Al Desnudo

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Con sus dos perras, el escritor se siente

feliz en México, país de su residencia


definitiva. Ha prometido no volver más
a Colombia. Creditos: circoiberia.word-
press.com

ENTREVISTA » JAIME DE LA HOZ SIMANCA

I. El escritor en escena
El controvertido
escritor colombiano
habló de su vida y
obra en una larga
Fernando E l escritor Fernando Va-
llejo pide, por favor, que
al solicitar el permiso para
acercarse al púlpito y to-
entrevista que no
dejó cabos sueltos.
Su irreverencia
Vallejo mar las fotografías, le diga
al sacerdote que él es un
pintor mexicano con de-
seos de llevar a su país un
aparece aquí en
todo su esplendor
al desnudo recuerdo bajo la escultura
de Rodrigo Arenas Betan-
court que cuelga del techo
de la Catedral Metropoli-
tana. No quiere tener pro-
blemas, según advierte.
Porque sabe que sus agui-
jones más violentos han

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sido contra los curas, a los que califica de


travestis.
Lo dice con el mismo rostro de yo no
fui que ahora revela, mientras de su boca
van saliendo adjetivos fuertes, cargados
de ironía, pero matizados a veces con una
sonrisa que otorga la sensación de estar Es un andariego. Va, de ciudad en
fingiendo. ciudad, pregonando sus causas, esas
Vallejo, este escritor irreverente y procaz, que están expresadas en sus obras y que
habla con una sinceridad a prueba de du- él se encarga de expandir en todos los
das. Es una convicción construida en me- escenarios, desde el atril ubicado en la
dio de la soledad de toda la vida y, última-
adusta sala de un instituto superior de
mente, con la compañía de las dos perras
que viven en su casa de México. educación, hasta el sillón abullonado de
un estudio de televisión”
Llegó para participar en un evento cul-
tural que convoca anualmente a escri-
tores, poetas, cantantes, caricaturistas,
periodistas y pensadores de relevancia lugar al temor, ni siquiera al respeto, sino
internacional. Y vino con la aureola de es- al asombro y a la admiración. No sabe le-
critor maldito que muchos quisieran ver vantar el tono de sus palabras. O no quie-
en la hoguera y otros, como “Juan Carlos re. Y eso lo muestra aún más como un
Borbón, alias Su Majestad don Juan Car- extraño personaje al que muchos califican
los I de Borbón y Borbón (con el ‘de’ y la de loco y otros de excéntrico, al estilo de
‘y’ que se suelen poner estos zánganos en José María Vargas Vila, el iconoclasta de
sus nombres para significar que nacieron finales del siglo XIX y principios del XX de
de la vagina de oro)” —como escribió al- quien Vallejo habrá de ocuparse más ade-
guna vez— desearían verlo transformado lante y con el que mantiene similitudes.
en oso o lobo para matarlo a escopetazos
***
al pie de los Cárpatos.
—¿Qué deiende en su obra?
A golpe de vista, y de acuerdo con el
estereotipo cultural de nuestros tiempos, —En mi obra y en mi vida defiendo la
la imagen de Vallejo no corresponde a lo causa por los animales: los mamíferos, los
que desde hace varios lustros pregona en que tienen un sistema nervioso complejo
todos los escenarios donde asiste, ni a lo por el que sienten dolor, miedo, hambre,
que escribe en revistas especializadas del sed, tedio.
mundo iberoamericano. Todavía conserva —¿Ha llorado por los animales?
su timidez de niño bueno y las maneras
decentes de quienes han estado largos —¡Claro! El haberme quitado la venda
períodos en contacto con santos, hostias y moral que me puso la sociedad colombia-
biblias en sus más disímiles versiones. na y la religión católica fue una desgracia
para mí, porque me amargó la alegría.
Su voz revela inocencia. Pese a los grue-
sos adjetivos que se esparcen desde sus —¿Le duelen más las muertes de los
labios, como serpientes venenosas, no hay perros que la de los seres humanos?

