Cap. 2 Violencia en La Familia
Cap. 2 Violencia en La Familia
Cap. 2 Violencia en La Familia
Bringiotti, M. I.; Paggi, P.; Molina, M. L. y Viar, J.P. (2015) Bs. As. , Paidós.
CAPITULO 2
LA VIOLENCIA EN LA FAMILIA
Dentro de la problemáticas que hoy recibe la escuela encontramos situaciones que si bien no son
novedosas, se han develado en las últimas décadas y se dan cotidianamente en muchas familias.
Así llegan a la escuela, penetran sus espacios, las clases, el aprendizaje y las relaciones. Nos
El objetivo de separarlas es puramente práctico a los fines de poder profundizar el análisis de cada
una de ellas. Hemos mencionado en varios trabajos a las “múltiples violencias” que podían
consultas recibidas desde las escuelas suelen referirse al “problema de la violencia”, a la “violencia
cotidiana”, a la “violencia” como un todo homogéneo, que en la realidad dista mucho de serlo.
Al trabajar en las escuelas, uno de los primeros aspectos que planteábamos era desmenuzar lo
violencia, como resultado de diferentes situaciones previas. Los aportes realizados desde el punto
de vista de la institución escuela, hablan del malestar docente, del burnout, del pedido de
licencias, de la falta de herramientas para abordar los nuevos problemas que llegan a la escuela,
los temores y falta de respuesta ante situaciones “nuevas”. En otros casos aparecían discusiones
acerca de lo pedagógico y la disciplina respecto a las características actuales del alumnado. Por
otra parte las reivindicaciones de los docentes se refieren a los sueldos, a las condiciones
laborales, al rol docente, a las crisis, al papel de la educación… y también se planteaban las
violencias que penetraban desde el barrio, los medios, las familias, lo económico. (Bringiotti, 2008:
18)
Como vemos son múltiples manifestaciones de la violencia, por lo que se requieren múltiples
estrategias de abordaje, ya que las mismas no son unívocas, ni homogéneas. En este capítulo
En nuestro país se empieza a hablar de situaciones violentas en la familia a mediados de los 80, y
los trabajos y denuncias que surgieron apuntaban a la violencia hacia la mujer – mal llamada
violencia de género – y al maltrato infantil. Los grupos de mujeres, académicas o no, fueron las
que iniciaron la visibilización del problema y promovieron las primeras denuncias sobre la
violencia que sufrían por parte de su pareja, lo que fue, lamentablemente expuesto a partir de la
muerte de Alicia Muñiz, en manos de sus pareja Carlos Monzón. Por su parte, los que trabajaban
en infancia trajeron los aportes de los congresos americanos y los trabajos de Kempe y Silverman
acerca del Síndrome del niño golpeado y el Síndrome del bebé sacudido. Vemos que lo que fue
visible en un primer momento fue el maltrato físico en sus diferentes formas, hacia la mujer y
el/la niño/a.
Si nos remontamos a la historia de las mujeres y de la infancia, podemos detenernos en los
extensos registros históricos que no sólo permitían, sino aconsejaban el castigo como modalidad
correctiva para ambos – mujeres y niñ@s -. Las mismas leyes de la época colonial en nuestro país –
herencia de la madre patria - tienen interesantes artículos sobre los derechos de los maridos y
padres respecto a la educación, crianza y organización de la familia. El paso de los años permitió
reflexionar al respecto y denunciar estas modalidades relacionales como malos tratos, de ahí que
en un primer momento lo visible fue el maltrato físico o sea la violencia ejercida bajo la forma de
castigos físicos. Posteriormente fue posible ir registrando otras formas de ejercer violencia, a
veces no tan evidentes como la violencia física, pero igualmente perniciosas. (Burguière y otros,
Los modelos históricamente patriarcales de las organizaciones familiares han determinado roles
una mujer, y las características aceptadas en el desempeño de cada uno. Si bien hoy esos roles
están cuestionados y se han flexibilizados, la “revolución” que implicó la salida de la mujer del
ámbito hogareño para trabajar y compatibilizar los roles intra y extradomésticos, y la posibilidad
de contar con sus ingresos y un mayor grado de autonomía, no fueron obstáculos para que la
violencia en la pareja continuara. Los casos de femicidios aparecen casi a diario en las noticias, y
gran parte de esas mujeres trabajan y salen de su hogar, y ello tampoco impide el ejercicio de la
violencia bajo diferentes formas. Esos modelos tradicionales patriarcales están en la base de la
para ello fue necesario distinguir entre agresividad, de las que no estamos exentos ante
situaciones extremas, de la violencia como modalidad de relación cotidiana. Por otra parte hemos
escuchado muchas veces que una manera de evitar la violencia es evitar los conflictos, como si eso
fuera posible en las relaciones humanas. El problema no es la aparición de los conflictos, normales
en toda convivencia familiar o situación laboral sino la forma de resolución de los mismos, cuando
la violencia se dispara como modalidad habitual para enfrentar los conflictos estamos realmente
Las familias no se encuentran aisladas, forman parte de un entramado sociocultural que impacta
en su funcionamiento y a su vez están integradas por sujetos que traen una historia previa de vida
violencia familiar y la violencia individual deben considerarse articuladas tal como se encuentran
en la realidad, podemos a los fines analíticos tomarlas en forma aislada para un análisis más
pormenorizado, pero sin perder de vista este engranaje que las sostiene y potencia entre sí.
