Verso y Naufragio
Verso y Naufragio
Verso y Naufragio
De Israel Camarillo
ii
Paloma mía, que te escondes
en las grietas de las rocas,
en apartados riscos,
muéstrame tu rostro,
déjame oír tu voz,
porque tu voz es dulce
y amoroso tu semblante.
Dios es tan grande como uno lo quiera hacer, porque Dios es amor. En
el mayor acercamiento a Dios se reconoce el mayor acercamiento a sí
mismo, y viceversa. Me parece que el "amor a primera vista" es algo
que algunos han cultivado y dejado ser (con sus flores de sopresa),
tanto como considero que algunos otros no lo harán así jamás; por eso
creo que su generalización no tiene sentido).
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Si declarara a favor de los sentidos y esos colores y sonidos que llaman
“realidad”, diría, con el recuerdo de usted como una figura porcelánica en
las manos de mi alma: “¡qué importa este libro, si podrías terminar con su
alma arrumbada en otro mundo, en el silencio o la basura, o en la nada o
el fuego, entre penumbras o risas! Pero no he querido que sea así (y no se
trata de ti o de mí, sino de algo más fuerte que nosotros y otras muchas
cosas), porque he entresacado un sueño detrás de cada fuego: allí está
usted imaginada en mi mundo, “amiga mía”, mi nunca mía, mi eternidad
de aroma.
Quiero verle volar, como las garzas, con su sonrisa-coraza para defender
siempre la felicidad de su alma (yo qué diré de mi alma si tú estás por
leerla); a cada escuchar de Dios en las palabras de quien sea, quiero
también oír la voz dulce de una religión de alma diciendo “debes tú crear
tu cielo”. Así es como le regalo a usted estas nubes, pardas o blancas,
para que tenga un firmamento aún más grande.
Tengo un cuarzo con una estrella en el interior de cada deseo mío: y hoy,
deseando verle, mirarle, y saber que un mundo dice “te escucho” siempre
v vi
que alguien algún día de su vida ama, quisiera destrozar todos los cuarzos
y silencios, con alguna esperanza de conocerle bien.
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“universal” de la naturaleza. Ése es el carácter respetable de la
individualidad y la multiplicidad. Amigo mío:
Fragmentario. Nunca olvidaré las fechas del 26 de enero y del 14 de febrero. El primer
día de estos quise pensar que se me había aparecido un ángel o un
aracángel, o una semidiosa que me sonreía, y entonces sólo me
presentaba a una prueba de “solicitud de ingreso laboral”. El otro día la
vi hablando en el teléfono, y pensé en si alguien le habría regalado algo
aquél día.
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No quiero escuchar otra palabra. Otra mujer es siempre otra quimera, la
nueva disidencia del territorio Amar. Un intrincado laberinto de agua, de
llorar.
Qué hora es ésta
¡Que importa! para tirarse entre dos muelles
En mi mundo Soledad hay una sola estrella todo dia; toda blancura, toda como si fueran tus labios,
espontaneidad: para subir en barandales de marfil,
perpetuamente,
Ella. La voz de mi primavera. No más. por escalones de cristal
hasta creerte “conocida”.
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a la cosecha Sí, lo sé, lo he sabido ya:
de algún mejor halago. en el sárcofago de una estrellita de mar
hubo una hormiguta de luz
que gravó un epitafio carmesí
en conmemoración de tus alas transparentes;
las hojas de los robles se pusieron a cantar
Oye el vaivén de las olas en cada trozo de agua: paso a paso, una música similar a la inaudita de tus manos
navegando hasta encontrar costas viejas, como un hijo pródigo. al compás de tu falda y tu cabello celestial.
Lo he adivinado, desde que naciste en mí:
En el lento ritmo de la noche se van entremezclando luces y locuras, que estabas hecha de un acero intemporal
sin ruido, sin memoria de ti o de mí, sin el mayor exalto. y que las cúpulas de tus pechos
debían tener un sabor a manantial.
Mientras, en bruma y rocío, yo trazo en Veracruz un cielo sobre el cielo, No necesitaría abrir un mapa de belleza
un caminar sobre cobre-arena, una sonrisa estelar de innumerables nubes. para encontrar una ruta rápida y llana
en la altitud de la quimera y la blanca humedad:
Roza esta madrugada que yo abrazo en peces de deseo, es el amar tu boca, mi cristalización de ti,
piensa que tienes la noche, como un cocktail, en una copa gravada lo sé, lo he sabido y adivinado ya.
con los nombres “Dios”, “tú”, “estrella” y “silencio puro”, Meditando palabras refinadas para las uvas; estando entre goletas o
con el tin tin de una cuchara de sal sonora entre tus manos. buques. No lo sé...!
Mira la vocación del aire en las veletas y el humo, Murmurando tu nombre de garza a las gaviotas; tratando de encontrar un
en los contenedores bañados de mil colores, entre café y bananos. puerto para anclarse con una pasión cegadora. Qué se yo!
Toca tu vientre noctámbulo en la boca del río, Dejo de meditar, siempre; dejo de pensar, siempre; únicamente para hallar
en sus besos de vapor que parecen irse silenciando. ese sentimiento donde se funda tu belleza con tu nombre, en el Estado
más recóndito de mi alma.
En este hogar de luz las estrellas germinan en la mar.
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Unos labios seleccionan palabras morenas, también, para tus labios.
Suéltame tanto
Detrás de la clarividencia del silencio está una primavera para sernos que me vuele
entregada en los dolores: es cuestión de no quedarse ciego e inventar u más allá de amarte
observar algo distinto. Detrás de cada pena hay una manzana de cielos hasta enamorarme
esperando ser comida. Bajo todas las sonrisas hay, tal vez, también, mil de nubes y de edificios
campos de nostalgias y dolor esperando ser segados. o de librerías y cafés
y gárgolas o ángeles.
Si doblas cada cartadeseo, encontrarás quizás, cien mil misterios.
Entrégame unas alas
1
tan amplias de belleza
como esas que te guardas
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debajo de tu mirada y tus sacos.
Así te amaré.
Habré amado.
Y moriré tan tranquilo que,
de revivirme,
querré ser también tu ave.
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La inteligencia, la experiencia y el empeño, determinan el valor con que hasta el orgulloso almirante, se agitan entre lucha y sed, bajo el velo de
lo bueno y lo malo se pueden ejecutar. duda del timonel-desdén.
A veces los demás desean “hacernos algo malo” pero, puesto que
carecen de aquélla trisofía, no salen siempre bien librados. ¡Ah, la guerra sin nombre librada en el propio corazón!
Fragmentario.
¡Quién dejará de bajar las armas bajo esta pasión que dinamita toda el
Las almas superiores (mentes avanzadas en corazones supremos) deben alma! ¿Quién?
aprender a ser refinadas e inexpugnables contra cada nuevo tornado.
Eso determina la diferencia entre Hombre y Mujer, o ser humano. Se oye la brisa salir del mar acompañada de una tenue claridad de
símbolos musicales, y aún los beso-balazos que nadie ha sabido a dónde
Fragmentario.
hayan ido a parar.
Sobre la arena, sobre esta Ciudad Mar, sobre sus calles y sus cosas
deshabitadas, se ve pasar al guerrero más fiero, loco de todas sus hazañas
no vitoreadas, loco de humor tan siniestro que pareciera ser serio cuando
más divertido está, cantando a tonada veloz:
xvii xviii
Entonces detonamos la más elevada poesía nuestra, ya que nuestro
corazón no podría entregarse más. 10 de septiembre del 2001.
Desorientación
Yo he llegado desde una tierra sin inicio, sin final, cuyo nombre nadie
conoce. De saberte
en posesión de un novio
Me he enamorado de ti, mintiéndome y negándolo, como si así me me alistaría
liberara del estallido visual que veía en tus labios, de la primavera de tus a posición de fuerte.
piernas, de la voluptuosidad musical de tus palabras; engañado entre No sabes cómo
canciones o rosas blancas, entre enojos o agitaciones, entre estupideces de le incitaría a flaquezas,3
radios y de “urgencias”. Pero, con todo, así convine con las hormigas un me armaría de caballerías
juramento de incienso en qué cimentar mi deseo: “debes llegar a ser tu y de orquestas y banderas
propio héroe.” color de ti.
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Esperaría Tú serías tan libre en tu sonrisa como yo inventando.
hasta encontrarme Y yo sería por ti el verso y el naufragio.
a un vulnerable contrincante, 4
y me fingiría La más gris de mis penas pasaría como un relámpago
derrotado y perdido si tu mirada y voz, en mí, gritaran un largo “yo te amo”.
para ganar
estas últimas batallas Digo que es mentira que te amo
por el amor a tu símbolo de carne, tal vez porque te ame demasiado.
a tus huesos,
tu pecho y tu sangre:
Mi Inagotable
República Lorena: nunca digas lágrima si no has llorado, ni pronuncies amor si has
Belleza únicamente querido. Jamás, pero jamás, pienses: “el hecho de que alguien
y Alma: escriba algo triste es algo lamentable”. Porque yo diré siempre: “Lo peor
Usted. es hacer nada con un nudo de cariño a medio cuello. Lo peor es no ver luz
¡Desármeme! ahí donde la oscuridad es sólo engaño, porque hay luz, a final de
cuentas”.
¡Qué valentía sin forma hay que tener a la mitad del alma para formar de
un lágrima un prisma para colorear un mundo!
Agosto del 2001.
Duda. ¡Ah... la vida es un asunto de cordialidad y generosidad, aun cuando,
sobre todo “cuándo”, sentimos el corazón entristecido!
Se llena un alma que continuamente está iluminando? No se agota
primeramente?
O podremos aparecernos una capa más sobre la piel, como un manto de Caerán bajo la lluvia, bajo el tiempo,
cielo despejado, hasta que sea inevitable que toda nuestra force d’amour bajo tus labios y la luna,
no pueda evitar elevar lo que es atraído desde sus oscuros sótanos? los diez mil pedazos míos:
lo insaciable y ardiente,
Es preciso salir con palabras más claras? el pensamiento, el ruido,
el vaho de la nostalgia
y tantas otras cosas.
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El sol desdoblará sus manos tan sombrías. Nada me pertenece y a nada parezco pertenecer (con esa libre pertenencia
Y tú continuarás amando a quien tú ames. del afecto).
xxiii xxiv
A quién sabe cuántos segundos de aire y tiempo; he sido siempre temeroso de amar en la fatiga.
a quién sabe cuántas renuncias, ensoñando,
te replico a una pregunta que no me haces: Amar amando solo es una nadería.
haría mayor festejo de tus manos,
de tu cabello suelto, corto y castaño,
y de tus labios y ojos de niña de trece años,
que de un hombre o niño atroz enamorado.
xxv xxvi
porque te desconozco en las cocinas o los “antros”
mientras que tal vez a tus manos místicas cae un amor incomparado. Voy esquivando encantos breves
hasta el deseo continuo,
Discúlpame por silenciar en “naufragio” el canto que te hago, constelando voy explorando otros mundos
palabras y haciéndote, con inexactitud, un halago: irrefrenoblemente.
hay una razón de amor que siempre tendrás entre tus manos
aun cuando te pase el cansancio o lo dulce-soñado en lo realidad-amargo. Escribiendo ensueños en telas de juicios,
entablo conversaciones olor a durazno con las hiedras,
Quisiera escuchar de ti “soy tu amiga” aun cuando uno de todos los que sigo hasta tropezarme un verano que encuentre, en mí,
fuera te siguiera amando: otro de ti enamorado.
hay siempre una voluntad que exige un amor más elevado;
una sonrisa recompondría universos en un “ya lo he pensado...” Entre mares y contaminación, el hastío
me recuerda todos los que con mala educación, por ti,
han ido congelándose auxilios y compañías en despido.
Llorar: ¿quién puede definir llorar sin sentir lo que el otro ha llorado?
¿Qué adulto puede saber el concepto, la actividad,
la disciplina que implica morder una paleta, como un niño, Recortarás de tus hojas, mi memoria
con los labios apretados? y no habré existido.
Un hombre como yo
Soñar: ¿quién puede saber soñar si siempre está repensando y trabajando? jamás habrá sido
¿Quién sabe más de la realidad que uno que sigue soñando? si no ha sido
realidad tras su deseo.
Cantar: ¿quién dice saber cantar si no ha sentido lo que está cantando,
si no ha vivido su canto?
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y nada
más
que usted!
¡Amar,
morir
y no haber hecho ruido!
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“Locura”, que “yo me he quedado loco” ya lo he dicho. Pero si quien
tuviera un alma noble le dijera a todo mundo: locura es inventar una Gritando en mí,
razón para modelar, a pesar de cualquier muro, un vendaval interno, sonando, articulando en mi pecho
¿quién estaría conmigo? una estrella de mar, un desorden fugaz,
indefinida, irremediablemente,
Pero soy eso: un “loco”. Peso con cada beso el valor de los silencios, y a como si tú sonaras,
veces escucho los teléfonos trinar como canarios sobre los jardines de como si nunca una mujer,
asfalto y las rosas de concreto en que se estacionan frenéticos del tiempo. después de ti,
hubiera sido en mi alma.
¡Silencio! Oigo cantar las telas que cubren todos los cuerpos esbeltos: La voz del fuego,
¡qué tierno sonido de tanto sueño tienen los pliegues y los botones en los las manos del aire,
que caminan recio! Oigo la mar a miles de metros sobre el nivel de las detrás de unos cabellos de agua,
estrellas. devoran de ternura terrena
mi memoria tuya.
¡Y que se callen todos! Porque yo soy conde y barón de Dios en un
castillo en que algún día quisieron propagarse los crisantemos coléricos, Sí, después de ti,
con fuego entre sus hojas; puesto que soy la clase de hombre que helaría a de “será la guerra o la locura”,
risotadas sin perdón todas las temporadas lluviosas de la crudeza y los siempre esa voz
“peros”. que va deletreándose
con tu cuerpo
Detrás de toda esta maraña gélida y hermosa, me aparezco a mí mismo: en vestidos multicolores,
camino, tengo en el corazón cinco años. Mi padre me lleva hacia un lugar que a la belleza nítida de tus labios
llamado Verano. Y tiene manos de luz detrás de su cara sin ceños, más innombrables, indefinibles,
allá del espacio-tiempo, donde seguramente podemos vernos. va condecorando
en una patria de belleza.
Noche del 23 de agosto del 2001.
Eternamente tú,
Es increíble que uno llegue a la idea de que el mejor -o probablemente el insoportablemente tú,
más distinguido emocionalmente- entre los amigos, es lejano, aún en dentro de mí...
palabras; y que la mujer por la que uno daría su universo propio y
destrozaría, de revivir cien veces, cien veces su cabeza por necesidad de Irremediablemente
ella, se encuentra seguramente aún más lejana que aquél –que eres tú-. oigo de costa a costa,
de sueño a miedo,
Confieso mi desquicio desde el día en que ella me tuvo por un impulsivo y anhelos a tropiezos:
sentencio mi vida a soledad. ¿Qué importa cuánto pueda llegar a estar “extrañándote
solo de todo, si estoy solo de ella? con la memoria
de ti bañada”.
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en el alma un perfume que tiemble, que cante y rocíe de cansancio, de
intransigencia de ternura.
Callando cosas de esplendores,
regando redes de resplandores en un manto negro, Obtendrás la profundidad del mundo cuando no pienses en “ti misma”. La
escuchándote, sin un aliento tuyo, “confianza en uno mismo” es algo que se pierde maravillosa e
sueño que caminas cotidianamente inexpugnablemente cuando lo mejor o lo peor que le sucede a un Hombre
con tus brazos de bella desenfadada es lo mejor y lo peor que le ocurre a los hombres.
sobre el agua5;
oigo que cantas alegremente
entre los mares.
Acaricio las nubes cuando acaricio mi almohada
Creyéndote una sombra en este hospital que aparece sin sombras,
que va vibrando en las palpitaciones de la tierra, como un palacio de lino blanco.
que va formando rosas de arena entre alba y noche, No nada más tu boca de fantasma-enfermera me dice:
te amo incalculablemente, fuera de mí; “está bien, señor, todo irá mejor la próxima semana”;
te oigo y te pienso en un retardado caminar de agua de un río, también estas rasgaduras anuncian que cicatrizo en el alma.
o en la mano blanca de una ola que toca el dedo de una costa.
Compongo música, aquí, con sabor a plata,
Te quiero con paciencias de pescador, como a un pasajero viento, y recojo guirnaldas en la batahola de mi primaria:
y en puerto Soñar te amo a alturas inmensas sobre el nivel de los deseos.
( Lo sé, lo sé, estoy dormido. O tal vez no:
Septiembre del 2001. Sin día. tal vez estoy viviendo otra vida en un color distinto de mi alma.)
Catarinario
En el pupitre de ancha cubierta escondo la mitad de mi cara,
Bajo la mar de catarinas, bajo la lluvia quieta, comiendo duraznos sobre siento una infantil alegría de estampas coleccionadas,
una manta con filigranas de sombras, oigo y me voy: agito estrellas en mi ese orgullo impar de enamorarse sin “demasiados años”.
alcancía de amor; aprendo, suave y sabiamente, como un niño, que el
hábito de algunas personas, como de cristales frágiles matizados de una (No sé, no sé, yo creo que estoy despierto,
oloración musical, me produce, con todo y mil desdenes de inicio, y me retiro, cansado, en ocasiones,
finalmente, un rayo de alergia tierna. de tanta alegría de loncheras y de recreos,
entre las materias de Deportes y Biblioteca
¿Esa mujer morena que va cruzando la calle tendrá un ademán rubio a resucitar entre esas cosas que los adultos llaman “realidad”.)
cuando ama? ¿Y puedes tú percibir los verdes del fuego, y ver cuánto de
amor hay también en lo gris y en lo negro?
Marco rosaesmeraldas entre las hojas horarias de mi fiebre, mi hilaridad Año 2002. Sin día. Sin mes.
e inacción; y veo guirnaldas en medio de las voces que escucho: cada
sonido forma en azul y violeta las palabras que caen de la boca del cielo.
También a través del lloro es insoportablemente más bella una sonrisa.
Tú también eres sonora en mi alma como el sonido del clamor; también Lo sé: ¡molí constelaciones y las herví a punto de purgatorio!; sujeté las
eres algún día otra que entre tus pensamientos no eres; también tú tendrás manos de la libertad a las de la pérdida del juicio (como ingeniero fui
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severo y como lógico, desértico); te amé, liberándome hasta el azar de Halla en el universo un soplo con que hablen
dejar pasar el tiempo. los sentimientos-cometas sin palabras;
y un taller de ilusiones en que se labren
En la novela-sal-azúcar de mi vida encontré el mapa borroso de tu los artefactos de darse sin conocer razones.
cuerpo: un vestido azul sobre una silla azul; una mujer eternamente (en-
tierna-mente) bella que iluminaba todos mis caminos sin sabérselo. (Amiga, ¡ámate!)
Creé una verdad de mil flores para tus manos vacías (las manos de tu
espectro en mi alma); y te teñí de luces, como a un rompecabezas-
rompecorazones, en un escaparate de mi espíritu. Mi gran amigo Jorge, con la fe de tu amistad noble y de tu entendimiento
de lugarteniente en asuntos de mi alma: te escribí estas líneas
Examiné algunos números hasta llegar a una fórmula, y creí, en algún predecesoras de un intento de diálogo nuestro, de aromas y silencios de
momento, que podría dar con alguna otra más para que habláramos (¡qué perfume, y lo nombré Conversando en sentidos:
sé!).
