Laempresadinmica PDF
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Dedicatoria:
2
INTRODUCCIÓN
3
busca contribuir a la comprensión de la nueva empresa de la sociedad
de la información, su naturaleza y su identidad.
4
Contenido
INTRODUCCIÓN........................................................................................................ 3
CAPÍTULO I................................................................................................................. 8
5
1.3.7. La dinámica de la responsabilidad social.................................. 102
BIBLIOGRAFÍA............................................................................................. 236
INFOGRAFÍA................................................................................................. 292
6
7
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
8
un concepto humanista de la misma, a fin de reiterar el bien, como la
dimensión filosófica de la organización humana.
9
La Tabla 2, organiza la línea de pensamiento de los autores que, a
juicio propio y en continuidad con el anterior eje, permiten constituir con
claridad a la empresa como una organización productiva en coherencia
con el propósito de la presente revisión, que establece a la empresa
como objeto de estudio. Adicionalmente se señala un recorrido por el
concepto de trabajo desde un enfoque humanista, lo cual advierte la
utilización constante del concepto trabajador como causa eficiente y
que le da el tinte a este recorrido de una legitimación dignificante del
trabajo humano.
10
En las Tablas 3 y 3b, se abordan aquellas líneas de autores que
describen de alguna manera los componentes de la empresa de la
Sociedad de la Información y del Conocimiento. El común denominador
son aquellas características vigentes de la empresa contemporánea,
definidas no por un orden temporal de la época, sino por ciertas
funciones a manera de paradigmas, constituidos por la dinámica de la
empresa en la sociedad.
Creencias y valores en la
Litwin, G., Stringer, R. (1968)
organziación
11
Hitt, L. Chen, P. (2005). El nuevo cliente
La libertad y la responsabilidad
Paladino, M. (2004)
social
La persona humana en la
Polo, L. (1993)
organización
12
Tabla 3b. La dinámica de la empresa de
la Sociedad de la Información y del Conocimiento
Autor Línea de estudio
La comunicación sistematizada en la
Lapointe, Liette., Rivard, S. (2007)
empresa
Interfaces de la comunicación
Sthol, C. (1995)
organizacional
13
Aguado, D. (2007) Comunicación y desarrollo personal
La investigación en la comunicación en la
Taylor, B. Trujillo, N. (2001)
empresa
Simbología en la comunicación
Daft, R. y Steers (2000)
organizacional
Perspectivas de la comunicación
Kovacic, B. (1994)
organizacional
Organización propia
14
La Tabla 4, muestra el recorrido teórico sobre algunas líneas de
autores que proponen una adaptación al ajuste que las empresas deben
realizar para su debida actualización y viraje hacia una organización
de la Sociedad de la Información. Se considera, no la casualidad de los
cambios requeridos, sino, por el contrario, la respectiva consecuencia de
la presión del medio económico, definidos en términos de supervivencia
y competitividad.
Organización propia
15
En la Tabla 5, se señala el recorrido por el modelo: estructura,
conducta, resultados; a partir de líneas vertientes de la economía
industrial. Se procura comprender la dinámica de la empresa en la
Sociedad de la Información y del Conocimiento considerando que
los componentes del modelo permiten la explicación del fenómeno
empresa como escenario interdisciplinar de estudio, en donde lo que
sucede en su interior tiene repercusiones en el contexto, y viceversa, y
afecta el logro de los objetivos corporativos.
Organización propia
16
Las Tablas 6 y 6b, relacionan la línea de pensamientos que
explican la dinámica de los nuevos modelos de la administración
que, a criterio propio, han evolucionado desde las categorías clásicas
de la administración de empresas, a saber: planeación, organización,
dirección y control. Estos modelos, orientados por la tecnología
administrativa, guardan alineación con las exigencias y el deber ser de
la organización de la Sociedad de la Información y del Conocimiento
en la que, claramente, se advierte un viraje hacia la empresa virtual
donde espacio, tiempo y hasta el mismo capital son revalidados. En esta
línea, se aborda el nuevo concepto de trabajo, denominado teletrabajo,
demarcado por la redefinición de presencialidad y tiempo.
La dirección de la empresa / La
Artis, C., Becker, B., Huselid, M. (1999)
administración por objetivos
La alineación de la dirección y el
Ashford, S., Black, J. (1996)
control
La administración a distancia.
Cuesta, F. (1999) Gestión de la calidad. La
organización virtual
Becker, B. Huselid M., (1999), Mendenhall, M., Gestión del recurso humano
Jensen, R., Black, J., Gregersen, H. (2003)
17
Mayo, A. Lank, K. (2003) El aprendizaje en las
organizaciones
Organización propia
Administración del
Zott C. Amit R. (2007)
emprendimiento
18
Gibson, R. (1998) Negocios del futuro
19
Finalmente, la Tabla 7 muestra el recorrido por las nuevas dinámicas
del trabajo tanto en la influencia recibida por las nuevas tecnologías
de comunicación e información como en la dinámica de los nuevos
modelos administrativos, orientados hacia la eficiencia en la realización
del trabajo, en la optimización del recurso financiero y del capital
humano.
1 Bertrand Rusell, (1962), en Perspectivas de la Civilización industrial, analiza la Revolución Industrial como un
fenómeno al que va a llamar industrialismo. “Industrialismo, es esencialmente, producción (incluyendo distribución) por
métodos que requieren mucho capital concentrado, capital, no es dinero, sino medios de producción”. P. 19.
2 Max Weber (1922), en Economía y Sociedad, edición 1997, por el Fondo de Cultura Económica, México, traducción
de Carlos Gerhard, define Sociedad cómo “Una relación cuando y en la medida en que una relación social se inspira en
una compensación de intereses por motivos racionales (de fines o de valores) o también en una unión de igual motivación.
La sociedad de un modo típico, puede especialmente descansar (pero no únicamente) en un acuerdo o pacto racional, por
declaración recíproca.” P. 33.
3 Aristóteles (384ac-322), en Política, edición de 1999 con traducción de Manuela García Valdés, denomina a la
organización como Constitución dividida en dos comunidades Política y Familiar. Libro I, II, III, P.p 45-279.
21
comparten la naturaleza misma de la persona que es producir bien4
para sí mismo y para los demás. Por tanto, la naturaleza de la persona
es la misma naturaleza de la organización y, a su vez, es la misma
naturaleza de la sociedad. Según (Melé, 1995, pág. 61), “se prescribe
que el hombre y la sociedad tienen afines su naturaleza y su fin. Por lo
que respecta al fin, el fin de la sociedad es el fin del hombre. La unidad
de orden significa entonces que las relaciones que se crean buscan el
fin del hombre, que es el bien del hombre, a saber, el desarrollo de su
propia naturaleza.” Aristóteles en este sentido diría, “el bien es el fin de
todas las acciones del hombre, (…) y el “fin supremo del hombre es la
felicidad”. (Aristóteles, 1987, págs. 57-63)
La posibilidad de perfección que tiene la persona se refleja en la
perfección de la organización y, por ende, la perfección de la sociedad.
La perfección es dimensión deontológica y teleológica del bien. Por
tanto, entre más bien se logre por la persona y la organización más
perfecta será la sociedad humana.
Para el logro de este bien se requiere de la cooperación, tal como lo
señaló, cuando definió que la organización es una consecuencia de las
necesidades humanas personales y que, para el efecto, los seres humanos
se ven obligados a cooperar debido a sus múltiples limitaciones físicas,
biológicas, psicológicas y sociales, para alcanzar metas personales
(Barnard, 1959, págs. 80-85).
Asimismo, esta cooperación es más efectiva, más productiva y
menos costosa, en la mayoría de los casos, con algún tipo de estructura
organizacional (Koontz & O’Donnell, 1968, págs. 300-301).
Dicho de otro modo, “el término organización se presenta por
razones originales e innatas en el hombre pues este es un ser social por
naturaleza, el cual establece ciertos niveles de interés según sus deseos.
4 Thomas Hobbes (1640), en Elementos de Derecho Natural y Político, traducción del inglés de Dalmacio Negro Pavón
1979, define al bien así: “por pasión natural todos los hombres llaman bien a lo que les agrada de momento o en la medida
en que puedan preverlo así; y de manera parecida llaman mal a lo que les desagrada. Por tanto, el que prevé todo lo que
resulta adecuado a su conservación (que es el fin a que todos aspiramos naturalmente) tiene también que llamarlo bueno y
el contrario malo.” P. 235.
22
El interés se centra en los recursos de una organización, en particular
en áreas claves con capacidad para suministrar valor agregado, y no
en disipar la atención de estas áreas sobrecargando sus capacidades de
organización.” (Tapscott, 1995, pág. 9).
En consecuencia con la naturaleza de la organización, se requiere
del ejercicio de la inteligencia y de la voluntad de la persona, para
generar las condiciones ideales de convivencia en la cooperación,
mediante el ejercicio de las virtudes humanas para la vivencia de las
virtudes sociales. Así, la justicia, la caridad, la templanza, la prudencia,
la humildad o la fortaleza son el soporte de la amistad, la cooperación
y la solidaridad.
Esta convivencia convoca el interés particular y el interés público5 en
la búsqueda del bien. Para esto, sus partícipes desarrollan y establecen
reglas y normas de comportamiento, tareas y funciones, recursos y
métodos, tiempos y espacios, herramientas y procesos.
El público, desde los postulados de se estableció como la esfera del
trabajo y de la acción humana, para la construcción del bien social.
Solamente en estas dimensiones el hombre alcanza su memoria histórica
trascendente en contraposición con el simple ejercicio de la labor como
satisfacción de las necesidades básicas en una mera condición animal.
La economía política evoluciona del dominio de la familia griega,
oikos, a los asuntos del estado, estableciendo una estrecha relación
entre lo público y el estado, entre la familia y lo privado. El bien común
será la finalidad del interés público. (Arendt, 1971, págs. 50-58)
Esta lectura, desde Arendt, permite establecer una lectura cercana
de la función de la organización en la construcción de lo público. Así,
quien trabaja y prospera en acciones contribuye al bien común que, en
última instancia, es la construcción de lo social.
23
Sin embargo, se advierte una diferencia sustancial entre lo social y
lo público y, por supuesto, su antónimo: lo privado; todos escenarios de
realización de la organización. Lo social se presenta como la evolución
moderna de la multidiversidad de los miembros de la familia clásica
griega, en donde la privacidad de la política constituía su condición
de privado; luego, lo privado no era sinónimo de íntimo ni la sociedad
era la suma de las familias. Los asuntos de lo público eran lo político,
el discurso y las ideas. Hoy, lo privado, se entienden como parte de la
esfera de la propiedad y la intimidad (Arendt, 1971, págs. 58-73).
Lo social, como manifestación de la sociedad actual, absorbe
la multidiversidad y la suma de identidades, del individuo, de las
organizaciones, del estado y, en menor proporción, de las familias,
unidas por un fin natural, el bien común, que a pesar de esta evolución
se mantiene estable (Arendt, 1971, págs. 38-49).
Este bien se traduce en el objetivo de la organización. Debe ser
compartido por sus integrantes, y así la persona establece una relación
entre su dimensión privada y su dimensión pública no como un
sometimiento de lo privado a lo público, sino como unidad donde se
dignifica la persona en la organización, y la organización se dignifica
en la persona. Por tanto, la sociedad se dignifica en ambas.
Este bien se entiende como el bienestar que produce la organización
en la persona; el beneficio que recibe la organización por el trabajo de
las mismas; y el bien producido y compartido a los miembros de la
sociedad. Melé sostiene cómo “el desarrollo armónico de las virtudes
se consigue mejor en la familia que en la empresa, en cuanto implica
a la persona en la totalidad de sus capacidades. En consecuencia la
relación familiar requiere, tanto por parte del propio individuo como
de los demás, una primacía respecto al trabajo profesional. No cabe
decir que una persona es virtuosa y desempeña bien su trabajo si no
es capaz de discernir esta primicia y hacerla en su propia vida” (Melé,
1995, pág. 68).
24
1.1.2. De la organización humana a la organización productiva
7 Adalberto Chiavetano (1995), en Introducción a la Teoría General de la Administración, sostiene que para los
estructuralistas “el ambiente esta constituido por las demás organizaciones que forman la sociedad; por consiguiente
una organización depende de otras organizaciones para seguir su camino y alcanzar sus objetivos. La iteración entre la
organización y el ambiente se hace fundamental para la comprensión del estructuralismo”. P. 325
8 Florencio Rodil, 1975, en Lecturas sobre organización, establece que, con el desarrollo de la agricultura, el hombre termina
su etapa de nómada cazador e inicia una nueva era aposentado en una región, dedicado a la explotación de la tierra a fin de
obtener los bienes que le son necesarios para su propia subsistencia.
9 Ibíd. Alrededor de la agricultura podemos situar el desarrollo de la tribu, lo cual constituye en sí una nueva clase de vida
social. “Antes de que comenzara la labranza de la tierra y la cría de ganado, todo aquel que quería comer debía aportar su
participación en la búsqueda de alimento, en la que virtualmente toda la tribu se hallaba implicada; pero cuando los cerebros
con visión hacia el futuro, que habían ideado y planeado las maniobras cinegéticas, volvieron su atención a los problemas
de organizar el cultivo de la tierra, la irrigación de ésta y la alimentación de animales cautivos, consignaron dos cosas: por
primera vez se creó no sólo una provisión constante de alimentos, sino también un excedente alimentario regular con el
que se podía contar; la creación de este excedente fue la llave que debía abrir la puerta a la civilización. Civilización que por
mucho tiempo tuvo que buscar un desarrollo genético para poder colectivizarse.” P. 17.
25
funciones con un mismo fin10. La primera, la función económica,
establecía el origen de los recursos de subsistencia de la alimentación
(agua, caza, pesca, ganadería, agricultura, sal); el vestuario (pieles,
lana, algodón, seda); la vivienda (piedra, madera, palma); y la energía
(tracción humana, tracción animal, fuego, gravedad, viento).
De esta función se derivó la dimensión de la organización productiva
que propendía la producción de bienes básicos para sus miembros.
Estableció un nuevo rol económico para el intercambio de los productos
excedentes, la comercialización, originando las organizaciones
comerciales.
La segunda, la función política, definió la organización de los roles
sociales: la familia (mujer y varón); la propiedad (ciudadano, esclavo);
el estado (gobierno, gobernados); la soberanía (ejército, territorio); la
justicia (derechos, deberes); las normas (reglas y leyes); los sistemas
(república, dictadura, monarquía, democracia). Esta función originó
la organización oficial dedicada a los dictámenes del bien común que
suponía el establecimiento del orden para la convivencia; el ejercicio de
la libertad de acuerdo a la naturaleza de los derechos y deberes de sus
miembros; la defensa del territorio y de los medios de producción; la
formulación de las leyes y la administración de la justicia (Montesquieu,
1944, págs. 25-40).
Estos dos tipos de organización compartían el mismo fin: la
satisfacción de necesidades de sus miembros. Sin embargo, surgieron
dos conceptos de bien antagónicos y complementarios: el bien
particular y el bien común. El bien particular se ordenó a la dimensión
personal y familiar; y, el bien común, a la sociedad. En el medio de los
dos bienes apareció la organización productiva que, de acuerdo a la
influencia del poder y del carácter de propiedad, en algunas ocasiones,
10 Stephen, Robbins (1996), en Comportamiento Organizacional, define que la organización es una unidad social
rigurosamente coordinada, compuesta de dos o más personas, que funciona en forma relativamente constante para
alcanzar una meta o conjunto de metas comunes. Las empresas de servicios y las de fabricación reúnen los requisitos de esa
definición, lo mismo que las escuelas, hospitales, iglesias, unidades militares, tiendas minoristas, departamentos de policía,
organismo del gobierno federal, estatal y municipal”. P.p. 4-5.
26
podría invocarse sobre el interés particular o sobre el interés común11.
Esta distinción se consolidó con el advenimiento de la propiedad
y su reconocimiento por la organización política. Esta última instauró
a la propiedad como lo privado, en su aseveración actual. “Al nacer
el hombre (…) no sólo tiene por naturaleza el poder de proteger su
propiedad, es decir, su vida, su libertad y sus bienes, frente a los daños
y amenazas de otros hombres, sino también el de juzgar y castigar
los infringimientos de la ley que sean cometidos por otros (…) Ahora
bien como no hay ni pude subsistir sociedad política alguna sin tener
en sí misma el poder de proteger la propiedad y, a fin de lograrlo, el
de castigar las ofensas de los miembros de dicha sociedad, única y
exclusivamente podrá haber sociedad política allí donde cada uno de
sus miembros haya renunciado a su poder natural y lo haya entregado
a manos de la comunidad” (Locke, 2003, pág. 103).
En este escenario, se arropó a la familia como la célula constitutiva
de la sociedad, que aportaba al individuo la identidad y la cultura,
ordenadas a la preservación de la especie como parte esencial de la
finalidad de la organización humana.
Sin embargo, esta organización tradicional no mantuvo el interés
particular como sustento del interés común. Por el contrario, el interés
general o común se tipificó de acuerdo a los intereses de los sectores
de la población que habían heredado o conquistado el dominio sobre la
propiedad de los recursos de supervivencia. Este escenario constituyó
una relación cerrada entre poder, sistema político y economía, dividiendo
drásticamente la organización entre niveles jerárquicos de acuerdo a la
proporción de la propiedad. Quienes tuvieron la mayor parte debieron
desplegar los recursos para su protección, dando origen al ejército como
organización militar, que, en última, garantizó el ejercicio de la política por
parte de quienes debían gobernar y sobre quienes debían ser gobernados.
La carrera por obtener recursos necesarios para la supervivencia de los
11 John Locke, (1764), en Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil, traducción de Carlos Mellizo, edición y reimpresión
de 2003. Capítulo 7 De la sociedad política o civil. P. 96.
27
pueblos12 dio origen a las conquistas de un pueblo sobre otro que ocupaba
el territorio y el dominio sobre el recurso perseguido. De este proceso
constitutivo de la propiedad se derivaron las formas de dominación del
hombre sobre el hombre13: el hombre sobre la mujer, el amo sobre el
esclavo, el amo sobre el siervo, el terrateniente sobre el jornalero14, el
directivo sobre el obrero y el empleador sobre el empleado15.
La propiedad incluyó a la fuerza como uno de sus recursos. Esta se
convirtió en el elemento crítico para la protección de los recursos tanto
de los demás pueblos como de sus mismos miembros. De este proceso
surgieron las castas dominantes sobre las masas dominadas. El poder
se constituyó en el dominio de la fuerza, la propiedad, el gobierno y la
producción agrícola16.
La mejora de las técnicas de la fuerza – la guerra – y las técnicas de
producción se constituyeron en los móviles para el desarrollo de una
nueva sociedad, alimentada por el pensamiento social de libertad de los
oprimidos sobre la opresión de las castas dominantes y que reclamaban
la igualdad17 como estatus natural del individuo sobre la desigualdad
cultural de la sociedad. Implica una nueva sociedad llamada sociedad
civil (Locke, 2003, pág. 111).
12 El concepto de pueblo es propio y es tomado desde una visión sociológica donde la identidad y el origen compartido
por familias, clanes y tribus conforman una identidad cultural; desde la mezcla de las características naturales e incluso
diferentes como la raza.
13 John Locke, en Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil, traducción de Carlos Mellizo, edición y reimpresión de
2003. El concepto hombre es tomado como el nombre de la especie y, en el segundo caso, como el nombre del género
masculino del miembro, en consecuencia a su pensamiento P. 101.
14 Ibíd. P. 101.
15 Estas últimas relaciones se enmarcan en la sociedad industrial y que son vigentes para sociedad contemporánea.
16 Este período de la organización de la sociedad tradicional, aunque se mantiene en algunos pueblos primitivos
contemporáneos, implica registros universales característicos en la cultura occidental hasta finales del siglo XVII con el
nacimiento de nuevos sistemas de producción industrial.
17 Thomas Hobbes (1640), en Elementos de Derecho Natural y Político, traducción del inglés de Dalmacio Negro Pavón
1979, “Los hombres son iguales por naturaleza”, y explica “Todo hombre tienen derecho, por naturaleza, a todas las cosas;
es decir; a hacer lo que oiga a quien escucha a poseer, emplear y disfrutar todas las cosas que desee y posea. (…) hemos
de reconocer que forzosamente aquellos hombres que son moderados y no pretenden más que la igualdad natural, deberán
oponerse a la fuerza de otros que intenten subyugarles. De esto procese la desconfianza natural de los hombres y su mutuo
temor.” P.p. 202-203.
28
1.1.3. Nociones de organización
18 Florencio Urrego (1975), en Lecturas sobre Organización, establece que las propias características sicológicas
y culturales de los hombre hacen que se conforme otro tipo de relaciones no previstas por la organización formal,
relaciones que comúnmente no tiene un vínculo estrecho con el trabajo que desempeña el individuo pero que influye en
su comportamiento y relaciones de trabajo. Estas relaciones, de amistad y respeto, de compartir ciertos valores morales,
religiosos o culturales, surgen en forma espontánea entre los individuos, a la manera como surge la organización social en
un grupo. Por esta característica de emerger espontáneamente en el seno de la organización formal, este tipo de relaciones
se denomina “Organización Informal”. P. 32
19 Ibíd. En la creación de estas organizaciones se establece una jerarquía dada por las diferentes funciones (directivas,
operativa) que deben desempeñar los individuos para alcanzar los objetivos por los que fue creada la organización. A esta
estructura jerárquica y al hecho de su creación por los hombres, es a lo que comúnmente la teoría denomina: “Organización
Formal”. P. 32
29
contabilidad y administrativa20. Asimismo, identifican dos tipos de
organización formal vigentes en la organización contemporánea:
organización lineal, también conocida como militar, y la funcional.
La principal característica de la primera es la centralización de las
decisiones, la distribución de tareas y la responsabilidad en una sola
persona. La segunda, denominada funcional, es un tipo de estructura
organizacional que establece las funciones que vimos en el párrafo
anterior. (Taylor & Fayol, 1983, págs. 70-88). Algunos autores la
denominan organización de tipo jerárquico y consultivo (Chiavenato,
1995, pág. 273). “Existen dos tipos de organización a los que F. Taylor
les da el nombre de organización funcional y organización militar.
La primera es una organización para construir y la segunda, una
organización para destruir.” (Harrington, 1993, pág. 19).
Al interior de la organización formal, Emile Durkheim estableció la
distinción entre los aspectos formales e informales de la organización
(Hatch, 1997, pág. 30) y que hoy son considerados de vital importancia
en la esfera pública de la organización, tanto en los aspectos propios
del trabajador como en los asuntos relacionados con el interés de la
organización. Por su parte (Hannan & Carroll, 1992) describen la
organización formal desde el reconocimiento que realiza la sociedad
de la misma como una forma de legitimación efectiva.
Otra clasificación de organizaciones enfocada desde la contribución
que estas hacen a la sociedad la realiza Parsons, quien establece
una tipificación propia diferente a las observadas anteriormente:
organizaciones de producción (empresas), encargadas de elaborar
productos de consumo; organizaciones políticas (sindicatos), que
buscan metas políticas; organización integrativa (bomberos),
encaminada a motivar la satisfacción de expectativas institucionales; y
20 Fayol y Taylor: (1911), en Administración Industrial y Gerencial: Principios de la Administración científica, y la
edición aquí revisada 1983. Escuela de la administración Científica: Esta última establece las características básicas para
el logro de los objetivos de la organización formal: La división del trabajo, autoridad, disciplina, unidad de mando, unidad
de dirección, subordinación del interés particular al interés general, remuneración del personal, centralización, jerarquía,
orden, equidad, estabilidad del personal, iniciativa y la unión del personal. P.p. 23-46
30
organizaciones para el mantenimiento de patrones (escuelas), aquellas
que tratan de asegurar la estabilidad de la sociedad (Parsons citado por
(Méndez, Zorrilla, & Monroy, 1992, pág. 82).
Una nueva clasificación de la organización con base en el uso del poder
y el significado de la obediencia la realiza Etzioni. De acuerdo con los
tipos de controles que se aplican a los participantes establece la siguientes
clases: coercitiva, aquellas en donde el poder se impone por la fuerza
física o por los controles basados en premios o penas; utilitaria, en donde
el poder se basa en el control de los incentivos económicos; normativa, en
las que el poder se basa en un consenso sobre los objetivos y los métodos
de la organización. (Etzioni citado por (Chiavenato, 1995, págs. 39-40)
Renate Mayntz propone una clasificación de las organizaciones
tomando en cuenta sus objetivos y formula tres categorías: las que se
limitan a la coexistencia de sus miembros (círculos de esparcimiento
y recreación); las que actúan de manera determinada sobre un grupo
de personas que son admitidas para ese fin (las prisiones, las escuelas,
las universidades, los hospitales, las iglesias); y las que tienen como
objetivo el logro de cierto resultado o determinada acción hacia fuera
(la administración pública, la política, los partidos, las instituciones
de previsión social y las asociaciones benéficas) (Mayntz citado por
(Méndez, Zorrilla, & Monroy, 1992, pág. 83).
Para Peter Blau y William Scott, el beneficio determina un nuevo
tipo de clasificación de la organización: asociaciones de beneficio
mutuo (sindicatos, partidos políticos, sectas, clubes y sociedades
profesionales); firmas comerciales, que benefician a propietarios y/o
directivos (industrias, bancos, almacenes, compañías de seguros;
empresas de servicios, que benefician a sus clientes (hospitales,
escuelas, agencias de promoción social); y de bienestar común, que
benefician al público en general (oficinas gubernamentales, policía,
bomberos, institutos de investigación científica) (Blau y Scott citados
por (Méndez, Zorrilla, & Monroy, 1992, pág. 83).
31
Daniel Katz y Robert Kalin, aunque no establecen un hilo conductor
para la clasificación de las organizaciones, proponen cuatro tipos:
productivas, encargadas de fabricar bienes y proporcionar servicios
(aquellas que crean riqueza para el público o para algún sector de
la economía); de mantenimiento, dedicadas a la interacción social
(escuelas, sectas religiosa); de adaptación o adaptativas, encargadas
de las estructuras sociales que crean conocimiento (institutos de
investigación, universidades), y político administrativas, encargadas
de coordinar y controlar a la gente y los recursos (partidos políticos,
sindicatos, organizaciones de profesionales). (Katz y Kalin citados por
(Méndez, Zorrilla, & Monroy, 1992, pág. 84).
Sin importar las clasificaciones que se realizan de la organización,
(Martínez & Carlos, 1986, pág. 33) establece que hay componentes
comunes en cada una de ellas a manera de pilares o hilos conductores
constantes, a saber: conjunto de personas (dirigentes y dirigidos),
objetivos, estructura – función, recursos, contexto y sistema
administrativo.
Por último, se podría establecer que uno de los grandes soportes de
la organización contemporánea de las últimas tres décadas ha sido su
regreso a los valores sociales21, expresados en términos de actualidad,
según (Maslow, 1988, págs. 135-136): verdad, bondad, belleza,
plenitud, trascendencia de la dicotomía, vitalidad, unicidad, perfección,
necesidad, culminación, justicia, orden, simplicidad, riqueza, facilidad,
diversión, autosuficiencia.
21 Abraham H. Maslow, (1988), en La Amplitud potencial de la naturaleza humana, título original en inglés, The Farther
Reaches of Human Nature, define los Valores del ser, no específicamente los valores sociales. “Los valores no son lo mismo
que nuestras actitudes personales hacia estos valores ni que nuestras reacciones emocionales hacia ellos: Los valores nos
inducen a una especie de sentimiento de ser necesarios y también a una sensación de devaluación”. Sin embargo, éstos se
aplican en la organización en la dimensión social. Asimismo estos valores, podrían ser una actualización de las virtudes
formuladas por Aristóteles en Ética a Nicómaco. P. 321.
32
1.1.4. Antecedentes de la empresa como organización productiva
22 Ramón Castaño (1966) en Ideas Económicas Mínimas, definió que La Revolución Industrial tiene su punto de partida
con el descubrimiento de la máquina de vapor y su aplicación a la industria y al transporte en Inglaterra. Gracias a ésta
revolución hubo un cambio en la producción textil, los ferrocarriles, el acueducto el alcantarillado y una mejoría en la vida
doméstica. P. 11.
23 Robert Satet (1958), en Productividad y Organización Científica, busca y propone las fuentes que soportan la teoría
Clásica de la Organización a manera de antecesores teóricos. En este sentido precisa que: “Roger Bacon recomienda el
estudio directo de la naturaleza, de la observación y de la experiencia y seguidamente, la aplicación del raciocinio a la
observación y a la experiencia, es el precursor de la ciencia experimental. P. 10. (…) René Descartes da un notable impulso
a los principios básicos de la organización, (…) Los principales artífices de la Organización Científica del Trabajo se dieron
a conocer basándose, conscientemente o no, en estas cuatro reglas: Taylor, de una parte, y Fayol, de otra, llegaron a crear
lo que conocemos como la ciencia de la organización”. P. 12.
24 Antonio Lucas Marín, (2002) en Sociología de las Organizaciones definió a la organización tradicional como las
diferentes formas de organización a lo largo de la historia para la producción agrícola y pecuaria.
33
el comportamiento, la identidad y la cultura se masificaron. El Estado,
a través de la economía política, intervino en la regulación de las
mismas, dictaminando la estructura legal del empleo, de la seguridad
y de la salud industrial, del sistema de pensiones, de la regulación de
los sindicatos, de las identidades de las personas jurídicas, del sistema
financiero, de impuestos, de la protección al capital privado y los
intentos de la constitución del capital del proletariado.
25 Mary Hatch (1997), en Organization theory: modern, symbolic, and postmodern perspectives., define que “la
naturaleza de el trabajo cambió desde la introducción de la fábrica en el S. XVIII. Existen tres fases del industrialismo; la
primera fase creció con el uso de las máquinas para aumentar la productividad del trabajo y acomodarlo en el sistema de las
fábricas, la segunda fase del desarrollo industrial se puede ubicar entre 1850 y 1860, se caracterizó por el crecimiento y el
aumento de complejas tecnologías de manufactura y al mismo tiempo un crecimiento en el sistema de organización social y
burocracia, con énfasis en el control, la rutina y la especialización. En la tercera fase de desarrollo industrial, la producción
atraía y superaba las demandas domésticas. En estas circunstancias, las organizaciones capitalistas incrementaron la
sensibilidad en el consumidor con nuevas técnicas de estimulación para el consumo (propagandas, productos desarrollados,
producción de mercado e investigación de consumidores y de mercado)”. P.p. 22- 24.
26 Harold J. Laski, (1936) El liberalismo europeo, titulo original, The rise of European Liberalism, traducción
34
No eran aquellos deberes emanados de su naturaleza como principios
fundamentales, sino que era aquellos originados en la proclamación
de los derechos del hombre, expresados en el ámbito público de la
democracia que irradiaba la esfera política del estado, en continua
presión por las formas dictatoriales del empleo de las fábricas. Locke
ya había advertido el riesgo de extralimitar las libertades y desvirtuar
su verdadero origen. Según Locke, se crearía una nueva concepción de
libertad cultural en contraposición a la libertad natural: “Mas aunque
éste sea un estado de libertad, no es, sin embargo, un estado de licencia.
Pues aunque, en un estado así, el hombre tiene una incontrolable libertad
de disponer de su propia persona o de sus posesiones, no tiene, sin en
embargo, la libertad de destruirse a sí mismo, ni tampoco a ninguna
criatura de su posesión, excepto en el caso de que ello sea requerido por
un fin más noble que el de su simple preservación” (Locke, 2003, págs.
37-38). Sobre la igualdad, Locke precisó que aun cuando naturalmente
los hombres son iguales en libertad y aun cuando la medida de la
igualdad en la sociedad se debe establecer mediante la ley, la naturaleza
de la libertad es precisamente el derecho a la desigualdad (Locke, 2003,
pág. 36).
27 John Locke, (1764), en Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil, traducción de Carlos Mellizo, edición y reimpresión
de 2003. No fue su intención diferenciar entre persona e individuo, de hecho su referencia al miembro de la especie humana
fue “hombre”, sin embargo sentó las bases para la misma. “El estado de naturaleza de los hombres es un estado de perfecta
libertad para que cada uno ordene sus acciones y disponga de posesiones y personas como juzgue oportuno, dentro de los
límites de la ley de naturaleza sin pedir permiso ni depender de la voluntad de ningún otro hombre” P. 36.
35
fábrica sino también el de la mujer, cuyo trabajo, hasta ese momento,
estuvo centralizado en la educación de los hijos y la administración de
lo privado.
28 Frederick W. Taylor (1911), en su libro Administración Industrial y Gerencial: Principios de la Administración científica,
y la edición aquí revisada 1983. Escuela de la administración Científica: “Tiene una opinión mecanicista del comportamiento:
el individuo está económicamente motivado y responderá con un desempeño máximo si las recompensas materiales están
de acuerdo con sus esfuerzos de trabajo. Está a favor de la ingeniería humana del esfuerzo y tiempo del trabajador a fin de
alcanzar una producción, eficiencia y utilidades máximas para los gerentes o propietarios”. P. 134
29 Carlos de Secondat barón de Montesquieu, (1748) definió en su tratado sobre el Espíritu de las Leyes, en el libro
XXII, capítulo Primero, en edición de 1944 y traducción de Nicolás Estévanez, expone la razón del uso de la moneda,
“Los pueblos que tienen pocos artículos en que comerciar, como los salvajes, y los más civilizados que sólo tienen dos o
tres artículos, comercian cambiando los unos por los otros. Así, las caravanas de Moros que van a Tombuctú, situada en el
centro de África, para dar sal a cambio de oro, no necesitan moneda. El moro de la caravana pone su sal en un montón; el
negro de Tombuctú pone su oro en polvo igualmente amontonado. Si no hay bastante oro, añade el negro un poco más o el
otro quita sal hasta que ambas partes se conforman. Pero un pueblo cuyo tráfico que abraza diversas mercancías necesita la
moneda. (…) Así como el dinero es el signo del valor de la mercancía, el papel es el signo del valor de la moneda; y cuando
es bueno lo representa con tanta exactitud, que no hay diferencia entre uno y otro en cuanto los efectos”. P.p. 337-338. El
salario de los trabajadores tomó su nombre de la sal, como bien, patrón de intercambio entre las antiguas civilizaciones.
30 Pierre Rolle (1974), en Introducción a la sociología del trabajo, establece la diferencia entre la concepción clásica de
la economía política sobre el salario y la doctrina de la empresa. “En esta disciplina el salario se describe a la vez como la
remuneración de un servicio que es el punto de vista del trabajo, y como una formula de redistribución de las rentas, que
es el punto de vista de la empresa”. P. 171
36
Estas unidades, sumadas a la capacidad de la máquina para optimizar
los límites de la fuerza bruta del trabajo humano (potencia, resistencia,
constancia); y la posibilidad de la consecución de nuevos recursos
energéticos y de materias primas obligó a los ingenieros industriales
a establecer parámetros sobre la utilización de nuevos espacios, para
agrupar estos elementos y su debida utilización en el tiempo laboral.
31 Frederick W. Taylor, (1911) en su libro Administración Industrial y Gerencial: Principios de la Administración
científica, y la edición aquí revisada 1983, expone por primera vez, el deber ser de la organización industrial “El propósito
principal de la administración debería consistir en asegurar el máximo de prosperidad al empleador, unido al máximo de
prosperidad para cada empleado”. P. 133. Igualmente advierte sobre dos conceptos fundamentales: perfección en constante
desarrollo o permanencia. Sus postulados dieron origen al estudio científico del trabajo, mediante la sistematización
aplicada y especializada de las tareas y desarrollo de métodos para el estímulo de la iniciativa de los empleados, su selección
y escogencia para el trabajo y capacitación y el cumplimiento de las normas asociadas a la función.
32 Resulta llamativo el hecho que algunos autores como Adalberto Chiavenato (1995), en Introducción a la Teoría
General de las Administración, y como Douglas McGregor (1998), en El Aspecto Humano de las Empresas –quien se
citará más adelante-, hayan enmarcado el pensamiento de Taylor como un mero sistematizador de tiempos y movimientos
del trabajador, que buscaba solamente la productividad máxima del mismo, sin considerar su dimensión humana, tal como
se deduce del siguiente párrafo: “Los autores clásicos, principalmente los ingenieros americanos, parten del supuesto de
que el objetivo fundamental de la actividad económica de la empresa es la producción. Para ser eficiente, la producción
debe basarse en la división del trabajo, que no es nada más sino la manera mediante la cual un proceso complejo se puede
descomponer en pequeñas tareas.” P. 87
37
directamente de la línea de esclavo-siervo, jornalero y obrero.
33 Carlos Marx, (1885), en El Capital: critica de la economía política, traducción de Wenceslao Roces 1943, edición
1973. “En Inglaterra se produce una constante acumulación de riqueza adicional que tiene la tendencia a acabar revistiendo
la forma del dinero. Y después del deseo de obtener dinero, el deseo más apremiante es el de desprenderse nuevamente
de él mediante cualquier clase de inversión que produzca un interés o una ganancia, pues el dinero de por sí no produce
nada. Por tanto, si a la par con esta constante afluencia de capital sobrante no se consigue una ampliación gradual de su
campo de empleo, nos veremos expuestos necesariamente a acumulaciones periódicas de dinero en búsqueda de inversión,
acumulaciones más o menos importantes según las circunstancias” P. 395. A estas acumulaciones llamó “Capitalismo”. P.
414.
38
825), bruscamente, la organización social productiva. Por un lado, se
encontraban quienes poseían el capital, capitalistas, y por otro, quienes
no lo poseían, los obreros, pero dependían de la función productiva de
él: el empleo. En la carta enviada a Frederick Engels, el 2 de agosto de
1862, se lee en uno de sus apartes: “en estas circunstancias, a base de
una explotación igual del obrero en las diversas industrias, los distintos
capitales invertidos en las diferentes ramas de producción rendirán,
siendo igual su magnitud, distintos amount of surplus value y, muy
distintas cuotas de ganancia, por tanto, since profit is nothing but the
proportion of the surplus value to the total capital advanced. Todo
dependerá de su composición orgánica (…)”.
40
demandantes, comprendida como la relación empresa-cliente, es otro
de los determinantes fundamentales de los modelos administrativos,
considerando que son precisamente estos quienes, a través del consumo
de su producción, determinan la supervivencia de la empresa.
Estos determinantes, explicados por el modelo Estructura- Conducta-
Resultados, se constituyen en los condicionantes de los modelos
administrativos de la empresa contemporánea.
Como vestigio productivo, se encuentra que la fábrica evolucionó
a un concepto más estructurado de organización humana, donde la
administración34 de los recursos, del trabajo y de las tareas, de las
necesidades de los empleados, de la planeación, de la ejecución y del
control, y de la medición de la efectividad y de la eficiencia del capital
consolidaron la empresa moderna que, a su vez, generó un nuevo orden
administrativo35.
Esta empresa no solamente se centró en el procesamiento de materias
primas, sino que volcó su atención al trabajador, recuperando su
dimensión humana como persona y desechando su estigma de obrero36
como mero sujeto de transformación en el empleo de su fuerza bruta.
Organizar la empresa supuso el establecimiento de un estatus de la
racionalidad. Se estableció un diálogo común, a manera de objetivos
corporativos, entre la finalidad de la organización y la finalidad del
34 Carlos Dávila Ladrón de Guevara (1985), en Teorías organizacionales y administrativas, define que “la administración
es una práctica social que se esquematiza como el manejo de los recursos de una organización a través del proceso
administrativo de planear, coordinar, dirigir, organizar y controlar. Por lo cual se concluiría que las organizaciones son el
objeto sobre el cual se ejerce la administración”. P.15
35 Max Weber (1922), en Economía y Sociedad, edición de 1997, por el Fondo de Cultura Económica, México, traducción
de José María Echevarria, y otros, define el orden administrativo como “la relación de la acción de la asociación. Orden
regulador: es el que ordena otras acciones sociales, garantizando, mediante esta regulación, a los agentes las probabilidades
ofrecidas por ella. En la medida en que una asociación sólo se oriente por órdenes de la primera clase, podrá decirse que es
una asociación de carácter administrativo, y cuando la orientación esté dirigida por órdenes de la última clase se dirá que
es una asociación de carácter regulador. P. 41.
36 Elton Mayo, (1933), en edición de 1972, Problemas humanos de una Sociedad Industrial, por Ediciones Nueva
Visión, Buenos Aires, examina detenidamente las investigaciones que se han realizado en diferentes universidades sobre las
dimensiones humanas de la fatiga, la monotonía y el cansancio laboral, concluyendo categóricamente sobre el equívoco de
los modelos industriales que olvidaron al individuo en su dimensión natural de persona. “El aspecto humano de la industria
ha cambiado considerablemente en los últimos cincuenta años. La naturaleza y el alcance de estos cambios nos son aún
parcialmente desconocidos, pero ya nadie discute su importancia. Mientras que, hasta hace pocos años, se consideraba que
los problemas humanos de la industria eran de competencia exclusiva del especialista, se empieza ahora a comprender que
un claro planteamiento de estos problemas, en situaciones particulares contribuye a la eficacia de todo administrador de
negocios y de todo experto económico”. P. 21.
41
trabajador: el beneficio mutuo, expresado como “la acción que persigue
fines de una determinada clase de un modo continuo. Y por asociación
de empresa, una sociedad con un cuadro administrativo continuamente
activo en la prosecución de determinados fines” (Weber, 1997, pág.
43).
37 Andrew Dublín (2000), en Fundamentos de Administración, amplia y actualiza la definición de organización
burocrática, más que como un hecho histórico, un hecho actual de la organización. “Principios de la organización
burocrática: Toda la escuela tradicional o clásica de la administración nos permite entender la burocracia. Sin embargo,
su esencia se comprende si se conocen las características y principios que se mencionan a continuación: Jerarquía de
autoridad, Unidad de mando, Especialización en las tareas, Derechos y obligaciones de los empleados, Definición de la
responsabilidad administrativa, Funciones de línea y de apoyo,”. P.p. 208 y 209.
42
correspondiente aporte al éxito de la empresa, permitió establecer
unidades de medida sobre la productividad, referidas en eficiencia
al trabajo particular de cada empleado y en efectividad al trabajo
colectivo, del grupo o de la empresa.
En la búsqueda por la productividad individual del empleado, se
reconoció su naturaleza de necesidades, su dimensión corporal tanto
física como espiritual. Entre ellas, el reconocimiento de sus derechos
en ejercicio de la libertad.
39 Herbert Simón (1958), en Teoría de las organizaciones edición de 1969, define a la organización como “Un ensamble
de seres humanos que interactúan entre si y ellas son los mayores ensambles de nuestra sociedad que tienen (algún sistema
de coordinación central); la organización determina una finalidad y los límites del sistema social, la manera, el grado,
el tiempo y las formas de cooperación para que los individuos sean capaces de unirse con otras personas para trabajar o
realizar una actividad común, la estructura social.” P. 13.
43
Según Elton Mayo, la burocracia es sinónimo de la empresa privada
y en especial de la gran empresa. Su existencia se ve como un hecho
natural en el mundo industrial (Dávila, 1985, pág. 125).
Sin embargo, la empresa como medio de inclusión social de los
trabajadores en los asuntos del bienestar a través del empleo40 fue,
precisamente, la causante de la exclusión de los trabajadores. Así pues,
la carencia de empleo aisló al trabajador de los regímenes de seguridad
social de los estados.
La empresa se convirtió en el nuevo foco de la economía y la política,
a través de la administración, porque fue en esta donde se vertieron
tantos principios de la política como de la economía41. Esta última se
dividió entre los asuntos de la economía política de los estados y los
asuntos de la microeconomía de las empresas (Rolle, 1974, pág. 171).
40 Tomás Melendro (1992), en La dignidad del trabajo, establece un concepto de trabajo que dignifica a la persona,
actualizando la concepción cartesiana pragmática empleada por la fábrica, “en concreto, y siguiendo la sugerencia de
Descartes, el hombre moderno ha acentuado desmesuradamente, la función de dominio sobre la naturaleza propia del
trabajo, ignorando -también desmesuradamente- el papel que el trabajo compete como configurador y perfeccionador de
la personalidad humana” P. 31.
41 Pierre Rolle, (1974), en Introducción a la Sociología del Trabajo, establece que “en tanto la doctrina de la empresa
hacía de ella la unidad económica a la vez máxima y mínima, la doctrina del trabajo la reduce a un sector separado de un
mercado más vasto, sin particularidad y sin dinamismo propio”. P. 171
44
de necesidades culturales. La consagración de la organización se
dio gracias a la industria, el comercio, el transporte, la banca y las
administraciones públicas (De Leener, 1959, pág. 10).
Estas demandas consolidaron la sociedad de consumo. El modelo
empresarial de producción estableció nuevas formas de vivencia
cultural en torno a la satisfacción de necesidades y a la creación de
nuevas necesidades. Esto facilitó el desarrollo de nuevas empresas
en torno a la producción eminentemente industrial y agropecuaria,
o, expresado desde Lucas Ortueta, “la idea moderna de empresa es
tan compleja e imponderable, que su definición Jurídica ha sido uno
de los problemas doctrinales de Derecho más discutidos debido a lo
difícil que es separar su esencia institucional del alcance social que a
la misma corresponde. Las empresas son el primer factor dinámico de
la economía de un país y constituyen a la vez un medio de distribución
que influye directamente en la vida privada de sus habitantes” (Ortueta,
1974, pág. 79).
