Descentralización
Descentralización
Descentralización
Descentralización
Documento de orientación
Descentralización
Documento de orientación
Consultores(as)
Dr. Erika Schläppi (asesoramiento y redacción)
Prof. Walter Kälin (asesoramiento), Instituto de Derecho público de la Universidad de Berna, Suiza
El presente documento de orientación fue aprobado por la Dirección el 22 de enero del 2001.
© COSUDE 2001
Agencia suiza para el desarrollo y la cooperación COSUDE
CH-3003 Berna
ISBN: 3-905398-93-1
Disponible en español, alemán, francés e inglés
http:\\ www.deza.admin.ch
2
e-mail: governance@deza.admin.ch
Índice
3 ¿Qué es la descentralización? 6
31 Diferentes tipos de descentralización 6
32 Rol del Gobierno Central 7
Anexo 1:
Experiencias concretas abordadas 22
Anexo 2:
Bibliografía, estudios y documentos de carácter general 23
3
1 Descentralización:
un antiguo nuevo tema para la COSUDE
Este texto pretende servir de guía para la evaluación e implementación de proyectos de descen-
tralización, identificando sus posibilidades y riesgos, así como sugiriendo cómo la COSUDE pue-
de manejarlos.
Para la COSUDE, los procesos de desarrollo descentralizado no son una novedad. En virtud de
los principios del desarrollo participativo, la COSUDE siempre ha hecho énfasis en el fomento del
desarrollo local para poder responder a las necesidades y posibilidades inmediatas de la población.
Durante décadas, la COSUDE ha adquirido una amplia experiencia con contrapartes nacionales,
regionales y locales que luchan para mejorar las condiciones de vida en las regiones más aparta-
das de los centros de gobierno. Un ejemplo de ello son los proyectos de desarrollo rural o proyec-
tos sectoriales para cubrir las necesidades básicas (abastecimiento de agua, servicios sanitarios,
etc.).
El hecho de que la COSUDE oriente de esa manera su labor, está relacionado, por lo menos en
parte, con experiencias positivas fundamentales de Suiza en materia de repartición diferenciada
de roles entre las estructuras centrales, regionales y locales del estado. Esta repartición de roles
también ha contribuido en nuestro país a que se reconozcan las distintas necesidades a nivel local
y regional y – bajo el lema de «Unidad en la Diversidad» – a integrar todas las regiones y capas
de la población en el Estado Nacional Suizo.
Hoy en día, la gobernabilidad es la principal dimensión para muchos países en desarrollo y países
en transición. La transferencia de competencias del centro al nivel regional y local debe permitir
optimizar la organización política, administrativa y jurídica del Estado. En la mayoría de los casos,
los proyectos de descentralización tienen implicaciones políticas ya que cambian las estructuras
de poder existentes y se ven enfrentados a resistencias abiertas u ocultas de fuerzas políticas que
se oponen a dichos proyectos por temor de perder su posición de fuerza.
Estos procesos constituyen un reto tanto para las contrapartes de la COSUDE como para sus cola-
boradores y colaboradoras. El propósito de las siguientes explicaciones es ayudarles a modelar y
a aplicar el instrumento de la descentralización de tal manera que contribuya a mejorar eficaz-
mente las condiciones de vida de los estratos más desfavorecidos de la población local, sin perder
de vista las condiciones marco del Estado en su conjunto.
