UÑAS (Adaptación) SUCIAS
UÑAS (Adaptación) SUCIAS
UÑAS (Adaptación) SUCIAS
Un camarín de fútbol. Sólo lo adorna un gomero muerto y seco. En la muralla del fondo se
lee, en grandes y viejas letras: “AQUÍ SE HACEN LOS CAMPEONES”. Afuera es invierno,
llueve muy fuerte. Es tarde-noche. Entra NEIRA seguido por ORTEGA y ZABALA. Atrás
aparece SEPÚLVEDA. Vienen agitados y sucios de barro y tierra.
NEIRA: Si el bicho le diera a los puros atletas, está bien que se llame así. Pero le da a los
que valen hongo. Así que se llaman hongos.
NEIRA: Porque todavía valgo hongo. Mira con los que estoy. Pero ya va a pasar. Voy a subir
al primer equipo la semana que viene.
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ORTEGA: ¿Y por qué estái tan seguro? ¿Vos soy uno de los cinco?
SEPÚLVEDA: Yo también.
NEIRA: Pero qué. Pero tengo a mi papá queríai decir. Tengo un papi que es dirigente.
ZABALA: Si poh, era. Lo echaron después de la quiebra. Unos tipos de la barra lo pillaron
curado en un partido.
ORTEGA: Mi papá los trajo a todos ustedes acá, mal agradecidos. Y vos (A NEIRA)
acuérdate que te pagó una pensión dos meses cuando te tiraste a choro en tu población y te
amenazaron con tajearte.
NEIRA: Oye si tu papá pagaba cien lucas de pensión y en el club pasaba una factura por
doscientas.
ZABALA: Al Laja le hacen la misma. A todos los de provincia los engañan con las
pensiones.
NEIRA: Ese que no llore. Ese estudia en un colegio con corbatita de color.
NEIRA: Es distinto. Tu llevai diez años acá. Te respeto. Pero a ese Laja un día de éstos me
lo encuentro solo y me la cobro.
ZABALA: En todo caso. El otro día te entró con todo. Sin mala leche pero firme como un
grifo. Y después no te compró la choriá.
NEIRA: Mira (Toma a ZABALA por el cuello) Mira mis manos. Tengo las uñas sucias de
barro por culpa del laja Me tuve que quedar como chancho en el barro pateando penales
porque ese huaso se perdió dos seguidos. Tengo el hígado jodido, por herencia de mi viejo.
Las manos se me descueran, tengo que andar comprando cremas como tu pololita que sale
en la tele. Y ahora tengo las uñas sucias.
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SEPÚLVEDA: Oye, puede sonar mamón lo que voy a decir pero... se supone que somos un
equipo.
NEIRA: Pa’ vos es fácil decirlo. Vos soy el capitán y el equipo empieza contigo. Pa’ mí el
equipo vale hongo. Cuando juegue con Alexis, con Vidal, con Messi, ése va a ser un equipo.
ZABALA: Pa’ jugar con ésos, va a tener que puro jugar PlayStation, compadre. Vaya
haciéndose a la idea.
ORTEGA: (A NEIRA) El otro día te puso 30-40 y te dejó atrás con una pura embalada.
NEIRA: Dime ahora que tiene lindas piernas, guatón de Etiopía. (Lo empuja junto con
ZABALA) ¡Que baile! ¡Que baile! ¡Que baile, que baile, que baile!
ZABALA Toma a ORTEGA y lo voltea contra la pared. Lo castiga con una calceta mojada
como un látigo sobre su espalda.
ORTEGA: (Grita) ¡¡Te voy a acusar!! ¡¡Ya vai a ver, te van a echar, va a venir mi papi a
hablar con El Profe!!
Entra el LAJA. Se produce un silencio. Camina hasta su bolso y lo abre sin hablar.
