Articulo Cientifico en Educacion PDF
Articulo Cientifico en Educacion PDF
Articulo Cientifico en Educacion PDF
F. Javier Murillo *1
Cynthia Martínez-Garrido 2
Guillermina Belavi 1
1 Universidad Autónoma de Madrid, 2 Universidad de Granada
¿Cuáles son las características que debe reunir un buen artículo de investigación
educativa? En este trabajo aportamos algunas sugerencias útiles para redactar
artículos que puedan ser publicados en revistas de impacto. Estas ideas surgen de
tres fuentes diferentes de información: nuestra experiencia como autores y editores
de revistas de investigación educativa, la revisión de otros textos con objetivos
análogos publicados en campos diferentes al educativo, y los resultados de un
estudio exploratorio de 20 textos ejemplares de investigación cuantitativa y
cualitativa (10 publicados en las revistas españolas de investigación educativa de
mayor prestigio, y otros tantos en revistas internacionales). A lo largo del artículo
aparecen recomendaciones y ejemplos que abarcan desde los pasos a seguir para
elaborar un artículo de investigación, cómo estructurar sus apartados, el estilo de la
escritura o el contenido de cada una de las partes que lo conforman diferenciando si
se trata de artículos cuantitativos y cualitativos, hasta aspectos a tener en cuenta
por los autores para buscar revistas de investigación donde publicar.
Descriptores: Investigación pedagógica, Ciencias sociales, Edición de textos,
Escritura, Educación.
What are the characteristics of good articles of educational research? In this paper,
we provide some useful suggestions for writing articles that can be published in
academic journals with high impact. This collection of ideas emerges from three
different sources: our experience as authors and editors of educational research
journals, the review of other texts with similar objectives published in fields rather
than education, and they come from the results of an exploratory study of 20
exemplary quantitative and qualitative’ research papers (10 published in the most
prestigious Spanish academic journals in the field of Educational Research, the
other 10 have been published in the international journals with the higher impact
factor). Throughout the article, it appears recommendations and examples that
include: steps to elaborate a research article, how to structure the paper in sections,
recommendations about the writing style of all the single sections of the paper
considering the quantitative and qualitative kind of paper, and different aspect to
consider in order to find the target journal to submit the paper.
Keywords: Educational research, Social sciences, Editing, Writing, Education
Introducción
No hay atajos. Un buen artículo de investigación científica es el resultado de una buena
investigación. Si no hay ésta, no puede haber aquel. Dicho esto, y sin perder todo su
significado, es posible matizar esta afirmación en muchas de sus aristas.
El artículo de investigación mantiene una relación dialéctica con la investigación de la
que surge, de tal forma que ambos se retroalimentan y refuerzan. De manera que pensar
desde el primer momento en el producto de la investigación –en el artículo– y en sus
exigencias de calidad puede hacer que nuestra investigación sea mejor. Por lo tanto, aquí
viene una buena sugerencia: pensad en la planificación del artículo casi desde el mismo
diseño de la investigación. El artículo es una parte inseparable de la investigación… En
investigación, lo que no está escrito no existe (y cada vez más, lo que no está escrito y
disponible en la web, no existe).
Pero también, aunque no está tan claro que una mala investigación pueda publicarse en
una excelente revista, por muy bien escrita que esté, si no somos capaces de estructurar
y redactar adecuadamente un artículo, seguro que no se llegará a publicar. Presentar las
ideas estructuradas, organizadas y bien escritas es una condición sine qua non para tener
un buen artículo que se publique en una buena revista de investigación.
Con este documento pretendemos aportar algunas sugerencias para escribir “buenos”
artículos que puedan ser publicados en revistas de análogas características. Para ello nos
basaremos en tres fuentes diferentes. Por una parte, en nuestra experiencia como autores
y editores de revistas de investigación educativa. Escribir mucho, que te den muchos
revolcones, y leer muchos artículos hacen que con el tiempo hayamos ido aprendiendo
algunas lecciones que queremos compartir. En segundo lugar, la revisión de otros textos
que tenían objetivos análogos a los nuestros, pero quizá menos centrados en educación1,
tanto clásicos (p.ej., Day, 1998; Unesco, 1983), como más actuales2 (Borja, 2014; Torres-
Salinas y Cabezas-Clavijo, 2013).
