Apunte Obligaciones Carthery
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Unidad 1:
Noción de la relación jurídica:
La relación jurídica es el vínculo regulado por el derecho entre dos o más personas entre
sí, o entre personas y cosas. Hay dos tipos de conexiones que emergen de las relaciones
jurídicas: las externas, que traen aparejado el nacimiento de un deber jurídico a cargo de
toda la comunidad de respetar una relación jurídica ajena y las internas, que pueden
presentarse entre personas o entre personas y cosas.
Las relaciones jurídicas patrimoniales:
Son patrimoniales los derechos reales y de crédito. Los reales, porque recaen sobre
cosas que integran el patrimonio, los creditorios porque dan el derecho a exigir una
conducta de dar, hacer o no hacer susceptible, de apreciación económica.
La relación de obligación como especie de la relación jurídica:
Las obligaciones están dentro de las especies de la R.J son de las patrimoniales relativas
Concepto de Obligación:
Art.724: Relación de Obligación: es una relación jurídica en virtud de la cual el acreedor
tiene el derecho a exigir del deudor una prestación destinada a satisfacer un interés lícito
y, ante el incumplimiento, a obtener forzadamente la satisfacción de dicho interés.
Las definiciones antiguas y su evolución:
Roma:
En los comienzos, la situación de obligatus habría surgido en materia delictual, en su
momento era un acto antijurídico con el que se irroga un daño a una persona,
ejerciéndose la venganza privada sobre el responsable. Con posterioridad nace una
composición en concepto de pena, mediante un acuerdo entre la víctima y el victimario, lo
que transformaba al delincuente en deudor.
Luego surgió la idea de obligaciones contractual. Cuando los plebeyos empobrecidos
solicitaban dinero a los patricios, comprometían su persona en garantía del pago de la
deuda.
El vocablo obligación proviene de ob-ligatum, fue la esencia de la figura de aquellos
tiempos, un estado de sujeción o sumisión del deudor al poder del acreedor, que limitaba
su libertad, y con gravísimos efecto si finalmente no cumplía.
Surgió la definición de obligación con las Institutas de Justiniano, en el cual versaba: la
obligación es un vínculo de derecho formado según nuestro derecho civil, y que nos
obliga a pagar alguna cosa a otros, según nuestro derecho civil.
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El deudor:
Es aquel que se encuentra en una situación de sometimiento, que cesa con la liberación,
que se produce cuando la obligación se extingue
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que la ley establezca; en tanto que las personas jurídicas gozan de dicha
capacidad para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación.
Capacidad de ejercicio: La capacidad de ejercicio es un atributo exclusivo de las
personas humanas, para ejercer por sí mismas los derechos de lo que es titular.
La regla es la capacidad, la que puede ser limitada por razones de edad o salud
mental. Cuando esto último acontece, los derechos se ejercen a través de los
representantes legales, o mediante los sistemas de apoyo.
En lo ateniente a la constitución de una obligación, las reglas enuncias son
aplicables para el caso en que se generen por actos voluntarios, en tanto que
cuando surgen de la ley, ésta dispone las condiciones para que una persona
quede emplazada en la calidad de acreedor o deudor.
En tanto que en lo que respecta a la dinámica funcional de la obligación, si la
persona pierde su capacidad de ejercicio, para otorgar actos válidamente, deberá
hacerlo a través de sus representantes legales, o según el sistema de apoyos que
se le haya instituido.
b) Determinabilidad:
Para que una obligación sea tal, no es indispensable que los sujetos estén
determinados desde el momento mismo de su constitución, sino que deben ser
determinables. Esto significa que, como mínimo, deben estar fijadas en el
momento constitutivo las pautas para la individualización de los sujetos, aunque se
produzcan en ese momento: y la indeterminación absoluta obsta a la existencia
misma de la obligación.
El Vínculo jurídico:
Concepto:
El vínculo jurídico es el elemento de derecho inmaterial que enlaza o conecta, de
las más diversas maneras, a los otros elementos de la relación, en su conexión
interna. Es una suerte de fuerza gravitatoria o de atracción creada por el derecho
entre dos o más entes.
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Es decir, el acreedor tiene poderes dirigidos a obtener su satisfacción, que recaen sobre
el patrimonio del deudor. Este tiene la facultad de liberarse de su obligación siempre que
satisfaga integralmente el interés del acreedor. En la deuda, el acreedor tiene una
expectativa a la prestación (cumplimiento por parte del deudor); en la responsabilidad
tiene una expectativa a la satisfacción, por medio de la ejecución forzada o la
indemnización.
El objeto:
Concepto:
Hay tres grandes líneas de pensamiento respecto de la conceptuación del objeto de las
obligaciones: la primera se trata del “comportamiento debido por el deudor”, la segunda
sostiene “el bien debido” , y la tercera aglutina ambos conceptos anteriores
a) La doctrina del “comportamiento debido por el deudor”: Para esta postura el objeto
de la obligación es el comportamiento, la acción o la omisión que debe cumplir el
deudor. Giorgianni señala: “ que la obligación del deudor tenga como punto de
referencia la prestación y ésta consista en un comportamiento, esto es, una
actividad personal, a que el deudor está constreñido, no deberá haberse puesto
nunca en duda todo el sistema de la ley demuestra que el deudor está obligado a
un comportamiento”:
b) Las doctrinas patrimoniales: Rechazan que el objeto esté constituido por una
conducta, indican que ésta es incoercible, no pudiendo el acreedor ejercer señorío
alguno sobre ella. Postula que en rigor de verdad el objeto es el bien debido o la
utilidad procurada para el acreedor.
c) La doctrina que postula la distinción entre objeto y contenido: Se postula que el
objeto de la obligación es el bien apetecible para el sujeto activo, sobre el cual
recae el interés suyo implicado en la R.J. En tanto que la conducta del deudor es
una actividad que éste debe cumplir para que el acreedor obtenga dicho bien o
utilidad, el contenido de la relación obligatoria resulta de la correlación entre el
deber del deudor y el poder del acreedor en punto a la obtención del objeto de la
relación.
d) La doctrina de la conducta(prestación) y el interés, como elementos que
conforman: Se postuló que el objeto de la obligación se encuentra dado por el
comportamiento o conducta del deudor y por el interés perseguido por el acreedor,
que debe ser satisfecho a través de aquella. Señalan que no es posible separar
ontológicamente el plan de conducta del interés que la inspira, por tratarse de toda
obligación de una herramienta de encauzar fines. La prestación es mucho más
que la mera conducta del obligado, ya que debe satisfacer el interés del acreedor ,
que es un elemento esencial, tanto en la estructura como en el funcionamiento de
la obligación, integrándose de manera armónica y equilibradamente a la hora de
configurar el objeto de la obligación
Requisitos:
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Art. 725. Requisitos: La prestación que constituye el objeto de la obligación debe ser
material y jurídicamente posible, lícita, determinada o determinable, susceptible de
valoración económica y debe corresponder a un interés patrimonial o extra-patrimonial
del acreedor.
La interpretación de que entendemos es que ha abrazado la concepción que postula que
la conducta del deudor es el objeto de la obligación. La misma no se trata de una
conducta actual sino potencial, el bien debido integra la conducta proyectada, puede obrar
la conducta el deudor un tercero, el interés del acreedor forma parte de la conducta.
La causa
Art. 726°. Causa. No hay obligación sin causa, es decir, sin que derive de algún hecho
idóneo para producirla, de conformidad con el ordenamiento jurídico.
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delito. El Digesto, a su vez, agregó las variae causarum figurae (diversas especies de
fuentes). Por otra parte, las Institutas de Justiniano concibieron una clasificación
cuatripartita entre las obligaciones que nacen de contratos, de cuasicontratos, de delitos y
cuasidelitos. Los glosadores agregaron como fuente a la ley.
Ortolán enunció como fuentes el contrato, el hecho ilícito, el enriquecimiento indebido y
las relaciones de familia y en la sociedad. Más modernamente Planiol encontró dos
fuentes, que eran la voluntad y la ley.
El código derogado definía las obligaciones naturales como aquellas que, fundadas en el
derecho natural y la equidad, no confieren acción para exigir su cumplimiento, pero que
cumplidas por el deudor, autorizan a retener lo que se ha dado por razón de ellas.
Enseña Moisset de Espanés que la doctrina moderna tiende a la equiparación de los
conceptos de deber moral y de obligación natural, y que ducha equivalencia se traduciría
en la no necesariedad del distingo. Sin embargo, se muestra completamente en contra de
esta posición y fundamenta sus diferencias. Pizarro y Vallespinos proclaman su adhesión
a la doctrina que niega juridicidad a la obligación natural y encuentra en este instituto un
mera causa de atribución patrimonial, fruto del cumplimiento de un deber moral.
El CCC adopta la teoría que niega carácter autónomo a las obligaciones naturales, y
determina la regla general de que toda atribución patrimonial realizada en cumplimiento
de deberes morales es irrepetible.
Art. 729°. Buena fe. Deudor y acreedor deben obrar con cuidado, previsión y según las
exigencias de la buena fe.
La buena fe lealtad como principio general del ejercicio de los derechos. El Código
establece en diversas normas el principio general de que los derechos reconocidos a
cada persona deben ser ejercidos de buena fe, aludiendo a la necesidad de que las
partes ejerzan sus derechos de manera correcta y leal (buena fe lealtad). El artículo 9°
determina que todos los derechos deben ser ejercidos de buena fe; el artículo 10, al
regular el abuso del derecho, impone como límite del ejercicio de los derechos al que
excede los límites impuestos por la buena fe; el artículo 961 fija el principio de que los
contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe; se impone el deber de
actuar de buena fe durante las tratativas contractuales (art. 991), etc.
Se ha puesto de resalto que la buena fe cumple diversas funciones:
a) Es un criterio informador, pues infunde a las normas particulares una tensión valorativa
que es, a la vez, fundamento, inspiración y fuente de legitimación, inspirando normas
concretas e infundiendo al conjunto una orientación hacia el respeto de valores
fundamentales;
b) constituye un criterio de interpretación de las normas jurídicas y de las derivadas de la
voluntad de las partes;
c) constituye una limitación al ejercicio de los derechos;
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El estándar de conducta impuesto por la buena fe: el deber de obrar con cuidado y
previsión. El principio de la buena fe crea un estándar abierto de conductaexigible a las
partes de la obligación, cuya determinación en el casoconcreto queda diferida a quienes
deban decidir la cuestión litigiosa que se presenta. Se alude, sin embargo, a conductas
que 'patentizan la buena fe, esto es el deber de obrar con cuidado y previsión. El obligado
que actúa de buena fe prevé las consecuencias posibles de su conducta, de manera de
cumplir acabadamente con el deber prestacional debido y evitar causar daños. Quien así
no actúa no obra conforme a la buena fe, su conducta es antijurídica y se expone a las
sanciones legales o convencionales que correspondan.
Causa fuente: Art. 726. Causa: No hay obligación sin causa, es decir, sin que se derive
de algún hecho idóneo para producirla, de conformidad con el ordenamiento jurídico.
(Vale aclarar que la causa fuente es de las relaciones de obligaciones)
Causa final: Art. 281: La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico
que ha sido determinante de la voluntad. También integran la causa los motivos
exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados al acto en forma expresa, o
tácitamente si son esenciales para ambas parte. (Es fuente de los actos jurídicos)
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Por otra parte, los derechos reales presentan las siguientes notas características:
• Patrimonialidad.
• Absolutos.
• Relación directa e inmediata con la cosa.
• Creación legal exclusiva.
• Perpetuidad. No se pierden por la sola inacción del titular, sino que también se
precisa la acción de un tercero, por ejemplo, en la usucapión.
• Jus persequendi.
• Jus preferendi. Preferencia a favor del titular más antiguo cuando concurren varios
pretendientes sobre la misma cosa, lo que no ocurre en los derechos creditorios, pues las
preferencias responden a otras razones.
Con respecto a la explicación monista, podemos decir que intenta asimilar ambos tipos de
derechos. Por ejemplo, surgió una teoría que explicaba el derecho real como una
obligación pasivamente universal. Una de las críticas a esta teoría consiste en que la
oponibilidad erga omnes es propia de todos los derechos subjetivos, y no solo de los
derechos reales.
La obligación importa una situación excepcional que incide sobre el patrimonio del deudor
obligado. La diferencia entre ambos tipos de derechos consiste en que la abstención
impuesta por la existencia de un derecho real no disminuye las facultades de otras
personas, requiriendo solamente que no dañen al titular del derecho y quedando todos
sus derechos intactos. Por el contrario, la abstención que constituye el objeto del derecho
de crédito, cuando la obligación es de no hacer, disminuye sobre un punto concreto las
facultades legales del deudor: su obligación le impide hacer una cosa que le sería
permitida según el Derecho común. La existencia de un derecho de crédito constituye
siempre una carga excepcional para el deudor.
Unidad 2:
Gestión de negocios:
Concepto:
Art. 1781. Definición: Hay gestión de negocios cuando una persona asume oficiosamente
la gestión de un negocio ajeno por un motivo razonable, sin intención de hacer una
liberalidad y sin esta autorizada ni obligada, convencional o legalmente.
Realización de una gestión de un negocio lícito ajeno. Motivación de conducta:
El gestor es una persona que toma a su cargo un asunto patrimonial que se encuentra
fuera de la esfera de sus propios intereses jurídicos, y que pertenecen a otro sujeto.
Generalmente ello sucede con plena intención de obrar de tal manera, esto es, conocido
que se están invadiendo derechos ajenos, por razones de amistad, solidaridad social o
altruismo.
Posibilidad de la existencia de un interés propio:
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remuneración, por lo cual el ánimo de lucro puede estar también presente. Se trata, en
definitiva, de obligar al dueño del negocio.
Utilidad de la gestión:
No importa necesariamente un resultado económicamente beneficioso para el dueño del
negocio.
Debe tenerse en cuenta más la utilidad de la conducta emprendida, que la gestión en sí
misma, valorándose cómo hubiera sido la conducta del dueño del negocio y todas las
circunstancias que rodean a la situación, de donde se concluya en la razonabilidad de la
actuación, debiendo cierto grado de necesidad en la gestión que sea idóneo para poner
de relieve la impotencia de accionar del dueño del negocio, todo lo cual justifica la
intromisión.
Naturaleza jurídica:
En el CyCC la gestión de negocios constituye una fuente autónoma de obligaciones, que
constituye una derivación del principio de enriquecimiento sin causa, constituye una
derivación del principio sin causa, pero que claramente lo excede, ya que las
consecuencias de la gestión son bien diferentes. Se trata, de un cuasicontrato. Constituye
además una excepción al principio de no injerencia.
Régimen legal:
Expuesto de los arts. 1781 a 1790
Los sujetos involucrados:
En la gestión de negocios en sí, están directamente vinculados el gestor y el dueño del
negocio, que pueden ser uno o varios en ambos polos, pueden existir tercero s que
contraten con el gestor.
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♦Modo de actuación:
Debe obrar conforme a la conveniencia y a la intención, real o presunta, del dueño del
negocio.
♦Continuar con la gestión:
Una vez iniciada, debe terminarla, salvo que el dueño lo prohíba.
♦Informar y rendir cuentas:
El deber de información es una obligación clave del gestor, como así también la
obligación de rendir cuentas, que debe ser cumplida una vez terminado el negocio.
Efectos entre las partes en ausencia de ratificación del dueño del negocio:
Si la gestión concluye sin ratificación del dueño del negocio, los efectos son los
siguientes:
Obligaciones del dueño del negocio ante la gestión conducida útilmente: Art. 1785
se ratifica que no es necesario el éxito económico de la gestión, o que éste se
mantenga al concluirse. El dueño del negocio está obligado a : “a) a reembolsarle
el valor de los gastos necesarios y útiles, con los intereses legales desde el día en
que fueron hechos: b) a liberarlo de las obligaciones personales que haya
contraído a causa de la gestión; c) a repararle los daños que, por causas ajenas a
su responsabilidad, haya sufrido en el ejercicio de la gestión; d) a remunerarlo, si
la gestión corresponde al ejercicio de su actividad profesional, o si es equitativo en
las circunstancias del caso”
Responsabilidad del gestor por culpa en su actuación:
Art. 1786 se dispone: “Responsabilidad del gestor por culpa. El gestor es responsable
ante el dueño del negocio por el daño que le haya causado por su culpa. Su diligencia se
aprecia con referencia concreta a su actuación en los asuntos propios; son pautas a
considerar, entre otras, si se trata de una gestión urgente, si procura librar al dueño del
negocio de un prejuicio, y si actúa por motivos de amistad o afección”
Responsabilidad agravada:
Art. 1787 se dispone: “Responsabilidad del gestor por caso fortuito: El gestor es
responsable ante el dueño del negocio, aún por el daño que resulte de caso fortuito,
excepto en cuanto la gestión le haya sido útil a aquel: a) si actúa contra su voluntad
expresa; b) si emprende actividades arriesgadas, ajenas a las habituales del dueño del
negocio; c) si pospone el interés del dueño del negocio frente al suyo; d) si no tiene las
aptitudes necesarias para el negocio, o su intervención impide la de la otra persona más
idónea”
Pluralidad de gestores o dueños. Solidaridad:
Art. 1788: “Responsabilidad solidaria: son solidariamente responsable: a) los gestores que
asumen conjuntamente el negocio ajeno; b) los varios dueños del negocio, frente al
gestor.
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Art. 1794: “Caracterización: toda persona que sin una causa lícita se enriquezca a
expensa de otro, está obligada, en la medida de su beneficio, a resarcir el
detrimento patrimonial del empobrecido. Si el enriquecimiento consiste en la
incorporación a su patrimonio de un bien determinado, debe restituirlo si subsiste
en su poder al tiempo de la demanda.”
Art. 1795: “Improcedencia de la acción: la acción no es procedente si el
ordenamiento jurídico concede al damnificado otra acción para obtener la
reparación del empobrecimiento sufrido.”
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Requisitos de procedencia:
♦ Enriquecimiento de un sujeto (el deudor): entraña un aumento en el patrimonio
del sujeto al que la ley emplaza como deudor, y que se puede producir por el
ingreso de bienes, por una disminución del pasivo, también.
♦ Empobrecimiento de otro sujeto: se trata de todo menoscabo de orden
patrimonial que padece quien quedará emplazado como acreedor, y que se
concreta en la privación de la propiedad o goce de un bien, así como en la baldía
prestación de servicios sin intención de efectuar liberalidad alguna.
♦ Relación causal entre enriquecimiento y empobrecimiento: se trata de una
correlación o correspondencia entre ambas situaciones, derivadas del mismo
hecho, en relación casua-efecto, y de manera concomitante.
♦ Ausencia de justa causa: si existe una causa avalada por el ordenamiento que
se justifique la situación, el empobrecido no tiene acción alguna en contra del
enriquecido.
♦ Momento del enriquecimiento y el empobrecido: si bien la ley no lo señal, en
principio la cuestión ha de valorarse en el momento en que se produjo el hecho
jurídico que hizo nacer la obligación, ya que el enriquecimiento y el
empobrecimiento han de ser concomitantes. La suerte que hayan corrido los
bienes en crisis con posterioridad al suceso, en manos del enriquecido
entendemos que en principio le es inoponible al empobrecido, sin perjuicio de que
en ciertos casos puntuales, por razones de equidad, buena fe o ejercicio regular
de los derechos, pueda llegar a morigerarse el contenido de la obligación, en el
caso concreto, si es que al tiempo de la demanda, o en algún otro momento
ulterior el desbalance producido muta de alguna manera.
♦ No debe existir una acción específica: el ordenamiento confiere una acción en
particular tendiente a la reparación del empobrecimiento, la acción general del
art.1794 es inviable.
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Art. 1797: “Irrelevancia del error: La repetición del pago no está sujeta a que haya
sido hecho con error.”
Art. 1798: “Alcances de la repetición: La repetición obliga a restituir lo recibido,
conforme a las reglas de las obligaciones de dar para restituir.”
Art. 1799: “Situaciones especiales: En particular: a) la restitución a cargo de una
persona incapaz o con capacidad restringida no puede exceder el provecho que
haya obtenido; b) en el caso del inciso b) del art. 1796, la restitución no procede si
el acreedor, de buena fe, se priva de su título, o renuncia a las garantías; quien
realiza el pago tiene subrogación legal en los derechos de aquél; c) en el caso del
inciso d) del art. 1796, la parte que no actúa con torpeza tiene derecho a la
restitución; si ambas partes actúan torpemente, el crédito tiene el mismo destino
que las herencias vacantes.
La declaración unilateral de voluntad:
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Art. 1802: Cartas de crédito: Las obligaciones que resultan para el emisor o
confirmante de las cartas de crédito emitidas por bancos u otras entidades
autorizadas son declaraciones unilaterales de voluntad. En estos casos pueden
utilizarse cualquier clase de instrumento particular.
Art, 1803: Obligatoriedad: El que mediante anuncios públicos promete
recompensar, con una prestación pecuniaria o una distinción, a quien ejecute
determinado acto, cumpla determinados requisitos o se encuentre en cierta
situación, queda obligado por esa promesa desde el momento en que llega
conocimiento público.
Art. 1804: Plazo expreso o tácito: La promesa formulada sin plazo, expreso ni
tácito, caduca dentro del plazo de seis meses del último acto de publicidad, si
nadie comunica al promitente el acaecimiento del hecho o de la situación prevista.
Art. 1805: Revocación: La promesa sin plazo puede ser retractada en todo tiempo
por el promitente. Si tiene plazo, solo puede revocarse antes del vencimiento, con
justa causa. En ambos casos, la revocación surte efecto desde que es hecha
pública por un medio de publicidad idéntico o equivalente al utilizado para la
promesa. Es inoponible a quien ha efectuado al hecho o verificado la situación
prevista antes del primer acto de publicidad de la revocación
Art. 1806: Atribución de la recompensa. Cooperación de varias personas: Si varias
personas acreditan por separado el cumplimiento del hecho, los requisitos o la
situación previstos en la promesa, la recompensa corresponde a quien primero lo
ha comunicado al promitente en forma fehaciente.
Si la notificación es simultánea, el promitente debe distribuir la recompensa en
partes iguales; si la prestación es indivisible, la debe atribuir por sorteo.
Si varias personas contribuyeron a un mismo resultado, se aplica lo que los
contribuyentes han convenido y puesto en conocimiento del promitente por medio
fehaciente.
A falta de notificación de convenio unánime, el promitente entrega lo prometido por
partes iguales a todos y, si es indivisible, lo atribuye por sorteo; sin perjuicio de las
acciones entre los contribuyentes, las que en todos los casos se dirimen por
amigable componedores.
Art. 1807: Concurso público: La promesa de recompensa al vencedor de un con-
curso, requiere para su validez que el anuncio respectivo contenga el plazo de
presentación de los interesados y de realización de los trabajos previstos.
El dictamen del jurado designado en los anuncios obliga a los interesados. A falta
de designación, se entiende que la adjudicación queda reservada al promitente.
El promitente no puede exigir la cesión de los derechos pecuniarios sobre la obra
premiada si esa transmisión no fue prevista en las bases del concurso.
Art. 1808: Destinatario: La promesa referida en el art. 1807 puede ser efectuada
respecto de cualquier persona o personas determinadas por ciertas calidades que
deben ser claramente anunciadas. No pueden efectuarse llamados que realicen
diferencias arbitrarias por raza, sexo, religión, ideología, nacionalidad, opinión
política o gremial, posición económica o social, o basada en otra discriminación
social.
Art. 1809: Decisión del jurado: El dictamen del jurado obliga a los interesados. Si el
jurado decide que todos o varios de los concursantes tienen el mismo mérito, el
premio es distribuido en partes iguales entre los designados. Si el premio es
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Unidad 5:
Clases de obligaciones:
Clases de obligaciones:
♦ Por el tiempo de cumplimiento de la prestación, se las clasifica en:
♣De ejecución inmediata o diferida. La ejecución es diferida cuando la obligación
se encuentra postergada en cuanto a su exigibilidad por un plazo inicial pendiente, o en
cuanto a su existencia por una condición suspensiva pendiente. En cambio, es inmediata
cuando sus efectos no se encuentran postergados por alguna de dichas modalidades.
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Especies:
En el CCyC las diversas especies de las obligaciones de dar son: a) dar cosa
cierta; b) género: c) de dar bienes que no son cosas; d) de dar dinero.
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♦ Derecho de contralor: “art. 747: Entrega: cualquiera de las partes tiene derecho a
requerir la inspección de la cosa en el acto de su entrega. La recepción de la cosa
por el acreedor hace presumir la inexistencia de vicios aparentes y la calidad
adecuada de la cosa, sin perjuicio de lo dispuesto sobre la obligación de
saneamiento en la Sección 4ª, Capítulo 9, Título II del Libro Tercero”.
♦ Entrega de cosa mueble cerrada o bajo cubierta: “art. 748: Entrega de cosa
mueble cerrada o bajo cubierta: cuando se entrega una cosa mueble bajo cubierta
y sin inspeccionar al tiempo de la tradición, el acreedor tiene un plazo de
caducidad de tres días desde la recepción para reclamar por defectos de cantidad,
calidad o vicios aparentes.
♣ Caracterización: se trata de cosas que se encuentren cubiertas, empacadas
o embaladas, o de cualquier otra manera que impida la inspección al momento de
la tradición; y se otorga al acreedor un plazo de caducidad para el reclamo.
♣ Negativa del acreedor: si el deudor exige el reconocimiento y acreedor se
niega a hacerlo, en principio se pierde el derecho consagrado en la norma.
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♦ Tiempo y lugar de la entrega: se rigen por las reglas generales del pago.
♦ Información: si bien no existe una norma específica en esta parte, ni una general,
no cabe dudar que el deber de informar en muchos casos es de importancia
capital. Se trata de hacer saber a la otra parte lo que ella desconoce, y que resulta
esencial para el debido cumplimiento de la obligación. Pueden surgir de la ley, o
de la naturaleza y circunstancias de la obligación.
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Alteraciones en la cosa:
Planteo del problema:
Cuando la obligación de dar cosa cierta no se cumple en el mismo momento del
nacimiento de la causa fuente que le da origen, y la entrega se difiere por la causa
que sea , puede suceder que la cosa experimente modificaciones en su
materialidad, en su misma estructura constitutiva, que sean positivas, o que le
produzcan un detrimento, o bien la destruyan. Estos sucesos tienen directa
incidencia en la obligación que se encuentra en estado de cumplimiento pendiente,
en el sentido de que el dueño de la cosa será quien se beneficie o perjudique por
estas razones. Pero, se afecta de manera directa el objeto de la obligación, que ya
no puede ser cumplida de manera idéntica. Si alguna de las partes de la obligación
es responsable de la situación, también pueden producirse otros efectos jurídicos.