familiares previos que cada integrante lleva a la pareja y a la familia; así mismo las múltiples
influencias desde lo social, como crisis económicas, problemas laborales, desempleo, entre otras y
aspectos macro que influyen en la familia, su ideología y sus conductas. De ninguna manera nos
referimos a un determinismo, en el sentido que ciertos factores previos son los causales de que
haya o no violencia, pero no podemos ignorar que tienen peso como factores de riesgo, que
misma. No toda persona que pierde su trabajo manifiesta una conducta violenta – puede
enfermarse, deprimirse, paralizarse, abandonar a su familia, reflexionar sobre los pasos a seguir….-
cada respuesta será el resultado de su historia previa y su manejo de los problemas anteriores, del
apoyo familiar y/o social de que disponga, de las respuestas de las políticas públicas. Cada caso es
Violencia en el noviazgo.
Hacemos esta distinción a fin de mostrar las modalidades que podemos observar en el seno
violencia hacia el hombre en forma separada y ambas son casos de violencia de género. La
asimilación de género a mujer es una forma superada por las estudiosas de tema, ya que género
incluye todas las formas que pueden adoptarse más allá de las tradicionales binarias y que han
sido desarrolladas en el capítulo anterior. Sin duda estadísticamente la violencia hacia la mujer en
sus diferentes formas supera a los casos que podemos observar de violencia hacia los hombres, y
presentan mayor gravedad y secuelas. Pero un análisis del problema nos lleva a reconocer que hay
casos donde ello ocurre, hombres maltratados psíquicamente o emocionalmente, así como
descalificados, denigrados o ignorados, aunque sea mucho menor su ocurrencia. Algo similar
ocurre con la violencia cruzada en la pareja, por un lado puede ser una modalidad relacional de la
pareja – como las relaciones sadomasoquistas, que no pueden ser tipificadas como violencia
mujer ante los ataques de su pareja, en este caso estamos ante un vínculo violento, que sólo
puede ser funcional en tanto la mujer se defienda para luego poder salir de ese círculo vicioso
familiar con un alto costo para sus integrantes y para las/os hijas/os si los hubiera. El aprendizaje
componente genético.
Económica, control del dinero, no dar el dinero necesario para la casa y los hijos,
Estas formas coexisten en una relación violenta, pudiendo predominar una sobre la otra, pero
“problemáticos” en la escuela, con dificultades en el aprendizaje o en las relaciones con sus pares
o con los mayores provienen de hogares donde la violencia hacia las madres e inclusive hacia ellos
atrapamiento que estas mujeres sufren, por la cual no les resulta fácil salir o separarse, sufriendo
discriminación y siendo juzgadas por continuar en esa situación. Este es un aspecto que se reitera,
y suelen escucharse comentarios como “porque no se van”, “por algo se quedan”, “les gusta”, “si
se van se mueren de hambre”… y muchas más. En alguna escuela donde una docente sufría
situaciones de este tipo en su casa, se pudo observar una mayor permeabilidad para trabajar el
tema, no poniéndolo en lo que le pasa a las madres de los alumnas/os, sino a mis colegas o a mí.
muchas veces viendo a las/os niñas/os y el impacto que tienen sobre ellos estos vínculos
intolerancia con esas madres, cuando en realidad desde la escuela se puede escuchar y orientar a
donde recurrir, sabiendo que es un proceso lento, y que las meras indicaciones o sugerencias no
aprendida” para referirse a la captación y denigración constante por parte de una pareja violenta,
ha sido útil para entender que no pueden salir de la situación porque han sufrido lo que se llama
“proceso de indefensión”, que no suele ser natural, ni propio de la mujer, ni de ningún ser
humano, que puede estar presente por haber sido sus familias de origen violentas, con padres
modo vincular. En estos casos la posibilidad de salir de la situación no se ve como viable, la salida
no está a su alcance y el trabajo de denigración constante que sufren las llevan a no tener
confianza en sí misma y a carecer de recursos para enfrentar a su pareja, todo ello sumado a la
falta de recursos económicos e instrumentales, la preocupación por los hijos y el deterioro o
ausencia de las relaciones con la familia de origen y amigos, la colocan en una situación de
Evidenciar la dificultad que tiene la mujer en relacionar los comportamientos con las
Mostrar cómo desarrollan una conducta adaptativa para evitar la reacción violenta de su
pareja.
