Bateson X Jaime Arocha PDF
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Nómadas (Col)
ISSN (Versión impresa): 0121-7550
nomadas@ucentral.edu.co
Universidad Central
Colombia
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www.redalyc.org
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Gregory bateson,
reunificador de mente
y naturaleza
Jaime Arocha Rodríguez *
La epistemología de Gregory Bateson busca terminar con la escisión, creada por occidente, entre mente y
cuerpo, palabra y gesto, razón y corazón. En la medida que uno de los supuestos de la postura de este
antropólogo es considerar a la cultura como epistemologías locales, las posibilidades que ofrece para la
comprensión de las identidades culturales en nuestro país son inmensas.
Supongo que esta cadena de nombres tiene que parar en Quizás la tarea más difícil para él sea la de reconocer que
alguna parte. Y quizás éste sea el punto. Sin embargo, ha comenzado a imponer sobre la epistemología local, la
debo anticipar dos conceptos batesonianos que me ayu- epistemología de su ciencia. Mantenerse «calibrado»
darán a explicar esto del «calibre». En primer lugar, para equivale a sostener óptimos márgenes de tolerancia hacia
él cultura es epistemología local y epistemología el agre- la diversidad, y para ello, el diario de campo es difícil de
gado de presupuestos que subyacen a todas las sustituir. Sus entradas sistemáticas no sólo versan sobre
interacciones y comunicaciones entre personas [..] las observaciones de aquellos aspectos pertinentes para
(Bateson y Bateson 1988: 97). la prueba de las hipótesis del proyecto en cuestión, sino
acerca de eventos cotidianos: sensaciones, percepciones,
Hoy pocos dudan de las ventajas del método etnográfico alegrías, tristezas, rabias, miedos y angustias experimenta-
para estudiar esas epistemologías locales. De hecho, téc- das por quien se ha sometido a los meses de soledad y
nicas suyas, como el diario de campo, ganan popularidad aislamiento que pueden provocar la separación de su pro-
entre quienes no han sido entrenados en etnografía: tra- pio grupo social (Arocha 1991c). El pasar al papel senti-
bajadores sociales, sociólogos y aún politólogos. Sin em- mientos y emociones representa un paso fundamental hacia
bargo, el método tiene limitaciones. Quizás la principal con- su manejo. Al respecto, la doctora Von Haller, heroína del
novelista canadiense Robertson Davies (1990: 320) cita a
Ibsen del siguiente modo:
1
. Vivir es batallar con duendes/que habitan las bóvedas del corazón y el
cerebro/Escribir: enfrentar el juicio de sí mismo.
2
. Le debo a la estudiante de antropología Marcela Salcedo esta metáfo-
ra del titiritero. La introdujo en uno de mis talleres de técnicas etnográficas,
dentro del cual realizamos algunos ejercicios de Progoff.
Pero se impone que yo hable de sus características jandro Angulo me escribió desde Roma:
fundamentales. De otro modo lo que sigue de mi exposi-
ción no será muy inteligible. Además de una bitácora que El gran descubrimiento ha sido el de
resuma las actividades diarias, hay tres grandes grupos Gregory Bateson: estoy metido en Steps
de ejercicios. Uno de narración de sueños y ensoñaciones, to an Ecology of Mind y pienso continuar
como de la ampliación que uno haga de ambos. Otro, de con Mind and Nature [...] Creo que sere-
lluvias espontáneas de imágenes, después de situarse en mos grandes amigos [...]
un punto comparable al de la vigila, mediante relajación
mental y física. Y el tercero, de sistematización de los Bateson, Steps. ¿Dónde estará el libro? Lo hallé junto a
anteriores, mediante la escritura. Los tres se combinan Oh! what a Blow that Phantom Gave me de Edmund
para permitir que el diarista, vaya deshilvanando las he- Carpenter, de Relations in Public de Irving Goffman y de
bras de su propia vida3 . No se trata de alcanzar una biogra- The Homeless Mind de Perter Berger, Brigitte Berger y
fía llana y simple, sino mucho más: conciliar lo que en su Hasnfried Kellner, no lejos de The Mountain People de
Rebel Angels, Robertson Davies llama la copa y la raíz. Collin Turnbull. En fin, con las lecturas que hace 20 años
me recomendó la ya desaparecida socióloga de las comu-
Me explico: la heroína de la novela, María Magdalena nicaciones, Rose K. Goldsen. Páginas que, con las que
Theotoky es candidata al doctorado en historia en uno de ella escribió, contribuyeron a modelarme.
