La Fotointerpretación para La Agrimensura
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Monferrer
Prof. Titular Fotointerpretación y Teledetección
Tema 7.
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En este sentido, ambas tecnologías brindan los relevamientos temáticos de distintos tipos,
tanto de los elementos físicos como de los elementos introducidos por el hombre sobre la
superficie, con la salvedad expresa de que la escala de reconocimiento sea pequeña.
Las oficinas de Catastro son las entidades gubernamentales donde se lleva el registro y
censo de todas las parcelas pertenecientes a distintas personas jurídicas y cuyo objetivo es
el ordenamiento del territorio, juntamente con el establecimiento del valor de la tierra para
el cobro del impuesto inmobiliario.
Sabemos también que un catastro completo debe contemplar los aspectos jurídicos, físicos
y económicos del territorio. Esto da lugar a la existencia del catastro físico o geométrico o
parcelario; el catastro jurídico y el catastro económico.
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aporte de los agrimensores a través de las divisiones que efectúan en sus mensuras, de las
cuales deben presentar las declaraciones juradas, se va conformando el catastro jurídico.
El catastro físico es aquel que determina y ubica la parcela dentro de la jurisdicción que
le corresponde, siendo su manifestación los planos, cartas o mapas que abarcan a todas las
parcelas, llamados registros gráficos catastrales.
El catastro económico es aquel que determina las valuaciones fiscales para hacer efec-
tivo el cobro del impuesto inmobiliario. Es aquí donde interviene directamente la fotoin-
terpretación.
La fotointerpretación encuentra una amplia aplicación dentro de las actividades del catas-
tro.
Para el catastro geométrico la fotointerpretación interviene en el control de mensuras y en
la ejecución de todo tipo de cartografía que brinde la información territorial. Su expresión
son los registros gráficos catastrales que pueden ser urbanos y rurales.
Hasta hace dos décadas atrás, éstos se confeccionaban sobre mosaicos semiapoyados por
medio de rutinas de fotointerpretación, además del estudio detallado de títulos de propie-
dad y de mensuras preexistentes, con lo que se obtenían las cartas temáticas a escalas me-
dias (1:30.000 generalmente) para las áreas rurales y a escala 1:1.000 para áreas urbanas.
Esta metodología ha quedado obsoleta y en el presente es de esperar obtener los registros
gráficos catastrales como resultado de la aplicación de la tecnología SIT/SIG, expresada
como una carta temática conseguida por medio de la base de datos georreferenciada. Por
ello, también es de esperar que la georreferenciación adquiera mayor precisión.
Valuaciones y tasaciones.
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Las tasaciones tradicionalmente se efectúan para fijar el valor de los inmuebles para pro-
ceder a su venta o expropiación. La fotointerpretación es utilizada siguiendo los mismos
criterios que para las valuaciones fiscales.
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En forma más general, es un sistema para el manejo del medio ambiente para lograr el
desarrollo sostenido y continuo en temas tales como el análisis de datos, planificación,
toma de decisiones e implementación de las mismas.
Existen también:
UIS ( Urban Information System ) sistema de información urbana.
EIS ( Environmental Information System ) sistema de información del medio ambiente.
PLIS ( Planning Information System ) Sistema de información para la planificación.
NIS ( Network Information System ) sistema que maneja información concerniente a
redes de servicios públicos ( gas, agua, electricidad, servicios sanitarios, etc. )
SIS ( Specialized Information System ) sistemas especiales de información, tales como
aquellos destinados a comunicaciones, usos militares, corporaciones, tráfico, etc.
Cualquiera sea el nombre que se les adjudica, ya sea de acuerdo al tipo de datos que mane-
ja o al uso al cual se los destina, todos ellos son distintos tipos de SIG.
Conformación de un SIG.
Un SIG esta formado por dos componentes principales: los datos y el manejo de dichos
datos.
Conceptualmente los datos que maneja un SIG se dividen en dos grandes grupos:
los datos gráficos o espaciales que son la representación geométrica de los objetos
naturales o artificiales construidos por el hombre, es decir en forma genérica, mapas.
En general, en los datos gráficos o espaciales se distinguen la geometría o sea la posi-
ción absoluta de cada objeto respecto a los ejes de coordenadas, y la topología definida
como las relaciones entre los objetos (polígono A es vecino del B, el punto D se halla
fuera del polígono A, etc.)
