Resolución de Conflictos Laborales
Resolución de Conflictos Laborales
Resolución de Conflictos Laborales
Presentación
Dentro del trabajo las ausencias de conflictos trasladan a la empresa a una situación óptima
para el trabajo. El curso pretende que el alumno aprenda sobre la resolución y la intervención
ante conflictos laborales, más concretamente en aspectos como la negociación, mediación,
conciliación, monitorio y vía judicial.
Objetivos
Conocer las diferentes pautas de actuación a aplicar ante la presencia de conflictos laborales,
en función del tipo de conflicto y su origen, con el objetivo de desarrollar un ambiente de
trabajo óptimo. Aplicar la normativa laboral correspondiente a cada una de las situaciones de
conflicto. Identificar los conflictos con violencia en la empresa actuando para frenarlos y aplicar
medidas preventivas. Conocer cuáles son los signos externos de conflicto y las principales
alternativas con las que cuenta la organización para solventarlos. Conocer las medidas de
presión más comunes en los conflictos laborales y adquiera conocimientos prácticos para
efectuar una negociación en este contexto. Aprender las distintas fases de los procesos de
conciliación, mediación y arbitraje, así como los procesos judiciales.
El curso le prepara para conocer las diferentes pautas de actuación a aplicar ante la presencia
de conflictos laborales, en función del tipo de conflicto y su origen, con el objetivo de
desarrollar un ambiente de trabajo óptimo, además de aprender las distintas fases de los
procesos de conciliación, mediación y arbitraje, así como los procesos judiciales.
Metodología
La metodología del curso se basa en seguir el manual teórico que nos ofrece la presente Web,
así como ir visionando las distintas lecciones que presenta el portal formativo E-Learning, a la
vez que se responden las distintas cuestiones y ejercicios que se incluyen dentro del cuaderno
de evaluación. Al final del curso realizará un examen, superándolo satisfactoriamente, tiene la
posibilidad de obtener un Diploma que acredita, la correcta superación de la acción formativa.
Diploma
Todo alumno/a, una vez realizado y superado el examen, tiene la posibilidad de obtener un
Diploma de formación no reglada, que le acredita con la correcta superación del curso que se
expone en el presente portal. Pudiendo añadirlo a su Currículum Vitae, en la opción de
formación complementaria, no oficial u otros méritos.
Unidad didáctica 1
Conflictos laborales
Resolución de conflictos
Unidad didáctica 2
La negociación
Unidad didáctica 3
Fases de la negociación
¿Qué es la mediación?
La sesión de mediación
Unidad didáctica 4
Éxito de mediación
La existencia del conflicto está aceptada como una parte inevitable del funcionamiento social.
Aparece a nivel individual con el nacimiento, donde debemos aprender a vivir haciendo uso de
varias estrategias de supervivencia.
La vida sin conflicto es una ilusión de corta duración. Si existiera esta vida sin conflicto
estaríamos privados de las imprescindibles oportunidades para desarrollar nuestras
habilidades.
El desarrollo humano en sociedad procede por etapas que son usualmente situaciones de
cambio, movilizadas por el conflicto generado por la etapa anterior, devenido insuficiente.
Diferencia en las opiniones: Durante un proyecto puntual pueden surgir diversas situaciones.
Puede involucrar a los miembros del equipo que esté llevando a cabo el proyecto, el gerente
del proyecto e incluso al cliente.
Proceso - situación: En el que dos o más seres o grupos humanos tratan activamente de
frustrar sus respectivos propósitos, de impedir la satisfacción de sus intereses recíprocos,
llegando a lesionar o a destrozar al adversario. Puede ser organizado o no, transitorio o
permanente, físico, intelectual o espiritual.
Conflicto en psicología social: Se refiere al amplio espectro que en la interacción e interrelación
humana va desde situaciones y cuestiones que se elaboran con cierta rapidez, casi sin
(Problema) (aun cuando toda satisfacción de necesidades es búsqueda, inmediatez, y por lo
tanto es problema), hasta situaciones complejas que derivan en complicaciones, antagonismos,
llegando a veces a estereotipias, rigideces o cristalizaciones, cuya posibilidad de resolución
requiere la consulta o intervención de operadores (terceros) que aporten elementos o
instrumentos eficaces para la superación del conflicto.