los colleges de la Universidad de Toronto. Aspira a ser
una académica racional y fría, pero de continuo la traicio- Steps estaba lleno de marcas y subrayados que no me
nan sus raíces. Hija de un emigrante polaco y una gitana, recordaban lección alguna legada por su autor. Volví a
porta una emotividad explosiva que debe controlar tanto hallarlo impenetrable y resolví posponer su relectura. La
como la tradición de hechizos, conjuros y robos que desde oportunidad se presentó, cuando—por mal tiempo—que-
pequeña le vio practicar a su madre. Por fin, uno de sus dé varado 24 horas en Panamá, en el transcurso de un
ángeles rebeldes la reta para que escarbe su suelo, iden- viaje a Costa Rica, donde debería de tomar parte en el
tifique los contornos de aquello que nutre la copa de su simposio internacional Estado, Nación y Etnia. Pensado
árbol y asuma la forma como, de todo aquello que ella en la posibilidad de que tuviera que enfrentar una espera
quería esconder, dependía la vitalidad de su proyecto de larga, había empacado el libro.
futuro. Cuando María Magdalena inicia esa integración,
se vuelve capaz de andar con la joyas estrafalarias de su Sentado frente al despacho de Air Panamá, las nociones
madre, de descalzarse aún en ocasiones tan formales como de redundancia y codificación comenzaron a tener senti-
la de su boda con un banquero aristócrata o de retar con dos inesperados que me hacían salir de la silla y caminar
más valor a su tutor. con pasos largos y entusiastas por los pasillos del aero-
puerto. Descubrí, entendí y aprehendí que sin el discurso
Gramática y materia prima de los sueños de la comunicación no verbal, sería muy difícil expresarle
a otros nuestras emociones. También, que la impremedi-
En enero de 1987, cuando comencé a trabajar en la Co- tación de ese discurso o la dificultad de controlarlo me-
misión de Estudios sobre la Violencia en Colombia, había diante la voluntad, permitía que sonrojarse, palidecer, tem-
madurado casi todas las técnicas del diario. Sin embargo, blar o traspirar delataran la verdad de nuestras emocio-
ya avanzado el segundo semestre del año, tuve una pesa- nes, así nosotros quisiéramos ocultarlas. Que era posible
dilla que me mostraba víctima de la violencia ejercida por mentir con muecas, pero que ello requería del entrena-
un guardaespaldas nombrado por el Ministro de Gobierno miento al cual se someten actores, declamadores, canto-
para protegerme en mi calidad de miembro de la Comi- res y mimos. Pero que eso que ellos hacen puede tener
sión. Sería el inicio de una serie onírica perturbadora que significados estrechos que no se extienden por fuera de la
coincidía con la ola represiva que por entonces se desató epistemología que comparten el ejecutante y su público.
contra intelectuales y adalides en la defensa de los dere-
chos humanos. Hallaba casi imposible vertir en palabras 3
. Bateson sostiene que la producción del conocimiento avanza gracias
semejante riqueza icónica, tan efímera para la narración a un movimiento pendular entre las explosiones espontáneas de imágenes
gramatical. Esa inquietud coincidió con una carta que Ale- y el rigor (Friedemann, G 1992). Los usuario del Diario llegan a cotidianizar
esta práctica, refinándola, por lo tanto.
Sin embargo, los más retante entre estos dos sistemas explicativos; es
fue ir hallando que los sue- precisamente en [el vínculo] entre los dos
ños, además de comple- sistemas en donde se halla el verdadero
jas cadenas icónicas, sentido de las características del organis-
son metáforas que mo [...]
confunden la cosa
nombrada con Y ofrece un ejemplo:
su nombre,
que siempre [..] si nos ponemos al sol, nos broncea-
expresan rela- mos; eso es ambiental, pero la negrura que
ciones en uno lleva [...] es genética; sin embargo,
tiempo pre- si uno es muy blanco y se expone muchas
sente y en au- veces al sol, lo que hace es enseñarle a
sencia de los genes a aprender; a aprender a bron-
«noes». De cear el cuerpo [...]