Pero también como novedad, hemos hecho un mínimo estudio exploratorio
seleccionando 20 textos (la mitad “nacionales”, es decir escritos en castellano y
publicados en una revista española, y otros diez “internacionales”) que podríamos
considerar como ejemplares, para extraer de su análisis algunas conclusiones útiles. Para
la selección de estos artículos se han utilizado unos criterios determinados. En primer
lugar, que sean “artículos de calidad”, publicados en una revista indexada en la base de
datos bibliográfica de ciencias sociales Social Sciences Citation Index (SSCI) del Journal
Citation Report –JCR– (ISI Web of Knowledge-WoK) dentro del área de investigación
“Education and Educational Research” y que hayan tenido, además, un buen número de
citas en el Web of Knowledge y en el Google Scholar. En el caso de los artículos
internacionales las revistas se ubican en el primer cuartil (Q1) del JCR. En segundo
lugar, que sean “artículos científicos” (de investigación empírica), de modo que se ha
evitado seleccionar artículos como ensayos y trabajos de metaanálisis que, por su
tipología, cuentan con características que hacen más compleja su comparación. Por
último, y para estudiar las diferencias de los artículos en función del enfoque
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REICE. Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación
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F. J. Murillo, C. Martínez-Garrido y G. Belavi
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REICE. Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación
Resultados: Son la parte esencial del artículo y, por ello, a la que más extensión
se le dedica, pues alcanza aproximadamente un 35% del total. Ello significa
que, si un artículo tiene 25 páginas, unas 9 estarían dedicadas a este apartado.
Discusión y Conclusiones: aproximadamente unas 4 páginas en un texto de 25,
es decir el 17%. Como veremos más adelante, un buen artículo se caracteriza
ineludiblemente por unas buenas conclusiones.
Referencias: 12%, lo que significa unas 3 páginas. Después lo abordaremos
detenidamente, pero esa extensión permite un número de referencias de entre
40 y 45, aunque como es lógico dependerá del artículo y su contenido.
Cuadro 1. Distribución del artículo en las partes que la conforman. En porcentaje
INTRODUC- DISCUSIÓN Y REFE-
MÉTODO RESULTADOS
CIÓN CONCLUSIONES RENCIAS
Nacionales
González-Falcón, Coronel-Llamas y 18,75 12,50 25,00 12,50 18,75
Correa-García (2016)*
Gutiérrez-García et al. (2011)** 14,29 21,43 25,00 25,00 14,29
Krichesky y Murillo (2017)* 13,16 10,53 28,95 31,58 15,79
Lozano Cabezas, Iglesias Martínez y 18,42 15,79 34,21 18,42 13,16
Martínez Ruiz (2014) *
Medina y Ballano (2015)* 13,64 18,18 40,91 15,91 11,36
Melendro, García Castilla y Goig 18,75 9,38 37,50 15,63 18,75
(2016) **
Miñano y Castejón (2011)** 21,15 9,62 28,85 17,31 23,08
Munita (2014)* 7,14 14,29 60,71 10,71 7,14
Murillo y Martínez-Garrido 22,50 30,00 27,50 10,00 10,00
(2013)**
Murillo y Román (2013)** 18,18 14,55 36,36 16,36 14,55
Promedio nacionales 16,60 15,63 34,50 17,34 14,69
Internacionales
Bakkenes, Vermunt y Wubbels 24,14 13,79 37,93 17,24 6,90
(2010)*
Garet et al. (2001)** 56,00 4,00 20,00 8,00 12,00
Goldring et al. (2015)* 12,50 25,00 37,50 12,50 12,50
Herbers et al. (2012)** 12,50 18,75 25,00 31,25 12,50
Hill, Rowan y Ball (2005)** 18,18 40,91 22,73 9,09 9,09
Johnson y Birkeland (2003)* 20,97 8,06 50,00 14,52 6,45
Sun et al. (2008)** 13,33 26,67 23,33 23,33 13,33
Volet, Summers y Thurman (2009)* 24,14 20,69 37,93 10,34 6,90
Watt y Richardson (2008)** 21,95 14,63 34,15 19,51 9,76
Windschitl y Sahl (2002)* 17,72 7,50 50,00 18,99 5,06
Promedio internacionales 22,14 18,01 33,92 16,48 9,45
Promedio arts. cualitativos 17,06 14,63 40,31 16,27 10,40
Promedio arts. cuantitativos 21,68 18,99 28,04 17,55 13,74
Promedio total 19,37 16,82 34,21 16,91 12,07
Notas: No se incluye página de título y resumen
*. Artículo con metodología cualitativa
** Artículo con metodología cuantitativa
Fuente: Elaboración propia.