45
personas, y para que la organización reorientara el foco de su actividad
hacia el comprador, que ahora mimaba como el nuevo poseedor de su
destino a través del poder de la compra. A este sujeto consumidor se le
llamó cliente. Toda actividad interna de la empresa, desde la estructura
administrativa hasta la convivencia de los trabajadores, se orientó al
cliente. La estructura administrativa se desplegó de tal manera que de
la composición departamental de las funciones básicas, de las finanzas,
la contabilidad y la producción, se amplió a las funciones de mercadeo,
ventas, publicidad, servicio y atención al cliente.
42 Stephen P. Robbins (1996) en Comportamiento Organizacional definió el comportamiento organizacional (a menudo
abreviado como CO) como “una disciplina que investiga el influjo que los individuos, grupos y estructura ejercen sobre la
conducta dentro de las organizaciones, a fin de aplicar esos conocimientos y mejorar la eficacia de ellas” P.p. 4-5.
43 Abraham H. Maslow (1970), en La amplitud potencial de la Naturaleza Humana, edición de 1982 por Editorial trillas,
define la identificación como “El concepto de sinergia que también puede aplicarse a nivel individual, a la naturaleza de las
relaciones entre dos personas. Constituye una definición bastante decente de la relación amorosa elevada. (…) y el amor
como la expansión del yo, de la persona y de la identidad.” P. 204.
46
1.2. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DE LA EMPRESA
DE LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN Y DEL
CONOCIMIENTO
47
una noción de organización moderna, no sin advertir las profundas
diferencias entre unas y otras, y el choque conceptual entre los autores.
Sin embargo, más que desaciertos se encuentran puntos de encuentro
frente a nuevos elementos de la organización como, apertura al cambio,
(Becker, Lazaric, Nelson, & Winter, 2005); manejo de crisis (Lin, Zhao,
Kiran, & Carley, 2006, págs. 598-618); desarrollo y planeación del
cambio, (Van de Ven & Scott, 1995); y pensamiento estratégico. “Las
culturas existentes tienen enorme inercia y las causas del cambio con
frecuencia son indirectas, incrementales y planificadas. La capacidad
de las organizaciones para el cambio es formidable, aun cuando no es
absoluta” (Dennison, 1991, pág. 175).
44 José Silvestre Méndez (1992), en Dinámica social de las Organizaciones, identifica que la primera organización
social que ha existido es la familia. La organización social de lo primeros grupos humanos que habitaron la tierra fue
muy primitiva, y generalmente era simplemente de relaciones familiares: un ejemplo de ésta organización social primitiva
se encuentra con los Aruntas, nativos que habitaban en Australia. Cada pequeño grupo de dos o tres familias estaba
emparentado por lazos de consanguinidad con todos los otros grupos con los que compartía el territorio y formaba con
ellos un grupo local. P. 22.
49
a exigir ese grado de entrega. Por eso, no es apropiado relacionarse en
el trabajo con un darse que corresponde a la entrega que se debe a la
familia. Esto sería una exageración de la relación profesional. Además,
la entrega total sólo puede darse en una única relación, puesto que
implica a la persona por entero” (Melé, 1995, pág. 65).
45 Ferrater Mora (2001) en Diccionario de Filosofía. Edición de José Maria Terricabras, Barcelona, Filosofía, Tomo I,
P.p. 233- 234, y Tomo III, Página 2655, analiza el concepto de cuerpo desde el Corpus Aristotelicum y Corpus Organicum.
El primero enunciado por Aristóteles, desde su concepción del Organón, como instrumento, el término orgánico se refiere
al carácter de un órgano, y sobre todo al hecho de que un órgano (o instrumento) se compone de partes desiguales bien
combinadas, montadas o armadas de forma que pueda ejecutar la función o funciones para las cuales ha sido designado”.
El Corpus organicum desde Santo Tomás, como el cuerpo equipado con instrumentos. “Sin embargo, desde mediados
del siglo XVIII se ha tendido a usar ‘orgánico’ como adjetivo que cualifica ciertos cuerpos: los cuerpos ‘biológicos’ u
‘organismos’. Ha sido por ello cada vez más común contraponer lo orgánico a lo mecánico”.
50
Asimismo, algunas han atentado contra la naturaleza de la persona,
atropellando su dignidad y sometiéndola hasta los límites de la
condición humana en nombre de los objetivos corporativos.
46 León Blank Bubis (1990), en La administración de organizaciones: un enfoque estratégico, recoge algunas definiciones
de organización evidenciando la estructura corporal sobre la misma, a saber: Robert Miles define una organización como
“una coalición de grupos de interés, que comparten una base común de recursos, que rinden homenaje a una misión común
y que dependen de un contexto mayor para su legitimidad y desarrollo.” P. 88. Richard Hall define una organización como
“una colectividad con unos límites relativamente identificables, un orden normativo, rangos de autoridad, sistemas de
comunicaciones y sistemas de pertenencia coordinados. Esta colectividad existe de manera relativamente continua en un
medio y se embarca en actividades que están relacionadas, por lo general, con un conjunto de objetivos”. P. 89. Richard
Osborn, James Hunt y Lawrence Jauch definen una organización como una colectividad de personas que pueden entrar a
formar un contrato que los compromete jurídicamente.” Leon Blank Bubis concluye que, de acuerdo con los conceptos
anteriormente mencionados, se puede decir que “Las organizaciones son entidades relativamente permanentes, poseen una
estructura, están orientadas hacia el logro de objetivos. Las organizaciones han sido creadas como un propósito específico y
deben fijar y lograr objetivos para poder cumplir esa misión y utilizan la especialización.” P. 90. En todas ellas se advierte
la colectividad, la entidad e identidad y los objetivos corporativos.
51
organización como acción puede existir sin la organización corpórea,
sin embargo, la organización corpórea no puede existir sin la acción de
la organización47.
47 José S. Méndez, Santiago Zorrilla, y Fidel Monroy, (1992), en su libro Dinámica social de las organizaciones,
exponen varios conceptos de organización al de diferentes autores a respecto, como la de Max Weber, quien define a la
organización como un sistema de actividad continua encaminada a un propósito de tipo particular; los amplios estudios de
Weber en el campo de la burocracia permiten considerar la organización dentro de un contexto de relaciones sociales. Y la
de Edgar H Shein, quien considera la organización como la coordinación racional de las actividades de cierto número de
personas, que intentan conseguir una finalidad y objetivo común y explícito, mediante la división de las funciones y del
trabajo, y a través de una jerarquización de la autoridad y de la responsabilidad. P. 79. Dos definiciones eminentemente
racionalistas de la organización.
48 Salas (1987), en Economía de la Empresa, en una visión igualmente racionalista, define: “El ser humano debe
establecer un orden y acatamiento dentro de una organización para mejorar su trabajo, se incluyen los estudios de tiempos
y movimientos, junto con los de jerarquía. Se entiende un problema de decisión racional el cual es ejemplificado por
el problema de Robinson Crusoe el cual debe prescribir cómo reparte el tiempo y demás recursos a su alcance entre la
producción o el consumo.” P. 15.
52
181). Se complementa por el “esprit” que indica la percepción que el
empleado tiene con las necesidades sociales y con la satisfacción, el
gozo y el sentimiento de su labor (Dessler, 1973, pág. 181).
53
organización” (Chiavenato, 1995, pág. 320).
52 Rogers Everett (1980), en Las Organizaciones, define que la Escuela de las Relaciones Humanas “apela a una consideración
social del hombre en dónde los grupos informales afectan los índices de producción; la atención a las necesidades de los
trabajadores y la satisfacción en el trabajo pueden motivar una producción más elevada; participación del trabajador en la
toma de decisiones; los objetivos de los trabajadores pueden diferir de los objetivos de la organización; los trabajadores están
motivados por las necesidades sociales y por sus relaciones con sus iguales” P. 32.
54
lenguaje para la guerra de mercados: la competitividad; y un nuevo
frente de batalla para la corrupción y las presiones de los gobiernos
(Uhlenbruck, Rodríguez, Doh, & Eden, 2006, págs. 402-414).
53 Store Jun, (1980), en Las Organizaciones del Mañana, analiza cómo este modelo encontró una contradicción en las
administraciones gubernamentales. “Según se observa el desarrollo del pensamiento administrativo a lo largo del tiempo,
se descubre con las principales ideologías gerenciales han reflejado de un modo oblicuo el carácter gubernamental de las
relaciones organizacionales. Y he dicho de modo oblicuo (se ha hecho hincapié en ello) porque las creencias gerenciales
tienen raíces en campos ajenos a la ciencia política, lo que crea contradicciones en la teoría y en la práctica.” P. 71
55
las inconsistencias de la remuneración por el trabajo y su valoración54.
54 Elton Mayo, (1933), en edición de 1972, Problemas humanos de una Sociedad Industrial, advierte esta situación.
“Mejores métodos para conseguir una elite administrativa, mejores métodos para conservar un buen estado de ánimo
entre los obreros. El país que primero resuelva estos problemas se adelantará necesariamente a los demás en la carrera de
la estabilidad, la seguridad y el progreso. Hay un aspecto importante, en el problema de las relaciones entre empleador y
empleado, que ha persistido a través de un siglo de transformaciones en la organización industrial, en los salarios y en las
condiciones de trabajo. Es el problema que trató de formularse en las etapas finales de la experiencia de las entrevistas de
Hawthorne. Puede resumirse brevemente en la afirmación que, desde la Revolución Industrial, no ha existido en ningún
momento en la industria, salvo esporádicamente en uno que otro lugar, nada que se parezca a una colaboración eficaz y
sincera entre los grupos administrativos y obreros.“
55 Florencio Urrego (1975) en Lecturas sobre Organización, definió que uno de los objetivos de la escuela de las relaciones
humanas fue ayudar a los empleados y empleadores a resolver sus problemas mediante la comprensión. P. 32
56
competitividad comercial de sus productos, invocando un escenario
de libre mercado (Ochoa, 2007, págs. 32-34), en virtud de las leyes
clásicas de la economía.
57 China, países de Asia Sur oriental, y recientemente países de América Latina.
57
que permitieron su operación y sus ganancias.
58 Pfeffer (1997) define la presencia y el estatus de poder en esta premisa: “el poder es un tema al que hay que ponerle
la cara, y no dejarlo a un lado, puesto que una organización que tenga un poder mal administrado puede sufrir graves
consecuencias. Tratando de ignorar las manifestaciones del poder y de las influencias en las organizaciones, perdemos la
oportunidad de llegar a comprender estos importantes procesos sociales y de preparar a los directivos para hacerles frente.
El poder se relaciona con asuntos gubernamentales, pero de esta manera se entiende que quien domine el poder es capaz
de llevar una empresa en orden. Los conceptos de poder y pugna gerencial (politiqueo) guardan entre sí una estrecha
relación. La mayoría de los autores, entre los que me incluyo, definen la pugna gerencial como el ejercicio o uso del poder,
considerándose el poder como un potencial de fuerza.” P. 10-13.
59
58
1.2.4. El nuevo cliente
61 Marcelo Paladino, (2004), en La responsabilidad de la empresa en la sociedad, la define como “la actividad del
empresario es un ámbito relevante del uso de la libertad, lo cual implica una necesaria reflexión sobre la calidad de ese
uso. Sin duda ser libre es lo más preciado para el ser humano, por eso nos atrae toda manifestación de libertad, pero es
justamente su ejercicio responsable el factor que marca la diferencia entre el capricho y el proyecto. P. 61.
59
Rápidamente las empresas ajustaron sus estructuras administrativas
a las nuevas demandas. Inicialmente, con una mirada eminentemente
interna, revisaron su concepción sobre la administración. Se desecharon
las clásicas posturas verticales y jerárquicas de niveles; y se adoptaron
las posturas de corporeidad que proponían una visión sinérgica de
complementariedad de las partes en donde la horizontalidad y los
principios de igualdad afloraron. La organización se convirtió en un
sistema dinámico en donde cada uno de sus miembros cumplía una
función determinante en la supervivencia de la organización62. Lawrence
enfatizó que la solución de los problemas estancó a las organizaciones,
debido a la mentalidad anticuada de sus gerentes que no detectaron
ni evitaron a tiempo sus consecuencias. “Los ejecutivos utilizan más
tiempo en deshacer el pasado que en ninguna otra cosa. Esto, en gran
parte, es inevitable. Lo que existe hoy es necesariamente el producto
del ayer” (Lawrence, 1973, pág. 19).
60
la organización: la persona humana. Ella entrega, como aporte a la
organización, sus ideas63 más que su fuerza, en beneficio de todos los
miembros (Polo, 1993, pág. 124)
63 Leonardo Polo (1993), en Presente y futuro del hombre, refutando el concepto de trabajo de Carlos Marx, redefine “Marx concede
al trabajo humano transformador un estatuto global que no le corresponde; porque el trabajo humano es antecedido por el pensar. La
transformación de lo otro es una secuela, una consecuencia, una aplicación, una ejecución, pero no es la entraña viva del trabajo mismo.
P. 124.
64 Tomás Melendro (1999), en Las dimensiones de la persona, sustenta la dignidad de la persona humana, uno de los
pilares constitutivos de la dignidad humana es “justamente la autonomía del hombre” (…) La libertad aparece, pues, por
todas partes, cuando se analiza la eminencia de la condición personal.” P. 57.
65 Lawrence: (1973) en Desarrollo de las organizaciones, plantea que “el único recurso especial de toda empresa es el
61
y de las naciones.
conocimiento. Otros recursos, por ejemplo, dinero o equipos, no constituyen ninguna diferencia. Lo que distingue a una
empresa y constituye su recurso especial es su capacidad para utilizar todo tipo de conocimientos, desde el conocimiento
técnico y científico al conocimiento técnico y administrativo. Es sólo en relación al conocimiento como una empresa puede
distinguirse, producir algo que tiene valor en el mercado.” P. 16
66 T. H. Davenport, L. Prusak (1998), en Working Knowlege, definen que “Es un hecho social desarrollado con base a la
experiencia colectiva de sus empleados, a los talentos que premia y a las historias compartidas de triunfo”.
67 A mi juicio, la gestión es una acción, de exclusiva facultad humana. Donde la voluntad se ejerce en movimiento hacia
el logro de un fin programado, buscando tanto los medios como los recursos necesarios para ello.
68 A mi juicio, el conocimiento es una acción humana, es hacer suyo al objeto por el sujeto, en la medida que más se
acerca al objeto más lo conoce, y se logra mediante las facultades intelectuales de la comprensión y el entendimiento.
62
En este segmento nos centraremos en tratar de evidenciar un
concepto de conocimiento, apropiado a la organización, que pueda
estar en consonancia con las posibilidades, los recursos y los alcances
de la organización humana, y que permita establecer una relación
con la acción de la gestión como adaptación del conocimiento a las
circunstancias (Davenport & Prusak, 1998, págs. 1-3). Para tal efecto,
revisaremos la concepción clásica aristotélica sobre el conocimiento,
sus dimensiones y su aplicabilidad a la organización de la sociedad
actual. Se considerará que, según el Estagirita, “todos los hombres, por
naturaleza, desean conocer” (Aristóteles, Metafísica, 1986, pág. 75).
69 Aristóteles, (384ac-322) en Metafísica edición de 1990 de Xavier Antich, define al conocimiento epistémico. “El
conocimiento de una cosa conlleva al conocimiento de su causa” P.p. 23-29.
63
validaba en la comprobación empírica que se convirtió en el método
probatorio de las ciencias naturales.
71 Herbert Simón, (1969) en Teoría de las Organizaciones, define a la organización como un ensamble de seres humanos,
64
En segundo lugar, Aristóteles estableció el conocimiento práctico
(praxis). Es el conocimiento que se aprende por la experiencia (empeiría)
y que pasa del acto aislado al acto repetitivo hasta conformar el hábito.
Sin embargo, este tipo de conocimiento requiere de una explicación
teórica en el momento de la transmisión del conocimiento de un sujeto
a otro72.
72 Aristóteles (1986) en Metafísica, Traducción directa del griego por Hernán Zucchi, define el conocimiento práctico
y su causalidad empírica.
73 I. Nonaka, (1998) establece en The Knowlege Creating Company su concepto sobre la socialización del conocimiento
así: de conocimiento tácito en tácito; Exteriorización: tácito a explícito; Combinación: explícito en explícito; combinación
de distintos tipos de conocimiento explícito; Interiorización: explicito en tácito.
74 Aristóteles (1986) en Metafísica, Traducción directa del griego por Hernán Zucchi, define el conocimiento práctico
y su causalidad empírica. P.p. 75-76.
65
adaptarse al medio para mejorar el trabajo humano y su productividad,
en una optimización constante de energía y recursos, (Ichniowski,
1986, págs. 75-89).
66
El cuarto lugar, Aristóteles se refiere al conocimiento artístico (arte)75.
Este se ocupa de la imitación de la realidad mediante expresiones
plásticas, escénicas, sonoras. La estética rige el deleite de los sentidos
en la búsqueda constante por el placer sensorial y sensual. La estética
procura el equilibrio humano de lo bello de las cosas. Igualmente, el
arte puede expresarse lo bello de las acciones humanas.
76 Aristóteles, (1969) De anima, traducción de Alfredo Llanos, Buenos Aires, define al Sentido Común como el sexto
sentido, que por su explicación sugiere el conocimiento de lo intuitivo. P.p. 103-120.
67
que con anterioridad lo ha hecho. La organización reconoce este tipo
de conocimiento en las personas que lo manifiestan y que ocupan los
niveles directivos de la misma.
77 K. Bladley, (1997) en Intellectual capital and the new wealth of nations, concibe al Capital Intelectual como “la
habilidad para transformar el conocimiento y el resto de activos intangibles, en recursos generadores de riqueza, tanto para
las empresas, como para los países”.
68
1.3. NUEVAS DINÁMICAS DE LA ESTRUCTURA
ORGANIZACIONAL DE LA EMPRESA DE LA SOCIEDAD DE
LA INFORMACIÓN Y DEL CONOCIMIENTO
69
Huse (Huse & Bowditch, 1980, pág. 55) establece una definición de
organización a partir del rol jerárquico. Los mayores esfuerzos están
enfocados en este grupo de la organización: “la influencia, el poder,
liderazgo y el director, teniendo en cuenta que la función de este último
dentro de la misma es mucho más amplia que la del simple jefe formal
de unos subordinados. Un director eficaz actual dedica más tiempo al
proceso lateral del flujo de trabajo que el director menos eficiente, que
dedica más tiempo a ocuparse directamente de los subordinados en las
relaciones verticales de las organizaciones”.
Por su parte, la definición de Amstrong (1991) busca que las
organizaciones78 consigan utilidades a través de una jerarquización del
personal. “Lo más importante para que una organización sea efectiva
es que los individuos obedezcan a sus metas, que las decisiones se
tomen de acuerdo con las fuentes de información y que el sistema de
remuneración sea tal que los gerentes y supervisores sean recompensados
y castigados de acuerdo con el desempeño de corto plazo en materia de
utilidades y producción” (Amstrong, 1991, pág. 61).
En sentido contrario, Hammer y Champy rechazan la clásica
jerarquización de la organización y establecen reordenamientos
administrativos que van a llamar reingeniería79. “Lo que pretende
la reingeniería es abandonar las ideas básicas de la organización
moderna. Los trabajadores y los gerentes son hoy prisioneros de las
teorías anticuadas sobre la organización del trabajo, teorías que datan
desde la revolución industrial. Esas ideas como la división del trabajo
la jerarquización administrativa ya no funcionan en este mundo de
competencia global y cambio inexorable” (Hammer & Champy, 1993,
págs. 35-36).
78 Michael Amstrong, (1991), en Gerencia de Recursos Humanos, habla acerca de la coordinación mencionando que
es necesario que dentro de las empresas actuales para que las actividades estén lógicamente agrupadas debe haber una
integración voluntaria, reuniones, equipos de proyecto, comunicaciones, entrenamiento, comprensión de los papeles,
planeación e información para la gerencia. P. 61.
79 Hammer y Champy (1993), en Reingeniería, definen de ésta que “la reingeniería de negocios significa dejar de lado
gran parte de lo que se ha tenido por sabido durante doscientos años de administración industrial. Significa olvidarse de
cómo se realizaba el trabajo en la época del mercado masivo y decidir como se puede hacer mejor ahora”. P.p. 35-36.
70
Esta reingeniería, de acuerdo con los autores antes citados, busca
que las organizaciones se concentren más en la oferta de productos
internacionales que en los productos de satisfacción local. Se abandona
el foco de la estructura administrativa antigua por el nuevo enfoque de
procesos y de tecnología donde lo más importante es la satisfacción del
cliente (Hammer & Champy, 1993, págs. 35-36).
Enrique Ogliastri, en su libro Estrategia y estructura organizacional,
identifica la forma de la estructura de una organización familiar: de
carácter informal y flexible, sin un organigrama preestablecido. Estos
aspectos sí se presentan en la estructura formal empresarial donde,
además, existe una estructura organizacional derivada del concepto
de reorganización. La reorganización implica el establecimiento
de sistemas de información formalizados en donde se debe registrar
todos los eventos de la organización y su correspondiente archivo, y
en donde cada persona define su espacio administrativo por fuerza de
su personalidad en el trabajo y su relación con el jefe. Este tipo de
estructura se basa en la estrategia (Ogliastri, 1992, págs. 89-126).
Adalberto Chiavenato, en su libro Introducción a la Teoría General
de las Administración, define la estructura organizacional como la forma
en que se dividen, agrupan y coordinan las actividades de la organización
en cuanto a las relaciones entre los gerentes y los empleados, entre
gerentes y gerentes, y entre empleados y empleados. Los departamentos
de una organización se pueden estructurar, formalmente, en tres formas
básicas: por función, por producto/mercadeo, y por forma de matriz
(Chiavenato, 1995, pág. 85).
Del concepto de estructura organizacional se desprende el concepto
de diseño organizacional: “se refiere al patrón global de las relaciones
laborales formales” (Brawn & Moberg, 1983, pág. 114). Además,
se sostiene que este diseño está formado por estándares sobre quién
deberá trabajar con quién y cómo se deberá comportar la persona
dentro de la empresa. Esto proporciona orden y claridad, según lo
71
explican. Adicionalmente, se formula que el proceso de determinación
de la estructura y de relaciones de autoridad de una organización es el
medio para la puesta en práctica de las estrategias que abarcan la meta
de la organización.
Sin embargo, algunos autores como Riegel restan importancia al
diseño organizacional por considerarlo un asunto técnico instrumental:
“el diseño organizacional no es más que la suma de decisiones
administrativas para la implementación de las estrategias y el
cumplimiento de las de las metas” (Riegel, 1998, pág. 371).
En la misma línea de la instrumentalización técnica, Luís Carlos
De Danin, en su libro Estudio de organización y métodos, afirma que
la organización y los métodos son la “técnica que tiene la finalidad de
investigar y estudiar la estructura y el funcionamiento de las entidades
administrativas a fin de mejorar y facilitar el alcance de sus objetivos”.
Este concepto se puede aplicar a la definición o establecimiento de una
nueva estructura o de un nuevo procedimiento. Su gran importancia es un
instrumento básico para las reformas administrativas constituyéndose
el nombre de análisis administrativo (De Danin, 1968, pág. 7).
80 Ibíd. Una organización debe tener en cuenta que también son actores de éstas personas que no están vinculadas con
estas inmediatamente sino por otro tipo de relación. “El concepto de la organización se amplía para incluir vínculos con
socios externos de los negocios: proveedores y clientes.” P. 13
72
de largo plazo conoció la planeación de corto plazo, y la estrategia81
como arma fundamental en el nuevo escenario de competitividad.
La empresa vio la llegada de la contingencia como la norma que se
debe vencer para su supervivencia, evidenciando la necesidad de la
preparación preventiva para los posibles percances. “Si bien es verdad
que las grandes organizaciones a veces desaparecen, no es menos cierto
que las organizaciones más pequeñas sucumben con más facilidad y
están peor preparadas para la supervivencia. Tratando de ignorar las
manifestaciones del poder y de las influencias en las organizaciones,
perdemos la oportunidad de llegar a comprender estos importantes
procesos sociales y de preparar a los directivos para hacerles frente”
(Pferrer, 1997, pág. 10).
Este nuevo escenario conformó una nueva cultura organizacional.
“El cambio cultural en las empresas ocurre como respuesta a
las demandas del ambiente de negocios. Casi todos los fracasos
empresariales actuales han sido impulsados por una crisis de misión y
estrategia y la necesidad de adaptarse, más que por cualquier intención
de cambio de organización interna propiamente dicha” (Dennison,
1991, pág. 172).
Esta contingencia dividió la historia de la organización respecto
a su dimensión ética82, dado que en sus primeros años se veía a las
organizaciones como entes corruptos y explotadores. “El factor
de desprestigio de los años ochenta ha generado un retroceso en la
responsabilidad, en tanto que los años noventa se han convertido en la
década decorosa” (Tapscott, 1995, pág. 11).
En este contexto, como lo señala Serna, “el concepto de organización
81 Lawrence (1973), en Desarrollo de las Organizaciones, amplía: “los gerentes pasan de un problema a otro sin tener en
cuenta el futuro a largo plazo sino el resultado inmediato. Peor aún, no ignoran que los mismos problemas se repiten sin
que importe cuántas veces fueron resueltos. Antes de que un ejecutivo pueda pensar en enfrentar el futuro, tiene que estar
en condiciones de solucionar los problemas del presente en menos tiempo y con mayor eficacia y duración. Para lograrlo
necesita disponer de un enfoque metódico para el trabajo actual. P.p. 13-14.
82 R, L, Daft (1997), en Management, define que la propiedad y asuntos de la organización no los monopolizarán los
administradores. Los directivos reciben un salario, por tanto, no necesitan aceptar regalos o sobornos. Los individuos no
deberán utilizar sus puestos para obtener un beneficio personal. Los administradores deberán ser objetivos e impersonales
de manera que se trate a los empleados y clientes equitativamente. P. 544.
73
y sus adiciones hacen referencia a que hoy en día, la organización
para su funcionamiento y gracias a su evolución funciona a través de
la formulación de estrategias; procesos de planeación de las mismas.
Esto demuestra que el ser humano transforma, aquellas oportunidades
que resultaron en su momento desfavorables o favorables en el
entorno en el cual se desempeña. Además, implanta orden dentro de
la organización significando esto que dentro de la empresa no se sufre
desintegración” (Serna, 2000, págs. 26-28).
En tal sentido, cada organización necesita desarrollar estrategias para
enfrentarse en el ambiente, (Becker T. , 1988), y toda la organización
necesita desarrollar estrategias de competencia, de cooperación y de
integración tecnológica (Romero, 2007, págs. 28-30).
74
otra parte son sistemas abiertos porque a su alrededor se desprende un
contexto económico, social y político. Así mismo, tienen la capacidad
de aprender, debido a que disponen de una estructura interna
estratificada de poder y control que rige la conducta y el pensamiento
de los diversos estratos” (Dávila, 1985, pág. 7).
Este poder, en gran parte, se evidenció en el liderazgo83 de la
organización para hacerle frente a los cambios repentinos del entorno,
tal como lo evidencian Huse y Bowditch. Estos autores plantearon una
definición de lo que es un buen liderazgo y de los diferentes estilos que
hay de liderar. Para ellos el liderazgo es “el esfuerzo que se efectúa
para influir en el comportamiento de los otros o para cambiarlo en
el orden a alcanzar los objetivos, organizacionales, individuales o
personales” (Huse & Bowditch, 1980, pág. 132).
Roger Kaufman, en su obra Guía práctica para la planeación en
las organizaciones, define a las organizaciones como “las avenidas
por las que transita la gente para lograr cosas provechosas. Si las
avenidas conducen a algo valioso hay prosperidad para todos, pero
si el camino está lleno de obstáculos, tanto las personas como la
organización se ven afectadas”. Según Kaufman, las organizaciones
deben tener éxito para perdurar. Este éxito depende del logro de metas
y de objetivos a partir del estudio de las necesidades que marcan la
dirección, la planeación y la resolución de problemas. Esta dirección
debe justificarse en términos de lo que la organización hace, lo que
alcanza y el por qué debe lograrlo (Kaufman, 1987, pág. 5).
83 Huse y Bowditch (1980), en El comportamiento humano en la organización, establecen los tipos de liderazgo. “Es
necesario distinguir entre el liderazgo intentado, el logrado y el fracasado. El primero se refiere a los esfuerzos que realiza
el individuo para influir en el comportamiento de otro individuo o grupo. Sin embargo hay una diferencia entre el logrado
y el eficaz. Si el individuo responde porque el líder controla los premios y los castigos el líder ha tenido éxito. Pero si
el individuo es incapaz de alcanzar sus propios objetivos, el líder no ha sido eficaz.” P. 132. Para ellos el liderazgo es el
esfuerzo que se efectúa para influir en el comportamiento de los otros o para cambiarlo en el orden a alcanzar los objetivos,
organizacionales, individuales o personales.
75
1.3.3. La dinámica de la comunicación en la organización
84 Noshir Contractor S., y O’Keefe Barbara J. (1997), en The politics of Information System: Rational Designs and
Organizational Realities. Case Studies in Organizational Communication: perspectives on Contemporary Work Like,
concluyen que no existe un recurso más critico a la hora de tomar decisiones, que la efectividad y exactitud en el manejo
de la información, dando lugar a “la gerencia de la información que interrelaciona dos procesos: La producción y el flujo
de información”, que desde una óptica de la acción final es posible determinar como gerencia de la comunicación, a lo que
Joan Costa denominó la Dirección de Comunicaciones y su ejecutor el DIRCOM.
85 Mary Mohan, (1993) en Organizacional Communication and Cultural Vision: Aproaches for Análisis, estableció
un amplio record de literatura e investigaciones de dos décadas sobre cultura organizacional, con un hilo conductor
76
signos, símbolos y señales, y depende de su utilización formal. Por
ejemplo, un sistema de señales preventivas es un código de seguridad;
los horarios y la regular asignación de espacios para personal de planta,
por otro lado, puede ser un código de signos formal.
La sistematización de las acciones comunicativas en manuales
de procesos, organización y métodos, conforman los sistemas de
información (Lapointe & Rivard, 2007, pág. 105). Ellos regularmente
encuentran soporte en las tecnologías de comunicación y de información,
las denominadas TIC.
Adicionalmente, el conjunto de elementos éticos que se incorporan
en la redacción de las políticas, la misión, la visión o los valores de la
organización son códigos corporativos. Sin embargo, existe otro tipo
de códigos tácitos no formales que surgen de las vivencias ordinarias
de los miembros de la organización. Estos códigos, aunque no estén
escritos, hacen parte fundamental del clima de la organización.
Por otra parte, existen los canales que se orientan, desde los sentidos,
como percepción de las acciones comunicativas. Estos canales dan
origen a los medios de comunicación organizacional que pueden
ser impresos, audiovisuales, virtuales, etc. Gracias a ellos se puede
establecer los códigos comunicativos y sus correspondientes sistemas.
La comunicación (del latín communicatio-onis) establece la finalidad
del término en cuanto a la acción de poner en común algo, con la
implicación de pasar de lo privado a lo público86, mediante un código
establecido y reconocido por una comunidad de personas (Llano, 2002,
págs. 113-114).
77
Modelo de comunicación Modelo de comunicar
Mensaje Mensaje
comunicado elaborado Mensaje Mensaje
informado elaborado
Mensaje en Mensaje
común informativo
Mensaje
informativo
Mensaje
informado
87 Alberto González, Jennifer Willis y Cory Young, (1997), en Organizacional Communication, Theory and Behavior,
establecen la relación entre organización, diversidad cultural, donde la comunicación es uno de los elementos fundamentales
entre lo individual y lo social. Capítulo XI. Diversidad Cultural y Organizaciones.
88 Cynthia, Sthol, (1995) define en Organizational Communication: Connectedness in Action un enfoque sobre las
interfaces de diversos niveles comunicativos que se presentan entre la organización y las relaciones interpersonales dentro
y fuera de ella.
89 Gary L., Kreps (1990), en Organizational Communication: Theory and Practice, describen los procesos de
comunicación a partir de la naturaleza de la organización. Igualmente, establecen las relaciones existentes entre la
organización, la información y los procesos y canales internos y externos de la comunicación. Capítulo 1. Communicating
78
donde se comparte el propósito general de las partes como principio
general de la misma, y en donde la finalidad se establece como el
enriquecimiento mutuo.
Las relaciones comunicativas como objeto formal de la comunicación
se enmarcan en la realidad social del hombre, como actos humanos
en sociedad. Estos, a su vez, se definen como el objeto material de la
comunicación, en comunidad con las demás ciencias sociales y humanas.
Por tanto, la comunicación estudia las relaciones comunicativas del
hombre en sociedad, en todas sus dimensiones: la espiritual, la cultural,
la política, la económica, la científica, la física, etc.
Los métodos que utiliza la comunicación como disciplina social90
parten de su propia finalidad: la comprensión de los fenómenos
comunicativos, no su comprobación, método utilizado por las ciencias
naturales y las ciencias duras91.
La comunicación organizacional es un subcampo de la disciplina de
la comunicación. Se deriva del campo de la Comunicación Pública. Toda
organización, sin importar su naturaleza estatal o particular o su objeto
social, o el sector de la economía al que pertenezca, tiene el componente
de lo público de acuerdo a las relaciones primarias que se establecen:
empleador-empleado, gobierno-empresa, empresa-mercado. Estas
relaciones conllevan la práctica de las normas laborales, los regímenes
tributarios y las leyes invisibles de la oferta y la demanda. Todas ellas
estarán presentes sin importar la estructura privada de la propiedad del
capital. Por tanto, lo privado es un asunto que se refiere al tiempo. Por
ejemplo: ¿por cuánto tiempo se oculta en secreto el know how?, o ¿cuál
and Organizing.
90 César M. Velásquez, D. López. J.Gómez, (2006), en el artículo de reflexión sobre La Naturaleza de la Comunicación,
establecen que la comunicación es una disciplina que agrupa un sin número de teóricos que desde diferentes ciencias
sociales aportan al conocimiento de la comunicación en procura de su identidad y su naturaleza como comunicología. Allí
se amplia y se sustenta la concepción deontológica y teleológica de la comunicación, como una disciplina que hace parte de
las ciencias sociales.
91 Bryan C., Taylor, Nick Trujillo, (2001), en The New Handbook of Organizacional Communication, Advances in
Theory, Research, and Method, explican la evolución de la investigacion cualitativa en la comunicación organizacional.
Igualmente, tratan la relación existente entre los métodos cualitativos y cuantitativos, a la vez, que critican este último.
Capítulo 5. Qualitative Research Methods.
79
es el tiempo de la vigencia de una patente? Estos son asuntos privados
que, en última instancia, se vuelven públicos.
Lo público interviene inevitablemente en la vida de las organizaciones
porque las relaciones sociales que en ella se suceden son eminentemente
de carácter público: las relaciones laborales, y las relaciones con el
estado, la comunidad, los proveedores, los clientes, los competidos, los
stakeholders, entre otros, (Freeman & Reed, 1983, págs. 88-106). Se
distingue lo privado de la gente que es facultativo de la persona y no de
lo público de la organización.
La comunicación en la organización tiene como tarea final la
integración de todos los miembros (Aguado, 2007, págs. 20-25), con
miras al desarrollo personal de cada uno de ellos y al éxito empresarial
como expresión de logro del ejercicio colectivo92. En el caso de las
organizaciones, sin embargo, no puede ser el mero cumplimiento de
metas, objetivos o planes, o el lucro por el lucro, o el beneficio por
el beneficio. Se requiere, por tanto, de una finalidad integradora en
donde todos los miembros de la organización ganen en lo personal y en
lo corporativo. En la medida en que los miembros de la organización
crecen en lo personal, la organización crece en lo corporativo.
La naturaleza de la comunicación en la organización, como dimensión
deontológica, se expresa en su esencia misma, es decir, en la organización
humana, entendida esta como acto de ser de la comunicación. Esto
conlleva necesariamente la puesta en común de propósitos, objetivos,
métodos, procesos, acciones y resultados del ente colectivo. Por su parte,
la finalidad de la comunicación en la organización, como dimensión
teleológica, es el logro de la corporatividad como unidad de la identidad
colectiva. Es concebida como un sistema autónomo relacionado con el
entorno propio de su dimensión social.
92 Ricardo Yepes Stork, (1996), en Fundamentos de Antropología: un ideal de la excelencia humana,
define que la naturaleza humana radica en el desarrollo de la persona, (…) y esta se perfecciona con
los hábitos, porque hacen más fácil alcanzar los fines del hombre. Está claro también que el hombre se
perfecciona a sí mismo adquiriéndolos: es entonces el perfeccionador perfectible, en cuanto se perfecciona
a sí mismo” P. 100.
80
La comunicación en una organización es de carácter integral. En
ella se incluyen todos los escenarios de la organización, interno y
externo, y se establece un criterio sobre la relación directa que existe
entre la productividad de la organización y su correspondiente aporte
al desarrollo de los países.
La comunicación procura la construcción de una cadena de
relaciones entre los públicos internos y externos de la organización,
a partir de la convicción y la motivación como fuentes energéticas.
Así se logra el nivel deseado de efectividad corporativa que enriquece
simultáneamente a los miembros de la organización y a la organización
como un todo, (Ichniowski & Shaw, 2003, págs. 155-180).
En este sentido, la comunicación se convierte en el eje central de todas
las actividades de la organización, no como un instrumento mediático,
sino como el enriquecimiento mutuo de toda relación humana. Es el hilo
conductor que integra todas las partes de la organización y optimiza la
cadena de las funciones particulares de sus individuos, estableciendo
una sinergia plena de la organización.
Cada organización se dedica a una misión específica en el contexto de
la sociedad humana. Sea cual sea su función contribuye al desarrollo del
país, (Lai, Chen, & Shaw, 2005, pág. 115). Solo aquellas organizaciones
que tienen un fin dañino a la sociedad no son consideradas productivas,
sino, por el contrario, perjudiciales al crecimiento y al progreso social.
La audiencia de cada organización varía de acuerdo a la naturaleza
de gobierno de la organización, sea democrático, colegiado, dictatorial
o participativo. Esta audiencia se divide, a su vez, en grupos que, por
sus características homogéneas, estructuran la identidad colectiva de
los mismos, y se diferencian de los miembros de otros grupos. Estas
particularidades ordenan a los grupos en públicos de diferente tipo
de acuerdo al interés de la organización. Este orden se puede basar
en aspectos profesionales y ocupacionales, demográficos, culturales,
sociales, políticos, económicos, religiosos, científicos, etc. A su vez,
81
los públicos se expresan en clasificaciones dadas por el género, el nivel
de conocimiento, las funciones, la ocupación, el estrato social, la edad,
etc.
Sin embargo, pueden existir innumerables formas de identificación
y clasificación de un público a partir de características, creencias,
intereses, ideologías, acciones. Esta clasificación dependerá de los
objetivos estratégicos de la organización. Por tanto, no sería prudente
afirmar que la clasificación inicial de los públicos viene dada por la
estructura administrativa de la empresa, es decir, por los departamentos,
las unidades, las líneas de mando, los niveles etc. Tampoco se podría
afirmar que los escenarios internos y externos de la organización ordenan
necesariamente a los públicos. En realidad, esta clasificación depende
fundamentalmente de los objetivos estratégicos de la organización.
Para el efecto, es necesario precisar que así como la dimensión
humana entre la razón y el sentimiento no se puede desligar en los actos
humanos, los escenarios internos y externos de la organización tampoco
se pueden desligar en la operación integral de la organización93. Lo
que hace la persona en el interior de la organización tiene influencias
directas en el espacio externo de la misma y viceversa. La incorporación
de la tecnología de comunicaciones en el trabajo optimiza el recurso
del tiempo destinado a una tarea. La recompensa está dada en el mayor
aprovechamiento del tiempo para la familia y en el entretenimiento que
se realiza fuera de la organización. El pertenecer a una organización
hace que sus miembros sean parte de ella, de modo que no se deja de
serlo una vez se atraviesa la puerta de salida. Por el contrario, en el
exterior, las personas se identifican con la empresa en donde trabajan.
La comunicación en las organizaciones se ha materializado desde
diferentes posturas y disciplinas sociales. La administración de empresas
93 George Cheney y Lars Christensen (2001), en The New Handbook of Organizacional Communication,
Advances in Theory, Research, and Method, reflexionan sobre los límites de la comunicación interna y
externa de la organización, concluyendo que lo común a los dos áreas se encuentra en la dificultad para
determinar las implicaciones en la identidad organizacional y la comunicación. Capítulo 7. Organizational
Identity: Linkages Between Internal and External Communication.
82
ha realizado sus principales aportes de la mano de la psicología social
y la sociología.
Estas últimas han conformado un conocimiento autónomo alrededor
de sus objetos de estudio. La sociología de la organización y la
psicología organizacional dan soporte y base al nuevo subcampo del
saber comunicativo de la comunicación organizacional.
En este segmento partiremos de la clasificación sociológica de Jaffee
que ha orientado el estudio de la comunicación en las organizaciones
en tres enfoques: el funcionalismo, la teoría del conflicto y el
interaccionismo simbólico (Jaffee, 2001, págs. 14-17).
En primer término, el funcionalismo estudia la comunicación desde
el establecimiento de las funciones que deben ejecutar cada una de los
miembros de la organización con el fin de asegurar el orden social.
En segundo lugar, la teoría del conflicto se preocupa por el
establecimiento de la competencia y el conflicto entre las personas,
los grupos o públicos de la organización que se disputan los recursos
(Winter, 2003, págs. 991-995).
Finalmente, el interaccionismo simbólico se ocupa de los contenidos
de los mensajes simbólicos que son transmitidos entre los miembros de
la organización y entre las organizaciones y el ambiente que las rodea.
El funcionalismo abordó el fenómeno comunicativo desde la
problemática social de las fábricas en la llamada Revolución Industrial.
En pleno auge del pensamiento clásico y cientificista del concepto de
trabajo, se profundizó en la estructura unidireccional del mensaje,
convirtiendo a la comunicación en una mera información oficial.
Las tendencias que surgieron de la especialización del trabajo, (Black,
1992, págs. 177-192), y su consecuente organización formal (Taylor &
Fayol, 1983, págs. 111-118), dieron origen a la organización moderna
de la administración (Taylor & Fayol, 1983, págs. 133-210). En ella, la
estructura funcional por departamentos se derivó de los postulados de
83
la organización burocrática y permitió que la comunicación encuentre
nuevos escenarios para el flujo de la información oficial de la llamada
gerencia. Así se dio origen a lo que conocemos como comunicación
descendente. En esta escuela sobresalió la comunicación escrita a
través de canales formales: mensajes impersonales relacionados con
las órdenes de la dirección y enviados hacia los niveles operativos
en la cadena de mando. La visión funcionalista no consideró a la
comunicación como un eje importante de la organización (Rogers &
Agarwala, 1980, págs. 32-33).
La comunicación descendente se ocupa de comunicar el orden
establecido para el desarrollo de funciones, tareas, roles, entrenamiento,
capacitación, directivas, directrices, políticas, etc.
Su carácter principal se estableció por la naturaleza de la organización,
dar orden. No solamente desde el sentido imperativo de quien da una
orden, sino desde el sentido de organizar y ordenar.
La Comunicación en la Organización
Proyecto
organizacional
* Interno
Misión, Visión Relaciones laborales
Valores
corporativos
* Plan estratégico
* Imagen corporativa
Comportamiento
organizacional
* Manejo de crisis
* Externo
Flujos
Relaciones públicas y
Cultura
ascendentes,
descendentes,
organizacional comerciales
horizontales
84
Una de las principales funciones de la comunicación descendente
fue la de comunicar la cultura organizacional y las directrices de cómo
cumplirlas. Posteriormente, la teoría del interaccionismo simbólico94
amplió los horizontes del estudio de la comunicación en las empresas.
Los aportes realizados por autores como (Mayo, 1972), dieron origen
a la concepción moderna de la comunicación en las organizaciones,
en donde, a través de los postulados de la Escuela de las Relaciones
Humanas 95, se abordó la comunicación entre los empleadores y los
empleadores. De esta manera, se originó la llamada comunicación
ascendente.
La comunicación ascendente regula el clima organizacional de
la organización. Se procura la participación de los empleados en
las decisiones y los asuntos propios de la organización, (McCowan,
Bowen, Huselid, & Becker, 1999). Las acciones comunicativas que se
desprendieron de allí dieron origen a la estructura de mecanismos para
el favorecimiento del clima de la organización.
La comunicación ascendente debió abrirse paso entre la autopista de
la comunicación descendente. La participación de los empleados en las
decisiones de la organización se vio como una amenaza a los intereses
de la gerencia y de los accionistas, (Becker & Olson, 1986, págs. 425-
438). Sin embargo, debió dársele el talante necesario para permitir y
estimular la convivencia significativa de las personas.