ahí el impedimento de traducirlos al lenguaje gramatical,
que es lo opuesto, no sólo porque contiene partículas para Su propuesta relacional puede apreciarse desde otra
decir «no» y ubicar la acción en el pasado o el porvenir, perspectiva (1991: 458):
sino porque está hecho de una materia prima distinta, la
de la razón y no la de la emoción, las dos formas de cono- [Lamarck] Concibió y formuló un buen
cer que en occidente aprendimos a segregar, junto con número de ideas muy modernas: que no
vínculos como los de cuerpo-mente, mente-naturaleza, ego- se [le] pueden atribuir a ningún ser ca-
entorno. Todo ello, gracias a la buena labor de cincelaje pacidades [espirituales] para las cuales
mental que hacen familia, sistema educativo y medios de no tiene órganos, que los procesos men-
comunicación de masas. tales deben [de] tener siempre represen-
tación física y que la complejidad del sis-
El pensamiento relacional tema nervioso está relacionada con la
complejidad de la mente.
A partir del reexamen de la obra seminal de Bateson, mi
trabajo con el Diario Intensivo se hizo más profundo, de Más adelante (ibíd.: 459) añade:
modo tal que el materialista cultural4 exalumno de Marvin
Harris pudo afianzarse mejor. La mención de estos dos En la Segunda Guerra Mundial se descu-
antropólogos dentro de un mismo proceso podría parecer brió qué grado de complejidad entraña
contradictoria, si no herética. Pero no es así. Muchos, in- la mente. Y desde ese descubrimiento, sa-
cluyendo a la hija de Bateson, han tratado de mostrarlo a bemos esto: que en cualquier lugar [don-
él como un idealista, cuando en realidad casi toda su obra de] encontremos esa clase de complejidad,
la dedicó a sostener que ni el idealismo, ni el materialismo
tenían las respuestas (Bateson y Bateson 1988: 50-64). 4
. El materialismo cultural es una estrategia de investigación que com-
bina los aportes de George P. Murdock, Leslie White y Julian Steward con
Como tampoco las tenían el aprendizaje o la genética. In- los de Marx y algunos evolucionistas del siglo XIX. Revalora el método
sistió en que la explicación se hallaba en el nexo entre lo comparativo, sin abandonar los estudios en el terreno y consolida nuevas
primero y lo segundo (ibíd.: 110, 111): visiones de la evolución sociocultural, partiendo de que (1) las causas de las
diferencias y similitudes socioculturales son inteligibles, (2) el comporta-
miento humano presenta regularidades porque, con todo y la mayor op-
[...] siempre me sorprendo por la manera ción de maniobra que ofrece la cultura, no deja de responder a leyes
tan ligera como los científicos aseveran naturales, (3) el investigador debe tener conciencia acerca de las diferen-
cias entre los datos que delimite apelando a la epistemología de los sujetos
que las características del organismo se de estudio, y los que elabore apelando a la epistemología científica, y (4)
pueden explicar ya sea por el ambiente o hay más probabilidades de que la dirección causal de los fenómenos
culturales vaya desde la relación entre la gente y la naturaleza, hacia la
por el genotipo. Déjenme ser bien claro, ideología, que en el sentido opuesto (Arocha 1990).
porque yo lo que creo es en la relación
tenemos que habérnoslas con fenómenos Chigorodó, alto Baudó, mayo 24 de 1992. Yar-
mentales. lecy se ha pasado toda la mañana y lo que va
de la tarde al otro lado de un palo largo que
En la edición original de Pasos hacia una Ecología de la atraviesa un costalito. Sobre el saco viejo hay
Mente, al final del último párrafo citado, aparece la frase extendidas al sol unas libras de arroz. El tra-
«it’s as materialistic as that» [es así de materialista] (1972: bajo de la niña consiste en espantar patos,
428), y la cual ya fue omitida de la versión española. En gallinas y palomas. Ella no pone a volar a los
Mind and nature, infortunadamente traducido como Espí- plumíferos moviendo el palo en todo momen-
ritu y Naturaleza, desarrolla su noción de mente en térmi- to, sino que espera a que por lo menos una
no de agregado complejo de componentes interactuantes, pareja picotee más de tres veces. Los grani-
capaces de procesar información, es decir de identificar tos ingeridos hacen la diferencia que hace la
diferencias que hacen la diferencia (1990:81-116). diferencia (Bateson 1990: 81-116), entre
Desantropomorfizado el concepto, el materialista cultural mantener el palo quieto o agitarlo. Pero
puede «aterrizar» una noción como la de «cultura Yarlecy no es la única en practicar la téc-
infrahumana», portada por leones, pinzones, chimpancés nica. Unos metros más adelante, la mujer
y gorilas, entre otros animales mencionados en la publica- de Grangelio hace lo mismo que la de
ción de Harris que lo introduce a uno a la antropología Aquilino, localizada un poco más allá.