El conflicto no es algo que deba manejar y resolver por sí solo, el gerente del proyecto; el
conduce en forma apropiada, pueden ser benéficos. Hacen que los conflictos salgan a la
superficie y se resuelvan. Estimula la discusión y hace que las personas aclaren sus puntos de
vista. El conflicto puede obligar a las personas a buscar nuevos enfoques; puede fomentar la
creatividad y mejorar el procedimiento de la resolución de problemas. Si se maneja de manera
apropiada el conflicto ayuda a crear el equipo. Sin embargo, si no se procede adecuadamente,
puede tener una repercusión negativa sobre el equipo de proyectos. Puede destruir la
comunicación (las personas dejan de hablar y compartir información). Puede disminuir la
disposición de los integrantes del equipo a escuchar y respetar los puntos de vista de los
demás. Puede destruir la unidad del equipo y reducir el nivel de confianza y franqueza.
Las diferencias pueden convertirse en argumentos emocionales. Cuando las personas intentan
resolver un conflicto, no pueden permitirse ser arrastradas a una situación emocional. Tienen
que estar en posibilidad de administrar sus emociones, pero no reprimirlas. Necesitan dedicar
tiempo a comprender el punto de vista de la otra persona.
Evitarlo o retirarse: Las personas en conflicto se retiran de la situación, con el fin de evitar un
desacuerdo real o potencial. Por ejemplo el silencio de una persona ante una disidencia en una
situación puede ayudar a que no se enfrenten en ese momento pero puede incrementarse
posteriormente por acumulación de diferencias que no han sido expresadas en su debido
momento.
Competir u obligar: Aquí el conflicto se contempla como una situación de ganar o perder. El
valor que se asigna a ganar el conflicto es mayor que el que se le asigna a la relación entre las
personas, y quien está en posición de manejar el conflicto ejerciendo su poder sobre la
persona.
Una situación de conflicto bien trabajada puede brindar las siguientes ventajas:
Alcance del trabajo: El conflicto puede producirse por diferencias de opinión sobre cómo se
debe hacer el trabajo, cuánto trabajo se debe hacer, o con qué nivel de calidad se debe hacer el
trabajo.
Asignaciones de recursos: Se puede presentar el conflicto con relación a las personas asignadas
a trabajar en labores específicas o sobre la cantidad de recursos asignados a ciertas tareas. Las
personas involucradas en las tareas de buscar información prefieren investigar temas
relacionadas en su ámbito.
Costo: Con frecuencia surge el conflicto sobre cuánto debe costar el trabajo.
Prioridades: Es probable que se produzca un conflicto cuando las personas que se le asignen a
trabajar en varios proyectos al mismo tiempo, o cuando varias personas necesitan utilizar al
mismo tiempo un recurso limitado.
Diferencias personales: Puede surgir el conflicto entre los miembros del equipo del proyecto
debido a prejuicios o diferencias en los valores y actitudes de las personas.
La resolución de conflictos es un proceso continuo: una vez que se resuelve un conflicto surgirá
casi siempre otro, ya que los sistemas de interacción no están aislados y un conflicto, resuelto
en un primer sistema, puede caracterizarse por una serie de transacciones y propiedades
dentro de otros sistemas diferentes. Es también un proceso continuo porque el conflicto es
endémico (se repite con frecuencia en un sitio).
Mediación laboral
Si decimos que el conflicto es motor vital en nuestra vida cotidiana porque la satisfacción de
necesidades es siempre búsqueda e inmediatez, y por lo tanto problemática, generadora de
tensión, significa esto que siempre necesitaremos de terceros, de operadores, de mediadores,
de psicólogos sociales, de terapeutas, etc.
Para ella, mediar no es arbitrar u (Ordenar) entre las partes en conflicto sino ingresar a un
sistema (con Tercero incluido) de búsqueda de acuerdos mínimos, en el cual se transparente
una meta-sistema: la comprensión de los mecanismos que permiten la salida o el logro de esos
acuerdos.
El conflicto del conflicto es quizás que alcanzamos a visualizarlo cuando no nos queda más
remedio que reconocerlo como tal. El conflicto lo asociamos a la enfermedad, a lo que no
debería ser o estar, a lo que hay que Suprimir, a lo que hay que curar. Es evidente que nuestra
educación está atravesada por un modelo médico hegemónico que se nos impone en nuestra
interioridad: síntoma - enfermedad - remedio - cura.