Este escenario permitió estudiar el contenido de los mensajes desde
la construcción y percepción simbólica de los empleados, estableciendo
códigos comunes entre la multiplicidad de creencias e imaginarios de
los mismos.
Igualmente, Maslow (Maslow, 1988), en el estudio a partir de métodos
experimentales con grupos de control en la relación motivación-
94 Linda L. Putnam, y Gail T. Fairhurst (2001), en The New Handbook of Organizational Communication, Advances in
Theory, Research, and Method, reflexionan en esta línea en sobre el contenido de la comunicación y a la perspectiva social
del lenguaje de los empleados y del discurso empresarial de la gerencia. Capítulo 3. Discourse Analysis in Organizations.
95 Citado por Antonio Lucas y Pablo García, (2002) en Sociología de las Organizaciones, Madrid, McGraw Hill, 2002
85
productividad, dio aportes significativos a la comunicación en las
empresas, y abrió el camino a la relación comunicación-motivación96,
que, posteriormente, sería uno de los pilares de la comunicación en las
organizaciones.
En este sentido, se desprenden los aportes de Barnard. A través de sus
estudios dimensionó la organización como un sistema de cooperación
entre los miembros partícipes 97, e identificó que cada miembro, por
naturaleza, tiene la necesidad de relacionarse con sus compañeros de
trabajo. Abrió el camino a la denominada comunicación horizontal
(Barnard, 1959, págs. 35-78).
La comunicación horizontal sostiene la estructura interna de las
comunicaciones. Es allí donde realmente se consolidó la atmósfera
organizacional. En ella se evidenció la vida y la dinámica de la
organización.
No bastó con una estructura fuerte de comunicaciones descendentes
o con una amplia participación de los empleados que manifieste una
robusta comunicación ascendente. Se requirió de una comunicación
horizontal entre personas, entre grupos, entre departamentos, y entre
todos los públicos de la organización; es decir, una comunicación de
igual a igual.
Esta comunicación interrelacionó a las comunicaciones que
descendían de la gerencia y aquellas que tenían origen en los mandos
menores. Además, se encargaba de socializar y vivenciar los principios
de la organización con los fines corporativos.
Chester Barnard estableció que la característica más esencial de una
organización es la comunicación. Puso atención tanto en los aspectos
formales como informales de las organizaciones. “Las organizaciones
informales establecen actitudes, normas y códigos individuales de
conducta dentro del sistema formal. Estableció una serie de principios
96 Ibíd.
97 Ibíd.
86
de comunicación en las organizaciones, propuso que se establecieran
en forma clara los canales de comunicación mediante los organigramas;
no se permitiría “salvar los conductos” de los canales formales y debían
existir canales formales de comunicación para todos; todo individuo
debía informar y estar subordinado a alguien” (Barnard citado por
(Rogers & Agarwala, 1980, pág. 38)).
Dentro de esta nueva concepción de la organización humana,
McGregor (McGregor, 1998), a través de sus tesis sobre la teoría X
y la teoría Y98, advirtió los nuevos conflictos internos de la empresa,
específicamente entre las necesidades de los empleados y los fines de
la organización. Se aportó, al estudio de la comunicación, el concepto
de clima organizacional como expresión de la atmósfera comunicativa
y de motivación de la empresa, que estudiaron, entre otros, (Rogers &
Agarwala, 1980).
Posteriormente, Ouchi (Ouchi, 1982), como complemento a los
postulados de McGregor (McGregor, 1998), a través de lo que llamó
la teoría Z99, dio origen a la denominada cultura organizacional. En la
cultura organizacional, la comunicación comparte con la sociología y
la psicología la responsabilidad de dar explicación a los componentes
vivenciales y de comportamiento de la organización como un todo
social.
Este comportamiento evidenció las diferencias en los valores,
actitudes y normas fundamentales del capital social, (Gant, Ichniowski,
& Shaw, 2002, págs. 289-328). Se pudo explicar, en gran medida, las
discrepancias de conducta que se observaban, por ejemplo, entre los
países desarrollados y los países en vías de desarrollo; entre los habitantes
del norte de un país y los del sur; entre los que vivían en zonas urbanas
y los que vivían en comunidades rurales. Robbins definió que “nuestros
sistemas de valores individuales (es decir, nuestras prioridades y sentido
98 Douglas McGregor, (1998), en El lado humano de las organizaciones, atacó directamente el tratamiento que se le daba
a los trabajadores en el estilo administrativo clásico al que llamó Teoría X, formulando su nueva Teoría Y.
99 W, Ouchi, (1982), en Teoría Z, estableció la filosofía y la cultura organizacional para las empresas.
87
del bien y del mal) repercuten en nuestras actitudes y comportamiento
en el trabajo” (Robbins, 1996, pág. 9).
Por su parte, Rodríguez estableció, en cuanto al contenido y el
significado del mensaje entre directivos y empleados en la organización
dentro de las organizaciones, la formalidad e informalidad de la
comunicación, producto, justamente, de la misma formalidad e
informalidad de los grupos. Se explicó así las diferencias entre las
normas impuestas por los jefes o tomadas con base en deliberaciones
democráticas, y aquellas en las que el grupo va creando poco a poco
con sus mismos modos de actuar y de interactuar (Rodríguez, 1978,
pág. 34).
Desde otro punto de vista, Daft y Steers determinaron los dos tipos
de símbolos que los altos directivos utilizan con mayor frecuencia en la
organización: el lenguaje y la actividad; el ritual y la ceremonia (Daft
& Steers, 2000, págs. 544-545).
Asimismo, la cultura fue objeto de estudio desde su variable
simbólica en la organización. Cunningham estableció que la conducta,
los conceptos, los valores, las ceremonias y los rituales que ocurren
dentro de una organización representan la cultura de la organización en
su parte emocional e intangible (Cunningham, 1991, pág. 143).
James Cash Penney, desde una visión relacional simbólica de la
organización, estableció como ésta se preocupa por el empleado y por
la satisfacción del cliente simultáneamente, a lo que llamó “la idea
Penney” (Penney citado por (Cunningham, 1991, pág. 143)).
Simultáneamente, la teoría del conflicto surgió por la complejidad de
los seres en la interacción social con sus semejantes. Se evidenciaron las
tensiones entre los miembros de acuerdo a los propósitos, el beneficio y
el control sobre resultados de la organización, (Denrell, Fang, & Winter,
2003); elementos que dependen, fundamentalmente, de las fuerzas del
88
entorno sobre los sistemas y los subsistemas de la organización100. Este
escenario permitió que la comunicación explore los fenómenos de la
comunicación externa de la organización; de esta manera, se dio origen
a la corriente norteamericana de las Relaciones Públicas.
La comunicación externa de la organización, sin la cual su función
productiva no se puede desarrollar, surgió de la misma necesidad de
interrelacionarse con otros públicos externos a la organización.
Los cambios continuos y rápidos, ocurridos por las diferentes
fuerzas de presión del mercado en donde operó el negocio de la
organización, hicieron que se establezca un frente de respuesta
estratégico de rápida respuesta a estos cambios. Se redefinió el mismo
tamaño de la compañía, como estrategia innovadora de supervivencia,
con identificada tendencia a la consolidación de los modelos basados
en empresas pequeñas, flexibles y de fácil comunicación, (Arrighetti &
Vivarelli, 1999).
La comunicación externa se dividió principalmente en dos
categorías: comunicación comercial y comunicación pública. La
comunicación comercial comprendió las relaciones comunicativas que
se deben establecer con el cliente, los proveedores, los competidores y
los medios de comunicación. De allí se desprendieron las actividades
publicitarias de sus productos a través de los lenguajes y los formatos
de los medios de comunicación: cuñas radiales, comerciales para
televisión y cine, impresos, vallas, anuncios virtuales, etc.
Se establecieron, también, agendas estratégicas para la difusión de los
mensajes en los diferentes formatos informativos o de entretenimiento
en las parrillas y las diagramaciones de los medios de comunicación,
de acuerdo a la sintonía y el rating de estos.
100 Dale L. Shannon (1997), en Organizational Communication: Theory and Behavior, establece la variedad existente
de definiciones sobre el conflicto en las organizaciones, comparando el conflicto gerencial y el conflicto destructivo
gerencia. Capítulo 6. Gerencia de Conflictos en Organizaciones.
89
Por otra parte, la comunicación pública en las organizaciones se
estableció por las relaciones de obligatoriedad con el gobierno político
de los estados: el pago de impuestos, las disposiciones técnicas legales,
el régimen laboral, las normas ambientales, entre otras; además, se tomó
en cuenta las relaciones con las organizaciones no gubernamentales con
quienes se pudiese establecer procesos de investigación y desarrollo
con miras a la producción de conocimiento; las relaciones con la
comunidad como directo beneficiario de las acciones del orden social
de la organización y con las que se establecía el impacto de las acciones
productivas de la misma; las relaciones empresariales dispuestas por
las necesidades de diálogo con los directos competidores y con la
finalidad de asociación para la constitución de proyectos, (Ichniowski
& Zax, 1990, págs. 191-208), alianzas estratégicas, gremios, etc.
(Srinivasan & Brush, 2006, pág. 450). Por último, se encontraban las
relaciones con los públicos denominados stakeholders, considerados
como aquellos agentes identificables que en una situación específica
podrían condicionar el buen nombre de la organización en perjuicio de
su actividad productiva101.
Serían Lawrence y Lorsch quienes ampliaran el espectro del entorno
de la organización, al incluir los múltiples cambios coyunturales y
ocasionales que se presentaban en el día a día de la empresa, dando
paso a la consolidación de la teoría de la escuela Sistémica102. En esta
teoría, la comunicación encontró un nuevo escenario propio para la
resolución de conflictos, (Shaw & Shaw, 1998, págs. 279-291), para
la negociación, y para la respuesta práctica a las crisis cotidianas del
entorno de la organización, (Shaw, Chang, & Lai, 2006), (Chang, Shaw,
& Lai, 2007, págs. 548-558).
Lambin estableció que se debía hacer hincapié en cuanto al
101 Peggy Yuhas Byers (1997), en Organizational Communication: Theory and Behavior, definen a la comunicación
organizacional, sus diferentes niveles de contenido y de comunicación. Profundiza en las relaciones de comunicación
intrapersonal, interpersonal, de pequeños grupos y de comunicación pública. Capítulo 1. El proceso y las Perspectivas de
la Comunicación Organizacional.
102 Paúl Lawrence y Lorsch (1967) son considerados los pioneros de la Escuela Sistémica Moderna.
90
marketing estratégico de la empresa y sus flujos de comunicación en
el mercado. “La reunión de las condiciones materiales del intercambio
no es suficiente para asegurar un ajuste eficaz entre la oferta y la
demanda. Para que pueda ejercerse, el intercambio de bienes, supone
que los compradores potenciales sean conscientes y estén alertados de
la existencia de los bienes, es decir, de las combinaciones alternativas
de atributos susceptibles de satisfacer sus necesidades. Las actividades
de comunicación tienen como objetivo producir el conocimiento para
los productores, los distribuidores y los compradores” (Lambin, 1995,
pág. 14).
En este escenario, surgió la comunicación intermedia como un
puente entre la vida propia de la organización y la vida social de su
contexto operacional, conformando un todo organizado.
La comunicación intermedia se extendió a los ámbitos internos y
externos de la organización. Su función se estableció desde la relación
de la identidad de la organización, su finalidad y la responsabilidad
social con las personas y el desarrollo de los países (Robertson &
Crittenden, 2003, págs. 385-392).
La organización definió quién es, qué hace, cómo lo hace y para
qué. Este principio corporativo se comunicó a sus empleados y a sus
públicos externos. De allí surgió la necesidad de establecer una imagen
corporativa como visibilidad de los valores sociales de la organización,
no sólo en los parámetros de calidad de los productos y servicios a sus
clientes, sino también en la coherencia de vida de los miembros.
Actualmente, son muchas las tendencias que procuran explicar
el fenómeno comunicativo de la organización en la Sociedad de
la Información y del Conocimiento, (Wong, Shaw & Sher, 1998).
Sin embargo, son de vital importancia, para la proyección de este
subcampo de estudio, los aportes de Manuel Castells (Castells, 2002)
desde la estructura social de la información y del conocimiento.
En los aportes de Castells, se evidencia la necesidad de estudiar a
91
profundidad los impactos que se generan en la organización con la
implantación de las llamadas nuevas tecnologías de la comunicación y
de la información, principalmente, en la productividad de la empresa,
en la eficiencia profesional, en las relaciones humanas. Las TIC, partir
de sus propios métodos y con sus propias teorías, pueden explicar el
fenómeno comunicativo en la organización, desde las transformaciones
estructurales de la globalización, (Carnoy, 2002), y (Held, McGraw, &
Perraton, 2001).
Es importante señalar que se dificulta la clasificación de tendencias
y de líneas de pensamiento más allá de movimientos bruscos de
corta duración. Sin embargo, se puede diferenciar la comunicación
estratégica de la comunicación integral; la comunicación interna
de la externa y de la intermedia; la comunicación empresarial de la
comunicación corporativa; estas distinciones son intentos invaluables
por delimitar un saber que se reclama desde las organizaciones103. No
obstante, no se trata de delimitar por delimitar el conocimiento; se trata
de interrelacionar aquellas disciplinas que puedan explicar la relación
comunicativa en la organización.
103 Branislav Kovacic (1994), en New approaches to organizational communication, reflexiona sobre la variedad de
conceptos en torno a la comunicación organizacional actual, en torno al nuevo escenario de la globalización que irradia
todos los escenarios de la organización. Capitulo 1. New Perspectives on Organizational Communication.
92
de ingeniería civil de las antiguas civilizaciones; y, en general, en toda
actividad humana realizada para adaptarse al medio natural.
104 McCowan, Bowen, Huselid, Becker, (1999) en su revisión de las propuestas teóricas de Herman Miller sobre la
gestión estratégica de los recursos humanos, describen cómo la estrategia de recursos humanos se compone de tres objetivos
principales: “(1) la construcción de capacidades de los empleados, (2) la construcción de los empleados, y (3) la mejora de
las capacidades profesionales de la propia función de recursos humanos”. P.p. 303-308.
93
Por su parte, la Conducta aborda el comportamiento de la empresa
como una unidad social cambiante, conformada por personas que, por
su propia naturaleza humana, y con relación a los propósitos de la
empresa, manifiestan múltiples tipos de comportamiento, constituyendo
unidades empresariales diferenciales lejanas de la armonía y la dinámica
preestablecida por la Estructura.
105 Henry Mintzberg, (2007) en su artículo Productivity Is Killing American Enterprise alerta sobre las visiones
95
a su vez, constituyen el fuero público de la empresa. Es propio que en
la esfera de la Estructura se desarrollen la planeación y la organización
de la empresa como pasos sustantivos del proceso administrativo.
regulatorias y de autorregulación que se han establecido en las economías de libre mercado. P.1.
96
relación con la gestión que se ha realizado de todos los pasos anteriores
frente a su supervivencia en el mercado. Este resultado se tipifica como
el éxito o el fracaso, las pérdidas o las ganancias de la empresa, que, en
definitiva, suponen la efectividad de la planeación, la organización y la
dirección, (Laursen & Foss, 2003, págs. 243-263). En este último paso,
se evidencian el control de los resultados, (Martin & Freeman, 2004).
98
(Huselid & Becker, 1996, págs. 400-422). En este sentido, la dirección
y el control guardan una estrecha relación operacional convirtiéndose
en una función de la administración indisoluble y dependiente una de
otra, tal como lo señala (Mizruchi, 1983).
En general, se pueden identificar dos modelos marcos de dirección:
dirección por objetivos y dirección de participación. El primero se centra
en procesos estructurales de formación del empleado. Se establece
una modalidad específica de trabajador y del trabajo en sí mismo, a
través de un programa continuo y de largo plazo que contempla: la
planificación de carrera (carrier path), la descripción del puesto de
trabajo (job description), el establecimiento de objetivos, el análisis
de desempeño, el plan de sucesión y el sistema de retribución, (Artis,
Becker, & Huselid, 1999, págs. 309-313).
Por otra parte, la dirección participativa se centra en el
establecimiento de un escenario participativo de las decisiones o de
la propiedad, definido en la planeación y la organización, que, en su
conjunto, constituyen una expresión del liderazgo de la alta gerencia,
(Dunham & Freeman, 2000, págs. 108-122). La participación en estos
dos escenarios, el de las decisiones y el de la propiedad, actualiza y
redefine el concepto de participación más allá de la representatividad y
de la igualdad promovida por la democracia política.
La participación en la dirección supone, igualmente, un nuevo
concepto de trabajador y del trabajo en sí, (Becker & Huselid,
1999, págs. 287-301). Se eliminan las barreras de la comunicación
descendente, permitiendo el establecimiento de una comunicación
ascendente. Por otra parte, se eliminan las profundas distancias,
mediadas por el supervisor, entre la dirección y el trabajador. Se
redefine la estructura jerárquica de la pirámide clásica de la empresa,
y se instaura una estructura “planar” de la administración, en la cual
directivos y trabajadores establecen un equipo de trabajo, más allá, de
las simples funciones organizadas individualmente, (Harris, Huselid,
99
& Becker, 1999, págs. 315-320).
En estas formas de dirección, por objetivos y de participación,
aparecen formas nuevas para su ejecución como: dirección a distancia,
dirección por involucración, by consent, y by walking around, (Cuesta,
1998).
En la dimensión del control, estimulado por la carrera del cambio
y de la transformación de la empresa tradicional a la empresa virtual,
se han desarrollo metodologías sistemáticas dirigidas a disminuir
los roces y los conflictos generados por este proceso, (Caroli & Van
Reenen, 2001, págs. 1449-1492), incrementando los niveles de calidad
significativamente, como sustento del ejercicio competitivo en el
mercado.
De esta manera, se ha desarrollado la línea de gestión del cambio:
(Pritchett & Pound, 1990), la metodología transform, los sistemas
ABC- Activity Based Cost, ABM- Activity Based Managment, y
el ABCM- Activity Based Cost and Managment, (Kaplan, 1995), y
el Balance Scorecard, (Kaplan & Norton, 1996), la reingeniería de
procesos (BPR), (Hammer & Champy, 1994), el aizen y el enchmarking,
(Leibfried & McNair, 1994); en la línea de gestión de la calidad se han
desarrollado: el TQM, (Cuesta, 1996), aseguramiento de la calidad
total – Total Quality Managment, (Crosby, 1991); y específicamente
en Europa, el modelo EFQM - European Foundation for Quality
Managment, (Galgano, 1995). Además, se ha desarrollado la gestión
del marketing, (Cuesta, 1997). Por su parte, en la línea de gestión de
recursos humanos son significativos los aportes de (Becker & Huselid,
1999, págs. 287-301), (Mendenhall, Jensen, Black, & Gregersen,
2003, págs. 261-274).
Estos modelos, aunque direccionados hacia la evaluación de la
gestión de la empresa, Ichniowski, Kochan, Levine, Olson, Strauss
(Ichniowski, Kochan, Levine, Olson, & Strauss, 1996, págs. 299-333),
parten de la planeación y la organización de la empresa. Se compara
100
permanentemente las disposiciones estructurales con el desarrollo de
la conducta y la efectividad de los resultados, permitiendo establecer,
en su integralidad, un nuevo concepto de empresa basado en la
flexibilidad106, la confianza, la re-aprensión de procesos, (Schwab,
2007, págs. 233-251) la gestión de la información, la gestión del recurso
humano, (Ichniowski & Shaw, 1999, págs. 704-721), y la producción
de conocimientos.
106 Henry Mintzberg, (2001) en su artículo denominado “Managing Exceptionally”, da una evidencia de “flexibilidad
en la dirección” en cuanto al cómo se pueden lograr los propósitos de una empresa, en este caso una ONG como la Cruz
Roja, con un estudio de caso específico en los campamentos de refugiados en Tanzania que administran por excepción y no
en circunstancias excepcionales. p.1
101
En la actualidad, la empresa se caracteriza por una organización en
continuo aprendizaje que estimula la creatividad, la innovación, (Vivarelli,
Evangelista, & Pianta, 1996, págs. 1013-1026), el autodesempeño y la
satisfacción de sus trabajadores (Winter, 2000, págs. 981-996), a través
de la medición de sus indicadores de gestión. Se proporciona, así, un
ambiente de participación en las decisiones estratégicas de la compañía
(Boland, Lyytinen, & Yoo, 2007, págs. 631-647). A este tipo de empresa
se le ha denominado “organización inteligente”. Estas empresas se
identifican por la efectividad y la capacidad de adaptación a los cambios
del mercado, de los clientes y de la sociedad en general (Infante, 2007,
págs. 64-66).
Esta posibilidad se evidencia, entre otros aspectos, en la estrategia de
gestión de la información, en la denominada inteligencia de mercados
que permite reconocer oportunamente los posibles cambios inesperados
del mercado.
102
1.3.8. La dinámica flexible, molecular y proactiva
103
estructuras físicas, financieras, organizacionales y administrativas de
la empresa, y se establece, incluso, un tipo de cliente virtual.
En consecuencia, se ha constituido vertiginosamente el “comercio
virtual” o el “e-commers”. En este contexto, la estructura de la economía
de la empresa se redefine para presionar una economía virtual, en
donde el papel regulador de los estados, el consumo y el ahorro de las
familias, la inversión y las operaciones productivas de las empresas,
y el sistema financiero y bancario, se establecen, igualmente, como
agentes partícipes de la nueva gran economía virtual, (Santarelli &
Vivarelli, 2002, págs. 39-52).
105
empresas, en su financiación y en la valoración de sus acciones en los
mercados financieros” (Castells, 2000, pág. 81).
En general, las condiciones cambiantes y competitivas a las que
cada vez se deben enfrentar las organizaciones en el nuevo ambiente
de los negocios exigen personas con capacidad creativa e innovadora,
éticas y responsables, (Martin & Freeman, 2004), conocedoras del
ambiente empresarial local, nacional y mundial de su organización. Es
decir, personas que tengan el propósito de generar formas diferentes
de competir, de crear nuevos productos y servicios para satisfacer las
necesidades de clientes cada vez más exigentes, y de realizar acciones
que orienten a su organización al desarrollo de su función social, para,
de esta manera, contribuir al desarrollo integral de las personas y de la
sociedad.
107 Nicola Phillips, (1994) en Nuevas Técnicas de Gestión, define que las empresas con visión de futuro deben planear
la innovación como una posibilidad potencial de subsistencia, potenciando la creatividad de todos los empleados. P.71
107
la necesidad de generar transformaciones empresariales como
respuesta a los cambios del entorno. Por ejemplo, la reformulación o
el repensamiento de los negocios del futuro, Rowan Gibson (1998); la
teoría evolutiva de la organización, (Nelson, Winter, & Schuette, 1976),
(Nelson & Winter, 1974), (Nelson & Winter, 1975), (Nelson, Winter, &
Schuette, 1976); los principios, (Covey, 1993); la competencia, (Porter,
1995), (Gary & Prahalad, 1994); el control y la complejidad, (Hammer
& Champy, 1994), (Senge, 1993); el liderazgo, (Blanchard, Waghorn,
& Ballard, 1996), (Tichy & Bennis, 2007, pág. 94); los mercados,
(Ries & Trout, 1999), (Kotler, 1979); el gobierno corporativo, (Monks
& Minow, 2004); el mundo, (Naisbitt & Aburdene, 1994), (Ohmae,
2005), (Thurow, 1996); el futuro, (Drucker, 1986), (Toffler, 1997); el
servicio, (Albrecht & Bradford, 1990); la virtualidad, (Cuesta, 1998);
la empresa-red, (Castells, 2000).
En esta línea de repensar la empresa, algunos teóricos han realizado
algunas prospecciones sobre lo que podrían ser las empresas del
futuro cercano, principalmente como producto de los fuertes cambios
económicos, políticos, culturales, sociales y familiares del entorno
global del mercado. Como referencia se puede encontrar The Borderless
World, Power and Strategy in the Interlinked Ecomomy, (Ohmae,
1991); Mega-tendencias 2000, diez nuevas tendencias en los 1990s,
(Naisbitt & Aburdene, 1994), La guerra del siglo XXI, (Thurow, 1992);
La sociedad postcapitalista, (Drucker, 1995); Los once mandamientos
de la gerencia del siglo XXI, (Matthew, Guzmán, & Drucker, 1996);
La quinta disciplina, (Senge, 1993); Estrategia y ventaja competitiva,
(Porter, 2006), entre muchas otras publicaciones de autores igualmente
reconocidos como Hamel, Handy, Prahalad, etc.
Todos ellos estudian los cambios estructurales de la economía
del mundo. Siguiendo a Drucker, “la competitividad dominará
el pensamiento administrativo en el inicio del siglo XXI, y en
lo fundamental, determinará el desempeño competitivo de las
108
organizaciones de toda índole, la calidad de vida en cada país y la
verdadera estructura de la sociedad” (Drucker, 1995, pág. 60).
Por su parte, Toffler alertó sobre cómo las formas de producción
y, en general, las actividades económicas no se fundamentarán en la
tierra, ni el capital monetario, ni en las materias primas; sino en el
capital intelectual de las empresas, centrándose en una competitividad
empresarial internacional, “siendo las redes más importantes que los
países”, generando, así, un ambiente de confianza de lo internacional
sobre lo “nacional” 108 en los consumidores (Toffler, 1997, pág. 3).
Gibson, afirmó, categóricamente, que “el siglo XXI no pertenece
a nadie” y que solamente aquellas empresas dispuestas a reaprender
y a reinventar sus procesos y sus formas estructurales de organizarse
podrán ser competitivas en los nuevos mercados de la globalidad
(Gibson & Brealey, 1998, pág. 7).
109 Jan Van Dijk, (2005) en su artículo “Outline of a multilevel approach of the network society”, analiza las formas de
organización en red, dimensionando dos categorías la sistémica y la matemática en cuanto a las nuevas formas de estudio
y de investigación de la información y la comunicación. P. 4
109
Se generó una nueva dinámica y una función de la empresa clásica –
centrada en la producción de bienes y servicios –, convirtiéndose la
empresa en una unidad productiva de información y de conocimiento,
en el marco de una nueva economía, (Van Reenen, 2001, págs. 307-336).
Las TIC, como se han denominado, han permitido el flujo de
la información y del conocimiento no solo al interior de la cadena
productiva de la empresa, sino también en los escenarios externos
propios de la organización. Se generaron nuevas posibilidades de
macroempresas, a manera de cadenas organizadas para la producción
y la logística de un determinado sector, (Aoyama & Ratick, 2007).
Incluso, se traspasaron las barreras de la propiedad empresarial,
reinterpretando los límites y las reglas de la competencia salvaje de las
economías de mercado.
Podría establecerse que las TIC han sido causa y consecuencia
de las necesidades informativas y de comunicación de la empresa
contemporánea, (Nelson & Winter, 1977), bien motivadas,
especialmente, por aquellas del sector militar, educativo, de transporte
aéreo, bancario. Esta última la veremos a profundidad en los siguientes
capítulos.
110
En esta carrera estructural del trabajo, la empresa y, en general, la
organización de la sociedad industrial, principalmente en el siglo XX,
estableció una estrecha relación estructural entre la universidad, la
empresa y el sistema económico, (Teece & Winter, 1984), sea desde el
capitalismo salvaje hasta el comunismo puro.
Esta relación modeló el concepto de educación para el trabajo.
Se tomó el modelo de la universidad napoleónica, y se estableció el
paradigma económico-empresarial del empleo y sus manifestaciones
económicas: desempleo, subempleo, (Becker & Hills, 1983, págs. 197-
212), (Becker & Hills, 1980, págs. 354-372), (Olson & Becker, 1983,
págs. 624-641), empleo informal, empleo formal, (Osterman, 1995,
págs. 681-700), e, incluso, el empleo nacional y transnacional, (Stroh,
Gregersen, & Black, 2000, págs. 681-697), derivado del ejercicio de la
empresa multinacional, con operaciones diferentes a su lugar de origen,
y con la definida estrategia de la participación en los mercados de otros
países, (Foss, 1996, págs. 428-430).
Adicionalmente, la sociedad del siglo XX puso en evidencia algún
tipo de frustración profesional de las personas. Así pues, no se podía
ejercer el conocimiento adquirido si este no estaba certificado por las
instituciones educativas superiores (Mintzbert & Rose, 2003, pág. 270).
Esta ha sido una situación opuesta a las tendencias clásicas, medievales
y renacentistas, que versaban sobre una educación para la vida.
En este contexto, la empresa organizó el trabajo humano de acuerdo
con los niveles educativos, (Gosling & Mintzbert, 2004, pág. 4). En
general, esto se pueden clasificar en tres grupos: empleados de tercer
nivel, segundo nivel y primer nivel.
El tercer nivel es el nivel inferior o básico. En él se ordenan las tareas
operativas, repetitivas y mecánicas. En este nivel, el conocimiento
humano se limita a las habilidades y a las fortalezas físicas, y se destina
a las tareas repetitivas fundamentadas en la motricidad mecánica. En
él se agrupó el mayor rango de posibilidades educativas, a saber:
111
analfabetas, personas con estudios primarios de lectura y escritura;
con conocimiento de operaciones matemáticas básicas, de formación
religiosa, de ubicación geográfica, de relaciones bióticas y abióticas de
la naturaleza; y una habilidad primaria de pensamiento y de discurso
analítico y lógico. También se incluyó en él a personas con educación
secundaria, ya que esta les permitía profundizar en sus conocimientos,
en las nociones de ciudadanía y de las relaciones sociales, en las
ciencias naturales y en las ciencias sociales. Finalmente, se incluyó a los
empleados con el título de técnicos, en el cual se ha venido certificando
el dominio y la habilidad para la realización de tareas con el apoyo de
herramientas específicas, (Cunha, 2007).
En el segundo nivel se organizaron aquellas tareas de supervisión,
programación y control general de los procesos y del rendimiento
de los empleados de tercer nivel. En este segmento, se concentraron
los empleados con el título de tecnólogos, con la habilidad física y
cognitiva para crear y mejorar procesos y herramientas propios de la
empresa, (Green & Riddell, 2003, págs. 165-184). Su nivel intelectual
de pensamiento, analítico inductivo y deductivo, ha sido determinante
en el avance y desarrollo de la empresa en todos los sectores de la
economía, toda vez, en que ha sido promotor y participe de los alcances
actuales de la tecnología. De este nivel educativo se desprendieron
los estudios de ingeniería contemporánea, que por su alto grado de
especificidad científica y tecnológica han sido reconocidos en el grado
de profesiones o licenciaturas, que a su vez han permitido escalar hacia
el primer nivel de empleados de la organización, (Heckman, 2003).
Por su parte, el primer nivel ha organizado las habilidades cognitivas
de análisis relacional entre las operaciones de la empresa y su impacto
y desempeño en el mercado y en la sociedad en general (Gosling &
Mintzbert, 2003, pág. 54), procurando el máximo rendimiento y
optimización de los recursos materiales, físicos, humanos y financieros.
En este nivel se agrupan los directivos y la alta gerencia. Comparten y a
112
su vez se diferencian, generalmente, en títulos básicos de profesionales
o licenciados, en los cuales se profundiza en una disciplina específica,
con la habilidad particular de la formación del criterio ético y moral
sobre los efectos del uso de los recursos, las herramientas y los procesos,
(Lynch & Black, 1998, págs. 64-81). Asimismo, se incorporan estudios
diferenciadores de naturaleza global con el título de especializaciones,
másteres o maestrías, en el campo de la administración de empresas,
(Gregersen, Morrison, & Black, 1998, pág. 21), de sus múltiples
dimensiones estratégicas y tácticas110, de las relaciones laborales
y públicas, de planeación, organización, dirección y control, no
solamente en la dimensión local geográfica, sino también en relación
con el ámbito mundial, dada la naturaleza actual de la empresa global,
y su rol en la nueva economía de la globalización, (Black & Gregersen,
2000, págs. 173-184).
Esta forma de organizar el trabajo se sumó a la estructura formal de
pago y remuneración del empleo. En esta línea se destacan los estudios
de (Hellmann & Puri, 2002) sobre impacto de la profesionalización del
trabajo en el capital, a través de la firma del contrato laboral, reconocido
por las legislaciones nacionales respectivas, (Osterman, 1995, págs.
681-700), e, incluso, por los organismos multilaterales creados para el
efecto como la Organización Mundial del Trabajo (OIT).
La naturaleza de este contrato se inspiró en el pago justo de las tareas,
en la estabilidad del empleado, en el tiempo de servicio en la empresa,
y en la garantía de la subsidiariedad en la etapa no productiva de la
adultez mayor, (Piore & Safford, 2006). Estos hechos fueron producto
de los ajustes sociales del conflicto laboral que suscitaba la relación
entre el empleador y el empleado. En gran medida, estos logros se
deben al papel del sindicato, de los órganos legislativos democráticos y
al avance tecnológico, (Beaudry & Green, 2005, págs. 441-463).
110 Henry Mintzberg y Frances Westley (2000) en el artículo “Sustaining the Institutional Environment “ analizan
nuevas formas de dirección y de trabajo, que sumadas, llamarán “gestión”, es decir pasar de la planeación y la organización
a la acción, que en definitiva sería pasar de la estrategia a la táctica. El análisis lo realizan a través del estudio de las formas
de gestión de la organización ambiental Greenpeace.
113
De tal forma, la modalidad de contratación de los empleados pudo
evidenciarse a través de contratos a término indefinido y de tiempo
completo. Otras versiones pulularon, principalmente después de la
segunda mitad de siglo XX, como los contratos a tiempo parcial y
tiempo definido, que fueron producto del aumento de la oferta de mano
de obra calificada o titulada, y del mismo crecimiento demográfico que
aumentó significativamente la de mano de obra no calificada, (Becker
& Hills, 1981, págs. 60-70). Esto permitió que la empresa establezca
criterios de competitividad y eficiencia interna en sus empleados, a
través del logro de los puestos de trabajo que inversamente proporcional
a la oferta de mano de obra, disminuyó drásticamente el mercado de la
oferta de puestos de trabajo.
Sin embargo, en la actualidad y particularmente en la empresa de la
sociedad de la información y del conocimiento, (Aoyama & Castells,
2002), esta estructura del empleo ha venido experimentando nuevas
formas de organizar el trabajo diferente de las concepciones clásicas
por funciones, tareas específicas, nivel educativo y modalidad de
contrato, (Beaudry, Collard, & Green, 2005). Acutalmente, se realizan
investigaciones empíricas, como la presente, con el fin de validar las
hipótesis y las afirmaciones primeras de los teóricos especializados en
el tema.
Estos cambios encuentran una atmosfera de acuerdo entre los
teóricos respectivos. Así pues, una de las principales causas de la
transformación del empleo contemporáneo es ocasionada por las
Tecnologías de Información y Comunicación (Mintzbert, 2007,
págs. 7-8). Estas fueron las encargadas de motivar la redefinición del
espacio y del tiempo laboral, en consonancia con las nuevas formas
de organización, planeación, dirección y control, generando un
nuevo modelo de organización flexible, planar, que aprende y genera
conocimiento, como se vio en el apartado anterior.
Esta transformación, más que una evolución, en principio reformula
114
la presencialidad física proponiendo la presencialidad virtual que, en
última instancia, supone el establecimiento de un nuevo escenario de
confianza y fe sobre lo que no se ve.
El escenario laboral virtual, promovido por las posibilidades
comunicativas e informativas de las nuevas tecnologías, redimensionan
las relaciones laborales no solo en cuanto a la mera relación contractual
y de asignación de funciones, sino también en cuanto suponen una
nueva identidad de organización y de empresa (Wezel & Cattani, 2006,
págs. 691-709), y un nuevo perfil de trabajador, (Argyres, Bercovitz, &
Mayer, 2007, págs. 3-19) suficiente en competencias comunicativas y
habilidades tecnológicas de información.
Estas competencias, adquiridas en instituciones educativas o en
los planes de aprendizaje de las empresas (Zollo, Winter, 2002, págs.
339-351), suponen una redefinición de los planes curriculares de los
programas académicos proveedores de la mano de obra calificada.
Esto se ha observado en las últimas dos décadas en los países de punta
económica; específicamente, en la transición en la estructura del empleo
de los mismos (Frechet, Langlois, & Bernier, 1992, págs. 79-99).
En este sentido, se marca una clara tendencia en la división del
trabajo contemporáneo (Piore, 2004, págs. 23-44). Se modifican los
tres niveles clásicos de empleados y se especifican a profundidad las
competencias generales de todos los empleados en coherencia con los
proyectos organizacionales. Asimismo, se establecen competencias
particulares por puesto de trabajo alineadas con los estilos de dirección,
sean participativos o por objetivos.
Esta modificación se evidencia en que de tres niveles de empleados
se pasa a dos: nivel estratégico y nivel táctico. Esta modificación
podría relacionarse como una transformación del primer nivel y del
segundo nivel, respectivamente. Por su parte, el tercer nivel, tiende
a desaparecer, producto de la robotización que reemplaza la mano de
obra sobre las tareas mecánicas, y de la automatización que reemplaza
115
las tareas repetitivas del nivel operativo de los procesos y del flujo de
información, (Baldwin & Sabourin, 2001).
Los dos niveles que se observan en algunas empresas, el estratégico y
el táctico, igualmente se ven presionados por las TIC. Por ejemplo, en el
desarrollo de la inteligencia artificial que expresa, a través del software
inteligente, cómo se pueden reemplazar las funciones analíticas para la
toma de decisiones actuales o futuras, estableciendo un jaque general a
la facultad de la inteligencia humana, exclusiva hasta ahora de nuestra
especie, (Shostak, 2002).
Por su parte, la forma contractual también se ha venido transformando.
Se ha pasado de contratos a término indefinido a contratos a término
definido; y de contratos directos a contratos a través de terceros; y
de tiempo completo a tiempo parcial. Ahora, los trabajadores orbitan
no solo entre empresas, sino entre países, trasladando su cultura y su
forma de entender el mundo, (Gregersen, Black, & Hite, 1996, págs.
711-738).
Estos dos escenarios, la redefinición del trabajo y de sus formas de
contratación, motivados en gran medida por las TIC, han permitido
el establecimiento de una nueva forma de trabajo: el “teletrabajo”,
conocido también como el trabajo a distancia. En él, la virtualidad
que ofrecen las TIC supone nuevas formas de comunicación, de
organización empresarial y social, y, sobre todo, una redefinición de
la estructura económica empresarial, política y social, redefiniendo,
incluso, la identidad de las personas y de las organizaciones, (Aragón,
Bobino, & Rocha, 2004), (Belzunegui, 2002). Este aspecto se verá en
el siguiente capítulo y en las conclusiones del presente estudio.
Es importante reseñar las investigaciones de (Alasoini, 2001),
sobre la organización de nuevas formas de trabajo y de formación de
los trabajadores, las nuevas lógicas de organización, la caracterización
de la economía del conocimiento, la rotación de la innovación y los
retos en las políticas empresariales, en torno a las TIC. En esta línea,
116
y profundizando sobre la productividad, se advierten los estudios
de (Barteslman & Doms, 2002). Estos autores concluyen que las
empresas que incorporan las TIC tienden a contratar trabajadores más
calificados, descartando aquellos que no poseen competencias en el
manejo de tecnologías.
117
de cada empleado. El espacio entendido en cuanto a tamaño, calidad,
construcción, ampliación, reducción o eliminación.
111 Desde mediados del año 2006, en Colombia, se han presentado las siguientes fusiones bancarias: Banco de
Colombia adquirió la totalidad de las acciones del banco Conavi-desapareció la marca bancaría de este último; El banco
de Occidente, adquirió la totalidad de las acciones del banco Unión Colombiano- desapareció la marca bancaría de este
último; El banco Caja Social, se fusionó con el banco Colmena, bajo la sombrilla de la propiedad de la Fundación Social- se
mantuvo la marca de cada uno de ellos, sin embago, se creó una tercera marca corporativa conocida como BCSC. Otros
bancos tuvieron cambios de propiedad como Loys Bank, que fue adquirido totalmente por el HSBC.
118
social de los empleados respecto a la cultura organizacional. Establece
las siguientes variables: ambiente y relaciones en la organización;
la naturaleza de la actividad humana; la naturaleza de la verdad y
la realidad; la naturaleza del tiempo; la naturaleza de las relaciones
humanas; y la homogenización versus la diversidad.
Respecto al clima organizacional, Ashkanasy Broadoot, Falkus
define, en su investigación “Questionnaire Measures of Organizational
Culture”, publicada como apartado de The Handbook of Organizational
Culture and Climate, el clima organizacional como el ambiente de la
organización; es decir, como el estado de las relaciones sociales de
la organización interna y externamente. En ese estudio, trabaja las
variables de ambiente, innovación, planeación, socialización al interior
de la personalización, humanización del lugar de trabajo, desempeño,
estructura, liderazgo y comunicación (Ashkanasy, 2000, págs. 131-
146). En esta línea han trabajado otros autores como Wanberg y Banas
(Wanberg & Banas, 2000, págs. 132-142).
Sobre el componente del compromiso en la empresa, (Lee, Allen,
Meyer, & Rhee, 2001, págs. 596-614), (Herscovitch & Meyer, 2002,
págs. 474-487), en la University of Western Ontario, han estudiado el
compromiso en el cambio organizacional. El primer estudio se realizó
en estudiantes universitarios. Complementariamente, se realizaron dos
estudios con personal de enfermería de un hospital. Así se procuró
la validez de tres conclusiones: (a) el compromiso de un cambio es
el mejor predictor del comportamiento de apoyo a un cambio; (b) el
compromiso afectivo y normativo de un cambio está asociado con
mayores niveles de apoyo; y (c) los componentes de compromiso
se combinan para predecir el comportamiento. Estos resultados se
publicaron en el artículo “Commitment to Organizational Change:
Extension of a Three-Component Model”, en el Journal of Applied
Psychology by the American Psychological Association. Definieron
el compromiso como un “estado psicológico, o de actitud, como la
119
probabilidad de que un empleado se mantendrá en una organización”.
Los investigadores determinaron que los tres tipos de compromisos
pueden presentarse en un mismo empleado de manera simultánea.
Además, precisaron que la organización puede gobernar las tres
dimensiones del compromiso, disminuyendo las posibilidades de
deserción de los trabajadores. En esta línea, otros investigadores han
aportado datos para la comprensión de este fenómeno como Armenakis,
Bedeian, (Armenakis & Bedeian, 1999), Jaros, (Jaros, 1997, págs. 319-
337), Irving, Coleman, (Irving & Coleman, 2000), Becker, Billings,
(Becker & Billings, 1993, págs. 177-190).
Por su parte, y en segunda instancia, el tema de las relaciones
personales fue abordado por Gavin (Gavin, 1975, págs. 135-139) en
1a Universidad del Estado de Colorado. Se centró, específicamente,
en investigaciones de empresas bancarias: en las percepciones de
los empleados respecto al clima organizacional. Determinó variables
de organización y diferencias individuales sobre la interacción
-dominante-dominado-. En las variables personales utilizó elementos
biográficos tales como capacidad, personalidad, y el rendimiento en el
trabajo; las variables de organización se basaron, en gran medida, en
la taxonomía de organización de Sells (Sells, 1968). Gavin determinó
que el clima está compuesto por las percepciones del trabajador, las
características de la organización, y la interacción de ambas (Gavin,
1975, págs. 135-139). En esta línea, otros autores se han destacado.
Por ejemplo, Schneider, Hall (Schneider & Hall, 1972, págs. 447-455),
Litwin, Stringer (Litwin & Stringer, 1968), Beer (Beer, 1971), Murdy
(Murdy, 1972, págs. 447-455). Otras investigaciones han profundizado
en variables de percepciones del clima organizacional como la
enseñanza de educación y la pertenencia, el personal de la organización
por niveles, la importancia de las actividades, el tiempo utilizado en las
tareas, el tamaño, el liderazgo y el estilo de mando, (Meltzer, 1973).
Respecto a las relaciones profesionales, se señalan las categorías
120
utilizadas por Laura J. Taplin, (Taplin & Kendra, 2004, págs. 20-34)
directora del grupo de Hawthorne, y Korin Kendra Lawrence, en su
investigación sobre las competencias en Tecnologías de Información
de los directores de organizaciones. Las categorías son comunicación,
trabajo en equipo, proceso de gestión, liderazgo, capacitación, y
aprendizaje continuo. Algunas de estas categorías son tomadas en el
presente estudio y puestas a discusión en los capítulos IV y V. En esta
misma línea se encuentran los estudios de Zimmerer, Yasin (Zimmerer
& Yasin, 1998, págs. 31-38), Varney, Worley, Darrow, Neubert, Cady,
Gurner, (Varney, Worley, Darrow, Neubert, Cady, & Gurner, 1999,
págs. 25-32), Leonard (Leonard & Goff, 2003, págs. 58-67), Hammer,
Turk (Hammer & Turk, 1987, págs. 674-682).