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UNIDAD II (5 personajes) Capitán, Piojos, Puma
NEIRA: ¿Qué hablabai con El Profe? ¡Suéltala! Aquí yo llevo más tiempo que tú, así que
tenís que decirme.
SEPÚLVEDA: Diez.
LAJA: De algo parecido, hombre. Que me suben al primer equipo. Soy uno de los cinco.
LAJA: No.
NEIRA: No seái rencoroso, dame un poquito de shampoo que el mío se me quedó en la casa.
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NEIRA: Yo no tengo piojos.
NEIRA guarda silencio unos segundos. Luego camina en puntillas hasta el bolso del LAJA
y lo revisa. Dentro encuentra un libro. Lo muestra a los otros y ríe en silencio. Busca la
botella de shampoo. El LAJA sale de la ducha sin que NEIRA se percate y lo patea por
detrás. Pelean. Nadie más interviene. Se separan. Ya no pueden más. Están cansados, fuera
de sí y sangrantes.
ORTEGA: (Muy conmovido por tanta violencia) ¡Ya, por favor, no sigan!
LAJA: Ándate a estudiar piano, con la guitarra no te la pudiste. Erís puro verso.
ORTEGA: (Habla a causa de los nervios) Una vez fuimos a Mendoza a jugar. Nos
concentraron en una casa que estaba en el campo. Después del primer partido, en la noche,
nos arrancamos pa’ ir a carretear. Nos perdimos, nadie sabía el camino de vuelta. De repente
escuchamos ruidos entre las ramas. Entonces dijeron: ¡¡Alguien tiene que ir a mirar! A ver,
¿A quién, si lo pillan, no le va a pasar nada? Al tercer arquero, fijo. Así que fui po. No había
andado ni cinco metros cuando siento otra vez los ruidos en las ramas. Estaba oscuro como
la noche. Entonces despejo unas ramas que no me dejaban mirar y ahí estaba ¡Un puma!
Todos ríen.
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SEPÚLVEDA: ¿Y el puma qué hizo?
ORTEGA: Esto.
ZABALA: Soy mentiroso, espagueti. Esa te la hiciste en un alambre de púa, un día que fuiste
a buscar una pelota que cayó pa’l otro lado.
ORTEGA: Es verdad, pregúntale al Neira. Tengo el espíritu del puma dentro de mí y un día
se me va a escapar si me siguen vacilando.
LAJA: Pa’ lavarse los dientes. No vei que sintió mal olor.
NEIRA: Es pa’ limpiarme las uñas, agilao. Todavía las tengo sucias.
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Todos ríen.
SEPÚLVEDA: El deporte es para tener un cuerpo sano, y aquí si a los cuarenta quedaste
cojo no más, es porque tenís suerte.
LAJA: Por lo mismo que tú po. Pa’ ser figuras, pa’ ganar plata.
ORTEGA: Vos mismo me dijiste una vez que tu sueño sería tener un séquito de minas
babeando.
ZABALA: Eso es lo que importa aquí. La yapa. A mí no me importa el gol que haga, ni el
amor a la camiseta, ni el honor, ni ninguna cuestión que inventó un agila’o que debe haber
tenío una vida terrible de fome y se creía Don Quijote. Cuando hago un gol yo ya estoy
pensando qué voy a decir en la entrevista. El deporte no me importa. Mi mina me cuenta que
en la tele pasa lo mismo, lo único que quieren es que los miren.
NEIRA: Qué voy a estar celoso por esa flaite. Lo único que quiero es no ver más flaites.
Adonde vivo está lleno de flaites, acá está lleno de flaites. Quiero irme a Europa y no volver
más a este país cuma.
NEIRA: Ahí vengo, pero derechito del avión a la cancha y de la cancha al avión.
SEPÚLVEDA: ¿Y tu familia?
NEIRA: Se nota que vos venís de otra, Capitán. Yo conozco Fantasilandia por fuera no más
(Se conmueve internamente) Dame una sopaipilla, Laja. (El LAJA le pasa) Mi papá quiere
que sea futbolista pa’ puro ganar monedas y gastárselas chupando.