Dentro del SIG existen los distintos mapas: catastrales, topográficos, geomorfológicos,
uso del suelo, hídricos, de las redes de servicios públicos, de la división administrativa,
de los edificios, de zonificación y planificación, etc. Toda esta información se halla geo-
rreferenciada, lo que vale decir que se halla referida a un mismo sistema de coordenadas
cartográfico. Por ello es posible efectuar una correlación vertical entre los distintos ob-
jetos que se encuentran en cada mapa temático.
A su vez cada uno de los mapas temáticos se puede dividir en sub-temas, así en el mapa
topográfico podemos tener las curvas de nivel, rutas, cursos de agua, etc. Por ello po-
demos pensar a dichos subtemas como capas yuxtapuestas, las que en la literatura se las
conoce con el nombre de “layers” o estratos.
Los datos alfanuméricos o atributos abstractos son las propiedades de cada uno de los
entes que figuran en el mapa. Este componente de los datos es llamado temático. Un
ejemplo característico son los datos de una parcela: nombre del propietario, dimensio-
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nes, superficie, valor fiscal y de mercado, uso de la parcela, historia fiscal (estado de las
cuentas impositivas), etc. Esta información se encuentra en bases de datos cuya aparien-
cia al usuario es similar a una tabla por cada uno o grupo de entidades cartográficas.
Ambos tipos de datos se encuentran aglutinados en lo que se conoce con el nombre de base
de datos. Una definición sencilla de este término es: un conjunto o colección de datos in-
ter-relacionados con la menor redundancia posible y que se halla lista para ser usada en
forma óptima y racional.
La representación del aspecto espacial se cimienta en dos formas o modelos de datos dife-
rentes y son las que se han denominado teselación o formato raster y la vectorial.
En el primer caso el espacio geográfico real es subdividido en pequeñas unidades en las
cuales se miden los valores temáticos existentes.
En el modelo vectorial se centra la información en la descripción de las fronteras exteriores
de los elementos geográficos existentes en el mundo real.
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Las diferencias entre uno y otro se pueden sintetizar en un ejemplo sencillo. Si se pretende
almacenar digitalmente la información contenida en un mapa de suelos, puede optarse por
una doble alternativa. Por un lado el mapa puede definirse por las líneas que separan los
distintos tipos de suelos. Para ello bastaría almacenar las coordenadas de esas líneas para
contar con toda la información original, suponiendo que podamos reconstruir, a partir de
esas líneas, la categoría a que pertenece cada unidad edáfica. Para ello es preciso describir
topológicamente el mapa digitalizado, esto es diseñar una tabla de referencia donde se in-
dique a qué línea pertenece cada coordenada, a qué polígono cada línea y a qué categoría
cada polígono.
La otra opción sería dividir la superficie que ocupa ese mapa en una matriz de celdillas o
teselas, todas ellas del mismo tamaño, que se consideran como unidades elementales de
información. El mapa se convierte en una malla regular de pixeles, en cada uno de los
cuales se almacenaría un valor numérico, descriptor del tipo de suelo que alberga.
En el primer caso, las unidades se definen por sus fronteras, indicando implícitamente su
contenido. En el segundo, los contenidos están explícitamente definidos y las fronteras
solamente de modo implícito.
Un aspecto importante es determinar como se relacionan los datos espaciales con los datos
temáticos asociados a ellos. En el modelo vectorial, la solución usual es el establecimiento
de un identificador para cada elemento geográfico representado que aparece en las dos ba-
ses de datos: la espacial y la temática. Para ello se elaboran programas informáticos que
establecen la relación entre las dos bases de datos a través del empleo de un identificador
común.
En la estructura raster el establecimiento de un indicador puede ser más variable, ya que a
veces el identificador coincide con un valor temático concreto que aparece en ese punto de
la realidad; otras veces se refiere a un objeto/elemento geográfico que puede estar dotado
de numerosas variables temáticas contenidas en otra base de datos.
Georreferenciación.
Una vez digitalizada la información que compone la base de datos es necesario realizar una
conversión de coordenadas para que toda la información quede referida a un único sistema
de coordenadas que son llamadas reales. Esta etapa constituye el georreferenciamiento y
las coordenadas que se utilizarán serán las de las proyecciones cartográficas más usuales
tal como UTM, geográficas (latitud y longitud), etc. Un SIG debe ser lo suficientemente
versátil para permitir ejecutar transformaciones de coordenadas en distintos sistemas carto-
gráficos.