Respecto a la relación trabajo y uso de las Tecnologías de
Información y Comunicación, se retoma los aportes significativos de
las investigaciones de Piva, Santarelli, Vivarelli (Piva, Vivarelli, &
Santarelli, 2005), Innovation And Employment: Evidence From Italian
Microdata y, del mismo año, The Skill Bias Effect Of Technological
And Organizational hange: Evidence And Policy Implications. En
esta última investigación se establece que los cambios actuales en las
economías avanzadas se caracterizan por procesos paralelos y directos
de los cambios tecnológicos sobre el empleo, la estructura empresarial
y la evolución de la demanda en el consumo. Esta información se
amplía en el capítulo II, dedicado al objeto de estudio Tecnologías de
Información y Comunicación.
Igualmente, resultan apropiadas las confirmaciones de Aragon,
Bobino y Rocha, (2004), en su estudio “El papel de las relaciones
laborales en la difusión de las tecnologías de información y
comunicaciones”, para el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de
España. Respecto a la organización del trabajo, sostienen que las TIC
no mantienen una relación directa entre una determinada herramienta y
un determinado estilo de organización. Adicionalmente, se afirma que
121
la efectividad de las TIC depende fundamentalmente de las relaciones
laborales y no, necesariamente, de la capacidad recursiva de las
herramientas tecnológicas, puesto que las relaciones laborales son, ante
todo, relaciones sociales (Aragón, Bobino, & Rocha, 2004, pág. 22).
Respecto al trabajo en equipo, los estudios de Williams, Hoffman,
Lamont, (Williams, Hoffman, & Lamont, 1995), sostienen que la
influencia de la alta gerencia en los equipos de trabajo, a partir de su
reorganización y control, permite diseñar nuevas formas de estructuras
organizacionales y operativas.
122
123
CAPÍTULO 2
INTRODUCCIÓN
124
En la Tabla 8, y siguiendo la misma línea de análisis del capítulo uno,
se evidencia el punto de partida conceptual en las categorías clásicas
aristotélicas sobre el principio filosófico y la naturaleza de la tecnología,
en las que se intenta establecer la tecnología como expresión del bien
humano. En este sentido, se advierte el enfoque humanista definido para
la revisión bibliográfica que, aunque imperceptible en algunos autores,
se procura hilar, para presentar un argumento coherente y lógico sobre
la tecnología.
Articulación de ciencia y
Séris, citado por Osorio (1994) tecnología
Elaboración propia
125
La Tabla 9 señala la intención propia de establecer los orígenes
de las llamadas nuevas tecnologías de comunicación e información a
partir del desarrollo interdisciplinar de las tecnologías tradicionales de
estos dos campos científicos.
La articulación entre
Vargas, E. A. (2004)
ciencia y tecnología
126
Texas Instrument, referencia histórica
Conductores de silicio
de Gómez y Suárez. (1945)
La tranformación de la
Shallis, M. (1986)
informática
La revolución de la
Castells, M. (2002)
tecnología
Historia de las
De la Peña, J. (2003)
Telecomunicaciones
Elaboración propia
127
La Tabla 10 establece un recorrido por la literatura buscando el
soporte conceptual sobre las nuevas tecnologías de información
y comunicación que tipifican el interés de estudio de la presente
investigación, a saber: hardware, software, redes y telefonía celular.
Elaboración propia
128
En la Tabla 11, se realiza una breve mirada sociológica sobre las
dinámicas de las TIC en la estructura de la sociedad, sin dimensionar
sus impactos, ya que estos se revisarán en la Tabla 12.
Elaboración propia
129
Shallis, M.l (1986) Paradigma tecnoproductivo
Elaboración propia
130
Tabla 12b. Impactos de las TIC
Elaboración propia
131
La Tabla 13 ordena las visiones teóricas referidas para establecer
un diálogo sobre la magnitud de la influencia de las TIC. No se trata,
meramente, de un registro casuístico de impactos de una determinada
tecnología, sino de la dimensión de sus efectos en la estructura natural
de la sociedad.
Lane, Robert, ciatdo por Bell D. (1986) Concepto de Sociedad del Conocimiento
Elaboración propia
132
En las Tablas 14 y 14b se relacionan las visiones teóricas y
empíricas sobre los impactos de las TIC en la empresa contemporánea,
específicamente en algunos sectores de su estructura interna,
principalmente en la dimensión laboral, objeto de estudio de la presente
investigación.
Tabla 14. Impactos de las TIC en la empresa
Autor Línea de estudio
Aragon, J., Bobino, C., Rocha, F. (2004) Impactos en el trabajo
Turnage, J. (1990) Impactos en el empleo
Braverman, H. (1974), Solow, R. (1987), Brod, C.
Postura pesimista de impacto en el trabajo
(1988), Buchanan, D. (1983).
Campbell, J.(1983) (1988), Cohen, B. (1984),
Davis, D. (1986), Ettlie, J. (1986), McGukin, R.
Srietweiser, M. Doms, M. (1998), Stolarick, K. Postura optimista de impactos en el trabajo
(1999), Milana, C. Zeli, A. (2001), Baldwin, J.
Sabourin, D. (2001), Belzunegui, A. (2002)
Hirschhorn (1992), Schwartz, H. (1990), Turkle, S.
Postura moderada de impactos en el trabajo
(1984), Crafts, N. Triplett, J. (2001)
Hirschhorn (1992), Schwartz, H. (1990), Turkle, S.
Procesos estructurales de innovación
(1984), Crafts, N. Triplett, J. (2001)
Belzunegui, A. (2002) Flexibilización del trabajo y el teletrabajo
Baldwin, J. Sabourin, D. (2001) Mejoramiento de la competitividad
Baldwin, J. Diverty, B. (1995), Sabourin, D. (2001) Productividad en el trabajo
Atrostic, B. Gates, J. (2001) Precisión en el proceso productivo
Piva, M. Vivarelli, M. (2005) Mejoramiento del trabajo
Castells, M. (1998) Redes del trabajo
Macau, R. (2004) Generalización del uso de las TIC
Shallis, M. (1986) Revolución de la oficina
Soluciones e Instrumentos de
Cuesta, F. (1998)
Transformación
Uri, D. (2001) Reducción de los costos operaciones
Paullier, J. (2004) TIC para el desarrollo
Black, J. Gregersen, H. (1996) Trabajo global
Robertson, P. Verona, G. (2006) Empleados a tiempo parcial
Sosa, M. Eppinger, S. Pich, M. McKendrick D.
Grupos de trabajo
Stout, S. (2002)
Brynjolfsson, E. Hitt, L. (2000) Trabajo en casa
Osterman, P. (1995) Flexibilización del espacio virtual
D´Alós-Moner, A. (2003) Tareas repetitivas
Hortolano, J. (1999) Diálogo entre la empresa y el trabajador
Elaboración propia
133
Tabla 14b. Impactos de las TIC en la empresa
Autor Línea de estudio
Colom, A. (2004) La figura del telecentro y el teletrabajo
Globalización, tecnología, trabajo, empleo
Castells, M. (1998)
y empresa
Gregersen, H., Black, J. (1992) Desligamiento del compromiso
Castells, M. (1994) La relación laboral tercerizada
Cuesta, F. (2002) Outplacement
Ichniowski, C. Shaw, K. (2003) Adaptación a nuevos trabajos
Andrade L. (2005) Tecnoanalfabetas
Becker, B., Huselid, M. (1992) Cambio en la estructura de la motivación
Shallis, M. (1986). Nivel de empleo
Belzunegui, A. (2002) Vigencia de los sindicatos
Carnoy, M. (2002) Nueva estructura del trabajo
Black, S., Lynch, L. (2001) Convenciones laborales
Fukuyama, F. (2000) Crisis del modelo tradicional organizacional
Macau, R. (2004) Cambios organizativos
Hammer, M. Champy, J. (1993) Tecnología y reingenieria
D’Alós-Moner, A. (2003) El cambio no solo por el cambio
Aragon, J., Bobino, C., Rocha, F. (2004) Outsoursing
Van Riel, C. (1997) Formas básicas de comunicación
Islas, O. Gutiérrez, F. (2003) Ciberaudiencias
Park, K. (2007) Estrategia de negocio
Bresnahan, Stern, Trajtenberg (1997) Dualidad entre lo masivo y lo individual
D’Alós-Moner, A. (2003). El nuevo cliente
Hogarth, Anguelov, Lee (2003) Nuevo cliente-nuevo producto
Cao, Q., Maruping, L. Takeuchi, R. (2006) Comercio electrónico
Pianta, M. Michie, J. Oughton, C. (2002) Innovación tecnológica y desempleo
Piva, M. Santarelli, Vivarelli, M. (2005) Cambios actuales en las economías
Bresnahan, T. (2001) Inversión tecnológica y productividad
Bruno, D. (2007) Nuevos aprendizajes del empleado
Beaudry, A. Pinsonneault, A. (2005) Alfabetización tecnológica
Bresnahan, T, Brynjolfsson, E. Hitt, L. (2002) Crecimiento en el nivel de calificación
Black, S. Lynch, L. (2001) Las TIC y el aumento de la productividad
Osterman, P. (2006) Cambios en el trabajo
Bresnahan, T. Greenstein, S. Brynjolfsson, E.
Las TIC y el aumento del bienestar
Hitt, L. (2002)
Chennells, L. Van Reenen, J. (1997) Las TIC y el incremento de salarios
Elaboración propia
134
La Tabla 15 señala los estudios empíricos sobre los impactos de
las TIC en la empresa bancaria, realizados en algunos países. En ellos
se evidencia la preocupación científica sobre la urgente necesidad del
conocimiento de los efectos de las TIC. En este recorrido se advierte
no solo la preocupación sobre la estructura laboral de la banca, sino
también sobre el mercado electrónico.
135
2.1 DIMENSIÓN NATURAL DE LAS TIC
137
Mitcham (1994) dirá “una tecnología como la computadora, denotaría
poder para unos y alegría existencial para otros.” Esta noción, más que
una definición, evidencia una mayor confusión entre la tecnología y el
artefacto, es decir, entre la acción y la cosa, que, como se mencionará
párrafos adelante, son de naturaleza distinta (Osorio, 2002, pág. 2).
112 ISO, (1988) Organización Internacional de Normalización en Recueil de Documentation et Information, define
desde un enfoque pragmático información “Es el hecho que se comunica”, y “Es el mensaje utilizado para representar
un hecho o una noción en un proceso de comunicación, con el fin de incrementar el conocimiento”. Aunque estas
definiciones demuestran profundas inconsistencias en cuanto a las identidades de información, mensaje, hecho,
noción, comunicación y conocimiento, se cita en este apartado, dado que muchas organizaciones en sus procesos de
138
En este sentido, la abstracción del objeto – cosa o acción – en relación
al sujeto toma un sentido de identidad propia, sobre el manifiesto del
estado del objeto, al que se denomina dato. En coherencia, el dato es el
objeto formal de la información.
La información es el acto de ser de informar. Puede ser que la
información se establezca a partir de un objeto pasivo, en donde el
sujeto hace suyo su estado y lo convierte en dato; o que el sujeto
exteriorice, por su propia acción, datos dirigidos a otros sujetos,
iniciando una acción diferente denominada comunicación. En ella, el
dato evoluciona a información.
El principio natural de la información es la acción de la abstracción
de las cosas o las acciones que logran significar algo, para el sujeto en
un momento determinado, y que logran convertirse en un dato. Puede
darse, por naturaleza, que en el mismo momento, las mismas cosas
y las mismas acciones sean información para unos sujetos, pero para
otros no, puesto que no en todos los sujetos se establece algún vínculo
significante entre el sujeto y el objeto; o también puede ser se establezca
otro tipo de significante muy diferente a la significación establecida por
el primer sujeto113.
113 Carrascosa, José Luis, (2003), Una reflexión filosófica y social sobre el impacto de las nuevas tecnologías
de información y comunicación: nuevos roles y competencias profesionales, ensayo publicado en InformACCIÓ/
comunicACCIÓN, advierte sobre el exceso de información que caracteriza la actual sociedad, donde la “sobre-saturación
informativa puede convertir ese falso conocimiento en un cementerio de información, porque podemos ahogarnos en un
aluvión de datos sin sentido, de hecho sin explicación. A lo que algunos llaman infoxicación”. P. 1
139
La organización de los datos estructura códigos comunes entre los
sujetos. Estos códigos pueden ser constitutivos y dados por naturaleza
propia de los sujetos o pueden ser creados a partir de las potencialidades
y las facultades de los mismos. Esta dimensión del dato organizado
se presenta como componente constitutivo del sujeto tanto en su
dimensión individual como en su dimensión colectiva; dicho de otro
modo, como individuo o como parte de un todo corpóreo.
114 Aristóteles (384ac-322), en Metafísica, traducción directa del griego, por Hernán Zucchi, (1986) define “El
ente como verdad y el no-ente como falsedad consistente en la combinación o separación y, en conjunto, comprende la
participación de una contradicción, pues lo verdadero consiste en la afirmación de una composición efectiva y la negación
de una separación; y lo falso en la contradicción de esa afirmación y de esa negación; (…) pues lo falso y lo verdadero
no se dan en las cosas, sino en la razón discursiva, pero, en lo tocante a las nociones simples, es decir, a los que son esto
(esencias), lo verdadero y lo falso ni siquiera se dan e la razón discursiva.
140
algo entre al menos dos sujetos, para la conformidad de una unidad, en
consecuencia, una común – unidad.
115 Aristóteles (384ac-322), en Tratados de Lógica, traducción de Miguel Candel Sanmartín, (1988), define seis niveles
de movimiento. El primero: Generación; como el movimiento hacia el bien P. 75. (bien objeto de la voluntad – Aristóteles,
en Ética Nicomaquea: Ética Eufemia, traducción de Julio Palli Bonet. Libro III P. 190. En este sentido, la información es
el movimiento del sujeto que convierte los datos de la realidad en un significado para él. En este movimiento abstrae un
significante de la cosa o de la acción, parte o todo de su esencia.
116 Aristóteles (384ac-322), en Metafísica, edición trilingüe de Valentín García Yebra (1987), define la potencia como
el principio del movimiento o del cambio que está en otro, o en el mismo en cuanto otro; por ejemplo, el arte de edificar
es una potencia que no está en lo que se edifica; pero el arte de curar, puede estar en el que es curado, pero no en cuanto es
curado. Libro V, 12 P. 259.
117 Aristóteles (384ac-322), en La Política, (1978) Edición Espasa- Calpe, traducción de Patricio de Azcárate, define
que toda “asociación no se forma sino en vista de algún bien, puesto que los hombres, cualesquiera que ellos sean, nunca
hacen nada sino en vista de lo que les parece bueno. Libro primero, Capítulo 1. P. 21
118 Aristóteles (384ac-322), en Metafísica, edición trilingüe de Valentín García Yebra (1978), define la perfección como
“aquello fuera de lo cual no es posible tomar parte de ello (…) perfectas aquellas cosas que han conseguido su fin. Libro
V, 17 P. 276
141
La comunicación depende fundamentalmente de un acto de la
inteligencia y de la voluntad. La verdad119 y el bien se convierten en la
sustancia120 de la interrelación social de la comunicación, expresados
como ejercicio de la libertad.
La comunicación es una acción terminada o una acción final121 que
implica un movimiento desde la voluntad y de la inteligencia, para
tener en común algo que se comprende por el entendimiento y que pasa
al nivel de conocimiento de quienes interactúan122. Es decir, que del
simple dato que se convierte en información se pasa a la comunicación.
119 Ibíd. Define la búsqueda de la verdad como “la investigación de la verdad es, en un sentido, difícil; pero en oro, fácil.
La prueba del hecho de que nadie pueda alcanzarla dignamente, ni yerra por completo, sino que cada uno dice algo acerca de
su naturaleza; individualmente, no es nada, o es poco, lo que contribuye a ella; pero todos reunidos se forma una magnitud
apreciable. Libro II 30 993b P. 84. “Sí todas las opiniones e impresiones son verdaderas y falsas al mismo tiempo (pues
muchos creen o contrario que otros, y estiman que los que opinan lo mismo que ellos yerran; de suerte que, necesariamente,
una misma cosa será y no será) y si es así, necesariamente serán verdaderas opiniones (pues los que yerran y los que dicen la
verdad opinan cosas opuestas; por tanto, si los entes son así todos dirán la verdad)”. Libro IV, P.p. 188-189
120 Ibíd. “Y puesto que la sustancia es de dos clases: el todo concreto y el concepto (en el primer caso la sustancia
comprende el concepto junto con la materia, mientras en el segundo caso es el concepto en sentido pleno. Libro VII, 15.
P. 394
121 Ibíd. Define la acción final con el vocablo entero, “se llama algo a lo que no falta ninguna parte de aquellas por
las cuales se llama entero por naturaleza, y lo que contiene las cosas contenidas de manera que éstas sean algo uno; y esto
puede ser de dos maneras: pues o bien son uno individualmente, o bien se componen de ella la unidad. Libro V, 26. P. 290
122 Alejandro Llano (2002) define, en La vida lograda, “como se puede apreciar, lo decisivo en la vida política no son
las ideologías. No hay que tomarse demasiado en serio eso de ser progresista o conservador, de izquierdas o de derechas.
Claro que existen esas distinciones, pero son relativas, variables y casi siempre muy superficiales. La clave está en distinguir
el modo político de comportarse que sea humano/no humano de aquel que más bien es no humano. Este eje – humano/no
humano- es más decisivo que el público/privado o Estado/mercancía.” P.p. 113-114.
142
desarrollo de sus tareas y funciones; y el sistema de comunicación para
la interrelación de ambos grupos.
143
2.2. LA DINÁMICA DEL DESARROLLO INTERDISICPLINAR
DE LAS TIC
124 Vargas, E. A. (2004) The triad of science foundations, instructional technology and organizacional structure: la
combinación de métodos científicos, tecnología de la instrucción y estructura organizacional, Revista The Spanish Journal
of Psychology, sostiene que “La ciencia y la tecnología no pueden funcionar bien si no se hace un trabajo conjunto entre
ellas, el reto se encuentra en lograr una buena integración de estas herramientas con la organización.” P.p. 141-142
144
cognitivas, organizacionales, entre otras, al estudio y desarrollo de los
productos, servicios, sistemas e infraestructuras de la nueva sociedad
de la información. La informática abarca múltiples aspectos como la
fundamentación matemática, la informática teórica, el hardware y el
software, la organización, el tratamiento de la información, el desarrollo
de metodologías específicas, entre otros; así como un cierto número de
disciplinas académicas como las anteriormente mencionadas. Cada una
de ellas toma parte en la informática como si lo hiciera en sus dominios
naturales” (Cañedo, Ramos, & Guerrero, 2005, págs. 3-4).
Continúa: “no podemos dejar de lado la ciencia de la información que
surgió como producto de la necesidad de desarrollar un nuevo modelo
o paradigma de trabajo capaz de responder a los cambios operados,
como consecuencia del propio progreso científico y tecnológico, en
el campo de las necesidades de información en la sociedad, ante las
evidentes limitaciones de la Bibliotecología y la Documentación para
responder con efectividad a los nuevos retos” (Cañedo, Ramos, &
Guerrero, 2005, pág. 5).
Y reafirma categóricamente: “La Informática, Computación y
Ciencia de la Información son disciplinas diferentes aunque íntimamente
relacionadas. Pero, tanto la Informática y la Computación como la
Ciencia de la Información están comprometidas con la entrega de
información cada vez más adecuada a las necesidades de sus usuarios,
así como con la creación de sistemas más amigables. En los momentos
actuales, la tendencia es una aproximación entre la Informática y la
Ciencia de la Información” (Cañedo, Ramos, & Guerrero, 2005, pág.
9).
En primera instancia, la información de la organización fue estudiada
desde la informática125, tecnología preocupada por establecer el máximo
aprovechamiento de la información a partir de su almacenamiento,
125 Michael Shallis, (1986) en El ídolo del silicio, establece que “la informática surgió en principio a partir de sus aplicaciones
militares y ha sido desarrollada par este tipo de propósitos más que para objetivos de tipo civil, que es lo que suele ocurrir con la mayoría
de las tecnologías. Los computadores fueron diseñados inicialmente para ayudar a dirigir los proyectiles de las armas de artillería hacia
su blanco; y han sido desarrollados hasta tal punto que actualmente un misil puede contener docenas de microprocesadores que le
permiten dirigir su fuerza destructiva hacia un blanco de su elección”. P. 66
145
procesamiento, recuperación y distribución126. Sus métodos se
establecieron desde procesos microelectrónicos computarizados. Su
inicio y desarrollo se favoreció gracias al avance significativo de la
electrónica, tecnología centrada en el desarrollo y en el mejoramiento
de artefactos como el teléfono, Bell (1876), la radio, Marconi (1898),
la televisión, Baird (1925), el ordenador, Mauchly Eckert (1946), el
microprocesador, Intel-Hoff (1971), la microcalculadora, Roberts
(1975), el microordenador comercial, Apple (1976), y el ordenador
personal, PC IBM (1981). Estos logros se dieron, específicamente,
gracias al avance de una tecnología, la microelectrónica, enfocada en la
investigación e inventiva de los componentes internos y la optimización
de conductores y procesadores de información: tubos de vacío, De
Forest (1906); transistores, Laboratorios Bell (1947); conductores de
silicio; Texas Instrument (1945); conductores de contacto, Shockley
(1951); circuitos integrados, Kilby (1957); y procesos planares,
Fairchid (1959) 127.
El ordenador128 como plataforma hardware permitió que la
informática desarrolle la estructura del lenguaje interactivo entre la
máquina y el trabajador. Esto permitió que la organización pudiera
sistematizar la información desde el almacenamiento, el procesamiento,
la utilización, la recuperación y la distribución de la información por
medio electrónico. Este lenguaje, compuesto de codificaciones y
126 Roberto Coll-Vinent, (1980), en Bancos de Datos: Teoría de la tele documentación, Editorial ATE, Barcelona, pronostica
una de las principales razones para el desarrollo de la informática. “En la trilogía documental producción-almacenamiento-utilización
este último aspecto será el más necesitado de innovaciones urgentes en las que la automatización va a jugar un papel decisivo. La
documentación del futuro será una documentación fundamentalmente automatizada y a su manejo ágil habrán de prepararse no sólo
los científicos de la información sino también los hombres y mujeres dedicados a tareas investigadoras. P. 15
127 Manuel Castells (2002), en la Era de la Información, en el segundo capítulo La Revolución de la tecnología de la información,
organiza de forma secuencial “La breve aunque intensa historia de la Revolución de la tecnología de la información” fundamentado en
los datos y fechas publicados por Barun y Macdonald (1982) en Revolution in Miniatuere: The History and Impact of Semiconductor
Electronics Re-explored, publicado por Cambridge University Press y de Tom Forester (1980,1985,1987,1989,1993) citados por Rusell
(1988) en The Biotechnology Rovolution:An International Perspective, Brighton, Sussex, Wheatsheaf Books. Y, Elkinton (1985) en The
Gene Factory: Inside the Business and Science of Biotechnology, Nueva York, Carroll and Graf. Sin embargo, para la reorganización de
los inventos en este caso, se utiliza un enfoque epistémico de la tecnología, que permita observar la participación y complementariedad
de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, en este sentido todos los datos y fechas son tomados textualmente
del capítulo en mención.
128 Michael Shallis (1986), en El ídolo del silicio, establece un orden cronológico y secuencial de la aparición de
artefactos e inventos.“En 1944 el Harvard Mark I se convirtió en el primer computador moderno, aunque su funcionamiento
no era completamente electrónico, puesto que parte del mecanismo funcionaba mediante engranajes y poleas. En 1946,
sin embargo, se construyó el ENIAC, que puede ser considerado el primer computador de funcionamiento totalmente
eléctrico. ENIAC son las siglas de Electronic Numerical Integrator and Calculator. Pesaba unas 30 toneladas, consumía
140 kilowatios de electricidad y ocupaba toda una gran habitación. El ENIAC podía sumar dos cantidades en un quinto de
milésima de segundo y se componía de unas 18.000 válvulas de vacío”. P. 43.
146
significaciones propias, fue denominado software, Laboratorios PARC
(1973). El software permitió establecer los sistemas operativos para el
hardware, Microsoft (1976).
La microelectrónica se enfocó en la reducción del tamaño de los
componentes del ordenador y en la velocidad del procesamiento de
los datos129. “El desarrollo del chip130 ha transformado la informática,
aunque también ha tenido un impacto sin precedentes sobre la sociedad
y la experiencia humana. En diez años la microrevolución ha originado
un proceso de transformación cuyo poder y alcance aún no somos
capaces de apreciar” (Shallis, 1986, pág. 54).
Por su parte, la informática profundizó en la mejora de las
técnicas para el desarrollo de las tareas repetitivas, incorporando en
la organización, como elemento imprescindible para su ejercicio, la
inversión permanente en hardware y software como nueva partida en la
estructuras de costos, (Brynjolfsson, Hitt, & Yang, 2002).
Sin embargo, el dinamismo propio de la organización, basado en
el principio natural de compartir la información entre sus miembros,
para la organización de tareas y el desarrollo de procesos, estimuló una
nueva tecnología: la telemática (redes informáticas) 131. La telemática
está fundamentada en los principios de la telecomunicación: transporte
de información y mensajes a distancia a través de medios físicos basados
129 Ibíd. “Hacia finales de la década de los años cuarenta se construyeron otros computadores basados en la válvula de
vacío, pero la cibernética no hubiera podido progresar si no se hubiera inventado el transistor. Cuando un computador,
como el ENIAC, necesitaba 18.000 válvulas para funcionar, se producían a diario fallos y averías en las mismas, y el tiempo
se perdía en localizar y reponer los componentes fundidos aumentaba el tamaño del computador”. (…) “Durante la década
de los años sesenta se dio un proceso de consolidación; la sofisticación se hizo mayor en términos de un perfeccionamiento
de la capacidad, velocidad y potencial de los grandes computadores. En 1964 tuvo lugar la instalación del computador
Chilton Atlas en Rutherford Laboratory de Oxfordshire. Con un costo de un millón de libras esterlinas. Estaba instalado en
un edificio de dos pisos: la unidad central en el piso inferior y los dispositivos de entrada y salida en el superior. El Atlas era
un computador rápido, flexible y potente, pero era excesivamente grande, caro y bastante inaccesible”. P.p. 44-45.
130 Ibid. “Un elemento que contribuyó a mejorar el funcionamiento de los computadores: el chip. “ Los primeros chips
contenían tan sólo unos cuantos componentes y servían para remplazar ciertas partes de los circuitos electrónicos. Hacia
finales de la década de los sesenta los chips contenían ya varios centenares de componentes, los avances técnicos que
hicieron posible esto dieron lugar a que se hablara de la integración a gran escala” (…) “Con la integración de cientos, o
incluso miles, de componentes en un chip, toda la unidad central de proceso podía estar contenida en una sola pastilla de
silicio, dando lugar a lo que se denominaría microprocesador. Se fabricaron chips que contenían series de transistores y que
podían ser utilizados para almacenar datos o programas, actuando, por tanto, como memorias. Estas memorias podían se
de dos tipos: ROM y RAM”. P.p. 51-52.
131 American Society of Civil Engineers, (2005) en Wireless Technology in the Construction Industry, se amplia el
desarrollo de redes de comunicación de datos, específicamente las redes inalámbricas (sistema PDA) que permite el acceso
a información en general de cualquier corporación: transmisión de charlas, memorandos, avisos; el personal puede firmar o
aprobar decisiones sin estar presentes en determinada reunión porque el contenido es transmitido, al instante, a un archivo
seguro. PDA supone entonces que en el futuro se podrá supervisar con mayor rigor, los procesos y actividades. P.p.2-3
147
en el cobre; el cable telefónico trasatlántico (1956), que a su vez sufrió
una revolución en sus técnicas de transmisión gracias al desarrollo de
la nueva tecnología del nodo: conmutadores, conmutador electrónico,
Laboratorios Dell (1969); tecnología análoga, y el conmutador digital,
ATT (1970); el desarrollo por la tecnología del circuito integrado y
selectores de rutas electrónicos (Modo de Transferencia Asíncrono
(Asynchonous Transfer Mode, ATM); y el Protocolo de Control de
Transmisión/ Protocolo de Interconexión (Transmission Control
Protocol/Interconnection protocol (TCP/IP).
La necesidad de optimizar la velocidad y la capacidad en la
transmisión de datos132 permitió el desarrollo de nuevas tecnologías, la
optoelectrónica, gracias a los aportes de la fibra óptica, Corning Glass
(1970), y la transmisión por láser, que prestó soporte a la tecnología
de la transmisión de paquetes digitales: Redes Digitales de Servicios
Integrados de Banda Ancha (RDSI-BA) en la última década de los años
90. “La posibilidad de interconectar computadores está ampliando
enormemente su potencia y el campo de sus aplicaciones. La conexión
de computadores entre sí para procesar información y su vinculación
a toda una gama de dispositivos tanto analógicos como digitales, ha
originado una gran difusión de las aplicaciones de la informática, dando
lugar a lo que se ha llamado invasión del chip” (Shallis, 1986, pág.
59). De hecho, “la fibra óptica permite integrar y ofrecer los mejores
servicios en tres campos: televisión (más canales), telefonía (que se
convertirá, probablemente, en el servicio más rentable del cable) y
telecomunicaciones (aplicaciones telemáticas, como Internet a alta
velocidad)” (Fondevila, 2007, pág. 12).
El transporte de información, en principio desarrollado mediante
artefactos periféricos del ordenador, rápidamente estimuló la creación
de la estructura de ordenadores en red, establecida mediante el soporte
132 José De la Peña (2003) comenta en Historia de las Telecomunicaciones que “a mediados del siglo XIX se
transmitieron las primeras señales de telégrafo y se explicó que la transmisión y la recepción eran instantáneas. ¡Se
producían en el mismo momento, pese a cientos de kilómetros entre el emisor y el receptor! Desde el punto de vista de la
comunicación, era como si hubiese cambiado la geometría del mundo y los puntos de origen y de destino estuviesen juntos.
Esto era incomprensible para una época en la que el tiempo de los mensajes se había contado por semanas o meses durante
cientos y miles de años. Entonces se explicó que esto era posible porque se había dominado la electricidad y se ponía al
servicio de la humanidad.” P. 209
148
técnico y la administración de un servidor de información para todos los
ordenadores. Este escenario permitió interconectar a los trabajadores
de la organización, (Levy & Murnane, 2002, págs. 432-447), y ofreció
un nuevo canal de comunicaciones para el desarrollo integral de las
operaciones: Intranet, (Mjos, y otros, 1997).
Simultáneamente, la telecomunicación, alimentada con los aportes
de la telemática, intervino en la interconexión entre las redes particulares
y privadas de las organizaciones. Se establecieron macroredes que, a su
vez, se derivaron en redes públicas universales de transmisión de datos,
información y comunicación: Internet.133
Estos nuevos canales, denominados Intranet e Internet, redefinieron
la estructura interna y externa de la organización. La información se
convirtió en el eje de la organización; la comunicación en su agente
dinamizador; el conocimiento en parte de su naturaleza; y las nuevas
tecnologías de información y comunicación en el soporte estructural
para su subsistencia.
La información y la comunicación se consolidaron como el objeto
material de las nuevas tecnologías, aportando a la sociedad un nuevo
concepto cultural para su determinación: La sociedad de la información.
Sin embargo, el desarrollo de las TIC ha estado sujeto y ha
complementado el avance de la investigación científica que, desde
el estudio de sus objetos, ha aportado las bases fundamentales del
conocimiento.
En este sentido, la física, la matemática, la química y las ciencias
naturales han establecido el escenario ideal para el desarrollo de las
TIC, desde los descubrimientos de los elementos y los compuestos
para el desarrollo del hardware, la generación de energía para su
funcionamiento y transmisión, hasta los procesos matemáticos y
logarítmicos para el desarrollo del software.
133 Roger Fidler, (1998) en Metaformosis: comprender los nuevos medios, define Internet. “La Red es en realidad, una
cadena internacional de bases de datos informáticas, conectadas por Internet, que usan una arquitectura de búsqueda de
información creada en 1989 por Tim Berners-Lee, un especialista británico de computación, que trabaja en el laboratorio
de física CERN, en Ginebra”. P. 166
149
Asimismo, las ciencias sociales han aportado para el desarrollo de
las TIC. De hecho, la información y el conocimiento como hechos
sociales han sido causa y consecuencia de su avance.
Desde la sociología, la comunicación, la filosofía, la psicología
social, la antropología, la economía, la política, la lingüística, la
pedagogía, la psicología se han provisto de conocimientos a las TIC.
Las ciencias sociales han orientado el diseño134 y el lenguaje, la forma
y el contenido, tanto del hardware como del software, en su desarrollo
y presentación final.
En conclusión, el avance y el desarrollo de las TIC ha sido un esfuerzo
interdisciplinario de sus propias disciplinas,135 complementado con los
aportes fundamentales de la ciencia en general.
134 Erica Matlow (2000), en “Navigating technology: beyond a critical theory”, artículo publicado en la Revista Digital
Creativity define como las nuevas tecnologías han influido en el Graphic Information Desig para el mismo rediseño de los
programas curriculares como el de Diseño Gráfico de la Universidad de Westminster. P.p. 1-2
135 Cristian Estay, y A., Niculcar, (2002), en El proyecto de la ingeniería informática: una declaración de intenciones,
artículo publicado en la revista electrónica del DIICC, exponen como el estudio interdisciplinario de las TIC ha llevado a la
consolidación del campo de la Ingeniería Informática. “La sociedad se enfrenta al conflicto de poseer sistemas tecnológicos
especiales que manejan información, o en otras palabras, que permitan trabajar con datos buscándoles una finalidad
informativa y con la posibilidad de incorporar o no TIC.” P. 6
136 Lev Manovich (2002), en La vanguardia como Software, determina que “a partir de 1960 la informática se introduce en las
organizaciones con el objetivo de automatizar tareas administrativas repetitivas (contabilidad, facturación y nómina, principalmente).
La tecnología se basa en grandes ordenadores o mainframes. El hardware y el software son extraordinariamente caros. Sólo las grandes
organizaciones con enormes volúmenes diarios de trabajo administrativo pueden permitirse dichos costes. ... La progresiva implantación
de la informática en los años anteriores ha cambiado la situación. Muchos directivos comienzan a cuestionarse por qué, teniendo los
datos de la empresa en el ordenador, no pueden acceder a la información realmente necesaria para dirigir el negocio.” P. 12.
150
sin estos elementos básicos es imposible, y aquellas que se resistan
a actualizarse están prácticamente condenadas al fracaso” (Bustos,
Andrea, & Manrique, 2003, pág. 112).
La empresa debió reorganizar su estructura organizacional, sus
procesos administrativos, de funciones, tareas e, incluso, del perfil de
los empleados para el desempeño de los diferentes cargos137.
La primera causa y el primer foco de atención del hardware fue el
registro de la memoria de la empresa, expresado en el ordenamiento y
la administración del archivo institucional. La complejidad y los altos
costos de su mantenimiento estimularon el desarrollo del lenguaje
electrónico del hardware como solución al problema de la optimización
del espacio, del tamaño, la velocidad y la capacidad de almacenamiento,
procesamiento, recuperación y distribución de la información.
Este lenguaje redefinió el lenguaje escrito, utilizado para el
ordenamiento y el desarrollo de tareas de los trabajadores, y la
correspondiente administración de la información. Por otra parte,
fue uno de las causales determinantes en la generación del carácter
propio del ordenador. El lenguaje escrito sumado al papel138 había
permitido, hasta ese momento, reguarnecer en físico la memoria de las
organizaciones, expresado en los documentos oficiales de estas. De igual
manera, los procesos operativos y de administración se soportaban y se
evidenciaban en el registro físico de manuales de procedimientos y de
reglamentos institucionales. Este registro se había logrado gracias a la
máquina de escribir de la que el ordenador había heredado su máximo
aporte físico: el teclado qwerty. Desde la creación de la imprenta139, el
137 Jesús Alberto Andrade Castro, (2003), en Tecnologías y sistemas de información en la gestión del conocimiento en las organizaciones,
formula que “la organización se convierte en un proceso que involucra una interacción mutua entre actores humanos y las propiedades
estructurales de la organización, donde la acción humana se capacita a través de las estructuras y éstas, a su vez, son el resultado de la
acción humana. Las TIC posibilitan la legitimación de las estructuras de la organización. De esta manera, las organizaciones son el sitio
donde nosotros como seres humanos actuamos y, por medio de esas actuaciones, cambiamos las estructuras del ambiente donde nos
desenvolvemos con el apoyo de sistemas, tecnologías y rutinas que legitiman la estructura de la compañía.” P. 56
138 Ver ampliación histórica a José Armentia y José Aguado (1995), en Tecnología de la información escrita, “En los primeros
momentos, el hombre se valió de las cortezas de árboles y hojas de plantas como materia escritora. También utilizó piedras, huesos,
conchas y metales, como el oro, el bronce y el plomo. Estos materiales serían sustituidos posteriormente por otros denominados blandos,
como el papiro, el pergamino y el papel. Esta variedad de soportes se hace patente también en la forma material en que se presenta el
mensaje o la información. (…) P. 27.
139 Ibid. “Johann Gensfleisch Gutenberg en 1441 concibió la feliz idea de sustituir las tablas xilográficas por caracteres
movibles grabados en madera. Pero el tipo de madera se rompía con facilidad y entonces experimentó a partir del metal.
151
mundo no ha parado de desarrollarse. Por ejemplo, “el computador fue
originalmente un idea que se adelantó a su tiempo. Cuando durante el
segundo cuarto del siglo XIX Charles Babbage concibió una máquina
computadora universal, todavía no existía la tecnología necesaria para
construir su máquina analítica. En efecto, aún tuvo que transcurrir un
siglo para que se empezaran a construir los modernos computadores,
y estos eran lentos, aparatosos y poco fiables” (Shallis, 1986, pág. 43).
José Armentia y José Aguado, en Tecnología de la información
escrita, estudian, desde un enfoque histórico, la evolución de las
técnicas de información y de comunicación aplicadas a la escritura
como soporte evolutivo de las actuales tecnologías de la información
y la comunicación. Se destaca la capacidad inventiva del hombre y su
aprovechamiento de los recursos naturales. En este recorrido se observa
el paso del aprovechamiento primario de los recursos a una reflexión
compleja de los mismos. “En la actualidad, disponemos de potentes
soportes, magnéticos y electrónicos, para almacenar voz, texto, imagen
y datos, a los cuales podemos acceder a través de la pantalla de un
ordenador. Sin embargo, en las culturas primitivas el hombre debió
recurrir a materiales que tenía a mano para utilizarlos como soporte de
la escritura. Estos materiales, como la forma y procedimiento para fijar
y conservar el mensaje, han variado sustancialmente a lo largo de la
historia” (Armentia & Aguado, 1995, pág. 27).
La segunda causa, foco de concentración del software en la empresa,
fue la naturaleza de las tareas repetitivas de los trabajadores140,
orientadas a la finalidad organizacional del lenguaje (procesadores
de texto), el cálculo matemático (hojas de cálculo), el diseño gráfico
(graficadores) y las bases de datos.
Finalmente, se llegó a una aleación que es la que se ha utilizado hasta hace pocos años para la fundición de tipos: plomo,
estaño y antimonio. También se fabricó su propia tinta, a base de negro de humo y aceite, los elementos básicos de las
actuales tientas de impresión”. P. 34. “Debido a su desarrollo económico y a su posición privilegiada en el aspecto religioso y
cultural, Italia será la gran difusora de la imprenta, especialmente en la época de los incunables. Italia, y en particular Roma
y Venecia, serían los lugares en los que se concentraron diversos prototipógrafos alemanes”. P. 37.
140 Álvaro Gómez Vieites y Carlos Suárez Rey (2004), en Sistemas de Información: Herramientas prácticas para
la gestión, clasifican dos tipos de sistemas de información, dirigidos hacia las actividades operativas y para la toma de
decisiones. En el primer caso, establecen que a los primeros sistemas que permitían recoger los datos básicos en las
operaciones empresariales se les denominó Sistemas de Procesamiento de Transaccionesm(Transaction Proccessing
Systems- TPS) P. 13
152
Esta orientación permitió el desarrollo de sistemas de información
más estructurados y dirigidos a prestar soporte a las áreas operativas
de contabilidad, nómina, pedidos, y, en general, todas las dependencias
encaminadas hacia la gestión empresarial (Gómez & Suárez, 2004,
pág. 11).
Por su parte, las tareas de naturaleza de decisión y de control de
la gestión, igualmente, estimularon el desarrollo del software. En este
caso, la información no solamente estaba dirigida a la realización
específica de una tarea, sino también al cúmulo máximo de datos de
esa misma tarea, con destino a la toma de decisiones por otro trabajador
en el nivel de gestión de la empresa141.
En estos dos ambientes de la empresa surgieron dos grandes ramas en
el desarrollo del software: los sistemas de información para la gestión
(Management Information Systems –MIS-) y los sistemas de soporte
para la dirección (Decision Support System –DSS-). “Las nuevas
organizaciones se estructuran alrededor de la información, y la usan no
solamente como recurso estratégico para obtener ventajas, sino como
objeto mismo de configuración de dinamismos gerenciales. El dominio
de los sistemas de información es aquel que está orientado a proveer
información; en ambientes organizacionales, trata de la colección,
almacenamiento y diseminación de toda información relevante para
la toma de decisiones, por intermedio de las tecnologías digitales”
(Andrade, 2003, pág. 561).
Los MIS fueron dirigidos a la producción de informes y reportes a
partir de los datos suministrados por las dependencias comprometidas.
Su carácter de información para la decisión se fundamentó en la
precisión, la fiabilidad y la rapidez de los datos reportados, dirigidos
al perfeccionamiento de las decisiones de los responsables de esta
función.
Por otra parte, los DSS ahondaron en el soporte estructural del
proceso de la decisión de los directivos, permitiendo la simulación de
141 Ibid. Establecen tres niveles organizacionales de trabajadores en virtud del diseño práctico de los sistemas de
información, a saber: Nivel Operativo, Nivel de Gestión, y Nivel Estratégico. P. 12
153
resultados mediante la generación de alternativas y el análisis de riesgo
(Gómez & Suárez, 2004, pág. 14).
La evolución en la toma de decisiones desembocó en los
denominados sistemas de expertos, desarrollados a partir de las técnicas
de la inteligencia artificial142. Estos sistemas permitieron la resolución
de problemas específicos a partir del reordenamiento lógico de un
conjunto de reglas preestablecidas, simulando aquello que una persona
experta en el tema debería saber y hacer en una situación real143.
En esta línea se desarrollaron los sistemas de información para
ejecutivos (Executive Information System –EIS). Estos fueron
complemento de los dos anteriores sistemas, pero incorporaron
herramientas gráficas dirigidas al análisis comparativo entre los datos
producidos internamente por la empresa y los datos suministrados por
fuentes externas a esta (Gómez & Suárez, 2004, pág. 15).
Como consecuencia, los avances y las posibilidades de aplicación de
las nuevas tecnologías de comunicación en el desarrollo del software
específico para la empresa, es decir, dirigido a la gestión empresarial,
generaron como resultado la urgente necesidad de reorientar sus
procesos informáticos hacia la gestión del conocimiento, la gestión
de proyectos, la gestión estratégica, la gestión de operaciones y la
gestión del cambio, (Winter, Andersen, Elvin & Levene, 2006). No
solamente los expertos podían ahora ser portadores, generadores y
formadores de conocimiento, sino que los sistemas de expertos también
podían desempeñar estas funciones, convirtiéndose en sus directos
complementos o rivales.
142 Tom M. Mitchell, (1997), en Machine Learning, McGraw-Hill, Singapur, demuestra como a través de sus
experimentos de inteligancia artificial, una cámara de imágenes puede establecer una elección autónoma sobre reglas
preestablecidas de estados de ánimo de personas a través de la WWW. P.p. 112-113
143 Pamela McCorduck, (1991), en Máquinas que piensan, Tecnos, Madrid, efectuó un recorrido histórico desde la
aparición de la robótica y de la inteligencia artificial, para la consolidación del concepto de la máquina que toma decisiones
y actúa. “Somos más bien vagos en nuestro uso de la palabra robot, Procede de la palabra checa que significa servidumbre,
o esclavitud, y fue introducida en el inglés por Karel Capek en su obra de teatro R.U.R., que tomó por asalto la escena
londinense de 1921. La utilizanos para designar todo tipo de máquinas que suplen algún tipo de trabajo, desde los aparatos
de lavado automático de coches hasta el instrumento, bastante más complicado que anduvo por Marte. El robot que
importa en la investigación de la inteligencia artificial es un robot inteligente, uno que puede desenvolverse en situaciones
nuevas fundamentalmente comprendiéndolas: comparándolas con situaciones con las que se ha encontrado anteriormente,
generando cursos alternativos de acción razonables, e incluso cayendo en una situación inesperada y reconociéndola como
tal.” P. 218
154
Este escenario tecnológico estableció una nueva forma de pensar
la empresa desde la tecnología. Por una parte, desde la infraestructura
tecnológica para el sistema de información, y por otra, desde
la aplicabilidad de las herramientas informáticas en la gestión
empresarial144.