4
2 La tendencia international
hacia la descentralización
Hoy en día, se observa una tendencia hacia la descentralización en los Estados centralistas del
mundo entero, en diversos grados y según las distintas prioridades. En los últimos años, se han
abierto prácticamente casi todos los Estados autoritarios centralistas unipartidistas. Se tiende a
reducir el aparato estatal, a privatizar los servicios y a rediscutir el rol del Estado en la lucha con-
tra la pobreza. En América Latina, la descentralización está íntimamente ligada al debate sobre la
democratización de las estructuras políticas, a la integración de las capas de la población y de las
regiones más discriminadas hasta ahora y, en parte, a la lucha contra la pobreza. En Europa Cen-
tral y Oriental, el paso de una economía planificada a una economía de mercado obedecía a la ten-
dencia de derrocar la omnipotencia del Estado central. En los países centralistas de Asia, sin embar-
go, la preocupación central es, a menudo, la necesidad de mejorar los servicios locales. En otros
países, son los retos que plantea la diversidad étnica y geográfica los que incitan a una descentra-
lización de las tareas. Además, dicha descentralización permite, al mismo tiempo, tomar mejor en
cuenta las necesidades específicas de ciertos grupos de la población y relacionarlas a escala nacio-
nal e incrementar las oportunidades de participación política de la mujer.
Por último, se tomó consciencia de los límites del modelo del Estado de desarrollo paternalista y
centralista y se constató que no lograba alcanzar los éxitos esperados. Asimismo, se pueden cali-
ficar de mediocres los resultados de los programas de ajuste estructural de los años setenta y ochen-
ta, que se basaban en reformas y políticas económicas. No obstante, incluso en tiempos de globa-
lización y de estructuras orientadas en función del mercado, el Estado tiene tareas importantes que
no puede asumir ningún otro actor. El Estado debe cumplir estas tareas fundamentales de la mane-
ra más eficiente y eficaz posible tanto en el centro como en la periferia. Sin un buen gobierno a
todos los niveles del Estado, resulta imposible alcanzar un desarrollo sostenible.
No es sorprendente, pues, que también los donantes internacionales hayan comprendido que la
descentralización es un medio probado para fomentar la gobernabilidad. Desde su punto de vista,
la descentralización debe permitir mejorar los servicios del Estado, planificar eficazmente la uti-
lización de los recursos públicos en función de las necesidades reales y mejorar la participación
política de la población. El tema de la descentralización ocupa un lugar prominente en las agen-
das del Banco Mundial, de los Bancos de Desarrollo regionales, del PNUD, de la OCDE y de la
mayoría de los Estados donantes. No obstante, el término de descentralización es lo suficiente-
mente amplio y abierto como para permitir las prioridades y estrategias más variadas. A menudo,
la complejidad del término suele ocasionar problemas de comunicación y de coordinación no sólo
entre Estados donantes y beneficiarios, sino también entre los mismos donantes.
5
3 ¿Qué es la descentralización?
■ Transferencia de recursos del Gobierno central para fines generales o tareas específicas.
■ Cobertura de gastos a través de las tasas pagadas por los usuarios.
■ Cofinanciación por parte de los usuarios que ejecutan ciertos trabajos ellos mismos (p.ej., para
la infraestructura necesaria).
■ Impuestos locales.
6 ■ Las entidades descentralizadas tienen acceso directo a créditos.
En la práctica, los diferentes tipos de descentralización se entrecruzan y adoptan diversas formas
mixtas. La descentralización política, administrativa y fiscal se complementan y a menudo cons-
tituyen elementos más o menos importantes de los paquetes de reformas actualmente en curso.
Esta guía no aborda la descentralización económica o «descentralización del mercado». Esta descentralización
se refiere a la transferencia de funciones del sector público al privado: Tareas, hasta ahora asumidas por el Esta-
do, se delegan a la economía privada, cooperativas, grupos de interés, organizaciones de voluntarios y otras orga-
nizaciones no gubernamentales. La descentralización económica puede adoptar dos formas principales. La pri-
mera es la privatización, es decir, la transferencia de la responsabilidad total o parcial de la producción de ciertos
bienes y servicios del Estado a actores del sector privado. La segunda es la desregulación. Ésta reduce los obstá-
culos jurídicos que entorpecen la producción de bienes y servicios por parte del sector privado o facilita la com-
petencia entre actores privados en áreas hasta ahora reservadas al Estado o dominadas por monopolios regulados
de la economía privada.
