Vladimir Nikolaevich Platonov

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Vladimir Nikolaievich Platonov (nacido el 28 de julio de 1941, Kiev, RSS de

Ucrania) es un científico soviético y ucraniano en el campo de la ciencia del


deporte.

Vida temprana y carrera

Platonov se graduó del Instituto Estatal de Cultura Física de Kiev (KSIPC) en


1962. Luego realizó estudios de posgrado en KSIPC y recibió un Doctorado en
Ciencias en Pedagogía en 1979.

De 1969 a 1975, Platonov trabajó como profesor titular y luego como profesor
asistente en el Instituto de Economía Nacional de Kiev y, al mismo tiempo,
miembro principal del laboratorio de investigación fundamental de altas cargas de
entrenamiento en KGIFK. Fue jefe del departamento de natación en KSIPC (1975–
1977), vicerrector de investigación científica (1977–1986), jefe del departamento
de teoría del deporte en KSIPC establecido por él (1984–1990), jefe de la
Departamento de deportes olímpicos y profesionales en KSIPC (1992–2000), Jefe
del Departamento de teoría y metodología de preparación deportiva y capacidades
de reserva de atletas en NUPESU (2003–2005); Rector de KSIPC, SUPES
y NUPESU(1986-2012); Asesor del Rector de NUPESU, Profesor del
Departamento de historia y teoría del deporte olímpico, y ha sido Editor en Jefe de
la revista científica y teórica internacional Science in Olympic sport desde 2012.

Premios y distinciones

Premios de la URSS

 Orden de la Insignia de Honor (1982)


 Medalla "Por valor laboral" (1988)
 Medalla "Por muchos años de trabajo concienzudo" (1990)

Premios de Ucrania

 Merited Worker of Science and Technology of Ukraine (1990)


 Orden del Mérito , 3ra clase (1997)
 Laureado del Premio Estatal de Ucrania en el campo de la Ciencia y las
Tecnologías (1999)
 Diploma de honor de la Rada Suprema de Ucrania (2005)
 Orden del Príncipe Yaroslav el Sabio V grado (2006)
 Orden del Mérito , segunda clase (2009)

Premios de otros países

 Orden de la Estrella Polar (Mongolia, 2011)

Otros premios

 Premio del Comité Estatal de Deportes de la URSS "Por el mejor trabajo de


investigación en el campo de la cultura física y el deporte" (dos veces, en 1981
y 1987)
 Orden olímpica del Comité Olímpico Internacional (2001)
 Premio de la Academia de Ciencias de Ucrania (2003)
 Medalla de oro de la Academia internacional de personal "Por méritos en la
educación" (2003)
 Orden "Por méritos", primera clase de la Academia de Ciencias de Ucrania
(2011)
 Premio del Premio NOC de Ucrania "Al mejor libro científico del año" (tres
veces, en 2006, 2011 y 2013)
 Orden del Comité Olímpico Nacional de Kazajstán
 Orden olímpica del Comité Olímpico Nacional de Armenia (2015)
 Presidente Honorario de la Asociación Internacional de Universidades de
Educación Física y Deporte
 Doctor honorario de las principales instituciones de educación superior de
educación física y deporte de Azerbaiyán, Bulgaria, China, Kazajstán,
Moldavia, Mongolia, Polonia, Rumania, Rusia, Tayikistán, Ucrania, Uzbekistán
y Venezuela.