Es interesante verificar en el cuadro 1 que la distribución es diferente en función del
método utilizado en los artículos. Efectivamente, en los textos que utilizan un enfoque
cualitativo, la necesidad de exponer los resultados con descripciones ricas y el uso de las
citas como evidencia científica hace que la extensión del apartado de Resultados tenga
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que ser considerablemente mayor. Así, entre los 20 artículos analizados, el promedio de
extensión de esta sección es del 41% en los 10 artículos cualitativos, mientras que de los
cuantitativos es del 28% (en páginas, 10 de los cualitativos frente a 7 de los
cuantitativos). Ello genera que el resto de las partes sea algo más breve.
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niñas, claro. Una revisión de los textos sobre el tema es imprescindible (p.ej.,
Calero, 1999; Instituto de la Mujer, 1989).
El genial escritor Haruki Murakami (2017) relata que para simplificar su estilo se
acostumbró a escribir el texto en un idioma que no manejaba bien, como es el inglés, y
luego traducía a su idioma, el japonés. Y no es el único, algo parecido hacia Samuel
Beckett que escribía en francés “porque así le resultaba más fácil escribir sin estilo”
(Knowlson, 1996, p. 324). Aunque es una buena estrategia, no es necesario llegar a esos
extremos, no olvidemos que en la comunicación científica la simplicidad y la precisión no
son una elección.
Pero también es importante que el artículo cuente una historia, un relato. Desde la
primera frase en la que atraemos la atención del lector o lectura con una idea impactante,
hasta la última línea donde cerramos el artículo con alguna expresión optimista,
acabando “en alto”, en las diferentes partes del texto se va presentando la información a
modo de historia, donde se van sucediendo acontecimientos hasta acabar con el
desenlace. Mantener un hilo argumental e ir presentando las ideas entrelazadas es una
buena sugerencia.
En todo caso, y aunque resulta una obviedad decirlo, es absolutamente fundamental que
en el momento de enviar a la revista el artículo esté pulido, sin erratas de ningún tipo.
Córdoba (2009) insiste en que el autor o autora debe “releer su texto varias veces para
asegurarse de que no quedaran incoherencias, datos sin suficiente análisis, texto sin
evidencia empírica o argumentos insuficientes y, sobre todo, que no haya errores de
composición o redacción” (p. 364).
En la actualidad, la práctica totalidad de revistas “de impacto” utilizan alguno de los
programas de antiplagio3 disponibles para detectar excesivas similitudes del artículo con
otros textos que se encuentran en internet. Sin entrar en las implicaciones éticas de
reprobable conducta si esta se produce deliberadamente (ver, por ejemplo, Shamoo y
Resnik, 2009), es una buena costumbre autoaplicarnos el programa al texto que
acabamos de finalizar. No porque hayamos copiado (entonces lo sabríamos), sino porque
en ocasiones, especialmente si hacemos varias publicaciones sobre un mismo tema, nos
repetimos de forma inintencionada (Roig, 2016); pero también si ha habido
descoordinación entre miembros del equipo de investigación. Pocas cosas hay más
desagradables que recibir un correo del editor o editora de la revista a la que acabamos e
enviar el texto, diciéndonos que ha sido rechazado por plagio. Como curiosidad, este
texto ha sido sometido a revisión por el programa Unplag y el mismo ha detectado un
18% de similitud con otros, generado por basarse en los 20 textos comentados, así como
por las citas textuales que incluye.
¿Por dónde empezamos? La respuesta a esta pregunta puede ser tan variada como
autores y autoras hay. Sin embargo, algunas recomendaciones pueden ser útiles para los
más noveles en este tema.
3 Entre los gratuitos, destacan Fair Share, Antiplagio, Copyscape, Plagium, Approbo, DOC Cop o Dupli Checker. Y entre
los de pago: Unplag, Turnitin/Ephorus o Complilatio.
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Pedagogía sólo permite que haya más de tres autores si se proporciona una razonada
explicación de ese hecho, debiéndose certificar en todo caso la colaboración intelectual de
todos los firmantes.
