Reseña Del Café en Colombia

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LA HISTORIA DEL CAFÉ EN EL MUNDO.

A MANERA DE INTRODUCCION.
Esa recién descubierta “cultura cafetera” ha empezado a extenderse al resto del
mundo. En los países que ya tenían gran tradición cafetera, como Italia, Alemania y los
países escandinavos, añadió nuevos conversos a los placeres del buen café. Hoy es
posible encontrar buen café en cualquier ciudad importante del mundo, desde Londres
hasta Sydney y hasta Tokio; mañana se tomará más café en todo el mundo y, lo que es
más importante, un café mejor.
No es posible exagerar la importancia del café en la economía mundial. El café es uno
de los productos primarios más valiosos, segundo en valor durante muchos años
únicamente al petróleo como fuente de divisas para los países en desarrollo. El cultivo,
procesamiento, comercio, transporte y comercialización del café proporciona empleo a
millones de personas en todo el mundo. El café tiene una importancia crucial para la
economía y la política de muchos países en desarrollo. Para muchos de los países
menos adelantados del mundo, las exportaciones de café representan una parte
sustancial de sus ingresos en divisas, en algunos casos más del 80%. El café es un
producto básico que se comercia en los principales mercados de materias primas y de
futuros, muy en especial en Londres y en Nueva York.

La historia de cómo se extendió por todo el mundo el cultivo y el consumo de café es


una de las más atractivas y románticas que pueda haber. Esa historia empieza en el
Cuerno de África, en Etiopía, donde el cafeto tuvo su origen probablemente en la
provincia de Kaffa. Existen varios relatos, imaginativos pero poco probables, acerca de
cómo se descubrieron los atributos del grano tostado de café. Cuenta uno de ellos que a
un pastor de cabras etíope le asombró el animado comportamiento que tenían las cabras
después de haber mascado cerezas rojas de café. Lo que se sabe con más certeza es que
los esclavos a los que se llevaba de lo que es hoy el Sudán a Yemen y Arabia a través
del gran puerto de aquel entonces, Moca, sinónimo ahora con el café, comían la
suculenta parte carnosa de la cereza del café. De lo que no cabe duda es que el café se
cultivaba en el Yemen ya en el siglo XV y es probable que mucho antes también.
Moca era también el puerto principal de la única ruta marítima a la Meca, el lugar más
concurrido del mundo en aquella época. Los árabes, sin embargo, tenían una rigurosa
política de no exportar granos fértiles de café, para que no se pudiese cultivar en ningún
otro lugar. El grano de café es la semilla del cafeto, pero cuando se le quitan las capas
exteriores se vuelve infértil. Muchos fueron los intentos que se hicieron para lograr
llevarse algunos cafetos o granos fértiles, pero esa carrera la ganaron por fin los
holandeses en 1616, que consiguieron llevarse algunos a Holanda y allí los cultivaron
en invernaderos.
Al principio, las autoridades del Yemen alentaron mucho el consumo de café, ya que
sus efectos se consideraban preferibles a los más fuertes del “Kat”, un arbusto cuyas
hojas y brotes se masticaban como estimulante. Los primeros establecimientos de servir
café se abrieron en la Meca y se llamaban “kaveh kanes”. Ese tipo de establecimiento
se extendió rápidamente por todo el mundo árabe y los cafés se convirtieron en lugares
muy concurridos en los que se jugaba al ajedrez, se intercambiaban chismes y se
disfrutaba del canto, el baile y la música. Los establecimientos estaban decorados con
lujo y cada uno de ellos tenía su propio carácter. Nada había habido antes como el
establecimiento de café: un lugar en el que se podía hacer vida de sociedad y tratar de
negocios en un ambiente cómodo y al que todo el mundo podía ir por el precio de un
café.
Los establecimientos de café árabes pronto se convirtieron en centros de actividad
política y fueron suprimidos. Después, en las siguientes décadas, el café y los
establecimientos de café fueron prohibidos varias veces, pero siguieron
reapareciendo. Con el tiempo se encontró una solución: el café y los establecimientos
de café tuvieron que pagar impuestos.

EL CAFÉ LLEGA A ASIA


Los holandeses empezaron también a cultivar café en Malabar, en la India, y en 1699
llevaron alguno a Batavia, en Java, en lo que es ahora Indonesia. Unos cuantos años
después, las colonias holandesas se habían convertido en la principal fuente de
suministro de café a Europa. Hoy en día Indonesia es el cuarto exportador de café del
mundo.