Conociendo estos aspectos podemos comprender mejor a estas mujeres en su situación cotidiana
como víctimas de violencia en su hogar, pueden ser madres de las/os alumnas/os, pueden ser
colegas docentes, una portera, una vecina. Son situaciones que aparecen y que desde la escuela
la currícula escolar.
e inicio de la misma. En el relato de las víctimas fue posible detectar los momentos en sus vidas en
los cuales van apareciendo modalidades claramente violentas o sutiles formas no reconocidas
como tales. Hay situaciones claves que son recordadas a posteriori como la preparación del
casamiento, el embarazo, el nacimiento del hijo, un problema laboral, entre otros, sin embargo en
general suelen no registrarse las situaciones de violencia recibidas durante el noviazgo. Hoy
se trabaja preventivamente y suelen registrase casos que son derivados para su asistencia. Se trata
de una temática difícil de ser reconocida justamente por los mitos y fantasías acerca de la pareja,
el romance, el amor romántico que lleva a redefinir conductas de excesivo control o violentas
como manifestaciones del amor y surgen todo tipo de justificaciones para las actitudes del novio.
Desde el “no puede vivir sin mí, por eso me llama a cada rato”, “no quiere que salga porque
quiere estar conmigo”, “a veces se enoja pero es porque me quiere solo para él”, “si, es difícil,
pero ya se le va a pasar” y sobre todo la frase esperanzadora “yo lo voy a cambiar”…. Del Duca,
Tilli, (2010)
Las modalidades más habituales como el juego de manos, los insultos “cariñosos”, el
control de los horarios, las salidas, las amistades quedan la mayoría de las veces negadas
Se suele cerrar el circuito de relaciones solo a la pareja, algunas veces se incluye a las
familias, aunque en muchos casos éstas también son alejadas para evitar la mirada sobre
lo que ocurre,
Se llega a controlar la vestimenta, el cabello, los adornos, los gustos personales en general,
El varón en general suele tomar las decisiones en casi todos los ámbitos – social,
Suelen aparecer amenazas sutiles al principio más de tipo psicológico, y luego castigos
El trabajo con adolescentes es prioritario por muchas razones, especialmente con el objetivo de
hogares donde hay relaciones violentas, entre el padre y la madre; entre algunos de ellos y su
nueva pareja, con episodios de malos tratos a los hijos; mujeres sometidas y padres violentos. Los
algunos casos, el registro de la relación como violenta y el no cambio actitudinal de la pareja llevó
a la ruptura de la misma. Sin duda es una temática que puede ser trabajada por diferentes
profesores y en distintas materias a fin de mostrar la impronta de los buenos tratos en todas las
relaciones.
Otra de las formas de violencia en la familia es violencia a las/os ancianas/os, las/os abuelas/os...
Con el avance de la medicina nos dirigimos hacia una sociedad de personas mayores, con una
mayor longevidad de las mujeres generalmente por su mayor preocupación en los controles
tradicional con un vértice que indicaba la población anciana y una base mucho más amplia para los
nacimientos, esa pirámide está perdiendo su forma, pasando en algunos casos a un rectángulo,
casi similar el número de nacimientos que muertes – por la mayor expectativa de vida
acompañada de un mayor control de la natalidad y del número de hijos que una pareja decide
tener -. En otros países los datos demográficos evidencian el riesgo de llegar a ser una pirámide
invertida.
