Posición Derecho Civil
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FUENTE DE OBLIGACIONES:
De acuerdo a la teoría clásica son el contrato (que es un acto que crea obligaciones
con el acuerdo de las partes), el cuasicontrato (que es un hecho voluntario y lícito en
el que no hay acuerdo entre las partes intervinientes por ejemplo la agencia oficiosa),
el delito (hecho ilícito con la intención de causar daño) y el cuasidelito (que es un
hecho ilícito que sin intención de causar daño por la imprudencia del sujeto debe ser
resarcido).
Según Joserrand son: los actos jurídicos (comprendidos por los contratos y actos
unilaterales de voluntad), el enriquecimiento ilícito (sustituye al cuasicontrato, “ocurre
cuando hay un enriquecimiento de un patrimonio, sin justa causa, a costa de otro que
sufre un empobrecimiento y sin una acción específica en la ley para recuperar lo
perdido. Aquí se incluyen la gestión de negocios ajenos y el pago de lo no debido) ,
los actos ilícitos (delito y cuasidelito) y la ley (como fuente de obligaciones en el caso
del usufructo legal de los padres de familia)
De acuerdo a la Doctrina actual son fuentes de las obligaciones: el acto jurídico, los
hechos jurídicos lícitos e ilícitos y ciertos estados o situaciones de hecho o derecho
que engendran obligaciones.
FUENTE:
Contrato: “acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer
alguna cosa” (Art. 1495 Código Civil Colombiano). Ejemplos: contrato de compraventa,
contrato de mutuo y contrato laboral.
Cuasidelito: “hecho culpable, pero cometido sin intención de dañar” (Art. 2302 Código
Civil Colombiano). Ejemplo: el médico que por actuar negligentemente causa un daño
a su paciente o el conductor que atropella al peatón sin la intención de causarle un
daño.
Ley: Acto por el cual el Estado por ministerio de la ley obliga a una o más personas.
Ejemplos: pago de impuestos, obligaciones alimenticias y obligaciones que emanan de
las guardas.
TÍTULO:
Es la realización de una de las fuentes de las obligaciones, el título faculta a una persona para
la adquisición de los derechos reales. (Cabra, 2005). Como se explicará más adelante en
algunos casos el título y el modo se pueden confundir.
MODO
Accesión: El dueño de una cosa se hace dueño de lo que ella produce y de lo que a ella se
adjunta. Implica la unión de dos o más cosas, de diferentes dueños formando un todo
indivisible.
Tradición: Consiste en la entrega que el dueño hace de la cosa a otro, habiendo por una parte
la intención de transferir y por la otra la intención de adquirir.
Sucesión por causa de muerte: Es el hecho jurídico mediante el cual el patrimonio del
causante, previo el trámite de la liquidación herencial, judicial o notarial, se transfiere a
quienes de una u otra forma entran en la condición de sucesores.
Prescripción: Mediante este modo, se adquieren los derechos reales con base en la posesión
quieta, pacífica e ininterrumpida de las cosas.
Teoría Alemana:
La teoría alemana no se enfoca en la teoría del título y modo como tal, sino que plantea un
sistema ajustado a las fuentes romanas y acudiendo a Savigny. En este sistema, la
transmisión del derecho de dominio se produce cuando concurren los siguientes dos
elementos: el primero, el acuerdo traslativo abstracto, que hace referencia a la voluntad de la
persona que transfiere y de la persona que adquiere y el segundo, para la adquisición de
inmuebles, la inscripción en el registro y, para los muebles, la transmisión efectiva de la cosa.
(Cabra, 2005) dicho en otras palabras, para esta teoría lo esencial es el modo de adquirir el
derecho de dominio y el título pierde importancia.
Teoría Francesa:
Al igual que la teoría alemana, deja de lado la teoría de título y modo como tal y le da
prevalencia al consentimiento de las partes para transferir el derecho de dominio de un
patrimonio a otro sin que se tenga que entregar la cosa efectivamente. En ese orden de ideas,
la tradición no es un modo de adquirir el dominio como tal, sino que se reduce a la ejecución
de la obligación del vendedor de poner a disposición del vendedor la cosa. Haciendo un
paralelo con la teoría alemana, la importancia se la dan al título y el modo no es esencial para
transferir el derecho de dominio.