EL CAFÉ LLEGA A EUROPA


Los comerciantes venecianos fueron los que primero llevaron el café a Europa en
1615. Esa fue la época en que también aparecieron en Europa las otras dos grandes
bebidas calientes: la primera, el chocolate caliente, que llevaron los españoles de las
Américas a España en 1528; la otra el té, que se vendió por primera vez en Europa en
1610.
Al principio el café lo vendían sobre todo los vendedores de limonada y se creía que
tenía cualidades medicinales. El primer establecimiento de café en Europa se abrió en
Venecia en 1683, y fue el famosísimo Caffè Florian de la Plaza de San Marcos, que
abrió sus puertas en 1720 y sigue aún hoy abierto al público.
El mayor mercado de seguros del mundo, Lloyd's de Londres, empezó a funcionar como
un establecimiento de café. Empezó el negocio en 1688 Edward Lloyd, que preparaba
allí las listas de los buques que sus clientes habían asegurado.

EL CAFÉ LLEGA A LAS AMÉRICAS


La primera referencia a que se tomaba café en Norteamérica data de 1668 y, pronto
después de esa fecha, se abrieron establecimientos de café en Nueva York, Filadelfia,
Boston y algunas otras ciudades. El Boston Tea Party de1773 se planeó en un
establecimiento de café, el Green Dragon. Tanto la Bolsa de Nueva York como el
Banco de Nueva York empezaron en establecimientos de café, en lo que es hoy el
distrito financiero de Wall Street.
Fue en el decenio de 1720 cuando el café se empezó a cultivar por primera vez en las
Américas, gracias a lo que es quizá el relato más fascinante y romántico de la historia
del café. Gabriel Mathieu de Clieu era un oficial de la Marina francesa que estaba de
servicio en la Martinica y que, en 1720, viajó a París con permiso. Con alguna ayuda y
no poco encanto personal adquirió un cafeto que se llevó con él en el viaje por mar de
vuelta. El cafeto fue instalado en una caja de cristal y dejado en cubierta para
mantenerlo caliente y que no lo dañase el agua salada. El viaje estuvo lleno de
incidentes, o al menos así fue como lo contó Mathieu de Clieu en su diario: piratas
tunecinos persiguieron el buque, hubo una fuerte tormenta y el cafeto tuvo que ser
amarrado. Nuestro héroe se vio obligado a enfrentarse con un enemigo a bordo que
tenía envidia y trató de sabotear el arbusto, hubo una pelea violenta en la que una de sus
ramas se quebró, pero el cafeto sobrevivió a todo ello.
Después de esos incidentes el buque quedó inmóvil por falta de viento y se racionó el
agua potable. Para De Clieu estaba claro qué era lo más importante de todo y cedió la
mayor parte del agua que le correspondía al cafeto. El cafeto sobrevivió y él también.
Por último, el buque llegó a la Martinica y el cafeto fue replantado en Preebear, donde
lo cercaron con un seto de espinas y lo cuidaron esclavos. El cafeto creció, se
multiplicó, y en 1726 se hizo la primera cosecha. Está registrado que en 1777 había
entre 18 y 19 millones de cafetos en la Martinica. Había quedado establecido el modelo
para un nuevo cultivo comercial que podía darse en el Nuevo Mundo.
Fueron los holandeses, sin embargo, los que primero empezaron a propagar el cafeto en
América Central y del Sur, donde hoy en día reina sin rival como el principal cultivo
con fines comerciales del continente. El café llegó primero a la colonia holandesa de
Surinam en 1718, y después se plantaron cafetales en la Guyana francesa y el primero
de muchos en Brasil, en Pará. En 1730 los británicos llevaron el café a Jamaica, donde
hoy en día se cultiva el café más famoso y caro del mundo, en las Blue
Mountains. Llegado 1825, América Central y del Sur estaban en ruta hacia su destino
cafetero. Esa fecha es también importante porque fue cuando se plantó café por primera
vez en Hawai, que produce el único café estadounidense y uno de los mejores.

