El Bibliocausto Nazi
El Bibliocausto Nazi
El Bibliocausto Nazi
seguido de
Las primeras destrucciones de libros en China
Fernando Báez
Universidad de Los Andes (Venezuela)
Cada libro quemado
ilumina el mundo
R.W.Emerson
Goebbels sabía lo que hacía, y Hitler le dio carta blanca. Tenía una fe
absoluta en su amigo, y tenía muy buenas razones para creer ciegamente en
sus aciertos. Goebbels, quien no había ingresado al Ejército por ser
patituerto, se había doctorado como Filólogo, en 1922, en la Universidad de
Heidelberg, donde fue profesor Friedrich Hegel en el siglo XIX. Era un
lector apasionado de los clásicos griegos y, en cuanto a pensamiento político,
prefería el estudio de los textos marxistas y de todo lo escrito que existiera
contra la burguesía. Admiraba a Friedrich Nietzsche, recitaba poemas de
memoria, y, por lo que se sabe, escribía textos dramáticos y ensayos. Cuando
se unió a Hitler, reconoció su verdadera vocación, como lo dijo muchas
veces, y ya con el cargo de Ministro, en 1933, reunió un equipo de trabajo
para redactar la Ley Relativa al Gobierno del Estado, que fue sancionada el 7
de abril de ese año. Indudablemente, ahora tenía un control absoluto sobre la
educación y fomentó un cambio total en las escuelas y universidades. El 8 de
abril, fue enviado un memorandun a las Organizaciones Estudiantiles Nazis,
donde se proponía la destrucción de todos aquellos libros peligrosos que
estuvieran en las bibliotecas de Alemania. De cualquier forma, ya el mes
anterior, exactamente el día 26 de marzo, fueron quemados libros en
Schillerplatz, en un lugar desconocido y tranquilo llamado Kaiserslautern. El
primero de abril, Wuppertal sufrió saqueos y quemas de libros en
Brausenwerth y en Rathausvorplatz.
Algo terrible se gestó entonces. Una especie de fervor inusitado que estaba
limitado por la presión internacional europea, despertó entre los estudiantes e
intelectuales alemanes. Un odio manejado por osadas ráfagas de propaganda
se extendió en las aulas, y el resultado no se hizo esperar. El 11 de abril, en
Düsseldorf, fueron destruidos libros de contenido comunista y judío.
Algunos de los más importantes filósofos alemanes, sin ser obligados a ello,
como Martin Heidegger1, adhirieron las ideas de Goebbels. En abril,
Heidegger fue designado Rector de la Universidad de Friburgo y el 1 de
mayo, se hizo miembro del NSDAP.2
II
La hoguera ya estaba encendida. Tal vez nadie podía creer lo que pasaba,
pero no dejó de sorprender a cualquier observador que una de las capitales
más cultas del mundo, donde se encontraban algunas de las más importantes
universidades europeas, era el centro de una de las quemas de libros más
impresionante de la época. Joseph Goebbels, quien dirigía todas las acciones,
levantó la voz y después de saludar a todos con un estruendoso Heil, explicó
los motivos de la quema:
F.W. Foerster.
Escuela de Freud.
E.M. Remarque
Alfred Kerr
Tucholsky, Ossietzky5
La operación, cuyas características se habían mantenido hasta ese instante
en secreto, se reveló pronto en su verdadera dimensión porque el mismo 10
de mayo, hubo una quema de libros en numerosas ciudades alemanas. La
lista de quemas incluyó varias ciudades y fue casi simultánea para causar
pánico: Bonn, Braunschweig, Bremen, Breslau, Dortmund, Dresden,
Frankfurt/Main, Göttingen, Greifswald, Hannover, Hannoversch-Münden,
Kiel, Königsberg, Marburg, München, Münster, Nürenberg, Rostock y
Worms. Finalmente hay que mencionar Würzburg, en cuya Residenzplatz se
incineraron cientos de escritos.
El impacto que produjeron las quemas de mayo 1933 fue enorme. Sigmund
Freud, cuyos libros fueron seleccionados para ser destruidos, dijo
irónicamente a un periodista que, a pesar de lo que pudiera comentarse,
semejante hoguera era un avance en la historia humana:
Notas:
[1] Muchos años después, Heidegger admitió sus errores, pero advirtió
que no participó en las quemas de libros. Es importante revisar, para
conocer su puntos de vista, el libro Entrevista del Spiegel a Martin
Heidegger (Tecnos, Madrid, 1996):
SPIEGEL: Vd. sabe que, en este contexto, se han elevado contra Vd.
algunos reproches que afectan a su colaboración con el NSDAP y
sus asociaciones y que en la opinión pública aparecen aún como no
desmentidos. Así, se le ha reprochado que Vd. habría participado en
la quema de libros organizada por los estudiantes o por las
Juventudes Hitlerianas.
Gegen Frechheit und Anmaßung Für Achtung und Ehrfurcht vor dem
unsterblichen deutschen Volksgeist, Tucholsky, Ossietzky
[6] Guy Stern, Nazi book burning and the american response, 1990.
[10] Vale la pena leer Viktor Reimann, Dr. Joseph Goebbels (1971).
Notas:
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