Teoría Colombiana:
No hay un consenso en este tema de afirmar que en algunos modos de adquirir el dominio, la
fuente y el título es la misma ley. Con lo anterior se estaría afirmando que la ley siempre es la
causa remota de cualquier derecho subjetivo, dado que todos los hechos o actos jurídicos
están fundamentados en la ley. En este orden de ideas los 5 modos de adquirir el dominio (la
ocupación, la accesión, la prescripción, la tradición y la sucesión por causa de muerte) la ley
sería el mismo título teniendo en cuenta que en nuestro ordenamiento jurídico son fuentes en
general de efectos jurídicos.
Si se sostuviera lo anterior, se diría que solo los modos derivativos de adquirir el derecho de
dominio y como excepción la tradición, es aplicable la teoría de título y modo. Y por lo tanto en
los modos originarios o constitutivos, sería suficiente con el modo para transferir el derecho
real y el título no sería necesario. Lo anterior teniendo en cuenta que en el artículo 745 del
Código Civil se sostiene que “para que valga la tradición se requiere un título traslaticio de
dominio como el de venta, permuta, donación...”, aclaración que no aparece en los otros
modos de adquirir la propiedad.
CLASES DE TÍTULOS:
Constitutivos o traslaticios: el título traslaticio es aquel título del cual emanan obligaciones
cuya prestación consista en dar, es decir, en trasladar un derecho real. Ejemplo: venta,
permuta o donación entre vivos El título constitutivo u originario es aquel que produce al
mismo tiempo la adquisición del dominio y la posesión. (Brito). Ejemplos: ocupación, accesión
y prescripción.
Justos o injustos: el justo título debe cumplir con los requisitos de existencia y validez de
cualquier negocio jurídico (Jaramillo, 2005). Este es constitutivo o traslaticio (Art. 765 Código
Civil Colombiano). El injusto título es aquel que carece de validez o existencia o de los dos.
Ejemplo, el falsificado o el que adolece de un vicio de nulidad.
Gratuitos u onerosos: el título gratuito es aquel que no implica una carga económica para el
adquirente, mientras que el oneroso si. (Ministerio.de.Ambiente)
CLASES DE MODOS:
Hay algunos modos de adquirir el dominio mediante los cuales se pueden adquirir otros
derechos reales diferentes. Sin embargo, la ocupación y la accesión son figuras que por su
naturaleza están dirigidas únicamente a un modo de adquirir el derecho real de propiedad.
Según el artículo 685 del Código Civil Colombiano por la ocupación “se adquiere el dominio de
las cosas que no pertenecen a nadie, y cuya adquisición no es prohibida por las leyes o por el
derecho internacional”. Y según el art. 713 del Código Civil “la accesión es un modo de
adquirir por el cual el dueño de una cosa pasa a serlo de lo que ella produce o de lo que se
junta a ella”.
Cada uno de los modos de adquirir el derecho real de propiedad son instituciones jurídicas
diferentes y fueron concebidas y dirigidas para casos particulares. Es por esta que cada una
tiene características determinadas, haciéndolas diferentes a las demás en el modo de adquirir
el dominio. Aunque hayan equivalencias y similitudes en los diferentes modos, para cada caso
sólo hay un modo idóneo para adquirir el derecho de dominio. Cabe resaltar los conceptos y
requisitos de cada uno de estos modos de adquirir el dominio en el Código Civil. Según el
artículo 685 del Código Civil Colombiano por la ocupación “se adquiere el dominio de las
cosas que no pertenecen a nadie, y cuya adquisición no es prohibida por las leyes o por el
derecho internacional”. Mientras que según el art. 713 del Código Civil “la accesión es un
modo de adquirir por el cual el dueño de una cosa pasa a serlo de lo que ella produce o de lo
que se junta a ella”. En estos dos primeros ya se ven claramente las diferencias. Además,
según el artículo 2512 del C.C. “la prescripción es un modo de adquirir las cosas ajenas, o de
extinguir las acciones o derechos ajenos, por haberse poseído las cosas y no haberse ejercido
dichas acciones y derechos durante cierto lapso de tiempo, y concurriendo los demás
requisitos legales”, en este se reconoce que hubo o hay un propietario, derecho ajeno,
mientras que en la ocupación se hace referencia a cosas de nadie.
