Fragmentos de Los Presocraticos 2019

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FRAGMENTOS DE LOS PRESOCRÁTICOS

CURSO : FILOSOFÍA GRIEGA ANTIGUA


PROFESOR : JAVIER ALDAMA

Los siguientes fragmentos se han transcrito en su mayor parte del libro El


pensamiento antiguo de R. Mondolfo, tomo 1, 1969, Edit. Losada, Buenos
Aires, pp. 40-121. Con respecto a Heráclito, los fragmentos se han tomado
de Heráclito. Textos y problemas de su interpretación de R. Mondolfo, 1976,
siglo veintiuno editores, México, pp. 30-47, en el caso de Parménides se
usa de la traducción de Gómez-Lobo del libro El poema de Parménides
(1985), Buenos Aires: Charcas.

TALES DE MILETO (ACMÉ: 585 a. C.)

“...Tales fundador de semejante género de filosofía, dice que el agua (el


principio de los seres) ―y para ello demostraba que la tierra estaba sobre
el agua― quizá derivando esta concepción de observar que lo húmedo es
la nutrición de todas las cosas, y que hasta el calor se engendra en él y
vive: ahora bien, esto de lo cual se engendra todas las cosas, es
precisamente, el principio de todas ellas. De estas consideraciones derivan,
pues, semejantes concepciones, y del hecho de que la naturaleza de todas
las semillas es húmeda, y de ser el agua, precisamente, en las cosas
húmedas el principio de su naturaleza. Y hay quienes creen que los más
antiguos (antiquísimos) que, mucho tiempo antes de la presente
generación han tratado sobre los dioses, han pensado de la misma forma
respecto a la naturaleza, porque han hecho de Océano y Tetis, los padres
de la generación.” (Aristóteles, Metafísica, I, 3).

“Para Tales, todas las cosas son arrastradas como en flujo, según la
naturaleza del primer principio de su generación.” (Philosophumena, I, 1)

“Lo húmedo elemental está penetrado de la potencia divina que lo pone en


movimiento”. (Aecio, I).

“Y algunos dicen que el alma se halla mezclada en el universo, de suerte


que también Tales, quizá, cree que todo se halla lleno de dioses”
(Aristóteles, De ánima, I, 5)

ANAXIMANDRO DE MILETO (610- 547 a. C.)

“Anaximandro de Mileto, sucesor y discípulo de Tales, dice que el principio


y elemento primordial de los seres es el infinito, siendo el primero que
introdujo este nombre de “principio”(arché). Afirma que este no es el agua
ni ninguno de los otros que se llaman elementos, sino otro principio
generador (naturaleza) infinito, del cual nacen todos los cielos y los
universos contenidos en ellos.” (Simplicio, Física, 24, 13).

“No hay un principio primordial de lo infinito: pues sería un límite. Como


principio, es inengendrado e indestructible; pues lo que es engendrado, es

1
necesario que tenga un fin, y hay un término para cada destrucción. Por
ello, como decimos, no parece que de esto haya principio, sino por el
contrario, que esto es el principio de las otras cosas y las contiene y rige a
todas, como dicen todos los que no suponen otras causas (tales como la
inteligencia y la amistad), fuera del infinito. Y piensan que este es lo divino:
inmortal e indestructible, como dicen Anaximandro y la mayor parte de los
naturalistas.” (Aristóteles, Física, III, 4)

“―Él no hace consistir la generación en un transformarse de la sustancia


elemental, sino en el separarse de los contrarios por obra del movimiento
eterno.” (Simplicio, Física, 24, 13)

“Anaximandro dice que los contrarios inherentes a la sustancia, que es un


cuerpo infinito, se separan, llamando él, por primera vez, a la sustancia con
el nombre de principio. Y los contrarios son: calor y frío, seco y húmedo y
otros semejantes.” (Simplicio, Física, 150, 20, D)

“Ahí, de donde deriva la generación de los seres, también se cumple su


disolución, de acuerdo a una ley necesaria, pues ellos deben (así dice en
su lenguaje poético) expiar recíprocamente la culpa y la pena de la injusticia
en el orden del tiempo”. (Simplicio, Física, 24, 13).

“Anaximandro dice que el principio de los seres es el infinito, porque de él


proviene todo, y todo se disuelve en él. También por ello, se engendran
mundos infinitos y de nuevo se disgregan por disolución en el principio del
cual nacen. Después, da la razón por la cual es ilimitado, y es que la
generación productora no debe faltar en nada.” (Aecio, I, 3, 3)

“Dice que, en el nacimiento de este mundo, se separó, del principio eterno,


el principio generador del calor y del frío, y se formó una esfera de llamas
alrededor del aire que circunda la tierra, como crece la corteza alrededor
del árbol. Cuando aquella se rompió y se encerró en ciertos círculos, el sol,
la luna y las estrellas nacieron a la existencia.” (Pseudo Plutarco, Stromata,
2)

“[Y dice] que la Tierra se mantiene equilibrada, sin estar sostenida por nada,
permaneciendo en reposo, a causa de la distancia equidistante en que se
halla de todas las partes.” (Hipólito, Philosophumena, I, 6)

“Hay quienes afirman que se mantiene en reposo por razón de igualdad,


como Anaximandro entre los antiguos. En efecto (afirman), lo que se halla
colocado en el centro y queda a igual distancia de los extremos, no está
estimulado a moverse más bien hacia lo alto que hacia lo bajo o hacia los
lados, y es imposible que cumpla al mismo tiempo, un movimiento en
direcciones contrarias; da manera que, necesariamente, se halla en
reposo.” (Aristóteles, De coelo, II, 295)

“Explica que los hombres al comienzo, nacieron en el interior de los peces


y después de haber sido nutridos como los escualos, y haberse convertido

2
en capaces de protegerse, fueron finalmente arrojados y tocaron tierra.”
(Plutarco, quaest. conviv., 730).

ANAXÍMENES DE MILETO (585-528 a. C.)

“Anaxímenes de Mileto, hijo de Euristrato, que había sido discípulo de


Anaximandro, dice también como aquél, que el principio primordial
subyacente y único es infinito; pero no lo afirma indeterminado, como él,
sino, determinado, manifestando que es el aire.” (Teofrasto en Simplicio,
Física, 24, 26).

“De la misma manera, decía, en que nos sostiene nuestra alma, que es
aire, así el soplo y el aire circundan el mundo entero.”(Aecio, I, 3, 4).

“Está siempre en movimiento, pues si no lo estuviese, no presentaría tantos


cambios cuantos presenta.”(Hipólito, Refutat., I, 7).

“(Así) él también afirma la eternidad del movimiento, como causa del


engendrarse de los cambios, también.”(Teofrasto, loc cit.).