Las exigencias de la vida cotidiana, los problemas laborales, económicos y ciertos valores que
respeto a los ancianos de otras épocas es reemplazado en muchos casos por sentimientos
negativos como “la carga que implican”. En algunos casos son situaciones que podríamos tipificar
como de violencia hacia los ancianos que se manifiestan de diferentes maneras como:
Maltrato físico,
Maltrato psicológico,
Abuso financiero,
Todo ello socava la autoestima de los ancianos, y acelera su deterioro. Muchas veces se escucha
en las familias que hay una “armónica” relación en la pareja y con las/os hijas/os, mientras se
maltrata, se ignora, se denigra al abuelo o la abuela, sin duda estamos ante situaciones de
violencia intrafamiliar donde de una forma sutil o no, se muestra a las/os hijas/os que las/os
ancianas/os no “sirven”, son molestos y nada pueden aportar. Esas/os hijas/os supuestamente
queridos y cuidados aprehenden valores y conductas que luego si son incorporadas pueden
repetirse, sin duda los padres que actúan así están cometiendo formas de malos tratos hacia sus
subdetectados, muchos más que los niños y las mujeres ya que se encuentran en una situación de
mayor aislamiento – no trabajan, no van a la escuela, han perdido a su pareja y/o a sus amigos –
Ellos, por su parte, ocultan las situaciones, por vergüenza, para preservar a la familia, para no
molestar, para no ser castigados y porque con el tiempo también son víctimas del proceso de
indefensión aprendida. Debemos tener en cuenta que en las familias donde esto ocurre, la
En los últimos años, han surgido muchas consultas por dificultades en los vínculos paternofiliales,
en este caso con hijas/os prepúberes, púberes y adolescentes, en cuyas relaciones más allá de los
conflictos habituales se ha podido observar el ejercicio de malos tratos físicos y psicológicos hacia
los padres, se trata de formas de violencia de hijos hacia los padres. En algunas familias
monoparentales donde la madre asume la crianza de los hijos, alguno de ellos repite el rol violento
parental; en otras perteneciendo a una familia no violenta, quizás con inhabilidades parentales
para ejercer la necesaria autoridad y contención, los modelos sociales violentos influyen en estas
Sabemos que al trabajar con estas familias encontraremos vínculos complejos y disfuncionales que
pueden favorecer estas reacciones de los hijos, sin embargo en muchos casos las agresiones no
enfrentarlos.
Son casos complejos, ya que frecuentemente, abandonan la escolaridad, y cuando concurren son
alumnos difíciles para abordar, generalmente tampoco trabajan y mantienen relaciones agresivas
con el entorno. Hay casos no pueden ser incluidos en esta caracterización, aquellos que son
maltratados por su familia y usan la violencia para defenderse, en los que esto no ocurre hay una
responsabilidad tanto de la familia, como de la escuela y de las políticas públicas que no siempre
brindan espacios e inclusión para estos jóvenes. Estas reacciones no surgen de un momento para
la escolarización.
A partir del reconocimiento del Síndrome del Niño Golpeado (Kempe, 1965) se comenzaron a
52):
1. Maltrato físico: cualquier acción no accidental por parte de los padres o cuidadores que
provoque daño físico o enfermedad en el niño o lo coloque en grave riesgo de padecerlo, como
básicas del niño como alimentación, vestido, higiene, protección y vigilancia en situaciones
por ningún miembro del grupo que convive con el niño estando en condiciones de hacerlo. En
estos casos se trata de familias que necesitan algún tipo de apoyo o tratamiento ya que la carencia
principal es no contar con modelos básicos de crianza, y no por reales problemas de carencia
económica. En el caso de prestar ayuda económica es difícil que mejoren las prácticas de crianza
sin un acompañamiento.
2.2. Abandono o negligencia física social: esta forma de malos tratos incluye a los niños cuyas
familias no cuentan realmente con los recursos económicos para satisfacer sus necesidades
básicas y en este caso debemos señalar la responsabilidad del estado y la insuficiencia de las
políticas sociales/ públicas. Estas familias son posibles de identificar, ya que al recibir la ayuda
necesaria, los niños modifican su situación de carencia al tener incorporados modelos de crianza
adecuados. Debemos señalar que en muchos casos encontraremos articuladas ambas formas de
3. Maltrato emocional: hostilidad verbal crónica en forma de insulto, burla, desprecio, crítica y
las actividades familiares, transmisión casi habitual de una valorización negativa del niño, negación
padres/ madres que separan o intentar separar al hijo del otro cónyuge, sin motivos que lo
justifiquen, ello incluye hablar mal del otro padre/madre; no cumplir con la cuota alimenticia; no
cumplir con las visitas acordadas, tanto por que uno de ellos las prohíbe o por que el otro no
concurre a las mismas. Quedarían excluidos los casos en que uno de los progenitores limite el
contacto del hijo con el otro por haber situaciones de malos tratos y/o abuso sexual, en cuyo caso
4. Abandono emocional: falta persistente de respuestas a las señales del niño como llanto,
por el niño y, falta de iniciativa de interacción y contacto por parte de alguna figura adulta estable
con el niño; no apoyarlo o defenderlo frente a los problemas escolares o sociales del niño; no
participar en las actividades diarias del niño, ignorar al niño de diferentes maneras según su
estadio evolutivo, renuncia por parte de los padres a asumir las responsabilidades parentales en
5. Abuso sexual: cualquier clase de contacto sexual en un niño menor de 18 años por parte de un
familiar o tutor adulto desde una posición de poder o autoridad sobre el niño. Nos referimos a
incesto, en el caso que se trate de parientes con consanguineidad lineal o adultos que estén
desempeñando el rol de figura parental como nuevas parejas del padre o de la madre o padres
adoptivos; violación, realizada por personas adultas no incluidas en el ítem anterior; manoseo,
toqueteos al niño o provocarlos del niño al adulto; abuso sexual sin contacto físico;
6.1 Explotación laboral y/o mendicidad intrafamiliar: los padres o tutores asignan al niño con
límites de lo habitual, que deberían ser realizados por adultos, que interfieren de manera clara en
las actividades y necesidades sociales y/o escolares de los niños y, por último son asignadas con el
objetivo fundamental de obtener un beneficio económico o similar para los padres o la estructura
familiar.
