Hirschman La Estrategia. Cap 2, 3, 4, 5
Hirschman La Estrategia. Cap 2, 3, 4, 5
Hirschman La Estrategia. Cap 2, 3, 4, 5
Albert O. Hirschman
I INTRODUCCIóN
^ "La estrategia del desarrollo económico" forma parte del libro de Hirschman Essays in
Trespassing. Economics to PolMcs and beyond, Cambridge University Press, que publicará en
fecha próxima el Fondo de Cultura Económica. El autor sugirió que esta parte de su libro
(capítulos 3, 4 y 5) podría incluirse en uno de los números de aniversario de EL TRIMESTRE
ECONóMICO [versión al castellano de Eduardo L. Suárez].
1331
1332 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
1. El agrado por los progresos de otros: Introducción del efecto del túnel
Empezaré por enunciar claramente mi proposición básica. En las pri-
meras etapas del desarrollo económico rápido, cuando las desigualdades
de la distribución del ingreso entre diversas clases, sectores y regiones pue-
den aumentar considerablemente, es posible que haya una gran toleran-
cia de tales disparidades por parte de la sociedad. En la medida en que
surja, esta tolerancia acomodará las desigualdades crecientes en una for-
ma casi providencial, pero es como un crédito que debe pagarse en cierta
fecha. Se concede con la esperanza de que finalmente se reducirán de
nuevo tales disparidades. Si esto no ocurre habrá inevitablemente pro-
blemas y quizá un desastre.
" James S. Duesenberry, Income, Saving and Theory of Consumer Behavior, Cambiridge, Mass.,
Harvard University Press, 1949, cap. Iii. Se encuentra una clara exposición diagramática en
Harvey Leibenstein, "Notes on Welfare Economics and the Theory of Democracy", Economic
Journal, 72, junio de 1962, pp. 300-305. Leibenstein considera tres formas paralelas en que los
individuos pueden establecer comparaciones entre su ingreso y el de los demás: "1) las com-
paraciones puras de Pareto, en las que cada individuo toma en cuenta su propio ingreso y nin-
gún otro; 2) las comparaciones de 'la parte del pastel', donde cada individuo toma en cuenta
la distribución del ingreso desde un punto de vista relativo pero no en la magnitud absoluta de
su ingreso, y 3J la 'comparación de transacción de Párete', donde los individuos toman en
cuenta la magnitud absoluta de su ingreso y su posición de ingreso relativa" (p. 301). La
"comparación pura de Pareto", donde no disminuye la utilidad de un individuo ante el mejo-
ramiento de la fortuna de su vecino, mientras no cambie su propio ingreso, es un caso limitante
en este esquema. Aquí no cabe la posibilidad de una interacción positiva entre mi utilidad y
la de mi vecino.
* Véase una excelente reseña y bibliografía en Thomas F. Pettigrew, "Social Evaluation Theo-
ry: Convergences and Applications", Nehraska Symposium on Motivation, 1967, Lincoln, Uni-
versity of Nehraska Press, 1967, en particular pp. 261-273. El concepto fue introducido por S. A.
Stouffer y sus colaboradores en el conocido estudio monumental sobre el soldado norteamericano
en la segunda Guerra Mundial, The American Soldier, vol. 1, Adjustement During Army Life,
Princeton, N. J., Princeton University Press, 1949. Véase la nota 19, p. 1341. Véase también un
desarrollo del concepto en su significado más estrecho y más útil en W. G. Runciman, Relative
Deprivation and Social Justice, Londres, Routledge and Kegan Paul, 1966. Ted Robert Gurr
utiliza ampliamente el significado más lato, que prácticamente equipara la privación relativa
a cualquier forma de descontento, en /FAy Men Rehel, Princeton, N. J., Princeton University
Press, 1970.
■^ Véase el capítulo 7, titulado "El temor a la envidia", de George M. Foster, Tzintzuntmn:
Mexican Peasants in a Changing World, Boston, Little, Brown [existe versión al castellano del
FCE] ; también Frank Cancian, Economics and Prestige in a Maya Community, Cambridge, Mass.,
Harvard University Press, 1963, pp. 135 y passim.
1^6 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
2. Algunas pruebas
Pero esta posible consecuencia del efecto del túnel es una curiosodad
* Sin embargo, véase la nota 24 de este capítulo.
* Sin embargo, véase la sección 3 de este capítulo.
ESTRATEGIA DEL DESARROLLO 1337
Aunque son limitadas las perspectivas del progreso individual, hay una ra-
zón para encontrar menos desencanto con el proceso de desarrollo entre las
ptersonas de clase baja de todos los sectores en relación con lo que podría
esperarse. Dadas la rápida difusión de la educación y el aumento de la mi-
gración, hay varios conductos relativamente fáciles para lograr el progreso
'O Frank Bonilla, "Rio's Favelas: The Rural Slum within the City", American Universities
Field Staff Reports Service, vol. 8 (3), Nueva York. 1961, pp. 8-9.
'' Pablo González Casanova, La democracia en México, México, Era, 1965, edición popular,
página 133.
1338 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
personal. Por lo tanto, aun cuando un individuo no haya podido obtener un
empleo nuevo o no haya mejorado en general su ingreso o su posición, es
probable que conozca a una o varias personas que hayan sido afortunadas en
estos sentidos.. .^*
^^ Lisa Peattie, "Cuban Notes", Massachusetts Review, otoño de 1969, pp. 673-674.
1340 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
1' Véase una reseña excelente, que presta una atención particular a este problema, en Gino
Germani, "Social and Political Consequences of Mobility", N. Smelser y S. M. Lipset (comps.),
Social Structure and Mobility in Development, Chicago, Aldine, 1966, pp. 371 Sí. Por supues-
to, también es posible que las aspiraciones, una vez despertadas, superen a las realizaciones,
pero esta explicación del descontento de los que ascienden es mucho menos convincente que la
mencionada en el texto.
ESTRATEGIA DEL DESARROLLO 1341
4. De la satisfacción a la indignación
Como señalamos antes, la satisfacción ante los progresos de otros de-
riva del efecto del túnel, no de la benevolencia o el altruismo sino de un
cálculo frío de las expectativas: espero que pronto llegue mi turno de
avanzar. En algún momento la frustración de la expectativa hará que "me
ponga furioso", es decir, que me convierta en un enemigo del orden esta-
blecido. Este cambio de partidario a enemigo se produce sólo por efecto
del paso del tiempo: ningún hecho externo particular desata este giro dra-
mático. En este sentido, la teoría del conflicto social propuesta aquí es
enteramente distinta de la hipótesis de la "curva J" que atribuye las olea-
das revolucionarias a una disminución repentina del crecimiento económi-
co tras un largo periodo ascendente.^* No hay duda de que tal disminu-
ción aumenta la probabilidad de la conmoción, pero no es en modo alguno
indispensable. Por providencial y útil que sea el efecto del túnel en un
sentido (porque acomoda las desigualdades casi inevitables que surgen en
el curso del desarrollo), también es traicionero: los gobernantes no re-
ciben necesariamente ningún aviso acerca de su declinación y agotamien-
to, es decir, acerca del tiempo en que deban esperar un clima de opi-
nión pública y popular radicalmente diferente; por el contrario, se ven
atraídos hacia la complacencia por la fácil etapa inicial cuando todos
parecen estar disfrutando el proceso que más tarde será vehementemente
denunciado y condenado como un proceso en el que "los ricos se vuelven
mas ricos .
