Ficha Institucional

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Facultad de Psicología

Universidad Nacional de La Plata

Cátedra de Psicología Institucional

Ficha de cátedra: “Una aproximación al concepto de institución”

Autora: Luciana Chairo

Año: 2016

La Institución en el dominio histórico y social

La asignatura Psicología Institucional propone, como uno de sus objetivos


principales, indagar y reflexionar en torno a procesos institucionales, entendiendo
por ellos un movimiento continuo de fuerzas sociales.

Entre dichos procesos y las producciones subjetivas de cada sociedad existe, a


nuestro entender, una relación de tensión(1) que nos aleja de causalidades
deterministas o funcionalistas. Las instituciones producen las subjetividades que
luego serán reproductoras y transformadoras de las mismas.

Desde dicha perspectiva se intenta realizar una aproximación conceptual tomando


como referencia las ideas de algunos pensadores, que aún en sus diferencias,
comparten un paradigma de pensamiento que jerarquiza el término institución y lo
considera central para analizar y reflexionar en torno a las sociedades, su historia
y las producciones subjetivas que son efecto de ellas.
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A grandes rasgos, podríamos afirmar que el concepto de institución hace
referencia a todas aquellas estructuras que organizan la vida social, política y
económica. A su vez suponen cierto mecanismo de control u orden social y son
creadas justamente para facilitar la convivencia humana y el devenir de los lazos y
vínculos grupales en diferentes circunstancias o momentos de la vida.

Las instituciones son espacios concretos de producción de sentido, y de formas de


organización, singulares y difícilmente generalizables, ya que pertenecen a un
contexto socio histórico determinado, es decir, están inscriptas en el dominio
histórico y social, en la trama de la historia de las sociedades, de sus
transformaciones, de sus crisis y sus múltiples escenarios. En este sentido,
podemos adelantar, que el término institución ha sido protagonista de fuertes
avatares y contiendas en lo que respecta a su definición y empleo desde
diferentes perspectivas teóricas y prácticas, en diferentes momentos históricos.

Se reconocen dos grandes líneas de pensamiento respecto del concepto


institución: una perspectiva sostenida por la Sociología clásica (cuyos principales
exponentesfueron Spencer, Weber, Durkheim) que la define como el conjunto de
comportamientos y modos de pensamiento que el individuo halla prestablecidos y
cuya transmisión se efectúa por lo general a través de la educación. Así el peso de
la tradición domina el movimiento propio de la historia y se invisibiliza la voz de los
grupos, de los sujetos, de los consensos sociales. La institución se presenta,
desde esta perspectiva, como un sistema rígido de normas o reglas que ya están
ahí, dadas para ser reproducidas (2)

Esta idea de institución adoptada por la sociología clásica, también llamada


“ciencia de las instituciones”, es fuertemente criticada por una corriente
institucional que hoy por hoy representa el modelo teórico preponderante para la
explicación del fenómeno institucional. Entre sus notables están George
Lappasade y René Lourau. Son los movimientos sociales y políticos, en la década
del 60 y 70, de las clases subalternas, las instituciones de servicio (salud,

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educación) y las organizaciones populares (sindicatos, organizaciones barriales,
estudiantiles, campesinas, etc.) las que se articulan profundamente a esta
corriente, tanto en sus marcos teóricos de referencia, como en lo que respecta a
las prácticas.

Podemos afirmar que los autores del movimiento institucionalista francés


introducen una ruptura epistemológica y conceptual en el modo de definir y
operacionalizar el término institución; introducen una definición dinámica del
concepto y dan cuenta del juego de fuerzas visibles e invisibles que se ponen en
marcha en cada proceso de institucionalización.

Los invitamos ahora a un breve recorrido por los aportes de los diversos autores
referentes en el tema y de los cuales como cátedra nos valemos para analizar el
campo de lo institucional.