6.2. Explotación laboral y/o mendicidad social: en estos casos se incluyen aquellos niños cuyas
familias se ven obligadas a trabajar/ mendigar con los hijos por reales situaciones de carencia y
pobreza. Tal como dijimos al referirnos a la negligencia social, el acento debería colocarse en la
inadecuación de la función del estado y no principalmente en las familias. Puede haber casos en
7. Corrupción: conductas que impiden la normal integración del niño y refuerzan pautas de
o alcohol, participación en acciones delictivas de/ con los padres y/o familiares, rechazo de valores
8. Niños testigos de violencia familiar: se ha incluido esta modalidad para dar cuenta de aquellos
niños que viven en el seno de una familia violenta, donde ocurren hechos de violencia conyugal,
violencia cruzada en la pareja, malos tratos hacia otros hijos y/o hacia los abuelos u otros
familiares mayores. Aunque ellos no sean “directamente” maltratados, hoy se los considera
víctimas primarias de maltrato, ya que estar en un ambiente de tales características, los llevan en
algunos casos a aprender modelos vinculares violentos y en otros a asumir la defensa del
estudios indican un mayor número de casos de madres solas - de síntomas físicos patológicos,
constante de lugares de atención, ausencia de un médico estable que controle al niño, consultas
en fines de semana o en horarios de guardia o nocturnos, aplicación de todo tipo de remedios y/o
recursos técnicos que agreden al niño, conocimiento bastante completo por parte del adulto de
síntomas, manifestaciones clínicas y abordajes terapéuticos, los padres/ madres suelen tener un
nivel educativo elevado que les permite armar y sostener estas situaciones.
10. Incapacidad parental de control de la conducta del niño: los padres o tutores manifiestan o
comportamiento de sus hijos. Presentan una manifiesta ignorancia de los pasos del niño, dónde y
con quién está o en qué actividades está participando, justifican tal abandono por supuestos
"problemas" presentados por el niño, los padres "no saben qué hacer", hay una renuncia implícita
11. Maltrato prenatal: consumos/ conductas durante el embarazo que provoquen que el niño
dependencia física a las drogas o alcohol, mantener relaciones sexuales sin cuidado con riesgo de
mismo se incluye dentro de este tipo las situaciones de violencia hacia la mujer, por sus
implicancias en la vida, salud, y desarrollo tanto de la mujer como del niño por nacer. Muchos
compra, engaños, apropiación de niños, o casos de adopciones legales donde se oculta, se miente,
aseguró la aceptación y cuidado por parte de la familia adoptante, generando rechazos, malos
13. Formas raras y graves del maltrato infantil: son cuadros confusos que pueden llevar a
quemaduras por secadores de pelo; intoxicación por sal común (cuyo exceso produce entre otros
también a esófago y estómago, la mayoría son fatales); síndrome de oreja en coliflor ( golpe en el
somete a los niños a diferentes formas de abuso); déficit de vitamina B12, muchas veces
provenientes de madres vegetarianas estrictas que alimentan sólo a pecho a sus hijos, sin ningún
tipo de complemento. (Casado Flores, Díaz Huerta, Martínez González, 1997, p.125).
14. Secuestro y sustitución de identidad: incluye a todos aquellos casos, en los que el menor era
separado de su madre no bien nacía para ser entregado a personal policial o personas
de origen. Así mismo incluye a los menores secuestrados con sus padres y entregados a otros
1986). Hace pocos años ha comenzado a develarse esta modalidad, llevada a cabo por el
Este listado de formas que adopta el maltrato no es exhaustiva, a medida que el estudio
es lógico suponer que pueden llegar a surgir, lamentablemente nuevas formas de abuso hacia los
Un comentario aparte merecen los niños con discapacidades o problemáticas complejas desde el
punto de vista físico y psíquico. Los modelos que intentan dar cuenta del maltrato infantil como el
ecológico – ecosistémico incluye a las características de las/los niñas/os como un factor de riesgo
(no causal), (Belsky, 1980). A nivel mundial se observa una proporción que va desde 2 a 1 hasta 7 a
Es así que:
El maltrato físico y emocional, la negligencia y el abuso sexual son las modalidades más
frecuentes.
instituciones.