Análisis y transformaciones.
En esta etapa se incluye cualquier operación que transforme las variables originales para
un objetivo determinado. Las posibilidades son muy amplias: señalar corredores en torno a
un polígono o línea; trazar la línea óptima entre varios puntos; generar modelos digitales
del terreno; superponer de formas diversas dos o más mapas; realizar tablas de coinciden-
cia espacial entre dos o más variables; ajustar mapas fronterizos; generalizar información;
suprimir polígonos inferiores a un umbral previamente fijado y un largo, etc. Cada una de
esas funciones puede ser origen de otras aplicaciones. Por ej., el análisis topográfico pasa
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por generar un modelo digital del terreno, a partir del cual pueden realizarse otros análisis:
estimación de pendientes y orientaciones, cálculo de perfiles, áreas vistas y ocultas, pers-
pectivas tridimensionales, etc.
Este vasto abanico de posibilidades constituye una de las principales novedades de un SIG
frente a las herramientas analíticas convencionales. La capacidad de cálculo de un ordena-
dor permite abordar operaciones muy complejas o inaccesibles manualmente. En esta inte-
gración entre distintas variables espaciales puede hallarse un camino muy prometedor para
una futura planificación, más eficaz, de los recursos que presenta un determinado territorio.
Representación visual.
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Al finalizar la exposición acerca del SIG, cabe preguntarnos cual es la conexión entre la
fotointerpretación y la Teledetección con aquel.
Intuitivamente surge que tanto una como la otra son herramientas importantes para crear la
base de datos del SIG, en cualquiera de los dos tipos de estructuración (vectorial o raster).
En cuanto a la fotointerpretación ejecutada visualmente, la forma de conectarse a un SIT es
mediante diversas técnicas de introducción de la información temática.
Entre estas técnicas una de las que brinda mejores resultados es el scaneado de los mapas.
Sin embargo, requiere un importante trabajo de edición para pulir posibles errores en la
codificación de líneas o en la topología del mapa.
La digitalización de coordenadas usando las mesas digitalizadoras es una operación lenta y
tediosa que requiere una detallada depuración de errores.
La fotografía digital va a permitir la incorporación directa de la información a las SIG
En cuanto a la teledetección podemos decir que es la herramienta óptima para volcar in-
formación dentro de las bases de datos.
Ello es así porque los programas de análisis digital de imágenes traen incorporados módu-
los que permiten la conexión a los SIG mediante:
* la incorporación directa del fichero generado por la clasificación digital.
* la incorporación de los valores digitales de los pixeles correspondientes a las
bandas originales.
Resulta evidente que la forma más conveniente es la primera, puesto que proporciona una
variable temática al SIG, obviando la tarea de la digitalización. Explicando mejor este con-
cepto, la clasificación digital genera un fichero numérico, en donde el valor del pixel indica
la categoría que se le asignó. Por tratarse de información digital, la integración en un SIG
resulta bastante sencilla. Los programas de corrección geométrica permiten referenciar la
clasificación al sistema de coordenadas definido por el SIG.
La forma correcta de llevar a cabo esta integración depende de la estructura de almacena-
miento del SIG. Si en la base de datos se pretende cargar el fruto de una fotointerpretación
o análisis visual, las categorías deducidas de la imagen se definen por sus fronteras, por lo
que el mapa resultante puede introducirse en un SIG de tipo vectorial. Asimismo puede
usarse un programa de conversión vectorial a raster para conectarse a este tipo de formato.
En ambos casos, resulta obligada la previa digitalización del mapa, introduciendo tanto los
polígonos que definen cada unidad temática como la categoría a la que pertenece. En este
sentido la entrada de datos es similar a la de cualquier aplicable en el caso de cartografía
convencional. Las ventajas de la teledetección frente a otras técnicas convencionales (co-
mo la aerofotografía) se refieren a su mayor accesibilidad temporal y menores errores
geométricos.
Si se abordó una clasificación digital de las imágenes, la conexión resulta más directa. El
pixel puede considerarse como la unidad teselar, por lo que una imagen clasificada ofrece
los mismos rasgos de un formato raster. En caso de contar con un SIG de estas característi-
cas la entrada de datos es inmediata una vez que la imagen clasificada se ajusta al sistema
de referencia elegido por el SIG (tipo de proyección y tamaño de la celdilla).
