Ensayo 1
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Ensayo 1
RESUMEN
El estudio sobre el lenguaje juvenil usado por los estudiantes universitarios se enfoca desde una
perspectiva descriptiva-cualitativa, pues se fundamenta en una investigación de campo que
consiste en la recolección de información directamente de los grupos investigados (informantes
claves o representativos) o de la realidad donde se suscitan los hechos (datos de primer orden), sin
manipular o controlar variable alguna. En tal sentido, la metodología conducida bajo el referido
carácter cualitativo del estudio exige reconocer múltiples realidades, al igual que tratar de captar
la perspectiva de quien investiga, así como indagar sobre eventos cotidianos tales como:
esquemas de comportamiento y pensamiento de los grupos juveniles en su contexto sociocultural.
Todo ello en vista de que, en la actualidad los jóvenes cuentan con recursos tecnológicos
inexistentes en las generaciones antecesoras a la era digital y, en este sentido, esta nueva forma
de comunicación está influyendo en el lenguaje de estos jóvenes, en la generación de términos
asociados con los recursos tecnológicos de que disponen para comunicarse, lo que genera
variaciones lingüísticas de carácter semántico en su forma de hablar. En este contexto, desde el
punto de vista cualitativo, el estudio no sólo se justifica por la importancia y complejidad del tema
sino también porque, al cumplir los objetivos planteados en la investigación, se estará haciendo un
aporte a estudios de esta naturaleza en el campus universitario. El estudio permitió develar entre
las conclusiones que los estudiantes utilizan un vocabulario limitado en sus conversaciones
cotidianas (formales e informales) por lo que se hace necesario implementar estrategias
educativas con el propósito de coadyuvar en el mejoramiento de su expresión oral.
Abstract: The study on youth language used by university students is focused from a descriptive-
qualitative perspective, since it is based on a field study that consists of collecting information
directly from the groups investigated or from the reality where the facts are raised (first order
data), without manipulating or controlling any variable. At present, young people have
technological resources that are not existent in the generations that preceded the digital era, and
in this sense, this new form of communication is influencing the language of these young people,
in the generation of terms associated with the technological resources of they have to
communicate, which generates linguistic variations of semantic character in their way of speaking.
In this context, from the qualitative point of view, the study is not only justified by the importance
and complexity of the topic but also because, when meeting the objectives set out in the research,
it will be making a contribution to studies of this nature on campus university, and the conclusions
that can be drawn from it will be educational strategies with the purpose of contributing to the
improvement of the oral expression of university students. On the other hand, the qualitative
nature of the study requires recognizing multiple realities, as well as trying to capture the
perspective of the researcher, as well as inquiring about everyday events such as: behavior and
thinking schemes of youth groups in their sociocultural context.
En un mundo globalizado cada vez más necesitado de interacciones personales para lograr
situaciones comunicativas de calidad en las que los seres humanos puedan entenderse mejor y
compartir conocimientos, es de gran importancia emprender estudios de investigación científica
en el área de las ciencias de la educación, particularmente en lo que se refiere al lenguaje juvenil
que utilizan los estudiantes universitarios para comunicarse entre sí. Asimismo, indagar en el
ámbito de aproximaciones teóricas y prácticas con el objetivo de describir y comprender las
palabras que son utilizadas por los estudiantes universitarios en su lenguaje juvenil cotidiano,
significa develar nuevos enfoques al aplicar estrategias fundamentadas en los principios y normas
existentes en el medio epistemológico, con la idea de hacer aportes al enlace que se establece
entre grupos culturales juveniles mediante la maravillosa herramienta del lenguaje como sistema
único de comunicación humana.
