Derogación de Las Leyes

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Derogación de las leyes

En un sentido amplio, significa dejar sin efecto una ley


o norma jurídica en general. Pero, estrictamente hablando,
hay que distinguir cuatro conceptos parecidos:

1) derogación propiamente dicha o derogación stricto sensu:


consiste en dejar parcialmente sin efecto una ley.

2) modificación o reforma: consiste en dejar sin efecto una


parte de una ley reemplazarla por otro texto.

3) abrogación: consiste en dejar sin efecto totalmente una


ley. Sin embargo, en la practica, este vocablo es
reemplazarlo por la expresión derogación total y, aun más
simplemente, por derogación.

4) subrogación: consiste en la sustitución de un texto


legal integro, por otro.

La derogación de una ley puede ocurrir por causas


intrínsecas o extrínsecas.

1) en virtud de causas intrínsecas a la misma ley, ya sea


porque contiene solamente normas temporarias, ya sea
porque ha sido dictada previendo limitados actos
de ejecución. Algunas leyes, en efecto, se sancionan para
regir durante un tiempo determinado, acabado el cual
caducan espontáneamente; otras, que solo contienen
normas individuales o que se cumplen mediante pocos

actos o en limitado número de veces, pierde su fuerza


obligatoria al desaparecer toda posibilidad de cumplimiento.

Así, las leyes que ordenan un gasto, intervienen


una provincia o dispone una moratoria.

2) en virtud de causas extrínsecas por las cuales esa ley


deja de ser aplicada por los jueces y cumplida por
sus destinatarios. Es la derogación propiamente dicha que
proviene de la aparición de una norma jurídica-ya sea
legislativa o consuetudinaria- que hace perder su vigencia a
la anterior.

3) la forma mas corriente consiste en dejar sin efecto una


ley mediante la sanción de otra ley posterior que la
reemplace o disponga su caducidad.

B) la derogación puede provenir también de la costumbre, ya


sea por el no uso de la ley (desuetudo), ya por
la costumbre contraria a la ley (costumbre abrogatoria).

La desuetudo consiste en la costumbre o el uso social que


prescinde totalmente de una ley y actúa como si ella no
existiera. Aunque en principio esta forma de caducidad no se
admite en nuestra legislación, pues los tribunales deben
siempre aplicar las leyes en vigencia hasta que sean
derogadas por otras leyes, no por ello dejan de ocurrir casos
en que el desuso quita fuerza obligatoria a los procesos
legales.

Ejemplo típico de esta posibilidad son las leyes que han sido
declaradas inconstitucionales por la Corte Suprema:

ninguna ley ha dispuesto su derogación, pero pierden


su imperio porque nadie las cumple ni se las aplica
judicialmente.

En tales casos se las prescinde de esa ley y se vuelve


al derecho anterior.
La costumbre abrogatoria ya es menos admisible. Consiste
en la práctica contraria a la ley, la que crea normas de
conducta diversas u opuestas a las establecidas
legislativamente.

La derogación es una figura jurídica a través de la cual una ley posterior


deja sin efectos una anterior; el código civil no define la derogación como
tal, sino que contempla unas clases de derogación, de acuerdo con lo
establecido en el artículo 71 del código civil, la derogación de una ley puede
ser tacita o expresa.
Se entiende por derogación expresa aquella que se encuentra contenida en
el cuerpo de la ley, es decir, que la ley enuncia que, una ley anterior o parte
de ella queda derogada, pues además la derogación puede ser parcial pues
solo parte de la ley anterior puede derogarse.
Por otro lado hay derogación tacita, cuando las disposiciones de la ley que
deroga no pueden concertarse con las de la ley anterior, es decir que van en
contravía con lo estableció en la ley esta, de conformidad con lo establecido
en la parte final del artículo 71 del código civil, el cual establece lo siguiente:
“La derogación de las leyes podrá ser expresa o tácita. Es expresa, cuando
la nueva ley dice expresamente que deroga la antigua.
Es tácita, cuando la nueva ley contiene disposiciones que no pueden
conciliarse con las de la ley anterior.
La derogación de una ley puede ser total o parcial”.
Se diferencia la derogatoria expresa de la tacita, en que la primera se
encuentra contienda de manera clara y precisa en el cuerpo normativo de la
ley posterior.
Además de la derogación existe otra figura denominada subrogación, la
subrogación se diferencia de la derogación en que, los efectos jurídicos de
la subrogación son la modificación de ciertos artículos de la ley, mientras
que la derogación desaparece la ley de la vida jurídica, la subrogación la
modifica sin desaparecerla.
Derogatoria: La ley deja de tener vigencia.
Subrogación: Se modifica o se sustituye la ley.
Según la providencia, las formas de derogación de las leyes son la expresa, la tácita
y la orgánica.

La derogación expresa, explica, se presenta cuando una nueva ley suprime


formalmente la anterior, esto es, cuando la normativa posterior indica
expresamente que deroga la anterior.

La tácita es cuando la norma nueva o posterior contiene disposiciones que son


incompatibles con la normativa antigua y se fundamenta en que existiendo dos
leyes de diversas épocas que son contradictorias tiene que entenderse que la
segunda normativa ha sido establecida por el legislador con la finalidad de
modificar o corregir la primera norma.

Finalmente, la derogación orgánica ocurre cuando una ley nueva regula


íntegramente la materia a que la anterior disposición se refería y se basa en que si
el legislador ha vuelto a regular una materia que ya era reglamentada por una
norma precedente se concluye que ha partido de otros principios o directrices, los
cuales podrían llevar a consecuencias diversas y opuestas a las que se pretenden si
se introdujera un precepto de la ley antigua, aunque no fuere incompatible con las
normas de la ley nueva (C. P. Martha Teresa Briceño de Valencia).
Las leyes son creación humana y social, por lo tanto, pueden modificarse
las circunstancias contextuales que motivaron su sanción o haber sido
producto de un error, que merece ser revisado. Por eso, si bien nacen sin un
término de duración, nada impide que su vigencia termine en forma parcial
o total por obra del mismo poder que las originó.
Existe un modo expreso de derogar o dejar sin efecto una ley que es
dictando una nueva ley que diga que deroga a la anterior, pero también
puede ocurrir una derogación tácita, cuando la nueva ley sin mencionar a la
anterior se opone en forma irreconciliable a ella en su contenido. Toda ley
posterior de contenido diferente se reputa válida y vigente, si de ha seguido
el procedimiento legal, dejando sin efecto las anteriores disposiciones que a
ella se oponen.
Sin embargo, como las viejas leyes derogadas pueden aún surtir efectos
sobre ciertas relaciones jurídicas nacidas mientras estuvieron vigentes, se
deben respetar los derechos y deberes por ellas impuestos, sobre esas
consecuencias de actos jurídicos, que válida y legalmente nacieron
amparados por la ley primitiva.
Como ejemplos de leyes derogatorias de otras anteriores, podemos
mencionar a la ley 17.711 (1968) que reformó el Código Civil, modificando
ciertos artículos y derogando otros, como por ejemplo, el artículo 126, por el
cual la edad para alcanzar la mayoría de edad, pasó a ser de 22 años a 21
años.
La ley 23.515 conocida como ley de divorcio derogó expresamente por su
artículo 9, los siguientes artículos del Código Civil argentino: el artículo 90,
inciso 9; los artículos 1220 y 1221 y el artículo 1881; además de las leyes
2393 y 2681, el decreto ley 4070/56, ratificado por ley 14.467, el artículo 31
de la ley 14.394 suspendida por aquél y las demás leyes cuyo contenido se
le opongan.

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