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♦ Mejoras artificiales: “Art. 753: el deudor está obligado a realizar las mejoras
necesarias, sin derecho a percibir su valor. No tiene derecho a reclamar
indemnización por las mejoras útiles ni por las de mero lujo, recreo o suntuarias,
pero puede retirarlas en tanto no deterioren la cosa”.
♣ Mejoras de mero mantenimiento y necesarias: a las mejoras necesarias
quien está obligado a entregar para constituir o transferir un derecho real las tiene
a su cargo y costo, no pudiendo exigir reembolso alguno. En el caso de las de
mero mantenimiento, que son cualitativamente inferiores. La ley no distingue. Por
lo cual debe concluirse que, en principio, todos los gastos de mantenimiento de la
cosa son a cargo del deudor: la solución legal es consecuencia de la existencia del
deber de conservar la cosa que pesa sobre el deudor de toda obligación de dar.
♣ Mejoras útiles: la norma veda derecho alguno al deudor que
voluntariamente ha introducido mejoras útiles a la cosa. Es que es éste quien,
provoca una situación que puede derivar en el incumplimiento de la obligación, y
por causas a él atribuirles cambia la identidad del objeto a cuya entrega se ha
obligado. Debe, retirar la mejora, en tanto y en cuanto no afecte a la cosa, pues
también de esta manera mutaría la identidad del objeto. En caso de no ser posible
tal retiro, y debido a que el acreedor no está obligado a recibir algo distinto a lo
que se le debe, se encuentra facultado a resolver el contrato por incumplimiento.
Si acepta recibirla, debe abonar el mayor valor que haya adquirido la cosa, o el
costo de la mejora, el que sea de menor entidad, por aplicación de las reglas del
enriquecimiento sin causa. Si la mejora útil es introducida por una causa ajena e
inevitable, deben aplicarse las reglas indicadas para las mejoras necesarias en
igual condición.
♣ Mejoras suntuarias: imperan idénticas reglas que en el caso de las
mejoras útiles introducidas voluntariamente por el deudor.
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♦ Concepto y clases: el art. 233 define a los frutos como los objetos que un bien
produce de modo renovable, sin que se altere o disminuya su sustancia. Existen
tres clases de frutos. Los naturales, son las producciones espontáneas de la
naturaleza. Los industriales, los que se producen por la industria del hombre o la
cultura de la tierra. Los civiles, las rentas que las cosas producen.
Riesgos de la cosa:
“Art. 755: el propietario soporta los riesgos de la cosa. Los casos de deterioro o
pérdida, con o sin culpa, se rigen por lo dispuesto sobre la imposibilidad de
cumplimiento”.
♦ Consideraciones generales: si luego de la constitución de la obligación y antes
de la entrega la cosa se pierde o se deteriora, en lo ateniente a la cosa el
perjudicado será el deudor y no el acreedor. En orden a los efectos que ello trae
aparejado respecto de la obligación de dar, para determinar la consecuencia en
concreto deben conjuntarse varias normas relativas al incumplimiento obligacional.
♣ Debe distinguirse la pérdida del deterioro de la cosa: son dos situaciones
diferentes, ya que la pérdida trae aparejada la imposibilidad de cumplimiento
sobrevenida; en tanto que el deterioro es un menoscabo material.
♣ Debe determinarse sobre quien pesa la responsabilidad: la asignación
de la responsabilidad en el incumplimiento es indispensable, ya que surgen
efectos diferentes. Lo que aquí corresponde establecer es la autoría en la
conducta (nexo causal), su antijuricidad, y el factor de atribución de la
responsabilidad.
♠ Nexo causal: el incumplimiento debe ser de autoría del
deudor, o de sus auxiliares. El hecho ajeno irresponsabiliza al deudor.
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Reglas generales
♦ El sistema de adquisición de los derechos reales: hay oponibilidad de los
terceros.
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♦ Las reglas para determinar el mejor derecho: la norma bajo análisis se establece
un orden de prioridad para determinar la mayor fuerza de oponibilidad, según la
situación de los diversos pretensores.
♣ Acreedor con título, modo e inscripción: tiene el mejor derecho quien
cuenta con emplazamiento registral y tradición, lo que importa necesariamente la
existencia del título otorgado en debida forma.
♣ Acreedor que ha recibido la tradición posesoria: a falta de dueño con título
inscripto, quien ha recibido la tradición de la cosa es preferido a los demás,
incluso, frente a quien tenga emplazamiento registral.
♣ Acreedor con emplazamiento registral sin tradición: si no ha habido entrega
de la cosa, pero el título se ha inscripto, vence a los demás el que ha logrado el
emplazamiento registral. La oponibilidad es respecto de quienes tengan título aún
con fecha anterior, o instrumento privado con fecha cierta, también anterior.
♣ Acreedores sin tradición ni inscripción registral: por último, de no haber
existido tradición ni inscripción registral, la ley otorga preferencia a quien tiene
título de fecha cierta anterior o bien un instrumento privado que tenga fecha cierta,
desde que el boleto de compraventa también puede ser oponible.
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♦ Posibilidad de pedir una cosa equivalente: se aplican las reglas que emergen del
art. 755 para el caso de pérdida, desde que la reparación también puede
solicitarse en especie.
Alteraciones en la cosa:
Ubicación de las normas que rigen la situación:
Entre los arts. 1932 a 1940 del CCyC, en el capítulo de los “efectos de las
relaciones de poder”, se dispone sobre la problemática.
El principio general:
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Mejoras naturales:
Se dispone en el art. 1938 que los acrecentamientos originados por hechos de la
naturaleza en ningún caso son indemnizables.
Mejoras artificiales:
“Art. 1938: indemnización y pago de mejoras: ningún sujeto de relación de poder
puede reclamar indemnización por las mejoras de mero mantenimiento ni por las
suntuarias. Estas últimas pueden ser retiradas si al hacerlo no se daña la cosa.
Todo sujeto de una relación de poder puede reclamar el costo de las mejoras
necesarias, excepto que se hayan originado por su culpa si es de mala fe. Puede
asimismo reclamar el pago de las mejoras útiles pero sólo hasta el mayor valor
adquirido por la cosa. Los acrecentamientos originados por hechos de la
naturaleza en ningún caso son indemnizables”.
♦ Buena fe del poseedor o tenedor: corresponde distinguir según el tipo de mejora:
♣ Mejoras de mero mantenimiento: no son indemnizables.
♣ Mejoras necesarias: son, por regla, indemnizables por el acreedor, ya que
exceden el deber de conservación básico, y terminan por beneficiar al dueño.
Excepcionalmente el deudor no tiene derecho a su pago, en el caso en que se
hayan originado por su culpa.
♣ Mejoras útiles: no puede reclamar su costo, sino el mayor valor que la cosa
haya adquirido en razón de ellas.
♣ Mejoras suntuarias: no son indemnizables, pero pueden ser retiradas si al
hacerlo no se daña a la cosa.
Frutos:
“Art. 1935: Adquisición de frutos o productos según la buena o mala fe. La buena
fe del poseedor debe existir en cada hecho de percepción de frutos; y la buena o
mala fe del que sucede en la posesión de la cosa se juzga sólo con relación al
sucesor y no por la buena o mala fe de su antecesor, sea la sucesión universal o
particular. El poseedor de buena fe hace suyos los frutos percibidos y los naturales
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devengados no percibidos. El de mala fe debe restituir los percibidos y los que por
su culpa deja de percibir. Sea de buena o mala fe, debe restituir los productos que
haya obtenido de la cosa. Los frutos pendientes corresponden a quien tiene
derecho a la restitución de la cosa”.
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cuando la cosa le fue robada o se ha perdido. En todos los casos lo tiene contra
los poseedores de mala fe”.
♦ Solución a favor del tercero adquiriente. Requisitos: como excepción al principio
nemo plus iuris, en materia de bienes muebles si el deudor transmite o constituye
derechos reales a favor de un tercero, el conflicto de intereses entre el dueño y el
tercero se resuelve en principio a favor de este último siempre y cuando se
verifiquen los siguientes requisitos:
♣ Tradición: tiene que haberse entregado la cosa al tercero.
♣ Título oneroso: el acto debe haber sido otorgado bajo esta modalidad.
♣ Buena fe del tercero adquiriente: el tercero debe ser de buena fe, que
haya ignorado o no debido conocer que la cosa no le pertenecía a quien se la
entregó. La buena fe se presume, por lo cual quien alegue la mala fe deberá
probarla.
♣ Cosa no robada o perdida: la cosa no tiene que haber sido robada, ni
perdida.
♦ Solución a favor del dueño: si no concurren todos los requisitos recién indicados,
la ley privilegia al dueño en el conflicto de intereses, y le concede el derecho a
exigir la entrega de la cosa. En el conflicto entre el adquiriente a título gratuito y el
dueño, se privilegia a este último, el verdadero propietario que experimenta un
daño efectivo, regirán respecto a él las reglas relativas a los poseedores de buena
fe. La acción del dueño, en este caso, es la reivindicatoria.
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Obligaciones de Género:
Concepto:
♦ Concepto legal: “Art. 762: La obligación de dar es de género si recae sobre
cosas determinadas sólo por su especie y cantidad”.
Dos etapas:
En las obligaciones de género existen dos momentos bien diferenciados: el que
transcurre entre el nacimiento de la obligación y la individualización de las cosas; y
el que corre desde este acto hasta su cumplimiento.
Finalidades:
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La obligación aquí regulada puede ser establecida tanto para constituir derechos
reales, como para restituir cosas a su dueño.
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Unidad 7:
Obligaciones divisibles:
Concepto:
“Art. 805: Obligación divisible es la que tiene por objeto prestaciones susceptibles
de cumplimiento parcial”.
Prestaciones divisibles:
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♦ Los criterios legales: el legislador deja establecidos algunos casos en los cuales
la prestación es indivisible, lo que permite establecer, por vía de la exclusión los
casos de prestaciones divisibles:
♣ Obligaciones de género: al no encontrarse contemplado como un caso
de indivisibilidad de las obligaciones de género, debería entenderse que se trata
de obligaciones divisibles. Pero en el caso en que no sea posible la división de
acuerdo a los requisitos establecidos en la norma, deberá considerarse que la
prestación es indivisible.
♣ Obligaciones de dar dinero: la divisibilidad es la esencia de esta
obligación.
♣ Obligaciones de hacer: la obligación es por regla indivisible excepto si
han sido convenidas por unidad de medida y el deudor tiene derecho a la
liberación parcial.
♣ Divisibilidad por disposición legal especial: el caso del condominio. Hay
casos en los que es la propia ley la que aclara que una obligación cuyo objeto es
divisible tiene dicho régimen. Por ejemplo en el condómino, en el art .192 se
establece que si un condómino contrae deudas en beneficio de la comunidad, es
el único obligado frente al tercero acreedor, en tanto que si todos se obligaron sin
expresión de cuotas y sin estipular solidaridad, deben satisfacer la deuda por
partes iguales. Quien ha pagado de más con respecto a la parte indivisa que le
corresponde, tiene derecho contra los otros, para que le restituya lo pagado en esa
proporción.
Las excepciones:
Pueden surgir de la ley, o del pacto de partes:
♦ Acuerdo de partes: es de uso común en la práctica negocial que mediante un
acuerdo de partes el acreedor se avenga a recibir pagos parciales.
♦ La teoría de los actos propios: existen casos en los cuales el acreedor obra una
conducta que importa la aceptación de pagos parciales, y que luego le impide
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volver sobre sus pasos y exigir el pago total, si la situación de hecho se mantiene.
Hay una manifestación tácita de la voluntad.
♦ Las acciones directas: el art. 738 inciso b se dispone que cuando se entabla una
acción directa el reclamo sólo puede prosperar hasta el monto menor de las
obligaciones”, por lo que queda claro que es una excepción.
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♦ Medida del fraccionamiento: aquí cada deudor responde por su cuota resultante,
y cada acreedor sólo es tal también respecto de la porción asignada. Cada
obligación resultante se determinará, en primer lugar, en función de lo que surja de
su causa fuente; si nada puede concluirse, la división se produce en partes
iguales.
Pago en exceso:
“Art. 810: Derecho al reintegro. En los casos en que el deudor paga más de su
parte en la deuda: a) si lo hace sabiendo que en la demasía paga una deuda
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Aspectos procesales:
Si bien en el caso que nos ocupa nos encontramos en presencia de obligaciones
independientes las unas de las otras, lo cierto es que todas derivan de una misma
causa fuente. Ello es lo que permite afirma que podría el acreedor acumular las
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Caso de solidaridad:
“Art. 812: Si la obligación divisible es además solidaria, se aplican las reglas de las
obligaciones solidarias, y la solidaridad activa o pasiva, según corresponda”.
Obligaciones indivisibles:
Concepto:
“Art. 813: Concepto. Son indivisibles las obligaciones no susceptibles de
cumplimiento parcial”.
Prestaciones indivisibles:
“Art. 814: Casos de indivisibilidad. Hay indivisibilidad: a) si la prestación no puede
ser materialmente dividida; b) si la indivisibilidad es convenida; en caso de duda
sobre si se convino que la obligación sea indivisible o solidaria, se considera
solidaria; c) si lo dispone la ley.
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ambiguas u oscuras, establecen que los deudores lo serán por toda la deuda, la
ley se vuelca por considerar que, en caso de duda, lo que se ha pactado es una
obligación solidaria, y no una indivisible.
Renuncia a la indivisibilidad:
Nada impide al acreedor renunciar a la indivisibilidad, salvo que esté en juego el
orden público; siempre y cuando, la prestación se materialmente fraccionable.
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♦ Pluralidad pasiva:
♣ Pago íntegro: en el art. 816 se establece la obligación de los deudores,
de cada uno de ellos, de efectuar el pago íntegro. En el art. 817, el derecho de
cada deudor de pagar de la misma manera, a cualquiera de los coacreedores.
Si existe unidad de acreedor, cualquiera de los deudores está obligado a cumplir
toda la prestación a su favor, pudiendo ser demandados en forma simultánea o
sucesiva y sin que, la demanda incoada en contra de un deudor enerve una
eventual posterior acción respecto de los otros. Si existe pluralidad de acreedores,
la situación no varía: cualquiera de ellos pueden demandar el cobro a cualquiera
de los deudores.
♣ Insolvencia de un codeudor: la insolvencia de un codeudor debe ser
soportada por los restantes.
♣ Derechos del deudor: Éstos se materializan en la posibilidad que éste
tiene de elegir a qué acreedor le pagará, facultad que queda limitada si ha sido
demandado con anterioridad por otro acreedor. Que también con la posibilidad de
imponer la recepción coactiva del pago, por vía de la consignación.
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♦ Efectos del pago. Opción del solves: sea cual sea la situación que se presente,
quien paga en las condiciones aquí contempladas se subroga legalmente, en los
términos del art. 915. Entendemos que nada obsta a que el solvens pueda optar
por los derechos que le asisten en razón de la subrogación legal, o por los que
surgen de la “ejecución de la prestación” por un tercero.
♦ Pago total o parcial de cosas divisibles: en tal caso nacerá para los otros
acreedores el derecho a percibir su parte, en proporción de lo efectivamente percibido
♦ Pago de cosas indivisibles: en tal caso, si la obligación era de dar con el fin de
constituir un derecho real debe establecerse, en función del interés de los diversos
acreedores en sus relaciones internas, si lo que ellos pretendían era o bien la distribución
del valor de la cosa o bien la constitución de un condominio entre todos ellos. Si la
obligación era de dar con el fin de restituir, la entrega a uno de los propietarios de la cosa,
coacreedor, no hará nacer acción alguna de participación, sino que restablecerá todos los
derechos derivados del condominio que se encontraban limitados por encontrarse la cosa
en poder de un tercero.
♦ Pago total de obligaciones de hacer y no hacer: en las obligaciones de hacer, la
prestación cumplida a favor de uno de los coacreedores, generará o no, una obligación de
pagar al otro coacreedor el valor que le corresponde, sólo en el caso de que el
acrecentamiento patrimonial haya beneficiado únicamente al accipiens. En las
obligaciones de no hacer es impredicable la acción de contribución, ya que nada se recibe
materialmente de la ejecución de la prestación y, por ende, nada hay que distribuir.
♦ Pago al coacreedor de la reparación de los daños: “art.1740: Reparación plena.
La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la restitución de la situación del
damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie.
La víctima puede optar por el reintegro específico, excepto que sea parcial o totalmente
imposible, excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero. En el
caso de daños derivados de la lesión del honor, la intimidad o la identidad personal, el
juez puede, a pedido de parte, ordenar la publicación de la sentencia, o de sus partes
pertinentes, a costa del responsable”. La situación del pago de la indemnización causa a
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♦ Confusión: no existe una regulación expresa respecto a este modo extintivo para
el caso de obligaciones indivisibles. Debieran aplicarse las reglas de la solidaridad.
De los arts. 835 inciso c) y art 846 inciso c) surge que la confusión produce efectos
personales, pero con un efecto expansivo limitado.
Casuística:
La jurisprudencia y la doctrina, fueron encontrando los diversos casos en los que
esta especial relación jurídica se manifestaba. La indivisibilidad impropia puede ser
pasiva, activa o mixta; y no pueden sentarse reglas definitivas en todos los casos,
ya que existen situaciones en donde la actuación individual puede permitir
considerar que se ha cumplido lo que se tenía a cargo.
♦ Obligación de escriturar: pluralidad mixta todos ellos deben concurrir a suscribir
la escritura pública ante el escribano correspondiente. Sin la asistencia de todos
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♦ Pactos de las partes: nada obsta a que el pacto de partes deje claramente
establecida la indivisibilidad impropia.
Efectos:
Son aplicables todos los efectos de la obligación indivisible, con excepción de las
normas que otorgan a cada uno de los acreedores o deudores el derecho de
cobrar o a pagar individualmente.
♦ Efecto principal: no es posible la actuación individual, sino siempre la conjunta en
donde haya pluralidad.
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Funciones:
La cláusula penal es una estipulación accesoria a una obligación principal, que
cumple una doble función:
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Caracteres:
La cláusula penal cuenta con los siguientes caracteres:
♦ Accesoriedad: se trata de una obligación que no es autónoma, sino dependiente
de otra principal. También por ello, si la obligación principal se extingue sin culpa
del deudor queda también extinguida la cláusula penal (art. 802). Sin embargo, el
principio de accesoriedad presenta algunas excepciones se dispone en el “art.
803: La cláusula penal tiene efecto, aunque sea puesta para asegurar el
cumplimiento de una obligación que al tiempo de concertar la accesoria no podía
exigirse judicialmente, siempre que no sea reprobada por la ley”. En este
supuesto, la cláusula penal presenta una virtualidad mayor que la obligación
principal a la cual accede, siempre que aquélla no actúe como forma de legitimar
el cumplimiento de una prestación ilícita.
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modificación posterior por resultar tal daño mayor o menor al previsto. Se trata de
un principio que admite excepciones.
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Nulidad:
La nulidad de la cláusula penal no importa la nulidad de la obligación principal,
pero la nulidad de aquélla si provoca la de esta última. Como excepción a este
principio, si la obligación con la cláusula penal fue contraída por un tercer, para el
caso en que fuese nula la principal por incapacidad del deudor, esta nulidad no
invalidará la cláusula penal (art. 801).
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Sanciones conminatorias:
“Art. 804: Los jueces pueden imponer en beneficio del titular del derecho,
condenaciones conminatorias de carácter pecuniario a quienes no cumplen
deberes jurídicos impuestos en una resolución judicial. Las condenas se deben
graduar en proporción al caudal económico de quien debe satisfacerlas y pueden
ser dejadas sin efecto o reajustadas si aquél desiste de su resistencia y justifica
total o parcialmente su proceder”.
Unidad 8:
Obligaciones simplemente mancomunadas:
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Obligaciones solidarias:
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determinar si los deudores se han obligado por el todo, o que de otro modo se
traduzca la voluntad de generar una obligación solidaria.
♦ Eliminación de la sentencia como fuente de la solidaridad: queda excluido el rol
de la “decisión judicial, que tenga fuerza de cosa juzgada” como fuente de la solidaridad.
♦ Voluntad de las partes: La locución título constitutivo debe entenderse como
sinónimo de causa fuente voluntaria de la obligación. Comprende tanto a la solidaridad
pactada por las partes, supuesto muy usual; como así también la emanada de un
testamento, que es un acto unilateral.
♦ La ley: en numerosas normas se dispone la existencia de obligaciones solidarias,
de manera creciente con el avance de los tiempos. Cuando se consagra la solidaridad
pasiva, se trata de situaciones en las que el legislador busca proteger al acreedor. No
encontramos casos de solidaridad activa derivada de la ley, aunque no existen razones
sustanciales que impidan que ella se estatuya.
♣ En el CyCC:
♠ Inoponibilidad de las personas jurídicas (art.144). Responden
solidariamente por los daños causados los socios, asociados, miembros o controlantes
directos o indirectos, que la hicieron posible.
♠ Responsabilidad del autor de dolo esencial y de la parte que
al tiempo de la celebración del acto tuvo conocimiento del dolo del tercero (art. 275).
♠ En el caso de transporte sucesivo o combinado, la
responsabilidad es solidaria cuando sea asumido por varios transportistas en único
contrato, o no se pueda determinar dónde ocurre el daño (art.1287).
♠ El contrato de agencia, el agente responde solidariamente
por la actuación del subagente (art. 1500).
♠ Los padres responden solidariamente por los hechos de los
hijos (art.1754)
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♦ Derechos del deudor: cuenta con el derecho de liberarse, art.837 plantea que
cada codeudor debe íntegra la deuda, puede liberarse pagándola al acreedor. Si medió
una extinción relativa de la solidaridad, la deuda se reduce.
♦ La situación en el régimen concursal: los efectos principales del concurso o la
quiebra de un codeudor solidario son los siguientes:
♣ Caducidad de los plazos: sólo opera respecto del concursado,
pero no en relación a los restantes codeudores.
♣ Concurso de varios deudores solidarios: art.135 de la ley
124.522 “El acreedor de varios obligados solidarios puede concurrir a la quiebra de los
que estén fallidos, figurando en cada una por el valor nominal de sus títulos hasta el
íntegro pago”.
♣ Codeudor solidario que paga: si lo hace después de la quiebra
de otro codeudor solidario, se subroga en los derechos del acreedor hasta el monto
efectivamente pagado, contra el concurso.
♦ Efectos del pago: la obligación se extingue en el todo cuando uno de los
deudores solidarios paga la deuda.
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Muerte de un codeudor:
Se analiza más adelante en solidaridad activa.
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♦ Acciones con que cuenta el deudor que paga: “Art. 841: Contribución: el deudor
que efectúa el pago puede repetirlo de los demás codeudores según la
participación que cada uno tiene en la deuda. La acción de regreso no procede en
caso de haberse remitido gratuitamente la deuda” Indica que el deudor cuenta con
una acción para repetir el pago que ha efectuado al creedor, en contra de los
demás codeudores.
♣ Relación interna particular: la primera de ellas es la que se deriva de la
RJ particular que haya vinculado a los otrora codeudores.
♣ Pago por subrogación. Cesación de la solidaridad: también pueden
invocarse las reglas del pago por subrogación, siempre hasta el monto de lo
pagado, y con el límite de que puede reclamar a cada uno su parte.
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Solidaridad activa:
Exigibilidad:
Art. 844: “Derecho al cobro: el acreedor, o cada acreedor, o todos ellos
conjuntamente, pueden reclamar al deudor la totalidad de la obligación”
La solidaridad activa otorga a cada acreedor el derecho de exigir, por sí solo, el
cumplimiento íntegro de la prestación al deudor, o a cualquiera de los deudores si
existiera además solidaridad pasiva. También es factible que todos los acreedores,
reclamen el pago de la obligación al deudor, sea dicho reclamo judicial o
extrajudicial.
El principio de prevención:
El art. 845 dispone “Prevención de un acreedor: si uno de los acreedores
solidarios ha demandado judicialmente el cobro al deudor, el pago sólo puede ser
hecho por éste al acreedor demandante”.
♦ Aplicabilidad de las reglas a la indivisibilidad: lo dispuesto en el art. 845 es
aplicable a las obligaciones indivisibles, en razón de la aplicación subsidiaria de
las reglas de la solidaridad.
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♦ Demandas sucesivas:
♣ Pluralidad activa frente a uno solo deudor: si existe un solo
deudor, y los acreedores demandan de manera separada, el principio de preve-
nción favorece a quien haya primero puesto en conocimiento del deudor la
existencia del proceso, de manera fehaciente, haciéndolo oponible a los restantes
acreedores.
♣ Pluralidad activa y pluralidad pasiva: si se han iniciado lo que juicios
cruzados entre distintos acreedores en contra de distintos deudores, y sin que
ningún sujeto haya tomado conocimiento del otro juico, entendemos que son
aplicables las reglas del conocimiento de la iniciación judicial del proceso judicial.
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Una omisión del codificador: regular los efectos del incumplimiento imputable a los
acreedores:
Son aplicables, por analogía, las reglas establecidas en el art. 838 del CyCC para
la solidaridad pasiva y, en consecuencia, todos los efectos del incumplimiento
imputable deberán ser soportados por todos los acreedores, salvo el caso de los
efectos propios del dolo.
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crédito o de la reparación del daño, o más que su cuota, los demás tienen derecho a que
les pague el valor de lo que les corresponde conforme a la cuota de participación de cada
uno; b) en los casos del inciso b) del art. 846, los demás acreedores solidarios tienen
derecho a la participación, si hubo renuncia al crédito o compensación legal por la cuota
de cada uno en el crédito original; y si hubo compensación convencional o facultativa,
novación, dación en pago o transacción, por la cuota de cada uno en el crédito original, o
por la que correspondería a cada uno conforme lo resultante de los actos extintivos, a su
elección; c) el acreedor solidario que realiza gastos razonables en interés común tiene
derecho a reclamar a los demás la participación en el reembolso de su valor”.
♦ Pago al coacreedor: si un coacreedor recibe el pago total de la deuda o un pago
parcial, nace a favor de los restantes acreedores una acción por la parte que a cada uno
de ellos corresponde en la relación interna: por el total, o por la parte proporcional. La
cuestión no presenta mayores dificultades cuando el objeto es divisible. En cambio,
cuando el objeto de la obligación es indivisible, se aplicaran las reglas del art. 821.