Adicionalmente, y de manera paralela al desarrollo de hardware
y software especializado, se desarrollaron redes de comunicación
interna y externa de la empresa. Inicialmente, las redes internas se
dirigieron a prestar el soporte tecnológico para el flujo y el tráfico
de las comunicaciones de naturaleza electrónica, (Dodds, Watts, &
Sabel, 2003), entre los ambientes de cliente–servidor, (mainframe), a
través de la interconexión de sistemas. Para esto, se utilizaron tarjetas
de red (Network Interface Card -NIC-); cableado: par trenzado UTP,
cable coaxial o fibra óptica; o en el caso de los equipos transmisores
y receptores de radiofrecuencia, el sistema de redes inalámbricas; y
finalmente, los dispositivos de interconexión para redes LAN y redes
WAN: bridges, routers, gateway, entre otros.
Gracias al desarrollo del PC personal, la empresa dispone no solamente
del modelo de mainframe para la interconexión de los ordenadores, sino
que también dispone de la alternativa de interconexión en el modelo
peer to peer (de igual a igual). En él, no se concentra la información
en un servidor central, sino que cada uno de los ordenadores puede
administrar su información y comunicarla simultánea y directamente
al resto de ordenadores.
Este impulso de interconexión permitió la creación de las redes de
área local, LAN, afines a la naturaleza privada de la información de la
empresa, y circunscrita a su ubicación espacial, generando altos niveles
de seguridad y fiabilidad. Entre las más conocidas se encuentran las
redes ethernet (utilización general), token bus (automatización de
144 Ibíd. Los autores realizan una clasificación de la existencia de las TIC en la organización, utilizando como criterio su
uso (De Infraestructura: hardware, software básico, sistemas operativos, bases de datos, etc., y redes de comunicaciones),
y de Aplicaciones Informáticas: aplicaciones de soporte a la gestión empresarial, ERPs y CRMs, herramientas ofimáticas,
worflows, aplicaciones de business intelligenge, etc.)y no su naturaleza tecnológica expuesta aquí en los numerales
anteriores. Sin embargo, se referencia, dado el aporte que realizan en la diferencia sustancial que proponen entre software
básico y software específico, propio para la comprensión de las TIC en la organización.
155
fábricas), token ring (sector bancario).
En este mismo escenario local, se desarrollaron las redes inalámbricas
wireless (Local Area Networks o LAN). Este tipo de red utiliza la
interconexión de ordenadores a través de la transmisión y la recepción
de ondas electromagnéticas o de puertos de señales infrarrojas.
Por otra parte, se desarrollaron las redes de área amplia, Wide
Area Networks (WAN), caracterizadas por el cubrimiento de
grandes extensiones geográficas. Su naturaleza de uso permite el
aprovechamiento público y privado de su servicio de interconexión:
ficheros de ordenador, correo electrónico, voz, imágenes, entre otros.
El despliegue de este tipo de red ha sido posible gracias a la creación
de los protocolos de las redes de Área Amplia: X.25 (conmutación
de paquetes); frame relay (retransmisión de tramas, Committed
Information Rate -CIR-); y, ATM (modo de transferencia asíncrono,
Asynchronous Transfer Mode).
Se encuentra también las redes privadas virtuales (Virtual Private
Network -VPN-). Esta se define como una red cerrada de usuarios y de
uso restringido para el intercambio de datos, soportada, sin embargo,
en una red de uso público. “Es decir, la extensión de la red privada
de una organización usando una red de carácter público” (Gómez &
Suárez, 2004, pág. 43). El modo de acceso a las VPN puede darse
de dos maneras: accesos dedicados (líneas dedicadas punto a punto,
frame rekay, ATM.); accesos conmutadas (red telefónica básica RDSI,
constituyendo una Virtual Private Dial In Network -VPDN-).
Por otra parte, se encuentran las redes y servicios IP, desarrollados en
el ambiente de Internet, que utilizan los protocolos TCP/IP. Esta red de
origen telemático ha permitido la interconexión de redes, estructurando
la red de redes Internet, mediante la homogenización de un protocolo
común en ellas: TCP/IP. Este protocolo está dividido en dos protocolos:
TCP, Transport Control Protocol, RCF 791 (fragmentación de la
información en paquetes, seguridad, confiabilidad, control de flujos,
reagrupamiento, detección de errores); e IP, protocolo Internet, RFC
156
793 (encadenamiento de paquetes de datos y seleccionador de ruta).
Esta red fue desarrollada a partir de la tecnología de conmutación
de paquetes de datos que, una vez fragmentados en pequeños paquetes
denominados datagramas, permitieron la transmisión de los mismos a
través del direccionamiento y del enrutamiento de las redes de destino.
Para este efecto, se desarrolló el protocolo http: World Wide Web; el
https: World Wide Web seguro; el smtp; el correo electrónico; el nntp;
el grupo de noticias, entre otros.
Adicionalmente, se encuentran las redes denominadas Intranet. Estas
utilizan la misma tecnología de Internet para la mejora del sistema de
comunicaciones entre los trabajadores de la empresa (Coveney, 2007,
págs. 26-27). Esta red se soporta en el protocolo IP y en los servicios de
la World Wide Web, -www- a través del correo electrónico establecido
como propiedad de la empresa145.
Alicia García de León y Adriana Garrido Díaz, en Los sitios WEB
como estructuras de Información: un primer abordaje en los criterios
de calidad, definen que “el trabajo con sitios Web es una práctica
obligatoria para cualquier persona, ya sea para un navegador inexperto
como para cualquier individuo con las capacidades básicas para
ponerlo en función. También es un elemento obligatorio para cualquier
organización ya que aquella que no cuente con este servicio quedará
relegada a las nuevas demandas del mercado” (García de León &
Garrido, 2002, pág. 2).
Igualmente especifican las características del ‘portal www’ que
debe tener cada organización: “Los portales digitales, como cualquier
producto, tiene especificaciones y características que lo hacen un
servicio de calidad. Todo sitio Web debe responder siempre a un plan,
pensarse y administrarse en términos de proyecto. Si un sitio está
desarrollado sin éste, en forma empírica, presentará inconsistencias
por doquier y decepcionará al usuario una desconfianza que terminará
alejándolo” (García de León & Garrido, 2002, págs. 10-11).
145 Ver ampliación en Alicia García de León y Adriana Garrido Díaz, (2002)
157
La interactividad del soporte tecnológico entre las redes de Intranet
y de Internet permiten a la empresa disponer de software basados en
los formatos web: gestión documental, workflow, herramientas DSS
para el soporte de decisiones, etc. Igualmente, permite la evolución de
la Intranet a Extranet: la red privada soportada en las redes públicas,
integrando la empresa con sus proveedores y clientes, a través del
Internet.
Las perspectivas de corto plazo sobre el futuro de las redes pueden
explicarse desde la tendencia de las empresas informativas en la
conformación de la arquitectura de tres niveles, “en las que intervienen
el navegador Web que actúa como cliente universal, el servidor Web
corporativo y el servidor de aplicaciones de gestión y de acceso a base
de datos” (Gómez & Suárez, 2004, pág. 50).
Por otra parte, y retomando el concepto de software específico
para la empresa y la necesidad propia de establecer un sistema de
información integral, se citan algunas tendencias en la tecnología de
punta del mencionado software. “Tradicionalmente la informática
se ha aplicado en alta proporción a los servicios administrativos
internos: Administración de personal, manejo de activos y almacenes,
mantenimiento de vehículos, administración de las instalaciones
físicas, manejo financiero y contable. Labores estas, no relacionadas
directamente con los productos y servicios, que con ayuda de la
informática y de las tecnologías nuevas pueden alcanzar altos niveles
de sofisticación, pero lejos de los procesos de los productos y servicios,
que constituyen la real esencia de la empresa, justificando así, su viraje
radical hacia la contratación externa de los sistemas de información y de
múltiples servicios informáticos centrados en sus procesos esenciales,
y hacia la eliminación de todo lo que no les agregue valor” (Urrego J.
, 1998, pág. 6).
En primera instancia, se encuentra el Enterprise Resource Planning
-ERP-. Este fue concebido como un Sistema Integrado de Gestión,
producto de las experiencias de fragmentación informativa que
tuvo el desarrollo y la aplicación de software para el cumplimiento
158
independiente de cada departamento o unidad en la empresa.
El sistema ERP se fundamenta en la centralización de la información
en una sola base de datos, ofreciendo la descentralización modular en
la aplicación y en el manejo de la información de acuerdo al número de
unidades o departamentos de la empresa que lo requieran.
Este sistema permite integrar todas las áreas de la empresa,
optimizando procesos, tiempos y recursos. “Entre las principales
plataformas de diseño de ERP se cuentan, Microsoft, MT, Server, y
Windows 2000, UNIX, y AS 400, mientras que en las bases de datos
más utilizadas son Oracle, Microsoft SQL Server e IBM DB2” (Gómez
& Suárez, 2004, pág. 60).
Una de las más importantes particularidades del ERP es su
disposición al cliente final, mediante la alineación de procesos internos
y externos de la empresa, optimizando los esfuerzos de información
para el logro de los objetivos comerciales.
En este sentido, los ERP han permitido el desarrollo del marketing
digital en la nueva economía146 y han estimulado el desarrollo de las
aplicaciones SCM, Supply Chain Management, dirigidas a prestar
soporte a la gestión de suministros y proveedores; y los CRM, Customer
Relationship Management, encaminados al conocimiento del perfil y
del comportamiento de los clientes147.
Por su parte, la estandarización de procesos al interior de la empresa
en las cadenas de producción ha permitido el desarrollo del software de
Sistemas de Gestión de Flujos de Trabajo, Workflow. Este ha permitido
la automatización de los procesos y las operaciones intensivas de
146 Timothy F. Bresnahan (2000) en el artículo “Prospects for an Information-Technology-Led Productivity Surge” analiza
los posibles efectos de las TIC en la nueva economía, y clasifica 2 posibilidades principalmente: “1. Innovación, en el
modelo tradicional, los nuevos productos y servicios son desarrollados por los proveedores en respuesta a la demanda del
mercado o las nuevas oportunidades tecnológicas, y el valor creado por la innovación surge como pasivamente elegir a los
usuarios comprar las nuevas tecnologías intrínsecamente valiosos; 2. En el contexto de tecnologías de la información, es
una tecnología que permite a los usuarios inventar nuevos usos valiosos. Aunque la mayoría de los análisis de la “nueva
economía” tienden a asumir que los impulsores de la innovación son similares, en realidad hay dos tipos fundamentales
de la demanda de los sectores de TI, cada una de las cuales implica una serie de desafíos y de las formas políticas.” P.136
147 Chistopher Kent, (2004), en The Bang for your marketing back, publicado en Business Week Online, precisa sobre
los programas específicos de mercadeo que se han desarrollado gracias a la tecnología, los cuales permiten analizar la
conducta del cliente. “Consiste en rastrear datos del consumidor para extraer conocimiento real sobre éste. Así, es posible
conocer sus movimientos y cuánto cuesta llegar a este target.” P. 1
159
negocios como la gestión de pólizas, la tramitación de partes accidentes,
la aprobación de créditos de la banca o de la administración pública en
general, la tramitación de expedientes, la atención de reclamaciones,
etc. (Gómez & Suárez, 2004, pág. 91).
En el ámbito del conocimiento, igualmente, son significativos los
avances y las aplicaciones del software para su desarrollo. Una de las
posibilidades que se presentan son los sistemas de datawarehousing,
constitutivos de las aplicaciones de Business Intelligence, y que constan
principalmente de tres técnicas: datawarehousing, gestión de grandes
volúmenes de datos; OLAP y datamining, análisis de datos; y software
de consulta amigable al usuario (Gómez & Suárez, 2004, pág. 114).
148 Manuel Castells (2002), en La Era de la Información, establece su postura, en rechazo profundo a dos líneas
de pensamiento, no sólo, frente los pilares de su propuesta teórica, sino frente a la responsabilidad política y moral del
intelectual que propone y profesa, “y que son parte del marco referencial ideológico del ejercicio propio, “La negación
del nihilismo intelectual posmoderno que renuncia a la explicación y se regocija con los desvanes de lo efímero como
experiencia y la negación de la ortodoxia teórica, ya sea neoclásica o neomarxista, que categoriza sumariamente la
investigación y encorseta el debate necesario sobre las nuevas tendencias históricas, cuando ni siquiera hemos identificado
los términos básicos del debate. (…) En los albores de la era de la información, nos encontramos en un nuevo principio
de una nueva historia, que también, como en otras épocas, será hecha por los hombres y mujeres a partir de sus proyectos,
intereses, sueños y pesadillas, pero en condiciones radicalmente distintas.” P. 25.
160
En el afán de explicar y comprender las acciones de nuestra sociedad
actual, sociólogos, antropólogos culturalistas, comunicólogos,
economistas, políticos, lingüistas, pedagogos, sicólogos sociales y, en
general, los académicos e investigadores sociales, encuentran como
características principales para su tipificación a la información y al
conocimiento, causa y consecuencia de la investigación científica y
tecnológica de las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación
(TIC).
No se trata de la propuesta teórica de uno o dos académicos en
alguna universidad. Se trata de la presencia de la comunidad científica
de investigación social sobre la Sociedad de la Información y del
Conocimiento que estudia los componentes generales y particulares
de esta nueva sociedad. Y son precisamente la información y el
conocimiento los factores que han impactado con mayor significación
la vida de la sociedad actual, de tal manera, que todas sus acciones
tienen una relación directa con estos aspectos.
Para el efecto, en el presente numeral se efectúa un breve recorrido
por visiones, nociones y estudios que se han realizado sobre el tema,
desde la aparición del concepto de Sociedad de la Información y del
Conocimiento hasta su influencia, efectos e impactos en la sociedad, la
empresa y el trabajador.
El concepto de impacto se toma aquí como la consecuencia de una
acción, sin elementos acusatorios de juzgamiento sobre lo bueno o lo
malo de este.
Daniel Pimienta, en La “Mística” del Trabajo Social Colaborativo
en la Internet, Fundación Redes y Desarrollo, sostiene que “los datos
cuantitativos sobre el impacto de estas tecnologías siguen siendo escasos
y se hace entonces urgente pensar en esfuerzos movilizadotes que
puedan a la vez fortalecer el sector y permitir la creación de mecanismos
para un real conocimiento de los impactos de estas tecnologías en
la sociedad a partir del cual se puede establecer estrategias para un
impacto social positivo” (Pimienta, 2000, pág. 2).
161
2.4.1. Las dinámicas de los impactos de las TIC en la dimensión
natural de la sociedad
162
“La revolución de la tecnología de la información, de forma medio
consciente, difundió en la cultura material de nuestras sociedades el
espíritu libertario que floreció en los movimientos de la década de
los sesenta. No obstante, tan pronto como se difundieron las nuevas
tecnologías de la información y se las apropiaron diferentes países,
distintas culturas, diversas organizaciones y metas heterogéneas,
explotaron en toda clase de aplicaciones y usos, que retroalimentaron
la innovación tecnológica” (Rindova & Petkova, 2007, págs. 217-
232), “acelerando la velocidad y ampliando el alcance del cambio
tecnológico, y diversificando sus fuentes” (Castells, 1999, pág. 32).
En primera instancia, es posible identificar algunos de los principios
estructurales de una sociedad en la definición que realiza Max Weber.
Weber define a la sociedad como “una relación, cuando y en la
medida en que una relación social se inspira en una compensación
de intereses por motivos racionales (de fines o de valores) o también
en una unión de igual motivación. La sociedad de un modo típico,
puede especialmente descansar (pero no únicamente) en un acuerdo o
pacto racional, por declaración recíproca.” En ella se advierte, como
principio, la relación, la compensación de intereses, lo racional; y,
como finalidad, la igual motivación hacia fines o valores (Weber,
1997, pág. 33)
En este sentido, la categoría de Sociedad de la Información y del
Conocimiento, entendida desde la definición de Max Weber, no se
podría explicar, dado que no es explicable el hecho de que la sociedad
universal se haya organizado desde sus principios para producir
conocimiento o los adelantos en las TIC. Se entiende que este concepto
es una descripción universal de los componentes estructurales de la
sociedad actual, producto de la vivencia de su cultura tecnológica y
científica.
Sin embargo, la lectura del concepto de Sociedad de la Información
y del Conocimiento desde su naturaleza, es decir buscar y producir
bien para sus individuos, permite comprender que la sociedad actual
tiene la oportunidad histórica de utilizar las TIC para el logro de este
163
bien150, sin el acuerdo preestablecido por Weber, sino gracias a la
racionalidad propia de la humanidad de buscar el bien común.
Este bien común como finalidad natural supone la existencia
de principios facilitadores y condicionantes: la solidaridad, la
comunicación y la cooperación entre sus partícipes, (Shaw, Shaw, &
Enke, 2003, págs. 489-499).
La solidaridad supone la acción social libre de apoyo, manifiesto de
los más fuertes a los más débiles, en todas las esferas de la sociedad,
en lo político y en lo económico, en lo emocional y en lo espiritual,
en lo físico y en lo personal. Sugiere, además, el abandono del
individualismo y del colectivismo, y propende la subsidiaridad si esta
es el caso151.
La comunicación sugiere la libre disposición de la tecnología y de
sus contenidos – la información – a servicio de todos los integrantes
de la sociedad en procura del bien común. La libre disposición
se construye desde el equilibrio entre el derecho y el deber de los
ciudadanos. “El Derecho a la Información es el Derecho que garantiza
el conocimiento, el Derecho a las Comunicaciones es el Derecho que
garantiza el desarrollo” (Rodríguez, 2003, pág. 16).
La cooperación se presenta como la suma de las fuerzas de los
individuos, proporcionales a los recursos de los mismos para el logro
de las tareas y los objetivos propuestos en coherencia con el bien
común. La cooperación se determina a través del balance social del
150 Manuel Castells, (1999) en La Era de la Información, define no sólo la distinción entre las nuevas tecnologías de
comunicación e información y las tecnologías de la revolución industrial, situando la actividad cognitiva de la persona en
una dimensión superior interactiva y comunicante con la máquina a diferencia de la pasividad del hombre-máquina que se
dio durante la mencionada revolución, sino que establece una oportunidad inaplazable para la búsqueda del bien común,
fruto de los nuevos atributos de las TIC, “Desde una mirada más amplia, que involucra economía, sociedad y cultura, a
propósito del cambio generado por la introducción de tecnologías de información en el paisaje sociológico, estas tecnologías
no son sólo herramientas a aplicar, como fue el caso de las tecnologías industriales, sino, además, conllevan procesos a
desarrollar en los que interviene el usuario como una especie de co – creador. (…) Por primera vez en la historia, la mente
humana es una fuerza productiva directa, no solo un elemento decisivo del sistema de producción son todos amplificadores
y prolongaciones de la mente humana. Al utilizarlos, lo que pensamos y como pensamos, ahora más que nunca, queda
expresado en bienes, servicios, producción material e intelectual, que a su vez decanta en cosas concretas como alimento,
refugio, sistemas de transporte y comunicación, computadores, mísiles, salud, educación o imágenes. P. 58
151 Gilberto García (2004), en El Impacto de la privatización en las telecomunicaciones, Gestión y Política Pública,
Centro de Investigación y Docencia Económicas de México, sostiene que en el sector de las TIC y su acceso por los sectores
más bajos de la población de acuerdo a estudios previos, “no se requiere la subsidiariedad” para el efecto, que seguramente,
no sería propia aplicar a los demás países de América Latina, África y Asia, que se encuentran en su gran mayoría, bajo la
línea de pobreza. P. 41
164
impacto de la operación de la empresa, (Heckman, 2001, págs. 654-
699).
En consecuencia, se abordan las conclusiones y las posturas de
algunos de los estudiosos, a manera de impactos, desde un enfoque
fenomenológico, sin ahondar en los métodos de sus conclusiones, sino
en las afirmaciones expositivas de cada uno de ellos, ordenadas en las
categorías anteriormente expuestas.
Desde un enfoque causa-efecto, Shallis afirmará que el nuevo
paradigma tecnoproductivo152 se articula en torno a las comunicaciones.
“El mundo está siendo redefinido en términos de información. Hay
una explosión de la información, que se debe en parte a la aceleración
de una serie de proceso cuyo origen se remonta hasta las causas
de la Revolución Industrial, y en parte a la tecnología que procesa
información y que, por tanto, transforma las cosas en más información”
(Shallis, 1986, pág. 149).
En la misma línea, Silva encuentra en el acceso y en el uso de
la información dos condicionantes arriesgados para el logro del bien
común de la sociedad. “La información ha adquirido un renovado
valor que, según el acceso que se tenga a ella, puede significar
integración o dominación, oportunidad o marginación. Este fenómeno
comunicacional se integra a un contexto nacional específico, con
características particulares, entre las cuales una de las más dramáticas
es la desigualdad” (Silva, 2001, pág. 3).
Sobre el lenguaje para la comunicación, Joan Majó advierte el
impacto de los nuevos lenguajes audiovisuales sobre el lenguaje
tradicional escrito. Se requiere una nueva alfabetización del individuo
en un nuevo lenguaje universal multimedia, a causa de la nueva
152 Michael Shallis (1986), en El ídolo del silicio, profundiza en el origen de la nueva economía desde la información
y la comunicación “En todos aquellos campos en donde la información es un “producto” esencial su volumen aumenta
continuamente. La Revolución Industrial no sólo fue consecuencia de la nueva tecnología de la época, sino que también
del desarrollo del comercio y las transacciones económicas, y del aumento de la importancia de la información. Lo que
ocurrió en esta revolución fue que la fuerza muscular y determinadas habilidades humanas fueron sustituidas por máquinas,
haciendo surgir una nueva economía que estaba basada en la información.” P. 150 “La tecnología moderna contribuye
a este fin reemplazando casi completamente las habilidades humanas, liberando a las fuerzas que generan la riqueza de
las restricciones que suponen la falibilidad, fragilidad e inseguridad humanas. Es indudable que este último estadio del
desarrollo tecnológico representa un giro decisivo; tanto es así, que muchos observadores lo relacionan con el propio
proceso de evolución biológica”. P. 151
165
información predominante en formato audio y visual 153: “Es necesario
aprender a analizar el lenguaje audiovisual ya que en el futuro nos
llegará toda la información en este lenguaje, y de una manera especial,
en el lenguaje visual. Estamos pasando de una sociedad donde la
transmisión de información ha sido fundamentalmente escrita a una
sociedad donde ésta transmisión ya no será escrita”. El papel de las
TIC en este escenario puede resultar alarmante si se observa solamente
los impactos mediáticos154, como en su momento se efectúo con la
televisión, estudiada como medio y no como producto tecnológico de
una era de transformaciones innovadoras a gran escala en todas las
esferas de la sociedad (Majó, 2003, pág. 3).
Precisamente, el advenimiento de nuevos lenguajes155 y de nuevas
maneras tecnológicas de comunicación ha hecho posible que miembros
de la sociedad, que por limitaciones físicas a las condiciones del medio
se habían aislado en el pasado, gracias a las TIC, sean incluidos en el
sistema social actual. “Un tetrapléjico mudo que se comunica con el
mundo a través de un ordenador en el que puede escribir gracias a un
mecanismo sensible al parpadeo y a la mirada (esto es, al punto focal
en el que se posan sus ojos en la pantalla) respondería indudablemente
que sí a la pregunta anterior. Un campesino que trabaja completamente
sólo centenares de hectáreas de duro campo probablemente también
respondería afirmativamente, sin su tecnología biomecánica no podría
sobrevivir, esto es, no conseguiría sacar el suficiente rendimiento al
campo, necesitaría más manos y si tuviera que compartir con otros el
fruto de la tierra ésta ya no le daría para vivir decentemente” (Almiron,
153 José Tejada Fernández (1999), en El Formador ante las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación:
Nuevos roles y competencias profesionales, amplia y profundiza en la necesidad de formar los orientadores o formadores
profesionales que guiaran el manejo de las nuevas herramientas tecnológicas en todos los ambientes de la sociedad a partir
de las exigencias de las nuevas competencias profesionales.
154 Eduard Aibar Puentes (2001), en Fatalismo y tecnología: ¿es autónomo el desarrollo tecnológico?, advierte sobre la
dualidad de las posturas fatalistas, “La imagen del desarrollo tecnológico que se desprende de los estudios de tecnología es,
sin embargo, muy diferente de ésta que se asocia a la tesis del determinismo tecnológico y de la autonomía de la tecnología.
En lugar de un desarrollo lineal y de una estructura arborescente, la evolución de la tecnología se parece más a una red de
caminos entrecruzados, de distintas anchuras, algunos de los cuales quedan de repente truncados para siempre mientras
que otros se retoman al cabo de un tiempo o se fusionan con otros. Se trata, en resumen, de un modelo multidireccional
que, en ningún caso, puede ser representado por la imagen de las vías de un tren: no existe una línea directa que lleve de las
herramientas de sílex neolíticas a las estaciones orbitales actuales” P. 7
155 Eduardo Encabo Fernández (2003), en La lengua y la literatura ante las tecnologías: Hacia la superación de la
antinomia clasista letra-imagen, Facultad de Educación, Universidad de Murcia, estudia como a pesar del predominio de la
imagen y la letra en nuestro tiempo, la lengua y la literatura siguen superando el lenguaje de la sociedad. P. 1.
166
2002, pág. 7).
En esta línea, Bennasar afirmará que “la sociedad de la información
debe ofrecer nuevas oportunidades y permitir que los ciudadanos
asuman un papel más activo en la sociedad. En estos momentos saber
leer, escribir y calcular ya no es suficiente, por lo cual es función de
los profesionales del campo de la discapacidad comenzar a estudiar
las bases para evitar que estas personas se conviertan en “infopobres”.
Debe prepararse tanto a los centros educativos como a la sociedad para
dar respuesta a la diversidad de personas, en el caso de los educadores,
a los alumnos. De este factor nace la necesidad urgente de introducir
las TIC a los planteles, para así satisfacer las demandas de cualquier
tipo de población, especialmente los discapacitados” (Bennasar, 2003,
pág. 9).
Al respecto, Castells afirmará “además, un nuevo sistema de
comunicación, que cada vez habla más un lenguaje digital universal,
está integrando globalmente la producción y distribución de palabras,
sonidos e imágenes de nuestra cultura y acomodándolas a los gustos
de las identidades y temperamentos de los individuos. Las redes
informáticas interactivas crecen de modo exponencial, creando nuevas
formas y canales de comunicación, y dando forma a la vida a la vez
que ésta les da forma a ellas” (Castells, 1999, pág. 28).
Por otra parte, la solidaridad constituye la acción social que
identifica plenamente la naturaleza de la sociedad: su razón de ser. El
apoyo de los fuertes a los débiles es un acto de responsabilidad con los
fines de la especie. Y el ejercicio de la libertad responsable constituye
el pilar para el ejercicio de la justicia social.
Sobre la solidaridad, Castells advierte la bipolarización entre el yo
y la sociedad, distanciándose el individuo de la misma, y generando
una nueva identidad individual y cultural. “Es cada vez más habitual
que la gente no organice su significado en torno a lo que hace, sino por
lo que es o cree ser. Mientras que, por otra parte, las redes globales de
intercambios instrumentales conectan o desconectan de forma selectiva
individuos, grupos, regiones o incluso países según su importancia
167
para cumplir las metas procesadas en la red, en una corriente incesante
de decisiones estratégicas. De ello se sigue una división fundamental
entre el instrumentalismo abstracto y universal, y las identidades
particularistas de raíces históricas. Nuestras sociedades se estructuran
cada vez más en torno a una posición bipolar entre la red y el yo”
(Castells, La Era de la Información, 1999, pág. 29).
En esta preocupación se evidencia, más que una percepción
tendencial156, una advertencia profunda sobre el impacto de la
naturaleza y la estructura de la sociedad.
Se ha dicho que la naturaleza de la sociedad surge del principio
natural de cooperación que requieren las personas para el logro de un
fin, e involucra los principios de solidaridad y comunicación. En este
marco, las personas disponen y generan medios de carácter presencial
o virtual para la asociación y la socialización.
La virtualidad tecnológica actual involucra una transformación de
los conceptos de espacio, tiempo y movilidad, sobre la presencialidad
tradicional (Martínez R. , 2007, págs. 24-28). Esta evolución concentra
al individuo en un nuevo escenario relacional: la red. En ella los
espacios tradicionales de relación presencial de la persona, la familia,
la organización y el Estado encuentran nuevas formas virtuales para
su desarrollo.
En este desarrollo, la disminución de la presencialidad en sí misma
podría no presentar un impacto relevante si no fuese por la confluencia
de tendencias sociales de diferente tipo, en el momento histórico
actual, como el relativismo liberal y el auge tecnológico de las TIC y,
específicamente, la red de Internet.
Igualmente, la tecnología en sí misma y la facilidad para la
comunicación global que ofrece Internet, por sí solas, no generan la
156 Manuel Castells (1999), en La Era de la Información, estudia el surgimiento de una nueva estructura social,
manifestada bajo distintas formas, según la diversidad de culturas e instituciones de todo el planeta. Esta nueva estructura
social está asociada con el surgimiento de un nuevo modo de desarrollo, el informacionalismo, definido históricamente por
la reestructuración del modo capitalista de producción hacia finales del siglo XX”. “Las nuevas tecnologías de la información
están integrando al mundo en redes globales de instrumentalidad. La comunicación a través del ordenador engendra un
vasto despliegue de comunidades virtuales. No obstante, la tendencia social y política característica de la década de 1990 es
la construcción de la acción social y la política en torno a identidades primarias, ya estén adscritas o arraigadas en la historia
y la geografía o sean de reciente construcción en una búsqueda de significado y espiritualidad.” P. 48
168
estructura bipolar entre la red y el yo que menciona Castells, sino que
es alimentada por las corrientes de pensamiento y de tendencias de
comportamiento social como el relativismo y la libertad cultural que
estimulan su máxima expresión en el individualismo y la anarquía.157
En este escenario, la individualización podría atentar contra la
naturaleza solidaria del individuo y, como consecuencia de esto, en un
impacto directo en la sociedad158.
Igualmente, la individualización, expresada en el establecimiento
de normas particulares con carácter de universalidad en virtud de la
autonomía y la autodeterminación de la persona, como pilares de la
libertad, se desarrolla en un ambiente de relativismo que irradia la
comunidad, (Osterman, 2006), en contraposición a las tendencias
del estado y la oligarquia159. Mientras la primera propende por su
identidad comunitaria, el estado persigue la universalidad de los
derechos y deberes de las personas constituyendo y proclamando un
nuevo miembro de la sociedad global: el ciudadano planetario.
Este miembro, surgido de la posibilidad de comunicación global
que ofrece las TIC, establece, a través de las comunidades, una agenda
de necesidades que procuran la atención solidaria de las comunidades
157 Nuria Almirón (2002), en Sobre el progreso en una era de revolución científico-tecnológico-digital, se referirá a la
separación conceptual ideológica sobre el ser social, “Pero la Revolución Francesa también marca el punto de inicio a partir
del cual la idea de progreso nos dividirá. Frente a los que pretenden primar la igualdad social se encontrarán aquellos para
los que lo más importante es la libertad individual. La separación entre socialismo y liberalismo marcará la concepción de
progreso tanto o más a como lo hará la gran ruptura filosófica de la historia del pensamiento occidental: la nueva filosofía
de la existencia (existencialismo)”. P. 8
158 Ibíd. Tipifica la sociedad desde la revolución tecnodigital, donde subraya la dualidad y el temor por su desarrollo
de algunos visionarios sobre el uso de las TIC en la sociedad, “llegados a la segunda mitad del siglo XX advertimos la
consolidación de una disyuntiva radical en la valoración que los individuos hacen del presente y del futuro. El determinismo
tecnológico es un viejo amigo del ser humano desde que la fe en la razón se instauró en los corazones de los ciudadanos de
la Ilustración. A partir de ese momento, lo decía antes, se creó un vínculo inextricable entre la nueva religión, la ciencia,
y el progreso social. La innovación tecnológica ha sido interpretada desde entonces por muchas personas como fuente de
transformación social. P. 8
159 Manuel Castells (1999), en La Era de la Información, expone cómo a través la historia, aquellas revoluciones sufridas
por la sociedad, con relación a la industria y a la tecnología han tenido un proceso evolutivo característico y cómo han tenido
incidencia e influencia en revolución tecnológica contemporánea. “Así, la disponibilidad de las nuevas tecnologías constituía
un sistema en los 70 y era base fundamental para el proceso socio-económico que se estaba reestructurando en los 80. Y los
usos de esas tecnologías en los 80 condicionaron mucho los usos y las trayectorias en los 90. El surgimiento de la sociedad
“enredada”, no pueden ser entendidos sin la interacción entre estas dos tendencias relativamente autónomas: el desarrollo de
nuevas tecnologías de información y el intento de la vieja sociedad de reinstrumentarse a sí misma utilizando el poder de la
tecnología para servir a la tecnología del poder. Sin embargo, la salida histórica de esta estrategia parcialmente consciente
no está determinada, desde que la interacción entre tecnología y sociedad depende de las relaciones estocásticas entre un
número excesivo de variables cuasi independientes. Sin tener que rendirnos necesariamente al relativismo histórico, puede
decirse que la Revolución de la Tecnología de la Información fue cultural, histórica y espacialmente contingente en un
conjunto de circunstancias muy específico cuyas características marcaron su evolución futura”. P.79
169
y de los estados con posibilidad de responder a estos llamados.
Estas agendas son públicas y publicadas. Y es gracias a las TIC
y al avance científico en todos los campos del conocimiento160 que
se ha evolucionado de los problemas locales de una comunidad a
los problemas comunes de carácter global como la pobreza y la
distribución de la riqueza, el medio ambiente y los recursos naturales,
la superpoblación y su disminución, (Beaudry & Green, 2005, págs.
749-774), la salud pública y la extensión de la vida, y, sobre todo,
la causa de su ejercicio responsable, la justicia y la consecuencia de
la misma: la paz entre sus miembros, entre los pueblos y entre los
estados, (Van Alstyne & Brynjolfsson, 2005, págs. 851-868).
En este sentido, para referirse a las posibilidades de las TIC por los
estados, dirá Howkins, “Los gobiernos pueden actuar inmediatamente
en algunas áreas (por ejemplo, acceso para sus ciudadanos, pero con
otras áreas son más complejas y problemáticas (como los asuntos
relativos al impacto). De este modo, los países en desarrollo deben
mejorar la capacidad nacional para aprender, identificar áreas aptas
para la formulación de políticas, realizar las acciones que correspondan
y tomar una parte activa en el desarrollo de la sociedad mundial de la
información” (Howkins, 1997, pág. 53).
En esta línea, Castells, desde su enfoque informacionalista,
identificará los impactos de las TIC sobre la estructura orgánica y
funcional de la sociedad: “Una revolución tecnológica, centrada en
torno a las tecnologías de la información, está modificando la base
material de la sociedad a un ritmo acelerado. Las economías de todo el
mundo se han hecho interdependientes a escala global, introduciendo
160 Ibíd. Expone como las TIC y el avance del conocimiento han hecho posible descubrimientos y avances inesperados
siglos atrás en la sociedad humana. “las nuevas tecnologías de información se han expandido por todo el mundo a la
velocidad del relámpago en menos de dos décadas, entre mediados de los 70 y mediados de los 90, desplegando una lógica
que yo propongo como característica de esta revolución tecnológica: la aplicación inmediata para su propio desarrollo de
las tecnologías que genera, conectando al mundo a través de tecnología de la información. P. 60 (…) Los efectos positivos
de las nuevas tecnologías industriales sobre el crecimiento económico, el nivel de vida y el dominio del hombre sobre la
Naturaleza hostil (reflejado en la dramática prolongación de la expectativa de vida, que no había mejorado antes del siglo
dieciocho) a largo plazo son indisputables en el registro histórico. Sin embargo, no llegaron temprano, a pesar de la difusión
de la máquina a vapor y la nueva maquinaria. P. 63 (…) A pesar de todo, el registro histórico parece indicar que, en términos
generales, cuanto más estrecha sea la relación entre los lugares de la innovación, producción y uso de las nuevas tecnologías,
cuanto más rápido se da la transformación de las sociedades, y cuanto más positivo sea el feedback de las condiciones
sociales sobre las condiciones generales mas innovaciones pueden ocurrir.” P. 64
170
una nueva forma de relación entre economía, estado y sociedad en un
sistema de geometría variable” (Castells, 1999, pág. 27).
Esta interrelación natural de la sociedad, economía, Estado
y sociedad, se complementa con la interrelación natural entre
comunicación, solidaridad y cooperación. En esta última interrelación,
la evidencia del desarrollo tecnológico puede no tener solo una causa
evolutiva y consecuente con las revoluciones anteriores,161 sino que,
adicionalmente, puede considerar una causa íntimamente ligada al
modelo económico shumpeteriano, (Winter, 1984), (Nelson & Winter,
1982, págs. 114-132), soportado en la innovación (Chang, Chung,
& Mahmood, 2006, págs. 637-656), como motor del desarrollo de
las economías y sus organizaciones162, en donde se evidencia que
el desarrollo del conocimiento científico y tecnológico, (Griffith,
Redding, & Van Reenen, 2004), se lidera y se gestiona desde la
cooperación en las organizaciones, aunque su finalidad no siempre
haya sido la solidaridad y la comunicación.
Por tanto, la innovación como dimensión tecnológica no sólo es un
factor determinante en la aplicación del conocimiento en la búsqueda
de solución a los problemas sociales, sino que es también un factor
inseparable del sistema económico de mercado. En él, la variedad
del producto se constituye en un atributo adicional a su uso y a la
estructura de valor del mismo, y desde el desarrollo de conocimiento
para la protección del poder en todas sus dimensiones y visiones163.
“Desde los estudios de la tecnología, se favorece una posición menos
pesimista que destaca la posibilidad efectiva de intervenir sobre el
desarrollo tecnológico, desde ámbitos ajenos en principio al mundo
161 Eduard Aibar Puentes (2001), en Fatalismo y tecnología: ¿es autónomo el desarrollo tecnológico? , basándose en
análisis que afirma que el desarrollo tecnológico evoluciona autónomamente, respecto a otros ámbitos sociales, reforzando
además el determinismo ecológico, muestra los grandes problemas que tienen los estudios más recientes sobre el dinamismo
relacionado con el cambio tecnológico. “La inexorabilidad que actualmente se atribuye a la tecnología se puede constatar en
el énfasis que se pone en las regularidades de su crecimiento. En el caso de las TIC, incluso, el proceso de innovación parece
estar sometido a leyes que certifican su carácter inapelable. P. 2
162 María Cristina Piva y Marco Vivarelli (2004) en su artículo “Technological change and employment: some micro
evidence from Italy”, realizan un análisis microeconómico sobre la relación entre la innovación tecnológica y el empleo,
demostrando, no sólo en sus estudios, sino con referencias de otros similares en Alemania, (Entorf y Pohlmeier,1990) y
Holanda, (Brouwer y otros,1993), cómo evidentemente, las empresas innovadores contribuyen al aumento de los puestos de
trabajo y del empleo nacional y por ende al desarrollo.
163
171
ingenieril, científico o empresarial” (Puentes, 2001, pág. 9).
Por otra parte, y respecto a los impactos de las TIC sobre la
población, los estudios de Paul Beaudry, desde la Universidad de
Británica Columbia en Vancouver, y de Fabrice Collard, en la Universite
de Toulouse, Francia, encontrarán, a través de sus observaciones
estadísticas, correlaciones entre la población económicamente activa
y el desarrollo. Dirán que las diferencias en las tasas de crecimiento de
la población en edad de trabajar puede ser una clave para entender las
diferencias en los resultados económicos en los países industrializados
en el período de 1975-1997 frente al de 1960-1974. En particular,
sostienen que “los países con tasas más bajas de crecimiento de
la población adulta adoptaron nuevas tecnologías intensivas en
capital más rápidamente que sus homólogos de alto crecimiento de
la población, por lo tanto, lo que les permite reducir su tiempo de
trabajo sin deterioro del crecimiento de la producción por cada adulto”
(Beaudry & Collard, 2003, pág. 443).
Finalmente, Brynjolfsson, Smith (Brynjolfsson & Smith, 2000,
págs. 563-585), advierten, en su estudio Frictionless commerce?
A comparison of Internet and conventional retailers, la tendencia
en el ajuste o nivelación del bien común entre las empresas y los
consumidores. Resulta evidente la disminución de los costos de
producción, comercialización y venta de los productos y servicios,
ofrecidos tradicionalmente por las empresas, en el nuevo escenario de
comercio electrónico.
Por otra parte, los impactos de las TIC en aspectos estructurales
de la sociedad, que se comparten tanto en la naturaleza de la persona
como en la naturaleza de la sociedad como la vida y el comportamiento
de sus miembros, es posible establecer efectos profundos en una
relación de causalidad. El avance de las TIC facilitan el conocimiento
de la estructura y de las relaciones bióticas, no como un mero avance
del conocimiento por el conocimiento, sino como una respuesta a la
disminución dramática de la población que se prevé para después de la
172
segunda mitad del siglo XXI164, especialmente en los países europeos,
Canadá, Australia, Estados Unidos etc., y de manera proporcional en los
países que actualmente se consideran sobrepoblados. “La revolución
científico-tecnológico-digital de los últimos años no sólo ha mejorado
drásticamente nuestra esperanza y calidad de vida sino que también
ha convencido a muchas personas de que, con las nuevas tecnologías,
aumenta su poder individual y colectivo. Al menos en teoría y en
potencia somos seres mucho más proclives a entender el mundo (y,
por lo tanto, a entendernos a nosotros mismos), a relacionarnos los
unos con los otros y a vivir más extensa e intensamente que lo fueron
cualquiera de nuestros antepasados. Para algunos esto significa que
somos más proclives a ser felices” (Almiron, 2002, pág. 6).
En coherencia, se advierte en Almiron que la tecnología no tendría
razón de ser sino estuviese al servicio del bien común de la sociedad.
No se puede perder de vista los preceptos fundamentales de la
naturaleza humana, ya que estos permitirán identificar hasta donde
pueden llegar las tecnologías de la vida con el apoyo de las tecnologías
de la información y de la comunicación.
Así mismo, los estudios sobre el comportamiento del individuo
profundizan la psiquis y su relación de impacto con las TIC165. Se
establece un cambio estructural en su escenario motivacional y de
preocupación del mismo166. “Con el tiempo los ordenadores han
modificado muchas de nuestras actividades cotidianas (la compra de
164 Delvin Gualtieri, M. (2000), en Forum on Science and Technology: Thechology´s assault on privacy, ponencia
del Foro de Ciencia y Tecnología, en manifiesta que la “intimidad personal ha sido asaltada a medida que los adelantos
tecnológicos permiten a los gobiernos de los países desarrollados tener mayor control sobre la ciudadanía.” para
fundamentar su tesis expone ejemplos como el análisis de ADN desde antes del nacimiento de la persona, lo que permite
detectar enfermedades. (…) “Las compañías de seguros han sacado ventaja de esto para asegurar, sólo ciertos perfiles de
información genética, con el riesgo de reducir el riesgo financiero.” P. 1
165 Juan Alberto Estallo Martí (2006) en Impacto sobre la conducta de las “Tecnologías de la Información” - Ansiedad ante
el computador vs. “Computerphobia”. Estudia los impactos de las TIC sobre la psiquis del individuo, “Desde hace tiempo
se ha relacionado la ansiedad en el uso de ordenadores con la ansiedad frente a las matemáticas y las actitudes hacia las
actividades numéricas y de cálculo en general. Investigaciones anteriores señalaron algún tipo de relación entre el éxito en
el uso de ordenadores (Fennema & Sherman, 1976) y con el nivel de ansiedad general (Betz, 1978). Respecto a este último
punto parece jugar un especial papel la variable de la autoconfianza o seguridad en sí mismo”. P.p. 1-2
166 Frans Berkhout , (2006) en el artículo “Expectativas en los sistemas normativos de Innovación” analiza las
expectativas del cambio tecnológico, en cuanto a la sostenibilidad de su estructura. En ese sentido, clasifica las visiones
futuristas al respecto de la siguiente manera: “1. El mapeado de un espacio de posibilidad; 2. Un dispositivo heurístico; 3.
Un marco estable para la fijación de objetivos y el seguimiento de los progresos; 4. Metáforas de la construcción de redes
de actores; 5. Una descripción de reunir y concentrar los recursos (bienes de capital, conocimientos. redes, competencias)”
P. 305
173
entradas para espectáculos, las gestiones en el banco y numerosas tareas
administrativas), casi todo se realiza hoy día mediante tecnología que
trata grandes volúmenes de información y que permite acceder al dato
necesario desde cualquier punto y a cualquier hora. El crecimiento
de la tecnología de los ordenadores se ha visto acompañado de un
incremento del número de individuos que se muestran ansiosos o
intimidados frente a los ordenadores. Algunos autores consideran la
ansiedad frente a los ordenadores como el resultado de un dialogo
interno subyacente al sistema de creencias, acciones y conductas
movilizadas en el trabajo con un ordenador” (Estallo, 2006, pág. 1).