ZABALA: ¿Tu papá es ese viejo que tiene la tremenda nariz roja?
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NEIRA: Porque esa vale hongo.
NEIRA: ¿qué? Si voh ni lo conocis, ¡qué se meten ustedes! No saben nada. Mi papá es
alcohólico, me da pena. Tengo que hacerme cargo yo de él. Por eso se me descueran las
manos, porque tengo el hígado podrido de tanto que chupó mi viejo antes de que me hiciera.
LAJA: Pobrecito.
NEIRA: Sigue no más y las vas a pagar todas juntas. (Sienten un ruido fuera) Ortega, anda
a ver quién anda ahí. Si es El Profe pega un grito y avisas.
NEIRA: ¡Oh! No me puedo pegar ningún condoro antes del fin de semana.
NEIRA: (Nervioso) Nada. Ya, me tengo que ir. (Entra ORTEGA) ¿Qué pasó? ¿Era El Profe?
ORTEGA: No.
ORTEGA: No se puede.
ZABALA: ¿Qué?
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ZABALA: Yo sé. El puma.
Todos ríen.
NEIRA: ¿Qué?
ORTEGA: Es en serio.
ORTEGA: Te lo juro, Neira. Una vaca. Se vino del potrero del frente.
NEIRA sale.
UNIDAD IV: (5, Sepúlveda poco) venden, Ortega tajeado, Neira amarrado
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ZABALA: Ya. Quina.
ZABALA: Anda a comprar afuera entonces. Dile a la vaca que te lo vaya a comprar. Y que
te traiga un sándwich también.
LAJA: Vale. Véndeme dos entonces. (Recibe la sopaipilla y le pasa una a Neira) Toma, pa’
que no se te reviente la hiel.
NEIRA: ¿Cuánto?
LAJA: quina.
LAJA: Árabe, judío, la nariz grande, un mantel en la cabeza, lo mismo. Ya, lo querís por
quina o se la regalo al Ortega.
ORTEGA: oh vale.
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NEIRA: Ya, flacuchento anda a ver si sigue la vaca ahí.
ORTEGA sale.
ZABALA: Porque te lo pasai al lado del Profe. Si te llaman a vos yo voy a dejar la embarrá.
Voy a decirles a todos que está arreglao.
NEIRA: ¡Vos que abrís el hocico y yo que te corto la lengua! ¿Te queda claro?
NEIRA: No me provoquís.
Entra ORTEGA.
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ORTEGA: ¡No, no peleen otra vez! ¡Viene El Profe!
ORTEGA: Adivina.
SEPÚLVEDA: Habla.
NEIRA: ¿Qué?
Silencio intenso.
ZABALA: ¿Y la vaca?
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ZABALA: ¡No me hablí así! Estái agarrando confianza y te hai pasado de listo toda la tarde.
SEPÚLVEDA: (Separándolos) Ya, después arreglan sus líos conyugales. ¿Cómo que está
cerrado, desnutrido?
ORTEGA: Dijeron que se iban a portar como caballeros y todo el mundo me insulta. Si me
siguen tratando así, no cuento ná.
ORTEGA: Yo no sé nada.
NEIRA: ¡Habla!
ORTEGA: (Sangrando de su brazo) Está cerrado. Son más de las ocho y vino el guardia y
cerró con candado por fuera. ¡Me las vai a pagar, Neira, te juro que me las vai a pagar!
NEIRA se abalanza sobre ORTEGA dispuesto a cortarlo otra vez. El LAJA, SEPÚLVEDA
y ZABALA lo detienen y lo inmovilizan. Rápidamente lo amarran con medias y camisetas a
una banca donde no puede moverse. El LAJA toma la navaja en sus manos.