René Lourau: la institución como juego de fuerzas

RenéLouraupropone un modelo de estudio que se basa en la designación de los


tres niveles del análisis institucional: instituyente, instituido e
institucionalización.Lo instituido es sinónimo de orden establecido y de la ley
social, contrapuesto a lo instituyente representante del germen de cambio y que
pretende transformar, en alguna medida, las instituciones ya existentes. Lo
instituyente es el momento en que se funda una institución y según Lourau, la
dimensión que encarna la negatividad a lo instituido. Cuando aquí se habla de
negatividad, no se estaría haciendo referencia a una negación respecto del
contenido normativo de lo instituido, sino más bien a las múltiples formas en que
éste se encarna y a las diferencias que inscribe con tal proceso; lo que se niega es
la tendencia totalizante y universalizante de los instituidos.

A lo largo de la historia de las sociedades, puede verse como existe una fuerte
identificación de la institución con lo instituido, lo cual deja fuera el movimiento

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instituyente que permanentemente la trabaja, y sin lo cual la institución no podría
existir. Pero es importante subrayar que aquellas fuerzas instituyentes necesitan
también el apuntalamiento en lo instituido para tomar cuerpo, es decir, hablamos
de una inmanencia necesaria entre ambas fuerzas. Todas aquellas ideas, metas,
valores, utopías sociales, imaginarios transformadores sostenidos por las fuerzas
instituyentes, deben transformarse en proyectos para poder ser plasmados e
instituirse. Estos proyectos deben ser consensuados por los miembros de la
institución posibilitando la constitución de una fuerza colectiva capaz de desplazar
“el orden existente” por el nuevo orden. A este proceso se lo denomina
institucionalización y esta signado por avances, retrocesos, intentos fallidos, todo
lo cual constituye la historia y el mismo espacio institucional.

Lourau sostiene que la institución no es algo que, como lo señala el pensamiento


marxista, pertenezca a la superestructura, sino más bien forma parte de la base
social misma. Critica fuertemente algunas confusiones en lo que atañe a la
definición de institución y construye un concepto más riguroso, en el que muestra
cómo la institución opera en el marco de un conflicto entre las fuerzas instituyentes
y las fuerzas instituidas, en un permanente juegode fuerzas que da cuenta del
movimiento institucional en el proceso de institucionalización.

Refiere que la institución es “la forma que adopta la reproducción y producción de


relaciones sociales en un modo de producción dado” (3). Lugar donde se articulan
las formas que adoptan las determinaciones de las relaciones sociales. Supone un
análisis dialéctico de la institución que establece tres momentos: universalidad,
particularidad y singularidad.

El momento universal daría cuenta de lo instituido o ideológico de la institución.


Refiere al sistema de normas y objetivos universales que sostiene y que la
sostienen. Es un momento positivo que da cuenta de lo dado en el movimiento
institucional. En un segundo momento, lo particular como aquello negativo o
instituyente de la institución; es el momento de la institución que nos habla de la

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negatividad actuante, de cómo toda verdad universal deja de serlo cuando se
particulariza, cuando se encarna. Así expresa la multiplicidad de demandas de la
base social de la institución, que rebasan el mero consenso. Y por último, el
momento singular, de unidad negativa, de institucionalización u organizacional de
la institución, que nos habla del movimiento necesario para incorporar, al interior
de lo instituido como universal, la acción de lo negativo, de los desviantes que
manifiestan otros posibles. Aquí se expresa la dimensión organizacional de la
institución, es decir, todas aquellas formas sociales visibles que dan cuenta de su
existencia concreta.

Es importante señalar que este modo de pensar a la institución, amplía sus límites
y sus alcances; la aleja de su tradicional homologación o sinonimia con la noción
de establecimiento por un lado, y con el deorganizaciónpor otro. Si definimos
entonces a la institución tal como lo señalaCastoriadis “…una compleja
articulación entre componentes funcionales, simbólicos e imaginarios”, donde
dichos componentes son animados por fuerzas sociales en permanente
movimiento que para lograr inscribirse en el andar social requieren de una sanción
colectiva, es decir del consenso social a través de leyes o de las meras prácticas
cotidianas. Si sostenemos estas conceptualizaciones, estallan los muros rígidos
de los establecimientos, y la organización solo aludirá a una de las dimensiones
del concepto institución, dando cuenta del lugar donde las fuerzas institucionales
se materializan.

