad . La moral y las costumbres eran
buenas y slidas. y los hechos delictuales de nota eran,
~ rr I I 89
convenirse al fin en que su gen io, su visin , su tenacidad
inquebrantable, su espritu de trabajo, lo hicieron
inspirador del progreso regio na l y uno de sus pilares
ms slidos. A su muerte, la comunidad entera le rindi
el justiciero tributo de reconocimiento y admiracin
que mereca por su magnfica e impresionante obra,
cuyo paralelo ha de buscarse solamente en los trabajos
de los colosos forjadores de imperios.
Enamorado de la vieja aldea que conociera joven
en 1874 y a la que como ninguno ayud a crecer,
pidi que sus restos fueran trasladados a Punta Arenas,
escenario principal de su vasta y fecunda trayectoria
civilizadora y progresista, dando as un testimonio
postrero del afecto entraable que profesaba por la
tierra patagnica. Con su muerte se seala el trmino,
como sociedad chilena, de la ms poderosa de las
empresas que contribuyera a formar. Poco tiempo
despus del fallecimiento del gran pionero, la Sociedad
Annima Importadora y Exportadora de la Patagonia
trasladaba su sede principal a Buenos Aires, hacindose
definitivamente argentina. Con esta circunstancia se
sealaba an ms la declinacin de la preponderancia
econmica de Punta Arenas en la Patagonia austral.
El prodigioso crecimiento de la riqueza regional
exiga que los trabajadores compartiesen en justicia parte
de la misma, desde que eran factores fundamentales
en su generacin. Hijos de un sistema econmico que
slo consideraba en su esquema la participacin de los
obreros a travs de los sa larios, debieron buscar por
esta va paulatinos mejoramientos que les permitiesen
tambin a ellos disfrutar de los beneficios que acarreaba
el progreso.
Las fortunas magallnicas se haban amasado en
general, con el honesto sudor y el laborioso esfuerzo de
92
Temerosos ante la accin obrera quienes la ten an
por revolucionaria , demandaron un a reaccin que
hiciese escarmiento. Ella se produj o en la forma del
incendio del local de la Federacin Obrera la noche del
27 de julio de 1920, cuando se realizaba en su inter ior
una reuni n de algunos trabajadores. Se llev as a
cabo un acto criminal e intil que manch a ejecutores
e inspiradores y que llen de vergenza a Magallanes.
A consecuencia de este luctuoso suceso renunci al
cargo el gobernador del Terri tor io, Alfonso Bulnes.
y se produjo en los nimos de los hab ita ntes una
fuerte y am arga impresin que ta rda ra tiempo en
quitarse .
Esta etapa de inquietud socia l se ep ilog violenta
y dolorosamente en el vecino Ter ritorio de San ta Cruz
entre 1921 y 1922, perodo en el que por diversas
razones se produj eron movimiento s obreros que
degeneraron en abusos y terror y que fueron duramente
reprimidos por la fuerza armada .
Tras estos acontecimientos que dejaron una trgica
experiencia , hubo co nsenso gen er al en cuanto a la
respon sabilidad compartida sobre los hechos por parte
de los sector es en co nflicto, que co n sus act itudes
haban contribuido a extremar las situaciones, y se
hizo firme el propsito por parte de la autoridad de
no dar lugar a su repeticin. As, pronto pudo volver
la calma a los espritus y en la regin entera retorn
la paz socia l.
En cua nto al movimi ento obrero orga nizado,
diri gid o por hombres m s se renos, ecu nimes y
responsables, prosigui infatigablemen te sus esfuerzos
en favor del mejoram iento paulatino de las condiciones
de vida y trabajo de los asalariados, crea ndo con
e l transcurrir del tiempo la tra dicin sindica lista ,
~ 1 1 ( Id 1 93
-------- ---
con su expresin poltica de raz socialista, que ha
constituido una de las caractersticas ms salientes de
los trabajadores de Magalla nes.