“Este es mi máximo secreto, y dice Garza luego de decir “la necesito”.
En todo el tiempo que te ame siempre querré y sabré desconocerte tanto Ella es lo unico que escucho... Estoy ciego. Estoy sordo. Y desconozco
para volverte a amar como si fueras otra (detrás de tu alma bella siempre todo nuevamente, como otras tantas veces.”
tendrás otra Mujer más bella, y otra... y otra...)
(Todo esto tiene un significado únicamente si lo tiene para ti.)
(Lloro. Pruebo una naranja de nostalgia. (Tal vez únicamente un mes y poco más. ¿Lo recuerdas?)
Me sabes todavía, y sin saberte.)
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Es cierta esta sorpresa con que te digo:
“¡Soy un pequeño niño, mujer, yo soy un niño,
y tú, mujer, lo alto tantas veces extrañado!” No estás allá donde un pensamiento pasa, como una avalancha, sobre
(un descubrimiento, un mundo, un “yo he perdido”). otros más?
Lo último que queda por decir es “verte” No escalo entonces, una y mil veces, hasta que logro edificar soledades
pensando que “un hombre inteligente tocaría tu corazón en un suspiro”. más allá de la atmósfera?
Pero todos los días tú me atas al corazón una bufanda nacida de tus
cabellos. Todos los días miras hacia mis ojos y me vuelvo una roca densa Dígale a su marido que la amé;
y sombría, pero guarnecida de poesía. que me morí tres veces:
de desquicio, de sentidos y de mente,
No es así? No debes sonreír con labios ligeros? y renací mil veces para amarla a usted.
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mismo más, en esa geometría lamentable de “ser-afín” sin el mayor
encanto. Siempre, en el presente, habrá quien quiera pintar al máximo su
personalidad, sin caer en cuenta del tránsito de las hormigas en los
piececitos de un niño pobre y reposado, de los mercados rebosantes de
historias de manzanos que extrañan a sus frutos, o de las calles
serpenteadas por tus pasos o los míos. Pero qué sabiduría tendremos
cuando hayamos crecido hasta ver más allá de nosotros mismos.
Entonces, te lo prometo, mi bella, seremos tan fantásticos como un clavel,
tan mágicos como un compás de notas angelicálmente breve en un piano.
Tal vez ya no “soñemos” ser felices. Y gritar “te amo” no sea escándalo
en ningún lado, de tan cotidiano.
Hombre y mujer,
mañana, como uno sólo,
no se mentirán:
también hay voluntad en el amar.
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me hacía llagas; el inagotable recuerdo de sol-luz frente a tu silueta,
cuando me creía perdido en tu guerra.
Rechazo toda doctrina religiosa que no apele a la razón y que esté en
conflicto con la moralidad. Tolero el sentimiento religioso no razonado Lorena está escrito en cada almohada, debajo de cada libro bienamado, o
siempre que no sea inmoral. en las carpetas de trabajo y las entradas a los sueños que aún no realizo.
Gandhi.
Tu emblema se apropia de mi alma. Y mi alma se extiende sobre estás
páginas.
Cuando me ponen las ideas a pasarme sus figuritas de porcelana, su color
de cielo, su suavidad de humo, veo a ese niño a quien siempre querré y Algo me dice que en treinta mil horas me querrás más que nunca. Por eso,
quien siempre, afortunadamente, por un destino o casualidad del fuego, ansiosamente, espero a que estés dormida.
llenará de números y colores lo solemne de la adultez y el esfuerzo.
Cuando toco lo que fui en otro tiempo: una goma azul que recibí en
Monterrey con una impresión simbólica e indeleble de la belleza de una
niña, tan grande como los más serenos deseos; las no escuchadas notas
que escribí lleno de mil pasiones de adolescente y ciego; y las nubes
claras, eternas, que un día parecieron, al que fui, caérsele a las bolsas de Trabajas, trabajas todo el día,
su pantalón en invierno. hasta que llegas a casa
y sientes una libertad de cansancio,
Despierto sobre la arena cobriza, como la piel de Veracruz y su pueblo. Y y crees traer en ti la melodía de un piano
luego me resguardo de amor debajo de la blanca superficie de su catedral y la hermosura de cuando tenías quince años.
en mi pecho. (Y no lo creas, ¡sábelo!)
El silencio cubre de pronto, con su caricia de espuma, mi mar y mi Trabajas, lo sé, lo siento, lo vivo:
viento. Y la Mujer es el cielo: y tú, mujer, el mío. sé que tus alas obstaculizan la escritura de soles
que continuamente sale de tus manos.
Mi alma se llena de mil niñerías y más deseo. Y no dejo de querer porque
te quiero. Todavía miro un papelito blanco:
“larga distancia y celulares...”,
y deletreo tu nombre
Madrugada del 30 de junio del 2004.
siempre,
siempre-bella.
Ansiosamente espero a que estés dormida. Me recuesto ante ti, y tú no lo
sabes.
29 de junio del 2004.
Son las tres de la mañana. Mi reloj está salido de cuerda. Pero mi
pensamiento es tuyo.
Todos los días, en la despaciosa infinitud de la noche, reclinado en el sofá
de una pieza de tu casa (que es la mía), abres tus labios y me atacas de
No puedo sopesar el mundo sin tu cansancio inmutado.
tierna gracia con una enorme mordida que tiene toda la intención de
abotonar de alegría mi día siguiente.
Te miro. Las sábanas a partir de ti saben a victoria diaria. Todavía
recuerdo la epopeya de ti: los brutales naufragios, la horma de los zapatos
xli xlii
Pero no se basta ninguna noche con ello: me calza de tus pies; me coloca que salgo de un soplo volcánico o de un frío insolemne. Estoy rodeado de
tus manos sobre las mías como unos guantes de pielaroma; y, haga o no los muretes delgados y castaños que caen sobre tu frente; estoy
frío, hace reposar tus brazos de bufanda delicada alrededor de mi cuello. encarcelado en los escalones de piel de tu mentón y de tus labios. Y de
pronto termino en el amanecer de tu iris.
El otro día no importará jamás: no habría trabajo que no pudiera hacer
teniendo el aura de tu amor sobre mi vida; y cualquier empeño sería Para entonces me doy cuenta: mi “vida” has sido “tú”.
difícil sin una hogaza de dulzura tuya. Y sé que siempre dejará de ser, (¡¿En qué lugar te encuentras?!)
hasta que ya no puedas serme nunca. ¡Qué importa, mi eternidad de
aroma!
Caminadora,
ata sorpresas,
A respirar tus ojos y tus manos, de gran sonrisa.
y las esmeralda-palabras que salen de tus labios. Una garza alta
tras de mis flores blancas:
A pensarte, mi perfecta: Usted.
todo desde ti parece tener algo de eterno.
Digo belleza y anhelo,
La vida es este manantial de luces digo vehemencia y locura:
en que anidan las aves cansancio a cansancio. le digo,
a final de cuentas,
¡Te amo!, ¡te amo! le digo,
Ardo de noche, loca, desesperadamente. a usted.
xliii xliv
llueven sobre inmaculados lirios que no han aún existido; te miro en cada no faltaría en mi alma
café y en cada restaurante en que van las gaviotas y se deleitan de ruidos, un pincel melódico con que pudiera
en que gravan su destino soles multicolores, nubes beso-requiebro, dar un bemol matizado de tus cabellos.
bugambilias y libros... Hasta que, distraido, me pongo a pensar en la Pero he sido un ingeniero sin acierto:
futileza de que “te hayas ido”. no he calculado
qué estructura espiritual
tendría que haber detrás de tu cuerpo
o qué procedimiento o técnica
siguió Dios
para concebir, al menos,
el mecanismo de belleza
¡Perdóname!, TE AMO. que hará funcionar tus labios
Hay un gota de agua que el rocío no siente al hacer surgir un beso.
y el fuego no percibe algunas llamas,
y así, mi amor, 20 de junio del 2004.
por el afecto de un “no sé qué”, Vuelo volátil.
por “ti”,
parece incandescente. En tu escritorio, en la recepción de mi mundo, apareció, una mañana de
no sé cuándo, esta hoja escrita con anhelo memorioso, con esa magia en
que dos segundos de alguien a quien amamos, nos transporta a la
30 de junio del 2004. eternidad. Y la abandoné justo donde tus manos habrían de tocarla y
Carta extinguible. transformarla en viento propicio para tus alas. No tengo mayor recuerdo
que un sentimiento traído al presente de esos instantes en que te amaba en
No me despierten ahora, porque te sueño, porque me voy desvaneciendo delirio.
en las hilanderías de tu boca, en el terciopelo negro que generan las
bocanadas que sólo tú sabrías coser en lo bello. ¿Con qué silencio atroz me alejé de mis deseos para profetizarme: “Para
mi última Garza (mi nunca mía: tú)” ? ¿En qué país de encantamiento
No me despierten mañana, pues te estaré soñando. Y tras de las atroz me iluminaba el faro de tu belleza para apodarme, al fin de este
campanas recorreré tu cabello, que es como tierra castaña y de deseo. poema, “Señor Misterio”?
No me despierten nunca, que yo te quiero. Dejen que me descanse de todo No sé, mas sé que no podría narrar estos deseos océanicos de ti; que no
cálculo, de planeaciones, ejecuciones y proyectos; dejen que me ahogue hay poesía que pueda ser siquiera una sombra de lo que has significado tú
en tu requiebro, que te tatúes en mi boca y toda vez que hable, diga con en mí.
reverencia, palabras que únicamente signifiquen besos.
Te he querido inmensamente, a pesar de las situaciones. Jamás he
Yo anhelo que tú me salgas antes que los trescientos y tantos soles de este necesitado saber mucho de nadie para quererla (me ha gustado la
año; que tú me digas, sin reparo: “te quiero”. ingenuidad de calma de los sueños). Así lo “sé”: los pájaros jamás
justificarán sus gorjeos y siempre lo harán donde ellos lo deseen. (Ya sé,
ya sé que somos “racionales”; pero toda la razón del mundo es
sentimiento sin-razón cuando no tiene amor).
De haber sido pintor y músico
xlv xlvi
"Yo te amo".
Yo digo que el amor lo ha enamorado.
Vuelo en sueño
desde ti; Extiendo que lorenizaste mi occidente
desde el minuto preciso, para no tenerme por seguro que “te amo”.
precioso, Y lo declaro en símbolos secretos y sagrados
en que tu luz o entre juguetes y dulces, o “naufragios”.
y tu teléfono,
tu voz, Afirmo que el amor me ha engarzado.
tu silla azul,
fueron vistos
por mi alma.
Y tu cabello corto
hizo palidecer
mis garabatos, mi habla,
mi estar aquí: Entra también en mi alma,
¡me hizo incendio! Bella.
Tal vez Gabriel,
Miguel o Uriel,
Por ti
-¿quién sabe?-
se me hizo otro
te estén esperando.
el universo.
Tal vez
Otro yo
nunca y jamás
soy para mí
te has encontrado aquí,
desde que eres tú.
pero yo
te he encontrado.
Pensar Mujer
es recordarte;
Aunque probablemente aquí ya hayas entrado.
decir:
Porque el hogar de un ángel es el mundo
"Ama"...
y un mundo de sonrisa habita en cualquier lado.
y, al fin,
callarlo todo.
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de tu boca.
Mas ahora, cierra los ojos, aspira
con el corazón suspendido de un hilo de luz,
con las palmas de las manos sobre tus piernas,
atravesando una galaxia en un poema.
Platónicamente, con el alma lustrada,
Canta también, con la boca callada, con un impermeable del mundo para contemplar tu memoria:
a través de la explanada de tu alma soy el invitado-fantasma de tu boda,
con música amarilla por cada playa caminada el liviano velo que cae en el tejido del aire
por tus pies creados a imagen y semejanza y el esposo eterno del bello concepto de tu boca.
de la belleza eterna o un instante de nube mágica.
Oigo los millones de pasos de todas las novias
Rocía tu alma de tranquilidad aún a las dos de la mañana, que habrán caminado bajo las notas de Wagner.
y sonríe, posando para una foto en lo invisible del ensueño; Escucho, siempre, ramos que caen a “otras novias”
y luego hazte una trenza de humo de chocolate como siempre enfrento el voluntario dictamen de destinarme a tu imagen.
en medio de la intimidad del universo más amado.
Soy el que velará por ti sobre las tempestades,
Sin más, abre los ojos: sobre los matrimonios, sobre el dolor de muelas de tus hijos,
eres tanta mujer que tomaría mil mundos y el marido impecable del velamen que desplegarás en todos tus viajes
que tremendarían de belleza el lienzo de amorfragancia de tu carne. cuando seas refinada o sutil e imprevisible, e innegablemente amable.
Soy el adolescente amante de su maestra del humo,
el hombre que estaría dispuesto a cincelarte en su carne
y el niño que guardaría para ti un dulce sin una caricia de tu talle.
Si pudiera mudar de ti
dentro de mí,
como un lagarto muda de escamas,
como alguna estrella cambia Estoy en casa
su vestido de luz por harapos sombreados; diciéndote.
si pudiera borrarte de mí
como a una de estas líneas a veces vagas; Me quedo
o si tuviera en mis manos un documento astronómico solo
para renombrarte en constelaciones y magia: contigo,
¡qué haría, qué festival de alegres lágrimas! sin saber
que estoy sin ti.
Me quedaría ciego de aromas,
sordo de imágenes, ¿No lo sabes?...
y sí, ¿Lo sabes?
tal vez también, Lo siento.
mudo de poesías
y, lamentablemente,
eternamente,
xlix l
en mí,
Misterio: escuchándote.
amor sin fuego
o esplendido tesoro
inexistente. Te amo
en azul
Canallada bella y dura y en verde
o bruma de cascabel te pienso
siniestro. siempre,
detrás de otra mujer,
Tal vez sólo eso así,
hallarás detrás como no eres.
de muchos hombres. Aunque seas
mi señorita prisma,
A ti no te digo, aunque de ti
como si me escucharas, jamás me lleguen
que soy distinto, violetas inmemoriales.
pero seré otro
desde que en ti Estoy esperando,
dejes de “saberte” aguardando siempre,
cómo yo te quiero.7 tu roja boca
y tu talante.
Escuchándote en casa
con música de almohada,
o de cocina. Con un gusto infantil escucharemos canarios-relojes
Diciéndote, cuando nuestras habitaciones, de noche,
diciéndome “decirte” formen una geometría nuestra entre constelaciones y flores de lis.
sin saberte
(¿no lo sabes?) A la luz de la tarde oiremos música hindú adentro de nuestra sangre,
bajo una bóveda que cambiará de colores a nuestro capricho.
Deséandote. Y en una parte de nuestra estancia hallaremos animaciones de palomas
El alma suspendida. que, cuando toquemos una superficie de piel, nos recordarán sus
Pregutándome plumajes.
dónde estarás ahora
(¡jamás conocerás Un ángel se comerá un día, después de mil años, algún trigo inmortal,
cuánto ni cómo!) y sentirá los sentidos con que yo te habré amado,
gozando del perfume de tu amada imagen.
Se me pasan los días
y sigues
li lii
o de mi mamá, o de los cines de tumulto, ya sea de un aguacero matinal o
de la intensa sonrisa del sol. Luego, inusitadamente, tomamos un
Soy, me eres, acelerado tren astral. Llegamos a donde sólo somos, y entre setos nos
nos caminamos juntos escondemos, lejos de la ciudad. Allí originamos un torbellino, y luego,
y tú te besas cuando a mí me besas. como dos niños enamorados, nos tomamos de las manos, con cariño y
necesidad. Entramos a una capilla de cristal, y una y otra vez jugamos a
Te suplico un beso de despedida un matrimonio de gusto velado y profundo. Inventamos cantos que sólo
(la súplica niega la pasión; sabrían las golondrinas gorjear, hasta que rezamos la más vívida hora de
alguna exigencia, a veces, la concede) nuestra eternidad. Inauguramos siempre, más tarde, una ceremonia de
y me lo niegas lacónica, impasiblemente. amor triunfal, y entre taludes amplios de caliza celestial, causamos en la
tierra, tú y yo, una ciudad donde se construyan palacios de brisa, o donde
Te digo que un día me marcharé tú en el viento podrás sembrar y cada hora acallará con belleza florida tus
hacia una patria que desconozco por completo. labios de libertad.
Y en efecto, parto:
huyo, corriendo cabeza abajo; Es fácil: a las ocho de la noche, en punto, como dos niños enamorados,
nos huímos con un caballo negro y otro blanco, nos regresamos y ya.
y tú me vas acompañando.
liii liv
horas y hojas de ti entrampado.
hasta adolecernos de estrellas irreparables.
Obedecer
Precognición prolija, obsesionadamente
la rosa de los cuatro tiempos
En diez años seré célebre en México, en que te amo:
reafirmaré las reglas de mi universo “bélico”. cayendo
Te besaré sin nombres para un beso, de madrugada de devaneo,
pues cada beso merecerá su especificidad de cielo. a mediodía de somnolencia,
y luego a tarde de milapremios,
En una veintena de años repartiré flores en invierno, hasta llegar a insomnio y desafuero.
me recrearé en árboles ilusorios de fuego
y rememoraré tu silueta en un inolvidable sueño: Querer, caer,
descifraré tus luces, tu caridad en sonrisa y deseo. obstinadamente tuyo.
No sé qué otras cosas
En treinta años puedo morir, vivir, estar sin tiempo: Me quedarían después,
No sé. antes de ti,
“El pez grande se come al chico.” que perecer
(¿Pero no puede éste haber tenido veneno?) sin conocer tu parecer.
Y a pesar de meditar irremediablemente en negro...
te quiero. Prólogo
Perecer,
dulce, mordazmente,
Estas son mis manos. El dedo sigue al dedo con el aire entre sus seres.
infelizmente,
Pero estos seres están algo curvados, rígidos; y abren también mis brazos.
con lágrimas de hierro,
como un clavel
Tus manos y manos tienen un rostro de papel, de tinta y llanto... y de
roto o mal herido;
sonrisas estrambóticas.
con el corazón
por una flecha de fuego
Por eso tú y yo (tú, que me lees, y yo, que no he sabido nunca cómo ni
descompuesto.
por qué es que yo no amo o amo), somos tan distintos que queremos
asemejarnos.
Cristalizado
de ausencia tuya,
Tú: apátrida o héroe, u hombre sin creación de algún sentido de tu vida, o
de verde frío:
inventor de tu deseo; o tú, labriego pertinaz en el concepto, o corsario
un-(a)-mar
ante el timón de lo fantástico del respiro y el espejo ante el que no tienes
que en lago se tornara.
por qué cuestionarte tanto (y ni siquiera algo), pues todo tu saber es
superado por un sentir de cielo azucarado; tú me escuchas y cada palabra
Vuelo
mía se va perdiendo.
del esplendor
hasta un temor aciago
Un estero de ruidos y deseos (la imagen de mi amor –no sé yo bien qué
como un escarahbajo
amor sea el amor que haya vivido-) ha sido remitido al terreno del olvido
lv lvi
y del despecho (a menos, claro, que, como podría pensar no menos de uno
en cualquier rumbo, nunca algo más –en forma o en volumen- haya
existido). Pero hay todo un futuro haciéndose presente para robarnos un
océano.