Al respecto, se advierte en Estallo, el comportamiento complejo
de un nuevo individuo que frente a un escenario mediatizado por las
TIC debe enfrentar un proceso pedagógico de alfabetización si no
quiere ser excluido del sistema tecnológico digital, en donde la nueva
causalidad de ansiedad se convierte en la posibilidad o no de acceso.
O, expresado en términos de Marqués, “hay que trabajar en aras de la
“e-inclusión”, entendida como el acceso a las tecnologías y adecuación
a las necesidades de los colectivos más vulnerables. Para ello se debe
escoger en cada caso la tecnología más apropiada a las necesidades
locales, proporcionar una tecnología asequible económicamente a los
usuarios, fomentar su uso preservando la identidad sociocultural y
potenciando la integración de los grupos con riesgo de exclusión. (…)
En cualquier caso, no cabe duda que la sociedad de la información
comporta nuevos retos para las personas” (Marqués, 2000, pág. 7).
En esta línea, D´Alós-Moner, desvirtuará estas premisas preventivas
y algo deterministas, en pos de la naturaleza del trabajo y de su
función comercial: “Dejadme decir que la tecnología tiene un papel
muy perverso. Cada vez está más extendida la creencia de que si sabes
moverte muy bien en el lenguaje HTML o XML, navegar, crear una
Intranet o montar una web, eres un buen profesional. Sin embargo,
la base de la profesionalidad pasa por una cuestión muy antigua: las
personas. El trabajo tendrá sentido si está 100% orientado a nuestro
cliente, tanto si es interno como externo. Hay que repensar el servicio,
174
reinventarlo. Para ello necesitamos un cambio personal y colectivo,
saber gestionar la propia carrera profesional, saber aceptar el propio
ámbito laboral y saber moverse a escala profesional y social” (D’Alós-
Moner, 2003, pág. 10).
175
social. La ética, la política, las artes, las ciencias, las construcciones,
la economía, la religión y las tecnologías son patrimonios culturales de
la sociedad.
David Held, Anthony McGraw & JonathanPerraton, en Global
Transformations: Politics, Economics and Culture, Polity Press,
Oxford, U.K., exponen algunas de las características de la globalization
cultural: “Contemporary cultural globalization is associated with
several developments: new global infrastructures o fan unprecedented
scale, generating an enormous capacity for cross-border penetration
and a decline in their cost of use; an increase in the intensity, volume
and speed of cultural exchange and communication of all kinds; the
rise of Western popular culture and interbusiness communication as
the primary content of global cultural interaction; the dominance
of culture industry multinationals in the creation and ownership of
infrastructures and organizations for the production and distribution
of cultural goods; and a shift in the geography of global cultural
interaction departing in some significant ways from the geography of
the pre-Second World War global order” (Held, McGraw, & Perraton,
2001, pág. 341).
Las tecnologías hacen parte de la cultura como consecuencia de su
naturaleza innovadora. Y las nuevas Tecnologías de la Información y
la Comunicación hacen parte de la nueva cultura de la Sociedad de la
Información y del Conocimiento como expresión máxima del bien de
la cultura y del bien de la sociedad actual.
José de la Peña, en Historia de las Telecomunicaciones, precisa cómo
la sociedad y la cultura adoptan rápidamente las ofertas innovadoras en
el campo de las telecomunicaciones, dadas las demandas de servicios en
general: “La introducción de innovaciones en telecomunicaciones sigue
la misma norma. Cuando las ventajas superan a los inconvenientes, los
usuarios aceptan masivamente las innovaciones. ¿Podemos imaginarnos
ahora la vida sin una comunicación en todo momento y en todo lugar
176
como la que nos da la telefonía móvil? Seguramente, no. Nos costaría
incluso más si pensamos en todo lo que había que hacer hace unos años
si uno se quedaba en medio de una carretera con el coche averiado y
sin nadie alrededor, o si no nos encontrábamos con alguien con el que
habíamos quedado en la calle. La seguridad y la comodidad que ha
incorporado a nuestra vida se impondrán a toda esa sobre reacción de
temor infundado, como lo hizo el automóvil sobre el caballo”.
Bibiana Apolonia Del Brutto, en Sociedad y Red. El impacto y
desarrollo de las tecnologías de información y comunicación en
Argentina, define el potencial de las TIC en la República Argentina
desde los estudios del Observatorio de Cibersociedad: “El potencial
del desarrollo social como la telemedicina, el aprendizaje a distancia,
el teletrabajo, las bibliotecas digitales pueden contribuir a mejorar
los niveles de salud, de educación, de capacitación y aumentar la
transparencia de las decisiones y acciones de los agentes públicos
y privados, apoyando la comunicación entre la sociedad civil, las
instituciones del Estado y las del mercado. En este sentido las TIC
poseen un potencial interno de generar sociedades menos excluyentes
y permitir que los países más rezagados avancen hacia el mundo del
conocimiento y la información” (Del Brutto, 2000, pág. 1).
Por tanto, la división entre naturaleza, cultura y sociedad procede
para ordenar el principio y el fin que, en última instancia, resulta ser
el mismo: el bien de la cultura para el bien común de la sociedad. “Es
incorrecto idolatrar la cultura, cuyo valor positivo dependiente del
espíritu, reside en la continuación de la naturaleza; esta continuación
es adecuada al hombre, está a su servicio, pero no es algo absoluto”
(Polo, 1991, pág. 175).
En este sentido, las TIC se ordenan para producir bien a los miembros
de la sociedad y todos las acciones dirigidas a tal fin constituyen una
nueva cultura tecnológica. De esta manera, los impactos que estas
producen en la sociedad deben observarse con un criterio justo sobre
177
el comportamiento del fenómeno cultural en cuestión, y no como mera
causalidad positivista de hechos casuísticos con pretensiones teóricas
de universalidad.
Marshall Van Alstyne y Erik Brynjolfsson, en el artículo “Global
Village or Cyber-Balkans? Modeling and Measuring the Integration
of Electronic Communities”, reflexionarán sobre los presupuestos
sociales que entran en juego en la conformación de las nuevas redes
culturales basadas en las TIC. Al respecto se dirá: “Si la diversidad
de la interacción o la igualdad de los recursos representan objetivos
que se atribuyen a los planificadores sociales, tenemos que considerar
qué nivel de integración consideran más adecuados para equilibrar los
intereses privados como individuos y nuestros intereses compartidos,
como miembros de una comunidad. La fragmentación en uno o más
aspectos de nuestras interacciones pueden o no ser deseable, pero una
vez conseguido, puede ser difícil de revertir. En cualquier caso, en
esta etapa relativamente temprana del desarrollo de la infraestructura
de la información, ni un solo escenario es inevitable” (Van Alstyne &
Brynjolfsson, 2005, págs. 864-865).
La nueva cultura tecnológica abarca todos los sectores de
la sociedad,167 y se constituye no solamente en la aplicación de
herramientas técnicas de información y comunicación, sino también
en la reformulación de conceptos básicos en el nuevo escenario de
virtualidad, en donde el espacio y la presencia física son irrelevantes
para el logro del fin específico168.
167 Pere Masqués Graells (2000), Las TIC y sus aportaciones a la sociedad desde una perspectiva equilibrada entre las
características, fortalezas, frenos y oportunidades de las TIC, como elementos que hacen parte de una cultura tecnológica,
con la que debemos convivir, y que, además, están presentes en nuestro diario vivir sostiene que: “se puede establecer que
siguiendo el ritmo de los continuos avances científicos y en un marco de globalización económica y cultural, contribuyen a
la rápida obsolescencia de los conocimientos y a la emergencia de nuevos valores, provocando continuas transformaciones
en nuestras estructuras económicas, sociales y culturales, e incidiendo en casi todos los aspectos de nuestra vida: el
acceso al mercado de trabajo, la sanidad, la gestión burocrática, la gestión económica, el diseño industrial y artístico, el
ocio, la comunicación, la información, la manera de percibir la realidad y de pensar, la organización de las empresas e
instituciones, sus métodos y actividades, la forma de comunicación interpersonal, la calidad de vida, la educación.” P. 2
168 Paulo Fernando Viegas Nunes, Capitán del Ejército Portugués (1999), en declaraciones publicadas en la página www.
airpower.maxwell.af.mil/apjinternational/, explica como uno de los escenarios de la cultura que mejor explica el concepto
de virtualidad es el militar, donde incluso, las incontables guerras físicas de los ejércitos se traslada al campo de batalla de las
TIC. “Si analizamos el ámbito militar nos damos cuenta que la amenaza de la guerra de información estratégica elimina por
completo la distinción entre los sistemas militares y civiles. La conexión entre ellos complica el proceso de detección de un
178
De esta manera, la nueva cultura asume las TIC para perfilar
una forma de coexistencia, de diálogo y de convivencia. El acceso,
la alfabetización y el lenguaje predominan en la participación de la
cultura. Sus miembros169 adoptan las posibilidades benéficas de la
técnica para la misma construcción de la cultura.
Manuela Raposo Rivas, en el artículo “¿Es necesaria la formación
técnica y didáctica sobre Tecnologías de la Información y la
Comunicación?”, publicado por la Revista Píxel Bit, demuestra, a
través de la investigación realizada en la Universidad de Vigo, las
razones que tienen los educadores para aplicar las TIC dentro del
proceso educativo. Cree que las nuevas tecnologías son fundamentales
para los docentes y que aquellos que no estén actualizados en este
ámbito no son profesionales capacitados para formar una sociedad que
exige su transformación hacia una nueva realidad académica. Rivas
expone lo siguiente: “las TIC’s en el proceso académico necesitan
tener un proceso de formación respecto a las personas que las utilizan,
en este caso los maestros, los cuales son: técnico, que abarca este
aspecto como un proceso tecnológico que posee complejidades al
momento de su uso, y didáctico, el cual se refiere a la herramienta
como un complemento facilitador dentro del proceso de enseñanza y
aprendizaje. Es bastante habitual que en las actividades de formación
que se realizan confluyan ambos tipos de aspectos, aunque también
es cierto que, en ocasiones, se presenta la técnica como didáctica y
viceversa. La comunidad académica dentro de las organizaciones está
dividida en cuanto al uso o no de las TIC. En la educación, hay algunos
autores que están a favor del aspecto técnico y en contra del didáctico, o
al contrario, o también creen que es necesaria una formación de los dos
ámbitos o que ninguno es indispensable; Formación técnica: necesaria,
ataque de información y el desarrollo de una defensa eficaz. Por lo tanto, la pregunta que se desarrolla a través de esta tesis
es la siguiente: ¿cómo el gobierno puede proteger su infraestructura de información, que ni le pertenece ni controla? P. 17
169 Michael Shallis (1986), en El ídolo del silicio, analiza como desde la familia, como miembros de ella y de la cultura
se irradian los hábitos tecnológicos en cuanto a su uso desde un enfoque alarmador, “El poder transformador de los
procesadores basados en el silicio está desplazando el centro de la vida familiar hacia el monitor de televisión. El computador
controla el funcionamiento del hogar e integra a la familia en sus circuitos. Las máquinas que “piensan” están remodelando
el mundo en términos electrónicos. P. 84
179
según algunos educadores, la formación siempre es necesaria para un
aprovechamiento óptimo de los recursos. Este aspecto es vital porque
se facilita y se promueve el uso correcto de la tecnología, además de
que las TIC’s son complejas en su utilización y funcionamiento, por
lo cual hay que aprender a manejarlas; No necesaria: Los medios son
fáciles de manipular y son aparatos que no son aplicables a la docencia
o la materia de la educación; Formación didáctica: este comportamiento
se relaciona con el campo de acción y fundamento de la profesión,
por eso muchos educadores piensan lo siguiente: somos maestros, no
tecnólogos, es lógico pensar que el centro de interés se encuentra en la
didáctica y no en la técnica”. (Raposo, 2004, pág. 51).
“Las TIC, fruto del desarrollo científico, influyen a su vez en su
evolución, contribuyendo al desarrollo socioeconómico y modificando
el sistema de valores vigente. (...) Por otra parte, aún queda camino por
recorrer hasta que las TIC constituyan un instrumento convivencial”
(Marqués, 2000, pág. 4). En palabras de Souto, “…la incorporación
de las tecnologías representa, una oportunidad para difundir el
conocimiento entre un mayor número de ciudadanos, pero -al mismo
tiempo- supone un riesgo de una asimilación cultural mecánica, poco
crítica y que forme más a clientes que a ciudadanos” (Souto, 2004, pág.
8).
En este sentido, uno de los factores más relevantes de la
caracterización de la nueva cultura es la adaptación que deben realizar
los individuos de sus estructuras sociales para participar en la cultura
tecnológica, (Hitt, 1999, págs. 134-149). Participan no solamente,
como se ha denominado al fenómeno, de la “brecha informacional”170,
170 Adela D´Alós–Moner (2003), en Oportunidades para los profesionales de la Información, advierte la no plena
existencia de la sociedad de la información en la región más desarrollada de España, como premisa aplicable a todos los
países y toda la población mundial, donde se establece un estatus de brecha informacional, “Yo diría que hoy en Cataluña
no podemos hablar de sociedad de la información, ya que echo en falta varios elementos, como una visión real, un cambio
cultural, un cambio de base en las organizaciones. Las tecnologías de la información avanzan muy rápidamente y exigen un
cambio de fondo en las organizaciones. En cambio, las organizaciones son muy viejas, están anquilosadas, jerarquizadas, y
los directivos son reticentes, tienen miedo al cambio y a dar poder a las personas que trabajan en las organizaciones. ”. P. 2
(…) En lo que concierne a la formación, no tenemos una población formada en relación con las oportunidades que dan las
tecnologías de la información. (…) La apuesta por la formación en las TIC debe concentrarse, por un lado, en la gente joven,
mediante la escuela, pero sobre todo en las personas de mediana edad, que pueden quedar absolutamente descolocadas y
marginadas dentro del mundo laboral. (…) No hay una igualdad de acceso a la información. (…) Por lo tanto, hay personas
180
sino como fenómeno de una brecha cultural, en donde algunas culturas
se pueden aislar de otras culturas por diferentes factores de aislamiento
tecnológico171. Esto anuncia la posibilidad de gestar una cultura
universal, producto de la convergencia tecnológica172, sin abandonar
las identidades culturales de cada grupo cultural que participe en ella.
A este fenómeno Castells lo ha denominado “La Sociedad Red” que,
en última instancia, podría ser “La cultura Red”. El mismo Castells
(Castells, 2000), en la lección inaugural del programa de doctorado
para la UOC de Barcelona, denominada Internet y la sociedad red,
proclama la participación desde la inclusión de las culturas con urgente
necesidad: “Hay que trabajar en aras de la “e-inclusión”, entendida
como el acceso a las tecnologías y adecuación a las necesidades de los
colectivos más vulnerables. Para ello se debe escoger en cada caso la
tecnología más apropiada a las necesidades locales, proporcionar una
tecnología asequible económicamente a los usuarios, fomentar su uso
preservando la identidad sociocultural y potenciando la integración de
los grupos con riesgo de exclusión”.
El fenómeno de aislar173 unas culturas de otras a causa de la
tecnología no es un fenómeno nuevo para la humanidad. Sin embargo,
la oportunidad histórica de compartir la riqueza cultural de los pueblos
en beneficio de todos, tal vez, sí sea el principal impacto de las TIC en
la cultura de la sociedad: el compartir el conocimiento como uno de
los principales valores de la cultura174. Al respecto, Howkins precisa
que tienen más información y más oportunidades que otros. No hay transparencia en la información ni estamos en las
mismas condiciones de acceso”. P. 3
171 Santos Urbina, Ramírez (1999), en Informática y teorías del aprendizaje. Universitat de les Illes ballears, artículo
publicado en la revista Pixelbit, se deduce que una nueva cultura tecnológica supone la adopción y manejo de nuevas
técnicas para evitar el aislamiento tecnológico, “La utilización de un determinado vehículo o medio para la aprehensión de
significados supone tener en cuenta las características específicas de ese medio” P. 9.
172 Joan Francesc Fondevila G. (2004), en La banda ampla universal, clau per a la ciberigualtat, artículo publicado
en cibersociedad, en el grupo de estudio, GT-1 La Fractura Digital: ¡Hacia una Cibersociedad Dual? sustenta como la
principal causa de la brecha informacional de la sociedad es el acceso a una banda ancha de transmisión de datos, “(…)
el principal i reparable causant de la desigualtat i exclusió social envers Internet: la carestia d’una xarxa de banda ampla
d’accés universal i a preus assequibles.” P.1
173 Urribarrí, Raisa (2005), Formación de maestros y TIC: inventamos o erramos, Revista Educere, sostiene que a pesar
de los esfuerzos de reducir la brecha digital, el acceso limitado a Internet es todavía una abrumadora realidad. P.p. 77-82
174 Victor Rolando Ávila Cruz (2005), en El correo electrónico y su uso óptimo en la búsqueda de información:
cinco años de experiencias, artículo publicado en Acimed (revista cubana de los profesionales de la información y de la
181
que “si bien es cierto que las diferencias entre países desarrollados y
en vía de desarrollos son abismales y “el futuro de las tecnologías de
información y comunicaciones es incierto, pero esas incertidumbres
no justifican una política de brazos cruzados. Cada país tiene una
prioridad clara: crear una sociedad y economía de la información que
refleje sus necesidades y cultura, y a la vez de ser capaz de elegir su
función óptima dentro de la comunidad mundial. Crear una sociedad
de información es más importante que utilizar cualquier tecnología
específica” (Howkins, 1997, pág. 53).
Las TIC han permitido que una cultura se beneficie de los
conocimientos de otra cultura en todos los campos de la sociedad: la
economía, la educación, las artes, la política y las ciencias en general,
especialmente, las ciencias de la salud.
Mercedes Inciarte, en “Tecnologías de la Información y la
Comunicación: un eje transversal para el logro de aprendizajes
significativos”, artículo publicado en la Revista Reice, ejemplifica, a
través de las organizaciones educativas y la comunidad estudiantil,
“cómo debe transformase un currículo académico por medio del
uso de las TIC’s y cómo evolucionan los profesores y alumnos con
su incorporación. Con la utilización de esta experiencia demuestra
que los docentes que aún estén marginados de la tecnología no
tendrán oportunidades futuras, esto por medio de comparaciones de
dos modelos: vertical (tradicional) y transversal (moderno)”. Según
Inciarte, “este nuevo siglo se caracteriza con un periodo histórico donde
nunca se han experimentado cambios vertiginosos desde distintos
planos, especialmente en la educación, sobre todo en lo que concierne
a las tecnologías, fenómeno que jamás había vivido la humanidad”
(Iniciarte, 2004, pág. 1).
Lev Manovich (Manovich, 2002, pág. 2), en La vanguardia como
comunicación en salud, sustenta como el compartir ese conocimiento es posible desde la educación a distancia, donde
ésta “ha alcanzado un notable avance debido a la rápida evolución de las nuevas tecnologías de la información y de la
comunicación, que posibilitan grandes masas de estudiantes, acortar las distancias y acercar cada vez más al profesor con
los alumnos y a los alumnos entre ellos. P. 2
182
Software, define como el arte se ha nutrido de las TIC, incorporando
los nuevos medios en el lenguaje del nuevo arte digital: “En la década
de los años noventa se pone en marcha el cambio tecnológico por el
cual toda la comunicación cultural pasa a los media. Podríamos pensar
que al final las técnicas de vanguardia de los años veinte no serán
suficientes y que empezarán a aparecer técnicas totalmente nuevas. Pero,
paradójicamente, la “revolución informática” no parece ir acompañada
de ninguna novedad significativa en lo que respecta a las técnicas de
comunicación. Aunque hoy en día contamos con los ordenadores para
crear, almacenar, distribuir y acceder a la cultura, seguimos utilizando
las mismas técnicas desarrolladas en los años veinte”.
Ruben Cañedo, Raúl Ramos & Julio Guerrero, en La informática,
la computación y la ciencia de la información: una alianza para el
desarrollo, sustentan la magnitud de los impactos de las TIC en la
medicina, de tal manera que se ha abierto un nuevo campo de estudio
multidisciplinario denominado “informática médica” (Cañedo, Ramos,
& Guerrero, 2005, pág. 10).
Estos conocimientos han permitido la acción comparativa entre
culturas, identificando las potencialidades y los aciertos de unas, y los
equívocos de otras, para consolidar o al menos proponer un ideal de
bienestar social, en donde los derechos y los deberes de los ciudadanos
propenden por la universalización de ciertos valores culturales en
virtud de la libertad. Granero lo ha expresado así: “en la rama del
Derecho el gran vacío que propone la alta tecnología se presenta
como un borroso mundo de computadores interconectados entre sí,
sin precedentes valederos ni experiencia suficiente para dar opiniones
con un grado de certeza por lo menos aceptable dentro de lo prudente.
Mientras los legisladores y tribunales luchan por mantenerse a tono
con la tecnología, la precaución y el sentido común deberían ser los
principios de guía. “Una cosa es “Universalidad de conocimientos” o
mera “informatización” para lo cual nos servimos de computadores
183
y otra diversa es “universalidad del conocimiento” que consiste en
encontrar lo verdadero y saber otorgar un sentido a lo poco que se
sepa” (Granero, 1997, pág. 4).
No es la cultura tecnológica un traspié o un impedimento para la
realización y la preservación de las culturas tradicionales, por el
contrario, es un escenario para su identificación y reconocimiento.175 El
temor por el transculturalismo o el intervencionismo cultural no depende
de la cultura tecnológica, depende de la fragilidad e inconsistencia de
los principios y de los valores fundamentales de cada una de ellas176.
Las TIC están al servicio de la cultura177, dicho de otro modo, no la
cultura al servicio de las TIC. Estas, como afirma Castells, no determinan
la sociedad, por tanto, no determinan la cultura. Igualmente, la cultura
tecnológica no prescinde de la cultura tradicional178, por el contrario, la
dimensiona a su finalidad179.
175 Wim Westera, (2005) en Beyond functionality and technocracy: creating human involvement with educational
technology. (head of educational implementation educational technology expertise centre open university of the
Netherlands, afirma que la educación es uno de los caminos más importantes en la transferencia de conocimiento entre una
cultura y otra, sin perjuicio de la utilización de la tecnología, “No solamente el conocimiento es una construcción dinámica
que cubre penetraciones avanzadas y establecidas. El desafío para la educación es resolver las necesidades continuamente
que cambian dentro de una sociedad” P. 35.
176 Raimundo Abello, Javier Páez y Claudia Dacunha (2001), en el artículo ¿Son la ciencia y la tecnología un instrumento
de desarrollo? Revista Investigación y Desarrollo de Colombia, publican los resultados de su investigación sobre los efectos de
las TIC’s en Latinoamérica, donde evidencian el atraso tecnológico y científico de esta parte del continente. Adicionalmente,
“el valor agregado a la pobreza y la miseria que se vive en el continente y una dificultad para acoplar la tecnología a la
academia. El promedio de inversión en ciencia y tecnología en Latinoamérica, de acuerdo con el PIB, no supera el 0.7%,
mientras que los países desarrollados, en promedio, invierten 1.74% de acuerdo con el PIB. En cuanto a la inversión privada,
las naciones desarrolladas se caracterizan por un sostenido y significativo incremento en este ámbito, dado que la observan
como una estrategia para alcanzar y mantener la competitividad empresarial en los mercados del mundo, los países de
América latina no tiene la misma concepción”. P. 377
177 Johnson, Pierre, (2000) en El impacto de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación
en perspectiva, Comunidad Virtual de la Gobernabilidad CGV, sostienen que “Las TIC pueden ser herramientas para
la restauración de la memoria cultural, para realizar inventarios lingüísticos, ecológicos, etc. Éste uso se opone a la
uniformación inducida por la sociedad del consumismo.” P. 4
178 Joan Francesc Fondevila G. (2000), en Cable or the Essential Tchnology to foster Intercultural Communication
in the European Broadcasting: A comparison of the European and the American Models, director de CECBLE (Centre
d´Estudis sobre el Cable) de España, en el Congreso de comunicación Barcelona 2002, sustenta a través de un estudio
comparativo entre los Estados Unidos y la Unión Europea como las redes de telecomunicaciones por cable contribuyen al
intercambio cultural de la sociedad, específicamente en los contenidos de la producción audiovisual.
179 Nuria Almirón (2002), en Sobre el progreso en una era de revolución científico-tecnológico-digital establece la finalidad
de la cultura desde el progreso de la misma, que “Para muchas personas, todos estos avances tecnológicos se traducen en
progreso. Y es entre 1750 y 1900 cuando la idea de progreso alcanza su máximo apogeo. La concepción actual de progreso
debe casi todo a este periodo. Tras la explosión informacional ocasionada por el nacimiento de la ciencia moderna en el
siglo XVII, los intelectuales del Siglo de las Luces creyeron ver en los primeros descubrimientos científicos el camino para el
perfeccionamiento máximo de la humanidad. Los hallazgos y las promesas de la ciencia otorgaron confianza ilimitada a la
razón humana para conseguir una mejora indefinida a partir de ese momento. Gracias a la razón el hombre podía vencer a
las fuerzas de la naturaleza e iniciar un camino ascendente en el que la idea de progreso ya no se desvincularía jamás, hasta
hoy, de la ciencia y sus aplicaciones técnicas” P. 7
184
2.4.3. La dinámica del determinismo tecnológico como impacto de
las TIC en la sociedad: entre la natura y la cultura
185
tecnológica específica como inevitable ni, consecuentemente,
se puede ver la historia de la tecnología como una sucesión de
pasos necesarios. La tecnología no es, en absoluto, autónoma.
Por lo que respecta a la tesis del determinismo, sin negar la
existencia obvia de efectos sociales del desarrollo tecnológico,
hoy sabemos que, por un lado, la tecnología no impacta en el
medio social como un factor externo caído del cielo y que, por
otro, la relación entre tecnología y sociedad es, en cualquier
caso, simétrica y mucho más compleja de lo que pensábamos.
La posibilidad de introducir modificaciones en una trayectoria
tecnológica siempre está presente, pero es inversamente
proporcional a la cantidad de recursos (humanos, materiales,
cognitivos, sociales, etc.) que se han invertido o asociado. Por
otra parte, de la misma forma que desde la nueva perspectiva se
critica la existencia de elementos puramente técnicos, también
se pone en duda la existencia de un ámbito de relaciones
“puramente” sociales. Toda relación social está mediada por
artefactos o elementos no-humanos —pese a que este extremo
haya sido notoriamente desatendido por los científicos sociales.”
(Puentes, 2001, pág. 8).
En ese sentido, resulta evidente que las TIC, como toda tecnología,
es un producto de la acción humana, y es un medio para el logro del fin
de la sociedad. No es acción y fin en sí misma. Por tanto, resulta natural
que la discusión conceptual sobre su determinación no sea tecnológica
sino social180; y que el debate no gire en torno a propuestas como la
Sociedad de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación.
Sin embargo, Castells no encuentra propio el concepto de
180 Manuel Castells (1999), en La Era de la Información,“no obstante, si bien la sociedad no determina la tecnología, sí
puede sofocar su desarrollo, sobre todo por medio del estado, de forma alternativa y sobre todo mediante la intervención
estatal, puede embarcarse en un proceso acelerado de modernización tecnológica, capaz de cambiar el destino de las
economías, la potencia militar y el bienestar social en unos cuantos años. En efecto, la capacidad o falta de capacidad de
las sociedades para dominar la tecnología, y en particular las que son estratégicamente decisivas en cada periodo histórico,
define en buena medida su destino, hasta el punto de que podemos decir que aunque por sí misma no determina la evolución
histórica y el cambio social, la tecnología (o su carencia) plasma la capacidad de las sociedades para transformarse, así como
los usos a los que esas sociedades, siempre en un proceso conflictivo, deciden dedicar su potencial tecnológico”. P. 33 Tomo I
186
“Sociedad de la Información”, y sustenta la pertinencia del concepto
de “Sociedad Informacional”. “El término sociedad de la información
destaca el papel de esta última en la sociedad. Pero yo, sostengo que
la información, en su sentido más amplio, es decir como comunicación
del conocimiento, ha sido fundamental en todas las sociedades (…)
En contraste, el término informacional indica en el atributo de una
forma específica de organización social en la que la generación, el
procesamiento y la transmisión de la información se convierten en
las fuentes fundamentales de la productividad y el poder, debido a las
nuevas condiciones tecnológicas que surgen en este periodo histórico.
Mi terminología trata de establecer un paralelo con la distinción entre
industria e industrial” (Castells, 2002, pág. 47).
En efecto, Castells, a lo largo de su obra La Era de la Información,
sustenta cómo en la sociedad mundial actual, y en sus diferentes
formas de clasificación económica: informacionalismo, industrialismo,
capitalismo y estatismo, la información irradia todos los escenarios
de la sociedad. La información irradia desde la estructura productiva:
política, economía, empresa, trabajador y familia; evidenciando que
la información no es un dispositivo nuevo para la sociedad humana
mientras que sí lo es la forma tecnológica de su aplicación. En este
sentido, la información se aplica para producir más información, como
el conocimiento se aplica para producir más conocimiento.
Sin embargo, la propuesta de la información, en su sentido más
amplio, comunicación del conocimiento, no se desarrolla, y queda
expuesta a la crítica constructiva. Dado que la categoría natural de
la información es una acción en proceso, y la categoría natural de la
comunicación es una acción final, y la del conocimiento es un fin; esta
afirmación supone una categoría superior de la información sobre el
conocimiento, en donde éste, una vez comunicado es información, y en
donde la comunicación se convierte en un mero medio.
Sobre el papel de la información en la sociedad, Castells dirá,
187
refiriéndose a las formas de utilización, es decir, referiéndose a la
tecnología de la información, que su carácter adquiere la dimensión
de revolución tecnológica de la información, dado que los cambios
bruscos que sufre la sociedad son producto de un intervalo “raro” de la
historia, de igual importancia que aquellos que han marcado la misma,
como la revolución industrial, la revolución francesa, etc.
En la misma línea, esta revolución tecnológica de la información,
en palabras de Melvin Kranzberg, puede expresarse como “la era de
la información ha revolucionado los elementos técnicos de la sociedad
industrial” (Citado por (Castells, 2002, pág. 55)).
En este sentido, puede evidenciarse que la revolución de la tecnología
de la información ha ocasionado una revolución en la sociedad industrial,
conformando un nuevo espacio histórico, determinado como “La Era
de la Información”. La categoría superior de era, como el espacio de
tiempo histórico, se identifica por una estructura dominante. Es el
paradigma mayor. La Sociedad de la Información, por otra parte, es la
denominación del momento concreto de las últimas décadas, tipificado
por lo que Castells ha denominado “la emergencia de la sociedad red,
como nueva estructura social dominante en la era de la información”
(Castells, 2002, pág. 24), en la presentación de la edición castellana
de su obra La era de la Información. En esta obra también se advierte
que el principal impacto de las TIC ha sido la interconexión181 de la
sociedad que ha permitido el diálogo y la comunicación de la cultura
y el conocimiento. Expresado en palabras de Almirón, “por el camino
hemos empezado a digitalizar el contenido del mundo, lo que significa
que pronto podremos acceder a todo el conocimiento acumulado por la
humanidad a través de cualquier nodo conectado a la Red planetaria en
que se ha convertido Internet” (Almiron, 2002, pág. 5).
181 Barry Wellman, y Caroline Haythornthwaite (2002), en The Internet in Everyday Life, dismitifica los aspectos
negativos asociados a la Internet que han querido validar algunos investigadores, reivindicando su papel posibilitador de
interconexión cultural, “Speculation and publications on the impact of the Internet have tended to focus on social life,
personal communication, and mass communication. Again, the content of communication in both types of channels can be
seen to be equivalent, and more effctively or attractively conveyed by the Internet, so that we should exped to find the same
sorts of changes as found for television” P. 34
188
Sobre los motivos que han dado lugar a estos cambios tecnológicos
y a sus consecuentes revoluciones, Michael Rothschild ha dicho:
“podríamos decir que la humanidad ha pasado hasta hoy por al menos
seis grandes revoluciones que se corresponden con lo que algunos han
llamado certeramente “explosiones informacionales”. Cada nuevo paso
dado por la sociedad es fruto de una información previamente adquirida
y convertida en conocimiento, y produce a su vez más información
nueva” (citado por (Almiron, 2002, pág. 3)). En esta visión, queda
evidente no solo la rareza de las revoluciones tecnológicas frente a la
larga historia de la humanidad, sino también la propuesta de Castells
sobre su denominación de “Sociedad Informacional”.
Peter Drucker, desde la óptica de la sociología de las organizaciones,
ha definido la nueva sociedad de la siguiente manera: “Y ahora nos
encontramos en otra oleada, la cuarta, cuya espoleta son la información
y la biología. Como las anteriores oleadas empresariales182, la presente
no se limita a la alta tecnología. Comprende asimismo las tecnologías
bajas y medias y el mundo de lo no tecnológico” (Drucker, 1992, pág.
369).
Igualmente, advirtió el cambio estructural en la organización del
trabajo y el papel de la información en la organización: “En 1946,
con la llegada del ordenador, la información se convirtió en principio
organizativo de la producción. Con ello se ponían las bases de una
nueva civilización” (Drucker, 1992, pág. 366).
Esta nueva civilización183 es abordada por Drucker desde la tecnología:
182 Peter Drucker (1992), en Las Nuevas Realidades, editorial Suramericana, traducción de Purificación Suárez y José
María Suárez, define las anteriores oleadas así: “La primera comenzó a mediados del siglo XVII (…) su espoleta fue
la revolución comercial; La segunda entrepreneurial comenzó en el siglo XVIII, llamada la Revolución Industrial; (…)
Después alrededor de 1870, la tercera oleada entrepreneurial fue puesta en marcha por las nuevas industrias: las primeras
no sólo en aplicar diferentes fuentes e energía, sino las que pusieron realmente en circulación productos que nunca, o
sólo en cantidades minúsculas, habían existido antes: electricidad, teléfono, electrónica, siderurgia, productos químicos y
farmacéuticos, automóviles y aviones.” P. 367
183 Ibíd. (1972), en Tecnología, Administración y Sociedad, Galve, S.A. México. describe la nueva civilización una
sociedad integrada por diferentes comunidades inmersas en diferentes épocas, edades o etapas del pensamiento, y que
sin importar ello, tienen acceso a la tecnología de información y a su debida utilización. “En todo el mundo la existencia
de la civilización tecnológica es un hecho que el hombre moderno da por descontado. Hasta los pueblos primitivos de las
selvas de Borneo o de los Altos Andes, que tal vez aún viven en la Primitiva Edad de Bronce y en chozas de lodo, como
ha sido desde hace miles de años, no necesitan que alguien le explique, cuando en la película que están viendo escuchan el
chasquido de un interruptor de luz eléctrica, ven el movimiento de levantar un auricular del teléfono, el momento en que
189
“La tecnología moderna estableció una civilización tecnológica
mundial”. El autor enfoca la finalidad natural de la tecnología como
un posible facilitador de los males de la humanidad. “La esperanza de
que la tecnología pueda llegar a desterrar de la humanidad la milenaria
maldición de la enfermedad y la muerte prematura, de la agobiante
pobreza y de la faena incesante. Y cualquier otra cosa que esto pueda
requerir, exige que la sociedad acepte una civilización enteramente
tecnológica” (Drucker, 1972, págs. 98-99).
Desde un enfoque sociológico futurista y apocalíptico, Alvin Toffler
realiza un seguimiento a los cambios estructurales posibles en una
implantación desordenada e irresponsable del poder, producto de las
visiones relativistas, liberales y positivistas de la nueva sociedad. “Nos
hallamos en el albor de la Era del Cambio del Poder. Vivimos unos
momentos en los que toda la estructura del poder que mantuvo unido
al mundo se desintegra, y otra, radicalmente diferente, a tomando
forma. Y lo está haciendo en todos y cada uno de los niveles en que
habíamos estratificado la sociedad humana” (Toffler, 1997, pág. 25).
Toffler denunciará la intromisión del poder político y estatal en todos
los ámbitos sociales, realizando un recorrido por la información, la
tecnología y el conocimiento 184
El mismo Toffler, refiriéndose al “motor tecnológico” de nuestro
tiempo, advierte sobre los rápidos cambios que la tecnología podría
ocasionar en la sociedad, limitando las posibilidades de adaptación de
algunas economías nacionales. A estos cambios rápidos y vertiginosos
los llamará “Shock del Futuro”185. También afirmará: “Detrás de estos
prodigiosos hechos económicos se oculta el rugiente y poderoso motor
del cambio: la tecnología. Con esto, no quiero decir que la tecnología
184 Alvin Toffler (1997), en El Cambio del Poder , Plaza y Janes, Barcelona, describe y tipifica la agenda de la información
en los estados “El orden del día de la información”, P. 371-380, “El poder de la red” P.p. 150-160, “Conocimiento una
riqueza hecha de símbolos” P.p. 87-95.
185 Alvin Toffler (1971) Barcelona Plaza y Janes, en El Shock del Futuro, analiza los cambios extremos a los que se
abocaba la nueva sociedad en todos sus ambientes, desde el individuo, la familia, la organización y la estructura política
de los estados.
190
sea la única fuente para el cambio en la sociedad. Las conmociones
sociales pueden ser provocadas por una transformación de la
composición química de la atmósfera, por alteraciones del clima, por
variaciones en la fertilidad y por otros muchos factores. Sin embargo,
la tecnología es, indiscutiblemente, una fuerza importante entre las que
promueven el impulso acelerador” (Toffler, 1971, pág. 39).
Como consecuencia del análisis sociológico formulará “La Tercera
Ola”,186 entendida como el determinismo del momento histórico de la
sociedad actual. “La tercera ola sostiene que una civilización hace uso
también de ciertos procesos y principios y que desarrolla su propia
súper ideología para explicar la realidad y para justificar su existencia”
(Toffler, 1980, pág. 20). Y, especificará su significado: “La tercera ola
trae consigo una firma de vida auténticamente nueva basada en fuentes
de energía diversificadas y renovables; en métodos de producción que
hacen resultar anticuadas las cadenas de montaje de la mayor parte de las
fábricas; en nuevas familias no nucleares; en una nueva institución, que
se podría denominar el hogar electrónico; y en escuelas y corporaciones
del futuro radicalmente modificadas” (Toffler, 1980, pág. 26).
Por su parte, Marshall McLuhan, desde la esfera de la comunicación,
analiza el papel de los medios de comunicación masiva en la
sociedad y como estos determinan la naturaleza interactiva entre los
productores y los consumidores. Encuentra una estrecha relación
entre el medio y el mensaje, evidenciado por la estructura del poder
mediático en las audiencias. La descripción analítica realizada en sus
investigaciones aportó el concepto de “aldea global” como alcance
sociológico del impacto de los medios en la comunicación mundial,
facilitando la integración de los pueblos a través de las tecnologías de
comunicaciones187. “The Chinese, Japanese, Koreans, Arabs, Lebanese,
186 Alvin Toffler (1980) Barcelona Plaza y Janes en La Tercera Ola, amplía su concepción sobre los cambios
estructurales de la sociedad debido al avance del conocimiento y de la tecnología, atacando las estructuras naturales de las
diferentes identidades y entidades sociales.
187 Marshall McLuhan (1989), en The Global Village: transformations in word life and media in the XXI century,
emplea el concepto de Era de la Información, para referirse al desarrollo tecnológico originado en Silicon Valley con
destino a las diferentes áreas de la economía estadounidense con aplicación mundial “ In the information age, however,
191
mexicans, Central Americans, and Indians who are washing up on U.S.
shores by the thousands, legally and illegally, Will be well served by the
new Technologies. Hundred channel cable systems will be divided up
by culture and language” (McLuhan, 1989, pág. 85).
En la misma línea de análisis de los medios tecnológicos,
Nicholas Negroponte propone el concepto postinformacional188 para
determinar el momento histórico de la sociedad actual: “La Era de la
Postinformación”. Sustenta que la era de la información ya ha pasado
y ha dado lugar a un nuevo concepto de sociedad y de individuo, en
donde lo más importante y determinante es la extrapolación social.
“En la era de la postinformación, a menudo tenemos un público
unipersonal. Todo se hace a pedido y la información está personalizada
al máximo. Una suposición muy difundida es que la individualización
es la extrapolación de la sectorización: se va de un grupo grande a un
grupo más pequeño y de ahí a otro más pequeño aún. Hasta que, por
último, el destinatario es un solo individuo” (Negroponte, 1995, pág.
168).
Sobre los límites o el fin de la sociedad postindustrial y el surgimiento
de una nueva sociedad, Daniel Bell encontrará, como determinantes en
su configuración, el conocimiento y la tecnología, dados los indicadores
de crecimiento exponencial en el mundo de ambos fenómenos sociales:
“En los últimos años nos hemos acostumbrado a la afirmación de que la
cantidad de conocimiento se incrementa según un índice exponencial”.
Sobre la tecnología, dirá: “las revoluciones en el transporte y en la
comunicación, como consecuencia de la tecnología, han creado nuevas
we shall see whole regions devoted to a balancing combination of industries in the same sense that “Silicon Valley”, south
of San Francisco, is keyed to all the products of photonics and microelectronics and the Orlando area resolves around the
transportation, travel, and tourism complex of Disney Word.”. P. 89 Oxford University Press, New York.
188 Nicholas Negroponte, (1995), en ser digital, sustenta que la sociedad postindustrial es la misma era de la
información, y que realmente vivimos una era de postinformación, “La etapa de transición entre la era industrial y la
postindustrial o era de la información, ha sido discutida tanto y durante tanto tiempo, que no hemos dado cuenta de que
estemos pasando a la era de la postinformación. La era industrial, básicamente era una de átomos, nos legó el concepto de
la producción en masa, con economías basadas en a producción realizada con métodos uniformes y repetitivos, en cualquier
espacio y tiempo dado. La era de la información, la era de las computadoras, nos mostró la misma economía de escala, pero
con menor énfasis en el espacio y en el tiempo. Y en el futuro, la fabricación de bits podría llegar a realizarse en cualquier
lugar, en cualquier momento y permitiría, por ejemplo, moverse con toda libertad entre los mercados bursátiles de Nueva
York, Londres y Tokio como si fueran tres máquinas adyacentes.” P. 167 Editorial Atlántida, Buenos Aires.
192
interdependencias económicas y nuevas interacciones sociales. Se han
formado nuevas redes de relaciones sociales (de forma preeminente el
paso del parentesco a los lazos ocupacionales y profesionales); nuevas
identidades, físicas y sociales, se convierten en la matriz de la acción
humana” (Bell, 1986, págs. 208, 222).
Sobre el componente de la tecnología, Bell centrará su análisis
en lo que llamará “la tecnología intelectual”: el computador. “Lo
característico de la nueva tecnología intelectual es el esfuerzo por
definir una acción racional e identificar los medios para llevarla a cabo”.
En su propuesta analítica, encontrará una fusión entre conocimiento y
desarrollo tecnológico. Esta fusión, según el autor, se puede ver en
diferentes momentos de la sociedad, sin embargo, nunca como ahora,
esta fusión ha crecido de manera exponencial tipificando una nueva
sociedad, la sociedad del conocimiento, con un motor evidente, la
tecnología intelectual (Bell, 1986, págs. 48-49).
Daniel Bell, en El advenimiento de la sociedad post-industrial,
cita a Robert Lane como el autor del concepto de “Sociedad del
Conocimiento”. Lane define: “Como primera aproximación a una
definición, la sociedad dedicada al conocimiento es aquella en la que,
en mayor grado que otras sociedades, sus miembros: a) investigan
las bases sobre sus creencias sobre el hombre, la naturaleza y la
sociedad; b) se guían, tal vez (inconcientemente) por normas objetivas
de verificación y, en la educación superior, siguen reglas científicas
de comprobación y de deducción en la investigación; c) dedican
importantes recursos a esa investigación, y cuentan por tanto con una
amplia reserva de conocimiento ; d) acumulan, organizan e interpretan
el conocimiento en un esfuerzo constante para sacar consecuencias
de utilidad inmediata; e) emplean ese conocimiento para iluminar (y
quizá modificar ) sus valores y metas, así como para avanzar en ellos.
Lo mismo que la sociedad democrática se fundamenta en relaciones
intergubernamentales e interpersonales, y la sociedad opulenta en la
193
economía, así también la sociedad dedicada al conocimiento tiene sus
raíces en la epistemología y la lógica de la investigación” (Bell, 1976,
pág. 207).
La suma de tendencias universales de comportamiento social
con injerencia directa de la tecnología produjo una nueva visión
para entender los hilos comunes de la nueva sociedad, en donde la
política, la economía, las comunicaciones y la cultura se masificaron
y mundializaron, encontrando una nueva manera de describir el
mundo: la globalización189. Así lo afirma Tapscott: “en la dialéctica del
desarrollo actual del capitalismo, consideramos las comunicaciones y
las tecnologías de la información como el corazón de la globalización.