Con estos sucesos se cerraba una poca singu lar
y brillante, durante la cua l Magallan es haba alcanzado
ace lera damente un nivel que lo co locaba entre las
regiones ms civilizadas y prsperas de Chile. Su
evolucin soc ial, su desenvolvimiento econmico. el
progreso general que mostraba eran el fruto feliz de
un prodigioso proceso de autogeneracin. Magallanes
se haba "construido" a s mismo y para ello slo haba
requerido del genio, del trabajo. la fe y la tenacidad
de sus hijos. No se haba esperado del Estado ms
amparo que el general de las leyes, ni recibido del
mismo apoyo particular alguno, como tampoco nunca
se haba recurrido a los poderes centrales en afn
mendicante; slo hubo reclamos cuando se estim que
la accin oficial lesionaba legtimos derechos o cuando
ella no consideraba el inters general.
El proceso de generacin del Territorio como
entidad humana y econmica se haba realizado con
dignidad y con cabal nocin del valor y del sentido
del propio esfuerzo. Esta circunstancia haba venido
dando forma a una conciencia comn de sano, legtimo
y construct ivo reg ionalismo, que pasara a ser con el
transcurrir del tiempo una de las caractersticas ms
acusadas del ser magallnico.
A
l finalizar la segunda dcada del siglo XX era ya
evidente que en Magallanes se haba cerrado
un ciclo histrico y que se abra incierto un
nuevo perodo, en un contexto que guardaba semejanza
con lo acontecido en el resto de Chile y en el mundo,
particu larmente en Europa , con cuya economa el
Territorio se hallaba tan vinculado dada su calidad de
zona perifrica productora de materias primas.
La Primera Guerra Mundial haba significado una
gran demanda del principal producto de Magallanes
-la lana- que a ca usa de ello alcanz ptimos preci os
hacia el final de l conflicto . Sin embargo, con la paz se
produjo una paulatina cada en los valores que alcanz
su nivel m s bajo e n 1921 , con las consiguientes
serias consecuencias para la ganadera patagnica , y
por ende, con influencias negativas para la econ om a
general de la regin .
La postguerra, con su crisis de mercados y las
demandas laborales que no estuvieron en situac in de
se r satisfechas fuer on la ca usa a su vez del cierre
de a lgunas industrias der ivad as, circunsta ncia qu e
vino a afecta r an ms la vida y actividad regionales,
con su nat ural sec uela de inquietud e ines tabilidad.
-------- 95
Por la misma poca, tambin , se hicieron sentir con
mayor fuerza los efectos de la apertura del canal de
Pana m , hecho que constituy un golpe dursimo
pa ra la navegacin interocenica a travs de l estrecho
de Magallanes y que a su vez afect fuertemente
el movimiento portuario de Punta Arenas , ya en
disminucin desde la implantacin de la aduana. Se
configuraba as un cuadro nada atrayente y promisor con
el que se iniciaba la dcada del '20 , y que contribuira
a hacer ms sombro el panorama general social y
econmico de la regin magallnica .
Cabe sealar, adems , que desde fines de la
dcada de 1910 se registraba el xodo definitivo de
las principales familias del Territorio que fijaron su
residencia algunas en Santiago y Valparaso y otras
en Buenos Aires , capital de l pas en que radicaban
sus mayores intereses y negocios. Si bien continuaron
retornando temporalmente, su alejamiento se hizo sentir
pues con ellas tambin se fueron muchos hombres
de la capa empresarial dirigente , lo que dej un vaco
que no pudo llenarse fcilmente y que en su medida
fue causa de la pasividad que en los prximos aos
registrara la vida territorial. Las generaciones llamadas
a reemplazar a los que emigraban slo se haran notar
muchos aos despus.
Como consecuencia de esta emigracin de grupos
familiares pudientes se observara en el futuro una
mayor igualdad en la estructura socio-econmica de la
pob lacin de Magallanes, que se desarrollara acusando
escasa diferenciacin entre los niveles de mayores y
menores ingresos.