Carta primera
Eras algo así como una espiga blanca, un Amazonas, o algún sabor a
Dedicatoria lluvia y sur. Tu nombre, como el nombre Mujer, no nos pertenecía: antes
eran nuestras un millar de altiplanicies, el fuego, el algodón, la tarde.
lvii lviii
cuarenta horas voy a tardar; Hay veces que he dudado, Mujer. Tu rostro es prisma: todos los colores
y quinientas voy a recordar: míos a ti me han remitido .Tú siempre has sido otra, el paso o el camino a
¡un infinito te quiero amar! otra, como tú, Mujer; y una promesa falsa.
Carta segunda
Mi palabra más tierna (¿qué tan tierno he podido ser yo a comparación de
Era la sed sin embriaguez, la sed pura, hirsuta, creyente; así, mirándote, mis palabras?) es tuya, Mujer.
alejándome de tus labios para encontrarme en tus ojos, y de ahí, en tus
pies claros, extendidos hacia el horizonte bajo (¡ah... tan grande, al fin, Yo he decidido amarte siempre hacia delante, porque la eternidad es
para todas las hormigas, como todos nuestros cielos!) siempre un adelante y un "yo te amo ahora como si un 'siempre' tuviera
manos tuyas, y tus ojos, y tu alma, en este instante".
Uno ochenta y tantos metros de amor callados, inamovibles, extranjeros
(¿qué gran amor tiene país?); un centímetro de besos dobles al saludar; y
una cantidad de instantes irredimibles de fantasía.
Soñaba, enamorado de ti, algún dragón danzante en medio de las selvas; Estas perdida ahora, como yo, amiga mía: ¿a quién amamos, si es que
soñaba con arquitecturas de Niemeyer; con playas, puertos, canciones amamos? La noche llueve a cenizas de infinito; se ha quebrado. Las
negras y morenas, blancas y transparentes. Doblaba las nubes por estrellas son cristales que se caen de las galaxias. Tienes una mirada de
sinrazones, anheloso, ebrio de pura sed... desvelo, y yo otra de costumbre.
Y luego venía el sol, el mar, el cielo y esta verde verdad: mi bandera y la Toma mi mano amiga. Yo te he amado, por no sé qué razón de azar tan
tuya estaban hechas de una historia que en mí fuera un amar. desdichado.
¿Cuántas veces no puse en ti , fijos, mis ojos? ¿Cuántas veces, como hoy
Como eres tú -un día desconocido- hice alarde a todo lo que sucedía en mí porque a ti te
había visto; porque venías a mí como un espectáculo de luces en
Un destello no se anuncia cabellos?
y dos ojos son presagios
de tu presencia en mi aurora; En tu muñeca yo, alguna vez, até con las amarras de mi alma, una
con voz de mi señora pulsera de oro. Y el silencio se hizo áureo, para que termináramos como
dejan ecos de palacios hoy... ¿amigos?
de quien canta y no se ensucia.
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Son dos lágrimas que ríen,
Mi ebrio corazón buscó avenidas: el periférico como un estómago sin
diez tridentes de terciopelo,
alimento, el viaducto grácil de carriles, y luego calles de silencio. De casa
dos montañas maquilladas
de un amigo a casa de otro vi la velocidad cayendo hacia mis pies en
que sin verlas ya, me pillan,
cascadas de furia del presente hacia el pasado, bajando por los hilos de
y me dejan un señuelo.
mis venas. Un abanico de puentes y colores, de grises y amarillos se
bordaron en mis sienes. Y lo último que vi fueron ángeles terrestres
…¡Dime, dime!:
seduciendo con sus faldas rojas o verdes, con sus lúbricos labios como
¿es a mí a quien se dirigen?
bataholas ardientes.
lix lx
Cuando desperté la culpa, como roca, me hizo reconocer a alguien y se tornan silente mar. .
indubitable y cierto: un dipsómano de anhelo viajando en un taxi
desconocido, hacia su hogar. ¿Cómo he de extraviarme
de las nostalgias de ayeres
No quise saber nada. Ese loco se habría suicidado finalmente si no y de las penas parlantes
hubiese sido por una mala suerte en su destino. que originó tu desdén?
Por ti un batallón de diez enamorados ha sucumbido. ¡Ay, teniente de Si tus miradas chispeantes,
pasión buscando siempre fuego! ¡Oh, mi lágrima perdida en el campo del si tus risas (del cielo un eco),
amor, en púas de ira estática y en alturas siniestras! si tus cabellos sortijas
se engarzaban en mi ser.
A todos ellos los mandé yo, para decirte, Mujer: "yo te amo". Y uno a
uno, la pólvora en desdén hizo de ellos un trozo de aire y tiempo diseñado ¿Cómo he de hallarme ahora
en el lamento. que me he perdido por ti,
que errante y sin un anclaje
El coronel de mi alma ha transmigrado, y ha pasado también en remolino el navío de mis ensueños
semejante al que yo por ti he vivido. se embarca en un laberinto?
De todos cuantos envié por ti en mi mundo, sobrevivió el lugarteniente ¿Y cómo tener idea
que te he amado alguna vez?
Si me tengo por lagrimoso
en el vacío de tu esbozo infiel.
Ya el tiempo se va avejentado,
Señorita Enigma: no debes saber quién eres tú; mas eres como el canto y ya la noche va pereciendo.
callas. Y mis memorias se allanan,
y se me pierden en tiempos
que no he de vivir a la par.
lxi lxii
"la redención de un caído
concede hoy un querubín". Deseo de siempre
lxiii lxiv
un infiel recuerdo de tu aroma. yo quiero que tú me quieras
como en mis sueños me quieres.
Yo quiero que tú me digas
Cómo es que te quiero como me dice mi madre:
"te quiero, aunque no lo sabes".
Entre el silencio de mi mente,
entre ruidos y movimientos
de carros que se amotinan, Cuando a ti te escribo un poco, mi pensamiento entero desfallece ante las
te sueño sin cerrar mis ojos. redes de la música en pianíssimo, como ante un arroyuelo fragante,
Te escucho como en el aire colorido, inmemorial. Entonces me detengo a mirar algunos universos que
que sin parar me dices: imagino, alguna cantidad, y diez modalidades de los tiempos (entre
gramáticas y entre otras muchas dimensiones): y así, te beso, me callo y
Te quiero como sin tiempo. continúo.
Te amo como el murmullo
de un chapulín en las noches; Así, con la solemnidad del día, con cada inefabilidad descubierta en los
cual te vivo sin verte aún; cimientos físicos, con cada signo negro de luces contenidas, con voluntad
cual toma el alba el azul de amarte, te descifro: con códigos cambiantes, con actitudes que se van
de tus caricias de cielo. acostumbrando a las luces, a las sangres amorosas, a las tinieblas
estéticas y juegos de pureza entre pecados.
Te sueño en mi vida diaria;
te tomo en cada café Así, con todas las contrariedades, nace de toda geometría lingüística tuya
de mis mañanas de frío una mía, ¡hasta que formamos con topologías de amarnos un siempre
para quererte así amarnos!
- así como el Sol a la Tierra
que ilumina a cada ser -.
Cosmos
Te deseo cual la comida
que un vagabundo ansía En ti todo se expande y se contrae;
con el tesón más grande, en mí todo adelgaza para ensancharse luego;
y con los ojos de hambre así en nosotros se forma un color del tiempo
que nunca se sacia a tiempo, y supercuerdas de plata, y singularidades de anhelo:
pues le falta el Todo eterno. ¡juntos debemos formar un universo nuevo!
lxv lxvi
como a inocente conciencia,
como ignorancia ante estanterías.
A veces veía sirenas salir de las coladeras, de las avenidas a ritmos De sales porque te vas,
lentos, con enormes tridentes rosas, como enamoradizas quimeras: y así, para volver sin horario,
tú eras; y así, yo era... a este mercado nocturno
que lleva a mi corazón.
¿Cómo viniste tú, inmensa espiga?; ¿cómo se atrevieron tus padres a
formar esa belleza?; ¿con qué colores se pintaron las banderas para que Si vas para la tienda
llegaras a esta tierra: a estas carreteras donde siempre alguien camina con y en tu camino te encuentras
algún sombrero? que te regalan amor,
tráeme dos litros, mujer,
(¡No sé! ¡Déjame verte!) para saciar mi garganta.
¿Es acaso que tú piensas Estoy solo. Te estoy amando enteramente y, azaroso, golpeado por un
que te toca en sus miradas otoño que aún no existe, con simulaciones de tinta que llamo
y te quita toda tu alma? sentimientos, te escribo en cada no poder abrir los ojos; cautivo, ebrio,
noctámbulo tuyo, todo tuyo hasta olvidarme.
Sabe que no es tan malo
el sólo echar un vistazo Debajo de esta sábana blanca me encuentro como a un cuerpo, y soy
a aquella la golosina ajeno a mí; y te estoy amando, temerosamente, como desde todos los
que de verla ya extravía tiempos sin presente: eres lo que serás y lo que fuiste, porque no te veo.
lxvii lxviii
que odia o no siente nada.
Cae de mi mano un vino de mares plagiado de los cielos. Y, frente a mí,
todo es una inmemorial espuma, vapor-quimera, una cenefa alegre Sólo acaso he sabido
ciñendo el vestido azul en que habita mi cuerpo, en que respira ese yo que que no brilla la luz de un sabio
ni yo creo. como la vela del pobre,
que no más ve entre sus manos
Resultas de piedras que cantan, como una fantástica alergia: soy más que su esfuerzo y su valor.
débil de cosas, de mundo, ante tu presencia.
Yo no sé si un mundo se place,
¡Me muero! ( ¿Por qué habría yo de explicar este morir? : sólo razones
si un feudal se crea un dios,
sobradas para un alma )
o si algún inteligente
no tenga fe en el amor.
Moriré bajo tus párpados
Sólo sé que no he sabido
Moriré bajo tus párpados reconocerle al hombre un algo:
la dulce tristeza de no existir. que si no tiene su esfuerzo,
no queda más que por deudor.
Escucharé, ahí, en tus labios
las crónicas tónicas de algunos besos. Sólo por una vez
lxix lxx
para cualquier pretérito de siglos, creí reconocer algún grado de Vaciar en copas de paz
perfección en una magnitud incognoscible. la violencia que he pasado.
Lo cierto es que extrayendo de raíces cúbicas y cuadradas, otras, sin Cantar en la vida,
forma alguna, llegué a redescubrir la ecuación de Dios en la inecuación como en la ducha,
del universo (que no seamos iguales es razón para querernos), basando el himno del hombre
todo cálculo en un número distinto de cero e igual a ningún número en (del verdadero)
que hubiera voluntad de sonreír ante toda la futura aleatoriedad de los que es más cercano
destinos. Y todo era en un orden de magnitud tan grande, que ni la y tiene dos sexos
muerte, podría superarlo. que son primeros;
porque somos
Yo te amaré con una voluntad de magia, hasta que juntos lleguemos a ser tú y yo:
otros; y siendo otros nunca nos olvidemos de los que somos ahora; y, somos,
siendo ahora, nunca hayamos sabido que algún día no nos quisimos. mujer,
como un humano...
lxxi lxxii
en notación científica.
La brevedad me madruga
Tocar el vector de nuestras pasiones - y se ha sentado a mis ojos -
guardar en memorias dos corazones; cuando semeja cortinas
mayores que el éter, menores que todo que pronto habrán de caer.
el conjunto armónico de nuestros espectros.
Se me figuran oscuros
Así pasar, cuantos pensamientos recojo,
por aproximaciones, al anhelarme unos besos
al súbito orden en toda tu cándida piel.
de geometrías de sueños.
Y la alborada se cierne,
Todo esto desearía yo hacer, y difuminan estrellas
si y sólo si a la sazón de tus formas
no sufro antes (¿qué son, mi tierna gacela?)
un mal de amores.
Se ha ido ya la noche,
y a la luz de tu recuerdo
Requiebros para una lejana amada yo me veo y yo me creo…
¿me creo yo más que este sueño?
Voz quieta que del estío me vienes,
aroma intenso que en el tiempo te pierdes,
¿por qué me has dejado
a la soledad de un te pienso? Metodicidad
lxxiii lxxiv
por ser incapaz de sentir lo que se ha visto". Nadie fue más dichoso el día que te conocí. ¿Cuánto tiempo antes no
pensé conocerte?
lxxv lxxvi
es retrato de su alma
Yo rememoro con alguna ternura débil, como aquellos soles que van que me exclama que me ama,
ocultándose a lo largo de un verano amplio y purpúreo, los días en que mi sin esperar mi sentir.
madre cuidaba ostensiblemente de mí a través del rutinario acto de la
finalización de los días de clase: al final de un gran túnel gris estoy Y en ausencia de mi padre
sentado sobre mi portafolios inmenso, azul con cintas plateadas; a mi Dios no ruego nada,
esperando que algún minuto me salve del regaño inminente que vendrá pues es como una alborada
debido a que se me ha hecho tarde jugando fútbol. la presencia de mi madre.
lxxvii lxxviii
Me rompo mil veces, conjuntamente, pensamientos y corazón y risa; y Te has ido ayer, pero no llevas en la maleta el azúcar de la cuenca en que
llego a ser el peor hombre, porque te amo hasta el olvido de quien yo he has vivido (que has dejado aquí, aquí). Porque entre tus planes no estaba
sido... quedarte...te has ido ayer.
¡Un carajo me importan las lluvias en mis pies desnudos!, ¡un inmenso Me he fatigado de cada bebida y alimento,
vacío llena toda ciudad y todos los corazones de un batallón de faltos de de este comer que me traga,
amor que "todavía creen y aman a Dios", aún no siendo demasiado de las pastos agrietados entre almas,
capaces de darse a sí mismos, aunque sea con cortesías de niños! y de la eidética inerte juzgada.
Mas dejo pasar el tiempo... y admiro a todo aquél que, con todo, no En la noche siento que he caído
pudiendo hacer lo que quiere cuando ama, se mantiene en este mundo por al fulgor intenso de mis soledades,
algún destello, por alguna obsesión mínima de la supervivencia como y percibo en el estruendo más friolento
modo de la vida... colorines, chapulines y siluetas,
que ya al tiempo me les vuelvo agrias,
Tal vez así pueda pensar amor, amor, en letras de sexo, ¡hasta invocar el como si el vapor sórdido y bruñido
querer a toda costa, incluyéndome a mi mismo y comenzando por lo de alguna ciudad de témpanas personas
mínimo! me fueran ayer las transparentes lágrimas.
Así decide el callar nacer.
De la célula simple al regenerarse;
Te has ido ayer del crepúsculo alegre a la inhibición violenta,
en forma que los ruidos me tragan:
Te has ido ayer para guardarte en el cajón del silencio. Te has ido de mis girándose al súbito estruendo de la grosería,
días, de mis noches, de mi muerte que me ha dejado aquí, viviéndome. me lanzan en sus áridas laringes,
tragándome los días en pasarme a su sartén.
Labiecitos de coral; cabellos de mar nocturno; ojos de pasado mañana,
de canica y café en cristal. Todo en fin, lo que no habías acabado de ser,
se ha marchado a tu tierra por el cielo.
Te has ido de las avenidas de mis besos, de la confitería de mi corazón, de Amar, sin querer
las líneas de los libros que no te leyeron aquí; de tus ratos de manzana
roja, y de un diciembre que se olvidó de escribir. ¿Qué tanto se reprocha al sufrimiento?:
¿quién no lo ha vivido?,
lxxix lxxx
Tal vez el que no vive… que sabe lo que tú crees.
el que no arriesga a amar,
porque sabe que puede caer en dejarse volar;.
y acaso sepa también - ¿acaso no lo sabe? - Entre te amo y me quieres
que nunca ha tenido tal amor.
Nos hacemos estambre: tú entre mis brazos como hoja, y yo como
¿Quién puede decir amor sin significar "para mí"? enredadera. Nos hacemos dos locos: tú entre mis neuronas, mis páginas y
¿Quién puede acercarse a la certeza del infinito? pulmones; y yo entre maleza, ni de jardín ni maceta, ni de campo ni
¿Quién es más que éste amor que lo pueda percibir? primavera; sino entre labiales y polvos, y espejos de alguna bolsa, de
(Yo, yo al menos, no lo soy.) martes o de domingo, ya lluvioso, ya florido.
Sólo puedo creer en ese amor,
y así, decirte que te amo. Porque jugamos tan sólo, saltando nomás con un pie, y en la vía de un
avioncito que nos lleva a cualquier rumbo.
¿No será acaso que no te amo?
Tal vez, en algún mundo, sepa que amo sólo mi visión de ti; Y nos cansamos y luego, te cuestiona mi sudor si es que tú me amas
acaso sólo eres tan grande en mis ensueños, también.
y acaso no sean reales mis amores todos.
Y me contestas entonces: "Mejor jugamos de nuevo"
Como en una realidad, he soñado que te he sabido amar.
Porque amarte no es real, es tan sólo una creencia: Salimos al parque, y me haces trampa otra vez : porque entre te amo y me
creerme que te puedo amar, quieres, no quiero dejarte ganar. Porque juegas a quererme y yo te he
sin sufrir que tal vez la realidad jugado a amar.
no muestre nunca a nadie algún amor.
¿Amar así y nada más? La quiero ahora, la quiero frente a esta palabra. La pienso, la siento
Nada más conozco el amor sin querer: acaso, a estas las tres de la mañana.
el que sufre porque no sabe si a él o a mí me amas,
porque a mí no me sabes, sólo me puedes creer. Y yo no sé si esté aquí (si tampoco no quiera estarlo); mas se guarda en
Y es que acaso cuando me amas mi corazón el recuerdo intenso, el súbito mareo de la madrugada del
sepas que sólo sabes jueves.
que crees que hay alguien más
lxxxi lxxxii
La quiero sin conocerla más que muy poco; lo suficientemente poco que silente como el crepúsculo:
me bastaran tres días, dos noches, una corta vacación para sabérmela que no me reprenda el ser,
amada. que no me diga un defecto,
y no me quiera a su querer.
No cabe en mi mente, no se atina a concluir en mi pensamiento el
sentimiento de saber que una antipartícula, un espejo, un ella misma, esté
probable, casi seguramente ahora frente a mí. Elle, elle!
La guardo entre mis arterias, entre la noche silente, entre el mar de sus En sus sinuosas formas y en su breve indiferencia,
cabellos, al norte de sus desdenes y al sur de su aura celeste. La guardo sobre sus cabellos húmedos y su paso bamboleante
tan lejos de ella para tenérmela más cerca, que ya luego caigo en cuenta se han inscrito unas veinte miradas:
del sentido que me creo al pensarla con frenesí. es hoguera que es hospicio,
fragilidad que incita,
La pienso - ¿yo la pienso? -. El amor me piensa que la veo ahora frente a tierra volátil de ensueños.
mí. Y la abrazo por el talle, y me renuncio a mí mismo, y nos vamos en
mil caricias, en un sólo beso, a la nada del aroma, al tiempo, al tacto, al Trémulo las más de las veces,
dulcísimo reconocerse en alguien, bajo la Tierra, sobre el cielo, en nadie, sin mirarla, con recelo de mí mismo,
en nada, más que en mí. dejo mi cuerpo al sustraer de sus labios
besos que no se han de escribir.