El tema de la descentralización económica toca la cuestión fundamental de saber qué tareas debe asumir el Esta-
do y qué tareas se deben dejar en manos de la iniciativa privada. En cambio, las otras formas de descentralización
se refieren a la repartición de competencias en el seno de las estructuras estatales. Por lo tanto, la descentraliza-
ción económica obedece fundamentalmente a otra lógica con la que, sin duda, tiene que enfrentarse la política de
desarrollo. Sin embargo, esta guía no puede y no pretende abordar este tema. Su objetivo no es tratar la defini-
ción de las tareas del Estado y su delimitación frente a la responsabilidad y al margen de maniobra privados, sino
concentrarse en cómo el Estado puede cumplir lo mejor posible sus tareas.
8
4 Oportunidades y riesgos para la política
de desarrollo: algunas referencias
Las expectativas y los temores que suscitan los procesos de descentralización son muy diversos y
a veces contradictorios. Las experiencias realizadas en distintos países en los últimos años dan una
imagen muy contrastada de los efectos positivos y negativos, de los éxitos y fracasos, así como de
los factores favorables y desfavorables. No es, pues, sorprendente que, a veces, los distintos acto-
res de estos procesos difieran y hasta se contradigan en la evaluación de las oportunidades y de
los riesgos para la política de desarrollo.
Expectativa:
La descentralización rompe estructuras de poder políticas anquilosadas
Experiencias:
En principio, la descentralización política es sinónimo de limitación o incluso de pérdida de poder
político y económico de los actores del Estado central. Esto se logra únicamente donde existen
fuerzas políticas importantes que actúan como fuerzas motrices (driving forces) y que abogan por
la descentralización. Sin embargo, a pesar de las declaraciones de intención del gobierno, el poder
central no muestra suficiente voluntad política cuando realmente se trata de aplicar medidas de
descentralización. Ciertas fuerzas políticas, temerosas de perder el poder, obstaculizan el proceso
de descentralización e incluso lo bloquean completamente.
Cuando, a pesar de las resistencias, se llevan a cabo proyectos de descentralización, surge una nue-
va dinámica que logra romper con las estructuras estatales anquilosadas y la concentración de
poder en manos de una élite (a menudo corrupta). Las estructuras de decisión descentralizadas y
la responsabilidad financiera y política local de las autoridades descentralizadas constituyen la pri-
mera etapa en el camino que, desde abajo hacia arriba, conduce a la democratización. Sin embar-
go, ello presupone que el nivel local, por su parte, esté organizado democráticamente y que cuen-
te con una cierta separación de poderes.
9
Expectativa:
La descentralización fomenta el empoderamiento («empowerment»), la participación de la pobla-
ción y estructuras más democráticas en un sentido amplio
Experiencias:
En algunos países, la descentralización política y la nueva legitimidad democrática de las institu-
ciones descentralizadas han contribuido a consolidar el proceso de toma de decisiones políticas a
nivel local, a explotar mejor el potencial local y a motivar cada vez más a la población para que
exponga sus necesidades en el marco del debate político. La descentralización tiende a revalorar
políticamente centros urbanos (pequeños) y, a veces, regiones rurales. En muchos lugares, el mar-
co de la política local, menos complejo que a nivel nacional, facilita la participación política de la
mujer más allá de las elecciones.
Sin embargo, en muchos lugares no existen estructuras políticas locales bien arraigadas. No se
integra a la población local en la toma de decisiones políticas. Ya sea porque, como antes de la des-
centralización, la formación de la opinión política sigue marcada por los centros urbanos o por-
que el poder está en manos de élites locales que no actúan de manera transparente y que apenas
tienen legitimidad política o que sólo defienden los intereses de su clientela.
Expectativa:
La descentralización fortalece la identificación de la población con las estructuras estatales
Experiencias:
En muchos países, el Estado carece de suficiente legitimidad y la población apenas se identifica con
las estructuras del Estado. En los países en los que la población siempre ha visto al Estado como una
institución que permite el enriquecimiento de ciertas élites, los gobiernos locales deben empezar por
demostrar que funcionan mejor, que confieren más peso a la participación y que defienden los inte-
reses de todos(as). Si lo logran en un plazo bastante rápido, la acción descentralizada del gobierno
y de la administración puede repercutir positivamente en la credibilidad del Estado en su conjunto.
