Unidad III Geografia Economica
Unidad III Geografia Economica
Unidad III Geografia Economica
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Actividades industriales en México y en el mundo.
INTRODUCCIÓN:
La industria manufacturera es dentro de las actividades económicas secundarias la de mayor importancia como creadora de riqueza y de
oportunidades para el trabajo. Algunos fenómenos de la economía mundial permitieron el desarrollo de la pequeña y mediana industrias en países
como el nuestro, también la globalización las grandes empresas que instalan plantas de ensamble o maquila-doras en regiones donde hay
condiciones para obtener más utilidades.
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
3.1 Realiza las lecturas que se presentan en la unidad.
3.2 Elabora un mapa conceptual de las actividades secundarias de la Economía (energéticos, transportación, extracción).
3.3 Realiza un cuadro comparativo de los tipos de industria que existen en México (extracción, básica o pesada, ligera o de
transformación, manufacturera, maquiladora y de la construcción) considerando su evolución, situación actual perspectivas y factores que
favorecen su desarrollo.
3.4 Elabora una síntesis de una cuartilla acerca de la importancia de la economía en la industria moderna.
Objetivo particular
Analizar los factores que inciden en el proceso de industrialización y correlacionarlos con los hechos reales desde el punto de vista geográfico para
deducir causas y efectos de este sector.
CONTENIDOS
La importancia económica de Petróleos Mexicanos para la nación se puede medir desde luego por las siguientes cifras: da ocupación a varias
decenas de miles de trabajadores y paga mejores salarios que en muchas otras industrias; utiliza la capacidad íntegramente de ingenieros y
técnicos mexicanos, impulsando la investigación; solamente en 1996 exportó productos por valor de 10 705 millones de dólares
ENERGÍA ELÉCTRICA
El incremento de la potencia instalada y la producción de energía eléctrica, en las últimas décadas, es uno de los índices que muestran el
progreso económico de México. Esto está ligado, como es natural, tanto al creciente ritmo en el consumo de energía por parte de empresas
industriales, como a la expansión de las ciudades, al acelerado aumento de construcción de edificios y casas-habitación, igual que al paulatino
mejoramiento del nivel de vida de diversos sectores de la población mexicana, que apremian a satisfacer necesidades mayores cada día, entre
ellas la de luz y fuerza. Este crecimiento y desarrollo fueron consecuencia de las reformas sociales que la Revolución Mexicana pudo llevar a cabo
en la estructura del país.
Desde fines del siglo XIX, la iniciativa privada, con capital extranjero principalmente, comenzó a desarrollar los primeros sistemas hidroeléctricos,
en zonas industriales de Veracruz y Puebla (Necaxa), Distrito Federal y otras aisladas del centro y norte del país. Sin embargo, el mayor impulso se
produjo a partir de 1937, cuando fue creada la Comisión Federal de Electricidad, institución oficial destinada a promover una electrificación rápida y
eficiente del país. Entre 1981 y 1996, el aumento en la producción de energía eléctrica fue de 120 %, y también en la capacidad instalada, que
aumentó de 20 kW a cerca de 35 millones de kW, la producción pasó de 5336 millones de kilovatios- hora (kWh), en 1952, a 15 190 millones de
kWh en 1981. El ritmo de incremento anual del periodo 1952-1978 en la producción de energía eléctrica fue de una tasa simple de 9%; mientras
que el ritmo de crecimiento de la tasa media anual de la capacidad instalada, en el mismo periodo, se elevó a 8.8% y a 6% entre 1990 y 1997.
En 1988, la distribución del volumen de generación de plantas que producen la energía se observa predominio de las plantas geotérmicas sobre
las hidráulicas. Así, 85%corresponde a las primeras (donde se incluyen tanto geotérmicas, carboeléctricas y la nucleoeléctrica de Laguna Verde);
14 %, a las hidroeléctricas, y menos de 1 %, a las movidas por el viento (eólicas).
Son de servicio público 95% del total, y 5% para uso privado. La importancia de la industria se refleja en el hecho de que el consumo en
establecimientos fabriles absorbe dos veces más energía que en residencias o comercios. Por otro lado, debe mencionarse el hecho de que hasta
hace pocos años, Estados Unidos de América consumía algunos millones de kilovatios-hora para satisfacer las necesidades de algunas ciudades
fronterizas estadounidenses, desde Baja California hasta Tamaulipas. No obstante, en 2001 sucede lo contrario en la zona fronteriza de Baja
California, debido a la crisis energética en el estado vecino.
Problemas en la distribución de la energía eléctrica
Es patente que el país todavía dista mucho de estar abastecido convenientemente en materia-de energía eléctrica. Todavía queda por atender,
en este sentido, a un 5% de la población mexicana que aún no se beneficia de estos servicios de las plantas nacionales (véase fig. 11.2).Muchas
regiones del sur este, sur y zonas montañosas o desérticas no disponen de este elemental servicio.
Fig. 11.2. Ubicación geográfica de sistemas eléctricos, interconexiones y plantas de energía eléctrica.
En realidad, la red eléctrica está mal distribuida en el territorio nacional, pues en 1997 Veracruz concentraba 4 millones de megawats de la
capacidad instalada en el país; Chiapas, 3.9; Tamaulipas, Baja California, Colima, Estado de México, Sinaloa y Sonora, 1.5 millones de kilovatios
cada uno, en tanto que Coahuila e Hidalgo sólo participaban con 2.3 y 2.7 millones, respectivamente, así como Nuevo León, con un millón. A su
vez, Guanajuato y Nayarit disponían aproximadamente del mismo número de kilovatios; o sea que estos estados constituyen 77% de la cifra
nacional. En el cuadro 11.1 se muestran las plantas de producción de energía eléctrica por entidad federativa.
Es importante mencionar que el gobierno federal adquirió en 1960, mediante compra, las principales empresas eléctricas que hasta entonces
eran de capital privado y, en buena parte, extranjero; unas, pertenecientes a la American and Foreign Power Co.; otras, a la Mexicana Light and
Power Co., y otras más, que eran independientes de éstas. Posteriormente, se ha venido reorganizando la industria eléctrica, con la incorporación
de varias de esas empresas a la Comisión Federal de Electricidad; se unió, durante 1974, a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, la cual
distribuía también energía producida por la CFE. Otras empresas que todavía no han pasado a ser propiedad del gobierno atienden con sus
plantas privadas los servicios propios.
El territorio nacional se ha dividido en regiones de generación eléctrica e interconexión, que en buena medida coinciden con las grandes
regiones geoeconómicas: noroeste, norte, noreste, centro-occidente, central, oriente, sureste peninsular de Yucatán y, en forma especial, Baja
California.
En los últimos años se han construido plantas y sistemas hidroeléctricos de gran importancia, y que también son de interés mundial,
sobresaliendo las obras de las presas de Infiernillo y la Villita, en los límites de Guerrero y Michoacán, así como las de Nezahualcóyotl o Malpaso,
la Angostura, Chicoasén y Peñitas (en Chiapas). Con anterioridad se habían terminado las presas de La Amistad (sobre el río Bravo, entre
Coahuila y Texas).También son importantes las plantas de los sistemas de Necaxa y Lerma-Chapala; además, el conjunto de Valle de Bravo hasta
Tingambato, en el suroeste del Estado de México y los límites de Guerrero. Existen grandes plantas en Temascal (curso del Tonto-Papaloapan),
sobre el bajo río Fuerte y el Yaqui.
Asimismo, deben mencionarse varias grandes plantas termoeléctricas en Tijuana, Monterrey, Lechería, Puebla, Poza Rica, Celaya, Mérida y
Guaymas. Recientemente se han terminado las nuevas plantas de Guaymas, Salamanca, Monterrey y las ampliaciones en la térmica del valle de
México e hidroeléctrica de Infiernillo. Se terminó la planta Aguamilpa (sobre el curso del río Santiago, en Nayarit, una de las más grandes del país).
Esta en operación Cerro Prieto, situada cerca de Mexicali, la cual trabaja a base de energía geotérmica y se construyó la primera planta
nucleoeléctrica de Laguna Verde (en Veracruz), la cual tiene una potencia instalada de 1 308 000 kilovatios(véase fig. 11.3). No obstante que la
producción de energía eléctrica subió de 19 360 (1984) a 35 675 (1999), se requiere cubrir necesidades cada vez mayores (véase cuadro 11.2).
Cuadro 11.1. Plantas eléctricas instaladas en el país, su capacidad y tipo por
entidad federativa, 1997.
Capacidad de planta
(megawatts)
Número
Entidad federativa Total Hidráulica Térmica
De plantas
Aguascalientes - - - -
Baja California 24 1 419 - 1 419
Baja California Sur 22 273 - 273
Campeche 5 164 - 164
Coahuila 21 2 754 - 2 754
Colima 6 1 900 - 1 900
Chiapas 30 3 929 3 929 -
Chihuahua 23 912 28 884
Distrito Federal 4 148 2 148
Durango 10 615 - 615
Guanajuato 7 866 - 866
Guerrero 27 3 781 1 638 2 143
Hidalgo 16 2 278 296 1 500
Jalisco 18 390 390 -
México 40 1 540 348 1 200
Michoacán 39 596 508 88
Morelos - - - -
Nayarit 22 963 962 1
Nuevo León 19 1 004 - 1 004
Oaxaca 15 358 356 2
Puebla 37 471 429 42
Querétaro 5 218 - 218
Quintana Roo 14 256 - 256
San Luis Potosí 7 720 20 700
Sinaloa 20 1 780 777 1 006
Sonora 24 1 451 164 1 287
Tabasco - - - -
Tamaulipas 12 1 231 32 1 199
Tlaxcala - - - -
Veracruz 36 4 070 -91 3 979
Yucatán 11 564 - 564
Zacatecas - - - -
Plantas móviles 153 153 - -
Total nacional 564 34 815 10 034 24 779
FUENTE: Estadísticas del medio ambiente INEGI, 2000.
En varias ciudades importantes, sobre todo del centro y noroeste, se han instalado grandes plantas de almacenamiento y terminales de depósito,
a donde llegan el petróleo o sus derivados, gracias a la flota petrolera, que consta de cerca de 30 barcos de calado regular, algunos de ellos
terminados recientemente en los astilleros de Japón e Inglaterra. Los oleoductos principales van de Poza Rica al Distrito Federal y a Salamanca; de
la propia Poza Rica a Tampico y se prolonga a Monterrey, Chihuahua y Ciudad Juárez, y de Minatitlán a Salina Cruz, así como desde Tabasco y el
istmo de Tehuantepec a Veracruz, Puebla, el Distrito Federal y otras ciudades del centro del país. También los gasoductos se han multiplicado
desde las zonas productoras del este y sureste a las grandes urbes. Es notable el aumento de la longitud de los ductos.
Se ha puesto especial interés en hacer llegar los productos al noroeste (sobre todo, a Sonora, Sinaloa y Baja California), que se encuentra muy
alejado de las refinerías, y que anteriormente importaba en gran cantidad combustible de Estados Unidos de América, lo cual representaba fuertes
erogaciones (este fenómeno se registra también en la faja fronteriza de Chihuahua y Coahuila).Por otro lado, hay gasoductos de Reynosa a
Matamoros, Torreón y Chihuahua, a Monterrey y Saltillo; de Poza Rica a México y de Ciudad Pemex al propio Distrito Federal y a Guadalajara.