♦ Renuncia al crédito y compensación legal: cuando alguno de estos modos
extintivos se produce, existe propagación de efectos, motivo por el cual la obligación se
extingue para todos los acreedores. Sin embargo, en las relaciones internas la situación
es diferente: los restantes coacreedores conservan el derecho a que el acreedor que
intervino en estos modos extintivos le entregue la parte que le corresponde.
♦ Otros modos extintivos: en los casos de modos extintivos convencionales, sin
perjuicio de que en algunos supuestos existe propagación de efectos y en otros no, en el
marco de las relaciones internas se presenta una particularidad: el acreedor que no
intervino en dicho acto extintivo, pero para quien la obligación se ha disuelto, cuenta con
la posibilidad de optar en su acción en contra del acreedor otorgante del acto: o bien
reclama el pago de lo que le correspondía en el marco de lo establecido primigeniamente
en la obligación; o bien lo que le corresponde de la resultante del modo extintivo en
particular.
♦ Los gastos en interés común: la solución del inciso c) tiene su fundamento último
en el enriquecimiento sin causa del acreedor que no realizó gasto alguno tendiente a la
percepción del crédito, habiéndolos erogado el accipiens.
♦ Las cuotas de participación: se determinan de acuerdo al art. 841.
Situaciones comunes a la solidaridad activas y pasivas:
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♦ Defensas comunes: son aquellas que aprovechan y pueden ser invocadas por
cualquier deudor frente a cualquier acreedor o también por todos los deudores
frente a un acreedor, y que se derivan del fenómeno de propagación de efectos.
Conciernen a la obligación en sí misma, afectando a todo el frente común.
Comprende aquellas circunstancias por las cuales la obligación se extingue en
forma total; esto es, el pago, y también los restantes medios extintivos que
produzcan ese efecto de manera absoluta, aun cuando el hecho extintivo no haya
sido protagonizado por todos los involucrados. De la misma manera, a aquellos
que supongan una extinción parcial, pero que puedan ser invocados por todos y
en contra de todos. También quedan emplazadas en esta categoría las causales
de invalidez y las modalidades del acto jurídico que afecten a la obligación.
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♦ Defensas personales con efecto expansivo: son aquellas que sin perder el
carácter personal, pueden expandir limitadamente sus efectos hacia los demás
codeudores y posibilitar una reducción del monto total de la deuda, hasta la
concurrencia de la parte perteneciente en la deuda al codeudor que las pueda
invocar.
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Obligaciones concurrentes:
Concepto:
El art. 850 dispone “Obligaciones concurrentes son aquéllas en las que varios
deudores deben el mismo objeto en razón de causas diferentes”.
Caracterización:
♦ Se trata de obligaciones de sujeto plural: se trata de relaciones de obligación
diferentes, son conexas, pues existen elementos que actúan como factores
aglutinantes de las diversas situaciones jurídicas particulares que se encuentran
entrelazadas o vinculadas; y que se constituyen como elementos o situaciones
comunes de estos diversos vínculos jurídicos.
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Algunos supuestos:
♦ Obligación de saneamiento: en el art. 1042 del CyCC se establece que quienes
tienen responsabilidad por saneamiento en virtud de enajenaciones sucesivas son
obligados concurrentes.
♦ Padres e hijos: responden concurrentemente por los dueños causados por estos
últimos (art. 1754).
♦ Responsabilidad del sueño y el guardián: son responsables concurrentes del
daño por las cosas (art. 1758).
Efectos:
Se encuentran regulados, en el art. 851 disponiéndose además en el art.852 que
las normas relativas a las obligaciones solidarias son subsidiariamente aplicables
a las concurrentes.
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♦ Cosa juzgada. Los diversos casos: inciso g) del art. 851 dispone la misma
solución que para el caso de la solidaridad pasiva cuando se dicta sentencia en un
proceso iniciado en contra de uno de los deudores. En consecuencia, no podrá el
acreedor hacerla valer ante los restantes codeudores. En tanto que estos últimos,
podrán invocarla cuando no se funda en circunstancias personales del codeudor
demandado. Diferente, en cambio, será la situación si el responsable directo se
exime de responsabilidad por acreditar su falta de culpa en el marco de una
obligación de medios, y la responsabilidad del obligado concurrente es objetiva.
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Obligaciones disyuntivas:
Efectos:
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Disyunción pasiva:
En el art. 853 dispone que “La elección corresponde al acreedor, salvo pacto en
contrario. No es posible demandar a todos los deudores, ni en forma conjunta, ni
sucesiva. El acreedor puede elegir al deudor. Si el acreedor no practica la
elección, a más de ser colocado en mora, podrán los deudores o cualquiera de
ellos liberarse consignando. En tanto que si la elección está a cargo de los
deudores y éstos no la practican, el acreedor, una vez colocados en mora los
deudores, podrá promover la demanda en contra de cualquiera de ellos. No es
posible el ejercicio de acciones de contribución o reembolso para quien paga la
obligación, ya que el cumplimiento de la condición resolutoria en relación a los
restantes deudores, los separa de la obligación, con el efecto de que se considera
que nunca han sido deudores.
Disyunción activa:
Regulada en el art.854. Los casos más comunes de obligaciones disyuntivas son
aquellos en los que se presenta la posibilidad de pagar a uno entre varios
acreedores. Entre otros, cabe citar la letra de cambio o el pagaré, que pueden
contener la indicación de varios tomadores en forma alternativa o la designación
de varios beneficiarios alternativos de un seguro, o en un legado. La elección
corresponde al deudor, motivo por el cual es en principio inocua la acción que
cualquiera de los acreedores interponga en contra del deudor quien puede
liberarse pagando a cualquiera de ellos. Si la elección corresponde a los
acreedores y éstos no la practican el deudor podrá liberarse consignando. El cobro
por parte del acreedor que finalmente es elegido no lo obliga a participar el
producido con los restantes acreedores, que han perdido su calidad de tales en
razón de la elección.
Unidad 9:
Rendición de cuentas. Definición. Requisitos. Oportunidad. Aprobación. Relaciones
de ejecución continuada. Saldos y documentos del interesado.
Rendición de cuentas. Definición. Art. 858°. Definiciones. Se entiende por cuenta la
descripción de los antecedentes, hechos y resultados pecuniarios de un negocio, aunque
consista en un acto singular.
Hay rendición de cuentas cuando se las pone en conocimiento de la persona interesada,
conforme a lo dispuesto en los artículos siguientes.
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Iván Ignacio Carthery
Obligación de rendir cuentas. Art. 860°. Obligación de rendir cuentas. Están obligados a
rendir cuentas, excepto renuncia expresa del interesado:
• Quien actúa en interés ajeno, aunque sea en nombre propio;
• Quienes son parte en relaciones de ejecución continuada, cuando la rendición es
apropiada a la naturaleza del negocio;
• Quien debe hacerlo por disposición legal.
La rendición de cuentas puede ser privada, excepto si la ley dispone que deba ser
realizada ante un juez.
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Iván Ignacio Carthery
Si no existe plazo de pago del saldo de la cuenta, derivado de fuente contractual o legal,
las cuentas deberán pagarse en el plazo de 10 días. Además deberá el obligado devolver
los títulos y documentos que le fueron entregados, si se tratare de originales, ya que la
propiedad de los mismos corresponde al dueño del negocio.
Medios extintivos.
Pago. Definición. Reglas aplicables. Objeto del pago. Identidad. Integridad.
Obligación con intereses. Tiempo del pago. Pago anticipado. Lugar de pago.
Validez. Pago en fraude a los acreedores; de créditos embargados o prendados.
Propiedad de la cosa. Legitimación activa. Efectos del pago por el deudor.
Ejecución de la prestación por terceros. Legitimación para recibir pagos. Derechos
del acreedor contra terceros. Pago de una persona incapaz o con capacidad
restringida y a terceros no legitimados.
Pago. Definición. Reglas aplicables. En sentido amplísimo, se entendió por pago
cualquier modo de solutio, esto es, de extinción de la obligación aunque el acreedor no se
satisficiera específicamente. En nuestro derecho, el pago es el cumplimiento de la
prestación que hace el objeto de la obligación, ya se trate de una obligación de hacer, ya
de una obligación de dar. Para la CSJN, el sustantivo “pago” admite dos significados: uno,
“cumplimiento específico, integral y oportuno de la obligación”, y otro según el cual
equivale a la satisfacción que puede obtener el acreedor mediante la ejecución forzada de
la deuda. En ese orden de ideas, se reputa que, en el caso de ejecución forzada de la
obligación, la voluntad del deudor ha sido prestada al ser contraída la obligación,
partiéndose de la base de que el deudor consintió que si no era cumplida
espontáneamente, se la podrían hacer cumplir.
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Iván Ignacio Carthery
Con respecto a la naturaleza jurídica del pago, existen discrepancias. Para algunos es un
mero acto lícito, para otros un acto debido y, para la mayoría, un acto jurídico, aunque
todavía se discute si es bilateral o unilateral. Existen, además, posiciones dualistas que
asignan al pago una u otra característica, según sea la prestación cumplida.
Pago como hecho jurídico. La producción de sus efectos propios no requiere actividad
voluntaria del deudor, sino que lo importante es que dichos efectos se producen aun
cuando la consecuencia jurídica no haya sido querida o procurada por el agente.
Pago como acto jurídico. Por su carácter de acto voluntario lícito que tiene por finalidad
inmediata la extinción de obligaciones. En razón de ello, se requerirá para su validez la
capacidad en el deudor que paga, así como también la presencia de objeto, causa fuente
y causa fin.
Pago como acto debido. Originada en el derecho italiano, consideraba que existía una
tercera categoría más allá de los actos y hechos jurídicos, que era la de los actos debidos.
Es característica del pago cierta coerción del ordenamiento jurídico a realizarlo: el deudor
paga porque, caso contrario, incurriría en responsabilidad.
Teoría ecléctica. Postura intermedia entre el pago como acto jurídico y como hecho
jurídico. Sostiene que puede ser encuadrado en una u otra categoría según el tipo de
obligación de que se trate: en las obligaciones de hacer y no hacer, se trataría de un
hecho jurídico voluntario o involuntario; en las de dar, se presenta como un acto jurídico.
Art. 866°. Reglas aplicables. Las reglas de los actos jurídicos se aplican al pago, con
sujeción a las disposiciones de este Capítulo.
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Iván Ignacio Carthery
Objeto del pago. Art. 867°. Objeto del pago. El objeto del pago debe reunir los requisitos
de identidad, integridad, puntualidad y localización.
Identidad. Art. 868°. Identidad. El acreedor no está obligado a recibir y el deudor no tiene
derecho a cumplir una prestación distinta a la debida, cualquiera sea su valor.
Integridad. Art. 869°. Integridad. El acreedor no está obligado a recibir pagos parciales,
excepto disposición legal o convencional en contrario. Si la obligación es en parte líquida
y en parte ilíquida, el deudor puede pagar la parte líquida.
Obligación con intereses. Art. 870°. Obligación con intereses. Si la obligación es de dar
una suma de dinero con intereses, el pago solo es íntegro si incluye el capital más los
intereses.
Principio de identidad. El deudor debe entregar al acreedor la misma cosa a cuya entrega
se obligó. El acreedor no puede ser obligado a recibir una cosa por otra, aunque sea de
igual o mayor valor. A través de esta regla, existirá identidad del pago cuando lo que se
dé coincida con el objeto de la obligación. Para desobligarse, el deudor debe cumplir la
misma prestación debida, no pudiendo efectuar otra distinta, a no ser que el acreedor lo
aceptara.
Cuando se trate de una obligación en donde el objeto está determinado desde el mismo
nacimiento de la relación obligatoria, la identidad juega un rol determinante a la hora de
analizar si el pago fue exacto. En las obligaciones de hacer, el requisito de identidad se
traduce en que el acreedor no podrá ser compelido a recibir la prestación o el servicio de
un tercero, cuando la calidad y circunstancias de la persona del deudor se hubiesen
tenido en cuenta al establecer la obligación.
Si se pacta una obligación de dar cosas inciertas no fungibles o de género, la entrega de
una cosa de mayor valor cancela la obligación.
Sin embargo, constituyen excepciones a la aplicación de este principio respecto del pago
las obligaciones facultativas, ya que en ellas el deudor puede sustituir la prestación
originariamente debida por otra diferente al momento de cumplir.
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Iván Ignacio Carthery
Tiempo del pago. Pago anticipado. Art. 871°. Tiempo del pago. El pago debe hacerse:
• Si la obligación es de exigibilidad inmediata, en el momento de su nacimiento;
• Si hay un plazo determinado, cierto o incierto, el día de su vencimiento;
• Si el plazo es tácito, en el tiempo en que, según la naturaleza y circunstancias de
la obligación, debe cumplirse;
• Si el plazo es indeterminado, en el tiempo que fije el juez, a solicitud de cualquiera
de las partes, mediante el procedimiento más breve que prevea la ley local.
Art. 872°. Pago anticipado. El pago anterior al vencimiento del plazo no da derecho a
exigir descuentos.
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Iván Ignacio Carthery
Lugar de pago. Art. 873°. Lugar de pago designado. El lugar de pago puede ser
establecido por acuerdo de las partes, de manera expresa o tácita.
Validez. Art. 875°. Validez. El pago debe ser realizado por persona con capacidad para
disponer.
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Iván Ignacio Carthery
Pago en fraude a los acreedores. Art. 876°. Pago en fraude a los acreedores. El pago
debe hacerse sin fraude a los acreedores. En este supuesto, se aplica la normativa de la
acción revocatoria y, en su caso, la de la ley concursal.
El fraude constituye un vicio de los actos jurídicos, y en materia de pago, uno de los
límites más importantes que pesan sobre el deudor es el respeto de los derechos de sus
acreedores, ya que se verá impedido de realizar todo acto de disposición que tenga la
intencionalidad de frustrar la garantía que, sobre su patrimonio, poseen los acreedores.
Sabido es que los efectos auxiliares o secundarios de las obligaciones son los dispositivos
que la ley le brinda al acreedor para intentar mantener íntegro e incólume el patrimonio de
su deudor, toda vez que la integridad de este constituirá la garantía de cobro de su
crédito.
En la estructura institucional de la obligación, integrada por sus dos tramos inseparables
que son la deuda y la responsabilidad, adquiere importancia el derecho que la ley confiere
al acreedor para agredir el patrimonio del deudor ante el incumplimiento por parte de este
último de la prestación comprometida en la obligación. En el tramo de la responsabilidad,
esta será eminentemente patrimonial, dado que el deudor sufrirá las consecuencias de su
incumplimiento únicamente sobre su patrimonio y no sobre su persona, debiendo
responder frente al acreedor con todos sus bienes presentes y futuros.
Ahora bien, así como el patrimonio constituye una masa orgánica sometida al poder de su
titular para satisfacer la perspectiva del bien individual, también es la garantía común de
los acreedores, en tanto posibilita que estos puedan ver satisfechos sus créditos. Cuando
una persona posee deudas diversas, la regla general será la igualdad de todos sus
acreedores. El acreedor está legitimado para obtener la satisfacción de su crédito sobre
cualquier bien del deudor, salvo que la ley le conceda a determinados acreedores
preferencia en el cobro.
En razón de que el patrimonio del deudor es la garantía común de los acreedores, la ley
los faculta a velar por su integridad e incolumidad, concediéndoles acciones y medios
procesales en pos de ello, lo que les permitirá cobrar sus créditos. De esta forma,
remedian cualquier situación de insolvencia en la que pretenda incurrir el deudor
fraudulentamente, permitiéndoles recomponer el patrimonio de este.
Resultando ser el pago un acto de disposición realizado por el deudor, a través de él se
puede estar realizando un acto fraudulento en desmedro de los acreedores, afectando
todo principio de igualdad por el cual deben regirse los acreedores que no posean
privilegios. Se considerará fraudulento aquel pago que realice de mala fe el deudor y que
93
Iván Ignacio Carthery
La eficacia del pago dependerá de que quien lo efectúe posea la libre disponibilidad de la
cosa que entrega, por lo que si esta estuviese embargada, dicha circunstancia debe ser
comunicada al acreedor, ya que, caso contrario, no será eficaz y el deudor que ha
abonado no quedará liberado.
• 1 es deudor de 2;
• 2 es deudor de 3
• A fin de garantizarle el cobro a 3, 2 le entrega en prenda el crédito que le
corresponde respecto de 1.
El acreedor que garantizó con una prenda (derecho real de garantía sobre cosas muebles
no registrables o créditos instrumentados, constituido por el dueño o la totalidad de los
copropietarios) su crédito (o inclusive si ha sido embargado) no puede disponer de él, ya
que su acreedor detenta un derecho sobre su acreencia. En función de ello, el acreedor
que ha prendado o sometido a embargo su acreencia no puede disponer de su crédito. En
tal sentido, la aceptación del pago en tales condiciones implicaría un acto de disposición,
que sería reputado inválido a fin de evitar frustrar la garantía de los acreedores
embargantes.
Cuando se realiza el pago de un crédito que no se halle expedito, este carecerá de toda
eficacia, quedando obligado el deudor a pagar nuevamente, aunque tendría derecho a
repetir lo dado en pago respecto del acreedor que se lo recibió.
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Iván Ignacio Carthery
El deudor que paga al acreedor una deuda, teniendo pleno conocimiento de que el crédito
se encontraba prendado o embargado, se verá obligado a responder frente al acreedor
embargante o prendario, y su pago no surtirá efecto cancelatorio.
Nadie puede transmitir un derecho mejor o más extenso del que tiene, sin perjuicio de las
excepciones legalmente dispuestas.
Si el acreedor hubiera tomando conocimiento antes de la entrega que la cosa no es
propiedad del deudor, puede negarse a su recepción y exigir al deudor el pago de la
prestación en debida forma.
Si el acreedor es de buena fe y le es entregada por el deudor una cosa que no es de su
propiedad sin que el acreedor lo supiera, pueden brindarse dos opiniones. O bien
considerarse que el pago es nulo de nulidad relativa o, como lo sostiene otra opinión, que
en tal caso no se presenta un supuesto de nulidad, sino de incumplimiento por falta de
adecuación entre la prestación debida y la conducta cumplida por el deudor.
Por último, si el pago hubiese consistido en la entrega de una cosa que no pertenece al
deudor, dispone que deba regirse por lo dispuesta en las normas relativas a la
compraventa de cosa ajena. El que ha contratado sobre bienes ajenos como si fueran de
su propiedad asume la obligación de obtener el bien prometido, por lo cual en caso de no
hacerlo debe responder por los daños que le generará al acreedor el incumplimiento de la
entrega. Puede ocurrir que quien reciba la entrega de una cosa ajena puede ser
demandado en el futuro por el verdadero propietario de la cosa.
Legitimación activa. Efectos del pago por el deudor. Ejecución de la prestación por
terceros.
Art. 879°. Legitimación activa. El deudor tiene el derecho de pagar. Si hay varios
deudores, el derecho de pagar de cada uno de ellos se rige por las disposiciones
correspondientes a la categoría de su obligación.
Art. 880°. Efectos del pago por el deudor. El pago realizado por el deudor que satisface el
interés del acreedor, extingue el crédito y lo libera.
Art. 881°. Ejecución de la prestación por un tercero. La prestación también puede ser
ejecutada por un tercero, excepto que se hayan tenido en cuenta las condiciones
especiales del deudor, o hubiere oposición conjunta del acreedor y del deudor. Tercero
interesado es la persona a quien el incumplimiento del deudor puede causar un
menoscabo patrimonial, y puede pagar contra la oposición individual o conjunta del
acreedor y del deudor.
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Iván Ignacio Carthery
Art. 882°. Efectos que produce la ejecución de la prestación por un tercero. La ejecución
de la prestación por un tercero no extingue el crédito. El tercero tiene acción contra el
deudor con los mismos alcances que:
• El mandatario que ejecuta la prestación con asentimiento del deudor;
• El gestor de negocios que obra con ignorancia de este;
• Quien interpone la acción de enriquecimiento sin causa, si actúa contra la voluntad
del deudor.
Puede también ejercitar la acción que nace de la subrogación por ejecución de la
prestación por un tercero.
La legitimación activa del pago constituye uno de los grandes problemas en esta materia,
porque muchas veces se pretende imponer la recepción del pago al acreedor, cuando
quien intenta realizarlo no está legitimado para ello. Si bien será el deudor de la obligación
quien posea la legitimación activa del pago, no será el único habilitado para efectuarlo, ya
que también podrán pagar otras personas a quienes la ley les concede la potestad de
realizarlo: es el caso de ciertos terceros, que si bien no son parte de la relación jurídica
poseen legitimación para pagar.
Cuando el pago es realizado por el deudor, que es legitimado activo, extingue el crédito,
satisface el interés del acreedor, y provoca su liberación a tenor de la finalidad extintiva de
la obligación que persigue con el pago. Al respecto, el único obligado al cumplimiento de
la obligación es el deudor, ya que solo a él puede serle exigido el cumplimiento de la
obligación es el deudor, ya que solo a él puede serle exigido el cumplimiento, o a sus
sucesores universales o singulares, según el caso.
Desde ya que tratándose de un acto jurídico, el pago requiere que quien lo realice posea
capacidad. Cuando el pago es realizado con un incapaz, la consecuencia de ello será la
nulidad del acto, aunque solo de nulidad relativa por afectar los derechos de quien se
encuentra incapacitado para realizarlo. Sin embargo, se sostiene que el deudor o su
representante carecerían de interés para ejercer la acción de nulidad, puesto que una vez
que obtuvieran la restitución deberían volver a entregarlo al acreedor.
• El pago puede ser efectuado a través de un representante (legal, judicial o
voluntario), en tanto no se trate de una obligación intuitu personae, en donde la calidad
del sujeto que debía realizar la prestación constituyó un factor esencial y determinante al
momento de contraerla.
• Cuando exista pluralidad de deudores, el pago deberá ser realizado atendiendo a
los principios que rigen las obligaciones mancomunadas, quedando cada uno de aquellos
obligados por su cuota parte o por el total de la deuda, según se trate de obligaciones
simplemente mancomunadas, solidarias, o concurrentes, de objeto divisible o indivisible.
Si el deudor originario fallece, la deuda se fracciona entre sus herederos, correspondiendo
a cada uno de ellos una alícuota, de conformidad con el haber hereditario recibido.
Además del deudor, en forma personal, también este puede realizar el pago a través de
un representante, siempre y cuando la obligación no sea intuitu personae, y este último
esté investido de facultades especiales para efectuarlo.
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Iván Ignacio Carthery
Terceros. Puede efectuar el pago toda aquella persona que tenga un interés en el
cumplimiento de la obligación. El tercero interesado es aquel a quien el incumplimiento del
deudor puede causar un menoscabo patrimonial, y puede pagar contra la oposición
individual o conjunta del acreedor y del deudor. El tercero no interesado no se encuentra
en esa situación.
En el caso de los terceros interesados, ellos poseen el ius solvendi o derecho de pagar, y
pueden efectuar el pago aun contra la voluntad del deudor y del acreedor, y recurrir
inclusive al pago por consignación ante la negativa del acreedor a recibírselo. En cambio,
los terceros no interesados también pueden efectuar el pago en los supuestos en los
cuales no exista oposición conjunta del acreedor y del deudor.
Es decir, si bien todos los terceros poseen el derecho de pagar, este sufre una
disminución en el caso del tercero no interesado, quien verá reducido su ius solvendi a
una mera expectativa de pago si es que, en forma conjunta, acreedor y deudor se niegan
a recibírselo. Caso contrario, de no existir esta oposición de ambas partes de la
obligación, el tercero podrá pagar e, inclusive, efectuar el pago por consignación. A modo
de ejemplo, revestirían el carácter de terceros interesados el poseedor de un inmueble
hipotecado, un condómino, un fiador en un contrato de locación, etc.
Sin embargo, el pago efectuado por el tercero no reviste el carácter de cumplimiento de la
obligación, sino que solamente a través de él se da satisfacción al interés del acreedor,
quien queda de tal modo desinteresado. Sin embargo, la obligación continúa vigente, toda
vez que la deuda subsiste en cabeza del deudor, quien deberá satisfacer la misma al
tercero que ha efectuado el pago por él. Por lo tanto, solo ha existido un cambio de
acreedor, quedando facultado el tercero a exigir la restitución del pago que ha efectuado
al deudor de la obligación. Se configura una subrogación del tercero en la posición jurídica
del acreedor.
Deberes del solvens. Quien realiza el pago tiene a su cargo los siguientes deberes, que
deben ser observados a fin de no afectar la validez del acto que realiza:
• Buena fe. El pago debe ser efectuado de conformidad con lo que verosímilmente
se entendió que se adeudaba.
• Prudencia. Quien paga debe ser prudente al momento de efectuarlo, por lo cual en
caso de duda respecto al derecho del acreedor y de que concurran otras personas
reclamando el pago, debe tomar los recaudos necesarios para no pagar a quien
corresponde.
• Comunicación. El deudor debe comunicar al acreedor todas las circunstancias
referidas al pago.
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Iván Ignacio Carthery
Art. 884°. Derechos del acreedor contra el tercero. El acreedor tiene derecho a reclamar al
tercero el valor de lo que ha recibido:
• En el caso del inciso c) del artículo 883, conforme a los términos de la relación
interna entre ambos;
• En los casos de los incisos d) y e) del artículo 883, conforme a las reglas del pago
indebido.
Con respecto a la legitimación pasiva, son varias las personas habilitadas. Se dispone
que el pago se realice al acreedor, y si hay varios, el derecho al cobro de cada uno de
ellos se rige por las disposiciones correspondientes a la categoría de su obligación.
Deberá apreciarse si se trata de una obligación simplemente mancomunada o solidaria.
En el primer caso, si el objeto es divisible, el pago deberá ser efectuado a cada uno de los
coacreedores según la parte que tengan en el crédito; en cambio, si es solidaria de objeto
indivisible o divisible, el pago debe efectuarse íntegramente a cualquiera de los
acreedores.
Al igual que ocurre con la legitimación activa del pago, en este caso deben observarse
también algunas circunstancias.
Cuando exista pluralidad de acreedores, el pago deberá ser realizado atendiendo a los
principios que rigen para las obligaciones mancomunadas, quedando facultados a exigir al
deudor solo el pago de su cuota parte (simplemente mancomunadas) o el total del crédito
(solidarias).
Si el acreedor originario fallece, quedan legitimados para reclamar el pago sus herederos.
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Iván Ignacio Carthery
Corresponde al solvens observar una actitud diligente y adoptar todos los recaudos que
sean necesarios para comprobar la idoneidad de quien recibe el pago. No obstante ello,
aun cuando el deudor también fuera víctima de una maniobra delictiva por parte de un
falso representante, la solución no debe variar (invalidez), ya que no puede tenerse por
válido dicho pago perjudicando de tal modo los intereses del acreedor.