1^ Casi satisface el criterio sugerido por el historiador francés Emest Labrousse para el
surgimiento de las situaciones revolucionarias, o sea que "la gran mayoría del país esté unida
en un rechazo total de la sociedad existente y del orden de cosas reinante". Richard Cobb,
A Second ¡dentity: Essays on France and on French History, Londres, Oxford University Press,
1969, pp. 272-273.
18 James C. Davies, "Toward a Theory of Revolution", American Sociological Review,
27, febrero de 1962, pp. 5-19.
18 Nos vemos tentados a sugerir una reinterpretación, de acuerdo con estos lincamientos, de
los famosos y paradójicos hallazgos acerca de la moral de las fuerzas armadas norteamericanas
durante la segunda Guerra Mundial. Aunque las promociones de tiempos de guerra habían sido
mucho más frecuentes en la fuerza aérea que en la policía militar, la encuesta realizada por
1342 EL TIUMESTRE ECONÓMICO
2^ Esta tesis es similar a la que puede formularse acerca de las consecuencias económicas del
tamaño de los países. La bibliografía del desarrollo económico ha hecho hincapié —con razón—
en las ventajas del tamaño, sobre todo en conexión con la industrialización por sustitución de
importaciones; el tamaño grande significa también la posibilidad de que una gran región atra-
sada se quede atrás en forma acumulativa e irremediable a medida que la región progresista
absorbe durante largo tiempo la virtual totalidad del crecimiento industrial del país y desarro-
lla una agricultura moderna además. En un país pequeño no puede surgir con tanta facilidad
una escisión tan amplia, prolongada y peligrosa, porque en la mayoría de las circunstancias
debe filtrarse el crecimiento económico a las regiones más pobres, so pena de detenerse. En-
tre los países de crecimiento rápido y de crecimiento lento se establece una distinción seme-
jante, con importantes consecuencias para el vigor diferenciado del efecto del túnel. En el
capítulo rv, pp. 1417-1418, se examina brevemente este caso.
ESTRATEGIA DEL DESARROLLO 134S
22 Véanse otros argumentos de esta clase en mi libro A Bias for Hope: Essays on Develop-
ment and Latín America, Nueva Haven, Yale University Press, 1971, capítulo 14 [publicado en
español por el FCE en la Serie de Lecturas núm. 5]. La proposición que aparece en el texto
acerca de los airreglos familiares es un caso especial de una proposición más general: el efecto
del túnel será más fuerte cuanto más débil sea la preferencia por el ingreso presente al ingreso
futuro, es decir, cuanto menor sea la tasa de descuento.
1346 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
2' Máximes, 582. Thomas Hobbes señaló el fenómeno contrario por la misma época: "El
dolor que causa una calamidad ajena se denomina LáSTIMA, y se produce por la idea de que
una calamidad semejante puede ocurrimos a nosotros mismos.. . Cuando se trata de calamida-
des que se derivan de un desastre, los mejores hombres sienten menos lástima, y ante la
misma calamidad tienen menos lástima aquellos que se sienten menos amenazados por ella."
Leviatán, FCE, 1980, parte i, cap. 6, p. 47. La Rochefoucauld y Hobbes captaron estas ideas en
su búsqueda de una ciencia rigurosa, aunque desagradable, de la naturaleza humana. Lo des-
agradable de los hallazgos casi se convirtió en una prueba de rigor y verdad para ellos. Natu-
ralmente, no se les ocurrió que en las situaciones estudiadas el egocentrismo tiene la virtud
de superar la envidia y la Schadenjreude, respectivamente.
2* La teoría de la atribución, una rama relativamente nueva de la psicología social ha
tratado de arrojar alguna luz sobre esta esfera del comportamiento humano. Se han realizado
ESTRATEGIA DEL DESARROLLO 1347
algunos experimentos para estudiar el grado en que los espectadores culpan de los accidentes
a quienes participan en ellos y no a la mala suerte. Aparentemente el espectador recurre de
ordinario a lo que se ha llamado la "atribución defensiva": busca alguna buena razón para
que el accidente sea la culpa peculiar de uno de los participantes para asegurarse de que la
desgracia no pudiera ocurrirle a él. (Sólo si no puede encontrarse ninguna buena razón, es de-
cir, si la persona que podría ser culpada se asemeja al espectador y se comporta en gran me-
dida como él, tenderá éste a exonerarse y a echar la culpa a la mala suerte). Por otra parte,
si otra persona experimenta un hecho afortunado el espectador tenderá a acreditarlo al azar
más bien que al mérito, obteniendo así alguna esperanza de que le pase algo similar a él. Ade-
más de ser poco halagüeños para la naturaleza humana, estos hallazgos introducen una asime-
tría en la operación del efecto del túnel: este efecto será más fuerte hacia adelante que hacia
atrás; es decir, la expectativa de participar eventualmente en los progresos de los demás será
más pronunciada que la expectativa de seguir a los demás en sus retrocesos. Véase una con-
firmación experimental de esta asimetría, y algunas referencias a otras investigaciones realiza-
das en este campo, en Jerry L Shaw y Paul Skolnick, "Attribution oí Responsihility for a
Happy Accident", Journal of Personality and Social Psychology, 18, 1971, pp. 380-383.
1348 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
7. Observaciones finales
El argumento anterior sugiere ciertas observaciones a modo de con-
clusión. El crecimiento y la equidad de la distribución del ingreso, si se
consideran como las dos principales tareas económicas de un país, po-
drán resolverse en secuencia cuando el país esté bien provisto del efecto
del túnel. Si el efecto del túnel es débil o nulo, a causa de las estructuras
sociales, políticas o psicológicas existentes, las dos tareas tendrán que
realizarse al mismo tiempo, lo que constituye una empresa difícil que
probablemente requiera instituciones totalmente diferentes de las apro-
piadas para el caso secuencial.^* Para empeorar las cosas, quizá resulte
imposible saber por adelantado si un país dado se encuentra bien dotado
o no con el efecto del túnel: como vimos en la sección anterior es posible
que sólo el propio desarrollo aclare las cosas.