En los modos de tradición y sucesión por causa de muerte la diferencia radica en el acuerdo
de voluntades de las partes. En el primer modo mencionado es necesario que concurran la
voluntad de quien va a transferir el derecho de dominio y la voluntad de quien va a adquirirlo
como está estipulado en el art. 740 del C.C “La tradición es un modo de adquirir el dominio de
las cosas, y consiste en la entrega que el dueño hace de ellas a otro, habiendo por una parte
la facultad e intención de transferir el dominio, y por otra la capacidad e intención de adquirirlo.
Lo que se dice del dominio se extiende a todos los otros derechos reales.”, mientras que en el
segundo modo, no se requiere ese concurrencia de voluntades, dado que es un acto
unilateral, en el que una persona decide transferir el derecho de propiedad sin la necesidad de
que el beneficiario acepte previamente.1 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria, M.P
Pedro Lafont Pianetta, 9 de junio de 1999, Referencia: Expediente N 5265.
Bibliografía
Velez, F. Derecho Civil
Ventura, G. B. Dinámica de la Constitución de los Derechos Reales y su Repercusión Registral.
Brito, A. G. Revista de Derecho. Valparaíso.
Cabra, W. A. (2005). Adquisición del derecho de propiedad por la aplicación del principio de buena
fe. Bogotá.
Jaramillo, F. J. (2005). Derecho Civil Bienes II: posesión y prescripción adquisitiva. Bogotá: Leyer.
Ministerio.de.Ambiente, V. y. Inmobiliaria, Saneamiento y Titulación de la Propiedad Pública.
Publicado 13th November 2012 por Lina M. Jaime
DEFINICIÓN
La posesión es la tenencia de una cosa determinada con ánimo de señor o dueño, sea que
el dueño o el que se da por tal, tenga la cosa por sí mismo, o por otra persona que la tenga
en lugar y a nombre de él. El poseedor es reputado dueño, mientras otra persona no
justifique serlo. (Código Civil. Art 762)
Para nuestra legislación, la posesión es un hecho aunque por sus consecuencias jurídicas
participa de ser un derecho. Los interdictos posesorios amparan ese estado y evitan que el
verdadero dueño de la cosa se haga justicia por su propia mano. No se transfiere, ni se
transmite, en otros términos, el poseedor inicia una posesión propia no adquirida de su
antecesor aunque voluntariamente pueda agregarla conforme lo permite el ART 2531 del
C.C.
.
Si fuera un derecho se permitiría su transferencia y estuviera enumerada como tal dentro
de los derechos reales. Se suma por el tiempo. Cuando se protege al poseedor se está
protegiendo un presunto propietario.
ELEMENTOS:
En el derecho civil colombiano para que pueda hablarse de posesión se requiere que haya
corpus y ánimus y como consecuencia de estos dos elementos se desprende también la
necesidad de existir otros dos elementos: un poseedor capaz de tener ánimus, y una cosa
determinada, singular o plural susceptible de ser poseída. Estos son los elementos propios
de la posesión y son los que permiten su existencia; la falta de cualquiera de ellos impide
el nacimiento de la posesión y el de su subsistencia.
Corpus: Son la cosa misma y la relación de hecho material o inmaterial que se tiene sobre
ella. El corpus se manifiesta por el ejercicio de los actos de señor y dueño ejecutados por
el poseedor sobre la cosa poseída. Todo el conjunto de actos que ejerce el poseedor de
manera continuada constituyen el corpus y hacen notorio ese elemento ante los terceros
que aprecian la conducta del poseedor y lo tienen por eso como verdadero dueño del bien
mientras dura la posesión. El corpus en la posesión se hace algo real con actos tales como
los descritos en el artículo 981: “Hechos positivos de aquellos a que sólo da derecho el
dominio, como el corte de maderas, la construcción de edificios, la de cerramientos, las
plantaciones o sementeras, y otros de igual significación, ejecutados sin el consentimiento
del que disputa la posesión”. Pero no es necesario que cuando se trata de una cosa
corporal la tenencia material de la cosa poseída la tenga el poseedor para que exista el
corpus en la posesión, ya que el poseedor, para ser tal, puede ejercer los actos de dominio
directamente o por otra persona que lo tenga en lugar y a nombre de él. (art 762). La
posesión también se puede tomar y ejercer mediante un mandatario (art 781), o mediante
un título de mera tenencia otorgado por el poseedor al tenedor.
