La Ciencia de La Educación, R. Ardigó
La Ciencia de La Educación, R. Ardigó
La Ciencia de La Educación, R. Ardigó
Book 'Kl
Digitized by the Internet Archive
in 2011 with funding from
The Library of Congress
http://www.archive.org/details/lacienciadelaeduOOardi
LIBROS PARA EL MAESTRO
edicin hecha por EL MOiNITOR DE La EDUCACIN COMN
IV
0/
LA CIENCIA
DE LA
EDUCACIN
POR
ROBERTO ARDIG
Catedrtico de la Universidad de Padua
BUENOS AIRES
Est. Tipogrfico El Comercio 313-Bolvar-319
1906
J*
/\"1
FB 29 19U8
ADVERTENCIA
Padua, 1903.
INTRODUCCIN
labor educativa.
A esta obra educativa se refiere la Pedagoga, la
cual, es un simple empirismo prctico, la doctri-
na de las reglas deducidas de la misma prctica, la
*
* *
6 ROBERTO ARDIG
Serie I.
LA CIENCIA DE LA EDUCACIN 7
10 EOBERTO ARDIG
LA CIENCIA DE LA EDUCACIN 11
*
* *
siguiente
La pedagoga es la ciencia de la educacin,
Con puede el hombre conquistarse las aptitu-
sta
des de persona civil, de buen ciudadano y de individuo
provisto de especiales habilidades tiles, decorosas, en-
noblecedoras.
La obra que tiende la produccin de estos efec-
tos, proviene de la sociedad, de la familia, de los
tituciones especiales.
LA CIENCIA DE LA EDUCACIN 13
16 ROBERTO ARDI9
I. Actividad.
II. Ejercicio.
HBITO.
III.
IV. Educacin.
ACTIVIDAD
CAPITULO PRIMERO
aparece.
El pedagogo debe tener muy en cuenta lo que
.
Captulo segundo
crecin.
El sistema nervioso se compone de las clulas
ganglionares y de las fibras nerviosas, y estos ele-
mentos estn reunidos por un tejido que les sostiene.
H aqu cmo deben representarse las relaciones
existentes entre los diversos elementos constitutivos
del sistema nervioso. Las clulas ganglionares son los
rganos centrales en los que tienen origen los fen-
menos caractersticos del sistema nervioso. Las fibras
nerviosas son, por el contrario, rganos conductores
que ponen en comunicacin las clulas ganglionares
con los rganos perifricos: los rganos del sentido,
las glndulas y los msculos. La relacin entre la fibra
y la clula es, esquemticamente, la que sigue: Una
fibra nerviosa rene una clula una terminacin sen-
sible y la otra una clula muscular. O mejor dicho:
dos clulas ganglionares est en relacin, la una con la
36 ROBERTO ARDIG
nerviosas sensibles.
CAPITULO TERCERO
principio, '
perjudica y enflaquece
y no su agotamiento. Se
agrada. El es-
cuando solamente hace aquello que le
fuerzo moderado, rtmico, gradual,
aun acompaado de
vigoriza el rgano y
una sensacin un poco penosa,
agradable lo que al principio era molesto.
hace por fin
de que la accin til es,
Se justifica as el principio
no molesta.
CAPTULO CUARTO
de la acti-
Aplicacin de los estmulos y promovimiento
educativo. Intuicin directa,
dad en el magisterio
natural y artificial.
mero.
Una persona es moral, en cuanto sus ideas mora-
les son activas. Una teora no hace al hombre bueno,
sino la experiencia, que crea en l las disposiciones
para realizar actos morales.
Un escultor, aunque no conozca la teora cientfica
50 ROBERTO ARDIG
[ [ Natural.
j
ix/r'i. j.- Directo.
Mtodo
I
*. \
intuitivo. Artificial.
Indirecto simblico.
labras.
