Cruz Del Diablo
Cruz Del Diablo
Cruz Del Diablo
SPN 593
5 de mayo de 2019
En el año de 1871, se publican los dos tomos de Rimas y leyendas, de Gustavo Adolfo
Bécquer, obra considerada como la más representativa de la producción del sevillano. Su labor
posromanticismo.. Uno de los aspectos propios de la leyenda es que conjuga realidad histórica y
ficción. Para ello, tal como ocurría con los poemas épicos, se sirve de recursos como las
estructuras típicas o el lenguaje formulario. En los relatos que cuenta Bécquer en su libro Rimas
formulaicas de inicio y cierre del relato que se refieren tanto al valor de verdad y las fuentes
persona. (-----)
En este trabajo se plantea que el relato de Bécquer “La cruz del diablo” tiene elementos
De este autor se retoma su definición de lo fantástico. Otros autores consultados son Russell P.
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El relato que aquí se analiza hace parte del libro Rimas y leyendas, que aparece prologado de
la siguiente manera:
extravagantes hijos de mi fantasía, esperando en silencio que el arte los vista de la palabra
para poderse presentar decentes en la escena del mundo. Y aquí dentro, desnudos y
vivir con una vida oscura y extraña, semejante a la de esas miríadas de gérmenes que
hierven y se estremecen en una eterna incubación dentro de las entrañas de la tierra, sin
encontrar fuerzas bastantes para salir a la superficie y convertirse, al beso del sol, en
Esos “hijos de la fantasía” son una serie de historias que el sevillano rescata de su propia
historia: leyendas que conoció en su infancia y que quiere evitar que mueran con él. El
romanticismo acudió con frecuencia a las leyendas y tradiciones. Además del lirismo, la
subjetividad, este movimiento rechaza el mundo moderno, del cual le incomoda particularmente
Las leyendas de Bécquer tienen algunas deudas con esta literatura del s. XIX, como las
una Edad Media compuesta de castillos, catedrales góticas, ruinas, caballeros, religiosos,
forma expresiva. Bécquer evitó en las leyendas las descripciones históricas minuciosas y
el exotismo superficial y prefirió, en cambio, los toques de color y las miniaturas que
En “La cruz del diablo” coexisten tanto las tradiciones lugareñas como el entorno gótico.
Un ejemplo de ello es la conjunción entre el relato del viejo (tradición) y el castillo en que se
esconden los ladrones (gótico). Por otra parte, Bécquer no se propone recuperar el habla
Menos preocupado por documentar la existencia de la tradición oral, Bécquer intenta una
intuición y lo sobrenatural, desterrados del mundo moderno, y ofrecérselos al lector para que
Introducción a la literatura fantástica. Con estos elementos se analizan algunas citas del cuento
de Bécquer.
Con relación al plano de la narración La cruz del diablo es un relato que tiene tres planos
autor lo utiliza como una forma de situar su texto dentro del género leyenda, sin pretender poner
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en juego un valor de verdad en lo que está narrando. Por otra parte, por la forma verbal utilizada,
Bécquer perfila al lector, lo modela, indicándole la procedencia del relato (su padre, su abuelo),
el modo discursivo utilizado (narración oral) y el propósito (pasar el rato) “Que lo creas o no, me
cuento ahora, siquiera no sea más que por pasar el rato.” (Bécquer 172)
quien focaliza y filtra lo que ocurre según su punto de vista. Se trata de un caballero que cabalga
está en compañía de otros jinetes, conociendo la región del país donde ocurre la historia de la
cruz maldita.
escuálida cabalgadura, contemplaba en silencio aquella cruz, muda y sencilla expresión de las
instante. Ideas ligerísimas sin forma determinada, que unían entre sí, como un visible hilo de luz,
.Se ha destacado con cursiva la última oración para hacer visible un rasgo de este
narrador: el acento poético. De hecho, algunas de las figuras utilizadas recuerdan tanto el prólogo
mismo de libro como un muy conocido poema del autor titulado Inspiración y razón: Hilo de
luz que en haces los pensamientos ata;/ sol que las nubes rompe / y toca en el zenít.