En cambio, se percibe mal a las autoridades descentralizadas donde las autoridades centrales han
decretado más o menos arbitrariamente las fronteras de las entidades descentralizadas (municipios).
Expectativa:
La descentralización protege a las minorías
Experiencias:
Aunque en la mayoría de los casos las fronteras territoriales de las unidades descentralizadas no
se fijan en función de criterios étnicos ni con el fin de proteger a eventuales minorías locales, la
descentralización puede contribuir considerablemente a la protección de minorías étnicas o reli-
giosas. Cuando éstas constituyen una mayoría localmente, la descentralización les brinda la posi-
bilidad de autogobernarse y les permite una cierta autonomía cultural y religiosa. Sin embargo,
esto sólo es válido para minorías concentradas en un determinado territorio. En cambio, la des-
centralización puede tener efectos negativos cuando expone una minoría a una mayoría dominan-
10 te en un contexto cargado de tensiones.
Expectativa:
La descentralización fomenta la ejecución eficaz y adecuada de las tareas del Estado
Experiencias:
En comparación con los mecanismos de planificación y de decisión centrales, las estructuras de
decisión descentralizadas son más idóneas para fomentar el control de las infraestructuras por par-
te de las colectividades locales («ownership») y la aceptación de la actividad estatal, explotar mejor
el potencial local y tener más en cuenta las prioridades locales. Esto es válido, sobre todo, cuan-
do la ejecución eficaz y oportuna de las tareas públicas depende, en gran parte, del conocimiento
del contexto, de las necesidades y de las prioridades locales, especialmente en el ramo de la cons-
trucción, la explotación y el mantenimiento de estructuras locales, así como de los servicios públi-
cos. Transferir competencias de decisión al nivel local aumenta también la posibilidad de que se
tomen más en serio las necesidades de la mujer.
En muchos lugares, existe, sin embargo, una desproporción entre la descentralización de las tareas
y la descentralización de los recursos. Esta última no es suficiente para cumplir adecuadamente con
las tareas descentralizadas. Hay lugares en los que no existen mecanismos de perecuación financie-
ra o si existen no son bastante eficaces que permitan no sólo tomar en cuenta las distintas condicio-
nes marco regionales, sino también compensarlas. Por lo general, la descentralización de los recursos
beneficia fundamentalmente las regiones económicamente marginadas. Donde no se previó ningún
mecanismo de perecuación, las diversas condiciones regionales se traducen en una carga financiera
que difiere de una región a la otra y que agudiza aún más las desigualdades regionales existentes.
Expectativa:
La descentralización contribuye a un uso más eficaz, sostenible y razonable de los limitados recur-
sos económicos
Experiencias:
Se ha investigado muy poco hasta qué punto los esfuerzos de descentralización conducen a una
utilización más eficaz de los recursos y a la movilización de recursos adicionales. La calidad y
cantidad de los servicios prestados de manera descentralizada difieren de un país a otro. Sin embar-
go, se han registrado ciertas mejoras en muchos de ellos. En algunos casos, una mayor transpa-
rencia en materia de responsabilidades y de recursos disponibles localmente permite a la pobla-
ción local ejercer cierto control sobre la utilización de los recursos. En tales circunstancias, la
población suele estar dispuesta y motivada a movilizar recursos para, así, obtener mejores servi-
cios. No obstante, la ejecución descentralizada de las tareas requiere un know how local que en
muchos casos no existe o es insuficiente. Además, no existe un control financiero regular y eficaz
que evite al mismo tiempo inmiscuirse en la ejecución descentralizada de las tareas.
La descentralización no es ninguna panacea para los países pobres. Es evidente que una ejecución
descentralizada de las tareas no puede compensar la falta de recursos financieros. Las falsas expec-
tativas y la inevitable decepción que causan entorpecen el arraigo del proceso en la población.
