Partidos Izquierda Ecuador
Partidos Izquierda Ecuador
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CAPITULO I
EL PROBLEMA
Planteamiento del problema
Con la revolución industrial aparece el movimiento obrero como consecuencia de la
falta de derechos de los trabajadores en las fábricas. La lucha obrera en contra de la
injusticia fue el germen del futuro movimiento obrero, que se concretará en la asociación
de campesinos y obreros, con el fin de conseguir un avance de su situación mediante la
actividad política y social.
Los trabajadores se veían obligados a realizar unas jornadas de trabajo de más de doce
horas, los niños también trabajaban y, además, eran unos de los objetivos más atractivos
para los empresarios porque sus salarios eran sustancialmente inferiores a los de los
adultos. Quizá el concepto más significativo en el que se basó el crecimiento del
movimiento obrero organizado fue la lucha de clases. Esta supuso la toma de conciencia
de los trabajadores de que pertenecen a una clase social diferente que sus patronos y que
para mejorar su situación el camino más adecuado era el de la lucha.
Por otra parte, en América latina, las condiciones son distintas a las de la Europa
Occidental, es un territorio aún en su mayoría agrícola con bajos niveles de
industrialización, de hecho, una similitud entre las burguesías Latinoamericanas es su
poco interés por la industrialización de sus países. Por ello, será en las Industrias
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Extractivas extranjeras el lugar donde se concentren las primeras poblaciones obreras y
con ellas sus organizaciones.
Preguntas directrices
¿Qué importancia tenían los movimientos obreros en el predominio plutocrático
1912-1924?
¿Cuáles eran los movimientos obreros que participaron en la huelga general de
noviembre de 1922?
¿Cuál era la realidad económica, social y política ecuatoriana entre los años 1922
a 1950?
Objetivo general
Analizar la participación del movimiento obrero en la realidad ecuatoriana de
1922 a 1950
Objetivo especifico
Indagar la importancia que tenían los movimientos obreros en el predominio
plutocrático 1912-1924.
Analizar los movimientos obreros que participaron en la huelga general de
noviembre de 1922.
Identificar la participación del movimiento obrero en la realidad ecuatoriana de
1922 a 1950
Justificación
Los movimientos obreros en el Ecuador se han manifestado desde la propia formación
del estado ecuatoriano, tomando mayor relevancia en el año de 1922, el hecho más
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conocido es la masacre obrera de noviembre de 1922, varios historiadores señalan que
este hito es el que marca el inicio de la clase obrera ecuatoriana, el escritor Joaquín
Gallegos Lara es la persona que relata los hechos más sobresalientes de la masacre obrera
en su libro titulado las Cruces sobre el Agua, indicando de esta forma la lucha que
tuvieron los obreros por una mejor condición social.
CAPITULO II
MARCO TEÓRICO
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Antecedentes históricos
La zona de la costa constituye la otra región principal del Ecuador. Sede de las
Culturas más antiguas del país –y posiblemente del continente– la costa del
Pacífico se desarrolló en un clima y con raíces bastante diferentes a las del interior.