La minusvalía se visualiza como difícil, como si fuera un “castigo” para los padres,
Estos sienten una reiteración del fracaso de sus expectativas como padres, les resulta
A modo de cierre de la problemática del maltrato infantojuvenil, observamos que en los últimos
los mismos niños, (Palazzo, 2006) y de jóvenes universitarios (Bringiotti, 2003). Es importante
registrar cómo los malos tratos, aparecen muchas veces naturalizados y justificados por niños y
jóvenes como lógica consecuencia de sus propias conductas…”la volvía loca a mi madre…”; “los
padres pueden pegarte, los maestros no…”; “y mal no nos fue, salimos todos derechitos…”. Estas
representaciones son parte del entramado que permite la transmisión de pautas de crianza que
incluyen el castigo físico y emocional. Estos, son sectores que deben ser incluidos en cualquier
en nuestro país, detectado en las escuelas, por los docentes a partir de investigaciones
la facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Ampliaremos con datos actuales de escuelas de CABA y
educativo.
Entre los años 1994/ 1995, se llevó a cabo un primer relevamiento en una muestra representativa
de escuelas de nivel inicial y primario sobre la ocurrencia de malos tratos a los niños por parte de
cuales se sabe o sospecha que ocurren pero no ingresan a un sistema de abordaje. En este caso se
recurrió a las docentes para que respondieran, previa capacitación sobre las definiciones y tipos de
malos tratos y los objetivos de la investigación. Esta modalidad metodológica fue aplicada con
éxitos en otros países, ya que la escuela es el lugar donde más tiempo pasa el niño/ la niña. El
relevamiento pudo llevarse a cabo a partir de un pedido de la Secretaría de Educación del G.C.B.A.
para replicar el trabajo realizado en el Gran Bs. As. – partido de Avellaneda – entre 1993/ 1994.
Ambos estudios se llevaron a cabo a través de subsidios UBA - UBACYT, y desde el Programa de
Los años han pasado desde esos primeros y casi únicos datos, la temática de los malos tratos hacia
los niños, ha cobrado una relevancia mayor, en parte por la concientización llevada a cabo en
través de CEPA – Escuela de Capacitación – en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. Por otra
parte la labor realizada desde organismos como el Consejo por los Derechos de Niñas, Niños y
la Asociación Argentina para la Prevención del Maltrato Infantojuvenil – ASAPMI -, en el año 2000,
Pasados unos años con diferentes crisis socioeconómicas como el corralito del 2001 y su impacto
en las familias y las instituciones, posteriormente se replicó este estudio con el objetivo de ver los
cambios en la detección, ocurrencia y tipologías de malos tratos pasada una década, ya que las
mayores preocupaciones era registrar su mayor visibilización, los abordajes realizados y los
en cuanto al número de casos, ver las formas más habituales que pueden observarse, la posible
características de las familias de esos niños, luego del impacto de las sucesivas crisis
representativa de los mismos debía abarcar un porcentaje mayor al 20%. En el estudio anterior –
1994/ 1995 - se habían sorteado 10 distritos ya que disponíamos de mayor presupuesto y tiempo
para el relevamiento, cubriendo el 43% de los distritos y el 9.5% de las escuelas. En el nuevo
registro – 2004/ 2005 la muestra seleccionada cubrió el 38% de los distritos escolares y el 7% del
total de escuelas de Nivel Inicial y Primario. Comentaremos aparte el relevamiento de las escuelas
especiales.
El número de instituciones escolares para ambos niveles, es casi similar - 398 y 420
respectivamente para Inicial y Primaria. Anteriormente – 1994/ 1995 - se registraron 126 casos
(inicial) y 1039 casos (primaria) respectivamente, o sea un total de 1165 niños maltratados. Una
década después – 2004/ 2005, arroja 265 casos (inicial) y 1325 casos (primario). El número total
de casos registrados, pasaron de 1165 a 1590, con un aumento del 36% de registros para ambos
niveles.
Cada una de las escuelas sorteadas fue relevada en la totalidad de secciones de nivel inicial y
entregó a cada docente una cartilla que debía responder en forma anónima y en la cual los casos
detectados, también debían ser anónimos a fin de asegurar la confiabilidad de las respuestas.