11
Expectativa:
La descentralización contribuye a la lucha contra la pobreza.
Experiencias:
Toda descentralización exitosa contribuye de manera significativa al desarrollo y fortalecimiento
de las iniciativas locales de regiones hasta entonces marginadas. Esto es válido sobre todo para
pequeñas aglomeraciones y su entorno rural hasta entonces desatendidos. De esa manera, las
estructuras descentralizadas pueden contribuir a luchar contra la pobreza. Aunque las estructuras
descentralizadas estén organizadas democráticamente, los impulsos de desarrollo benefician en
primer lugar a aquellas capas de la población local que, comparadas a nivel nacional, pueden pare-
cer pobres, pero que a nivel local la mayoría no pertenece a los más pobres. La descentralización
no es sino un instrumento indirecto de lucha contra la pobreza.
Temor:
La descentralización desestabiliza Estados débiles.
Experiencias:
Hoy en día, sólo en casos excepcionales se considera la descentralización como una amenaza para
la identidad nacional común. En los países multiétnicos y multiculturales, gran parte de la
población se identifica en función de criterios étnicos y religiosos y no tanto con las autoridades
estatales centrales o descentralizadas. En todo caso, no se pone en peligro la unidad nacional si la
descentralización no crea grandes regiones políticamente poderosas, sino que dota al Estado de
una organización diferenciada de distritos y municipios. Como lo muestra la historia en los últi-
mos años, existe un gran riesgo de desintegración en aquellos Estados en los que regiones muy
diversas desde el punto de vista cultural, económico y político no han logrado librarse de la cami-
sa de fuerza del centralismo estatal. Si un Estado se desintegra no es por demasiada descentrali-
zación, sino por poca. La descentralización actúa como fuerza integradora cuando logra satisfa-
cer de manera diferenciada las necesidades de autonomía de los distintos grupos de población y
de las diversas regiones en el seno de un mismo Estado.
Temor:
Se desmantela «fríamente» la ejecución de las tareas públicas.
Experiencias:
El alcance de las tareas y de las responsabilidades transferidas a las unidades descentrales puede
ser muy diverso. En general, las tareas y las responsabilidades se descentralizan de manera dife-
renciada y no se produce el efecto temido. Sin embargo, existen casos en los que el Estado central
se desentiende pura y simplemente de sus responsabilidades en materia de ejecución de ciertas
tareas fundamentales y las delega al nivel local, a pesar de que éste carece del know how y de los
recursos humanos y financieros necesarios. Las regiones ya marginadas y con pocos recursos son
las más afectadas por esta reducción de servicios del Estado. Por esa razón, toda descentralización
política y administrativa siempre debe ir acompañada de una descentralización fiscal apropiada.
Ésta permite garantizar los recursos que necesita el nivel local para poder cumplir realmente con
12 sus tareas.
Temor:
La descentralización complica y encarece el trabajo de las autoridades del Estado.
Experiencias:
Por regla general, la descentralización crea nuevos órganos y unidades administrativas a nivel
regional y local o amplía los ya existentes. Al mismo tiempo, apenas reduce las capacidades del
gobierno central. Además, los roles entre los actores del nivel central y los del nivel descentrali-
zado están a menudo mal repartidos. Por otra parte, hay que agregar que existen problemas de
información y de comunicación entre los distintos niveles. En la mayor parte de los casos, esto
complica y encarece el desenvolvimiento de las labores.
Sin embargo, los modelos de descentralización bien concebidos pueden compensar estos costes
suplementarios con otras ventajas que repercuten positivamente en los costes. En efecto, toda des-
centralización eficaz acelera los procesos de decisión, evita la burocracia y actúa en función de las
necesidades reales de la población local, explota recursos locales suplementarios y contribuye en
general a la sostenibilidad de las actividades del Estado.
Temor:
El clientelismo local sustituye a la corrupción del Estado central.
