Espina Amarilla
Espina Amarilla
Espina Amarilla
Para empezar, resulta interesante destacar las observaciones sobre esta especie hechas
en distintos montes del país. Hablando del monte del mar de piedras de Sierra Mahoma
en San José, Chebataroff (1944) dice que “a veces en una misma hendidura de las rocas
conviven varias especies arbóreas y arbustivas que luchan por la supremacía,
perturbándose mutuamente el desarrollo normal; se ven por ejemplo casos en que junto
a un robusto canelón, se levantan formas arbustivas de guayabo colorado, tembetarí y de
molle, rodeados por el enmarañado espino amarillo”. Más adelante señala que
“Importantes en la composición de ciertas espesuras, y bastante frecuentes en torno a los
árboles que hemos indicado [espino corona, tarumán, sombra de toro, chal chal,
1
coronillo], son los arbustos llamados espino amarillo (Berberis laurina) y congorosa
(Maytenus ilicifolia), ambos espinosos, de hojas semirígidas”.
Nin (1981) dice que “la particularidad a señalar de esta especie, es que fue encontrada
en la zona de San Borjas (río Yí, Durazno), sobre afloramientos de cristalino. El paisaje
del lugar se asemeja a una sierra, no siendo observada la “Espina Amarilla” en ninguna
de las otras zonas muestreadas”. Agrega que “es un arbusto de 50 a 80 cms.”
En su estudio sobre los montes de la Sierra de las Ánimas, Bastón (1983) dice que es un
“arbusto de 2-3 m de altura”. En dicho estudio solo fue encontrada en “una zona
expuesta a vientos marinos, en donde existen muchas rocas disgregadas y el suelo es
poco profundo”. En esa zona Bastón estudia por separado la vegetación de la “ladera
baja y media” y la “ladera media a alta”. La espina amarilla es uno de los dos arbustos
mencionadas en la “ladera baja y media” (siendo el otro la espina de la cruz). Al pasar a
la “ladera media a alta” “se nota que hay más arbustos que en las zonas bajas”, entre los
que menciona a la espina amarilla, la espina de la cruz y el Trixis praestans.
Es muy poco frecuente hallar a la espina amarilla dentro del monte. Normalmente se
desarrolla en sus bordes o afuera del mismo, con una altura promedio en el entorno de
los 2 metros. En el primero de los casos es común verla “estirándose” hacia la zona más
iluminada, tal como se observa en la foto de la siguiente página.
2
Brussa y Grela (2007) confirman lo anterior y aportan los siguientes detalles: “Ocupa
generalmente las zonas más soleadas en diferentes tipos de bosques y matorrales, aún en
forma aislada en praderas o chircales. Se localiza en bordes de bosques ribereños,
cumbres de quebradas, serranías, cerros chatos, cornisas areniscosas y bosques
marítimos”.
3
caso de esta observación) un problema de confusión de personalidad y en vez de las
normales 3 espinas que la caracterizan, desarrolla una corona con 5 espinas. Como para
mostrar que no se trata de un error circunstancial, lo vuelve a repetir varias veces y más
tarde llega a emitir 4 en vez de 3 espinas.
4
Sin embargo, de tanto en tanto la especie vuelve
a mostrar su personalidad desarrollando algún
que otro diente en el borde de sus hojas.
5
En su extremo presentan una protuberancia con un increíble parecido a las orejas del
protagonista de la película Shrek y a su interior contienen entre 1 y 4 semillas
(mayoritariamente 3 ó 4).
Si bien se dice que los frutos son comestibles (Wikipedia s.f.; Keller 2009), quizá sería
más adecuado describirlos como no tóxicos, ya que en realidad es muy poco lo que
tienen para comer, estando su interior casi enteramente ocupado por las semillas. Sin
embargo, su carácter de “comestible” hace posible la preparación de un licor a partir de
sus frutos, tal como uno elaborado por Quintín Melgar (viverista de especies indígenas
en Lavalleja) que he tenido el gusto de saborear.
A lo anterior se suma el hecho de que las semillas tienen dificultades para germinar. En
un ensayo casero, puse 30 semillas en remojo durante 24 horas que fueron sembradas a
mediados de enero. Casi 4 meses más tarde solo habían germinado dos. Confirmando lo
anterior, una fuente brasilera (Althaus et al 2010), sostiene que en la propagación por
semillas se requiere un período de enfriamiento para contrarrestar la “dormancia” de las
mismas. O sea, que lo aconsejable sería dejar que el frío invernal cumpla con su papel y
hacer la siembra en primavera.
6
La propagación de esta especie también se puede hacer por estaca, cuidando que las
mismas sean de escaso grosor y que sean plantadas en invierno (Brussa, com. pers.
