Lengua Castellana y Literatura
Lengua Castellana y Literatura
Lengua Castellana y Literatura
OPCIÓN A
Qué lejos se nos queda ya el pasado de hace solo unos años. En algún momento cruzamos sin
advertirlo la frontera hacia este tiempo de ahora y cuando nos dimos cuenta y quisimos mirar atrás para
comprobar en qué punto había sucedido el tránsito nos pareció asombroso habernos alejado tanto. Era
cuando creíamos vivir en un país próspero y en un mundo estable imaginábamos que el futuro se
parecería al presente y las cosas seguirían mejorando de manera gradual, o si acaso progresarían algo
más despacio. Algunos expertos vaticinaban tranquilizadoramente una “gradual desaceleración de la
economía”, un “aterrizaje suave”. Poco a poco se iría amortiguando el ritmo de la construcción y dejarían
de subir tan rápido los precios de las viviendas. El lenguaje de los economistas, que se ven a sí mismos
como científicos, consistía en la reiteración de unas cuantas metáforas simples: la desaceleración de un
vehículo que ha avanzado a gran velocidad durante mucho tiempo; el aterrizaje confortable de un avión.
Esas eran las metáforas respetables. La que había que usar con más cuidado era la metáfora de la
burbuja: hablar de la burbuja inmobiliaria equivalía a reconocer una fragilidad incomparable con la
obligatoria complacencia. Una burbuja asciende en el aire y se hincha y en un momento ha estallado. En el
idioma propio de ese tiempo que ya no existe la metáfora de la burbuja se usaba sobre todo para ser
refutada. No había una burbuja inmobiliaria. Quizás en otros países, no en el nuestro. Un economista muy
célebre y respetado escribió en enero de 2007 que en todo caso la burbuja, si existiera, se pincharía
gradualmente. Si hubiéramos prestado algo más de atención a lo que sucedía y a lo que decíamos y lo
que escuchábamos alguien habría apuntado que las metáforas pueden requerir la misma precisión que las
ecuaciones, y que no hay manera de que se pinche gradualmente una burbuja.
Pero necesitábamos imaginar que las cosas eran sólidas y podían ser tocadas y abarcadas sin
desaparecer entre las manos, y que pisábamos la tierra firme y no una superficie más delgada que una
lámina de hielo, que el suelo no iba a desaparecer debajo de nuestros pies. (Antonio Muñoz Molina, Todo
lo que era sólido, 2013)
CUESTIONES
1. Haga un comentario de texto del fragmento que se propone contestando a las preguntas
siguientes: a) enuncie el tema del texto (0,5 puntos); b) detalle sus características lingüísticas y
estilísticas más sobresalientes (1,25 puntos); c) indique qué tipo de texto es (0,25 puntos).
4.a. Analice sintácticamente: Necesitábamos imaginar que las cosas eran sólidas. (1,5 puntos)
4.b. Indique a qué categoría gramatical o clase de palabras pertenece desaceleración, analice su
estructura morfológica y señale a qué proceso de formación de palabras responde. (1 punto)
5.a. La novela española de 1975 a finales del siglo XX. Tendencias, autores y obras principales. (2
puntos)
5.b. Comente los aspectos más relevantes de la obra española del siglo XX anterior a 1940 que haya
leído en relación con su contexto histórico y literario. (1 punto)
OPCIÓN B
CUESTIONES
1. Haga un comentario de texto del fragmento que se propone contestando a las preguntas
siguientes: a) enuncie el tema del texto. (0,5 puntos); b) detalle sus características lingüísticas y
estilísticas más sobresalientes (1,25 puntos); c) indique qué tipo de texto es (0,25 puntos).
3. Elabore un texto argumentativo a favor o en contra de que deba existir una cuota femenina en los
altos cargos de las grandes empresas. (1,5 puntos)
4.a. Analice sintácticamente: La materia oscura que descubrió Rubin explica el 25% del universo. (1,5
puntos)
4.b. Explique el concepto de polisemia y ejemplifíquelo con el sustantivo estrella. (1 punto)
I. ORIENTACIONES GENERALES
IV. LITERATURA
Al terminar el Bachillerato, los estudiantes deben valorar críticamente obras de la literatura en
lengua castellana y también deben comprenderlas como expresión de diferentes contextos históricos y
sociales, y como forma de enriquecimiento y placer estéticos. Entra dentro de la libertad del profesorado la
elección de las lecturas que considere más adecuadas para que sus alumnos alcancen estos objetivos y,
muy especialmente, para que se acostumbren a la lectura de la mejor literatura. En cualquier caso, y
acomodándose al temario de la asignatura, desde comienzos del siglo XX a la actualidad. En particular en
el curso 2017-2018, se exige la lectura de, al menos, una obra literaria española del siglo XX anterior a
1940, otra publicada entre 1940 y 1974, y una última posterior a 1974.
Por otra parte, los nuevos bachilleres han de poseer los conocimientos fundamentales de la historia
de la literatura del siglo XX y comienzos del XXI. Ello no implica la necesidad de que conozcan la obra de
todos y cada uno de sus autores, sino de que sean capaces de distinguir movimientos y corrientes en su
contexto histórico y cultural, elaborar panoramas diacrónicos y genéricos, situar a los autores principales y
citar los títulos de sus obras fundamentales.
Por último, no se ha de olvidar que tanto en la valoración de las obras leídas como en el desarrollo
de los temas de historia de la literatura los estudiantes deben mostrar, además de conocimientos, un
suficiente dominio de las técnicas de redacción de textos expositivos.