Alta en El Cielo

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 20

ALTA EN EL CIELO

NELLY FERNANDEZ TISCORNIA

PERSONAJES: LA GRINGA
SUSANA
NICASIO CARDOSO
LA INSPECTORA JUAREZ

EPOCA: ACTUAL

LA ACCIÓN TRANSCURRE EN LA EPOCA ACTUAL EN UN PUEBLO PERDIDO DE UNA


PROVINCIA DEL NORTE. SE TRATA DE UNA ESCUELA UBICADA JUNTO AL CAMINO DE
TIERRA QUE UNE EL PUEBLO CON EL MONTE. TODA LA INSTALACIÓN CONSTA DE TRES
CUARTOS QUE SON LA EXPRESION DE LO RUDIMENTARIO Y LO POBRE. LOS CUARTOS
SON, A SABER:
1) El aula
2) El cuarto donde duermen La Gringa y su hija Susana que son, respectivamente, la directora y la única
maestra.
3) El cuarto donde habitan y viven estas dos mujeres.
EN ESTE ULTIMO CUARTO ES DONDE TRANSCURRE LA ACCION
AL FONDO, UNA PUERTA COMUNICA AL CUARTO CON EL DORMITORIO DE LAS DOS.
EN EL LATERAL DERECHO: LA VENTANA Y LA PUERTA QUE DAN AL CAMINO DE TIERRA
QUE UNE EL PUEBLO CONEL MONTE. EN EL LATERAL IZQUIERDO: LA PUERTA QUE DA AL
PATIO DE TIERRA QUE ES EL UNICO PATIO DE LA ESCUELA. EN ESTE CUARTO LOS
ELEMENTOS QUE NO PUEDEN FALTAR SON: UN CUADRO VIEJO DE SARMIENTO; EL
GLOBO TERRAQUEO DE ESOS DE PIE, MUY VIEJO Y DESCASCARADO YA POR EL TIEMPO
EN EL CUAL QUEDA SOLAMENTE UN PEDAZO DE TIERRA; UNA MESA SOBRE LA CUAL SE
COME, SE LEE Y SE HACE TODO LO QUE REPRESENTA LA VIDA DE ESTAS MUJERES;
ALGUNAS SILLAS; UNA ESPECIE DE APARADOR QUE SIRVE PARA GUARDAR LA POCA
VAJILLA Y TAMBIEN EL ARCHIVO DE LA ESCUELA; SOBRE ESTE APARADOR, COMO TODO
LUJO, UN VIEJO TOCADISCOS QUE ES EL AMOR DE SUSANA, JUNTO CON UNOS VIEJOS
DISCOS. ARRIMADO A UNA PARED, UN VIEJO CATRE TAPADO CON UNA MANTA, DONDE
DUERMEN LOS CHICOS A LOS QUE EL ABANDONO DEJA SIN PROTECCIÓN Y LA GRINGA
DA AMPARO Y ALIMENTO ADEMAS DE INSTRUCCION. EN UN RINCON, LA COCINITA Y
UNA PEQUEÑA HELADERA SON LOS ELEMENTOS DOMESTICOS. AL COMENZAR LA
ACCIÓN, SOBRE LA MESA, SE VE UNA PILA DE LIBROS DESHECHOS Y CASI INSERVIBLES
QUE HAN LLEGADO DE ALGUNA PARTE COMO DONACIÓN. SON LAS CINCO DE LA TARDE.
CALOR. EL VIENTO DEL NORTE QUE NUNCA DEJA DE SOPLAR. TODOS LE LLAMAN EL
VIENTO DEL MONTE. HACE MUCHO TIEMPO QUE NO LLUEVE. ES UNA SEQUIA
DESOLADORA QUE HACE AUN MAS MISERABLE LA VIDA. EN EL MOMENTO DE
COMENZAR LA ACCION EL ESCENARIO ESTA VACIO. DESDE EL PATIO, SE ESCUCHA EL
TRISTE Y DESPROLIJO CORITO DE LOS CHICOS QUE ESTAN ARRIANDO LA BANDERA.

CORITO (DESDE EL PATIO, EN OFF)


Alta en el cielo
un águila guerrera
audaz se eleva
en vuelo triunfal

1
ENTRA SUSANA DESDE EL PATIO. ES UNA MUCHACHA DE ALREDEDOR DE VIENTE AÑOS.
ASPERA, REPRIMIDA, METIDA DENTRO DEL ROL DE MAESTRA PRESIONADA. VISTE
DELANTAL, ZAPATOS BAJOS, EL PELO RECOGIDO. ENTRA QUITANDOSE TODO ESTO
COMO SI SE QUITARA ALGO QUE LE MOLESTA MAS ALLA DEL CUERPO. SE DESCALZA. SE
QUITA EL DELANTAL. SE SUELTA EL PELO. MIRA LUEGO POR LA VENTANA COMO SI
ESPERARA ALGO. LUEGO TOMA SUS COSAS Y VA HACIA EL DORMITORIO. ANTES, DE LA
HELADERA SACA AGUA Y SE SIRVE UN JARRO QUE TOMA ANSIOSA Y SEDIENTA. EL
CORITO SIGUE TODO EL TIEMPO.
CORITO (EN OFF, DESDE EL PATIO)
Es la bandera
de la patria mía
del sol nacida
que me ha dado Dios.
Es la bandera
de la patria mía
del sol nacida
que me ha dado Dios.

SALE SUSANA DEL DORMITORIO CON UN VESTIDO VERDE. SE LA VE MAS JOVEN,


RECOBRANDO UNA ESPECIE DE SENSUALISMO ASPERO REPRIMIDO QUE AFLORA EN
ELLA. TRAE EN LA MANO LOS ZAPATOS DE TACO ALTO, EL MAQUILLAJE, UN ESPEJO Y
EL CEPILLO VA A DEJARLO SOBRE LA MESA. LOS LIBROS LA OCUPAN. SUSANA DE UN
MANOTAZO LOS EMPUJA Y UNO DE LOS LIBROS CAE AL SUELO. EL CORITO CALLA.
SUSANA VA HACIA EL TOCADISCOS Y PONE UN DISCO CON UNA CANCIÓN QUE PARA
ELLA ES COMO PARTE DE SI MISMA. LA MELODIA LA PUEDE. SE MUEVE. LA TARAREA
MIENTRAS VA CEPILLANDO SU PELO COMO SI TODO ESTO FUERA UNA CEREMONIA
SECRETA, DE ELLA CON ELLA MISMA. DE PRONTO, POR LA PUERTA QUE DA AL CAMINO
ENTRA NICASIO CARDOSO. FUERTE. GRANDOTE. LLENO DE VIDA. CON UNA ALEGRÍA
CASI INOCENTE QUE LO CONECTA CON TODAS LAS COSAS DE LA VIDA. VIENE
TRAYENDO ENTRE LOS BRAZOS UNA PILA DE REQUECHOS DE MADERA. AL MISMO
TIEMPO QUE SALUDA LAS DEJA CAER SOBRE EL SUELO.
CARDOSO: ¡Buenas!
SUSANA SE VUELVE, NERVIOSA.
SUSANA: Podrías golpear alguna vez...
CARDOSO NUNCA REGISTRA EL TONO ASPERO DE SUSANA.
CARDOSO: ¿Con qué querés que golpee? Traía las manos ocupadas.
SUSANA MIRA LA PILA DE MADERA SIN INTERES.
SUSANA: ¿Más porquerías?
CARDOSO: ¿Qué porquería, che? Es madera para arreglar los bancos. La Gringa me dijo que no dan más.
SUSANA SIGUE EN LO SUYO AJENA A LA REQUISITORIA DE CARDOSO
SUSANA: Mamá está en el patio.
CARDOSO, CUANDO HABLA DE LA GRINGA, SE ENTERNECE.
CARDOSO: Sí...ya la oí... Pero no la voy a interrumpir. Es sagrado eso.
SUSANA NO LE CONTESTA, COMO SI CARDOSO NO ESTUVIERA.
CARDOSO, CANSADO, SE PASA EL PAÑUELO POR LA CARA.
CARDOSO: Va a llover... Viene cargado del este.
SUSANA: (RABIOSA) ¡Va a llover! ¿Por qué no la acabás con ese cuento? (ROTUNDA, ASQUEADA)
Acá no llueve más.
CARDOSO: ¡Qué no, che! Es una sequía... Al final, siempre llueve.
DA VUELTAS ANTE LA INDIFERENCIA DE SUSANA. ESPERA INQUIETO A LA GRINGA.
LUEGO BUSCA CONECTARSE CON SUSANA QUE NO LE DA ENTRADA. CUANDO SE
VUELVE PARA ACERCARSE A LA MESA, VE EL LIBRO EN EL SUELO. LO LEVANTA CON
TODO CARIÑO Y CUIDADO. CUANDO VA A DEJARLO SOBRE LA MESA VE LA PILA DE
LIBROS Y SE ILUMINA.

2
CARDOSO: ¡Los libros! ¡Por fin, carajo! ¡Qué contenta estará la Gringa!
SUSANA NERVIOSA. TODO SU TONO ES DISTINTO.
SUSANA: ¡Hay que tener coraje para llamarle libros a esto! (AMARGA) ¡Cuando no tienen donde
tirarlos los mandan aquí!
CARDOSO LOS SIGUE MIRANDO Y PASANDOLES LA MANO.
CARDOSO: Se pueden arreglar (DE PRONTO MIRANDOLA, ESPERANDO EL IMPACTO DEL
ANUNCIO)
CARDOSO: Se los llevo a la Rachela
SUSANA SE VUELVE Y LO MIRA EXTRAÑADA.
SUSANA: ¿Y qué se te dio por acordarte de la Rachela ahora?
CARDOSO: (ILUMINADO, FELIZ) Porque está aquí. Volvió del monte.
SUSANA LO SIGUE MIRANDO. HAY ALGO VIEJO EN ELLA QUE SE REVUELVE CUANDO SE
HABLA DE LA RACHELA. CARDOSO CUANDO EMPIEZA A HABLAR DE LA RACHELA SE
ENCHUFA PORQUE LA RACHELA LE GUSTA DE ALMA.
CARDOSO: ¿Te acordás cuando el padre se quedaba dormido de mamado y ella se quedaba a dormir acá?
(FELIZ, COMO TRAYENDOLA DESDE EL FONDO DE SI MISMO) Se ponía a llorar
como loca porque quería dormir con la Gringa.
SUSANA SE ENCRESPA. ES UN RECUERDO REPETIDO A LO LARGO DE SU VIDA POR TODOS
LOS HIJOS AJENOS QUE LE QUITARON A LA GRINGA.
SUSANA: ¡Y dormía! Siempre que lloraba, dormía.
EL TONO DE SUSANA LE DUELE A CARDOSO.
CARDOSO: (ENSOMBRECIDO) ¡Qué querés! Era como yo la pobre... Nunca supo nada de madre ni de
nada.
SUSANA: Por esote lo digo.
SUSANA: Como no sabía de madre ni de nada yo le prestaba la mía.
CARDOSO LA MIRA.
CARDOSO: A mí también me la prestaste.
SUSANA: Por lo menos vos no llorabas de noche.
CARDOSO: Teníamos siete años los tres. (NERVIOSO) Por fn, se murió ese borracho de mierda y el
doctor Arias se la trajo de sirvienta.
SUSANA: (FRIA, AJENA, SIN ENTUSIASMO) Mirá vos...
CARDOSO: Al final, tanto que quería la escuela... Estuvo dos meses no más. Recién empezábamos con
eso de... a... b... c. (SE QUEDA COMO ESPERANDO UNA RESPUESTA Y SIGUE
LLENANDOSE DE RECUERDOS).
CARDOSO: Cómo lloraba el día que se la llevó... Se le prendía a la pollera de la Gringa. (AHI SE
QUEDA COMO PERDIDO EN EL RECUERDO).DE PRONTO CAE EN LA CUENTA
DEL SILENCIO DE SUSANA. SE DA CUENTA QUE SE ARREGLA COMO SI FUERA
A SALIR.
CARDOSO: ¿Vas al pueblo?
SUSANA: Voy a dar una vuelta.
CARDOSO: (AFECTUOSO) Parece que va en serio la cosa.
SUSANA: (MOLESTA, ASPERA) ¿Qué cosa?
CARDOSO: ¡Nada, che! Digo, no más.
SUSANA NO DICE NADA. SE ASOMA POR LA VENTANA.
CARDOSO: Cómo tarda la Gringa.
SUSANA: Andará por ahí. Seguro que se fue hasta la curva de Cardoso.
CARDOSO SE ENSOMBRECE.
CARDOSO: ¿Sola? Pero si yo le dije veinte veces que me dijera a mí. Que si quiere ir, yo la llevo con la
camioneta del almacén.
SUSANA: ¿Todavía no la conocés?

