La Terapia de Las Emociones
La Terapia de Las Emociones
La Terapia de Las Emociones
Tras el establecimiento del vínculo inicial, se establece con el cliente un plan de trabajo.
Se consideran fuentes de aflicción problemas tales como no darse cuenta de los
sentimientos, valorarlos negativamente, estar en conflicto, tener sentimientos de malestar
no resueltos, resentimientos significativos, hacia otros o ser incapaz de regular la
proximidad en las relaciones.
Acceder a la emoción primaria que había sido interrumpida, ayuda a que se creen nuevas
metas.
La TFE no se apoya en preguntas directas del tipo ¿qué estás sintiendo?, ya que éstas
pueden aumentar la actitud defensiva del paciente; por el contrario, el método se basa en
responder de forma empática a los sentimientos o hacer conjeturas acerca de lo que los
clientes podrían estar sintiendo.
Relaciones problemáticas entre diferentes aspectos del sí
mismo.
Determinantes relacionados con lo interpersonal.
Aquí nos podemos centrar en las relaciones actuales o en temas no resueltos del pasado:
Dependencia interpersonal.
Determinantes individuales.
Evocar y explorar
Hay que activar los sentimientos difíciles durante la sesión. El terapeuta ha de centrarse
en el presente para poder analizar la expresión de ese momento y para intensificar la
experiencia y evocar los recuerdos. Con la finalidad de mantener la alianza, se necesita
que haya un acuerdo acerca de las tareas que se van a utilizar para acceder a los
sentimientos difíciles y establecer la dificultades.
La intervención se dirige a explorar los modos diferentes como los clientes bloquean la
experiencia justo en ese momento de la sesión. El bloqueo puede ir, incluso, hasta impedir
que emerjan las lágrimas. Por definición, tener que enfrentar lo que causa temor resulta
amenazante, por lo que hay que establecer una colaboración con el paciente.
Reestructurar la emoción.
Acceder a los esquemas emocionales desadaptativos centrales y/o a las emociones
primarias
Las que se ha accedido nuevamente en el mundo exterior y las dificultades que uno podría
encontrar al intentarlo.
De este modo, cuando una persona se siente mal, avergonzada, sin valía, el sentimiento
asociado tiene que ver con la tristeza y la vergüenza, y la meta/necesidad es sentirse
aceptable y valioso.
Así, uno puede acceder a los sentimientos adaptativos de tristeza o enfado por aquello
que echa de menos y esto ayuda a movilizar necesidades/intereses nuevos, así como
nuevas organizaciones del sí mismo.