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—Me duelen ambas. Y llevo la lista en medios al escuchar su andanada de frases


una libreta. Anoto los nombres de las per- y, sobre todo, la alusión a personajes vivos
sonas que he visto por lo menos una vez o muertos. En todos los casos, es evidente
y de los que después me entero que han su simpatía o su desprecio y entonces uno
muerto. Voy en 573 e incluyen cuatro ani- observa que la velocidad de sus palabras
males. La de mayor impacto fue la muerte alcanza niveles de vértigo.
de mi abuela materna, la que más quise A Vargas Vila, el escritor incendiario que
en mi vida, Raquel Pizano. Fue demoledor, lo antecedió en su odio anticlerical, lo evo-
pero nunca comparable con la muerte de ca con singular fruición. “Siento una gran
mi hermano Silvio que se pegó un tiro en simpatía por él”, dice. Enseguida recuerda
la cabeza a los 25 años, o la de mi herma- que su compatriota estuvo acompañado,
no Darío, que he contado en El desbarran- durante gran parte de su vida, por Ramón
cadero. Palacio Viso, un venezolano que permane-
—¿Cuántos muertos tiene encima a ció con él hasta el momento de su muerte
raíz de su obra literaria? ¿Conoce algu- en el año 1933, en un apartamento de la
nos suicidios como los que provocó Ibis, calle Salmerón de Barcelona.
de Vargas Vila? “La imagen que se tiene de Vargas Vila
—Yo no estoy incitando a nadie al suicido es la de un hombre mujeriego porque sus
sino a que no se reproduzcan. ¿Por qué se novelas están llenas de lujuria por la mu-
van a suicidar por mí? Nunca he pedido a jer. Es muy probable que Vargas Vila hu-
nadie que se mate. Pido que no sigan ma- biera sido homosexual y que Palacio Viso
tando vacas ni cerdos y que empiecen a hubiera sido su amante. En Europa y Cuba
ver lo que no les enseñó su religión mise- estuvo todo el tiempo con él. Y el terror
rable. No predico el suicidio. Vivir es muy que tenía de morirse era dejarlo solo”,
difícil y morir también. Pero aquí estamos. agrega.
Lo conoce, sin duda. Tanto o más que
II. Vargas Vila y sus demonios a los poetas Porfirio Barba Jacob y José
Fernando Vallejo usa una chaqueta ma- Asunción Silva, sus biografiados notables.
rrón con cuatro bolsillos grandes: dos arri- Pero sus semejanzas con Vargas Vila tal
ba y dos abajo, repletos de quién sabe qué. vez lo obligan a descalificarlo en la condi-
En esta oportunidad lleva en su cuello un ción de escritor, sin que deje de reconocer
adorno de carnaval que se extiende has- el apasionamiento que siente por el per-
ta el tercer botón de su camisa a cuadros. sonaje. Sabe, incluso, que en 1924 el autor
Es alto y flaco, coronado con un peinado de Flor de fango visitó su tierra, lanzó dar-
hacia atrás que también luciría si fuera dos a diestra y siniestra y exigió el pago de
ministro o senador de la República, como los derechos de autor por la filmación de
su padre, el abogado conservador Aníbal Aura o las violetas, película basada en la
Vallejo Álvarez. famosa novela que lleva el mismo nom-
Pero de su progenitor no habla, como sí bre, puesta en escena por los hermanos Di
lo hace de política, sólo para despotricar Doménico sin previa negociación.
contra ella y, luego, relamerse los labios Sabe también algo que ni los mismos
por el gusto de alcanzar los adjetivos ne- biógrafos de El Divino escribieron en sus
cesarios que proporcionan contundencia libros: Vargas Vila es el escritor de lengua
al ataque. Pareciera no existir términos española que tiene más títulos traducidos