Desde hace algunos años se perfora y explota petróleo en terrenos de la, plataforma continental frente a Coatzacoalcos y Tuxpan-Tampico, en
tanto que siguen adelante los reconocimientos en Coahuila, San Luis Potosí, Chihuahua, Puebla, Oaxaca, Baja California y Campeche. Los
principales yacimientos de petróleo y gas no son los que se encuentran en tierra firme sino aquellos situados en la plataforma de Campeche, que
producen más de 80% de los hidrocarburos que son explotados a partir de 1972-1974. Por otro lado, tiene importancia la zona de Tabasco-norte de
Chiapas, que proporciona cerca de 16% de la producción total, en tanto que las antiguas regiones de las huastecas Veracruz a tamaulipeca han
reducido su participación (véase fig.11.4).
Las compañías petroleras extranjeras, que comenzaron a producir combustible desde principios de siglo, elevaron el volumen al máximo en 1921,
pero después descendió la explotación en forma notable debido a razones económicas.
Fig. 11.1. Ubicación geográfica de la industria petrolera (tomado de Estadística del medio ambiente, INEGI, 1999)
A partir de 1938, la producción de crudos y destilados aumentó notablemente, impulsada por los efectos de la Segunda Guerra Mundial y el
crecimiento de la industria nacional, alcanzando en 1998 un total aproximado de 3 millones de barriles diarios, al mismo tiempo que se obtenían 4.4
miles de millones de pies cúbicos diarios de gas (véase cuadro 11.4). El incremento en la producción bastó después para satisfacer las
necesidades internas; se exportaron productos petroleros con valor total de 9920 millones de dólares en 1999. A partir de 1990 ha venido
disminuyendo el porcentaje de exportaciones petroleras en total, ya que en 1998 sólo representaban 6.1 % del conjunto.
La petroquímica ha venido creciendo en forma destacada a partir de 1990 y en buena medida se exporta, llegando en 1997 a 1481 millones de
pesos, aunque las importaciones sumaron 384 millones. Los principales productos de la petroquímica incluyen amoniaco, anhídrido carbónico,
etano, etileno y propileno. A su vez, la industria petroquímica secundaria se especializa en la producción de fertilizantes secundaria se especializa
en la producción de fertilizantes nitrogenados, fibras químicas, resinas sintéticas y productos intermedios.
Entre éstos, se pueden citar el negro de humo, fertilizantes, urea, mentol, acetileno, acetona, etc. De acuerdo con la Ley Reglamentaria del
artículo 27, expedida en noviembre de 1958, la industria petroquímica básica permanecerá en poder del Estado y sólo la producción secundaria
podrá estar en manos de la iniciativa privada. Ya se han formado grandes complejos petroquímicos en Minatitlán, Pajaritos, Salamanca y
Guadalajara; en 1998 existían 468 plantas petroquímicas, 126 de ellas en el Estado de México, 81 en Veracruz y 74 en el Distrito Federal. Las
reservas probadas de hidrocarburos superan los 60 mil millones de barriles, de los cuales 41 000 son de crudo (otras fuentes de la Secretaría de
Energía señalan como reserva petrolera aproximadamente 48 mil millones de barriles).
La industria petrolera requiere hacer grandes inversiones para ampliar su capacidad de producción, refinación y transformación petroquímica;
además, se enfrenta a constantes variaciones en los precios del mercado mundial.
Cuadro 11.4. Producción de gas natural y derivados del petróleo, 1996.
Miles de barriles
Producto
diarios
Gas licuado 62.3
Gasolinas 416.5
Turbosina 61.7
Otros productos terminados
Diesel. 269.5
Combustóleo y residuos 418.0
Asfaltos 23.3
FUENTE: Anuario estadístico 1997, INEGI.
En consecuencia, Pemex deberá disponer de enormes sumas de dinero y someterse a una reorganización completa para liquidar gastos
innecesarios. Aprovechando esa circunstancia, algunos analistas proponen una privatización cada vez mayor de la petroquímica e incluso la
apertura en determinadas ramas de la industria. Lo que resulta evidente es la necesidad de incrementar la eficiencia de Petróleos Mexicanos,
evitando que se repita la situación de 1938.
OBSTÁCULOS QUE ENFRENTA LA MINERÍA
Los problemas que afronta la industria extractiva en nuestro país son muy diversos y complejos. Aquí sólo se consideran los que parecen
básicos para el estudiante de ciencias sociales, especialmente de economía y geografía socioeconómica.
En primer lugar, el hecho de que nuestra minería esté en gran medida sujeta a las condiciones del mercado mundial y a los intereses de los
intermediarios extranjeros, en sus ramas de mayor importancia, representa un grave obstáculo para el sano desarrollo de la economía nacional.
Como se observa en la figura 11.5, México continúa siendo un productor importante de materias primas de origen mineral que únicamente se
extraen y se refinan dentro de nuestro territorio, exportándose en forma de concentrados a Estados Unidos de América o Europa, para ser
transformados allá en diversos artículos que alcanzan precios muy altos y se venden a cambio de divisas en moneda fuerte.
Tres grandes monopolios estadounidenses absorbían, en 1960, la mayor parte de la producción mexicana de interés comercial e industrial:
a) La American Smelting and Refining Co. (ASARCO), que controlaba muchos trabajos en las ricas minas y fundiciones de plomo, zinc,
plata, otro y otros metales de aleación.
b) La American Metal Co., también con intereses en los polimetales, pero dirigida especialmente a labores relacionadas con plomo y zinc.
c) La Anaconda Copper Co., que desde hace varios decenios explota las riquezas de mineral de cobre en Cananea y Nacozari y, que hasta
la fecha, continúa operando en esa región.
Por supuesto, dichas empresas laboraban mediante diversas compañías filiales (como la Cananea Copper, The Fresnillo Mining y otras con
nombres castellanos), lo que les daba un gran radio de acción.
En 1960, 98%del cobre, 90 % del plomo, 97% del zinc, 60 % de la plata y 47% del oro mexicanos eran explotados por compañías extranjeras
radicadas en México. De éstas, la ASARCO producía 42 % del plomo, 47% del zinc y 5% de la plata, en tanto que la American Metal Co.,
alcanzaba 22 % del plomo, 29 %del zinc y 15%de la plata, y finalmente, la Anaconda Copper contribuía con la mayor parte del cobre nacional.
Además, la ASARCO controlaba todas las fundiciones del zinc y 70% de las que trabajaban el plomo.
Uno de los casos más notorios de explotación de nuestros recursos minerales por compañías extranjeras fue hasta hace pocos años el de las
compañías azufreras de compañías azufreras de Texas en el istmo de Tehuantepec. La situación de dominio extranjero cambió a partir de 1961,
con la expedición de la nueva ley minera (que se expone más adelante) para ir "mexicanizando" la minería.
FUENTE: Anuario estadístico 1997, INEGI. Estadísticas del medio ambiente, INEGI, 2000.
El resto de las importaciones estuvo integrado por materiales intermedios y productos finales. En cuanto a los primeros, destacan las compras de
lámina, hojalata y barra para usos diversos, y en lo que se refiere a los productos finales, se importaron cojinetes (baleros), flechas de trasmisión,
etcétera.
Las exportaciones, en 1996, ascendieron a 3084 millones de dólares, incluyendo sólo tubos de hierro o acero, barras y lingotes, estructuras y
perfiles, así como chapas laminadas. Los productos más importantes fueron los tubos de acero, que en su conjunto representaron 27% de las
ventas totales al exterior.
En proporción mundial, la industria siderúrgica de México es de relativa importancia e indica un desarrollo de tipo medio; pero tiene significación
continental, debido al escaso desenvolvimiento de los demás países de América Latina. Sólo Brasil ha superado nuestra producción de acero;
sobre todo, gracias a las famosas fundiciones de Volta Redonda, situadas cerca de Silo Paulo. Sin embargo, el ritmo de avance de esta industria
en México es acelerado, respecto del hierro esponja, como del hierro y acero en barras, alambrón, planchas, lámina y tubos de acero con costura y
sin ella.
Una solución parcial al problema del abastecimiento de productos siderúrgicos es la instalación de nuevas plantas en otras regiones del país; por
ejemplo, en Colima, Jalisco o Michoacán, para utilizar los grandes yacimientos de hierro de Las Truchas, Plutón, Peña Colorada u otros de interés
comercial; podrían usarse también las reservas de carbón de las cuencas de la Mixteca o de Sonora. Otras fábricas podrían construirse en el
estado de Guanajuato de San Luis Potosí, menos distantes de las fuentes de materia prima, principalmente del cerro del Mercado, en Durango
(mineral de hierro), y de la cuenca carbonífera de Nueva Rosita, además de que se surtirían mercados en crecimiento de la Zona central.
El más importante proyecto para la construcción de una nueva planta siderúrgica es el de Las Truchas, que se formalizó enjulio de 1969, y que
comenzó a trabajar en 1976 en el municipio de Melchor Ocampo, Michoacán, muy cerca de la desembocadura del río Balsas. Está alimentada con
mineral de hierro del propio yacimiento Las Truchas y de Plutón (Guerrero), utiliza 1.8 millones de toneladas al año, además de 600 000 toneladas
de carbón y coque de Coahuila, pero fue necesario importar combustible de Australia. Se necesitarían 60 000 toneladas de manganeso de Autlán;
600 000 toneladas de caliza de Ojo de Agua, Michoacán, además de 20.000 toneladas de dolomita, procedentes de El Ocotito, Guerrero, espato
flúor de Coahuila y bauxita de importación. Consume unos 1000 millones de kilovatios-hora para los hornos eléctricos de reducción, ya asegurados
por la terminación de la presa La Villita (José María Morelos), sobre el bajo Balsas.
Desde 1976 existe el puerto Lázaro Cárdenas en la desembocadura del Balsas y un ramal ferroviario de 200 km que va desde Empalme
Coróndiro (sobre la vía Uruapan-Apatzingán) hasta el puerto del Balsas; este último se inauguró a fines de 1979.
Esta gran obra llegó a constituir la más importante contribución al desarrollo económico de las costas de Michoacán y Guerrero, con lo que a la
larga se multiplicarán las industrias y crecerán las ciudades de la zona sur de México.
SITUACIÓN DE LA.INDUSTRIA POR RAMAS DE ACTIVIDAD
Industria textil. Es de las más antiguas en México y ocupa un lugar muy importante en el
sector de manufacturas de artículos para el consumo.
En 1980, según el censo, la inversión fija bruta en esta industria alcanzaba 8657 millones de
pesos, en tanto que las materias primas consumidas llegaron a 22 861 millones.
La producción de textiles de; algodón bajó de 1979 a 1985, de 154000 toneladas a 22 000;
en tanto que la correspondiente a la de fibras artificiales bajó de 269 000 a 61 000; el total de la
industria textil pasó de 662 000 amenos de200 000 toneladas en el periodo señalado (véase
fig. 12.2).
Además, de estas dos grandes ramas de la industria textil de fibras blandas, existen otras
más pequeñas que han ido adquiriendo importancia, de las cuales se deben señalar: la
industria productora de encajes, la de calcetines y tobilleras, la de medias, la rama de telas
industriales y la fabricación de alfombras.