3
CARDOSO SE QUEDA MIRANDO PARA AFUERA HACIA EL PATIO. SUSANA SE SIENTA
JUNTO A LA MESA ARRGLANDOSE LAS UÑAS. CARDOSO VIENE Y SE LE SIENTA
ENFRENTE Y MIENTRAS LA MIRA DAR VUELTA CON EL ESMALTE. CARDOSO
CONFIDENTE, HERMANO, COMO SI SUSANA TUVIERA QUE ENTENDER.
CARDOSO: Quiere venir.
SUSANA: (SIN MIRARLO) ¿Qué?
CARDOSO: Le agarró de nuevo la locura que tenía.
SUSANA:(NERVIOSA) ¡Cardoso, por favor! Me revienta cuando hablás la mitad para adentro. ¿Qué
venir y qué locura?
CARDOSO: La Rachela, che... Si estábamos hablando de ella.
SUSANA: No estábamos hablando de nada. (SE CONTIENE). ¿Y qué decías?
CARDOSO: La quieren mucho en lo del doctor. Es muy gauchita. Y anda más contenta. Te imaginás. Por
fin puede vivir en el pueblo.
SUSANA ASQUEADA, SIN HACER NADA POR DISIMULARLO.
SUSANA: ¡No me imagino! La gloria de vivir en este pueblo. Se sacó la grande.
CARDOSO: (ENSOMBRECIDO) Vos... porque no conocés el monte.
SUSANA: Pero conozco muy bien el pueblo. (SE REHACE) ¿Y qué decís que no te entendí?
CARDOSO: Eso...
CARDOSO: Lo que te dije. Lo que quería cuando se fue. Se ponía a llorar porque decía que cua-ndo
aprendiera a leer, capaz que los libros ya no tenían nada escrito.
SUSANA: Tenía siete años. Ahora tiene más de viente.
CARDOSO: ¿Y qué? Si se la llevaron a la rastra.
SUSANA: Se la llevó el padre ¿no? Tenía derecho. Peor hubiera sido que la tiraran.(SE CORTA)
CARDOSO: Como a mí...
SUSANA: (SE ARREPIENTE) No hablaba de vos. ¿No era que estábamos hablando de la Rachela?
Bueno... de ella estoy hablando. Y tenía un padre y tenía derecho.
CARDOSO: Derecho... Vos no podés defender a ese borracho.
SUSANA: Yo no defiendo a nadie. Pero estoy cansada de saber cómo son las cosas en esta inmundicia.
CARDOSO: Yo también... Pero que sean así no quiere decir
SUSANA (CANSADA, RABIOSA, QUERIENDO TERMINAR)
SUSANA: Así que quiere aprender (LO MIRA, LO CONVOCA AMARGA, AGRESIVA) ¿Y...para qué?
CARDOSO SE QUEDA MIRANDOLA COMO SI NO PUDIERA ENTENDER. SUSANA
DESAFIANTE
SUSANA: ¿No le preguntaste?
CARDOSO (INOCENTE, BUENO, CAE EN EL JUEGO DE SUSANA SIN DARSE CUENTA)
CARDOSO: No. No le pregunté. Siempre que habla de eso se pone a llorar.
SUSANA SIN PODER CONTENERSE.
SUSANA: ¡Claro! Y vos le querés secar las lágrimas conmigo.
CARDOSO REACCIONA HERIDO Y SE DEFIENDE
CARDOSO: Yo no quiero nada. Te conté no más. ¿Qué te pedí yo?
SUSANA: Vamos, Cardoso. Que somos pocos y nos conocemos mucho. Vos, lo que querés desde que
llegaste es pedirme que (AMARGA SONRIE) después de diez horas de clase a la noche le
enseñe a leer y escribir a la Rachela. ¡Claro! Como la Rachela llora. Y no hay que dejarla
llorar.
RECIEN ENTONCES CARDOSO CAE EN LA CUENTA DE ALGO QUE PARECE NO ANDAR
BIEN EN SUSANA. SUSANA YA NO SE CALLA.
SUSANA: Yo, si fuera vos, le aconsejaba que siguiera soñando. Nunca está de más tener un sueño a
mano.
CARDOSO: No sé para qué.
SUSANA: Para lo mismo que te sirven los Reyes o los cuentos de hadas. Por ahí, la Rachela sigue
soñando que si supiera leer y escribir, daría vuelta el mundo patas para arriba. Y chau monte

4
y sirvienta y miseria. (AMARGA, TEMBLANDO) Como nosotros dos. Los dos sabemos leer
y escribir. Y vos estás durmiendo en la trastienda del almacén. Y yo (SE MUERDE). Por lo
menos, la Rachela, cuando no la ven los patrones, se puede sentar en un sillón.
CARDOSO MIRANDOLA DESPACIO, TRISTE.
CARDOSO: Vos andás con algo mal ¿no?
SUSANA: (ARRIBA, FINGIENDO) ¿Yo? ¡Para nada! Ando con todo muy bien. Y andaría mucho mejor
si no me estuvieras hablando de alguien que llora por aprender a leer y escribir en este
infierno.
TIEMBLA COMO SI MUCHAS COSAS DE ELLA MAS PROFUNDAS SE REVOLVIERAN.
CARDOSO QUE CUANDO TIENE QUE DEFENDERSE DE ALGO SE ESCUDA EN LA GRINGA.
CARDOSO: La gringa siempre dice
SUSANA: Hablá con la Gringa entonces...
CARDOSO: (SE REFIRMA) La Gringa siempre dice que no hay que mirar así.
SUSANA: ¡No! No hay que mirar así. Hay que mirar con los ojos de vidrio que tenés vos ó con el
fanatismo que tiene ella.
CARDOSO: La Gringa no es así. Es una maestra.
SUSANA: Yo también. Soy la que enseña a leer y escribir. Suerte que nunca nadie me preguntó para qué.
CARDOSO: Yo sé para qué. Para salir del monte.
SUSANA SE VUELVE FURIOSA.
SUSANA: Sí... Y llegar hasta...
EN ESE MOMENTO LA VOZ DE LA GRINGA QUE VIENE CANTURREANDO "AURORA".
SUSANA SE CALLA EN FORMA FULMINANTE Y SIGUE CON SUS COSAS. CARDOSO SE
PARA FELIZ PARA RECIBIRLA. CARDOSO SE ENDULZA, SE ENTERNECE. SUSANA SE
ENDURECE. SE ENQUISTA. ENTRA LA GRINGA. TRAE EN EL BRAZO LA BANDERA
PROLIJAMENTE DOBLADA. ES UNA BANDERA DESCOLORIDA Y DESHILACHADA PERO
PARA ELLA ES "LA" BANDERA. CUANDO ENTRE VE LA MADERA. SE ILUMINA. LA GRINGA
ES VITAL, FUERTE, PARECE INCAPAZ DE DETENERSE NI DE DOBLARSE. HABLA EN VOZ
ALTA. VISTE DELANTAL DESPRENDIDO. Y USA VIEJOS ZAPATOS BAJOS CON LOS QUE
TRAJINA TODO EL DIA SIN PARAR. LA GRINGA MIENTRAS DEJA LA BANDERA SOBRE EL
APARADOR.
LA GRINGA: La conseguiste, Cardosito! (SE VUELVE MAS SERIA) ¿Cuánto te salió?
CARDOSO: Nada, Gringa... es un regalo.
LA GRINGA: (EN MAESTRA) Miráme.
CARDOSO LA MIRA.
LA GRINGA: No... mejor no me mirés. Igual no tengo con qué pagarte.
CARDOSO: En serio, Gringa, ¿sabe quién me la regaló? ¡Villegas!
SUSANA Y LA GRINGA TIENEN LA MISMA REACCION. SUSANA SE RIE AMARGA Y LA
GRINGA TAMBIEN.
LA GRINGA: (RIE) ¿¡No?! Yo creí que lo único que me iba a regalar sería la madera para el cajón.
SUSANA: No te la regaló a vos. No te confundas. Se lo regaló a la escuela. Seguro que el domingo lo
dicen en misa.
LA GRINGA: (ES UNA VIEJA DISCUSION QUE TIENE CON SU HIJA) Yo siempre pedí para la
escuela. 25 años pidiéndole. Nos hicimos viejos los dos. Yo, pidiendo; y él diciendo...
SUSANA: (CORTANDOLA) Comunista. Eso fue lo que te dijo. Y vos no escarmentás... Como si no
supieras cómo es la milonga.
CARDOSO: ¿Qué comunista?
SUSANA: (SECA, ASPERA. EN EL FONDO LE DUELE POR SU MADRE.) El señor Villegas se
presentó al intendente para decirle que la directora de la escuela era comunista.
LA GRINGA SE RIE.
SUSANA: Eso es todo lo que ganó en 20 años de mendigar y pelear.
LA GRINGA: El señor Villegas...
CARDOSO: Regaló todos los bancos de la iglesia.

5
LA GRINGA: Ah... eso desde ya... Villegas es un gran defensor del mundo occidental y cristiano. Lástima
que cree que ese mundo es un banquete al que lo invitaron a él sólo.
EN ESE MOMENTO SUENA UNA BOCINA DE UN COCHE Y SUSANA, RAPIDA, DESDE LA
VENTANA, HACE UNA SEÑA Y TOMA UN BOLSO PARA IRSE. LA GRINGA QUE OBSERVA
TODA LA MANIOBRA.
LA GRINGA: ¿Y por qué no baja ese señor? ¿No le dijiste que aquí no hay perro?
SUSANA: No hay perros pero tampoco hay un lugar para recibir a nadie. (SE VUELVE) Chau.
LA GRINGA: Es Romero, ¿no?, el viajante.
SUSANA: (ASPERA, ENFRENTANDOLA) Sí... ¿por?
LA GRINGA: Por nada... Tengo entendido que es casado ese señor.
SUSANA SE VUELVE FURIOSA HACIA CARDOSO. SEGURA QUE FUE EL, EL QUE TRAJO EL
CHISME.
SUSANA: Sos rápido, ¿eh?
CARDOSO: No... Pará... ¿Qué decís? Si yo le dije a la Gringa que era mentira.. que era separado.
SUSANA: Vos, lo que tendrías que aprender es a no meterte donde no debés.
LA GRINGA: Y vos. Ya tendrías que saber que a los viajantes los separa el viento cuando llegan acá.
SUSANA: Después de todo, es cosa mía.
LA GRINGA: Y por ahí, también es cosa mía.
SUSANA: Ya tengo más de 20 años... (SE VUELVE LISTA PARA SALIR)
CARDOSO LE VA A PASAR Y YA CUANDO SALE.
CARDOSO: Espera, Susana.
SUSANA: Ya te escuché bastante...
SALE RAPIDA SIN VOLVERSE. CARDOSO SE QUEDA MIRANDOLA DOLORIDO.
LA GRINGA: Dejála, Cardosito. Siempre hay que tener a alguien a quien echarle la culpa.
CARDOSO SE QUEDA MIRANDO PARA AFUERA. LA GRINGA SE VA ACERCANDO AL
LUGAR DONDE PONEN EL AGUA PARA TOMAR MATE. CARDOSO SIENTE EL PESO DEL
SILENCIO Y LO ROMPE RAPIDO.
CARDOSO: ¿Vió que es buena madera, Gringa? Va a ver cómo dejo los bancos. Ni usted los va a
reconocer.
LA GRINGA NO DICE NADA. SIGUE EN LO SUYO.
LA GRINGA: Ya sé... Cardosito... ya sé.
EL TONO DE LA GRINGA LE DUELE PORQUE ES HONDO Y LEJOS DEL TONO DE SIEMPRE.
CARDOSO: Dejelá, Gringa. Susana ya es grande. Sabe de sobra lo que hace.
LA GRINGA SIGUE MIRANDO LA PAVA.
CARDOSO: Se enamoró. Usted sabe de sobra cómo son esas cosas.
LA GRINGA: Sabía. Ya me olvidé.
CARDOSO SE LE ACERCA.
CARDOSO: ¡Qué se va a olvidar! Usted no se olvida nunca de nada.
CARDOSO SE PONE JUNTO A LA COCINA.
CARDOSO: Deje, Gringa,... yo cebo.
LA GRINGA: ¿No tenés que volver al almacén?
CARDOSO: No... Ya terminé el reparto y entregué la caja. (SONRIE ORGULLOSO) Ando fenómeno
con el viejo Villegas. Ya anda diciendo que soy el brazo derecho.
LA GRINGA: Ya se podría decidir a hacer justicia y nombrarte encargado.
CARDOSO: Y... quién le dice. Un día de estos... caigo a los gritos.
LA GRINGA MIRA LARGAMENTE LOS LIBROS. LUEGO SE DEJA CAER JUNTO A LA MESA Y
SE CALA LOS ANTEOJOS.
LA GRINGA: (A CARDOSO MIENTRA TODA Y ACOMODA LOS LIBROS DESHECHOS) ¡Quién te
ha visto y quién te ve! Ese día no saludás más.