LA LLEGADA DEL CAFÉ A COLOMBIA


Existen varias versiones relacionadas con la llegada del café a Colombia. Algunos
indicios históricos señalan que los jesuitas trajeron el grano a la Nueva Granada hacia
1730. Por otro lado dicen que este producto llegó gracias a un viajero que venía de
las Guayanas a través de Venezuela.
El más antiguo testimonio escrito acerca del cafeteo en Colombia se le atribuye al
sacerdote jesuita José Gumilla, quién en su libro El Orinoco Ilustrado (1730) registró la
presencia del producto en la misión de Santa Teresa de Tabajé, llevada a cabo en
cercanías a la desembocadura del río Meta en la Orinoquía.el café colombiano es el más
suave a nivel mundial12
El segundo testimonio escrito fue elaborado por el arzobispo-virrey Caballero y
Góngora (1787), quién en su informe a las autoridades españolas registró su cultivo en
regiones cercanas a Girón (Santander) y Muzo (Boyacá).
Desde 1835 se comenzó a cultivar comercialmente el grano de café en Colombia13 en
Salazar de las Palmas, Norte de Santander. Gran parte del incentivo a la producción se
le atribuye a Francisco Romero, sacerdote de la época que imponía a los feligreses de la
población, durante la confesión, la penitencia de sembrar café. Esto fue un gran impulso
para la propagación del cultivo del grano en esa zona del país. Con estas semillas se
logró una posterior expansión y presencia del cultivo en departamentos
como Santander, Norte de Santander, Cundinamarca, Antioquia, el Centro del país y
posteriormente en el sur.
El café se cultiva, preferentemente, en terrenos entre 1.300 y 2.000 m de altitud. Sus
plantaciones ocupan en la actualidad más de un millón de hectáreas con una producción
anual de unos doce millones de sacos. Los principales departamentos productores de
cafe son Huila, Antioquia, Tolima, Caldas, Valle del
Cauca, Cauca, Risaralda, Santander, Cundinamarca, Nariño, Quindío, Norte de
Santander, Cesar, La Guajira, Magdalena, Boyacá, Meta, Casanare y Caquetá.

EL CAFÉ EN EL DEPARTAMENTO DE NARIÑO


El departamento de Nariño se ubica al suroeste de Colombia en el Nudo de los Pastos,
se caracteriza por su diversidad topográfica y su riqueza de vertientes. Los suelos de los
andes nariñenses son derivados de cenizas volcánicas, provenientes del volcán Galeras,
que contribuyen con la permanencia y sostenibilidad de los cultivos al proveer un gran
número de nutrientes básicos para la producción de café. Son 37 los municipios de este
departamento los que producen el café en esta región.
en Nariño treinta y cinco de los municipios de los sesenta y dos que tiene el
departamento se dedican al cultivo del café, cultivos al cuidado de las familias que le
imprimen toda su atención y esmero en pro de ofrecer cafés de alta calidad dignos de
reconocimiento en el mundo

Los diferentes factores agroclimáticos de la región de Nariño explican los atributos


sensoriales del Café de Nariño, y que lo constituyen en uno de los orígenes regionales a
nivel mundial que más interés y aprecio despiertan entre especialistas y
conocedores. En primer lugar, las características del Café de Nariño están relacionadas
con la altura sobre el nivel del mar donde se produce, la cual alcanza hasta los 2,300
metros, y con las diversas temperaturas que se registran en las montañas durante el día y
la noche.

Producir café a estas alturas solo es viable si, en primer lugar, se está muy cerca de la
línea ecuatorial, ya que permite recibir abundante radiación solar durante todo el año,
La radiación solar media para esta latitud es del orden de 36.1 MJ/m 2.dia1. En segundo
término, los hondos cañones y la accidentada geografía de la zona crean factores
agroclimáticos especiales que permiten que, en la noche la planta sobreviva sin
enfrentar heladas o temperaturas extremas gracias al aire caliente proveniente de los
valles, el cual asciende a esas horas. Sin embargo, estas condiciones ligadas al
desarrollo de la planta del café y del fruto generan la acumulación de ciertos ácidos y
azúcares que hacen que la bioquímica del café de Nariño sea diferente.

Otra característica especial de Nariño son sus muy particulares prácticas culturales.
Los productores de Café de Nariño, unos 34.000, son propietarios de pequeñas unidades
de producción, que no superan en promedio las 2 hectáreas, y entregan con gran
dedicación sus conocimientos y habilidades para producir un café estrictamente
seleccionado, trabajando con gran atención para cuidar todo el proceso productivo. El
cafetero de Nariño es una persona disciplinada y dedicada, dispuesta a trabajar en
comunidad en las faenas de siembra, fertilización, manejo de plagas y enfermedades, y
también en la recolección cuidadosa de granos maduros, el beneficio húmedo y el
secado al sol. Las manos, el corazón y el conocimiento de las familias nariñenses se
conjugan para entregar al mundo un café con los más altos estándares de selección.

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