2.1 LA NEGOCIACIÓN
Se trata de llegar a un acuerdo con alguien acerca de algo de interés común. Las personas
negocian aún cuando no se enteran de que lo están haciendo. Es algo cotidiano y habitual en
todos.
La negociación dura: Ve cualquier situación como una disputa de voluntades, en donde la parte
que toma las posiciones más extremas y las mantiene firme durante más tiempo, obtiene más.
Pero con frecuencia termina produciendo una respuesta igualmente dura que lo agota a él y a
sus recursos, y además daña la relación con la otra parte.
El negociador suave: Desea evitar los conflictos personales y, por lo tanto, hace concesiones de
inmediato para llegar a un acuerdo. Desea una resolución amigable y con frecuencia termina
explotado y sintiéndose amargado. Si tenemos una persona con esta características en nuestra
empresa no podríamos dejarla actuar sola porque nos regalaría, la empresa!!
Método de negociación de principios: Consiste en resolver los asuntos por sus méritos y no a
través de un proceso tajante enfocado en que cada parte dice qué hará y qué no hará. Sugiere
buscar beneficios mutuos siempre que sea posible, y que donde hay intereses en conflicto,
éstos se deben resolver en base a los patrones justos e independientes de la voluntad de cada
parte. El método de negociación de principios es rígido respecto a los méritos y benigno
respecto a las personas. No emplea trucos ni posiciones. La negociación de principios propone
cómo obtener lo que se ha propuesto manteniendo la decencia.
Negociación directa
Análisis: Durante esta etapa, se trata de diagnosticar la situación para reunir información,
organizarla y meditar sobre ella, ya sea considerar sobre los problemas humanos de
percepciones parciales, emociones hostiles, falta de claridad en la comunicación, como
identificar los intereses de las dos partes. También observar opciones ya propuestas e
identificar cualquier criterio sugerido como base para un acuerdo.
Planeamiento: Aquí se tratan los cuatro elementos ya descriptos (personas, intereses, opciones
y criterios) para generar ideas y decidir qué es lo que se hará.
Discusión: En esta etapa cuando las partes se comunican entre sí, en busca del acuerdo, los
cuatro elementos son los mejores sujetos de discusión. Diferencias en percepciones,
sentimientos de frustración e ira, así como las dificultades en la comunicación pueden ser
reconocidas y tratadas. Cada parte debe llegar a comprender los intereses de la otra.
Prepare opciones en lugar de ultimátums: Un ultimátum debe usarse sólo como un último
recurso cuando Ud. está seguro que Ud. tiene la fuerza para respaldarlo y la otra parte sabe
que Ud. puede respaldarlo. Aún así, en virtualmente cada negociación hay opciones y
alternativas que reducen actitudes defensivas y permiten adelantar resoluciones positivas para
todos las partes.
Aprenda a estar cómodo con el silencio: Muchos negociadores se sienten obligados a saltar con
argumentos y comentarios cada vez que hay una pausa en la interacción. Practique retener sus
comentarios y respuestas. El silencio puede ser una herramienta de negociación muy poderosa.
Utilice el silencio para enfocarse en la marcha de la negociación.
Al cierre de la negociación aclare los resultados acordados: Cuando los acuerdos se han
alcanzado y Ud. está listo para terminar la negociación, revise y resuma los acuerdos. Luego,
termine su negociación con una nota positiva, felicite a la otra parte por su voluntad a
participar de la negociación y enfatice el progreso alcanzado.
Estas son algunas de las habilidades requeridas del tercero que interviene, ya sea mediador o
un árbitro.
La capacidad para lidiar con objetivos e información insuficiente, compleja y a veces confusa.
La capacidad para identificar y para separar los valores personales del individuo.
La capacidad de permanecer neutral y objetivo bajo las presiones de las partes, aún teniendo
que balancear diferencias de poder entre las partes.
La sensibilidad de los valores que las partes sienten profundamente, incluyendo temas
relacionados con el grupo étnico, el género y las diferencias culturales.
La negociación se inicia cuando hay diferencias en las posiciones que mantienen las partes.
Hay que tener muy claro que cuando se negocia uno no se enfrenta con personas sino que se
enfrenta con problemas. Hay que buscar un acuerdo que satisfaga las necesidades de todos los
implicados.
Para iniciar una negociación tiene que haber además interés por parte de los afectados en
tratar de alcanzar un acuerdo.