Experiencias:
La descentralización revalora el rol de las autoridades locales que, a ejemplo del poder central,
podrían utilizar su poder para satisfacer intereses particulares. No obstante, la transferencia de
competencias en materia de gastos al nivel local crea un marco en el que se pueden apreciar mejor
las responsabilidades en cuanto a la utilización de los recursos estatales y por lo tanto la corrup-
ción. Sin embargo, la lucha contra la corrupción en los niveles inferiores del Estado requiere un
know how local que permita una gestión contable transparente de los recursos financieros, así como
instrumentos locales eficaces para el control de la gestión y de las finanzas.
Durante las últimas décadas, los donantes han acumulado experiencias en materia de apoyo a pro-
cesos de descentralización en distintos contextos:
■ Existen diferentes formas de fomentar la ejecución eficaz de las tareas a nivel local. Una de ellas con-
siste en apoyar el proceso que permita clarificar la repartición de tareas y las relaciones entre las auto-
ridades centrales y las locales. Otra forma consiste en apoyar las unidades descentralizadas en la cre-
ación y desarrollo de sus estructuras políticas y administrativas. Finalmente, se pueden apoyar
proyectos sectoriales realizados por autoridades locales de manera que fomenten el desarrollo local.
■ Una de las condiciones indispensables para todo compromiso es poseer profundos conocimien-
tos de la situación sociopolítica del país y de su cultura política. A los actores externos, no siem- 13
pre les resulta fácil conseguir los conocimientos necesarios sobre el ambiente político de los
procesos de descentralización.
■ A menudo, los donantes se definen a sí mismos como catalizadores del proceso de descentra-
lización y concentran su labor en la creación y fortalecimiento de capacidades locales («capa-
city building»).
■ Únicamente se pueden apoyar con éxito procesos de descentralización democráticos donde exis-
ta un marco jurídico adecuado y donde el contexto político permita un mínimo de pluralismo
político. Cuando a las autoridades locales no se les garantizan márgenes de maniobra ni los
recursos necesarios para la ejecución de las tareas descentralizadas, tampoco será sostenible un
apoyo externo al proceso.
■ Tradicionalmente, muchos donantes cooperan con autoridades centrales y tienen cierta tenden-
cia a realizar las tareas de manera centralizada. En el pasado, a menudo apoyaron procesos de
descentralización desde arriba sin una voluntad real de compartir el poder. Los resultados obte-
nidos fueron insatisfactorios.
■ A menudo, los donantes tienen visiones muy divergentes sobre la descentralización. Esto pue-
de crear confusión y perjudicar la sostenibilidad del proceso. Como en otros campos, la coor-
dinación y la cooperación son procesos complejos que ocasionan muchos gastos.
Como acabamos de ver, los procesos de descentralización están ligados a distintas expectativas y
pueden servir de instrumento para alcanzar diferentes objetivos. Para la COSUDE, así como para
otros actores de la cooperación internacional al desarrollo, hay que apoyar sobre todo procesos de
descentralización que contribuyan a los objetivos de la política de cooperación al desarrollo. Al
fin y al cabo, la descentralización debe fomentar procesos que favorezcan una colaboración cons-
tructiva y dinámica entre el Estado, el sector privado y la sociedad civil, así como entre las fuer-
zas políticas y las autoridades del Estado central y las de las entidades descentralizadas. Desde
esta óptica, la descentralización debe repercutir positivamente en el desarrollo sostenible y en la
gobernabilidad de los Estados contrapartes. En este campo, se pueden distinguir tres ejes de
objetivos que, en parte, se entrecruzan e influyen mutuamente:
15
52 Otros objetivos y motivaciones
A menudo, los objetivos que los actores políticos de los países contraparte desean alcanzar
mediante procesos de descentralización concuerdan con los objetivos antes expuestos, pero tam-
bién puede darse el caso contrario. Los objetivos declarados y no declarados («hidden agendas»)
en materia de desarrollo y de gestión del poder pueden coincidir o contradecirse. Estos objetivos
influyen en la concepción del proceso de descentralización según la influencia concreta que ejer-
zan los grupos de interés sobre el proceso de decisión política. En la práctica, los siguientes pun-
tos desempeñan a menudo un rol importante:
■ Para los gobiernos de ciertos países contraparte con una economía frágil, el proceso de des-
centralización debe responder a las expectativas de sus donantes de quienes depende el Estado
en mayor o menor grado.