que cuenta el primer narrador. Se trata del guía que alerta sobre la cruz del diablo. El narratario
Todos esperaban con impaciencia la historia de la cruz del diablo, que a guisa de postres
de la frugal cena que acabábamos de consumir se nos había prometido… comenzó de este
modo: Hace mucho tiempo, mucho tiempo, yo no sé cuánto, pero los moros ocupaban la
mayor parte de España, se llamaban condes nuestros reyes, y las villas y aldeas
pertenecían en feudo a ciertos señores que, a su vez, prestaban homenaje a otros más
valor de verdad, el narrador intra-diegético, el guía, está claramente convencido de lo que está
diciendo. Cuando el viajero está diciendo su oración frente a la cruz interrumpido por el guía que
enérgica, aunque muda. El pobre hombre sin cejar en su empeño de alejarme de aquel
sitio, contestó a ella con estas palabras, que entonces no pude comprender, pero en las
que había un acento de verdad que me sobrecogió: - ¡Por la memoria de su madre! ¡Por lo
más sagrado que tenga en el mundo, señorito, cúbrase usted la cabeza y aléjese más que
de prisa de esta cruz! ¡Tan desesperado está usted que, no bastándole la ayuda de Dios,
Este dato será importante pues uno de los factores que postula Todorov para diferenciar
mismo mundo, acontecimientos o seres tanto posibles como imposibles desde el mundo del
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autor.
imposibles o sobre-naturales es el criterio para distinguir lo que es fantástico. En el caso que nos
ocupa, Bécquer consigue deslizar en su relato las dos maneras de enjuiciar lo imposible: de un
Tzvetan Todorov es un crítico literario búlgaro que hizo parte del formalismo ruso, grupo
basa, como lo indica en su libro, en ideas del filósofo ruso Vladimir Soloviov.
explicación simple de los fenómenos, pero, al mismo tiempo, esta explicación carece por
completo de probabilidad interna”. Hay un fenómeno extraño que puede ser explicado de
Por las fechas en se compone este texto ya existía un estudio de otro miembro del grupo
de formalistas rusos, se trata de Morfología del cuento, de Vladimir Propp. Todorov cuenta con
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esos valiosos aportes sobre lo maravilloso, lo sobrenatural y lo mágico en los cuentos populares.
novelas del siglo XVIII y XIX. Según Caamaño la idea previamente expresada que retoma
Todorov de Soloviov es algo así como su marca teórica personal en este tema. Para este autor,
representante del estructuralismo, lo fantástico es presentado como una cualidad inmanente del
texto, de manera que análisis tiene en cuentra la estructura, el funcionamiento y las función de
las unidades que conformar el todo textual. Dice Caamaño que: “que intenta explicarlo
concepto de realidad, que lo obligaría a acudir al contexto sociocultural desde donde sería
posible observar la irrupción del fenómeno sobrenatural” (Caamaño, V., 2014: 18).
fantástico. Esta vacilación es lo que experimenta el narrador extra-diegético en “La cruz del
diablo”. Si se desvanece se entra en otro género “se deja el terreno de lo fantástico para entrar en
un género vecino: lo extraño o lo maravilloso”. Una y otra vez se insiste el autor en que lo
fantástico es “la vacilación experimentada por un ser que no conoce más que las leyes naturales,
produce un acontecimiento imposible de explicar por las leyes de ese mismo mundo
familiar. El que percibe el acontecimiento debe optar por una de las dos soluciones
las leyes del mundo siguen siendo lo que son, o bien el acontecimiento se produjo
realmente, es parte integrante de la realidad, y entonces esta realidad está regida por leyes
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que desconocemos. O bien el diablo es una ilusión, un ser imaginario, o bien existe
realmente, como los demás seres, con la diferencia de que rara vez se lo encuentra. Lo
El cuento La cruz del diablo comienza planteando una situación extraña: el protagonista
ha llegado a Bellver, una población situada cerca de Los Pirineos y en un paraje encuentra una
solitaria cruz y siente que se trata de un vestigio de otra época, llena de piedad y costumbres
religiosas. Esto le inspira para recordar una oración aprendida en su infancia pero es
Era uno de nuestros guías natural del país, el cual, con una indescriptible expresión de
terror pintada en el rostro, pugnaba por arrastrarme consigo y cubrir mi cabeza con el
fieltro que aún tenía en mis manos. Mi primera mirada, mitad de asombro, mitad de
cólera, equivalía a una interrogación enérgica, aunque muda. El pobre hombre sin cejar
en su empeño de alejarme de aquel sitio, contestó a ella con estas palabras, que entonces
no pude comprender, pero en las que había un acento de verdad que me sobrecogió: -¡Por
la memoria de su madre! ¡Por lo más sagrado que tenga en el mundo, señorito, cúbrase
usted la cabeza y aléjese más que de prisa de esta cruz! ¡Tan desesperado está usted que,
disgusto, pero luego, al notar el “acento de verdad” en las palabras del viejo guía, experimenta
leyenda. En él se pueden distinguir tres micro-relatos dentro del discurso del narrador intra-