6
CARDOSO SE RIE. ES UN JUEGO FRATERNAL ENTRE LOS DOS. LA GRINGA TOCA Y
ACOMODA Y SEPARA CUADERNILLOS DESARMADOS.
LA GRINGA: (DE PRONTO SE EMPIEZA A REIR) ¡Comunista! Me gustaría traerlo a Villegas acá... a
ver cómo se las arregla para seguir siendo conservador.
CARDOSO SE RIE MIRANDOLA LLENO DE TERNURA MIENTRAS TRAJINA CON EL MATE.
CARDOSO: Deje, Gringa... yo me los llevo y se los traigo nuevos.
LA GRINGA: (SE RIE) ¿Así que ahora también sabés coser? Porque esto, m'hijito... es aguja, hilo y a
coser por dónde se pueda.
CARDOSO SENTADO FRENTE A ELLA MIRANDOLA.
CARDOSO: Se lo llevo a la Rachela.
LA GRINGA ALZA LA VISTA ENDURECIDA.
LA GRINGA: ¿La Rachela? ¿Y cuándo fuiste al monte vos?
CARDOSO: No... ¡Qué monte! Yo le juré que al monte no iba a entrar nunca. No. La Rachela está en el
pueblo. Se la trajo el doctor Arias de sirvienta.
LA GRINGA COMO SI ALGO LA TOCARA MUY ADENTRO.
LA GRINGA: La Rachela... mi negrita. (ENFERMA DE RABIA) Ese animal de hombre que se la llevó a
los golpes.
CARDOSO ENCANTADO PORQUE LA GRINGA Y EL SIENTEN LAS COSAS DE LA MISMA
FORMA.
CARDOSO: ¿Vió? Usted no se olvida de nada.
LA GRINGA: Tendría que estar muerta para olvidarme de la Rachela. (LO MIRA ANSIOSO) Y cómo
está... ¿Cómo es?
CARDOSO QUE ENTRA EN LO QUE LE GUSTA DE ALMA.
CARDOSO: Y... está alta. Linda. (ENTRE CADA PALABRA HAY ALGO COMO SI LA ESTUVIERA
DIBUJANDO ADENTRO DE ELLA) ¿Vió esa vocecita que tenía? Medio pájaro para
hablar.
LA GRINGA NO NECESITA MAS PARA DARSE CUENTA DE TODO LO QUE PASA POR EL
ALMA DE CARDOSO.
LA GRINGA: Mirá vos. Así que... "medio pájaro para hablar". ¿Y dónde la escuchás tanto?
CARDOSO QUE EMPIEZA A EMBARULLARSE.
CARDOSO: En el almacén. ¿No le digo que está de sirvienta del doctor Arias? Viene siempre.
LA GRINGA: Yo también voy al almacén, y cuando pregunto por vos, el viejo Villegas siempre me dice:
"no gringa... Cardoso ya está para otra cosa".
CARDOSO: ¡Qué se yo! Será la casualidad.
LA GRINGA: Sí. La misma casualidad que hace que ese hombre Romero, pase cien veces echando tierra
por la escuela. ( SE QUEDA. HAY ALGO QUE LA PUEDE). ¡Ah... esta hija mía! todo era
poco... todo era poco. ¡Y mirá lo que terminó siendo mucho! Ese pajarraco que andá a saber
de donde viene.
CARDOSO NO QUIERE SEGUIR HABLANDO DE ESO. LA GRINGA SIGUE HABLANDO COMO
SI HABLARA SOLA.
LA GRINGA: Pobre hija... mirá en lo único que fue a salir a mí. En elegir mal.
CARDOSO QUE NO SABE COMO SACARLA DE AHÍ, SE LEVANTA CON EL MATE EN LA
MANO, SE ASOMA POR LA VENTANA.
CARDOSO: Viene nublado del este. Seguro que va a llover.
LA GRINGA: Tenés razón... mejor hablamos del tiempo.
CARDOSO: En serio... mire.
LA GRINGA: No perdiste la costumbre. De chiquito nomás, cuando no querías desembuchar. (LO
IMITA). Gringa... ¿vió que nublado viene del este? ( SE ENTERNECE ) Lo que se habrá
reído el Inspector Ruiz.
CARDOSO: ( SE ENTERNECE CON EL RECUERDO) . Cierto... cuánto hace que no viene. Ya estará
por caer.

7
LA GRINGA: No va a tardar. ( SE RÍE RECORDANDO. LE GUSTA ). Capaz que hace el milagro de
traer el agua. ¡ Pobre Inspector! hubo un tiempo, vos eras chiquito todavía, siempre que
llegaba el Inspector, llovía. Ya casi le andaban prendiendo velas.
CARDOSO: Qué buen hombre es el viejo. Yo, para mí, siempre le digo viejo. Que se yo... porque es
como un...
LA GRINGA: Tiene debilidad con vos.
CARDOSO: Yo siempre me acuerdo del día que terminamos sexto la Susana y yo. Qué fiesta ese día ¿ Eh,
Gringa?, hasta bailaron los dos como dos... (SE CORTA. SE QUEDA, SE AVERGUENZA
DE LO QUE IBA A DECIR). Estaba ese hombre...¿cómo era que se llamaba?
LA GRIGA: Villafañe. Tocaba lindo esos valsesitos. (SIN DARSE CUENTA EMPIEZA A TARAREAR)
CARDOSO LA MIRA FELIZ
CARDOSO: Usted tenía un vestido verde. (SE QUEDA, PARECE PERDERSE) ¿Qué habrá sido del
guitarrero?
LA GRINGA: (HONDA. DOLIDA) Y... tanto le dijeron Gardel, que al final...agarró el camino.
CARDOSO: (VUELVE SOBRE EL MISMO) Ruiz no parece un Inspector. Para mi, es como si fuera.
LA GRINGA DE PRONTO MIRANDOLO
LA GRINGA: ¿Y de cuántas cosas vamos a hablar sin hablar de la Rachela?
CARDOSO: (DE PRONTO AVERGONZADO) No... no es que no quiera hablar, Gringa. (SINCERO.
HONDO, NO PUEDE MENTIRLE A LA GRINGA). Es que usted agarró para un lado que
no sé.
LA GRINGA: No sabés... ¿Y qué te parece si nos enteramos juntos?
CARDOSO SE QUE DA CON LA CABEZA BAJA. SE ENCOJE DE HOMBROS. NO DICE NADA.
LA GRINGA: (MAESTRA. MADRE) No juegues con la Rachela, Cardosito, la pobre sufrió mucho
ya.No vaya a ser que salga del monte para encontrarse con el lobo.
CARDOSO LA MIRA DOLIDO, COMO SI NO MERECIERA LO QUE LA GRINGA PIENSA.
CARDOSO: (AVERGONZADO). ¿Qué lobo? ¿A mí me dice eso, gringa? ¿No me conoce todavía?.
LA GRINGA: No sé, Cardoso... no sé. En esas cosas, nunca se conoce a nadie. Ni a vos...ni a mi hija. (SE
HUNDE). A nadie.
CARDOSO: (DOLIDO) ¿En serio piensa eso de mi?
LA GRINGA: En eso, no sirve de nada pensar.
CARDOSO: De eso soy hijo yo. Del no pensar. Por eso terminé siendo un bulto en la curva del Cardoso.
LA GRINGA: Bah...bah...bah. Cebá mate que se enfría el agua, se enfría el mate.
CARDOSO SE PARA Y VA HACIA LA PAVA Y CEBA. LUEGO VUELVE.
CARDOSO: La Rachela no hace más que preguntar por usted.
LA GRINGA: Y eso que no pude hacer nada por ella. ¡Pobre hija!.
CARDOSO: Le agarró la locura otra vez. Cuando hablamos de usted, ya se pone a llorar y a acordarse de
las ganas que tenía de aprender.
LA GRINGA: ¿Y me querés decir por qué no la trajiste?
CARDOSO: Y, no. ¿Para qué? Si ella de día no puede....así que...
LA GRINGA: ¿Y para qué está la noche? ¿O acaso los maestros nos morimos de noche?
CARDOSO, QUE LAS GANAS LO PUEDEN, PERO QUE NO QUIERE CARGAR A LA GRINGA
CON NADA MÁS.
CARDOSO: No...pero...
LA GRINGA: ¿Pero qué? Esa muchacha está queriendo aprender y yo estoy aquí para enseñar.
(NERVIOSA) Qué noche ni qué. Ahora decime que estoy vieja para trasnochar, así la
completás.
CARDOSO: ¡Qué vieja! No, lo que pasa es que...
LA GRINGA: Esta noche misma la traes. Las ganas que tengo de verla (LO MIRA PÍCARA). De paso,
veo si es cierto, eso de: "Medio pájaro para hablar".
CARDOSO: (FELIZ. TODO LO DE LA GRINGA SE VUELVE TERNURA PARA EL). Uh...ahora me
va a tener loco con eso.