Principios del entrenamiento deportivo


1. Principio de Continuidad en el proceso de entrenamiento:
2. Aumento global de las cargas y tendencia a utilizar cargas máximas: Las
cargas de entrenamiento se relacionan con el nivel de rendimiento del
deportista, en la medida en que mejora, aumenta la carga en el
entrenamiento. La cualificación del deportista, su experiencia deportiva y la
fase de preparación en la que se encuentre, influyen igual en su reacción a
una carga determinada; Así mismo el empleo de cargas extremas suscitan
reacciones diferentes, siendo en el más cualificado más intensos y
recuperación rápida.
3. Principio de sistematización: El proceso eficaz de asimilación del nuevo
material sólo es posible en un entrenamiento que tenga carácter
sistemático, ordenado con la alternancia racional del descanso y el
esfuerzo. El régimen correcto de entrenamiento permite realizar el proceso
de la preparación en una estricta concordancia con las regularidades de la
adaptación del organismo del deportista a las cargas de entrenamiento y
competición.
4. Principio “intuitivo” del sentido y la percepción: Es una versión del principio
tradicional intuitivo (directo) y, a diferencia de éste, destaca la importancia
no solamente de una imagen visual del movimiento, sino también de toda
su imagen conceptual que incluye la información tanto de su sentido, como
la sensorio motriz sobre el movimiento “reunida” en el proceso de
enseñanza en todo el campo perceptivo presente en la ejecución de un
ejercicio dado. La percepción visual del deportista no es el único
componente importante que garantiza el carácter “directo” de la enseñanza.
Con frecuencia, los primeros puestos en este sentido los ocupa la
cinestesia, la sensibilidad táctica y, en una serie de deportes, la percepción
vestibular y el oído.
5. Principio de la planificación: La enseñanza de un ejercicio complejo debe
seguir una cierta estrategia, cuya elección previa está determinada por el
grado de preparación del alumno respecto al objetivo escogido, Por su
parte , la táctica de la enseñanza se escoge rápidamente a la medida del
trabajo concreto del movimiento. Todos estos elementos deben estar
planificados previamente para que el entrenador pueda en cada paso de
enseñanza actuar con la mayor seguridad posible. La forma superior de
esta planificación escalonada es el programa de enseñanza formado sobre
los principios de la educación, que ofrece la máxima adaptabilidad del
trabajo aumentando gradualmente la dificultad y complejidad de las tareas.
6. Principio del dinamismo y el progreso metodológico: El proceso de la
enseñanza valorado por sus resultados reales debe avanzar activamente,
sin admitir estancamientos en algunos pasos del entrenamiento. Duchos
estancamientos surgen con frecuencia no sólo a causa de la elección
errónea de los métodos y medios de la enseñanza, sino también a causa de
su monotonía, cuando los métodos y medios anteriormente eficaces han
perdido si fuerza durante la aplicación a situaciones de entrenamiento en
constante variación pero son utilizados por el entrenador a fuerza de
inercia. Esto aleja el resultado final de la enseñanza y conduce al
aprendizaje inútil de formas intermedias. De este modo, el proceso de
entrenamiento estructurado correctamente exige no solamente la
correspondencia más plena posible de la metodología de la en enseñanza
con sus objetivos concretos de cada momento, sino también, como
consecuencia, la necesaria y oportuna adaptación de los métodos,
procedimientos y medios de enseñanza.
7. Principio de la seguridad funcional: El proceso de la enseñanza de los
ejercicios (limitado en el deporte por el nivel de la preparación física y
funcional del alumno) presupone una libertad de variación de los
parámetros principales, incluida la posibilidad de acciones seguras en
condiciones d tensión elevada, alta o máxima movilización de recursos
motores y psíquicos. Solamente si ésta condición se cumple, será posible
dirigir de manera bastante fina el movimiento que es necesario como una
condición de búsqueda de formas esenciales de la acción motriz. Por ello
hay que hablar sobre el principio de suficiencia-exceso que exige del
alumno unas reservas motrices que aportan una “libertad de maniobra” en
la dirección de la acción motriz y durante el propio proceso de enseñanza
en general. Este principio actúa también en la etapa de explotación del
movimiento asimilado anteriormente en la práctica, dado que la ejecución
del ejercicio debe ser finalmente bastante segura en condiciones de fatiga y
cuando estén presentes diversos factores perturbadores.
8. Principio de la solidez y la plasticidad: Las relaciones elaboradas en el
proceso como al final de la enseñanza del ejercicio deben estar fijadas en
grado considerable. Se sabe que la propiedad necesaria del hábito motor
formado es el automatismo de las partes de las acciones. Al mismo tiempo,
el grado excesivo de automatización de los elementos del hábito conducirá
a una serie de vicios: el hábito se hace inflexible y difícilmente corregible.
Por ello, al trabajar la solidez del hábito motor, hay que mantener también la
plasticidad necesaria, y uno de los medios para lograrla es el entrenamiento
variable. Hay que distinguir la solidez del hábito de su seguridad, dado que
la solidez es la característica del grado de formación del mecanismo del
sistema nervioso central del hábito motor, en tanto que por seguridad en un
caso concretos entendemos solamente la existencia del recurso funcional
de cualidades motrices, sensomotoras y otras.
9. Principio de accesibilidad y dificultad estimulante: El principio de la
accesibilidad de la enseñanza en su comprensión tradicional se considera
ya anticuado. Hace tiempo que está demostrando que, para asimilar nuevo
material, éste debe ser no sólo fácil y asequible, sino presentar también una
óptima dificultad. El ejercicio debe ser lo suficiente fácil como para
garantizar un trabajo libre, pero al mismo tiempo ha de ser lo bastante difícil
como para retar las capacidades del alumno estimulándolo, de este modo,
a una movilización más completa de sus posibilidades intelectuales,
psíquicas y físicas.
10. Principio de la enseñanza individualizada dentro del colectivo: La