Fig. 12.2. Aspectos de una empresa dedicada a la industria
textil
El número total de establecimientos de esta industria existentes en 1930 era de 578, Y daban ocupación a 53 747 personas. Para 1994, el
número de establecimientos ascendió a 44126, con 547 290 empleados, y el valor de su producción bruta total fue de 39089 millones de pesos. En
1999 las fábricas textiles y de calzado empleaban 15% de los trabajadores y exportaban más de 11 mil millones de dólares
Industria alimentaria. Dentro de la industria de transformación, la alimentaria ocupa un lugar muy importante, tanto por su volumen de
producción como por el número de trabajadores.
Ha crecido enormemente esta industria junto con la de bebidas, pues en 1930 era sólo de 10 115 el número de establecimientos, y daba
ocupación a 45 598 trabajadores; para1955, tenía ya un total de 23 968 establecimientos que daban ocupación a 294 191 personas. Finalmente, en
1994, el número de establecimientos fue de 91 932, y absorbieron a 704 317 obreros y empleados; su valor de producción fue de 126 000 millones
de pesos. En el cuadro 12.1 se muestra la producción y el personal empleado por los principales sectores de la industria ligera de la
transformación.
Industria del tabaco. Esta es una de las más antiguas de México, la cual tenía 154 establecimientos en 1930 que daban ocupación a 6511
trabajadores; en 1994, el número se redujo a 38, con un total de 7778 personas empleadas, y el valor de la producción fue de 6286 millones de
pesos. La reducción en el número de establecimientos y en el personal ocupado es resultado de la modernización de las principales fábricas, que
absorbieron a las pequeñas, ya que esta industria sólo puede operar con plantas medianas y grandes. En conjunto, las industrias de alimentos,
bebidas y tabacos en 1999 representaba 25 % de la producción manufacturera y el de empleados.
Cuadro 12.1. Principales sectores de la industria ligera de la transformación, 1993.
Producción
Personal
Tipo de industria (miles de
ocupado
pesos)
Industria de la carne 40 103 8 169
Leche condensada y otros lácteos 57 281 13 360
Empacado y envasado de frutas y legumbres 44 995 5 492
Empacado y enlatado de pescados y mariscos 15 990 1 675
Molienda de trigo 8 646 2 865
Harina de maíz 1 859 815
Beneficio y molienda de café 2 756 264
Galletas y pastas alimenticias 21 297 2 277
Aceites, margarinas y grasas vegetales 12 194 5 999
Alimentos para animales 14 816 6 915
Malta y cerveza 21 392 8 488
Refrescos, aguas gaseosas y purificadas 105 085 16 697
Cigarros 4 322 6 021
Hilados, tejido y acabados de fibras blandas 116 753 12 127
Prendas de vestir 209 623 10 463
Pastas de celulosa, papel y productos 63 787 13 727
Imprentas y editoriales 133 568 13 728
Plantas y cámaras 10 394 2 638
Abonos y fertilizantes 5 728 2 162
Fibras celulósicas y otras fibras artificiales 14 475 3 804
Pinturas, barnices, lacas y productos similares 11 960 3 208
Jabones, detergentes y otros productos 13 280 5 175
Aceites lubricantes 5 165 2 285
Coque y otros derivados del carbón mineral 2 099 670
Vidrio plano liso y labrado 6 108 1 596
Fibra de vidrio y cristal inastillable 2 158 280
Envases y ampolletas de vidrio 12 668 3 152
Materiales de arcilla para construcción 47 426 3 268
Industria de la madera y productos 168 023 9 343
Almidones, féculas y levaduras 2 994 1 167
Botanas 19 453 4 671
Petróleo y gas natural 26 427 46 974
Producción de minerales metálicos 26 913 4 256
Producción de minerales no metálicos 34 412 2 972
Extracción o beneficio de minerales de hierro 4 358 1 455
FUENTE: Censos económicos 1994, INEGI.
Industria química. En 1930 la industria química registró 149 establecimientos, los cuales se incrementaron seis veces en 1955, Y sumaron
1131. El personal ocupado mostró el incremento más significativo, al pasar de 2026 a 87 776 para los años comparados, respectivamente. La
evolución que se observó en esta industria fue tan favorable que, para 1994, el número de establecimientos ascendió a 7091; el personal ocupado
fue de 380 000; y el valor de su producción bruta total alcanzó la cantidad de 124 mil millones de pesos. En 1999 se hicieron exportaciones por
8000 millones de dólares y se dio empleo a 17% del total en la rama manufacturera.
Productos metálicos, maquinaria y equipo. Esta industria, que es de las más modernas y ha contribuido a la integración industrial del país,
disponía, en 1994, de 44 674 establecimientos y dio ocupación a 781 000 personas, con valor de producción por 70 000 millones de pesos. En
1999 fue la rama más importante en cuanto a las industrias de la transformación con 89 000 millones de dólares en exportaciones y 28% de
empleados.
Construcción, ensamble y reparación de equipos y materiales de transporte incluyendo automóviles y camiones. La industria automotriz
estaba constituida, en 1940, por 37 establecimientos, los cuales, para 1955, ascendían a 1756. El personal ocupado en este último año fue de 19
591 contra sólo 1756 en 1940. En 1994 operaban en esta industria 1572 establecimientos; el número de trabajadores se elevaba a 181 000 Y el
valor de su producción bruta total era de 65 961 millones de pesos.
FENTES: Sistema de cuentas nacionales de México, INEGI, 2000. Estadísticas del medio
ambiente, INEGI, 2000.
Regiones industriales
En las figuras 12.4 y 12.5 se muestra la distribución por grupo de actividades de las industrias de la transformación. La industria productora de
bienes de alimentación que, tal como se mencionó, ocupa, por su importancia, uno de los primeros lugares en la industria de la transformación, es
una de las que se encuentran más dispersas en México; por tanto, es difícil hablar, de hecho, de una concentración especial en determinadas
regiones del territorio nacional; esto mismo puede decirse también de la industria productora de bebidas.
Las industrias tabacaleras se encuentran ubicadas en Monterrey, que es la más importante ciudad productora del país, Toluca, Naucalpan,
Irapuato, Tepic, Tijuana, Veracruz y Zamora.
Las empresas textiles, asimismo, se encuentran muy difundidas por toda la república; y son sus principales centros: Puebla, Mérida, Naucalpan y
otros municipios del Estado de México, así como Guadalajara, Tenango de Río Blanco, San Luis Potosí, Matamoros y Atlixco,en Puebla.
La producción de calzado y prendas de vestir existe especialmente en el Distrito Federal, León, Guadalajara y Puebla. El desarrollo de esta
industria, en el resto del país, ha sido bastante limitado. . Igualmente, la industria de la madera y el corcho tiene un escaso desarrollo en otras
zonas de la República Mexicana, y se encuentra concentrada en los estados de Chihuahua, Durango, Oaxaca, Michoacán y Guerrero. El núcleo de
fabricación y reparación de muebles está en el Distrito Federal y al norte de éste, en el Estado de México. La otra única región de importancia se
localiza en el área metropolitana de Monterrey.
Son muy poderosas las fábricas de papel y celulosa. Por ello, se construyeron cerca de los lugares donde existe la materia prima, como es el
caso de las empresas en Cuauhtémoc, Chihuahua; Tuxtepec, Oaxaca; Atenquique, Jalisco, o próximas al mercado de consumo, como sucede con
las empresas del Distrito Federal, Estado de México Monterrey.
Las grandes casas impresoras y editoras también se encuentran concentradas profusamente en el Distrito Federal (que absorbe más de 57% de
esa actividad), en las ciudades de Guadalajara, Monterrey y Naucalpan. El resto de la producción se halla relativamente dispersa en todo el país,
principalmente en las capitales regionales.
Las industrias del cuero y piel (excepto zapatos) están escasamente desarrolladas y no pertenecen a las grandes industrias de transformación.
Su producción más sobresaliente se localiza en el Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Jalisco y Nuevo León.
Por su parte, la industria que fabrica y repara artículos de hule se encuentra casi totalmente agrupada en el Distrito Federal y el Estado de
México, sin que deje de ser de gran importancia la de diversos municipios de las grandes ciudades: Monterrey, Guadalajara, Toluca y León; los
niveles de producción en otros sitios son comparativamente bajos.
Localización de empresas de productos químicos y metálicos
La mayor parte de la industria química (excepto la petroquímica), se encuentra, sobre todo, en el Estado de México, la cual absorbe más de 14%
del total. Se localiza también, aunque en menor escala, en el Distrito Federal, en Nuevo León, Jalisco y otras entidades del centro y del norte.
La distribución de la industria productora de derivados del petróleo y del carbón mineral está condicionada en forma fundamental por la
localización de los recursos naturales y los ductos. En petroquímica, sobresalen zonas como el sur y norte de Veracruz, Estado de México, el
Distrito Federal; Tamaulipas, Salamanca, en El Bajío, y Tabasco-Chiapas. A su vez, Coahuila y Monterrey obtienen coque y otros productos del
carbón mineral.
La industria transformadora de productos minerales no metálicos para construcción se encuentra concentrada, en forma importante, en la zona
que forman el Distrito Federal, el Estado de México e Hidalgo y, además, en Monterrey, Guadalajara y otras ciudades del centro, en Lagunas,
Oaxaca y Hermosillo. La producción de cemento es dinámica y alcanza ya más de 25 millones de toneladas.
El grupo de las industrias metálicas básicas es uno de los más importantes sectores industriales y su producción se localiza en Monclova, San
Nicolás de los Garza, TlalnepantIa y Ecatepec, así como en las cercanías del puerto de Veracruz.
La mayoría de las empresas que se dedican a la fabricación y reparación de productos metálicos están en dos regiones principales: la primera
incluye al Distrito Federal, Tlalnepantla, Naucalpan, Ecatepec y Toluca; la segunda, comprende los municipios más desarrollados de Nuevo León:
Monterrey, San Nicolás de los Garza y Guadalupe. En esta región puede incluirse también el municipio de Saltillo.
Zonas de industrias de equipo eléctrico y material de transporte
El grupo de construcción y reparación de maquinaria (excepto la eléctrica) se halla, en 22%, en el Distrito Federal y el Estado de México; también
es importante en la zona industrial de Monterrey y en la región de Saltillo, Coahuila.
El núcleo de la construcción y reparación de aparatos, accesorios y artículos eléctricos se encuentra también en las dos mencionadas regiones:
una, del Distrito Federal y municipios como Tlalnepantla, Naucalpan, Ecatepec y Toluca; otra, formada por Monterrey, Garza García y Guadalupe
en Nuevo León, y Saltillo.
Por lo que toca a la industria constructora, ensambladora y reparadora de equipo y material de transporte, se pueden observar las mismas dos
regiones importantes: Distrito Federal y Estado de México (incluyendo Toluca) y la que abarca los municipios de Nuevo León y Coahuila (Saltillo-
Ramos Arizpe).A esas dos se han agregado últimamente las de Ciudad Sahagún y Puebla, donde se instalaron las fábricas de carros de ferrocarril
y Volkswagen, y Cuernavaca, así como en Chihuahua y Hermosillo, Sonora.
Al hablarse de regiones industriales, debe tenerse en cuenta que en su integración pueden participar numerosas ramas, y cuanto mayor es su
número, tanto más moderno resulta su tipo y más alta la escala de producción, más complicada e interrelacionada se vuelve su estructura. Mientras
que en la mayor parte de la república apenas se conoce la fase inicial del desarrollo industrial, en unas pocas regiones se advierte ya la fase de
madurez y la formación de complejos productivos.