A la orden del juez que dispuso el embargo del crédito. Dicha circunstancia será posible
en tanto exista un proceso judicial en el cual el magistrado a su cargo hubiera ordenado
el embargo del crédito y su producido deba ser depositado judicialmente.
Terceros indicados. También están autorizados a recibir el pago todos aquellos terceros
que se encuentran habilitados para hacerlo, sin ser representantes. Es el caso de la figura
del adiectus del Derecho Romano, que es un tercero que las partes nombran
conjuntamente al momento de nacer la obligación para facilitar el pago entre ellas.
También puede revestir el carácter de acreedor del acreedor (si alguien ha convenido con
su deudor que ese sería el modo de satisfacer su propio crédito) o un donatario de este a
quien el accipiens desea favorecer.
El adjectus tiene la facultad de cobrarle al deudor (es titular del ius solvendi) y de
ejecutarlo en caso de incumplimiento. Sin embargo, el tercero no se transforma en
acreedor de la obligación y no tiene la libre disponibilidad del crédito que percibe.
Tenedor de un título al portador. Los títulos al portador son aquellos que facultan su cobro
a quien los tenga en su poder, sin que exista un beneficiario individualizado en el
documento. De tal modo, la transferencia de un título al portador se logra a través de la
entrega del documento, sin necesidad de que se requiera cualquier otro tipo de
formalidad. Ello será posible excepto sospecha fundada de no pertenecerle el documento,
o de no estar autorizado para el cobro.
Acreedor aparente. Tiene legitimación para recibir el pago el acreedor aparente, si quien
realiza el pago actúa de buena fe y de las circunstancias resulta verosímil el derecho
invocado, siendo el pago válido aunque después sea vencido en juicio sobre el derecho
que invoca. El acreedor aparente es quien goza pacífica y públicamente de la calidad de
acreedor, aunque no lo es en realidad: se comporta como acreedor, adopta
comportamiento respecto de los créditos como si fuera su verdadero titular, pero no
resulta ser tal. La solución se funda en la culpa del verdadero acreedor, quien permite con
su inacción que el acreedor aparente ocupara su lugar y ostentara la titularidad aparente
del crédito, en la buena fe de quien confía en la apariencia pública generada por el falso
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Iván Ignacio Carthery
Quien recibe el pago tiene a su cargo una serie de deberes que debe cumplir:
• Buena fe. Caso contrario, podría verse obligado a restituir lo percibido.
• Aceptación. El acreedor debe aceptar el pago que le efectúa su deudor o el tercero
interesado; caso contrario, será susceptible de incurrir en mora. No está obligado a
recibirlo, aunque sí facultado para hacerlo, en caso de que el pago intente realizarlo un
tercero no interesado.
• Cooperación.
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Iván Ignacio Carthery
Art. 886°. Mora del deudor. Principio. Mora automática. Mora del acreedor. La mora del
deudor se produce por el solo transcurso del tiempo fijado para el cumplimiento de la
obligación.
El acreedor incurre en mora si el deudor le efectúa una oferta de pago de conformidad
con el artículo 867 y se rehúsa injustamente a recibirlo.
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Iván Ignacio Carthery
Constitución en mora. Sistemas. El deudor debe ser constituido en mora para que su
incumplimiento sea jurídicamente calificado y responda por los efectos previstos para ello.
Existen dos sistemas de constitución en mora:
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Iván Ignacio Carthery
• Mora “ex re”. También llamada mora automática, se produce por el solo transcurso
del tiempo sin que sea necesario que el acreedor efectúe interpelación alguna al deudor.
• Mora “ex persona”. Este sistema requiere de un acto previo del acreedor, llamado
interpelación, para constituir en mora al deudor. Reconoce sus orígenes en el Code
francés, que determinó la necesidad de que el acreedor requiera categóricamente el pago
al deudor en forma previa para que este último quede en estado de mora. De tal modo,
queda claro que el simple paso del tiempo no constituye morosidad alguna en el deudor
incumplidor. La ausencia de interpelación permitiría deducir que el acreedor no había
sufrido daño alguno ante el incumplimiento y que, además, al existir requerimiento previo,
se le estaba brindando al deudor una última oportunidad para que cumpliera, evitándose
los graves efectos que una mora automática provocaría.
La interpelación es un acto por medio del cual efectúa una exigencia de pago al
deudor. Es un acto jurídico, ya que persigue una finalidad jurídica; es unilateral
recepticio, ya que está destinada al deudor, quien debe notificarse del
requerimiento del acreedor para ser constituido en mora; no formal, ya que no está
sometida ni a forma ni a solemnidad alguna; puede efectuarse judicial o
extrajudicialmente.
Para resultar válida, debe contar con ciertos recaudos, bajo apercibimiento de no
tenerse al deudor por interpelado.
• Debe contener un requerimiento categórico hacia el deudor, una exigencia de
pago expresada en forma imperativa.
• El requerimiento debe ser apropiado, ya que el pago exigido debe estar referido a
la prestación incumplida del deudor.
• Debe ser coercitiva, advirtiendo de las consecuencias a que debe atenerse el
deudor de persistir en su postura de incumplimiento.
• La prestación debe ser de cumplimiento posible, toda vez que la exigencia de pago
debe ser realizada de modo razonable para que el deudor pueda cumplir con la
obligación.
• El requerimiento debe ser circunstanciado, indicando tiempo y lugar en los que el
deudor debe efectuar el pago.
• Cooperación del acreedor.
El Código establece como regla general la mora automática (ex re), al disponer que la
mora del deudor se configure por el solo transcurso del tiempo para su cumplimiento. En
razón de ello, una vez operado el vencimiento de la obligación, el deudor quedará en
estado de morosidad sin que sea necesario requerimiento alguno por parte del acreedor
para su constitución en mora. Las excepciones al principio de mora automática son:
• Obligaciones sujetas a plazo tácito, si no está expresamente determinado, pero
resulta de la naturaleza y circunstancias de la obligación. En estos casos, el acreedor
deberá interpelar al deudor para constituirlo en mora.
• Obligaciones sujetas a plazo indeterminado propiamente dicho. Si no hay plazo, el
juez, a pedido de parte, lo debe fijar mediante el procedimiento más breve que prevea la
ley local, a menos que el acreedor opte por acumular las acciones de fijación de plazo y
de cumplimiento, en cuyo caso el deudor queda constituido en mora en la fecha indicada
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Iván Ignacio Carthery
Mora del acreedor. Puede ocurrir que si la obligación no se cumple oportunamente, ello se
deba a la conducta del acreedor que imposibilita la ejecución de la obligación. Para la
constitución en mora del acreedor se requiere que exista falta de cooperación y
obstaculización imputable al acreedor, ya sea a título de culpa o dolo, y debe existir un
ofrecimiento real de pago por parte del deudor con negativa injustificada del acreedor a
recibirlo.
Los efectos son similares a los de la mora del deudor. El acreedor es responsable por los
daños moratorios sufridos por el deudor; los riesgos que soportaba el deudor en torno a la
conservación de la cosa se trasladan al acreedor, que se responsabilizará en caso de
pérdida o deterioro; suspensión del curso de los intereses compensatorios convenidos
durante el plazo de la obligación que estaban a cargo del deudor; en caso de pérdida de
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Iván Ignacio Carthery
Eximición. Art. 888°. Eximición. Para eximirse de las consecuencias jurídicas derivadas
de la mora, el deudor debe probar que no le es imputable, cualquiera sea el lugar de pago
de la obligación.
Pago a mejor fortuna. Art. 889°. Principio. Las partes pueden acordar que el deudor
pague cuando pueda, o mejore de fortuna; en este supuesto, se aplican las reglas de las
obligaciones a plazo indeterminado.
Art. 891°. Muerte del deudor. Se presume que la cláusula de pago a mejor fortuna se
establece en beneficio exclusivo del deudor; la deuda se transmite a los herederos como
obligación pura y simple.
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Iván Ignacio Carthery
acuerdo para que este último pueda abonar cuando mejore de fortuna, quedando así
constituida la obligación como si fuera de plazo indeterminado. Se considera que un plazo
es indeterminado cuando no ha sido fijado en modo preciso ni en forma convencional,
legal o judicial. Sin embargo, puede ser subclasificado en indeterminado tácito (el que, si
bien no está fijado, surge tácitamente de la naturaleza y circunstancias de la obligación) e
indeterminado propiamente dicho (el plazo está indeterminado y no puede ser inferido
tácitamente de ninguna manera). Aquí se trata de un plazo indeterminado propiamente
dicho.
Para que se torne operativa la cláusula de pago a mejor fortuna, deberá ser el deudor
quien demuestre que su situación patrimonial es insuficiente para afrontar el pago de la
deuda que mantiene con el acreedor, ya que este último puede reclamar el cumplimiento
en el plazo establecido inicialmente o bien, en forma inmediata (si se tratara de una
obligación pura y simple).
De acreditarse la insuficiencia patrimonial del solvens, no podrá reputarse como
incumplida la obligación, ya que será sometida a los principios de las obligaciones a plazo
indeterminado. Entonces, será el juez quien deberá fijar el plazo del cumplimiento,
atendiendo a las circunstancias del caso y a la condición económica del deudor, la que
deberá probar en el proceso judicial. En tal sentido, hasta tanto no se establezca un plazo
para el cumplimiento, no correrán para el solvens las consecuencias previstas para la
mora del deudor.
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Prueba del pago. Art. 894°. Carga de la prueba. La carga de la prueba incumbe:
• En las obligaciones de dar y de hacer, sobre quien invoca el pago;
• En las obligaciones de no hacer, sobre el acreedor que invoca el incumplimiento.
Art. 895°. Medios de prueba. El pago puede ser probado por cualquier medio excepto que
de la estipulación o de la ley resulte previsto el empleo de uno determinado, o revestido
de ciertas formalidades.
La existencia y la entidad del pago deben ser probadas. En las obligaciones de dar y de
hacer, la carga de la prueba del pago recae sobre quien lo invoca. Es decir que recaerá
sobre el deudor, o sobre los terceros que aleguen haber pagado, la prueba de ello. En
tales casos, al acreedor solo le bastará acreditar la existencia de la relación jurídica y la
entidad de la obligación, debiendo recaer en cabeza del obligado la prueba del pago que
pone fin a esa obligación.
Sin embargo, la excepción a este principio general son las obligaciones de no hacer, en
las que la prueba del pago recae sobre el acreedor. Por otra parte, existen otros
supuestos en los cuales el acreedor puede tener especial interés en acreditarlo: cuando a
través del pago, se intente probar la confirmación de un acto jurídico, o cuando se
pretende acreditar con él la interrupción de un plazo de prescripción.
El Código Civil derogado no contenía ninguna disposición en torno a la prueba del pago,
razón por la cual se habían suscitado controversias doctrinarias. Para algunos, el pago
podría probarse por cualquier medio probatorio, aunque no exclusivamente por testigos,
admitiéndose la prueba testimonial solo cuando existiera un principio probatorio por
escrito. Otros, en cambio, al no existir norma expresa alguna, establecían que podía
probarse el pago por cualquier medio de prueba.
El nuevo artículo 895 del Código dispone que el pago puede ser probado por cualquier
medio, lo cual brinda amplia libertad en materia probatoria del pago, no pudiéndose
descartar tampoco la prueba presuncional, cuando se hayan acreditado al menos indicios
de que el pago fue realizado. Sin embargo, no se puede soslayar que deberá ser el
magistrado quien deberá apreciar esas presunciones con criterio restrictivo a fin de
extraer de ellas la prueba del pago. Solo se fija la excepción a la amplitud probatoria en
materia de pago la de aquellos supuestos con que de la estipulación o de la ley resulte
previsto el empleo de uno determinado, o revestido de ciertas formalidades, por lo cual la
prueba del mismo no puede ser ajena al cumplimiento de las formas establecidas. Por
ejemplo, un pago efectuado a favor de un menor de edad durante el trámite de un proceso
judicial solo puede ser acreditado mediante la boleta del depósito efectuado en la cuenta
bancaria de titularidad del beneficiario.
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Iván Ignacio Carthery
Art. 898°. Inclusión de reservas. El deudor puede incluir reservas de derechos en el recibo
y el acreedor está obligado a consignarlas. La inclusión de estas reservas no perjudica los
derechos de quien extiende el recibo.
Art. 899°. Presunciones relativas al pago. Se presume, excepto prueba en contrario que:
• Si se otorga un recibo por saldo, quedan canceladas todas las deudas
correspondientes a la obligación por la cual fue otorgado;
• Si se recibe el pago correspondiente a uno de los períodos, están cancelados los
anteriores, sea que se deba una prestación única de ejecución diferida cuyo cumplimiento
se realiza mediante pagos parciales, o que se trate de prestaciones sucesivas que nacen
por el transcurso del tiempo.
• Si se extiende recibo por el pago de la prestación principal, sin los accesorios del
crédito, y no se hace reserva, estos quedan extinguidos;
• Si se debe daño moratorio, y al recibir el pago el acreedor no hace reserva a su
respecto, la deuda por ese daño está extinguida.
• Recibo por saldo. El recibo por saldo implica la cancelación de todas las deudas
existentes con anterioridad al momento del pago respecto de la obligación por la cual el
recibo se otorga. Si quien expidió el recibo logra demostrar a posteriori la existencia de un
error excusable o de algún otro vicio al momento de expedir el recibo, la cuestión sería
revisable.
• Recibo en caso de pago de un período en prestaciones periódicas. Si se trata de
una obligación con prestaciones periódicas, el pago efectuado del último período hace
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Iván Ignacio Carthery
presumir que los anteriores también han sido cancelados. Si se trata de una prestación
única, descompuesta en cuotas a abonarse en fechas diferentes; si se trata de
obligaciones periódicas, que se abonan en forma sucesiva y que se van tornando
exigibles con el paso del tiempo. Esta presunción puede ser desvirtuada por el acreedor si
probara que las cuotas anteriores no han sido canceladas y se encuentran impagas.
• Recibo por la prestación principal, sin los accesorios.El daño moratorio. También la
norma presume que cuando se adeude una prestación principal con sus accesorios, y se
realice el recibo por la principal sin reserva alguna de los accesorios del crédito por parte
de quien lo expide, se presume que han quedado extinguidos. Ello es desvirtuable por
prueba en contrario del emisor del recibo.
Imputación del pago por el deudor y por el acreedor. Art. 900°. Imputación por el
deudor. Si las obligaciones para con un solo acreedor tienen por objeto prestaciones de la
misma naturaleza, el deudor tiene la facultad de declarar, al tiempo de hacer el pago, por
cuál de ellas debe entenderse que lo hace. La elección debe recaer sobre deuda líquida y
de plazo vencido. Si adeuda capital e intereses, el pago no puede imputarse a la deuda
principal sin consentimiento del acreedor.
La imputación del pago puede ser definida como el conjunta de reglas y normas que
permiten brindar solución a los problemas que se suscitan cuando el deudor debe cumplir
con varias obligaciones de la misma naturaleza que se encuentran pendientes de
cumplimiento, y el pago que efectúa a tal fin no es suficiente para cancelar a todas ellas.
En consecuencia, cuando ello ocurre, dichas normas determinan cuál es el procedimiento
que debe seguirse en tal caso.
El procedimiento de imputación de pago solo procederá cuando se cumplan los siguientes
requisitos:
• Deben existir varias obligaciones pendientes de pago y que vinculen a las mismas
partes.
• Las prestaciones deben ser todas de la misma naturaleza, debiendo guardar
homogeneidad entre sí.
• El pago efectuado por el deudor debe ser insuficiente para dar cumplimiento con
todas las prestaciones pendientes de pago.
Esta facultad del deudor solo puede ser ejercida hasta el momento de efectuar el pago. Si
realiza la elección con anticipación al momento de pagar, puede cambiar su parecer hasta
el mismo instante del cumplimiento, sin que quede constreñido a realizar la imputación
que originariamente eligió.
No obstante este principio general, la facultad de elección por parte del deudor respecto a
qué deudas imputará el pago sufre ciertas limitaciones:
• Cuando existen deudas líquidas e ilíquidas, el deudor no puede imputar el pago a
estas últimas; es acertada la solución, puesto que si aún no se ha definido el monto de la
deuda, no se podrá conocer si el pago efectuado por el solvens es íntegro o no.
• El deudor no puede imputar el pago a una deuda de plazo no vencido y que, por
ende, no fuera exigible.
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Art. 902°. Imputación legal. Si el deudor o el acreedor no hacen imputación del pago, se lo
imputa:
• En primer término, a la obligación de plazo vencido más onerosa para el deudor;
• Cuando las deudas son igualmente onerosas, el pago se imputa a prorrata.
Art. 903°. Pago a cuenta de capital e intereses. Si el pago se hace a cuenta de capital e
intereses y no se precisa su orden, se imputa en primer término a intereses, a no ser que
el acreedor dé recibo por cuenta de capital.
Cuando el deudor no hace uso de su facultad de imputar el pago, tal derecho se traslada
al acreedor. Se trata de una atribución subsidiaria, ya que solo podrá hacerlo si el deudor
no imputa el pago. Se trata de un acto unilateral, pues depende exclusivamente de su
voluntad, a la cual debe someterse el deudor.
La imputación por parte del acreedor debe realizarse al momento de recibirlo, por lo cual
será el recibo la prueba por excelencia de qué deudas serán canceladas a través del pago
del deudor. Sin embargo, esta facultad de la que goza el accipiens solo podrá ejercerla
siguiendo estas directivas:
• La imputación debe realizarse respecto de deudas líquidas y exigibles. Resultaría
reñido con la buena fe que el acreedor pretendiera imputar lo dado en pago a
obligaciones que aún no han vencido o cuyo monto no estuviera determinado. Solo podría
llevarse a cabo la imputación en contradicción a esta directiva si existiera acuerdo de
ambas partes para ello.
• Una vez canceladas totalmente una o varias deudas, puede aplicar el saldo a la
cancelación parcial de cualquiera de las otras. Ello resulta razonable, considerando que
es el accipiens quien tiene la facultad de elección al momento de imputar el pago.
Por otra parte, el artículo 902 dispone que cuando ni el deudor ni el acreedor efectúan la
imputación, esta se llevará a cabo respetando los principios dispuestos en la norma:
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Unidad 10:
El pago por consignación:
Concepto:
Se trata de una vía o camino que tiene el deudor para extinguir la obligación y
consecuentemente liberarse, utilizando la intervención judicial o la de un
escribano público.
Caracterización:
Sea judicial o extrajudicial, el pago por consignación tiene características bien
definidas y unívocas; lo que varía es el mecanismo de extinción de la
obligación, y los requisitos y efectos en las dos situaciones que regulan. En el
art. 910 dispone que sin perjuicio de las disposiciones respecto a la
consignación judicial, el deudor de una suma de dinero puede optar por la
consignación extrajudicial.
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♦ Consignación de deudas ilíquidas: segunda parte del art. 869 dispone “Si la
obligación es en parte líquida y en parte ilíquida, el deudor puede pagar la
parte líquida”. Si se trata de una deuda ilíquida, tal circunstancia no le impide al
deudor acudir al pago por consignación, siempre y cuando, obviamente, se
presente alguno de los casos del art. 904. En tal supuesto, deberá proponer los
parámetros para la liquidación de la deuda, y además depositar la suma que
entiende que adeuda al tiempo de promover la consignación.
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♦ Eventual abuso del derecho por parte del acreedor: suele acontecer que
promovido el pago por consignación, el acreedor lo cuestione en razón de su
falta de integridad, particularmente respecto a los intereses en las obligaciones
de dar dinero. Es claro, empero, que aunque pudieran existir diferencias, si
éstas son mínimas, la negativa del acreedor importaría un ejercicio irregular del
derecho, razón por la cual la consignación será viable, sin perjuicio de que el
deudor deba completar el pago faltante.
Consignación judicial:
Introducción:
La figura del pago por consignación ha sido siempre judicial, requiriéndose la
sustanciación de un proceso de naturaleza contenciosa en el que el deudor es
el actor y el acreedor demandado.
Competencia:
Al tratarse de una acción personal deviene aplicable el art. 5° inciso 3 del
CPCCN: “3) Cuando se ejerciten acciones personales, el del lugar en que deba
cumplirse la obligación expresa o implícitamente establecido conforme a los
elementos aportados en el juicio y, en su defecto, a elección del actor, el del
domicilio del demandado o el del lugar del contrato, siempre que el demandado
se encuentre en él, aunque sea accidentalmente, en el momento de la
notificación. El que no tuviere domicilio fijo podrá ser demandado en el lugar en
que se encuentre o en el de su última residencia”.
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♦ Eventual subasta de las cosas: “art.905 inciso c): si las cosas debidas no
pueden ser conservadas o su custodia origina gastos excesivos, el juez puede
autorizar la venta en subasta, y ordenar el depósito del precio que se obtenga”.
♦ Consignación defectuosa luego subsanada: segundo párrafo del art. 907: “Si
la consignación es defectuosa, y el deudor subsana ulteriormente sus defectos,
la extinción de la deuda se produce desde la fecha de notificación de la
sentencia que la admite”.
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♦ Desistimiento posteriores:
♣ Luego de la aceptación y antes del dictado de la sentencia: éste es
el único supuesto posible, pero con un efecto harto especial: si medió
aceptación del acreedor a la consignación, la ley establece que el acreedor
“pierde la acción contra los codeudores, los garantes y los fiadores”, lo que
significaría que no la pierde respecto al deudor-actor.
♣ Después del dictado de la sentencia. Inviabilidad: si la sentencia
admitió la demanda y ha quedado firme, la extinción de la obligación se ha
consumado. Por ende, mal puede desistirse de la consignación y mantenerse
la acción emergente del crédito. El proceso ya ha culminado por su modo
normal, que es la sentencia. No puede haber “renacimiento” de la obligación ya
extinguida.
Consignación extrajudicial:
Al lado de la consignación judicial, se ha incorporado la extrajudicial, como otro
mecanismo de pago, con el mismo efecto extintivo, sólo destinado a las
obligaciones de dar dinero, con la clara pretensión de desjudicializar la
problemática, por los tiempos y costos que implica todo proceso judicial,
buscándose una solución de tipo conciliatorio entre las partes.
Caracterización:
♦ Es una especie de pago por consignación: es tributaria de las notas
generales que hemos desarrollados previamente.
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Trámite inicial:
Como primera medida, el deudor debe, según el art. 910 incisos a): “notificar
previamente al acreedor, en forma fehaciente, del día, la hora y el lugar en que
será efectuado el depósito”.
Depósito:
“Art. 910 inciso b: efectuar el depósito de la suma debida con más los intereses
devengados hasta el día del depósito; este depósito debe ser notificado
fehacientemente al acreedor por el escribano dentro de las cuarenta y ocho
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Caracterización:
♦ Pago por subrogación: “art. 914: el pago por subrogación transmite al tercero
que paga todos los derechos y acciones del acreedor. La subrogación puede
ser legal o convencional”.
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Especies y efectos:
Son dos: la subrogación legal y la subrogación convencional.
Subrogación legal:
Concepto:
Es la que se produce por imperio de la ley, con independencia de la voluntad
de las partes, por el sólo hecho de que los sujetos que el ordenamiento
contemplan ejecutan la prestación de manera total o parcial a favor del
acreedor.
La norma legal:
“Art. 915: Subrogación legal. La subrogación legal tiene lugar a favor: a) del
que paga una deuda a la que estaba obligado con otros, o por otros; b) del
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♦ Requisitos:
♣ En principio, expresa: se ha quitado la exigencia de manifestación de
voluntad expresa. Por lo que puede existir manifestación tácita. Pero
entendemos que el requisito, de que esta sea expresa, se mantiene, ya que se
justifica que así sea: el pago, en principio, extingue la obligación; la
subrogación constituye una excepción y a este título, es necesario que sea
inequívocamente hecha por el acreedor.
♣ Forma: no existen fórmulas sacramentales, y, por ende, para que se
esté en presencia de subrogación convencional por el acreedor será necesario
que ella resulte de manera inequívoca. No rigen los requisitos de forma de la
cesión.
♣ Contemporánea al pago: debe ser otorgada en el mismo acto del
pago.
♣ Notificación al deudor.
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♦ Requisitos:
♣ Préstamos anterior al pago: el préstamo debe ser necesariamente
anterior al pago, y documentarse en un instrumento con fecha cierta, como así
también el recibo de pago emitido por el acreedor.
♣ Expresión de la causa final. El instrumento en el cual se documente el
préstamo debe indicar la causa final del acto: para pagar la deuda que el
prestatario tiene con un tercero.
♣ Expresión del origen de los fondos en el recibo de pago: en el recibo
de pago emitido por el acreedor también debe constar que el deudor paga
bienes previstos por el subrogante, y que son de propiedad del deudor
subrogado.
Efectos:
Transmisión de todos los derechos del acreedor en igual situación.
“Art.918: El pago por subrogación transmite al tercero todos los derechos y
acciones del acreedor, y los accesorios del crédito. El tercero subrogante
mantiene las acciones contra los coobligados, fiadores, y garantes personales
y reales, y los privilegios y el derecho de retención si lo hay”.
♦ La regla general: por tratarse de una modificación subjetiva de la obligación,
todos los elementos de la obligación y sus circunstancias ajenos a los sujetos
se mantienen incólumes, pasando a ser de titularidad del nuevo acreedor, el
subrogante, y sea la subrogación legal o convencional, quedando éste
legitimado para recibir el pago. La transmisión comprende el crédito principal,
todos los derechos y acciones anejos y los accesorios del crédito.
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♦ El pago por los fiadores: cuando el fiador paga la obligación del deudor, se
establece en el art. 1592 que este queda subrogado “en los derechos del
acreedor y puede exigir el reembolso de lo que ha pagado, con sus intereses
desde el día del pago y los daños que haya sufrido como consecuencia de la
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Unidad 11:
Compensación:
Concepto:
Es un modo extintivo de las obligaciones que opera simultáneamente respecto de
dos o más de ellas, sin que exista la ejecución material de la prestación, y para
cuya ocurrencia deben verificarse indefectiblemente dos situaciones: 1) que cada
una de ellas provenga de una causa fuente diferente; 2) que los sujetos de cada
una de ellas se encuentra emplazados, recíprocamente, en las calidades de
acreedor y de deudor en cada una de ellas. El art.921 se dispone “Definición: la
compensación de las obligaciones tiene lugar cuando dos persona, por derecho
propio, reúnen la calidad de acreedor y deudor recíprocamente, cualesquiera que
sean las causas de una y otra deuda. Extingue con fuerza de pago las dos
deudas, hasta el monto de la menor, desde el tiempo en que ambas obligaciones
comenzaron a coexistir en condiciones de ser compensables”.