8
SE OYE UN COCHE DETENERSE EN EL CAMINO. CARDOSO SE PARA.
CARDOSO: Es el coche del turco. Capáz que es el Inspector Ruiz.
LA GRINGA: (FELIZ). Entonces, seguro que llueve.
CARDOSO MIRA POR LA VENTANA Y TRATA DE VER QUIEN ES.
CARDOSO: No...no es Ruiz, es una mujer.
LA GRINGA: Andará perdida.
CARDOSO: No...viene derecho para acá, y el coche del turco se va.
LA GRINGA ESPERA MAS NOTICIAS DE CARDOSO.
CARDOSO: No la vi nunca. No es de aquí.
LA GRINGA SE PARA. SE ENDEREZA Y DA UN PASO HACIA LA PUERTA. EN LA PUERTA LA
INSPECTORA JUAREZ. ES UNA MUJER CUYA EDAD NO IMPORTA TANTO. ES UNA MUJER
IMPONENTE POR LA ACTITUD Y NO POR SU FIGURA. VIENE ENVUELTA CONTRA EL
VIENTO CON TODOS L0S ELEMENTOS QUE USA UNA MUJER NO ACOSTUMBRADA A
CONVIVIR CON EL. UN PAñUELO ENVOLVIENDO SU CABEZA SIN GRACIA. ANTEOJOS
ENORMES. DE PIE EN LA PUERTA, CON SU ROPA CORRECTA Y SOBRIA DE DOCENTE,
PARECE LA IMAGEN DE OTRO MUNDO. LEVEMENTE Y ELEGANTEMENTE SE SACUDE EL
POLVO QUE LA IMPREGNA. TODO EN ELLA ES MEDIDO. RIGUROSO. SIN GESTOS. UNA VOZ
SIN MATICES PERO QUE NO TIENE POR QUE SER DESAGRADABLE. EN TODO CASO, LO
QUE PUEDE SONAR DESAGRADABLE, ES LA ACTITUD DE VISITA PROFESIONAL QUE
TIENE EN CADA GESTO.
INSPECTORA JUAREZ: Buenas tardes...la directora Farías por favor.
LA GRINGA: (COMO SI EL NOMBRE LE SONARA DESDE MUY LEJOS Y LE COSTARA
HACERSE CARGO QUE ES ELLA). Yo...soy yo...buenas tardes.
CARDOSO SE HA QUEDADO PARADO JUNTO A LA VENTANA Y NO DICE NADA, COMO SI
FUERA DE PIEDRA.
INSPECTORA: Soy la Inspctora Juárez.
LA GRINGA: (TODO LO HACE COMO SI HICIERA UNA COSA PERO ESTUVIERA PENSANDO
OTRA. LE CUESTA HACERSE CARGO DE ESA PRESENCIA, COMO SI LA
IMPACTARA MUY ADENTRO Y LA COHIBIERA). Ah...si. (SE ADELANTA. LE
EXTIENDE LA MANO). Yo soy la...la directora Farías. (SE QUEDA, LUEGO
REACCIONA). Pase...por favor.
CARDOSO APROVECHA QUE LA INSPECTORA SE SIGUE DESPOJANDO DE LAS COSAS
(PAÑUELO, ANTEOJOS DE SOL, Y SE ACICALA UN POCO DE PELO Y SIEMPRE SE SACUDE
CON CIERTO RECHAZO DEL POLVO).
CARDOSO: Yo me voy (SE MUERDE) directora.
LA GRINGA LO MIRA.
LA GRINGA: Ah...si...Cardoso (ALGO SE REMUEVE EN ELLA COMO UNA REAFIRMACION)
traela...esta noche.
LA INSPECTORA SE VA ACERCANDO A LA MESA CON SU PORTAFOLIOS.
CARDOSO: Si...buenas tardes.
LA INSPECTORA LE MUSITA EL SALUDO. LA GRINGA SE QUEDA MIRANDOLO IRSE COMO
SI LE COSTARA VOLVERSE Y ENFRENTAR A ESA MUJER. LA GRINGA SE VUELVE. LA
MIRA DE PIE MIRANDO LA MESA. SE ACERCA RAPIDA Y CORRE TODO HACIENDOLE
LUGAR. AHI ESTABA EL MATE Y TAMBIEN LOS LIBROS. LA INSPECTORA ESPERA QUE LA
GRINGA LE ORDENE LA MESA CON EL PORTAFOLIOS EN LA MANO. LA GRINGA LE
ACERCA UNA SILLA.
INSPECTORA: (FRIA, SECA, DISTANTE) Gracias.
SE SIENTA E INMEDIATAMENTE EMPIEZA A CUMPLIR SU LABOR EN SILENCIO. SACA LAS
COSAS QUE NECESITA.
INSPECTORA: No tengo mucho tiempo. El coche pasa a buscarsme dentro de una hora. Si puede darme
el registro y la carpeta de la documentación de alumnos...
LA GRINGA SE QUEDA UN SEGUNDO, SIGUE EN ESE ESTADO DE PARALIZACION PORQUE
LA CABEZA LE CAMINA RAPIDAMENTE Y SE HACE CIEN CONJETURAS Y GUARDA UN
SILENCIO CASI ANHELANTE. LENTAMENTE REACCIONA Y VA HACIA EL MUEBLE-
APARADOR DONDE UNO DE SUS ESTANTES TIENE LA DOCUMENTACION DEL COLEGIO.

9
LOS SACA. TRATA DE DEJARLOS EN CONDICIONES. LUEGO SE ACERCA Y LOS DEPOSITA
DELANTE DE LA INSPECTORA MIRANDOLA TODO EL TIEMPO.
INSPECTORA: Gracias...
LUEGO SE SEPULTA ENTRE LOS PAPELES EN UN SILENCIO QUE LA DEJA A LA GRINGA
COMO PARADA FUERA DEL TIEMPO. LA GRINGA LUEGO DE QUEDARSE PARADA
MIRANDOLA DECIDE HACER ALGO. VA HACIA LA COCINITA Y PONE CAFE A CALENTAR.
LUEGO DEL MUEBLE SACA LA MEJOR TACITA Y UNA AZUCARERA. MEDIO LE TIEMBLAN
LAS MANOS. TODO LO LIMPIA. LO REPASA PARA QUITARLE LA TIERRA. PONE LA TACITA
Y LA AZUCARERA CERCA DE LA INSPECTORA. LA INSPECTORA COMO SI NO PASARA
NADA FUERA DE LO QUE ESTA MIRANDO. LUEGO LA GRINGA VA HACIA LA COCINITA Y
VIENE CON LA CAFETERA Y SIRVE EL CAFE. LO DEJA AHI. LA INSPECTORA NI LO VE. LA
GRINGA ESPERA, LUEGO SE RESUELVE.
LA GRINGA: El café...se va a enfriar.
LA INSPECTORA APENAS ALZA LA VISTA.
INSPECTORA: A si... (MECANICAMENTE Y SIEMPRE MIRANDO LOS PAPELES, LO TOMA. LA
GRINGA AHI A UN PASO DE ELLA COMO ESPERANDO. LA INSPECTORA SIN
LEVANTAR LA VISTA) después quiero visitar las instalaciones.
LA GRINGA: (QUE YA CASI NO ENTIENDE ESE LENGUAJE, SIN DARSE CUENTA) ¿Cuáles?
LA INPECTORA ALZA LA VISTA. LA MIRA SIEMPRE SUAVEMENTE PERO FRIAMENTE.
INSPECTORA: Las que me interesan. Aulas, patio, sanitarios.
LA GRINGA QUE SE QUEDA MIRANDOLA, CASI ASOMBRADA DE LA FRASE TAN TECNICA
Y TAN AJENA A LA REALIDAD. SE ENDEREZA. SE ALEJA. BUSCA UN LUGAR Y DESDE AHI
LA MIRA MIENTRAS TAMBIEN MIRA EL PATIO.
INSPECTORA: (DE PRONTO) Si tiene algo que hacer...
LA GRINGA: No...no tengo nada que hacer.
LA INSPECTORA ESTA HACIENDO ALGO ASI COMO EL CHEQUEO DEL REGISTRO CON LA
DOCUMENTACIÓN QUE LE HA ALCANZADO LA GRINGA.
INSPECTORA: (DE PRONTO) Aquí
LA GRINGA SE VUELVE COMO ELECTRIZADA. LA INSPECTORA LA MIRA.
INSPECTORA: Aquí falta la documentación de un alumno. ¿O usted tiene otro archivo?
GRINGA: (QUE SABE DE LO QUE HABLA PERO HACE LO QUE PUEDE) No... es ése no más.
INSPECTORA: Entonces, falta la documentación de un tal Cosme Cardoso (ALZA LA VISTA Y LA
MIRA)
LA GRINGA YA NO TIENE OTRA SALIDA. ESTA FRENTE A ALGO QUE TIENE QUE
AFRONTAR, SIN ESCAPATORIA.
INSPECTORA: Ése es el apellido ¿no?
GRINGA: No sé... no sé.
LA INSPECTORA SE QUEDA MIRANDOLA LARGAMENTE.
INSPECTORA: ¿Qué quiere decir "no sé"?
GRINGA: Eso que no sé (SE REHACE. SE ENTREGA) Mejor dicho sí... sé.
INSPECTORA: Bueno... haber si puede explicarme.
LA GRINGA, COMO SACANDO FUERZAS DE ELLA MISMA EMPIEZA A HILVANAR UNA
HISTORIA DONDE LA VERDAD Y LA MENTIRA SE MEZCLAN POR PARTES IGUALES.
GRINGA: Todos le dicen "Cardoso", y es cierto... Porque, casi, ... es Cardoso. Ahí lo dejaron y ahí quedó.
(EMPIEZA A MENTIR) La Gallega es muy buena (SE CORTA) Perdone, Inspectora. Todo
el mundo le dice "La Gallega" y me acostumbré.
LA INSPECTORA QUE SE METE EN SU ROL, TOTALMENTE AJENA A ESA MUJER Y A SUS
EXPLICACIONES.
INSPECTORA: (CON UNA SONRISA FRIA COMO UN ESTILETE) No son esas las cosas a las que un
maestro debe acostumbrarse.
GRINGA: Sí... debe ser así.
INSPECTORA: (COMPLETAMENTE DUEÑA DE LA SITUACIÓN) Sigamos, entonces. Según
entendí, ese chico fue criado o adoptado... ¿no es así?

10
GRINGA: No. Lo tienen. Acá... eso es lo que se hace.
INSPECTORA: (FRIA, AJENA) Muy bien. Lo tienen. Pero ese chico nació. En alguna parte tiene que
estar registrado su nacimiento.
LA GRINGA LA MIRA TRISTEMENTE.
LA GRINGA: (LE CUESTA TODAVIA PERO NO TARDA MUCHO EN EMPEZAR A
RECOBRARLA SERENIDAD DE QUIEN CUENTA LA HISTORIA QUE VIVE TODOS
LOS DIAS) Es que... son hijos del monte, Inspectora. Se juntan, se emborrachan y después...
se olvidan. Hay un baile cada mucho tiempo. Y bueno. Después del baile, si queda algo... ahí
queda.
LA INSPECTORA SIENTE UN RECHAZO CASI INSTINTIVO.
INSPECTORA: Dejemos de lado toda esa historia. Usted acaba de decirme que esa... señora... Esa gente
(MIRA EL REGISTRO) los Cardoso creo... lo tienen. Si esos señores lo tienen, tienen la
obligación de regularizar su situación (NERVIOSA, YA SIN PODER CONTENERSE
ANTE ESA MUJER QUE LE CRISPA LOS NERVIOS CON SU ACTITUD). Todo ser
nacido debe ser registrado. Me siento ridícula teniendo que explicarle una obviedad
semejante.
LA GRINGA MIENTE PERO MIENTE MAL.
GRINGA: Yo se los dije una vez pero ellos... ellos no quieren. No quieren saber nada de papeles. Los
papeles ya son otra cosa.
INSPECTORA: (CONTIENE UNA RISA CASI DE PERPLEJIDAD) Pero...¿cómo puede decir
semejante cosa? Los papeles no son otra cosa. Son la única cosa (SE CORTA NERVIOSA).
¿Cómo es posible que una docente diga que los papeles son otra cosa?
GRINGA: (YA MAS CRECIDA. SE VA ENDURECIENDO LA VOZ) Yo no digo nada.
INSPECTORA: Me lo acaba de decir. Como si no supiera que sin papeles, ese chico no existe y que la
escuela no puede recibir a un chico en esas condiciones (NERVIOSA) ¿O usted no conoce
cuáles son las condiciones?
LA GRINGA QUE YA VA RETEMPLANDO LA VOZ. ALGO EN ELLA CRECE CON FUERZA Y
YA NO LO PARARA NADIE.
GRINGA: Viene limpio... con un cuaderno y un lápiz. Quiere aprender. Ésas son las condiciones.
INSPECTORA: (SEVERA, CRITICA, FRIA) Ésas no son las condiciones y usted debe saberlo mejor que
yo. (YA NO SE DETIENE. SE ENERVA) Aquí, en este registro, figura un tal Cosme
Cardosoal que nadie podrá extenderle un certificado de primaria cursada y completa porque
no existe.
ES UN INCRESCENDO SECO Y DOCTRINARIO. ES SU ROL... SU MISION. LA GRINGA LO
RECIBE SOBRE TODO EL CUERPO Y DE PRONTO SE VUELVE Y LA MIRA
GRINGA: ¿Por qué no viene más el Inspector Ruiz?
LA INSPECTORA SE DESCOLOCA ANTE LA PREGUNTA. LA GRINGA LA SACA DE QUICIO
PORQUE ES UNA DOCENTE COMO ELLA Y PARECIERA QUE HABLAN IDIOMAS DISTINTOS.
LA INSPECTORA SE PARAPETA DETRAS DE SU ACTITUD Y LE DEVUELVE EL GOLPE.
INSPECTORA: ¿Por qué? ¿Usted contaba con él para sus manejos?
LA GRINGA ELECTRIZADA PERO CONTENIENDOSE AUN.
GRINGA: ¿Manejos?
CADA PALABRA DE LAS QUE LA INSPECTORA USA PARA CALIFICARLA ES COMO UNA
VISION CRITICA DE TODA SU VIDA Y PARECIERA QUE TIENE QUE METABOLIZARLAS
CUANDO LAS ESCUCHA.
GRINGA: (SE SERENA. SE ACOSTUMBRA. NO LAS DISCUTE) No... (SE AHONDA) Me acordé
porque... (POR TANTAS COSAS QUE NO VA A DECIR) porque siempre venía él.
veinticinco años. Todos los años. (LA MIRA SERENA. TODAVIA SE LE CRUZA ALGO
QUE LA INQUIETA) ¿Está enfermo?
LA INSPECTORA TOMA OTRA VEZ DISTANCIA
INSPECTORA: No. Fue reemplazado por incompetencia.
GRINGA: (COMO SI LA GOLPEARAN) ¿Incompetencia? ¿El Inspector Ruiz... incompetencia?
Veinticinco años peleando contra el viento, escuela por escuela (SE CORTA. LA MIRA
HONDAMENTE) Lo echaron. ¿Eso quiere decir?
INSPECTORA: No, precisamente. Ya no es Inspector activo. Fue trasladado al archivo.