Guayaquil, fundada en el lugar donde se habían desarrollado importantes
civilizaciones preincaicas, llegó a ser un puerto clave del Pacífico. No solamente
proporcionó las comunicaciones de la Audiencia de Quito hacia el exterior, sino
que también sirvió como puerto estratégico para la Armada Española; además, era
sede de los astilleros más notables de España en el Pacífico1. Por consiguiente,
mientras Quito, con su ubicación en la Sierra Central, sirvió como sede
administrativa de la nación, Guayaquil funcionaba como centro económico del
Ecuador. La presencia de estos dos centros urbanos, cada uno con su respectiva
zona de influencia, reflejó y reforzó el regionalismo persistente de la nación. A
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través de casi toda la historia del Ecuador, la rivalidad entre costa y sierra, con el
conflicto paralelo entre Guayaquil y Quito, sirve de marco continuo al
desenvolvimiento de los acontecimientos. (p.129)
Los conflictos que caracterizaron a la América Española post-independista tuvieron
lugar en el Ecuador en el contexto de rivalidades regionales. No fue hasta la toma de
poder por parte de Gabriel García Moreno en 1861, que se alcanzó, al fin, una estabilidad
básica. Usando a la Iglesia Católica como un brazo del Estado, es decir, como vehículo a
través del cual se hiciera cumplir la política gubernamental, García Moreno logró dar los
primeros pasos hacia la consolidación nacional. Con él, las élites serranas reafirmaron su
hegemonía tradicional y lograron mantener el control hasta 1895. Aun así, grupos rivales
desafiaban constantemente el esquema político existente, como quedó demostrado con el
asesinato de García Moreno en 1875. Durante la siguiente década, el caudillo Ignacio de
Veintimilla, basando su apoyo en el ejército y ayudado por una situación económica
favorable, ejerció el mando del país. Desde mediados de los ‘80 hasta 1895, el
“Progresismo” representó una alianza de liberales neopositivistas, conservadores e
independientes, quienes enfocaban sus energías para mantener el control político y en
introducir, de paso, los primeros signos del modernismo. Sin embargo, esta máquina
política semi porfiriana no reconcilió –o no pudo reconciliar– las frustraciones regionales
y, en 1895, un escándalo generado por el uso de una bandera ecuatoriana en un buque
chileno provocó un levantamiento que condujo a un cambio nacional completo.
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e inició un proceso migratorio de la sierra a la costa que alcanzaría proporciones
significativas en el siglo veinte. Aunque miembros prominentes de las élites costeñas
participaban en el gobierno nacional, los grupos serranos desempeñaban un papel político
decisivo. Por consiguiente, estas élites financiaban un gobierno manejado por sus rivales
en la política nacional.
Durante este período “Alfarista”, las organizaciones laborales inicia-ron su primera etapa
de crecimiento importante. Grupos aislados de artesanos intentaron establecer sociedades
de ayuda mutua en el gobierno de García Moreno, pero eran contados los que
permanecían activos en 1895. Después de la Revolución, los Alfaristas apoyaron
activamente el establecimiento de sociedades obreras, como medio para movilizar el
apoyo al régimen Liberal, e implantar sus metas sociales. Según Milk (1997) “Este apoyo
gubernamental condujo no solamente a la formación de organizaciones asociadas con el
Partido Liberal, sino que también impulsó a la Iglesia a establecer agrupaciones obreras:
los Centros y Círculos Católicos de Obreros” (p.33). También fue durante este período
que los anarquistas establecieron sus primeros grupos, tales como la Asociación de
Vendedores de Mercados.
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nuevo, aunque el poder real llegó a concentrar-se en manos de los bancos costeños,
particularmente el Banco Comercial y Agrícola, dirigido por Francisco Urbina Jado.
El vehículo para que la costa alcanzara el control, fue la Ley Moratoria de 1914, que
permitió a los bancos emitir su moneda –la única de papel que circulaba en la nación– sin
importar la cantidad de respaldo en oros y plata. Los controles mínimos que de hecho
existían, se pasaban por alto y se otorgaban préstamos al gobierno, dinero que realmente
urgía, a raíz de la recesión después de la Primera Guerra Mundial. Según Miño (2008)
“Los préstamos cada vez más altos, y las consiguientes emisiones de papel moneda,
tuvieron el efecto doble de poner al gobierno bajo control de los bancos y de contribuir a
un espiral inflacionario” (p.81), esto también en consideración de lo que Según Milk
(1997) “En 1925, la deuda del gobierno al Banco Comercial llegaba a un monto
equivalente a 18 mil millones de dólares, una suma casi increíble cuando se compara al
gasto estatal por año, de aproximadamente quince millones de dólares” (p.167). Los
obreros urbanos, tanto los asalariados como los que trabajaban por su cuenta, fueron los
más afectados por la inflación. Esto derivó en un malestar social que culminó con la
masacre de 1922, en Guayaquil.