Gregorio Baremblitt: la institución como brújula

En consonancia con lo anterior, leemos en “Compendio del análisis


Institucional”de Baremblitt, que las instituciones son “árboles de decisión” que
regulan y organizan la vida social; así definen lo prohibido, lo permitido, lo que es
indiferente; prescriben valores, principios y modalidades del hacer social. Son
árboles de regulaciones lógicas que guían las actividades humanas de manera
consciente o no.(4)

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Cornelius Castoriadis: Institución como creación de sentido

Para Castoriadis la institución es una red de significaciones socialmente


sancionadas en la que se combina un componente funcional y un componente
imaginario. Es una creación originaria del campo social histórico que sobrepasa
toda producción posible de los individuos o de la subjetividad. Desde esta lectura,
las instituciones encarnan las significaciones imaginarias de determinada sociedad
en un momento histórico dado, con lo cual crean y a la vez apuntalan los
imaginarios sociales de cada época.

El autor señala que aquello que mantiene unida a la sociedad es su institución “el
complejo total de instituciones particulares, lo que yo llamo la institución de la
sociedad como un todo, entendiendo por institución normas, valores, lenguaje,
herramientas, procedimientos, y métodos de hacer frente a las cosas y de hacer
cosas…” (5). Lo que hace posible la continuidad de las sociedades en la historia, a
pesar de sus cambios, son las instituciones sociales que son parte del imaginario y
al mismo tiempo son conformadas por él. Las instituciones marcan una dirección
de sentido que los sujetos viven como normas, valores, lenguaje, imágenes y
formas; así, las instituciones no son sólo herramientas de creación sino
formadores de subjetividades.

Castoriadis propone que las instituciones sociales producen, a partir de la materia


prima humana, subjetividades que permiten ver a la sociedad como totalidad.
Tanto las instituciones como sus “mecanismos” de continuidad se incorporan en el
sujeto mediante la producción de subjetividades, tal es así que los sujetos son
“fragmentos ambulantes” de la institución de la sociedad. Por un lado reproducen
sus discursos, imágenes, mitos y prácticas; por el otro tienen la capacidad creativa
de leer o interpretar a la sociedad para transformarla.

La institución está hecha de múltiples instituciones particulares que forman un todo


coherente. Es una unidad total, es la cohesión de una red casi infinita de
significaciones que tienen una dirección de sentido para los diversos sujetos e

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instituciones que componen la sociedad. Esta red es lo que Castoriadis llama
magma de las significaciones sociales. El magma da unidad, cuerpo y orden a lo
que parece fragmentado y caótico. Por nombrar algunas: la religión, el dinero, los
mitos, los héroes, los dioses, el capitalismo, la modernidad, la nación, el partido, la
democracia; y también el papel que debemos desempeñar: hombre, mujer, madre,
hijo, hermano, hermana, alumno o profesor.

Castoriadis realiza una distinción entre la Institución Primera, que da cuenta de la


institución de la sociedad como un todo, que se imponen como un todo al individuo
e impone sus instituciones particulares. Y por otro lado, las Instituciones Segundas
que son estas instituciones particulares que forman parte de la sociedad. Se
distinguen dos clases: - Instituciones Transhistóricas: son aquellas que se han
mantenido siempre, que se transforman pero permanecen. Tales como el
lenguaje, los grupos de crianza, entre otras. - Instituciones Específicas: Tienen
una clara pertenencia a determinado momento histórico, a determinadas
sociedades.