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al francés. Incluso, más que el español —Mi mamá fue una mujer muy loca que
Blasco Ibáñez. Vallejo recuerda que cuan- tuvo muchos hijos y una casa que fue un
do llegó a México en 1971, la sombra de manicomio. Hay cuentas mías con ella
Vargas Vila aún vagaba a través de edicio- muy complejas que a lo mejor no podría
nes piratas, engrapadas, que circulaban de captar en un libro. De todas maneras, ella
mano en mano, pero sin la estampilla roja murió hace poco y ya está en la libreta de
de la primera página que exigió el escri- mis muertos.
tor en la reedición de sus obras completas —¿Desprecia a García Márquez?
que hizo la Editorial Sopena de Barcelona.
—Siempre me preguntan por él. Él es
Y señala, al final de los reconocimientos,
un colega de la literatura. Pienso que es
que quien escribiera la catilinaria Ante los
un prosista menor al lado de grandes
bárbaros fue el primer escritor hispanoa-
del idioma como Azorín y Mujica Láinez.
mericano que vivió del oficio de escribir.
Cervantes es un gran escritor y un pési-
“No ganaba las fortunas que él decía ni mo prosista, dos cosas distintas. Además,
vivía en las villas en las que fechaba sus García Márquez es un novelista sin origi-
novelas, al final de ellas —como Villa nalidad profunda, así Remedios la Bella se
Ibis, Málaga, que aparece en una de sus vaya al cielo con una sábana.
obras—, pero podía vivir de lo que escri- —Hablemos de sus traumas...
bía. Eso es notable”, agrega.
—Yo no tengo ningún trauma. Mi con-
Después, sobrevienen los aguijones: que Var- cepción de la sexualidad es muy clara:
gas Vila escribió veinte novelas que parecían la ningún acto sexual, mientras no medie la
misma; que era un escritor menor, un prosista violencia ni la imposición y mientras no
malo y de peor gusto; y que, contra lo que pare- esté destinado a la reproducción, es ino-
cía, era bastante ignorante tal como se observa, cente. La sexualidad no tiene ninguna im-
según Vallejo, en los pequeños fragmentos del portancia. Aunque si está destinada a la
Diario intimo, repletos de errores de ortogra- reproducción, es un crimen.
fía, que publicó Consuelo Triviño hace algunos —¿Qué pasará entonces con la vida sin
años después de recuperarlos en La Habana. la reproducción?
De Vargas Vila habla con furor y casi con —Que se acabe la vida sobre la tierra.
desmesura, como si estuviera hablando de Aquí estamos hablando, cargando con una
los perros que le matan todos los días y de cruz que nos impusieron. Yo no estoy pro-
los autores de esas muertes para los que poniendo que se acabe la especie humana,
también pide la muerte. Pero la distancia sino la vida sobre la tierra, porque es un
que guarda con el panfletario es la mis- planeta desdichado, miserable. La muerte
ma que lo acerca al momento de verlos, no es más que la muerte individual. El que
sólo separados por el tiempo, irse lanza crea que se está perpetuando a través de
en ristre contra los curas y su máximo ex- los hijos es un ingenuo. De los hijos no que-
ponente, el Papa; o mirarlos, de soslayo, da uno, sino la maquinaria biológica, los
profesando un amor contrariado hacia la genes, el DNA que transmiten los padres.
madre y expresar un profundo afecto hacia
—Hay un rumor: que usted odia a los
los hermanos.
negros...
***
—¡Pero, cómo, si yo me he acostado con
—¿Qué puede contar de su madre? muchos negros!

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Vallejo, siempre irreverente. Con esta fo-


tografía ilustró la portada de ‘La puta de
Babilonia’, otra de sus polémicas obras.