Algunas veces, fritando el objeto, se recurre su
descripcin; pero sta slo puede servir cuando se co-
nozca algn objeto anlogo. Tampoco en tal caso
podr la descripcin dar una idea tan precisa como la
54 ROBERTO ARDG
de la naturaleza.
a) Objetos ya conocidos.
b) Particularidades ignoradas en objetos conocidos.
c) Objetos nuevos.
d) Moral.
e) Ciencia.
f) Lengua.
n .
,
Segundo curso en el cual se
Primer curso de ,
las lineas repiten las lneas fundamentales
tundamentales. y se aaden las secundarias.
A B
A-
D
-A-
-A-
D
i-
CAPITULO QUINTO
Intuicin indirecta
< a, -, . -. , kfcepresentacion
r -i _,
retenga.
Deseo, por ejemplo, formarme una idea precisa y
sencilla del camino general de una parte de los Al-
pes y de los Apeninos y ensearlo los que se con-
fundiran en la compleja representacin de una carta
geogrfica; pues en una figura muy detallada se pier-
de la mente en las particularidades divergentes, y no
observa bien el camino general; este fin hago una
figura esquemtica, como la que manifiesto, en la cual
.
e
Monte "Rosa -f
P lime
/A p. J
Alp'i y raje /
l
Alp coze
i
Q Monte Vi&o
le ai ten
H
LA CIENCIA DE LA EDUCACIN 85
l. er punto esencial P. s. b)
9
P. s. c) 10
< 11
N
Z 12 <
<
Z 13 LY
LU P. s. rj 14 O
CO
15
z CO
LU 16 LU
17
2. punto esencia.! 17
P. s. ej
19 <
20
co
LU
21
s. /; 22 z
P...
23 o
24
o
25 o
?;
26
27
28
29
3." er
punto esencial P. s. h) 30
31
32
33
34
35
ROBERTO ARDIGO
escuela.
En un pueblecito de la costa, cuyos habitantes
estn dedicados la pesca y la navegacin, vive
un individuo. Desde la infancia ha odo narrar los
viejos, su padre y otras personas, los azares de
sus vidas, los peligros vencidos, las empresas reali-
directa.
Para crear las disposiciones morales, el maestro
debe, como decamos, aprovechar todos los inciden-
tes, aun los ms pequeos. Leen los muchachos, por
ejemplo, en un cartel, que en el teatro se representa
Guillermo Te 11 de Rossini; pero ignoran quin fu
Tell y deseando saberlo, se lo preguntan al maestro,
LA CIENCIA DE LA EDUCACIN 93
.
La idea abstracta resulta de la semejanza que por
medio de la experimentacin hallamos entre las cosas;
j) Indicacin grfica.
La indicacin grfica (de-
rivada de la palabra griega que significa escribir,
di-
sear) esun medio oportuno de intuicin indirecta,
indispensableen muchos casos. Sirvindonos de un
ejemplo daremos conocer en qu consiste.
Para que se formen una idea comparativa de la
altura de las montaas de una gran cadena, podra-
mos presentar el perfil sobre una tabla dividida en
partes iguales de lneas horizontales, indicando las dis-
tintas altitudes del modo que se hace en la siguiente
figura:
98 Roberto aRTMgo
CAPITULO SEXTO
Enseanza hablada
a) Palabra desconocida.
b) Palabra conocida imperfectamente
c) El conjunto.
d) Significacin unilateral d la palabra.
e) A tencin
f) Escepticismo.
Palabra desconocida. b) Palabra conocida im-
a)
perfectamente.
