Pregón de La Semana Santa de Mancha Real 2016

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PREGON SEMANA SANTA

MANCHA REAL (JAEN)


11 – MARZO - 2016
Un pregón más en mi humilde localidad. Permitidme, en este primer momento,
una confidencia: que no es habitual que un pregonero, y ese es mi gozo hoy, que
empiece este acto agradeciendo la presencia de mi querida madre, de mi hermana, mi
esposa e hijos, amigos, hermanos Jimenez Cobo, mis monjitas, especialmente a esa que
me enseño a leer y escribir, y contar con la presencia moral de quienes durante
muchos años me han tenido que aguantar.

Alcaldesa y estimada amiga Mª del Mar, miembros de la corporación municipal,


párrocos de nuestra localidad de las parroquias de La Encarnación y San Juan
Evangelista, Presidentes de las distintas Cofradías y Grupos Parroquiales de Mancha
Real, cofrades, amigos y amigas, gente de pueblo en general, buenas noches.

Vuelvo a empezar éste pregón, lo mismo que lo hice en el anterior a Nuestro


Patrón San Marcos, dando gracias desde mi primera palabra pregonera, a mi amigo y
Presidente de la Unión Local de Cofradías, Fco. Manuel del Águila, por vuestra
designación para este acto, y gracias a mi querido amigo Juan de Dios Gómez que tan
cariñosa y amigablemente me ha presentado.

Gracias, Junta Directiva y Hermanos Mayores de las Cofradías de éste mi


querido pueblo, porque al elegirme habéis depositado en mí esta gran confianza, que, a
su vez, trae tanta satisfacción a mi corazón manchego y tan cualificada
responsabilidad. La llevare adelante, bien sujeto a las manos y a la pluma de nuestro
Patrón San Marcos y seguro del cuidado de nuestra Madre la Virgen.

Gracias a cuantos, conocidos y no, me han echo llegar la certeza de unas


oraciones para este momento, que ahora tanto valoro.

Cuando el Sr., presidente de la Unión Local de Cofradías, me propuso ocupar


hoy este lugar, naturalmente me sentí halagado, pues este servicio, a mi querido
pueblo de Mancha Real es un gran honor para mí, pero enseguida intuí el difícil reto y
la responsabilidad que se me planteaba; reto porque a la vista de los ilustres
pregoneros y magníficos oradores que me han precedido, mucho me temo no quedar a
la altura; y responsabilidad, porque por nada del mundo quisiera defraudar a mis
paisanos, a los que tanto admiro y respeto.

Por todo esto, desde la sencillez y desde lo más profundo de mi corazón os voy a
manifestar mis vivencias, que desde niño he ido teniendo, vivencias llenas de
religiosidad, que gracias a mi FAMILIA, con mayúsculas, a mi entorno, a mis vecinos y
al pueblo de Mancha Real en definitiva, que han hecho de mí una persona
profundamente creyente, un hombre lleno de fe, que no pierde la esperanza en un
mundo mejor, y que procura amar y respetar cada día a todos sus semejantes.

Quiero empezar recordando que hace muchos años, a finales de los 60, con una
edad en la que ya vas tomando contacto con la historia, y hasta nuestros días, en la
calle Maestra, en la misma casa en la que aún habita mi querida madre; era un hogar
lleno de alegría y felicidad, en donde se respiraba y se respira amor por todos sus
rincones, que cuando empezaban los albores de la primavera, ya notaba cómo la casa se
volvía más austera, sobre todo los viernes, que era el día del ayuno y abstinencia.
Mientras tanto mi primo Juanma y yo, en nuestras horas de juego, preparábamos
nuestros tronos para nuestras procesiones particulares. Estábamos en Cuaresma.

No está de más, para empezar, el hacer un poco de escuela. La palabra


Cuaresma, viene del latín y significa, el día cuadragésimo antes de Pascua, que empieza
el miércoles de ceniza y concluye el jueves santo por la tarde, antes de la misa
vespertina de la Cena del Señor, con la que queda inaugurado el Triduo Pascual.