Con todo, poco a poco se insinu una recuperacin
lenta que vino a mejorar la situacin, devolviendo en
general la tranquilidad a todos los sectores regionales.
96
Hacia 1925 los precios de la lana en el mercado mundial
subieron paulatinamente , aunque con altibajo s, dando
ms estabilidad a las faena s ganaderas; la inauguracin
de un nuevo se rvicio martimo entre Punta Arenas
y Va lpara so por parte de la Sociedad Ganadera y
Comercial Me nndez Behety, vino a entonar un tanto
la ac tividad portuaria y el comercio de cabotaje, y
reforz la vinculacin con el resto del pas ; la industria
maderera por su parte increment apreciablem ente
su produccin a raz de la demanda que originaba la
expansin petrolera en Com odoro Rivadavia, mientras
que la actividad carbonfera se mantena sostenida y en
leve crecimiento permitiendo tambin la expo rtac in
hacia la Repblica Argentina , logrndose a travs del
comercio de estos ltimos productos la reactivacin del
movimiento naviero regional. Finalmente la edificacin
pblica y privada iba registrando una faena perman ente
contribuyendo a me jorar las per sp ectivas gen erales
de recuperacin .
As e l Territorio, sin a lcanza r los importantes
niveles de actividad que registrara en el pasado, vea
nuevamente co nsolidarse y afirmarse su economa, en
tanto que la vida se desenvolva en armona y completa
paz . Con la bonanza econ mica y la tranquilidad social
revivi dentro de la mejor tradici n, la vida cultural.
As entonces , igual que antao , la misma inquietud
positiva por los valores del ar te hizo posible la creacin
de la Orquesta Sinfnica de Magallanes (192 9), que
durante do s lustros realizara una tar ea significativa
y valiosa e n favor de la cultur a mu sical. Famosos
por otra parte , fueron en es tos aos los carnavales
y juegos flor ales en los que el pu eblo y la juve ntud
enc ontraba n legtima ex pa nsin y po dan fraternizar
sin excesos.
L1 ~ I ( I
97
Los negocios edilicios se haban venido manejando
y se manejaban con inspiracin cvica superior y
con beneplcito general. En la responsabilidad de
los cargos municipales, que no eran de prebenda
sino de desinteresado sacrificio y servicio pblico, se
haban sucedido vecinos benemritos como Rodolfo
Stubenrauch, Mariano Edwards, Ernesto Manns, Ernesto
Hobbs, Juan Hoeneisen y Vicente Kusanovic , a los
cuales en mucho se debe la mayor parte de l adelanto
que an hoy se admira en Punta Arenas. Hacia el fin
de la dcada la preocupacin del Presidente Carlos
Ibez del Campo por las regiones australes del pas ,
signific un nuevo impulso mediante el cual se quiso
vigorizar la actividad general y acrecentar el desarrollo
de Magallanes. De este modo, se dio comienzo a las
primeras grandes obras pblicas, construccin de
obras portuarias, caminos, puentes, pavimentacin
urbana y otros que hicieron posible mejorar la situacin
ocupacional, afectada en forma crnica por el desempleo
estacional; se estimularon los estudios y sondajes
petrolferos, reservndose para el Estado la propiedad
de los yacimientos a descubrirse, buscndose con ello
el surgimiento de una nueva actividad econmica; se
foment por ley de la Repblica la navegacin por
el Estrecho lo que trajo como inmediata y favorable
consecuencia la creacinde la Compaa Chilena de
Navegacin Interocenica, a cuya formacin concurrieron
dos empresas navieras regionales , Braun y Blanchard
y Menndez Behety. Tambin constituyeron obra de
esa progresista administracin los primeros intentos
por vincular a Magallanes con el resto de Chile a travs
de la aviacin , con lo que se ratifica la preocupacin
visionaria de los gobernantes de la poca.