III. Barba Jacob, José Asunción Silva y gación de diez años.


Fernando González
La obra, en alguna medida, marca su
El son del viento en la arcada comienzo literario, pues la primera ver-
tiene la clave de mí mismo: sión apareció en México en 1984 cuando
sólo había escrito y dirigido tres pelícu-
soy una fuerza exacerbada las que hoy forman parte de la filmogra-
y soy un clamor de abismo. fía del olvido. Pero, mientras escribía los
guiones y se movía en los espacios cine-
Fragmento de “El son del viento” matográficos, avanzaba simultáneamente
(de Tragedias intencionales) en la investigación sobre un personaje del
que se había obsesionado en sus tiempos
Poririo Barba Jacob de adolescente. Porfirio Barba Jacob, en
México, Palacio de la Nunciatura, 1920 efecto, lo atrajo con una extraña fuerza no
exenta de fascinación. Por eso, en el ins-
En el bolsillo superior de su chaqueta,
Vallejo carga un gotero oftalmológico con tante que decidió sumergirse en su mun-
el que controla sus problemas de visión. do biográfico, supo que habría de recorrer
Dicen que está quedando ciego, pero él los caminos que había transitado el poe-
afirma que es parte de la leyenda que ya ta antioqueño por las distintas tierras de
empieza a cubrirlo. Encima de la mesa que Centroamérica y de su propio país. Así, lo
sirve como escenario de la entrevista está siguió de cerca en medio de una pesquisa
el libro Barba Jacob, el mensajero, publi- que produjo la biografía en dos versiones,
cado por Editorial Planeta y escrito por una de ellas con más de quinientas pági-
Vallejo después de una minuciosa investi- nas.

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Vallejo toma el libro entre sus manos y apertura que revelan una intimidad pocas
contempla durante varios minutos el ros- veces insinuada y a la que Vallejo se aferra
tro de caballo del poeta que mira hacia de la misma manera que cuando habla de
ninguna parte. Es la versión fotográfica José María Vargas Vila a quien su biógrafo
de la caricatura de carátula del libro de de cabecera, Arturo Escobar Uribe, pone
sus Obras completas, publicado con 400 a salvo de una supuesta relación homo-
páginas desconocidas por las ediciones sexual con su secretario de siempre, Ra-
académicas de Rafael Montoya y Montoya món Palacio Viso.
que sirvió de apoyo no sólo para su labor Fernando Vallejo vuelve a mirar el libro
detectivesca, sino para la desmitificación y de Barba Jacob y uno cree que está frente
adorno —con la correspondiente dosis de al espejo protagonizando los mismos es-
morbo— del poeta atormentado. cándalos, admirando su otro yo que andu-
La biografía comienza así: “El doce de vo senderos en el filo de la navaja de una
abril de 1927, tras un ir y venir incierto de vida paralela con orillas iguales y con el
veinte años por tierras de Centroamérica sello de la irreverencia y la contravía a un
y de México y por islas del Caribe, regre- mundo que ambos desprecian. Pareciera
só Barba Jacob a Colombia por el puerto que todo aquello que narra como un río en
de Buenaventura. Venía acompañado de el que revela una vez más su odio visceral
un muchacho centroamericano, entre los no es suficiente, pues dice que no le gustó
diecisiete pasajeros de cubierta del barco ninguna de las dos versiones.
Santa Cruz de la Grace Line...”. “Cuando planeé el libro yo pensé que po-
Después de mencionar la partida de Bar- día hacer de la biografía el gran género li-
ba Jacob desde Barranquilla hacia Costa terario y que desplazaría a la novela, que es
Rica, Jamaica y Cuba, dos párrafos más el gran género de la literatura desde hace
adelante apunta Vallejo: “Al muchacho lo 300 años. Al fin y al cabo estaba basada
había conocido dos años antes, en León, en la estricta verdad y no en la invención
Nicaragua. Rafael Delgado era apuesto, ni en la ficción. Pero me di cuenta que no:
ignorante, indolente. Dieciocho años tenía la biografía será siempre un género menor
cuando se cruzó en una calle de su pue- y lo ha sido siempre, desde Plutarco. Uno
blo con un desconocido. Intrigado por su podrá escribir una buena biografía y a lo
aspecto extraño volvió hacia él la mirada mejor una gran biografía, pero nunca una
y el hombre se detuvo y le pidió un favor gran biografía será una gran obra litera-
absurdo: que fuera a comprarle unas aspi- ria”, agrega, mientras coloca el libro sobre
rinas. Para lo cual le dio un billete grande, la mesa para olvidarse de su existencia.
si bien valían unos centavos, y luego no le —¿Barba Jacob era una obsesión?
recibió el cambio alegando que nunca lo
—Ahora ya no —responde—. Fue una
hacía. (...) Y el muchacho, que apenas si
especie de obsesión porque era un perso-
sabía leer y escribir, que no tenía padres ni
naje mítico de mi tierra, pero se convirtió
había salido nunca de su pueblo, se juega
en un personaje de carne y hueso a quien
las únicas cartas que le dio la vida —su
llegué a conocer en su más profunda in-
juventud y su belleza— a la estrella del
timidad. Lo que nadie sabe es que Barba
desconocido”.
Jacob es uno de los grandes poetas de Co-
Era el año de 1924, según relata el escri- lombia, aunque no el más grande, pues
tor entusiasmado por aquellos párrafos de nadie mejor que José Asunción Silva, o tal

