SHADY Wari Vista Como Emporio Comercial PDF
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() Artculo elaborado por la autora en base a una revisin de sus trabajos: "Intensifica-
cin de contactos entre las sociedades andinas como preludio al movimiento Huari
del Horizonte Medio", Boletn del Museo Nacional, No. 7, 1981; y "La Cultura Nie-
vera y la interaccin social del mundo andino en la poca Huari'', Arqueolgicas,
No. 19, ao 1982.
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Shady: Epoca Huari
Las sociedades que habitaban los varios valles de esta rea mostraban
un fuerte dinamismo hacia la segunda mitad del perodo Intermedio Tempra-
no. Los estilos Nasca 7, Estrella y Caete de los valles de Nasca-lea, Chincha-
Pisco y Cafiete tienen cada uno caractersticas propias, pero simultneamente
rasgos de los otros estilos del rea, as como de otras ms distantes.
La fase N7 presenta un carcter peculiar: incorpora un gran nmero
de rasgos innovadores de otras culturas, pero retoma elementos arcaicos de
Teojate I y 2 de Paracas y, en particular, de N3 y N4 ; y tiene, adems,una
amplia distribucin , pues aparece en forma casi idntica en los valles desde
Acar hasta lea (Menzel 1971 : 67-68).
Los asentamientos humanos de esta fase en lea no slo son numero-
sos y amplios, sino que tambin ocuparon los abanicos aluviales secos que pe-
netran en el curso superior del valle (Menzel 1971 ).
De la informacin arqueolgica se infiere que el Estado Nasca haba
alcanzado en esta poca prestigio regional , controlaba a las poblaciones entre
Acar e lea y gozaba de una bonanza econmica que Je permiti construir
huacas de adobe y extensos poblados de piedra y quincha, as como efectuar
contactos con otras sociedades a lo largo de la costa y de sus serranas anexas.
En los valles de Pisco y Chincha, el estilo Estrella muestra una similar
alta frecuencia en su distribucin como en el caso de N7 . En este perodo, el
estilo Estrella tiene fisonoma propia y alto prestigio, llegando a competir
con Nasca. Tiestos de estilo Estrella aparecen en el val1e de lea junto a cer-
mica de N7 , as como rasgos de N7 en sitios de Estrella en Chincha y Pisco.
Ambos estilos son coetneos y tienen influencia el uno sobre el otro (Menzel
1971 : 126-129). Como sefiala Wallace,
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que gobernaba Huamachuco. Unas piezas del cursivo clsico que hallamos en
sitios de Chachapoyas sealan contactos con poblaciones de culturas Chacha.
As, pues, ''a fines del Perodo Intermedio Temprano, Huamachuco comenz
a controlar grandes reas al oeste de la divisoria continental y fue capaz de
establecer un intercambio con sus vecinos de la sierra norte y sur" (Topic y
Lange 1986: 46).
El desarrollo urbano y la amplia distribucin del estilo cursivo po-
dran estar. indicando la existencia de un Estado regional, el cual incluira los
territorios de Cajamarca, Condebamba y Huamachuco y estara relacionado
con sociedades de otros valles interandinos y orientales del rea norte.
La existencia de una tradicin arquitectnica con "galeras rectangu-
lares dispuestas alrededor de patios rectangulares o trapezoidales, que varios
han supuesto eran una introduccin de Huari, pero que forman parte de la
tradicin del perodo Intermedio Temprano en Huamachuco'' (Topic y Lan-
ge 1986: 19); de numerosos sitios nucleados; de actividades especializadas y
de vinculaciones con otras poblaciones, revelan la pujanza cultural, econmi-
ca y poltica de estas sociedades en este perodo; y que continuara en el
siguiente.
S/TVACION EN A Y A CUCHO
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el valle central del Pampas, que muestra un pie de tapir, animal caza-
do en la foresta tropical y que tambin estar representado en el es-
tilo Pacheco de Nasca (vase Raymond 1979: 81-86 ). ~
3.- Costa norte, con Moche como centro de interaccin de su rea con la
de Huamachuco, Lambayeque y el mundo andino. Recuay pudo te-
ner en su poca un rol similar al de Ayacucho.
4.- Sierra norte, con Huamachuco como centro de interaccin con las
poblaciones del oriente -chachas, por ejemplo- y el mundo andino.
Es notable la presencia de cermica Cajamarca 111 e influencia de este
estilo en el complejo Pumahuanchina de Culap (vase Ruiz 1972).
5.- Sierra sur, con Tiahuanaco como centro cultural que se beneficiaba
de su relacin con los valles amaznicos y el mundo andino.
6.- Costa central. Las poblaciones de esta rea ocupaban una ubicacin
privilegiada , intermedia entre los focos culturales que se desarrollaron
en la costa norte y sur, Moche y Nasca, y adems por las vinculacio-
nes econmicas con sus serranas inmediatas y la sierra y selva centra-
les.
Como expresin de este proceso, se aprecia que en la poca l del Ho-
rizonte Medio alcanzaron prestigio los estilos de cermica Nasca 9, Moche,
Cajamarca III (cursivo floral) y Nievera, correspondientes a las sociedades
regionales ms destacadas, los cuales se distribuyeron a nivel regional en su
rea de influencia directa y, simultneamente, remontaron los lmites de ella
hacia otras regiones por la conexin que se daba entre las diversas naciones
a travs del establecimiento de una red de centros urbanos y comerciales.
Se conocen por sus grandes dimensiones : los de Cajamarquilla, Marcahua-
machuco, Pampa Grande y parte de Huari, a los que se incorporaran Viraco-
chapampa y Pikillaqta. Los centros costeos estuvieron ubicados hacia el inte-
rior, en lugares de conexin con los valles interandinos.
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LA COSTA NOR-CENTRAL
en Mala (Conklin 1978: 33). Hay una vasija en el museo de Paramonga que
exhibe la incorporacin de rasgos de diversos estilos y expresa bien la ocu-
rrencia de la poca. Es una botella de gollete largo y cnico; en el cuerpo tie-
ne el diseo de una cara geomtrica de frente con tocado, como en Pachac-
mac; en el gollete est la banda de tres filetes, como en la costa sur, y el bor-
de lleva pallares, como en Moche.
Por esta confluencia de rasgos de ambas direcciones, de la costa norte
y de la costa central, planteamos la hiptesis de que la importancia de esta
rea estuvo en su ubicacin estratgica al norte de la costa central en una va
de ingreso hacia los valles interandinos y la Amazona: la cuenca del Manta-
ro, por el sur, y el Callejn de Huaylas o el de Conchucos y el Maran, por
el norte. Participaba del intenso desarrollo de la costa central y actuaba
como puesto de contacto con las poblaciones costeas y serranas de los
valles del norte y de la sierra central y es posible que adquiera importancia en
la poca 28, en relacin con la presencia o incorporacin de las poblaciones
de Casma-Huarmey en la esfera de interaccin econmica. Piezas importadas
e imitaciones de la costa norte y nor-central aparecen en Ancn, Pachacmac
y Huancayo. Uhle excav el entierro p.20 que contena un vaso de Pachac-
mac 28, un ceramio Teatino y dos cntaros con decoracin hecha a molde
por presin, de color negro.