11
LA GRINGA SIGUE APRENDIENDO PALABRAS QUE YA OLVIDO Y QUE EN EL FONDO
RECHAZA POR LA PROPIA REALIDAD DENTRO DE LA QUE VIVE.
GRINGA: (EN EL FONDO HAY ALGO ASI COMO UNA BURLA AMARGA) Archivo... qué cosa
¿No? No me puedo imaginar siquiera qué es un archivo.
INSPECTORA:(EN EL MISMO TONO) Usted se está burlando.
GRINGA: (QUERIENDO INTERRUMPIR) No, no.
INSPECTORA: (SIN OIRLA. SOBRE LA RESPUESTA DE LA GRINGA QUE NO OYE SIQUIERA)
Sí... pero de todas maneras le voy a explicar qué es un archivo y para qué sirve. Es el lugar
donde se guarda celosamente la historia de la escuela y toda su población.
GRINGA: En papeles.
INSPECTORA: (ROTUNDA) En papeles.
GRINGA: (DE PRONTO, COMO SI ALGO LA PERTURBARA) ¡Pobre Inspector Ruiz! Con lo que le
gustaba mirar y oir a los chicos. Recorría escuela por escuela...
INSPECTORA: (FRIAMENTE. SIN CONCESIONES) Yo vengo de recorrer escuela por escuela y de
mirar y oir todo lo que tengo que mirar y oir. Ésa es mi obligación y también era la del
Inspector Ruiz. Aquí no importa demasiado el gusto personal. Éstas son misiones.
GRINGA: Yo no quise comparar. No pensaba en Usted.
INSPECTORA: Yo creo que sé muy bien lo que Usted quiere decir. Cuando habla del Inspector Ruiz,
Usted está hablando de un hombre... de... (REMARCANDO) "su amigo".
GRINGA: (SIENTE ALGO QUE NO LE GUSTA) Ahora soy yo la que no entiendo bien (ROTUNDA)
¿Qué quiere decir..."su amigo"?
INSPECTORA: Exactamente lo que dije. Tan simple como eso. Quiero creer que, en tantos años, Usted
mantenía con el Inspector una relación que pasaba por el afecto y no por una cuestión
estrictamente profesional.
GRINGA: Si se refiere a eso, sí... tiene razón. Era mi amigo. ¡Ya nos reíamos juntos de muchas cosas! Y
alguna vez hasta bailó y cantó en ese patio de tierra, cuando algún hijo del monte aprendía a
leer y escribir y se iba derecho para el pueblo.
INSPECTORA: Yo también bailaría y cantaría en un patio tierra festejando que un chico dejara de ser
analfabeto (HERIDA. OFENDIDA) ¿Usted supone que llevo veinte años de docencia porque
no me importa que un chico aprenda a leer y escribir? ¿Eso cree, señorita?
GRINGA:(CALIENTE, SIN LIMITES) ¡Señora! ¡Señora! Usted cree mucho en los papeles. Entonces, yo
soy señora.
LA INSPECTORA LA MIRA HONDAMENTE. ESA MUJER SE LE ESCAPA Y LA DOBLEGA
PORQUE SIEMPRE LE REVIERTE EL DIALOGO. LA GRINGA SE QUEDA MIRANDOLA. LUEGO
IRA DICIENDO CADA PALABRA COMO SI FUERA UN DESAFIO, UNA NECESIDAD.
GRINGA: Viuda. (SE QUEDA) No... es mentira (SE QUEDA) Separada. (LUEGO SE QUEDA
MIRANDOLA) Abandonada. Para qué mentir. A una Inspctora no se le puede mentir. (SE
VA QUEDANDO COMO SI TOCARA COSAS DE ELLA QUE LE IMPORTAN MUCHO
QUE NECESITA DECIRLAS) Sï...Así como lo oye. Abandonada como cualquier mujer del
monte. Lo único que siempre dije viuda porque (SE CORTA. ALGO LA ENTURBIA
ADENTRO) porque eso le dije a mi hija que tenía dos años. No sé. Pensé que duele menos
un padre muerto que un padre que se fue cantando bajito. (DE PRONTO TOMA
CONCIENCIA DEL SILENCIO EXPECTANTE DE LA INSPECTORA QUE MUY
ADENTRO SIENTE ESA CONFESION) Perdone. Ya sé que todo esto a Usted no le
importa. Pero... como estábamos hablando de papeles. Por ahí andan unos que dicen que soy
señora.
LA INSPECTORA CARRASPEA. SE MUEVE ADENTRO DE ELLA.
INSPECTORA: Quisiera un poco de agua, por favor.
LA GRINGA VA Y VIENE CON EL AGUA. EN EL MOMENTO DE ENTREGARSELA LA
INSPECTORA LA MIRA.
INSPECTORA: (MAS CAUTA. ALGO MAS SERENA) Siéntese, por favor. Y no me mire así... (HAY
COMO UNA NECESIDAD DE HACERSE ENTENDER) Yo no inventé las normas ni las
leyes... Pero creo en ellas fervientemente como cualquier ser civilizado. Porque son la base
de una sociedad organizada. Y la escuela, señora... es parte fundamental de esa organización.
LA GRINGA CALLA, IMPENETRABLE. LA INSPECTORA LA OBSERVA. BUSCA FLANCOS.
INSPECTORA: ¿Puedo hacerle una pregunta?
GRINGA: Usted puede hacer todas las preguntas.

12
INSPECTORA: No todas... y ésta no sé si puedo hacerla (LA MIRA) Usted piensa que esto es fácil para
mí ¿no es cierto?
LA GRINGA NO DICE NADA, QUIETA.
INSPECTORA: Sí... eso es lo que piensa. Y se equivoca. Soy una docente de alma... Me postulé para este
cargo. Era una vieja ambición. Recorrer el país, escuela por escuela, escuela tal, distrito tal
(SE QUEDA, SE HUNDE) Y estoy aquí y... me encuentro discutiendo cosas esenciales y no
las estoy discutiendo con un peón ni con alguno de esos embrutecidos por el dinero o por el
poder. Estoy discutiendo con una docente como yo. Y eso me enerva, me hace sentir muy
mal. Siento que no tiene sentido que pasen estas cosas. Porque lo que Usted no entiende...
GRINGA: Entiendo, Inspectora. Entiendo todo. Y sí. Tiene razón. Recién la miraba y pensaba qué fácil es
para ella venir a decir (SE CORTA) Y a lo mejor tiene razón. Me equivoco. (SONRIE
TRISTEMENTE) A mí también alguna vez cuando no me quisieron entender... Algún
bolichero o jefe o lo que venga me dijo "Para Usted es fácil todo... Usted es la maestra nada
más" como diciendo (SE CORTA) No sé. Yo no sé qué quiere decir la gente cuando dice
fácil.
INSPECTORA: No quiere decir nada... Es una forma idiota de desautorizar.
GRINGA: Será... no vale la pena hablar de eso.
INSPECTORA: Sí... En este caso, sí. Porque yo necesito que me entienda. ¡Yo! Ya sé que aquí no es eso
lo importante. Pero lo necesito. (SONRIE) Alguna vez uno también necesita algo. (SE
CORTA, LA MIRA HONDAMENTE) Esto es mucho más grave de lo que Usted cree.
Usted, sin decirlo, le ha dicho a ese chico "mirá, querido, hay normas, pero vos y yo nos
vamos a reir de ellas" Y eso es enseñar a descrecer.
GRINGA: (QUE SE ESTIRA ADENTRO COMO SI LA GOLPEARAN) ¡No! No, Inspctora. (SE LE
LLENA EL ALMA DE DOLOR PORQUE ESO SI ES UNA INJUSTICIA QUE LE TOCA
DONDE MÁS LE DUELE) Usted no sabe... Porque también hay cosas que no sabe, ¡qué va
a saber! Aquí, yo nunca enseñé otra cosa que a respetar y a creer. Creer. Y Usted no sabe lo
que cuesta enseñar a creer aquí. Porque aquí, lo único que llega es el viento y la miseria y el
vino. Para olvidarse de las dos cosas. Y ya... hace rato que estoy enseñando a creer en
muchas cosas que para mí ya son mentira. Pero... sigo soñando que a lo mejor para ellos,
llegue a ser cierto. Y sigo... y sigo y no aflojo.(SE VUELVE METIDA HASTA EL FONDO
DEL ALMA EN LO QUE ESTA DICIENDO)
LA GRINGA SE PARA FRENTE AL GLOBO TERRAQUEO Y LO HACE GIRAR.
LA GRINGA: ¡Mire! Mírelo bien. Éste es el único pedazo de tierra que me queda. Pero yo les enseño que
con ese pedacito de tierra nada más, un hombre puede cambiar al mundo. (SE AHOGA, SE
ENERVA) Y me miran como (SE CORTA) pero yo sigo y hablo fuerte y me río y no tiemblo
cuando lo digo. Porque de enseñar eso vivo yo también.
LA INSPECTORA SIENTE EL GOLPE. LO SIENTE Y NO SE DETIENE AUNQUE ADENTRO ESA
MUJER ESTA EMPEZANDO A DOLERLE COMO LE DUELE LA REALIDAD QUE TOCA.
GRINGA: Y Usted dice que les enseño a descreer.
INSPECTORA: (NO TAN FIRME PERO SIEMPRE CONVENCIDA) Porque es así. Porque este chico
que está en este registro sin cumplir los mínimos requisitos que marca la ley.
LA GRINGA YA IMPARABLE.
GRINGA: La ley. ¡Está bien! Vamos a empezar por el principio Usted y yo ¿eh? ¿Qué le parece?. Ese
chico, Cosme Cardoso por obra mía y nada más, es hijo de alguien que no respetó ni a la ley,
ni a Dios ni a nadie. De un hombre que lo engendró borracho y una mujer que lo tiró en la
puerta del monte para irse detrás de un gavilán moviendo el traste y sin ningún bulto que le
pesara. Sería lindo que alguien se sentara frente a Cosme Cardoso a explicarle dónde estaba
la sociedad organizada en ese momento.
INSPECTORA: ¡Ésa no es la pregunta!
GRINGA: Claro... no es la pregunta porque nadie la puede contestar.
INSPECTORA: (LA MIRA Y TOMA SU MISMO TONO. LAS VOCES ALTAS. LAS RAZONES
CALIENTES) La ley no se agota en las lamentables excepciones. Hay cosas que tienen una
profunda razón de ser, que están por encima de usted y de mí y de todas las desdichas y las
inconductas. Se deben acatar. Y Usted aquí tiene la responsabilidad esencial del maestro.
Exigir... concientizar. Obligar a que esta comunidad se someta a las normas y a la ley. Porque
si no, Usted está contribuyendo a que todo esto prolifere. ¡Porque los apaña!
GRINGA: (SE RIE TRISTEMENTE) ¡Qué barbaridad! El nombre que tienen las cosas que uno hace
cuando alguien lo dice todo de corrido, a uno le tiemblan las piernas. ¿Así que yo vendría a