diegético. En primer lugar, la historia del señor del Segre, de sus crímenes y de sus armas. En
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segundo lugar, la secuencia de los bandidos que son liderados por un ser espectral, el espanto del
señor del Segre. En tercer lugar, la manera como la comunidad consigue conjurar el legado del
En el primer micro-relato el señor del Segre muere, asesinado por los aldeanos a quienes
oprime con crueldad, tanto asesinando como abusando de ellos. Cuando se resistieron a pagar
Entonces apelaron a la justicia del rey; pero el señor se burló de las cartas-leyes de los
condes soberanos; las clavó en el postigo de sus torres, y colgó a los farautes de una
acuerdo entre sí, se encomendaron a la Divina Providencia y tomaron las armas: pero el
preparó a la lucha
Es nombrado como el “mal caballero” y su fama es tal que se cuentan historias para
asustar a los niños con sus hechos de sangre y fuego. Entonces se dice que el señor del Segre
llama en su ayuda al diablo. Esto, que podría considerarse una licencia literaria, una manera
figurada de decir que ese personaje era muy malo, es para el guía una verdad. En las leyes de su
mundo, es posible realizar alianzas con el demonio, es posible volver desde la muerte, es posible
inocular de poderes objetos (como las armas o como la cruz), es posible decir palabras que
repelen la maldad.
El segundo micro-relato muestra el retorno del “caballero del mal” pero esta vez como
líder de un grupo de bandidos que eligen como punto de encuentro los subterráneos del ya
destruido castillo del señor del Segre. La cita siguiente muestra cómo la alusión a lo religioso y
lo diabólico persiste. No hay aquí un pacto con el diablo pero sí hay asesinatos, pillaje y diversos
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eventos sacrílegos como utilizar copas de iglesias para beber o robar niños para comerlos en
“diabólicos festines”. Esto ocurre cuando se hace a una nueva banda de malhechores.
puntos del bosque que aun en el día se dilata a lo largo de la ribera, concluyeron por
ocupar casi todos los desfiladeros de las montañas, emboscarse en los caminos, saquear
los valles y descender como un torrente a la llanura, donde a éste quiero, a éste no quiero,
desaparecían, y los niños eran arrancados de las cunas a pesar de los lamentos de sus
madres, para servirlos en diabólicos festines, en que, según la creencia general, los vasos
En este punto del relato hace su segunda entrada el señor del Segre, convertido ahora en
discusión sobre quién debe ser el líder de la banda. En ella se destaca su altura, el hecho de estar
Todos arrojamos a nuestro alrededor una inquieta mirada de desconfianza: nos pusimos
de pie y desnudamos nuestros aceros, determinados a vender caras las vidas; pero no
pudimos por menos de permanecer inmóviles al ver adelantarse con paso firme e igual un
rostro con la visera del casco, el cual, desnudando su montante, que dos hombres
podrían apenas manejar, y poniéndole sobre uno de los carcomidos fragmentos de las
rotas arcadas, exclamó con voz hueca y profunda, semejante al rumor de una caída de
aguas subterráneas: -Si alguno de vosotros se atreve a ser el primero mientras yo habite
en el castillo del Segre, que tome esa espada, signo del poder.
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Los crímenes recrudecen y Bécquer ofrece más pistas para identificar al señor infernal y
para ello alude la armadura del fallecido señor del Segre, un objeto misterioso que resiste el paso
del tiempo y parece tener vida propia. Persiste el misterio sobre el nombre del jefe y la armadura
desaparecida del señor del Segre que “varios labradores hubiesen afirmado que el capitán de
aquella desalmada gavilla marchaba a su frente cubierto con una que, de no ser la misma, se le
asemejaba en un todo”.
Dentro de la historia contada por el guía otro narrador, antes de morir, ofrece datos sobre
el misterioso señor. Dice además que siempre utilizaba su armadura sin quitarse siquiera el casco
ni bajar su visera, que no dormía o comía, que las armas o el fuego no lo herían. “Entre nosotros,
unos le creen un extravagante; otros un noble arruinado, que por un resto de pudor se tapa la
utilizado un guerrero del mal, ahora utilizará un guerrero del bien. La batalla no puede ser
ganada por los aldeanos utilizando armas humanas, se necesita ayuda divina. Buscan a un
ermitaño:
después de implorar la misericordia divina por medio de su santo Patrono, que, como
ustedes no ignoran, conoce al diablo muy de cerca y en más de una ocasión le ha atado
bien corto, les aconsejó que se emboscasen durante la noche al pie del pedregoso camino
que sube serpenteando por la roca; en cuya cima se encontraba el castillo, encargándoles
al mismo tiempo que, ya allí, no hiciesen uso de otras armas para aprehenderlo que de
una maravillosa oración que les hizo aprender de memoria, y con la cual aseguraban las
Bartolomé o San Bartolomé fue uno de los doce apóstoles de Jesús, según los evangelios.