La posesión consiste en el ejercicio de actos de señor y dueño, por lo anterior solo pueden
poseerse los bienes susceptibles de propiedad privada adquiribles por la usucapión, vale
decir, las cosas que están en el comercio (art 2518). No pueden poseerse los bienes no
apropiables por los particulares como los de uso público (art 2518). El código civil en su
artículo 762 dice que la posesión es la tenencia de una cosa determinada con ánimo de
señor y dueño, no significa esta norma que sólo puede ejercerse posesión sobre cosas
singulares, pues también pueden poseerse cuotas-partes determinadas proindiviso en una
cosa singular. Tampoco se limita la posesión a cosas corporales, pues según el artículo
776, las cosas incorporales también pueden poseerse. Sólo importa, entonces, para poder
poseer una cosa que, con respecto a ella, el poseedor pueda ejercer hechos positivos de
aquellos a que sólo da derecho el dominio en cualquier forma imaginable, siempre que no
esté prohibido por la ley ejercer tales actos sobre el bien concreto que se pretende
poseer. (Arteaga Jaime)
Sostenida por Savigny, ésta teoría parte de la base fundamental de considerar que se está
en posesión de una cosa cuando se tiene la facultad, no solo de disponer físicamente de la
misma, sino de defenderla de toda acción extraña.
Para que exista posesión, según ésta doctrina, es necesario la presencia de dos elementos,
el objetivo (corpus) que es definido como la posibilidad física de disponer de la cosa con
exclusión de otra persona, y el subjetivo (animus domini) que la misma doctrina
caracteriza en tener la cosa para sí, sin reconocer en otra persona un derecho de
propiedad, es decir, en tratar las cosas como propias.
Pero advierte que en muchos casos la adquisición de la posesión se produce sin que
promedie un contacto físico. Quien tiene la posibilidad de tomar una cosa colocada
delante suyo, está en la misma condición de quien realmente la hubiera asido.
OBJETIVA (IHERING)
Ihering sostiene que la teoría subjetiva no es verdadera y lanza su mayor crítica contra la
exigencia y caracterización del animus domini, el cual por su difícil prueba complica
notablemente la aplicación y defensa de la posesión.
Dice esta teoría que si la posesión tiene dos elementos, quien alega tenerla tendrá que
demostrar la presencia de ambos; si bien el elemento objetivo no ofrece dificultades
mayores, el elemento subjetivo resulta de difícil prueba y puede variar sin que se
manifieste en signos exteriores. Por eso Ihering lo reputa impracticable.
El autor opone lo que se llama teoría de la voluntad abstracta, según la cual, en lugar de
que en cada caso sea necesario determinar y probar cuál es el ánimo o la intención del
sujeto, para determinar si existe posesión o detención, basta establecerla en base a la
naturaleza de la relación que sirve de sustento o antecedente. Por ejemplo: en vez de
indagar si tal locatario tiene la cosa con animus detinendi, la ley ya lo debe presumir en
virtud del ánimo que existe en el arrendatario tipo (en abstracto). La ley no debe tener en
cuenta la voluntad individual sino la voluntad abstracta.
En estos términos, la teoría objetiva considera que la voluntad del sujeto que posee no
tiene importancia o es indiferente. En todos los casos en que se den las condiciones
exteriores de la relación posesoria existe posesión, a menos que la ley le niegue la
existencia por mediar una causa detentionis.
Los principales efectos de esta teoría radican en la carga de la prueba, que ya no la sufre el
poseedor. Aquel que pretenda negarle a una persona su carácter de poseedor deberá
demostrar
VENTAJAS DE LA POSESIÓN:
a) El poseedor se presume dueño. En la parte final del artículo 762 del Código Civil se
contempla esta presunción meramente legal, que debe desvirtuar procesalmente
quien alegue propiedad sobre el bien. En otras palabras: el poseedor no corre con la
carga de la prueba, sus actos materiales lo presumen dueño y quien desee destituirlo
de la cosa debe demandar y anexar a la demanda la prueba de la propiedad.
b) La posesión conduce a la adquisición del dominio por prescripción. Un poseedor
regular requiere de 5 años para adquirir bien inmueble, y 3 años para mueble.