El artículo de Gustavo Silva (2005) titulado “La autoría múltiple y la autoría
injustificada en los artículos científicos” hace un interesantísimo estudio sobre el tema
que, aunque aplicado a las revistas médicas, es también útil en nuestro ámbito. Entre las
conclusiones que recoge señala:
Todos debemos estar conscientes de que los artículos multiautorales sobrecargan y
encarecen el sistema en diseminación de información científica; no siempre se
acompañan de un incremento en la calidad del contenido; pueden menoscabar el
valor de la autoría y, por último, a veces cruzan la frontera ética de la autoría
injustificada.
Por su parte, la autoría injustificada es la expresión más común de la autoría
irresponsable y actualmente está muy difundida. Representa una de las numerosas
consecuencias negativas de la obsesión por publicar a toda costa, la cual está
socavando a grandes pasos los fundamentos éticos en que debe basarse la
investigación científica. (Silva, 2005, p. 89)
Curiosamente, ahora que existe una mayor tendencia a preocuparse por el impacto, se
está revalorizando las autorías compartidas. Aún así, la decisión de cuántos son los
firmantes ha de ser asumida con responsabilidad y para ello sirven algunos criterios
consolidados en el ámbito de la investigación. Las directrices del Comité Internacional
de Editores de Revistas Médicas (ICJME, 2010) –el ya mencionado grupo de Vancouver–
señala la necesidad de que se cumplan de forma simultánea estos cuatro requisitos:
a) Hacer una contribución sustancial a la concepción y diseño del estudio, a la
obtención de los datos, o al análisis e interpretación de los mismos.
b) Redactar el artículo, o revisarlo críticamente realizando importantes
aportaciones al contenido.
c) Revisar y aprobar la versión final del trabajo, incluyendo las sugerencias de los
evaluadores.
d) Estar de acuerdo en ser responsable de todos los aspectos de la obra y así
garantizar que el trabajo fue realizado de manera precisa y con integridad.
De ahí que Silva (2005) insista en que sólo conseguir financiación o sólo recoger datos
no justifica que se considere como autoría.
¿Quién firma el primero? La respuesta debería ser sencilla: firma el primero quien más
hace. Sin embargo, es un tema que siempre genera conflictos. Para evitarlos, Andy
Petroianu (2002) diseñó un sistema de puntuación según la participación de cada uno de
los miembros del equipo en diferentes tareas que nos sirve como interesante sugerencia.
Según esta propuesta firmarán los integrantes que superen 7 puntos y el orden estará
determinado por el total que haya sumado cada uno de ellos (cuadro 2).
Torres-Salinas y Cabezas-Clavijo (2013) consideran que es mejor que se verbalice al
iniciar el artículo y no dejarlo para el final. Eso sí, el orden autoría se establecerá según
la implicación que finalmente haya demostrado cada firmante.
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Una sugerencia para su redacción es separar cada uno de los seis elementos que debe
contener (Introducción, Objetivos, Metodología, Resultados y Conclusiones) y
redactarlos independientemente… incluso con una extensión proporcionada. En el
cuadro 3 hemos hecho el análisis de un “buen” resumen. Esta sugerencia puede usarse
también para valorar la calidad de un resumen con vistas a su mejora.
Cuadro 3. Análisis del resumen de Krichesky y Murillo (2017)
Introducción:
La investigación ha demostrado que la colaboración docente es una condición
esencial para impulsar procesos de innovación y mejora en los centros educativos.
Sin embargo, no todo trabajo colaborativo estimula mejoras sustanciales en la
enseñanza o desarrolla la capacidad de innovación del profesorado.
Objetivo:
Por ello esta investigación pretende describir y comprender cuáles son las prácticas
colaborativas que pueden potenciar el aprendizaje del profesorado, generando así
mayor capacidad colectiva para implementar procesos de innovación y mejora
escolar.
Método:
Dada la naturaleza cualitativa de nuestra indagación, optamos por un estudio de
casos instrumental y de corte etnográfico en el que se analizan en profundidad dos
institutos de educación secundaria caracterizados por una acentuada cultura de
trabajo colectivo y procesos de innovación exitosos. Los datos se recogieron a través
de entrevistas semi-estructuradas, análisis de documentación y observaciones
participantes y no participantes.