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De todos ellos es él quien más contacto tiene con demonios. Se lo representa sujetando con una
cadena a una diablesa, lo que puede referirse a que Bartolomé requiere a Cristo resucitado que le
muestre a Belial. Cuando se lo muestra añade Jesús "Písale la cerviz y pregúntale". También se
afirma que expulsó a Astaroth1 y lo sacó un templo donde vivía dentro de una estatua. Los dos
datos son relevantes: el eremita se identifica con un hombre que conoce el valor de la palabra
sagrada y que es capaz de sacar con ella al demonio de donde se haya metido y apresarlo.
Cuando se atrapa al hombre de la armadura extraña a todos que guarde silencio, al punto
que un guarda le levanta la visera. En ese punto del relato queda claro que el relato del guía no es
fantástico sino maravilloso, la armadura del señor del Segre había cobrado vida y en cuanto fue
Un grito general de sorpresa se escapó del auditorio, que permaneció por un instante
herido de un inconcebible estupor. La cosa no era para menos. El casco, cuya férrea
visera se veía en parte levantada hasta la frente, en parte caída sobre la brillante gola de
piezas, cayó al suelo con un ruido sordo y extraño. La mayor parte de los espectadores, a
despavoridos a la plaza.
Los eventos prodigiosos no se detienen: la armadura vuelve a hacer de las suyas, el objeto
inanimado tiene locomoción propia y, a pesar de haber sido desensamblada, busca y alcanza sus
partes hasta recomponerse : “En cuanto las desunidas armas veían dos dedos de luz, se
encajaban, y piano pianito volvían a tomar el trote”. Finalmente los vecinos recurren al consejo
1 Según Collin de Plancey, en su Diccionario infernal (1846: 90), Astaroth es un demonio que desorienta, confunde
y está en contra de lo racional.
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del sacerdote que recomienda que se fundan las armas y que con ellas se levante una cruz. Por
ser una cruz hecha de maldad, no se le rinde tributo y sirve de referente para depredadores
Esa cruz es la que hoy habéis visto, y a la cual se encuentra sujeto el diablo que le presta
su nombre: ante ella, ni las jóvenes colocan en el mes de Mayo ramilletes de lirios, ni los
pastores se descubren al pasar, ni los ancianos se arrodillan, bastando apenas las severas
amonestaciones del clero para que los muchachos no la apedreen. Dios ha cerrado sus
en manadas junto al enebro que la protege, para lanzarse sobre las reses; los bandidos
esperan a su sombra a los caminantes, que entierran a su pie después que los asesinan; y
cuando la tempestad se desata, los rayos tuercen su camino para liarse, silbando, al asta
de esa cruz.
De esta manera se cierra tanto la narración del narrador intradiegético como el cuento
mismo. El narrador extra-diegético no retoma el discurso por lo que el lector se queda sin saber
si, efectivamente, considera cierto lo que escuchó o no. Por esta razón, y según las tesis de
crítico ofrece su “definición inicial” de lo fantástico. Advierte también que no solo se trata de
también se trata de una “manera de leer” que la define en términos negativos: no debe ser ni
“poética” ni “alegórica”.
comenzando por el paratexto (que se puede resumir con esto no es necesariamente verdad) y
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luego por la vacilación del narrador extra-diegético. El hecho de que el narrador subordinado, el
guía, sí crea lo que cuenta, que no tenga vacilación, no evita que el cuento La cruz del diablo sea
fantástico. Se trata de una narración interna de tipo mágico o maravilloso, con contenido
religioso. El plano de la narración tiene todos los elementos de narración moderna y los factores
Dado que durante el proceso de elaboración de este trabajo consulté diversos materiales
me parece apropiado -en parte porque me generó inquietudes sobre los diversos modos de
analizar una obra literaria- para esta última parte citar a Caamaño quien presenta los aportes de
destaca el valor del contexto y abre más el espectro de posibles obras a ser incluidas dentro del
género:
lo posible (cfr. Barrenechea, 1972, pp. 392-393). Barrenechea también rechaza la tesis de
Todorov (2006) en cuanto a la vacilación o duda del lector como fundamento del género
Obras citadas