Los cambios sucedidos en el Ecuador, entre la última parte del siglo XIX y 1944, se
pueden sintetizar de la siguiente manera:
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1912- Ala comercial del Crisis económica. 1er Congreso
1924 Liberalismo toma control Inflación y Nacional Obrero,
del partido. devaluación 1909. 2º
monetaria. Congreso
Obrero, 1920.
1925- Crecimiento de la Políticas Sector laboral:
1944 clase media con gubernamentales Participación
mayor participación de apoyo a la política.
política. industrialización Izquierda
Revolución de Caída económica de aumenta
1925 y 1929. influencia en
Fortalecimiento movimiento
del Estado en 1934: 1a huelga
la economía. industrial
Elección de 1938: 3er
J. M. Velasco Congreso
Ibarra en 1934. Nacional; Código
Laboral; CEDOC
1944: CTE
Fuente: Milk, R (1997) “Movimiento Obrero Ecuatoriano: el desafío de la integración”,
Quito-Ecuador, Abya-Yala
Con el coloniaje español se liquidó el modo de producción andino de los Incas y, por
tanto, las relaciones de trabajo existentes, basadas en la reciprocidad y la redistribución.
Como bien señaló (Cueva, 1980) “Fue la realidad colonial la que dio nacimiento al indio
como fuerza de trabajo explotada bajo condiciones de miseria y al servicio de los
colonialistas y sus descendientes: el indio no existió como tal antes de la colonia” (p. 15)
En el siglo XVI la encomienda fue la institución central utilizada para subordinar a los
indígenas, y a ella siguieron la mita y el concertaje en los siglos XVII y XVIII. Al mismo
tiempo el repartimiento de tierras (solares, estancias, caballerías, peonías y tierras para
sembradura) inauguró el largo e indetenible proceso de concentración del más importante
medio de producción las tierras en las manos de una elite criolla.
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Pero ninguna de las formas de trabajo introducidas durante la colonia estuvo destinada a
crear una fuerza libre. Cueva (1980) manifiesta que: “Es posible que una parte de esta
concentración de tierras donde trabajaban los indios correspondía ya al proceso de
acumulación originaria propiamente dicha” (p. 18). Asiéndonos enteren el principio de
acumulación por despojo. Según Paz y Miño (2016) expresa que:
Todo lo contrario, para el siglo XVIII la hacienda se consolidó como eje del
sistema económico, incluso porque decayó la minería y porque los obrajes, que
utilizaron mitayos, entraron en acelerada ruina. A la época de la independencia la
agricultura se hallaba afirmada prácticamente como la única actividad productiva
de la economía de la Audiencia de Quito. (p.5)
En consecuencia, al comenzar la vida republicana del Ecuador en 1830 ya no existía
riqueza minera ni obrajera, y la trayectoria del país, concentrada en la Costa y la Sierra
como únicas regiones de significación para el Estado nacional, se organizó teniendo como
base a la agricultura y a la hacienda como su eje.
Aunque existe una amplia bibliografía sobre el régimen terrateniente y las condiciones
de trabajo que éste generó, durante el siglo XIX e inicios del XX predominó la literatura
política, en medio del debate entre liberales, conservadores e iglesia, y fue común la
denuncia del feudalismo y de la particular situación del indio.
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tienen una gran importancia los comerciantes como una burguesía urbana propiamente
dicha, los terratenientes por sus ligámenes con la propiedad de las tierras, mantienen su
dominio social, político y económico, en Guayaquil la burguesía comercial y financiera
surgió como una antítesis al latifundismo.