2011). De acuerdo con un ensayo llevado a cabo en Brasil (Althaus et al 2010), el
porcentaje de enraizamiento de las estacas es relativamente bajo (20%).
El leño es amarillento, en
tanto que la corteza
interna pegada al leño es
de un amarillo aún más
intenso.
Finalmente se destaca
que “su leño, y más aún
su raíz, tiñen de amarillo”
(Lombardo 1964). En la
siguientes fotos se
observa el líquido
resultante de hervir su
corteza y un trozo de tela
de algodón teñida de
amarillo con dicho
líquido.
7
En general se dice que se usa para teñir lana de amarillo y se me ha informado que hay
quienes la usan para teñir cojinillos de cuero de oveja de ese color (C. Perez, com. pers.
2011).
Propiedades medicinales
De acuerdo con Arrillaga (1997), en Uruguay: “a) La decocción de hojas se usa como
astringente en gargarismos. b) La decocción de raíz y corteza es astringente y febrífuga.
El cocimiento al 20% se usa en compresas, para quemaduras y eczemas”. Perez (2004)
agrega que “el vino elaborado con sus frutos es febrífugo”.
Según una fuente brasilera (Plantamed 2010) se trata de una especie con propiedades
anti-reumáticas, antidispépticas, antiinfecciosas, antilíticas, antimicrobianas,
depurativas, hepáticas y sedativas. Las partes utilizadas son los frutos y la cáscara de la
raíz para infecciones del aparato urinario, problemas del hígado y dispepsia. Para
quemaduras leves se utiliza externamente el té de raíz, en tanto que las raíces se
emplean en homeopatía para el tratamiento de gota, piedras de los riñones y
reumatismo.
Keller (2009) informa que: “Las especies del género Berberis se caracterizan por
contener berberina, la cual posee actividad bacteriostática y bactericida, fungicida,
antiviral y antiprotozoaria, pudiendo emplearse en diarreas bacterianas, infecciones
parasitarias intestinales e infecciones oculares …”.
Propiedades melíferas
Existe muy poca información sobre el valor apícola de esta especie. Aparece citada
como “especie melífera” en un foro apícola (Argentina s.f.), pero sin que se aporte
detalle alguno. Por su parte, Keller (2009) dice que “Las flores son melíferas, visitadas
por el melipónido “eirapu’a” (Trigona sp.), cuya miel es consumida por integrantes de
comunidades guaraníes de Misiones”.
Usos posibles
De lo anterior surge que esta especie posee una serie de propiedades útiles, tales como
su valor medicinal, como especie tintórea (para teñir de amarillo) y para la confección
de licor, restando por confirmar sus posibles cualidades para la producción de miel.
Al mismo tiempo, “posee gran valor ornamental tanto por su floración como por su
fructificación vistosa” (Brussa y Grela 2007). Keller (2009) concuerda diciendo que “Es
una planta muy ornamental por la floración amarilla y abundante y por la fructificación
8
que presenta”. Agrega que “los ejemplares observados en Misiones son visualmente
atractivos, pues en invierno presentan algunas hojas de color rojizo intenso, las cuales,
al igual que las ramas blanquecinas contrastan con el follaje de color verde oscuro.
Considerando la densidad de ramas, las cuales exhiben abundantes espinas rígidas, este
arbusto podría ser utilizado en la conformación de cercas vivas”.
REFERENCIAS
BRUSSA, C.; GRELA, I. (2007).- Flora arbórea del Uruguay, con énfasis en las
especies de Rivera y Tacuarembó. Montevideo, COFUSA.
FIRPO, G.; MUNIZ, W.; PEPE, N.; PÍRIZ, A. (1997).- Estudio fitosociológico del
monte nativo "Gruta de los helechos" departamento de Tacuarembó . Montevideo,
Facultad de Agronomía.
LEONI, C., VERÓ, f.; ALONSO, E. (1995).- La flora entre las manos. Fichas
didácticas 2, PROBIDES
http://www.probides.org.uy/publica/fd/FD2.pdf
9
LOMBARDO, A. (1964).- Contribución al mejor conocimiento de las plantas
indígenas. En: Almanaque del Banco de Seguros del Estado : 321-331.
http://www.guayubira.org.uy/monte/bibliografia/Lombardo_1964.pdf
MOLINA, B.; ALONSO PAZ, E. (1997).- Flora. Cuadernos del Potrerillo de Santa
Teresa 4. Rocha, PROBIDES
http://www.probides.org.uy/publica/cp/CP4.pdf
NIN, R. (1981).- Un estudio de los árboles y arbustos nativos de las márgenes del río Yí
desde el Paso San Borjas hasta la desembocadura del arroyo Maciel. Montevideo,
Facultad de Agronomía.
10