La frecuencia de vasos en Chimocpac con la representacin de la
cara geomtrica de una deidad de frente con tocado (Kroeber 1925: 73, 77),
vasijas comunes a P1chacmac (Uhle 1903: 27, fig. 18) y Huari, podra indi-
car, en lugar de una relacin poltica directa desde Huari, como ha planteado
Menzel, el establecimiento en el rea de Supe-Pativilca en la poca 28 de un
centro econmico fuertemente vinculado a Pachacmac. Es interesante sea-
lar que la continuidad de este estilo de alfarera es fuerte en las pocas 3 y 4
en la costa nor-central. Por otro lado, consideramos que un Estado imperial
no ubicara un bastin en un lugar distante y prcticamente limtrofe de los
objetivos o reas que tena intencin de controlar, ni este bastin copiara
vasijas con el grifo Pachacmac, cuando su intencin era contrarrestar el pres-
tigio de este centro en pleno apogeo del "Estado hnperial''.
El desarrollo de las poblaciones de la costa nor-central debe plantear-
se tambin en relacin con el cambio que se produce en la costa norte, mani-
fiesto en la decadencia de Moche y la configuracin en las pocas siguientes
del estilo Taitacantn (Scheele y Patterson, 1966: 16-18) con rasgos de Lam-
bayeque, Callejn de Huaylas y Costa Central sobre una base de tradicin
Vir.
ELPROBLEMALAMBAYEQUE-MOCHE
Desde la poca 7 hasta 1A-8 del Horizonte Medio era fuerte el presti-
gio de Moche, que estuvo incorporado a la esfera de relacin interregional.
Como expresin de esta situacin se encuentran rasgos de Moche IV en Nasca
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CONCLUSIONES
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&AZ.~ARO
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CIUDADES MODERNAS
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Estudios y Debates - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
NOTAS
( 1) El tema de las relaciones entre Nasca 7 y Moche, que presentamos en Shady 1981,
ha sido elaborado ms ampliamente por Paulsen: "A Moche-Nasca Connection".
Informe ledo en el 51 St Annual Meeting, Society for American Archaeology. New
Orleans, Louisiana, l 986.
(2) En la muestra de Balcn de Judas que nos permiti obseivar Steven Wegner, sor-
prende la cantidad de rasgos {!el estilo Cajamarca II en alfarera Recuay.
( 3) Es lamentable que hasta ahora se maneje el modelo del imperio Huari sin que se ten-
ga, sin embargo, un buen conocimiento sobre las diversas construcciones del centro
Huari ni se haya efectuado una adecuada definicin del estilo Huarpa, el que, al
parecer, no solamente caracterizara al perodo Intermedio Temprano en la zona
ayacuchana, sino que continuara durante la poca 2 del Horizonte Medio, como
testimonia su hallazgo en el sitio arqueolgico de Azngaro, cerca al pueblo de
Hu anta (Anders l 986: 21 O).
( 4) De Tantamayo, identificamos con A. Ruiz unas vasijas con rasgos de Nasca 9, que se
encontraban en el depsito del Museo, en la coleccin dejada por Flornoy. De Cu-
Jap, Ruiz recuper unas piezas que ha publicado como de estilo Huari y que presen-
tan notorios rasgos de Nasca 9 (vase Ruiz 1969: 6%4).
( 5) Esta vasija se encuentra en el Museo de Historia Natural de Nueva York .
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COMENTARIOS
produccin, y que este excedente de pro- las cuales no podemos elucidar el fenme-
duccin impuls el establecimiento de tra- no Wari .
tos comerciales a travs de los Andes. Desa- A pesar de esa tendencia , s han habido
fortunadamente, los datos sobre cambios varios esfuerzos de esclarecimiento del pro-
climticos que cita la autora son mayor- ceso de desarrollo regional y los datos de
mente circunstanciales, en tanto que datos esas investigaciones nos han permitido dis-
concretos y ms al da , como los del glaciar cernir interpretaciones o identificaciones
Quelccaya, sugieren otra serie de sucesos en previas de ciertos restos como resultado de
cuanto a sequas y temporadas de mayor la conquista Wari . Por ejemplo, reconoce-
lluvia en la sierra y la costa, lo cual compli- mos que el surgimiento de asentamientos
ca una fcil correlacin entre cambios cli- de tamao y de probable complejidad ur-
mticos y la movilizacin y migracin de banos tiene races profundas en la costa y
gente. Ms bien, si uno acepta tal razona- que no fue algo impuesto por un imperio
miento , se podra argir igualmente que fue Wari. Tambin sabemos que varios centros,
la necesidad y no la sobreproduccin la que como Manchan , en el valle de Casma , y Ca-
impuls la formacin de un Estado, dentro ja marquilla , en el del Rmac , antes identifi-
del contexto de movilizacin y migracin cados como sitios planificados Wari . no lo
de serranos hacia la costa en busca de recur- son. No obstante, tampoco hay datos sufi-
sos alimenticios bsicos. Adems , dentro de cientes para argir que esos centros urba-
la realidad andina no hay por qu esperar nos (por ejemplo, Pampa Grande, Caja mar-
que una posibilidad de aumentar la produc- quilla , Galindo , Viracochapampa , Jincamo-
cin en la costa se convierta en un incre- cco, Pikillaqta) son ncleos de comercio ,
mento de produccin de verdad y que ste de especializac in o que manifiestan deter-
necesariamente estimule un cambio de men- minada estructura sociopoltica o econmi-
talidad de tendencia general de autosufi- ca. Dadas las investigaciones recientes sobre
ciencia o de produccin para "consumo in- centros planificados incaicos, los cuales pa-
terno" a una de mercado, de maximizacin recen ser ms ceremoniales que administra-
de ganancia , con consecuente movilizacin tivos o burocrticos, debemos hacer una
y migracin de costeos hacia la sierra. En pausa antes de asumir algo definitivo sobre
ambos casos, carecemos de datos suficien- esos sitios.
tes para establecer la primaca de una hip- En cuanto a la distribucin de cermica
tesis sobre la otra, aunque a m me parece Wari o cermica del estilo Wari , es cierto
menos probable que se establecieran colo- que hasta hace poco tuvimos la tendencia a
nos nasquenses en la sierra de Ayacucho o ver slo la interrupcin o reemplazo de es-
que negociantes costeos fueran en busca tilos locales, no apreciando los cambios es-
de un mercado serrano . tilsticos dentro del contexto regional e ig-
Efectivamente , hay varios problemas norando la amplia distribucin o difusin
con nuestro modelo de Wari como Estado de cermica de otras culturas y rasgos de las
imperial, pero no son suficientes como para mismas en cermica de otras regiones. Se
rechazar su existencia en s. Ms bien nos ha demostrado que en varios lugares de la
obligan a cuestionar su ex tensin territo- costa los estilos cermicos locales eviden-
rial , la naturaleza de su control y sus tratos cian una continuidad temtica y estilstica.