13
ser la que contribuyo a que todo esto prolifere? Tiene razón. Las barbaridades que uno hace
sin darse cuenta.
INSPECTORA: Deje de burlarse por favor.
GRINGA: No, Inspectora. Qué me voy a burlar. Una maestra no se burla nunca de un Inspector. Eso es lo
primero que se aprende. Al Inspector se lo escucha con cabeza baja y en silencio.
INSPECTORA: Y Usted ni escucha, ni se calla ni (SE CORTA. CAMBIA) Y me parece muy bien.
Detesto la obsecuencia y la subordinación servil... No vengo a sancionar como un juez. Me
preocupa mucho más hacer docencia. Quiero que tome conciencia de lo que ha hecho.
GRINGA: Conciencia. Veinticinco años en la puerta del monte. No sé si tengo la conciencia en
condiciones (SE REHACE. LA ENFRENTA.) Pero tiene razón. Si necesita que lo diga se lo
digo. Tiene razón. La ley es para cumplirla y yo, no la cumplí.
INSPECTORA: Y se festeja por eso. Por favor... no se tome el trabajo de negarlo. Se le nota hasta en la
forma de respirar. En el fondo, tiene una actitud completamente anárquica. Me está diciendo:
"termine de una vez, haga y diga lo que quiera, que yo voy a seguir haciendo lo que quiero."
Y eso... es anarquía.
GRINGA: Eso también. Bendito sea Dios. Las cosas que soy. Para Villegas que es dueño del pueblo soy
comunista, porque le hablo del hambre y la injusticia. Para Usted que viene de la sociedad
organizada soy anarquista. Porque me olvido de los papeles. Y además, soy corruptora y
contribuyo a que proliferen los hijos del monte ¡mire Usted!. Y los chicos me dicen maestra
(DE PRONTO COMO SI LO NECESITARA. COMO UN AMPARO) Y el Inspector Ruiz,
siempre me decía que el viejo estaría orgulloso de mí. (SE QUEDA. SEÑALA EL
RETRATO). Los dos le decimos el viejo (SE EMOCIONA) pobre Ruiz. No quería irse antes
de que Cosme terminara la primaria. Él también lo quería mucho. Cosmecito es tan feliz aquí.
INSPECTORA: Feliz.
GRINGA: Sí... ¡Feliz! Y es una luz... aprende rápido... yo lo miro...
INSPECTORA: Lo mira. ¿A quién mira? ¿Quién es Cosme Cardoso? ¿Dónde dice?
GRINGA: Claro. ¿Quién es? Como no dice en ningún lado ¿Quién es? Linda pregunta para hacérsela
mirando papeles.
LA INSPECTORA NERVIOSA SE PARA. TIENE ADENTRO MIL VOCES JUNTAS QUE SE
CONTRADICEN. LA INSPECTORA CAMINA, MIRA TODO Y HABLA SOLA.
INSPECTORA: ¡Por favor! ¡por favor! ¡es increíble! (SE VA QUEDANDO. DESDE ADENTRO
RESCATA IMAGENES SUYAS)
LA INSPECTORA SE PARA FRENTE A LA PUERTA QUE DA AL PATIO DE TIERRA. SE QUEDA
MIRANDO LARGAMENTE.
INSPECTORA: ¡El romanticismo!
LA GRINGA LA MIRA.
INSPECTORA: Me acuerdo de mí... esa relación romántica entre alumno y maestro. (SE ROGODEA
RECORDANDOSE) Ese lirismo... ese encantamiento (DE PRONTO SE VUELVE. LA
MIRA) Pero la escuela no termina ahí, porque si así fuera todo, la escuela sería una relación
afectiva, sin otro fundamento que la relación afectiva de dos seres (SE DEJA CAER
FRENTE A LA GRINGA EN UNA SILLA JUNTO A LA MESA. AHI ESTAN LOS
PAPELES) Ahí es donde Usted se equivoca. Se olvida que la escuela, le guste o no... es
mucho más que Cosme Cardoso y el monte y el vino. Es el fundamento de la sociedad
organizada.
GRINGA: (SIN CEDER. A FONDO) Con papeles.
INSPECTORA: Con leyes, con normas.
GRINGA: Por eso... con papeles.
INSPECTORA: (ROTUNDA. INFLAMADA) Sí... ¡con papeles! ¿Y qué otra forma conoce Usted de
hacerlo? ¿hay alguna mejor en la historia del mundo?
GRINGA: No sé. No sé. Yo lo único que sé es mirarlo a Cosme Cardoso y verlo crecer (SE SONRIE
COMO SI LO ESTUVIERA VIENDO) Le gusta hablar del mundo. Y mire lo que son las
cosas... le alcanza con ese puntito no más. Yo quisiera saber cómo se le dice a Cosme
Cardoso que no existe, que no es nadie. Que no nació y que se tiene que morir en el fondo del
monte. Me pregunto tantas cosas cuando lo miro.
INSPECTORA: (QUE AHI VA A DAR LA ESTOCADA FINAL) Lo mira. Muy bien. Usted debió
mirarlo y denunciar a la autorudad que corresponda su situación.
GRINGA: Claro... denunciarlo. Denunciarlo. Como él es el culpable. Denunciarlo... Bendito sea Dios.

14
INSPECTORA: Es su obligación. Usted no es Dios, señora. Usted es una maestra, como yo.
GRINGA: Ya sé. Soy una maestra. Tengo que enseñar a leer y escribir. Y denunciar... y no olvidarme
nunca de los papeles. ¡Los papeles! (SE VUELVE. CIEGA. ROTUNDA) ¡Los odio! No me
importan... ¡no les creo!. Ya lo puede poner en ese informe. Yo peleo con lo que tengo. Y soy
comunista cuando pido y anarquista cuando bautizo en mi nombre no más, y los baño cuando
hay piojos y mendigo cuando hay hambre. Y los miro. Los miro.
INSPECTORA: (YA DEFINITIVA) Hablando de mirar, yo me pregunto... cuando Cosme Cardoso
termine su primaria y no tenga un certificado ¿también lo va a mirar para decírselo?
GRINGA: Sí... y le voy a mentir. Se extravió. Aquí todo el mundo sabe cómo se pierden los papeles que
vienen de Buenos Aires. Siempre llegan cuando nadie los necesita. Y me creen. Y Cosme
saldría de aquí, y Villegas le daría trabajo en el almacén... y se pondría zapatos y empezaría a
caminar pisando fuerte por el pueblo. ¡Y adiós monte!
INSPECTORA: (QUE ESTÁ LLEGANDO ADONDE QUIERE) ¿Y cómo puede estar tan segura que
sería tan fácil?
GRINGA: (YA NO CLAUDICA) Porque no es la primera vez.
INSPECTORA: (YA DEFINITIVA. LLEGO DONDE QUERIA) Por eso estoy aquí. Porque no es el
primero. Y por eso el Inspector Ruiz fue separado de su cargo.
LA GRINGA YA LO SABIA. ALGO SE LO DECIA. Y LA COMPROBACION LE HACE DOLER
HONDO POR SU AMIGO.
GRINGA: Me lo imaginé. Pobre amigo mío. Y lo castigaron bien... lo condenaron al archivo (LA MIRA
RECHAZANDOLA COMO SI NADIE PUDIERA YA CON EL ORGULLO DE ELLA Y
DE RUIZ) Pero yo sé que estará orgulloso, porque ese muchacho que Usted vio cuando
entró, ése es Nicasio Cardoso. Es mi primer delito. El pobre Ruiz no tiene la culpa. Yo lo
convencí... Lo volví loco. Y al final (SE EMOCIONA) como él lo veía crecer y reir (SE
RETEMPLA) hasta bailó el día que le entregamos el diploma. Porque Ruiz me trajo un
formulario.
INSPECTORA: Robado.
GRINGA: ¡Merecido!... Fue el mejor alumno. Y él se lo mostraba a todo el mundo. Y es bueno y decente
y (SE CORTA) ya casi, casi, es el encargado del almacén. Y hoy vino con madera. Y siempre
viene con algo.
LA INSPECTORA SE REVUELVE.
INSPECTORA: Y Usted se siente una heroína. Y me mira como a una rata de biblioteca que viene a
ultrajar sus métodos tramposos pero sublimes (MIRANDOLA. TODO LO QUE DICE QUE
SIENTE LA GRINGA, EN EL FONDO LO SIENTE ELLA MISMA). Se planta frente mío
como diciendo: "qué otra cosa más humana y más justa se puede hacer". Y tiene la osadía de
darme conferencias sobre el monte y las miradas y (SE CORTA) Usted se cree que no sé
donde estoy y qué es una escuela.
GRINGA: No... no sabe. Cuando la vi entrar, tan de ciudad... en todo. Tan ignorante. Perdone... quiero
decir ignorante de las cosas del viento y del monte. Todo el tiempo me estoy acordando de
una cosa que decía Ruiz. Un analfabeto menos, es una condecoración en el alma de un
maestro. Pero, claro, eso es romanticismo. Usted viene de donde la escuela y los alumnos son
papelitos de colores. Y allá estará el pobre Ruiz, muriéndose empachado de papeles. Y está
bien. Alguien tiene que cuidar de la sociedad organizada.
INSPECTORA: No solamente la tiene que cuidar. Además tiene que evitar que la estafen. Y ahora mismo
le voy a demostrar que se pueden conciliar las dos cosas (NERVIOSA. RAPIDA.
DECIDIDA) Quiero ver enseguida a esa gallega (SE CORTA) a esa señora o a su marido, o
su concubino, o lo que sea. Los Cardoso. Los quiero acá. Y les voy a explicar las
responsabilidades que tienen con esos chicos que "tienen" como dice Usted tan frívolamente.
Y ya va a ver cómo les hago entender.
LA GRINGA DESPACIO, PROFUNDA. LA VERDAD CRUDA.
GRINGA: No están.
LA INSPECTORA LA MIRA TODAVIA SIN ENTENDER.
INSPECTORA: Los voy a esperar el tiempo que sea.
GRINGA: Hace cincuenta años que no están.
LA INSPECTORA SE QUEDA DURA MIRANDOLA.
INSPECTORA: ¿Quién no está?