En materia de tierras -inquietud permanente de
99
lo que a su turno influy en las remuneraciones de los
trabajadores, con lo que stos y sus familiares sufrieron
tambin en carne propia las consecuencias de la crisis.
Esta situacin se mantuvo inestable por varios aos
y slo vino a afirmarse hacia 1934, obligando en el
intertanto a la bsqueda de nuevos mercados interiores
que liberaran a la produccin pecuaria del Territorio de
la casi exclusiva dependencia britnica.
Simultneamente, otra actividad que luca flore-
ciente , la maderera , con buen mercado de exportacin
en territorio argentino, se vio frenada en su expansin.
La Repblica Argentina en represalia a gravmenes
impuestos por Chile a algunos de sus productos,
estableci a su vez subidos aranceles a las maderas
regionales, con lo que disminuy sustancialmente la
exportacin y se afect con ello el movimiento de la
flota regional y se llev a la cesanta a gran nmero de
trabajadores. Al poco tiempo otra medida , esta vez de
origen nacional y referda al control de las operaciones
de cambio, signific la paralizacin de l comercio de
exportacin de maderas, la cada de la produccin y la
virtual paralizacin de los aserraderos.
En verdad , semejante panorama cuyas inmediatas
causas fueron la desocupacin, la caresta de la vida
y una sensacin general de desaliento y abatimiento,
deba dar origen, como lo dio , a una reaccin de
descontento y malestar que adquiri expresin poltica
y que algunas desacertadas medidas gubernativas se
encargaron de activar.
La inquietud poltica preexista a la crisis econmica ;
se haba ido incubando desde la rgos aos y s lo lleg
a aflorar cuando la situacin que soportaba Magallanes
alcanz un punto que no admita tolerancia. A los
ojos de los magallnicos, el principal causante era el
-- - - - - - - ---=-- 101
ms acentuado. Los habitantes de la nueva provincia
desconfiaban de los extraos y anhelaban tambin
secretamente gobernarse a s mismos, con la seguridad
que les vena de l reciente pasado histrico.
Fue natural entonces que la insatisfaccin y el
descontento asumieran un carcter poltico de ndole
localista . Natural fue asimismo que el movimiento
tuviese su origen en la juventud, abierta siempre a los
ideales y a las grandes causas ; la inquietud ciudadana
que la llev a organizarse, al no tener apropiada cabida
en los movimientos polticos tradicionales , exigi la
formacin de una entidad distinta y nueva. Naci
as un da de marzo de 1932 la Legin Cvica de .
Magallanes como expresin de reclamos de justicia
y de un nimo comn de lucha por la obtencin de
plenos derechos polticos para la Provincia, por el logro
de la descentralizacin administrativa y la autonoma ,
para obtener. a travs de estos medios , la prosperidad
y el adelanto general de la regin . Fue entonces la
Legin un movimiento de sana y justa inspiracin y
altos ideales puestos al servicio de la tierra propia. A
esa tarea el grupo fundador se entreg con gran fervor
y muy pronto gran cantidad de hombres jvenes y
maduros integraron el nuevo movimiento, mientras las
ideas que motivaban su accin ganaban la simpata de
la inmensa mayora de los habitantes de la regin . De
este movimiento naci a su vez el Partido Regionalista,
como fuerza poltica contingente destinada a buscar
la concrecin de las aspiraciones magallnicas. La
comunidad le dio su apoyo ms amplio, como qued
en evidencia al realizarse los primeros comicios
pblicos para elegir al primer diputado que tendra
la representacin de Magallanes ante el Parlamento.
-asp ira ci n cvica en alguna medida apresurada por la
103
Con todo, la accin poltica trajo como contra-
partida la ruptura de la general armona con que
hasta entonces haba vivido la comunidad magallnica.
Esta misma accin releg tambin al olvido aquellos
admirables ejemplos de desinteresado servicio cvico que
haban sido comunes en el pasado y que haban tenido
su mejor expresin en las antiguas Juntas de Alcaldes,
a cuya accin se deba en inmensa medida el progreso
urbano que mostraba Punta Arenas.