con otros Estados regionales, as como el Ms bien, lo que falta en la mayora de ta-
carcter de su organizacin. En sus crticas, les estudios, as como en el de Shady , es
Shady insiste en .:ue debemos prestar ms una clara diferenciacin entre cermica ex-
atencin al desar.ollo regional. En eso tiene portada fuera de su zona de fabricacin, ce-
razn, pues por tratar de sustentar la pre- rmica encontrada en una zona que imita
sencia del Estado Wari desatendimos a las la cermica de otra, rasgos de un estilo que
naciones regionales, sin la comprensin de estn absorbidos en otro y, en todos los ca-
Dra. Shady sobre la complejidad cultural eran insuficientes y que se reforzaron con
de la fase tarda del Perodo Intermedio los anlisis que paralelamente realizara
Temprano es significativa, pero no contra- Dorothy Menzel, quien lleg a las mismas
dice mi creen cia en un Huari fuerte. Su conclusiones y las fundament a partir de
preocupacin por la heterogeneidad cultu- un examen de la dispersin de la cermica.
ral durante el Horizonte Medio es impor- Lamentablemente, en el artculo de Sha-
tante, pero tampoco es contradictoria con dy no encontramos una sustentacin con-
un Imperio Huari. Parece que, por analo- sistente de la hiptesis formulada , debido a
gas obvias, se ha demostrado que su deter- serias carencias de orden terico, metodo-
minismo ambiental que excluye una capi- lgico , tcnico y sobre todo de conocimien-
tal poltica en Ayacucho est errado . to del tema y de los materiales involucra-
Me parece que si continuamos el debate dos. Debido a que sera muy extenso co-
sobre si un Imperio Huari existi o no, nos mentar cada una de estas deficiencias, que
vemos impedidos de reconocer cuestiones se encuentran en todos los acpites de su
realmente importantes acerca de la natura- texto, me voy a referir solamente a algunas
leza de Huari y de las implicaciones de una de las ms obvias.
heterogeneidad cultural durante el Horizon- En Jo terico, aparte de un incorrecto
te Medio . Este debate tampoco nos permite manejo de categoras tales como " comer-
estudiar problemas importantes como si cio" o " interaccin cultural", que se con-
ocurri un cambio climtico durante el funden con trueque o formas de intercam
Horizonte Medio y, en caso afirmativo, qu bios de productos, el aspecto ms dbil
efectos tuvo. Tengo la esperanza de que al est en su concepcin de Jo que es el Esta
darnos cuenta de cmo las suposiciones do y, desde luego, de lo que entiende co-
errneas nos han llevado a conclusiones mo imperio. Existe una gruesa confusin
equivocadas sobre el Horizonte Medio, la entre "Estado" y cultura o, Jo que es ms
comunidad arqueolgica unir sus fuerzas grave an, su identificacin entre distribu-
para resolver los apasionantes problemas en cin de estilos de cermica con los lmites
torno a Huari y el Horizonte Medio. de carcter poltico que genera un Estado.
Agradecimiento: Deseo expresar mi De all se deriva que confunda un rea de
agradecimiento a Lynda Spickard por leer expansin imperial con, por ejemplo, un
y comentar una versin preliminar de esta rea de dispersin lingstica, habiendo lle-
nota . La responsabilidad por su contenido gado a proponer que no es posible consi-
final es, por supuesto, ma . derar a Wari como un imperio porque en su
Traduccin de Sheila Camplon territorio se hablaban varias lenguas. Evi-
dentemente ignora que un imperio, precisa-
mente, se caracteriza por su condicin mul-
tinacional y, por tanto, pluricultural. No
sirve, pues, como argumento, el que por
Luis Lumbreras ejemplo se encuentre pluralidad estilstica
Instituto Andino de en un territorio imperial, aun cuando la
Estudios Arqueolgicos unidad de determinados aspectos del arte
Apartado 14-0279 pueda expresar la existencia de un factor
Lima unificador de origen poltico, como Jo pen-
sramos Menzel y Rowe y quien escribe
La hiptesis que formula Shady acerca estas lneas en la dcada del sesenta.
del Horizonte Medio es que en aquel tiempo De otro lado, la metodologa de Shady
no hubo un imperio, sino varios Estados re- se apoya en criterios largamente superados
gionales independientes que mantenan una en los ltimos veinte aos; esto se expresa
fuerte interaccin. en su renuencia a tratar la inferencia ar-
He ledo con inters el artculo con la queolgica a partir de la tendencia totali-
esperanza de encontrar una hiptesis alter- zadora a la que acuden hasta los ms con-
nativa a aquella que formulamos en la d- servadores arquelogos contemporneos
cada del sesenta con los datos y procedi- (dndole un peso significativo al examen
mientos de aquel entonces, que obviamente de los asentamientos y los mecanismos de
In: Investigations of the Andean Past. Cusca. Este refleja el rgimen de lluvias,
Papers from the first Annual Northeast temperatura y las condiciones atmosfricas;
Conference on Andean Archaeology and los depsitos excavados por la capa de hielo
Ethnohistory, edited by Daniel H. Sand- reflejan la precipitacin en la estacin h-
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Huamachuco Archaeological Project: La desviacin de las condiciones clim-
Preliminary Report on the Second Sea- ticas normales est ex presa da por ambos ci-
son. June-August 1982. Trent U niversi- clos de cambio : cortos y largos. El ejemplo
ty . Peterborough , Ontario, 1983. ms dramtico del ltimo ciclo de cambio
es la "Edad de Hielo Corto", que dur del
Traduccin de Sheila campion 1500 al 1720 d .n.e. e implic crecientes
precipitaciones y un descenso de tempera-
tura en el Altiplano. Como estmulo poten-
Michael E. Moseley cial para el cambio cultural, las temperatu-
Dept. of Anthropo/ogy ras fras pudieron haber deprimido los lmi-
Univ. of Florida tes elevados de la agricultura en la cordille-
1350 GPA ra y haber contribuido al abandono de la s
Gainesvil/e, FL 32611 tierras cultivables ms elevadas. La prdida
Estados Unidos similar de tierras no es de esperar en las ele-
vaciones bajas, aunque los cambios de alti-
Ruth Shady Sals demuestra que se re- tudes en los cultivos son una posibilidad .
quiere una mltiple hiptesis de trabajo Alternativamente , la mayor precipitacin
para investigar el origen y la naturaleza de en las montaas y la gran descarga de los
los cambios regionales transcurridos duran- ros pudieron haber beneficiado una agri-
te el Horizonte Medio. Una de las hiptesis cultura de irrigacin en la costa. Los pri-
examinadas por la autora propone que el meros ciclos largos de cambio, ya sea com-
cambio del medio ambiente pudo haber si- parando duracin o intensidad, no son evi-
do un estmulo para el cambio cultural. La den-tes en los ncleos de Quelccaya. Por eso
probabilidad de esta proposicin es relativa los planteamientos de la arqueologa de que
a la intensidad y al alcance geogrfico del largos perodos de cambias climticos han
estmulo ambiental. Existen grandes proba- contribuido a los cambios culturales duran-
bilidades de provocacin de respuestas te el Horizonte Medio permanecen insusti-
adaptativas que podran, tericamente, re- tuibles.