■ Puede suceder que el proceso de descentralización se desencadene bajo la presión ejercida por
fuerzas centrífugas y separatistas que persiguen la disolución y la división territorial del Estado.
17
6 Principios de acción para la COSUDE
■ Si los objetivos de los procesos de descentralización son muy variados y complejos, también
lo son sus modalidades de implementación. Existen muchas formas de descentralizar la
acción gubernamental que pueden variar según el nivel político o administrativo y en función
de los motivos más diversos. La COSUDE no se limita a la propagación y al fomento de un
determinado modelo de descentralización, sino que apoya formas funcionales de descentra-
lización que permitan mejorar la gobernabilidad y, de esa manera, contribuyan al desarro-
llo sostenible.
■ Los procesos de descentralización son muy complejos y requieren mucho tiempo. Cuando la
COSUDE trabaja en el área de la descentralización, su compromiso es a largo plazo.
■ Ningún proceso de descentralización puede tener éxito si las principales fuerzas políticas no tie-
nen la voluntad de transferir tareas, recursos económicos y poder del centro a la periferia. En
ausencia de una voluntad claramente expresada, especialmente por parte del Estado central,
la COSUDE será muy cautelosa en cuanto al apoyo a medidas de implementación concretas.
No obstante, la COSUDE puede influir en el proceso de decisión y de formación de la opinión.
De esa manera, contribuye a que los actores políticos reconozcan las ventajas de una descen-
tralización debidamente concebida, desarrollen su propio proyecto, se comprometan en una
implementación adaptada al contexto y, de esa manera, se conviertan en fuerzas motrices («dri-
ving forces») del proceso.
■ El pilotaje del proceso de descentralización no se debe dejar sólo en manos del poder central.
Para que las autoridades centrales transfieran realmente competencias y recursos, se requiere
que los niveles descentralizados tengan la capacidad de articularse y que luchen activamente
por sus objetivos. Asimismo, es necesario que la sociedad civil se comprometa en favor de una
forma de descentralización que respete el Estado de derecho y los principios de la democracia.
La COSUDE apoya los esfuerzos que influyan en el proceso de descentralización desde una
perspectiva descentralizada.
■ Los procesos de descentralización son sostenibles únicamente si la sociedad civil los compren-
de, los acepta y los utiliza en su propio interés. Es, pues, indispensable una vasta y completa
información de la población sobre los objetivos e instrumentos del proceso de descentraliza-
ción. La COSUDE apoya actividades de información y de sensibilización de la población acer-
ca del proceso de descentralización y de cuestiones de gobernabilidad local.
19
7 Indicaciones para la implementación operacional
En el marco de la buena gestión descentralizada de los asuntos públicos, la COSUDE puede inter-
venir en diferentes campos de actividad que dependen de las condiciones específicas de cada país:
■ Puede apoyar el proceso de descentralización como tal en función de los principios arriba for-
mulados.
Es obvio que también en este campo, las capacidades limitadas de la COSUDE no le permiten
actuar a nivel de un país en su conjunto. Sin embargo, la concentración en ciertas regiones o
20 ciertos temas también contribuye a generar experiencias, conocimientos y productos (como ins-
trumentos, know how práctico, manuales, etc.) que pueden ser útiles para otras administracio-
nes locales interesadas o para el proceso de descentralización.
■ La COSUDE puede apoyar a las autoridades centrales en sus esfuerzos por mejorar su rol en
el marco de la ejecución de las tareas descentralizadas (objetivos de los actores descentraliza-
dos en cuanto a contenido y a organización, vigilancia de la ejecución de las tareas y de las
finanzas). En este caso tiene que limitarse también a ciertos aspectos importantes del proceso.