En este orden, saber transmitir las ideas propias y saber interpretar las de los demás es una
habilidad fundamental para establecer nuevas relaciones, como para construir nuevos
conocimientos. La manera de hablar y de escuchar identifica a las personas y conforma uno de los
elementos que tienen mayor influencia en el futuro académico, profesional y personal de los
jóvenes que cursan estudios en los Programas Nacionales de Formación en la Universidad
Politécnica Territorial del Estado Mérida “Kléber Ramírez”. Su forma de expresión aporta un
bagaje de información al interlocutor: quien se expresa saca a relucir su origen geográfico, su nivel
socio-cultural, su capacidad de autocontrol y, definitivamente, el conjunto de habilidades sociales
que controla.
Al comunicarse entre sí los seres humanos poseen un lenguaje y están capacitados para hablar;
empero, es importante establecer las diferencias entre lenguaje, lengua y habla. De acuerdo con
Zebadúa y García (2012: 15), “el lenguaje es un sistema de signos articulados y se manifiesta de
manera particular y específica a través del habla; mientras que la lengua está conformada por el
repertorio de posibilidades lingüísticas que tienen los hablantes para expresar e interpretar
diversas palabras y enunciados”. En este contexto, el lenguaje se puede definir como un rasgo
distintivo de la humanidad, una facultad con la que nacen todos los seres humanos y que les
permite conocer, aprender y usar una o más lenguas. Es decir, todos los seres humanos cuentan
con la facultad general del lenguaje; sin embargo, diferentes comunidades han desarrollado sus
propias lenguas.
El lenguaje es un canal para la transmisión del pensamiento, la lengua se refiere a las formas de
decir o nombrar las cosas, y el habla es el uso individual que se la da al lenguaje. Desde este punto
de vista, comunicar es entonces compartir. Las personas por medio de un diálogo establecen el
proceso de compartir información, ideas, conocimientos o sentimientos. Desde la época de los
filósofos griegos ya se había indicado que el lenguaje es un instrumento para comunicar uno a otro
algo sobre las cosas; además de constituir el factor central de la relación humana y el elemento
clave para desarrollar el pensamiento y para interpretar y reinterpretar la realidad. Las
posibilidades de instruirse que tienen las personas dependen, en buena parte, del nivel de
desarrollo de sus habilidades lingüísticas. Una de los propósitos de la enseñanza es lograr que los
estudiantes tengan capacidad para comprender ideas complejas y de manifestarlas
estructuradamente, completas y precisas.
En efecto, tal como lo afirman los autores mencionados, por medio de los usos espontáneos del
lenguaje se pueden establecer relaciones interpersonales en ambientes comunicativos cercanos a
la realidad del hablante y sus interlocutores, en contextos caracterizados por un nivel de
formalidad bajo, usos que acostumbran dominar los estudiantes universitarios en sus situaciones
comunicativas cotidianas; empero, algo muy diferente es ser capaz de expresarse oralmente en
situaciones formales o en situaciones controvertidas en las que el hablante debe tener bajo su
dominio, en un tiempo muy limitado, “la gestión simultánea de las variables pragmáticas y
discursivas que, además de los elementos lingüísticos, forman parte de las opciones que debe
tomar para hacer un buen uso de la palabra”, de acuerdo con Palou y otros (2005: 11).
En este orden de ideas, hablar en un nivel formal para los jóvenes universitarios es una tarea muy
compleja, pues deben aprender a controlar las palabras y frases que dicen y la forma cómo las
expresan, de acuerdo al contexto comunicativo en que se encuentren. Al mismo tiempo conlleva
la planificación progresiva de sus discursos, apoyándose en estrategias que les permita captar la
atención de los oyentes, con el propósito de mantener relaciones cordiales en un marco de
respeto. Asimismo, es importante apreciar que la comunicación oral siempre tendrá un carácter
dialógico: se construye en cooperación, en constante transacción, como lo afirma Roulet (1991:
96): “la comunicación oral es construcción conjunta en tiempo real de un contenido, de una
situación y de una relación en interacción con el otro”.