Michel Foucault: institución como dispositivo

Luego del recorrido anterior, podemos pensar que concebir a la institución en


estos términos la acerca a la idea de dispositivo foulcaultiano, ya que da cuenta
de prácticas y discursos, formaciones discursivas y extradiscursivas, componentes
funcionales e imaginarios, donde las relaciones sociales son el motor privilegiado
para su institucionalización.

Foucault se dedica en gran parte de su obra a analizar cómo en muchas


ocasiones el juego móvil de fuerzas, que es necesario para sostener las relaciones
de poder, se rigidiza, pierde dinamismo, y produce dominio por parte del poder
instituido y hegemónico.

Este tema será profundizado en la unidad temática dedicada al pensamiento de


éste autor.

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A modo de cierre

No es la idea en este punto haber llegado a un saber acabado sobre una noción
tan compleja y multívoca como es el concepto institución; sino dar cuenta de las
diferentes interpretaciones que este término despierta y la necesaria revisión
constante que requiere, si confiamos en su potencia como herramienta de análisis
y terreno de intervención.

Consideramos que a pesar de las diferencias que se ponen de manifiesto en las


teorizaciones recorridas, se sostienen puntos en común, sobre todo en lo que
respecta a una idea de institución dinámica, atenta a las transformaciones
históricas y sociales, permeable y receptiva al movimiento de los grupos que la
hacen ser, y sujeta a relaciones de poder, siempre móviles, que la atraviesan.

La institución se convierte en un terreno fértil para el análisis y una herramienta


central para apuntalar las transformaciones de nuestra realidad social.

Notas

(1)Fernandez A. M Cap. VIII Notas para la constitución de un campo de


problemas de la subjetividad en Instituciones Estalladas. EUDEBA – Buenos Aires
– 1999.Pág: 275/276
(2)Lourau, R. y Lapassade, G. Cap. 10. El análisis institucional en Claves de la
Sociología. Pág. 57. Editorial Laia - Barcelona – 1977.
(3)Lourau, R. y Lapassade, G. Cap. 10. El análisis institucional en Claves de la
Sociología. Pág. 61. Editorial Laia - Barcelona – 1977.
(4)Baremblitt, G. Cap. II Sociedades e Instituciones en Compendio de Análisis
Institucional. Pág 33. Ediciones Madres de Plaza de Mayo. Buenos Aires. 2005.

(5) Castoriadis, C. Lo imaginario: la creación en el dominio histórico social en Los


dominios del Hombre: Las Encrucijadas del Laberinto. Pág. 67. Gedisa Editorial -
Barcelona – 1997.

Bibliografía

 BAREMBLITT, G. Cap. II Sociedades e Instituciones en Compendio de Análisis


Institucional. Ediciones Madres de Plaza de Mayo. Buenos Aires. 2005.

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 CASTORIADIS, C. Lo imaginario: la creación en el dominio histórico social en
Los dominios del Hombre: Las Encrucijadas del Laberinto. Gedisa Editorial -
Barcelona – 1997.
 CASTORIADIS, C. Caps. Imaginario e imaginación en la encrucijada,
Institución primera de la sociedad e instituciones segundas y Nuevamente
sobre la psique y la sociedad en Figuras de lo Pensable. Fondo de Cultura
Económica – Buenos Aires – 2001.
 FERNÁNDEZ, Ana M. Notas para la constitución de un campo de problemas
de la subjetividad en Instituciones Estalladas. EUDEBA – Buenos Aires – 1999.
 FOUCAULT, M. El sujeto y el poder en Discurso, Poder y Subjetividad.
Ediciones El Cielo por Asalto - Buenos Aires – 1995. (Ob. cit)
 FOUCAULT, M. Caps. El juego de Michel Foucault y Nuevo orden interior y
control social en Saber y Verdad. Las Ediciones de la Piqueta – Madrid – 1991
 LOURAU, R. y LAPASSADE, G. Cap. 10. El análisis institucional en Claves de
la Sociología. Editorial Laia - Barcelona – 1977.

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