■ Se requieren competencias específicas para analizar las complejas condiciones que imperan en
el país contraparte, para clarificar el rol de la COSUDE y para poder elaborar programas y pro-
yectos concretos.
■ Se necesita una red sistemática de todas las experiencias prácticas realizadas por la COSUDE
y por otros actores en este campo. De esa manera, la COSUDE puede adquirir y utilizar un know
how institucional centrado en las necesidades prácticas.
■ Se requieren estrategias específicas para cada país. Dichas estrategias deben basarse en un aná-
lisis sistemático y regular de las condiciones marco reinantes en esos países y en el conocimiento
de las actividades de otros donantes. Estas estrategias establecen los objetivos y las prioridades
de las actividades de la COSUDE a largo, medio y corto plazo, delimitan los campos de activi-
dad e identifican a las contrapartes.
21
Anexo 1
Además, el grupo de trabajo examinó las experiencias capitalizadas por otros donantes en mate-
ria de descentralización como las organizaciones multilaterales (véase fuentes bibliográficas de la
OCED, del PNUD, y del Banco Mundial citadas en el Anexo 2),
22
Anexo 2
PNUD
(Para información actualizada sobre determinados países, véase http://magnet.undp.org, homepa-
ge del undp management and governance network)
OCED
(Para información actual sobre determinados países, véase www.oecd.org/dev (página web del
OECD Development Center) y www.oecd.org/dac (página web del OECD DAC Development
Assistance Committee).
– Bahl Roy, Intergovernmental transfers in developing and transition countries: principles and
practice, Washington (WBI) 1999
– Bird Richard/Wallich C., Fiscal Decentralization and intergovernmental relations in transition
economies: towards a systematic framework of analysis, Policy Research Working Paper WBS,
no. 1122, Washington
– Burki Shahid Javed/Perry Guillermo/Dillinger William, Beyond the center: decentralization in
the State, Washington D.C.(Worldbank Latin American and Caribbean Studies 1999b)
– Fisman Raymond/Gatti Roberta, Decentralization and corruption: cross-country and cross-sta-
te evidence, Washington 2000
– Huther J./Shah A., Applying a simple measure of Good Governance to the debate on fiscal
decentralization, Washington 1998
– Litvack Jennie/Ahmad Junaid/bird Richard, Rethinking decentralization in developing coun-
tries, Washington D.C (The World Bank) 1998
– Litvack Jennie/Seddon Jessica (eds.), Decentralization Briefing Notes, Washington D.C. (WBI)
1999
– Manor James, The political economy of democratic decentralization, World Bank Directions in
Development Series, Washington D.D. 1999
– Prud'homme Rémy, On the dangers of decentralization, Washington D.C. (IBRD) 1994
– Shah Anwar, Balance, accountability and responsiveness: Lessons about decentralization,
Policy Research Working Paper 2021, Washington 1998
COSUDE
Décentralisation et développement (Écrits sur le développement de la DDC), Berna 1999, points
de vue théoriques et pratiques.
24
D I R E K T ION F Ü R E N T W IC K L U N G U N D Z U SA M M E NA R B E I T DE Z A Eidg. Departement für auswärtige Angelegenheiten
D I R EC T ION DU DE V E LO P P E M E N T E T DE L A C OOPE R AT IO N D DC Département fédéral des affaires étrangères
DI RE Z IO N E DE L LO SV I LU P P O E DE L L A CO O P E R A Z IO N E DS C Dipartimento federale degli affari esteri
SWIS S AG E N C Y F O R DE V E L O P M E N T A N D C O O PE R AT IO N S DC Federal Department of Foreign Affairs
AG E NC I A SU I Z A PA R A E L DE SARROL LO Y L A COOP E R ACIO N COS U DE Departamento Federal de Asuntos Exteriores