De acuerdo con la distinción que acabamos de establecer, podemos
hablar de dos clases de "desastres del desarrollo". La primera caracte-
riza las sociedades que han tratado de desarrollarse mediante una estra-
tegia que implique el surgimiento de desigualdades nuevas o la amplia-
ción de las existentes; pero en vista de su estructura estas sociedades no
debieran intentar nunca semejante estrategia. Es probable que Nigeria y
el Paquistán constituyan ejemplos de esta situación. La otra clase de
desastre del desarrollo ocurre en los países donde la estrategia anterior
28 Los politólogos han descrito en estos términos las dificultades que afrontan los Estados
nuevos en el siglo XX. Mientras que los países de la Europa Occidental dispusieron de varios
siglos para resolver, uno tras otro, los diversos problemas de la modernización y la construcción
nacional —identidad territorial, autoridad, participación de las masas, etcétera—, las naciones
nuevas los afrontan todos al mismo tiempo. Véase Samuel P. Huntington, Political Order in
Changing Societies, Nueva Haven, Yale University Press, 1968, cap. 2, y Stein Rokkan, "Di-
mensions of State Formation and Nation-Building", Charles Tilly (comp.), The Formation of
States in JTestem Europe, Princeton, N. J., Princeton University Press, 1975, pp. 562-600. Dank-
wart A. Rustow explora varias rutas secuenciales alternativas en A Woñd of Nations, Washing-
ton Brookings, 1967, cap. 4.
ESTRATEGIA DEL DESARROLLO 1351
'2 Paul A. Samuelson, "International Trade and the Eoualization of Factor Prices", Econ-
omic Journal 58, junio de 1948, pp. 163-184, e "International Factor-Price Equalization Once
Again", Ibid., 59, junio de 1949, pp. 181-197.
ESTRATEGIA DEL DESARROLLO 1353
'3 Paul A. Baran, "On the Political Economy of Backwardness", Manchester School of
Economics and Social Studies 20, enero de 1952, pp. 66-84.
2* Walter Galenson y Harvey Leibenstein, "Investraent Criteria, Productivity and Economic
Development". Qiianerly Journal of Economics 69, agosto de 1955, pp. 343-370; Robert E.
Baldwin, "Pattems of Development in Newly Settied Regions", Manchester School of Economics
and Social Studies 24, mayo de 1956, pp. 161-179.
ESTRATEGIA DEL DESARROLLO 1355
3' Wemer Baer e Isaac Kerstenetzky, "Import Substitiition and Industrialization in Brazil",
American Economic Review 54, mayo de 1964, pp. 411-425; Pan A. Yotopoulos y Jeffrey B.
Nugent, "A Balanced Growth Versión of the Linkage Hypothesis", Quarterly Journal of Eco-
nomics 87, mayo de 1973, pp. 157-172. El último artículo provocó un simposio regular sobre la
medición del efecto de enlace con aportaciones de Prem S. Laumas, Michel Boucher, James
Riedel, Leroy P. Jones, y una réplica de Yotopoulos y Nugent en el Quarterly Journal of Eco-
nomics 90, mayo de 1976, pp. 308-343. El ensayo de Jones es particularmente digno de mención
porque resuelve al fin el problema de la medición de los efectos de enlace totales (directos e
indirectos) hacia adelante.
38 Albert Fishlow, American Railroads and the Transformation of the Ante-Bellum Economy,
Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1965; Judith Tendler, Electric Power in Brazil:
Entrepreneurship in the Public Sector, Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1968; M¡-
chael Roemer, Fishing for Growth: Exported Development in Perú, 1950-1967, Cambridge,
Mass., Harvard University Press, 1970; Scott R. Pearson, Petroleum and the Nigerian Economy,
Stanford, Calif., Stanford University Press, 1970. Véase también Richard Weisskoff y Edward
Wolff, "Linkages and Leakages: Industrial Tracking in an Enclave Economy", Economic Devel-
opment and Cultural Change 25, julio de 1977, pp. 607-628.
ESTRATEGIA DEL DESARROLLO 1357
'^ Por Melville H. Watkins en su conocido ensayo "A Staple Theory of Economic Growth",
Canadian Journal of Economics and PoUtical Science 29, mayo de 1963, pp. 141-158. En el
cap. 7 de ia estrategia describí el mismo fenómeno —la "absorción" mediante la industrializa-
ción de categorías sucesivas de importaciones crecientes en el curso del crecimiento encabezado
por las exportaciones—, pero no lo caractericé como un enlace.
*" Staffan B. Linder, Trade and Trade Policy jor Development, Nueva York, Praeger Pub-
lishers, 1976, pp. 143-149 y 171-172; Stephen H. Hymer y Stephen A. Resnick, "A Modal of
an Agrarian Economy with Non-agricultural Activities", American Economic Review 59, sep-
tiembre de 1969, pp. 493-506; Stephen A. Resnick, "The Decline of Rural Industry under Ex-
port Expansión: A Comparison among Burma, Phillipines, and Thailand, 1870-1938", Journal
of Economic History 30, marzo de 1970, pp. 51-73.
*^ Véase Pearson, Petroleum, pp. 46-50 pasdm. Cuando los ingresos provenientes del bien
básico van a las manos de grupos nacionales que ahorran una porción considerable, un sistema
de banca nacional centralizada podrá lograr una reorientación de la corriente de ingresos se-
mejante a la que logra el enlace fiscal. De acuerdo con una comunicación de Juan Linz este
"enlace bancario" ha tenido cierta importancia en España y ha servido para canalizar fondos
ESTRATEGIA DEL DESARROLLO 1359
Pero la parte chilena de esta historia nos hace recordar que la capa-
cidad para gravar el enclave no es una condición suficiente para un cre-
cimiento económico vigoroso. Para que el enlace fiscal se convierta en
un mecanismo de desarrollo eficaz debe combinarse la capacidad para
gravar con la capacidad para invertir productivamente. Aquí reside pre-
cisamente la debilidad del enlace fiscal por comparación con los enlaces
más directos de producción y consumo. En el último caso las líneas de
producción existentes o las importaciones que pueden sustituirse señalan
las tareas que deberán emprenderse en seguida, mientras que no existe
tal orientación cuando se capta una porción de la corriente de ingreso
ganada en el enclave para irrigar otras esferas de la economía. De aquí
surge la posibilidad de una inversión defectuosa o de una gran filtración
en el proceso: por ejemplo, es posible que los fondos captados sólo gene-
ren un crecimiento de la burocracia. En estos términos ha sido analizada
la experiencia chilena con los nitratos y el cobre antes de 1930,** mien-
tras que una revisión del auge del guano peruano abortado a mediados
del siglo XIX ha señalado como principal culpable a las inversiones fe-
rroviarias mal aplicadas.*' Por mucho que se inclinen ahora los gobier-
nos a gravar la corriente de ingresos originada por el bien básico de ex-
portación, el éxito del enlace fiscal continúa afectado por dificultades
similares. Repetimos que esto ocurre no porque se "derrochen" siempre
los fondos en manos de los gobiernos sino porque las tareas asumidas
por los gobiernos mediante el enlace fiscal son intrínsecamente más di-
fíciles que las que suele asumir el capital privado, en unión con los en-
laces físicos y de consumo.