Por lo que se refiere a las regiones industriales, propiamente dichas, el Distrito Federal concentra la más alta proporción del producto y de la
mano de obra manufactureras, y forma, con los municipios vecinos del Estado de México, la más importante región industrial del país. Esta
pequeña área geográfica tiene un producto interno bruto en manufacturas cuyo valor representa alrededor de 36% del total nacional en 1997. En la
figura 12.6 se muestra la ubicación de algunas industrias en la República Mexicana.
Aunque con una participación relativamente menor de 10%, otra fuerte concentración de actividad industrial se observa en la zona metropolitana
de la ciudad de Monterrey y municipios aledaños, Esta zona y la del Distrito Federal y Estado de México son las únicas del país en que puede
encontrarse una gran diversificación de la actividad industrial, no sólo por participar en casi todos los grupos de actividades, sino porque esta
participación abarca la mayoría de los niveles, desde la pequeña industri..,ghasta los grandes complejos industriales.
Las regiones de Guadalajara, El Bajío, en Guanajuato (León-Salamanca), Orizaba-Córdoba, Puebla-Atlixco, Toluca-Lerma, puerto de Veracruz,
Monclova, Minatitlán-Coatzacoalcos, el bajo Papaloapan, centro de Morelos, valle de Culiacán, Mazatlán y Los Mochis, Tampico, Mérida,
Hermosillo y Querétaro representan regiones industriales menos diversificadas, De manera particularmente rápida están creciendo las regiones
industriales de Guadalajara, Tijuana, Minatitlán-Coatzacoalcos, Hermosillo, Monclova, Saltillo y Puebla
Desconcentración dentro de las mismas zonas
Últimamente se ha venido produciendo el fenómeno llamado de "descentralización" de la industria del Distrito Federal; pero se ha reducido a la
instalación de fábricas en varias ciudades del centro-este, como Ciudad Sahagún complejo industrial de metalurgia, automóviles y maquinaria),
Puebla, Querétaro, Toluca y, en menor cuantía, Cuernavaca, Paradójicamente, este proceso ha hecho que el porcentaje de esta zona económica
en el conjunto nacional de actividades industriales sea ahora más alto que antes.
En los capítulos correspondientes se habló de las diversas industrias derivadas de la producción agropecuaria, así como de la pesca, la minería,
la electricidad y el petróleo-gas, al igual que de la siderurgia, por lo que se habrá de evitar aquí ]a repetición de conceptos: No obstante, debe
insistirse en la importancia especial de la industria azucarera en el bajo Papaloapan, Morelos, suroeste de Puebla, el centro y norte de Sinaloa, El
Mante; la vitivinícola, en Aguascalientes, Ensenada y Parras; la harinera, en Sonora, El Bajío y los valles del centro-sur y, finalmente, la cervecera
en el Distrito Federal, Monterrey, Orizaba, Mérida, Hermosillo, Chihuahua, Guadalajara y Tecate,
PROBLEMAS RELACIONADOS CON LA INDUSTRIA MANUFACTURERA
Las industrias de la transformación de México (sin incluir la petroquímica y la minerometalúrgica, las cuales se tratan separadamente) se
enfrentan a muy diversos problemas de carácter geoeconórnico para asegurar su sano desarrollo, A continuación se hace un resumen sólo de
algunos de ellos:
1. El bajo nivel general de vida y las crisis que han afectado a la nación imponen restricciones a la producción de diversos artículos que no
encuentran mercado inmediato para su venta y obligan a que muchas fábricas trabajen hasta 50 o 60% de su capacidad, Algunas
mercancías se destinan a reducidos sectores que disponen de altos ingresos.
2. Los capitalistas nacionales no tienen, en muchos casos, la audacia necesaria para invertir en las industrias pesadas, que no les rinden
beneficios inmediatos, pero que son indispensables para la situación futura del país, pues contribuirían a la más rápida independencia de
nuestra economía respecto de muchos productos que hoy deben importarse. Por tanto, la iniciativa privada no impulsa con vigor diversos
renglones del desarrollo industrial, menos aún en las regiones alejadas de los grandes mercados de venta.
3. La creciente importancia del capital extranjero y de poderosas empresas nacionales llega a crear condiciones de competencia altamente
lesiva para las fábricas mexicanas que trabajan en menor cuantía, obligando a muchas de ellas a cerrar o vender los negocios a esos
grandes consorcios.
4. Esto último depende mucho del grado de modernización de la maquinaria fabril que, sobre todo en la industria textil, plantea la necesidad
de fuertes inversiones para evitar una crisis permanente. También es muy costoso disponer de la tecnología moderna y, por otro lado, la
mano de obra requiere buena preparación, ya que nuestro país no ha tenido una tradición industrial prolongada.
5. La falta de planeación de la industria ha sido la causa de esa excesiva concentración de establecimientos en pocas regiones, de la que se
ha hablado anteriormente, y sobre la que se insistirá en el capítulo de carácter regional. Este fenómeno no solamente trae consecuencias
deformadoras en la localización y, en general, en la economía (resultado de las llamadas leyes del desarrollo desigual), sino que, al
mismo tiempo, implica problemas cada vez mayores para las propias empresas ya establecidas en el Distrito Federal, el Estado de
México y Monterrey, debido a la necesidad de disponer de crecientes cantidades de agua, energía eléctrica y materias primas.
Las vías de comunicación se congestionan en las grandes ciudades y alrededor de ellas; los mercados inmediatos se saturan y el valor de los
terrenos y materiales de construcción sube en forma estratosférica. Muchas industrias trabajan sólo para el mercado regional, en tanto que otras lo
hacen para el amplio mercado nacional e internacional, por lo que falta integración entre empresas y ramas diversas.
Muchos recursos naturales se utilizan irracionalmente y, además, las fuentes de materias primas, en ocasiones, se encuentran situadas muy
lejos de las fábricas y del mercado, lo que ocasiona pérdidas importantes por concepto de transporte. También sucede el fenómeno contrario; es
decir, las industrias de Monterrey o del centro no pueden satisfacer adecuadamente las necesidades de amplios núcleos de población en el
noroeste, el sur o Yucatán, que se encuentran muy alejadas de esas regiones industriales. De aquí se derivan dos problemas: por un lado, la firma
del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (1994) facilita la importación en gran escala de productos de Estados Unidos de América y, por
otro lado, el contrabando, que aumenta sobremanera y perjudica a la industria nacional.
Algunas regiones del país no conocen la industria moderna y su escaso desarrollo les impide también constituirse en mercados importantes de
consumo, reduciéndose a una producción artesanal.
6. En general, a la condición de subdesarrollo de México se debe la creación de una estructura industrial deformada, con mayor importancia
en la utilización de la mano de obra por parte de las ramas ligeras y de consumo interno en vez de aprovecharse esa mano de obra
barata para competir (como decía López Rosado) en los mercados internacionales, cuando menos en los más accesibles de América
Latina, Asia y África. Para lograr este objetivo, es menester perfeccionar la calidad de los productos industriales mexicanos y poseer una
flota mercante moderna.
Muchas de las empresas de industria pesada son filiales de firmas extranjeras, y ello complica más aún el panorama, ya que sería necesario que
supeditaran sus intereses particulares a las exigencias inmediatas del país en su conjunto. Lo que ha crecido enormemente es la importancia de las
maquiladoras, sobre todo en los estados norteños.
7. Desafortunadamente, existen todavía graves problemas para asegurar el transporte rápido y eficaz de materias primas y de la
producción, pues en algunas regiones no existen vías férreas, y las carreteras, al mismo tiempo que facilitan el movimiento de
mercancías ligeras, contribuyen a aumentar el costo del transporte de recursos pesados y que se utilizan en abundancia. Los principales
mercados de consumo se encuentran muy lejos de algunas regiones productoras; por ejemplo, de Sonora, Chiapas o Yucatán.
8. Existe, también, un desarrollo disparejo de las ramas industriales, ya que algunas de ellas (siderúrgica, de maquinaria y equipo, química y
alimentaria) sostienen un alto ritmo de incremento anual en la producción, en tanto que otras (como la textil) no pueden alcanzar, en
todos los casos, su nivel máximo de rendimiento.
El país necesita aún importar diversas materias primas o productos acabados, en virtud de que las empresas actuales no bastan para satisfacer
las crecientes necesidades nacionales en artículos de industrias pesadas.
IMPORTANCIA CRECIENTE DE LAS EMPRESAS MAQUILLADORAS
El incremento de las inversiones de capital procedente del exterior, tanto en el comercio como en la industria (incluso en la forma de industria
"maquiladora" instalada en la faja fronteriza con Estados Unidos de América), mostró la urgencia de expedir (1973) una ley de control de las
inversiones extranjeras; las directas ascendían, en 1993, a 42 375 millones de dólares.
Las maquiladoras adquirieron enorme importancia a raíz del Acelerado impulso que tomó el proceso de globalización y, a partir de 1965, cuando
comenzaron a instalarse en las ciudades fronterizas con Estados Unidos de América entre 1990 y 2000, sobre todo después de la firma del Tratado
de Libre Comercio de América del Norte en 1994, las empresas de maquila aumentaron el número de establecimientos, de 1 703 a más de 3 500.
El personal ocupado aumentó de 446 000 hasta cerca de1 300 000 obreros y empleados. Por su parte, el valor agregado se multiplicó por cuatro
en los mismos años, superando los 36 000 millones de pesos.
La mayoría de las maquiladoras se localizan en los estados septentrionales, pero en los últimos años también se encuentran en ciudades del
Centro del país, así como en Mérida y otras poblaciones del interior. Cabe señalar que los salarios en dichas plantas continúan siendo bajos, a
pesar de los constantes incrementos en la productividad de los operarios.
Por otro lado, también es absolutamente necesario insistir en el hecho de que, a partir de 1926 y hasta los años finales del siglo XX, el Estado
mexicano promovió la industrialización utilizando muy diversos incentivos, los cuales fueron desde la exención de impuestos por muchos años
hasta la construcción de obras de infraestructura que hacían factible el uso inmediato de energía eléctrica barata, vías de comunicación y otras
facilidades para el desarrollo industrial. Nacional Financiera, principalmente, sirvió mucho para impulsar, desde 1934, la creación de numerosas
empresas, utilizando también préstamos extranjeros para ese fin.
Sin embargo, en las últimas décadas del siglo XX comenzaron a decrecer, tanto la intervención del Estado en la vida económica general, como
sus inversiones en ramas industriales. Se procedió a privatizar la gran mayoría de las empresas públicas y como consecuencia, para el año 2001
sólo se conservan en manos estatales algunas ramas, entre ellas las de extracción y transformación básica de hidrocarburos, y la generación de
energía eléctrica para servicio público.
La falta de planeación y las condiciones generales de subdesarrollo entorpecen el adecuado y armónico crecimiento industrial del país, tanto en
sus aspectos de localización regional, como en los de índole estructural, y en el tipo de ramas que predomina en dicha actividad productiva, tan
importante para el desarrollo económico acelerado del país en los próximos años.
Por otro lado, se acelera el proceso de concentración del capital en las industrias de la transformación, así como su localización espacial
aquellas regiones socioeconómicas más convenientes para una producción global izada, principalmente en las franjas fronterizas con Estados
Unidos de América y en el centro de la República Mexicana. A ello obedeció, por ejemplo, la instilación de grandes plantas automotrices en
Hermosillo y Chihuahua, así corno la ampliación de los establecimientos en el Estado de México, Guadalajara, El Bajío, etcétera.