“(El aire) se diferencia en distintas sustancias, en virtud de la rarefacción y


la condensación. Por la rarefacción se convierte en fuego; en cambio,
condensándose, se trasforma en viento, después en nube, y aún más
(condensado) en agua, en tierra más tarde, y de ahí, por último, en piedra.”
(Teofrasto, loc. cit.).

HERÁCLITO DE ÉFESO (ACMÉ : 500-504 a. C.)

29. “Prefieren, pues, los mejores, una cosa única en vez de todas [las
demás], gloria eterna, antes que cosas mortales; la mayoría, en cambio,
quiere atiborrarse como ganado.”(de Clem., Stromat, V, 60).

49. “Uno solo para mí vale miriadas, si es óptimo.”(de Galen. , De dign.


puls., VIII, 773. ed. Kühn).

33. “Es ley también obedecer a la voluntad de uno solo”. ( de Clem.,


Stromat., V, 116).

49 a.”En los mismos ríos ingresamos y no ingresamos, estamos y no


estamos.”(de Heraclit. estoico, Quaest. homer, 24).

57. “Maestro de los más es Hesíodo: creen que tenía la más grande
sabiduría, este que ni siquiera conoció el día y la noche; pues son una sola
cosa.” (de Hippol. , Refut., IX, 10, 2).

67. “El Dios [es] día-noche, invierno-verano, guerra-paz, hartura-hambre,


todos los opuestos; esta inteligencia toma formas mudables, así como [¿el
fuego?], cuando se mezcla con aromas, se denomina según el gusto de
cada uno [de ellos]” (de Hippol., Refut., IX, 10, 8).

3
30. “Este cosmos, uno mismo para todos los seres, no lo hizo ninguno de
los dioses ni de los hombres, sino que siempre ha sido, es y será fuego
eternamente viviente, que se enciende según medidas y se apaga según
medidas.”(de Clem., Stromat., V, 105).

90. “Del fuego son cambio todas las cosas y el fuego es cambio de todas,
así como del oro [son cambio] las mercancías y de las mercancías el oro.”
(de Plut., De E., 18, p. 388 E)

53. “Pólemos [la guerra] es el, padre de todas las cosas y el rey de todas,
y a unos los revela dioses, a los otros hombres, a los unos los hace libres,
a los otros esclavos.”(de Hippol., Refut. IX, 9, 4).

80. “Es preciso saber que la guerra es común [a todos los seres], y la justicia
es discordia, y todas las cosas se engendran por discordia y necesidad.”(
de Orig., Contra Cels., VI, 42).

94. “El sol, pues, no traspasará sus medidas; si no las Erinnias, ministras
de Dike, sabrán encontrarlo”. ( de Plut., De exil,, 11, p. 604 A).

1. “Aun siendo este logos real, siempre se muestran los hombres incapaces
de comprenderlo, antes de haberlo oído y después de haberlo oído por
primera vez, Pues a pesar de que todo sucede conforme a este logos, ellos
se asemejan a carentes de experiencia, al experimentar palabras y
acciones como las que yo expongo, distinguiendo cada cosa de acuerdo
con su naturaleza y explicando cómo está. En cambio, a los demás
hombres se les escapa cuanto hacen despiertos, al igual que olvidan
cuanto hacen dormidos.” (de Sext., Adv. math., VII, 132).

41. “Una sola cosa es lo sabio, conocer la Razón, por lo cual todas las cosas
son gobernadas por medio de todas.” (de Diogen. Laert., IX, I).

2. “Por eso conviene seguir lo que es general a todos, es decir, lo común;


pues lo que es general a todos es lo común. Pero aun siendo el logos
general a todos, los más viven como si tuvieran una inteligencia propia
particular.”(de Sext., Adv.math., VII, 133).

101. “Me he investigado a mí mismo” (de Plut., Advers. Colot., 20, p.


1118c).

45. “Los límites del alma, por más que procedas, no lograrás encontrarlos
aun cuando recorrieras todos los caminos: tan hondo tiene su logos.” ( de
Diogen. Laert., IX, 7).

42. “A Homero lo declaró digno de ser expulsado de los certámenes, y


apaleado, y a Arquíloco también.”(de Diogen. Laert., IX, 1).

52. “El evo (Aión) es un niño que juega y desplaza los dados; de un niño es
el reino.” (de Hippol., Refut., IX, 9, 4).

4
PITAGORISMO
(PITÁGORAS DE SAMOS 580 - 532 a.C.)

“Pitágoras, hijo de Mnesarco, llevó las investigaciones más lejos que los
demás hombres y eligiendo entre estos escritos (estudiados por él)
reivindicó como sabiduría personal suya, lo que no era sino vasta erudición
(polimathía) y arte de maldad.” (Heráclito, frag. 127[129 Diels-Krank]. Este
párrafo ha sido tomado de Heráclito, Mondolfo, p. 45)

“Pitágoras, hijo de Mnesarco, se ocupó primero de matemáticas y de


números; pero más tarde, no se abstuvo de hacer milagros, a la manera de
Ferécides.”(Aristót., frag. 186).

“Lo que Pitágoras decía a sus compañeros, nadie puede saberlo, con
seguridad, ya que ni el silencio era casual entre ellos. Por otra parte, eran
especialmente conocidas estas doctrinas: 1) la que afirma que el alma es
inmortal, 2) que transmigra de una a otra especie animal; 3) además, que
dentro de ciertos períodos los sucesos acaecidos una vez, vuelven
nuevamente, y nunca hay nada absolutamente nuevo, y 4), que es
necesario creer que todos los seres vivientes están unidos por lazos de
parentesco. En efecto, parece que quien por primera vez introdujo en
Grecia estas creencias, ha sido Pitágoras.” (Dicearco, citado en Porfirio.
Vida de Pitágoras, 19).

“Parece que lo que se ha dicho por los pitagóricos tiene el mismo


significado, pues decían algunos de ellos, que el alma es el polvillo que se
agita en el aire; otros, que es el principio motor de aquél. Han hablado de
él, porque aparece en continuo movimiento, aunque el aire se encuentre en
perfecto reposo.” (Aristóteles, De anima, I, 2, 404)

“Dicen también los pitagóricos que existe el vacío, y que es así introducido
en el cielo por una respiración del pneuma infinito (espíritu) y que así el
vacío permite distinguir las naturalezas de los cuerpos, por ser el vacío una
separación y distinción de las cosas colocadas unas después de las otras,
y afirman que esto sucede antes que nada en los números, ya que el vacío
diferencia la naturaleza de ellos.”(Arist., Fís. IV, 6, 213).