Resultados:
Se encontró que la colaboración docente puede manifestarse a través de prácticas
ligadas a la coordinación, el desarrollo conjunto y la resolución de problemas. La
coordinación se asoma como una de las modalidades más débiles de trabajo
colaborativo: no requiere de valores compartidos, no genera sólidas relaciones de
interdependencia y no fomenta necesariamente el aprendizaje docente. El desarrollo
de proyectos interdisciplinarios y la resolución conjunta de problemas, en cambio,
demandan una fuerte interdependencia sobre la base de valores compartidos y se
asientan en intercambios con una gran potencialidad para generar nuevos
aprendizajes.
Conclusiones:
La investigación sobre la colaboración docente resulta estratégica de cara al cambio
en educación: entender qué hacen y de qué hablan los profesores cuando se reúnen y
qué impacto tienen estos intercambios en su capacidad de aprendizaje permitirá sin
dudas profundizar nuestro conocimiento sobre la innovación educativa y la mejora
escolar.
Fuente: Elaboración propia a partir de Krichesky y Murillo (2017).
Las palabras clave, por su parte, tienen como finalidad ayudar a que otros investigadores
e investigadoras puedan localizar el trabajo y a que éste se clasifique correctamente en
las bases de datos (Tous y Mattar, 2012). Llamadas palabras clave (keywords) o
descriptores, pueden tratarse de palabras únicas (Aprendizaje, Docencia, Acoso…) o
frases cortas (lexemas) como “Coordinación de la educación” o “Democratización de la
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4 http://vocabularies.unesco.org
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Entre los 20 artículos analizados el número de trabajos citados en el Marco teórico varía
desde 11 a más de 70. La diferencia en la cantidad de referencias utilizadas varía según el
criterio establecido para seleccionar los trabajos revisados. De modo que este criterio es,
en definitiva, lo que habrá de guiar la cantidad de trabajos que hayan de citarse, por ello
es muy importante definirlo de manera consiente y según las necesidades que dicte la
investigación.
Como último apunte sobre la escritura del Marco teórico señalamos la importancia de
que los autores cumplan con los principios éticos de la narración, como ser el cotejo de
los datos revisados, el reconocimiento de la autoría de cada aportación o la precisión y
exactitud en la narración (Boyd et al., 2013; Swales y Najjar, 1987).
8. Objetivos
Los objetivos son el elemento nuclear de nuestra investigación. En esencia, una buena
investigación consiste en identificar unos objetivos relevantes y darles una respuesta
adecuada. Esto implica que los objetivos de investigación sean significativos, pero
además que estén bien formulados y correctamente presentados en el artículo, tanto en
términos de estilo y redacción como en la ubicación dentro del texto. Si logramos
comunicar correctamente los objetivos de nuestra investigación, será más fácil que otros
consideren la calidad de nuestro trabajo de investigación y facilitaremos al lector la
comprensión del artículo.
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9. Método
La experiencia nos dice que es prácticamente inevitable que los evaluadores de un
artículo hagan comentarios sobre el apartado de Método y los revisores quieran más y
más información. Y es legítimo: uno de los objetivos de las publicaciones es someter la
investigación a la revisión de la comunidad científica y para ello es imprescindible
aportar la máxima información acerca de cómo se han alcanzados los resultados. Este
ejercicio de transparencia exige, por tanto, que sea un apartado extenso. Tanto que
podemos decir que su extensión es una de las características de los buenos artículos.
Como señalamos anteriormente, una extensión razonable del apartado de Método ocupa
entre 15% y 19% del total del artículo. Para un texto de 25 páginas, eso supone unas
cuatro hojas. En el estudio que hicimos revisando 20 “buenos” artículos encontramos que
este apartado es más largo en los artículos internacionales (publicados en revistas JCR
del Q1) que en los nacionales y más extenso en los artículos cuantitativos que en los
cualitativos.
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En cuanto a su contenido, es imprescindible que sigan unas pautas muy estrictas, tanto
en aspectos a tratar, como en orden. Estas pautas son algo diferentes para los artículos
cuantitativos y los cualitativos, aunque en ambos casos se trata de responder a las
siguientes preguntas: a) ¿Cómo vais a alcanzar los objetivos?, b) ¿Qué, concretamente,
habéis estudiado?, c) ¿Quién os aportó información? d) ¿Cómo la habéis obtenido?, e)
¿Cómo fue el proceso de recogida de informaciones?, y f) ¿Cómo las habéis analizado?