“En un país con economía agrícola el proletariado industrial no existió, eran reducidos
los pocos obreros la clase trabajadora era fundamentalmente campesina, y por
consiguiente predominaron las luchas indígenas y campesinas” (Paz y Miño, 2016, p. 7)
Pero no la lucha de clases entre capitalistas y proletarios prácticamente inexistentes en un
inicio que con el pasar de los años se ira haciendo más visible y preponderante en busca
de los derechos sociales. Según Crawford (1980) expresa que:
Eloy Alfaro quiso industrializar al país y dictó varios decretos con ese propósito, pero la
industria no despegó. Incluso el ferrocarril y otras obras materiales podían crear
condiciones para la modernización. Paz y Miño (2012) indica que “Se preocupó por la
sindicalización liberal de los primeros núcleos de trabajadores asalariados que eran una
ínfima minoría en la nación y expidió varios decretos para reformar las relaciones de
trabajo de la población indígena”. (p. 105) A lo que trató de convertirla en fuerza de
trabajo asalariada.
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Poco logró y el régimen oligárquico en su base económica siguió vigente. Sin embargo,
Alfaro sí realizó la más importante transformación en los campos político, jurídico e
ideológico, algo que debe ser resaltado pues en esas esferas operó la Revolución Liberal.
Predominio plutocrático
Los sectores medios que habían crecido con la burocracia y el comercio menor pugnaron
por participar en el poder. “Las organizaciones obrero-artesanales cuyo desarrollo a
principios de siglo fue intenso, reivindicaban sus derechos. La guerra europea y
fundamentalmente el triunfo de la Revolución soviética fueron el marco externo de
influencia político-ideológica.” (Paz y Miño, 2016, “Trabajadores y movimiento obrero”,
p15)
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mundial y se dio una sobreproducción de fruta, al mismo tiempo que azotaron varias
enfermedades y plagas por añadidura, las plagas destruyeron las plantaciones” (p.110).
De 1918 a 1923 el auge de exportación se vino abajo. Reyes (1983) “a los comerciantes
y banqueros quienes usaron su control político para imponer medidas económico-
monetarias que trasladaban el peso de la crisis a los trabajadores” (p. 87). Una coyuntura
de agitación social culminó el 15 de noviembre de 1922, cuando la protesta popular fue
sangrientamente reprimida en las calles de Guayaquil, con saldo de cientos de muertos.
Albornoz (1983) “Fue el bautismo de sangre de los trabajadores organizados” (p. 32),
cuando en 1924 llegó a la presidencia Gonzalo Córdova, la etapa finalizaba. El
liberalismo había perdido su base popular, la reacción conservadora acumulaba fuerzas
para lanzarse a la revuelta, la crisis económica no se superaba, el descontento estaba en
todo lado. Córdova fue derrocado el 9 de julio de 1925 por un golpe de militares
progresistas.
Organizaciones sindicales
Cuando el Dr. José Luís Tamayo asumió la Presidencia de la República para gobernar
durante el cuatrienio de 1920 a 1924, la crisis que se venía incubando desde 1914 como
consecuencia de las restricciones económicas producto de la Primera Guerra Mundial
llegó a límites casi insostenibles para la economía nacional y se presentó con toda su
agudeza.
Esta situación afectó duramente a todos los ecuatorianos, sobre todo a partir de 1922, año
en que nuestro país debió enfrentar una dura situación económica debido a la falta de
divisas, originada por el exceso de importaciones y la falta de exportaciones; pues en ese
tiempo el rubro más importante sobre el que se basaba la economía nacional era la
exportación del cacao, Según Salvat (1980) “Cuyo precio precisamente en ese año había
sufrido una significativa caída en el mercado internacional” (p. 34).
Todas estas condiciones trajeron como resultado el descontento de los trabajadores que,
influenciados por la novelería izquierdista proveniente de la Unión Soviética, organizados
en diferentes gremios laborales empezaron a exigir mejoras salariales.
“Por esa época ya se había creado en Guayaquil la Confederación Obrera del Guayas, y
se advertían los primeros movimientos destinados a lograr la organización sindical,
situación que fue aprovechada por los politiqueros para intentar poner fin al gobierno
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constitucional del Dr. Tamayo y de esa manera alcanzar el poder”. (Albornoz, 1983,
“Historia del movimiento obrero ecuatoriano”, p.78).