3B COLL-HURTADO, Atlántida
Geografía Económica de México.
Edit. Instituto de Geografía, UNAM, México
2005, colección: Temas Selectos de
Geografía de México (II.3).
Págs.64-97
II LA PRODUCCIÓN DE ENERGÍA.
LA INDUSTRIA
En el esquema tradicional del proceso económico se denominaban actividades secundarias aquéllas que se dedicaban a la transformación de las
materias primas, así como a la producción de ciertos materiales y equipos que eran, a su vez, fundamentales para la producción de otras
mercancías o manufacturas. Estas actividades se basan en la producción primaria, es decir, en la agricultura, la ganadería, la caza y la pesca, así
como la explotación forestal En el pasado se mantuvo también en este renglón a la minería, por considerar que era una actividad encaminada a la
producción de materias primas. No obstante, debido a la sofisticación que ha alcanzado, ya no puede "ser considerada como una simple obtención
de minerales, sino que implica una primera transformación a bocamina, con la consiguiente infraestructura compleja. Actualmente se llegan a incluir
en las actividades industriales, como ya se ha visto, todo tipo de trabajos, como los servicios a las empresas, así como la "industria sin chimeneas",
el turismo, que también es un servicio.
Aquí se van a considerar como actividades industriales aquéllas que se dedican a la transformación de ciertas materias primas en energía y en
otros materiales, o en manufacturas. De lo anterior se deduce que en el rubro de industria se engloban tanto la producción de energía como las
labores propiamente de transformación: minería, algunas industrias de las denominadas pesadas, industrias ligeras y maquiladoras, así como la
industria de la construcción.
Los energéticos
La producción de energía depende, en primera instancia, de los recursos que se destinan a ese fin. Los hay de dos tipos: renovables y no
renovables, lo que incide en la perspectiva a futuro de la actividad. Los primeros, fuente de las energías alternativas, son el viento, la luz solar y la
energía procedente de la biomasa; otros dos recursos de este tipo son el agua y el calor interno de la Tierra. Las fuentes no renovables son las de
los combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón, así como el uranio. La generación de energía a partir de los recursos renovables es
aún de poca monta en el país, si bien es muy importante por representar posibilidades de sustituir el petróleo. Tienen el inconveniente de que las
centrales o los sistemas de generación deben ser localizados en el lugar mismo en donde se hallan las fuentes. Así, la producción de energía
eólica es de unos 2.2 MW en la central ubicada en el Istmo de Tehuantepec, en La Ventosa; la producción utilizando el calor interno de la Tierra
corresponde a campos geotérmicos concretos, de los que los más importantes desde ,el punto de vista de generación son los de Cerro Prieto en
las cercanías de Mexicali, Baja California con 620 MW, Los Azufres en Michoacán con 90 MW y Los Humeros en el estado de Puebla con una
generación de 15 MW (Torres, 1993). El determinismo geográfico es también notable en las centrales de generación hídrica, ya que deben
emplazarse sobre los cursos de grandes ríos o en las compuertas de sistemas de represas. Del mismo modo, las carboeléctricas se ubican
cercanas a los yacimientos del mineral, como en el norte de Coahuila o a los puertos de desembarque de las importaciones de carbón, como es el
caso de la central dual de Petacalco, Guerrero, ubicada en las cercanías del puerto de Lázaro Cárdenas en Michoacán.
Por sus características específicas en cuanto a producción, generación y distribución, es conveniente separar el análisis de la energía eléctrica
de la producción de petróleo y gas, ya que estos últimos, además de ser energéticos, son utilizados como materias primas en otras actividades
industriales
La energía eléctrica
Es un sector de valor estratégico para la economía de cualquier país; la posesión de los recursos necesarios para generar energía permite la
independencia económica del mundo exterior. Por ello, en la historia económica de México hay dos momentos fundamentales: 1938, cuando el
Gral. Cárdenas expropia el petróleo de manos norteamericanas e inglesas, y 1960 cuando el presidente López Mateos nacionaliza la producción de
energía eléctrica, hasta entonces dominada por el capital anglosajón. Hoy estamos en la controvertida disyuntiva de la privatización de ambos
medios energéticos ante el embate de las nuevas normativas del Banco Mundial y del neoliberalismo: ¿Dejarán de existir, Petróleos Mexicanos,
Pemex, y la Comisión Federal de Electricidad, CFE, como tales? Un primer paso se ha dado en años anteriores al escindir la paraestatal Pemex en
varios organismos independientes entre sí: exploración y producción, refinación, petroquímica básica y petroquímica secundaria, lo que permite la
entrada de capitales extranjeros vía licitaciones anticonstitucionales y concursos de obra.
En lo que concierne a la energía eléctrica, ya están produciendo energía varias compañías extranjeras, en particular las de capital español,
como lberdrola y Unión Fenosa, las norteamericanas como Enron y la Applied Energy Services; de Japón, Mitsubishi: y de Francia, Eléctricité de
France: así como empresas de Alemania, Canadá y Suiza. España controla el 43% de la capacidad instalada de los productores independientes de
energía eléctrica; Francia el 21% y Estados Unidos el 18% (Sánchez-Salazar et al., 2004a).
La privatización tanto de la generación de energía eléctrica como del petróleo y sus derivados, ha ocasionado numerosas fricciones y
discusiones en el ámbito nacional. Al respecto, James Petras, reconocido científico social norteamericano, opina que:
Si México permite la apertura al capital privado de su industria eléctrica, el efecto será catastrófico: deterioro del servicio, aumento
indiscriminado de los precios de consumo, descenso significativo del empleo, especialmente calificado, y reducción de los ingresos del
Estado (…) Hablan de eficiencia, pero si uno compara la distribución de electricidad por el sector público y el privado, el primero es
mucho más eficiente y estable en su costos y beneficios, ya que puede retener un porcentaje de sus ingresos para mejorar y modernizar
la producción de electricidad, Mientras que la empresa privada retiene sus ingresos para invertirlos en el mercado financiero,
desatendiendo las necesidades vitales de infraestructura, mantenimiento y alta calificación de la mano de obra (Martínez, 2003).
La generación, distribución, transmisión y comercialización de la energía eléctrica en México está a cargo de la CFE y de Luz Fuerza del Centro
(LFC). Además se cuenta con la generación producida por los productores independientes y por Pemex, que cubre sus propias necesidades en
algunos casos, como en el de las plataformas marinas y en las instalaciones petroquímicas. La capacidad instalada total para 2004 es de 50 679
MW. De esa capacidad instalada total, el 68.1% proviene de las plantas termo-eléctricas; 21% es generado por las centrales hidroeléctricas, el
5.7% por las carboeléctricas, el 2.98% por la núcleoeléctrica1 y a las plantas geotermoeléctricas y eólicas les corresponde un 2.1 y 0.005%
respectivamente. El consumo de esa energía está distribuido de la siguiente manera: 58.7% va a la industria, 24.8% al servicio doméstico; 8% a los
comercios, 4.5 % a la agricultura y 3.8% al servicio público (SENER, 2004).
La mayoría de los mecanismos para generar energía eléctrica son e altamente contaminantes, de ahí la preocupación por buscar métodos más
limpios, como es el proceso de ciclo combinado que emplea gas natural como combustible y que ha sido puesto en marcha desde la década
pasada. El principal problema es que México debe importar el gas que consume ante la falta de una producción propia suficiente para cubrir la
demanda.
Las centrales importantes del país se ubican junto a las grandes presas y en las terminales de ductos, ubicadas en la proximidad de los centros
de consumo las cuales generan una energía que cubre las necesidades de casi la totalidad de la población nacional; solamente queda sin atender
el 5% del total que habita en una serie de pequeñísimas localidades de menos de 100 habitantes, para las caes la CFE considera como viable a
futuro la generación de energía a partir de la luz solar, ya que requiere de una infraestructura mucho más sencilla que los otros medios. Las
mayores plantas, que generan de 1 200 a 2 100 MW, son Carbón II en Coahuila, Francisco Pérez Ríos en Tula, Hidalgo; Tuxpan y a nucleoeléctrica
de Laguna Verde en Veracruz, la de Infiernillo sobre el río Balsas entre Michoacán y Guerrero y el sistema de Malpaso en Chiapas. Otras centrales
que generan entre 600 y 1 200 MW son Altamira en Tamaulipas, San Luis Potosí en la ciudad capital del estado, Salamanca en Guanajuato,
Manzanillo I y II en Colima, Huinalá en Nuevo León, Aguamilpa en Nayarit, y Río Escondido en Coahuila (Figura 23).
El petróleo y el gas
Los combustibles fósiles son los más utilizados actualmente como fuente energética, a pesar de los avances que hay en la producción alternativa
de energía. Sus principales productos son el petróleo crudo y sus derivados (gas LP, gasolina, dieseI, turbosina, combustóleo), así como el gas
natural. Se utilizan para la generación de energía eléctrica, como combustibles para industrias, para la agricultura y para el uso doméstico. También
se utilizan como materias primas para la industria petroquímica básica. Esta última transforma los hidrocarburos en materias intermedias como
etano, metano, amoniaco y benceno, así como en fertilizantes nitrogenados, resinas sintéticas, fibras químicas, elastómeros, negro de humo y otros
1La planta de Laguna Verde entró en funcionamiento en 1990 la primera parte, y en 1995 la segunda unidad. Tiene una capacidad instalada de 1 300 MW que se conectan al sistema
nacional de distribución (Serment, 1995).
productos. Es la industria base para el posterior desarrollo de industrias como la química de transformación, la farmacéutica, la del plástico, la textil
y la de alimentos.
México posee enormes yacimientos de petróleo que lo colocan entre el séptimo y el noveno productor mundial según el año en particular en la
costa oriental y en el Golfo de México, así como en los estados de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, en el caso de la Cuenca de Burgos para el
gas natural. Las regiones productoras son clasificadas por Pemex como Región Norte, desde la frontera del río Bravo hasta la porción central de
Veracruz; la Región Sur conformada por el resto de este último estado y Tabasco; y las Regiones Marina Noreste y Marina Suroeste en la Sonda
de Campeche.
Figura 23
La producción del energético ha estado controlada por el monopolio estatal Petróleos Mexicanos, desde su nacionalización en 1938 hasta la
década de los años 1980, como se ha mencionado más arriba (Martínez, 2004), en que se dio la apertura a la inversión extranjera gracias a la
reestructuración que se hizo de la empresa. Para 2002 se tenían en operación 301 campos con 4 185 pozos en explotación y 185 plataformas
marinas. El crudo era transformado en seis refinerías: Cadereyta, en Nuevo León; Madero, en Tamaulipas; Tula, en Hidalgo; Salamanca, en
Guanajuato; Mínatitlán, en Veracruz y Salina Cruz, en Oaxaca. (Pemex, 2002). Los procesos industriales del petróleo se concentran en los diversos
complejos petroquímicos que se ubican, fundamentalmente, en el sur de Veracruz en la vega del río CoatzacoaIcos, centro neurálgico y estratégico
del país. Estos complejos son Cosoleacaque, La Cangrejera, Morelos, Pajaritos, Independencia. Los complejos de Camargo y Tula se ubican en
Chihuahua e Hidalgo, respectivamente (Figura 24).