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vez León de Greiff. Pero después de ellos


está Barba Jacob.

—Ella lo idolatró y Él la adoraba...


—¿Se casaron al in?
—No, señor, Ella se casó con otro.
—¿Y murió de sufrir? Fernando Vallejo vuelve a mirar el
—No, señor, de un aborto. libro de Barba Jacob y uno cree que
—¿Y Él, el pobre, puso a su vida in? está frente al espejo protagonizando los
—No, señor, se casó seis meses antes mismos escándalos, admirando su otro
del matrimonio de Ella, y es feliz. yo que anduvo senderos en el filo de la
(“Idilio”, de José Asunción Silva). navaja de una vida paralela con orillas
iguales y con el sello de la irreverencia
Entonces, surge el tema del otro poeta
y la contravía a un mundo que ambos
colombiano de quien Vallejo escribiera desprecian”
un texto biográfico de más de doscientas
páginas. Lo publicó en 1995, cuatro años
chando el final trágico de Silva, para decir
después de entregar la segunda versión de
que Hemingway era un personaje despre-
la biografía de Barba Jacob y un tiempo
ciable, un hombre enfermo de infantilismo
breve luego de Entre fantasmas, el quin-
y un gringo elemental del que sólo permi-
to libro de una serie en la que realiza un
te hablarse bien por el hecho de haberse
furioso strip tease que lo desnuda más
matado de mala manera.
como un escritor autobiográfico que, an-
ticipándose a las posibles biografías sobre “Tratan de hacernos creer que la prosa
sus andanzas y diatribas, decide mostrar de sus novelas es magnífica. Pienso que El
su miseria y sus encantos bajo la pálida viejo y el mar es un cuento insignificante
luz de los reflectores que lo enfocan desde y creo que Adiós a las armas y Por quién
diversos ángulos del gran salón. doblan las campanas no son grandes no-
velas. Nunca dijo nada que podamos re-
El libro sobre Silva, Chapolas negras, no
cordar ni que nos ilumine respecto al ser
está sobre la mesa, pero Vallejo lo men-
humano. Era un cazador, un tipo a quien
ciona, como siempre, para hablar de sí
le gustaban los toros”, señala.
mismo y despotricar contra otros en el
momento en que el ritmo de sus frases en- —¿Cómo se mataría usted? —pregunto.
cuentra el descampado ideal. Ya lo había —No tengo problemas económicos ni de
hecho en la biografía del suicida a través fracaso personal porque he hecho lo que
de las páginas en las que ironiza y se burla se me ha dado la gana—responde—. Pero
de esa sociedad colombiana de finales del si me tuviera que matar elegiría la forma
siglo XIX en la que el poeta vivió consumi- en que lo hizo Silva: pegándome un tiro en
do por las deudas y oculto tras los libros el corazón. En la cabeza no, como lo hizo
de contabilidad, muchos de los cuales el mi hermano Silvio, pues me daría miedo.
biógrafo pudo rescatar para apuntalar sus Ah, y sin el círculo dibujado porque esa es
argumentos. una leyenda que ronda al doctor Evange-
Pero también lo hace ahora, aprove- lista Manrique, amigo del poeta.

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Sus conferencias despiertan gran ex-


pectativa donde quiera que las dicta.
Su lenguaje directo despierta múltiples
reacciones.