La Cuaresma se organizó el siglo IV y ha sufrido hasta hoy varias


transformaciones, pero fue el Concilio Vaticano II, el que se encargó expresamente
de que se acentuara en la Cuaresma, su carácter bautismal y penitencial.

Seis semanas que se dividen en tres etapas, marcadas por los evangelios
correspondientes: los dos primeros domingos con las tentaciones y la transfiguración
del Señor; los tres siguientes, con las catequesis bautismales de la samaritana, el cielo
y Lázaro, es decir, el agua, la luz y la vida; y finalmente el domingo sexto, llamado de
Ramos o de pasión, donde queda inaugura la Semana Santa.

Pienso que algunas veces, y digo algunas por no decir siempre, se nos olvida
quien es el verdadero, el autentico protagonista de la Semana Santa. No somos
ninguno de nosotros, ni las cofradías, ni los músicos, ni los Hermanos Mayores, nadie
humano. El único protagonista de esta semana es JESUS DE NAZARET, esa persona
que vivió hace más de dos mil años en Galilea. PERSONA ATRAYENTE, con mayúsculas,
que atraía a la gente, que acudían a escucharle y que a la vez, encontraban consuelo en
sus palabras ya que su mensaje fue de Amor a los hombres y a Dios.

Hace poco más de dos meses, estábamos celebrando la venida del Mesías. Y yo
encantado. Porque como me decía, con toda confianza y cachondeo, mi amigo Jose
Antonio, Jacinto ya ha nacido, ya puedes matarlo. Celebrábamos que a esa gente, que
hace dos mil años, les llegaba un salvador para liberarlos de las condiciones de la
pobreza y la miseria. Todos los que le seguían, creían ver en Jesús a ese Salvador.
Salvador que fue condenado a morir en la Cruz y que resucitó al tercer día.

Es muy a groso modo el nacimiento del cristianismo.


He de decir que desde entonces, y hasta nuestros días, hemos celebrado de
forma singular la Muerte y Resurrección de la persona más influyente en la historia de
la Humanidad.

Por eso, me atrevo a decir, que la Semana Santa es una catequesis que nos
acerca a la vida pública de Jesús y a sus enseñanzas, siendo de una forma diferente
para los que aceptan su mensaje de Amor, Perdón y Esperanza.

La Semana Santa, confieso, ha sido y sigue siendo, para mí, una fiesta cargada
de recogimiento y oración, como también es oración el paseo de Nuestro Señor junto a
su querida Madre, por las calles de mi querido pueblo. Es un gesto visible de cómo el
Señor acompaña a su pueblo y de cómo éste reconoce su presencia y su gracia. Se
constituye en signo de nuestra alegría, en signo de fiesta, porque el que celebra,
afirma que la vida, a pesar de sus sombras, es digna de ser celebrada; por eso, la
fiesta expresa un sí a la vida.

Siguiendo con la persona que nos ocupa, voy a seguir haciendo un poco más de
historia.

A los treinta años comienza la vida pública dando a predicar sus enseñanzas,
pero antes de empezar se retira al desierto durante cuarenta días y cuarenta noches
llevando una vida de ayuno, vida de reflexión y sobre todo, mucha oración. Por esto, la
Iglesia celebra la cuaresma, cuarenta días comprendidos entre el miércoles de ceniza
y el domingo de Ramos. Días de austeridad, de aumentar nuestro acercamiento a Dios
y días de preparación para nuestra Semana Santa.

Aunque sé que esto no es fácil porque en el momento presente, no sólo en


nuestra localidad, nos vemos inmersos en una idiosincrasia hacia todo lo que tiene que
ver con la Iglesia, creciendo el número de agnósticos, personas que niegan cada día
más la religiosidad popular. Pero no todo esto es malo, porque para eso están nuestras
Cofradías, entidades vivas de la religiosidad popular.

Según se piensa existen tres momentos que dan consistencia a nuestra


religiosidad popular.

El primero fue hayá por el siglo XIII. San Francisco de Asís insistió tanto en
Jesús Humano, Amigo y Sufriente, que él y sus seguidores crearon “Nuestros
Nacimientos” de Navidad y popularizaron la Pasión de Cristo.