Sólo con que una de las partes no tuviera esta voluntad de entendimiento no habría
negociación. Una regla que debe presidir cualquier negociación y que facilita enormemente el
poder llegar a un acuerdo es el respeto a la otra parte.
Que la parte perdedora cumpla lo acordado pero no esté dispuesta a negociar nunca más con
quien le ha vencido, imposibilitando establecer relaciones económicas duraderas.
De este modo todos ellos considerarán el acuerdo como algo propio y no como una solución
que ha venido impuesta.
Además, todos saldrán satisfechos de la negociación, con intención de cumplir lo pactado y con
interés en mantener esta relación profesional que ha resultado tan beneficiosa.
Puede que esta forma de entender la negociación basada en la cooperación no sea compartida
por la otra parte, que trate de imponer su estilo particular basado en la confrontación.
Uno no debe seguirle el juego. Justo al contrario, hay que continuar buscando la colaboración,
tratando de convencer a la otra parte de sus ventajas.
En definitiva, hay que tratar de encontrar una solución equitativa que tenga en cuenta los
puntos de vista e intereses de todos los intervinientes.
¿Pero qué es en realidad lo que define a un buen intermediario de conflictos laborales? En esa
línea, entendemos que los puntos básicos para convertirse en un superior con garantías son:
Pertenencia a un grupo. El líder debe comportarse como un miembro más del equipo, y tiene
que transmitir un objetivo común al resto de personas que se encuentran bajo su supervisión.
Estandarte de la compañía. El líder tiene que trasladar los valores y la visión de la compañía
para hacer que sus colaboradores se sientan parte importante de ella.
Motivador. El líder debe de saber motivar para reforzar las carencias e impulsar los puntos
fuertes de cada uno de sus colaboradores para ayudarles en su formación profesional.
Promotor del cambio. La creatividad y la innovación tienen que ser dos pilares fundamentales
en la gestión del líder y para estar preparados para los cambios.
Conciliador. No sólo debe comunicarse con su equipo de forma continua y efectiva, sino que
tiene que promover la buena relación dentro del mismo. Para ello, son esenciales la
comprensión a la hora de entender a los demás y su capacidad de diálogo. El líder no impone
sus opiniones, sino que tiene que convencer a sus colaboradores.
Capaz de aprender de los demás. El líder no tiene miedo a rodearse de los profesionales más
aptos para aprender de ellos y conocer el mejor resultado en aquello que hacen.
Saber delegar. Al no temer a sus colaboradores, el líder debe aprender a delegar y confiar en
ellos a la hora de realizar el trabajo.
Entusiasta: Aborda la negociación con ganas, con ilusión. Aplica todo su entusiasmo y energía
en tratar de alcanzar un buen acuerdo.
Gran comunicador: Sabe presentar con claridad su oferta, consigue captar el interés de la otra
parte. Se expresa con convicción.
Persuasivo: Sabe convencer, utiliza con cada interlocutor aquellos argumentos que sean más
apropiados, los que más le puedan interesar.
Muy observador: Capta el estado de ánimo de la otra parte, cuáles son realmente sus
necesidades, qué es lo que espera alcanzar. Detecta su estilo de negociación, sabe leer el
lenguaje no verbal.
Honesto: Negocia de buena fe, no busca engañar a la otra parte, cumple lo acordado.
Profesional: Es una persona capacitada, con gran formación. Prepara con esmero cualquier
nueva negociación, no deja nada al azar.
Detesta la improvisación, La falta de rigor y de seriedad. Conoce con precisión las
características de su oferta, cómo compara con la de los competidores, cómo puede satisfacer
las necesidades de la otra parte.
Firme, sólido: Tiene las ideas muy claras (sabe lo que busca, hasta donde puede ceder, cuáles
son los aspectos irrenunciables, etc.). El buen negociador es suave en las formas pero firme en
sus ideas (aunque sin llegar a ser inflexible).
Acepta el riesgo: Sabe tomar decisiones con el posible riesgo que conllevan, pero sin ser
imprudente (distingue aquellas decisiones más trascendentales que exigen un tiempo de
reflexión y que conviene consultar con los niveles superiores de la compañía).
Psicólogo: Capta los rasgos principales de la personalidad del interlocutor así como sus
intenciones (si es honesto, riguroso, cumplidor, si es de fiar, si tiene intención real de cerrar un
acuerdo, etc.).
Paciente: Sabe esperar, las operaciones llevan un ritmo que conviene respetar. Uno no debe
precipitarse intentando cerrar un acuerdo por miedo a perderlo.