En los artículos cuantitativos, el apartado de Método ha de tener los siguientes
subapartados:
1. Enfoque metodológico
2. Variables
3. Muestra y muestreo
4. Instrumentos de obtención de información
5. Trabajo de campo
6. Análisis de datos
En un artículo de carácter cualitativo, estos contenidos varían:
1. Enfoque metodológico (y si es un Estudio de caso, detallar las características del
caso)
2. Categorías de análisis
3. Participantes
4. Instrumentos de obtención de información
5. Trabajo de campo
6. Análisis de datos
Últimamente suele incluirse también, en ambos tipos de artículos, una breve reflexión
sobre criterios de calidad e implicaciones éticas.
10. Resultados
El apartado más extenso de nuestro artículo es el que presenta los hallazgos de la
investigación. Se señalaba anteriormente que prácticamente la tercera arte de la
extensión del artículo se dedica a los resultados, porcentaje que llega al 40% en los
trabajos que utilizan un método cualitativo (cuadros 6 y 7).
Un aspecto muy importante es decidir con anticipación cómo vamos a presentar esos
datos (en forma textual, con cuadros5, diagramas o gráficos) y cuidar que los recursos
para la presentación se ubiquen en el lugar exacto a fin de que el lector comprenda
correctamente el mensaje. Los datos, como materia prima, han de ser expuestos clara y
precisamente como resultados de la investigación. Deben ser originales, impactar al
lector y deben aportar nuevas ideas. Además, se sugiere destacar en el artículo los
hallazgos más importantes.
5 Por influencia del idioma inglés, últimamente se usa más "tabla" que "cuadro", aunque en realidad no tienen
el mismo significado. Una tabla es un tipo de cuadro donde se colocan datos para facilitar el cálculo. Para un
artículo, lo correcto sería hablar de cuadros.
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Utilizar cuadros y gráficos permitirá exponer los Resultados de manera concreta y con
detalle. Es importante que la información que contengan no sea redundante o repetitiva
con respecto a la que aparece en el texto. Entre los artículos cuantitativos es más
habitual que se utilicen cuadros frente a los gráficos para exponer los resultados de la
investigación. Según Wainer (1997), los cuadros que comunican datos cuantitativos
deben estar organizados de manera que su significado sea obvio, enfatizando en las
distintas características de los datos.
Cuadro 7. Análisis del apartado de Resultados. Artículos cualitativos
Nº DE GRÁFICOS,
Nº DE Nº DE CITAS
CUADROS O
APARTADOS TEXTUALES
ILUSTRACIONES
Nacionales
González-Falcón, Coronel-Llamas y
2 8 0
Correa-García (2016)
Krichesky y Murillo (2017) 2 12 1
Lozano Cabezas, Iglesias Martínez y
3 29 3
Martínez Ruiz (2014)
Medina y Ballano (2015) 5 2 0
Munita (2014) 4 15 5
Internacionales
Bakkenes, Vermunt y Wubbels (2010) 3 23 6
Goldring et al. (2015) 2 16 2
Johnson y Birkeland (2003) 10 76* 2
Volet, Summers y Thurman (2009) 3 6 2
Windschitl y Sahl (2002) 2 86* 0
Nota: * Los autores combinan el uso de citas largas (más de 40 palabras) con una gran cantidad
de citas breves en el cuerpo del texto.
Fuente: Elaboración propia.
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Las conclusiones también son el sitio adecuado para exponer las principales limitaciones
de la investigación realizada. Se ha mencionado que la labor investigadora es
esencialmente humilde, esto también implica reconocer aquellos puntos débiles del
trabajo, cuestiones que, planteadas de manera distinta, podrían haber resultado de mejor
provecho. Además de ser una cuestión de honestidad, estas aclaraciones pueden
convertirse en recomendaciones para otros autores que estén abordando estudios de
contenido o metodología similar. Además, muchas veces la perspicacia de estos
planteamientos demuestra el dominio de la labor investigadora casi tan bien como los
aciertos del trabajo. De los 20 artículos analizados comprobamos que 14 (6 nacionales y
8 internacionales) mencionan las limitaciones de su estudio en las conclusiones (cuadro
8).
Por último, las conclusiones del artículo también son un buen sitio para sugerir futuras
investigaciones en línea con los hallazgos realizados. De esta manera se ofrecen ideas al
lector y se demuestra la proyección investigadora de los autores. Así lo hacen 18 de los
20 artículos analizados (cuadro 8).