El segundo momento es, como reacción a los protestantes, en el siglo XVI que
destruyen y retiran las imágenes de las iglesias. Es el Concilio de Trento de 1563,
donde se manda a que los fieles sean instruidos con claridad acerca del culto a los
santos, a las imágenes y reliquias, consecuencia ésta que estimulan la creación,
procesión y veneración de las imágenes dando paso en España a la celebración popular
de Nuestra Semana Santa.

Debemos de destacar que en el Concilio Vaticano II no fue propicio a la


religiosidad popular y a procesiones, resultando nocivo para la vida cofrade y las
procesiones de Semana Santa, pero gracias a la religiosidad popular existente en ese
tiempo, entiende que, la Iglesia como pueblo de Dios, está integrada por los
sacerdotes, laicos, seglares y religiosos, pasando la liturgia de tener un matiz mas
jurídico a presentar un marchamos más teológico, considerando, cada vez más, las
practicas de la religiosidad popular, porque es religiosidad del pueblo de Dios.

Pero para ésta fundamentación desde el campo católico, especialmente para la


Semana Santa andaluza, debemos de sumar apoyos extraeclesiales e incluso no
cristianos.

 Fomento por parte de nuestros representantes políticos, Junta de


Andalucía, Diputaciones y Ayuntamientos, a nuestra identidad cultural e
histórica, y por supuesto religiosa. Me parece factor que ha sido clave en
cada pueblo que se han impregnado de estímulos de singularidad e identidad
propias, vivencia que nos toca observar en nuestro encuentro del viernes
Santo donde preside su “Jesus”, su “Cristo” o su “Virgen” de nuestros
paisanos, locales y emigrantes.
 Siguiendo con apoyos hemos de destacar que la Semana Santa tiene una
motivación económica, porque estimula un turismo de masas y porque nuestra
tierra, ofrece una Semana Santa española más colorista, multitudinaria y
variada ayudada especialmente de los medios de comunicación y de nuestra
televisión andaluza.
 Destacar que nuestra Semana Santa, y sigo hablando a nivel de Andalucía,
tiene un interés científico, histórico y cultural por parte de Historiadores,
antropólogos y literatos.

Pero en una postura compresiva y razonable, pienso que no hay inconveniente en


conciliar todo lo que es la religiosidad popular, aunque parezca complejo:

 La religiosidad popular nunca, y digo nunca, debe oponerse a la religiosidad


oficial, aunque hemos de reconocer que es una bocanada fresca y
espontanea, ajena a tanta norma.
 La religiosidad popular es lo más sencillo frente a lo ilustrado, es expresión
del pueblo, es la Biblia de los pobres, de quienes no pueden ni saben leer el
Libro de los Libros, pero que si saben acompañar a Jesus Nazareno en su
caminar cansado, a la Virgen en sus Dolores y Soledad, y al Cristo
Crucificado porque, al fin y a la postre, esta gente ha padecido así a través
de tantos siglos y paradójicamente, no solo acompañan sino que encuentran
alivio en sus padecimientos.

Muy raro es el pueblo de España, y quizá apostaría que ninguno de nuestra


Andalucía, que en Semana Santa no haga desfilar por sus calles algún paso de un Cristo
o una Virgen. Quien no ha cantado alguna vez la saeta de Joan Manuel Serrat, o alguna
de las sevillanas cofrades que existen. Cada uno, en ese momento, está accediendo a
una religiosidad popular e incluso me atrevo a decir que muchos somos capaces plasmar
en un papel oraciones para nuestras imágenes y de muestra este poema que escribió mi
amiga Esther Sanjuán a su Cristo de la Piedad:

¡Venid hermanos a besar el suelo


que encendido en el fuego de su amor,
acaba demorar el Redentor,
con los brazos en cruz, mirando al suelo!
Se abre la tierra, cunde el desconsuelo,
Y ante tal sufrimiento y tanto horror,
Airado apaga el sol su resplandor,
Se hace la noche y se consuma el dolor.
Perdona, como Padre a los mortales;
los limpia y purifica de los males,
con sangre y agua de su abierta herida.
Este buen Cristo de la Piedad,
Clavadas las espinas en toda su bondad
Al morir en la Cruz, nos da la vida.
La Semana Santa, confieso, ha sido y sigue siendo para mí, una fiesta cargada
de recogimiento y oración, como también lo es el paseo de Nuestro Señor junto a su
querida Madre por las calles de mi querido Mancha Real. Es un gesto impresionante
como el Señor acompaña a su pueblo y de cómo éste reconoce su gracia y presencia.

Es un signo de alegría contenida, porque el que celebra, afirma que la vida a


pesar de sus sombras, es digna de ser celebrada; de ahí que, por decirlo de alguna
manera, expresemos un fuerte SI a la vida.

A modo de recuerdo, en mi juventud, los actos procesionales comenzaban el


jueves Santo con el que es el hoy, el Grupo parroquial “Jesus del Perdón y Señor de la
Humildad”, que salía de la Iglesia de San Juan Evangelista y al que llamábamos
cariñosamente, "Jesús Preso". Quizá para mi tamaño, que aún era muy niño, los pasos
me parecían grandísimos y extraordinarios, hoy, después de haber portado y visto
muchos de gran fama y arte indudable, me quedo con la sobriedad, la sencillez y la
belleza de mi Señor maniatado, saliendo con dificultad de su Iglesia de la Encarnación,
seguido del Cristo de la Humildad y su bendita madre, hermosa, mirada baja, con gesto
de humildad, recogimiento y oración. Comienzo del Vía Crucis Penitencial. Este joven
grupo va acompañado de fieles que tienen ante sus ojos una estampa de incalculable
belleza.

En ese Vía Crucis, donde Jesús va sufriendo los golpes, le acompaña en silencio
su Madre con una huella, en su rostro del inmenso dolor de una madre que va a
presenciar el gran padecimiento de su hijo. Se hace oración en todos los presentes al
transcurrir por las calles de su parroquia. Todavía recuerdo cuando se traslado la
imagen del Cristo del Perdón hacia la que es hoy su casa en procesión desde San Juan
Evangelista, acompañado, como no, de la Virgen de los Dolores en un trono, pesado
como el sólo, guardado con gran cariño por el que fue durante muchos años fabricano
D. Manuel Ríos, y del que todavía quedan restos en el que procesiona. Todavía
recuerdo los primeros años en la Parroquia de la Encarnación, junto a mi amigo Nicolás
Sánchez, montando el paso para su procesionar. Que maravillosos años. Todo va
cambiando. La austeridad y sobriedad que va cogiendo con el paso de los años le está
haciendo coger dentro de nuestra Semana Santa un sitio. Me gustaría que para dentro
de poco fuese nueva Cofradía.

Volviendo a un poco más reciente, me centraré en el Miércoles Santo, Grupo


Parroquial del Cristo de la Misericordia.

“Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado? Solo se puede entender el estar
abandonado por Dios si sabemos que significa DIOS. Dios es vida, luz, sabiduría,
verdad, justicia, bondad, fuerza, alegría, gloria, paz, en una palabra, todo lo bueno.
Ser abandonado por Dios significará por tanto hallarse en ignorancia, pecado, maldad,
confusión, o sea, envuelto en todo lo malo. Pero hemos de abrirnos a la esperanza.
Jesus con ese grito no se encierra en sí mismo, se abre a Dios. Y Dios en la oscuridad
le abre el camino.

Imagen de gran belleza y perfección en su trazado, y a día de hoy con


características del movimiento barroco. Cofradía nueva. Comenzó su andadura con un
devoto ejercicio de Vía Crucis donde se rememoran los sufrimientos que Cristo
padeció. Como todo, con el paso de los tiempos esto va cambiando, y es lo que hoy
conocemos como Cofradía del Cristo de la Misericordia, Virgen de la Salud y San Juan
Evangelista, grupo escultórico de belleza inmensa.