El movimiento regionalista centr tambin sus
esfuerzos en la consecucin de una nueva legislacin
de tierras, que permitiera la recuperacin de todos los
campos pastoriles arrendados por el Estado a las grandes
compaas y que impulsara la colonizacin intensiva
de los mismos. Se creaba as un nuevo y vigoroso
frente de lucha contra los poderosos intereses de las
sociedades ganaderas arrendatarias, que hbilmente
haban venido logrando sendas renovaciones en los
respectivos contratos, con anticipacin a las fechas de
los vencimientos. mientras sus enormes utilidades salan
de la regin en beneficio de accionistas, muchos de
los cuales residan permanentemente en el extranjero,
y en desmedro evidente del adelanto de Magallanes.
El vigoroso movimiento de opinin obtuvo de este
modo un primer xito con la dictacin en 1937 de
la llamada Ley de Tierras de Magallanes que, si bien
no produjo los excelentes resultados que se esperaron
de ella, permiti al menos llevar adelante la ansiada
subdivisin de las tierras recuperadas.
Las sucesivas devoluciones de terrenos pastoriles y
su correspondiente divisin en lotes ganaderos, fueron
por momentos generando -y generaran en el futuro -
fuertes presiones para obtenerlos, bien en discutibles
"guardadurtas'', bien en asignaciones directas , en las que
8 En 1951 solame nte ent raron al pue rto de Punta Are nas diez
naves extranjeras con un registro de 36.095 to neladas. Comprense
estas cifras con las sealadas e n 1906 par a ap reciar la tremenda
diferencia entre las dos pocas .
ganaderos que se haban originado en las sucesivas
subdivisiones de tierras fiscales , hacan excepcin
a la general depresin y brindaban esperanzas de
recuperacin a la economa y vida de la Provincia .
Cabe sealar que por estos mismos aos tocaba
de hecho a su fin la influencia magallnica, si algo
quedaba , sobre los vecinos territorios argentinos que
se haba hecho sentir desde fines del siglo pasado. A
los cierres de los mercados para algunos productos
zonales, se sumaron algunas medida s de inspiracin
nacionalista que significaron entre otras la restriccin
y finalmente la virtual prohibicin de salida de ganado
ovino con destino a los frigorficos regionales , y la
interrupcin de las comunicaciones telefnicas entre
Punta Arenas y Ro Gallegos, servidas por una compaa
magallnica. Fueron as desmejorndose y debilitndose
los trminos de relacin que por dcadas haban existido
entre las regiones chilena y argentina de la Patagonia,
que haban surgido, vivido y prosperado como una sola
gran comunidad, realizando una especie de integracin
social y econmica de mutuo beneficio.
La prdida de la influencia chilena en los territorios
patagnicos argentinos y la progresiva desvinculacin
de stos con Magallanes y Punta Arenas, fue coetnea
con un renovado y vigoroso esfuerzo por parte de
los gobernantes de la Repblica Argentina para
fomentar el desarrollo social y econmico de sus tierras
australes.
Pero si la economa de la regin sufra, como queda
visto, tan duras contingencias, no ocurra lo mismo en
otros campos del quehacer y la vida regionales.
Durante estos aos y desde mucho ant es, Ma-
gallanes haba experimentado adelantos notables
en el campo de la educacin , con la creacin de
113
nuevos establecimientos orientados hacia la enseanza
tcnica y comercial, en tanto se completaban los
ciclos humansticos de los colegios y liceos, todo lo
cual haba redundado y redundaba en provecho de la
juventud y le brindaba favorables expectativas en la
vida de los negocios, en las profesiones tcnicas y en la
administracin, y les abra las puertas de la educacin
superior. As numerosos estudiantes magallnicos
haban ido ingresando a las universidades, gradundose
en ellas y dando lustre en muchos casos a la tierra natal
con su obra creadora y su desempeo sobresaliente.