15
GRINGA: Los Cardoso... tenían un almacén en la curva. Quedó la casa en ruinas y el nombre no más. Y
ahí, dejan los bultos que pesan mucho para empezar de nuevo (LA MIRA SERENA,
ABIERTA) Ésa es la historia, Inspectora.
LA INSPECTORA LA MIRA Y EMPIEZA A REFLEXIONAR EN VOZ ALTA.
INSPECTORA: No existen... la gallega no existe... Usted quiere decir que los dejan ahí, sin nadie... sin
nada.
GRINGA: Hay un techo y es costumbre al pasar por la curva asomarse por si acaso. Así llegó Nicasio
aquí. ¡Y así llegó Cosme!
LA INSPECTORA SE HUNDE EN LA SILLA. LA REALIDAD LA PUEDE. MIRA LOS PAPELES
PERO ESTÁ COMO DEMOLIDA. DE PRONTO COMO SI LE COSTARA TRABAJO
ENDEREZARSE, EMPIEZA A HACERLO Y EN ESE MOMENTO APARECE SUSANA.
SUSANA LAS MIRA A LAS DOS. LA GRINGA SE VUELVE
INSPECTORA: Buenas tardes.
GRINGA: Es la Inspectora Juárez. Mi hija... es la maestra.
LA INSPECTORA QUE SE REHACE COMO PUEDE LE EXTIENDE LA MANO Y SUSANA LA
SALUDA.
INSPECTORA: (LA MIRA A LA GRINGA) No sabía que la maestra de la escuela era su hija. Justamente
quería dejarle un mensaje para ella. Pero ya que está aquí...
GRINGA: Ella no tiene nada que ver
INSPECTORA: (CORTANDOLA) Lo sé... (SE VUELVE A SUSANA) Es por el asunto de su solicitud
de traslado.
LA GRINGA MIRA A SUSANA COMO SI LA HUBIERAN GOLPEADO. SUSANA NO LA MIRA,
PENDIENTE DE LA INSPECTORA QUE SACA DE SU PORTAFOLIO ALGO.
INSPECTORA: Bueno... Usted lo solicitó hace ya...
SUSANA: Más de seis meses.
INSPECTORA: Yo acabo de hacerme cargo
SUSANA: Ah... ¿Por qué? ¿El Inspector Ruiz no está más?
INSPECTORA: No
GRINGA: Lo mandaron al archivo por incompetente
SUSANA LA MIRA. MIRA LUEGO A LA INSPECTORA QUE NO REGISTRA EL COMENTARIO
DE LA GRINGA.
INSPECTORA: El trámite está en curso. Por lo tanto, habrá que esperar.
SUSANA: Yo ya casi había perdido las esperanzas.
LA GRINGA ENTRE LAS DOS COMO DE PIEDRA. NADA DEMUESTRA LA TORMENTA QUE
PASA POR DENTRO.
INSPECTORA: No... no lo haga. Es muy posible que antes de fin de año (LA MIRA. HAY ALGO
COMO CANSANCIO EN SU VOZ).
LA GRINGA QUE ESTA METIDA EN ELLA, PENDIENTE DE LA NOTICIA DEL TRASLADO DE
SU HIJA, SE REHACE.
GRINGA: Cuando yo estudiaba leí una vez que la ley nace de los usos y costumbres. A lo mejor, Usted
podría explicar cuáles son las costumbres del monte.
LA INSPECTORA (SINCERA, ABIERTA, CONSCIENTE DE ELLA MISMA)
INSPECTORA: (HONDA, TRISTEMENTE) Mi madre solía decir... no sé por qué me acuerdo de ella en
este momento. Pero ella decía "siempre hay un día para enterarse de lo poco que somos"
(SONRIE. SE REVUELVE ADENTRO) Y es verdad. Éste fue mi día. Aquí.... en este lugar
que soñé tanto. Porque yo soñé con ser Inspectora de escuelas de frontera. Una forma heroica
de hacer patria. Bueno. Aquí me vengo a enterar que soy una Inspectora. Apenas. No legislo
ni transformo ni (SE CORTA) Informo... nada más. (SONRIE) Fíjese que... qué poco, ¿no?
LA MIRA LARGAMENTE
INSPECTORA: ¿Por qué no pide el traslado Usted también?
GRINGA: ¿Para qué? ¿Para que no me echen?
INSPECTORA: No. No pensaba en eso. Pensaba en Usted... en su cansancio. Tiene que estar cansada.
GRINGA: No estoy cansada. Ésta es mi escuela.

16
LA INSPECTORA MIRANDOLA LE EXTIENDE LA MANO.
INSPECTORA: Por lo menos, voy a apurar el traslado de su hija. Es una muchacha joven. Ya ha hecho
méritos suficientes.
LA GRINGA CALLA, NO DICE NADA, SOLO LE EXTIENDE LA MANO. SE LAS ESTRECHAN.
INSPECTORA: Adiós, Gringa. Así se dicen ¿no? Me lo dijo el chifer cuando veníamos. La Gringa es un
monumento acá.
SE VUELVE Y SALE LENTAMENTE, DESPACIO, MENOS ROTUNDA PARA CAMINAR, COMO
SI SE LLEVARA EL PESO QUE LA REALIDAD LE PUSO ENCIMA. AL SALIR TROPIEZA CON
SUSANA QUE ENTRA.
SUSANA: Adiós, Inspectora.
INSPECTORA: Adiós... y no voy a olvidarme de lo suyo.
SALE. QUEDAN SOLAS.
SUSANA EMPIEZA A MIRARLA. ES EVIDENTE QUE SABE MÁS COSAS DE LAS QUE DICE.
SUSANA: Así que lo sacaron a Ruiz. Y ella vino a...
GRINGA:(CORTANDOLA EN EL TONO FRIO Y SECO DE UNA DIRECTORA) Sentáte.
SUSANA SE REVUELVE ADENTRO. EL TONO LA ERIZA.
SUSANA: ¿Para?
GRINGA: Sentáte
SUSANA: No me grités. A ver si creés que...
GRINGA: (QUE YA NO PUEDE CON SU ALMA) No me creo nada. Vos sos la maestra y yo la
directora. Dicen que así se hace en las escuelas en serio. Mejor que vayas aprendiendo, no
vaya a ser que sigas confundiendo a la directora con su madre y le hablés dándole la espalda.
SUSANA QUE SE HABÍA DESCALZADO Y TENÍA LOS ZAPATOS EN LA MANO, LOS DEJA EN
EL SUELOY SE SIENTA.
GRINGA: (SE SIENTA ENFRENTE) ¿Por qué no me dijiste nada del trasldo? Es por el viajante ¿no?.
Me corto la cabeza.
SUSANA: Si te sentís mejor pensando que lo hice de loca... Pensálo.
GRINGA: No me siento mejor no peor. Quiero saber.
SUSANA: ¿Saber? Mirá vos... tarde se acordó el pájaro de piar. ¿Desde cuándo querés saber algo de mí?
GRINGA: Vos estás loca, hija. Toda la vida aquí comiendo de un piojo.
SUSANA: Toda la vida aquí y vos mirando el monte. Eso es lo único que te importa.
LA GRINGA SE QUEDA MIRANDOLA.
GRINGA: Seguí.
SUSANA:¿Para qué? Si no entendés.
GRINGA: No entiendo lo que no sé. Eso es lo que no entiendo.
SUSANA: Y no lo sabés porque nunca me oíste. De mí nunca entendiste nada. (EMPIEZA A
REBOBINAR SU VIDA Y ES UN INCRESCENDO QUE CAE SOBRE LA GRINGA
COMO UNA AMARGA LLUVIA INSOSPECHADA) Susana... tenés que ser maestra.
Susana, los libros. Susana, quedate enseñando mientras yo voy al pueblo a mendigar. Vos
enseñá a leer y escribir y miralo al viejo. El gran dios. Y después, nada más. ¿Te das cuenta?
Nada más. ¿Qué otra cosa hablamos vos y yo? Siempre había alguien durmiendo en esta
pieza y no se podía hablar. Siempre había alguien que te necesitaba más que yo. Y así fue
toda la vida. Y fui maestra y (SE CORTA. LA MIRA) y te vi, mamá, siempre te estuve
mirando. Al pueblo a mendigar. Al monte a pelear hijos de nadie. A la curva a traer guachos
y meterlos aquí. Maestra, curandera, mendiga. Y siempre me mirabas como diciendo
"aprendé, hija, esto es ser maestra". Y me dolía el estómago cuando pensaba que mi vida iba
a terminar aquí. (SE REVUELVE ESPANTADA) Lo único que me hacía feliz era pensar en
irme. Por eso aguanté. Porque siempre estaba soñando que algún día (SE MUERDE. SE
REVUELVE) Irme. No me importa de qué. De maestra, de empleada o de sirvienta.
GRINGA: También te podés ir de mantenida de ese infeliz.
SUSANA: ¿También? Si vos pensás que puedo, puedo. Aquí Cardos dice que vos nunca te equivocás. Y
bueno. Ya alguien te va a contar de qué me gano la vida.
GRINGA: Nadie... porque no le pienso preguntar a nadie.

17
SUSANA: (DOLIDA, COMO SI CADA PALABRA LA DEJARA HUÉRFANA) Ya sé. El que abandona
la escuela es un traidor. Así que... Susana... olvidate que tenés madre.
GRINGA: Vos ya te olvidaste.
SUSANA: No. No me olvidé. Pero ya no me quiero acordar. Estoy podrida de ser la hija de la Gringa.
Porque ni sé que sos... un día te denuncian por comunista y ahora tenés que rendir cuentas
como una delincuente frente a esa mujer. ¿Te creés que yo no sé por qué vino?
(REVUELTA. ENFERMA) Y todo el mundo tiene derecho a decir de vos lo que se le canta.
Y vos... yo te oigo, mamá. Mentía. Mentís todo el tiempo. Le ponés un nombre lindo a las
cosas y les llenás la cabeza a esos pobres con cuentos de hadas.
GRINGA: No son cuentos. Y yo no miento. Las cosas tienen ese nombre y algún día van a ser así.
SUSANA: A lo mejor tenés razón. No mentís. Pero lo que no podés hacer es que yo te crea.
GRINGA: Ya sé. Me acabo de enterar. Vos sos también de las que dicen vida y se quieren ir cantando
bajito a buscarla. Ya sé de dónde te viene eso, también.
SUSANA: ¿Sabés de dónde me viene? (YA LLORA SIN PODER CONTENERSE, PERO LLORA CON
RABIA) De aquí. De toda esta miseria y desgracia. Toda mi perra vida aquí. ¿Con qué querés
que me haga la ilusión? ¿Dónde hay algo que te sirva para creer? Yo sé que hay otra vida en
otra parte.
GRINGA: La vida siempre es la misma.
SUSANA: No... eso es mentira. Yo nunca te creí que ese puntito fuera todo el mundo. Ni cuando tenía
ocho años te creí. (MIRA PARA TODOS LADOS) Siempre solas... oyendo el viento...
sacando ese pobre infeliz de Ruiz.
GRINGA: (SE LEVANTA ADENTRO) Ruiz es mi amigo.
SUSANA: Sí... Ruiz es tu amigo, yo soy tu hija, pero vos lo único que sos es la sirvienta del monte.
GRINGA: Soy la maestra. Aquí me mandaron.
SUSANA: Vos elegiste.
GRINGA: Sí... elegí. Porque quería (SE QUEDA. SE CORTA)
SUSANA: (ARREMETE) ¿Qué querías? ¿Qué? Decime ¿qué cosa de las que querías fue cierta alguna
vez? ¿eh? (DEFINITIVA. DOLIDA) Estás ciega, mamá.
GRINGA: Y vos también. Lo único que ves es a Romero y a su coche verde.
SUSANA: No... ¿no ves que vos no sabés lo que decís? Romero no es nada... es un hombre, nada más. Lo
único que tiene es olor a otra parte. Y puedo hablar con él de todas las cosas dque se me están
pudriendo adentro. No es Romero, mamá. Soy yo. ¡No sé qué! Hoy, cuando Cardoso me
habló de enseñarle a leer a la Rachela, me reí. Le pregunté para qué. ¿Te das cuenta? ¿Para
qué? Y eso es lo que siento. ¿Para qué nada en este infierno? No puedo más. No soy tan necia
ni tan fuerte ni tan maestra como vos. Las veces que me habré preguntado de qué estás hecha.
GRINGA: (SERENA. TERMINANTE) Andate. Si pudiste preguntarle para qué... Andate. No esperés el
traslado. No podés enseñar más con ese veneno.
SUSANA: (LLORANDOSE) Ya sé. ¿Te creés que no lo sé? Cada día me cuesta más ponerme el delantal
y empezar. Con lo que me gustaba (SE CORTA. COMO UNA LETANIA EN LA QUE FUE
DEJANDO LA ILUSION) A... b... c... y con suerte una sirvienta más. Dos más dos son
cuatro. Cuatro (MIRA PARA TODOS LADOS COMO LOCA) Cuatro... qué ¿dónde hay
cuatro?
GRINGA: Por eso. Andate.
SUSANA SE VA CASI TROPEZANDO HACIA LA PIEZA Y CUANDO LLEGA A LA PUERTA SE
DETIENE. SE QUEDA LLORANDO JUNTO A LA PUERTA. LUEGO COMO UNA CONFESION.
SUSANA: Nunca te lo dije. Siempre había alguien que te decía llorando "la quiero tanto, Gringa" (UNA
SINTESIS HONDA Y SINCERA) Yo te quiero, mamá.
LA GRINGA QUE LA EMOCION LA PUEDE PERO NO LA DEJA SURGIR.
GRINGA: Yo también. Pero andá a saber a quién queremos las dos.
SUSANA LLORA DESPACIO COMO UNA CRIATURA.
SUSANA: Yo no quería irme así. Me hubiera gustado irme como se van los alumnos. Hay fiesta y... y vos
hasta bailaste el día que se fue Cardoso. Pero ahora, claro, yo soy tu hija. Y me tengo que ir
llorando.
SALE CORRIENDO Y LLORANDO HACIA LA HABITACION. LA GRINGA SE QUEDA
SENTADA COMO ESTA EN EL MEDIO DE LA ESCENA. TODO EL MUNDO SE DERRUMBO
SOBRE ELLA. Y ELLA ESTÁ AHI. LA LUZ EMPIEZA A BAJAR DESPACIO HASTA CASI