MARCHA NUESTRO PADRE JESUS

La noche queda callada. El chirriar del portaron. Silencio.


Detrás de la cruz de guía, va toda la cofradía,
Llevan a orgullo la herencia, de oración y penitencia
de respeto, de fervor, de hermano. Silencio.
Ya sale. Jesús nazareno. Ya viene Jesús, portando su cruz, mirando hacia el suelo,
silencio, Jesús nazareno.

Que bonita letra de esta sevillana cofrade de Cantores de Híspalis.

Esta amaneciendo en nuestro pueblo. Todos esperamos la salida del Nazareno.


La imagen del Nazareno, de siempre, es la que más hondo ha calado en el pueblo
cristiano.
Costaleros de Jesús sed siempre imagen de Simón de Cirene en vuestra
estación de penitencia y más, durante este año de la misericordia, pero también quiero
hacerlo extensible a costaleras de la virgen de los Dolores, costaleros de mi Cristo de
la Piedad y a todos los aquí presentes. ¿Nos hemos preguntado alguna vez cómo nos
podemos sentir como el cirineo? Pues la respuesta es bien fácil. Siendo hombro donde
poder descargar las penas de nuestro prójimo, siendo personas de palabras animosas,
con gesto comprensivo, con manos amigas..... Esta es la verdadera imagen del cirineo
en nuestra vida, porque a Jesucristo lo tenemos presente en nuestros días, en los
pobres, enfermos, despreciados, marginados.....

Sale Jesús, caminar único. Comienza la madrugada. Largas filas de nazarenos


acompañan a Jesús. Grupo de gente acompañan viendo el sufrimiento de Jesus. Lloran
su pena interior. Sabemos que Jesús era bueno pero no sabemos cómo ayudarle.
Deberíamos revelarnos contra la injusticia, la explotación y el soborno. La imagen del
Nazareno muestra en su rostro una expresión de sufrimiento y de pasión muy singular
que cautiva y penetra el corazón de todos los mancharealeños a su paso.
Besa esa cruz, divino carpintero,
esa cruz que jamás fabricarías
que es tormento, injusticia y villanía
y de salvación, de gracias y de gran venero.

Vaya, desde aquí, mi recuerdo especial a los que para mí han sido los padres de la
semana santa en Mancha Real, ellos han dedicado muchas horas de su tiempo y del
estar con su familia, miembros de la cofradía del nazareno Luis Gómez y Paco Cano.

MARCHA SOLEDAD FRANCISCANA

De nuevo se oye el murmullo de la gente. Es la majestad del viernes santo.

A tu lado, las miradas van tornándose sollozos


llenas de tristeza y alegría
Enséñanos tu cara, Virgen María
mostrándonos el dolor de tu rostro amoroso.

Siempre acompañando en Dolores y Soledad. Tu llanto no es contenido. Ahora puedes


llorar. Nosotros lloramos contigo.

MARCHA SANTISIMO CRISTO DE LA PIEDAD

Cristo de la Piedad. “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Todo se ha cumplido.


y dicho esto expiró” Jesus muere en paz, deja de padecer. De todas y cada una de sus
heridas todavía brota sangre. Una lanzada le atraviesa el costado. Aseguran que está
muerto. El cielo se cubre y aún siendo de día, llega la oscuridad. “ En verdad, éste era
el Hijo de Dios”. Era necesario que El muriera. Se deja morir, se deja caer, no en un
negro vacío, sino en las palmas amorosas del Padre. Muere invocando a Dios. Muere en
paz, sereno, tranquilo. Ya tiene, por fin, un lugar donde recostar la cabeza coronada
de espinas. El Peregrino errante que nació en un pesebre, el que no tenia donde
descansar su cabeza, el que murió en la Cruz, ya si tiene sitio donde reclinar la cabeza.
Las manos, el regazo, el corazón del Padre. Ahí tenemos a Jesús, hecho Sacramento.