Mientras se requieran la capacidad para gravar y la capacidad para
tenidas con el profesor Frank Fetter y con algunos descendientes de los plantadores de cacao
de Guayaquil: sus padres y sus abuelos hubieron de retornar al Ecuador tras haber sido arrui-
nados por la plaga de la escoba de bruja que destruyó las plantaciones de cacao, así como por
la depresión de los años treinta.
■** Aníbal Pinto, Tres ensayos sobre Chile y América Latina, Buenos Aires, Solar, 1971,
pp. 71 Si. En un ensayo escrito por Carmen Carióla y Osvaldo Sunkel se demuestra que la
minería de los nitratos produjo considerables enlaces no fiscales: "La expansión salitrera y sus
repercusiones sobre la economía agraria en el periodo 18801930", octubre de 1974, Proyecto
de Historia Económica del Comité Conjunto para Estudios Latinoamericanos (Consejo de In-
vestigación en Ciencia Social y Consejo Norteamericano de Sociedades Ilustradas).
*5 Véase Shane J. Hunt, "Growth and Guano in Nineteenth-Century Perú", ensayo para
discusión núm. 34, Programa de Investigación del Desarrollo Económico, Universidad de Prin-
ceton, febrero de 1973. Este ensayo se escribió en parte como una refutación de la opinión an-
terior, expuesta en el cap. 2, "Perú in the Guano Age", del libro de Jonathan V. Levin, The
ExpoTt Economies, Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1960, en el sentido de que las
recaudaciones provenientes del guano se disiparon en gran medida en importaciones de lujo
y remisiones de utilidades.
1362 EL TRIMESTRE ECONómCO
pos distintos de los cultivadores del bien básico, quienes se ven así rele-
gados más firmemente a su papel agrícola. El cultivador de caña de azú-
car o de arroz que entrega su cosecha a la refinería de azúcar o al mo-
lino de arroz que están en manos de "otros" queda efectivamente separado
de todas las actividades económicas posteriores relacionadas con su pro-
ducto. Desde este punto de vista empieza a observarse, paradójicamente,
que resulta preferible la menor existencia posible de estos enlaces hacia
adelante en el caso de los bienes básicos. Es posible que resulten más
favorables las condiciones para el desarrollo de la iniciativa empresarial
entre los cultivadores del bien básico cuando éste requiere sólo unas cuan-
tas operaciones sencillas, tales como el secado y ensacado a fin de prepa-
rarlo para el mercado, y cuando no tiene que recurrirse al transporte aje-
no. Por ejemplo, cuanto mayor sea el valor del bien básico por unidad
de peso más le convendrá al cultivador, o a un miembro de su familia,
llevarlo al mercado. En ausencia de industrias refinadas de enlace hacia
adelante, basadas en tecnología extranjera y probablemente administra-
das por empresarios ajenos, el propio cultivador del bien básico puede
participar en las operaciones no industriales más accesibles hacia adelan-
te, tales como la transportación, el comercio y las finanzas; el cultivador
o un miembro de su familia pueden especializarse en estas funciones, y a
partir de una base fuerte en este renglón podrá contribuir eventualmente
al desarrollo industrial mediante el aprovechamiento de las oportunidades
de enlaces de consumo que puedan aparecer tras el auge del bien básico.
Esto corresponde sustancialmente a la historia de la expansión comercial,
urbana, y aun industrial, por la vía de la sustitución de importaciones, que
siguió a las exportaciones de café en las regiones de Sao Paulo y Antio-
quia del Brasil y Colombia. También se aplica a la falta de desarrollo
acumulativo que ha caracterizado la carrera de bienes básicos, tales como
la caña de azúcar, el cacahuate y el algodón: en estos casos las industrias
ajenas de enlace hacia adelante de la refinación y el molido, o la necesi-
dad de una transportación especializada —y por tanto ajena— a causa de
la distancia y el volumen del bien básico (cacahuate), impidió al pro-
ductor agrícola toda nueva participación en esas industrias.'^
He señalado que el enlace fiscal tiene mayores probabilidades de apa-
°^ Durante las discusiones anteriores algunos observadores señalaron que la especialidad en
la producción de bienes básicos para la exportación condujo en muchas zonas subdesarrolladas
a un desarrollo no acumulativo, "de una sola vez". Esta posibilidad intermedia —que es una
realidad en muchos países— se ha olvidado a medida que se ha centrado la discusión en las
opciones: empobrecimiento o desarrollo acumulativo. Véase en particular H. Myint, Economic
Theory and the Underdeveloped Countríes, Londres, Oxford University Press, 1971, caps. 3 y
4 (publicados originalmente como artículos en 1954).
ESTRATEGIA DEL DESARROLLO 1367
se define la novedad? Hasta ahora, como en los casos de los enlaces ha-
cia adelante y hacia atrás, se ha entendido la novedad como una clase
nueva de actividad productiva y, específicamente, como una actividad
que genera un producto nuevo. Con el concepto de enlace más amplio
podría definirse también una actividad nueva como aquella que genera
el mismo producto que antes pero se realiza en un lugar nuevo. Por lo
tanto puede afirmarse que existe un enlace interno cuando ciertas carac-
terísticas de la actividad existente imponen o invitan a algunos de sus ope-
radores, o a todos ellos, a trasladarse a otro lugar aunque no planeen, por
lo menos al principio, emprender una actividad nueva.
Las observaciones de Clifford Geertz sobre Indonesia hacen una apor-
tación considerable al análisis de esta clase de proceso.*^ El productor de
arroz javanés, que vive en medio de campos cuidadosamente preparados
durante muchas generaciones, se aferra a su parcela de tierra con la ma-
yor tenacidad. Geertz ha contrastado la inmovilidad resultante del agri-
cultor javanés con la movilidad de los cultivadores de las islas exteriores,
quienes desarrollan de ordinario la agricultura de roza y quema. Resul-
taron de aquí dos patrones de explotación colonial muy diferentes: en
Java pudo obligarse al cultivador de arroz a dedicar una parte de su tie-
rra al cultivo de la caña de azúcar para entregarla a las refinerías de
propiedad holandesa, mientras que en las islas exteriores los colonizado-
res no pudieron utilizar este sistema conveniente de producción indirecta.