Ágil: Capta inmediatamente los puntos de acuerdo y de desacuerdo. Reacciona con rapidez,
encuentra soluciones, toma decisiones sobre la marcha, sabe ajustar su posición en función de
la nueva información que recibe y de la marcha de la negociación. No deja escapar una
oportunidad.
Resolutivo: Busca resultados en el corto plazo, aunque sin precipitarse (sabe que cada
negociación lleva su propio tiempo y que hay que respetarlo). Sabe cuáles son sus objetivos y
se dirige hacia ellos. Los obstáculos están para superarlos, no desiste sin plantear batalla.
En toda negociación se pueden distinguir tres fases diferenciadas, todas ellas igualmente
importantes.
Preparación
Desarrollo
Cierre
Conocer los límites de la negociación: Se debe saber con exactitud el margen de maniobra:
hasta dónde se puede ceder, qué tipo de acuerdos se pueden firmar y qué otros requerirán
autorización de los órganos superiores.
El desarrollo de la negociación abarca desde el momento inicial en que las partes se sientan a
la mesa de negociación hasta que finalizan las deliberaciones, ya sea con o sin acuerdo.
El cierre de la negociación puede ser con acuerdo o sin él. Antes de dar por alcanzado un
acuerdo hay que cerciorarse de que no queda ningún cabo suelto y de que ambas partes
interpretan de igual manera los puntos tratados.
Una vez cerrado hay que recoger por escrito todos los aspectos del mismo. Es frecuente que en
este momento las partes se relajen cuando, justo al contrario, conviene estar muy atentos para
que el documento refleje los puntos tratados con el mayor detalle posible.
Un malentendido que no se detecte a tiempo o una cláusula del contrato que quede ambigua
puede dar lugar el día de mañana a una disputa legal.
Mantener las relaciones con el entorno en un clima favorable. Roles asociados a ésta función:
Rol de Enlace: Realizar una serie de contactos externos, para obtener favores o información.
Rol de Monitor: Captar información que sea relevante para la realización de sus fines a l/p.
Rol de Negociador: Cuando tenga que llegar a acuerdos externos ajenos a la organización.
Rol de Cabeza visible. Cuando hace como representante simbólico en actos, eventos... Consiste
en desarrollar las estrategias de la organización, manteniendo una adaptación permanente
entre la organización y el entorno.
En el Rol de empresario, los directivos superiores buscan formas efectivas de llevar a cabo la
misión de la organización intentando incluso en algunas ocasiones, modificar esa misión.
Línea Media. El Ápice estratégico, está unido al núcleo de operaciones mediante la cadena de
directivos de la línea media que abarca desde los mandos situados bajo el Ápice estratégico,
hasta los superiores de 1º línea, que ejercen la supervisión directa sobre los operarios.
La mediación es ante todo un procedimiento no obligatorio. Ello significa que, aun cuando las
partes hayan convenido en someter una controversia a la mediación, no están obligadas a
continuar el procedimiento de mediación después de la primera reunión. En este sentido, las
partes controlan siempre la mediación. La continuación del procedimiento depende de que
éstas sigan aceptándolo.
Una de las partes en la disputa o conflicto se comunica con algún Centro de Resolución de
Conflictos para pedir su asistencia con el fin de resolverlo.
Una persona que trabaja en la empresa mediadora habla con esa parte involucrada en la
situación y anota la información necesaria para poder comunicar a esta parte y a los otros
envueltos en el conflicto o disputa.
Un miembro del personal de la empresa mediadora envía cartas a las otras partes en la disputa
(con copia a la parte que inició el proceso). La carta explica el proceso de mediación, da
información sobre la petición para mediar y anima a las otras partes a que se comuniquen con
la oficina mediadora.
Las partes deberán pagar los honorarios antes de la fecha de mediación, para asegurar que la
mediación se llevara a cabo.
Un miembro del personal de la empresa mediadora llama a las otras partes o responde a su
llamada para hablar acerca del proceso de mediación, su perspectiva del conflicto y su interés
en resolver la situación.
Si ambas partes quieren la mediación, el personal mediador trata de encontrar una fecha y
unas horas convenientes para las partes y los mediadores. En este momento, la mediación será
citada.
Una carta confirmatoria será enviada a las partes informándoles del lugar de la mediación y
serán los honorarios por el servicio.