El relevamiento realizado anteriormente en Avellaneda, y C.A.B.A., nos permitió evaluarla y
realizar los ajustes necesarios. La misma fue adaptada y aplicada en Sarmiento, localidad a 150 km
de Comodoro Rivadavia y en Riberao Preto, al noroeste de Sao Paulo, Brasil, resultando adecuada
En la misma se presenta una tipología del Maltrato Infantil con definiciones explícitas para cada
uno de los tipos incluidos en la investigación y sus correspondientes indicadores - Maltrato físico,
Abandono físico, Maltrato emocional, Abandono emocional, Abuso sexual, Trabajo del menor,
Corrupción, Mendicidad, Participación del menor en acciones delictivas junto con su familia y
Falta de control parental sobre la conducta de sus hijos. Ello tenía el objetivo de orientar a los
docentes sobre los casos a detectar y podría también brindar información suplementaria sobre el
problema. Las hojas con las definiciones y tipologías se dejaban al docente para su uso e
información.
entre pares y grupos. También fueron desglosadas las categorías Abandono físico, Explotación
laboral (trabajo infantil) y Mendicidad, en las formas de familiar y social, a fin de registrar
adecuadamente los casos en los cuales la familia tiene mayor responsabilidad, de aquellos otros
casos – cada vez más numerosos – que son producto de la aguda crisis socioeconómica de los
últimos años.
Para los 27 jardines relevados y las 33 escuelas primarias se detectaron 1590 casos de chicos
casos en que el mismo chico sufre más de un tipo de maltrato, el promedio es de 1.6 tipo de
Abandono físico familiar – 14% -; Abandono emocional – 11% -; Falta de control parental – 8% -;
1.2% -; Corrupción; Acciones delictivas – 2% - . En todos los casos mencionados los docentes
Respecto a los factores de riesgo más relevantes asociados al maltrato se encuentran aquellos
moderados y bajo nivel cultural de los padres, que abarcan un 46.5% de los casos -; mientras que
el hacinamiento y el aislamiento social, alcanzan al 13%. Ambos cubren un 59.5% de los casos. Por
otra parte los específicos de las disfunciones familiares - familia monoparental, separación o
divorcio y problemas conyugales, que suman un 22.5% -. Los aspectos relacionados a la violencia,
como violencia conyugal y maltrato en la infancia de los padres, a pesar de ignorancia que podían
tener los maestros al respecto, nos informan de un 9% de casos, tratándose de temas que son
cada vez más registrados. Casi un 11% de los casos presentan alguna forma de enfermedad física o
psíquica y/o adicciones - enfermedad física prolongada, atraso mental, ansiedad, depresión,
En cuanto a las problemáticas en el ámbito escolar - aprendizaje y/o conducta – éstas aparecen en
el 48% de los chicos registrados como maltratados en la muestra. El 55% de los chicos que
presentan dificultades está bajo alguna forma de tratamiento - 216 sobre 393 niñas/os-.
Este estudio debería replicarse nuevamente una década posterior – 2014/2015 – para poder
otorgan las autorizaciones. Al momento contamos con datos parciales obtenidos del trabajo que
nuestro equipo realiza en escuelas a partir programas de detección e intervención sobre las
llegan a la escuela, violencias que genera la escuela y/o el sistema educativo, violencias macro y
micro sociales.
posible soslayar es que a veces la falta de una adecuada articulación con los efectores de
salud y justicia, hace que las derivaciones o respuestas no sean las adecuadas o
esperadas. Cuando hay casos donde la justicia revictimiza a las/os niñas/os y a las/os
impotencia.
a las temáticas socio – institucionales es aún bajo, en los talleres, en ese ámbito
violencia institucional, violencia que los afecta como personas y en su tarea y a la violencia
social.
Frente a estas situaciones consideramos que es fundamental actuar sobre todo en
prevención, tanto en el ámbito familiar como en el escolar. Las charlas, la información que
violencia entre pares y entre grupo requiere de acciones planificadas dentro de la escuela
que involucren a todos los sectores – escuela, padres y alumnos -. Reconocemos las
dificultades que implica encararlo de esta manera, hemos trabajado a partir del desarrollo
adecuado para lograr modificaciones a mediano plazo. (Bringiotti, M. I., Coord., 2008),
Finalmente, si tomamos en cuenta los casos de niñas/os sufriendo alguna forma de malos
tratos en los niveles Inicial y Primario, es importante relacionarlo con las etapas evolutivas
del maltrato infantil, sobre todo en el período que abarca desde el nacimiento hasta los 5
años de vida. Las guarderías maternales, los Centros de la primera infancia y las escuelas
de nivel Inicial, se manejan con un grupo etáreo de máximo riesgo. Deben estar
capacitados para detectar señales de riesgo o de malos tratos, al mismo tiempo que
fragilidad de los niños y los riesgos que corren en su desarrollo cuando los padres no están
b) Escuelas Especiales:
En la CABA funcionan 49 escuelas especiales distribuidas según problemáticas específicas y edad
escolaridad primaria, por lo que no se relevaron aquellas instituciones que cubrían adolescentes y