sidir en el fenmeno natural que sincrni- El cambio ms dramtico del ciclo corto
camente ejerci una presin selectiva sobre est reflejado en los ncleos de hielo que es-
las poblaciones del altiplano y de las tierras tn asociados con los acontecimientos de ti-
bajas a lo largo de la cordillera, desde el po El Nio. Los sucesos de 1925-26 y 1982-
norte de Per hasta el norte de Bolivia. 83 tienen, en magnitud y duracin, un im-
Este criterio no es fcilmente aceptado pacto pan-andino y ejercen una influencia
para la presin selectiva de origen tectni- negativa sobre los dos mayores centros de-
co , tales como las erupciones volcnicas y mogrficos de la cordillera : en la forma de
acontecimientos ssmicos, porque su impac- inundaciones devastadoras a lo largo de la
to es generalmente regional antes que pan- costa y de sequa diezmante en la Cuenca
andino . Sin embargo, la presin selectiva del Titicaca y al sur del Altiplano. Los regis-
pan-andina es conocida en ciertos fenme- tros de centros de hielo son raros, pero el
nos climticos. El mejor registro detallado fenmeno de El Nio es recurrente, con du-
de las condicione~ climticas del pasado en racin de media dcada o ms. Estos son
la cordillera del <.ue disponen actualmente probablemente los estmulos para una res-
los arquelogos na sido proporcionado por puesta de adaptacin cultural.
largos centros ele hielo talado de los Glacia- Desafortunadamente, la correlacin cru-
les de Quelccaya, localizados sobre la cima zada de los registros de los ncleos de hielo
de la montaa como a 450 kms. al sur de con los registros arqueolgicos sigue sien-
Esta ha sido claramente definida por Bena- (Paulsen 1983 : 107). Todos estos factores
vides (1965, 1967, 1972) y Lumbreras hicieron posible la existencia de una base
( 1959, 1960, 1974), en diversos trabajos. econmica que garantiz el desarrollo de
Benavides seala que, en un primer momen- una sociedad hasta entonces aldeana. Las
to, a finales del Formativo, este estilo se contradicciones irn agudizndose con la
asocia a vasijas con decoracin incisa, labios aparicin de los excedentes de la produc-
gruesos en forma de coma, y cermica con cin. La influencia de la costa sur se hace
un engobe blanco y diseos geomtricos; ms notoria , estimulando una nueva forma
luego, en un segundo momento, est aso- de produccin basada en la artesana y el
ciado a varios grupos cermicos, notndose comercio, lo que origin grandes cambios
claramente los diseos costeos en la cer- en la regin . Aldeas como Wari y Concho-
mica Warpa tricolor. pata van a ir adquiriendo cada vez ms pres-
La cermica Warpa cubre las actuales tigio y poder.
provincias de Huanta -donde hay la mayor Igualmente, en la primera poca del Ho-
cantidad de sitios-, Huamanga y San Mi- rizonte Medio aparecen en Ayacucho ele-
guel, en Ayacucho, as como parte del de- mentos altiplnicos, que se reflejan tanto
partamento de Huancavelica (Acobamba, en la cermica como en la arquitectura.
por ejemplo). Ello supone una densa ocu- Pero no hay que olvidar que estos elemen-
pacin regional, que se inicia desde el For- tos tienen en la regin rasgos propios, co-
mativo, perodo del que datan templos mo, por ejemplo, el Dios de los Bculos,
como los de Wishqana y Chupas, junto a que ser elemento bsico en la ideologa
una serie de asentamientos aldeanos, como del Imperio Wari y se reflejar en todo l.
J argampata en Huamanga misma, que reci- La conjuncin de estos elementos alti-
ben influencias de Chavn, Cupisnique y, plnicos con los de la costa sur permiti la
finalmente, Paracas. emergencia de un nuevo sistema de explo-
Estamos de acuerdo cuando se seala tacin, que se basa en el desarrollo alcan-
que las sociedades de la costa sur ejercieron zado en la regin de Ayacucho durante los
permanente influencia sobre el rea de primeros milenios de nuestra era. En esta
Ayacucho, pero este proceso tambin se re- poca, "los estilos de la cermica Nasca de-
pite a la inversa. En la regin de Acari (L. generan y hay elementos que parecen indi-
Valdez, com . pers. 1987), los sitios catalo- car subordinacin" (Paulsen 1979: 12) ;
gados por los miembros del California Insti- esto se refleja tambin en la fuerte presen-
tute for Peruvian Studies slo han sido cia de rasgos ayacuchanos en la costa sur,
ocupados hasta la poca Nasca 3; luego se como, por ejemplo , las semejanzas de Nas-
nota claramente un proceso de abandono ca 9 con Chakipampa; esto se debe "a la
de esos sitios, ubicndose slo cementerios influencia del estilo Chakipampa sobre el
con cermica Nasca 6; finalmente, aparecen Nazca" (Menzel 1968: 20) y no al revs,
sitios con clara presencia Wari. Como bien como Shady seala.
seala P aulsen ( 1983 : 103-104), cuando di- La primera expansin de Wari, durante
ce que al final del Intermedio Temprano la la poca del Horizonte Medio, se aprecia
gente de Warpa construy colonias en di- claramente por la presencia de su cermica
versos lugares estratgicos cerca del ro en zonas tan alejadas como Moquegua y
Nasca. Ella propone la posibilidad de que Tacna. En Cerro Bal, por ejemplo, hay
Huaca del Loro, Pacheco y Tres Palos pue- material Okros y Chakipampa, as como
dan estar relacionados a una expansin Qosqopa y Viaque, que corresponden a las
Warpa, lo que en parte explica su fuerte afi- pocas 1 y 2 de Wari, respectivamente. En
nidad con los estilos cermicos que Shady Tacna, Isabel Flores encontr un entierro
seala para esta zona. ''Huaca del Loro y con cermica Wari.
otros sitios del Intermedio Temprano con En Andahuaylas, la presencia Wari ha
arquitectura serrana sugieren una incursin sido claramente establecida en la regin pa-
de la sierra en uia o dos fases antes del Ho- ra el Horizonte Medio IB (Grossman 1983 :
rizonte Medio; esto quizs se puede relacio- 62).
nar con la aparicin en este momento de En 1985, en la ejecucin del Proyecto
elementos Nasca 7 en la cermica Huarpa" Arqueolgico Histrico Chincha-Pisco, rea-
South coast region of Per. California por un solo gran imperio. Esencialmente,
Institute for Peruvian Studies. Sacra- estoy de acuerdo con todos estos puntos y,
mento, 1987. en particular, creo que un mayor nfasis
LUMBRERAS, Luis G. Las fundaciones de sobre las interacciones entre Estados con-
Huamanga, hacia una prehistoria de tribuir a una mejor comprensin no slo
Ayacucho. Editorial Nueva Educacin. de la dinmica interregional, sino tambin
Lima, 1974. de la organizacin social y econmica de
Estados individuales.