Cristo de la Piedad con sede en el convento de Las Misioneras de Acción Parroquial,


imagen para mí de gran belleza, aunque sea talla en serie de los talleres de Olot.
Cofradía nueva si las comparo con las dos anteriores. Formada en el año 1986 por un
grupo de jóvenes de nuestra localidad, con la idea de ensalzar la Cruz de Cristo.
Viernes de madrugada, se abren las puertas del convento. Sólo la luz débil de los cirios
de los nazarenos y al fondo los 4 hachones del paso dan luz a un amanecer triste.
Cristo ha muerto. Es una noche de un ir y venir de gente. Todos esperando que nuestro
Cristo asome a su plaza para sentir un ronco grito “AL CIELO CON EL” y donde la
gente, en ese momento, se despoja para acompañar a su Señor.

Madrugada del Viernes Santo. Tres cofradías en la calle, cada cual acompañada por
sus cofrades y nazarenos. Se dirigen hacia el amanecer en nuestra localidad, calles
con solera en nuestra Semana Santa. Juan Castillo, Las Lecheras, donde mi Cofradía
entra con los acordes de la Madrugá y donde todavía al paso por la casa número 7 mi
mirada se desvía hacia su balcón. Como se te echa de menos Juan, saetero bueno
donde los hubiese, sus rezos inmejorables hechos saeta. Francisco Solís, Maestra, La
Zambra, donde también tengo mi oración particular a la altura de la que fue durante
muchos años camarera de Nuestro Padre Jesus Nazareno, Paquita Nebrera. Seguimos
en Avenida Juan Carlos. Preciosa imagen la que se puede ver. El sol en la calle y a
contraluz la imagen de mi Cristo. Impresionante. Calle San Marcos. Mi corazón se
vuelve a encoger. Vuelvo a hacer mi oración por la salvación de esa persona, de que
como ya dije anteriormente es uno de mis padres Cofradieros, Luis Gómez. Me
preparo para el culmen de nuestra madrugá. A lo lejos, hayá en la plaza, voy oyendo la
marcha de Nuestro Padre Jesús, el murmullo de la gente que se agolpa para ese,
nuestro encuentro particular. Esperamos a nuestra Madre que llega rota de dolor,
suena la música. Mancha Real rompe a llorar. Es nuestra SEMANA SANTA.

Pero no todo en Semana Santa son imágenes. Digna mención debemos de tener
hacia la Capilla de Reserva Eucarística donde se encuentra nuestro Señor. Rato de
oración ante el Santísimo. Pocos son los que de verdad oran ante el verdadero Dios.

Comienza el día de luto. Todavía recuerdo, en mis tiempos de joven, que en el


bar Taxi la música que sonaba en la gramola era, solamente, la marcha de Nuestro
Padre Jesus. En mi casa se olía a mucha comida pero mayormente al “bacalao
encebollao” y a lo que más me gustaba, a los huevos moles que tan buenos le siguen
saliendo a mi querida madre. Se vivía la muerte de nuestro Señor.

Llega la tarde con el Santo Entierro. Nazarenos morados con capas negras,
mujeres con mantillas. A todo esto se une la Corporación Municipal y un grupo de
Militares que escoltan al Yacente. El viernes está tocando su fin, se acompaña a Cristo
en su sepultura. El sufrimiento de Jesús ha sido locura de amor. El nos enseña con su
ejemplo, a no quejarnos tanto, a ofrecer a Dios lo que nos cuesta, lo que no nos gusta.
El mérito está en el amor que pongamos al hacer las cosas y todo tendrá más sentido.

En la noche de éste viernes santo el luto toma protagonismo, para expresar


respeto y devoción a la Soledad en los momentos de mayor dolor. Al compás de
marchas fúnebres, cuantas veces te he rezado y suplicado. Vamos acompañándote con
la idea de nunca dejarte sola, porque estamos convencidos que pronto cambiarían tus
lágrimas por alegrías.