Y se va con su ceñido vestido azul y con su blusa rayada, y sus piernas
de balaustra pequeña; con labios minúsculos de flor para colibrí, la Ya para cuando la miro, con el miedo en el alma,
mirada en el instante y la preocupación del futuro. nos encontramos un instante abisal que
sé ( de tanto creerlo),
Con un aburrimiento redactado en el alma, se va sin que yo la sepa más, se habrá de prolongar no más que en mí.
sin que yo la quiera más, hasta que pasen quince días, como una ¡Ah… ¡somos tan
sentencia. parecidos!,
¡ah!… ¡somos tan diferentes!:
Se va cuando mi voluntad la acalla, cuando musitándome con sus perlas que la soledad nos transporta a otros mundos
tónicas, dibuja en mis hombros un adiós a las ideas: un último abrazo a y se confunde entre diversión y tedio.
aquel día en que me he confesado - sin sentirme pecador- cómo es que
no he sabido quererla. Amamos lo lejano, lo inasequible.
La amo a ella mientras, hablándome,
Grito de amor ama a alguien que no la sabe.
lxxxiii lxxxiv
Me corren nostalgias por sus venas, y no he existido nuevamente,
cuando al frenesí de su deseo ni me miro en espejuelos de pupilas:
le digo que es quién para ser amada, soy luna aún más resplandeciente.
para después callarme su aroma.
Yo no me veo en el cuerpo
Y se sonríe de su amigo, ni soy cantidad alguna,
de su nunca amigo yo, y soy sinfonía del silencio.
mientras no me rechaza Soy yo: tu interioridad.
- para no aceptarme -,
mientras que no la violente,
y en tanto no sepa ella Yo pienso. Yo soy cada copo de penuria en el invierno de las sienes, cada
la claridad de esta empresa. horror de mis errores. La madrugada llega a mí y me trae estas filosofías
cegadoras, de furor, de abismo y de nostalgia. Y tú lees cada palabra
Entrada la noche la voy olvidando, como si fuera ternura la tempestad y lobreguez el regocijo. Pero nadie nos
pensando en aquellos que "no la hemos de amar": conoce, y los dos nos meditamos absortos de ignorancia mutua. Y sin
viviendo cantando el fragor del recuerdo, embargo, tal vez haya algo superior uniéndonos: siempre lo habrá allí
pensando, abstrayendo, soñando, entendiendo donde haya dos pensándose mutuamente.
el dulce silencio de su mocedad.
Complejo de amor
Quien me digo soy
Tiéndeme,
Yo vengo de piel de flores acaríciame,
y de un aroma a profundidad. cobíjame del silencio
Fui cálido día en que nacieron colores de tu irreflexión.
y murieron pálidos, enfermando penumbra. Cae
como cuenta de cabello,
Recorté el sol a la oscuridad, ensanchamiento fugaz.
y el negror a la alegría,
y beso y mañana sentidos Porque estoy perdido…
- que no se dieron jamás - .
bésame,
Soy luz de ayer amanecida, tatúame
lxxxv lxxxvi
e inquiere con tus brazos
bríos nuevos de eternidad: Subjetivo y ¿objetivo?
de tus uñas,
y tus orejas, ¡Qué guapa!, ¡qué guapo!
y de tus santas diabluras. (tintinean las campanas
cuando hablan de sensualidad,
Porque soy nada más tu reloj… como si fuera una ley.)
Dime tú:
articula, ¿qué dicen las campanas
examina, cuando del amor hablan?
y confecciona mis risas,
mis ideas,
mi lengua y mis aficiones. Muerte de amor
Tengo miedo de tu rosa de labios, de tus pestañas arqueadas y tus Habría menos dolor si el amor muriera.
delgados antebrazos.
Y de tu piel yo tengo el mayor miedo: de tus poros canelas, de ese sudor Réquiem
de pera.
No quisiera saberlo, mas ya lo he sabido este día:
Tus dulces piernas, tus cortos pechos, tu rostro delgado, son pura que te vas, bella posibilidad, dejando de existir.
claridad, son pura noche en que te he estado soñando: aquella en que sólo Yo me quedo sin querer llorar,
he visto la luna, y en que a la misma le he tenido miedo al estarle distante porque hago de mis lágrimas palabras
o estarle cerca, porque no le he conocido. -¡ ruidos, puros ruidos, no más !-.
lxxxvii lxxxviii
Ave de pardas plumas en el estrecho amar,
que cortara de raíz el amor en la amistad:
has sido todo lo que nada ha sido. Cotidiano amar
lxxxix xc
porque sódicas me beben, No, el amor no nace, se hace, se establece, como una constitución de
su cuerpo fluido y robusto formas; como algo más allá de toda imagen
conduce a una pasión no vivida:
de un trompicón a una neurona. Corazón quimera
Corazón quimera
Para querer y amar que sube, baja y vuela.
Errante lámpara, errante niebla.
Para querer a una mujer ¿Te amo? No lo sé,
a veces se ha de pensar en muchas pero quien más que yo te quisiera
y de probarlas cual frutas: al mundo jamás volvería:
amando sin querer su mundo sería tu cadera
y sin querer, amar; y su tierra tu belleza.
queriendo a ninguna persona;
queriendo tan sólo amar
para olvidarse de una: Si me ves por ahí, llorando
aquélla que no, siquiera,
tenga que ser querida Si me ves por ahí, llorando,
para poderse amar. no me tengas por compungido,
que nadie más te ha querido:
nadie como yo, cantando.
Cantarina
xci xcii
que jamás fue en ti erigido. Quiero vivir cuando muera
De la noche tonos de chapulín: Podría decir que me ha quedado una lágrima alegre,
desde libélula hasta faisán. escindida hacia el amar y hacia la muerte;
(Compases para jilgueros. y que un silencio tímido va rápido hacia un sepulcro;
Canto de gloria sideral.) y yo, encantado, pasivo voy hacia la vida.
xciii xciv
Mas quiero soñar al vaho hilarante, Gritan con rencor al gran hombre,
pensarme al fulgor de las lunas inmensas, (al más humilde, al más amable):
que ardientes, planas, sinuosas y libres, ¡No me ladres, no me ames!
dan un sentido a mi vida oscilante. Y furiosos la carótida se les parte
y la ceguera el alma se les hace ,
Adiós al tonto y efímero canto para que lloren por vez primera,
que dicta en mi alma un ruido nostálgico. cantando su voz una postrera lágrima.
Adiós a la nube que estalla en mis sienes.
Adiós a ti: sol nuevo inefable. Y el amor ya no regresa,
ni azota puertas ni ventanas.
Se ponen a hablar en las calles. Martirizan el tiempo, las sanas quimeras, No levanta más su voz sin lengua.
deslenguados del corazón. Un libelo es una flor, y la Se va, se va, abigarrado, infinito a la nada.
Esta carta, previa a la guerra, con que la quise y establecí el reinado de Las noches se les acaban…
ella en mi patria-corazón y mi bandera-amor a ella; es el destino de mi Y el amor se les va, se les va, callando.
voluntad en el período que me salí del tiempo para amarla:
(4)
Los epigramáticos
Esferas luminiscentes: ojos fuiste.
Cuadráticos, disímiles, objetivos,
el amor se les va, se les va, callando. Esferas luminiscentes: ojos fuiste.
Gravitaste, amodorrada, como una Malitzin,
Han ofendido de gravedad y pleamares celestiales pescaron rotundamente
a un amor que les espera, tus labios pequeños y tu mirada triste.
les sonríe y hasta les llora.
Xipe en trozos de arena: yo te quise.
Se levantan a las siete, Mandíbulas de obsidiana menudas e inamovibles,
a criticar, nomás a criticar, diamante enredado en el viento;
con lascivias en el labios, castañas fontanas caían a tu cobre en tapices.
y mordacidad para almorzar.
Mi rito diario en la noche mítica
Las noches se les acaban serpenteaba en el solsticio, ah tan alto.
con un corazón que sordamente Colibríes poblaban estrellas cerca de tu mirada.
les grita su huida y sus desdenes. Y tú legendaria, renovabas el aroma en mis mejillas.
xcv xcvi
Entonces, sin reclamo, sin lloro alguno,
El amor no tiene palabras el amor se hace el acto de la mejor actitud:
la de saber y sentir,
El amor no tiene palabras, que amar es un ave, una nube, una mujer y un hombre
y grita siempre un " te quiero". y un canon que no se sabe.
A veces va en las lágrimas, en los silencios diarios,
o invoca con el sabor del sexo. (4)
Nubia
El amor es un nervioso tocamiento,
un sinfín que se alardea en cada sueño, En ti me he dado cuenta de quién soy; puesto que si yo te viera, no podría
en cada parque, en besos que no escuchamos. negarme nada: soy tormenta, y luego calma y clamor. Nada más cierto,
Nubia, que mi reiterativa mirada a las cafeterías.
El amor es una noche de mares estrellados;
de reflejos extraviados que aguantamos. Nubia. La señorita desvelada, la habitadora de no sé qué casa; y la uva
tras alguna señora.
El amor es esa voz que grita sin labios,
sin más ruidos que un latido exagerado. No hay nada, Nubia, más cierto que tú. Mi amor de ti fue el más cercano
a lo instantáneo, el más breve relato de pasión desconocida. Mi amor de ti
El amor no ve, no juzga, ha sido inexpugnable: hay que recordar únicamente tu imagen y no saber
sabe de nada y saberlo y saborearlo es todo; casi absolutamente nada de tu carácter para mantener este cielo.
porque saber de más que del amor
es saber no más que poco. (4)
Así germinó el amor
Grita con los ojos, besa con la piel,
y escucha con las narices el aroma llegado Así germinó el amor:
de una mujer, un hombre, la realidad o ensueño. vino de un pecho, de pululantes cabellos pardos;
vino de la bruma del recuerdo y del mañana,
Y el amor, tercamente, va royendo un imbesable beso, y amarizó en mis sienes para susurrarme,
vagando en el submundo ajeno, para pedirme que le viera.
cantando con la mayor propiedad la más alta melodía,
y viendo y llorando y riendo un infinito mar; Y sus voces eran tiernas y lentas y persuasivas,
la mar de un sentimiento desconocido y cierto. y sus labios eran rosas y sus ceños se fruncían.
El amor de campesino labra una tierra ilimitada, Mirándome, conmigo sonrió, y fue detrás de una vitrina
o ama reinas lejanas llorando la miel obrera. el azafrán, la azucena del crepúsculo en imaginerías.
Y ríe de la noche en la que escapará de la vida,
y se irá de nuestras palabras, de nuestra pupila, Cálida, fría, latiente o pensante,
otra vez repartido hacia la vida humana. llegaba a mí la sutil Nubia
para que viera sus ojos de tierra,
El amor se va en los labios, en la garganta y cabellos, para que hiciera un requiebro a su nácar de piel;
y se escucha invisible, olvidando que se le ha odiado. para olvidarme el deber del día, de la noche y de la vida.
xcvii xcviii
así, así germinó el amor.
Y yo le callaba, y decía con miradas
todo eso que no se dice cuando se teme parir al amor. (4) Guiño en el aire.
Nubia en mezclilla; extraña, desconocida; bella como sus bellos cabellos
La tarde en los viernes Nubia vestía de trajes, de caoba y de volutas; y su hoja de mil letras frente a su imagen
de vestidos que cubrían su sensual figura. perpetuada en mí.
Y Nubia calmaba, para hablar tranquila,
el aliento intenso de su parsimoniosa fiereza. Siempre quise verla, y hoy, mirando unos "pululantes cabellos pardos" -
¿te mande alguna vez Así germinó el amor?-, cruce la avenida Insurgentes
Nubia vestía los zapatos más cuadrados, -cinco cuarenta y cuatro en mi reloj adelantado por cinco minutos-. Y
los más disímiles a su belleza. Nubia por un guiño del aire.
No era sombras ni carmesíes ni rubores;
sólo era Nubia, de sortijas abundantes: Cruzasol
la que sabía su belleza y su frágil espalda,
la que escogía el pensar en lenguas Cruzas el sol tú, Nubia, navegante,
y el hábito de la señora amiga y yo te sigo, te persigo y continúo.
que le celaba sin risas. ¡Ah, eres tan mía desde que no te veo!,
... y tan de nadie.
Nubia, que juntó mi antebrazo al suyo,
que me creía y me escuchaba en un par, Mi corazón voltea para mirarte,
eludía mi mirada y sonreía cuando todos para admirarte a ti absorta, eterna
oíamos el silencio que le gritaba yo a Nubia. en un instante.
xcix c
ni muy rosas eran sus labios, y dirás que no piensas la lluvia en tu fiebre
y el porvenir ya fermenta que enseñó en tu suerte quién es pupilo.
en mis ansias otros varios.
Mañana sabrás que nadie sonríe
Y fueron muy pocas veces como el espejo en que tú te miras.
que conmigo ella sonrió. Distintas miradas y manos cercanas
Y no fue más que una ocasión llegarán de la tierra
que se volvió como flor para que tú sepas
tras el vidrio, al arrebol. cómo has de rendir al amor un honor.
Todos sus viernes no habrán sido trajes, Buscaba los cafés, buscaba un "bs... bs..." en las voces (de noche y día,
ni siempre tampoco se viera sensual; en las tardes: una libélula de amores capturados por comida.
más bien tras tonos de ropas de estiajes
pantera e imagen, se volvió inmortal. Nunca estabas... Y un día... asido por unas manos dulces, sucias, tan
infantiles como nunca para mí fue tu mirada
Y luego de zapatos, ¿qué saben los hombres?...
lo mismo de maquillajes y de ortopedia, a veces. Incertidumbre
Ni tampoco un sólo humano sabe qué son los celos:
antes más bien las costumbres a que llamamos carácter.
Tus ojos son dos bordes del universo;
¿Cuándo los brazos de aquella mujer, risas lúdicas y manecitas risueñas.
cimbrados con su voz en una par,
me habrán dicho que habría de perder Tus labios son los instantes más pequeños;
y silenciar de nuevo y gritar? el fémur en la obsidiana y los cabellos de noche.
Nada de nubes de edades más grandes, Y son tantas ya mis creencias en ti,
y menos pensares a distancias no vistas: que responden a un cielo al que tus pestañas señalan
deja que duerman tranquilas las sensibilidades,
pues sólo un abrazo colapsaría a un infante. para preguntarme: ¿y yo te amo?...¿y te he amado aún?
Trabajarás muchas horas como aquel orfebre Tierra, anhelo, sueño lento
que en más que la nada cifró su vacío;
ci cii
Tierra, anhelo, sueño lento. Tus ausencias son pupilas
¡Vida, vida, encanto de quehaceres no vividos;
a como dé lugar! tu saludo electroimán
y soledad tu extravío.
Me subo a la montaña Haciendo el odio,
de la muerte como un destino,
y veo mi vida con nostalgias y dolores
atornillada y aventuras y poderes
hacia tu rostro, (¿quién sabe con cuántos menos?)
como hilo aparte van tus ojos impecables,
de un ensueño: van tus pechos de artificio,
imagen de las selva soñándose entre una muerte
inexistente que te aliente y que te ame.
que existiría
entre tú, yo Te quiere el hambre
y el viento furtiva en la noche.
del ecuador Te llamas mujer
de la tierra y te apellidas faro.
del amor.
Das luz a los hombres
Los objetos que en tu castillo de esquina,
a lo lejos olvidan ya
se diseminan que han sido sus sombras.
en las nubes
como polvos. Anhelo de todos
Todos, todos, y amor de nadie,
allá abajo te yergues altiva
se enfurecen como flor en un parque.
del sudor
de recordarnos Rubia o morena,
que simplemente cansada o activa,
hemos amado mañana venérea:
- no sé cuánto - no vivas sin ti
uno, el otro, como un sol sin planeta;
la misma vida ¡no vivas sin ti!,
en otro rostro. que la vitrina y la virgen
de tu vereda
(4) no fueran tan bellas
si tú te fueras.
Serenata a una meretriz
Letanía de un enamorado
ciii civ
(4)
Divino sueño idílico, Cielo de puntos hecho
como una pura naturaleza
por tan preciada belleza, Mira que de puntos los cielos están hechos,
y corazón más: quimérico. de albores esas siluetas de mal dibujadas líneas.
cv cvi
pues no llorabas tu imagen
Son dos una sola carne de maculada virgen,
de carne que arde de ser. y no reprochabas tus ojos
Sabe que no será tarde, especulares de espuma.
quien los bendice, el beber
el fluido que arrebolado Flama de antorcha,
quiebra enteros nuestros yerros flama de vela,
al tiempo que en los destierros comulgaban en tus ojos
coloca al crucificado. mis quimeras tan mortuorias.
cvii cviii
Voy en busca de tu sombra, a través de un muro doble: tu presencia de
¡Ah!, si te tuviera entre mis brazos fantasma y tu belleza inefable, tu saludo ya intangible y la espora en que
deseando no más desear te espera este helecho que es mi alma .
besarte en un alta mar,
y hablarte sin bríos escasos. Estás a un metro, a dos, a quién sabe cuántos segundos de mis pasos...y
un duende juega dibujándonos invisiblemente.
Sea el designio del destino
que escuches o leas mis palabras Hasta cuándo
(que en mi mente tú las labras
con tu atavío más fino). Hasta ayer te habías querido a ti misma.
Hasta ayer eras flor, geranio, gelatina.
Amor es del corazón ¡Titila fuerte, como día!
lo más perfecto que bello. -te decía-.
Pues no hay nada como ello
en un mundo de razón. Hasta ayer tus dedos,
tus brazos y tus orejas
¡Ah!, si tocara por un instante se movían,
la cascada de tus cabellos como muñeca parlante
y como niebla pasiva.
y sintiera por los cuellos
sentimientos de un amante.
"Olvídate de mi féretro.
Levántate y vente;
¡No dejes que yo te pierda! y tira a algún pretendiente
Que no sea el hablarme capricho, en bolsas vacías de basura."
que no se extravíe lo dicho, -rebotan ahora, lejanas,
pues a eso prefiero guerra. palabras en mi memoria-.
Uña bruna,
Tus párpados me siguen; y tu imagen se ancla, tierna, en mis neuronas, al
uña clara,
maizal de tus canelas y tus labios de ciruela.
uña mestiza,
cix cx
huye al viento de lunas y de atmósferas de fardo:
por las sandalias quemada en una hoguera, preciosa y sucumbida.
gritando así:
¡aire, tierra,
escapatoria! La burocracia del alma
cxi cxii
Porque soy un estúpido De nada valen los sueños
nunca veo
bajo tus ojos ¿Qué habrá dicho entonces
y entre tus labios la realidad sonora,
sino mi cuerpo. la realidad fulgente?
cxiii cxiv
Amor crepuscular Sus voces se escucharon de ultratumba en un lagar soñado.
Y yo solté mi cuerpo hacia ese mar arrebolado.
Amor crepuscular
para volver a amar. Hoy vi una estrella, sombría y quieta, escalonada hacia el cielo.
Unas manos dulces, suaves, y firmes senos varados en el puerto de un
Caído de ventiscas abdomen.
y amado en el armario.
¡Ay, triste de mí!: reconocí a lo lejos el grito del amor escamoteado.
Recuerdo que se asoma
inquieto y pedregoso.
¿Por qué, amor, fuimos amigos?
Volumen del estío,
del cielo enarbolado. ¿Por qué, amor, fuimos amigos?
¿Somos o fuimos, nosotros, eso? Penumbras, calaveras estallaron por tus besos.
Y fuimos dos amores a distinta gente amando.
"Adiós" –la mímica sutil de tu morena o blanca mano-. "Adiós" –qué fácil
era verse para perdernos inmediatamente-. Pequeñita, frágil, de zapatitos Tú, yo, hemos visto borboteos de amores:
blancos, azules, sucios –tan grande en mí como para tener "mira hacia allá: mujeres esperando, hombres también".
cxv cxvi
Ven a mi alma: perpetuo torbellino de nostalgia.
