Categorías de La Ciencia Política. T 1
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CATEGORÍAS Y TEORÍAS DE LA
CIENCIA POLÍTICA
TEMA 1: CATEGORÍAS Y TEORÍAS DE LA CIENCIA POLÍTICA
1.Introducción.
2.Ciencia y objeto.
3.Teoría e investigación.
4.Investigación empírica.
Formalismo
El conductismo. Cultura política y poder
El funcionalismo
La teoría general de sistemas
La visión informática
Teoría de los juegos
Unidad y estrategia. La teoría de la elección racional o pública
Política de grupos
Temas y conceptos
Análisis comparado
El grupo interno
Los grupos y la lógica de la acción colectiva
Cambio social y movilización
1. INTRODUCCIÓN
La preocupación por la política, por los asuntos públicos, es muy antigua. Los
puntos de referencia de las cuestiones relacionadas con el “bien común” o la “buena
vida de los ciudadanos” son, la tradición griega - polis - y la tradición hebrea, a
través de la reflexión bíblica. Ambas tradiciones fueron sintetizadas en la Edad Media
por Maimónides y por Santo Tomás de Aquino, pero sobre todo, durante la Reforma,
con la emancipación de los conceptos de armonía y comunidad, se abrió el camino al
pensamiento revolucionario, a la crítica del poder sin comunidad con el que se han de
enfrentar los ciudadanos.
2. CIENCIA Y OBJETO
3. TEORÍA E INVESTIGACIÓN
Como toda ciencia moderna, la ciencia política presenta una línea de estudios
especulativos y otra de aplicaciones prácticas de los conocimientos que va generando.
Dentro de los trabajos teóricos se distinguen:
Gran reflexión sobre los eventos políticos y las circunstancias que los
producen.
Teoría: una teoría es una herramienta intelectual que se utiliza para explicar
los hechos que el hombre se encuentra a través de la vida, es una
construcción humana. Su fin es explicar los fenómenos de la naturaleza y los
generados por el hombre.
Para algunos investigadores, el hombre sólo puede ser objetivo cuando estudia
algo externo a él ya que de otro modo, los juicios de valores o pre-juicios,
condicionan su percepción del objeto de estudio. Sin embargo, oros investigadores
sostienen que siempre que el hombre estudia un fenómeno, ya sea externo o
intrínseco a él mismo, sus aproximaciones siempre están condicionadas por algún tipo
de ideas o juicios, aunque sean vagos, por lo que sostienen que los prejuicios son
generales a todas las ciencias. Sin dar la razón a ninguna de las partes, bien es cierto
que las ciencias corren el riesgo de empantanarse en prejuicios y perder objetividad.
Es obvio que la aproximación de un investigador al estudio de la composición de una
roca no sea igual que si el objeto de estudio es el hombre y los sentimientos que
afectan directamente a nuestras vidas.
Algunos investigadores sostienen que hay que dejar de lado todo prejuicio y
buscar métodos neutrales puramente técnicos; otros replican que incluso las ciencias
experimentales poseen su propia metafísica.
Los ciudadanos, cuando nacen, se ven inmersos en una comunidad que les
viene impuesta, ya que estaba establecida cuando ellos alcanzaron el uso de la razón.
Se ven dotados de una serie de responsabilidades y obligados por unos compromisos
que no adquirieron. Dadas las características de la especie humana, vivir significa vivir
asociado o en comunidad.
Ideologías: son todo ese conjunto de explicaciones que ofrecen una visión del
mundo con mayor o menor coherencia.
Los liberadores modernos se dieron cuenta de que los efectos del principio de
dominación en lo público se traducían dentro de la persona en obediencia psicológica,
comprendieron que el individuo estaba bajo el control absoluto del grupo. Para la
modernidad, las puertas por las que se introduce la opresión externa del individuo son
la infancia y la pertenencia al grupo. La infancia y la soledad son las grandes
debilidades del hombre. La mente es traída al mundo pasivamente pero debe afrontar
la muerte a solas y con plena responsabilidad.
El descubrimiento del inconsciente empezó como una exploración en el alma
del ego y como una lucha por la independencia. Desde la Ilustración las ciencias
sociales habían estado siempre trabajando hacia una sociedad racional hasta que
Freud, hacia 1900, asestó el más duro golpe al racionalismo con el descubrimiento del
inconsciente como concepto científicamente formulado y con unas terapias mentales
más poderosas. Uno de los puntos más controvertidos de la política moderna es su
pretendida secularización.
4. INVESTIGACIÓN EMPÍRICA
En el trabajo empírico nunca van a solas las ideas o los esfuerzos del
investigador, sino que aparecen acompañados de los detalles concretos de
financiación y adecuación a los medios. Es importante saber evaluar los ingredientes y
el alcance de un trabajo del mismo modo que el decidirse con criterios racionales
sobre qué método utilizar.