LAJA: Te pasaste de listo con el cabro, Neira. Soy un aprovechador y si no estuviera aquí te
juro que me la cobro altiro y te corto los tendones. Te los rebano y no te parai más en una
cancha de fútbol.
NEIRA: ¡Suéltenme!
ZABALA: Te volviste loco, Neira. Vos sabís que yo siempre te compraba pero ahora te
piteaste.
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LAJA: Pa’ dónde te vai a ir, no veís que está todo cerrado.
SEPÚLVEDA: Cómo fue a cerrar ese desgraciado sin ver si había alguien adentro.
SEPÚLVEDA: ¿A quién?
ZABALA: La caseta está como a trescientos metros. Con esta lluvia y el viento no nos va a
escuchar.
ZABALA: Este viene del campo. Esos huasos son medios brujos con las lluvias. Yo también
sabía que el viento estaba en contra. Cuando venía pa’l camarín tiré un pollo al aire y me
cayó en la cara.
ORTEGA: La misma cuestión. El arriba, el abajo, el adelante, el atrás, es todo una ficción
espacial.
ZABALA: ¿Creís que no sé distinguir pa’ dónde está el frente y pa’ dónde está el arriba?
ORTEGA: Estoy hablando de geometría, del orden y orientación del plano. Me lo están
pasando en el colegio.
ZABALA: ¿Y qué creís que me vai a pasar por arriba porque tenís menos ignorancia que yo,
no más? vos también soy ignorante. No te creái más que yo. ¡Lo que está arriba está arriba,
lo que está al medio está al medio, lo que está abajo está abajo y lo que está adelante está
adelante!
SEPÚLVEDA: ¿Ya descubrieron un hoyo negro, el parcito? Ahora hay que tratar de salir.
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LAJA: Llamemos por teléfono.
LAJA: ¿Alguien más tiene celular? (Todos niegan) Fue noma entonces.
ZABALA: ¿A quién?
ORTEGA: A mi viejo. Él se consigue las llaves y nos viene a sacar. Buena ¿o no?
ORTEGA: Soy yo, papá, tengo un problema. (Silencio largo. ORTEGA palidece) No me
aceptó la llamada.
ZABALA: ¿Qué? ¿El viejo es dirigente del club y no acepta la llamada? Viejo corrupto,
inconsciente…
ORTEGA: (Duda) Puede que no sea mentira, pero eso lo tengo que decir yo.
ZABALA: Dilas.
ORTEGA: Ya no se me ocurre qué decir. Tendría que inventarlas y eso serían calumnias.
Además, ¿cómo va a saber el viejo dónde estoy?
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ORTEGA: ¿Y el tuyo?
ORTEGA: ¿No tenís? Pucha, disculpa, yo pensé... ¿y quién es ese viejo que vive en tu casa?
NEIRA: Suéltenme.
ORTEGA: Tú empezaste. Uno aguanta ciertas cosas pero vos te pasaste. Uno tiene sus
principios. El Zabala tiene por principio no llamar a los pacos cuando está encerrado y yo lo
respeto. Yo también tengo mis principios.
Pausa.
LAJA: Soltémoslo.
ORTEGA: ¿Y ustedes le creen? Viene dejando la caga desde que tiene diez años, ¿y ustedes
creen que va a cambiar porque lo amarraron a una banca?
ZABALA: Tiene razón el Ortega. (A NEIRA) Siempre me caíste mal y si te hacía caso era
porque erai popular. Pero ya no lo soy ¡ya no lo so!. Y no lo vai a ser nunca más.
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ZABALA: Yo voto que no.
ORTEGA: Yo también.
SEPÚLVEDA: Yo me abstengo.
LAJA: La voz del pueblo ya dio su veredicto. Yo no puedo hacer nada, Neirita.
NEIRA: Otra.
ORTEGA: Aunque te soltemos no vai a poder salir. Está cerrado con candado y por muy
cabrón que te creái, un candado no se abre metiéndole susto.