(Prescripción ordinaria). Un poseedor irregular requiere un término de 10 años bienes
muebles o inmuebles. (Prescripción extraordinaria).
c) El poseedor es titular de acciones reales. Estas acciones, que sirven para recuperar la
explotación material que ha venido desarrollando sobre el bien, se llaman
posesorias (art. 972 C.C.), pero son exclusivas de los bienes raíces. También puede
entablar acción de perturbación y despojo del artículo 984 del Código y la acción
publiciana, si es poseedor regular (art. 951 C.C.).
d) El poseedor vencido puede cobrar mejoras. Dado que por el modo de la accesión
quien es dueño del suelo se apropia de lo que se construye sobre él, es justo que la
ley reconozca al poseedor vencido por acción reivindicatoria, el valor de las mejoras
que levantó sobre el predio. Tampoco será obligado a la restitución de los frutos
percibidos antes de la contestación de la demanda, ni será responsable de los
deterioros del bien restituido, si es un poseedor de buena fe. (arts. 963, 964 y 965
C.C.).
CLASIFICACIÓN DE POSESIÓN:
A- POSESIÓN REGULAR:
El poseedor regular puede interponer la acción publiciana del art 951, los interdictos
posesorios y esta beneficiado por la presunción del art 762. Se adquiere por prescripción
ordinaria.
La posesión regular, como categoría integrante del fenómeno posesorio, tiene que
conjugar los dos elementos estructurales de toda posesión: Corpus y animus, es decir,
aprehensión material de la cosa, y ánimo de señor y dueño.
Pero, como categoría especial, ella se singulariza por dos exigencias específicas, sin las
cuales no sería tal:
a) El justo título; y;
b) La buena fe.
En el derecho colombiano, sin la concurrencia de corpus, animus, justo título y buena fe,
no puede configurarse la posesión regular, ni la posibilidad de la prescripción adquisitiva
ordinaria.
Como entre prescripción adquisitiva y posesión existe una relación indisoluble, pues no
puede adquirirse por prescripción lo que no se ha poseído, si la prescripción que se
pretende alegar es la ordinaria, la posesión tiene que ser la regular, dado que sin posesión
regular no hay prescripción ordinaria.
Si la posesión está afectada por la carencia del justo título o de la buena fe, ella no podrá
ser regular y por ende la prescripción no podrá ser la ordinaria, sino la extraordinaria,
siempre que se complete el tiempo de ley.
EL JUSTO TÍTULO
Los artículos 764 y siguientes del Código Civil, sin definirlo, aluden al “justo título”1 como
cualidad caracterizadora de la posesión regular.
Tal denominación legal resulta equívoca e inconveniente para la adecuada precisión del
concepto, pues sobre la base de la mera literalidad podría pensarse que la calificación
entraña una valoración, una categoría axiológica del título, una referencia a la “justicia o
injusticia” de la fuente obligacional que debió preceder a la posesión, o en últimas, un
problema de validez material, cuando en verdad, el “justo título” referido a la posesión se
traduce simplemente en la verificación de los requisitos formales de existencia y validez
del vínculo jurídico que sirvió de origen a la conducta posesoria.
Como la fuente obligacional que pudo anteceder a la posesión, pudo ser a la vez la
realización de un acto, de un hecho o de un estado jurídico, o una fusión de algunos de
estos, “justo titulo” significa simplemente que el hecho, el acto o el estado reúnen las
exigencias legales, sustanciales y de forma, previstas para su existencia y validez.
Buena Fe:
Convicción del poseedor de que es propietario del bien y de haber adquirido el dominio
por medios autorizados legalmente. Esta implica la existencia o creencia de un título.
El Art 764 preceptúa que la posesión regular es la que procede de justo titulo y ha sido
adquirida de buena fe, aunque esta no subsista después de adquirida la posesión. Si el
poseedor adquiere de buena fe, esa conducta bautiza toda posesión, aunque
posteriormente se entere que había adquirido cosa ajena. Se puede ser por consiguiente,
poseedor regular y poseedor de mala fe, como viceversa, el poseedor de buena fe puede
ser poseedor irregular.
B- LA POSESIÓN IRREGULAR
De conformidad con el artículo 770 del Código Civil, la posesión irregular es la posesión
material que carece de uno o más de los requisitos exigidos por el artículo 764 ibídem
para la posesión regular.