18
QUEDAR A OSCURAS. LUEGO SUBE HASTA ILUMINAR COMO SI YA FUERA DE NOCHE. LA
GRINGA SIGUE COMO SI NADA LE LLEGARA. SIMPLEMENTE LLORA. SOLA, SIN RUIDO.
COMO SI ESTUVIERA MIRANDO TODA SU VIDA Y POR PRIMERA VEZ SINTIERA CADA
PEDAZO DE ELLA COMO UNA LLAGA. NO SE MUEVE. PARECIERA QUE NO REGISTRARA
RUIDOS NI TIEMPO. DE PRONTO SE OYE CLARAMENTE EL RUIDO DE LA CAMIONETA DEL
CARDOSO. LA GRINGA NO LO ESCUCHA O SI LO ESCUCHA ES COMO SI YA NO LE
IMPORTARA. EMPIEZA A CRECER DESDE EL CAMINO EL SILBIDO ALTO Y FELIZ DE
CARDOSO. APARECE EN LA PUERTA Y SE QUEDA PARADO AL VER LA OSCURIDAD. NO
DISTINGUE A LA GRINGA. DESDE LA PUERTA.
CARDOSO: Gringa (LO DICE DESPACIO) Gringa.
NADIE RESPONDE. CARDOSO ENTONCES AVANZA UNOS PASOS Y ENCIENDE LA LUZ DE
LA LAMPARITA QUE PENDE DEL TECHO. ENTONCES VE A LA GRINGA PERO NO SE
MUEVE. SONRIE.
GRINGA: Gringa... ¿qué pasa? ¿se quedó dormida?
LA GRINGA NO RESPONDE. CARDOSO EMPIEZA A SENTIR QUE ALGO PASA Y EL MIEDO
LO PUEDE. TEMBLOROSO, LLENO DE MIEDO SE VA ACERCANDO.
CARDOSO: (YA MAS CERCA) Eh, Gringa... ¿qué pasa?
GRINGA: (SIN MOVERSE. SIN TONO. AJENA) Andá, Cardoso... andá no más.
CARDOSO TIEMBLA. NO ENTIENDE.
CARDOSO: ¿Adónde? ¿adónde tengo que ir?
LA GRINGA LLORA Y DE PRONTO CARDOSO VE SUS LAGRIMAS Y ESA QUIETUD QUE LO
ESPANTA.
CARDOSO: ¿Y por qué me tengo que ir? ¿qué le pasa Gringa?
LA GRINGA EMPIEZA SIN TONO, LLORANDO SIMPLEMENTE. ATRAS, JUNTO A LA PUERTA
DEL DORMITORIO, SE EMPIEZA A VER EL VESTIDO VERDE DE SUSANA PEGADO A LA
PUERTA.
GRINGA: Andá, Cardoso... andá (Y AHI EMPIEZA A DECIR LO QUE SIENTE SIN PENSAR. SIN
ESPERAR QUE NADIE ENTIENDA) Nunca lloré. Recién ahora me doy cuenta que nunca
lloré. Y nadie se muere sin llorar, pero yo... No podía... no sabía... que sé yo. Ni cuando me
quedé sola conmi hija. Pobre hija... tan chiquita. Ni después. Después... Ya ni sé lo que pasó
después. Ahora quiero quedarme aquí sentada, llorando no más.
CARDOSO NO QUIERE QUE SEA CIERTO. SE ENLOQUECE. LA GRINGA ES TODO LO QUE
TIENE EN EL MUNDO. ES SU FUENTE Y SU RAZON DE SER LO QUE ES.
CARDOSO: Usted me está jodiendo ¿no? Como cuando era chico y me emperraba.
GRINGA: (CORTANDOLO) Ya no sos chico, Cardoso. Subite a esa camioneta y andate. No sé que
buscas acá. Tu vida está en el pueblo.
CARDOSO LLORA COMO UN CHICO PERDIDO Y SOLO.
CARDOSO: ¿Pero qué le hice yo? ¿Es por la madera? Yo le dije que eran requechos. Es lo único que
conseguí.
GRINGA: Llevate la madera. No tenés nada que traer aquí. Aquí, todo el mundo viene a llevarse y ya no
queda nada.
CARDOSO ENLOQUECE. EMPIEZA A LLORAR Y A MIRARLA Y A GRITAR EN UN
INCRESCENDO ENLOQUECIDO.
CARDOSO: ¡Párese, Gringa! ¡Párese, Gringa! ¡Párese! ¡Párese porque si no me meto al monte y no salgo
más!
GRINGA: ¡Ey! ¡Al monte, no! No me saqués lo único bueno que hice en mi perra vida.
CARDOSO: (QUE NO PUEDE ENTENDER) ¿Y lo dice así? ¿como si no fuera nada? Me sacó del
monte, me crió, me puso nombre. Usted me enseñó que ese puntito era todo el mundo que me
podía dar. Y yo le creí. Y no necesito más.
GRINGA: Te mentí, Cardoso. Siempre te mentí. El diploma es falso. El nombre no.
CARDOSO: Ya lo sé. Hace rato que lo sé. Ahora yo también ando entre papeles y por eso el diploma lo
tengo en un cuadrito. Para no olvidarme nunca que se jugó por mí. Y no era mi madre ni era
nada. Era mi maestra no más.
LA GRINGA TIENE LA CABEZA DOBLADA. ALGO PARECE EMPEZAR A CRECER
LENTAMENTE EN ELLA. SE LLEVA LAS MANOS A LA CARA PARA SECARSE LAS

19
LAGRIMAS. CARDOSO SIGUE COMO MOVILIZADO POR LOS REFLEJOS QUE INTUYE EN LA
GRINGA.
CARDOSO: Y ando siempre cantando con ganas de que Usted me escuche para que sepa que (LLORA)
LA GRINGA LENTAMENTE SE VUELVE Y LO MIRA. ABRE LOS BRAZOS Y CARDOSO SIN
PODER CONTENERSE SE REFUGIA EN ELLOS COMO CARDOSO ARRODILLADO EN EL
SUELO, ABRAZADO A LA GRINGA, SIGUE BRINDANDOLE UN HIJO. LA BESA. SE HUNDEN
UNO EN EL OTRO COMO SI FUERAN UNA SOLA COSA. COMO MENSAJES DE AMOR ENTRE
PALABRAS ENTRECORTADAS.
CARDOSO: Y ya va a ver cómo voy a dejar los bancos. Y cualquier día de éstos, le traigo la bandera
nueva.
LA GRINGA COMO SI EL AMOR DE CARDOSO LA RETEMPLARA Y LA PUSIERA DE NUEVO
DE PIE. LA GRINGA LO ACARICIA.
CARDOSO: (MAS DESPACIO. CASI COMO UN JUEGO) Párese, Gringa... ¡Párese por favor!
SIEMPRE EN EL FONDO SE ESTA VIENDO EL VESTIDO VERDE DE SUSANA PEGADO A LA
PUERTA. LA GRINGA EMPIEZA A PONERSE DE PIE CON UN CARDOSO QUE SE VA
DESPRENDIENDO DE ELLA COMO CON MIEDO PERO INTENTANDO SONREIR MIENTRAS
LA MIRA TODO EL TIEMPO.
CARDOSO: Ahora, espéreme aquí que yo voy a llevar a la Rachela y vuelvo.
LA GRINGA SE VUELVE Y LO MIRA. LA VOZ CAMBIA.
GRINGA: ¿La Rachela? ¿dónde está la Rachela?
CARDOSO: Afuera... esperando.
A LA GRINGA YA NO LA DETIENE NADIE. ESTA DE NUEVO EN LA LINEA DE COMBATE.
GRINGA: Hacela entrar.
CARDOSO: No, no. Esta noche, no. Otro día.
GRINGA: Ahora... ya esperó mucho la pobrecita.(SE ENDEREZA. SE ARREGLA EL PELO, VA
HACIA LA HELADERA. TOMA AGUA) Si esto fue la tormenta... dicen que a veces,
parece que se mete dentro del cuerpo.(LO MIRA. LO PALMEA) Fue eso no más... andá.
CARDOSO EMPIEZA A CAMINAR HACIA LA PUERTA PERO VOLVIENDOSE TODO EL
TIEMPO A MIRARLA. SONRIE. QUIERE EMPEZAR A SILBAR PERO SIEMPRE MIRANDOLA.
LA GRINGA AGUANTA LA MIRADA DERECHA. LA GRINGA QUEDA SOLA. TARDA EN
MOVERSE. LUEGO SE VUELVE Y LO MIRA A SARMIENTO.
GRINGA: Ayudame, viejo. No me dejes aflojar.
SE VUELVE Y SE ACERCA A LA MESA. BUSCA UN CUADERNO Y UN LAPIZ. SE VA
PONIENDO LOS ANTEOJOS. DESWDE EL FONDO DE LA HABITACION AVANZA HACIA
ELLA, SUSANA. PARECE OTRA. NO LLORA. SERENA. COMO SI ALGO MAS FUERTE QUE
ELLA LA IMPULSARA. NO HAY GESTOS. NI ACTITUDES EXTREMAS. SOLO LA INTENCION
DE DARLE TODO LO QUE PUEDE DARLE EN ESE MOMENTO A SU MADRE. SUSANA, YA
CERCA ESTIRA LA MANO Y TOMA EL CUADERNO. LA GRINGA LA MIRA.
SUSANA: Dejá. Yo le voy a enseñar a la Rachela. Yo soy la maestra todavía.
APAGON SOBRE LA MIRADA DE LAS DOS. CIERRE CON EL CORITO TRISTE Y DESPROLIJO.

CORITO: Alta en el cielo


un águila guerrera
audaz se eleva
en vuelo triunfal.

20

También podría gustarte