En caso de trabajar con un SIG de tipo vectorial es preciso abordar la conversión raster a
vectorial. Algunos sistemas de tratamiento digital de imágenes incorporan este tipo de al-
goritmos.
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Además del aporte de la teledetección a un SIG puede establecerse un flujo en sentido con-
trario, cuando variables almacenadas en un SIG se utilizan para mejorar la interpretación
de la imagen. Para ello se utilizan distintos algoritmos. Los desarrollos más recientes tien-
den a aplicar técnicas de análisis vectorial a la interpretación de imágenes: estratificación,
reconocimiento de objetos y empleo de sistemas expertos.
Tipos de mapas
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En forma muy general, para la ejecución de una cartografía automatizada se requieren tres
etapas:
1) Captación de datos.
2) Tratamiento e integración de la información.
3) Explotación del sistema: obtención del producto final.
La etapa 3 brinda el producto final a través de los mapas, cartas o planos, informes, tablas
de informes de distinta temática en determinada representación gráfica. Además prevé la
posterior actualización a fin de establecer un proceso dinámico. El estado de la técnica y
los medios disponibles determinan los métodos a aplicar.
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interpretando los detalles. Estos pueden ser cruces de alambrados, cruces de caminos,
abrevaderos, esquinas de una ciudad, bancos de una plaza, etc.
Al terreno, el agrimensor debe concurrir con las fotografías aéreas y las monografías y allí
pueden suceder dos casos: a) que el punto determinado en el gabinete sea perfectamente
identificable en cuyo caso se procederá a la medición. b) Que los detalles hayan variado,
entonces deberá elegirse un punto próximo a éste, realizarse una nueva monografía que
reemplace a la primera y luego la medición correspondiente. Una vez en el gabinete con
todas las mediciones efectuadas se realiza el cálculo, ajuste y compensación del block ob-
teniéndose las coordenadas X, Y, Z de los puntos de apoyo del sistema terreno.
El levantamiento planialtimétrico debe ser planificado teniendo profundos conocimientos
de fotogrametría, topografía y geodesia a fin de que se cumplan las precisiones que se
esperan obtener de los trabajos.
Ejemplo.
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Terminología de la Fotogrametría.
Dentro de la terminología de la fotogrametría que debe ser conocida por todo fotointérpre-
te encontramos:
Recordemos el concepto de desplazamiento por relieve, cuyo fundamento es que al ser las
fotografías aéreas una proyección cónica o central, donde el centro óptico de la cámara de
toma actúa de centro de proyección, la proyección de objetos que se hallan por encima o
por debajo del plano de proyección, (la película fotográfica), queda desplazada con respec-
to a la posición que tendría si la proyección fuera ortogonal. Así, cuanto más lejos del cen-
tro de la foto se hallan los objetos, mayor será su desplazamiento debido al relieve, o sea su
deformación.
El par de fotogramas, o sea el juego de dos fotografías aéreas consecutivas con una super-
posición del 60% como mínimo entre ambas, constituye un modelo estereoscópico al ser
observadas con los instrumentos apropiados, ya sean los simples estereoscopios o los resti-
tuidores.
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Esta O.R. se puede realizar por métodos analógicos o analíticos. Los primeros son aquellos
que establecen analogías óptico-mecánicas entre ambos proyectores. Los métodos analíti-
cos se realizan en base a cálculos y algunas mediciones basados en los modelos matemáti-
cos convenientes que responden al comportamiento de las paralajes con los movimientos a
que está sometido el avión.
El modelo así obtenido está listo para su restitución, entendiéndose por tal al proceso de
extracción de la información métrica del modelo, lo que se efectúa con el auxilio de un
índice móvil, llamado marca flotante, que recorre todo el modelo y cuyas mediciones, x, y,
z de todos los puntos, se transmiten a una mesa de dibujo o a una pantalla de televisión.
Pero para poder realizar la O.A. se requiere conocer las coordenadas de puntos terrestres
que se identifiquen perfectamente en los fotogramas. Para la determinación de estas coor-
denadas planialtimétricas se debe ejecutar el proceso de apoyo de campo. No obstante ello,
también pueden ser extraídas de trabajos preexistentes de redes geodésicas o topográficas
medidas en el terreno.