Por el contrario, establecieron y administraron sus propias plantaciones
de café, té y caucho. Así pues, el modo de producción agrícola prexistente
tuvo consecuencias importantes para la forma de la explotación colonial:
en Java el colonizador penetró virtualmente en cada uno de los hogares
campesinos, mientras que en las islas exteriores se hizo sentir mediante la
creación de enclaves. Estas diferencias determinaron también las diferen-
cias observadas en la descolonización: en Java se tradujo en un retorno al
cultivo del arroz de la mayor parte de la tierra dedicada a la caña de
azúcar; en cambio, las plantaciones de las islas exteriores se expropiaron
pero continuaron produciendo los mismos cultivos, en su mayor parte
para la exportación, como antes.
Las características señaladas por Geertz ayudan sobre todo a entender
los patrones específicos de la colonización y la descolonización, pero tam-
bién son importantes para la determinación de las perspectivas del des-
arrollo. La tenacidad con la que se aferra a su tierra el cultivador de
*' Clifford Geertz, Agrícultural Involution: The Processes of Ecological Change in Indone-
sia, Berkeley, University of California Press, 1963.
1370 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
** Pedro Calmen, Historia do Brasil, Sao Paulo, Companhia editora nacional, 1947, 4, pá-
ginas 384-386, citado en Wairen Dean, "The Planter as Entrepreneur: The Case of Sao Paulo",
Hispanic American Historical Review 46, mayo de 1966, p. 146.
^^ Este es el factor subrayado por Robert Baldwin en un artículo donde examina, sobre
todo en el caso de África, por qué los bienes básicos de exportación no han conducido a un
crecimiento acumulativo. La opción —o mejor dicho, el dilema— que describe se plantea
entre los enclaves mineros, donde existe una escala de habilidades pero que sólo está al alcance
de una población muy pequeña, y los bienes básicos agrícolas que no permiten la adquisición de
habilidades nuevas. En mi opinión Baldwin exagera la importancia de la adquisición de habili-
dades específicas y olvida el incremento de la competencia general, la versatilidad y el empuje
empresarial que pueden derivar de la migración y la movilidad geográfica. Cuando el factor
decisivo es la movilidad más bien que la adquisición de habilidades parece más brillante la
perspectiva del desarrollo (véase Robert E. Baldwin, "Export Technology and Developmnt
from a Subsistence Level", Economic Journal 73, mar?;o de 1963, pp. 80-92).
^^ Véanse los datos de Ghana y Nigeria en Polly Hill, Migrant Cocoa Farmers of Southern
Ghana, Cambridge, Cambridge University Press, 1963, y Sara S. Berry, Cocoa, Custom. and So-
cio-Economic Change in Rural Western Nigeria, Londres, Oxford University Press, 1973, pp 75-
78, donde se indican varias de las ventajas que tienen los migrantes sobre los agricultores locales.
1372 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
" Véase Judith Tendler, "Technology and Economic Development: The Case of Hydros vs.
Thermal Power", Political Science Quarterly 80, junio de 1965, pp. 236-253.
ESTRATEGIA DEL DESARROLLO 1373
^8 Fishlow (véase la nota 38) presenta una demostración particulairmente clara de que los
ferrocarriles norteamericanos se construyeron paso a paso en esta forma y no "adelante de la
demanda".
5^ E. R. J. Owen, Cotton and the Egyptian Economy, 1820-1914, Londres, Oxford University
Press, 1969, p. 215.
^^ Kaxl Wittfogel, Oriental Despodsm, Nueva Haven, Conn., Yale University Press, 1957.
1374 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
han considerado desde hace largo tiempo como algo indeseable. Vemos
ahora que tienen ciertas ventajas compensatorias en vista de la acción es-
tatal que pueden desatar. La ayuda prestada por el Estado a través de
los diversos arreglos que acabamos de mencionar es en cierto sentido exac-
tamente lo opuesto de la extracción de ingresos provenientes del bien bá-
sico que hemos llamado el enlace fiscal. (En efecto, los bienes básicos
que tienen mayores probabilidades de desatar el enlace fiscal —los en-
claves minerales y petroleros— tienen menores probabilidades de conver-
tirse en receptores de la asistencia de estabilización porque de ordinario
responden ante las declinaciones de los precios con grandes reducciones
de la producción.) Sin embargo, en forma irónica y dialéctica, una vez
que el Estado ha provisto asistencia de estabilización también habrá esta-
blecido el marco institucional y quizás habrá adquirido la mentalidad
que le permita obtener ingresos fiscales del bien básico en algún momen-
to futuro, cuando se recuperen los precios. Y en ese momento el bien
básico estará tan indefenso contra la tributación estatal —a causa de la
baja elasticidad-precio de la oferta— como lo estaba antes contra la baja
de los precios del mercado mundial.
Así pues, la asistencia para la estabilización de los precios es una
variedad de particular interés de la intervención estatal desde el punto
de vista de la forma en que una cosa conduce a otra. Mientras que ca-
tegorías de la asistencia tales como el control de las enfermedades y el
riego pueden dar al Estado una nueva inclinación hacia las actividades
de desarrollo, la estabilización de precios provee la inclinación y, en al-
gún momento futuro, el mecanismo institucional para satisfacerla.
^ Véanse este y otros contrastes entre la carretera y el ferrocarril relacionados con el des-
arrollo (en Nigeria) en mi libro Devdopment Projects Observed, pp. 139-148.
1378 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
*' André Gunder Frank, "The Development of Underdevelopment", Monthly Review 18,
septiembre de 1969, pp. 17-31, y Capitalism and Underdevelopment in Latín America, Nueva
York, Monthly Review Press, 1967. Véase también Samir Amin, L'Accumulalion a Féchelle
mondiale, París, Anthropos, 1971.
*^ Véanse las críticas formuladas contra estas tesis desde la izquierda y/o la periferia, en
Femando Henrique Cardoso, As Contradigóes do Desenvolvimento Associado, Estudos CEBRAP,
Sao Paulo, CEBRAP, abril-junio de 1974, publicado también como el cap. 1 de su libro Autorita-
rismo e DemocratisagSo, Río de Janeiro, Paz e Tea-ra, 1975, y Bill Warren, "Imperialisra and
Capitalist Industrialization", New Left Review, núm. 81, septiembre/octubre de 1973, pp. 3-45.