“Los así llamados pitagóricos, habiéndose aplicado a las matemáticas,


fueron los primeros en hacerlas progresar, y nutridos de ellas, creyeron que
su principio fuese el de todas las cosas. Ya que los números por naturaleza,
son los primeros en ellas (matemáticas), y les pareció observar en los
números semejanzas con los seres y con los fenómenos, mucho más que
en el fuego o en la tierra o en el agua (por ejemplo, tal determinación de los
números les parecía que era la justicia; tal otra, el alma o la razón; aquella
otra, la oportunidad, y , por así decir, análogamente toda otra cosa); y como
también veían en los números las determinaciones y las proporciones de
las armonías; y como, por otra parte, les parecía que toda la naturaleza por
lo demás estaba hecha a imagen de los números y que los números son

5
los primeros en la naturaleza, supusieron que los elementos de los números
fuesen los elementos de todos los seres, y que el universo entero fuese
armonía y número. Y todas las concordancias que podían demostrar en los
números y en las armonías con las condiciones y las partes del universo y
con su ordenación total, las recogieron y coordinaron.”(Arist. Metaf., I, 5,
985).

“Pues bien, también ellos parece que piensan que el número es principio
que constituye no solo la materia de las cosas que son, sino también sus
propiedades y disposiciones, y que los elementos del número son lo Par e
Impar, [ilimitado y limitado], y que el Uno se compone de ambos (en efecto,
es par e impar), y que el Número deriva del Uno, y que los números, como
queda dicho, constituyen el firmamento [cielo] entero.
Otros, entre ellos mismos, dicen que los principios son diez, los
enumerados según la serie (de los opuestos): Límite-Ilimitado [Finito-
Infinito], Impar-Par, Unidad-Pluralidad, Derecho-Izquierdo, Macho-Hembra,
En reposo- En movimiento, Recto-Curvo, Luz-Oscuridad, Bueno-Malo,
Cuadrado-Rectángulo”( Arist. Metaf., I, 5, 986. La trad. en este caso es de
Tomás Calvo. Metafísica. Gredos).

“Al principio de unidad, del ser idéntico e igual...lo llamaron Uno...En


cambio, al principio de la diversidad y de la desigualdad, de todo lo que es
divisible y mudable y se halla, ora en un estado, ora en otro, lo llamaron
dualidad.” (Porfirio, Vita Pyth., 52)

“Alcmeón de Crotona, dice que la mayor parte de las cosas humanas son
parejas de opuestos...sea que él haya tomado esta teoría de los
pitagóricos, sea que ellos de él.” (Aristóteles, Metafísica, I, 5)

“Éstos (los admitidos al noviciado) al principio, en el período en que debían


callar y escuchar se llamaban acústicos. Pero cuando habían aprendido la
cosa más difícil de entre todas, es decir, a callar y a escuchar, y habían
comenzado a adquirir ya erudición en el silencio, lo que era llamado
echemuthia, adquirían entonces la facultad de hablar y hacer preguntas y
escribir lo que habían sentido y expresar lo que pensaban. En tal período
se llamaban matemáticos, derivando este nombre de aquellas artes que
habían comenzado a aprender y a meditar, pues los antiguos griegos
llamaban mathémata a la geometría, la gnomónica, la música y las demás
disciplinas más elevadas. Después, adornados con tales estudios de
ciencia, comenzaban a considerar la obra del mundo y los principios de la
naturaleza y, entonces, finalmente, eran llamados físicos.” (Tauro, en
A.Gelio, Noches áticas, I, 9).

EL PITAGORISMO EN LA ÉPOCA DE FILOLAO (siglo V a.C.)

Después de la dispersión de la orden pitagórica de Crotona, algunos


pitagóricos pasan a Grecia: Filolao y Lisis radican en Tebas, Filolao retornó
a Italia en 399 a.C. Simmias y Cebes, locutores del Fedón platónico, habían
sido sus discípulos. La autenticidad de los fragmentos de Filolao está

6
afirmada por varios críticos, entre ellos Diels, y es negada por otros, como
Bywater y Burnet.

“Todas las cosas conocidas tienen un número, porque sin él no sería


posible que nada fuese conocido ni comprendido “(Filolao, frag. 4).

“También los pitagóricos identifican lo ilimitado con lo par. Pues este, dicen,
cuando está rodeado y limitado por lo impar, proporciona el elemento
ilimitado a los seres existentes. Una muestra de ello es lo que acontece con
los números. Si se colocan los gnómones en torno al uno y sin el uno, la
figura que resulta en una de las construcciones es siempre diferente y, en
la otra, siempre la misma” (Arist. Física I 4/ Esta cita corresponde al trabajo
de Kirk, Raven y Schofield: Los filósofos presocráticos, Gredos, Madrid,
1983, p. 473).

“Como la Década les parece constituir algo perfecto y comprender en sí


toda la naturaleza de los números, también afirman que son diez los
cuerpos del cielo en movimiento, y, como solo nueve son visibles, agregan
la antitierra que completa los diez” (Arist. Metafísica, I, 5, 985).

“La mayoría de los pueblos dice que la Tierra está situada en el centro del
universo…pero los filósofos itálicos, llamados pitagóricos sostienen lo
contrario. Dicen que en el centro está el fuego y que la Tierra es una de las
estrellas, que, con su movimiento circular en torno al centro, da origen a la
noche y al día. (…) Piensan que el lugar más noble le corresponde a la
cosa más preciosa y que el fuego es más precioso que la Tierra, el límite
más que lo intermedio y que la circunferencia y el centro son límites. (…)”
(Aristóteles, De caelo B 13, 293/ cita tomada de Kirk et al. pp. 481-482).

“Filolao coloca al fuego en torno al centro del universo y lo llama “hogar del
mundo”, “la casa de Zeus”, (…) Hay además otro fuego que envuelve al
universo en su periferia. Pero dice que el centro es por naturaleza primario
y que en torno a él danzan diez cuerpos divinos ―en primer lugar la esfera
de las estrellas fijas, después los cinco planetas, luego el sol y
sucesivamente la luna, la tierra, la anti-tierra y, por último, el fuego del
“hogar” que tiene su posición en torno al centro” (Aecio II, 7, 7/ cita tomada
de Kirk et al. p.482).

JENÓFANES DE COLOFÓN (ACMÉ: 540 a. C.)

“Jenófanes, que fue el primero de entre ellos (los eleatas) en afirmar la


unidad del ser (se dice, efectivamente que Parménides haya sido su
discípulo), no aclaró, de ningún modo (si fuese finito o infinito), ni parece
haber tratado de alguna de estas dos naturalezas; sino que mirando al
universo en su totalidad, dice que lo Uno es Dios.” (Arist. Metafísica.1, 5,
986).

“Hay un solo Dios, el más grande entre los dioses y los hombres, que no se
asemeja a los hombres ni por el cuerpo ni por el pensamiento”(frag. 23).

