Seminario 5 Inmunología
Seminario 5 Inmunología
Seminario 5 Inmunología
Los parásitos: Son organismos muy peligrosos porque viven a expensas de los demás, es
decir, encima o dentro de otro organismo que los hospeda. Los parásitos privan de sus
nutrimentos, envenenan o destruyen los tejidos de sus huéspedes, al hacerlo además
de producir enfermedades diversas, causan desnutrición y como también se alimentan
de sangre, provocan anemia o sea la disminución de glóbulos rojos. Entre los más
comunes tenemos: Giardia intestinalis, Cyclospora cayetanensis, Toxoplasma gondii,
entre otros.
Quiste de Giardia
intestinalis (forma
infectante) con tinción
de lugol.
Por otro lado, el sistema inmunológico es una defensa natural que posee el organismo
ante los ataques de diferentes elementos patógenos, que causen daño al organismo.
Por medio de una serie de pasos, nuestro cuerpo combate y destruye organismos
infecciosos invasores antes de que causen daño. Este sistema es el encargado de
proteger al cuerpo de infecciones y enfermedades patógenas. Su función es, por tanto,
la de detectar agentes dañinos en el organismo protegiendo las células y tejidos para su
correcto funcionamiento.
La principal barrera de protección que posee el sistema inmunitario es la piel, las
mucosas, vías respiratorias y el ácido estomacal.
El proceso inmunológico funciona así: un agente infeccioso entra en el cuerpo. Quizá es
un virus de la gripe que entra por la nariz, o una bacteria que entra por la sangre cuando
nos pinchamos con un clavo. Nuestro sistema inmunológico está siempre alerta para
detectar y atacar al agente infeccioso antes de que cause daño. Sea cual fuere el agente,
el sistema inmunológico lo reconoce como un cuerpo ajeno. Estos cuerpos externos se
llaman antígenos. Y los antígenos deben ser eliminados.
La primera línea de defensa del cuerpo es un grupo de células llamadas macrófagos.
Estas células circulan por la corriente sanguínea y en los tejidos del cuerpo, vigilantes de
los antígenos.
Cuando un invasor entra, un macrófago rápidamente lo detecta y lo captura dentro de
la célula. Enzimas en el interior del macrófago destruyen al antígeno procesándolo en
pedacitos pequeños llamados péptidos antigénicos. A veces este proceso por sí solo es
suficiente para eliminar al invasor. Sin embargo, en la mayoría de los casos, otras células
del sistema inmunológico deben unirse a la lucha.
Pero antes de que otras células puedan empezar su trabajo, los péptidos antigénicos
dentro del macrófago se unen a moléculas llamadas antígenos de leucocitos humanos o
HLA. La molécula de HLA unida a al péptido, ahora llamada complejo antigénico, es
liberada del macrófago.
Células llamadas linfocitos de la clase T, pueden entonces reconocer e interactuar con
el complejo péptido antigénico-HLA que se encuentra en la superficie del macrófago.
Una vez que dicho complejo es reconocido, los linfocitos T envían señales químicas
llamadas citocinas. Estas citocinas atraen más linfocitos T. También alertan a otros
linfocitos, de la clase B, para que produzcan anticuerpos.
Estos anticuerpos se liberan a la circulación sanguínea para encontrar y unir más
antígenos, de tal forma que los invasores no se puedan multiplicar y enfermarle. En el
último paso de este proceso, una célula llamada fagocito se encarga de remover el
antígeno del cuerpo.
Sin embargo, a pesar de los variados dispositivos de protección que el hospedador
elabora en contra de la gran cantidad de antígeno que el agente infectante presenta,
este es capaz de sobrevivir por largo tiempo utilizando mecanismos de evasión que han
desarrollado a lo largo de su existencia.
Por ejemplo, la cronicidad de las infecciones parasitarias es una indicación de que el
sistema inmune (SI) es incapaz de erradicar al parásito, y esto se debe a que el invasor
posee los instrumentos para eludir la respuesta inmune (RI).
Un gran número de los distintos protozoarios pasan una parte o todo su ciclo vital como
parásitos dentro del hospedador vertebrado, incluyendo al humano. Una vez
establecidos, las diferentes especies de parásito presentan una gran habilidad para
suprimir y/o desviar la RI del hospedador de tal forma que la infección es finalmente
controlada y tolerada, pero no eliminada.
Es así que podemos mencionar el caso del Plasmodium Falciparum, que es un protozoo
parásito que causa malaria en humanos. Es transmitida por mosquitos Anopheles. Se
pueden observar diferentes fases evolutivas, en el mosquito Anopheles (donde se
reproduce el parásito), en el interior de los hepatocitos y en el interior de los glóbulos
rojos del hospedador humano. Es el único capaz de producir malaria cerebral. Causa la
muerte por coma y anemia. Invade cualquier tipo de eritrocitos y produce el paludismo
terciario maligno.
Fotografía microscópica
de Plasmodium
falciparum en la sangre
Microscopía (x256)
electrónica del parásito
Schistosoma.
Cápsula de
Streptococcus
pneumoniae
Colonias de Yersinia
enterocolitica creciendo en
una placa de agar XLD
De manera similar a los parásitos y a las bacterias, tenemos a los virus, que utilizarán
diversos métodos de defensa o escape, tales como:
a) Generación de epitopos T y B mutantes. Ej: VIH, gripe.
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HOLI MOM BALERIAH TQ <3
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REFERENCIAS
https://www.definicionabc.com/salud/patogeno.php
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1025-02552015000400014
http://www.ehu.eus/immunologia/iwiki/?4_Mecanismos_de_evasion_a_la_respuesta
_inmune_antibacteriana
https://analizacalidad.wordpress.com/2014/02/25/que-es-un-patogeno/
http://espanol.arthritis.org/espanol/salud-y-vida/su-cuerpo/sistema-inmunologico/
https://kidshealth.org/es/parents/immune-esp.html