Por esa razón, la aprehensión material o tenencia de una cosa con ánimo de señor y
dueño es posesión irregular, cuando:
La posesión irregular, para que de verdad lo sea, tiene que ser posesión material; puesto
que, si no hay aprehensión material de la cosa y ánimo de señor y dueño, el fenómeno no
será posesorio, y por tanto, carecería de todo alcance prescriptorio y no conduciría, en
consecuencia, a la prescripción extraordinaria (artículo 2.531 del Código Civil).
Por eso, ante el interés particular del propietario inactivo, el principio de la función social
de la propiedad, la seguridad jurídica general y la efectiva vinculación de un bien al tráfico
económico, el inciso segundo del artículo 2.531 del Código Civil presume de derecho la
buena fe del poseedor, no obstante la falta de un título adquisitivo de dominio.
VICIOS DE LA POSESIÓN:
POSESIONES VICIOSAS
Pero debe aclararse que, aunque la violenta y la clandestina, por viciosas, son
posesiones inútiles, no todas las posesiones inútiles participan de las características que le
imprimen a la posesión, la violencia y la clandestinidad.
POSESIÓN VIOLENTA
Es violenta, al tenor del artículo 772 del Código Civil, la posesión que se adquiere por la
fuerza, sea ésta real y actual, o simplemente inminente.
Para que la violencia vicie la posesión, es requisito indispensable que aquélla sea inicial;
así que, si la posesión no ha sido adquirida por la fuerza, sino pacíficamente, pero se
ejerce luego la fuerza para repeler un despojo o una perturbación, la posesión es pacífica.
Sin embargo, si el que en ausencia del dueño se apodera de una cosa y volviendo el
dueño, le repele, es poseedor violento de conformidad con el artículo 773 del Código Civil.
Para que la posesión sea violenta no es necesario que se ejerza la fuerza contra el
verdadero dueño de la cosa; también lo es si se ejerce contra el mero tenedor, o contra un
servidor de la posesión, o contra quien tenía la cosa en lugar y a nombre del dueño, o de
un poseedor o de un mero tenedor.
En el evento del artículo 773 ibídem, cuando un tercero se apodera de una cosa en
ausencia del dueño, éste no pierde la posesión por el solo apodera miento del tercero,
pues, mientras el primero conserve el animus y no deje transcurrir el término para el
ejercicio de sus pretensiones recuperatorias, se le seguirá considerando poseedor.
La posesión se pierde por el despojado sólo a partir del momento en que el usurpador le
repele por la ejecución de una tuerza real, actual o inminente.
Si el dueño ausente despojado ejerce su acción posesoria de recuperación dentro del
término legal y triunfa, se reputa por la ley que nunca ha perdido la posesión, conforme al
artículo 792 del Código Civil.
Deberá entenderse que el usurpador repele al poseedor, no solo cuando ejerce actos de
violencia reales, sino también cuando le rechaza con amenazas serias contra su vida o sus
bienes jurídicos, o cuando le niega arbitrariamente la devolución.
En tal virtud, una posesión iniciada con violencia es considerada por la ley como una
posesión viciada y, por tanto, ningún aprovechamiento lícito puede permitirse al
usurpador quien, con su conducta, no solo ha vulnerado legítimos intereses del dueño, del
poseedor o de un mero tenedor, sino que ha causado gravísima perturbación del orden
público jurídico.
Por eso la posesión violenta no puede gozar de ninguna protección por medio de los
interdictos posesorios.
La mencionada Ley 201 de 1959, en protección del poseedor que ha sido víctima de la
fuerza, presume que la violencia sólo cesa el día en que se declare el restablecimiento del
orden público, y para efecto de las acciones posesorias comunes, -con tal que hubiere
poseído económicamente por más de un año-, amplía hasta dos años el término para el
ejercicio de las acciones de recuperación en contra de quien detenta la cosa por medios
violentos o clandestinos, reales o presuntos.
POSESIÓN CLANDESTINA
Así pues, posesión violenta es la que se inicia por la fuerza, y clandestina la que en
cualquier momento de la relación de hecho con la cosa se oculta a quienes tienen derecho
para discutirla.