LUMBRERAS, Luis et al. "Cerro Bal: un Tradicionalmente, el Perodo Interme-
enclave Wari en territorio Tiwanaku ", dio Temprano ha sido considerado como
Gaceta Arqueolgica Andina, Vol. 1, una poca de relativo aislamiento regional,
No. 2. Mayo 1982. si bien muchos estudios recientes (por ejem-
McEWAN, Gordon . "Investigaciones en la plo, Browman 1980, 1984; Paulsen 1983 ;
cuenca de Lucre, Cusca", Gaceta Ar- Shady l 981; Shady y Ruiz 1979) han re-
queolgica Andina, III, 9: 12-15. Marzo, marcado las interacciones que pueden de-
1984. mostrarse entre Estados regionales. Shady
sintetiza mucho de esta informacin, sea-
PAULSEN, Allison. "Huaca del Loro Revi- lando una gran variedad de atributos, espe-
sited: The Nasca Huarpa Connection". cialmente de la cermica, que demuestran
In: Investigations of the Andean Past. interaccin. Lo que est ausente en esta
Papers from the First Annual Northeast sntesis es un anlisis de los contextos en
Conference on Andean Archaeology and que estos atributos se encuentran; por su-
Ethnohistory. Daniel M. Sandweiss ed., puesto que la similitud entre el motivo
pp. 98-121. Cornell University. Ithaca, ''animal luna" del arte de Recuay y de Mo-
1983 . che indica interaccin, as como la seme-
janza entre las ofrendas de Conchopata y
PINEDA, Jos. "El valle de Condebamba: de Pacheco, aunque en cada caso el tipo de
Cambios en los patrones de asentamien- interaccin es ciertamente muy diferente.
to durante el Horizonte Medio" (ms.).- En el ejemplo que sigue, voy a limitar mis
WILLIAMS, C. y PINEDA, J. "Desde Aya- comentarios slo a la regin del norte del
cucho hasta Cajamarca: Formas arqui- Per, que conozco mejor.
tectnicas con filiacin Wari", Boletn Como lo seala Shady, durante el Pero-
de Lima, 7,40:55-61. Julio, 1985. do Intermedio Temprano las sociedades es-
taban caracterizadas por economas desa-
rrolladas, construcciones monumentales,
John R. Topic poblaciones crecientes y expansin territo-
Dept. of Anthropology rial. Los dos ltimos factores, en particu-
Trent University lar, llevaron a un constantemente cambian-
Peterborough, Ont. te contexto de interaccin, a medida que
Canad K9J 7B8 sociedades ms densamente pobladas cu-
bran toda el rea. Nosotros (Topic y To-
En este artculo, Shady presenta una re- pie 1983) estudiamos Cruz Blanca, un sitio
interpretacin de gran importancia del Ho- ubicado en los Chaupiyungas del valle de
rizonte Medio. Algunos de los puntos cla- Moche, que data del Gallinazo tardo (Mo-
ves que merecen discutirse son: que el Ho- che I y II). Este sitio estaba en la frontera
rizonte Medio se desarrolla de las interac- con la sociedad de Moche y revel eviden-
ciones interregionales que tuvieron lugar a cias cermicas de intensa interaccin entre
fines del Perodo Intermedio Temprano; las reas de Moche, Cajamarca y el Callejn
que Huari nunca logr el control poltico de Huaylas. Obviamente, el sitio funciona-
de la extensa rea que tradicionalmente se ba como un nudo importante en una red de
atribuye al "Imr,erio Huari"; y que el Hori- intercambio interregional, pero parte de es-
zonte Medio debera verse como un tiempo ta funcin era tambin limitar la interac-
de intensa interaccin entre Estados regio cin; es comn encontrar fragmentos im-
nales en vez de como un perodo dominado portados en el sitio, pero es raro hallarlos
RESPUESTA
ca en el sur y en Huari mismo). Coinciden
en sealar la necesidad de ms investigacin
Ruth Shady Sols arqueolgica y en que se ha asumido muy
Alberto Acosta 118 apriorsticamente la tesis del imperio .
Urb. Vista Alegre
La actitud de un segundo grupo es la de
Surco, Lima
quienes, como Isbell o Lumbreras, se han
En los documentos elaborados por los considerado los adalides de la tesis imperial
crticos observo cuatro actitudes: y se sienten afectados directamente. No es
En primer lugar, est la de aquellos que , la suya una actitud cientfica. Aureoln-
como Anders, Topic y Bauer, no obstante dose de autoridad intelectual, se cierran
sus dificultades para desprenderse del mo- dogmticamente, en mayor o menor grado,
delo de imperio, asumido por ellos hasta en la defensa del modelo imperial, llegando
ahora, procuran evaluar el modelo de Huari a negar incluso la confiabilidad de los datos
como interaccin de las sociedades en base arqueolgicos para contrastar los modelos,
a la informacin arqueolgica disponible. y, a falta de argumentos {pruebas o contra-
Reconocen la importancia de los Estados pruebas), derivan su frustracin a agresio-
regionales en el Horizonte Medio y llegan a nes verbales.
utilizar el trmino Huari con ms cautela: La actitud de Pozzi-Escot se basa en el
Anders se refiere a Estado Huari ms que a dogma del maestro, "magster dixit"; no
imperio y sugiere reduccin territorial; evala las evidencias y se limita a repetir
Topic restringe el mbito del "Estado Hua- aseveraciones sin fundamento. A ella le re-
ri" a la sierra cen~ral y sur, dejando fuera la comiendo estudiar cules son los estilos de
costa y la sierrr. norte; y Bauer usa Huari diversas procedencias que equvocamente
sin adjetivo y t:imbin indica que no se ex- se reducen a la denominacin de "estilos
plica el modelo del imperio Huari en la cos- Huari" para que sus comparaciones sean
ta y sierra norte (aunque tampoco lo expli- precisas. No s a cul de los varios "estilos
Huari", de procedencias distintas, se refie- nales, se tiene una serie de Estados regiona-
re cuando menciona la presencia Huari en les enlazados entre s por redes de inter-
Moquegua, Tacna y Andahuaylas. cambio que ejercen control sobre sus reas
Finalmente, est el oportunismo de Ra- propias.
miro Matos, quien, no entendiendo siquie- Al margen de que yo tenga o no la ver-
ra los problemas planteados en el rtculo, dad, he subrayado que en el actual estado
hace disquisiciones banales y aprovecha el de la investigacin arqueolgica no se pue-
espacio para ataques personales. de aceptar el modelo imperial como la ni-
A continuacin comento los temas que ca explicacin posible al proceso ocurrido
encuentro como preocupacin comn en la en el Horizonte Medio. Si con el plantea-
contrastacin de las hiptesis. miento de la existencia de prsperos y ex-
pansivos desarrollos sociopolticos regiona-
LA EVIDENCIA ARQUEOLOGICA Y les, y del intercambio que stos sostuvie-
LOS MODELOS ron, puede explicarse bien las caractersti-
cas del proceso y la comunidad de ciertos
Como bien reconoce Anders, en el trata- rasgos culturales, especialmente alfareros y
miento de los problemas del Horizonte Me- arquitectnicos, no veo la razn para pos-
dio se ha venido utilizando el modelo del tular un imperio cuya existencia, por lo
imperio Huari como si fuera una tesis sufi- dems, dejan sin sustento sus propios soste-
cientemente verificada, cuando la realidad nedores lsbell y Lumbreras al cuestionar la
muestra lo contrario: fuerte carencia de validez de las evidencias arqueolgicas.
datos y manejo incorrecto de los existentes. Ms an, si no fuera posible probar la
Con la misma informacin actual se pue- existencia de un imperio por otras fuentes
de plantear varias hiptesis alternativas, y que no fuesen las escritas (como dice
eso es lo que he pretendido mostrar con el Anders -en afirmacin que no comparto-:
modelo elaborado y presentado explcita- "sabemos por documentacin histrica que
mente por m en 1982, en el artculo sobre existi un Estado conquistador inca, pero
Nievera y el Horizonte Medio (Shady hay poca evidencia de tal naturaleza en gran
1982); esto es, antes y no a raz de los in- parte de sus provincias; y puede ser que las
formes de los Tapie, como Bauer indica. evidencias del Estado Huari resultasen igual-
"Las dos nicas hiptesis diametralmente mente escasas"), dediqumonos, entonces,
opuestas", que estn en la cabeza de lsbell a precisar cules manifestaciones presenta-
y que l me adjudica entrecomillando inco- ban las diversas regiones y qu grado de de-
rrecta y tramposamente los enunciados, no sarrollo haban .alcanzado antes y durante
han sido expuestas de ese modo por m. el Horizonte Medio, y abandonemos un
Nunca supuse la existencia de sociedades modelo que slo sustentaramos mediante
estanco ni sostuve que Huari no contribu- un "acto de fe".