LAJA: Cuéntanos.
NEIRA: (Desesperado) ¡Tengo que juntarme con El Profe! ¿Ya, están contentos?
Silencio largo.
NEIRA: En su casa.
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NEIRA: Pa’ conversar.
Silencio largo.
LAJA: ¿Y pa’ eso tanto misterio? Si todos sabíamos que al arrastrado del equipo siempre lo
suben.
NEIRA: ¿Qué?
ORTEGA: Andaba un rumor dando vueltas: Que había alguien del equipo que era el soplón
del Profe. Mi papá es amigo del Profe, así que le pregunté si sabía quién era. “El primero que
suban al primer equipo, ese es…” Eso me respondió mi papi. Yo nunca pensé que fuerai tú,
Neira.
NEIRA: Erís pura envidia porque vos nunca vai a ser figura, aunque tu papá sea Presidente
de la República.
SEPÚLVEDA: ¿Por qué envidia? Dijeron que van a subir a cinco al primer equipo. Podemos
ser los cinco que estamos acá.
ORTEGA: Cierto.
SEPÚLVEDA: Pueden mandarme una carta y decirme que también me voy al primer
equipo.
SEPÚLVEDA: No, pa’ qué. (Saca una carta de su bolso) Mira, lee esto.
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NEIRA: (Nervioso, trata de leer) Ya.
NEIRA: Sí.
NEIRA: Si sé.
ZABALA: Quería dar entrevista pa’ los diarios y no sabe leer la bestia. Soplón y analfabeto.
Futuro esplendor.
SEPÚLVEDA: Bueno, ya que no sabís leer, nosotros te la vamos a leer a ti. Zabala, ¿qué
dice en esta carta?
ZABALA: (Después de una pausa) No, si yo tampoco sé leer. (Pausa) Pero yo me echo al
agua altiro.
ORTEGA: Cierto. El otro día andaba con una revista porno y me pidió que se la leyera.
ZABALA: Cierto.
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LAJA: ¿Cómo te las arreglaste pa’ que nadie se diera cuenta todo este tiempo?
ORTEGA: ¿Vos también, Laja? Oye que tienen suerte (Lee la carta) Sí, dice lo mismo.
ZABALA: A ver, espera. (Va a su bolso y saca un papel arrugado que entrega a ORTEGA)
No me digái que esta es de lo mismo.
ZABALA: (Radiante) ¡Bien! Yo no sabía de adónde me mandaban ese papel, pensaba que
era una cobranza de La Polar. Ya me estaba poniendo envidioso.
LAJA: Ahí está el más burro del equipo dándole duro y no se abre.
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ZABALA: son pa vender no pa comer.
ORTEGA: Escúchenme.
ORTEGA: Un incendio.
ORTEGA: Un incendio. Quemamos algo de ropa, cosa que salga harto humo, hasta que
llamemos la atención del guardia y nos venga a abrir.
ORTEGA: Es en serio.
LAJA: No va a resultar.
LAJA: No va a resultar.
Entra NEIRA.
ZABALA: No va a resultar.
ZABALA: No.
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ZABALA: ¿Y por qué mejor no quemamos la ropa del club?
NEIRA: Ahora que subís al primer equipo vai a ganar monedas. Te comprái cuarenta
bluyines si se te antoja.
Todos salen al otro sector del camarín y encienden trabajosamente una fogata con las ropas.
Luego regresan, mientras en el otro sector la fogata arde.
LAJA: No va a funcionar.
LAJA: Sí. Quedarnos aquí tranquilos hasta que amanezca y hacernos los tontos cuando abran
el camarín. Nadie tiene pa’ qué enterarse de nada.
SEPÚLVEDA: ¿Alguien tiene algo pa’ comer? (Silencio) Más encima nos vamos a morir
de hambre.
LAJA: Toma.