Por un lado, porque la convergencia tecnológica ha transformado a las
comunicaciones en una industria que integra computación -hardware,
software, servicios (Romero P. , 2007, págs. 44-45); comunicaciones
(telefonía, cable, satélites) y contenidos (publicaciones, entretenimiento,
publicidad), dando lugar al llamado sector “ Multimedia Interactiva”
que, como señalo “es el motor de la nueva economía” (Tapscott, 1995,
pág. 209).
Frente a este debate teórico sobre el concepto de sociedad actual
y, específicamente, sobre el conceto de sociedad de la información190,
Castells dirá: “confundidos por la escala y el alcance del cambio
histórico, la cultura y el pensamiento de nuestro tiempo abrazan con
frecuencia un nuevo milenarismo. Los profetas de la tecnología predican
una nueva era, extrapolando las tendencias y organizaciones sociales
la lógica apenas comprendida de los ordenadores y el ADN. La cultura
189 Catherine Mann, L., (2004), en This is Bangaore calling: hang up. What technology.enable international trade in
services U.S. Economy and Workforces. Federal Reserve Bank of Cleveland. Research Department. P.O. Ebsco- Academia-
Search Premie, sustenta como la globalización trae consigo problemas asociados a las TIC, “La tecnología y el comercio
se han vuelto tan interdependientes y se esfuerzan tanto entre sí, que es difícil separarlos. Ambos conllevan a una profunda
integración global y al aumento de la circulación de productos y servicios, lo que produce mayores ganancias a los negocios
internacionales.” P.p. 1-2
190 Manuel Castells, (1999), en La Era de La Información, amplifica y esclarece las condiciones para una sociedad de
la información, el autor resalta los “Rasgos que constituyen el núcleo del paradigma de la tecnología de la Información.
Tomados en Conjunto, constituyen la base material de la sociedad de la Información” Las características son: tecnología para
actuar sobre la información. La capacidad de penetración de los efectos de la nuevas tecnologías; La lógica de interconexión;
La flexibilidad; La convergencia creciente de tecnologías específicas en un sistema altamente integrado. P. 88
194
y la teoría posmodernas se recrean en celebrar el fin de la historia y,
en cierta medida, el fin de la razón, rindiendo nuestra capacidad de
comprender y halar sentido, incluso al disparate. La asunción implícita
es la aceptación de la plena individualización de la conducta y de la
impotencia de la sociedad sobre su destino” (Castells, 2002, pág. 30).
Esta afirmación castellslariana, a manera de conclusión categórica,
podría explicarse desde la historiografía de la ciencia y de las
revoluciones científicas de Thomas Khun: “Guiados por un nuevo
paradigma, los científicos adoptan nuevos instrumentos y buscan
en lugares nuevos. Lo que todavía es más importante, durante las
revoluciones los científicos ven cosas nuevas y diferentes al mirar con
instrumentos conocidos y en lugares en los que ya habían buscado
antes. Es algo así como si la comunidad profesional fuera transportada
repentinamente a otro planeta, donde los objetos familiares se ven bajo
una luz diferente y además, se les unen otros objetos desconocidos”
(Khun, 1992, pág. 176).
Sin embargo, es necesaria la alerta de los estudiosos sobre este
debate teórico que encuentra con regularidad divergencias estériles
frente a la confusión de conceptos, expresados sin ninguna prevención
y juicio por quienes intentan su estudio. Así se evidencia en la siguiente
afirmación: “Hablamos especialmente de Internet porque es la madre
de todas las sociedades de la información, no de las académicas, sino
de las políticas y técnicas, de las que hoy por hoy entendemos como
tales, y no por cuestiones solo atribuibles a la tecnología, más bien
por el rediseño, y la consiguiente expansión, modificación y general
alteración de las posibilidades de comunicación y de relaciones sociales
y humanas” (Villanueva, 2004, pág. 74).
195
2.4.4. La dinámica de los impactos de las TIC en la empresa
196
electrónica como servicios públicos en línea; el impulso a la integración
de las TIC a la empresa (aplicación y contenidos, asesoramiento
y formación, y gestión de trámites a las PYMES). Sobre el papel
de las TIC en las relaciones laborales, los autores recomiendan el
involucramiento de las negociaciones colectivas como organizaciones
dinamizadas de las relaciones laborales respecto a la potenciación de
participación de las políticas nacionales y regionales sobre la sociedad
de la información; el aprovechamiento de los acuerdos interconfederales
como escenarios de discusión que tengan en cuenta la regulación del
uso de las TIC en la empresa; el fomento, la anticipación y la gestión
del cambio tecnológico, orientaciones sobre la incidencia de las TIC en
el empleo, clasificación profesional, formación, promoción, retribución
o salario laboral, constitución de redes nacionales o europeas, para el
intercambio de experiencias y la formulación de recomendaciones al
respecto (Aragón, Bobino, & Rocha, 2004, págs. 199-200).
Seguidamente, el informe recomienda, respecto a los agentes sociales
a nivel sectorial, que se debería potenciar los observatorios laborales
que permitan analizar los cambios tecnológicos y sus incidencias.
En relación con la información, la consulta, la participación y la
negociación, recomienda la constitución de un modelo dinámico del
estado más allá de la legislación, que permita mejorar la productividad
mediante el uso de las TIC. Respecto a la formación profesional en
relación con las nuevas formas y la organización del trabajo, se
recomienda reforzar los sistemas de aprendizaje para mejorar las
competencias de los trabajadores cada vez más determinadas por el uso
de las TIC y que fueron consagradas en el acuerdo firmado en el año
2002 en la Unión Europea por las organizaciones sindicales europeas
(CES, UNICE, CEEP), en la línea de las directrices del Observatorio
Europeo de Tecnología de Información (Aragón, Bobino, & Rocha,
2004, págs. 203-204).
Por otra parte, frente al teletrabajo, se recomienda la pronta
197
adaptación al escenario español del Acuerdo Marco Europeo del
Teletrabajo. Con respecto de la contractualización de las condiciones
laborales, a falta una norma específica que la precise, y frente a la salud
laboral, se recomienda el monitoreo de una nueva “nocividad” de las
TIC, que se fundamente en factores físicos, químicos y biológicos,
expresados en riesgos de seguridad electrónica, ergonomía visual, y
factores psicosociales como aislamiento, ritmo de trabajo, claridad de
las tareas y los procesos, y horarios de trabajo de interferencia familiar.
En cuanto al tiempo de trabajo, se indica la incidencia sobre el mismo,
la presencialidad y el trabajo efectivo, y se recomienda la flexibilización
del trabajo en coherencia con la armonización de la vida laboral y la
vida familiar. Sobre el empleo, la subcontratación y la externalización,
el informe recomienda la recualificación de los trabajadores con
miras a la reubicación laboral; esto no implica una disminución de las
plantillas, evitando la terminación de los contratos laborales. También
se recomienda compatibilizar las demandas de flexibilización de las
nuevas formas de trabajo con las exigencias de seguridad laboral de los
empleados. Finalmente, frente al ámbito relacional de los empleados, el
informe dicta que es necesario formular normas de control, inspiradas
en la dignidad y en la intimidad de las personas frente al uso de las TIC
(Aragón, Bobino, & Rocha, 2004, págs. 198-208).
En esta línea, los pronósticos de Turnage, en el Department of
Psychology, University of Central Florida, sobre los impactos de las
nuevas tecnologías en el lugar de trabajo de los empleados y en el
marco de la gestión humana para la productividad, determinarán que la
innovación tecnológica no mejorará la calidad del trabajo y, por tanto,
no mejorará la productividad nacional de los EEUU. Esta apreciación la
publicará en el artículo “The Challenge of New Workplace Technology
for Psychology” en el American Psychologist. En las conclusiones se
advierte que “en el lugar de trabajo, la tecnología no puede garantizar
una mayor productividad” a pesar de los múltiples ejemplos que
demuestran el aumento de la misma (Turnage, 1990, pág. 177). En este
198
sentido, se han desarrollado dos posiciones al respecto: la pesimista y
la optimista. En la línea pesimista, se puede ver (Braverman, 1974),
(Solow, 1987), (Brod, 1988), (Buchanan & Boddy, 1982); en la línea
optimista, en cambio, a (Campbell, 1983, págs. 6-10), (Campbell &
Campbell, 1988), (Cohen, 1984, págs. 127-136), (Davis, 1986), (Ettlie,
1986, págs. 135-144), (McGukin, Strietweiser, & Doms, 1998), (Milana
& Zeli, 2001), (Baldwin & Sabourin, 2001), (Belzunegui, 2002).
Autores de mayor moderación sostienen que las nuevas tecnologías
de información a menudo fracasan porque los ingenieros de sistemas
ignoran la complejidad psicológica del empleado y las dinámicas
del cambio organizacional y de la innovación: “La transferencia y la
innovación es un proceso humano, no sólo de carácter técnico”; así lo
demostró Diamond (1993), de la University of Missouri, Columbia, en
sus investigaciones en el gobierno, publicadas en el artículo “Innovation
and Diffusion of Technology. A Human Process” (Diamond, 1996, pág.
228).
Entre algunos de los investigadores de esta línea se encuentran
(Hirschhorn, 1988), (Schwartz, 1990), (Turkle, 1984), (Crafts, 2001),
(Triplett, 1999). Estos últimos profundizaron en la “paradoja de la
productividad de la tecnología”, planteada por el premio nobel de
economía Robert Solow, al final de la década de los años 80. En estos
años, recién se habían incorporado los computadores a los procesos
productivos de las empresas, de modo que Slow sostenía que mientras
las empresas invertían en computadoras, con el ánimo de aumentar
la productividad, no era posible lograrlo, dada la imposibilidad
de establecer una medición real de la información y del aumento
productivo de las empresas, a pesar de su enorme difusión en todo el
mundo (Triplett, 1999, págs. 310-333).
Triplett ordenó la discusión tomando como puntos críticos lo
siguiente: la medición de las TIC son difíciles de cuantificar, puesto que
los sistemas nacionales de estadísticas no cuentan con metodologías
199
que determinen el nivel de productividad de TIC ni la evidencia real
de sus aportes, considerando que estos son, principalmente, de carácter
intangible; los beneficios derivados de las TIC en las empresas como la
optimización y la flexibilización de nuevas formas organizativas no son
homogéneas en todas ellas, y resultaun proceso lento y dispendioso;
los beneficios de las TIC en la empresa no serían tan evidentes si se
considera los costos de adaptación y de mantenimiento que esta debe
contabilizar permanente (Triplett, 1999, págs. 309-333).
Adicionalmente, los estudios de Greenan, Mairess & Toipol-Bansaid,
(Greenan, Mairess, & Toipol-Bansaid, 2001), determinaron una mayor
probabilidad de mejora en los efectos de las TIC en la empresa cuando
estas son acompañadas de procesos estructurales de innovación
que permiten articular y dinamizar los cambios organizacionales en
conjunto.
Otro estudio en el campo de la flexibilización del trabajo y el
teletrabajo es el de (Belzunegui, 2002), publicado por el Consejo
Económico y Social. Belzunegui determina los impactos positivos,
observados en la última década, de las TIC en la empresa: la posibilidad
de acumulación de datos que ha permitido generar los llamados bancos
de datos; el aumento de la productividad y la calidad en procesos y
productos de la industria; la optimización y el ahorro de los costos
de producción; la disminución de tiempo de tenencia del capital,
aumentando la reproducción; la creación de redes de información en
clientes y proveedores que ha permidito optimizar la administración
de la producción y los stock, reduciendo los costos de almacenamiento
y de inventarios; la complementariedad del modelo de economía a
escala con el modelo de economía de ámbito, la cual permite producir
pequeñas series para públicos masivos, personalizando la producción;
y la evolución a organizaciones horizontales.
Por su parte, desde una mirada alentadora del impacto de las TIC en
la empresa, Baldwin y Sabourin (Baldwin & Sabourin, 2001) realizaron
200
un estudio longitudinal comparativo de las empresas canadiense
que adoptaron las TIC y las que no, entre los años 1988 y 1997. Las
conclusiones del estudio determinaron que la competitividad ofrecida
por las TIC a la empresa mejoró de tal manera que aquellas que no
lo hicieron desaparecieron del mercado; las empresas que adoptaron
las TIC tuvieron que someterse a cambios organizacionales acelerados
que, en última instancia, produjeron mejores resultados operativos;
el éxito productivo de algunas empresas es posible asociarlo a la
utilización de las TIC; la adopción de las TIC puede asociarse al
aumento de la productividad general de la empresa, el aumento del
trabajo, y de la participación en el mercado sectorial de cada una de
ellas. Corroboraron, además, una de sus hipótesis planteadas en 1995:
“la adopción de las TIC es una de las claves para el crecimiento”,
(Baldwin & Diverty, 1995). Así las TIC estuvieron asociadas a las
mejoras en la productividad del trabajo.
Además, encontraron que las TIC, en los procesos de fabricación,
permiten la precisión en las diferentes etapas del proceso productivo y
la acumulación de información útil para el seguimiento, la evaluación
y el control de resultados, permitiendo, de esta manera, el crecimiento
de las empresas. Se logró, también, la efectiva interacción entre las
capacidades humanas y los recursos de las máquinas, formulando
nuevas competencias cognitivas y habilidades físicas humanas. Sin
embargo, los autores advierten que estos efectos no son siempre
efectivos dado que dependen de las habilidades de cada una de las
empresas, de sus estrategias de desarrollo y de la capacidad de sus
trabajadores. Igualmente, precisan que la tecnología es un componente
del éxito, pero que no lo es todo. Otros investigadores en línea con este
enfoque son Atrostic y Gates (Atrostic & Gates, 2001).
Por su parte, las TIC han permitido dimensionar la capacidad de
mejoramiento del trabajo, (Piva & Vivarelli, 2005), y la formulación
de una nueva noción relacional de la empresa con el trabajador, en
201
donde ésta encuentra factible y favorable la aceptación de un ambiente
de teletrabajadores para el desarrollo de sus actividades operacionales.
Por otra parte, algunos autores evidencian los impactos desde su
estructura organizacional y funcional hasta el ejercicio del trabajo y del
empleado191. En el primer caso, se ha denominado a la organización,
en su máxima expresión de adopción de las TIC: la empresa red.192 En
el segundo, la manifestación de eficiencia del trabajador y su trabajo
en un escenario de distancia física: el teletrabajo. Castells identificará
la empresa red en el marco de la sociedad red, frente a la tercera
característica de la sociedad informacional, de la siguiente manera: “…
La tercera característica es que funciona en red. Y esto es relativamente
nuevo: que las redes, son las redes del trabajo. Las redes empresariales
es un término antiguo. Lo que ha cambiado con las redes también es la
tecnología” (Castells, 1999, pág. 3).
En estas dos dimensiones es evidente el papel de las TIC en el
avance de la empresa en la carrera por la optimización de recursos
operativos193: físicos, financieros y humanos194; en el crecimiento
191 Michael Shallis (1986), en El ídolo del silicio “El tratamiento de la información se asocia a menudo con la denominada
revolución de la oficina, causada por la progresiva invasión de todo tipo de oficinas por maquinaria controlada por chips.
El procesador de textos está sustituyendo a la máquina de escribir convencional y el sistema de archivos y, por tanto, a los
mecanógrafos y administrativos.” P. 72
192 Félix Cuesta Fernández (1998), en La Empresa Virtual: La estructura Cosmos. Soluciones e Instrumentos de
Transformación, identificará a esta nueva organización desde “la Estructura Cosmos”, evidenciando que a pesar de la
incorporación tecnológica la organización no abandona su naturaleza, “Podemos definir el modelo Cosmos como una
estructura basada en tres grupos de funciones, con diferentes grupos de personas, con diferente nivel de involucración en el
proyecto, con diferentes expectativas y con un modelo de gestión basado en la cooperación, la confianza y la excelencia.”
P. 118
193 Noel D. Uri (2001), en el artículo “Technical Efficiency, Allocative Efficiency And The Implementation of A Price
Cap Plan In Telecommunications In The United States”, propone la creación de un modelo matemático llamado análisis de
envolvimiento de datos DEA (por sus siglas en inglés), con el fin de hacer una regulación incentiva en las organizaciones
norteamericanas a través de un modelo de precio estándar que reduzca los costos operaciones de las organizaciones. En
él, se evidencia en un aspecto, el afán corporativo de las organizaciones por optimizar los recursos “Incentive regulation
is typically defined as the implementation of rules that encourage a regulated firm to achieve desired goals by granting
some, but not complete discretion to the firm. Three aspects of this definition of incentive regulation are important. First,
regulatory goals must be clearly specified before incentive regulation is designed. The properties of the best incentive
regulation plan will vary according to the goals the plan is designed to achieve. Second, the regulated firm is granted some
discretion under incentive regulation. For example, while the firm may be rewarded for reducing its operating costs, it is not
told precisely how to reduce these costs. Third, the regulator imposes some restrictions on relevant activities or outcomes
under incentive regulation (Baron, 1991, and Bernstein and Sappington, 1999)”. P.p. 166-167
194 Manuel Castells (1998), en Globalización, tecnología, trabajo, empleo y empresa –relata cómo se ha transformado el
orden económico y tecnológico en la actualidad. Además, habla de las incidencias que éstos han tenido en la sociedad, a nivel
de información. Parte de conceptos económicos para caracterizar la economía en informacional, global y funcionaria en red;
sin embargo, enfatiza en la primera. Además, resalta las dos características fundamentales de la economía: la productividad
y la competitividad. Castells afirma que “Información y conocimiento son las variables decisivas en la productividad y en
la competitividad. No quiero decir que el capital no cuente. Si que es importante. Pero con conocimiento y tecnología y sin
202
económico: consolidación y ampliación de mercados; y en el desarrollo
social: innovación, conocimiento y responsabilidad.195 Sin embargo,
como lo advierte Macau, esta constante tiene sus limitaciones. “El uso
masivo de las TIC en el funcionamiento diario de las organizaciones
se ha generalizado. La capacidad de definición y gestión de una
estrategia TIC acorde con los objetivos y la estructura organizativa
de una institución se ha transformado en una obligación inexcusable
para su personal directivo. Éste se enfrenta a una tarea para la que
no ha recibido suficiente formación, y la adquirida en su experiencia
profesional es generalmente contradictoria” (Macau, 2004, pág. 1).
Con el ánimo de procupar la mejor comprensión de los impactos de
las TIC en la empresa, se ordenan a través de una serie de escenarios
observables las situaciones frecuentes de la relación TIC-empresa red-
teletrabajo.
En primera instancia, se encuentra la posibilidad que ofrecen las
TIC para reinterpretar el espacio y el tiempo de desarrollo de las tareas
de los trabajadores. Se advierte la tendencia de una nueva estructura
del trabajo global, (Gregersen & Black, 1996, págs. 209-229),
(Gregersen & Black, 1992, págs. 65-90), donde, sustancialmente, va
cambiando el modelo del empleado directo, dada la proliferación de
sistemas de outsoursing, de subcontratación de empleados a tiempo
parcial (Robertson & Verona, 2003, págs. 70-94), y dada la expansión
de los lenguajes del teletrabajo donde el trabajador puede realizar sus
tareas a través de Internet y de los sistemas de telefonía móvil celular
y satelital196. En palabras de Castells, “…lo que sí hay son impactos
capital, se puede llegar a generar bastante capital, y sino que se lo pregunten a Bill Gates. “P. 1
195 Juan Paullier (2004), en TIC para el desarrollo: un nuevo enfoque a partir de los objetivos del milenio, Instituto del
tercer mundo, CHOIKE, analiza la relación desarrollo-TIC desde los Objetivos del Milenio trazados por la ONU para los
países en vía de desarrollo. “Uno de los puntos contenidos en el último objetivo – promover el desarrollo de las naciones
más pobres- alude, precisamente, a asegurar que los beneficios provistos por las nuevas tecnologías, en particular las TICs,
estén disponible para toda la población.” P. 1
196 Manuel E. Sosa, Steven D. Eppinger, Michael Pich, David G. McKendrick y Suzanne K. Stout, en su artículo Factors
That Influence Technical Communication in Distributed Product Development: An Empirical Study in the Telecommunications
Industry, observan la incidencia de la variable telecomunicaciones en las áreas de las organizaciones encargadas del
desarrollo de productos mediante el intercambio de información en grupos de trabajos dispersos geográficamente con
lazos de compatibilidad entre los empleados, donde proponen criterios generales para la elección de medios electrónicos
de comunicación. “Under the information processing perspective, organizations are open systems that must process
203
muy importantes sobre el tipo de trabajo, el tipo de relaciones laborales
derivados de este nuevo modelo, que es el modelo que está difundido
a nivel mundial. Es, sobre todo, la flexibilidad estructuralmente
determinada de la fuerza de trabajo y de la relación trabajador-
empresa. Todos los argumentos que os he presentado antes apuntan
hacia lo mismo, al hecho de que las empresas tienen la capacidad y
la necesidad, a través de la competitividad, de emplear trabajadores
de distintas formas, en distintos tiempos, con distintas situaciones
laborales” (Castells, 1998, pág. 9).
Esta tendencia evidencia un impacto laboral que puede expresarse en
la disminución de la planta de trabajadores que atienden las diferentes
tareas y funciones de la empresa197. El nuevo concepto de teletrabajo
requiere del consenso de los empleados y de la empresa198. En la
sociedad tradicional, industrial y postindustrial, la empresa requería
de la presencia física del trabajador. En la sociedad informacional,
esta condición es posible que se limite a su mínima expresión,
dejando abierta la posibilidad de realizar con total flexibilidad el
trabajo intelectual de los empleados en cualquier lugar del planeta.
Sin embargo, esta situación, provechosa y beneficiosa para la empresa
puede generar sus propios impactos, (Brynjolfsson & Hitt, 2000, págs.
23-48). El más evidente es el choque que genera el trabajo de la oficina
information, but have limited capacity to do so. Product development organizations transform a set of inputs (e.g., customer
needs, product strategy, manufacturing constraints) into a set of outputs (e.g., product design, production plans). This
typically requires that members of a product development team communicate with others, either within or outside the
development team, in order to accomplish their development activities. Thus, communication becomes an important
factor of R&D performance As De Meyer noted, One of the most important productivity problems in R&D is stimulating
communication among researchers.” P. 46
197 Adela D´Alós-Moner, (2003), en Oportunidades para los profesionales de la Información, se advierte la explosión de un
nuevo campo para la generación de empleo: los profesionales de la Información, tendencia que equilibraría la disminución
de empleos en algunos sectores de la organización principalmente en la realización de tareas repetitivas, “Por un lado, la
formación en las tecnologías de la información no llega a todas las capas de la población y sería preciso fomentarla más
en las escuelas y entre la población de mediana edad, con mucha vida laboral por delante. Por otro, las organizaciones y la
Administración pública en particular, con un sistema anquilosado y poco innovador, no ayudan a garantizar la igualdad de
acceso a la información. En esta nueva sociedad del conocimiento, en que el capital intelectual desempeña un papel clave,
la Red gana poder día a día y los cambios se suceden de forma más rápida, los profesionales de la información tienen unos
nuevos ámbitos de trabajo, con unas funciones que han pasado de la catalogación de documentos a la consultoría en las
empresas, gestionando las tecnologías de la información con el fin de ahorrar tiempo.” P. 1
198 Hortolano, José Manuel R., (1999), en El impacto social de las nuevas tecnologías de la comunicación, revista
Latina de Comunicación Social, reflexiona sobre el diálogo que debe darse entre la empresa y el trabajador, “La sociedad
se ve sometida a una verdadera encrucijada al intentar adaptarse al impacto de nuevos artilugios y técnicas desconocidas
hace tan solo unos años. Del mismo modo, aquellas empresas que no sepan adaptarse a la nueva coyuntura perecerán por
perdida de competitividad.” P. 2
204
llevado a casa199 que, en principio, con la flexibilización del espacio
virtual, puede parecer provechoso, dado el aumento del tiempo que se
podría pasar en familia, (Osterman, 1995).
Este tiempo puede pasar de ser mínimo a ser máximo, una
extrapolación situacional que conlleva ciertos riesgos. Al respecto, se
evidencia la planeación de una de agenda de trabajo, lo que obliga a tener
una agenda de atención de los miembros de la familia, determinando así
una presencia con características de no presencialidad. Esto significa
que la presencia del nuevo trabajador casero es cuestionada, ¿está o no
está?, y si está es como si no estuviera. Estos posibles impactos pueden
vulnerar el núcleo familiar, que podría afectarse sustancialmente por
los nuevos lenguajes del teletrabajo200.
Como factor adicional, se presenta la tendencia del desligamiento del
compromiso del empleado con la empresa, dada la dualidad patronal,
(Gregersen & Black, 1992). Esto es, un escenario en donde existe la
empresa que emplea directamente al trabajador y que lo asigna a una
empresa tercera y que, además, tiene la responsabilidad de formar y
estimular el compromiso de los trabajadores hacia las organizaciones
en donde desempeñan su trabajo. Es una empresa que media entre la
efectividad de su servicio prestado, la eficiencia de sus empleados
en relación con el trabajo realizado en la empresa contratante, y el
compromiso que se ordena al trabajador.
Esta nueva figura de patrono no parece clara para el trabajador
tradicional como quiera que las relaciones laborales y profesionales
199 Antonio Colom Morgues (2004), en Innovación organizacional y domesticación de Internet, las tic en el mundo
rural, con nuevas utilidades colectivas y sociales. La figura del telecentro y el teletrabajo, explica como los teletrabajadores
pueden agruparse en telecentros para desarrollar sus actividades operativas, como alternativa a la subcontratación de
outsoursing de las tareas no sustanciales de la organización, “Una aplicabilidad de los Tele-Centros bien apreciada por los
expertos es la de centro de tele-trabajo o punto de actividad para el público en general en tareas de búsqueda de información
y comunicación, y como punto de recursos tecnológicos para tele-trabajadores y emprendedores o empresarios. Tareas
de profesionales liberales, subcontratación de tareas y servicios administrativos (como gestión de nóminas, contabilidad,
gestión de facturación, secretaría, etc.) pueden ser objeto de actividad en el centro de tele-trabajo. P. 100
200 Manuel Castells, (1998), en Globalización, tecnología, trabajo, empleo y empresa, concluye que “el nuevo tipo de
trabajador puede ser autoprogramable - redefine sus capacidades – o es trabajador genérico, que puede ser reemplazado por
una máquina; éstas son divisiones tecnológicas. También se comprueba, a través de datos empíricos, que no hay relación
entre tecnología y pérdida de empleo, ni tampoco que las nuevas tecnologías crean más empleo.” P. 9
205
tradicionalmente hayan sido asumidas y manejadas por la empresa
que directamente contrataba al empleado. En la nueva relación, este
proceso es asumido por las dos partes: la relación laboral por la empresa
administradora de personal y la relación profesional por la empresa de
destino que contrató los servicios a la empresa administradora, (Castells
& Aoyama, 1994, págs. 5-33). Esta división de relaciones, al parecer,
alivia los temores de despido que tradicionalmente se presentaban en
una empresa, en donde la desvinculación en gran medida dependía del
desempeño del trabajador. En la nueva situación relacional, el empleado
puede ser reubicado en otras organizaciones mediante la figura del
outplacement, donde el beneficio pueda ser mutuo y equitativo (Cuesta,
1998, pág. 177).
Sin embargo, la caracterización de la nueva relación requiere
igualmente de una competencia del empleado en el uso y el
aprovechamiento de las TIC, ya que estas le permiten la adaptación a
nuevos trabajos y a nuevos equipos preestablecidos, (Ichniowski, Shaw,
& Prennushi, 1997, págs. 291-313). Andrade resalta la importancia de
este aspecto: “En la actualidad casi toda empresa estatal o privada,
universidad o escuela, tienen computadoras. El uso de escritos está
quedando en desuso. Se ha logrado un desarrollo tal, que se ha establecido
que la persona que no sabe computación es la persona analfabeta del
siglo XXI. Sin embargo, también existe una segunda analfabetización:
no dominar el hipertexto. Este individuo se describiría como alguien
que no comprende la nueva forma de escribir y entender la realidad, en
otras palabras, alguien que no domina el lenguaje de la informática y la
tecnología” (Andrade L. , 2005, pág. 43).
En consecuencia, este nuevo concepto de trabajador se ve
impactado por las TIC en su compromiso profesional, de acuerdo a
lo que tradicionalmente la empresa espera del empleado – un trabajo
eficiente de acuerdo a sus competencias – a través de una relación
profesional. Esta relación se construye procurando la identificación
206
total del empleado con su empresa o patrono, viviendo la misión, el
compromiso, el logro de objetivos etc. Si esta relación, como se advirtió
anteriormente, se ataca de raíz, es posible que el empleado se pregunte
permanentemente: ¿con quién o con quiénes me identifico?, ¿cuál es mi
grado de compromiso? El impacto resultante de esta situación puede
ser el cambio en la estructura de motivación que realiza la empresa en
sus empleados, (Becker & Huselid, 1992).
Desde una visión alarmista, Shallis advierte el impacto de las TIC en
la misma naturaleza del trabajo. “El impacto de estos cambios se siente
más abruptamente en el efecto de las nuevas tecnologías sobre el nivel
de empleo y sobre la naturaleza del trabajo, aunque las repercusiones
se aprecian en todo el tejido social. El progresivo movimiento hacia la
elaboración de una red de sistemas informáticos cada vez más potente
y flexible, interconectados con sistemas tecnológicos de información,
hará que su impacto sea tremendamente dramático; pero en realidad
el drama ya está siendo representado a nuestro alrededor, y nosotros
mismos estamos participando en él” (Shallis, 1986, pág. 176).
Adicionalmente, en esta línea de relación empresa red-teletrabajo,
es posible prever la vigencia de los sindicatos, (Belzunegui, 2002),
(Aragón, Bobino, & Rocha, 2004), (Becker & Olson, 1992, págs. 395-
415), dado que estos se soportan en las identidades colectivas de los
trabajadores que procuran la justicia en la relación laboral de todos
los miembros pertenecientes a una empresa, pero que, poco a poco,
pueden perder su identidad a causa de la disminución de trabajadores
directos de las compañías201. En este sentido, se vislumbraría el fin de
los sindicatos. Sin embargo, una nueva identidad representativa de los
trabajadores en los asuntos labores podría generarse, por supuesto, con
201 Martin, Carnoy (2002), en Sustaining the New Economy: Work, Family, and Community in the Information
Age, amplía el fenómeno de la nueva estructura del trabajo y específicamente del desplazamiento del trabajador, “ The
transformation of the work has been misinterpreted and mystified by writers who claim that the new information technology
means a massive and growing shortage of jobs, particularly good, high-skill jobs. Their claim that the new technology
redistricts the number of job, though seductive, is not supported by facts. New technology displaces workers; but it
simultaneously creates new jobs raising productivity in existing work and making possible completely new products and
processes. “ P. 4
207
nuevos intereses colectivos y personales, a manera de convenciones
laborales defensoras de los derechos de los trabajadores, (Black &
Lynch, 2001, págs. 434-445).
Respecto a la estructura organizacional, el impacto de las TIC surge
de los intentos fracasados de la teoría administrativa por homogeneizar
y horizontalizar las jerarquías y los organigramas a través de su historia.
Son intentos fracasados porque la relación ordenador-subordinado es
un principio natural de la cadena organizativa, imposible de diluir.
Esta relación puede entrar en crisis en las organizaciones-red de la
sociedad informacional, dado que el lenguaje establecido por las TIC
tiende al igualitarismo de las personas que se comunican entre sí. Los
trabajadores se presentan iguales en una común unidad virtual que
pareciera eliminar la subordinación. Esta situación beneficiosa, en
principio, puede desencadenar igualmente, un nuevo impacto: ¿quién
manda a quién? De alguna manera esta relación organizacional ha
funcionado en todos los sistemas de gobierno de la empresa humana202.
En este tema, Fukuyama (Fukuyama, 2000) evidencia la tendencia dela
crisis del modelo tradicional organizacional.
Se ha visto una cantidad de fracasos protagonizados por grandes
empresas, excesivamente jerárquicas e inflexibles como AT&T e IBM,
a principios de la década de los años ochenta. Estas empresas cayeron,
presa de competidores más pequeños, ágiles y veloces. Especialistas en
tecnología informática ha hecho hincapié en las virtudes de la empresa
descentralizada. Algunos afirman que, en el siglo que viene, “la gran
corporación jerárquica será reemplazada por una forma totalmente
distinta de organización: la red” (Fukuyama, 2000).
202 Francis Fukuyama (2000), en La Gran Ruptura, plantea como solución al problema de la competitividad, “la
descentralización de los procesos” pues considera que “las empresas deben delegar poder y no concentrarlo en una sola
persona. Las empresas necesitan delegar poder en los expertos y en los tomadores de decisiones más próximos a las fuentes
locales de información y no pretender el control absoluto de todo lo que ocurre en su empresa. Una organización plana crea
espacios de control más grandes y permite que la autoridad sea transferida hacia los niveles más bajos de la organización.
Una cultura empresarial ideal ofrece al trabajador un grupo de preferencia y una identidad individual que facilita el flujo
de información. El capital social es importante en ciertos sectores y en determinadas formas de producción compleja
porque el intercambio basado en normas informales puede evitar los costos internos de transacción internos en las grandes
organizaciones jerárquicas” P. 271
208
Frente a la estructura administrativa, las TIC fomentan la tendencia
de desmonte de los departamentos de las organizaciones por una nueva
estructura basada en unidades modulares pertenecientes y administradas
por un sistema de información203. El fenómeno no resulta casual, dada
la constante evolución de las formas organizativas de esta, como lo
menciona Hammer y Champy: “La tecnología está directamente
vinculada con el concepto de reingeniería mencionado algunas hojas
atrás, debido a que si se usa mal la tecnología, puede haber un bloqueo
en la reingeniería porque refuerza las viejas maneras de pensar y los
antiguos patrones de comportamiento” (Hammer & Champy, 1993, pág.
80). En esta línea, D´Alós-Moner advertirá sobre el cambio no solo por
el cambio: “Así pues, muy a menudo las tecnologías se encorsetan en
viejos procesos, en estructuras del pasado y no aprovechan la ocasión
para repensar y mejorar estos procesos” (D’Alós-Moner, 2003, pág. 5).
Adicionalmente, facilitan el viraje a la contratación externa de tareas
operativas por outsoursing, (Aragón, Bobino, & Rocha, 2004), En este
nuevo escenario, el sistema de información se convierte en el centro de
la estructura administrativa con un nuevo sistema de comunicaciones
virtuales, apoyando la tendencia de la empresa red más cercana a la
concepción natural de corporatividad e integralidad organizacional204.
Esta integralidad puede leerse desde Macau. En este autor se advierte
203 Rafael Macau (2004), TIC ¿Para qué? Funciones de las tecnologías de la información y la comunicación en las
organizaciones, advierte sobre la preocupación de los impactos de las TIC en la estructura organizacional y administrativa
de las organizaciones,“Muy avanzados los años setenta empiezan a surgir las primeras respuestas a los problemas de la
coherencia y la pertinencia de los datos que llegan a los directivos. Los proveedores informáticos empiezan a dar soluciones
técnicas a estos problemas. Las primeras bases de datos en sentido moderno arrancan de este período. Se han de integrar los
datos para conseguir información coherente y adecuada. Atención a este concepto: integración. A finales de los setenta ya
empiezan a surgir voces que hablan de transversalidad de la información en la organización y del impacto de los sistemas
de información en la organización y del impacto de los sistemas de información que, para ser útiles para la gestión, obligan
a cambios organizativos que permitan establecer puentes operativos entre los diferentes departamentos.”. P. 4
204 Ibid. Ver ampliación. “La utilización de las tecnologías de la información permite a las organizaciones obtener
ventajas competitivas importantes basadas en el análisis y el rediseño de su cadena de producción de valor, para modificar
los componentes físicos y/o los componentes informativos y/o los enlaces entre ellos. P. 6 (…) Las TIC no se superponen a
la organización moderna, son parte integrante de la misma. Las TIC no se superponen a las redes, son parte integrante de
dichas redes. Las estrategias, los criterios operativos y las fórmulas organizativas deben pensarse conjunta e integradamente
con la estrategia de uso de las TIC. Las incoherencias han sido, son y serán fatales. P. 9 (…) Las TIC pueden tener diversos
papeles en el seno de una organización. Más aún, desempeñan diversas funciones al mismo tiempo. Algunas de ellas son
necesarias e imprescindibles, pero no necesariamente estratégicas; otras son clave y fundamento del funcionamiento mismo
de la organización moderna. Enumeremos dichas funciones: a) Automatización del proceso administrativo y burocrático. b)
Infraestructura necesaria para el control de gestión. c) Parte integrante del producto, servicio o cadena de producción. d) Pieza
clave en el diseño de la organización y de sus actividades.” P. 11
209
el uso de las TIC como una estrategia empresarial imprescindible
para la supervivencia de la organización y se acentúa la relación TIC-
organización. “La difusión de las TIC en las organizaciones durante
las dos décadas anteriores conduce a un cambio cualitativo. Ninguna
organización puede escapar a la influencia de las TIC. Empieza a
detectarse que el cambio introducido por las TIC en las organizaciones
va mucho más lejos de lo comprendido hasta el momento (…) La
tecnología de la información está infiltrándose en todos y cada uno
de los puntos de la cadena de producción de valor, transformando
la manera en que se realizan las actividades de producción de valor
y la naturaleza de los enlaces entre ellas (…) Estos efectos básicos
explican el que la tecnología de la información haya adquirido un valor
estratégico y sea diferente de muchas otras tecnologías que emplean las
empresas” (Macau, 2004, pág. 5).
Expresado en palabras de Islas, “hoy la eficiente gestión de la
comunicación institucional necesariamente se extiende más allá de las
“tres formas básicas de comunicación” que identifica Cees Van Riel,
comunicación de dirección, comunicación de marketing y comunicación
organizacional. Es indispensable elevar al rango de “formas básicas de
comunicación” – término propuesto por Van Riel –, a la comunicación
estratégica hacia públicos financieros, y a las comunicaciones digitales,
destacando en ese nuevo escenario a las comunicaciones con las
ciberaudiencias” (Islas & Gutiérrez, 2003, pág. 7).
Adicionalmente, la comunicación se consolida como el eje
transversal del sistema de información bien desde la administración
de la misma por una unidad especializada o bien desde la cultura
comunicativa que propende la empresa. “Una segura infraestructura
de comunicaciones digitales favorece la efectiva coordinación que
deberán observar cada una de las unidades que dependan del área de
comunicación organizativa. Además, como hemos señalado, el empleo
de las comunicaciones digitales se ha convertido en una herramienta
210
del trabajo cotidiano de toda oficina, y por supuesto las unidades de
comunicación organizativa no podrían ser la excepción a la regla”
(Islas & Gutiérrez, 2003, pág. 23).
En esta misma línea, se precisa que no basta la instalación del
sistema de información si este no es aprovechado al máximo en sus
potencialidades, que pueden estar orientadas hacia la estrategia de
negocio (Park, 2007, págs. 386-402), y a la solución propia de la
operación de la empresa. Así lo señalan Hammer y Champy: “Para
aplicar la informática es necesario pensar en forma inductiva: la
capacidad de reconocer primero una solución poderosa y en segunda,
buscar los problemas que ella podría resolver, los problemas que la
organización probablemente ni sabe que existen” (Hammer & Champy,
1993, pág. 90).
Seguidamente, en los impactos en la relación empresa-cliente, la
red de Internet ha acortado las barreras que existían tradicionalmente
en el comercio de la presencialidad. Apoyada por el lenguaje de los
nuevos medios masivos de comunicación, encuentra la dualidad entre
lo masivo y lo individual, (Bresnahan, Stern, & Trajtenberg, 1997,
págs. 17-44). Resulta paradójico que la red, como medio masivo por
excelencia, sea el medio que permite el máximo grado de interactividad
personal. Una vez que el cliente tiene el pleno dominio de elección
y decisión de la compra sin intermediarios, inicia una cadena de
producción virtual, generando como resultado un nuevo lenguaje en la
relación empresa- cliente. En palabras de Shallis, “los nuevos medios
para el almacenamiento y recuperación de datos y para el tratamiento
de la información están transformando las actividades comerciales,
gubernamentales e industriales y, por tanto, la sociedad misma. Las
imágenes proyectadas de las sociedades del ocio, las oficinas sin
papeles, o los bancos sin dinero en efectivo no son más que escenarios
en los que se moverá la tan frecuentemente discutida “nueva” sociedad,
que se espera que surja como movimiento de los países desarrollados
211
hacia una fase de desarrollo postindustrial” (Shallis, 1986, pág. 152).
Esta relación, igualmente, se abandona la presencialidad y se
adopta la virtualidad como lenguaje relacional. En él, el cliente busca,
selecciona, ordena, paga, reclama y cambia si es preciso.
En esta línea, el nuevo cliente205 asume un nuevo concepto de
servicio y de producto, donde cada vez es más estrecha la frontera
entre estos. Tanto es así que es posible afirmar que todo producto es
un servicio y cada servicio es un producto. El impacto de la relación
nuevo cliente – nuevo producto, nace principalmente, en la percepción
que el cliente tiene de lo que compra con relación a quién lo produce,
(Hogarth, Anguelov, & Lee, 2003, págs. 75-94). La escuela del servicio,
de la atención al cliente y de la calidad total giró en torno al cliente,
explícitamente, para satisfacer la preventa, la venta y la posventa. De
este modo, el cliente que reciben las organizaciones de la sociedad
de la información es un cliente acostumbrado a pagar por un servicio
que apenas empieza con el acto de la venta. El nuevo engranaje de la
cadena de la venta nace en el sitio de Internet. Allí el cliente busca,
investiga, pregunta, se afilia, compra, paga; y el servicio es prestado
en línea y en tiempo real, con excepción de los sectores de producción
de artefactos, en donde la compra virtual no es simultánea a la entrega
del producto. Este tiempo real conlleva el riesgo de que el cliente y la
empresa cometan errores y se desemboque una nueva cadena operativa
de seguimiento por parte la organización, para la búsqueda del error,
generando paralelamente, un proceso y gasto innecesario de tiempo y
recursos en la solución del problema. Por otra parte, este error puede
convertirse en un círculo vicioso de operaciones de rastreo de costos
205 Adela D´Alós – Moner (2003), en Oportunidades para los profesionales de la Información “Debemos hablar también
de otro aspecto muy importante: los ciclos de vida. Cada vez la vida personal es más larga, se vive más. Por el contrario, el
ciclo de vida de los productos y de los servicios es más corto. Por lo tanto, dentro de un ciclo de vida muy largo, hay ciclos de
vida muy cortos. Ello supone la necesidad de ser muy ágil y receptivo a los cambios y que deba optarse, a lo largo de la vida,
por nuevas profesiones y nuevas tareas. (…) Los ciclos de vida de los productos y de los servicios son muy rápidos, y todavía
más los de la tecnología que va asociada a ellos. Si antes las organizaciones planteaban su estrategia a cinco o seis años vista,
hoy se habla de dos, tres años como máximo. Pensar estratégicamente cómo deben hacerse las cosas ya no es sólo tarea de
los directivos, sino de todos aquellos que están en la organización. Estaremos mejor situados en la organización en la que
trabajamos si somos capaces de contribuir estratégicamente a su avance e innovación. No obstante, estas nuevas formas de
trabajar topan con unas organizaciones antiguas, con un ancien régime. P. 5
212
improporcionados.
En esta línea de empresa red – nuevo – producto – nuevo cliente, se
establece el escenario del comercio electrónico. Se pasa de la empresa
tradicional, que se había preocupado por buscar los potenciales
mercados, seleccionar la audiencia compradora, determinar los
canales de distribución y, finalmente, ofertar y vender sus productos,
a una nueva empresa con un nuevo lenguaje de negocios virtuales, de
economía digital y de mercadeo de Internet. Este nuevo modelo de
comercialización fusiona el mercadeo y las ventas, (Cao, Maruping,
& Takeuchi, 2006, págs. 563-576), potenciando los denominados
productos intangibles: servicios financieros, educativos, de asesoría,
entre otros, y los convierte en el eje central del comercio electrónico.
En este sentido, se advierte cómo la oferta virtual de productos serán
los nuevos componentes del mercadeo y de las ventas tradicionales,
donde todas aquella especificaciones necesarias que requiera el cliente,
para la toma de la decisión de la compra, estará a cargo de la oferta
virtual que deberá asemejarse al máximo con la expectativa real del
comprador. El cliente confía en lo que ve en la pantalla del computador,
luego es posible suponer que tanto el mercadeo como las ventas deberán
tener un lenguaje común frente al cliente, que siempre será real, a pesar
de que el mercadeo sea virtual. Y se deberá considera, en palabras de
Andrade, que “la finalidad del proceso tecnológico en cualquier tipo
de sociedad está en ofrecer el mejor producto o servicio con el menor
costo, en el menor tiempo, en el mejor lugar y con el menor esfuerzo”
(Andrade L. , 2005, pág. 40).
En efecto, se puede establecer la afirmación de Castells sobre el
verdadero sentido de la sociedad de la información y del conocimiento
que involucra e interrelaciona la sociedad, la cultura, la empresa,
el trabajador con las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación. “Lo que caracteriza la revolución tecnológica actual no
es la centralidad del conocimiento y la información, sino la aplicación
213
de ese conocimiento e información a la generación de conocimiento
y los dispositivos de procesamiento/comunicación de la información,
en un circuito de retroalimentación acumulativa que se da entre la
innovación y los usos de la innovación, (Nelson & Winter, 1978, págs.