general (1985). La idea también da las bases para aislar
los circuitos que ligan a la gente con su entorno, conforme De verlas, Bateson habría dicho que for-
lo mostré en mi análisis sobre algunas características de man parte de un sistema al cual también
la epistemología local de los afrobaudoseños (Arocha pertenecen las aves, el arroz, los costa-
1992d). De él extraigo los apartes pertinentes: les, los palos largos para espantar, el sol,
la calle y la casa en cuyo frente sombrea-
do, se sientan las espantapájaros, a su vez
«compuestas» por sus sistemas sensoria- creo que los procesos mentales, además de inmanentes,
les y de transmisión de impulsos al cere- son sensibles a la verdad, y lo que éstos hacen con aquella
bro, cerebelo, sistema muscular y una epis- concuerda con la tarea que me he propuesto aquí. Y una
temología local que permite tanto la for- vez más, regreso a Bateson (1991: 460):
mación de la imagen percibida, como los [...] las personas son sistemas autocorrectivos [...] contra
límites tolerables en cuanto a número de la perturbación, y si lo obvio no es de una clase que pue-
animales que pueden acercarse a la pila dan asimilar [con facilidad y] sin perturbación interna, sus
y, como ya he dicho, número de picotazos mecanismos correctivos operan para desviarlo [por una]
permisible. El proceso mental que pone en senda lateral, para ocultarlo, aun hasta el punto de cerrar
marcha un día soleado circula por circui- los ojos [...] o de excluir distintas partes del proceso de
tos inmanentes, los cuales yacen por fue- percepción. La información puede ser modelada como una
ra de las espantadoras y de los espanta- perla en crecimiento, para que no resulte molesta: y esta
dos, pero que los conectan de manera in- modelación se hará de acuerdo con la comprensión que el
tensa aunque no siempre consiente. Vea- sistema [autocorrectivo] tenga de lo que es molesto. Tam-
mos: bién esto—la premisa respecto [a] qué puede causar per-
turbación—es algo que se aprende y que luego se perpe-
Hay dos procesos inconscientes de for- túa o conserva.
mación de imágenes: el de las aves que
ven el arroz al rayo Sinceridad, miedo y objetivi-
del sol y el de las mu- dad
jeres que perciben a
las aves en movimien- Años más tarde, él hablaría de
to y a los picos de quienes contradicen al siste-
ellas golpeando el ma autocorrectivo. Su hija
arroz. Puede darse el Mary Catherine publicaría el
caso de espantadoras libro cuyo título—El temor de
que cuenten el núme- los ángeles—se debe a estas
ro de picotazos. Sin personas: una subespecie hu-
embargo, lo más mana que, en su empeño por
probable es que vean decir la verdad, pese al dolor
a los animales «por el que cause, se atreven a llegar
rabito del ojo» para donde los Angeles temen.
que éstos no se alejen antes de recibir el Dentro de esa subespecie he puesto a Marvin Harris.
susto, pero que dentro de este procedi-
miento también haya operaciones en las Opino que el hacer parte de esa agrupación de personas
cuales no interviene la conciencia. Hay explica el facilismo como se descarta el aporte de él, así
dos formas de discurso de la comunica- como el ocultamiento consciente de su contribución. Pen-
ción no verbal cuyo aprendizaje y ejecu- semos en que en el debate postmodernista (como hay que
ción también son inconscientes: el de las decir ahora) sobre la objetividad poco se menciona su nom-
mujeres al mover el palo y la de las aves bre5 . No obstante él habla de cómo la abstinencia en la
para realizar una buena demostración de expresión pertenencias tan personales como los valores,
haber sido asustadas. Tanto las mujeres, creencias y convicciones no es la fórmula hacia la objeti-
como las aves están expresando emocio- vidad. Así lo han propuesto casi todas las estrategias de
nes, sin el concurso de la conciencia.