Si se emplea una palabra que indica
un objeto desconocido, se debe advertir el significado
que tiene aquella palabra nueva para los alumnos. Pero
importa fijarse en este otro punto; y es, que el que en-
sea cree con frecuencia que empleada una palabra y
hecho notar su significado, se produce en todos una
idea igual la propia, lo cual es un error. Entre las
ideas que surjan en diversas personas podr existir ana-
loga (muchas veces existe la equivocacin, sea el
atribuir un significado diverso; lo cual es necesario que
no suceda), pero nunca habr identidad, debido que
las sensaciones que en uno forman una idea, no son
iguales las de otro. Pronunciada, por ejemplo, la pa-
labra madre, unos pensarn en la madre bella y joven,
otros en la madre vieja y enferma; aqullos, en la de
elevada estatura y cabellos negros; stos, en la que
sea pequea y tenga rubios cabellos; los unos, en la
madre culta y amable: los otros, en la inculta y de
modales toscos, etc. Cunta mayor no ser la diver-
gencia tratndose de cosas menos conocidas que caen
bajo los sentidos en condiciones de ser difcilmente
representadas! Cuando se pronuncia una palabra es
pues indispensable comprobar que la idea que ha deter^
102 ROBERTO ARMG
Atencin.Consiste la
c) atencin en el concen-
tramiento del trabajo mental sobre un punto deter-
minado; se obtiene, por medio de una fuerte excita-
cin que la incita; as sucede en la percepcin actual
de las cosas y los hechos. El lenguaje hablado nos
produce el mismo efecto y no es por tanto capaz de
atraer la atencin del alumno. Sirviendo, pues, poco
el lenguaje hablado para despertar la atencin, no es
muy fructfero; el provecho que se obtiene de la en-
seanza est siempre en razn directa de la atencin
que se ha prestado.
Al hablar, sobre todo, de cosas abstrusas, es
til tener en la escuela objetos que tengan cierta re-
lacin con la explicacin que ha de hacerse, para
que
104 ROBERTO ARDIS
coloque en condicio-
predisponga la atencin y les
nes de aprender lo que va ser enseado.
Con la
enseanza intuitiva se tiene el modo de hacer
surgir
a) Distincin.
b) Trabajo lgico.
c) Adiestramiento y trabajo abreviado.
d) Ciencia,
ejercicio.
Sirvindonos del lenguaje nos aprovechamos de
todos los materiales cientficos de las pasadas gene-
raciones.
LA CIENCIA DE LA KUUCAC1N 111
dado lo aprenda.
La enseanza, por tanto, ha de ser siempre racional
pero sin rehuir la no se comprende
anticipacin. Si
por alumno la razn de ciertas ideas, hagamos de
el
a b cd be d 'be d ad cd
fc^
;>
Individuos
CAPITULO SPTIMO
De lo conocido lo desconocido,
De lo simple lo compuesto,
De lo fcil lo difcil,
Ejercitativa
y consecuencias.
Se le designa tambin este mtodo a priori,
sea el que parte pj'imero de lo que es, porque subor-
dinndose en la razn los particulares las generali-
dades y las consecuencias los principios de que pro-
vienen, este principio y aquella generalidad aparece-
rn primero que los particulares y consiguientes.
Y se le denomina,, en fin, sinttico, porque en la
Ora-anismo
t-d
a
ti m
Qj O
Vegetal Animal o (6
O ""t
< a
*
2n Violeta Rosa Perro R&m
misma.
En la generalizacin, resume el hombre los he-
chos particulares, como decimos; de donde resulta que
el mtodo inductivo verdaderamente cientfico;
es el
sin l es imposible hacer una ciencia que merezca este
nombre
3. Podra creerse por muchos que en la enseanza
se haba de excluir en absoluto el mtodo deductivo
y esta conclusin, aparentemente justa, es errnea en
realidad. En la enseanza se han de usar tanto uno
como otro, por las razones que expondremos.
Es equivocada la conclusin anterior, porque en
ella se confunde la obra de descubrimiento que ha de
LA CIENCIA DE LA EDUCACIN 125
dsimo pedaggicamente.
En la escuela es preciso proceder, sentando el
distinto de la mquina.