Especies:
El art. 922 se indica que son cuatro: legal, convencional, facultativa o judicial.
Importancia de la compensación:
La transcendencia de la figura, es enorme. La compensación permite evitar la
ejecución del hecho material de las prestaciones de las obligaciones involucradas
lo que trae aparejadas innumerables ventajas, pues sortea los riesgos que genera
dicha situación. Por ello algunos la emplazan dentro de las garantías de la
obligación, ya que ambos actores, en definitiva, mediante tal mecanismo
económicamente aseguran la percepción de su crédito pagando con lo que deben.
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El efecto de la compensación:
Las deudas se extinguen con fuerza de pago. La fuerza de pago debe ser
entendida en el sentido de que se producen todos los efectos del pago que no se
encuentren modificados en razón del modo extintivo en particular de que se trate,
y en tanto y en cuanto sean compatibles.
Compensación legal:
Concepto:
Es la que acontece con prescindencia de la voluntad concurrente de las partes,
operando de pleno derecho, si se verifican todos los requisitos y condiciones
establecidos en el ordenamiento. Opera por el sólo imperio de la ley, en tanto y en
cuanto sea opuesta por quien se encuentre interesado en hacerla valer.
Naturaleza jurídica:
Al operar por el sólo imperio de la ley, la compensación debe ser considerada
como un hecho jurídico extintivo. No se trata de un acto jurídico.
♦ Primer requisito. Prestaciones de dar: en el inciso a) del art. 923 se dispone que
ambas partes deben ser deudoras de prestaciones de dar. Sólo es admisible en el
marco de las obligaciones de dar, ello excluye a las obligaciones de hacer y no
hacer, como se deja consignado en el art. 930 incisos b). Rara vez se presentará
la posibilidad de compensar dos obligaciones de dar cosas ciertas, salvo el
supuesto de la existencia de un equivalente que sea exacto. Más posibilidades
existen de que pueda presentarse la posibilidad de una compensación legal en el
caso de las obligaciones de género, es en el ámbito de las obligaciones de dar
dinero, ámbito en el cual se despliega, en los hechos, casi con exclusividad.
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Créditos no compensables:
Obligaciones no compensables. No son compensables:
a) las deudas por alimentos;
b) las obligaciones de hacer o no hacer;
c) la obligación de pagar daños e intereses por no poderse restituir la cosa de que
el propietario o poseedor legítimo fue despojado;
d) las deudas que el legatario tenga con el causante si los bienes de la herencia
son insuficientes para satisfacer las obligaciones y los legados restantes;
e) las deudas y créditos entre los particulares y el Estado nacional, provincial o
municipal, cuando: i) las deudas de los particulares provienen del remate
de bienes pertenecientes a la Nación, provincia o municipio; de rentas fiscales,
contribuciones directas o indirectas o de otros pagos que deben efectuarse en las
aduanas, como los derechos de almacenaje o depósito; ii) las deudas
y créditos pertenecen a distintos ministerios o departamentos; iii) los créditos de
los particulares se hallan comprendidos en la consolidación de acreencias contra
el Estado dispuesta por ley.
f) los créditos y las deudas en el concurso y quiebra, excepto en los alcances en
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Otros supuesto:
♦ El caso de la obligación de pagar expensas comunes. Posibilidad de
compensarla con créditos del consorcio: el particular destino del crédito por
expensas, y los intereses involucrados, limita notablemente la liberación del
deudor por medios que no sean el pago. Una excepción importante es la de la
compensación, expresamente contemplada en el art. 2049, solución que, en el
marco de la obligación que se menciona en dicho artículo es justificable.
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♦ Pluralidad de deudas del mismo deudor: “Art. 926: si el deudor tiene varias
deudas compensables con el mismo acreedor, se aplican las reglas de imputación
del pago”. Esta pluralidad obligacional puede estar en cabeza de uno de ellos, o
de ambos. Si no existe una disposición legal al respecto, la determinación de
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cuáles deudas se compensan legalmente, y por qué montos, se rige por las reglas
de la imputación del pago legal. Así se tendrán por extinguidas, sucesivamente en
cadena descendente, las deudas más onerosas para el deudor que se encuentren
en estado de compensabilidad; y para el caso de deudas igualmente onerosas, la
extinción será parcial y proporcional.
Renuncia a oponerla:
“Art. 929: la compensación puede ser excluida convencionalmente”. En principio, y
por tratarse de derechos disponibles, nada impide que el derecho a oponer la
compensación legal pueda ser renunciado, sea al tiempo de la creación de las
obligaciones, o con posterioridad, e incluso luego de acontecida.
♦ Compensación tributaria.
Compensación convencional:
Caracterización:
Si bien se señala en el art. 922, no se encuentra específicamente regulada.
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♦ Límites: los límites de esta figura serán los propios de los contratos en general,
sino también los que se contemplan en especial los del art. 930, respecto de la
naturaleza de ciertas obligaciones en las que esté implicado el orden público. En
otros casos donde, si bien la compensación legal sería inviable, nada obsta a que
las partes la pacten.
Compensación facultativa:
Caracterización:
“Art. 927: La compensación facultativa actúa por la voluntad de una sola de las
partes cuando ella renuncia a un requisito faltante para la compensación legal que
juega a favor suyo. Produce sus efectos desde el momento en que es comunicada
a la otra parte”. Si no está en juego el orden público, nada impide que quien pueda
resistirse a dicha compensación, renuncie a tal derecho y por ende, que ambas
obligaciones se extingan.
Límites:
Si se encuentra en juego el orden público, la compensación facultativa no puede
ser otorgada es que todo lo que no puede ser renunciado, no puede ser
compensado facultativamente.
Algunos casos:
1) El ya citado relativo al acreedor de una obligación válida, y deudor de una cuya
causa fuente está afectada de nulidad relativa; 2) El caso de quien tiene a su
favor una deuda exigible, y otra como deudor sometida a plazo suspensivo no
cumplido: 3) El caso de quien tiene a su favor una deuda exigible, y otra como
deudor sometida a una condición suspensiva no cumplida; 4) La de la
obligación de pagar daños derivados del despojo, renunciando su acreedor al
beneficio que lo asiste, y compensándola con lo que él le deba a su deudor;
etc,
Efectos:
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Compensación judicial:
La figura en el CyCC:
“Art. 928: Compensación judicial: Cualquiera de las partes tiene derecho a requerir
a un juez la declaración de la compensación que se ha producido. La pretensión
puede ser deducida simultáneamente con las defensas relativas al crédito de la
otra parte o, subsidiariamente, para el caso de que esas defensas no prosperen”.
Confusión:
Concepto:
“Art. 931: Definición: la obligación se extingue por confusión cuando las calidades
de acreedor y de deudor se reúnen en una misma persona y en un mismo
patrimonio”. Se trata de un modo extintivo de las obligaciones autónomo,
Naturaleza jurídica:
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Condiciones de procedencia:
♦ Existencia de una única obligación: la confusión opera en una sola obligación, en
la cual el hecho sobrevenido consiste en la asunción de los roles de acreedor y
deudor en cabeza de una misma persona produce su extinción.
Causas de la confusión:
En el CCyC, los supuestos que pueden presentarse son varios, y con diversos
efectos.
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Efectos:
“Art.932 dispone “la obligación queda extinguida, total o parcialmente, en
proporción a la parte de la deuda en que se produce la confusión”.
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♦ Existencia de garantías.
Novación:
Concepto:
“Art. 933: La novación es la extinción de una obligación por la creación de otra
nueva, destinada a reemplazarla”:
Novación convencional:
Naturaleza jurídica:
Se trata de un contrato, lo cual no es solamente un acto jurídico, sino que también
puede producir la modificación o la extinción de relaciones jurídicas patrimoniales.
Y, como acabamos de señalar, la novación tiene ese doble efecto: extintivo y, a la
vez, creador de una nueva obligación. Se puede señalar que la novación es un
acto abdicativo en relación a la obligación que mediante él se extingue, una suerte
de renuncia de la obligación anterior.
Importancia:
Los autores modernos señalan que la novación ha perdido importancia, en
comparación con lo que anteriormente revestía, en razón de la posibilidad de
transmitir los créditos y las deudas por otros medios no extintivos y muchos más
ágiles.
Especie:
El CCyC guarda silencio sobre cuáles pueden ser las clases de novación,
disponiéndose únicamente reglas especiales para la novación por cambio de
sujetos. De todas maneras, la novación no se restringe únicamente a este último
supuesto, sino que también abarca el cambio del objeto de la obligación, y de su
causa fuente.
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Iván Ignacio Carthery
Elementos. Enunciación:
La novación, por su particular efecto reviste algunas particularidades en relación a
los elementos que la constituyen, y que son los siguientes:
♦ Existencia de dos obligaciones sucesivas fruto del acto (o hecho) novatorio: la si
tuación novatoria presenta dos obligaciones, una primera y la segunda que la
sustituye. La causa de la nueva obligación es el acto o hecho novatorio, que
claramente presupone la existencia de la obligación novada.
♦ Objeto del acto novatorio: rigen las normas generales establecidas en los art.
279, 280 y 1003:
♣ Art. 279: El objeto del acto jurídico no debe ser un hecho imposible o
prohibido por la ley, contrario a la moral, a las buenas costumbres, al orden público
o lesivo de los derechos ajenos o de la dignidad humana. Tampoco puede ser un
bien que por un motivo especial se haya prohibido que lo sea.
♣ Art. 280: El acto jurídico sujeto a plazo o condición suspensiva es válido,
aunque el objeto haya sido inicialmente imposible, si deviene posible antes del
vencimiento del plazo o del cumplimiento de la condición.
♣ Art. 1003: “…Debe ser lícito, posible, determinado o determinable,
susceptible de valoración económica y corresponder a un interés de las partes,
aun cuando éste no sea patrimonial”.
♦Causa final del acto novatorio: el fin inmediato se encuentra aquí claramente
presente: el acto se otorga para extinguir la obligación anterior y para crear la
nueva obligación.
♦ Forma del acto novatorio: rigen las art. 284 a 288 y 1015 a 1018.
♣ Art. 284: Libertad de formas. Si la ley no designa una forma determinada
para la exteriorización de la voluntad, las partes pueden utilizar la que estimen
conveniente. Las partes pueden convenir una forma más exigente que la impuesta
por la ley.
♣ Art. 285: Forma impuesta. El acto que no se otorga en la forma exigida por
la ley no queda concluido como tal mientras no se haya otorgado el instrumento
previsto, pero vale como acto en el que las partes se han obligado a cumplir con la
expresada formalidad, excepto que ella se exija bajo sanción de nulidad.
♣ Art. 286: Expresión escrita. La expresión escrita puede tener lugar por
instrumentos públicos, o por instrumentos particulares firmados o no firmados,
excepto en los casos en que determinada instrumentación sea impuesta. Puede
hacerse constar en cualquier soporte, siempre que su contenido sea representado
con texto inteligible, aunque su lectura exija medios técnicos.
♣ Art. 287: Instrumentos privados y particulares no firmados. Los
instrumentos particulares pueden estar firmados o no. Si lo están, se llaman
instrumentos privados. Si no lo están, se los denomina instrumentos particulares
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Iván Ignacio Carthery
no firmados; esta categoría comprende todo escrito no firmado, entre otros, los
impresos, los registros visuales o auditivos de cosas o hechos y, cualquiera que
sea el medio empleado, los registros de la palabra y de información.
♣ Art. 288: Firma. La firma prueba la autoría de la declaración de voluntad
expresada en el texto al cual corresponde. Debe consistir en el nombre del
firmante o en un signo.
En los instrumentos generados por medios electrónicos, el requisito de la firma de
una persona queda satisfecho si se utiliza una firma digital, que asegure
indubitablemente la autoría e integridad del instrumento.
♣Art. 1015: Libertad de formas. Sólo son formales los contratos a los
cuales la ley les impone una forma determinada.
♣ Art. 1016: Modificaciones al contrato. La formalidad exigida para la
celebración del contrato rige también para las modificaciones ulteriores que le
sean introducidas, excepto que ellas versen solamente sobre estipulaciones
accesorias o secundarias, o que exista disposición legal en contrario.
♣ Art. 1017: Escritura pública. Deben ser otorgados por escritura
pública: a) los contratos que tienen por objeto la adquisición, modificación o
extinción de derechos reales sobre inmuebles. Quedan exceptuados los casos en
que el acto es realizado mediante subasta proveniente de ejecución judicial o
administrativa; b) los contratos que tienen por objeto derechos dudosos o litigiosos
sobre inmuebles; c) todos los actos que sean accesorios de otros contratos
otorgados en escritura pública; d) los demás contratos que, por acuerdo de partes
o disposición de la ley, deben ser otorgados en escritura pública.
♣ Art. 1018: Otorgamiento pendiente del instrumento. El otorgamiento
pendiente de un instrumento previsto constituye una obligación de hacer si el
futuro contrato no requiere una forma bajo sanción de nulidad. Si la parte
condenada a otorgarlo es remisa, el juez lo hace en su representación, siempre
que las contraprestaciones estén cumplidas, o sea asegurado su cumplimiento.
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♦ Representación:
♣ Voluntaria: el art. 375 incisos g) dispone que es necesario el
otorgamiento de facultades expresas para reconocer o novar obligaciones
anteriores al ordenamiento del poder.
♣ Legal: la representación legal, siempre será necesaria la autorización
judicial con intervención del Ministerio Público. En el caso de los padres, lo
establece el art. 692 para los actos de disposición de los bienes del hijo; y para el
tutor en el art. 121 y para el caso del curador el art. 138.
♠ Art. 692: Actos que necesitan autorización judicial. Se necesita
autorización judicial para disponer los bienes del hijo. Los actos realizados sin
autorización pueden ser declarados nulos si perjudican al hijo.
♠ Art. 121: Actos que requieren autorización judicial. Además de los
actos para los cuales los padres necesitan autorización judicial, el tutor debe
requerirla para los siguientes: a) adquirir inmuebles o cualquier bien que no sea útil
para satisfacer los requerimientos alimentarios del tutelado; b) prestar dinero de su
tutelado. La autorización sólo debe ser concedida si existen garantías reales
suficientes; c) dar en locación los bienes del tutelado o celebrar contratos con
finalidad análoga por plazo superior a tres años. En todos los casos, estos
contratos concluyen cuando el tutelado alcanza la mayoría de edad; d) tomar en
locación inmuebles que no sean la casa habitación; e) contraer deudas, repudiar
herencias o donaciones, hacer transacciones y remitir créditos aunque el deudor
sea insolvente; f) hacer gastos extraordinarios que no sean de reparación o
conservación de los bienes; g) realizar todos aquellos actos en los que los
parientes del tutor dentro del cuarto grado o segundo de afinidad, o sus socios o
amigos íntimos están directa o indirectamente interesados.
♠Normas aplicables. La curatela se rige por las reglas de la tutela
no modificadas en esta Sección. La principal función del curador es la de cuidar a
la persona y los bienes de la persona incapaz, y tratar de que recupere su salud.
Las rentas de los bienes de la persona protegida deben ser destinadas
preferentemente a ese fin.
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Prueba de la novación:
“Art. 1019: Medios de prueba. Los contratos pueden ser probados por todos los
medios aptos para llegar a una razonable convicción según las reglas de la sana
crítica, y con arreglo a lo que disponen las leyes procesales, excepto disposición
legal que establezca un medio especial. Los contratos que sea de uso
instrumentar no pueden ser probados exclusivamente por testigos”.
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Efectos de la novación:
El doble efecto del acto novatorio:
“Art. 940: Efectos. La novación extingue la obligación originaria con sus
accesorios. El acreedor puede impedir la extinción de las garantías personales o
reales del antiguo crédito mediante reserva; en tal caso, las garantías pasan a la
nueva obligación sólo si quien las constituyó participó en el acuerdo novatorio”.
En simples palabras el efecto de la novación es de extinguir la primera obligación
con todos sus accesorios y hacer nacer la segunda.
♦ Protección de los terceros: tal situación rige sólo en la medida en que agrave la
situación del garante, pero no será oponible a terceros.
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Otros efectos:
♦ La novación como acto de reconocimiento de la obligación: importa un
reconocimiento tácito de la obligación.
Novación legal:
Caracterización:
“Art. 941: Novación legal. Las disposiciones de esta Sección se aplican
supletoriamente cuando la novación se produce por disposición de la ley”.
Se trata de un hecho jurídico, ya que es el ordenamiento el que le asigna el efecto
novatorio a un acontecimiento determinado. Constituye un supuesto de efectos
complejos: importa, desde el punto de vista objetivo, la extinción de una obligación
y el concomitante nacimiento de una nueva, porque la ley así lo dispone.
Principales supuestos
♦ La novación concursal: Ley 24.522, art. 55: Novación: En todos los casos, el
acuerdo homologado importa la novación de todas las obligaciones con origen o
causa anterior al concurso. Esta novación no causa la extinción de las
obligaciones del fiador ni de los codeudores solidarios.
♣ Las garantías: el art. 940 dispone que las obligaciones accesorias de
garantía no siguen la suerte de la principal, inclusive el fideicomiso en garantía.
♣ Obligaciones de sujetos plurales: el art. 851 inciso c), cuando la
novación es otorgada por uno de los codeudores, proyecta sus efectos a los
restantes, en las condiciones allí indicadas.
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♦ La consolidación de deudas del Estado: hay diversas normas al respecto pero citamos
la que creemos más importante: “Ley 23.982. art.17: La consolidación legal del pasivo
público alcanzado por la presente implica la novación de la obligación original y de
cualquiera de sus accesorios así como la extinción de todos los efectos inmediatos,
mediatos o remotos que la imposibilidad de cumplir sus obligaciones por parte de
cualquiera de las personas jurídicas u organismos comprendidos por el artículo2º
pudieran provocar o haber provocado. En lo sucesivo sólo subsisten a su respecto los
derechos derivados de la consolidación. Asimismo, la cancelación de obligaciones con
cualquiera de los Bonos de Consolidación creados por la presente ley extinguirá
definitivamente las mismas”.
♦ Las obligaciones del sector público: también se han dictado normas que instituyen la
posibilidad de novar obligaciones en este ámbito.
♦ Obligaciones fiscales y adhesión del contribuyente: novación voluntaria: en un fallo de la
provincia de La Pampa se indicó que si bien las provincias no tendrían facultad para
dispones novaciones, la adhesión a un plan de pagos importa una novación voluntaria, no
legal; sin perjuicio de que se trate de un acuerdo de adhesión para el particular.
Unidad 12:
Concepto:
“Art. 942: Definición. La obligación se extingue cuando el acreedor voluntariamente
acepta en pago una prestación diversa de la adeudada”. Se trata de un
instrumento que facilita la liberación del deudor, y a las obligaciones les permite
adaptarse a las circunstancias de un mundo negocial cuya fluidez y velocidad
requiere de soluciones dinámicas, prácticas y útiles. Desde nuestra opinión la
dación en pago es el acuerdo que deudor y acreedor celebran, a fin de sustituir la
prestación originariamente adeuda por una prestación diversa, la que se ejecutará
en el mismo momento del acuerdo, o en uno posterior, extinguiéndose por dicho
cumplimiento la misma y única obligación.
Naturaleza jurídica:
♦ Modalidad o variante del pago: se postula la existencia del sólo hecho de aceptar
el acreedor una prestación diferente a la debida; en otras palabras que lo único
que acontece es el cumplimiento de la obligación en diferentes términos, solo se
cambia el objeto del pago.
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♦ Acto bifronte: Para otra corriente, en la que convergen dos ideas primordiales,
estrechamente ligadas entre sí, como son la novación y el pago inmediato de la
nueva obligación, existiendo en consecuencia dos acontecimiento separados, pero
velozmente unidos. Se postula además que cuando el acreedor acepta en pago
una prestación distinta a la debida, está tácitamente manifestando con ello su
voluntad de sustituir la prestación originaria, cuya ejecución inmediata acepta.
♦ Figura compleja: la figura puede hacerse desde varios puntos de vista, y que
puede compararse con el “pago”, porque es una especie anormal de él, ya que se
extingue la obligación con el consentimiento del acreedor; también con la
“novación” por cambio de objeto, porque el acreedor admite la extinción de su
antiguo crédito mediante la creación de una nueva obligación; y con una “venta
que produce una compensación”, desde que el deudor vende un bien a su
acreedor por un precio igual al importe de su deuda.
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Caracterización y elementos:
♦ Acuerdo de partes: la dación en pago emerge de un acto voluntario mediante el
cual acreedor y deudor acuerdan la situación de la prestación por otra, a fin de
extinguir la obligación de que se trata. No es sino una de las manifestaciones de la
autonomía de la voluntad un “reemplazo convencional de la prestación”.
♦ Causa final del acto: el ánimo de pagar: éstas es una cuestión determinante,
debe existir una conducta orientada a pagar la obligación, mediante este
mecanismo particular de entregar una prestación diferente. Así, no habrá dación
en pago si se entrega un crédito para ser cobrado y luego compensarlo con el
crédito en virtud del cual se entrega el segundo, existiendo allí una cesión
prosolvendo, o si entregan en garantía. La clave, para que haya dación en pago,
es la siguiente: una vez que se ejecute la prestación, la obligación debe quedar
extinguida. De lo contrario, no habrá dación en pago, sino otro tipo de acto.
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Forma y prueba:
Por tratarse de un contrato solutorio, el acto en virtud del cual se pacta la dación
en pago deberá reunir las formalidades que exija el contrato afín. Con relación a la
prueba, por tratarse de un contrato solutorio regirán las normas relativas a la
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Dación en pago por un tercero. Efectos. El caso de la quiebra: nada impide que un
tercero pacte con el acreedor la dación en pago. La pregunta que surge que es
qué derecho tiene el solvens respecto al deudor. Esta situación es inoponible al
deudor, quien continuará obligado ante el subrogante de la misma manera en que
se encontraba frete a su acreedor primigenio.
En caso de quiebra, la situación tiene una especial regulación. En el art. 122 de la
ley 24.522 “Cuando el acreedor peticionante, luego de promovida la petición de
quiebra, recibiera cualquier bien en pago o dación en pago de un tercero para
aplicar al crédito hecho valer en el expediente, se presume que se han entregado
y recibido en favor de la generalidad de los acreedores, siendo inoponibles a ellos
el otro carácter”
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♦ Los acto abdicativos: los actos abdicativos son aquéllos actos jurídicos en los
que su agente tiene por fin inmediato la pérdida para sí de una relación jurídica en
la que se encuentra emplazado, o de algún derecho o facultad emergente de la
misma, y que puede producir o no su extinción, reciba o no algo a cambio. Los
principios generales que rigen todo acto abdicativo son: 1) libertad o
renunciabilidad; 2) informalidad; 3) interpretación estricta; 4) retractabilidad.
Caracterización:
♦ Es un acto jurídico.
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♦ Todos los derechos son renunciables, salvo que exista una prohibición legal, o
se afecte el orden público.
♦ Cuando se trata de derechos patrimoniales, un acto de disposición, es necesario
conferir facultades expresas; aunque puede haber renuncias que constituyan actos
de administración.
♦ Puede ser unilateral o bilateral.
♦ Puede ser oneroso o gratuito.
♦ Como regla, es no formal.
♦ Es de interpretación estricta.
♦ Es retractable.
♦ Puede ser otorgada por actos inter vivos o mortis causa mediante un legado de
liberación.
♦ Puede ser pura o condicional.
♦ Generalmente la renuncia no tiene efectos traslativos.
La causa final:
Se trata de un acto jurídico causado, en el sentido de que quien lo obra claramente
lo hace con la finalidad de pérdida del derecho, privarse voluntariamente de algo
que se poseía. En definitiva: en todo acto abdicativo en general, y en la renuncia
en particular, el sujeto quiere y tiene por fin inmediato el dejar de tener aquello que
está en su órbita de intereses jurídicos.
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Iván Ignacio Carthery
♦ Licitud del objeto. El orden público como límite. El criterio hermenéutico: el orden
público constituye el límite infranqueable en el otorgamiento de todos los actos
abdicativos, y también de la renuncia a los derechos. Se trata de uno de los
grandes principios, incuestionables en materia de renuncia de derechos. Se indica
en el art. 944 que la renuncia es viable si no está prohibida por la ley y sólo afecta
intereses privados, a) son renunciable los derechos instituidos en beneficios del
interés particular de su titular; b) son irrenunciables los derechos instituidos en
resguardo del orden público; c) en caso de duda acerca de la finalidad de su
institución ha de estimarse que el derecho es renunciable.
Especies:
Una renuncia onerosa es renuncia de nombre, pues si media un precio se tiene un
cambio. La naturaleza jurídica de la renuncia: si es unilateral en todos los casos,
mal podría postularse la existencia de renuncias onerosas; en cambio, si se
considera bilateral, nada obstaría a afirmar lo señalado. Por ello, los partidarios de
la unilateralidad de la renuncia señalaban que de ser onerosa, la renuncia sólo
tiene de tal su nombre, pues si media un precio o una contraprestación pierde su
tipicidad, que es la de ser un acto jurídico unilateral.
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♦ La renuncia gratuita. Puede o no ser una liberalidad: en la segunda parte del art.
945 se dispone “La renuncia gratuita de un derecho sólo puede ser hecha por
quien tiene capacidad para donar”. Para ser tal, la renuncia gratuita a los
derechos, no debe tener aneja una contraprestación. Por ello, no es de la esencia
de la renuncia a los derechos la intención de beneficiar a un sujeto; aunque en
ciertos casos puede presentarse este ánimo. No cabe confundir la gratuidad de un
acto jurídico con la intención de beneficiar, que es propia de las liberalidades.
Pueden existir actos gratuitos en donde no exista tal intención de beneficiar. Y
también existen liberalidades en las que, técnicamente, no hay renuncia, sino un
acto diferente, como ocurre en el caso de la donación.
Otorgamiento de la renuncia:
Se consagra la bilateralidad de la renuncia cuando ella tiene un beneficiario. En el
art. 946 se dispone “Aceptación. La aceptación de la renuncia por el beneficiario
causa la extinción del derecho”.
♦ Renuncia gratuita unilateral: comprende a todos aquellos derechos absolutos
que no tienen un beneficiario directo de la renuncia, sean de naturaleza
patrimonial o extrapatrimonial. Sin embargo, existiendo un beneficiario, la renuncia
será bilateral. En los derechos relativos de contenido extrapatrimonial bastará con
la manifestación de voluntad del tiempo del derecho para que la renuncia, como
acto jurídico, quede perfeccionada y, en consecuencia, el derecho se extinga.