Entre varios, hombres como Armando Braun Menndez
y Roque Esteban Scarpa haban merecido el honor del
nombramiento en academias nacionales de la Historia
y de la Lengua ; como ellos, otros destacaban en la
ctedra, el foro, la medicina, las artes y otras disciplinas
y daban justificado prestigio a Magallanes y llenaban
de orgullo a sus habitantes.
Tambin en el campo de la salud la regin
expresaba progreso y las estadsticas correspondientes
sealaban cifras y porcentajes halagadores que la
destacaban por sobre otras zonas del pas , en tanto que
los ndices de ahorro de su poblacin le otorgaban a
Magallanes un rango de privilegio nacional. En materia
de transporte la Provincia haba dado un paso de
trascendencia a partir de 1945, ao en que se inici
la aeronavegacin comercial entre Punta. Arenas y
Porvenir y luego entre la capital provincial y Santiago,
significando en este caso la ruptura del aislami ento
virtual en que se encontraba Magallanes desde el
tiempo de la ocupacin e inicio colonizador. De igual
modo, cabe mencionar que durante el largo perodo
que se considera se fue formando y construyendo la
red caminera de Magallanes , sobre la cual poco a poco
------
Rr 115
creadora. Se fue as gestando en muchos un sentimiento
de sa na y cons tructiva reaccin que hara pos ible en
pocos lustros la recuperacin de la Provincia.
RECUPERACIN ANMICA
Y REACTIVACIN ECONMICA.
TIE MPO DE ENSAYOS PARA
EL DESARROLLO
(1953 HASTA EL PRESENTE)
1aq lid le
-"-=-- = - - - - - - - - - ~ ------------
impresionante, pasando a constituir un factor impor-
tantsimo de desarrollo, fuente de trabajo permanente
y bien remunerado y elemento valioso de progreso.
Por su labor nacieron pueblos en la estepa desierta ,
se construyeron caminos e instalaciones tcnicas
y mecnicas, y se levantaron plantas industriales,
instrumentos todos de multiplicador adelanto. Su
presencia y actividad la hicieron una herramienta vital
para la recuperacin econmica de la regin , pues
su influjo lleg a todas las ramas de la produccin
y los negocios. Con su prodigioso crecimiento la
explotacin petrolera comenz a dinamizar la vida de
Magallanes que demostraba al trmino de los aos
cincuenta haber dejado atrs una etapa difcil, mientras
se encaminaba hacia un nuevo perodo de prosperidad
y estabilidad.
Pero el proceso de recuperacin econmica del
que se da cuenta, no fue sin sobresaltos, lo que , por
momentos , trajo inseguridad a los empresarios y a la
poblacin entera por lo que se tema fuera un nuevo
embate de la adversidad cuando el porvenir se vea m s
favorable. Ocurri que los intereses extraregionales
que en su hora haban procurado entrabar el retorno
a la libertad aduanera y las facilidades adicionales
para la promocin industrial , no se dieron reposo y
cobraron fuerza con el advenimiento del gobierno de
Jorge Alessndri (1958-1964).
As, el eco que no tuvieron durante la progresista
administracin anterior lo encontraron en la siguiente .
De esa manera, el rgimen de liberacin aduanera
atenuado que se haba conseguido e n 1955, fue
paulatinamente restringido por las vas legales y
reglamentarias, y aun por la administrativay burocrtica,
de modo tal que -y pese a la cerrada oposicin de la
189J.95
SITIOS DE OCUPAC ION
TEMPORA L ULTRA
ECUMENE
A BAH1" SNUG 53'
8 CUTIERCOVE
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1890-95
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1929
1961
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1927
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lntepretacon Argentina
dellimlle andino 1S8'H902 ~
1i:::l}::=:~'
InlerprelaOn ChIlena
oernmue arcmc1884-1902
Br 127
As, ante una experiencia que se saba reiterada ,
se fue haciendo conciencia comn, entre gob ernantes
y gobernados, entre trabajadores y empresarios, en
la sociedad toda , al fin, que lo que se impona para el
porvenir era el replanteamiento de la economa regiona l
sobre una nueva base, por la va de la poliproduccin :
minera , industria, ganadera mixta (ovina y bovina) ,
silvicultura, pesquera, agricultura , turismo y servicios.