Pondremos otro ejemplo: no es posible pensar que
se consiga la enseanza de la lengua materna sin la
LA CIENCIA DE LA EDUCACIN 133
CAPITULO OCTAVO
susceptibilidad de su rgano.
Al ensear ha de tener presente esta ley gene-
se
ral; el que ejercite
el ministerio educativo debe ob-
servar el estado en que se encuentran los alumnos
para poner en prctica aquellos medios que conduz-
can mejor hacer contraer los hbitos la persona
educada.
Ms en concreto, diremos, que el estmulo edu-
cativo deber variar sobre todo con el cambio de estado
fsico, moral intelectual del educando, de su edad
y de las condiciones sociales en que se halle.
Algunos salvajes son irreductibles la civilizacin
aun por la violencia porque sus disposiciones psico-
fsicas son muy inferiores las de las personas civi-
lizadas. En diversos pases, para obtener un pro-
greso, las leyes deben ser diversas segn el ideal
144 ROBERTO ARDIG
cer y dolor, las adquieren todos los nios con una ra-
adultos.
El hecho, pues, de la movilidad continua del ni-
o tiene suma importancia pedaggica; es preciso per-
suadirse de que l no es capaz de una larga atencin
quererlo constreir es contrariar las dis-
y de que el
posiciones naturales.
De este grave error adolecan las escuelas antiguas,
en donde se les tena durante horas firmes en los ban-
cos, haciendo montonos ejercicios de lectura y escri-
tura, consiguiendo con ello el crear monstruosidades f-
sicas y morales. Condenar al nio una inmovilidad
prolongada y hacer forzados ejercicios intelectuales,
es producir en la mente el mismo efecto que se
pro-
efecto.
Los que han estudiado la vida en los nios y
en los adolescentes, saben que en estos se desarrolla
de diverso modo; los unos juegan con todo lo que
encuentran y los otros estn preocupados por idea-
lismos y manifiestan esta disposicin suya, realizan-
do actos de valor, de bondad, de cortejan
sacrificio;
PARTE SEGUNDA
PARTE SEGUNDA
EJERCICIO
CAPTULO PRIMERO
a) desarrolla el rgano;
b) elimina de l todo impedimento nocivo;
c) lo hace ms gil y enrgico;
d) produce nuevas conexiones entre los rganos;
e) produce en el rgano el automatismo;
f) lo crea, esto es, lo desenvuelve adaptndolo;
g) forma la voluntad.
CAPITULO SEGUNDO
partes dependientes.
Cul es la funcin precisa del querer? Si no me
determino voluntariamente, respiro tambin; en el
O Centro nervioso
de la volicin.
O O i
Centro nervioso
del automatismo.
:
i
-
|
Nervio que transmite
la accin del centro.
i
i ... Orano movido.
a) Disciplina y diligencia.
b) Higiene.
c) Decoro y conducta.
d) Moralidad.
e) Direccin econmica.
I Disciplina en general.
II Medios para obtenerla.
III Objeto del rgimen disciplinario.
medida que
esta suerte aparecer siempre justa la tome. se
Cuanto menos deje clarear maestro objetoel su
de obtener la disciplina, tanto ms efecto producir.
Cuide el maestro de que el alumno est dis-
El maestro se ha de considerar como un padre
de los escolares y conducirse con ellos paternalmente.
Los defectos y faltas debe advertirlos, pero no mani-
festarlos los extraos. Debe ser en esto muy escru-
puloso y ha de cuidar de que se persuadan los alum-
nos. Sera fatal que en l naciese, en este respecto,
una duda; considerara al maestro como un juez sin
corazn, como un enemigo en el que, por tanto, no
tendra ni la confianza ni la fe que debe haber. Debe
prohibir el maestro en la escuela toda forma de de-
lacin. Ay del maestro que excita sus alumnos al
espionaje! Menos mal si deja impune al culpable. Los
escolares deben ser entre s verdaderos hermanos, y la
escuela, palenque de actos generosos y benvolos.