ESTRATEGIA DEL DESARROLLO 1379
** No tratamos de sugerir aquí que la historia del desarrollo tenga siempre un final feliz,
que tras un periodo de explotación llegará seguramente el tumo del desarrollo. Con frecuencia
se encuentra la secuencia opuesta, de una oleada de desarrollo a un periodo de estancamiento y
explotación, como he tratado de demostrarlo al examinar los efectos positivos y negativos de
la inversión extranjera (véase "How to Divest in Latín America, and 'Why", Bias for Hope,
cap. H). Lo que se requiere es un análisis que pueda explicar los movimientos en ambos senti-
dos. Véase también el cap. 2 de este trabajo [no incluido en esta versión].
1380 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
'* Femando Ortiz Fernández, Contrapunto cubano del tabaco y el azúcar. La Habana, Jesús
Montero, 1940; la versión inglesa, con un prefacio de B. Malinowski, se titula Cuban Counter-
point: Tobacco and Sugar, Nueva York, Knopf, 1947. La obra en español fue reditada por el
Consejo Nacional de Cultura en 1963. Se encuentra un tratamiento relacionado, centrado prin-
cipalmente en el azúcar, en Ramiro Guerra y Sánchez, Sugar and Society in the Caribbean,
prefacio de Sidney "W. Mintz, Nueva Haven, Conn., Yale University Press, 1964. La edición
española original de esta influyente obra se publicó en 1927.
■^5 Celso Furtado, The Economic Growth of Bradl, Berkeley, University of California Press,
1963, pp. 123-126; Luis Eduardo Nieto Arteta, Economía y cultura en la historia de Colombia,
Bogotá, Ediciones Tercer Mundo, 1962, primera edición publicada en 1942, y en particular su
obra El café en la sociedad colombiana, Bogotá, Breviarios de orientación colombiana, 1958;
William Paul McGreevey, An Economic History of Colombia, 1845-1930, Cambridge, Cambridge
University Press, 1971, capítulo 9, y Geertz, Agricultural Involution.
1384 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
'^ H. J. Nieboer, Slavery as an Industrial System, La Haya, Martinus Nijhoff, 1900, pp. 420-
422; Sidney W. Mintz, "Foreword", Guerra, Cambridge Economic History of Europe, Cam-
bridge, Cambridge University Press, 1967, 4, pp. 290-291, 311-314; Evsey D. Domar, "The Cau-
ses of Slavery or Serfdom: A Hypothesis", Journal of Economic History 30, marzo de 1930,
1386 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
'8 Karl Marx, Das Kapital, Viena, Verlag fur Literatur iind Politik, 1932, i, p. 785 [versión
en castellano del FCE], y Blas Pascal, carta a su hermana, fechada el 1' de abril de 1648,
Oeuvres completes, París, NRF-Pléiade, 1969, p. 484.
1388 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
Otro escritor colombiano expresó con firmeza la idea de que una eco-
nomía en expansión e inserta en el mercado mundial podría servir de con-
trol de las pasiones políticas, no sólo para una planta industrial creciente
sino con referencia de la producción acrecentada de un bien básico de ex-
portación tal como el café.
Querido amigo: Concédale al pueblo, sobre todo a los trabajadores, todo lo que
sea posible. Cuando le parezca que ya les está dando demasiado, concédales
más. Entonces verá los resultados. Todos tratarán de asustarlo con el espectro
de un desastre económico. Pero todo es mentira. No hay nada más elástico
que la economía, algo que todos temen mucho porque nadie la entiende.**
®* Citado de Alejandro Magnet, Nuestros vecinos argentinos, Santiago de Chile, 1956, p. 14,
por Fredrick B. Pike, "Freedom or Reform in Latín America", ensayo ocasional. Centro de
graduados para Estudios Sudamericanos, Universidad Vanderbilt, Nashville, Tennessee, agosto de
1963, p. 3.
13M EL TRIMESTRE ECONÓMCO
** Véanse algunas referencias y un tratamiento más extenso en Passíons and Interests, pá-
ginas 81-87.
90 "The Political Economy of Import-Substituting Industrialization in Latín America", Quar-
ESTRATEGIA DEL DESARROLLO 1395
103 Véase, por ejemplo, "The Goldfish", Russian Fairy Tales, recopilación de A. Afanas'ev,
Nueva York, Pantheon, 1973, pp. 528-532.
^o* Marcelo Diamand y Daniel Schydlowsky han señalado esta situación. Véase Diamand,
Doctrinas económicas, desarrollo e independencia, Buenos Aires, Paidós, 1973, caps. 10 y 11;
Schydlowsky, "Latín American Trade Policies in the Seventies: A Prospectiva Appraisal", Quar-
terly Journal of Economics 86, mayo de 1972.
1402 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
"1 Quizá resulte significativo en este sentido el hecho de que el grupo de economistas po-
líticos de la CEPAL que se reunió alrededor de Raúl Prebisch y elaboró las diversas doctrinas
de la CEPAL en los años cincuenta no incluía ningún colombiano o venezolano prominente. Véan-
se algunas observaciones sobre el aislamiento relativo de Colombia frente a las corrientes del
pensamiento en la ciencia social latinoamericana en Francisco Leal Buitrago, "Desarrollo, sub-
desarrollo y ciencias sociales", F. Leal Buitrago y otros, El agro en el desarrollo colombiano,
Bogotá, Punta de Lanza, 1977, pp. 27-28.
^^' Véanse otros comentarios sobre este tema en los caps. 6 y 7 de este trabajo [no inclui-
dos aquí].
1414 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
realizada por actores diversos, es decir por las propias partes interesa-
das mediante la acción colectiva o por el Estado ("la reforma desde
arriba")."*
La medida en que estas dos funciones se realicen y coordinen resulta
decisiva para los resultados económicos y políticos del proceso de creci-
miento. Algunos de los problemas que pueden surgir son imputables sin
duda a ciertas características de las dos funciones consideradas por sí so-
las.^^** Pero esta formulación trata de señalar la interacción de ambas fun-
ciones, que es tal vez más decisiva.