María Santísima en su Soledad, más sola que nunca, conteniendo el dolor


inmenso de la muerte de su tan querido Hijo, crucificado, muerto y sepultado. Imagen,
que también nos describe ése nuestro santo San Juan de la Cruz:

“En soledad vivía


Y en soledad ha puesto ya su nido
Y en soledad la guía
A solas su querido
También en soledad de amor herido”

Llega el momento culmen de la Semana Santa en Mancha Real. Sábado por la


noche, Vigilia Pascual. Cristo ha resucitado.

En esta Vigilia, llegado el momento de la Resurrección, hay como una explosión


de luz y alegría. Hemos dejado atrás los cirios, los cantos y rezos fúnebres. Comienza
un tiempo nuevo, la Pascua.

Es el acontecimiento inesperado que nos rescata de la caída en la desesperanza.


La muerte y la resurrección del Hijo de Dios se muestran como lo que realmente son.
La dignidad de la vida, la permanencia en el amor y la esperanza. Los pájaros cantan a
la Paz y las campanas suenan a fiesta.

Se buscan testigos del Resucitado. Jesús dijo a Tomás: “Tú crees porque has
visto. Dichosos los que creen sin haber visto”

Estas palabras de Jesús, se refieren a nosotros, a los cristianos de hoy que


seguimos encontrando a Cristo Resucitado, que aunque no lo veamos con los ojos del
cuerpo los efectos son exactamente igual a los mismos, porque tenemos la certeza de
que creemos en algo real. Tenemos una esperanza diferente a quienes no creen. Vamos
por la vida luchando por hacer realidad el sueño de Jesus. Vivir el Reino de Dios entre
los hombres.

Piensa por un momento. ¿A quien le debes tu fe? ¿A tus padres? ¿Al sacerdote?
¿Al catequista? La Fe es un don de Dios que recibimos en nuestro bautismo, pero
también es consecuencia del testimonio de alguien que ya se encontró a Jesús
Resucitado. Quizá tú hayas sido la causa de la Fe de alguna persona. FELICIDADES.
Esa es nuestra tarea, es la tarea de todos los cristianos.
Pero… si tú eres ese alguien que siente que tu Fe no es firme, es probable que
no te hayas encontrado con alguien que te dé testimonio de su encuentro con Jesús
Resucitado, o no lo has querido ver. No te desanimes. Vale la pena buscar y una vez la
hayas encontrado entra en ese ambiente. Es gente común que vive los valores
cristianos: la verdad, la justicia, el amor y la paz. Seguramente están entre tus
amigos, compañeros, vecinos… quizás puedas encontrar aquí los testigos de la
Resurrección transmitiendo el amor a JESUS DE NAZARET persona a la que va
dedicada esta semana, como dije al principio.

Esto va llegando a su fin, decirle a todos aquellos cofrades y gente que trabaja
directamente con nuestra Semana Santa que no decaigan en su entusiasmo e ilusión,
que este trabajo sea esfuerzo común en todas las Cofradías, que sea una muestra de
solidaridad, de verdadera hermandad, de fe y de entusiasmo y que no se reduzca sólo
a estos pocos días. Hagamos Semana Santa y Hermandad todos los días del año.

Señor ayúdanos a verte en nuestros hermanos, ayúdanos a reconocerte, a


servirte y amarte en todos nuestros compañeros de peregrinación. Porque reconozco
que sería una inmensa mentira el emocionarnos ante tus imágenes en esta Semana
Santa sino te siguiéramos VIVO en el camino de los hombres.

Quiero terminar dando ánimo a ésta nueva Agrupación de Cofradías, por esta
labor tan ilusionante que tiene… Mejor dicho tenemos. A las autoridades tanto
religiosas como civiles, para que no escatimen, y que sigan como lo están haciendo
hasta ahora, en ayuda y apoyo a todos estos proyectos que engrandecen a nuestra
Semana Santa y a nuestro querido pueblo.

Y si me lo permitís, quisiera tener un recuerdo lleno de cariño y añoranza para


mi padre. Gracias a él y a mi querida madre, presente entre nosotros, el día de hoy no
hubiese sido posible. Día en el que, de todo corazón, tengo que decir que me siento
orgulloso de ser manchego y de haber podido ser pregonero de mi Semana Santa.

Gracias y buenas noches.

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