Segundo punto: Medios para obtener la discipli-
na.
Los medios para obtener la disciplina pueden
indicarse con las diez expresiones que siguen: i. Ins-
Quinto
En muchos casos, la reprensin cuatro
ojos es mucho ms saludable que la hecha ante los otros;
porque de este ltimo modo fcilmente se siente ofen-
dido un espritu delicado, en tanto que un arrogante
se afirma en su soberbia. Trate el educador de des-
envolver de un modo justo el sentimiento delicado del
honor, porque nicamente as son fructferas la alaban-
za y la reprensin.
Tercer punto: Finalidad de la disciplina. El fin
han de misma.
servir en la vida
Por la disciplina se acostumbra tambin el alumno
estar quieto, con compostura; en l se produce la
voluntad de conducirse con correccin en cuanto lo
exige el ambiente en donde se encuentra. En los ni-
os, la tranquilidad absoluta es imposible de obtener,
porque falta en ellos la disciplina y voluntad de tener
inmvil cuerpo y fija
el la atencin; pero al crecer, va
formndose poco poco el querer. La disciplina acos-
tumbra guardar orden y compostura y crea despus
la voluntad de obrar siempre del mismo modo que
se ha habituado en la escuela.
LA CIENCIA DE LA EDUCACIN 199
ginicos.
Tambin la higiene, pues, forma parte de la edu-
cacin de la voluntad y debe cuidar el maestro de que
LA CIENCIA DE LA EDUCACIN 201
CAPITULO TERCERO
HABITO - EDUCACIN
CAPTULO PRIMERO
a) Acciones reflejas.
b) Sinergia.
c) Inhibicin y Dinamogne sis
d) Voluntad.
e) Atencin.
f) Instinto.
g) Hbito.
218 ROBERTO RD1G
(I)
D Centro nervioso;
rS
' *> -V
*e .- -." ?*%
tro nervioso D.
Cuarto Del centro nervioso D.
Quinto De un nervio centrfugo eferente, E, que
va del centro ya dicho, D ;
al rgano R.
La cimcha d la educacin 9
(II.)
O D o D" o D""
/
\ / \ '
\ /
O d o D'
LA CIENCIA M LA EDUCACIN 221
flejos.
lidad externa.
224 ROBERTO ARD1G
CAPITULO SEGUNDO
fuertes.
3. En suma, en todo hombre, el curso habitual
y corriente de sus pensamientos normalmente
hllase
determinado por las ideas ms fuertes que el ejercicio
de la vida ha fijado en su mente y en consecuencia
quedan determinados su carcter y su conducta.
284 robbito aSoiq
CAPTULO TERCERO
reflejas.
CAPITULO CUARTO
relativos.
Y que decimos del organismo en general, y por
lo
CAPITULO QUINTO
La Voluntad
voluntarias.
El ritmo normal ordinario de la respiracin, es de-
terminado por el sistema de los nervios de la misma,
gobernados por el centro respiratorio, aun faltando la
CAPITULO SEXTO
La Atencin
Qu es la atencin.
El maestro y la atencin voluntaria del alumno.
Importancia de la atencin.
Modo de obtenerla.
mismo.
Tenemos, pues, aqu, distintos casos de atencin,
ocasionados involuntariamente.
Sucede veces que el maestro, concluida su ex-
plicacin, piensa que debe repetirla para que la con-
cluyan de comprender, y antes de hacerlo dice sus
oyentes: Debo repetir de otra manera mi explicacin
causa de su grande importancia y lo haremos as; el
que la comprenda no necesitar despus oira de nuevo
sino que se ir jugar. Esta palabra tiene un efecto
inmediato. Todos se esfuerzan por seguir el discurso
del maestro y por retenerlo. La atencin ha nacido; pe-
ro se trata de una atencin producida por el esfuerzo
voluntario deliberado del que la ha buscado.