Le dije a mi ángel oculto,
pensando, Quédate aquí, abigarrada de soles;
que me escondiera de gente lavada en un aguamanil de rosas.
cansada.
Ven, amor. Te lo diré una vez; una, que es esta vez: En tu futuro y mi féretro
ven, ven conmigo.
Entre el verdor solar
Abriré el dulce secreto que guardan las palabras en tu boca. y tolvaneras del alma,
Y en la barca de la noche danzará tu alma hermosa. escucharás mis manos
que abrasadas te dirán
Ven austera, mas brillante, refulgente. un himno solitario
cxvii cxviii
que nace en un sepulcro.
Dicen que viven los hombres, Entre la lluvia, bajo una lamparita, te describes ante mí: suave,
y hay veces que van muriendo; voluptuosa, tierna.
no obstante los pedigüeños,
con artificios, sin sueños, Encantas al aire, y en tu rocío, mojas mi alma de risas, de juguetes de
se amotinan al tintineo recuerdo, de raspones en la mirada y en los besos.
que entre monedas les dice
que valen algo unos pesos. Eres mañana y te creí mujer. ¿Y es que mañana serás mujer?
(2) El sol no se supo esconder tanto tiempo entre la noche, y salió para
Causa perdida decirme con sus primeras palabras: ¡un, dos, tres por los árboles y por los
setos, y los pájaros y los coches, y tu almohada y tus cabellos!
Tú eres mi porqué
cuando no como: La lluvia sigue al viento en torbellinos de plata, y tú sigues a la noche con
la mejor forma tus ojos de cometa. Las cortinas, los estanques, los aeropuertos de frío,
para llegar a mí. mi vida de sombra en la calle, se iluminan tras de ti.
Y estás quién sabe dónde, Navío de luz en que los ojos vieron estrellas derrumbándose al sepulcro.
y estás quién sabe cuándo, Mi ínfima lámpara, mi corazón elástico, se ata a tu cuerpo de fósforo, y
paseando por ahí va tras de ti, tras de ti.
tus ojos extraviados.
cxix cxx
¿Iremos juntos alguna vez, muñeca, en las estaciones? Yo no lo sé, no lo Cómo cambian los hombres
sé. Mas llamearán tus ojos, tus manos de volcán bravío, tu cinturón
irisado. Y aún la noche continuará tu desvelo, para que el día vaya y Cómo cambian los hombres
venga, como vengo y voy yo tras de ti. de madrugada a noche
y en invisibles mañanas.
Adiós, serpentinas violeta, globos anaranjados, fiesta de naturales fuegos.
Veo caer las cortinas, los párpados, y tu rostro es izado en mi alma. Cómo se irrumpen
en yuxtaposiciones:
(4) infatigables maderos
Titiritero de mi destino de pensamientos distantes.
cxxi cxxii
Dicen que virará en su viaje, pero es ya tan difícil que regrese: ahí está
Retorno bien, nada le mueve, nada le quita a su corazón su embalaje.
Dicen que está solo, pero no adivinan, en medio de sus miles digresiones, ¡Está perdido!...¡déjenlo ser que nada es suyo!: es la misma naturaleza
cuántas noches y mañanas y terremotos de luchas, de estertores, por todas partes, pero con otras formas.
conversan en su alma entre ayeres, entre brujas y hechiceras que, con
velas, se amotinan en un culto a la muerte, a la vida, a lo mismo de ¡Déjenlo ahí que su vida es inmutable!: ayer, hoy y mañana mortecinas
siempre - como cada día -. sus miradas, apagándose.
Dicen que una carta no le vale: que no escriba, que no piense; que se Todo, con el tiempo, será idéntico. Las novedades son palabras
canse y se fatigue. (¿De qué le valen las letras si quedan sus emociones expugnables.
marchitas?).
Por eso, bajo el mismo tiempo llorarán las nubes; un niño lloverá... (y
Y a veces en ese culto, sus venas se encuentran fantasmas bogando, bajo dará lo mismo).
los capiteles del tiempo, irrumpiendo sigilosos en el cuarto del templo de
unos besos cientos de veces no dados.
Algo ha pasado. Nos hemos condenado a la renuncia.
Dicen que hablando igual que ayer, su aliento ya es pretérito; y el
sepulcro de su piel, en un momento, se abrirá, como del cielo, Algo ha pasado. Nos hemos condenado a la renuncia.
musitándole al infierno las palabras más voraces: "Ayer, hoy y mañana, Nos desnudamos de abrazos y saludos.
siempre lo mismo; por una eternidad el mismo momento; un sólo abrazo Y en el fondo de mí una trompeta se escucha.
en todos los cuartos (menguantes o crecientes) de tu alma. Sólo dame tu
boca y caerán sobre tu lengua los efluvios de un arroyuelo (de pubertad) Algo ha pasado. Estoy tendido en el presidio del querer.
con que se te cayó el corazón desde la tierra al cielo." Había dicho yo que amaba -¡una mentira! - .
Mi amor, el que era antes, no era el amor que el amor denuncia ser.
Y nada sirve, todo ha acabado: en la horizontalidad de un páramo yace un
hombre (un niño muerto). Los mismos prejuicios se dirán en su nombre Nos quedamos mancos de versos, del amor entero.
para perderle al alma (inventándosela primero). Nos quitamos hasta los mismos huesos de las estrellas del cielo.
Dijimos en palabras el odio más infinito que el diablo no pudo aguantar.
Retruécanos de señales y mixturas naturales le confunden, por semántica,
por sentimiento, los instintos por reprobables y lo simple por pequeño. Todo, temporales, vórtices y clavículas, y el ombligo del afecto,
terminó en una rencilla.
Pero ayer, hoy y mañana: los mismos prados y volcanes, los mismos setos Se ha venido ah bajo el amor: cayó desde treinta pisos.
en los camellones del olímpico desierto de las almas (entre cuerpos y Y pasaba entre unos ojos que no le querían ver.
carrocerías de otoño). La misma necesidad de negar, de estimular en
dirección fallida, a perderse otra vez por los rumbos que no inspiran, que Nos pasó de lado, y por fortuna no hemos muerto.
no alientan, que no afirman si no niegan. Su cuerpo grácil no será ya más cantor.
Su alma indócil no circulará tampoco en sus manos inmaculadas.
Ayer, hoy y mañana: desde las mismas coladeras... sólo un perpetuo dolor
a prolongarse eterna, viciosamente. ¿Por qué se quedó tieso en el vacío, en un desierto?
cxxiii cxxiv
Ni tú ni yo supimos. Ni tú ni yo sabremos a dónde quedó ese querer.
Ni tú ni yo lo supimos. - ¿ Por qué el amor no... (ah de querer)?) - Arrepentido de amarte
me voy a confesar hacia tu abrazos.
Ruidoso, imaginado, corrompido,
Con la voz en las manos del alma por tus manos de cadalso.
Con la voz en las manos del alma, Caminas lenta, estás ahí:
con la memoria de mí en la boca de la que no es mi amada, gesticulando imágenes,
con un corazón de coraza tortugada, martillando con los dientes,
con la sonoridad y huesos de un ciruelo entristecido, vestida de ola, azul canario.
Más bien yo lo que quiero son las nubes chocolate, limón y de vainilla. ¿Fui otra cosa: poco, mucho más que un simple anhelo?
¿Dirán más cosas los rubíes inexistentes de pupilas y cabello?
Quiero querer de Ella – hablando seriamente – su voz que arrastra notas,
su frágil ceño ausente; sus luces de obsidiana brillando en el subsuelo de Yo no lo sé, mujer.
mi espalda.
Pasó el amor de agua, de lamento,
Y más que todo eso... y vino a desnucarse contra piedras de silencio.
querer su ombligo aéreo, su sombra en mis caminos, sus pasos de velero ¿Habrá querido para siempre ser así?
entre los hombres, y el cuento de contarle siempre nada. ¿Habrá remolinado, mirando duro
y descendiendo hacia la tierra subterránea?
Quiero, mi amiga, finalmente, que no se diga ya más (,) nada.
Mujer, yo no lo sé.
cxxv cxxvi
un cuerpo entretejido entre mi cuerpo, Las chispas de nostalgia, de anhelo o de recuerdo,
¿habrán caído, lentos, irisados, claro a oscuro, vivifican, vivisectan, calcinan o sucumben en un verso;
por mi sangre que agazapó de gente? y hechas sudor, lágrimas de cristales, cortan, capa a capa,
el estío, la madrugada, y la trayectoria de un beso.
Nada importa... Ni el cielo más celeste,
arrebolado, sortija de su aroma atado al aire, Entonces el amor, el verso entero,
completará jamás mi alma recortada las llagas endulzadas, la muerte libertada sin concepto,
(para ella, igual a otras). caen al alma entretejidas, valerosas;
conduciendo sentimientos al grafito.
Burbuja que enredó pasión intempestiva,
inmenso mar en que giró mi anhelo: Y miramos, girando hombres, tostadas, las palabras;
pasó el amor, pasó... besos breves, risueños manantiales, y el rumbo entero
Zumbando con sus luces, escamoteó el deseo. de la cascada que va de cielo a infierno;
paraguas para luz que va lloviendo, entrometidas nubes:
Porque el amor, mujer, acaba por querernos, una aldea de sonidos asida por nosotros
a otra ribera fui y recorrí otro cuerpo. en reticentes golpeteos de palabras.
Para el amor nada, ella y yo, fuimos: La gruta del universo y un citadino moscardoneo,
ni sollozos, ni esfuerzos, ni palabras ensoñadoras en el cielo. la lluvia declinada y el granizo intenso,
caen, se rezuman, o estacionan en los cuerpos.
Nada será querer ni amar como he amado yo su cuerpo.
Y luego caen poemas como una lluvia trémula.
Caen ardientes, dolorosos, irritándose o alegres. Y, aproximándome hacia ti, con el temor con el que el mejor capitán se
Profundos en ocasiones. Con sus cuerpos de agua y aire. acerca a todo peligro fascinante y negado por el orgullo, platicamos
durante algunos segundos mirando a través de los polarizados cristales,
Su voz de amor en otros, nos cae copiosamente; mientras tus brazos permanecían estirados con tus manecitas bellas
muchas veces dentellando deberes perentorios, rozando los barandales fríos.
gravados de una inmensa y mundial apoplejía.
A la tarde compuse, gracias a ti, estos versos líricos que posiblemente
Pero antes que tejido y estructura, bosquejo y protoplasma, nunca tendrán un centímetro de tu altura desmerecida:
algo en ellos, tras sus formas, ha caído en su silueta:
miles de aves que han esmerilado unas miradas,
sombras reblandecidas y múltiples girasoles, Llegó el amor como onda. Pisó el embarcadero
y los ecos de las voces estimadas en el fondo.
Llegó el amor como onda. Pisó el embarcadero.
cxxvii cxxviii
Vitral rectangular surcando estrellas negras. Se abre, en el fondo de mi alma, un abismo inexorable. Danzan, gráciles,
Carey de la mañana. Infame beso. apasionadas, palabras que gimieron en gotas de un amor boreal
El cuerpo de caoba. El hada en el caldero. inexistente.
Abriendo el aire en dos, tus dedos aletearon. Su cuerpo se engastará a otro cuerpo como amado del amor dulce y
Y a batayola tus brazos engarzaron, como remos. sereno. Y habrá hogueras haciendo tiritar los besos glaciales y discretos
Corta de embalajes, abrió tu boca mi anhelo. que no nos fueron dados.
Y en rumbo de tu proa los cuerpos se inmutaron.
Perderá la esencia enmelezada la fruta del idilio en que sus ojos
Camaronero fui. Salido de ciénegas ensimismadas. florecieron.
Sumergido, voraz, momentáneo, por el muelle de tu aroma.
Tras la ruta que abrieras más allá del alba. Sus brazos esmirriados; su pecho breve, oculto, no irán hacia mis manos,
Tras de ti, con voces como fauces floreadas. ni en los versos que alimento no nos dieron, ni en rocío de entintado
fuego.
Perdiz en el otoño, sombra furtiva azulada:
el humo se escapaba de tu escotilla abierta, Cuanto antes amé lo amaré, por otros cuerpos, en dirección de su alma
y su cono de cenizas hacía fogata en mi alma. lenta, taciturna.
Y lejos de tu puerto una eterna compatriota demoraba.
De este triste otoño solo quedará un lamento:
Bajé de mi cabeza, entre promesas perdidas, la huerta de feminidad amada
el áncora humedecida por tu presencia alejada. que abrió en su pétalo de rostro
Torció la risa, el timón de arco reflejo, como una marejada. dos prismas circulares tras de otros,
Capitaneó el destino las ansias tan henchidas. jamás recordará mi nombre,
jamás recordará mi anhelo.
El mar, el viento firme, gimieron tras de tu cuerpo.
Y fui instantáneo, cautivo de la brisa removida.
Y el rumbo escarpado, colindante de esa asfixia He andado por ahí…
tiró el suspiro como un contenedor contra mi pecho.
He andado por ahí...
Hundidas las arenas infinitas, la tierra removida, Como un cometa, mi vida va surcando sobre estrellas,
mi alma te ofrecía fruta simple, sin vendimia: y el sol sobre su eje y sus planetas
el libro, el arrebol, el mástil que escribiera. se engasta al centro inamovible de su alma.
Que al menos uno de ellos bogara a ti en mi vida.
El duro valle grita en las mañanas,
Lejos de tu puerto una eterna compatriota demoraba. y yo me voy, partiendo de su cuerpo que llegaba.
Carey de la mañana. Infame beso.
Y el mar, el viento firme, gimieron tras de tu cuerpo. La gravidez austera; el sol en la obsidiana;
la ola de jabón, dispersa, enarbolada;
¿qué hicieron del sopor que me tirara,
Se abre, en el fondo de mi alma, un abismo inexorable y a dónde fueron que me ataran?
cxxix cxxx
El pan cobrizo, la piel asada al alba; en que te dije, mujer:
el pecho removido de la mar en la mañana;
la noche sin estrellas ceñida a la cadera breve; oh, mi amor, Venus perdida y nocturna:
¿qué harán de esa mujer que yo no amaba? mira el sol que nos mira
y ama el río que nos ama,
¿Qué amor fue nuestro encuentro en una tarde que se iba? porque me voy de tu vida.
Oh, mi amor, Venus perdida y nocturna: Verás, cuando el amor se va, es la vida que se va. Todo: crepúsculos y
mira el sol que nos mira ensueños, llantos y efluvios del alma; piélagos de afecto hundidos en
y ama el río que nos ama, gargantas: todo acaba por ser nada.
porque me voy de tu vida.
El mismo amor con que tuviera la vida algún sentido, se pierde en la
Oh, amor mío, tierna gota sombría, oquedad de una persona... Y nada queda cuando no hay pares de auras...
boca del universo:
baila conmigo la noche El sol que antes bailara con la luna, se desdora.
que me enclava en mi partida.
La misma boca que hablara y saludara con un garbo vetusto en nuestro
Recuerdo de la acacia brillante fondo, nos calla, porque no nos ama.
el gemido de mi huida,
cuando gritaste con furia Y un coro de ángeles nos habla tan pretérito, que los dedos se nos hinchan
lo mucho que tú me odiabas. de una porfiada lágrima.
Oh, mi amor, mi centella ya perdida; Las manos que fueron tostadas; las uñas negras y pintadas; la boca sobre
fresca avenida, glacial café: el cuerpo delgado, remoto, blando; los ojos enmarcados al tejido del vitral
cuánto te amo, cuánto, de mi santuario,... se inmutan y nos temen, y nos vuelven un lago
oh, mujer. especular indiferente.
Retuerce en tempestad mi piel Todo el amor que amor no ha sido, se va en una palabra, en una tecla,
y cicatriza mi herida hacia la muerte ... y un alma explota tras el atrio en que yo ansiara.
desde la tumba nostálgica
cxxxi cxxxii
Por eso, que no diga la vida quién he sido. Porque todo el amor de un quinceañeras; el ceño preguntando, la voz lenta volando hacia otros
mundo fuera nada si una voz se dirigiera, por un abrazo, a lontananza. cuerpos; o cien, cincuenta mil cabellos en la cresta del deseo.
Verás. Caerán las madrugadas, los áridos trabajos, el franco golpe de Y todo lo que vi, porque la infinitud se corta sin más cicatriz que vida,
pestañas que se alzaban mortecinas hacia el alba, la libreta trastocada de fueron manos lavando ropa hace diez años; los maremotos hablando tras
lamentos numerados. Y ella y yo, como un marino austral que va hacia de mujeres, en lenguas no cercanas; la noche, la estrella remota, que
casa, que se cambia, caeremos sobre un lecho moribundo. fuimos dos el día quitado a un sepulcro.
Verás. Yo te lo digo: que no sabremos dónde, ni porqué, ni cómo en Porque viví el amor (¿viví el amor?) / (¿por qué viví el amor?), viví la
cuándo quedó abierto el abismo hacia esas vidas que fueron disipadas. asfixia amada, la vejez del que ama eternamente, sin edades, sin cifras
que no ha calculado el alma.
Pasó breve la vida
Tal vez porque pasó un ferrocarril sobre una vía apasionada; la mujer
siempre fugaz, en despedida, acrisolada; la locomotora que me hizo
Porque la vida es corta, y la esperanza un túnel que lleva hacia el ensueño
incienso en el caldero a que me aferrara; pasó breve la vida, seguida ya de
/ la irrealidad y lo inconexo, fui de la vida un eco, y el corazón
nada.
instantáneo.
Para que la lluvia, el amanecer, mi casa, y un aroma / "amor a..." , fueran Tengo sueño
el sentido y forma bajo las cuales cada cosa, cada gota de tiempo en la
mañana vivida, se humedecieran pinceladas en un cuerpo, como frutas Tengo sueño.
amorosas, entre mis manos cautivé el amor que avivó el silencio. Se abre la ventana del mundo hacia el silencio,
y tengo sueño.
Verdad es que yo fui un escaso del amor reglamentado (¿verdad?); que
tuve el corazón a mano para enviarlo, como un estambre enrollado o un Llegaron, algún día como este,
pergamino aéreo, hacia una mujer lejana; que articulé canciones con voz sus manos barnizadas en el cielo,
grave / gravada de angustia truculenta que se adhirió a mi pensamiento. y se vaciaron como cerca:
lejos, lejos.
Como tuve portafolios llenos de hojas de sueños, pegué los números, cocí
las frases y arruiné miles de aviones y veleros. Pesadumbre en el otoño;
y valles, avenidas, escuelas, lluvia negra
Porque no tuve vida de mi vida, dejé a las hormigas mi tumba con el vertiéndose a unos metros.
epitafio que abanderaran frases de labios muy variados:
Miro las notas de un dictado espiritual,
"No me volverás a ver...Quédese usted con su madre... Podemos ser llegadas de un invisible puente aéreo:
amigos..." dos párpados de ensueño, el suéter negro.
Y mi vida va bebiendo, lenta, hacia un coral.
(...Y la tristeza al corazón quedaría así, en una página, atada.)
Escribo mi nostalgia recordada en su presencia,
la noche de arrebol vuelta invisible;
Verdad es que no supe de ángeles, ni estrellas, ni diablos sobre tierra; que
y rápidas miradas nos capturan un momento:
todo lo que vi fueron imágenes: imágenes morenas, blancas, adultas,
cxxxiii cxxxiv
el aire se estremece haciendo ruido. tu voz, tu juventud de ángel de fuego.