Con ello se habra de conseguir una menor dependencia
de un solo rubro y, por cierto, disminuir as el riesgo
de la vulnerabilidad en ca so de alguna coyuntura
crtica . Pero tambin y muy importante, conseguir
ms trabajo estable y debidamente remunerado, mayor
incorporacin de valor agregado, nuevas inversion es
y mayor rdito social al fin, expresado en una mejor
calidad de vida para todos los habitantes.
Ese es , y no sin avatares, el curso que ha seguid o
la economa de la Regin de Magallanes durante los
lustros finales del siglo XXlO , y por tal rumbo se endilga,
con firmeza y mayor claridad, hacia el porvenir.
En cuanto a la sociedad, la misma registr una
interesante evolucin durante la segunda mitad de la
centuria vigsima. De tal modo, de poseer un marcado
sesgo europeizante, con una fuerte expresin regionalista,
propio del predominio num rico y consiguiente vigor
133
Tratado de Paz y Amistad de 1984, en cuya virtud se
reconoci el dominio chileno de las islas, se convino
la delimitacin del espacio martimo sudoriental y, de
paso , el correspondiente a la boca oriental del estrecho
de Magallanes que , en el curso de la controversia haba
aparecido como otro foco de preocupacin.
El ltimo litigio que comprometa a parte del
territorio magallnico se suscit hacia mediados del
siglo XX y se refiri al trazado de lmite internacional
en el distrito del Campo de Hielo Patagnico Sur,
entre los montes Fitz Roy y Stokes. Este sector haba
quedado excluido del compromiso arbitral de 1898 por
tenerse un entendimiento comn respecto del curso
de la frontera , pero que , otra vez, suscit divergencias
con el adelanto de las exploraciones en la zona alto
andina correspondiente a partir de 1914, lo que hizo
posible un mejor conocimiento de la 'geografa local
y, a su tiempo, condujo al surgimiento de una doble
interpretacin del trazado divisorio de las jurisdicciones
nacionales.
Con la experiencia de lo acontecido a lo largo del
siglo, los gobiernos chileno y argentino se empearon
en la bsqueda de un arreglo satisfactorio para las
partes. As, luego de fracasar una propuesta conjunta
elaborada por las cancilleras durante los mandatos
de los presidentes Patricio Aylwin y Carlos Menem
(1991), conocida como "Traza Poligonal" , se consigui
finalmente un acuerdo. ahora entre los gobiernos de
Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Menem, por el que estableci
el curso del lmite entre los cerros Muralln y Stokes
(1998), que fue aprobado por los correspondientes
Congresos Nacionales durante 1999. nicamente
qued pendiente el tramo comprendido entre un punto
situado al sur del monte Fitz Roy y el cerro Muralln, o
135
geografa hostil y dura ; en una tierra cuyos habitantes
originarios fueron incapaces de legar culturas superiores ;
en un lugar donde fracas el empeo colonizador
del imperio espaol en momentos culminantes de su
podero; en un sitio, en fin, condenado y relegado a la
condicin de infierno del orbe creado.
Portento o milagro, califqueselo como se quiera ,
el surgimiento de Magallanes fue un triunfo magnfico
del hombre , y la epopeya pacfica de su esfuerzo el
acervo histrico ms preciado para sus habitantes, que
contemplan con satisfaccin tan asombroso pasado,
encontrando en l su ms fuerte estmulo para marchar
con alegre y confiada esperanza hacia el porvenir que
entrevn de prosperidad y ventura.