Desde una perspectiva fría se advierte sin dificultad que la función
de reforma desempeña un papel esencial en el sostenimiento del creci-
miento tras un impulso poderoso, aunque desequilibrador, de los empre-
sarios. Así lo vemos en los famosos ejemplos históricos de las experien-
cias de reforma relativamente afortunadas, como la Ley de Reforma de
1832 en Inglaterra, el Nuevo Trato en los Estados Unidos y los logros
de Lázaro Cárdenas en México. Pero estos ejemplos ilustran también que,
con la posible excepción de los desequilibrios sectoriales,"' quienes reali-
11* El término función de legitimación, utilizado por O'Connor, parece innecesariamente res-
trictivo ya que sólo se refiere a las realizaciones de esta función a cargo del Estado. Además,
el término en cuestión es engañoso: implica algo acerca del objetivo que persiguen los actores
cuando realizan la actividad reformista; sin embargo, muy a menudo está muy lejos de sus
mentes la búsqueda de una "legitimación" para el Estado, aun cuando ese sea el resultado. Y
ahora una nota breve sobre mi propia terminología: preferí hablar de la función empresarial,
y no de la función de acumulación, porque al hacer referencia a quienes la realizan resulta
menos extraño el término empresarios que el término acumuladores (o capitalistas), sobre todo
en un contexto de desarrollo. En cuanto al término de función de reforma, lo preferí al de
función distributiva (o redistributiva) porque este último, como la función de legitimación de
O'Connor, implica que sólo el Estado puede realizarla. El término de función de reforma no
me satisface por completo, porque no parece incluir las acciones o las políticas correctivas des-
tinadas a ayudar a un sector económico retrasado a que alcance a los otros sectores en el pro-
ceso de crecimiento. Pero un término más inclusivo, como el de función "correctiva", habría
sido demasiado chato. El término función de reforma tiene además la ventaja de que podemos
llamar simplemente "reformadores" a quienes la realizan. Pero el uso de este término en el
texto no implica que estas personas sean "reformistas" en el sentido de que se hayan compro-
metido con alguna idea de la revolución; en mi opinión se incluye aquí a quienquiera que esté
decidido a corregir los desequilibrios y las injusticias que hayan surgido en el curso del cre-
cimiento, cualesquiera que sean las consecuencias; en otras palabras, pueden ser empresarios,
agencias estatales, reformistas, tratantes de reformas o revolucionarios.
11' Por lo que respecta a la función empresarial (en aislamiento) véase Fernando Henrique
Cardoso, Empresario Industrial e Desenvolvimento Económico, Sao Paulo, Difusáo Européia do
Livro, 1964, y "The Industrial Élite", S. M. Lipset y A. Solari, Élites in Latín America, Nueva
York, Oxford University Press, 1976, pp. 94-116. Véanse algunos estudios de casos particulares
de la función de reforma (en aislamiento) en mi libro Journeys Totvard Progress.
118 Los empresarios advierten los desequilibrios sectoriales por el surgimiento de escaseces
y elevaciones de los precios relativos, y si los mercados de capital funcionan correctamente la
manifestación de esta clase de desequilibrio es el inicio de su curación, con la participación de
los empresarios responsables del desequilibrio. En el caso del desequilibrio regional la correc-
ción es mucho menos oportuna y previsible, y mucho más política. En ausencia de incentivos
1416 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
fuertes, patrocinados por el Estado, es improbable que el desequilibrio sea corregido por quie-
nes lo provocaron. Lo que decimos del desequilibrio regional se aplica con mayor fuerza aún
a las desigualdades sociales o del ingreso que surgen o se agrandan en el curso del crecimiento.
11' Economic Backwardness ira Historical Perspective, Cambridge, Mass., Harvard University
Press, 1962, pp. 22-26.
ESTRATEGIA DEL DESARROLLO 1417
^18 Puede señalarse la misma reversión en el caso de la industrialización, que tras un breve
periodo de alabanza se vio rodeada de términos que denotaban desprecio o problemas inmiien-
tes. Surgió una serie de metáforas extravagantes, con connotaciones despectivas o pesimistas.
Constantemente se alega qu*" 5a industrialización ha llegado a un "estancamiento", ha desembo-
cado en un "callejón sin salida", aun en un "callejón sin salida cromado", y se afirma que pade-
ce de "agotamiento" y de "estrangulamiento externo", un término usado rutinariamente para ha-
cer referencia a las dificultades de balanza de pagos que acompañan de ordinario a una fuerte
oleada industrial. Veamos el caso de la "industrialización con sustitución de importaciones",
un término ya consagrado que casi parece libre de valor. Es obvio que toda industrialización,
con la única excepción de la inglesa, ha sido sustitutiva de importaciones hasta cierto punto.
¿Entonces por qué se escogió este término para describir la industrialización latinoamericana?
¿Podría ser porque sutilmente minimiza tal esfuerzo? Como sabemos, una sustitución o Ersatz
no es nunca tan buena como lo sustituido. Además, el término en cuestión implica, errónea-
mente en el caso de la mayoría de las industrias nuevas, una ausencia total de ajuste creador
y de capacidad para resolver problemas. Conviene advertir que la crítica a la isi proveniente
de la América Latina y de la izquierda apareció aproximadamente al mismo tiempo que la críti-
ca a la "industrialización orientada hacia adentro", originada primordialmente dentro de los paí-
1418 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
trarse sin duda varias razones para este cambio; una razón particular-
mente importante fue tal vez el liderazgo asumido por el capital extran-
jero en el curso del proceso de industrialización. En todo caso este cam-
bio no se observa ni en Europa ni en Norteamérica —por lo menos no se
observa durante las primeras etapas de la industrialización—, donde el
apoyo a la función empresarial estuvo lejos de evaporarse cuando apa-
reció la función de reforma. Aquí las dos funciones tenían partidarios
ideológicos distintos. A lo sumo —como ocurrió con cierto tipo de keyne-
sianismo— hubo un apoyo simultáneo para ambas funciones.
En la América Latina la mutación ideológica que acabamos de exa-
minar —el retiro del apoyo intelectual a una función y su concesión a
la otra— se hizo particularmente evidente en Chile, la Argentina y el
Brasil. Algunos grupos sociales fuertemente arraigados se quedaron en
estos países sin protección ideológica, o sea en una posición incómoda y
quizá precaria. Es posible que así se explique la disposición de estos gru-
pos a recurrir a la fuerza a fin de recuperar el apoyo ideológico perdido.
Porque, como señaló Rousseau en su Ensayo sobre el origen de las len-
guas, la fuerza es un sustituto de la "elocuencia" y la "persuasión"."*
Podemos formular varias observaciones acerca de las diferencias tí-
picas que separan a los países latinoamericanos en lo tocante a nuestras
dos funciones y su interrelación. Es evidente, por ejemplo, que la fun-
ción de reforma surge en fechas completamente distintas y con retrasos
muy diferentes tras el surgimiento de la función empresarial
Desde luego podemos empezar a explicar estas diferencias examinan-
do la propiedad de las actividades y los recursos económicos que están
apoyando la mayoría de la función empresarial. Si esa propiedad es ex-
tranjera es de esperarse que el apoyo ideológico de la función empresa-
rial sea particularmente débil, de modo que las demandas de reforma y
de redistribución se escucharían más pronto y con mayor fuerza que si
la propiedad del sector económico dinámico estuviera en manos naciona-
les. En Chile, por ejemplo, la propiedad extranjera de las minas de ni-
tratos (y más tarde de las minas de cobre) hizo que surgieran pronto
algunas demandas de los grupos de clase media para que se gravara a
los inversionistas extranjeros y para un fortalecimiento consiguiente del
ses desarrollados, como se señaló (pp. 1398 y 1401). Sobre la conjugación de las críticas forniu-
ladas contra la industrialización desde la izquierda y la derecha véase el capítulo 1, sección rv.