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Retractación de la renuncia:
“Art. 947: Retractación: La renuncia puede ser retractada mientras no haya sido
aceptada, quedando a salvo los derechos adquiridos por terceros”.
♦ Caracterización: partiéndose de la existencia de un acto anterior, su otorgante
con posterioridad, se arrepiente de lo obrado y pretende borrar los efectos del acto
anterior, y si es posible, el acto mismo. Trae aparejada una ineficiencia funcional
del acto retractado. En efecto, además de todos los requisitos que debe cumplir
como cualquier acto jurídico, es presupuesto de su validez la existencia de un acto
previo también eficaz desde su faz estructural, y quien integra su causa fuente
desde el punto de vista fenomenológico y jurídico. El acto retractado es la
renuncia. Es un acto jurídico unilateral; y de disposición. Es en principio un acto no
formal, pudiendo ser expresa o tácita.
♦ Su ámbito de actuación:
♣ Renuncias onerosas. Imposibilidad: en las renuncias onerosas la
retractación es impredicable. Es que en un mismo acto, ambas partes, renuncian y
aceptan la renuncia en el mismo acto.
♣ Renuncias gratuitas unilaterales: en tal caso, el arrepentimiento (o
retractación) únicamente podrá ser ejercido en tanto y en cuanto no haya mediado
una adquisición posterior, por un tercero, de un nuevo derecho sobre el bien en
trance. Por cierto que en caso de operarse la retractación, no habrá adquisición de
un nuevo derecho sobre la cosa, sino que al renunciante-retractante le serán
restituidos los derechos que había abandonado.
♣ Renuncias gratuitas bilaterales: la aceptación del beneficiario es un acto
que integra la formación del acto. Lo que se puede retractar no es la renuncia, que
por otra parte todavía no se ha perfeccionado, sino la oferta de renuncia.
Identificada la declaración que puede ser retractada como lo que realmente es,
esto es, oferta contractual, queda sujeta a los regímenes de la formación de los
contratos.
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♦ Forma: “Art. 949: Forma. La renuncia no está sujeta a formas especiales, aun
cuando se refiera a derechos que constan en un instrumento público.
♣ Imposición legal de formas especiales: por excepción la renuncia es un
acto expreso y a la vez formal, cuya inobservancia traerá aparejada su nulidad.
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Efectos de la renuncia:
♦ Efecto esencial: pérdida del derecho y extinción de la relación jurídica: la
renuncia de los derechos invariablemente trae aparejada su pérdida para el titular,
con prescindencia de que se produzca o no la extinción del objeto. El derecho
renunciado, queda extinguido. Pueden darse casos en los que de la renuncia,
además de la pérdida, también se produzca la extinción del objeto, como ocurre
en las Obligaciones. Pero en otros supuestos, y si bien la renuncia produce la
pérdida, desde la perspectiva objetiva se produce una modificación de la situación
jurídica del objeto.
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♦ El documento original. Calidades que debe reunir: este instrumento puede ser
público o privado; pero en el caso de los instrumentos públicos que tengan su
mellizo protocolizado, será de aplicación lo establecido en la segunda parte del art.
950. Por ende, la entrega de fotocopias legalizadas o certificadas, copias o
testimonios, en el marco de la ley vigente, no hace presumir nada a favor del
deudor. Si existen dos originales, uno en poder de cada parte, la situación no
varía. Si son muchos y la obligación es solidaria, la propagación de efectos lleva a
concluir que la obligación se habrá extinguido por remisión, en el caso de la
indivisibilidad, será necesario el consentimiento de todos los acreedores.
♦ La entrega efectiva del documento original: la entrega del acreedor al deudor, en
cuanto acto por el cual se pone en manos del otro el instrumento, debe ser
voluntaria, obrada con discernimiento, intención y libertad. Por ello es que si
hubiera mediado algún vicio de la voluntad, no habrá remisión. En el caso en que
el documento ha sido robado o hurtado por el deudor, o si el acreedor lo ha
extraviado y circunstancias fortuitas posteriores lo ponen en manos del deudor.
Pero en este caso ya no habrá existido la entrega.
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Efectos:
♦ Aclaración preliminar: las disposiciones de los arts. 952 a 954 deben entenderse
aplicables a toda renuncia de derechos creditorios, y no solamente opera mediante
la entrega del documento en el que consta la deuda.
♦ La remisión a favor del fiador: la tercer parte del art. 952 dispone “la remisión en
favor del fiador no aprovecha al deudor”.
♦ Pluralidad de fiadores y renuncia respecto a uno sólo de ellos: la última parte del
art. 952 dispone “la remisión hecha a favor de uno de varios fiadores, no
aprovecha a los demás”.
♦ Entrega de la cosa dada en prenda: el art. 954 dispone “la restitución al deudor
de la cosa dada en prenda causa sólo la remisión de la prenda, pero no la
remisión de la deuda”. El derecho real de prenda, en cuanto a garantía participa de
la accesoriedad propia de los derechos reales (art.2186). De hecho, en esta última
norma se dispone en su párrafo final: “la extinción de la garantía por cualquier
causa, incluida la renuncia, no afecta la existencia del crédito”:
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♦ Pago parcial hecho por un fiador: en el art. 953 se dispone “El fiador que pagó
una parte de la deuda antes de la remisión hecha al deudor, no puede repetir el
pago contra el acreedor”.
El texto legal ahora vigente no contempla la situación apuntada precedentemente,
sino una distinta: si el fiador pagó una parte de la deuda, y luego el acreedor
otorgó una remisión, el fiador no puede repetir el pago. Debe entenderse que si el
fiador pagó una parte de la deuda, ésta necesariamente se aminoró, y lo que el
acreedor renunció ha sido el saldo insoluto, y no la obligación en su totalidad.
El legado de liberación:
Cuando se trata de un legado de liberación, el acto es unilateral, pues sólo puede
instituirse legatario por un testamento, que es un acto unilateral. La obligación, en
tal caso, se extingue por renuncia y no por confusión. En el legado de liberación: el
legatario tiene el rol de deudor. Asimismo, no existe transmisión o transferencia
alguna a su favor. En el art. 946 sólo es aplicable a los actos inter vivos, por lo cual
es inaplicable para los actos mortis causa. Es que la norma supone un acuerdo de
voluntades, que es impredicable en el caso que nos ocupa.
Imposibilidad de cumplimiento
. Art. 955°. Definición. La imposibilidad sobrevenida, objetiva, absoluta y definitiva de la
prestación, producida por caso fortuito o fuerza mayor, extingue la obligación, sin
responsabilidad. Si la imposibilidad sobreviene debido a causas imputables al deudor, la
obligación modifica su objeto y se convierte en la de pagar una indemnización de los
daños causados.
Si bien la regla general que impera en la materia determina que el deudor es responsable
del incumplimiento de la obligación a su cargo, su responsabilidad se torna inexistente
cuando la prestación resulta imposible de ejecutar. La imposibilidad sobrevenida, objetiva,
absoluta y definitiva de la prestación, producida por caso fortuito o fuerza mayor, extingue
la obligación sin responsabilidad. Es decir, el efecto principal de la imposibilidad de
cumplimiento es la extinción de la obligación y la consecuente liberación del deudor,
siempre que la imposibilidad sea producida por un caso fortuito o fuerza mayor, y resulte
totalmente ajena a la conducta del deudor. Los requisitos para que medie imposibilidad de
cumplimiento como causa de extinción de las obligaciones son:
• Que la prestación se haya tornado imposible, en razón de una causa sobrevenida.
La imposibilidad puede ser física o jurídica. Habrá imposibilidad física cuando la
prestación sea de realización físicamente imposible, como suele suceder en las
obligaciones de hacer intuitu personae. En cambio, habrá imposibilidad jurídica
cuando aparece un obstáculo legal que se opone a la realización de la prestación
debida, aunque ella sea materialmente posible de ser cumplida. Dicha
imposibilidad debe ser sobrevenida, es decir, posterior al acto que generó la
obligación, ya que si fuera contemporánea al otorgamiento del acto, existiría un
defecto originario por falta de objeto, que constituye un supuesto de nulidad. La
imposibilidad debe ser:
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Imposibilidad temporaria:
Art. 956°. Imposibilidad temporaria. La imposibilidad sobrevenida, objetiva, absoluta y
temporaria de la prestación tiene efecto extintivo cuando el plazo es esencial, o cuando su
duración frustra el interés del acreedor de modo irreversible.
Unidad 13:
Aspecto General: Prescripción:
Concepto:
♦ Prescripción adquisitiva: “art.1897: La prescripción para adquirir es el modo por
el cual el poseedor de una cosa adquiere un derecho real sobre ella, mediante la
posesión durante el tiempo fijado por la ley.
♦ Transcurso del tiempo fijado por la ley: el ordenamiento establece el lapso que
debe correr para que acontezca la prescripción liberatoria, que no puede ser
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dispuesto o modificado por los interesados, existe un plazo general de cinco años
y muchos plazos especiales.
♦ Posibilidad de actuar: esto es, que al tiempo en que se produce, el titular del
derecho no se encuentre impedido de hacerlos valer.
Fundamento:
En la doctrina existen diversas opiniones al respecto.
♦ Sanción al titular del derecho: por una parte, se postula que la prescripción
constituiría una sanción al titular del derecho que lo pierde por inacción.
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primera, pero siempre y cuando se verifiquen los requisitos que la ley establece.
En el caso especial de las obligaciones, cabe recordar que se trata de un derecho
subjetivo temporario. Lleva en sí mismo, desde su nacimiento, incorporada la
causa que razonablemente debe extinguirla. Cuando la obligación se torna
exigible, y si no es cumplida de manera inmediata, el factor tiempo cobra particular
protagonismo.
Caracteres:
♦ Origen legal. Imperatividad. Prelación normativa: la trascendencia institucional de
la prescripción aconseja vedar la intervención de los particulares modificando la
estructura de la prescripción. Existe aquí un interés general, colectivo, que está
por encima de los intereses de los particulares, que por ende tiene un valor
superior a éstos y los neutraliza, y que puede resumirse en la necesidad de dar
seguridad a las relaciones y situaciones jurídicas en sus principales aspecto
existenciales; en este caso ante el inexorable paso del tiempo. Se ha ratificado el
carácter imperativo de las normas relativas a la prescripción, vedando cualquier
modificación por vía convencional. La prescripción, pues, se encuentra imbuida de
orden público.
♦ Competencia legislativa: por imperio del art. 75 inciso 12 de la CN es el
Congreso quien cuenta con la facultad exclusiva y excluyente para reglar la
prescripción. Por ello es que entendemos que no sólo es inconveniente, sino
además inconstitucional, el agregado al art. 2532 en el cual el legislador,
delegando lo que a su vez le fue delegado de las Provincias, habilita a que las
legislaciones locales la regulen en cuanto al plazo de tributos.
Sujetos de la prescripción:
“Art. 2534: La prescripción opera a favor y en contra de todas las personas,
excepto disposición legal en contrario. Los acreedores y cualquier interesado
pueden oponer la prescripción, aunque el obligado o propietario no la invoque o la
renuncie”.
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La prescripción opera de pleno derecho, pero debe ser invocada por el interesado.
No es declaraba de oficio:
La prescripción debe tenerse por sucedida cuando se cumple el plazo legal
sumado a la inacción de las partes; y que la sentencia es meramente declarativa.
Por ello es que el pago de una obligación prescripta se rige por el art. 2538, y no
importa un acto de reconocimiento, no habiendo efecto interruptivo, ni tampoco
tornándose nuevamente exigible. Lo propio si se presentare una causal de
suspensión una vez acontecida la prescripción. Lo señalado no obsta a que deba
ser opuesta por el interesado en el marco de un proceso judicial iniciado por el
contradictor. Si ello no acontece, no cabe predicar la existencia de una renuncia
tácita a la prescripción ya ganas, que no puede presumirse de dicho silencio. Pero
el efecto es similar: si el deudor o el poseedor no la invoca, respecto de él debe
reputarse por no sucedida, cobrando plena virtualidad el derecho del acreedor o
del titular del derecho. Pero sólo respecto de él, y no de otros interesados, como
podrían ser sus codeudores, a quienes tal situación no puede afectarlos. El efecto
es personal. El juez, por su parte, no puede declararla de oficio.
Vías procesales:
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“Art.2551: Vías procesales. La prescripción puede ser articulada por vía de acción
o de excepción”. La vía procesal, cuando la acción es autónoma, es la acción
declarativa de certeza. Aunque también puede serlo por vía incidental.
Modo de oponerla:
Precisión y claridad, y las normas procesales disponen para la demanda, formular
la petición en dichos términos. Sin perjuicio de la interpretación estricta que debe
imperar en materia de prescripción, el juez debe resolver la excepción en cuestión.
Renuncia a la prescripción:
♦ Renuncia según el CCyC: “art.2535: La prescripción ya ganada puede ser
renunciada por las personas que pueden otorgar actos de disposición. La renuncia
a la prescripción por uno de los codeudores o coposeedores no surte efectos
respecto de los demás. No procede la acción de regreso del codeudor renunciante
contra sus codeudores liberados por la prescripción”.
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Suspensión de la prescripción:
♦ Caracterización:
♣ Es un efecto personal. Excepciones: “Art. 2540: Alcance subjetivo. La
suspensión de la prescripción no se extiende a favor ni en contra de los
interesados, excepto que se trate de obligaciones solidarias o indivisibles”. La
detención del plazo de prescripción que se encuentra corriendo, y su arranque
luego de que cesa la causal suspensiva, constituye un efecto personal que
solamente se propaga a codeudores y coacreedores solidarios o indivisibles.
♣ Posibilidad de accionar. Excepciones: esta situación se instaura, en
beneficio del titular del derecho que podría prescribir, y no le impide ejercerlo, ya
que no genera la imposibilidad jurídica de accionar.
♣ Tiempo de inicio de la suspensión: la suspensión de la prescripción
supone una previa iniciación del curso de la prescripción. Si esta ocurriera al de
generarse una acción existiera una causal suspensiva, dos serían los resultados
posibles: entender que la prescripción comenzó a correr y en el mismo instante
quedó suspendida; o entender que no comenzó a correr, y que ello se producirá
una vez cesada la causal suspensiva.
♣ Causales: las previstas en el CCyC se encuentran en los arts. 2541 a
2543.
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fehaciente hecha por el titular del derecho contra el deudor o el poseedor. Esta
suspensión sólo tiene efecto durante seis meses o el plazo menor que
corresponda a la prescripción de la acción”. Es un acto unilateral recepticio, por lo
que sólo tendrá efectos si llega al destinatario, y con ello anterioridad al
vencimiento del plazo de prescripción. El contenido de la interpelación debería ser
lo más circunstanciado posible, de todas maneras, debe adoptarse un criterio
amplio para su valoración en orden a la atribución del efecto suspensivo, ya que
no existen fórmulas sacramentales.
Interrupción de la prescripción:
♦ Caracterización: la inutilización absoluta del plazo de prescripción que está
corriendo, y el comienzo de uno nuevo, constituye también un efecto personal que
solamente se propaga a codeudores y coacreedores solidarios o indivisibles. Se
trata de situaciones en las cuales los interesados ponen de manifiesto, de alguna
manera, su inequívoca voluntad de mantener la existencia del derecho; y que
deben ser opuestas y acreditas por los interesados, estando vedado al juez
aplicarla de oficio.
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Dispensa de la prescripción:
Concepto:
Se trata de un derecho condicionalmente concedido al acreedor, cual es el de
verse eximido de las consecuencias de la prescripción cumplida en el curso de
situaciones de hecho comprendidas en el concepto genérico de fuerza mayor.
Caracterización:
Se trata de una situación excepcional, desde que si bien el plazo de prescripción
se ha cumplido, y se podría afirmar que la obligación ya ha prescripto, mediante
este mecanismo, se sustrae al titular del derecho de tal efecto, en razón de una
imposibilidad de hecho que lo afectó al tiempo en que operaba la prescripción y
que, por ende, le impidió ejercer sus derechos. Su razón de ser es la existencia de
un hecho externo, no atribuible causalmente al titular del derecho, en virtud del
cual éste se ve impedido de ejércelo, en el momento en que se produce la
prescripción.
Requisitos:
Deben concurrir las siguientes circunstancias: 1) que el plazo de la prescripción se
encuentre cumplido; 2) existencia de una dificultad o de maniobras dolosas de que
impidan obrar temporalmente al titular del derecho; 3) que ellas se presenten al
tiempo en que se cumplió el plazo de prescripción; 4) que el titular del derecho
pida la dispensa una vez cesado el impedimento; 5) que tal petición se efectúe
dentro del plazo de caducidad establecido por la ley.
Causales:
♦ Ajenidad: la dificultad no debe ser atribuida causalmente al titular del derecho, no
debe ser de su autoría. Debe tener la entidad suficiente para impedirle
temporalmente el ejercicio de la acción judicial tendiente a hacer efectivo su
derecho. Puede provenir de una circunstancia externa a quienes tengan interés
jurídico en el derecho de que se trate, en la actuación de contradictor, o en la
actuación de un tercero ajeno que lo provoque.
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Plazo de caducidad:
Es de 6 meses.
Aspectos procesales:
Se debe hacer valer en sede judicial, por lo cual es irrelevante cualquier actuación
extrajudicial, ya que para su procedencia es necesaria la declaración del juez. Es
inviable una acción declarativa de la dispensa. El interesado debe formular una
demanda reclamando su derecho en el término de caducidad meses de cesado el
impedimento. Al dictar la sentencia, el juez deberá en primer lugar pronunciarse
respecto a si la prescripción ha acontecido o no. En caso afirmativo, deberá
valorar la existencia de los hechos invocados en sustento de la pretensión de la
declaración de la dispensa de la prescripción, y pronunciarse al respecto.
Efectos:
Una vez admitida por el juez, el efecto es liberar al titular del derecho de los
efectos de la prescripción cuyo plazo ya aconteció. En nuestra opinión sea la
obligación indivisible o solidaria, a igual conclusión cabe arribar respecto a la
dispensa de la prescripción: propaga sus efectos tanto respecto a los estantes,
coacreedores, como a los codeudores; y, por ende, la prescripción de la obligación
no ha operado.
Plazo especiales:
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Los plazos de prescripción surgen de la ley, y por ende, no sólo están en el CCyC,
sino que también en varias leyes especiales. Nos abocaremos a exponer las
dispuestas por el código:
♦ Plazo de 10 años: “art. 2561: el reclamo del resarcimiento de daños por
agresiones sexuales infligidas a personas incapaces...”
♦ Plazos de seis meses: el art. 96 del dec-ley 5965/1963, se dispone que la acción
del endosante que reembolsó el importe de la letra de cambio o que ha sido
demandado por acción de regreso, contra los otros endosantes y contra el librador.
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La situación en la prescripción:
Existe en el CCyC una única norma que regula el problema, sólo en lo atinente a
la modificación de los plazos de prescripción. Pero además se han introducido
cambios en la suspensión y la interrupción de la prescripción, en la dispensa, en el
comienzo del cómputo en algunos supuestos. Por el orden público imperante, no
existen aquí normas supletorias. Por ende, se centra en determinar la ley aplicable
cuando entra a regir una nueva normativa encontrándose pendiente el
acaecimiento de la prescripción, por encontrarse la prescripción en curso en dicho
momento. Con excepción, de la solución específica respecto a los plazos de
prescripción, el análisis de las diversas situaciones debe efectuarse a luz de lo
establecido en el art. 7° del CCyC, y en consecuencia:
♦ Si la prescripción acaeció previo a la vigencia de la nueva ley, se rige por la ley
anterior. Lo propio acontece si la demanda se entabla antes de la vigencia de la
nueva ley. No hay, por ende, efecto retroactivo de la nueva ley.
♦ Excepción: si la nueva ley fija un plazo más breve, impera este último, el que
cuenta desde la entrada en vigencia de la nueva norma.
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♦ Declaración de oficio por el juez: se indica en el art. 2572 que ello sólo es posible
si es de origen legal y se encuentra involucrado el orden público. Por ende, en el
caso de la convencional el juez se encuentra vedado de intervenir de oficio. En la
legal, siempre debe hacerlo en el caso de la caducidad de las acciones judiciales;
en relación a las facultades de obrar y de exigir de origen legal, para intervenir y
declarar la caducidad, deberá establecer previamente la existencia de orden
público.
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en una norma relativa a derechos disponibles”. Ella se frustra. Nace así el derecho
o se consolida la situación jurídica. Ello puede suceder por dos razones:
♣ El cumplimiento del acto previsto por la ley o por el acto jurídico: se trata
de la aniquilación de la caducidad por la vía natural: la actividad del interesado.
♣ Reconocimiento: se trata del reconocimiento del derecho realizado por la
persona contra la cual se pretende hacer valer la caducidad prevista en un acto
jurídico o en una norma relativa a derechos disponibles. No nace un nuevo plazo
de caducidad, sino que directamente hay frustración definitiva de que la facultad o
la acción caduquen. Aquí no hay acto del interesado, sino de la persona que
resultaría beneficiaria de la caducidad, siempre y cuando no esté involucrado el
orden público. Dicho acto debe ser otorgado pendiente el cumplimiento del plazo
de caducidad, y constituye una renuncia tácita anticipada a la caducidad, que es
viable por imperio de esta norma.
Unidad 16:
Daño resarcible. Concepto de daño.
Art. 1737°. Concepto de daño: Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no
reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o
un derecho de incidencia colectiva.
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• Los daños
individuales homogéneos están comprendidos en el sistema porque se trata de una
pluralidad de daños individuales, en los que las dificultades que se presentan son de
naturaleza procesal.
• Los daños
colectivos sobre derechos de incidencia colectiva son expresamente receptados.
• Daño actual.
Aquel ya ocurrido al tiempo en que se dicta la sentencia.
• Daño futuro.
Todavía no ha sucedido, aunque su causa generadora ya existe. Puede ser:
• Cierto. Se
presenta como indudable o con un alto margen de probabilidad.
• Incierto.
Eventual, hipotético.
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• Daño moratorio.
Derivado exclusivamente del estado de mora, por la insatisfacción temporaria del
acreedor.
• Daño
compensatorio. Corresponde a la inejecución definitiva.
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La certeza del daño alude a su existencia, ya que debe ser real y efectivo por oposición al
daño hipotético. El daño es cierto aunque no sea liquidable al momento de su realización.
No debe confundirse la certeza del daño con el daño futuro, ya que el daño cierto puede
ser actual si ya se produjo, o futuro cuando se producirá segura o probablemente con
posterioridad a la sentencia.
La pérdida de chance también reúne el presupuesto de la certeza, porque la frustración
de la probabilidad de su realización siempre es cierta. En la chance existe certidumbre
sobre pérdida de las expectativas o probabilidades objetivas de obtener un beneficio
económico. El monto de la chance indemnizable no es el equivalente a todo el beneficio
esperado como en el lucro cesante, indemnizándose no la ventaja misma, sino la
probabilidad de obtener el beneficio, el que siempre será más reducido que la totalidad de
la ventaja. En la chance se frustra la posibilidad objetiva cierta de obtener una ganancia o
evitar una pérdida, a condición de que esa probabilidad sea suficiente, pero superando el
grado de mera conjetura.
En suma, el daño cierto puede ser actual (ya se produjo o se producirá antes de la
sentencia) o futuro (se producirá inexorablemente después del pronunciamiento judicial).
La personalidad del daño significa que se afecta un interés propio, directo o indirecto,
individual o colectivo de la víctima titular del interés lesionado y que obtiene legitimación
para demandar su reparación. El damnificado directo es la víctima inmediata, aquel sobre
el cual recae el daño en sus bienes o persona. El indirecto es la víctima mediata, terceros
cuyos intereses lícitos también son afectados, repercutiendo “por rebote”.
Finalmente, el daño es subsistente si no desapareció, ni se reparó al momento en que
debería ser resarcido. Se mantiene vigente el daño si la propia víctima afrontó por sí o si
lo hizo un tercero que puede subrogarse en sus derechos. Si el responsable no indemnizó
el daño, queda subsistente porque no se lo canceló y se mantiene con independencia de
que la víctima o un tercero hubieran logrado el restablecimiento de la situación material al
momento anterior al hecho lesivo.
Reparación plena. Art. 1740°. Reparación plena. La reparación del daño debe ser plena.
Consiste en la restitución de la situación del damnificado al estado anterior al hecho
dañoso, sea por el pago en dinero o en especie.
La víctima puede optar por el reintegro específico, excepto que sea parcial o totalmente
imposible, excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero. En el
caso de los daños derivados de la lesión del honor, la intimidad o la identidad personal, el
juez puede, a pedido de parte, ordenar la publicación de la sentencia, o de sus partes
pertinentes, a costa del responsable.
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La Corte sostiene que la indemnización debe ser integral, ya que si no lo fuera y quedara
subsistente el daño, no existiría tal indemnización, que requiere eximir de todo daño y
perjuicio mediante un cabal resarcimiento. El principio de reparación plena proviene de la
CN, del principio general de no dañar (art. 19) e incluso se afirma que está inferida de la
garantía de la propiedad emergente de los derechos implícitos. Igualmente debe
remarcarse que el Código recepta la constitucionalización del derecho privado,
amparando la comunicabilidad entre las esferas públicas y privadas.
En la doctrina se afirma que el principio de la reparación integral supone indemnizar el
daño emergente y el lucro cesante; la necesidad de estimar los daños al momento de la
sentencia, la fijación de intereses sobre la indemnización, la reparación del daño futuro y
de la pérdida de las chances. La reparación íntegra se asienta en cuatro reglas
fundamentales:
• El daño debe ser fijado al momento de la decisión;
• La indemnización no debe ser inferior al perjuicio;
• La apreciación debe formularse en concreto;
• La reparación no debe ser superior al daño sufrido.
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Se circunscribe la legitimación activa solo al damnificado directo del hecho nocivo, con
exclusión del indirecto. El directo es la persona que sufre un daño en calidad de víctima
inmediata del suceso, e indirectos son los demás sujetos que también experimentan un
perjuicio a raíz del hecho. Sin embargo, existen dos excepciones que autorizan el reclamo
del damnificado indirecto: en caso del fallecimiento de la víctima o de gran incapacidad,
casos en los cuales están legitimados el cónyuge, los ascendientes, descendientes y
quienes convivían con él recibiendo trato familiar ostensible.
Esta modalidad de “precio de consuelo” de reparación del daño no patrimonial atiende a la
idoneidad del dinero para compensar el padecimiento en la esfera extrapatrimonial
mediante bienes que permitan a la víctima obtener satisfacción.
