07 Maldito Allende
07 Maldito Allende
07 Maldito Allende
E
n septiembre de 2013, y con cubierta de
Gipi, aparecía el primer número de la revista
de información La Revue Dessinée, una pu-
blicación trimestral de actualidad compuesta por
investigaciones periodísticas en viñetas. Era uno
de esos proyectos que solo pueden darse en merca-
dos editoriales fuertes, como el francés, y que tras
cuatro años de recorrido se ha consolidado con
una tirada de alrededor de veinte mil ejemplares y
con unos seis mil abonados. Para aquel número de
estreno se presentaron reportajes acerca de temas
tan variados, como el fenómeno de los «cuarenta
aullantes», que es el nombre que reciben los vien-
tos que corren entre los paralelos 40 y 50, o como
las polémicas explotaciones de gas de esquisto en
Québec. Con un nivel medio más que interesante,
destacaba, por encima de todas, una historieta del
corresponsal francés Olivier Bras y del dibujante
argentino Jorge González —«Allende, le dernier
combat»— centrada en las últimas horas de Salvador Allende como presidente de Chile
y en la toma del Palacio de la Moneda por parte de los militares, episodios de los que, por
entonces, se cumplían justamente cuarenta años.
Se pretende que este último, hijo de pinochetistas exiliados laborales en Sudáfrica, actúe
como hilo conductor de la novela, y que sus descubrimientos del pasado sean también los
de los lectores. Aunque, hasta cierto punto, su presencia es caprichosa, si se limita a actuar
de agente introductor el invento llega a funcionar, básicamente porque, poco a poco, se va
diluyendo, de manera afortunada y obligatoria, en lo que de verdad importa: los actores y
hechos históricos. La comparecencia de Leo no es molesta, es simplemente accesoria, pues
la propia realidad es lo suficientemente emocionante y turbadora como para captar toda
nuestra atención. Las biografías del presidente y del comandante en jefe, convertidos con
el tiempo en mutuas contrapartidas, se dibujan en paralelo hasta confluir, al principio de
manera tangencial, y, después, frente a frente. Personalidades que poseen tal cantidad de ma-
tices, de vivencias, que se erigen por sí mismas en caracteres de peso sumamente atractivos
para cualquier tipo de narración, siempre y cuando se sepan manejar.
A diferencia de libros más personales, caso de Fueye o de Dear Patagonia, o de sus tebeos
con Horacio Altuna, en ¡Maldito Allende! González podría haberse visto constreñido por las
exigencias de la veracidad. El margen de maniobra estaría entonces limitado, condicionado
por numerosas circunstancias. Si ha sido así, hay que aclarar que no se nota lo más mínimo.
Su estilo es el mismo, su grafismo igualmente emancipado, moviéndose con total indepen-
dencia sin por ello traicionar lo acaecido hace casi medio siglo.
¡Maldito Allende! es, concluyendo, un ensayo en forma de cómic, novelado por momentos,
que está basado en una prolongada y seria investigación. Es directo, reflexivo y analítico.
En sus objetivos es asimilable a las monografías de Patricia Verdugo (La Casa Blanca contra
Salvador Allende) o de Óscar Soto (El último día de Salvador Allende), con el añadido de que
crea una nueva y arriesgada iconografía de esa realidad.
Óscar Gual
Óscar Gual (1973), bibliotecario de profesión, viene colaborando en diferentes medios especializa-
dos en el mundo del cómic como Tebeosfera o Entrecomics. Es, además, autor del libro Viñetas
de posguerra: Los cómics como fuente para el estudio de la historia (2013).