Al odio contra los abusos y los privilegios entronizados entre las clases dominantes, y las
limitaciones económicas y sociales que venía padeciendo el pueblo ecuatoriano, únase un
idealismo político y clasista que por primera vez pretendía hacerse valer plenamente en
todo el país, pero cuyas aspiraciones chocaban con lo establecido por la Constitución
vigente.
Las masas obreras de Guayaquil que eran las que representaban el poder
productivo ecuatoriano reclamaron mejores salarios, la reducción de las horas de
trabajo y, sobre todo, la incautación de los giros internacionales para evitar la
especulación con su venta, que, a decir verdad, de eso poco conocían y a ellos en
nada afectaba: pero al no obtener respuestas favorables por parte del gobierno, en
los primeros días de noviembre de 1922. Decretaron en Guayaquil la primera gran
huelga general de trabajadores. (Albornoz, 1983, “Historia del movimiento obrero
ecuatoriano”, p.80).
Luego de que la ciudad viviera una semana sin alumbrado debido a cortes en el fluido
eléctrico y sin abastecimiento de alimentos, miles de trabajadores empezaron a desfilar
por las calles exigiendo soluciones inmediatas a sus problemas y al alto costo de la vida,
paralizando además completamente la actividad comercial, industrial, social y económica
de Guayaquil.
“El Dr. José Vicente Trujillo, quien entonces ejercía el cargo de Síndico de los Centros
Obreros, y sobre quien recaía la responsabilidad de mantener la huelga, pronunció el día
14 una encendida arenga política en la que dijo: hasta hoy el pueblo ha sido cordero, pero
mañana se convertirá en león” (Albornoz, 1983, “Historia del movimiento obrero
ecuatoriano”, p.82).
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Vinieron luego las incitaciones para asaltar los almacenes y en la Av. 9 de octubre se
inició un desenfrenado saqueo que obligó a la policía a realizar disparos al aire, primero,
y luego al cuerpo de los asaltantes. Horas más tarde y solo gracias a la intervención del
ejército y la policía, se pudo detener el vandalismo, con el lamentable saldo de gran
número de muertos.
Posteriormente, cuando aquellos que pidieron a las autoridades que actuaran con
mano dura se lavaron cobardemente las manos tratando de rehuir sus
responsabilidades, el Gral. Enrique Barriga, Jefe de Zona de Guayaquil, declaró
virilmente: Yo soy el único responsable de esos sucesos. (Albornoz, 1983,
“Historia del movimiento obrero ecuatoriano”, p.98).
Tres días más tarde todo o casi todo había vuelto a la normalidad. Se restableció el
servicio eléctrico, los bancos abrieron sus puertas con normalidad y las actividades
generales volvieron a marcar el ritmo laboral de Guayaquil, aunque aún se podían ver las
huellas de los destrozos causados en los almacenes y negocios que habían sido saqueados,
y en las calles persistía la presencia de policías y militares que custodiaban la ciudad.
Varios años después, los escritores de izquierda y de manera especial Joaquín Gallegos
Lara con su novela Las Cruces Sobre el Agua, satanizaron los hechos llevándolos a
extremos de fantasía increíbles. Gallegos dice que los soldados las abrían el vientre a los
muertos, con sus bayonetas, y luego los tiraban al río para que no refloten. (Gallegos, J
citado en Salvat "Historia del Ecuador", 1980, pág. 65)
Las masas fueron rodeadas y los soldados realizaron una espantosa carnicería en
las calles, en las plazas y dentro de las casas y almacenes. La matanza no terminó
sino a avanzadas horas de la tarde. Cuantos grupos pudieron se salvaron solamente
gracias a una fuga veloz. Luego, en la noche, numerosos camiones y carretas se
dedicaron a recoger los cadáveres y echarlos a la ría. (p. 103)
Fantasías las de Gallegos Lara, las de Reyes, y las de todos aquellos que con sus escritos
desorientaron inclusive a la historia. En todo caso, la revolución del 15 de noviembre de
1922 marcó el inicio de las transformaciones sociales de los trabajadores ecuatorianos y
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sus consecuencias económicas tuvieron fundamental incidencia, tres años más tarde, en
la Revolución Juliana.