12. Referencias
Solo revisando las referencias de un artículo es posible saber si los autores manejan el
tema y están actualizados, cuáles son sus lecturas, sus lagunas y hasta, casi, sus
afinidades ideológicas. Las referencias son un elemento esencial del artículo, tanto que es
imprescindible revisarlas al final, no solo para verificar que todas las referencias citadas
en el texto estén en el apartado final, también para ver qué imagen da.
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¿Cuántas referencias citar? Las que se necesiten, claro, pero sin excederse. Al principio
hablamos de unas tres páginas de referencias para un artículo de 25 páginas de
extensión. En el cuadro 9 hemos contado cuántas referencias tienen cada uno de los 20
artículos de nuestro estudio y las cifras indican que la media es, como habíamos
anticipado, de 45 referencias. Curiosamente es la misma cantidad en los artículos
nacionales y en los internacionales. Sin embargo, en los que tienen un enfoque
metodológico de tipo cuantitativo el número de citas es mucho mayor (56) que en los
que trabajan con un enfoque cualitativo (33).
Cuadro 9. Número de referencias utilizadas en función de sus años de antigüedad
≤5 6 - 10 11 - 15 16 - 20 ≥ 21
TOTAL
AÑOS AÑOS AÑOS AÑOS AÑOS
Nacionales
González-Falcón, Coronel-Llamas y
Correa-García (2016)*
10 10 7 1 2 30
Gutiérrez-García et al. (2011)** + 19 21 18 2 10 70
Krichesky y Murillo (2017)* 15 9 10 0 6 40
Lozano Cabezas, Iglesias Martínez y
Martínez Ruiz (2014) *
23 13 8 3 0 47
Medina y Ballano (2015)* 11 4 4 1 3 23
Melendro, García Castilla y Goig
(2016) **
33 3 6 0 0 42
Miñano y Castejón (2011)** 40 27 16 11 4 98
Munita (2014)* 5 3 4 0 1 13
Murillo y Martínez-Garrido
(2013)**
11 8 6 0 3 28
Murillo y Román (2013)** 15 10 9 5 9 48
Promedio nacionales 18,2 10,8 8,8 2,3 3,8 43,9
Internacionales
Bakkenes, Vermunt y Wubbels
(2010)*
33 11 3 1 4 52
Garet et al. (2001)** 35 16 5 0 0 56
Goldring et al. (2015)* 18 2 1 0 0 21
Herbers et al. (2012)** 18 11 3 1 0 33
Hill, Rowan y Ball (2005)** 19 7 8 10 16 60
Johnson y Birkeland (2003)* 17 3 6 3 5 34
Sun et al. (2008)** 23 20 18 9 6 76
Volet, Summers y Thurman (2009)* 19 6 5 1 2 33
Watt y Richardson (2008)** + 19 18 8 3 6 54
Windschitl y Sahl (2002)* 18 10 4 4 2 38
Promedio internacionales 21,9 10,4 6,1 3,2 4,1 45,7
Promedio arts. cualitativos 16,9 7,1 5,2 1,4 2,5 33,1
Promedio arts. cuantitativos 23,2 14,1 9,7 4,1 5,4 56,5
Promedio total 20,0 10,6 7,4 2,7 3,9 44,8
Notas: La revista no ha publicado la fecha de recepción del artículo por lo que se toma como
+
27
F. J. Murillo, C. Martínez-Garrido y G. Belavi
Las exigencias a seguir en el apartado de referencias son tres: a) usar el formato APA6 en
su última edición, salvo que en la revista tengan sus propios criterios, b) indicar los DOI
en los artículos o textos que lo tengan (para ello, la página de “Crossref”7 es una ayuda
imprescindible), y c) cuidar que no haya citas (textuales o no) que no están en las
referencias, ni referencias que no están en el texto.
Junto con esas exigencias hay otras sugerencias para que tengamos unas buenas
referencias en el artículo. En primer lugar, que sean recientes. En el cuadro 9 se ha
distribuido las referencias en función de su año e impresiona verificar que el 45% tiene
menos de 5 años de antigüedad respecto a la fecha de envío del artículo a la revista y el
70% tiene menos de 10 años. Un buen criterio de revisión antes de dar el artículo por
concluido es, entonces, verificar las fechas de nuestras referencias.