Llego a tu mejilla por mis ojos, por tu imagen, Un laberinto en que hicimos del amor el odio,
por tus piernas enclavadas en el patio, una plaza donde el sueño te vio viajar hacia la vida;
dando luces que navegan hacia mi sentimiento de anhelo. millones de uvas, cantos no escuchados, ojos de vacío:
Y caigo hacia una timidez de insoportable. todo, infinita, desgraciadamente, te lo dejo.
Los árboles se ponen a danzar la música del cielo. Amor al corazón hecho un nudo,
Y yo me voy enamorando, bañado de recuerdos. fotografías con un sentido escondido;
campos de luz, piezas de besos inciertos,
Voy a tu alma, pensándolo, sintiéndolo todo: auras en sus cajas y espirales de fuego.
lo imposible del rubor del ambiente ciudadano, Todo te dejo para que lo vivas en silencio.
lo opaco de tu sombra salida de mi pecho;
cxxxv cxxxvi
Conmigo hiciste en la historia un antepenúltimo sonido. y letras removidas. Todo lo que tengo y que no soy, te lo doy para que
Conmigo hará la muerte a la vida despegar del cautiverio. vayas y regreses en las últimas semanas de esta vida - como entonces
habrá sido la de ahora -.
Recuerdo el recuerdo que eres: la voz de sol en la mañana alegre; la suave Adiós… ¿Será temprano? ¿Será tarde?…
y pensativa perdiz de porcelana; fulgores de carbón descabellando hacia
tus hombros libres. Tal vez nos veremos en el futuro más lejano, o el más corto, aunque tal
vez no nos hallamos visto antes.
Por tu voz mi voz se detiene, mis pasos se detienen. ¡Tengo miedo, miedo!
Y tú eres el café que va fluyendo en mi garganta maltratada.
Nostalgia
Con tus ojos haría en mi vida un par de universales manos; con tu piel
haría en mi piel un tatuaje de amor indeleble; con tus manos en mi pecho, Amigo mío: vamos a preguntarnos de una vez por todas qué es la
vida mía, el invierno se vendría de repente. (¿Qué más, con los besos de nostalgia; así, tal vez, podamos eludir, una, otra vez, la respuesta o la
tu boca, sería de mí, de todo, hecho?) sinrazón preguntada.
cxxxvii cxxxviii
La tristeza repatriada a la botica del amor, la juventud de ángel con un
ala, las bolsas en que no se guardó nada de amor para canjear por cariño (4)
en las tiendas esquinadas, en neverías, en casas cambiadas: es Mujer, mujer no mía,
simplemente eso lo que yo tengo. ...Y con todo, amigo, yo no sé decir qué desde estas frases sin rostro,
es la nostalgia. te digo yo que algún día
tú y yo seremos un astro
Recuerdo de jardín, dulces violetas y una cosecha perdida,
desde los pies hasta el pecho;
Recuerdo de jardín, dulces violetas desde que siembra y estrellas
rociadas por la mar, por los planetas. sean solamente de un ser,
Ángeles de cristal vieron nevar tus ojos cuando uno haya sido el amor
volteándose a los míos como una fría arena. de un hombre y una mujer.
Vienes.
Mujer, desde los campos de olivo Tocas e iluminas,
con la brisa de tu sombra,
Mujer, desde los campos de olivo, mi alma de fantasía.
desde tus ojos sembrados
sobre los huertos de estío, Vienes;
me ha hablado tu piel y el destino. llegas a mí.
Eres la trayectoria
Hay doce mil zahínas caótica,
más allá de todo prado, y la forma de una fruta
más allá de todo arroyo, dulce y agria.
y en tu silueta y tus poros.
Enredadera,
cxxxix cxl
abrigo
que cubre de asfixia: Cierro los ojos y me digo
vienes…
y te tendrás que ir. Cierro los ojos y me digo: me digo todo. Me digo las piedras, la sal, el
grito del ropavejero, me digo la fatiga; y vuelo: hay doscientas hojas de
Vienes. recuerdos en una lámpara de luces de vacío, hay atmósferas de smog
Eres la boca herida, cubriendo el talle de la mujer que no amo y quiero. Hay insectos benditos
la madrugada perpetua, destruyendo el desamor.
y la caverna del mito
de ti misma. Yo cierro los ojos. No veo nada. No escucho tampoco.
cxli cxlii
Vamos, regresamos, como flamencos al agua;
Nube y en sus cuerdas y gargantas las baterías estallan
plateada, hasta olvidarse en luces de cariño ultramarino.
arca
de flores. Gira como el mundo, sobre tu eje de aura rosada.
Toda: La vida alegre, el llanto hundidos bajo tu piel en danza
tú. harán un moño de anhelos bajo tu vientre despejado.
Es para que me ames que he nacido en este tiempo, que se han constituido Canta el jilguero, llamea la barca, en tus pupilas.
galaxias no infinitas y abejas en centenares, y el calor de la fogata contra Vienes de estrellas, del sol de otoño, peregrina.
el duro invierno.
Eres el viaje, la despedida, el voy y vengo.
Por las nubes veo venir la lluvia, por el viento veo salir los torbellinos y Eres el beso breve en las escaleras, peregrina.
la energía cautiva del universo nuestro. Y es por mí que veo que he sido
hecho sólo para que tú me ames, y nos vayamos más allá de la razón de Anhelo de ti unas manos, la perpetua sonrisa,
nuestro encuentro. tumbar de tu mente ese pensar de ser mi amiga;
¡Baila! ¡Baila con la música de plata! Peregrina: por ti el mundo hará fiestas de amor,
Llena el aire del amor de tu palabra la vida estremecerá en tus brazos de arcilla.
sinuosa y agitada hasta tus descubiertos pies.
Mi corazón danzará de fuego hasta viajar del otoño. Quiero de mí tu alegría, ecos de amor en vuelta.
De ti, después de ti, quiero la vida, peregrina.
En re, do, estamos escritos; en pentagramas de sueño,
y nos emergen las voces de la boca de nuestra alma.
Vámonos ahora, atados por un listón de transparencia.
El aire está invadido de micrófonos ingrávidos.
Vámonos. Porque caerá el amor, si tú me olvidas.
Los acordes se dividen por los pasos y los pisos.
cxliii cxliv
Tú que vistes de guerra por la paz, de idiota por saber, de miedo por Tú, sin embargo, tienes en tu vida fotografías de silencio, buques
amor, de astucia en la inocencia: criatura única, inaccesible, cielo-amar. pincelados con estrellas derruidas, y el viaje de retorno lento hasta tu
casa.
Toda palabra tuya levanta la mirada con estética: un sí es un no así, un
rojo llegará a ser lo peor y lo mejor. La facha de intachable, la ironía perpetua, el estoicismo hasta el cuello:
eso, eso es lo que tienes tú.
Hay un ideal en ti que se destruye: ¡es variedad, es un amor que muere
porque está viviendo! Amigo. Yo, a comparación de ello, poco, poco es lo que tengo.
Pero tengo una alegría diminuta que te quiero compartir en tres pedazos. Cabaña de alegría, dulce arrullo en tu casita,
muñeca continuada de alabanza para el mundo:
Uno es el patio en silencio y sus lanzas de hielo en él; gotas de besos
corriendo, vertiginosas, por los vasos de un sistema de cariño. yo miro tus ojos elevados a esperanzas;
tus manos de juguete, diminutas, recocidas.
El pedazo segundo es la ternura infinita, el cielo con boca abierta (¿nada
más que una piel, por un momento, en otra piel?) Tus pestañas son un columpio de aire, agujas negras;
y un ánfora de ensueños tus caderas movedizas.
Tercero: palabras ultramarinas, llanos de verdes hojas, lámparas de noche
que iluminan nuestras frases últimas. Eres la voz que arrastra lo parlante hacia la vida.
Eres la golondrina, la sustancia de una luz floreada.
Poco, poco es lo que tengo (semilla de mostaza en deseo de árbol
Tienes en tus brazos torbellinos dispersos,
inmenso).
y en tus labios el azúcar y el regocijo formados.
cxlv cxlvi
Tú danzas de mar en beso por el muelle de tu cuello,
Desde un alero de emoción te canta la gallardía, como yo bailo de verte al extravío de querernos.
y tu sigues de sirena, de atleta o de equilibrista.
Yo seguiré la bruma que riegan tus negros cabellos,
Aquellas tus trenzas negras, como tu sombra laureada removiendo de rocas y flores, desde tu cuello, tu sueño.
adornarían la esperanza y el amor en estanterías.
Sueño, desde tu cuello, un beso de dos segundos Tu voz será sosegada cuando una mañana incierta
que parece eterno, eterno. el alhelí de una espuma tuya se revuelva en mi sentir.
Luces en serpentinas surcan el aire un momento, Vaciarás aún en esta tierra maíz y trabajo de hombres
y cascabeles de anhelo corren por ese tu cuello. que serán enseñoreados de partirse hacia otra mujer.
Vivo el instante perpetuo de vivir en ese beso, Y por los retumbos del cosmos en mi alma microscópica
porque estamos tan distantes y parece que nos queremos. la aventura de tus ojos será de sabor a carmín.
(Centella de mi noche, ¿por qué estamos, ay, tan lejos?) Estos encuentros contigo, breves e imprecisos en la emoción (que he a
veces se tienen más por una memoria), son semejantes a un ave de dos
Tienes en los ojos las acacias de mi deseo, alas: negra y blanca; a cascadas sobre ellos, a un anillo de exhortaciones
los rebaños del amor que tiritan de rocío. para amar un vuelo o la quietud mágica de lo inmenso, lo volcánico y
níveo del pretérito.
En tu cabello hay guirnaldas, en tus cejas curvea el barullo
que me vuelve hacia la estela de la imagen de tu cuerpo. Yo no puedo mensurar estas palabras: acaso sean perennemente
imperfectas y cenizas. Y aún así, el mayor de sus perfeccionamientos,
Somos noche en cuatro manos, como un ramaje del tiempo; improbablemente cambiaría la sucesión de lo que ha sido.
somos el navío en que el aire gira y va haciendo extraños.
(4)
cxlvii cxlviii
Monarca mariposa
Tienes las piernas delgadas; la voz lenta, cayendo
Monarca mariposa, de Michoacán llegaste como el calor a mi cuerpo de la fogata presente.
coronada de un tono opaco sobre tu piel floreada.
Tienes el corazón de dulce, el alma de una cañada, Te presencio. Eres la multitud de pasiones
y la boca del suave néctar que desde allá cargaste. que ve en tus ojos zafiros de un amor adolescente.
En Abril te he visto rápida, en mi tristeza rocosa; Desde que el sol comienza, hasta la noche lunada,
y en Octubre como nevada, anhelada de los árboles. te veo cómo evolucionas: luz de cobre a ojos ausentes.
Viajas y vienes, aleteando sobre días con fauces,
y dejas en mi corteza un aire de fría y hermosa. Te presencio. Mi voz, la tuya y mis ojos,
no han de decir ni ver nada si yo no me pienso en tu mente.
Eres la juventud perpetua, la crisálida amorosa,
la primavera emigrante volando sobre la vida. Eres magnolia de plata, y tu vientre es de eléctrica azúcar.
Tu alma de niña y joven tiene un ala de alegría; Y yo soy de ti lo que el aire a una amapola hiriente.
tu aire de preferida surca los campos de rosas.
Te presencio, como a una estrella de nieve y delgada.
Aún tienes aroma de nueva oruga sobre la atmósfera, Aún hermosa, aún en el día saliente.
como yo acumulo aún para tu boca unas nubecillas
que me pesaran a espaldas como un universo de arcilla,
pero que hicieran en mí la esperanza de la espera. Usted: mi soledad de un muro.
Renuncio a mí porque te amo;
Cuando te vayas de nuevo cambia tu piel por la mía porque no soy, desde que para ti yo debo ser.
y poliniza el aire con tu amor de oruga diversa,
contando por tu camino infinito, que hace las flores dispersas, Señorita:
cómo, desde tu capullo, das luz a melancolías. usted y nada,
mas que usted.
cxlix cl
Mujer de arrullo, trémula alondra mía:
cabe en tus manos de amor el universo entero, Oh luna que se rompe en mil cristales de cuarzo,
y municipios de cariño pueblan tu corto cuello. oh mi hormiga reina, mi flor, mi sol de amor y risa:
tú vienes al mundo para que dos mundos no se sepan,
Caricia desde el cielo, lira que toca a besos, y lluevan las estrellas en un par de ocultos sueños.
brilla tu mirar en la noche como una abeja fulgente,
y yo me enredo a tu cuerpo de tenerte en mi deseo. Hay dioses sobre el mar que mueven la estrategia:
hay calendarios y cuevas que no predicen tu presencia,
Un velo de vanidad graciosa cubre tu rostro pequeño, y un rompeolas de sopor estanca flores rojas
y un valle de estrellas de aire se encuentra en tu vientre desierto. que de un respiro liberan tus sales y tus sombras.
Allí el amor se sembró de avena y de lúgubres esteros.
la luz que no eres tú y que tiene tu silueta, Cómo somos de extraños en los cines,
la boca que no tienes y que habla de tu boca, en los jardines, en las casas de nadie;
aterrizan y colapsan, y van duras de frío peregrinos de la vida, viajeros enteros:
en este mes profundo en que el calor aquieta. con un boleto de regreso hacia el silencio.
cli clii
como un niño con un periódico en su brazo
A espaldas de la vida traemos las nociones: que anuncia la noticia de vivirnos tú y yo.
el básico concepto del olvido de los rostros,
de las manos, de los sueños de los otros. Yo germino en la tristeza que no lloras.
Todo lo que sabemos vuelve hacia un "yo mismo". Me antojo de sandías en tus heridas,
porque estamos como sangre en unas gotas:
Somos duros como rocas de milenios; cayendo lentamente hacia el amor sin dirección.
rígidos perfectos e implacables moribundos.
Somos de amor desierto, de valles inflexibles,
y la tierra nos va y vuelve en nuestro ceño. Ave dictus
cliii cliv
Es la tristeza que grita, que va congelando relámpagos. ¿Por qué estás en todas partes y estás también en ninguna?
Son las horas que cercenan las pasiones y los pasos, La tierra tiene espigas que transparentes pájaros
como un fútil enjambre del amor no concebido. transportan desde ti y tu luminosidad de niña.
Pero una pregunta irrumpe, invade las avenidas:
Sombras de alondras de bruma nos siembran sin darse cuenta; ¿en dónde vives tú, niña preciosa de nieve?
persiguen las estampidas de los toros de nuestra furia.
Hay hombres y mujeres afuera que nos matan cada día, Pensando en algo, en Alguien
que nos hieren con palabras incendiarias en agujas.
Pensando en algo, en Alguien, allá, lejos, me pierdo.
Existen cien mil revueltas iniciadas en estallidos Mi vida tuve en un minuto; y la viví dos veces.
de corazones maltrechos, repetidos y ficticios. (¿Cuántas veces habría tenido que morirme enteramente
para vivirme en Ella, en sus manos y uñas de nácar?)
Con todo, el amor se vuela en las flautas de individuos
que sonríen hasta confundirse con una llama que tirita. Lo decidí en la forma en que las formas mueren,
y en que las rosas, naranjas, abetos y niños
¿Qué consumimos, en este opaco día de frías estatuas? se aventuran a crecer bajo los vientres:
¿Qué nos consume y consuma hasta abismarnos dolidos? como un perdido que flotara hacia otros mundos.
No concuerdan las voces de mi pasión mal herida, Por un segundo fui el más inconsciente de los locos;
ni concuerdan acciones y pensamiento de la humanidad no humana. se me cruzaron los momentos más exasperadores,
los más amables en la palabra oscura: muerte.
Con todo, el amor, se vuela en las arpas de las almas
que tienen alguna esperanza del deshielo de la vida. Pensando en algo, en Alguien, allá, lejos, me pierdo.
Constituí las reglas del amor agudo que fallece.
(1) Y dije que moría, simplemente, para nacer dos veces.
¿En dónde vives tú, niña de invierno y dulce?
(4)
¿En dónde vives tú, niña de invierno y dulce? Hechicerías estéticas
¿En qué lugar del mundo vives como un país amable?
¿Qué hormigas celestiales escondes en tu patio? Te juro que hechiza la belleza, y dulce, duele.
Mi amiga, mi ansia, mi fruta, ¿dónde vives? Ramilletes de muchachas de figura delicada vienen
con su rostro de perfecta bienamada, de fruta no madura.
Quiero saber qué alimenta la boca de una hermosa niña, Pero hay algo que tú y nadie y yo nunca sabemos.
qué diarios de las nubes publican tu vida alegre.
Quiero contigo amar las cosas que ya no son amadas, La curva de los rostros, de los párpados, nos siguen;
y contigo vivir estanques, árboles de juego y azúcar. los señuelos de los trajes y perfumes en las plazas
nos dejan el aroma del deseo de la hermosura.
¿Qué mapas han contenido el sitio de tu belleza? Pero algo hay que tú, que nadie y yo nunca sabemos.
¿Qué canto exhala tu aroma en esta tarde de lluvia?
clv clvi
Los iris más perfectos se miran repetidamente,
y repetidamente, se vuelven más amados del deseo. Son las doce horas exactas para contar lo último:
Pero hay algo que nunca tú, y yo y nadie, sabemos. la última mirada, el último escrito beso.
Rostros de luz, casi de ángel, nos inmutan. No importa que la ruina tenga un brío que sella
Y hay algo que nadie, tú y yo, nunca sabemos... de cenizas masculinas de cigüeñas renovadas.
¿Dónde nace la belleza, en el que mira o el que la hace?
Me iré para la brisa de una pasión furtiva.
Sólo los torpes Y es que no importa ya, pues ya me ido herido.
clvii clviii
Cuando vayas por las sombras como en rieles que te queman de las Voy hacia ti en el tren de los crepúsculos, mi niña.
plantas a cabeza, ponte a darle los colores al lienzo de tu alma; a formar Tan voraginoso como la piel del alba. ¡Ah…venturoso!
la geografía de los aromas y las cosas que prefieres.
Una catarina me ha traído la noticia de tu vida.
Ponte a amar a las palomas, a los niños, a los árboles que yo no sé si Por eso voy hacia ti: irremediable, ansioso.
tengas en tu casa. Ponte a reposar tus manos sobre telas y manteles y
comida. Traigo en la cesta no incienso, jamás mirra,
sino el amor más fuerte de los valles cariñosos.
Verás que habrá las cosas, por lo que ames, duplicadas, cuando vayas
por esa vida que tengas en las manos de sonrisa. Voy hacia ti en las lámparas, a la orilla
de la edificación que forma el temporal copioso.
Soy la tristeza, tú eres la esperanza Te llevo los telares que van a tejerte de brisa;
tu tiara cristalina, de un viento anchuroso.
Soy la tristeza, tú eres la esperanza.
Juntos tenemos un resorte de miradas Como una flor, mi amor te llevo sobre la quilla,
que nos acecha siempre en las esquinas. y los recuerdos de ti que no son: ¡tan amorosos!
Soy la ceniza, tú eres la semilla. Voy hacia ti en el transporte del amor de risa.
Los dos salimos de la tierra y a ella vamos. Guirnaldita de cristales. Hacia ti voy, voraginoso.
Los dos somos de brisa y de renuncia.
clix clx
y la semilla amada. y las caderas cortas...
Apenas el comienzo:
la morada boca, ¡Amiga, amiga, toma mis manos, toma esto que fui y que soy! ¡Yo te he
los labios trémulos, amado!
las mil sonrisas...