Respecto de la posesión violenta, decimos que es aquélla que se ha iniciado por la fuerza,
y no que se adquiere por la fuerza como se dispone en el artículo 772 del Código Civil,
pues ello podría dar a entender que la posesión le ha sido transferida o transmitida al
poseedor por un causante, lo que es improcedente, puesto que la posesión es un hecho y
no un derecho, y por lo mismo, intransferible e intransmisible.
Además, porque el texto del artículo 778 ibídem es enfático al prescribir que sea que se
suceda a título singular o universal (o, por acto entre vivos o por causa de muerte) la
posesión del sucesor principia en él.
Para que la posesión esté amparada por interdictos posesorios y para que el tiempo de la
misma pueda contarse con fines prescriptorios, es necesario que además de ser material,
es decir, aprehensión real de una cosa con ánimo de señor y dueño, sea útil, esto es,
pública, pacífica, e ininterrumpida. Por tal razón, las mal llamadas posesiones violenta y
clandestina no son verdaderas y auténticas posesiones, pues mientras adolezcan del vicio,
no pueden conducir a prescripción ni estar amparadas por los interdictos de perturbación
o de recuperación.
Si el infante supera los 7 años puede poseer bienes muebles por sí mismo art782.
ADQUISICIÓN DE LA POSESIÓN:
Con el fin de completar el tiempo necesario para adquirir por prescripción o para utilizar
acciones posesorias, el poseedor puede agregar o sumar a su posesión la de los anteriores
poseedores art 976 , 2521, 778.
Requisitos:
1) Agregar una posesión regular a otra regular: No existe ninguna dificultad para el
agregante.
2) Agregar una posesión irregular a otra irregular: Carece de justo titulo y buena fe, ósea
que prescribe a los 10 años.
3) Agregar una posesión irregular actual a otra regular anterior: Si es por la mala fe se
convierte en regular, si es por no tener vinculo jurídico o no tener ninguno de los dos no
se puede hacer la agregación.
ARTICULO 779. <POSESIÓN DE COSA PROINDIVISO>. Cada uno de los partícipes de una
cosa que se poseía proindiviso, se entenderá haber poseído exclusivamente la parte que
por la división le cupiere, durante todo el tiempo que duró la indivisión.
Podrá, pues, añadir este tiempo al de su posesión exclusiva y las enajenaciones que haya
hecho por sí solo de la cosa común, y los derechos reales con que la haya gravado,
subsistirán sobre dicha parte si hubiere sido comprendida en la enajenación o gravamen.
POSESIÓN INSCRITA
De acuerdo con esta tesis, habría una importante diferencia entre la posesión regular de
los muebles y la posesión regular de los inmuebles: el registro en esta última.
En suma, por los menos en relación con los expedientes contenidos en las Leyes 1182 de
2008 (el proceso especial de usucapión que se ofrece a los poseedores de bienes
inmuebles urbanos no superiores a media hectárea y rurales no superiores a diez
hectáreas) y 1183 de 2008 (las funciones que se ofrecen a los notarios para que declaren
la posesión regular de predios urbanos de estratos 1 y 2 el legislador exige título inscrito
para la posesión regular de los inmuebles.
Para el registro de esa posesión el artículo 2° dispone que para esa inscripción deben
cumplirse ciertos requisitos: 1. Estar en posesión regular del inmueble en nombre propio
en forma continua y exclusiva, sin violencia ni clandestinidad durante un año continuo o
más.
(La inscripción de la declaración de posesión regular, debe ser presentada por una
solicitud al notario público con el fin de que se de una escritura pública que de fe de la
posesión. Debe registrarse en la Oficina de Instrumentos Públicos bajo el código de
“Inscripción de Declaración de Posesión Regular”.)
1. La promesa de compraventa cuando esta haya dado origen a la entrega del inmueble. 2.
La adquisición de mejoras o de derechos y acciones sobre el inmueble, sea por
instrumento público o privado.
Tampoco podrán acogerse a esta ley los inmuebles ubicados en zonas que a juicio del
Gobierno Nacional estén afectados por fenómenos de violencia o desplazamiento forzado.
Finalmente, para terminar esta discusión la Corte Suprema de Justicia, con ponencia del
Doctor Jose J. Gomez dijo de forma concreta” En concepto de la nueva doctrina
jurisdiccional no puede haber posesión del suelo sin la coincidencia del corpus y el animus.