Conceptualización coherente.
Presentación de problemas centrales a resolver y necesarios para encontrar
las respuestas buscadas.
Métodos concretos a utilizar y rechazo de los no válidos para conseguir su
meta.
En la base de estas tres etapas subyacen los principios axiomáticos en los que
se apoya la sistematización del autor. Cuanto más claras tenga las ideas el autor,
cuanto más transparente sea su formalización y la explicitación de los presupuestos,
más rendimiento obtendrá del equipo de trabajo y del dinero invertido. Einstein llegó a
reconocer que al fondo del diseño teórico se encuentra siempre un conjunto de
principios indemostrables, percibidos intuitivamente a través de una cierta empatía o
“Einffühlung”, llamada “Intellectual Love” por Popper.
Existen unos criterios concretos para evaluar la aptitud del sistema conceptual
que se plantee utilizar cuando se va a realizar un trabajo:
En “El Príncipe”, Maquiavelo distingue entre las “buenas leyes” y las “buenas
armas” como ingredientes fundamentales para la consolidación de cualquier Estado.
Hobbes entiende la política y al propio ser humano como una parte más del
universo mecánico inteligible al lenguaje matemático. Esta visión del mundo implica un
materialismo radical ya implícito en las primeras páginas de su obra más
representativa, “Leviatán”. Para Hobbes, la vida es como un movimiento artificial en el
que el cuerpo humano funciona como un mecanismo parecido al de un reloj. Para él,
esta visión de la política, desde un ángulo de reducción y secularización le hace
justificar el absolutismo como algo útil y necesario en la tierra, escapando de todo tipo
de trascendencia metafísica o religiosa implícita en el derecho divino de los reyes que
hasta entonces había sido la visión tradicional. Hobbes tiene una visión del mundo
mecanicista.
Según Hobbes, todos los hombres comparten por igual una sed insaciable para
ambicionar quejas y poder y al ser escasas, les enfrentan a un conflicto que
inevitablemente les conduce a la muerte. A diferencia de las abejas o las hormigas que
cooperan por instinto, Hobbes advierte que los hombres inevitablemente tienden a la
agresividad y a la destrucción. Según él, dentro de esa guerra violenta y egoísta no
puede existir la propiedad ya que “sólo pertenece a cada uno lo que pudo coger
durante un tiempo y lo supo retener”. Tampoco es posible la industria ya que el fruto
de la misma es inseguro, ni la agricultura, ni la navegación, ni las artes, ni la
sociedad... Tal y como lo entiende Hobbes, “el hombre es un lobo para el hombre” que
no reparará en matar o robar al prójimo a no ser que un poder superior le castigue o
atemorice hasta obligarle a cambiar su perversa conducta natural.
Por tanto, la sumisión absoluta es el precio que deben pagar los súbditos al
soberano por haberles salvado de su destructivo estado de naturaleza. Mediante el
contrato se renuncia a la libertad y a cualquier derecho que pudiera poner en peligro la
paz, de modo que los hombres se convierten en autores y autorizan al soberano, el
actor ligándose y responsabilizándose en todos sus actos, convirtiéndose así la
persona artificial en representante de sus autores.
Como Hobbes, parte del estado de naturaleza para explicitar al ser humano,
pero a diferencia de él, para Locke éste es un periodo en el que los hombres debieron
gozar de perfecta libertad para ordenar sus actos y para disponer de sus propiedades
y personas como mejor les parecía, sin necesidad de pedir permiso y sin depender
dela voluntad ajena.
Así, las fuerzas productivas son los instrumentos de trabajo de los seres
humanos mientras que las relaciones de producción es el modo en que la sociedad se
organiza para utilizar dichas fuerzas productivas en tanto que crean diferentes
estructuras políticas divididas en clases. El cambio social e histórico viene propiciado
por el desarrollo de la infraestructura económica, y no tanto por la superestructura
política e ideológica. El carácter revolucionario de la teoría marxista se desprende del
presupuesto de que las fuerzas productivas han sido controladas por una minoría que
ha conseguido aprovecharse de la gran masa de población apropiándose de la
plusvalía o valor excedente. El trabajador vende su trabajo como si de una mercancía
se tratase quedando a expensas de la racionalidad del capital y sus criterios
orientados a reducir el coste al máximo. Esta situación es altamente conflictiva y
propicia la lucha de clases que hará protagonista revolucionaria a la clase proletaria.
Para Marx, el Estado, las creencias religiosas y nacionalistas son potenciadas desde
el poder económico como formas de dominación y la revolución proletaria debe
destruirlas. Partiendo de una situación de desigualdad, para Marx la ideología es el
conjunto de creencias que sirven para mantener el reparto desigual del poder
económico y político.
No lógicas: falta de conciencia entre los medios y los fines (p. e.: rituales,
etc.).