La revolución juliana
La Revolución Juliana ha sido poco estudiada en la historia del Ecuador. Sobre ella se
impuso un silencio interesado, porque fue la primera en sentar las bases contra el sistema
oligárquico-terrateniente. Además, porque también Reyes (1980) fue “Pionera en
imponer los intereses nacionales sobre los intereses privados y especialmente sobre los
de la banca y los banqueros de la época” (p. 150). Y, finalmente, porque marcó el
momento de la superación histórica del liberalismo y del conservadorismo tradicionales,
permitiendo, al mismo tiempo, el aparecimiento de la izquierda ecuatoriana. La
historiografía tradicional prestó poca atención a la Revolución Juliana.
La ubicó, normalmente, como un acontecimiento más en la vida del país, sin comprender
en profundidad su alcance y significación. Adicionalmente, solo contamos con algunos
artículos aislados y otros que recogen documentación o realizan análisis que se limitan al
momento del golpe de Estado juliano.
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Viteri Lafronte, Isidro Ayora, Humberto Albornoz, Adolfo Hidalgo Nevares, José
A. Gómez Gault.
3. Isidro Ayora Cueva, desde el 1º. de abril de 1926 hasta el 16 de abril de 1929
como Presidente Interino (Interino y Constitucional desde el 10 de octubre de
1928) y desde el 17 de abril de 1929 hasta el 24 de agosto de 1931 como Presidente
Constitucional nombrado por la Asamblea Nacional. Duró, en definitiva, cinco
años y cuatro meses.
La Revolución Juliana pretendió iniciar según Rama (1976) “una reforma integral de
todos los poderes del Estado, pero con la intención de hacer justicia se cometieron
también muchos desacatos. Todo se lo quería hacer de nuevo: Construir, ordenar y
disciplinar; y se dictó todo tipo de leyes, la mayoría de ellas, desgraciadamente, de
ninguna utilidad” (p. 185)
Movimientos políticos
El sistema político de Ecuador se basa en una serie de condiciones históricas y sociales
que han hecho que los partidos políticos tengan una connotación muy importante dentro
del convivir del ciudadano ecuatoriano. os partidos y movimientos políticos de Ecuador
son organizaciones de carácter político-electoral, con derecho a participar en los procesos
electorales del país. Según Albornoz (1983) expresa que:
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pasó a llamarse Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas. Según Albornoz
(1983):
Buscando respaldo a sus afanes golpistas el Dr. Velasco Ibarra involucró en su intentona
a varios miembros de los partidos políticos derrotados, la mayoría de ellos de tendencias
izquierdistas, y a algunos militares miembros de la escuela de aviación.
Gobernaba entonces como Encargado del Poder el Dr. Andrés F. Córdova, quien dispuso
la inmediata captura del insurrecto, que luego debió abandonar el país, Según Albornoz
(1983) expresa que:
“Para enfrentar a esta candidatura, las fuerzas opositoras organizaron una coalición a la
que denominaron Alianza Democrática Ecuatoriana (ADE)” (Reyes, 1980, p.215). La
misma que agrupó a comunistas, socialistas, conservadores y disidentes del Partido
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Liberal. Esta coalición auspició la candidatura del Dr. José María Velasco Ibarra, que se
encontraba -como fue siempre su costumbre- radicado fuera del país.
Este hecho vino a exaltar más los ánimos de los enemigos del régimen, y precipitó el
golpe militar para derrocar al Dr. Arroyo del Río, a quien faltaba muy poco tiempo para
terminar su mandato constitucional. Por entonces, el Dr. Velasco Ibarra se trasladó a
Colombia donde esperó tranquilamente que estalle la revuelta que se estaba gestando
desde 1943.