5
. Y tampoco el de Bateson, lo cual llevó a Greta Friedemann a cuestio-
«No creo que debas dar tantas explicaciones sobre el fun- nar a los principales exponentes del postmodernismo en la antropología
cionamiento de la mente», me dijo un amigo al leer el pri- y a resaltar la contribución batesoniana frente a los debates que han
suscitado los exponentes de esta tendencia. Ver América Negra, # 4.
mer borrador de este escrito. No le hallé la razón porque
investigación antropológica, dentro de una tradición que xiv, xv):
se remonta a Durkheim. Harris adhiere a la alternativa
que Carrithiers (1990) llama búsqueda de consensos [...] Cierre los ojos e imagínese creciendo
intersubjetivos sobre tales «pertenencias». Lo cual impli- (un reto que de hecho ya logró, pero que no
ca la comunicación pública de ellas. puede asociar con facilidad al pronombre «us-
ted»). Imagínese todas las ramificaciones y
En ese sentido, concuerda Bateson (1990: 22), insistiendo las auto-diferenciaciones, que de manera in-
en que para su realización y comprensión, la actividad dispensable tienen lugar en del proceso y, las
científica requiere la difusión de los presupuestos de los cuales, de manera imaginativa se identifican
cuales parten sus realizadores. Y como Harris aborda el con el mismo.
problema de la calibración, profundizándolo mediante su
crítica a la noción de experiencia objetiva. Para Bateson, Si hace el ejercicio con seriedad, quizás des-
toda experiencia es subjetiva y va precedida por un pro- cubra qué tan iluminante puede ser entrar en
ceso inconsciente de creación de imágenes, a su vez, guia- contacto con ese «usted». ¿Por qué? , ¿Qué
do por la epistemología portada por quien percibe. Desde le dice esta experiencia acerca del sentido
esta perspectiva, la formación de «consensos intersubjeti- de decir «yo»?
vos» entre observadores de un mismo fenómeno tendría
la función de explicitar las distintas maneras en las cuales Deténgase ahora en la noción de que el «us-
ciertas creencias podrían modelar la aprehensión de la ted» en el cual usted mismo se convirtió tie-
realidad. ne análogos en todas las formas vivientes,
en las ecologías de las cosas que viven y en
Recordar este reto me devuelve al Diario de Progoff. Des- toda la evolución orgánica, como también en
pués de usarlo durante seis años, descubrí que es un instru- la evolución de las ideas, en el sentido más
mento poderoso para acceder al inconsciente, debido a estricto de la palabra.
los ejercicios basados, el uno, en lluvias espontáneas de
imágenes y asociaciones icónicas, y el otro en la sistema- Este ejercicio puede ayudarle a desatar el
tización de ellas. Por otra parte, su enfoque dialogal des- inicio de una comprensión más profunda so-
emboca en aproximaciones sistémicas a ego. Para apre- bre las implicaciones de la epistemología
ciarlo, explico que cuando el diarista se ha vuelto virtuoso batesoniana. También puede ofrecerle una
en los ejercicios acerca de los cuales he hablado, está base vivencial desde la cual pueda discutir
listo para iniciar otro nivel. En él, luego de buscar un esta- los «saberes incorporados» (vs. el saber acer-
do mental comparable al de la vigilia, uno se imagina que ca de), la posibilidad de la empatía con otras
tiene ante si una persona. Puede ser quien más ha influido criaturas y aún con los procesos orgánicos y
en su vida o quien se la ha hecho imposible, pero también ecológicos, la humildad potencial que
puede tratarse de una personificación del propio cuerpo,
de un sueño, de un evento importante, de una obra o de un
objeto. Identificado el interlocutor, uno reconstruye la bio-
grafía de esa persona o personificación y, en seguida,
ambos inician una conversación sobre el tema que de
manera espontánea surja. Al lado, un cuaderno, un lápiz y
una mano que va transcribiendo lo que le dicen los ojos
entreabiertos. Al cabo de varias prácticas se pueden te-
ner muchos diálogos con «x», donde «x» toma los valores
sueño, ensoñación, cuerpo, familia, amigos, compañeros
de trabajo, trabajo, política, religión y objetos cotidianos.
La suma de esos diálogos tiende a mostrar un yo relacional.