interacción de los deportistas en el colectivo es importante no sólo a causa
de sus momentos didácticos, sino también porque ello ayuda al intercambio
útil de información importante para la enseñanza, contribuye a organizar la
ayuda técnica, a utilizar métodos de trabajo en grupo, etc. Hay que señalar,
asimismo, que la atmósfera de la rivalidad que surge inevitablemente en un
colectivo de deportistas de la misma cualificación se refleja positivamente
en su relación con el entrenamiento y contribuye a una ejecución más
eficaz y a un aumento de la rentabilidad.
11. Principio de la unidad formal-heurística: La enseñanza de los movimientos,
como cualquier proceso constructivo y creativo, debe basarse en la doble
unidad de tradiciones e innovaciones. Por una parte, el entrenador debe
conocer bien todo lo que se sabía anteriormente sobre el movimiento dado
y poder escoger de esta información lo más importante. Por otra parte,
debe existir un escepticismo hacia todo lo conocido y una crítica racional,
sin los cuales la renovación es imposible. En este sentido, hay que
mantener un equilibrio dialéctico entre las tradiciones y las innovaciones,
cuya alteración conduce a pésimos extremos. La predominancia de las
tradiciones hace que el entrenamiento sea conservador, cerrado para ideas
nuevas; el exceso hacia el radicalismo, las novedades innecesaria, conduce
a la pérdida de unas raíces sanas, al olvido de lo que hay que recordar
siempre.
12. Principio de la unidad científico-racional e intuitivo-empírica: La metodología
de la enseñanza de los movimientos se basa normalmente sobre los datos
científicos comprobados y, a este respecto, debe ser racional. La práctica
confirma directamente que muchas dificultades en el trabajo de
entrenamiento y educación se explican por el insuficiente nivel profesional d
los entrenadores y su falta de conocimientos científicos y metodológicos.
Sin embargo, los datos científicos que tenemos (incluso si éstos son
comprobados y realizados correctamente en la práctica) no pueden abarcar
todos los eventos que tienen lugar objetivamente durante la enseñanza. En
estas condiciones, un trato pedante e incluso dogmático de los eventos,
debido a la falta de datos científicos, puede producir un resultado mucho
menor o empeorar la situación en comparación con el trabajo intuitivo de los
entrenadores y deportistas experimentados. Respecto a ello, hay que poner
un especial acento en la existencia de las regularidades de la auto
organización del movimiento que no solo se estudia muy mal, sino que
también excluyen el dictado de los entrenadores, con una introducción
irracional de aquellos elementos de los movimientos o la acción que en el
proceso de entrenamiento se forman por sí mismos y según leyes
desconocidos por el alumno.
13. Principio de la motivación positiva: La enseñanza de los ejercicios,
especialmente los difíciles, es imposible sin un debido estímulo psicológico
para el trabajo. El impulso inicial para practicar ejercicios del deporte
escogido se determina por una elección y orientación acertadas.
Posteriormente, la conservación del interés por el entrenamiento y la
correspondiente educación de los alumnos son un trabajo muy importante
del entrenador, sobre todo durante la preparación de los deportistas que
han madurado y cuando en sus vidas han aparecido motivos de conducta
que pueden obstaculizar la práctica del deporte.
14. Principio de la direccionabilidad y control: La enseñanza debe estar
construida como un sistema con relaciones inversas desarrolladas entre
entrenador y deportistas; en caso contrario, este sistema tiene carácter
indirigible y espontáneo. Un componente necesario de la dirección del
proceso de entrenamiento es el control corriente. Incluso cuando en el
entrenamiento de los ejercicios hay un elemento de espontaneidad, los
resultados de la enseñanza deben seguir estando bajo el control del
entrenador y, deseablemente, del alumno.
15. Principio de la oportunidad: La enseñanza debe tener objetivos bien
delimitados. Es necesario que todos los componentes de la enseñanza, en
especial los elementos de los programas y metodologías, correspondan a
los fines de la preparación tanto a corto como a largo plazo, sobre todo si
se plantea lograr resultados muy altos. En este sentido, el mayor fin de la
enseñanza de cada ejercicio es un avance metodológico para los ejercicios
más perfectos técnicamente y, si es necesario, para ejercicios complejos,
cuya cualidad de asimilación (y la propia posibilidad) determina el futuro del
nivel y clase del deportista. El trabajo de este avance debe ser también
práctica aplicada. Es necesario evitar todo lo que no tiene futuro, dándose
cuenta de cuándo y en qué situación, convertido en el objeto de trabajo
conscientemente, puede ser útil ahora o en el futuro.
16. Principio de la preparación, disponibilidad: Las exigencias de este principio
se presentan a todos los partícipes del trabajo. El entrenador debe estar
dispuesto para el entrenamiento de unos ejercicios concretos con un
alumno dado (alumnos) y tener, evidentemente, determinados
conocimientos, habilidades y hábitos profesionales. Por su parte, el
deportista debe manifestar su preparación y necesidades para que en la
situación de la enseñanza pretender el éxito. Esto se refiere como a su
preparación básica (nivel de cualificación, estado de su forma deportiva,
etc.) como a su estado funcional, que ha de cambiar de una sesión a otra:
desde la mas alta rentabilidad hasta la pérdida evidente de la validez
necesaria (fatiga local o general en aumento, agujetas musculares, micro
traumatismos, etc.).

Es completamente natural que estos principios didácticos no puedan ser finales y


reflejar todas las regularidades más importantes que determinan la eficacia del
sistema de preparación de los deportistas. La especificidad de los diferentes
deportes, la elaboración de nuevas vías y los logros prácticos de diferentes
escuelas deportivas exigen indudablemente una precisión y concreción de los
principios indicados, pero también la elaboración de los nuevos de acuerdo con los
logros de la ciencia y demanda de la práctica.

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