Entonces, respaldados por tanques militares, soldados y civiles, atacaron el cuartel del
Batallón de Carabineros leal al gobierno ubicado en la calle Cuenca, entre Chile y
Chimborazo.
Lo que sucedió luego fue espeluznante, “Acosados por todos lados, los Carabineros se
defendieron heroicamente combatiendo desde barricadas, techos y ventanas a fuerzas
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muy superiores en número y armas. Decididos a no rendirse resistieron durante varias
horas con encomiable y ejemplar valor, hasta que ante la imposibilidad de vencerlos los
atacantes decidieron incendiar el edificio con sus defensores adentro” (Salvat, 1980,
“Historia del Ecuador”, p. 123).
A las 8 de la mañana del día 29 todo había concluido. De los 300 carabineros que
defendían el cuartel, muy pocos lograron sobrevivir: La mayoría había perdido la vida
durante la refriega, muchos heridos fueron alcanzados por las llamas del incendio y
murieron carbonizados, y los que intentaron escapar fueron vilmente asesinados.
Entonces, al tiempo que se desataba una ola de saqueos y destrucción a las viviendas y
propiedades de los arroyistas, se inició también una cadena de atropellos, vandalismos y
delitos, que fue la característica que identificó a dicha revolución y al gobierno posterior.
Para entonces, en Quito habían asumido el poder Hasta que llegue Velasco Ibarra, Julio
Teodoro Salem, por los disidentes del partido liberal; Mariano Suárez Veintimilla, por
los conservadores, Según Salvat (1980) “Manuel Agustín Aguirre por el Partido
Socialista; Gustavo Becerra, por el Partido Comunista; el Gral. Luis Larrea Alba, por
Vanguardia Revolucionaria Socialista; y Camilo Ponce Enríquez, por el Frente
Democrático Ecuatoriano” (p. 130)
Posteriormente y durante cerca de cuarenta años, se ha tratado de sostener que este fue
un levantamiento popular, pero el entonces Tente. Sergio Enrique Girón, uno de los
principales gestores de la revuelta, demuestra lo contrario cuando dice: Fue durante las
últimas semanas del pasado año de 1943, y en la población orense de Piñas (Albornoz,
1983). La fecha y el lugar donde se fraguó un plan revolucionario militar que meses más
tarde, debía culminar en las jornadas de reconstrucción nacional de los días 28 y 29 de
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mayo, que libró brillantemente el ejército y el pueblo de Guayaquil, para liquidar la tiranía
de la oligarquía gobiernista del Dr. Arroyo del Río.
Reyes (1980) manifiesta que “consumada la revuelta y cuando todos esperaban que el Dr.
Francisco Arizaga Luque sea llamado a gobernar, por iniciativa del Dr. Julio Teodoro
Salem los gestores del cuartelazo llamaron al Dr. Velasco Ibarra, que nada había tenido
que ver con el golpe de estado, y le entregaron el mando de la República” (p.315).
“El Dr. Velasco Ibarra entró a Quito el 1 de junio de 1944, y fue recibido por una gran
masa popular que le tributó un caluroso recibimiento y creyó confiadamente en los
ofrecimientos de cambios sociales que les hacía el locuaz demagogo” (Reyes, 1980,
“Breve Historia general del Ecuador”, p. 320). Velasco comprendió entonces que el
pueblo estaba ávido de escuchar sus promesas, y convertido en líder absoluto dio a la
revolución un giro radical y la hizo suya, convirtiéndola en su propia bandera política y
echando de su lado a quienes la habían realizado.
“Se cometieron toda clase de atropellos y delitos y, celoso de la obra del Dr. Arroyo,
Velasco Ibarra procedió a apropiarse de ella. Fue así como el Instituto Cultural
Ecuatoriano, creado en 1943, fue vuelto a crear con el nombre de Casa de la Cultura
Ecuatoriana” (Reyes, 1980, p. 334). Al Colegio Nacional Juan Pío Montúfar de Quito,
fundado en octubre de 1943, se le cambió la placa de fundación por otra de 1944 que dice
solamente Colegio Montúfar. Puentes, caminos, edificios y otras obras que ya habían sido
inauguradas por el gobierno del Dr. Arroyo, volvieron a ser inauguradas solemnemente
por el Dr. Velasco Ibarra.