Una segunda sugerencia es que “la mayoría” de las referencias sean de artículos de
investigación y, en la medida de lo posible, de buenos artículos. Ello implica intentar que
los textos citados estén publicados en revistas de impacto. Un artículo que no cita
buenas investigaciones difícilmente podrá tener un buen marco teórico o una discusión
de calidad. Ello nos lleva también a la necesidad de citar artículos escritos en lengua
inglesa. Hoy por hoy, nos guste o no, la mejor literatura se publica en inglés, si no
usamos artículos publicados en ese idioma casi con toda seguridad nos perderemos
textos relevantes.
Es preciso conocer y citar los textos y las personas que son referencia en la investigación
de nuestro tema, tanto en el contexto internacional como en nuestro propio contexto,
independientemente de nuestra afinidad ideológica o sintonía personal pues así lo exige
la honestidad intelectual. También es recomendable con vistas a tener más éxito en la
publicación, citar artículos de la revista a la que estemos enviando los artículos. Algunas
lo piden expresamente, y nada nos cuesta hacer una búsqueda previa.
28
REICE. Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación
8 http://thecostofknowledge.com/
29
F. J. Murillo, C. Martínez-Garrido y G. Belavi
Cuadro 11. Listado de mejores revistas nacionales en el área de Education & Educational
Research en la base de datos Journal Citation Report
Queremos finalizar esta humilde aportación con una reflexión acerca de la relación entre
la publicación de la investigación y el para qué de la misma. Investigamos en Educación
para cambiar una realidad que nos rodea y que nos duele; investigamos para que se
tomen mejores decisiones en la política educativa, en el centro docente o en el aula;
investigamos para construir una mejor sociedad a través de una mejor educación.
Si, como decía Freire, la educación es siempre un quehacer político, la investigación
educativa también es un acto profundamente político. Qué investigamos, para qué, para
quién, con quién, cómo… y cómo difundimos sus resultados son decisiones que reflejan
nuestra visión de qué queremos cambiar y hacia dónde, y con ello nuestra visión de
sociedad. También cómo y por qué medios difundimos lo hallado. A estas alturas no
haremos alegato en contra de las bases de datos de revistas de carácter comercial, pero sí
acerca de la necesidad de publicar en revistas de alto impacto pero también en otro tipo
de publicaciones y medios de comunicación que acerquen nuestro trabajo a la comunidad
educativa. En nuestras manos está aportar alguna idea para hacer una mejor educación
para una mejor sociedad, pensar en formas de difundir los resultados de nuestro trabajo
que contribuya a ello, también está en nuestras manos.
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REICE. Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación
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F. J. Murillo, C. Martínez-Garrido y G. Belavi
Cynthia Martínez-Garrido
Investigadora postdoctoral Juan de la Cierva. Doctora en Educación por la Universidad
Autónoma de Madrid. Miembro del Grupo de Investigación "Cambio Educativo para la
Justicia Social (GICE)" (http://www.gice-uam.es). Miembro de la Red RILME-Red de
Investigación sobre Liderazgo y Mejora Educativa (http://rilme.gice-uam.es/) y de la
Red RINACE-Red Iberoamericana de Investigación sobre Cambio y Eficacia Escolar
(http://www.rinace.net/). Editora de tres revistas de investigación educativa: “REICE.
Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación”, “Revista
Internacional de Educación para la Justicia Social (RIEJS)” y “Revista Latinoamericana
de Educación Inclusiva”. Página web: www.cmartinezgarrido.es. ORCID ID: 0000-0001-
7586-0628. Email: cynthialme@gmail.com
Guillermina Belavi
Licenciada en Ciencia Política por la Universidad Nacional de Rosario (Argentina),
actualmente realiza el Doctorado en Educación en la Universidad Autónoma de Madrid
gracias a un contrato pre-doctoral de Formación de Personal Investigador (FPI-UAM).
Es miembro del grupo de investigación “Cambio Educativo para la Justicia Social”
(GICE), colaboradora del Instituto de Derechos Humanos, Democracia, y Cultura de
Paz (DEMOSPAZ) y miembro de la Red de Investigación sobre Liderazgo y Mejora
Educativa (RILME). ORCID ID: 0000-0002-6471-7583. Email:
guillermina.belavi@uam.es
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