LAJA le pasa una sandalia. ORTEGA sale he intenta echar aire con la sandalia pero la
fogata se apaga de todas maneras.
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ORTEGA: Ya, pasen los bolsos.
ORTEGA: (Grita, descontrolado) ¡Por lo menos tengo ideas, tú te creís dirigente ahí sentado
dando órdenes!
LAJA: Ven.
ORTEGA: No.
ORTEGA obedece.
ORTEGA: ¿Qué?
LAJA: Te quiero.
ORTEGA: ¿Qué?
LAJA: En serio. Te quiero. Mucho. Supongo que ya no habrá ningún cabrón que me trate de
mariquita por decirle mis sentimientos a un amigo.
ORTEGA: Que bueno. Yo también con el tiempo te he agarrado cariño, Laja. La dura...
(Pausa) ¿Y por qué me lo decís ahora?
LAJA: Porque sentí deseos de pegarte un combo en el hocico, pero anulé mi pensamiento y
lo cambié por uno bueno.
ZABALA: No me digái turco o te los dejo a luca cada una. Aquí tengo el monopolio.
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ZABALA: Eso voy a hacer. Pero por cada uno que me vaya a pedir sube una gambita. (Busca
las sopaipillas en el bolso) ¡Ah, se mojaron!
ZABALA: Se mojaron.
LAJA: Si no hubiesei salido con ese invento del incendio tendríamos ropa pa’ taparnos.
Sin que nadie se percate, ORTEGA se acerca al gomero seco y lo mira con insistencia hasta
que decide empezar a comérselo.
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LAJA: Sácalo.
ZABALA: No es comida.
ZABALA: Bombones.
ZABALA: Pucha, si hubiera sabido que iba a pasar esto hubiese pedido que me envolvieran
un churrasco en papel de regalo, agilao.
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ZABALA: (Furioso) ¡No es pa’ la feucha, desgraciado, es pa’ la mamá de la feucha!
Silencio.
NEIRA: sale.
ZABALA: Déjalo. Por gil no va a comer chocolates. (Abre la caja de bombones) Hay trece
chocolates, somos cuatro, entonces son... (Le cuesta el cálculo).
El LAJA corta el bombón con la navaja de NEIRA. SEPÚLVEDA los reparte. Cuando se
da vuelta hacia ORTEGA se da cuenta de que se está comiendo el gomero.
ORTEGA: tengo hambre... Qué tanto. El gomero se está muriendo y lo traje yo mismo.
SEPÚLVEDA: Pero lo trajiste pa’ hermosear el camarín, ¿cómo te lo podís comer ahora?
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ORTEGA se acerca a su bolso y saca un Cactus de adentro.
ORTEGA: Traje este cactus pa’ hermosear el lugar. Esta es una planta aperrada, como
nosotros. No necesita que le echen agüita ni ninguna huevada. El gomero estaba estorbando...
NEIRA: Buena idea, Ortega. Primera cosa buena que decís en todo el día.
Se enciende la luz. ORTEGA está sobre NEIRA. Luego le golpea brutalmente la cabeza
contra el cemento.
ORTEGA: (Absolutamente fuera de sí) ¡Te dije que me las ibai a pagar! Te lo advertí, tengo
el espíritu del puma dentro de mí y te voy a rajar. ¿Queríai ser figura?
Absolutamente enajenado, ayudándose a veces con la navaja. Luego sale disparado hacia
afuera y se oye cómo se da de golpes en la puerta.
ORTEGA: ¡Tengo el espíritu del puma, tengo el espíritu del puma dentro de mí, tengo el
espíritu del puma!
Se oye cómo la puerta cede y ORTEGA sale todavía gritando. Su voz se va perdiendo
lentamente. NEIRA yace en el piso, desangrándose por los talones. El LAJA, SEPÚLVEDA
y ZABALA observan todo, inmóviles, como si no lo creyeran. NEIRA queda solo.
APAGÓN
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