yera en nada a la cultura andina. Huari, pa- El modelo.de la importancia de varias na-
ra m, expresa una poca de intensificacin
ciones y Estados regionales y de su interac-
de contactos e intercambios en mltiples
cin hace un llamado a la realizacin de in-
direcciones; y esta interaccin y transmi- vestigaciones regionales, es ms productivo;
sin de experiencias contribuyeron al avan-
ce de la cultura andina. el de imperio presenta un esquema reduc-
Bauer es explcito al sealar: aunque los cionista, esterilizan te, ms simplista y ries-
dos modelos, el de Isbell y el mo, son con- goso para la investigacin. El recuento que
ceptualmente diferentes, arqueolgicamen- hace Isbell de los investigadores que plan-
te son muy similares: en lugar de un impe- tearon la existencia del imperio no hace
rio que distribuye bienes y controla los sino mostrar cmo este modelo fue reutili-
Andes a travs de una serie de centros regio- zado a travs de cuatro dcadas por sucesi-
vos investigadores sin que cuestionaran su zas forneas, si los hubiera, para evaluar
validez. Por decenios y hasta el presente, sus respectivas proporciones y determi-
toda alfarera policromada hallada en luga- nar los eventuales cambios estilsticos.
res distantes ha sido interpretada como tes- Es interesante el caso ejemplificado por
timonio de la presencia del imperio Huari, Azngaro, uno de los pocos sitios que
sin preguntarse siquiera a cul de los estilos presenta esta clase de informacin, estu-
Huari perteneca. As tenemos los hallazgos diado por Anders. Ubicado al norte de
ms recientes de Moquegua, donde, en base Ayacucho, en el valle de Huanta, a esca-
a unos tiestos "Huari", se concluy que el sos 15 km . de Huari, y siendo un centro
sitio Cerro Bal representaba una intrusin urbano de considerable importancia,
militar del "imperio Huari". Poco tiempo Azngaro '.'tiene sorprendentemente po-
despus se ha informado de la existencia de ca cantidad de la alfarera Huari fina y de
numerosa fragmentera Tiahuanaco en el prestigio". El estilo local, Huamanga, re-
mismo sitio de Cerro Bal, as como de ce- presenta el 950/0 de la muestra y la "al-
menterios y hasta de una ciudad de innega- farera Huari" el l .lo/o (Anders 1987 :
ble filiacin cultural tiahuanaquense. 2); y hay en ese lugar "imitaciones de
Con el esquema imperial se corre tam- formas y decoracin no Huari, principal-
bin el riesgo de caer en la actitud de Mc- mente de Huancayo, sierra norte, costa
Ewan, quien, por aceptar a priori el modelo nor-cntral, costa y sierra sur "(Anders
del imperio y por querer rodearlo de total 1987:7). Su misma arquitectura irregular
confiabilidad, no aporta pruebas, pero afir- muestra diferencias con la de Huari.
ma rotundamente, sin las reservas ni las ob- Tambin de particular inters sera co-
jeciones de Anders, Topic o Bauer, que nocer datos del estilo local del Cusco an-
"hay gran cantidad de evidencias para sus- tes y durante el Horizonte Medio. No sa-
tentar el gobierno centralizado de Huari, de biendo siquiera de estos rasgos ni de la
carcter imperial". organizacin sociopoltica regional pre-
via, cmo podemos interpretar Pikillaq-
ARGUMENTOS PRO-IMPERIO Y ta nicamente por factores externos,
CONTRAPRUEBAS como ha pretendido McEwan? Esta si-
Don son los argumentos principales que tuacin vuelve a cuestionar el poder o
esgrimen los defensores de un Huari impe- control del Estado Huari en la poca 2
rial: la distribucin de "crmica Huari" y del Horizonte Medio, poca en la que se
la existencia de centros planificados, arqui- plante que el Estado imperial haba si-
tectnicamente similares. do reorganizado y presentaba mayor he-
Un marcado error ha sido, como he se- gemona y expansin en los Andes. Si
alado, identificar globalmente como de es- as hubiera sido, cmo pudo escapar a
tilo "Huari" a cermicas policromadas ms tal dominacin un lugar tan cercano co-
o menos contemporneas halladas en diver- mo Azngaro y cmo se espera, sin em-
sos lugares de los Andes centrales, descui- bargo, un control sobre centros o socie-
dando: dades tan alejados como Piura o Caja-
1. distinguir de cul de los estilos especfi- marca? Adems, justamente para la po-
cos se trata: Nasca 9, Chakipampa, ca 2 se ha sealado que Pachacmac ha-
Ocros, de la 'poca 1; o Conchopata, Pa- ba alcanzado gran prestigio y que ste
checo; o Viaque, Atareo y Pachacmac rivalizaba con el de Huari.
de la poca 2, cada uno proveniente de 3. el prestigio que, simultneamente con
zonas que r.o son exclusivamente de los llamados "Huari", alcanzaron otros
Ayacucho mismo. estilos regionales no ayacuchanos, caso
2. los estilos locales coetneos con esas pie- Cajamarca cursivo floral o Nievera, que
nica consecuencia , ni por qu tal proceso teriales sern para el arquelogo las nicas
hubiese sido exclusivo a Ayacucho , de don- que, en ausencia de fuentes escritas, proba-
de el naciente imperio habra avanzado a rn la real existencia de dicho imperio cuan-
controlar al resto de las sociedades andinas. do ste se haya extinguido.
Ante esto, s estamos frente a la expresin .El imperio Inca en su expansin ha deja-
de un difusionismo extremo, lindante en el do innegables huellas materiales, que la
creacionismo: un buen da se dieron en arqueologa reconoce desde el noroeste
Huari por revelacin las ideas de Estado , argentino hasta el Ecuador, principalmente
Ciudad e Imperio, y los ejrcitos ayacucha- en arquitectura y alfarera. Obviamente , no
nos partieron en misin civilizadora hacia pudo evitar las expresiones propias de las
los cuatro puntos cardinales. diversas naciones sojuzgadas, pero ninguna
de stas logr ya ganar prestigio interregio-
NACIONALIDADES - nal en su beneficio como hasta entonces.