Las disputas pueden ser por cuestiones de nombre de dominio, problemas de patente, disputas
por software, problemas de copia, propiedad intelectual y conflictos internacionales
involucrando a diferentes países.
Con la ayuda de los mediadores, las partes hablan sobre ellos y negocian esos temas.
Cuando se alcanzan acuerdos, los mediadores los redactan, y junto con las partes trabajan en
los detalles. Estos acuerdos son lo que se conoce como el acuerdo de arreglo entre las partes.
Cada parte tiene una oportunidad, sin ser interrumpida, de decir a los mediadores cual es su
versión del conflicto /disputa. También tiene la oportunidad de responder a lo que la otra parte
ha dicho. Los mediadores confirman que han entendido las perspectivas de las partes y sus
preocupaciones principales.
Las partes y los mediadores hacen una lista de temas en los cuales necesitan trabajar con el fin
de resolver la disputa.
Los mediadores hacen unos comentarios terminando el proceso y felicitan a las partes.
Por lo regular las sesiones duran de 2-3 horas. Múltiple sesiones pueden ser necesarias para
que las partes traten con todos los temas en llegar a un acuerdo.
Plan de Padres: Los padres realizan que sus hijos están negativamente impactados por el
conflicto continuo entre sus padres y por los insultos que hacen uno al otro. Pueden acordar a
una mediación con el fin de solucionar el conflicto y obligarse a proteger a sus hijos de las
peleas y conflictos entre los dos.
Vecindario: Las partes que se han disputado sobre ladridos de un perro o los límites de su
propiedad y que han llamado repetidas veces a la policía para que ellos tomen control sobre la
otra parte.
Ejemplos de Situaciones: Muchas situaciones conflictivas son apropiadas para la mediación. A
continuación presentamos algunos ejemplos de conflictos que pueden ser negociados con
éxito.
Demandas pequeñas: Partes en conflicto sobre el pago por la reparación de un vehículo, por la
pavimentación de un camino, por un préstamo personal, por un accidente automovilístico, o,
por un depósito de alquiler, pueden llegar a un acuerdo.
Mediación entre víctima e infractor: Las víctimas de los crímenes juveniles y los jóvenes que los
han cometido, tienen la opción de reunirse para hablar sobre lo ocurrido, como afectó a la
víctima y como ponerle remedio.
Padres/Hijos jóvenes: A veces el conflicto familiar cuando los hijos crecen puede ser difícil de
manejar. Los padres de jóvenes adolescentes pueden sentir que la mediación es una
herramienta valiosa para revisar las expectativas, revisando las reglas familiares, y para lograr
un entendimiento mutuo sobre como las reglas deben cumplirse.
Ancianos: Hay muchas situaciones que pueden crear un conflicto en las vidas de una persona
mayor y en la de sus familias. Hermanos adultos pueden estar en desacuerdo sobre el cuidado
de un Padre mayor en un estado delicado. Pueden existir conflictos entre los ancianos y sus
hijos tocante venta de la casa familiar o sobre la necesidad de mudarse a un nuevo lugar como
una vivienda de asistencia de vida. Las tensiones pueden surgir cuando hay tres generaciones
viviendo juntas y en el mismo sitio. Conflictos pueden surgir en relación a temas financieros y
hereditarios.
Empleo: A veces la gente que trabaja en grupo no se lleva bien. Cuando el conflicto afecta su
capacidad (o la de los demás) para cumplir con su trabajo, puede ayudar a las partes a que se
resuelvan los problemas por medio de la mediación del conflicto. Porque la mediación es
voluntaria y confidencial, las expectativas del empleador respecto a la participación de los
trabajadores y su deseo de obtener una copia del acuerdo de mediación deben ser tratadas,
antes de la mediación, por el empleador, los trabajadores y el mediador.
Otra posible explicación del éxito de la mediación es que el mediador tiene muchas
herramientas a su disposición para llevar a las partes de una pausa al acuerdo. Por ejemplo, el
mediador puede:
Alentar el intercambio de información
Conocer los intereses que las partes son reticentes a revelarse entre sí.
Inventar soluciones que contengan los intereses fundamentales de todas las partes.
Manejar las diferencias de percepción e intereses entre los negociadores y las partes.
Estimular la flexibilidad.
Mientras estas técnicas sirven al mediador para ayudar a las partes a alcanzar una solución,
ciertamente no logran capturar las razones fundamentales del éxito de la mediación.