La biblioteca particular del Dr. Arroyo le fue confiscada, y con ella se creó la
biblioteca de la Universidad de Loja; pero dicho centro de estudios se negó a ser
partícipe del despojo y la recibió sólo en custodia, para devolverla posteriormente
a su legítimo dueño. Usurpó bienes e incautó depósitos bancarios. Encarceló y
maltrató impetuosamente a quienes lo llevaron al Poder, e hizo caso omiso del
derecho de Hábeas Corpus. Fue tanta la corrupción, los negociados y el saqueo de
los fondos públicos, que el Dr. Enrique Boloña Rodríguez, Gobernador de la
Provincia del Guayas, presentó su renuncia en noviembre de 1945 declarando
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que El lodo salpica hasta las mismas alturas del Poder. (Albornoz, 1983, “Historia
del movimiento obrero ecuatoriano”, p. 331)
Los desaciertos llegaron a su culminación el 30 de marzo de 1946, cuando siguiendo su
costumbre el Dr. Velasco Ibarra perpetró una vez más el rompimiento del orden
constitucional y se proclamó dictador.
Pero la tormenta no podía durar mucho y el 23 de agosto de 1947, luego de haber cometido
todos los abusos, delitos, desatinos y atropellos contra la República, la Constitución, las
Fuerzas Armadas y la ciudadanía; su propio Ministro de Defensa, Cornell. Carlos
Mancheno Cajas, por medio de un golpe militar lo obligó a renunciar vergonzosamente,
poniendo fin a esa época borrascosa que caracterizó a la Revolución del 28 de mayo,
llamada pintorescamente “La Gloriosa”.
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CAPITULO III
METODOLOGÍA
Diseño de la investigación
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CAPITULO IV
CONCLUSIONES
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Desde su constitución el PSE se expresaría como un partido pequeño burgués a cuyo
interior se moverían 3 tendencias. Una liberal democrática, una socialista utópica y una
sindical comunista. La transformación de una sus tendencias en el Partido Comunista del
Ecuador a merced del oportunismo y su historia posterior será una secuela de abandono
de las tesis revolucionarias, de claudicaciones y de colaboraciones con los gobiernos de
los grupos oligárquicos hegemónicos.
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RECOMENDACIONES
Es necesario que los docentes de Ciencias Sociales difundan y generen una identidad
nacional a través de la enseñanza de los procesos y cambios que se dieron en el país con
procesos de lucha del proletariado del Ecuador. De esta manera se pueda generar un
entendimiento social, político e ideológico de los hechos y procesos del país.
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Bibliografía
Albornoz, Oswaldo, Historia del movimiento obrero ecuatoriano, Editorial Letra Nueva,
Quito, 1983.
Miño, W. (2008). Breve Historia Bancaria del Ecuador. Quito: Corporación Editora
Nacional.
Neil, J.(2003). Metodos De Investigacion p. 245, Prentice Hall, México.
Rama, Carlos, Historia del movimiento obrero y social latinoamericano contemporáneo
p. 200, Editorial LAIA, Barcelona, 1976.
28
ANEXOS
Albornoz, O. (1983). Historia del movimiento obrero ecuatoriano, . Quito: Letra Nueva.
Cueva, A. (1980). El desarrollo del capitalismo en América Latina. México: Siglo XXI
29
Rama, C. (1976). Historia del movimiento obrero y social latinoamericano
contemporáneo. Barcelona: LAIA.
Reyes, O. (1962). Breve historia general del Ecuador. Quito: Imprenta Nacional.
Miño, W. (2008). Breve Historia Bancaria del Ecuador. Quito: Corporación Editora
Nacional.
30