524-548). Un ejemplo quizá pueda esclarecer este análisis. Los usos
de nuevas tecnologías de telecomunicación en las dos últimas décadas
han atravesado tres etapas diferentes: la automatización de tareas, la
experimentación de usos y la reconfiguración de las aplicaciones”
(Castells, 1999, pág. 58).
El empleo, por su parte, y en cuanto a los efectos que ha recibido por
parte de las TIC, ha sido objeto de estudio de diferentes investigadores,
principalmente en la Unión Europea y en Estados Unidos. Son de
vital importancia para la comprensión de este fenómeno los aportes
del equipo de investigadores liderado por Castells y Aoyama (Castells
& Aoyama, 1994), en sus estudios sobre Labour markets and
employment practicesin the age of flexibility: A case study of Silicon
Valley, donde se determina la relación entre las TIC y la estrategia de
flexibilidad del empleo de las empresas, principalmente de aquellas
dedicadas al trabajo temporal y en el estudio titulado “Paths Towards
the Informational Society-Employment Stucture in G- Countries,
1920-90”; e individualmente, el estudio titulado “European Cities,
the Informational Society, and the global Economy”, (Castells, 1993,
págs. 247-257); y el estudio, “Defense Expenditure and Regional-
Development - Breheny, MJ” (Castells, 1990, págs. 83-85).
El grupo de Mario Pianta, Tommaso Antonucci, Jonathan Michie y
Christine Oughton, (Pianta, Michie, & Oughton, 2002) ha explicado el
fenómeno relacional entre la innovación tecnológica y el desempleo206,
206 Mario Pianta, Jonathan Michie, Christine Oughton, (2002) en el artículo “Innovation and the Economy”, analizan
como la innovación tecnológica no ha disminuido el desempleo en los países de la Unión Europea. Sin embargo, si han
mejorado las condiciones de calidad de vida de la sociedad en general, toda vez, que el progreso innovador posibilidad la
capacidad de elección del cliente. Asimismo, establecen como la innovación ha propiciado el crecimiento económico de
los mismos países. Para el efecto, definen 4 clasificaciones de la innovación en general en la empresa contemporánea: “1.
Tics centrado. actividades
basados en las TIC y sus aplicaciones; 2. Basado en el aprendizaje, en este sentido, la clave del proceso de conformación de
transformaciones tecnológicas y económicas, el cambio es la actividad de aprendizaje de las personas y las organizaciones;
214
teniendo en cuenta variables como la interacción con la demanda y los
costes laborales y, por otra parte, la variedad de las pautas del cambio
tecnológico. Entre los países estudiados se encuentran Italia, Francia,
Alemania, Dinamarca, Holanda, Finlandia, El Reino Unido y Suecia.
Como aportes significativos de sus investigaciones establecen que
los cambios actuales en las economías avanzadas se caracterizan por
procesos paralelos y directos de los cambios tecnológicos sobre el
empleo, Piva, Santarelli, Vivarelli (Piva, Vivarelli, & Santarelli, 2005),
la estructura empresarial y la evolución de la demanda en el consumo.
Estas se caracterizan por una gran variedad de posibles trayectorias, la
complementariedad y la inadaptación, que influyen en el crecimiento
o en las ejecuciones de los países y la dinámica del empleo (Pianta,
Michie, & Oughton, 2002, pág. 295).
Igualmente, Pianta y sus colegas investigadores dirán:
“Un nuevo paradigma tecnológico basado en las tecnologías
de la información y la comunicación (TIC) se ha convertido
en un cambio radical en la naturaleza y las trayectorias de
las innovaciones. Sus beneficios, sin embargo, dependerán
de la combinación de las nuevas tecnologías, los cambios
organizativos, los procesos de aprendizaje, la aparición de
nuevas industrias y mercados, el establecimiento de normas y
la expansión de la demanda. Esta adecuación requiere tiempo
antes de que el impacto sobre el crecimiento económico se haga
evidente. El actual sombrío en materia de empleo de la mayoría
de los países es un signo de `error tecnológico´” (Pianta, Michie,
& Oughton, 2002, pág. 295).
Por su parte, Bresnahan, del Departamento de Economía de
la Universidad de Stanford y Shane Greenstein de la Escuela de
Administración Kellogg de la Universidad, afirmarán, en cuanto a los
3. Basado en la innovación de productos; 4. Basado en el proceso de innovación, este modelo se aplica a los sectores más
tradicionales de la Economía.” P. 257
215
efectos de las TIC en la empresa y en el empleo, que:
“No hay una relación directa entre la inversión en tecnologías
de la información y la productividad medida por métodos
habituales del economista. Más sorprendentemente, pueden
resultar engañosas para simplemente contar la mano de obra,
capital y tecnología de la acción y compararlos contra la
producción, que se podía hacer en la mayoría de las empresas
de capital intensivo. Las dos mitades de este cálculo están en el
error; de los usuarios de inversión conjunta se omite el costo, y
si la producción se mide en el nivel de las cuentas nacionales,
la mayoría de los cambios (la parte de calidad) se desconoce
el paradero de los beneficios secundarios. Para avanzar con
un sistema de tecnologías de gran componente de la inversión
en cooperación invención no medida, que varía con el nivel
y el tipo de equipo y con sus vínculos con los cambios en el
carácter del producto final, los errores pueden ser muy grandes”
(Bresnahan, Brynjolfsson, Hitt, & Greenstein, 2001, pág. 103).
En la línea de los nuevos aprendizajes del empleado sobre el manejo
de las TIC (Bruno, 2007, págs. 10-12) serán fundamentales los aportes
de los estudios experimentales de Anne Beaudry y Alain Pinsonneault
en la Escuela de Negocios John Molson de la Universidad de Concordia
y en la Facultad de Administración de la Universidad McGill (Canada).
Estos estudios establecen estrategias de alfabetización tecnológica para
directivos bancarios.
Una vez evidenciadas las bondades de las TIC, Anne Beaudry y
Alain Pinsonneault dirán:
“Desde un punto de vista individual, todas las estrategias
son eficaces para ayudar a hacer frente personalmente a las
cuestiones planteadas por un evento de las TIC. Para algunos, el
restablecimiento de la estabilidad emocional y reducir el estrés
asociado con el evento de TICs es un resultado importante que
216
les permite seguir trabajando y funcionar adecuadamente en un
entorno que inicialmente había percibido como una amenaza.
Para otros, empujando a sus límites más por aprender a utilizar
una nueva tecnología constituye un logro importante. Sin
embargo, otros aprovecharán la oportunidad de aumentar su
productividad y rendimiento general. Desde el punto de vista
organizativo, los beneficios y la satisfacción propia, podrían
parecer a primera vista no óptima porque las personas no están
tratando de maximizar los beneficios potenciales de un sistema
de tecnologías de evento. En algunas situaciones, sin embargo,
inducir a las personas a tratar de maximizar los beneficios de
TIC podrían requerir importantes cambios de organización y de
inversiones (por ejemplo, el aumento de la autonomía del empleo,
la descentralización de la autoridad de toma de decisiones,
una amplia formación a los usuarios, o la potenciación de los
usuarios) que podría superar los beneficios de una organización.
Por otra parte, aunque los empleados tienen la posibilidad de
restablecer la estabilidad emocional no es un fin en sí mismo, no
debe pasarse por alto. Para algunos, podría ser un paso necesario
antes de que puedan realizar actividades de adaptación que a
la larga puede aumentar la eficiencia operativa y la eficacia”
(Beaudry & Pinsonneault, 2005, págs. 518-519).
Por su parte, Bresnahan, Brynjolfsson, y Hitt (Bresnahan,
Brynjolfsson, & Hitt, 2002, págs. 339-376) han estudiado a profundidad
los impactos de las TIC en el trabajo en los Estados Unidos,
principalmente desde las variables de tecnología de la información,
lugar del trabajo complementario o reorganización, y nuevos productos
y servicios. Sus aportes están publicados en el artículo “Information
Technology, Workplace Organization, And the Demand For Skilled
Labor: Firm-Level Evidence”. En su trabajo se advierte el crecimiento
en el nivel de calificación de la mano de obra especializada y su
correspondiente aumento en la productividad y en los costos de los
217
salarios, (Bresnahan, 1999, págs. 390-415).
En esta línea, se destacan las investigaciones de Black y Lynch
(Black & Lynch, 2001), publicadas bajo el título de “How To Compete:
The Impact Of Workplace Practices And Information Technology On
Productivity”. Estos autores establecen una relación directa entre la
utilización de las TIC y el aumento de la productividad y la estructura
general de la organización. Así mismo, se puede destacar el estudio
de Osterman (Osterman, 2001, págs. 160-161), publicado como
Converging divergences. Worldwide changes in employment systems.
En otra línea, y sobre los efectos positivos de las TIC en el empleo,
se destacan las investigaciones de Bresnahan, Brynjolfsson, Hitt y
Greenstein (Bresnahan, Brynjolfsson, Hitt, & Greenstein, 2001),
publicados en el artículo, “The economic contribution of information
technology: towards, comparative and user studies”, en el cual se
establece una relación directa en el uso de las TIC por parte de los
trabajadores usuarios, y en el aumento del bienestar personal y social
de estos. En este sentido, Chennells y Van Reenen (Chennells &
Van Reenen, 1997, págs. 587-604) precisan en su estudio Technical
change and earnings in British establishments, la correlación entre el
incremento de los salarios y el uso de las TIC.
218
Unido (Harden, 2002, págs. 323-333), sobre las relaciones virtuales
entre los bancos y los clientes, examinan el impacto de la tecnología en
la banca electrónica, la comercialización en el sector bancario, el papel
de la tecnología en la construcción de relaciones, y los desafíos de la
gestión de canales de comercialización impersonales. La metodología
utilizada por el autor fue la de exploración cualitativa mediante la
entrevistas a los tres principales bancos británicos que comercializan
productos electrónicos.
Al respecto, Harden dirá:
“Si bien es generalmente aceptado por los informantes que la
prestación de múltiples canales de comercialización es positivo,
la organización y los problemas técnicos encontrados en el
funcionamiento de una serie de frentes, es probable que sean
numerosos y significativos” (Harden, 2002, pág. 329).
“En términos generales, los bancos deben estar bien situados
para conocer a sus clientes. Por ejemplo, el aumento de la
interactividad prometida por banca electrónica tiene el potencial
de generar importantes cantidades de datos de un cliente cada
vez más directo y personal. Los avances en la tecnología de la
información también permiten a los bancos gestionar y manipular
los datos de tal manera que las actividades de comercialización
pueden ser mucho más objetivas” (Harden, 2002, pág. 326).
Al respecto, concluirá: “El Impacto de la banca electrónica y la
tecnología en el futuro de las relaciones con sus clientes, teniendo en
cuenta la actual tendencia hacia la `virtualización´, será poco probable
que las relaciones con sus clientes sean cada vez más íntimas. Un mayor
grado de personalización del cliente en las comunicaciones puede ser
lo mejor que los bancos sean capaces o están dispuestos a ofrecer”
(Harden, 2002, pág. 331).
Por su parte, Chong Soo Pyun, Les Scruggs y Kiseok Nam, han
219
estudiado los impactos de las TIC en el sector bancario de la Unión
Europea, de Estados Unidos y del Japón, específicamente, en lo
respectivo a la banca en línea o, como se le conoce, el e-banking.
Establecen cómo “la tecnología de la información está cambiando
radicalmente el sector bancario en todo el mundo, la alteración de las
definiciones de producto tradicional, de mercado y base de clientes.
Significante la banca por Internet ha reducido las barreras a la entrada,
acelerando la desintermediación financiera” (Chong, Scruggs, &
Kiseok, 2002, pág. 73).
Los autores encuentran que los impactos de las TIC en las
operaciones bancarias electrónicas son más pronunciados en los
EE.UU. Se consideran los grandes avances que se vienen realizando
no solo en el área tecnológica, sino también en la diversificación de los
servicios financieros de su sistema. En este sentido, no resulta casual
que la banca en línea más avanzada del mundo sea precisamente la
norteamericana.
Respecto al Japón, se encuentra que la banca en general se ha
limitado a construir las bases de clientes locales, sin profundizar en los
servicios electrónicos del e-banking.
Respecto a los bancos en la Unión Europea, los autores determinan
que estos tienen influencia y una fuerte expansión transfronteriza de la
banca por la Internet, y han consolidado un mercado de operaciones
bancarias electrónicas, apoyado en la ventaja comparativa de una única
moneda, el euro, fortalecida por cuestiones técnicas y reglamentarias
unificadas entre los países.
Los autores concluirán:
“La banca por Internet se encuentra todavía en una etapa de
crecimiento a través de experimentos. Es un reto para el sector
bancario crear tecnologías que ayuden a automatizar su mano
de obra para las operaciones repetitivas de las oficinas. Ahora,
220
los bancos de todo el mundo tienen dificultades para mantenerse
al día con la tecnología de la Internet propiamente dicha,
mientras que otros compiten con los bancos y las instituciones
financieras no bancarias para nuevos productos y nuevos
sistemas de entrega. Seguiremos las innovaciones tecnológicas
en la industria financiera, que se refieren sin duda a probar la
capacidad de los bancos para gestionar su competencia con
otros proveedores de servicios financieros en un complejo y
dinámico entorno del comercio electrónico” (Chong, Scruggs,
& Kiseok, 2002, pág. 80).
En la misma línea, Olga Luštšik, en la Facultad de Economía y
Administración de la Universidad de Tartu, ha estudiado el caso de
la banca en línea en Estonia. Sus aportes son significativos en cuanto
este país, antiguo miembro de la Unión Soviética, puede reflejar una
situación similar a la de sus antiguos socios político-comerciales, en
los que se evidencia un creciente desarrollo de la industria de servicios
financieros, especialmente de la banca y de la industria. A este fenómeno
de mercado estructural la autora lo definirá como “El mercado estonio
de los servicios financieros es único en varios aspectos: es pequeño y
compacto, y de desarrollo rápido. Tiene un polémico pasado soviético,
que puede considerarse como aspecto positivo o negativo dependiendo
de la actitud del espectador” (Lustsik, 2003, pág. 9).
Los impactos de las TIC en la banca en línea de Estonia, según
Luštšik, se pueden resumir así: en relación con el banco, se ha
generado una mejor imagen de marca y una mejor respuesta del
mercado a los servicios bancarios, puesto que los bancos que ofrecen
este tipo de servicios se perciben como líderes en la tecnología de
aplicación; en relación con el cliente, se ha ahorrado tiempo, gracias
a la automatización de los servicios bancarios y de procesamiento de
introducción de un fácil mantenimiento de herramientas para manejar
el dinero de los clientes; y, citando las investigaciones de Gurău, para
221
los clientes corporativos se han reducido costes en el acceso y el uso
de los servicios bancarios; se ha dado mayor comodidad y ahorro de
tiempo en las transacciones, que se pueden hacer las 24 horas del día
sin la necesidad de la interacción física con el banco; se ha facilitado el
rápido y el continuo acceso a la información que se puede comprobar
en múltiples cuentas con el tecleo de un botón de mejora de la gestión
del efectivo; se ha consolidado el correo de servicios bancarios que
acelera el ciclo de efectivo y aumenta la eficiencia de los procesos de
negocio así como una gran variedad de instrumentos de gestión de
efectivo que ahora están disponibles en los sitios de Internet de los
bancos de Estonia. Todo esto ha generado exceso de inversiones en la
noche, a corto y largo plazo, depósitos a la vista, en los documentos
comerciales, en bonos y acciones, en fondos del mercado monetario
(Lustsik, 2003, págs. 15-16).
Igualmente, Luštšik, para sustentar sus afirmaciones, utiliza la
entrevista a expertos bancarios responsables de la tecnología en cada
uno de los bancos estudiados, constituyéndose en un método ideal para
determinar los impactos de las TIC en la banca en general.
Finalmente, Luštšik concluye:
“En la actualidad, las estrategias de los bancos de Estonia
tienden a disminuir la distancia con éxito respecto a los bancos
de los países desarrollados en el ámbito de la banca por Internet.
Con el fin de lograr este objetivo los bancos utilizan una amplia
variedad de medidas, como el precio de las concesiones, la venta
de paquetes de servicios bancarios (pago de bienes y servicios
por teléfono móvil), así como no bancarias que ofrecen servicios
adicionales” (Lustsik, 2003, pág. 23).
El modelamiento y el ajuste estructural de la empresa bancaria,
desde sus orígenes hasta nuestros días, ha estado marcado por cierta
flexibilidad, que le ha permitido ajustar los factores y las variables que
intervienen en ella – variables macroeconómicas y microeconómicas
222
–. Esta flexibilidad no solo ha permitido que la banca sobreviva como
institución sino que le permitido liderar ciertos procesos estructurales
de la sociedad como el alquiler del dinero, la concentración del ahorro,
y el crédito para la inversión empresarial y familiar, entre otros. Sin
embargo, uno de estos factores estructurales, la presencialidad entre
el banco y el cliente, resulta determinante de una nueva estructura
bancaria, (Smith & Brynjolfsson, 2001, págs. 541-558).
La presencialidad es un elemento determinante de la estructura
bancaria, puesto que la confianza recíproca entre el banco y el cliente
se inspira en ella. La relación banco –cliente se estructura a partir de
un acto de fe: el banco cree y confía en que el cliente pagará el dinero
prestado en alquiler; y el cliente confía y cree que el banco le devolverá
el dinero consignado a su seguridad.
Sin embargo, la implantación de las nuevas Tecnologías de
Información y Comunicación en la empresa bancaria ha redefinido el
concepto de presencialidad. Este concepto ha evolucionado hacia el
de virtualidad que, en un concepto aproximado, podría ser un acto de
fe y de confianza más profundo. Dicho de otro modo, el cliente cree y
confía en un cajero electrónico o en el portal electrónico que expone
la marca de su banco y en el cual realiza depósitos, retiros, pagos y
transacciones entre cuentas; por su parte, el banco cree y confía en
su cliente que, a través de un código – clave – personal, ordena a su
sistema de información suministrar dinero real en el cajero electrónico,
o sumar o restar cifras digitales en las cuentas corrientes, de ahorros, de
crédito, entre otras, (Clemons & Hitt, 2004).
Esta nueva definición relacional entre el banco y el cliente es llamada
“banca electrónica” que, en última instancia, es la expresión técnica de
la banca virtual. Jacques Bughin, en sus estudios207 sobre “La difusión
207 Las tres fuentes utilizadas en sus estudios son: McKinsey ‘performance’ quien describe la base de datos confidenciales
utilizados por Bughin y Hagel (2000). En segundo lugar, el uso de Júpiter / MediaMetrix, una empresa que sigue los visitantes
en línea. Por último, múltiples informes de la banca de inversión de Merrill Lynch, Goldman Sachs, Chase, que examinan
la penetración de las transacciones bancarias en línea”. P. 253. En la misma línea afirma: “Cerca de los 100 mejores bancos,
utilizan datos trimestrales desde 1997 hasta finales de 2001. Este período incluye la primera fase de desarrollo en línea, así
como el importante descenso desde marzo de 2000. La difusión se calcula a través de modelo robusto no lineal con mínimos
223
de Internet Banking en Europa occidental”, con el patrocinio de Taylor
Routledge y Francis Group, determina cómo ha crecido, lenta pero
significativamente, el mercado de transacciones electrónicas y se ha
logrado un 50% del total bancario. Sus investigaciones han cubierto
una muestra de los 100 bancos más grandes de Europa occidental en los
últimos cinco años (1997-2001 incluidos) (Bughin, 2003, pág. 251).
Bughin sostiene que esta cifra es una evidencia creciente, sin
embargo, el mercado de las transacciones electrónicas aun “no es un
fenómeno de mercado de masas, por lo menos para acceso telefónico a
Internet. Una vez más, esto es coherente con otras pruebas anecdóticas
de que el alcance de las transacciones bancarias en línea es relativamente
baja aún, en el rango de 25% en Europa a finales de 2001 (Datamonitor,
2001)” (Bughin, 2003, pág. 252).
La metodología de regresión utilizada por Bughin evidencia, además,
cómo la velocidad de crecimiento del mercado electrónico es relativa a
ciertos factores de comportamiento de la demanda de los clientes. “De
paso, esto significa también que la adopción de la tecnología de Internet
se encuentran entre el teléfono y la banca cajero automático de uso entre
los clientes bancarios. En segundo lugar, nuestro modelo de estimación
puede separar de los plazos, de la velocidad de las variables que afectan
a la banca en línea de conversión, (Bughin, 2001), (Mahajan, 2000).
Definimos el momento de una variable, en un determinado momento t,
como sus efectos sobre la acumulación de aprobación en línea al mismo
tiempo. En contraste, las medidas de velocidad de su efecto sobre el
crecimiento de la adopción en línea entre t - 1 y t (Gruber & Verboven,
2001)208. En nuestro modelo, también es notable que el conjunto de
variables que afectan la oferta momento y la velocidad parece diferente
de la banca en línea de difusión” (Bughin, 2003, pág. 252).
Por otra parte, Bughin, en sus conclusiones, estima que “la difusión
208 Estos autores son citados por Gkoutzinis, por tanto, no constituyen parte de la bibliografía consultada.
224
de la banca en línea está claramente vinculado a la Internet, pero
igualmente tanto a los bancos específicos de los factores que influyen
en el momento y la velocidad de difusión de la banca en línea. En
particular, la rentabilidad y el tamaño son dos factores críticos del
banco, al igual que el grado de intensidad de la rivalidad junto con los
beneficios derivados de la organización de la oferta en línea” (Bughin,
2003, pág. 257).
Sin embargo, la dinámica creciente del mercado electrónico
bancario inspirado en las posibilidades virtuales de las tecnologías
de información y comunicación, se encuentra con la dicotomía entre
regulación y soberanía nacional; específicamente, cada vez que, en el
escenario de globalización comercial y sobre todo en el bancario, las
legislaciones nacionales se encuentran en procesos de actualización
normativa del flujo monetario y financiero para que se responda a las
necesidades de transacción de este sector (Apostolos, 2003, pág. 78).
En la línea de estudios sobre el comportamiento de la banca
minoritaria en la esfera de la banca electrónica, Laura Bradley y Kate
Stewart, en su artículo “The Diffusion of Online Banking”, encuentran
cómo la banca en línea, a pesar de los cambios estructurales en el
mercado virtual de los grandes bancos, no se comporta de igual manera
en los pequeños bancos del Reino Unido, en los cuales se advierte que
el ritmo de crecimiento de la banca en línea es muy lento (Bradley &
Stewart, 2003, pág. 1091).
Sin embargo, Bradley y Stewart, en sus conclusiones, pronostican
que la plena disponibilidad de los recursos, ofrecidos a través de la
banca electrónica por los bancos minoritarios, podría observarse hacia
el año 2011, año en el que, según las autoras, los clientes no gozarán de
los servicios en línea ofrecidos por la gran banca (Bradley & Stewart,
2003, pág. 1102).
Algunas de las causas de la disparidad del crecimiento entre la banca
minoritaria y la gran banca, según Bradley y Stewart, es la lentitud en
225
la renovación tecnológica, la falta de cultura innovadora y los bajos
niveles de demanda de los consumidores. Estos factores han generado
un desnivel de competitividad desfavorable para los pequeños bancos
(Bradley & Stewart, 2003, pág. 1102).
Al respecto, Ziqi Liao y Michael Tow Cheung (Liao & Cheung, 2003,
pág. 248), en su publicación “Challenges to Internet E-Banking”, con
el patrocinio de Communications of the ACM, Property of Association
for Computing Machinery, y basado en sus estudios de (Liao & Cheung,
2002), “Internet-based e-banking and consumer attitudes: An empirical
study”, analizan las ventajas comparativas de la banca electrónica de
los bancos minoritarios. Consideran que es precisamente su tamaño
el que les obliga a adoptar una estrategia de negocios en línea209, en
consecuencia con los altos costos estructurales de la organización
tradicional bancaria.
Sin embargo, los autores advierten que la lentitud en el crecimiento
de la demanda de servicios electrónicos, por parte de los clientes, se
debe, principalmente, a la falta de manejo y dominio de los servicios
electrónicos de las nuevas generaciones de jóvenes que, aunque
potenciales usuarios del desarrollo del mercado on line, aún no terminan
de sincronizarse con los servicios que ofrece el banco.
En este sentido, Liao y Tow Cheung condicionan la supervivencia de
los bancos minoritarios al mejoramiento de la atmosfera de seguridad.
Esta enmarca el proceso de las transacciones bancarias electrónicas y
guarda una estrecha relación con la cultura de la presencialidad que se
mencionó anteriormente (Liao & Cheung, 2003, pág. 250).
209 En una de sus conclusiones los autores pronostican la viabilidad de la banca en línea para los bancos minoritarios
como estrategia de competitividad comparativa, supeditada al clima de seguridad que el cliente perciba en las transacciones
virtuales: “La mejor estrategia de desarrollo de los bancos es probable que sea el cultivo de la demanda a lo largo de los
caminos de menor resistencia, en particular en lo que respecta a la percepción de los consumidores de la seguridad de las
transacciones, las transacciones con exactitud, y la velocidad de la red. Empíricamente en la mayoría de las áreas importantes
de la seguridad de las transacciones y la exactitud, protocolos de encriptación, como el protocolo Secure Sockets Layer (SSL)
y Secure Electronic Transactions (SET) han sido ampliamente adoptados por los bancos. Sin embargo, hay una persistente
resistencia por parte de la cultura de las personas acostumbradas a las ‘transacciones físicas, de modo que los esfuerzos
por ampliar la banca minorista a través de Internet debe (entre otras cosas) superar la percepción de sesgo tecnológico. En
vista de estas consideraciones, sometemos que, en general, el mayor reto al que se enfrenta la banca minorista electrónica
vía Internet en el momento actual no es tanto la aplicación de las nuevas tecnologías en la oferta, sino el aumento de la
aceptación del consumidor por parte de la demanda.” P. 250
226
En la misma línea, Helen White y Fotini Nteli, en su estudio del
sector bancario del Reino Unido, publicado como “Internet banking
in the UK: Why are there not more customers?”, señalan que, a pesar
del creciente número de usuarios de Internet en el Reino Unido, el
crecimiento de los usuarios de servicios electrónicos bancarios no se
comporta de igual manera. En su criterio, este comportamiento dispar
obedece a la cultura de una atmosfera de inseguridad que la banca
en línea, por Internet, todavía no termina de superar210, a pesar de la
cobertura y de la gran oferta de servicios bancarios que se ofertan y
que se evidencian en el fuerte reclamo que hacen los clientes sobre la
calidad de los productos financieros. “Uno de los grupos de clientes
estaba más preocupado por la seguridad, mientras que el otro grupo
estaba más interesado en la comodidad, la rapidez y la puntualidad del
servicio” (White & Nteli, 2004, pág. 49).
En esta línea, y en el caso del mercado norteamericano, Dan Sarel
y Howard Marmorstein en su “Addressing consumers concerns about
online security: A conceptual and empirical analysis of banks actions”,
advierten cómo la falta de seguridad en las transacciones bancarias on
– line afecta significativamente el crecimiento de este mercado, no solo
por factores asociados al soporte tecnológico, sino también por la falta
de educación de los consumidores que, muchas veces, no atienden las
recomendaciones de las entidades bancarias. También han señalado que
son los bancos pequeños los que no han tomado las medidas necesarias
para contrarrestar los crecientes casos de delitos denunciados (Sarel &
Marmorstein, 2006, pág. 99).
En este sentido, advierten que “Los problemas de seguridad son reales
e importantes. El crecimiento futuro de la banca en línea requiere que
210 En las conclusiones de su estudio precisan: “La primera conclusión a extraer de esta investigación es que, a pesar
de los últimos avances para mejorar la seguridad de la banca por Internet, sigue siendo la principal preocupación para los
consumidores. (…) Se hace evidente que hay distintos segmentos de clientes con diferentes prioridades y perspectivas.
La investigación se describe en este documento identificado un grupo de consumidores que están más interesados en
`la sensibilidad´ y `facilidad de uso´ categorizados aquí como los atributos de ‘conveniencia’. Esto puede, sin embargo,
ocultar el hecho de que estos consumidores están utilizando sus cuentas bancarias secundarias para inferiores actividades
de mantenimiento, tales como cuentas de depósito.” P. 55
227
los bancos mejoren la percepción de seguridad de los consumidores. La
confianza del consumidor es fundamental para la futura expansión de
la banca en línea. Las instituciones financieras deben darse cuenta de
que un enfoque proactivo a la participación de los consumidores en el
proceso de la prevención es la mejor estrategia. Un cliente informado,
alerta, es uno de los principales activos en el punto contra el fraude.
Asimismo, contribuirá a la seguridad del sistema en línea” (Sarel &
Marmorstein, 2006, pág. 114).
Por su parte, y en el análisis realizado a expertos bancarios, White
y Nteli encuentran que, desde la óptica de los bancos, el comercio
electrónico a través de Internet no termina de interpretar las bondades
estratégicas virtuales, que se pensaba con la llegada de las nuevas
tecnologías de información y comunicación. “La venta cruzada será
más difícil; la información sobre los clientes será más difícil de obtener;
y los bancos tendrán que competir producto por producto”. McMahon
sostiene que los bancos deben llegar a la excelencia en el servicio si
desean sobrevivir en el entorno altamente competitivo de Internet.
Jayawardhena y Foley destacaron que uno de los principales desafíos
para los bancos es el de satisfacer las necesidades de los clientes, ya
que estos son complejos y difíciles de gestionar” (White & Nteli, 2004,
pág. 50).
Esta competencia se evidencia en la disparidad entre los bancos
tradicionales y los bancos no tradicionales, categorizados así por los
autores. La tradición se establece como un atributo de confianza y
sostenibilidad; en este sentido, se obliga a los nuevos bancos y a los
nuevos productos por Internet a que establezcan una lucha por lograr
los niveles de rentabilidad, exigidos por sus objetivos estratégicos y
a unos mayores costos que los bancos tradicionales (White & Nteli,
2004, pág. 55).
Respecto a los servicios bancarios por Internet, Mohammed Al
Hawari, Nicole Hartley y Tony Ward, en su publicación “Measuring
228
Banks’ Automated Service Quality: A Confirmatory Factor Analysis
Approach”, en la Universidad de Massey, a partir de su estudio sobre
la percepción de los clientes de los productos financieros en línea en
Australia, encuentran que la automatización se ha convertido en el
determinante de la calidad de los servicios respectivos. Su investigación
demuestra cómo los clientes tienden a utilizar combinaciones de
tecnologías. Esto les permite a los autores formular “un modelo global
de la calidad de los servicios bancarios automatizados, teniendo
en cuenta las características únicas de cada canal de prestación de
asistencia y otros aspectos que tienen una influencia potencial sobre las
cuestiones de calidad” (Al-Hawari, Hartley, & Ward, 2005, pág. 13).
Al respecto, Robert DeYoung, en “The Performance of Internet-
Based Business Models: Evidence from the Banking Industry”, en la
Universidad de Chicago, advierte desde sus investigaciones de la banca
estadounidense, el comportamiento complejo del comercio electrónico
bancario, específicamente, cada vez que se ha desarrollado una nueva
forma de servicios on – line en bancos dedicados exclusivamente a
esta modalidad. Es decir, bancos que se diferencian plenamente de los
bancos tradicionales que, paulatinamente, han combinado los servicios
presenciales con los virtuales. Esta nueva modalidad, basada en la
automatización total de de los servicios financieros, presenta, para De
Young, una de las limitantes del mercado de las economías de escala –
masificación de productos, y su correspondiente bajo costo en la venta
de estos productos. Esto productos, en los nuevos bancos on – line,
todavía presentan sobrecostos estructurales de modo que se disminuyen
sus márgenes de ganancias, poniendo en riesgo su supervivencia en el
mercado (DeYoung, 2005, pág. 896).
A pesar de las observaciones de DeYoung sobre la viabilidad de los
bancos on – line, encuentra que este modelo no será exclusivo en el
futuro:
“A pesar de que este estudio concluye que la banca por Internet
229
es sólo un modelo potencialmente viable en las condiciones
actuales, esto no es garantía de que sólo los bancos en Internet
seguirán existiendo en el futuro; Y si lo hacen, su cuota de
mercado es probable que sea limitado. El sentido común y
ocasional empirismo sugieren que no solo una creciente porción
de las futuras transacciones bancarias se llevará a cabo a través
de Internet, sino que también sugieren que la mayoría de estas
transacciones se producirán en los bancos tradicionales. A
medida que el número de bancos ha disminuido en los Estados
Unidos, los bancos sobrevivientes han competido decididamente
por los clientes ofreciendo una mayor capacidad de elección y
conveniencia, y el resultado ha sido una explosión en el número
de sucursales y cajeros automáticos”211 (DeYoung, 2005, pág.
938).
Respecto al impacto o los efectos de la banca electrónica en la clientela,
Singer, en su estudio de la banca electrónica norteamericana, publicado
en el artículo “Online Banking and the Community Reinvestment
Act”, bajo el patrocinio del Centro de Ética Empresarial en Bentley
College, establece la importancia del comportamiento estratégico de la
inversión de la gran banca en la comunidad y la responsabilidad social
de los bancos a través de la promoción de la banca electrónica. “La
popularidad rápidamente emergente de la banca en línea con los bancos
ha presentado una oportunidad única para comportarse de una manera
socialmente responsable” (Singer, 2002, pág. 165).
Esta responsabilidad se fundamenta en la disminución paulatina que
tienen los costos de operación electrónica. Así pues, a medida que crece
el número de clientes, baja marginalmente el costo de venta, lo que debe
transferirse al usuario final, y se debería beneficiar, principalmente, a
los sectores de la población económicamente menos favorecidos. Desde
una perspectiva ética esto se debería trasladar a la disminución de los
230
intereses de los créditos otorgados a estos. “Los préstamos pueden
ampliarse a los prestatarios por una agresiva divulgación y programas
de marketing, a través de grupos de la comunidad. La modificación
de los compromisos, criterios y procedimientos, y la creación de
paquetes especiales de préstamo para atender a las circunstancias de
los prestatarios de bajos ingresos”212 (Singer, 2002, pág. 166).
En sus observaciones, además, determinó que “Los avances en la
tecnología de la banca en línea y su creciente aceptación entre los
clientes proporcionan un mecanismo poderoso para ambos; Servicios
a la comunidad y demostrar este servicio a la comunidad. Mientras
que los más grandes y más sofisticados bancos han aceptado esta idea,
el uso de banca en línea para este fin no ha sido reconocido por la
gran mayoría de los bancos. Para el año 2004 los nueve bancos más
grandes de los Estados Unidos tenían componentes excepcionales de
servicio a la comunidad en sus sitios Web (Banco de América, Citicorp,
JP Morgan Chase, Wells Fargo, Wachovia, Washington Mutual, U. S.
Bancorp, SunTrust, y HSBC Holdings)”213 (Singer, 2002, pág. 173).
Andrew Abraham, en su estudio “The Regulation of Virtual
Banks: A Study of the Hong Kong Perspective”, analiza el papel de
la reglamentación jurídica nacional de la banca electrónica, en el
caso de Hong Kong, y determina la relación directa entre seguridad
y legislación. “Estas directrices se basan en la confianza, es decir, la
garantía pública y la sensación de certidumbre, confianza y fe en la
estabilidad del banco virtual. En el contexto de los bancos virtuales,
la confianza es el sentimiento de las empresas y los inversores que
los bancos virtuales no deben degenerar en un escenario insalvable”
(Abraham, 2007, pág. 4).
Abraham encontrará que “la clave de conexión en el tema de
la confianza es el riesgo”. Si el riesgo que se genera en la banca
213 Ibid.
231
electrónica es asumido por los usuarios, se desarrolla una alta tasa de
incertidumbre, lo que limita, en última instancia, el crecimiento de la
banca electrónica (Abraham, 2007, pág. 7).
Sin embargo, en los estudios empíricos, publicados con el título
International Comparisons of Banking Efficiency, de Allen Berger
(Berger, 2007), el economista senior de la Reserva Federal de los
Estados Unidos, encontrará cómo, a través de las dinámicas del control
del riesgo, se produce un crecimiento proporcional del sector bancario
paralelo al crecimiento de la banca electrónica. Esta dinámica ya la había
advertido en su publicación, Further Evidence on the Link between
Finance and Growth: An International Analysis of Community Banking
and Economic Performance (Berger, 2004); y la había visualizado
en las conclusiones de sus investigaciones sobre los impactos de las
TIC en la banca mundial, publicadas como The Economic Effects of
Technological Progress: Evidence from the Banking Industry, (Berger,
2002). En la misma línea del control del riesgo promovido por el uso de
las TIC y especial en Internet, han hecho sus aportes Delgado y Nieto
(Delgado & Nieto, 2004), para el caso español y europeo, en general.
Entre las conclusiones de los estudios de Berger, se evidencia
cómo “el número de oficinas bancarias físicas utilizando escrutadores
humanos se ha ampliado en un 2,1% tasa anual, mientras que el número
de TICs basados en los cajeros automáticos se ha ampliado en un 10,1%
tasa anual, por lo que ahora son más numerosos los cajeros automáticos
que las oficinas físicas, en una relación de cuatro a uno; la estructura de
los mercados financieros crecido a una tasa anual del 3,0%; el mercado
monetario fondos mutuos, una alternativa a los depósitos bancarios,
creció a una tasa media anual del 10,8% en el periodo entre 1984-
2001; la deuda de las empresas (bonos más papel comercial), que son
alternativas a los préstamos bancarios, creció a tasas anuales del 10,0%
y 11,3%, respectivamente, superando a GTA bancario de 2001; Por
último, la hipoteca, piscinas y otros valores respaldados por activos,
232
los cuales son bienes que fueron retirados de los balances bancarios
y algunos de las cuales son las alternativas a la financiación bancaria,
crecieron a una tasa anual del 13,7% durante el intervalo214” (Berger,
2002, pág. 27).
Adicionalmente, Berger concluye que sus datos comprueban
la hipótesis de que “los avances en tecnologías de la información
financiera y las tecnologías ayudaron a estos mercados financieros a
crecer a tasas más rápidas que el sector bancario … También señala, que
en el mercado monetario, “los fondos mutuos fueron ayudados por las
innovaciones de las TIC, que les ha permitido almacenar información,
hacer un seguimiento de ella, y mover grandes cantidades de las
mismas, en valores y en las cuentas de los clientes mucho más barato
en el tiempo; la equidad y los mercados de deuda fueron de manera
similar favorecidos por las innovaciones de las TIC, que igualmente
fueron impulsados por la reducción de los costes comerciales” (Berger,
2002, pág. 28).
Berger afirmará que “gran parte del comercio bancario puede
realizarse por medios electrónicos dado que los costos de las TIC se
han reducido drásticamente… Asimismo, los bonos de titulización de
los mercados financieros fueron ayudados por estas innovaciones que
permiten una mayor precisión sobre los precios, la bursatilización, y
mejores modelos de gestión del riesgo” (Berger, 2002, pág. 29).
Uno de los intereses de Berger ha sido el de profundizar en las
dinámicas del comercio bancario electrónico. En este sentido, ha
observado “un crecimiento acelerado del pago y los intercambios
bancarios a través de Internet; una diferencia sustancial entre los
costos del ‘front-office’, en la cual los bancos tratan directamente
con los clientes y los ‘back-office’, soportados en las tecnologías
para la producción de servicios que generalmente son invisibles a los
clientes, como el caso de Internet; y las combinaciones de servicios de
214 <
233
Internet y de oficinas físicas y redes ATM, algunos bancos utilizan una
‘clickand-mortero’, como estrategia de ejecución en que los bancos
transaccionales añaden un sitio de Internet para su integridad física”
(Berger, 2002, pág. 29).
Sin embargo, Berger, en sus recomendaciones, invita a los
investigadores a profundizar en los posibles vínculos del progreso
tecnológico y las correspondientes TIC con la productividad y otros
indicadores de rendimiento laboral todavía pendientes por explorar en
la dinámica contemporánea de las fusiones bancarias.
Adicionalmente, en una de las recomendaciones de Further
Evidence on the Link between Finance and Growth: An International
Analysis of Community Banking and Economic Performance (2004),
precisará que la dinámica bancaría y financiera por Internet deberá
ser monitoreada detenidamente por los investigadores, cada vez que
“las pruebas en la banca por Internet no son tan claras, debido a la
falta de experiencia con esta tecnología, al parecer la más grande de
los EE.UU. Los bancos que prestan servicios a la gran mayoría de los
clientes han adoptado esta tecnología, añadiendo transaccionales a los
sitios de Internet a las existentes física de oficinas y redes ATM. Al
igual que la experiencia con los cajeros automáticos a principios del
decenio de 1980, las presiones de la competencia pueden dar lugar a
que los clientes obtengan la mayoría o la totalidad de los beneficios de
la banca por Internet, por lo que es difícil de medir aun el aumento de
la productividad” (Berger, 2004, pág. 62).
En esta misma línea, se destacan los estudios de Claessens,
Glaessner, y Klingebiel (Claessens, Glaessner, & Klingebiel, 2002);
Han, Greene (Han & Greene, 2007), Hanley, Ennew, Binks (Hanley,
Ennew, & Blinks, 2006); Berger, De Young, Udell (Berger, DeYoung,
& Udell, 2001) en Efficiency Barriers to the Consolidation of the
European Financial Services Industry, y de los mismos junto a Genay
(Berger, DeYoung, Udell, & Genay, 2001), Globalization of Financial
234
Institutions: Evidence from Cross-Border Banking Performance.
Para el caso español y de la Unión Europea, se pueden citar los
estudios de Delgado y Nieto (Delgado, Nieto, & Hernando, 2004),
Incorporación de la tecnología de la información a la actividad bancaria
en España: la banca por Internet, y Perspectivas de rentabilidad de la
banca por Internet en Europa, y de los mismos autores en compañía de
Ignacio Hernando (Delgado, Nieto, & Hernando, 2004).
Recientemente, David Gómez G. y Jorge Sainz G publicaron, en la
revista Universia Business Review, los resultados de la investigación
sobre los efectos del Internet y de las TIC en general en la entidad
bancaria Renta 4, titulado “Cambio organizativo por las TIC en la
empresa financiera: el caso de Renta 4”. En este artículo, se analizan
los cambios internos de la estructura organizacional y los cambios
externos sobre el aumento significativo de transacciones y clientes. En
el estudio se advierten los impactos positivos del Internet en la entidad
como la reducción de costos operacionales, la optimización de tareas,
y el fortalecimiento de los departamentos, jalonados por la innovación
del departamento de tecnología. En una de sus conclusiones, dirán:
“La automatización o internetización de gran parte de las
tareas de pura intermediación y administrativas, permitió un
redimensio-namiento de la red, aligerando estructura en las
oficinas locales y abriendo nuevas oficinas con un coste muy
inferior al anterior. El personal de las oficinas pasó de ocupar un
rol de operador y de administrativo a un rol de asesor comercial
y especialización en operaciones relevantes” (Gómez & Sainz,
2008, pág. 105).
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(Endnotes)
1 PhD, en Economía Aplicada por la Universidad Rey Juan Carlos, Master en Sociedad
de la Información y del Conocimiento, Master en Evaluación de Impacto Ambiental, Espe-
cialista en Periodismo Económico y Gerencia de proyectos, Comunicador Social y Periodista
de la Universidad de La Sabana. Actualmente, Decano de la Facultad de Comunicación de la
Universidad de Los Hemisferios- Quito Ecuador; Director del Departamento de Comunicacio-
nes Institucionales y del Centro de Investigaciones de Comunicación y Opinión Pública de la
misma Universidad. Ha sido Director del programa de Comunicación Social y Periodismo de la
Facultad de Comunicación de la Universidad de La Sabana- Colombia; Coordinador académico
la especialización en Gerencia de la Comunicación Organizacional; investigador del Observa-
torio de Medios; y Director del Centro de Investigaciones de la Comunicación Organizacional
CICCO. Ha publicado 17 artículos científicos en las áreas de la comunicación, el periodismo,
y la gestión del conocimiento; y los libro en coautoría “Comunicación Empresarial: Plan estra-
tégico como herramienta gerencial” (2006), “Población y Desarrollo en los albores del siglo
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Rochester, 1998. Finance. DEA, Universidad Complutense de Madrid, 1994. P o -
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1992. Se ha desempeñado como: Deputy Director of Research. Madrid’s Regional Government.
September 2007-present. Associate Professor. Universidad Rey Juan Carlos, Applied Econom-
ics. March 2004 – present (On leave). Teaching Fellow. Applied Economics Department, Uni-
versidad Rey Juan Carlos. January 2000 – March 2004. Teaching Assistant. Simon School of
Business, University of Rochester, Department of Finance. August 1997 – May 1998. Teaching
Assistant. Universidad Complutense de Madrid, Department of Political Economy. August 1992
– September 1995; Visiting Fellow. Loyola College, Sellinger School of Business, August 2006
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