Por ti un batallón de diez enamorados ha sucumbido; una legión de
¿De dónde llegas? emisarios ha refrendado un lema sin ficción: "Mujer, te amo yo"; y uno a
uno, la pólvora en desdén ha hecho de ellos trozos de aire y tiempos de
Apenas la partida, lamento, hasta clamar a acorazados contra-pasión.
los muslos rojos,
el pubis de olas, Amiga, dura amiga mía: el coronel de mi alma ha transmigrado por la
las manos rosas... visión de ti; bajo su camuflaje negro estaba siempre la palabra de risa
dispuesta a vivirse a sí, a vivirte a ti. El capitán del viento-pasado
¿A dónde vas? volteaba hacia tu trono azul; y te buscaba siempre entre colinas inmensas,
bajo granizos de guerra; y te buscaba siempre que se veía llorando con la
Apenas tú: esperanza tibia de la libertad-dependencia deseada por su nación: ¡cuando
la letra y libra, sonrieras siempre por el país de nuestra alma!
la hoja dorada,
clxi clxii
Y en lontananza, la marinería especulaba azarosamente, entre las ideas por el trabajo salido del silencio; con la espera pura de relojes
coordenadas del miedo, con la profundidad suficiente para jamás ser multicolor; con poesía de caminitos blancos donde los fresales verdean
hallada por los radares infatuados de triquiñuelas de mundos.
El otro, el que no es: el que no tiene
Y los soldados rasos se agotaban, uno a uno, hasta que la temeridad
provocaba, al fin, el amor como bandera; el amor como toda esperanza,
como todo final y todo blasón coordinado con la guerra de la pasión tuya. Alta sobre la niebla, mi ave alta. Siempre te desconocí. Eras un sonido de
agua, un canto del sol; y también lo necesariamente bella para que yo
fuera por ti palabras y silencio.
(1)
¿Quién es usted? Luz especular
Míralo así:
Sabiduría lúdica amarte y afirmarte en mí
es una negación en dos.
Con estuches de cristales como juguetes de vocecitas divertidas; con
caricaturas del viento y con gnomos y salamandras en albercas de
espuma; con estanterías en los gestos, en las acciones; sin chispa por las Detrás del hombre que quema con su frío, de la enmascarada astucia, de
luces variadas; con brinquitos a los inviernos hasta las primaveras, con la soledad más cruenta, del antilíder incriminado y la pasión más oculta;
todo columpio y resbaladilla de paciencia; con los títeres debajo de las detrás de todo príncipe de los "crepúsculos", del temblor humano frente a
clxiii clxiv
este único; miro a quien lo niega todo, al que jamás pareciera estar
enamorado, al aristócrata segregado... y sé, queriendo un mejor fondo (1)
mostrado, que siempre existirá amor ahí en quien lo niega todo, porque Dame el medicamento
algo malo niega; que detrás de todo hombre-relámpago, detrás de todo de tus labios.
iluminador, también habrá un hombre no acabado y algo por hacer luz Dame el latir intenso.
todas las veces. Dame cien mil instantes
de tu juventud.
Y, porque no se acabará de observar un cuadro sin matices, sé también, Dame lo que tienes tú.
que aquél hombre titánico, impasible, no demostrado, podrá siempre
secar sus lágrimas de fuego en los pañuelos de agua de un amigo; y que Abstracto-efímero
lo oscuro, podrá radiar su arco-iris cuando las luces quieran amar aún el
camino de oscuridad de estrella a estrella. Habrá las lágrimas necesarias para amarla e irse luego;
el suficiente llanto navideño, el vaho desalentado.
(4) Habrá un jazmín herido tras de su sombra y rostro.
Y luego, tal vez, no haya nada...
La magnanimidad de Dios hasta los árboles, hasta los pueblos todos: ¡aún
no he jugado todo, todavía! aunque probablemente lo completo y lo vacío,
circunferencia y círculo, y algunas otras formas de deseo:
un todo en el fondo de lo efímero
y una nada en la superficie de lo abstracto.
(4)
clxv clxvi
vuelo azar y vuelo sueño
y dentello unas vías lácteas. Tus alas blancas volaron sobre este libro claroscuro, las páginas de
sombra se escribieron con letras gráciles de sol: y quise remembrar el
Perfecciono este no arte instante en que no era todavía tu alejamiento, entre la espesura metálica
de envanecerme al hartazgo de otra gente, cercana a ese lugar en que anidabas.
pero en tu revuelo pensado
el cariño es tan friolento. Y sucumbiendo de bruces caí otra vez a ti en cada gota oscura saliente de
la tierra más nevada.
Y porque tú me ames
recorro los doce caminos (Para no amarte hay que estar hueco, hueco de razón y sentimiento).
de cada mes discurrido
bajo tu alma y figura.
clxvii clxviii
Esa preciosa perfecta
y candorosa auténtica;
cosmopolita de amor:
ésa, fuiste tú.
clxix clxx
tal vez encontraremos. Absoluto de paciencia, de persistencia, de infinidad de quietud móvil.
lo que se tuvo que ir. Sereno, amigo, acción de un alma distinta: siempre caminas con
propiedad y delgadez física, con robustez de alma.
Te diré una cosa: Tú sabrás, amigo, en medio de tu indemne calma, de tus hiperextáticos
y es que nunca sueños y tus sucintas pláticas, que hay esferas de vidrio para jugar en los
me gusta hacer billares o para hacerse saber el futuro y el pasado cristalino (aunque todo
todo lo que he dicho, vayan siendo sueños) . Y en medio del arrobamiento que los dos
ni jamás decir someteremos a congelación perpetua, verás como, amigo mío, podremos
todo lo que he hecho. desconocer aún más y reconocer feminidad y alivio.
clxxi clxxii
que vayas por horas
Sobre naciones y terrenos despoblados y por calles dando fruto
veremos cómo crecen, perdurando, de todo lo que más te ame.
los nauseabundos muros de artificio
que habremos de construir para olvidarnos. Entonces (vayas, regreses),
quiero que las manos
También las golondrinas anunciarán la huida, de tu corazón de niña
el llanto suave, eterno, en que caeremos recojan vidas y viajes.
porfiados a la vida, delirando en un minuto.
Finalmente, te pido
Y cada hora de temor y torbellino, (entre las cosas extrañas
cada estrella apenas anunciada sobre el cielo, sin volumen y sin forma),
recogerán tu aroma entre la sed y el frío. guardes, inquebrantable,
un sólo recuerdo dulce
de tu amigo silencioso
No es hoy día, que no nos vemos, que no te amo y sus cinco peticiones.
en la antesala de las sillas y los pasos
Supongo que tu televisor no transmite cosas bellas, Con una pasión silábica la sibila me ama,
porque jamás la belleza ve la belleza,
y porque no hay ningún verano e
Te ame o no te ame
Petición múltiple
En tu corazón nacen jazmines,
Te pido cinco cosas; a pesar de todo,
cinco, simplemente, te ame o no te ame.
como cinco puntas tiene
una estrella muy famosa. Aunque vea como el follaje
de tu piel en esos párpados,
Quiero, en primer lugar, humedece brevemente;
lo que acaso más importe: aunque tu risa aquiete
que aunque trabajes mucho tu fulgor en sus rompeolas;
jamás fatigues tu alma. y aunque perpetuamente
tenga cautivo el abrazo
Y luego, en segundo término, que no he podido darte,
te pido que no desesperes sé lo que no ha sabido nadie,
de agitadas actividades. y siento contigo
lo que no ha sentido nadie
Después mi petición es en el momento de verte:
clxxiii clxxiv
que de cualquier manera,
te ame o no te ame, Primavera:
eres hermosa y frágil. Vuelas con cara,
con uñas y pies,
Estrepitosamente, como si en mis labios saliva y ansia se fundieran en su en laberintos de guerra.
nombre, la quería. Una lluvia de algodones en medio de la tarde, como un
delantal del cielo venía a limpiar mis mejillas de chocolate-quiero. Todos Un ala morena,
los días una encrucijada de adoquines, de cestos y raulíes, de todos-nadas, una emplumada nieve,
me llenaban de astucia para las canciones de mi alma, para invocar la un sol sobre arcilla:
suspicacia de las ardillas, de los florecientes estratos de amor que sólo tú, Primavera.
sacan mujeres y hombres según la ética del día.
Mi nunca mía.
¡Qué bella era la tarde cuando el sol de tus manos me acariciaba a Nadie menos
distancia! ¡Qué irradiación de dicha cuando la sal del mar llegaba a mi o más que yo
boca en forma de saliva y yo creía ver los besos naciendo de las rocas de para guardar su amor,
la madrugada marina! mi insoportable bella.
Tu indescifrable magia,
¿en junio caerá?
Voy a cantarte, Primavera Tú: ¿jamás mía?
¿Mi Primavera?
Voy a cantarte, Primavera.
Vi el sol de marzo, La lila rosa,
y tu sonrisa y la hermosura;
tuvo la misma forma la herbolaria entera,
de mi mujer estrella. la renacida tierra
Como te busca a ti de mil semillas
el otoño, son tú, Primavera.
a ella la perseguí:
miré su rostro El sol a luces y lluvia
(no había más gloria). se calla sobre tu aroma
Y tú no eres tuya ni mía,
Tus blancas manos pero de alguna forma
sobre el follaje eres siempre,
se parecían a sus hojas; mi Primavera.
y en tu corteza
una diadema De donde emergen ecos enredados
en mí semejaba
una corona De donde emergen ecos enredados
que fuera tuya: nace tu flor morena y tu tristeza,
una de alteza. entre las notas largas del lamento,
clxxv clxxvi
como si fuera todo la vez última.
Perdóname. Porque es hoy la tristeza la que llega a mi casa, y se hospeda
Es por eso que ayer no te amado demasiado, por el tiempo de pasión y de las lágrimas. Y porque soy y voy, en el
y sin embargo soy perdido del instinto. presente débil, con la esperanza quebrantada.
Y es porque crecen más las rosas con el llanto
que has venido a nacer en este mundo. Pensé: los ángeles y el diablo y los carajos más pedregosos. Me dijiste:
"fue tal vez el destino que tus palabras se perdieran", cuando ocurrió el
Es este invierno en que abres tu capullo, robo de mi casa.
y las abejas te van aguijoneando de la risa,
aún con tus espinas de gestos y rechazos. E iluminé el mundo anverso: los destinos son un nudo de voluntades.
La primavera viene atrás del tiempo, En todo amor hay mucha voluntad, y quien más voluntad tiene es quien
y más allá de su imagen van tiritando nubes, más puede estar cerca de lo que ama.
abriendo palmo a palmo tu alegría que fosforece.
Es hoy la tristeza la que llega a casa Un día de estos voy a amarla más que nunca
Perdóname, es hoy la tristeza la que llega a mi casa; la que se aloja sin Un día de estos voy a amarla más que nunca,
preguntarme en dónde develará y desvelará mi pensamiento con sus porque tal vez alguna madrugada ya no la ame nada.
ruinas y fantasías mortuorias. Saldrán las flores secas de más allá del día,
y los secos escombros de la alegría del alba.
Es este olor de pérdida el que reemplaza mis lágrimas; el que se ata, con
un nudo de sangre, al pecho soñador de barcas y mujeres ávidas de Será la hora perfecta para decirlo todo,
nuestra distancia. para callarlo todo y hacer nacer la llama
de las inmensas hogueras del amor interrumpido
Es como sentarse a sentirse parte de la vida (tal vez la última parte); por el humo y las fragancias incendiarias.
como ir corriendo, dando vueltas, estableciendo páginas de melancolía de
agua; e ir azarosamente gravando una estela en el torrente del alma con el Entonces, a ese tiempo, caerá de cielo o techo
nombre de la amada: contando, recortando nubes y margaritas con el la tarde más feliz o la agonía morada;
llanto a espaldas. y lejos de palabras se escucharán respuestas,
Perdóname. Es hoy la grave ausencia de amarla y no quererla en este para que línea y línea que tiene ella en los labios,
instante, lo que me hace más amarla. Una mirada infantil recorre lunas las húmedas pestañas, los negros rizos a la espalda,
para que caigan próximas, sintiendo anticipadamente el minuto ya sabido hagan de realidad el sueño o demuelan la esperanza.
en que llegará la hora del ansia o la nefasta.
El último dolor se perpetúa con su aleteo de sal llorada. Las últimas No, ella no existe. Mi amor de ella es tan fecundo que se alimenta de sí
palabras nos estallan en las manos. Y las gaviotas, lejos, como tú y yo mismo. No, ella no es un palabra; no supo de sartenes ni del sonido
estamos lejos ahora, vuelan como ella y yo volamos hacia ninguna parte y terminal de algún platillo.
hacia todas, más allá del alma.
clxxvii clxxviii
Sonata a una cocinera
Hemos subido y sabido todavía más cosas que momentos y torturas de
A ti, corazón durazno, alma de fruta de azúcar, libretas. Voy a decirte algo; muy lentamente; algo, como si fuera un río
sonrisa de medialuna, encanto de aguamarina, de humo y sal en el que vamos navegando:
te escribo lo que no pienso y lo que voy sintiendo.
Yo he tenido al sol entre mis manos; la larga fiesta de la luz en las
En tus manos hay la harina que hace las tortillas, arterias, y los dibujos del cielo en el que estamos cada vez que tú, o yo, o
e hilos de queso se extravían por tus delgados dedos. alguien más, amamos. Y he terminado como un loco prismático con ese
Eres la que cocina los sueños, la amasadora de amores. amor y fiesta de estrellas y relámpagos.
Pocas cosas son como esas muecas de palabras que me salen de los
Mi fina amor harina, mi señorita de humo y de especias:
labios; pocas cosas son así de reales, de tangibles y de auténticas: la
pasan los soles, las nubes en tus sartenes,
mujer y las gaviotas, el destino húmedo y el bosque en que viví los días de
y tú esparces el cariño en invisibles estelas de aroma.
mi futuro ya marcado en un túnel de años.
¿Qué queda?…
Por eso es que he querido comprender algo del rumbo que has llevado: no
La estructura de tu cadera, el mármol que no eres. puedo ver mujer en llanto, como no podría ser nadie que no ha amado.
Quedas tú, mi fina amor harina, el aceite de tus manos,
y tus mejillas cocidas a fuego rápido Voy a decir algo más, a la orilla de mi río: en estas olas que se vienen a
por los dioses de la hermosura. pegar contra las rocas más pequeñas de mi alma y pensamiento, hay una
preocupación rotunda por saber el número de risas que forman los
milagros, la amistad, la cercanía, el contacto. Quiero saber, en fin, las
La fácil ternura de no decir hoy cosas invisibles que hace el viento para rodar las lágrimas y recortarlas
para decir futuro en los labios con una sonrisa de claridad y limpia, y tal vez con lo simple
en ti, mujer, y deslumbrante de ese mundo que yo amo.
me dice así: "no te amo yo".
Pero antes, quiero que sepas algo: que tal vez algún día emigrarás como
Pero un día esas gaviotas de que yo hablo, a la universidad del viento o de las hojas, o
Una manzana de futuro cae a las azules bancas de algún mundo oceánico; porque me has dicho, de
Y se hace presente algún modo, que no quieres desplegar mucho tus alas en el viento de
deseo e imagen de amor: números que he habitado. ¿Pero cómo saber, si sólo tú lo sientes y lo
sabes?
Porque el despecho es rotundo
como una hoja quebrada
Y yo no te diré nada, porque el corazón y la memoria siempre están en lo
Y un quebrantado amor
que más amamos o anhelamos (por eso es que yo estoy ahora en este
Sobre el que cayera
mundo imaginario). Sólo aumentaré unas líneas (¡permíteme unas
Una manzana o un "quiero yo".
líneas!): como un topo, yo salgo de este mundo subterráneo y construyo
unas estrellas con acero y planetas con pintura y agregados; también
Esta carta, previa a la guerra, con que la quise y establecí el reinado de
salen las abejas a trazar la arquitectura de la miel en un millar de
ella en mi patria-corazón y mi bandera-amor a ella; es el destino de mi
hexágonos.
voluntad en el período que me salí del tiempo para amarla:
clxxix clxxx
No digo nada más, y sin embargo, voy a pedirte algo: cuando vayas por el para decirte que te amo.
aire, en algún viaje a otros bosques, tráeme un pedazo de confianza de
algún nido de ensueños o recuerdos de ti misma. A la entrada del trabajo,
del estudio,
Y... de la fatiga henchida,
lo primero
Vueles donde vueles, son tus labios.
te vayas o te quedes:
vuela alto. Te amo
a soledades sueltas
En tu corazón por el destino
siempre de tenerte en manos.
vuela con la altitud
de cada segundo ansiado. Y, hay veces,
que a otra amo,
Y recuerda: porque te amo
quédate ahí, como si otra tú
sólo ahí, habitara aquí por años.
donde desees haber estado.
Creí ver, en medio de pólvora y tierra, entre locos encantos de fortuitas Yo digo "yo" para decirnos nunca
ideas atacadoras, a ella. Lo juro y sé: lo sé como mis manos y sus labios;
lo sé como los vientos y tejados; lo sé como el café y la enfermedad y el Yo digo "yo" para decirnos nunca.
llanto. Mientras yo, alojado en avatares, quimérico, último capitán de la
Afirmo que soy si en ti yo soy.
probidad de su tersura, ornamentaba la lluvia el milagro de su apariencia
estelar de bella. Ahora no podría citar cómo su alma era la mía, como mis
Yo digo "tú" para decir anhelo.
manos se ramificaban en diez falanges multicolor, y su espíritu invocaba
E invoco tu nombre como si me acercara a ti.
mis palabras pendencieras y mis “fulgores” de pseudopoeta.
El cielo de mi mundo es tu presencia
En la tierra (¡no en el cielo!), una frondosidad de grises en riachuelos, en
y la palabra "nosotros" en mi imaginación más valiente.
cocinas, en muebles y cuencos, en pupilas de niñas mentirosas, esclarecía
bella: llegué a saber que ser en ella no tenía importancia al pensamiento
¿En dónde estarás tú cuándo yo marque a tu casa o tu oficina?
como al bienestar de NUESTRA alma.
¿Perpetuamente en mi alma si el amor es lo eterno que lo pintan?
clxxxi clxxxii
indubitable: algún día en el universo consuetudinario y receloso, un frente a un mar de grava y lo adversario,
hombre fue capaz de amarte. me azora el corazón este decreto:
Te amo.
--------------
(1, antes de Bitácora de sueño) Con la herramienta del beso atado al cuello
Cerré los ojos y soñé un cortometraje como otro no había visto antes: y un fragmento de algo eterno
te amo,
Un monstruo sonriente, sin tez ni nombre, sobre los abetos de la casa de como si aquí y ahora fueran diario.
campo de mis tíos, con los ojos desorbitados y una corona violeta en las
sienes con el nombre de Neptuno; un tridente atado a sus manos con uñas No hay palabra que más quiera
tatuadas de castillos y poblaciones en hambrunas, moviéndose como una en un rincón de la estructura de los cielos
llama levemente tocada por el viento. Mientras fumaba un habano, que este decir te amo
parecía también entretenerse en la lectura del futuro, al ver una nebulosa bajo la niebla, lluvia y el deseo.
flotante sobre su maletín de cuero.
En esta fecha te amo.