El apoyo o control de campo, si es que va a ser efectuado para esta tarea, consta de dos
fases: ejecución de la red básica o puntos obtenidos por trilateración, triangulación o poli-
gonales topográficas de precisión, medidos en el terreno (son los llamados puntos de apoyo
mayor), sin una distribución particular. La segunda fase es la obtención de la red de apoyo
fotogramétrica constituida por puntos determinados por mediciones muy precisas en las
fotografías que se apoyan en los anteriores (son los puntos de apoyo menor constituidos
por los puntos centrales de las fotografías y por los puntos de enlace entre fotos y corridas
consecutivas). Deben poseer una distribución particular en el modelo de acuerdo a la geo-
metría del vuelo. Su determinación y cálculo es lo que constituye el proceso fotogramétrico
conocido como “aerotriangulación“.
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La elección de los puntos de apoyo mayor se efectúa en el gabinete con el mosaico (o con-
junto de todas las fotografías del área a trabajarse) teniendo en cuenta la accesibilidad del
punto desde el terreno y su visibilidad con respecto a los demás.
La planificación de la red de apoyo mayor se puede ejecutar con anterioridad al vuelo, en
cuyo caso se procederá a marcarlos convenientemente para que sean visibles en las foto-
grafías. O se pueden elegir con posterioridad al vuelo.
Cuando deseamos transformar una fotografía aérea (proyección cónica o central del te-
rreno) obtenida desde un vehículo aéreo o espacial en una proyección ortogonal, estamos
hablando del proceso fotogramétrico conocido como “rectificación”. Se utilizan los ins-
trumentos denominados rectificadores que trabajan con una sola fotografía.
Este proceso puede realizarse cuando el terreno es relativamente llano dentro de ciertos
límites de tolerancia. El documento cartográfico que se obtiene se llama fotoplano. Sus
aplicaciones cartográficas han sido muy difundidas en trabajos catastrales sobre terrenos
llanos durante décadas anteriores.
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Interpretación ( * )
Procesos Fotogramétricos
Restitución
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Sensor satelital
Estaciones receptoras
Mensuras.
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Para ello se consulta en la Dirección de Catastro las mensuras existentes de la zona, se re-
plantean sobre el mosaico de fotografías correspondiente, se identifican los alambrados de
los deslindes para proceder a la ubicación y verificación de la situación de la parcela en
cuestión.
Planificación de mensuras.
En la planificación para la ejecución de mensuras cuyos objetos puedan ser loteos, división
en suertes de chacras, o en una mensura de cualquier extensión, se utilizan las fotografías
aéreas de tal forma de visualizar los alambrados perimetrales si los hubiere; observando
estereoscópicamente las formas y cobertura del terreno, se podrá obtener una visión de
conjunto de las características con que nos encontraremos cuando concurramos al terreno.
De esta forma se puede planificar de antemano los desmontes para abrir las picadas que
habrán de ejecutarse; las extrapoligonales e intrapoligonales que se habrán de medir en el
terreno para salvar lagunas o arroyos que deslinden a la parcela en ejecución de mensura.
También se observan las rutas, caminos, líneas férreas que servirán de acceso a la propie-
dad o que la limitan. Se puede calcular la superficie aproximada, verificar aproximadamen-
te los ángulos a medir y la longitud de los lados.
En el caso de proyectar loteos y colonias, se puede estudiar mediante el uso de las fotogra-
fías aéreas la conveniencia del diseño de los lotes, según las aptitudes del suelo de manera
que constituyan cada una de las parcelas proyectadas una unidad económica. También se
puede planificar los lugares en donde abrir las calles de acceso; en función de la pendiente
del terreno, la que es observada estereoscópicamente, pueden preverse los canales de desa-
güe.
Nivelaciones.
En la ejecución de nivelaciones, la fotointerpretación es un auxiliar de la tarea del agri-
mensor al permitirle planificar y controlar su actividad.
Tasaciones.
Por último es necesario mencionar que así como la fotointerpretación es útil para efectuar
las valuaciones fiscales, también lo es para el agrimensor cuando efectúa la tasación de un
inmueble.
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Bibliografía:
“ Fotogrametría “ - Serafín López Cuervo - Egraf - Madrid - 1980 -
“ Some thoughts on photointerpretation “ - P.A. Vink - I.T.C. Publications-
1965 -
“ Ordenamiento Territorial “ - Agrim. Carlos Alberto Bianco- Revista “ Qué
es Agrimensura “ - Rosario - 1985
“ Fundamentos de Teledetección Espacial “ - Emilio Chuvieco.
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