De la producción total, 3 177 millones de barriles diarios de petróleo y 4 423 millones de pies cúbicos diarios de gas, una parte es consumida
por el propio país en las refinerías y en los complejos petroquímicos, y otra parte es para exportación (Tabla 4; Figura 25).
El petróleo es el producto de mayor importancia en lo que respecta al comercio exterior de México. En 2003, la exportación total fue por 18 595
milIones de dólares, de los cuales el 78% proviene de los Estados Unidos de Norteamérica, y un 11% de diversos países europeos, en particular de
España. Por el contrario, fue necesario importar gas natural por 1 526 millones de dólares y también se importaron refinados, como gasolinas y
combustóleo, por cerca de 2 500 millones de dólares (Pemex, 2003).
En 2003, Petróleos Mexicanos daba ocupación a 142 725 personas, de las cuales 125 316 tenían contratos definitivos y 17 409 eran
temporales. Del total, el 34% corresponde a las fases de exploración y producción; otro 33% está representado por los ocupados en refinación; el
8.7% corresponde a la producción de gas y petroquímica básica y el 10.4% a los empleados de la. Petroquímica. El corporativo de Pemex ocupa al
13.5% de los empleados totales, entre los que se cuentan los empleados en los servicios médicos de la empresa.
Figura 24 Infraestructura petrolera
El combustible que hoy día tiene la mayor importancia es el gas natural; el crecimiento en su consumo se ha disparado, sobre todo a partir del
establecimiento de las plantas generadoras de energía eléctrica de ciclo combinado, gracias a que es un combustible de alta eficiencia y de muy
bajo impacto ambiental. También se utiliza en diversas industrias como la del vidrio, la textil y la del cemento, por lo que se convertirá en el
segundo energético más importante después del petróleo.
Los yacimientos de gas en México se ubican en la Región Norte, en la Cuenca de Burgos, un 57% del total; la cuarta parte corresponden a la
Región Sur y el resto a las Regiones Marinas. Predominan los depósitos de gas asociado al petróleo y no los de gas seco, por lo que el gas se ha
explotado como un producto complementario a la producción petrolera, y se desperdicia al ser quemado por falta de infraestructura adecuada para
su tratamiento y distribución.
La explotación del combustible se hace a través de contratos de servicios múltiples, vigentes a 20 años, y también se permite la participación
de empresas extranjeras, las cuales cuentan con autorizaciones para construir terminales de almacenamiento de gas licuado para su
regasificación.
La distribución del gas se hace por medio de ductos que han sido construidos para surtir a las principales zonas industriales, como las del
centro del país, o bien en la región fronteriza del norte y hacia Tamaulipas y Veracruz, en relación con las plantas de generación de energía
eléctrica. Las principales terminales marítimas de gas licuado, que se importará de Perú, Bolivia, Venezuela, Australia, Rusia e lndonesia, se
construirán en Altamira, Tamaulipas; en Ensenada, Baja California; en Lázaro Cárdenas, Michoacán. En ellas participan empresas como la Royal
Dutch-Shell, anglo-holandesa, la Total Fina Elf, francobelga; las compañías Sempra Energy Global Enterprises y Chevron-Texaco de los Estados
Unidos y Repsol de España, empresas que han recibido los permisos y autorizaciones correspondientes de la Comisión Reguladora de Energía
(Sánchez-Salazar el al., 2004b).
México es uno de los productores de petróleo y gas que no pertenece a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, por lo que
se mantiene fuera de las cuotas de producción que controlan los países miembros; a la vez, depende de manera importante del mercado
norteamericano y no tiene un margen de maniobra. La dependencia de facto de un solo mercado y las presiones para abrir la producción,
transformación y distribución del mineral a la iniciativa privada se hacen cada vez más fuertes, sobre todo en momentos de crisis como los
actuales2 en los que los precios del petróleo mundial se han elevado hasta rebasar los 50 dólares por barril (la mezcla mexicana se ubicó por
encima de los 40 dólares por barril, no obstante, se dio un precio preferencial más bajo a los Estados Unidos), precios que responden a la inestable
situación mundial: crisis por la guerra en Irak, problemas en Nigeria, uno de los principales productores de petróleo del mundo, alteración de los
ritmos de producción por causas naturales, etc. Al mismo tiempo, hay una fuerte oposición interna a los intentos oficiales de privatizar Pemex: el
futuro es incierto.
La industria
El largo proceso de industrialización del país mediante la política de sustitución de importaciones, entre los años 1940 y 1980, permitió el
surgimiento de unos espacios industriales íntimamente ligados al crecimiento urbano; se ubicaban en algunas de las grandes urbes del país: la
Ciudad de México, en primerísimo lugar, Guadalajara y Monterrey, en segundo, y algún que otro centro como Puebla, Veracruz, Ciudad Sahagún,
etc. Más adelante, el programa de desarrollo fronterizo para ocupar la mano de obra bracera que ya no podía pasar al otro lado permitió el
surgimiento del proceso maquilador en las entidades de la frontera norte. La descomposición del sistema fordista y la entrada en vigor de los
nuevos sistemas de producción industrial derivados de la economía global, también denominados sistema toyotista o de producción flexible,
provocaron una desterritorialización de ciertos espacios industriales de México y una reterritorialización de otras regiones en las que se
desarrollaron nuevas industrias, en particular, las maquiladoras.
Junto con ello, ha habido una modificación de los viejos esquemas de división internacional del trabajo y la nueva división permite que haya
muchos países maquiladores, por ejemplo, que producen mercancías semejantes a precios desiguales, con lo que la competencia por los
mercados se agudiza. Esto es particularmente cierto a partir de los últimos años, con la entrada en el concierto internacional de China, cuya
producción está dominada por unas relaciones laborales totalmente inequitativas con las de los demás países, aun cuando éstos sean productores
de mano de obra barata. Y a pesar de nuestra cercanía con el mercado de los Estados Unidos, la competencia de esos otros productores incide en
el devenir de la industria nacional dando lugar a la obsolescencia de viejos espacios y al surgimiento de nuevos territorios industrializados.
No obstante, las viejas zonas productoras siguen manteniendo un peso específico importante en el contexto nacional; así, el centro dominado
históricamente por el Distrito Federal y el Estado de México proporciona el 34% del producto bruto industrial, y los estados de Jalisco y Nuevo León
contribuyen con cerca de otro 16%. Las entidades que han entrado de lleno al concierto industrial son Baja California, Chihuahua y Coahuila en la
frontera norte y Puebla y Veracruz, todas con 5% del PIB industrial respectivamente (Figura 26). El comportamiento de la producción industrial se
refleja en el de la masa laboral, ya que son precisamente el Estado de México y el Distrito Federal los que ocupan a la mayor proporción de
trabajadores, mientras que los estados mencionados más arriba les siguen en importancia (Figura 27). Del mismo modo, el valor agregado
industrial se concentra en el Estado de México, el Distrito Federal, Nuevo León y Jalisco (Figura 28). Es decir que a pesar de los cambios que han
2 Otoño-invierno de 2004.
tenido lugar en las últimas dos décadas, la producción industrial se sigue concentrando en las cuatro entidades tradicionales del país.
Uno de los elementos que permiten seguir los cambios en el impacto territorial de la nueva industria es el del crecimiento de los denominados
parques y corredores industriales, es decir, aquellos espacios que han sido dotados de la infraestructura necesaria para que la industria de diversos
tipos pueda desarrollarse. Estos parques y corredores han crecido sobre todo en la frontera norte y en entidades del interior del país como Jalisco,
Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato y Querétaro, Tlaxcala, Puebla y Veracruz. Se calcula que para el 2000 había cerca de 300 parques y
corredores, en los que trabajaba la quinta parte de la población industrial de México (INEGI, 1999). Muchos de estos parques corresponden a los
espacios maquiladores (Figura 29).
La evolución de la industria mexicana también se refleja en la participación de cada una de las ramas, tanto en lo que concierne al
personal ocupado como al valor agregado que generan. En 1999, la industria dio ocupación a 4 175 400 personas. Cerca de la mitad corresponde
a las industrias tradicionales denominadas ligeras: alimentos y bebidas, textil e industria de la confección, industria del cuero y de la madera y la
del papel, pero una cuarta parte se ocupó en las industrias de productos metálicos y en la fabricación de maquinaria y equipo y de material
electrónico, es decir en la industria maquiladora de punta. Esta última rama es la que proporciona el mayor valor agregado (Figura 30). La otra
industria importante es la de la construcción.
La minería
Es una de las industrias con mayor peso histórico y, a pesar de la riqueza en recursos mineros con que cuenta el país, ha perdido la importancia
que tuvo en otros tiempos. Los altibajos del mercado internacional, la caída de los precios de los minerales, la elevación de costos de ciertos
insumos como los energéticos, la baja de la inversión extranjera directa, son algunos de los factores que inciden en la contracción de la actividad y
en la aleatoriedad de la misma (ColI-Hurtado et al., 2002).
La producción minera de México se concentra históricamente en los minerales preciosos. No obstante, el volumen extraído de minerales
preciosos cayó en 2003 aun cuando el valor de la producción creció respecto al año anterior. En gran parte la reducción de la producción se debió
a
... la imposibilidad de las empresas para invertir en la preparación de las minas, primero como consecuencia de los bajos precios que
prevalecieron en los últimos años, y segundo por el fuerte incremento que han venido registrando los principales insumos del sector, sobre todo
la energía eléctrica, el gas y el combustóleo (Camimex, 2004:9).
Otro grupo, el de los minerales no ferrosos como el cobre, el zinc, el plomo, el molibdeno y el cadmio, se ve afectado por las alteraciones de
los precios internacionales y por diversos problemas laborales como los de las minas de Cananea, Sonora. Uno de los minerales que ese mismo
año tuvo una participación importante fue el fierro, ya que se consolidó el mercado de los Estados Unidos y se abrió el mercado chino. No sucedió
lo mismo con el carbón que ha perdido parte considerable en los mercados nacionales sobre todo a partir de que la Comisión Federal de
Electricidad "Por exigencias del TLC,... podría verse obligada a dejar de comprar 3.3 millones de toneladas anuales de carbón, en perjuicio de
3,500 pequeños productores del estado de Coahuila" (Camimex, 2004: 11). Un grupo de minerales de importancia económica es el de los no
metálicos entre los que se encuentran materias primas de valor estratégico como la celestita, la barita, las tierras raras el manganeso.
De todos los minerales; el cobre representó, en 2003, el 20.4% del valor total producido; la plata, el 16.5% el zinc, el 13.1%; y el oro, el 9.2%.
En general, los minerales son trabajados por las grandes empresas mineras, muchas de ellas con fuertes inversiones de capital extranjero; tal es el
caso del grupo Minera México, de Industrias Peñoles, de Frisco. Debido a la complejidad del laboreo minero, de las actividades de exploración y del
posterior beneficio de los minerales, ya no puede considerarse a esta industria más que en manos de la gran empresa, e íntimamente ligada a la
industria metalmecánica (Figura 31).
Las industrias básicas
La base del proceso de industrialización del siglo XX fueron las industrias denominadas pesadas o básicas, o bien generadoras de bienes de
capital. La producción de acero fue uno de los pilares de la industrialización de México, pero el proceso de globalización ha modificado su
participación en el contexto global, debido fundamentalmente a la necesidad de las empresas de internacionalizarse mediante asociaciones o
alianzas estratégicas con productoras de acero de otros países. Así, la industria paraestatal fue privatizada en la pasada década como sucedió con
la Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas que fue vendida al Grupo ViIlacero, a su vez, asociado con empresas norteamericanas y otras
centroamericanas y alemanas (Rueda, 2002).
