La Eutanasia en Colombia
La Eutanasia en Colombia
La Eutanasia en Colombia
1. INTRODUCCIÓN
El derecho a la vida y a una muerte digna son dos temas disyuntivos que a lo largo de
la historia de la humanidad han dado lugar a un sinnúmero de debates morales, éticos,
sociales, culturales y políticos que de cierta forma ponen en tela de juicio las normativas
que deberían regir ambos conceptos, que aunque diferentes, van ligados hacia la vida como
derecho primordial y a la muerte digna como una necesidad legitima de los ciudadanos. A
partir de la década de los 60’s, con el surgimiento de la medicina desde una perspectiva
ética y el concepto de muerte encefálica, el morir se volvió un concepto ‘problemático’
según Veatch. Gracias a los principios de autonomía, la libre decisión, entre otros tópicos,
el derecho a decidir cuándo morir y recibir asistencia médica de calidad y especializada es
una obligación que debe ser garantizada por el marco legal territorial que corresponda.
Es de conocimiento común los escenarios de violencia armada que han tenido lugar en
el territorio colombiano durante toda su historia; en este sentido, el marco histórico de este
ensayo empieza desde la década de los 90’s donde Colombia atravesaba una profunda crisis
social e institucional en la que estaban involucrados distintos grupos al margen de la ley
como la guerrilla, paramilitares y hasta mismos integrantes del ejército nacional. Estas
continuas confrontaciones afectaron a pequeñas y grandes porciones de territorio,
llevándose consigo figuras sociales públicas, llevando al estado a una decadencia social que
además se vio apoyada en reformas neoliberales que sin duda quebrantaron el orden social.
Despenalización de la eutanasia.
A pesar de que la Corte ya había regulado sobre la materia se necesitaba de una ley o
una fuente de derecho formal, además de la sentencia expedida por la Corte Constitucional
en 1997, es por ello que a través de la sentencia T 970 de 2014 La Corte vuelve a tocar el
tema y desata una polémica por el contenido del mismo. La sentencia se da porque a través
de una acción de tutela, una persona usa el mecanismo de defensa contra una entidad
prestadora de servicio (EPS) porque esta se rehúsa a practicarle la eutanasia al paciente, el
enfermo terminal después de haber padecido la enfermedad a lo largo varios años interpuso
la acción de tutela para que se le realizará, el juez de primera instancia decidió no tutelar los
derechos a la paciente argumentado de que hasta esa fecha no existía un marco normativo, a
pesar de que se le había exhortado al Congreso a legislar sobre la materia este no pudo
sacar un proyecto de ley adelante. y que la sentencia de la Corte no era lo suficientemente
completa para establecer el protocolo que se debe realizar a la hora de hacer esta práctica,
además de que hacían falta documentos para determinar el estado de salud del paciente y
que la EPS no estaría violando derechos fundamentales sino por el contrario protegiendo el
derecho a la vida de la persona, el accionante de la tutela fallece por causas naturales pero
murió de la manera como ella argumenta indigna y esto no hubiera ocurrido si se le hubiera
concedido la práctica de la Eutanasia, la Corte lo da como daño consumado pero aun así se
expide el resto de la sentencia con ese hecho. La Corte Constitucional se pronuncia sobre
este fallo, e invita a universidades y otras entidades y asociaciones para formular cómo se
debería hacer esta práctica. Hay que resaltar dentro de esta sentencia como se trata la
práctica del Derecho a Morir dignamente, de tal manera que se fundamente esto,
reafirmando que la dignidad de la persona debe prevalecer y que se deben proteger sus
derechos, a pesar de que el principio de la vida no admite excepciones a la hora de ser
vulnerado, se debe respetar también la autonomía de la persona y lo que decida hacer; si
pide la ayuda de un tercero para poder poner fin a la misma debido a que se encuentra en
fase terminal, considerando que lo necesite. Se toma como referencia legislaciones de otros
Estados donde el derecho a morir dignamente se ha legalizado. Por ello la Corte revoca la
decisión tomada por el juez de primera instancia; ordena al Ministerio de Salud dentro de
treinta días, en esa fecha, emita una directriz y disponga todo lo necesario a hospitales,
clínicas, entidades prestadores de servicio de salud y otros centros de salud en general para
que hagan un comité interdisciplinario de cuál debe ser el protocolo para que los médicos
realicen la práctica de la Eutanasia (el derecho a morir dignamente); también exhorta otra
vez al Congreso de la República a legislar sobre el derecho a morir dignamente en
consideración con la sentencia expedida