No puede ser verdadera posesión material la sola inscripción competente de un título. Si
alguien tiene la aprehensión material del suelo con ánimo de señor y dueño, nadie más
que él es el poseedor, aun cuando exista un título registrado a favor de un propietario
distinto. La inscripción del título, cuando es idónea, tan solo significa que el inscrito es el
titular del derecho real inmobiliario a que el mismo se refiere, más no, que sea el
poseedor material. La inscripción muta o transfiere la titularidad del derecho, pero, en
ningún caso, tiene la virtualidad de atribuir la posesión material”.
Tema: INMUEBLES
Sub-Tema: Posesión Regular
Establece que los poseedores materiales de inmuebles urbanos de estratos uno y dos que
carezcan de título inscrito, podrán solicitar ante notario del círculo donde esté ubicado el
inmueble, la inscripción de la declaración de la calidad de poseedores regulares de dichos
bienes, a fin de quedar habilitados para adquirir su dominio por prescripción ordinaria, de
acuerdo con la ley. Señala los requisitos que deberá reunir el poseedor para solicitar la
inscripción, los títulos aparentes, la prueba de posesión material, contenido de la solicitud,
documentos anexos, registro e inscripción de la escritura pública en la Oficina de Registro
de Instrumentos Públicos. De igual forma determina que sin perjuicio de la competencia de
los Jueces de la República, los poseedores de bienes inmuebles urbanos considerados como
vivienda de interés social de estratos uno y dos de los municipios de categoría especial,
primera y segunda, podrán solicitar ante notario del círculo donde esté ubicado el
inmueble, la declaratoria de prescripción adquisitiva del dominio, siempre que no exista
oposición por parte de terceros que aleguen igual o mejor derecho al del solicitante y que
se trate de posesión regular de forma pública, continua y pacífica.
Tema: VIVIENDA DE INTERES SOCIAL
Sub-Tema: Prescripción Adquisitiva del Dominio
Establece que sin perjuicio de la competencia de los Jueces de la República, los poseedores
de bienes inmuebles urbanos considerados como vivienda de interés social de estratos uno
y dos de los municipios de categoría especial, primera y segunda, podrán solicitar ante
notario del círculo donde esté ubicado el inmueble, la declaratoria de prescripción
adquisitiva del dominio, siempre que no exista oposición por parte de terceros que aleguen
igual o mejor derecho al del solicitante y que se trate de posesión regular de forma
pública, continua y pacífica. Para la declaratoria de prescripción adquisitiva de dominio,
los interesados acudirán mediante escrito presentado ante notario por intermedio de
abogado.
PERDIDA DE LA POSESIÓN
Artículo 787 C.C: “Se deja de poseer una cosa desde que otro se apodera de ella, con ánimo
de hacerla suya; menos en los casos que las leyes expresamente exceptúan”.
Por otro lado cuando se trata de bienes muebles y el poseedor tiene en su poder la cosa
aunque desconozca el paradero por este solo hecho no se pierde la posesión, como se
encuentra establecido en el artículo 788 del código civil.
Se pierde también por el desprendimiento voluntario que del objeto haga el poseedor.
ARTICULO 2443. <BIENES HIPOTECABLES>. La hipoteca no podrá tener lugar sino sobre
bienes raíces que se posean en propiedad o usufructo o sobre naves.
Las reglas particulares relativas a la hipoteca de las naves, pertenecen al Código de
Comercio.
ARTICULO 2444. <HIPOTECA DE BIENES FUTUROS>. La hipoteca de bienes futuros sólo
da al acreedor el derecho de hacerla inscribir sobre los inmuebles que el deudor
adquiera en lo sucesivo, y a medida que los adquiera.
LA MERA TENENCIA
ARTICULO 775. <MERA TENENCIA>. Se llama mera tenencia la que se ejerce sobre una
cosa, no como dueño, sino en lugar o a nombre del dueño. El acreedor prendario, el
secuestre, el usufructuario, el usuario, el que tiene derecho de habitación, son meros
tenedores de la cosa empeñada, secuestrada o cuyo usufructo, uso o habitación les
pertenece.
Lo dicho se aplica generalmente a todo el que tiene una cosa reconociendo dominio
ajeno.
Bibliografía
http://aulavirtualcivilbienes.blogspot.com/2012/08/programa-derecho-civil-bienes.html