Figura 31
La industria del acero mexicana, representada fundamentalmente por la propia Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas, en Michoacán, por
el Grupo Hylsamex, y por Altos Hornos de Monclova, Coahuila, ha sufrido cambios profundos en las últimas décadas, además de los procesos de
privatización ya mencionados. Las modificaciones debidas a los cambios en la división internacional del trabajo dan lugar a nuevos métodos y
tecnologías aplicadas a la producción acerera, así como a la entrada al mercado de nuevos productores en detrimento de la producción nacional.
El principal problema que enfrentan los productores nacionales de bienes de capital para su modernización es el alto costo de las tecnologías,
que deben ser pagadas con divisas, por lo que se llega a fases de desindustrialización. La mayor parte de las empresas, intentan sobrevivir
mediante asociaciones con el capital extranjero, con intensificación del trabajo, con cambios en la organización de los trabajadores, es decir,
mediante la aplicación de la llamada tecnología blanda, "…compuesta por los círculos de calidad, los grupos de trabajo, la producción justo a
tiempo, la calidad total, etc. Todos estos métodos intentan crear una nueva cultura del trabajo donde la lucha de clases sea eliminada..." (González,
1996:8).
Hoy día, esta producción se confunde con la industria metalmecánica, dominada en gran parte por grandes empresas: MetMex Peñoles,
Cuprum, Deacero, Nacobre, Trinity Industries de México, Tamsa, todas firmas que ocupan un gran número de trabajadores, ubican sus plantas en
los principales centros industriales: Monterrey y su zona metropolitana, Monclova y Ramos Arizpe en Coahuila, Gómez Palacio en Durango,
Veracruz, Puebla y Querétaro (Mercamétrica, 2004).
Íntimamente ligada se encuentra la industria metalmecánica, conformada, también, por un cierto número de grandes empresas, y sobre todo,
por la industria maquiladora, dedicadas a la fabricación de maquinaria y equipo, electrónica y equipo informático y de consumo personal. Firmas
como General Electric, Condumex, Hewlett Packard de México, Philips Mexicana, Controladora Mabe o Acros- Whirlpool son algunas de las que se
destacan entre las 500 mayores empresas del país (Expansión, 2004). Todas ellas tienen relaciones con el capital extranjero, fundamentalmente
con Estados Unidos, aun cuando algunas lo hacen con el capital alemán o de los Países Bajos, como en los casos de Siemens o de Philips,
respectivamente.
Dentro del grupo de las industrias básicas además de la petroquímica ya señalada más arriba está la industria química, en particular la que se
dedica a la fabricación de anilinas y pinturas o a la farmacéutica y la industria de los cosméticos. Muchas de estas empresas, entre las que
destacan Aventis, Avon Cosmetics, Bayer, Comex, Procter and GambIe, DuPont de México, Grupo Roche-Syntex, etc., se ubican cerca de la zona
metropolitana de la Ciudad de México en el corredor Toluca-Lerma o en la periferia norte de la propia capital nacional.
Las industrias básicas ocupan al 42% de la PEA industrial. De ellas, destaca la producción de productos metálicos, maquinaria y equipo, con
más de la mitad de los trabajadores en esta subrama. De éstos, siete entidades concentran el 70%: Chihuahua, en primer lugar, seguido por Nuevo
León, el Estado de México y Baja California, así como por el Distrito Federal, Tamaulipas y Jalisco. En segundo lugar de importancia por el número
de trabajadores se encuentra la industria química, con 479 855 personas. Cinco entidades, Distrito Federal, Estado de México, Jalisco, Nuevo León
y Veracruz, representan al 65% de este grupo (Figura 32).
La industria automotriz
Una de las industrias que desempeñó un papel fundamental en el diseño de los espacios industriales del mundo occidental (Harrington and Warf,
1995), es sumamente compleja por el número de partes individuales que entran en la composición de su producto final. Es intensiva en capital y en
fuerza de trabajo y está dominada por las grandes empresas extranjeras.
Está conformada por dos sectores principales, íntimamente relacionados entre sí: la fabricación de automóviles y la fabricación de autopartes en la
cual es fundamental la industria maquiladora. En un principio, era una industria localizada en el propio centro de consumo más grande del país, es
decir, la Ciudad de México. En una segunda fase se ubicó en las vías de comunicación más importantes: la vía a Veracruz, en donde está situada
la planta de la Volskwagen, y en la vía a Acapulco en donde se encuentra la primera planta de la Nissan. El otro centro de fabricación de
automotores y, en particular, de equipos de transporte, es Ciudad Sahagún, en el estado de Hidalgo, una de las ciudades industriales que se
crearon en los años 1950. La globalización dio lugar a la conformación de nuevos centros de esta industria, más cercanos a la frontera con los
Estados Unidos: Hermosillo, Chihuahua y Aguascalientes, Saltillo y Ramos Arizpe.
Hoy día mayores empresas fabricantes de automóviles son General Motors, Volskwagen de México, Ford Motor Company y Nissan Mexicana,
así como Daimler Chrysler. La fabricación de equipos de transporte y de auto partes recaen en empresas como el Grupo Alcoa, de capital japonés,
el Grupo Bocar, de capital alemán, Gonher de México, Delphi Corporation, Kenworth Mexicana (Mercamétrica, 2004 y Expansión, 2004). Su
ubicación corresponde a los principales centros maquiladores del norte del país, así como a algunos corredores industriales de importancia, tales
como el Toluca-Lerma o la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca.
General Motors cuenta con 13 000 trabajadores y tiene plantas en Coahuila, Guanajuato y el Estado de México; es una empresa ciento por
ciento norteamericana. Volkswagen, de capital alemán, ocupa a unos 14 000 trabajadores y su planta principal se encuentra cerca de la ciudad de
Puebla. La compañía Ford, también norteamericana, con unos 6 000 trabajadores, tiene diversas plantas cerca de la frontera norte, en Chihuahua y
Hermosillo, así como otra al norte de la Ciudad de México. En el caso de la compañía Nissan, japonesa, las plantas de ubican cerca de
Cuernavaca, la primera edificada, y más tarde construyó otras en Aguascalientes y en el corredor Toluca-Lerma. En este último lugar también se
encuentra una de las plantas de Daimler-Chrysler, mientras que la otra está en Coahuila. De capital alemán y norteamericano, ocupa a cerca de 8
000 trabajadores.
Las manufacturas
Las industrias de transformación, denominadas ligeras o simplemente manufacturas, ocupan a la mayor cantidad de obreros industriales, el 41% de
la PEA secundaria, y se extienden de hecho por todo el país, en las ciudades medias e incluso en pequeñas localidades, ya que el 83% de las
empresas son micro y pequeñas (Secretaría de Economía). La manufactura participaba con el 19.3% del PIB total en 2001. Las ramas principales y
más significativas son la industria alimenticia y de bebidas, la industria textil, la confección y la industria del cuero y el calzado; la industria de la
madera y el mueble, y la industria papelera y de imprenta (Figura 33).
La industria alimenticia está íntimamente relacionada, geográficamente, a dos instancias: por una parte a las regiones productoras de las
materias primas, por lo que se confunde muchas veces con las agroindustrias; por otra parte se relaciona directamente con el mercado, de ahí que
se localice en las cercanías de los grandes centros de consumo. Comprende la industria de la carne y los lácteos, el beneficio y molienda de
cereales, la molienda del nixtamal y la elaboración de tortillas, la fabricación de aceites y grasas comestibles, la industria azucarera y la del cacao,
los alimentos balanceados para animales. La elaboración de bebidas incluye la industria refresquera, la cervecera y la vitivinícola. A esta rama se
suma generalmente la producción de tabaco. Ocupa en conjunto a 791 297 personas, de las cuales el 45% se encuentran en tan sólo cinco
estados del país: Distrito Federal, Estado de México, Jalisco, Veracruz y Guanajuato.
Si bien es grande el número de empresas micro y pequeñas como se ha señalado más arriba, la industria alimenticia, de bebidas y de tabaco
es una de las ramas en las que se da una enorme concentración empresarial y son significativas las grandes empresas que la controlan. Así,
Bachoco controla una parte importante de la producción de pollo y huevo; con más de 18 000 empleados, tiene plantas en Jalisco, Yucatán,
Guanajuato, Puebla y Sinaloa. La producción de leche y sus derivados corresponde a empresas como Nestlé, Alpura o Danone, esta última de
capital francés. Ciertas agroindustrias, en particular en Sinaloa, tienen una participación muy importante en el procesamiento de hortalizas: jitomate,
pepino, pimiento rojo y verde. La industria de la conserva de frutas y verduras es sinónimo de Industrias Herdez o Del Fuerte, localizadas también
en Sinaloa, en el Distrito Federal, Baja California, Veracruz y San Luis Potosí. La producción de azúcar se sitúa en las zonas agrícolas debido a
que los ingenios tienen que estar muy cerca del área de cultivo de la caña. Esta industria ha sufrido una serie de altibajos debido a que ha estado
bajo control del Estado y ha sido privatizada para volver, en parte, a manos estatales. Otro problema es la eficiencia en fábrica por obsolescencia
de los equipos: las tres cuartas partes de la capacidad instalada tiene más de 60 años de antigüedad. El sistema azucarero estaba controlado,
hacia el año 2000, por unos trece grupos empresariales entre los que destaca el Consorcio Azucarero Escorpión, el Grupo Azucarero Mexicano,
GAM, y el grupo Machado. Las principales zonas productoras de azúcar son el estado de Veracruz, con 36.8% del total seguido por Jalisco, con el
12.12%, y Oaxaca y San Luis Potosí con 8.3 y 7.9%, respectivamente (Galindo. 2003). El ingenio más productivo es el de San Cristóbal, en
Veracruz.
En la industria harinera y panificadora sobresale el grupo Bimbo con presencia de hecho en todo México y con más de 63 000 empleados,
además de sus filiales en otros países del mundo. Asimismo, el grupo Maseca, Gruma, controla la producción de harina de maíz y la fabricación de
tortillas ya que:
... la urbanización del país y el crecimiento demográfico han desplazado la tortilla de autoconsumo... [lo que] ha propiciado el surgimiento y
desarrollo de las grandes fábricas de harina de maíz que, bajo la égida de Maseca, se han lanzado a la apropiación del mercado nacional de
ese producto y a la globalización mediante su extensión a los Estados Unidos de América y a otros países (Torres, 1996).
La industria refresquera está dominada por los dos gigantes Coca Cola y Pepsi Cola, quienes controlan, además, la producción de agua
embotellada y parte de la industria de las botanas. Por su parte, la producción de cerveza, tanto para consumo nacional como para exportación,
está en manos de dos grandes grupos: la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, que es filial de Femsa-Cerveza (Femsa siendo de Coca Cola) y que
cuenta con el 30% de su capital proveniente de Canadá, y el grupo Modelo, con 35% de capital norteamericano.