"* En los tiempos antiguos, cuando la persuasión tomó el lugar de la fuerza pública, la elo-
cuencia era necesaria. ¿Qué sería bueno ahora, cuando la persuasión es sustituida por la
fuerza pública?" (capítulo 20). Según Rousseau la fuerza prescinde de la elocuencia. Pero
también es posible que el alejamiento de la elocuencia (es decir, del apoyo ideológico) con-
tribuya a la aplicación de la fuerza.
ESTRATEGIA DEL DESARROLLO 1419
120 Véanse varios escritos de Aníbal Pinto, por ejemplo su libro Tres ensayos sobre Chile
y América Latina, Buenos Aires, Solar, 1971, pp. 67 ss.
121 Thomas R. Bates hace una reseña de las notas y observaciones de Gramsci sobre este
tema, muy dispersas, en "Gramsci and the Theory of Hegemony". Journal of the History of
Ideas 36 (1975), pp. 351-366. Véase también Perry Anderson, "The Antinomies of Antonio
Gramsci", New Left Revietv 100, noviembre de 1976 a enero de 1977, pp. 5-80.
122 Explicar "cómo se adquieren [los Estados], cómo se mantienen, y cómo se pierden", es
intención de Maquiavelo en El principe, según lo define el propio autor en una carta famosa
enviada a Francesco Vettory el 10 de diciembre de 1513.
1420 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
tente porque tienen la esperanza de que les llegue su turno; esta toleran-
cia de la desigualdad (el "efecto del túnel") durará más tiempo cuando
los que se quedan atrás puedan simpatizar con quienes avanzan en el
terreno social y económico. Así, la tolerancia será relativamente fugaz y
la función de reforma hará pronto su aparición en las sociedades donde
se restrinja el progreso económico a un grupo particular, percibido por los
demás como algo distinto y cerrado. Este argumento puede explicar la
aparición temprana de la función de reforma en Chile y el Uruguay, por-
que el grupo de grandes terratenientes uruguayos que prosperaron duran-
te el periodo del crecimiento encabezado por la exportación era tan ajeno
a la clase media urbana como los extranjeros dueños de minas chilenas.
Sostuve también que el hecho de compartir una experiencia histórica
—como la guerra, la revolución o la realización de reformas importan-
tes— puede actuar como una fuerte influencia homogeneizadora sobre la
sociedad de modo que, tras tales hechos, el escenario queda preparado
para el desarrollo muy desigual y para una tolerancia prolongada de tal
desigualdad, quizá particularmente en los países donde la reducción o la
eliminación de las desigualdades constituyó uno de los objetivos princi-
pales de la revolución o la reforma. Cusindo la igualdad se proclama como
la esencia de la nacionalidad, y cuando se superan supuestamente las ba-
rreras y las escisiones sociales, el retorno de la desigualdad pasará inad-
vertido durante largo tiempo, o se tolerará por largo tiempo después de
la percepción. México, después de Cárdenas, es un buen ejemplo: tras la
fachada de los logros de la Revolución el desarrollo se realizó aquí en
una forma muy desigual, pero la estabilidad política se mantuvo incó-
lume hasta el levantamiento estudiantil de 1968.
Algo que no se señaló en el capítulo il es que la tolerancia de la des-
igualdad puede ser mayor cuando el crecimiento es rápido que cuando
es lento. Esto puede parecer sorprendente: normalmente son mayores las
desigualdades cuanto más rápido es el crecimiento. Pero con el crecimien-
to rápido son más evidentes el cambio económico y la transformación fí-
sica concomitante del país y sus ciudades, de modo que la expectativa o
la posibilidad de mejoramiento se comunica convincentemente a diversos
grupos e individuos. Es concebible que este efecto de comunicación del
crecimiento rápido pueda superar a su efecto desnivelador, con el resul-
tado paradójico de que el país donde la desigualdad haya aumentado más
estará sujeto a menores presiones reformistas. Sería interesante un exa-
men de la historia reciente del Brasil y la Argentina a la luz de esta pro-
posición.
ESTRATEGIA DEL DESARROLLO 1421
5. Resumen
Este capítulo se ha convertido en una especie de reseña crítica de las
posibles explicaciones del giro hacia el autoritarismo en la América La-
tina. Además de las interpretaciones puramente económicas hemos presen-
tado otras que subrayan la ideología, la política, la cultura y aun la per-
sonalidad. Al final se ha bosquejado un marco más general que incluye
las fuerzas económicas, políticas, sociales e ideológicas. Creo que cada
uno de los intentos de explicación puede aportar algo al entendimiento
del desagradable fenómeno estudiado.
Pueden formularse dos tipos de críticas a mi modo de proceder: pri-
mero, que he explorado mi tema desde demasiados ángulos, que he sido
excesivamente ecléctico; segundo, que al proveer un número tan grande
de explicaciones he hecho aparecer el autoritarismo como algo completa-
mente inevitable y quizás aun justificado en la América Latina.
La primera crítica no me molesta realmente: prefiero ser ecléctico
que reduccionista, y resulta difícil saber dónde se encuentra el punto
medio ideal entre estos dos supuestos vicios. En cambio, la segunda crí-
tica es un asunto grave. Por fortuna es una crítica errónea en virtud de un
teorema fundamental acerca del mundo social que puede formularse como
sigue: en cuanto un fenómeno social ha sido plenamente explicado por
diversos enfoques convergentes, de modo que se entiende en su majestuo-
sa inevitabilidad y quizás aun en su permanencia, se desvanece. Percibí
por primera vez la existencia de esta ley básica hace treinta años, en una
conferencia sobre Francia, cuando se presentaron y demostraron convin-
centemente todas las razones del retraso industrial y económico de ese
país, en el momento preciso en que Francia iniciaba su notable moderni-
zación y recuperación económica de la posguerra.^* Podrían ofrecerse
muchos otros ejemplos de la operación del teorema. Los lectores deberán
adivinar por qué ocurren así las cosas. Si encuentran difícil la prueba de
mi teorema quizá les ayude saber que Hegel expresó la misma idea, en
forma menos paradójica y más bella, cuando escribió: "el buho de Mi-
nerva sólo extiende sus alas al caer la noche".
Se sigue de aquí que cuanto más completas y variadas sean nuestras
explicaciones del establecimiento de los regímenes autoritarios en la Amé-
rica Latina más pronto terminaremos con ellos.
124 Véanse las minutas de la conferencia en Edwaard M. Earle (comp.), Modem France,
Princeton, Princeton University Press, 1951.