Nadie, nadie lo esperaba; nada lo acechaba; pero su sonrisa era Y un instante, por amor, se torna eterno.
precisamente lo más terrible, como si fuera un baluarte sofisticado contra
una indiferencia universal. Y mi corazón estaba ahí, danzante, dando
piruetas con unos pies de niño de margarina, sobre la fumarola escapada (2)
a la mar de su lecho. A veces quiere venir otro;
vivir mi vida;
Y cuando desperté no interrogué no ser yo,
pero en mi cuerpo,
Era la tarde, era la lejanía en algún poblado cercano a una carretera alzarte a ti la voz
impávida. Eras tú en mí, también, sin darte cuenta; y, sin saberte, yo en con un muy otro grito de deseo.
ti.
Quiere decirte cosas:
Entonces me armé con un bolígrafo y una paciencia verde, verde como "me tropecé contigo
los predios adyacentes a aquél sitio plagado de serpientes primaverales, como un perdido niño inquieto
tétricas y ahogantes. Tomé las hojas de un libro pesado, áspero y seco de frente a una fuente o prisma
tantas tardes de polvo; y, por una vez, creí haber escrito algo con cierta del hemisferio del anhelo".
nobleza, con cierto encanto: dieciséis líneas azul-verdes de orgullo y de
deseo. Hay veces, mientras vivo muerto,
quiere otro, y otro
¡Y todo fue tan natural! parece aproximarse hacia tus besos.
(1) Y yo le digo:
Bitácora de sueño "siga usted
porque se ha ganado mi respeto,
En esta fecha te amo. y porque yo, el amoroso en extravío,
En una costa de concreto, ha muerto".
clxxxiii clxxxiv
(¿Perpetuamente en mi alma si el amor es lo eterno que lo pintan?)
(4)
Yo soy el que ha venido a ti por vanidad de cielo, Siempre tú enamorada; siempre... ¡Ah, qué belleza tenían las galaxias que
el ínfimo ser del universo que descubrió la doctrina de tu pecho. danzaban cuando yo te amaba! Todo me sabía en ti a Venus, a metáfora
tatuada en el cielo de la noche. Y tú... tú, enamorada. Nada más mirar tus
He sido aventurero hasta mirar la pureza de tu pubis, ojos desvelados, pensando eternamente al hombre que habría quitado a su
y el súbito destello de tus colmillos no etéreos. muerte un acorde de vida; nada más que repensaras "él, él, él" y el cielo
se desgajaba a leves sonidos de mañana. Mi enamorada: un gorrión de luz
¿Quién quisiera tus manos como yo las quiero? venía a veces a ti cuando ya no nos quedaba tiempo para hablar de nada;
¿Quién sabría de muerte, como yo, cuando no te beso? o a veces un cantante extravagante, con un sombrero de madera y unos
timbales de frío nos atacaba.
Nada basta, entre cardos y rubíes, niños y meretrices,
arena, tiempo, esteros y jornadas de fragatas irreales, Y tú seguías enamorada. La música se nos volvió perpetua: el sol era
sino la vastedad de tus pies, de tu boca, tu nariz, ... y de tu aliento. gran-señor y la mañana una reunión que capturaba rostros de amantes de
alguien muy lejano; mas tú y yo estábamos tan próximos que un día temí
que muriéramos de alguna colisión de tiernas lágrimas, como un cometa
(4) cercano a un planeta de belleza.
Es mientras duermes que el amor acalla
Pero tú le amabas: Eduardo, Luis o Pedro, Javier o Alejandro (¿quién lo
Es mientras duermes que el amor acalla,
sabe?).
que las hojas se desenvuelven y exhalan savia.
Las horas de los ángeles no tienen ya futuro en otros mundos,
porque sólo tu respiración habla. Yo te amaba: el mundo era un mesón de bolero con violetas; la música de
los violines o guitarras temblaba de pasión en tus orejas.
Es mientras duermes que escucho cerraduras,
campanarios y guirnaldas, desvaneciendo luces (4)
entre tus cabellos reposados sobre una colcha incierta, Carta del futuro
entre tus piececitos de luminosa mujer castaña.
Es el futuro, es el ahora que aún no ha sido, cada minuto es tuyo-mío;
La noche entonces se perpetúa en cascadas vuelan los pensa-sentimientos nuestros para el mundo: así el mundo es
de lucecillas o arenas sobre una manta nocturna. aún más "nuestro".
Y es para que haya belleza alrededor, como una aureola.
A esta imprecisa hora tu vestido sabe a chocolate; esparce su olor a
Es por eso que me encanta tu tranquilidad horaria; incienso; y es amarillo en la mañana, verde a las cinco, y azul
y porque charlamos, sin que nos demos cuenta, fosforescente en toda noche, antes de transparencia bugambílica en el
los sueños y las nostalgias, y el amor con que no me amas. amarse.
Siempre un gato de agua moviéndose en la noche,
Es este tiempo el de los edificios más inteligentes, de células y sangre
rebasando sombras, saltando hacia cornizas mal colocadas.
electromagnéticas y planetarias; es el segundo impreciso para ti que es
¿En dónde estarás tú cuándo yo marque el teclado telefónico
ciertamente más mío nanosegundo a instante.
de tu casa o tu oficina?
clxxxv clxxxvi
Caminan perros con lentitud de tortugas, se cultivan rosas cantantes y las Cantó mi nostalgia, daba fiesta a tu vida,
aves se entienden con las hierbas, ¡y los cielos violetas de otras tierras se y tu piel se adornaba en dos botones de besos.
recrean!
Bañada de sueños, desde tu garganta,
Es el futuro: aún se ama el hombre en la mujer y la mujer en el hombre, tu boca brillaba sobre las palabras
porque nos sabemos como personas (...y más que eso; con ciencia del caídas del mármol, de la roja alfombra
amor en la conciencia). que hizo un honor al amor por tu boca.
Los dos que somos tres y cuatro y más Halando entre loros y lirios por los muelles de la palabra. Es como si
hablaremos con silencio: mirara las infinitas cavernas del amor dulcemente sincero; y las hojas más
y tú sabrás lo que yo siento, sombrías, las horas inexorables de un sortilegio encantado.
y tú verás lo que yo pienso con tus dedos,
Hasta que te conozca sin saberte en este tiempo. Vuelve a escucharse el relámpago de imágenes protectoras de llanto,
livianas y enrojecidas. Vuelve la empuñadura estridente del monstruo de
Así fueron tu boca y tus orejas la alegría.
clxxxvii clxxxviii
"¿Al fin entiendes?" – me dices -. Eres a quien sobra sombra festival.
Que nada sepa que fuimos colores de fuego. Hasta que luego de vivir sepamos qué es la vida.
Quiera perfume tuyo el caminar femenino,
Amigo mío:
Definitivamente el pensamiento abraza lo que se ame. Para no amar hay
que evitar pensar en quien se ama. Me acordaré de ti
Tú no sabes que ya nadie Y pensaremos, y recordaremos, aún así, como los griegos:
te verá. uno en el otro nos veremos, otros seremos,
uno en el otro, según el pensamiento,
clxxxix cxc
según la vocación más emotiva de esos tiempos. Acicaladura
Erósfera
cxci cxcii
sobrevivida, en que se forma el ciclo de pasiones enigmáticas del mar
hasta los cielos; a donde vamos, cuando estemos... ¡vayamos con Tengo una cero- inspiración para escribir su rostro.
estruendo, con pasión y con amor continuo, particular y multiestético!
te abrazas a la cosa
que no es la eternidad.
Escúcheme usted: hoy, hablando con L. (qué grande y mínimo es leer su nombre,
hablar su nombre, pensarlo); escuché que no sabía a qué hora saldría
exactamente... Y luego supe que a las 7:00 había salido (ella ya lo sabía
1 de enero del 2002. seguramente, pero no me quiso decir).
cxciii cxciv
Dijo que me hablaría después, pero después es nunca y un siempre únicamente
un hoy. (Sé que no lo hará: no sabe mi teléfono seguramente).
La quise; la he querido.
(2) (2)
14 de febrero del 2002.
11 de frebrero del 2002) ¡No, no!
Secret de polichinelle Se que escribo a alguien que no me conoce; que tal vez alguien más me leerá:
pero esta vida es así. El azar, la necesidad de contar algo que nadie podía, en ese
(Siento terror, terror-amor; mis palabras sobrenadan labertintos de ficción.) momento, escuchar, me llevó aquí.
Hubo este tiempo en que afanosamente la buscaba aproximadamente a la décimo Yo confío en ti, que no me conoces bien, porque quiero ver el bálsamo en medio
novena hora del día: mis pasos no sabían a dónde iban; mis ojos no sabían mirar del torbellino: toda la humanidad merece un día de luz si hay alguien, señorita,
sin encontrar, pero miraban. Y tal vez en un escritorio, en alguna silla, ella estaba señora (no sé...), que tenga en sí la suficiente fuerza de corazón para encender el
tranquila. Yo, en carro o a pie, ¿y ella...? fósforo de otra alma, sin otro motor que su voluntad.
Era, con sus labios enredados con mentiras y sonrisas, con su voz contestando Esta mujer alta me miraba ayer; y yo temblaba, se calcinaban mis palabras. Y
llamadas tan desconocidas; con su altura blanca de montaña de quimera. viene a confirmarse todo: ¡indiferencia, “sublime” indiferencia!
Y hoy, entre siete y ocho de la noche (¡qué importan los relojes de agonía o La quise, tal vez la quiera mucho: ¿dónde estará mañana, cuando llamando a su
felicidad!) la he visto. Y así lo he vivido y lo revivo: trabajo, se me diga que la señorita L. se ha ido de esta compañía horrible en que
trabajamos, un día, los dos?
Me detengo, cambio mi ruta por debajo de la acera y me vuelvo a detener, bajo
una oscuridad rotunda. La sigo: camina con otra mujer – pero, ¡es ella, es ella! -. Si me hubiera dado la oportunidad de ver su vida por lapsos mínimos, una sola
Me presenta con su amiga, me mira con alguna altivez o con una resuelta palabra indecible de júbilo, de orgullo, hoy como nunca, haría del rompecabezas
intención de indiferencia. Camina como si la noche fuera tan corta que fuera a de mi presente un futuro con esperanza.
hacerse el día siguiente en poco tiempo. No me ve: me siento marioneta de
esquivez; bajo las escaleras con esas dos mujeres que parecen, ante mí, un par Pd. Agradecería mucho que nadie supiera nada de lo que cuento, a no ser que
de desconocidas. sea tu esposo, tus hijos (no sé si los tengas), o alguien muy cercano.
Pasan los torniquetes: ella no me mira, no se despide, no dice nada (su palabra es
(2)
su espalda). Vacilo, tiemblo, siento irme; entonces busco en mi cartera y paso los
14 de febrero del 2002.
torniquetes, busco las escaleras, bajo rápidamente y encuentro que está allí, al
punto más cercano de disolverse todo.
Gracias por todo lo que comentas: es "saludable" escucharlo así, como si no se
Ya adentro, toco su brazo, y digo: "nada más te quiero ver una vez"... Y siento este hubiera dicho nada, con esas metapalabras que no hacen un sólo ruido.
terrible batallón de vasos sanguíneos, comandados por pupilas, insertándome sus
lanzas. Le pregunto si me odia o algo por el estilo; y no responde, me mira Espero que tu cumpleaños sea agradable e interesante.
únicamente, creo que me mata de mi "terquedad".
En cuanto a lo de Lorena (¡que cercanía a la imposibilidad hay en escribir su
Bajo en la estación siguiente. Ella dice que la vea mañana, a la hora de la nombre...!) te contaré lo suficiente: me presenté con ella por sorpresa y para
comida. Entonces sé que estoy a punto de morir o revivir, porque he abierto la disgusto suyo, según lo supe ayer; y, ayer, al encontrarla otra vez para cumplirme
estructura del pasado como fuego, y de mi sol como ella: L. esta promesa de verla, quedé impactado de los pocos minutos que me concedió,
de mirar esta terrible locomoción de imágenes agitándome, entregándome a una
Adiós. pendiente espantosa, cruda, sin miramientos. Comimos en el mismo lugar en dos
cxcv cxcvi
mesas distintas: y al final, su "amiga" espetó algo sobre los locos en referencia a Ya sé que no me he dignado a hablar, ni escribir en mucho tiempo. Pero no diré
mí, ante lo cual Lorena ya no respondió una palabra más. mucho... ¿cuántos Israeles tendrían que decir algo para alcanzar una acción de
alguien como tú?
Estaba en la mesa, pensando, aturdido, pero con pocas lágrimas por fortuna. Vino
alguien más y sonreí (porque el amor es un arte heróico que debe ser superior a Me declaro en quiebra emocional: pobre de besos, de abrazos; ilusionado hasta el
nosostros mismos), y platiqué, como si nada, tratando de sacar a sonrisas toda hartazgo; vano de capturar el minuto del triunfo-amor.
tragedia.
No tengo un sólo centavo de ternura para pagar mi llanto. Voy en el carro o el
trabajo, llego a mi casa; como, duermo, como lo harán, ahora, centenares o
Pero nuestra plática fue terrible: me dijo que un día me había atrevido a comentar
millones de humanos.
algo de ella, puesto que yo le comenté que nada había sido igual desde que le
había confesado todo. Le dije que otras veces esto ya había pasado; que no Y tú me ves, por la tierra, traga-añoranzas, limpia-sueños, indócil, lúgubre, perdido.
quería el mismo final.
Pero la quiero,... ¡la quiero!
Y lo terrible fue ver este ángel negro de inmisericordia en sus ojos, que
armonizaba con sus palabras: "no necesito más problemas; ¿por qué yo, por qué
me lo dices a mí?"
(Me atisbo y me voy al diablo...)
Pero la he querito, la he ensoñado tanto!
Es tarde, muy tarde ya!
Ahora planeo escribirle una o dos cartas -con motivo de su cumpleaños en
marzo de este año y para el año de su media centuria-. Las tintas de fondo en este carácter parecen indelebles.
Frases como estas ahí, probablemente:
adiós
" Ayer, sin despedirte de mí, tal vez nos dijimos adiós.
Sé feliz:
Morí, joven aún, un día del mes más frío del calendario del limbo.
Y me quedé sin usted..." Sabe ser feliz.
Ya sabes: ¿qué potencial tendría este ser subjetivo? Yo, que soy una planta, un cuando la recuerde, haré un objeto fracturable de este pensamiento suyo: lo
calamar... atisbado en emociones, derrochador de pasión. materializaré en mi mente lo más posible, lo volveré vidrio, papelquimera, azogue,
vientopasión. Entonces despertaré: habré dormido cuanto haya deseado dormir
Por el camino, solitario, no hay más luz que la de tu linterna extinguiéndose; a no de ella. Habré sido lorenaico hasta el último momento! (Elle, mon amourese
ser que tú seas un gran fuego. éternité.)
16 de febrero del 2002. Te diré que cualquier “diagnóstico” que te hagan es una mezquindad. Si te digo
Mademoiselle. "estás chocado" no digo más que el "huevo es blanco"... Lo importante es cómo
llegar a ser o hacer algo...
Hola.
cxcvii cxcviii
Pero te diré algo: estoy de acuerdo con mi amigo Jorge en que también el fin no
es ya lo mejor. Lo importante es la batalla.
Hay que creer con la bandera de las manos (símbolo, acto), de las uñas aferradas
al "milagro".
Yo creo que hay que "lavarse el coco" un poco para mantener una limpieza interior No dejes volar las últimas plumas de mi poesía (tus
suficiente; hay que maquinar según la posibilidad para triunfar, puesto que la lucha
contra uno mismo es más complicada si uno maquina según la carestía. epístolas ), pues no muchos hombres te amarán así.
Pero hay que sentir, sentir hasta el arte (eso creo).
Índice poético
¿Yo qué te pudo decir? ¿Qué más?
Prólogo.................................................................................................vi
Me siento y podré leer estas palabras mil veces: y me imagino que si de soñar-
realizar más no habría llegado, al menos, a uno de unos 100 sueños que pueda
Quietud.................................................................................................i
imaginar ahora. x
Amor en ignorancia..............................................................................ix
Yo creo que el mejor mundo es el del creador, el del tirano de buen corazón, el del Germinación......................................................................................…x
buscador.
Rosée au mer....................................................................................….x
El "fracasado", el que siempre anda buscando, tiene para mí un doble valor que el SabiTÚría.............................................................................................x
de un ser humano común y medio. La verdadera naturaleza del transformador es i
un afán de concluir, luchando, conociendo, anticipando lo terrible en lo humano y ¡Vuélame lejos!...................................................................................xii
en lo circunstancial, INTERPRETANDO según un criterio propio.
Mundo “sutil”.....................................................................................xvi
La
guerra.............................................................................................xvi
11 de junio del 2002. Batallas y armisticio tuyo...................................................................xvii
¡Más ruidos!
Mentira que te amo...........................................................................xviii
Lloraremos bajo el sol......................................................................xviii
Ahora no te puedo decir más: no hay Mujer aquí a quien yo ame rotundamente Es mi cumpleaños................................................................................xx
(me he vacunado contra la crueldad mujeril en algunos casos; en otros, quiero Sin sentido...........................................................................................xx
saber que todo es posible aún; que la pasión por Lorena o por otra mujer, es
posible aún; y que la belleza de la Mujer será siempre posible y demostrable.)
Delito de ti..........................................................................................xxi
Disculpa..............................................................................................xx
i
cxcix cc
Toujours complaint............................................................................xxii Soy, me
Rosa de hielo.....................................................................................xxii eres........................................................................................xlv
Existence..........................................................................................xxiii Tú, que te vas alejando........................................................................xlv
Azar-
azoro........................................................................................xxiii
Exclamor..........................................................................................xxiii
Eco.....................................................................................................xx
v
Nereida.............................................................................................xxvi
Sana enfermedad.............................................................................xxvii
Amiga, ¡quiéreme!............................................................................xxix
Conversando en sentidos...................................................................xxx
Creazily, with my travelling eyes.....................................................xxxi
Por el amor a usted...........................................................................xxxi
Ola...................................................................................................xxxi
i
Ho-Fe-mme...........................................................................……...xxxii
Working in love...............................................................................xxxv
A respirar tus ojos...........................................................................xxxvi
Le digo a usted…………………....................................................xxxvi
Fosforescencia...............................................................................xxxvii
Desconocimiento..........................................................................xxxviii
Vuelo en sueño................................................................................xxxix
Amor-persona…………………............................................................xl
Habitación.............................................................................................x
l
Ángel
Sonrisa........................................................................................xl
Meditación...........................................................................................xl
i Mudar de
ti...........................................................................................xli
ComPromise........................................................................................xli
i “Contigo” en
casa................................................................................xlii
Misterio..............................................................................................xlii
i
Índice epistolar
Escuchándote.....................................................................................xliii
Coloraciones
“tú”...............................................................................xliv
Vuelo volátil
Sentido último....................................................................................xliv
cci ccii
Es fácil
12 de febrero del 2002.
1
¿Crítica?: ¿no se permite doble acentuación en una misma palabra?
(Énfasis y musicalidad, no ortografía y ortodoxia).
2
Poema añadido a la hora, también , del dragón, el 4 de abril del mismo
año.
3
Referencia a un maestro en el arte de la guerra.
4
Idem.
5
Referencia a los evangelios.
6
Recomienzo de un cifrado. ¿Quién será aliado mío?
7
Querer y amar es más cómo que cuánto.
8
Pintura del Dadaísmo de Salvador Dalí.
cciii cciv
Nadie conocerá el glosario de besos con que yo te he
renombrado.
ccv