La industria textil se divide en diversas subramas: la fabricación de telas de muy diversos tipos y la utilización de esos materiales en la
confección de prendas de vestir, la fabricación de alfombras, el tapizado, el revestimiento de partes de automóviles, como aislantes, etc. Las
materias primas pueden ser las fibras blandas, tradicionales, como el algodón, las fibras duras como el henequén, y, las fibras sintéticas derivadas
del petróleo. Es una industria intensiva en trabajo que, hasta hace pocas décadas, buscaba para su emplazamiento los lugares en donde existía
una tradición artesanal. Con 894 005 personas ocupadas en 1998, seis entidades representan el 55% de ese total: Guanajuato, Puebla, Estado de
México, Distrito Federal, Jalisco y Coahuila. Es una industria que se monta y desmonta fácilmente por requerir bajos costos de instalación y, en el
caso de la industria de la confección, se confunde con la industria maquiladora, de ahí que en este aspecto se localice sobre todo en la zona
fronteriza norte, pero también se la encuentra en el Distrito Federal, Estado de México, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo. Las grandes empresas tienen
entre 3 000 Y 5 000 trabajadores e incluso algunas no tienen plantas por utilizar la maquila a domicilio. Es una de las industrias que requieren de
mano de obra poco calificada y, por tanto, ha sido tradicionalmente una de las más explotadoras de la fuerza de trabajo (Harrington and Warf,
1995).
La industria del cuero y del calzado, otra de las manufacturas importantes por cuanto a la mano de obra que ocupa, se caracteriza por su bajo
nivel tecnológico: más de la mitad de las empresas se encuentran a nivel artesanal y sólo el 8% cuenta con alta tecnología (Iglesias, 1998). Tanto
la producción de calzado como la curtiduría se encuentran en crisis a partir de la apertura comercial del país y de la entrada, muchas veces de
contrabando, del calzado chino. El principal centro zapatero del país es el estado de Guanajuato, en la ciudad de León; también son importantes
Guadalajara en la fabricación de calzado para dama, otras empresas del Distrito Federal y de San Mateo Atenco en el Estado de México, así como
de Mérida y Ticul en Yucatán. En el norte del país destacan Monterrey y Ciudad Juárez.
Otra de las subramas manufactureras a reseñar es la de la industria del papel y las editoriales. En el primer caso destaca la compañía Kimberley
Clark de México, con un 48% de su capital norteamericano, que cuenta con diversas plantas en Coahuila, Estado de México, Michoacán, Puebla,
Querétaro, Tlaxcala y Veracruz. La industria editorial, por el contrario, está fundamentalmente localizada en la Ciudad de México y su área
metropolitana, tanto en lo que se refiere a la producción de libros como en lo concerniente a la elaboración de publicaciones periódicas. Ocupa a
222 609 trabajadores concentrados fundamentalmente en el Distrito Federal, Estado de México y Nuevo León.
Las maquiladoras
Expresión actual del país, la maquila "... es un eslabón de la cadena industrial transnacional, por lo que no se ha podido convertir en un motor de la
industrialización del país..." (Morales, 2000:34). Si en un momento, hace cuatro décadas cuando empezó a establecerse en el país este tipo de
empresas, se consideró que sería un aliciente importante para el desarrollo nacional, su propio carácter de industria ensambladora, de fácil montaje
y de aún más fácil desmantelamiento, la han hecho un fenómeno único pero, como dice Morales, no en un eslabón en una cadena de
desenvolvimiento industrial nacional. Un elemento importante a considerar es que el 96.8% de los insumos que consume la industria maquiladora
de exportación en el país proviene del extranjero, debido a las facilidades legales brindadas a este tipo de empresas. Tan sólo el 3.2% restante es
de procedencia nacional, lo que señala su muy escaso impacto en la producción industrial mexicana.
La maquila es una industria sumamente lábil ante los avatares de la coyuntura, como ha podido verse en primeros años del siglo XXI en los
que la crisis norteamericana y el rápido crecimiento de China han obligado al cierre o a la transferencia a ese país de múltiples empresas que antes
encontraban un nicho preferencial en nuestro país con la consiguiente pérdida de empleos y de divisas.
China es el principal competidor de las maquiladoras mexicanas, ya que mientras que ese país paga salarios 4.5 veces más bajos que México
(50 centavos de dólar la hora, contra 2.67), la mano de obra disponible supera más de 10 veces a la de México... China es además el principal
destino de la inversión extranjera directa en escala mundial y en sectores como calzado, textiles y juguetes es el principal productor del mundo
(Carrillo y Gomís, 2000:325).
No todas las maquiladoras son iguales. Si bien antes eran simplemente ensambladoras de partes importadas, en los últimos años, los cambios
del modo de producción han dado lugar a diversos tipos de plantas: las denominadas de primera generación o tradicionales, cuyo mejor ejemplo es
la maquila de la confección; las de segunda generación en las que ya hay procesos de producción flexibles, control de calidad y algunas máquinas
semiautomatizadas como ocurre en el estampado automotriz o en la electrónica. El otro tipo son las maquilas de la tercera generación que "... es la
que realiza actividades de diseño, investigación y desarrollo" (Morales, 2000:30).
Las actividades maquiladoras más dinámicas y de mayor nivel tecnológico son las de la fabricación de autopartes y la electrónica pues
proporcionan más de la mitad del empleo y del valor agregado total. La maquila de las autopartes ha pasado de ser intensiva en mano de obra a
ser intensiva en tecnología, mientras que otras industrias como la fabricación de televisores hoy elabora productos de alto valor como televisores
de pantalla plana, digitales y de alta definición (Carrillo y Gomís. 2003). A la industria textil se dedicaba el 22% del personal ocupado en la maquila
y le corresponde el 30% de los establecimientos; esta es una de las ramas que han sido más afectadas por la competencia de otros países
productores.
La maquiladora es, por su propia definición, una industria de capital extranjero, como lo demuestra el hecho de que el 66% de los
establecimientos (en 1999) y el 73.7% de los trabajadores correspondían a empresas norteamericanas; a diversos países asiáticos, en particular
Japón, le correspondían el 7.2% de los establecimientos y el 11.40% de los trabajadores, y a diversos países europeos tan sólo el 2.4 y 3.05%
respectivamente. El capital nacional controlaba al 23.3% de los establecimientos y al 11% de los trabajadores (Solunet, 1999). El principal mercado
de los productos maquilados es Estados Unidos, en particular los centros industriales y urbanos del este y noreste de ese país: Raleigh, Knoxville,
Memphis, Nueva York, Boston, Milwaukee, Minneapolis, Detroit (Geofile on line, 2001).
De la PEA total de las maquiladoras de exportación en el 2000, 1 285 007 personas, el 80.9% eran obreros, de los cuales poco más de la
mitad eran mujeres. Ha sido notable el incremento del trabajo técnico para la producción en la última década, lo que va acorde a la especialización
tecnológica de algunas empresas. En los estados de la frontera norte es donde se concentra el mayor número de trabajadores: Chihuahua, Baja
California, Coahuila y Tamaulipas. En otras entidades del centro del país hay también ejemplos de esta población industrial hasta llegar a Yucatán,
última expresión en el tiempo de la maquiladora en México cuya presencia se debe a la cercanía de la que podemos denominar la "tercera frontera"
hacia el Caribe y la península de Florida (Figura 34; INEGI, 2001 b).
La industria de la construcción
Importante motor de la economía, la industria de la construcción aporta el 4.5% del PIB bruto a principios del siglo XXI. Su impacto estriba en el
consumo que hace de productos y materiales provenientes de otras actividades económicas: minerales no metálicos como arenas, gravas. arcillas;
cemento y concreto; productos de madera; pinturas; productos de plásticos, como tubos, losetas, linóleos; productos químicos, como el asfalto, la
dinamita, el oxígeno o el acetileno; productos metálicos, estructuras, puertas, ventanas, escaleras, tanques; productos de alambre; equipo eléctrico
y accesorios; así como otros materiales de terminados y decoración. De todos estos insumos, los derivados del cemento y el concreto significan
casi la tercera parte del valor de las obras ejecutadas, y los productos metálicos y de alambre, un 20% del total (INEGI, 2001 d).
Con poco más de diez mil unidades de producción, entre contratistas principales y subcontratistas, la industria de la construcción daba
ocupación en 1999 a 620 997 trabajadores de los cuales el 87% eran obreros. Es una industria intensiva en mano de obra y, a pesar de los
avances tecnológicos significativos, ocupa básicamente una gran fuerza de trabajo eventual no calificada, por lo que suele pagar salarios también
muy bajos. Sus ritmos de trabajo dependen de las inversiones que se realicen en el sector, en gran medida derivados de los planes oficiales, ya
que es el Estado uno de los principales clientes de las empresas constructoras puesto que es él quien lleva a cabo las obras de infraestructura en
vías de comunicación, vivienda, construcciones petroleras, irrigación, etc. De hecho, casi la cuarta parte del valor de las obras ejecutadas en 1999
correspondió a infraestructura destinada a la producción de petróleo: plantas, plataformas marinas, ductos, perforación de pozos. La construcción
de vías para el autotransporte representó el 12% del valor total, mientras que la construcción de viviendas unifamiliares y multifamiliares alcanzó el
18% de ese valor (INEGI, 2001 d).
Entre 2004 y 2005, la industria de la construcción tendrá un repunte gracias a obras como las viales desarrolladas en el Distrito Federal, a la
construcción de tramos carreteros en diversas partes del país y de plataformas marinas de Pemex, la construcción de la presa El Cajón y la
ampliación de la refinería de Minatitlán (El Universal, 2005).
La ubicación geográfica de la industria de la construcción responde a esos planes tanto oficiales como de empresas privadas y no presenta un
patrón de comportamiento definido. Por ejemplo, hay una cierta centralización en el Distrito Federal y el Estado de México en lo que se refiere a la
construcción de vivienda y de edificaciones para el comercio y los servicios, que responde a la concentración de población en esas dos entidades.
Por el contrario, las obras petroleras se ubican en Campeche y Tabasco o sur de Veracruz. Otras entidades que tienen una importancia relativa son
Nuevo León en lo que concierne a la construcción de vivienda y de plantas industriales, Puebla en obras para el autotransporte, y Baja California en
diversos rubros.
En la industria de la construcción se hallan representadas grandes empresas como ICA, u organismos estatales como el Instituto del Fondo
Nacional de la Vivienda de los Trabajadores, INFONAVIT, o la banca de desarrollo conocida como Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos,
Banobras.
GUIAS DE AUTOEVALUACIÓN
Preguntas abiertas
4.- Explica la evolución que ha registrado la industria manufacturera en México en los últimos años y su contribución en el Producto Interno
Bruto sectorial.
5.- Explica brevemente qué son los corredores industriales y su efecto en el proceso de urbanización.
Opción múltiple
Falso-Verdadero
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
BASSOLS BATALLA, Ángel. 2002. Geografía socioeconómica: Aspectos físicos y eco-nómicos por regiones. Ed. Trillas, México, pp
266
MÉNDEZ, Ricardo. 1997. Geografía económica. Ed. Ariel, Barcelona, España, pp. 207-319
http://www.itcomitan.edu.mx/tutoriales/esmexico/UNIDAD4.htm#3
Instituto de Estadística Geografía e Informática (INEGI)
Banco de Información Económica
http://dgcnesyp.inegi.gob.mx/cgi-win/bdieintsi.exe (Disponible en red)
Fecha de revisión 20 Junio 2011.
http://web.usal.es/~jomarel/archivos/industria.pdf
La industria manufacturera dentro de la estructura y la dinámica de la economía oaxaqueña
Martín Carlos Ramales Osorio
http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/mx/2004/mro-oax.pdf (Disponible en red)
Fecha de revisión 20 Junio 2011