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“Homero y Hesíodo han atribuido a los dioses, todas las cosas que son
objeto de vergüenza y de censura entre los hombres: hurtos, adulterios y
engaños recíprocos.” (fr. 11)

“Y los etíopes representan a sus dioses chatos y negros, y los tracios dicen
que tienen ojos azules y los cabellos rojos.” (fr. 16)

“Pero si los bueyes, los caballos y los leones tuviesen manos y con ellas
pudiesen dibujar y realizar obras como los hombres, los caballos dibujarían
figuras de dioses semejantes a los caballos, y los bueyes a los bueyes, y
formarían sus cuerpos a imitación del propio.” (fr.15)

PARMÉNIDES DE ELEA (ACMÉ: 500 a. C.)

Fragmento 1 (El proemio)

Las yeguas que (me) llevan tan lejos cuanto (mi) ánimo podría alcanzar,
(me) iban conduciendo luego de haberme guiado y puesto sobre el camino
abundante en palabras de la divinidad, que por todas las ciudades, (?) lleva
al hombre vidente. Por él era llevado. Por él, en efecto, me llevaban las muy
atentas yeguas tirando del carro. Unas doncellas empero iban mostrando
el camino.
El eje en los cubos emitía un sonido silbante al ponerse incandescente -
pues lo aceleraba un par de bien torneadas ruedas, una por cada lado -
cuando apresuraban la conducción las doncellas Helíades que antes
habían abandonado las mansiones de la Noche hacia la luz y se habían
quitado de la cabeza los velos con sus manos
Allí están las puertas de las sendas de la Noche y del Día, enmarcadas
por un dintel y un umbral de piedra. Estas, etéreas, se cierran con enormes
hojas de las cuales la justicia, prodiga en castigos, posee las llaves de usos
alternos. A ella aplacaron las doncellas con suaves palabras
persuadiéndola hábilmente de que para ellas el cerrojo asegurado quitara
pronto de las puertas. Estas, al abrirse, produjeron un insondable hueco
entre las hojas, cuando giraron en sus goznes uno tras otro los ejes
guarnecidos de bronce y provistos de bisagras y pernos. Por allí, a través
ellas, derechamente las doncellas condujeron por el ancho camino el carro
y las yeguas.
La diosa me acogió con afecto y tomando mi diestra en la suya, se dirigió
a mí y me habló de esta manera: “Oh, joven, compañeros de inmortales
aurigas, tú que con las yeguas que te llevan alcanzas hasta nuestra casa,
¡salud! Pues no es un mal hado el que te ha inducido a seguir este camino
-que está, por cierto, fuera del transitar de los hombres, sino el Derecho y
la justicia. Es justo que lo aprendas todo, tanto el corazón imperturbable de
la persuasiva verdad como las opiniones de los mortales, en las cuales no
hay creencia verdadera.
No obstante, aprenderás también esto: cómo las apariencias habrían
tenido que existir genuinamente, siendo en todo (momento) la totalidad de
las cosas.

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Fragmento 2
Pues bien, yo (te) diré -tú preserva el relato después de escucharlo-, cuáles
son las únicas vías de investigación que son pensables:
Una, que es y que no es posible que no sea, es la senda de la persuasión,
pues acompaña a la verdad. La otra, que no es y que es necesario que no
sea, ésta, te lo señalo, es un sendero que nada informa, pues no podrías
conocer lo que, por cierto, no es (porque no es factible) ni podrías mostrarlo.

Fragmento 3
Pues lo mismo es (para) pensar y (para) ser

Fragmento 4
Observa empero las cosas que, aunque ausentes, están firmemente
presentes para la mente, pues no zanjará la conexión de lo que es con lo
que es, ni dispersándolo por todas partes ordenadamente ni reuniéndolo.

Fragmento 5
Me es indiferente dónde comience, pues allí volveré de nuevo.

Fragmento 6
Es necesario que lo que es (para) decir y (para) pensar sea, pues es (para)
ser, pero (lo que) nada (es) no es (para ser). A estas cosas te ordeno poner
atención, pues de esta primera vía de investigación te (aparto), y luego
también de aquella por la cual los mortales que nada saben yerran,
bicéfalos, porque la inhabilidad en sus pechos dirige su mente errante. Son
arrastrados, sordos, ciegos a la vez, estupefactos, una horda sin
discernimiento, que considera al ser y no ser lo mismo y no lo mismo. La
senda de ellos es revertiente.

Fragmento 7
Pues jamás se impondrá esto: que cosas no son sean. Tú, empero, de esta
vía de investigación aparta el pensamiento y que el hábito inveterado no te
fuerce a dirigir por esta vía el ojo sin meta, el oído zumbante y la lengua;
juzga en cambio con la razón la combativa refutación enunciada por mí.

Fragmento 8
Sólo un relato de una vía queda aún: que es. En ella hay muchísimos
signos: que siendo ingénito es también imperecedero, total, único
inconmovible y completo.
No fue jamás ni será, pues ahora es todo junto, uno, continuo. Pues, ¿Qué
génesis le podrías buscar? ¿Cómo y de dónde ha crecido? No te permitiré
decir ni pensar: “de lo que no es”, pues no es decible ni pensable que no
es.
¿Qué necesidad lo habría impulsado a nacer, después más bien que
antes, a partir de lo que no es nada? De este modo, es necesario que sea
del todo o que no sea. Tampoco de lo que no es permitirá jamás la fuerza
de la convicción que se genere algo a su lado, en vista de lo cual ni
generarse ni perecer le consiente la justicia aflojando las cadenas, sino que
lo mantiene sujeto. La decisión respecto a estas cosas reside en esto: es o