tratando de cubrir a todos ellos. Fueron seleccionadas 17 escuelas que cubrían el 39% de la
Se pudo observar una buena detección por parte de los docentes ya que en el 72% de los casos
asciende a 337 niñas/os, que se encuentran sufriendo alguna forma de malos tratos en las 11
La violencia entre pares, también se registra como una de las modalidades más habituales - N: 38 –
19% -. El abandono físico, tanto familiar como social, asciende al 32% de los mismos. Las formas
más habituales de malos tratos son el maltrato emocional – 16% -; el maltrato físico – 8% -; la
Tratándose de niñas/os con algún tipo de minusvalía, preocupa que un 6% sea registrado en
explotación laboral, mendicidad y acciones delictivas. Es positivo el registro de casos cuyos tipos
excedan el maltrato físico ya que tradicionalmente el maltrato infantil suele ser reducido a las
En los 337 casos de chicos maltratados, hay una ocurrencia de 740 situaciones de malos tratos, si
tomamos en cuenta los casos en que el mismo chico sufre más de un tipo de maltrato. Esto nos
Entre los factores más relevantes asociados al maltrato se encuentran aquellos relacionados a las
nivel cultural de los padres, hacinamiento y promiscuidad que afectan a un 52% de los casos - y los
problemas conyugales, que suman un 12% -. Las formas violentas de relación, como la violencia
conyugal, el maltrato en la infancia de los padres y el maltrato actual hacia otros hijos, cubren el
Aquellos factores directamente asociados a características psicológicas de los padres, que podrían
estar relacionadas con las problemáticas de sus hijos, ya sea como causa o consecuencia del
maltrato, se presentan más elevados que en las familias cuyos hijos asisten a escuelas comunes.
Nos referimos al bajo nivel cultural, los problemas psíquicos, el alcoholismo, el atraso mental/ CI
límite; depresión y ansiedad y drogadicción. Todos ellos alcanzan a un 35% de los casos.
y/o conducta dadas las características de los alumnos - en el 74% de los chicos detectados como
maltratados en la muestra. El 35% de los chicos que presentan dificultades está bajo alguna forma
de tratamiento. La mayoría de los casos que ocurren en niñas/os con discapacidades no llegan al
debe establecer entre ellos y los problemas que estos niños presentan. Al tratarse de niños con
alguna de sus capacidades disminuidas, el rol de la familia es fundamental para desarrollar una
tarea conjunta con la escuela, es por eso que la capacitación de los padres y el acompañamiento
CONSIDERACIONES FINALES….
Al referirnos a las problemáticas que recibe la escuela, analizar los datos obtenidos en ambos
relevamientos y los aportados por el personal de conducción y las/los docentes en los últimos
de este tipo de situaciones de violencia hacia las/los niñas/niñas que merecen especial atención
educativa.
En el ámbito del Equipo de Maltrato Infantil del Hospital de Niños Pedro de Elizalde, que recibe
casos desde escuela, juzgados, familiares, que serían los casos que felizmente llegan/ entran al
sistema de detección y atención, han registrado el aumento de la demanda según los registros
llevados en el período 2009 – 2013. Hemos analizado este período porque es consecutivo a la
finalización del segundo relevamiento mencionado y llega hasta la actualidad. En este lapso de
2009 a 2013, el abuso sexual infantil detectado que llega al equipo aumentó un 45% - de 119 a 196
con valores de alrededor de 30% por año -. Del total de casos de malos tratos que ingresan por
año alrededor del 20% son Síndrome de Munchausen por poderes y Testigos de violencia, entre
otros. Para el año 2013, las consultas registradas ascienden al 52,83% por abuso sexual; 19,94 por
maltrato físico y 6,75 por negligencia, y 20,48 por otros tipos. El menor porcentaje de negligencia
no revela la real magnitud del maltrato, sino que suelen son registrados aquellos casos graves que
en el transcurso del tiempo momento donde posiblemente lleguen al sistema. (Indart, J., 2014,
comunicación personal).
Si bien, en estos momentos estamos analizando la posibilidad de llevar a cabo el 3r. relevamiento
epidemiológico, la información obtenida en los encuentros en las escuelas en los últimos años, y
los datos aportados en el ámbito de salud, como los datos del Hospital Elizalde, confirman la
posible presencia de un mayor número casos detectados. Es importante saber que la detección de
más casos, ni implica por sí misma un aumento real de casos – es una posibilidad – pero la mejor y
el menor ocultamiento, entre otras cuestiones, son según los expertos en el tema, la lógica
esperable año a año un mayor número de consultas, de “denuncias”, de registros porque se trata
como se comentó al inicio de este capítulo de situaciones histórica y socialmente tapadas. Durante
muchos años los casos detectados aumentarán hasta que se registre una meseta y posterior
descenso – lento pero sostenido – tenemos confianza que con el compromiso y trabajo de todos
los que trabajan con niñas y niños ese ciclo “natural” mencionado se efectivice.
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