Añadiendo la relación entre el yo y la naturaleza, puede
realizarse el ejercicio que propone Donaldson (Bateson
1992:
semejante entendimiento ampliado de sí mis- en tierra porque el cerebro insiste en continuar compen-
mo puede proveer para la noción más limita- sando el badeo marino. Creo que en las penumbras
da de «ser» y, lo más importante, la noción baudoseñas, mi cerebro reprodujo las alteraciones que
de integrar muchas partes y niveles de la había aprendido a desencadenar para la situación marina,
mente. (Donaldson 1992: XIV, XV). ocasionándome la sensación de mareo e inestabilidad que
describo.
Número, cantidad y discriminación sociorracial6
Entre otros ejemplos de percepciones determinadas por
Quizás valga la pena detenerse aun más en la relación creencias figuran la de sentirse moviéndose hacia adelan-
entre creencia y percepción. La insistencia de Bateson te, cuando se está dentro de un tren, frente a otro que
en la subjetividad vivencial tiene que ver con la idea de retrocede. Sin embargo, es en la vida social que se hace
que hay creencias capaces de determinar la percepción, más evidente esta capacidad determinante de las creen-
a su vez consolidada después de participar en una serie cias. Para comprender mejor lo que quizás sucede, me
de experimentos que el optómetra Adalbert Ames montó parece adecuado recordar algo de la posición de Bateson
en su laboratorio para demostrar que la percepción esta- frente al problema de la tipificación lógica (Bateson y
ba precedida por un complejo proceso inconsciente de for- Bateson 1988: 21):
mación de imágenes y que éste, a su vez, dependía de
aprendizajes tempranos sobre manejo de brillo, perspecti- El mapa no es el territorio.
va, paralelaje visual, superposición y movimiento de imá- El nombre no es el objeto nombrado.
genes (1990: 27-34). Pese a estar muy bien descritos, es- El nombre del nombre no es el nombre
tos experimentos quizás tengan que ser vividos por el lec- (¿Recuerda qué le dijo el Caballero Blan-
tor del libro, para que éste pueda comprender su sentido. co a Alicia? Alicia está más bien cansada
Sin embargo, en el Baudó tuve experiencias que me ayu- de oír canciones y, al ofrecérsele otra,
daron a darle la razón a Bateson. pregunta su nombre. «El nombre de la
canción se llama Haddocks Eyes», dice
En las casas, el ámbito cálido y oscuro de las salas ilumi- el Caballero Blanco. «¿Es ese el nombre
nadas mediante mecheros de keroseno inducía el letargo, de la canción?» dice Alicia. «No, tu no
algunas veces en momentos que requerían estar alerta: entiendes», dice el Caballero Blanco, «ese
una reunión de vecinos o una novena de muerto. En esos no es el nombre de la canción, sino lo que
casos, hallé conveniente, si ello era posible, caminar a lo llaman al nombre».) [..]
largo de los respectivos recintos. La primera vez que lo
hice, me sobrevino un mareo ligero. Me senté pensando
que quizás era por el humo de tabaco que cargaba la at-
mósfera. En la segunda ocasión, persistí en caminar des-
pués de que me comenzara el mareo. Segundos más tar-
de, sentía como si el piso no fuera de casa, sino de canoa
bamboleada por el oleaje. la sensación de movimiento
persistió al sentarme y en el tercer caso, se prolongó me- 6
. En su libro Espíritu y Naturaleza, al analizar las continuidades del
dia hora más. Hallé que los pisos presentaban pequeños proceso evolutivo, el antropólogo británico Gregory Bateson halló per-
tinente diferenciar los números de las cantidades porque (pág. 44),
desniveles, incompensables en la penumbra de los me-
cheros, pero corregibles ya fuera de día o con iluminación [los primeros] son el producto del recuento; las [segundas,] de la
medición. [Éstos son...] exactos, porque existe una discontinui-
eléctrica. Como consecuencia de ellos, al andar, el cuerpo dad entre cada entero y el siguiente: entre dos y tres hay un
comienza a ladearse de un modo que evoca el zarandeo salto; pero en el caso de [aquéllas...], no existe ese salto, y por
marino de la canoa. Como yo he viajado en ellas con el eso [no son exactas...]. Puedes tener [...] tres tomates, pero
jamás podrás tener exactamente tres litros de agua.[...]
mar bien picado, he aprendido a que las enmiendas res-
pectivas para no caer, se introducen mejor viajando de [...] el número es el mundo de la pauta, [...] y el cálculo digital; la
pies y que la sensación de movimiento pendular persiste cantidad es el mundo del cálculo analógico y probabilístico.