9
no es. Pero se ha decidido ya, como es necesario, abandonar una
impensable e innombrable (pues no es una vía verdadera) y tomar la otra
que es y es veraz.
¿Cómo podría ser después lo que es? ¿Cómo podría generarse? Porque
si se generó, no es, ni si ha de ser alguna vez. De este modo, la génesis se
apaga y el perecer se extingue. Ni es divisible, pues es todo homogéneo.
Ni hay más aquí, lo que le impediría ser continuo, ni hay menos, sino que
todo está lleno de lo que es. Por ende, es todo continuo, pues lo que es
está en contacto con lo que es.
Además, inamovible dentro de los límites de grandes ataduras, no tiene
comienzo ni término, puesto que la génesis y el perecer han sido apartados
muy lejos: los rechazó la convicción verdadera. Permaneciendo idéntico y
en el mismo (sitio), yace por sí mismo, y así permanece estable allí mismo,
porque la poderosa Necesidad lo mantiene sujeto dentro de las ataduras
del límite que lo cerca, puesto que no es lícito que lo que es, sea
incompleto. Pues es no-indigente; si no fuese así, carecería de todo.
Lo mismo es pensar y el pensamiento de que es. Porque sin lo que es,
cuando ha sido expresado no hallarás el pensar; pues ninguna otra cosa
es ni será aparte de lo que es, ya que el Destino lo ató para que sea un
todo e inmóvil. Por ello es (mero) nombre todo aquello que los mortales han
establecido convencidos de que es verdadero: generarse y perecer, ser y
no ser, cambiar de lugar y mudar de color resplandeciente.
Además, puesto que hay un límite extremo, está completo desde toda
dirección, semejante a la masa de una esfera bien redonda, igualmente
equilibrada desde el centro en toda dirección; pues no es correcto que sea
algo más grande ni algo más débil aquí o allá. Pues no existe algo que no
sea que le impediría llegar a su semejante, ni existe algo que sea de modo
que de lo que es, haya aquí más y allá menos, porque es del todo inviolable.
Por ende, siendo igual desde toda dirección, alcanza uniformemente sus
límites. Con esto concluyo para ti el confiable razonamiento y el
pensamiento acerca de la verdad (…)

ZENÓN DE ELEA (ACMÉ: 464-460 a.C.)

“Si las cosas son múltiples, es necesario que sean todas las que son, y no
más ni menos que éstas. Pero si son todas las que son, son en número
limitado.
Si las cosas son múltiples, son también infinitas: ya que siempre hay otras
intermedias entre los entes, y nuevamente otras en el intervalo entre estas,
y así los entes son de número infinito.” (fr. 3)

“Si la unidad (elemento de lo múltiple) no tuviese tamaño, ni existiera


siquiera. Pero si existe, es menester que cada una (parte de lo múltiple)
tenga cierto tamaño y un cierto espesor, y que la una esté a cierta distancia
de la otra. Y lo mismo puede repetirse para la que se halla frente a ella.
Porque también ella tendrá una magnitud y habrá algo en frente. Pero esto
mismo puede decirse una vez y repetirse siempre (al infinito) con igual
razón, pues ninguna parte de él (múltiple) será la última, ni ninguna estará
sin relación con la otra (que se halle frente a ella). Pues si (tal unidad) fuese
agregada a otro ente, no lo tornaría mayor, pues estando privada de

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magnitud, si es agregada, no tiene ninguna capacidad para contribuir a
acrecentar cualquier magnitud. Y de esta manera, el agregado sería nulo.
Pero, si quitándola de otra cosa, esta otra, tampoco se convertirá en menor,
ni agregándola aumentará es evidente que era nulo lo que ha sido añadido,
y nulo lo que se quitó. En conclusión: pues entonces, si las cosas
constituyen una pluralidad, es preciso que, al mismo tiempo, sean grandes
y pequeñas: tan pequeñas como para no tener magnitud, y tan grandes de
modo de ser infinitas.” (fr. 1-2)
[La dicotomía y el Aquiles] “Cuatro son los razonamientos, que presentan
dificultad a quienes quieren resolverlos. El primero es el de la imposibilidad
del movimiento, por la necesidad de que el móvil alcance el medio antes
que el término.” (Arist., Fís., VI, 9, 239)
El segundo (razonamiento) es el llamado el Aquiles: consiste en esto: que
el más lento no será alcanzado jamás, en una carrera, por el más veloz,
pues es necesario que el perseguidor llegue primero al lugar del que ha
partido el perseguido, de manera que el más lento lo precederá
necesariamente siempre, por alguna distancia. Este es el mismo argumento
de la dicotomía, pero difiere al no dividir en dos la cantidad obtenida. La
conclusión del argumento, es pues, que el más lento no es alcanzado; y
deriva por el mismo camino que en la dicotomía (porque en ambos se llega
a la imposibilidad de alcanzarlo); de modo que es necesario que haya
también la misma solución. (ibíd)

EMPÉDOCLES DE AGRIGENTO (492 -432 a. C.)

“Reducidos son los poderes difundidos por las partes del cuerpo; y muchos
males vienen a turbar sus pensamientos. Los hombres ven solo una
pequeña parte de una vida que no es vida; condenados a temprana muerte,
son raptados y se diluyen como humo. Cada uno de ellos está persuadido
solo de lo que encuentra por azar, y, arrastrado en todas las direcciones,
se jacta de descubrir el todo. Tan difícil es que estas cosas sean vistas o
escuchadas por los hombres o comprendidas por sus inteligencias. Tú,
pues, que has llegado hasta aquí, sabrás no más de lo que a la inteligencia
humana le es posible. ” (fr.2)

“¡Ea!, pues, considera entonces, con toda tu capacidad como es clara toda
cosa. No debes tener mayor confianza en la vista que en el oído, ni fiarte
más en el oído rumoreante que en los claros testimonios del gusto, y no
rehúses la fe a algunos de los otros órganos, por los cuales hay un medio
de conocimiento; sino considera como resulta claro así, cada cosa” (fr.4).
“Contempla cada cosa por el intelecto; no permanezcas inerte, con los ojos
atontados” (del frag.17). “(A lo divino) no es posible acercársele tanto como
para poder alcanzarlo con los ojos y aferrarlo con las manos, que es el
medio de persuasión que llega con mayor fuerza hasta el corazón
humano.”(frag. 133)

“¡Insensatos!, pues no tienen pensamientos de largo alcance; creen que


puede nacer lo que antes no era o que alguna cosa puede perecer y ser
destruida por completo” (fr.11). “Pues no hay ninguna posibilidad de que

11
nada nazca de lo que no existe de algún modo, y es imposible e
inexpresable que lo que es, pueda perecer, porque siempre el ser estará
ahí donde encontramos siempre un punto firme”(fr.12). “Y otra cosa te diré:
no hay nacimiento de ninguna de todas las cosas mortales, ni ningún fin de
muerte funesta, sino solo mezcla y cambio de cosas entremezcladas, y se
llama nacimiento, entre los hombres” (fr.8). “Y cuando estos (los elementos
de las cosas), surgen mezclados a la luz etérea o en forma de hombre, o
en forma de bestias salvajes, o de arbustos o de aves, entonces los
hombres lo llaman a esto nacer; cuando, después, se disgregan, llaman a
esto, en cambio, muerte infausta; pero no hablan justamente.”(fr.9)

“Sabe que cuatro son las raíces de toda cosa: Zeus brillante, Hera nutricia,
Edoneus y Nestis, que nutre con sus lágrimas las fuentes de vida para los
mortales.”(fuego, aire, tierra, agua). (frag.6)

“Estas cosas no cesan nunca de transmutarse continuamente, ora


convergiendo todas en unidad por fuerza del Amor, ora, en cambio,
impulsadas en direcciones opuestas por la repulsión de la Inamistad, hasta
que después de haberse reunido nuevamente en un único todo, se abisman
nuevamente. Así, en cuanto lo Uno suele nacer de múltiples cosas y de
nuevo transformarse en más cosas dividiéndose lo Uno, en tanto nacen y
no es durable su vida; pero, en cambio, como no cesan de mudarse
continuamente, permanecen así siempre inmóviles en el ciclo eterno” (de
los frag. 17 y 26).