HETEROGENEIDAD CULTURAL Incluso un centro religioso importante co-
mo Pachacmac, si bien continu funcio-
Isbell me atribuye sus defectos de lgica nando y atrayendo feligreses de su antigua
y, como he mencionado , pone entre comi- rea de influencia , pas a estar controlado
llas prrafos o frases que me adjudica . No por el Estado Inca, que instal all sus insti-
he expresado ni pensado que una organiza- tuciones imperiales, sacerdotes y funciona-
cin imperial implicase una sola cultura en rios , en el templo del sol, mamaconas, etc.
todo su mbito de dominio . Se equivocan y dej muestras de su arquitectura y su al-
Isbell y Lumbreras cuando suponen que al farera, entre otras huellas, al lado de las
referirme yo a la heterogeneidad cultural expresiones culturales locales con o sin in-
del Horizonte Medio , implcitamente en- fluencia Inca .
tiendo homogeneidad en un imperio. La situacin en el Horizonte Medio es
La configuracin de las diversas naciona-
diferente. En la poca 1B de la supuesta
lidades tiene en el Per una larga data. Em- primera expansin del imperio, los estilos
piezan a expresarse durante el perodo For- alfareros regionales no slo conservan su
mativo Medio (unos 1200 a 900 a. de C.) y prestigio, sino que muestran amplia distri-
alcanzan diversas manifestaciones cultura- bucin interregional y en varias direcciones,
les y poltias con la definicin del Estdo no a partir de un nico centro: Nievera en
y las clases sociales (aprox . 200 a. de C. - Paramonga, Huaura y la sierra de Lima; Nas-
200 d. de C.). La formacin de centros ce- ca 9 en Lima, Huaura, Chachapoyas; Mo-
remoniales de prestigio a nivel regional o che en Supe y Lima; o Cajamarca en Cha-
interregional, de esferas de interaccin a di- chapoyas, Huaura, Lima, Ayapata (Huan-
ferente escala o de Estados expansivos, in- cavelica), Huari (Ayacucho) y Sicuani (Cus-
cluido el imperio Incaico, no logr hacer co ). En la poca 2R, para la cual se ha plan-
desaparecer a estas nacionalidades, mayor- teado la mayor expansin imperial despus
mente identificadas por variadas expresio- de un "perodo de reorganizacin", se re-
nes culturales. conoce, sin embargo, el gran prestigio de
Un Estado imperial no conlleva, pues, dos centros costeos, el de Pachacmac y el
homogeneidad. Incorpora a otras naciones de Moche , y se observa una fuerte presencia
y es por tanto multinacional y plurilinge. de rasgos tiahuanaquenses, mayormente de
Pero, a la par, debe poder encontrarse cier- imgenes religiosas que son incorporadas en
ta unidad en la diversidad, cierta impronta los estilos locales. Los estilos costeos de
comn un poco por todas partes dentro del Atareo ( costa sur), Pachacmac y Viaque
territorio imperial consolidado; unidad en de Supe alcanzan gran distribucin: Pie~_as
la diversidad que ir acrecentndose cuan- de estilo Moche muestran una combmac1on
to dure el imperio y cuyas expresiones ma- hbrida de formas Atareo y decoracin pu-
ficar a las sociedades andinas, y de ellas mu- nos en el interior de los valles costeos y en
cho menos a las costeas, de autosuficien- la sierra, en la poca 2 este eje se traslada a
tes. Desde que las sociedades dispusieron la costa, se modifican las redes de contacto
de excedentes por el desarrollo de sus fuer- y quiebran los centros hasta entonces esta-
zas productivas, estuvieron en condiciones blecidos, a favor del crecimiento de nuevos
de realizar intercambios. Dejemos ya de la- centros costeos, como Pachacmac.
do ciertos modelos difundidos por algunos Estamos de acuerdo con Topic en que
etnohistoriadores, como el de la existencia los centros serranos participaron activamen-
de sociedades que se autoabastecan a tra- te en el intercambio, pero no slo entre s,
vs de la movilizacin de colonias a territo- sino tambin con los que se desarrollaron
rios diferentes para la explotacin de recur- en las otras reas geogrficas desde la parte
sos que no produca su hbitat. Las socie- tarda del perodo Intermedio Temprano y
dades andinas tuvieron una organizacin la poca I del Horizonte Medio. En su de-
poltica y econmica diferente a la caracte- caimiento, adems de los trastornos econ-
rizada por la reciprocidad y redistribucin. micos sealados, Torero ha sugerido el fac-
Desde al menos los principios de nuestra tor de intercambio desigual , que benefici
era, las diversas naciones establecan rela- a las sociedades costeas y empobreci a las
ciones de intercambio para proveerse de los sociedades de la mayor parte de las cuencas
bienes requeridos . Como en toda sociedad interandinas .
con clases, el comercio fue controlado por Si mi perspectiva de anlisis del proceso
la clase dominante y ejercido en su benefi- estuviera centrada en la costa, como cree
cio. percibir Topic, no habra hablado de con-
En los datos histricos publicados sobre tactos multidireccionales ni destacado el
las sociedades costeas del siglo XVI se pue- importante rol de Cajamarca. Creo, sin em-
bargo, que el desarrollo econmico de las
de apreciar una marcada divisin del traba- sociedades costeas deriv hacia ellas los
jo y la existencia de especialistas en varia- beneficios del intercambio. De all que se
dos oficios, entre los cuales destaca, de mo- comprenda .las acciones que hizo posterior-
do recurrente , el comerciante o mercader, mente el Estado Inca para controlar el co-
que no posea tierras ni pescaba y cuyo ofi- mercio. Al decir que el eje de intercambio
cio era comprar y vender "como es uso y se traslad a la costa en la poca 2, no so-
costumbre entre los indios" (Shady 1982: brevaloro a las sociedades costeas, sino
57). describo tal situacin, que arqueolgica-
Cuando me refer a la importancia del in- mente constato.
tercambio, lo hice considerando el contexto
y los cambios que se producen en la econo- IMPORTANCIA DEL INTERCAMBIO
ma de las poblaciones. Por eso indico que
los centros de comercio no son estticos,si- El intercambio, primero conducido a
no que mudan de lugar segn donde se en- travs de las lites sacerdotales (centros
cuentren los polos de desarrollo (utilizo es- ceremoniales del Formativo) y luego direc-
ta categora socioeconmica porque se ajus- tamente por la clase dominante cuando se
ta conceptualmente al fenmeno estudiado , definen el sistema estatal y las clases socia-
del mismo modo que uso categoras como les a principios de nuestra era, llega al Ho-
Estado, clases sociales, imperio, etc .). Co- rizonte Medio con una larga tradicin .
mo he referido, mientras en los perodos Los Horizontes Temprano y Medio
Intermedio Temmano y poca 1 del Hori- muestran una amplia interaccin y la con-
zonte Medio era importante el eje de inter- siguiente generalizacin de ciertos rasgos
cambios costa/~ierra/selva y los centros de sobre la mayor parte del territorio de los
comercio se ut.icaron en los nudos de cami- Andes Centrales. Pero solamente al Hori-
necesarios para saber si todas las estructuras una ciudad artificial que respondi a las re-
que all aparecen corresponden al Horizonte laciones de comercio; cambiada la direccin
Medio) y seala que los edificios de Huari de ste, dej de funcionar .
son anteriores a los establecimientos planifi- Las caractersticas descritas para Ayacu-
cados encontrados en otras partes, preten- cho como zona de pocos recursos agrcolas,
diendo ignorar ciudades como Marcahuama- de un alto porcentaje de terreno no apto
chuco, del Intermedio Temprano. para el cultivo, no generadora de una pro-
Con similar dogmatismo, Lumbreras ase- duccin significativamente ex ce dentaria ,
vera: "antes de Wari no parece que hubie- con constante problema de abastecimiento
ran ciudades en el Per" (Lumbreras 1982 : de agua y con frecuentes aos de sequa, no
58). Pero ni uno ni otro arguyen pruebas son vlidas para toda la sierra y no es, por
para mostrar que hubiera en Huari una ciu- supuesto, el caso de Cusco , que compara
dad en el perodo Intermedio Temprano. lsbell. Este valle y los de Vilcanota, Uru-
Los restos arquitectnicos identificados en bamba, Anta y Paucartambo tienen tierras
el nico corte estratigrfico analizado por de cultivo productivas y sus punas son de
Knobloch, no son suficientes para inferir el alto pastoreo .