Por otra parte, los estudios lingüísticos relacionados con el análisis del discurso se enfocan
interesadamente en la investigación sobre el uso lingüístico. Palou y otros (2005: 16), indican que
dichas corrientes pragmáticas “han permitido considerar las interacciones orales como actividades
sociales estructuradas sujetas a unas reglas y han dado a conocer las variables que regulan los
intercambios comunicativos”. Entre estas variables, el autor mencionado y sus colaboradores,
señalan la intención del hablante, la relación de simetría o asimetría entre los participantes en la
comunicación, la estructuración de los turnos de palabra, entre otros aspectos. De igual manera, la
lingüística se ha interesado por el análisis de los mecanismos que confieren coherencia y cohesión
a los discursos al igual que por describir la variedad discursiva.
Cuando se agnalizar el discurso de los estudiantes universitarios se debe tener presente que el
contexto es el punto de partida. En función de los parámetros de la situación comunicativa se
podrán escoger y organizar las ideas con el propósito de adecuarlas al contexto con los modelos
lingüísticos oportunos. Estos aspectos son fundamentales en el discurso oral por que son la prueba
de que el discurso encuadra en el lugar en que se produce y es dirigido a unos determinados
receptores.
Los jóvenes son creativos a la hora de generar vocabulario para comunicarse con sus pares, pero
esto no es suficiente, el problema que afrontan los jóvenes con el lenguaje es que el registro que
utilizan aparece bastante acotado y esto es muchas veces notorio a la hora de transmitir un
pensamiento, crear una carta, cumplir con la redacción de un trabajo académico, hacer una
exposición oral, entre otras actividades propias de la educación universitaria.
En el contexto de la jerga que usan los estudiantes universitarios en sus conversaciones cotidianas,
nadie puede comprender su sociedad si no maneja su lenguaje. Nadie puede modificar la realidad
que lo circunda si no sabe expresarlo para sí mismo y para los demás. Tal vez, una de las causas de
este fenómeno lingüístico lo sea el deterioro de la educación, gracias a la cultura light, así como
también por la velocidad de las comunicaciones, el lenguaje utilizado en las redes sociales que
frecuentan y, por qué no, la desaparición del prestigio público de expresarse bien. La
preocupación se ha hecho común entre los docentes universitarios que intentan mejorar los
niveles de comprensión de lectura, manejo de léxico y calidad redaccional de los estudiantes
universitarios, factores que inciden negativamente en el rendimiento académico estudiantil.
En la cotidianidad de su formación profesional universitaria, los jóvenes usan una jerga juvenil de
acuerdo a su contexto social y cultural; sin embargo, su uso constituye una problemática notoria
cuyas causas presentan raíces profundas y disímiles que se han venido consolidándose en los
subsistemas de educación primaria y secundaria, además, de acuerdo con investigadores
lingüísticos en la educación superior, el problema se expande con rasgos de gravedad en la
educación universitaria. La preocupación ronda entre los docentes pues investigaciones recientes
han revelado porcentajes significativos de estudiantes universitarios que presentan dificultades
para interpretar, entender y comprender textos académicos de uso frecuente en sus estudios
universitarios. Igualmente, al momento de redactar una respuesta a una pregunta determinada,
una monografía o un informe sencillo, utilizan el lenguaje abreviado y codificado propio de los
diálogos que se establecen en las redes sociales usadas con mayor frecuencia por ellos.
En esta línea argumentativa, el joven requiere tener un grupo que le identifique, un código propio,
por lo que se está tocando el tema de un fenómeno que ocurre, por cuanto la lengua constituye
un conjunto de hábitos de los que se vale el ser humano para entender y hacerse entender, no es
interpretada de la misma forma por todos pues cada persona tiene su manera particular de
expresar su lengua. El lenguaje juvenil es un tipo de jerga utilizada por las personas en grupos
etarios contextualizados a determinada edad, la cual se caracteriza por el uso de muchos
improperios, palabras mal pronunciadas y muchas abreviaciones.