“Ellos (los elementos) permanecen los mismos; pero pasando los unos a
través de los otros, se convierten en distintos de aspecto; de tal manera se
cambian por la mezcla. Porque todos los seres, todos los que han sido, son
y serán, nacen de estos: árboles, hombres y mujeres, fieras, aves y peces
que viven en el agua, y los númenes longevos a los que se les rinde culto.”
(del frag. 21)

“No hay discordia ni infausta contienda en sus miembros (frag. 27a). No se


distinguen más en él, los ágiles miembros del sol, ni la fuerza vellosa de la
tierra, ni el mar, tan fuertemente ligado se halla en el secreto cerrado de la
Armonía, en todas partes igual, e infinito en todo, Sfero redondo que goza
de su soledad circular. (frag. 27-28)

“Pero cuando la Discordia creció en los miembros (elementos) se sublevó


por sus prerrogativas al cumplimiento del tiempo, que les está fijado a ellos,
sucesivamente, por poderoso juramento (frag. 30) todos los miembros del
dios, sucesivamente, fueron agitados.” (frag 31)

ANAXÁGORAS DE CLAZÓMENES (500 - 427 a. C.)

“Por su debilidad (de los sentidos) no somos capaces de discernir la


verdad” (frag. 21). “Pero podemos valernos de la experiencia y de la
memoria y de la sabiduría y de nuestro arte” (21 b). “Pues lo que aparece,
es una visión de lo invisible” (21 a).

12
“Con referencia al nacer y al morir, los griegos no tienen una opinión justa.
Ninguna cosa nace ni ninguna cosa perece; sino que cada una se compone
y se descompone de cosas ya existentes. Y así debiera llamarse
rectamente al nacer, reunirse, y al parecer, separarse” (frag. 17).

“Hacemos uso de una alimentación simple y de una sola especie, el pan y


el agua, y de esto se nutren los pelos, las venas, las arterias, la carne, los
nervios, los huesos y todas las otras partes. Sucediendo, por lo tanto, estas
cosas, es necesario reconocer que en el alimento empleado están todas
las cosas, y que todas (las partes del cuerpo) se benefician con las cosas
ya existentes. Y en ese alimento se hallan partículas productoras de la
sangre, de los nervios y de los huesos y de las otras partes, y esas
partículas solo son visibles a la inteligencia. Pues no se debe reducir todo
a la sensación que nos muestra que el pan y el agua producen estas (partes
del cuerpo), sino (reconocer) que en ellos hay partículas solamente visibles
a la inteligencia (Aecio, I, 3, 5). ¿Cómo podría nacer el cabello de lo que no
es cabello, o la carne de los que no es carne?” (frag. 10)
“Por hallarse en la nutrición (prosigue Aecio), las partículas (mére) que son
similares (hómoia) a lo que se deriva, las llamo homeomerías y las designó
principio de los seres...”. [También Aristóteles (De coelo, 302) emplea, a
este propósito, la expresión homeomerías invisibles, y son muchos los que
creen que semejante término haya sido introducido por él y no por
Anaxágoras, en cuyos fragmentos se encuentra la expresión spérmata
(semillas)].

“Y estando así estas cosas, conviene creer que en todas las cosas que se
reúnen hay muchas y variadas cosas, y las semillas de todas las cosas,
teniendo formas de todos los géneros y colores y sabores” (del frag. 4).

“En cada cosa hay partículas de cada cosa” (frag. 11).

“Y ninguna cosa es igual a otra cosa, sino que aquello que abunda más,
más distintamente da y dio su característica a cada cosa (del frag.12).
Estando cada cosa caracterizada de acuerdo a lo que en ella predomina,
en efecto, parece oro aquello en que predomina las partículas oro, si bien
haya en él todas las cosas.” (Simplicio, Física, 272)

“Pero antes de que estas cosas fuesen separadas, cuando se hallaban


todas juntas, no era discernible ni aun ningún color, pues se oponía a ello
la mezcla de todas las cosas (de lo húmedo y de lo seco, y del calor y del
frío, y de lo luminoso y lo oscuro, y de la multitud de tierra contenida) y la
gran cantidad de las semillas infinitas, ninguna semejante a otra. Pues
ninguna de las cosas aparece como igual a otra. Y hallándose, así las
cosas, conviene creer que todas las cosas estuviesen en el Todo.” (Del
frag. 4)

“Todas las cosas estaban juntas, infinitas en multitud y en pequeñez,


porque también lo pequeño era infinito. Y estando todas las cosas juntas,
ningún ser era discernible a causa de su pequeñez (del frag.1). Porque no
hay un grado mínimo de lo pequeño, sino que siempre hay un grado menor.

13
Pues es imposible que el ser no sea. Pero también de lo grande hay
siempre un mayor. Y es igual en multitud a lo pequeño, y toda cosa,
comparada consigo misma, es al mismo tiempo grande y pequeña.” (frag.3)

“Él dice que estando todas las cosas reunidas y en reposo, por un tiempo
infinito, el Intelecto introdujo el movimiento y las separó” (Arist. Física, VIII,
I, 250).

“Las otras cosas tienen todas alguna parte de cada cosa; pero el Espíritu
es infinito y dotado de fuerza propia, y no está mezclado con cosa alguna,
sino que se halla solo de por sí mismo. Porque si él no estuviese en sí
mismo, sino que se hallara mezclado con otra cosa, participaría de todas
las cosas, aunque solo estuviese mezclado con una sola cosa; porque en
toda cosa hay parte de cada cosa... ...El Espíritu es siempre todo igual; es
lo más grande como lo más pequeño. Ninguna cosa es igual a otra, sino
que cada cosa fue y es manifiestamente aquello de lo que contiene en
mayor grado...Pues el Espíritu es la más sutil, la más pura de todas las
cosas y tiene razón sobre toda cosa y posee el máximo poder. Y el Espíritu
domina a todas las cosas, grandes o pequeñas, que tienen un alma
(vivientes).
Y el Espíritu conoce todas las cosas, las mezcladas y las separadas y
distintas. Y el Espíritu ordenó todas las cosas, todas las que deberán ser,
las que fueron y no son, y las que son ahora; y puso orden en esta
revolución (rotación) en la que se encuentran arrastrados ora los astros, y
el sol, la luna, el aire y el éter ya separados (Del frag.12).