tamao y caractersticas del establecimien- De otro lado , Isbell no puede equiparar
to en Huari durante el perodo Intermedio la relacin Huari-Nasca con la de Roma-
Temprano ; y el sitio de awinpukyo , pre- Grecia. Roma tuvo uno de los territorios
sentado por Lumbreras como ,exponente ms productivos del Mediterrneo y mucho
del urbanismo pre-Huari, tiene componen- ms que el de Grecia misma. La pennsula
tes pertenecientes al Horizonte Medio. El Itlica posee tierras apropiadas para la agri-
mismo Isbell ha reconocido que "la falta de cultura y el pastoreo; est defendida por
indicadores fundamentales, como instala- los Alpes y su ubicacin es excelente para
ciones para las actividades burocrticas, sis- los contactos por mar y ros. Por otra par-
temas de registro de informacin y sistemas te, cuando Roma se heleniz hacia el siglo
jerarquizados de asentamientos a nivel re- lII a. de C., ya tena una or~nizacin esta-
gional, sugiere la ausencia de un gobierno tal y una clase dominante enriquecida , que
estatal en Ayacucho durante el Perodo In- pudo complacerse en imitar a la cultura
termedio Temprano" (lsbell 1985 :64) . prestigiosa de Grecia.
La falta de estudios respecto a la arqui- Sin pruebas para reforzar un imperio
tectura de Huari se hace notoria en las con- ayacuchano , se pretende utilizar rasgos dis-
tradicciones presentadas por los dos princi- tintivos de los imperios Inca y Romano , al
pales defensores del modelo de imperio. margen de las diferentes realidades geogr-
Mientras Isbell menciona a Huari como ex- ficas e histricas. Pero nuevamente pregun-
ponente ms antiguo de los establecimien- to: cules son los rasgos distintivos del
tos planificados encontrados en otras par- supuesto imperio ayacuchano y wHs.s los
tes, Lumbreras indica que "no es una ciu- datos del previo surgimiento de sociedades
dad ordenada ( ... ), fue construida sin obe- de clase y del Estado all?
decer a un plan previo, como consecuencia Como muestra Knobloch, la cultura
de las necesidades econmicas, sociales o Huarpa de Ayacucho estaba nasquizndo-
polticas y no como consecuencia de un se desde las fases Nasca 5 y 6 del perodo
orden planificador" (Lumbreras 1982:57). Intermedio Temprano, influencia costea
No surge un Fstado si no hay posibili- que se acentu en las pocas 7 y 8, al pun-
dad de acumulacin. En mi artculo expre- to de producirse en Ayacucho los estilos
s que en la hist,Jria pre-Huari de Ayacucho nascoides de Pongora, Totora y Tinajera .
no encontraba condiciones que explicaran Hasta ese tiempo, de acuerdo a Isbell , pre-
el desarrollo local de una ciudad. Huari fue valeca en Ayacucho una organizacin de
construida sobre base local, es que existi circulacin". Estos dos ltimos fenmenos
un nivel de sociedad estatal con gente habi- pueden efectivamente ser hallados en traba-
tuada a tributar y con bastantes bienes que jos producidos en los ltimos veinte aos,
tributar . como dice Lumbreras, pero estn referidos
En cualquier caso, no soy responsable al imperio Inca; no hay fundamento algu-
de la falta de investigacin , ni que se haya no para , forzando los datos, retrotraerlos
visto Pikillaqta con ojos forneos, sin inte- al Horizonte Medio. Por lo expuesto en mi
rs por el estudio regional. artculo , resulta obvio que la cermica no
es el nico indicador que he utilizado para
MISCELANEA relevar la interaccin y el intercambio entre
sociedades; igualmente recurro a la eviden-
1. Finalmente, debo confesar que empec
cia arquitectnica y la distribucin de len-
leyendo con curiosidad los comentarios
guas . La alfarera , no obstante, es uno de
de Lumbreras , en la creencia que por fin
los indicadores ms importantes que expre-
haba logrado plasmar con datos arqueol-
san el orden temporal de los cambios , la co-
gicos argumentos que avalaran su adhesin
municacin y el intercambio cultural. Sata-
a la tesis del imperio Huari , tal como vinie-
nizar su uso para estudiar la historia es pri-
ra anuncindome desde la publicacin de
varse de uno de los exponentes materiales
mi trabajo sobre Nievera y el Horizonte
ms duraderos y expresivos del quehacer de
Medio en 1982. Pero una vez ms, nada.
los pueblos. Se debe ser cientfico y siste-
Aparte el mea culpa respecto de los plantea- mtico, emitir explicaciones en base a datos
mientos que sostuvo en los aos sesenta, su y su anlisis; lo contrario conduce a posi-
actitud ahora - herido en su imperial pater- ciones idealistas o a la elaboracin de mera s
nidad- se agota en atribuirme los que han
historietas fantsticas.
sido sus errores tericos , metodolgicos y De todos modos, observo que Lumbreras
tcnicos, pero sin aportar , ms all de sus
est adoptando sobre la cuestin Huari un a
protestas verbales, las pruebas que refuten
posicin ms matizada, que se percibe , por
o debiliten las mas y que refuercen el mo-
delo imperial. Todo es cuestin de fe: "se ejemplo , cuando al comparar Chakipampa
trataba de un poderoso estado pan-peruano con Nasca 9 dice: "aun cuando un ente uni-
que existi ms all de las referencias docu- ficador (religioso, poltico o de cualquier
mentales de cualquier tipo, ms all de la orden - el comercio por ejemplo- ) permi-
tradicin oral", amn (Lumbreras 1982: ti varias correspondencias .. ."
11). Como en su crtica Lumbreras no da
Es injustificable que, al no poder presen- pruebas ni contrapruebas, he acudido a dos
tar datos arqueolgicos que no sean expli- de sus publicaciones recientes sobre el Ho-
cados igualmente con el otro modelo, le rizonte Medio para extraer algunos prrafos
niegue validez al objeto de estudio de la como muestra de sus incoherencias , errores
arqueologa, a la cultura material, para la y razonamientos circulares:
evaluacin del proceso en el Horizonte Me- "Los indicadores arqueolgicos de Wari
dio y se refiera a la bsqueda de pruebas se encuentran esparcidos a lo largo de
que no son verificables por los arquelogos, casi toda la costa peruana .. ." (Lumbre-
como: "mediacin de una voluntad polti- ras 1982:21). No seala cules son estos
ca unificadora y conductora de proyectos indicadores y se refiere justamente a una
de produccin articulada y/o complemen- regin donde las evidencias indican lo
taria"; o que no han sido verificadas hasta contrario.
hoy, como : " ~istemas viales de cohesin "Hubo un centro de distribucin que de-
interna y mecanismos de intercambio regu- be presentar como caracterstica bsica
lado con entes primarios y secundarios de ser una zona con una historia que justifi-