La acción solo es transmisible a los sucesores si fue deducida en vida por el causante.
Por razones de justicia, el responsable por los daños no responde en base al principio de
la reparación plena en función de las consecuencias resarcibles, impidiendo que la
aplicación literal de la ley conduzca a resultados opuestos al bien común. La atenuación
no consiste solo en la reducción de la cuantía de la reparación, sino que comprende
también otras modalidades de adecuación de la condena a la equidad, por ejemplo,
admitiendo el pago en cuotas.
No procede la declaración de oficio y es de interpretación restrictiva. Si la obligación tiene
pluralidad de obligados pasivos, concurrentes o solidarios, la atenuación favorecerá solo a
quien reúna los requisitos legales, sin extender sus efectos a los restantes, ya que se trata
de un beneficio personal.
En la indemnización de equidad no rige el principio de la reparación plena del daño, sino
que se atiende a especiales singularidades. El CCC determina que deben tenerse en
cuenta 3 parámetros:
• El patrimonio del
deudor.
• La situación de la
víctima.
• Circunstancias
del hecho.
No procede la atenuación de la responsabilidad del deudor que incurrió en dolo.
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Iván Ignacio Carthery
La norma comprende la invalidez de las cláusulas que liberan de modo total o parcial
tanto de responsabilidad como de cumplimiento de algunos de sus supuestos. Se prevén
dos clases de prohibiciones, ya que son inválidos los acuerdos que afectan:
• Derechos
indisponibles, el orden público, la buena fe, leyes imperativas y el abuso del derecho.
• En caso de dolo
del deudor o de los terceros de los que él se sirve para cumplir la prestación
comprometida.
El criterio del sistema anterior que distinguía entre la dispensa parcial (cláusula limitativa)
y la total (cláusula excluyente) mantiene vigencia. En el primer caso, resulta válido que se
limite la responsabilidad cualitativamente hasta cierto monto. Por ejemplo, la cobertura
hasta cierto monto de las cajas de seguridad, si el usuario está debidamente informado y
no desnaturaliza las obligaciones del prestador.
En el caso de la exoneración completa, no es procedente la liberación que contradice las
circunstancias invalidantes de la dispensa, siendo admisible la dispensa anticipada de la
culpa, en la medida en que no se incurra en las exclusiones legales y que no se trate de
culpa grave. Por ejemplo, no será procedente liberar de culpa en caso de daño a la
integridad física y psíquica, salvo que se trate de bienes disponibles, como el
consentimiento libre e informado del damnificado. Allí se establece el principio de que los
derechos sobre el cuerpo no tienen valor económico, sino afectivo, terapéutico, científico,
humanitario o social, y son disponibles por su titular cuando se configure alguno de esos
valores. En los contratos por adhesión a cláusulas generales predispuestas, se tienen por
no escritas las cláusulas que desnaturalizan las obligaciones de predisponente.
La invalidez del acuerdo recae sobre la cláusula prohibida, manteniéndose el resto del
contrato, que puede ser integrado y completado por el juez.
Prueba del daño. Art. 1744°. Prueba del daño. El daño debe ser acreditado por quien lo
invoca, excepto que la ley lo impute o presuma, o que surja notorio de los propios hechos.
La carga de la prueba recae en cabeza de quien alega la existencia del daño o su cuantía,
y a quien invoca la existencia de los factores de atribución y de las eximentes de
responsabilidad.
La prueba de presunciones permite que el juez arribe a un convencimiento indirecto de los
hechos ante la ausencia o insuficiencia de los medios de prueba. Las presunciones
legales son las directamente establecidas por la ley de fondo o procesal, y pueden ser
iuris et de iure o iuris tantum. Por otra parte, las presunciones judiciales son las
conclusiones que establecen los jueces en base a las reglas de la experiencia y a partir
de la existencia de una pluralidad concordante de hechos de los que se puede inferir
razonablemente el resultando, según las reglas de la sana crítica.
La norma crea dos excepciones a la misma: los hechos presumidos o imputados por la
ley, y los hechos notorios. En cuanto a estos últimos, son aquellos que surgen de los
mimos hechos, daños que surgen notoriamente de su propia existencia. Por ejemplo, la
muerte de un ser querido presupone daño moral in re ipsa. Los hechos notorios son los
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conocidos y tenidos por ciertos por la generalidad de las personas de mediana cultura en
el lugar y tiempo en que se desenvuelve el proceso. La Corte, en un leading case, decidió
que es arbitraria la sentencia que prescinde de valorar los hechos notorios derivados de
las variaciones en la política económica.
La pauta de valoración de la prueba debe hacerse apreciando en conjunto los distintos
medios probatorios, no mediante una consideración aislada, sino integrándolos y
armonizándolos con las restantes constancias de la causa.
190
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En caso de muerte de los padres, la presunción de daño cesa con la edad en la que se
pierde el derecho alimentario (21 años) o si se trata de hijos mayores que estudian o se
capacitan profesionalmente en algún arte u oficio, hasta los 25 años si la prosecución de
los estudios le impide proveerse de medios necesarios para sostenerse
independientemente.
En caso de muerte de los hijos menores, la presunción comprende la pérdida de chance
de asistencia material y espiritual en la ancianidad y en caso de necesidad de los padres.
Los montos resarcitorios serán diferentes para cada damnificado, atendiendo a la distinta
situación vivencial de cada uno de ellos.
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Art. 1748°. Curso de los intereses. El curso de los intereses comienza desde que se
produce cada perjuicio.
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• Para gastos
pasados que son daños patrimoniales directos desde que se produjo el hecho
(destrucción de automóvil), desde que se produjo el hecho;
El interés de una suma de dinero reviste la condición de un accesorio que se debe, en las
obligaciones con fuente en hechos ilícitos, desde que se produjo el daño.
Daños causados por actos involuntarios. Art. 1750°. Daños causados por actos
involuntarios. El autor de un daño causado por un acto involuntario responde por razones
de equidad. Se aplica lo dispuesto en el artículo 1742.
El acto realizado por quien sufre fuerza irresistible no genera responsabilidad para su
autor, sin perjuicio de la que corresponde a título personal a quien ejerce esa fuerza.
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Quien causa un daño responde, en principio, por culpa o dolo. Sin embargo, estos
factores de atribución requieren la existencia de imputabilidad constituida por la existencia
de discernimiento, intención y libertad. No puede haber culpa si no existe hecho
voluntario, por lo que se estructura un régimen de responsabilidad fundado en la equidad.
Es decir, constatado que el daño obedece a un acto involuntario, la reparación se funda
en la equidad como factor de atribución, pudiendo no ser plena y su imponer evaluado
según las circunstancias del caso.
La segunda parte del artículo prevé la situación de la persona que causa un daño estando
sujeta a una fuerza física irresistible ejercida por un tercero. Aunque el CCC se refiere a la
violencia como vicio de la voluntad, mencionando la fuerza irresistible, en tales casos el
sujeto es reducido al estado de mero instrumento pasivo de otro, razón por la cual no
puede hablarse de acto. La acción no puede ser imputada al agente aparente, sino al real.
Es por ello que este supuesto queda fuera del resarcimiento de equidad.
La regla que emana de esta norma es una consecuencia del concepto de obligación
solidaria y concurrente, pues, mientras la primera se caracteriza por tener una misma
fuente, en las obligaciones concurrentes existe una pluralidad de obligaciones que
coinciden en su objeto.
Se contempla, en primero lugar, los supuestos en los que la obligación de resarcir tiene
una causa única, aplicando las reglas de las obligaciones solidarias. Se incluye a todos
los autores (quienes llevan a cabo el hecho ilícito, o toman parte en su realización) como
a los consejeros (sin ser partícipes, estimulan la comisión del hecho) y cómplices (prestan
a los autores colaboración antes o después de la comisión del hecho).
Las obligaciones de solidaridad pasiva son aquellas en las que existe una pluralidad de
deudores y un solo acreedor por la misma causa, de forma tal que el accipiens podrá
reclamar a cualquiera de los deudores el pago íntegro de la deuda. El pago por parte de
uno de los codeudores extingue la obligación respecto de todos. A su vez, la confusión
entre el acreedor y uno de los deudores solidarios solo extingue la cuota de la deuda que
corresponde a él, subsistiendo la obligación y su carácter solidario. Aquel que paga, sin
embargo, puede repetir al resto lo pagado en la medida de la participación que cada uno
de ellos haya tenido en el hecho. Ejemplos de esto son los supuestos en los que media
una actividad peligrosa de un grupo, o cuando no es posible establecer quién de un grupo
determinado ha ocasionado el daño.
A diferencia del supuesto anteriormente explicado existen determinados casos en los que,
si bien existen distintos sujetos responsables por la producción del daño, cada uno de
ellos responde por una causa fuente distinta. Dicha responsabilidad será concurrente. En
estas los deudores, si bien deben el mismo objeto, lo hacen en razón de causas
diferentes. Por ejemplo, la responsabilidad del principal por el hecho del dependiente, el
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Iván Ignacio Carthery
dueño o guardián de una cosa viciosa o riesgosa junto al conductor del automóvil o quien
operaba la cosa de su propiedad o bajo su cuidado.
Para que uno de los sindicados como autores del daño pueda exonerarse invocando el
hecho de un tercero, es preciso que ese otro hecho revista los caracteres del caso fortuito
para su exoneración total. El hecho del tercero que no reúne los caracteres del caso
fortuito no exonera, ni siquiera parcialmente, al sindicado como responsable.
Esto constituye una excepción al principio de simple mancomunación, según el cual la
solidaridad no se presume, y debe surgir del título constitutivo de la obligación o de la ley.
Incorpora, entre los responsables por los daños ocasionados por un hecho ilícito, al
encubridor. El encubrimiento se configura cuando, sin haber prestado ayuda al autor del
hecho ilícito, el sujeto, después de la comisión del delito, ayuda al autor a eludir las
investigaciones de la autoridad, o a sustraerse de la acción de ella, u omite denunciar el
hecho, encontrándose obligado a hacerlo.
No en todos los casos quien actúa como encubridor debe responder por el perjuicio
ocasionado, sino solo cuando su accionar ha cooperado en la producción del daño que
sufrió el damnificado, pues es su aporte causal lo que lo obliga a responder.
No responderá solidariamente con los autores del hecho ilícito, pues debe responder por
los daños ocasionados por su propio hecho, que es independiente de la obligación del
autor principal. Se aplicarán las reglas correspondientes a las obligaciones concurrentes,
por ser la causa fuente diferente.
BOLILLA 17
Responsabilidad por el hecho de terceros. Responsabilidad del principal por el
hecho del dependiente. Hecho de los hijos. Cesación de la responsabilidad paterna.
Otras personas encargadas.
Responsabilidad por el hecho de terceros. Responsabilidad del principal por el
hecho del dependiente. Art. 1753°. Responsabilidad del principal por el hecho del
dependiente. El principal responde objetivamente por los daños que causen los que están
bajo su dependencia, o las personas de las cuales se sirve para el cumplimiento de sus
obligaciones, cuando el hecho dañoso acaece en ejercicio o con ocasión de las funciones
encomendadas.
La falta de discernimiento del dependiente no excusa al principal. La responsabilidad del
principal es concurrente con la del dependiente.
196
Iván Ignacio Carthery
Este artículo se refiere a la responsabilidad del principal por el hecho de los terceros de
los que se sirve para el cumplimiento de sus obligaciones, debiendo entenderse que se
refiere exclusivamente a los daños que, con ocasión de esa ejecución, el dependiente
causa a terceros, o bien los que produce al propio acreedor, pero fuera del ámbito de
obligaciones del principal, con lo que quedan sujetos a responsabilidad extracontractual
(ej. El dependiente de un comerciante que entrega a otro mercader los bienes que este
adquirió al primero se pelea con el comprador y lo lesiona). La relación de dependencia
debe entenderse en un sentido amplio, y se configura siempre que el autor del daño haya
dependido para su accionar de la autorización del principal, aun cuando se trate de una
relación circunstancial y gratuita. De todos modos, se requiere un virtual poder de dar
órdenes y organizar la tarea del dependiente, y que este último actúe en interés del
principal.
Debe comprobarse la necesaria relación entre las tareas propias del subordinado y el
perjuicio. Podrá hacerse responsable el principal cuando su dependiente haya actuado en
ejercicio de la función encomendada, es decir, cuando el perjuicio haya sido ocasionado
durante el desarrollo del cometido ordenado, dentro del género de la actividad respectiva.
Pero también puede haber sido en ocasión de sus funciones, es decir, cuando la tarea
que desarrolla el dependiente ha sido un antecedente necesario, en el sentido de que el
hecho dañoso únicamente pudo ser ejecutado por el dependiente en tal calidad y por
mediar esas funciones.
La falta de discernimiento del dependiente no excusa al principal, quien deberá
igualmente resarcir el menoscabo sufrido por la víctima. El dependiente podrá responder
por razones de equidad, en los supuestos en los que el magistrado lo juzgue necesario.
De esta forma, el principal responde indirectamente. Responde de forma directa cuando el
juez juzga no procedente la indemnización de equidad por parte del dependiente.
Es necesario aclarar que el principal responde en forma OBJETIVApor los daños
ocasionados por sus dependientes.
Hecho de los hijos. Art. 1754°. Hecho de los hijos. Los padres son solidariamente
responsables por los daños causados por los hijos que se encuentran bajo su
responsabilidad parental y que habitan con ellos, sin perjuicio de la responsabilidad
personal y concurrente que pueda caber a los hijos.
197
Iván Ignacio Carthery
Frente a la eventual obligación personal que corresponde a sus hijos, la obligación de los
padres será concurrente, porque la causa fuente es distinta.
Si el hijo es mayor de 10 años, tiene discernimiento para actos ilícitos, por lo que el deber
de resarcir del menor se regirá por las disposiciones referidas a la responsabilidad por el
hecho propio. Por su parte, la obligación de los padres será concurrente con la de su
descendiente.
Por otra parte, el accionar del menor carente de discernimiento será antijurídico, por lo
que, si el juez lo considera equitativo, podrá recaer sobre él la carga de resarcir los
perjuicios ocasionados. La responsabilidad de los padres será refleja si hay también
responsabilidad del menor (por equidad), y directa en caso contrario.
La responsabilidad de los padres por el hecho de sus hijos menores es objetiva, por lo
que solo podrán eximirse acreditando causa ajena. Únicamente acreditando el hecho del
damnificado, el de un tercero o el caso fortuito o fuerza mayor, los progenitores podrán
eximirse de responder por el hecho ilícito de su descendiente.
Cuando el menor es puesto bajo la vigilancia de otra persona, sea transitoria o
permanentemente, cesará la responsabilidad de los progenitores mientras su hijo esté
sometido al control y vigilancia de dicho establecimiento. La transitoriedad requiere un
grado de permanencia. Tampoco cesará la responsabilidad parental si el hijo no se
encuentra bajo la vigilancia de una persona que pueda responder por los daños que el
menor pueda ocasionar. Es decir, cesará la responsabilidad siempre que haya alguien
que responda por el hecho del menor.
Los padres no se eximirán de responder por el solo hecho de que haya existido una
delegación del ejercicio de la responsabilidad parental a un pariente o tercero, en los
términos del artículo 643. Dicho cese temporal del cuidado del menor es voluntario de los
padres, y no hace cesar la titularidad de la responsabilidad parental en cabeza de los
progenitores.
Para que surja el deber de responder de los padres, el hijo debe habitar con ellos. La
responsabilidad no cesa si la falta de convivencia se produjo por una causa atribuible a
estos últimos, en supuestos de abandono del menor, o cuando uno de los ascendientes
se retira del hogar sin razón legítima.
No podrá imputarse responsabilidad a los padres cuando el daño se produzca mientras el
menor se encuentra realizando una actividad inherente a su profesión, o cuando
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Iván Ignacio Carthery
desarrolle tareas bajo el control de terceros. El CCC faculta al menor de edad que ha
obtenido título habilitante a ejercer su profesión, por cuenta propia y sin necesidad de
previa autorización. Asimismo, puede administrar y disponer de los bienes que adquiere
con el producto de su trabajo, y puede estar en juicio civil o penal por cuestiones
vinculadas a ello. Cuando el menor trabaja en relación de dependencia, la eximición de la
responsabilidad de los padres aparece patente, porque la tarea del menor se encuentra
subordinada jurídicamente a la de su principal, quien le imparte directivas.
Por último, se excluye la responsabilidad de los progenitores en los supuestos en los que
se reclamen al menor por consecuencias dañosas del incumplimiento de una obligación
contraída válidamente por él.
El Código incluye, entre los responsables por el hecho de otro, a los tutores, curadores y
delegados de la responsabilidad parental, quienes deberán resarcir los daños
ocasionados a terceros por las personas que se encuentren bajo su cuidado.
La tutela se configura cuando, para la protección de la persona y los bienes de un niño,
niña o adolescente, se designa a una persona para que ejerza su representación legal y
se haga cargo del menor. Puede surgir de una designación de los padres con
homologación judicial o del juez. En consecuencia, el tutor será responsable por todos los
actos ilícitos cometidos por el menor en perjuicio de un tercero.
En lo que refiere a los curadores, su accionar queda limitado en función del régimen de
restricciones a la capacidad. Cuando la persona se encuentre absolutamente
imposibilitada de interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo,
medio o formato adecuado y el sistema de apoyos resulte ineficaz, el juez podrá declarar
la incapacidad y designar un curador, que responderá por los hechos de la persona sujeta
a curatela.
El CCC establece la posibilidad de que los padres deleguen el ejercicio de la
responsabilidad parental en un pariente o tercero idóneo, por el término de un año, previa
homologación judicial. En este caso, el deber de responder del delegado por los hechos
del menor se extenderá durante el término que dure su ejercicio. La eventual
responsabilidad de quien ejerce la delegación no excluye la de los padres.
En resumen, dichos representantes responderán SUBJETIVAMENTE por los perjuicios
ocasionados por las personas que se encuentran bajo su cuidado, ya que pueden probar
que les ha sido imposible evitar el daño. Existe una presunción de culpa a favor de la
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Una actividad es riesgosa cuando por su propia naturaleza o por las circunstancias de su
realización, genera riesgo o peligro para terceros, intervenga o no una cosa, activa o
pasivamente. Se produce cuando potencia la probabilidad de daños a terceros, acrecienta
el nivel normal de peligro en toda conducta humana lícita.
El daño causado por el riesgo creado, el riesgo con la cosa, la cosa riesgosa, significa que
se debe valorar después de acaecido el hecho lesivo si el daño se produjo por la
incidencia causal de la cosa, esto es, si la participación de la cosa fue la causa adecuada
del daño. Al ponerse en foco la relación de causalidad, no importa tanto el riesgo de la
cosa en sí, sino determinar si la producción del daño obedeció a la idoneidad de la cosa
para producirlo.
El artículo del CCC recepta las principales ideas sobre las que existía mayor consenso.
Las directrices fundamentales son:
• Se conserva la
distinción entre riesgo y vicio. El riesgo presupone la eventualidad posible de que una
cosa llegue a causar daño, y el vicio un defecto de fabricación o funcionamiento que la
hace impropia para su destino normal. Sostener que la cosa solo es riesgosa para
terceros importa restringir indebidamente su ámbito de aplicación, eliminando la
responsabilidad por el hecho de las cosas. Es decir, el riesgo de la cosa es la
contingencia del daño que puede provenir de cualquier cosa, riesgosa o no por su
naturaleza, en tanto por las especiales circunstancias del caso dado, haya resultado apta
para llegar a ocasionar el perjuicio y haya podido tener efectiva incidencia causal en su
producción.
• El fin específico
del riesgo creado es posibilitar la indemnización del daño causado por el riesgo o vicio
con indiferencia de toda idea de culpa.
• El riesgo creado
regula la responsabilidad civil por el hecho de las cosas y constituye en principio rector de
la materia.
• Pesan
presunciones concurrentes sobre el dueño o guardián, quienes deben afrontar los daños
causados a otro, salvo que prueben la existencia de circunstancias eximentes y la
neutralización de los riesgos no puede dejar de lado los factores de atribución de
responsabilidad que rigen en este ámbito.
• El actor debe
probar la legitimación activa y pasiva, la existencia del daño y la relación causal entre el
hecho y el daño. Al damnificado le basta con probar el daño y el contacto con la cosa
201
Iván Ignacio Carthery
dañosa, para que quede a cargo de la demandada, como dueña o guardiana del objeto
riesgoso, demostrar la culpa de la víctima o de un tercero por quien no debe responder.
• La culpa de la
víctima con aptitud para cobrar totalmente el nexo de causalidad entre el hecho y el
perjuicio debe aparecer como única causa del daño, aparte de revestir las características
de imprevisibilidad e inevitabilidad propias del caso fortuito o fuerza mayor.
• En materia de
eximentes, se sostiene que lo gravitante es el hecho, comportamiento o la conducta de la
víctima o de un tercero como causa única o concurrente de la eximición del daño en caso
de que no pudiera endilgárseles culpa. La eximente del dueño o el guardián radica en la
fractura total o parcial del nexo causal. El sindicado como responsable, una vez
acreditado el riesgo de la cosa, debe demostrar la causa ajena para exonerarse.
• Al riesgo o vicio
puede adicionársele la culpa del dueño o guardián demandados, a través de la valoración
de su negligencia, imprudencia o impericia. Es admisible una imputación dual de
responsabilidad, considerando el riesgo creado más la culpa.
Además del riesgo o vicio de las cosas, se prevé el riesgo de las actividades que sean
riesgosas o peligrosas por su naturaleza, por los medios empleados o por las
circunstancias de su realización. Es responsable quien por sí o por terceros realiza, se
sirve u obtiene provecho de la actividad riesgosa o peligrosa.
La actividad riesgosa constituye la conjunción de acciones, conductas y operaciones
desarrollados por una persona, empresa u organización económica que generalmente
puede estar vinculada causalmente con cosas o conjuntos de cosas en las que el riesgo
para los propios dependientes o terceros deriva de servicios o productos que reportan
utilidad para la sociedad y generan para sus dueños un provecho, generalmente
económico. Esta actividad lucrativa asociada con el riesgo conduce a imputar
objetivamente el deber resarcitorio.
Las actividades riesgosas por su naturaleza son las intrínsecamente dañosas. Lo serán
en cambio, por las circunstancias de su realización, cuando las modalidades de tiempo,
modo y lugar la tornan peligrosa. Por los medios empleados es riesgosa la actividad que
adquiere esa entidad cuando normalmente es inocua. En nuestra jurisprudencia se
decidió que es actividad riesgosa la práctica de golf, la actividad laboral de bacheo y
reparación de postes, el buceo, el transporte de dinero, las competencias
automovilísticas, etc. En suma:
• Para las
actividades riesgosas, rigen todos los requisitos de la responsabilidad objetiva aplicables
al riesgo o vicio de las cosas (eximentes, carga de la prueba, etc.), salvo lo atinente a la
legitimación pasiva (esta es más amplia).
• La
responsabilidad objetiva por riesgo o vicio de las cosas y por las actividades riesgosas se
desentiende de la atribución subjetiva del causante directo del daño, ya que la eximente
actúa en la ruptura total o parcial de la relación causal que debe probar el responsable.
202
Iván Ignacio Carthery
• Daños causados
por cosas que son riesgosas por su propia naturaleza;
• Daños causados
por cosas que no son intrínsecamente riesgosas, pero cuya intervención produjo el daño;
• El riesgo de la
actividad realizada mediante el empleo de una cosa, que aun no siendo riesgosa por
naturaleza, ve potenciada esa aptitud;
• Daños causados
por actividades riesgosas, sin intervención de cosas;
• Responsabilidade
s agravadas por la legislación especial (DC, Residuos Peligrosos, Ley General del
Ambiente, Daños Nucleares).
El dueño es quien reviste esa condición al momento del hecho lesivo y, como no se trata
de una obligación propter rem, la enajenación posterior no lo libera de responsabilidad.
Por otra parte, en la actualidad ya no se adopta el criterio de la guarda material, que
consideraba guardián a quien detentaba el poder fáctico sobre la cosa. Prevalecen tesis
que reputan guardián a quien detenta la guarda intelectual o de mando, siendo este la
persona que tiene, de hecho, un poder efectivo de vigilancia, gobierno y contralor sobre la
cosa que ha resultado dañosa. En los supuestos en los que el guardián ejerce esa
facultad de control por medio de terceros (dependientes o representantes) se mantiene la
condición de responsable como guardián intelectual de la cosa, aunque no la tenga en su
poder. Otra postura sostiene que es guardián quien recibe el beneficio o provecho
económico o personal, noción insuficiente por la imposibilidad de prescindir de la noción
de poder jurídico de dirección y contralor.
203
Iván Ignacio Carthery
Por ende, puede afirmarse que la tipificación de guardián es ecléctica, y se configura por
el uso o tenencia material de la cosa con poder de mando sobre ella; por el ejercicio
autónomo de poder de gobierno, dirección y control de la cosa vinculado con su uso y
beneficio; por un aprovechamiento (económico o no) asociado a alguno de los otros
requisitos de poder de mando o utilización de la cosa. Revisten el carácter de guardián el
propietario, el locatario, el comodatario, el ladrón, depositario (cocheras, playas de
estacionamiento, talleres de autos), etc.
Daños causados por animales.Art. 1759°. Daño causado por animales. El daño causado
por animales, cualquiera sea su especie, queda comprendido en el artículo 1757. –
(Hecho de las cosas y las actividades riesgosas).
204
Iván Ignacio Carthery
Prevalece la postura que afirma que guardián es quien tiene la cosa a su cuidado y le
saca provecho, económico o no, o profesional, comprensivo del ejercicio de hecho o de
derecho de un poder de gobierno, dirección, contralor o mando sobre el animal, aunque
sea accidental. También son guardianes los profesionales que tienen al animal para la
actividad vinculada a su profesión (veterinario, paseador de perros).
Otros eventuales legitimados pasivos son los dependientes, por actos personales suyos.
También pueden concurrir otros sujetos que respondan concurrentemente con el dueño o
guardián (ej. El propietario de un inmueble en el que se encontraba alojado el animal que
causó el daño).
El tercero también será responsable si con su conducta creó el riesgo o provocó la
reacción del animal que causó el daño, además de actuar culposa o dolosamente al
apoderarse o usar del animal sin consentimiento del propietario.
205
Iván Ignacio Carthery
identificación del lugar del que provino, la demanda contra el consorcio también sería
procedente en la medida en que haya partes comunes que den al sector donde la cosa
cayó o fue arrojada.