Probablemente el éxito se deba en parte a las diferentes herramientas de las que dispone el
mediador, parte en el genio creativo de los mediadores y parte a la dinámica del proceso de
mediación.
Inicialmente, en el momento en que las partes toman una pausa, y llaman al mediador, ya han
dejado de escucharse entre sí. Las emociones tirantes como consecuencia de la imposibilidad
de llegar a un acuerdo, dañarán sin duda la comunicación. El mediador, sin embargo, llega
como un nuevo jugador a la escena y debe tomar instruirse sobre los hechos y conflictos de la
controversia. Esto hace que las partes deban comunicarse y a veces los obliga a explicar su
disputa de una manera comprensible al recién llegado, usualmente de una forma más simple
de la que han estado utilizando hasta ese momento.
El mismo proceso de repasar el motivo de disputa y de responder a las preguntas del mediador,
reabre las comunicaciones y puede conducir a las partes a desarrollar nuevas perspectivas que
conducirán a un acuerdo.
En un caso de una disputa en una corte, y luego de que el mediador terminara de hacer una
serie de preguntas para tratar de entender el caso, porqué las partes estaban en disputa y
precisamente que quería cada una de la otra, el acusado pidió un receso. El defensor del
acusado manifestó que en el momento en que su cliente oyó al demandante responder a mis
desinformadas preguntas, recién se dio cuenta de cuán poco se necesitaba para satisfacer lo
requerido por el demandante.
El defensor del acusado entonces dijo (Si es sólo eso lo que el demandante realmente necesita,
estaremos dichosos de acceder a su pedido).
En la gran mayoría de las disputas, luego que el mediador se ha interiorizado del problema
como resultado de conferencias conjuntas con ambas partes, el mediador debe reunirse en
forma separada con las partes. Una de las claves de la negociación exitosa es separar las
personas del problema. Uno no debe dejar que los sentimientos hacia el otro negociador lo
distraiga del tema a ser negociador.
Reconociendo ese riesgo, muchos negociadores son reacios a compartir sus prioridades, u otra
información sensible, con otro negociador, y esa negación a veces impide el acuerdo. Las
partes, sin embargo, a menudo comparten sus intereses y prioridades en privado, con un
mediador confiable, lo que facilita al mediador a obtener el acuerdo que las partes en disputa
no pueden lograr por propios medios.
Conflictos con clientes: Los empleados de ventas y servicio al cliente pueden experimentar
conflictos con los clientes sobre una base bastante regular, dependiendo de la industria. Un
conflicto común experimentado por los vendedores es un cliente insatisfecho que se siente
defraudado personalmente por un vendedor individual. Por ejemplo, si un vendedor de
automóviles vende un auto usado sin una garantía de ejecución o garantía y el auto se le
descompone al comprador, el comprador puede volver a enfrentarse con enojo el vendedor y
pedir un reembolso. El mejor primer paso para resolver estos conflictos es la participación de
un director que tenga derecho a ofrecer reembolsos, descuentos u otros gestos conciliatorios
al cliente, a menos que esté en una situación donde los empleados estén facultados para
tomar este tipo de decisiones.
Las diferencias entre la mediación y el arbitraje surgen del hecho de que, en una mediación, las
partes conservan la responsabilidad y el control respecto de la controversia y no transfieren el
poder de toma de decisiones al mediador. En términos concretos, ello tiene dos principales
consecuencias:
Las partes que no conocen este procedimiento y que se preguntan cuáles son las ventajas que
pueden derivar de la mediación, deberán considerar atentamente dos factores:
Institucional: Que se lleva a cabo en una institución generalmente con sus propias reglas y con
una lista cerrada de árbitros.
Ad Hoc: Donde son las partes aquellas que escogen los Árbitros, las reglas, el idioma y la
legislación que regirá el procedimiento arbitral).
La figura del mediador es, de acuerdo con su conformación natural, la pieza esencial del
modelo, puesto que es quien ayuda a encontrar una solución dialogada y voluntariamente
querida por las partes. La actividad de mediación se despliega en múltiples ámbitos
profesionales y sociales, requiriendo habilidades que en muchos casos dependen de la propia
naturaleza del conflicto.
El modelo de mediación se basa por lo tanto en la voluntariedad y libre decisión de las partes y
en la intervención de un mediador, activo y proclive a buscar una solución que les satisfaga
plenamente.
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laborales.