Se preguntar: Cmo puede comprenderse que
ha de proceder la actividad voluntaria para avivar la
atencin? Podemos obtener la respuesta haciendo una in-
duccin de los hechos materiales.
Poniendo la mano extendida sobre una mesa lisa
extremidad dicha.
Cuando quiero ver bien una cosa con una lente,
cierro el ojo de que no me he de servir y muevo el
otro, de suerte que converjan el foco de la lente y la
parte central de la retina, sea donde existe mayor
potencia visiva.
Este debe ser el mecanismo del trabajo volunta-
rio que produzca el hecho de la atencin; un acto que
avive la conciencia, de suerte que logre ser fuerte-
mente distinto. El mecanismo debe obrar inhibito-
riamente para separar la actividad que no importa, y
directamente, solicitando las ms propias para hacer in-
tenso el efecto.
mental.
Qu diremos de aquellos que desean ver sus
hijoshechos unos doctos los siete ocho aos y los
someten para conseguirlo un estudio excesivo? Fal-
tan la economa que es precisa en la obra educativa;
perjudican los nios porque todo lo que es consumo
de la inteligencia es dao fsico. Cuando se trabaja
con la mente, se detiene el desarrollo dlas otras par-
tes del cuerpo. Por esto es indispensable tener presen-
te el hecho de la economa para la educacin fsica.
a) Curiosidad.
b) Inters y afabilidad.
c) Aislamiento.
d) Variedad y reposo.
e) Co labo racin
f) Repeticin.
g) Ejercicio.
h) Medios diversos.
seanza.
LA CIENCIA DE LA EDUCACIN 287
10
290 ROBERTO ARDIG
ya en la casa.
CAPITULO SPTIMO
EL instinto
flejas compuestas.
Los principales instintos de los animales han sido
agrupados por los naturalistas bajo los tres tipos si-
CAPTULO OCTAVO
El hbito
automticamente
Tales series de actos pueden ser y son casi siem-
pre, grupos enteros de actos contemporneos que se
296 ROBERTO ARDIG
con otro.
Esta asociacin inmediata, estrecha, fortsima
indisoluble, constituye el ncleo estable del pensa-
miento, su organizacin lgica fundamental que la diri-
bilidad relativa.
2. Como heios visto con anterioridad varias ve-
ces, el hecho del hbito es anlogo al del instinto co-
mo automatismo funcional.
su vez lo es ste al del
Se trata siempre de una disposicin orgnica con vir-
tualidad para determinar una serie de actos en un cier-
to orden y encaminados un determinado fin; serie de
actos que son de la ndole de las acciones reflejas y
precisamente de las sinrgicas complejas, tanto en
el sentido de la contemporaneidad cuanto en el de la
y debemos explicarlo.
El automatismo por el cual se rigen las funciones
esenciales de la vida, como la respiracin, la circula-
mana.
Como prueba de esto pueden servirnos los ejem-
plos siguientes: La respiracin tiene lugar, como sa-
de su naturaleza.
308 ROBERTO ARDIG
CAPITULO NOVENO
La educacin
FIN DE LA OBRA
NDICE
Pgs .
Advertencia . ... 3
Introduccin 5
Parte primera
Actividad.
Pgs.,
Parte segunda
Ejercicio
Hbito Educacin
Captulo primero: Partes que comprende el tratado. La
accin refleja . 217
Captulo segundo: Continuacin de las acciones reflejas.
Las ideas fuertes 224
Captulo tercero: Continuacin de las acciones reflejas.
Sentimientos. Emociones. Pasiones. 235
Captulo cuarto: Sinergia. Inhibicin y dinamognesis. 249
Captulo quinto: La voluntad 252
Captulo sexto: La atencin 258
Captulo sptimo: El instinto 290
Captulo octavo: El hbito 295
Captulo noveno: La educacin 311
LE Fe '06
^