El Espíritu, que es eterno, está ciertamente todavía donde están todas las
otras cosas, es decir, en la masa envolvente, como en lo que estuvo unido
a ella y en lo que se separó.” (Frag.14)

“Y primero (el Espíritu), comenzó la revolución desde lo pequeño, y la fue


extendiendo poco a poco, y la extenderá cada vez más...Y esta revolución
ha operado la separación. Y se separa lo raro de lo denso, y el calor del
frío, y de lo oscuro lo luminoso y de lo húmedo lo seco. (Del frag. 12). Y
cuando el Espíritu comenzó a mover, comenzó la separación de lo movido,
y todo lo que el Espíritu movía, se dividía enteramente, y moviéndose y
dividiéndose, lo hacía dividirse siempre más la revolución (fr. 13), así
revolucionándose y separándose estas cosas por la fuerza y la rapidez, Y
la rapidez produjo la fuerza. Su rapidez no se asemeja a la rapidez de
ninguna de las cosas que se hallan ahora entre los hombres sino que es de
una velocidad mucho mayor. (Frag. 9). Lo húmedo, y lo denso, el frío y lo
oscuro, se reunieron en el lugar en que ahora se encuentra la tierra,
mientras que lo raro, el calor, lo seco, se dirigieron hacia la región exterior
del éter.” (Frag. 15)

“Ya se forman hombres y otros seres vivientes que tienen un alma. Y estos
hombres cohabitan en ciudades y tienen campos cultivados como entre
nosotros, y tienen también un sol y una luna, y las demás cosas como entre
nosotros, y la tierra les produce muchas cosas de todo género, de las que,
aprovechando las mejores en sus casas, hacen uso de ellas. Esto, pues,

14
es lo afirmado por mí en torno a la separación, que no sólo se cumple, entre
nosotros, sino también en otras partes.” (frag.4)

LOS ATOMISTAS: LEUCIPO Y DEMÓCRITO

Leucipo de Mileto (Acmé: 420 a. C.).


Demócrito de Abdera (460 - 370 a. C.)

“Leucipo y Demócrito han dado su explicación siguiendo una misma


dirección y razón para todas las cosas, asumiendo como principio lo que es
primero por naturaleza. Pues a algunos de los antiguos (los eleatas) les
había parecido que el ser, necesariamente, debe ser uno e inmóvil, pues el
vacío es no-ser, y sería imposible todo movimiento del ser, no existiendo
vacío fuera de él. Ni, por otra parte, podría darse la multiplicidad no
habiendo algo (vacío) separador...Por estas razones (los eleatas), pasando
por encima de la experiencia sensible y despreciándola en la convicción de
que conviene atenerse a la razón... ...Ahora, Leucipo, creyó que hubiese
una teoría que, afirmando cosas de acuerdo con la experiencia sensible,
no suprimiera el nacimiento ni la destrucción, ni el movimiento, ni la
multiplicidad de los seres. Poniéndose de acuerdo con los fenómenos en
este reconocimiento y concordando con los sostenedores de lo uno en
afirmar que no podría haber movimiento sin el vacío y que el vacío es no-
ente, él afirma que nada de lo que es ente puede ser no-ente. Porque,
hablando con propiedad, el ser es un lleno absoluto, pero este ser de esta
manera constituido, no es uno, sino que son infinitos en multiplicidad e
invisibles por la pequeñez de las masas, Y éstos se mueven en el vacío
(porque el vacío existe) y uniéndose producen el nacimiento;
disgregándose, la destrucción”(Arist., De gener. corrupt., I, 8, 325).

“Dicen en efecto (Leucipo y Demócrito) que las primeras magnitudes


(principios de las cosas) son infinitas en número e indivisibles en tamaño,
y que no nacen los múltiples de lo uno ni lo uno de los múltiples, sino que
todas las cosas se engendran por acoplamiento y la unión de estos
(Aristóteles; De coelo, III, 4, 303). Pues dicen que es cosa imposible que
lo uno nazca el dos y del dos lo uno, pues las magnitudes indivisibles
(átomos) constituyen las sustancias.” (Arist. Metaf., VII, 13, 1031)

“Leucipo y su compañero Demócrito afirman que son elementos lo lleno y


el vacío, llamando al uno ser y al otro no-ser: a lo lleno y sólido lo llaman
ser; a lo vacío e inconsistente lo denominan no-ser (por eso dicen que el
ser no tiene, de ninguna manera, más realidad que el no-ser, ni el cuerpo
más que el vacío): estas son las causas de los seres, por lo que se refiere
a la materia.” (Arist. Metaf. I, 4, 985)

“También Leucipo asegura que existen ciertos sólidos, pero indivisibles,


sino se deben admitir poros continuos en todas las partes. Pero esto es
imposible, pues no habría solido alguno más allá de los poros, sino que
todo sería vacío. Es necesario pues, que los sólidos contiguos sean
indivisibles, y que en medio de ellos se encuentren vacíos, que Empédocles
llama poros.” (Arist. De gen. corrupt., I, 8, 325)

15
“De la misma manera que aquéllos que creen que es la única
sustancia...subyacente, y extraen todo el resto de los accidentes de esta
sustancia...así dicen también ellos que las causas de todas las cosas son
las diferencias (entre los átomos). Y dicen que éstas son tres: la forma, el
orden y la posición, pues sostienen que el ser no se diferencia sino por
proporción, contacto y conversión: ahora bien: la proporción es la forma, el
contacto es el orden y la conversión es la posición. Pues A difiere de N por
la forma; AN de NA por el orden y Z de N por la posición.” (Arist., Metaf., I,
4, 985)

“En cuanto a los cuerpos compuestos, el que tiene más vacío es el más
ligero, y más grave el que tiene menos...Casi lo mismo dice de lo duro y de
lo blando; duro es lo denso, blando lo raro, y más o menos en proporción.
Pero, en lo duro y en lo blando, en lo grave y en lo ligero, difieren la posición
y la repartición de los vacíos. Así, el hierro es más duro y el plomo más
pesado: porque el hierro tiene una composición más desigual y vacíos más
frecuentes y considerables...el plomo menos vacío, pero una estructura
completamente uniforme...Por lo que se refiere a las otras cualidades
sensibles, ninguna tiene una realidad sustancial, sino que todas son
afecciones de la mudable sensación, de la que nace la representación. En
efecto, no tienen una realidad sustancial, ni el frío ni el calor, sino que los
producen la transformación de la forma y el cambio nuestro. La prueba de
que no existen por naturaleza se encuentra en el hecho de que no aparecen
de la misma manera a los diversos animales, sino que lo que a nosotros
nos parece dulce, para otros es amargo y para otros ácido, y para otros,
aún ácido y astringente y análogamente sucede con las otras cualidades.
Además, los mismos sujetos pacientes cambian de temperamento, de
acuerdo a la edad y a las vicisitudes, por lo que resulta evidente que la
disposición es causa de la representación. He aquí todo lo que se debe
admitir en general, para las cosas sensibles.” (Teofrasto, De sensu, 61-64)

“Opinión lo amargo, opinión lo dulce, opinión lo cálido, opinión el frío,


opinión el color: sólo los átomos y el vacío constituyen verdad” (Demócrito,
frag.15).