No obstante, los docentes están conscientes de que la humanidad está viviendo una nueva
realidad, producto de una cultura audiovisual en la que Internet, así como la televisión y los
teléfonos móviles inteligentes, constituyen las principales vías de comunicación y propagación de
la información oral y escrita entre los jóvenes. La juventud, al estar expuestas a tantos estímulos
audiovisuales y comunicativos de diferente naturaleza, refleja en sus actitudes y desempeño
escolar las ventajas y desventajas aportadas por ellos.
Por otra parte, es relevante considerar que el tiempo de las relaciones comunicaciones lentas se
quedó rezagado. En la actualidad el tiempo de las comunicaciones es demasiado rápido, por lo que
los pensamientos deben ser claros, concisos y sintéticos; de allí que tanto la gramática, la sintaxis y
la ortografía pueden aguardar. Para los estudiantes universitarios lo más importante de las
situaciones comunicativas cotidianas es ser comprendido con palabras que conforman la lengua
característica del grupo juvenil del que forman parte, cuestión que los jóvenes de la generación
actual lo tienen claro. Las modernas tecnologías de información y comunicación, en especial el
teléfono celular inteligente o “smartphone” como suelen llamarlo, les ha permitido crear nuevos
canales y formas de comunicarse, que pueden ser considerados como elementos integrales de la
cultura juvenil, pues les facilitan la posibilidad de expresarse, de ser ellos mismos, de tener su
identidad propia, además de compartir con quienes realmente les comprenden: amigos de edades
similares, pertenecientes a su entorno sociocultural y educativo.
Reflexiones finales
Las personas que saben escuchar receptivo y saben utilizar el lenguaje de manera correcta, han
logrado adquirir cualidades que son imprescindibles para el establecimiento de nuevas relaciones
personales, sociales y profesionales. Por el contrario, los estudiantes, en este caso en particular,
que presentan dificultades de expresión oral y, por supuesto, en la expresión escrita también, se
encontrarán muy limitados en su desarrollo académico y en su futuro profesional. La competencia
oral es, pues, de acuerdo con Monserrat y Santasusana (2011: 3), “un factor de integración social
de los jóvenes y un elemento facilitador del progreso profesional”. De allí que la enseñanza de
lengua oral y escrita debe ser un factor relevante en la enseñanza universitaria, a los fines de
mejorar ambos aspectos en el desempeño académico de los estudiantes.
Los usos orales espontáneos que caracterizan el lenguaje juvenil, propio de los estudiantes
universitarios también, forman parte de sus conversaciones privadas, de su habla cotidiana. Las
dificultades se presentan ante los usos formales que requieren de una planificación previa: los
estudiantes denotan inseguridad e inexperiencia y se expresan de una manera poco adecuada
porque no disponen de diversos registros lingüísticos. A manera de ejemplo, en el habla de la
juventud actual se usan interjecciones excesivamente, tales como “epa…”, al igual que
imperativos, frases tópicas e ideas inacabadas y dispersas como: “qué pasó güevón”, mientras que
suele haber un uso limitado del subjuntivo y del condicional, que son formas que permiten
imaginar lo posible, alejarnos de la acción adyacente y construir argumentos complejos.
Palou Sangrá, Juli; Grau Tarruel, María, Castellà Lidon, M.; Ballesteros Gómez, Cristina, Cros
Alavedra, Anna. (2005). El discurso oral formal: Contenidos de aprendizaje y secuencias didácticas.
Zebadúa Valencia, María de los Ángeles; García Palacios, Ernesto. (2012). Cómo enseñar a hablar y
escuchar en el salón de clases. México: Ediciones Universidad Autónoma de México.
Vilà i Santasusana, Monserrat. (2009). Seis criterios para enseñar lengua oral en la Educación
Secundaria Obligatoria. España: Ministerio de Educación. Leer. Es. Obtenido de:
http://leer.es/recursos/hablar/detalle/-/asset_publisher/3fAFCQK7mwkO/content/6-criterios-
para-ensenar-lengua-oral-en-la-educacion-obligatoria-montserrat-vila-
isantasusana;jsessionid=B0B85BC56E264713D9A6B28AE9FDCB1A. Consulta: 11 de febrero de
2018.