Mitologia Romana
Mitologia Romana
Mitologia Romana
Índice
1 Naturaleza de los antiguos mitos romanos
o 1.1 Mitología antigua sobre los dioses
o 1.2 Mitología antigua sobre la historia romana
2 Dioses nativos romanos e itálicos
3 Dioses extranjeros
4 Los principales dioses del panteón romano
5 Véase también
6 Enlaces externos
Altar de los doce dioses del Panteón Romano (Museo del Louvre)
El modelo romano incluía una forma muy diferente a la de los antiguos griegos de
definir y concebir a los dioses. Por ejemplo, en la mitología griega Deméter era
caracterizada por una historia muy conocida sobre su dolor por el rapto de su hija
Perséfone a manos de Hades. Los antiguos romanos, por el contrario, concebían a su
equivalente Ceres como una deidad con un sacerdote oficial llamado Flamen, subalterno
de los flamines de Júpiter, Marte y Quirino, pero superior a los de Flora y Pomona.
También se le consideraba agrupado en una tríada con otros dos dioses agrícolas, Liber
y Libera, y se sabía la relación de dioses menores con funciones especializadas que le
asistían: Sarritor (escardado), Messor (cosecha), Convector (transporte), Conditor
(almacenaje), Insitor (siembra) y varias docenas más.
Así pues, la «mitología» romana arcaica, al menos en lo referente a los dioses, no estaba
formada por relatos sino más bien el entrelazamiento y las complejas interrelaciones
entre dioses y humanos.
Rómulo y Remo amamantados por la loba (Museo Nuovo, Palazzo dei Conservatori,
Roma)
La Eneida y los primeros libros de Livio son las mejores fuentes exhaustivas para esta
mitología romana.
Las prácticas rituales romanas de los sacerdotes oficiales distinguían claramente dos
clases de dioses: los di indigetes y los di novensides o novensiles. Los indigetes eran los
dioses originales del estado romano (véase Di indigetes), y su nombre y naturaleza están
indicados por los títulos de los sacerdotes más antiguos y por las fiestas fijas del
calendario. Los novensides eran divinidades posteriores cuyos cultos fueron
introducidos en la ciudad en el periodo histórico, normalmente en una fecha conocida y
como respuesta a una crisis específica o necesidad percibida.
El carácter de los indigetes y sus fiestas muestran que los antiguos romanos no sólo eran
miembros de una comunidad agrícola sino que también estaban orgullosos de luchar y
muy involucrados con la guerra. Los dioses representaban distintivamente las
necesidades prácticas de la vida diaria, como las sentía la comunidad romana a la que
pertenecían. Se entregaban escrupulosamente a los ritos y ofrendas que consideraban
apropiados. Así, Jano y Vesta guardaban la puerta y el hogar, los Lares protegían el
campo y la casa, Pales los pastos, Saturno la siembra, Ceres el crecimiento del grano,
Pomona la fruta, y Consus y Ops la cosecha. Incluso el majestuoso Júpiter, rey de los
dioses, era honrado por la ayuda que sus lluvias daban a las granjas y viñedos. En su
más amplio carácter era considerado, a través de su arma de rayos, el director de la
actividad humana y, por su amplio dominio, el protector de los romanos en sus
expediciones militares allende las fronteras de su propio país. Prominentes en la época
más antigua fueron los dioses Marte y Quirino, que a menudo se identificaban entre sí.
Marte era un dios de la guerra al que se honraba en marzo y octubre. Los investigadores
modernos creen que Quirino fue el patrón de la comunidad militar en tiempos de paz.
Dioses extranjeros
La absorción de deidades locales vecinas tuvo lugar a medida que el estado romano
conquistaba el territorio vecino. Los romanos solían conceder a los dioses locales del
territorio conquistado los mismos honores que a los dioses antiguos que habían sido
considerados propios del estado romano. En muchos casos las recién adquiridas
deidades eran invitadas formalmente a llevar su domicilio a nuevos santuarios en Roma.
En 203 a. C., la figura de culto representativa de Cibeles fue retirada de Pesino (Frigia)
y acogida ceremoniosamente en Roma. Además, el crecimiento de la ciudad atrajo a
extranjeros, a los que se permitía continuar con la adoración a sus propios dioses. De
esta forma llegó Mitra a Roma y su popularidad en las legiones extendió su culto hasta
tan lejos como Bretaña. El dios Sol Invictus deriva del mitraísmo, tuvo un culto bastante
extendido entre los militares a partir del siglo III, aparece representado en algunas
monedas acuñadas por Constantino I el Grande. Además de Cástor y Pólux, los
asentamientos conquistados en Italia parecen haber contribuido al panteón romano con
Diana, Minerva, Hércules, Venus y otras deidades de menor rango, algunas de las
cuales eran divinidades itálicas, procediendo otras originalmente de la cultura griega de
Magna Grecia. Las deidades romanas importantes fueron finalmente identificadas con
los más antropomórficos dioses y diosas griegos, y asumieron muchos de sus atributos y
mitos.