“Ninguna cosa sucede sin razón, sino que todas acaecen por una razón y
por necesidad” (Leucipo, frag.). “Demócrito hace derivar de la necesidad
todas las cosas de las que se sirve la naturaleza, omitiendo indicar el fin”
(Arist. De gener. animal, V, 8, 789).

“Por esto, muchos consideran eterno el, acto, como Leucipo y Platón, pues
afirman que existe siempre el movimiento, pero no dicen qué movimiento y
por qué causa se produce, ni tampoco porqué es de tal manera, ni cuál es
su causa”(Arist., Metaf., XII, 6, 1071).

“Leucipo dice que el Universo es infinito; en parte lleno, y en parte vacío, y


llama a estos, elementos: de estos nacen y en estos se disuelven mundos
infinitos. Y de esta manera se forman los mundos. Por la separación del
infinito, son llevados al gran vacío múltiples cuerpos de todas las especies

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de formas: los que reunidos, producen un torbellino, en el que empujándose
y chocando entre ellos y moviéndose alrededor en todas las maneras se
distinguieron, separándose los semejantes para reunirse con los
semejantes. ... … … Y de la misma manera que han nacido los mundos,
así también se producen en ellos los crecimientos y las consunciones y
disoluciones, según una necesidad, sobre cuya naturaleza no da
explicaciones claras.” (Dióg. Laercio, IX, 31-33).

“Aquellos que suponían los mundos en número infinito, como los secuaces
de ...Leucipo y Demócrito,... suponían que se engendraran y se disolvieran
en lo infinito, engendrándose siempre algunos y disolviéndose otros.”
(Simplicio, Phys. 257, b)

“Dicen algunos que el alma es, sobre todo y primeramente, el principio del
movimiento. Creyendo que lo que no se mueve no tiene capacidad de
mover otra cosa, colocaron el alma entre los seres en movimiento (Arist.,
De anima., I, 2, 403). Y afirman que el alma, como ella se mueve, mueve
también al cuerpo en que se halla; por ejemplo Demócrito...dice, en efecto,
que moviéndose las esferas indivisibles, por el hecho de no estar nunca en
reposo debido a su naturaleza, arrastran consigo y mueven a todo el
cuerpo.” (ibíd., I, 3, 406)

“Hay en el aire un gran número de aquéllas (formas atómicas), que él


denomina intelecto y alma (Arist., De respir., c.4). Demócrito dice que es
una especie de fuego o calor, pues siendo infinitas las formas y los átomos,
a las esféricas las llama fuego y alma, como hace con el así llamado polvillo
atmosférico, que aparece en los rayos que penetran por las ventanas, y
cuya panspermia constituye, para él, los elementos de toda la naturaleza.
Análoga teoría sustenta Leucipo. Y de entre estos átomos, denominan
alma a los esféricos, porque tales formas, sobre todo, pueden penetrar en
todas partes y, moviéndose ellas mismas, mover todo el resto, suponiendo
que el alma sea lo que da el movimiento a los animales. Por esto mismo
llaman a la respiración el “límite de la vida”, porque mientras que el aire
circundante comprime a los cuerpos y tiende a expeler las formas atómicas,
que dan el movimiento a los animales por el hecho de que no se hallan
nunca en reposo, llega una ayuda desde el exterior, penetrando por la
inspiración otras formas atómicas de la misma especie... (De anima, cit., I,
2, 403). Estas, entrando y resistiendo a la presión, impiden que salga el
alma interior de los animales. Por eso que el vivir y el morir consisten en el
inspirar y expirar, pues, cuando vence el aire circundante, comprimiendo, y
lo que entra desde el exterior no puede oponerle más resistencia, porque
hace falta la posibilidad de inspirar, entonces sobreviene la muerte a los
animales: pues la muerte es la salida de estas formas del cuerpo, por
comprensión del aire ambiente (De respirat.cit. c. 4).

“Demócrito decía que el alma y el intelecto son la misma cosa, y que es


verdadero lo que aparece...No se sirve, pues, de la inteligencia como de
una facultad concerniente a la verdad, sino que dice que el alma e
inteligencia son la misma cosa.” (Arist. De anima, I, 2, 404)

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“Leucipo y Demócrito llaman a las sensaciones y los pensamientos,
cambios del cuerpo...Las sensaciones y el pensamiento nacen del llegar de
las imágenes (eidola) desde el exterior, porque a nadie le sobrevienen ni
las unas ni el otro sin que lleguen las imágenes”(Stobeo, IV, 233).

“De manera parecida (a la opinión de Protágoras) otros también consideran


la verdad acerca de los fenómenos de acuerdo a las cosas sensibles. Pues
creen que la verdad no debe juzgarse de acuerdo a la multitud o la escasez
del número, y que la misma cosa parece dulce al gusto de unos y amarga
al de otros, de manera que si todos se encontraran enfermos o locos, y solo
dos o tres sanos y sensatos, parecerían estos y no aquellos enfermos o
locos. Y además a muchos animales las mismas cosas parecen de manera
opuesta que a nosotros, y a cada uno por sí mismo no parecen siempre
idénticas las mismas cosas de acuerdo a los sentidos. Por ello no resulta
claro cuáles son verdaderas o falsas entre estas cosas; pues no son más
verdaderas estas que aquellas, sino de la misma manera. Por eso
Demócrito dice que no hay nada verdadero o que nos queda ignoto.
Simplemente, por el hecho de que considera que la inteligencia es sentido
y que el sentido es cambio, declara que lo que parece de acuerdo al
sentido, esto es necesariamente verdadero.” (Arist., Metafísica, IV, 5,
1009)

“Hay dos especies de conocimientos: uno verdadero y el otro oscuro. Y al


oscuro pertenecen todas estas cosas: vista, oído, olfato, gusto, tacto. El
verdadero, en cambio, es el que juzga del otro...Cuando el oscuro
disminuyendo no puede ni ver, ni oír, ni oler, ni gustar, ni sentir con el tacto,
sino que debe buscar lo más sutil, entonces sobreviene el verdadero, que
posee el órgano más sutil de la inteligencia.” (frag. 11)

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