Esta norma abarca los casos en los que el daño es causado por un miembro no
identificado de un grupo que, en cambio, si está determinado. En tal caso, la ley presume
que todos los miembros del grupo han sido coautores del daño, y les imputa
responsabilidad objetiva.
Es necesario que exista un grupo, definido como una pluralidad de personas que
conforman un conjunto definible sobre la base de alguna característica común. No es
necesario que esté formalmente constituido de antemano por la decisión consciente de
asociarse de sus integrantes. Determinada su existencia, es preciso que exista un nexo
entre este y el daño, estando entre los miembros el autor o autores que no han podido ser
individualizados. En definitiva, el damnificado no está precisado de identificar al autor,
pero sí de probar inequívocamente que el daño fue causado por alguno de los miembros
del grupo.
Una vez determinados estos elementos, la ley presume iuris tantum la relación causal, e
imputa la autoría a todos los integrantes del grupo, quienes responden solidariamente. La
norma no requiere demostrar la autoría de cada uno de los responsables, sino
únicamente que el daño provino de alguno de ellos.
Cada uno de los miembros del grupo puede probar que no contribuyó a la producción del
perjuicio como eximente.
Se trata de un supuesto de responsabilidad objetiva, pues la participación en el colectivo
considerado resulta suficiente para atribuir responsabilidad, aunque no se encuentre
acreditada la autoría material ni la conducta subjetivamente reprochable. La culpa del
agente es irrelevante.
Este artículo se aplica tanto a la responsabilidad contractual como a la extracontractual, lo
que permite, por ejemplo, responsabilizar a un grupo de médicos por el daño sufrido por
un paciente a raíz de la mala praxis de alguno de ellos, cuya identidad no se conoce.
206
Iván Ignacio Carthery
Son legitimados pasivos todos los integrantes del grupo, quienes responden
solidariamente frente a la víctima. Se trata de un supuesto de responsabilidad objetiva con
fundamento en el riesgo generado en el accionar grupal, por lo que la única eximente es
la prueba de no haber integrado el grupo o la causa ajena. Esta última eximente refiere a
un hecho de la víctima, un caso fortuito o hecho de un tercero por el que el grupo no debe
responder. Sin embargo, el caso fortuito o fuerza mayor solo podrá invocarse cuando sea
ajeno al riesgo en la actividad desarrollada por el grupo.
Por ejemplo, si se trata de un grupo de automovilistas que desarrollan picadas en la vía
pública, es intrascendente acreditar cuál fue el vehículo que atropelló a la víctima, pues
responden todos los que participaron del grupo que desarrolló la actividad.
BOLILLA 18
Supuestos especiales de responsabilidad. Responsabilidad de la persona jurídica.
Inaplicabilidad de normas.
207
Iván Ignacio Carthery
El Código de Vélez establecía: “Se reputan actos de las personas jurídicas los de sus
representantes legales, siempre que no excedan los límites de su ministerio. En lo que
excedieren, solo producirán efecto respecto de sus mandatarios.”. En el exceso obrado
más allá de los límites de la función de órgano de la persona jurídica que desempeñan
sus dirigentes, ya no es dable atribuirlo al ejercicio de la función como tal. Si los poderes
de los mandatarios no hubiesen sido expresamente designados en los respectivos
estatutos, o en los instrumentos que los autoricen, la validez de los actos será regida por
las reglas del mandato.
Según los teóricos de la ficción, las personas jurídicas carecen de toda responsabilidad
extracontractual, considerando que no es posible imputar la responsabilidad por hechos
ilícitos a la persona jurídica por tratarse de un ente ficticio carente de voluntad psíquica.
La persona jurídica, en esta concepción, es un ente de derecho solo en el orden de su
finalidad, de manera que estando la actividad ilícita fuera de esa órbita, compromete al
agente humano únicamente. El hecho ilícito excede el mandato conferido al mandatario,
por lo que no cabe nunca imputarlo a la persona jurídica.
208
Iván Ignacio Carthery
Para los teóricos de la realidad, hay responsabilidad de la persona jurídica porque esta es
un sustrato real cuya condición es igual en el orden jurídico a la de las personas
naturales, requiriéndose para que la responsabilidad esté comprometida:
• Imputabilidad personal del hecho a quien obra como órgano de la persona jurídica;
• Que el órgano obre en calidad de tal y en la esfera de su cometido.
209
Iván Ignacio Carthery
En el CCC. La responsabilidad de los entes ideales puede surgir por daños generados por
diversas circunstancias, ya sea por incumplimiento contractual, por los hechos de sus
dependientes, por el hecho de la cosa de la cual es propietaria y guardiana, y por el hecho
de los directores o administradores.
Solamente cuando el perjuicio haya sido ocasionado por el accionar de los directores o
administradores de la sociedad, y se trate de un ilícito extracontractual, surgirá la
responsabilidad en estudio.
Para que sea procedente la reparación de daño ocasionado, a fin de responsabilizar al
ente ideal por el hecho de sus administradores es preciso que estos revistan ese carácter,
y que el perjuicio haya sido infligido en ejercicio o con ocasión de la función.
En cuanto al factor de atribución, en estos casos es la garantía, pues la persona jurídica
carece de toda subjetividad, lo que torna inútil valorar su voluntad o culpa. Se trata de un
supuesto de responsabilidad OBJETIVA.
210
Iván Ignacio Carthery
Art. 1765°. Responsabilidad del Estado. La responsabilidad del Estado se rige por las
normas y principios del derecho administrativo nacional o local según corresponda.
Existen determinados requisitos para que se configure la responsabilidad del Estado por
su accionar ilícito:
• Daño cierto;
• Imputabilidad
material de la actividad o inactividad a un órgano estatal;
• Relación de
causalidad adecuada entre la actividad o inactividad del órgano y el daño cuyo reparación
se persigue;
• Falta de servicio
(art. 3).
211
Iván Ignacio Carthery
• Inexistencia de
un deber jurídico de soportar el daño;
• La persona
dañada debe haber sufrido un sacrificio especial, diferenciado del que sufre el resto de la
comunidad.
Con anterioridad a la sanción de esta norma, la cuestión se regía por la jurisprudencia de
la Corte a partir del fallo “Los Pinos”, en el cual concluyó que la responsabilidad del
Estado por su actividad lícita resulta procedente cuando el desmedro patrimonial que
padece el particular a raíz del acto estatal, que se traduce en un beneficio para toda la
comunidad, genere una irrazonable desproporción entre el bienestar común y el privado.
A su vez, es preciso que exista un perjuicio especial en el afectado, y la ausencia de un
deber jurídico de soportar el daño.
El fundamento de la obligación del Estado de resarcir ciertos daños causados por su
actividad lícita se encuentra en el beneficio que toda la comunidad recibe de las acciones
que la administración promueve en el interés general, y cuyas consecuencias
eventualmente dañosas es injusto que sean soportadas exclusivamente por un individuo o
un grupo limitado, por lo que deben distribuirse en toda la comunidad, a fin de restablecer
la garantía de igualdad. Sin embargo, la responsabilidad del Estado por su accionar lícito
es excepcional, y comprende el valor objetivo del bien y los daños que sean consecuencia
directa e inmediata del accionar de la autoridad pública. No es procedente la
indemnización del lucro cesante.
La norma excluye la responsabilidad del Estado, aun subsidiaria, por el accionar de sus
concesionarios o contratistas de los servicios públicos a los cuales se atribuya un
cometido estatal, cuando la acción y omisión sea imputable a la función encomendada.
En cuanto a su responsabilidad contractual, la ley establece expresamente que se rige por
las normas específicas, y únicamente en el caso en que ellas no existan será aplicable la
norma en estudio en forma supletoria.
Respecto a la eventual responsabilidad colectiva del Estado, resultan aplicables las
pautas sentadas en el fallo Halabi, de conformidad con el cual, ante la falta de una
normativa especial que regule las acciones de clase, el artículo 43 es operativo, y es
obligación de los jueces darle eficacia cuando se aporta evidencia sobre la afectación de
un derecho fundamental y del acceso a la justicia del titular. Más allá de la inexistencia de
una regulación expresa para los casos en los que se genere daño colectivo por el
accionar de la administración pública, es viable la promoción de la acción colectiva
respectiva, cuando se encuentren afectados tanto intereses difusos como así también los
individuales homogéneos de un grupo.
Del funcionario y del empleado público. Art. 1766°. Responsabilidad del funcionario y
del empleado público. Los hechos y las omisiones de los funcionarios públicos en el
ejercicio de sus funciones por no cumplir sino de una manera irregular las obligaciones
legales que les están impuestas se rigen por las normas y principios del derecho
administrativo nacional o local, según corresponda.
212
Iván Ignacio Carthery
213
Iván Ignacio Carthery
estarían abarcados los establecimientos que imparten enseñanza, pero bajo cualquiera de
las modalidades del sistema de educación (sea nacional, provincial o municipal).
Los establecimientos públicos quedan excluidos del ámbito de la norma, y la
responsabilidad del Estado en tales casos se regirá por las reglas específicas que
establecen la ley de responsabilidad del Estado y las disposiciones del Código relativas a
la misma.
La norma en análisis excluye la responsabilidad personal del directo del colegio, quien
deberá resarcir los perjuicios ocasionados por su hecho propio, supuesto en el cual el
factor de atribución es la culpa. Sí es aplicable a los daños causados por sus alumnos a
terceros, ya sean estos extraños o no a la actividad educativa.
En cuanto al ámbito espacial de la norma, el titular del establecimiento deberá responder,
por un lado, si el daño se ha producido dentro de él, pues en estos supuestos debe
presumirse que sucedió mientras el alumno se encontraba bajo el control de la autoridad
educativa. A la misma conclusión habrá de arribarse si el perjuicio, si bien ocurrió fuera de
la institución, tuvo su causa dentro de ella.
La responsabilidad del legitimado pasivo no cesa cuando el daño se produce fuera del
establecimiento educativo, en aquellos supuestos en que el educando debía estar bajo el
control de la autoridad de enseñanza.
Se establece también la obligación para el establecimiento educativo de contratar un
seguro de responsabilidad civil. Es tarea de la autoridad administrativa asegurar el
cumplimiento de este deber por parte de las instituciones en cuestión, pues la falta de
contralor puede conducir a que los damnificados se vean impedidos de percibir el
resarcimiento correspondiente.
214
Iván Ignacio Carthery
Por otra parte, no resultan aplicables a los profesionales liberales las normas referidas a
la responsabilidad por el hecho de las cosas y actividades riesgosas. Si esta limitación no
existiese con respecto a las cosas de las cuales se sirve el experto, entonces su actividad
recaería en alguno de estos supuestos, ya sea por las cosas que utiliza, la índole de la
actividad, etc., y respondería objetivamente.
La cuestión reviste particular importante en materia médica. Por ejemplo, un cirujano que
utiliza un bisturí eléctrico. Si se tuviera únicamente en cuenta la participación de la cosa
riesgosa, debería responder por más diligente que fuese su conducta. Ni hablar si se la
considera como actividad riesgosa.
Sin embargo, la norma trae una excepción para los casos en los que el daño es
ocasionado no ya por el riesgo de la cosa o de la actividad, sino por el vicio de aquella. Es
necesario que presente un defecto que erija en causa adecuada del daño, por lo que se
aplicaría el artículo 1757.
Finalmente, se limita la posibilidad de invocar el riesgo como factor de atribución de la
responsabilidad del profesional liberal, pero no impide hacer valer una responsabilidad
objetiva de la clínica, del fabricante del producto o de cualquier otra persona que resulte
dueña o guardiana de la cosa riesgosa, o despliegue una actividad peligrosa.
Subsisten los criterios elaborados sobre la vigencia del riesgo creado en la materia. La
denominación “circulación” de vehículos es más amplia que “accidentes de tránsito”
porque incluye los daños producidos por automóviles (comprensivo de bicicletas, motos,
215
Iván Ignacio Carthery
maquinaria agrícola) no solo durante la circulación vial, sino también en todos los casos
en los que media su intervención activa, estén o no en movimiento. Se trata de siniestros
viales. Estos casos se guían por las siguientes pautas generales.
• El riesgo creado
regula la responsabilidad civil por el hecho de las cosas y constituye principio rector en la
materia.
• Pesan
presunciones concurrentes de responsabilidad sobre el dueño o guardián.
• Incumbe al
legitimado pasivo (dueño o guardián) acreditar la concurrencia de eximentes. La
indefinición sobre la forma en la que ocurrió el accidente hace subsistir la responsabilidad
objetiva que recae en el dueño o guardián de la cosa riesgosa cuando esta interviene
activamente en la producción del perjuicio.
• La inobservancia
de las reglas de tránsito no basta para eximir de responsabilidad al conductor, ni tampoco
implica necesariamente responsabilidad. Ambas son presunciones o elementos de juicio.
En cada caso es necesario verificar las circunstancias integrales, la incidencia de las
normas de tránsito y de los principios generales de la responsabilidad civil.
• La culpa incide
no solo como factor de atribución de responsabilidad del dueño o guardián demandado,
sino como eximente de responsabilidad en el hecho de la víctima o de un tercero por el
que no debe responder.
• La culpa y
presunciones legales de responsabilidad de la reglamentación del tránsito operan como
eximentes subjetivas (culpa de la víctima o de un tercero) y se añaden al riesgo creado
por el dueño o guardián.
• Habitualmente
concurren duplicidad de factores de atribución de responsabilidad: riesgo creado por el
automotor y culpa de su conductor. La mayoría sostiene que se aplica la responsabilidad
objetiva al conductor del vehículo y al dependiente del dueño o guardián que manejaba.
La legitimación activa involucra a quienes pueden reclamar los daños. En general, pueden
accionar el dueño o propietario registral, el propietario no registral, el tenedor, el poseedor
de buena fe, el usuario del automóvil. Respecto del usuario, está legitimado para reclamar
indemnización por los daños sufridos por el rodado aunque no haya pagado las
reparaciones y aun cuando no haya acreditado la condición invocada de propietario si
demuestra otra que le da derecho al resarcimiento, pero no está legitimado el mero
tenedor que hace valer sus derechos como locatario, comodatario, depositario.
Acreditado el daño y la relación causal, el que lo provocó debe indemnizarlo, pues si se
condicionase la indemnización al previo pago, se estaría alterando la causa que legitima
al actor, que ya no sería el ilícito, sino el pago, considerándolo como subrogante en los
derechos de otro.
216
Iván Ignacio Carthery
La pérdida del valor de reventa que sufre el rodado incide en el patrimonio de quien es
dueño de la cosa. El mero tenedor, que no probó ser propietario del vehículo no está
legitimado para reclamar la desvalorización, ya que esta corresponde al propietario. Si
bien el usuario, poseedor o tenedor del automóvil cuenta con legitimación para reclamar
los daños inmediatos derivados de la destrucción parcial de la cosa, no puede reclamar la
desvalorización, ya que no se ve perjudicado por esta.
Por otra parte, son legitimados pasivos el dueño o propietario registral, el guardián, el
autor del hecho y otros responsables indirectos como el principal por el hecho del
dependiente o el padre o tutor por los hechos de sus hijos o pupilos. La responsabilidad
del dueño y la del guardián son concurrentes, por lo que frente a la víctima ambos son
responsables por el daño.
217
Iván Ignacio Carthery
• Perturbación de
la intimidad. La expresión de la norma que alude a la perturbación de cualquier modo de
la intimidad constituye una norma abierta que le confiere al juez un margen de
interpretación amplio que podrá comprender otras vías de violación de la intimidad.
Art. 1771°. Acusación calumniosa. En los daños causados por una acusación calumniosa,
solo se responde por dolo o culpa grave. El denunciante o querellante responde por los
daños derivados de la falsedad de la denuncia o de la querella si se prueba que no tenía
razones justificables para creer que el damnificado estaba implicado.
218
Iván Ignacio Carthery
Daño ambiental.ARTÍCULO 27. — El presente capítulo establece las normas que regirán
los hechos o actos jurídicos, lícitos o ilícitos que, por acción u omisión, causen daño
ambiental de incidencia colectiva. Se define el daño ambiental como toda alteración
relevante que modifique negativamente el ambiente, sus recursos, el equilibrio de los
ecosistemas, o los bienes o valores colectivos.
ARTÍCULO 28. — El que cause el daño ambiental será objetivamente responsable de su
restablecimiento al estado anterior a su producción. En caso de que no sea técnicamente
factible, la indemnización sustitutiva que determine la justicia ordinaria interviniente,
deberá depositarse en el Fondo de Compensación Ambiental que se crea por la presente,
el cual será administrado por la autoridad de aplicación, sin perjuicio de otras acciones
judiciales que pudieran corresponder.
Así, el artículo 41 del texto constitucional dispone, en su parte pertinente, que “El daño
ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la
ley”.Las normas ambientales son de orden público y no son susceptibles de negociación o
219
Iván Ignacio Carthery
220
Iván Ignacio Carthery
Se faculta a la víctima del hecho ilícito a dirigir su acción contra el responsable directo del
hecho ilícito, como así también contra quien se encuentre obligado a responder en forma
indirecta por el daño ocasionado. Será responsable directo el que haya incumplido la
obligación, u ocasionado el daño injustificado por acción u omisión. Por el contrario, serán
responsables indirectos quienes, sin ser autores del menoscabo, se encuentren obligados
a resarcir civilmente el daño ocasionado (principal por el hecho del dependiente, padres
por el hecho de los hijos, etc.).
El damnificado, si bien podrá demandar al sujeto responsable indirecto sin necesidad de
traer a juicio al autor, también puede iniciar la acción solo contra quien, en los hechos,
ocasionó el perjuicio. En consecuencia, la renuncia a la acción contra el civilmente
responsable no impide la prosecución de la demanda contra el autor directo, ni viceversa.
221
Iván Ignacio Carthery
criminal, la acción civil puede interponerse ante los jueces penales, conforme a las
disposiciones de los códigos procesales o de las leyes especiales.
Cuando un acto civil, a su vez, encuadra en alguno de los tipos represivos legalmente
contemplados, nace una acción penal y otra civil. Se consagra el principio de
independencia sustancial, más no adjetiva, entre ambas acciones, cuando emergen de un
mismo hecho ilícito. De esta forma, el interesado podrá acumular ambos procesos en
sede penal, peticionando al magistrado que establezca indemnización.
Sin embargo, se abre la posibilidad de que los ordenamientos procesales locales prevean
una solución distinta, a fin de evitar que se afecten atribuciones exclusivas de los
gobiernos provinciales.
Suspensión del dictado de la sentencia civil. Art. 1775°. Suspensión del dictado de la
sentencia civil. Si la acción penal precede a la acción civil, o es intentada durante su
curso, el dictado de la sentencia definitiva debe suspenderse en el proceso civil hasta la
conclusión del proceso penal, con excepción de los siguientes casos:
• Si median causas
de extinción de la acción penal;
• Si la dilación del
procedimiento penal provoca, en los hechos, una frustración efectiva del derecho a ser
indemnizado;
• Si la acción civil
por reparación del daño está fundada en un factor objetivo de responsabilidad.
La suspensión será aplicable aun cuando la acción civil no se dirija contra aquel a quien
se imputa el delito en sede penal. Es decir que la suspensión opera tanto cuando el
222
Iván Ignacio Carthery
proceso de daños se dirige contra el autor directo, como cuando se promueve contra otro
individuo civilmente responsable.
Se enumeran 3 supuestos de excepción a la suspensión de la acción civil:
• Extinción de la
acción penal. En caso de que medie alguna de las causas de extinción de la acción penal,
no procederá la suspensión. Estas son el fallecimiento del imputado, la amnistía, la
prescripción y la renuncia del agraviado. También cuando se produzca la suspensión de
juicio a prueba o Probation.
• Dilación excesiva
del proceso penal. La jurisprudencia ha permitido la excepción sustentada en la dilación
injustificada del litigio punitivo en diversos supuestos. En particular, en el leading case
“Ataka”, se estableció que si existen demoras injustificadas en la tramitación del proceso
penal, la suspensión de la decisión en sede comercial ocasiona un agravio irreparable al
derecho de defensa.
• Aplicación de un
factor objetivo de atribución en el caso.Tampoco será procedente la suspensión del
proceso civil en supuestos en los que esta acción esté fundada en factores objetivos de
atribución. Esta excepción encuentra su fundamento en el hecho de que, dejándose al
margen la posibilidad de que la condena civil recaiga con relación a la culpa o no del
demandado, se aleja el riesgo de sentencias contradictorias.
Condena penal. Art. 1776°. Condena penal. La sentencia penal condenatoria produce
efectos de cosa juzgada en el proceso civil respecto de la existencia del hecho principal
que constituye el delito y de la culpa del condenado.
El fallo penal hará cosa juzgada únicamente en cuanto a la existencia del hecho principal
que constituye el delito, y en cuanto a la culpa del condenado. De esta forma, no todas las
manifestaciones vertidas por el magistrado penal tendrán relevancia en el proceso de
daños.
La sentencia penal no podrá ser revisada en sede civil respecto de la denominada
imputación objetiva, es decir, sobre la materialidad del hecho, su autoría, tipicidad y
antijuridicidad. Sin embargo, la autoridad de la sentencia penal está restringida a las
disposiciones que resulten indispensables para determinar la solución al problema penal.
La influencia de la decisión adoptada en sede penal no afectará la relación de causalidad
y al daño en aquellos procesos en los que se trate de una acción promovida por la
existencia de un delito formal (que no integra el daño en su tipología). Distinto será
cuando nos encontremos ante un delito en sentido material (que requiere la consumación
de la privación del bien material para que se configure el tipo penal), en cuyo caso la
decisión adoptada en la sede punitiva tendrá plenos efectos en el proceso civil.
Aun cuando nos encontremos ante una decisión penal que recaiga respecto de un delito
en sentido material, la sentencia no será vinculante en la acción de daños en cuanto a la
fijación y cuantía del perjuicio, pues su determinación es innecesaria a los fines de la
comprobación del delito. Debe hacerse la salvedad de los casos en los que la cuantía de
la indemnización o la entidad del perjuicio desde un punto de vista material son relevantes
223
Iván Ignacio Carthery
para tipificar el delito (ej. Lesiones graves o leves). En este caso la decisión penal
vinculará al juez civil.
La condena penal que declara la culpa del condenado no puede ser controvertida en sede
civil, de forma tal que el juez de la última no podrá prescindir de este elemento subjetivo a
fin de determinar el factor de atribución. Lo mismo sucede con el dolo.
La decisión que se adopta en la sede punitiva se vincula con la conducta subjetivamente
reprochable de quien ha ocasionado el daño, pero no incluye una valoración del accionar
de la víctima. Es por ello que las manifestaciones que haya hecho el magistrado penal no
impedirán al demandado en el litigio civil invocar el hecho concurrente del dañado. Si el
sentenciante penal no se expidió sobre el hecho de la víctima, se puede reabrir el debate
en sede civil.
Art. 1729°. Hecho del damnificado. La responsabilidad puede ser excluida o limitada por la
incidencia del hecho del damnificado en la producción del daño, excepto que la ley o el
contrato dispongan que deba tratarse de su culpa, de su dolo, o de cualquier otra
circunstancia especial.
Materialidad del hecho y participación del imputado. La sentencia penal hará cosa juzgada
en cuanto a la existencia del hecho principal. Por ende, si la acción penal es desestimada
porque el hecho no ocurrió, este extremo no podrá ser discutido en sede civil. Lo mismo
sucede si se afirma en sede penal la no intervención del sujeto en el hecho que se le
imputa. También la decisión absolutoria que se funda en la falta de autoría por aplicación
de in dubio pro reo.
Si la absolución se funda en falta de prueba, no es vinculante para el juez civil.
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Existen dos supuestos en los que resulta improcedente otorgar una indemnización a
quien promovió la acción de daños y perjuicios, que son la prueba de la veracidad de los
hechos que fueron objeto de la denuncia que se imputa calumniosa, y la intervención del
damnificado indirecto como coautor o cómplice del delito contra la vida, o cuando pudo
haberlo evitado.
Primer supuesto. Para que la denuncia pueda ser considerada calumniosa, debe ser
falsa, ya sea porque el delito no fue cometido, o porque el imputado no ha participado de
él. Se faculta al demandado civilmente por la denuncia calumniosa a probar la veracidad
del hecho imputado a fin de obtener el rechazo de la demanda. No es preciso que la
conducta sea declarada calumniosa en sede penal con anterioridad al dictado de la
sentencia civil. Si es necesario, sin embargo, que el juez penal se expida sobre la
veracidad de los hechos que fundan la denuncia originaria, pues la
absolución/sobreseimiento del imputado constituye un elemento esencial. De todas
maneras, la absolución en materia penal no es suficiente para que sea procedente la
acción civil por la denuncia calumniosa, pues puede fundarse en la prescripción, por
ejemplo.
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• Otros casos
previstos por la ley.
• Revisión de la
decisión penal. Procede la revisión en supuestos en los que el juez civil haya valorado
determinados extremos tenidos en cuenta en la sentencia penal anterior en cosa juzgada.
Cumplido dicho recaudo, será procedente la revisión en el plano civil. No será procedente
el recurso de revisión en casos en los que no haya existido un pronunciamiento penal
previo, ni tampoco cuando el juez civil no valore lo decidido en sede penal. Tampoco
procede cuando la revisión de la sentencia penal se funde en un cambio de legislación.
• Supuestos de
responsabilidad objetiva. Procede la suspensión de la sentencia civil en aquellos casos en
los que el supuesto que se imputa al responsable encuadre en factores objetivos de
atribución. La falta de suspensión del dictado de la sentencia civil genera la posibilidad de
que se dicte una posterior en sede penal que la contradiga. Por ello es que en estos
casos procede el recurso de revisión, pero limitado a los supuestos en los que la eventual
absolución del imputado en la sede punitiva pueda tener incidencia en la sentencia civil,
aun cuando se funde en un factor objetivo de atribución. Por ende, si en el juicio penal se
decide que el hecho principal no existió, o que el imputado no intervino, podrá ser
revisada la sentencia que se adoptó en el pronunciamiento civil. Por ejemplo, si se
pretendiera responsabilizar penalmente por homicidio culposo al conductor de un auto
que atropelló a un peatón, la revisión de la sentencia condenatoria en el juicio de daños
procederá si en la decisión penal posterior se dice que la víctima no fue atropellada y
falleció por otra circunstancia, o que el auto no era del imputado y este no conducía. Por
otro lado, no será procedente si la absolución penal se funda en la existencia de una
conducta subjetivamente reprochable del dueño o guardián del automotor, y no afectará la
decisión civil.
• Otros casos
previstos por la ley.
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