Durante la colonia, en lo que hoy es Colombia imperó una
tipología analógica y probabilística para designar las
diferencias fenotípicas. Consistía en un intrincado conjun-
to de denominaciones que daba cuenta de tonalidades de
piel, formas de nariz, pelo, ojos y estatura. Discernía cómo
los tipos físicos se alejaban o acercaban del blanco euro-
peo. Al analizar el tratamiento que le concedía a los des-
cendientes de los esclavos negros traídos desde Africa, la
antropóloga Nina S. de Friedemann (1991) habla de tér-
minos como el de quinterón o cuarterón que se usaban
para denominar a los descendientes de blancos que tuvie-
ran ya fuera la quinta o la cuarta parte de «sangre» negra.
Agrega ella que calificaban la ascendencia mediante
taxones como el de tente en el aire, para el hijo de un
quinterón con una cuarterona, y el de saltatrás, des-
cendiente de un quinterón y una mulata. El de negro
ladino no sólo precisaba la «pureza racial» del observado,
sino que calificaba el dominio que esa persona tuviera de
la cultura peninsular.
tipificación lógica diríamos que (1) se confundió el mapa
No piense el lector que intento adherirme a la taxonomía
sociorracial de Colombia con el territorio de la discrimi-
hispano-lusitana. Ella tuvo la infortunada misión de darle
nación, y (2) que eliminado el mapa, se supuso que tam-
vida a un sistema vertical de castas socioraciales, tan im-
bién desaparecía el territorio. Sin embargo, la realidad es
permeable que indios, negros, o mulatos podían ser san-
que el territorio sigue existiendo, pero está mal denomina-
cionados con todo el peso de la ley si no usaban las pren-
do y, en algunos casos, carece de denominaciones.
das prescritas o se atrevían a arrodillarse en los reclinatorios
de las iglesias (Friedemann y Arocha 1986: 185-197). Me
Tomar conciencia de los efectos de este fenómeno resul-
interesa subrayar dos aspectos. Primero, las ventajas que
ta difícil, en especial porque desde niños hemos sido
representó la adopción de terminologías que permitieran
adoctrinados en los productos democratizantes de la
distinguir tonalidades. Taxones basados en operaciones
mestización y en que la nuestra es una nación de iguales
más complejas que las de suma y resta numérica que
dentro de la cual no priman las formas de segregación
facultaban manejar grados de diversidad física,
que pueden identificarse en el sur de los Estados Unidos o
correlacionarlos con grados de diversidad cultural y, por
en otros lugares del mundo. La sutileza implícita es norma
lo tanto, otorgarle peso y funciones a la identidad dentro
que vuelve intrincada la lucha contra la asimetría en el
de los transcursos cotidianos y políticos. Y en segundo
trato de las diferencias étnicas. Al respecto vale la pena
lugar, que este instrumento para reconocer y salvaguar-
considerar el punto de vista de los violentólogos que pre-
dar lo diverso se fue perdiendo con los movimientos de
pararon el libro Pacificar la paz (De Roux et al. 1992:
independencia.
145, 146):
Hoy tenemos una taxonomía muy próxima al cálculo digital,
Durante años la sociedad colombiana ha
dentro de la cual se distinguen dos polos «mestizo», con
estado marcada por pautas de exclusión
valor de 1, gente, y el de «indio», que tiende a cero, no
en relación con las aspiraciones de los
gente. Este nuevo «mapa» implica serias dificultades para
sectores menos favorecidos de la pobla-
manejar tipos mixtos y otras formas de diversidad. Sin
ción [...]
embargo, el principal problema con su adopción tiene que
ver con la presunción de que ésta también eliminó las for-
[...] Admitir que todos los colombianos sin
mas y patrones de discriminación que imperaron mientras
excepción tienen los mismos derechos,
estuvo vigente el sistema antiguo. En el lenguaje de la
algo que casi nadie se atreve a negar en
Con frecuencia uno oye de las «pedagogías para la paz» y
un buen número de quienes las proponen hablan de esta-
blecer en colegios y escuelas cátedras sobre derechos
humanos, entre otras que hagan referencia al valor de la
vida humana (Programa por la paz 1991). Empero la ta-
rea reviste mucha más complejidad.