Principios de Melbourne UNEP
Principios de Melbourne UNEP
Principios de Melbourne UNEP
Los Principios también ofrecen a las ciudades los cimientos para la integración de los
programas internacionales, nacionales y locales, las brechas a identificar y atender, así
como también la realización de sinergias por medio de consorcios.
Para que los Principios de Melbourne añadan valor, necesitarán que se suplementen
con ejemplos de casos pertinentes y herramientas de apoyo a las decisiones para
ayudar a las ciudades en el camino hacia la sostenibilidad.
Primer Principio
Ofrecer una visión a largo plazo para las ciudades que se base en la sostenibilidad; la
igualdad intergeneracional, social, económica y política; y la característica individual de
ésta.
Elaboración
El punto de partida para catalizar el cambio positivo es una visión a largo plazo, lo que
conducirá a la sostenibilidad. La visión necesita reflejar la naturaleza distintiva y las
características de cada ciudad.
Además, la visión deberá expresar las aspiraciones compartidas de las personas para
que sus ciudades se vuelvan más sostenibles. Necesita considerar la igualdad, esto
quiere decir el mismo acceso a los recursos naturales y humanos, así como también la
responsabilidad compartida por la preservación del valor de esos recursos para las
generaciones futuras.
Una visión que se base en la sostenibilidad ayudará a unir y motivar a las comunidades,
gobiernos, negocios y otros en torno a un fin común, y aportará la base para el
desarrollo de una estrategia, un programa de acción y los procesos para lograr esa
visión.
Segundo Principio
Elaboración
La seguridad económica y social a largo plazo son prerequisitos para los cambios
beneficiosos y dependen del desarrollo ambiental sano sostenible.
Para conseguir una sostenibilidad de triple base, es necesario que las estrategias
económicas aumenten el valor y la vitalidad de los sistemas humanos y naturales, y
conserven y renueven los recursos humanos, económicos y naturales. Por medio de la
distribución equitativa de los recursos, las estrategias económicas deberán tratar de
satisfacer las necesidades humanas básicas de manera justa y equitativa; en particular,
las estrategias económicas deberían garantizar el derecho a agua potable, aire limpio,
seguridad de los alimentos, protección contra los elementos y servicios sanitarios.
Las ciudades son el foco de diversidad humana; las políticas, estructuras e instituciones
de las mismas pueden contribuir significativamente a fomentar comunidades unidas,
atractivas, seguras y satisfechas de sí mismas.
Tercer Principio
Cuarto Principio
Elaboración
Al igual que todos los sistemas vivos, una comunidad consume materiales, agua y
energía, los procesa a un estado usable y genera desperdicios. Este es el
"metabolismo" de la ciudad y conseguir que este metabolismo sea más eficiente es
esencial para reducir la huella ecológica de la ciudad. Para reducir la huella siempre
que sea posible los problemas deben resolverse localmente, en vez de transferirlos a
otras ubicaciones geográficas o a las generaciones futuras.
Quinto Principio
Las ciudades podrían ser más sostenibles si los procesos urbanos se modelaran en
principios ecológicos de la forma y función por los que opera el ecosistema natural.
Sexto Principio
Reconocer y edificar sobre las distintivas características de las ciudades, inclusive sus
valores humanos y culturales, su historia y los sistemas naturales.
Elaboración
Cada ciudad posee su distintivo perfil humano, cultural, histórico y natural. Este perfil
ofrece visiones de los caminos hacia la sostenibilidad que son a la vez aceptables a sus
habitantes y compatibles con sus valores, tradiciones, instituciones y realidades
ecológicas.
Edificar sobre las características existentes ayuda a motivar y movilizar los recursos
humanos y físicos de las ciudades para conseguir un desarrollo y regeneración
sostenibles.
Séptimo Principio
Elaboración
Las personas tienen el derecho a participar en las decisiones que les afectan. Es
necesario dar poder a las voces que no siempre son oídas, como es la voz de los
pobres.
Octavo Principio
Los habitantes de las ciudades son los propulsores claves de la transformación de las
ciudades hacia la sostenibilidad. Esto puede conseguirse efectivamente si las personas
que viven en las ciudades están bien informadas, tienen fácil acceso al conocimiento y
comparten lo aprendido. Además, la energía y el talento de las personas se pueden
aumentar si éstas trabajan conjuntamente en estos medios de cooperación.
Además, también es de gran valor que las ciudades compartan lo que han aprendido
con otras ciudades, que amalgamen sus recursos para desarrollar herramientas para la
sostenibilidad, y que se apoyen y aconsejen las unas a las otras por medio de sistemas
de trabajo en la misma ciudad y en la región. Estos sistemas pueden ser los vehículos
para intercambiar información y estimular el esfuerzo colectivo.
Noveno Principio
Elaboración
Las tecnologías ambientales sanas también pueden usarse para reducir el impacto y
aumentar el valor a lo largo de la vía de abastecimiento y de las industrias de apoyo
dedicadas a la administración de productos.
Décimo Principio
Para lograr el continuo ciclo de mejora es necesario utilizar los indicadores oportunos,
prefijar las metas y observar el progreso contra niveles prefijados para alcanzar esas
metas. Esto facilita el progreso y la responsabilidad y asegura una realización efectiva.