Los ojos verdes de este gatazo negro que que lo fueran los integrantes del Nadaís-
se asolea en Vía Malta, a la vuelta de mi mo cuyo maestro supremo, Gonzalo Aran-
apartamento de Vía Doménico Fiasella, go, ofició en su nombre sus actos impíos y
10-2 me producen incitamiento vital. Me sus liturgias paganas traducidas en textos
hacen pensar: ¡Qué bueno asimilar ener- memorables o en actos de vida que mu-
gía y producirla luego en formas y actos chos vieron como la perfecta continuidad
bellos! ¡Eso es posible! Lo que más me ha del pensador envigadeño.
conmovido en Génova es este gato, por sus Vallejo dice que lo siente como parte
ojazos. suya y enfatiza el afecto que aún conserva
(Fernando González. Los negroides. En- por la figura de su tocayo, algunas de cu-
sayo sobre la Gran Colombia. Editorial Be- yas obras —El hermafrodita dormido, El
dout, Medellín). maestro de escuela y Viaje a pie— están
en los anaqueles del fondo, detrás suyo,
El nombre del escritor Fernando Gonzá- mezcladas entre tomos de enciclopedias y
lez debió aparecer en uno de esos quiebres libros de historia. Ahí están y, tal vez, en
repentinos que se generan en las respues- la biblioteca de Vallejo en México, con su
tas de Vallejo. Produce la impresión de carga de filosofía, su autenticidad ejem-
que no le alcanzaran las respuestas, pues plar y su búsqueda incesante de Dios.
pretende abarcar todo y se viene siempre En su niñez, dolorosa y aburrida, según
con múltiples alusiones que son como sus palabras, Vallejo recuerda que casi to-
imágenes rápidas en blanco y negro. El fi- das las tardes pasaba por las casa de Gon-
lósofo de Otraparte, que escandalizara a la zález —a la que bautizó con el nombre de
sociedad de su época con su pensamiento Otraparte y en ocasiones con el de Puta
provocador e irreverente, está aquí a tra- Mierda—, ubicada a la entrada de Envi-
vés del recuerdo y las evocaciones de uno gado, kilómetros antes de llegar a la finca
de sus pupilos más distinguidos después Santa Anita, donde vivían sus abuelos. En

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ese entonces ya conocía gran parte de las está ese tirano miserable en una cárcel de
leyendas que rondaban al Maestro y sabía desesperanza. Y el otro es Pastrana. Eso
que Otraparte era una especie de templo de ir a abrazar al gran asesino de Colom-
de la intelectualidad de la época y lugar bia, Tirofijo, es de una bajeza y cobardía
de visita de jóvenes que años después ha- únicas. Dejó el país preparado para que
brían de figurar en el panorama de las le- nos llegara la plaga que tenemos ahora
tras latinoamericanas. de este Uribe politiquero, igual de despre-
El 17 de febrero de 1964, a sus 22 años, ciable.
Fernando Vallejo se alistó para asistir al —¿Cuál es la obra que más quiere?
sepelio de su admirado tocayo, quien había —No, ninguna. No me interesa, ya las
muerto de infarto el día anterior. Recuerda escribí y listo. No me importan. Las re-
que en el recién remodelado cementerio cuerdo vagamente.
de Envigado se arremolinaron veintenas
de personas, una decena de señoras fami- —¿Qué opina de la felicidad?
liares suyas, y un espontáneo que repenti- —La condición sine qua non para la feli-
namente se paró encima de la tumba para cidad es el egoísmo. Si una persona no es
improvisar un discurso que terminó con egoísta no podrá ser feliz. Y yo no puedo
las últimas palabras que cierran el libro El serlo si estoy viendo que están acuchillan-
maestro de escuela: “¡Putísima es la vida!”. do las vacas y cerdos en los mataderos. Y
*** que miles y miles de millones de perros
están abandonados en las calles. Sé que
—¿No hubiera querido vivir, verdad? hay gente feliz, pero son egoístas. Aunque
—Yo hubiera preferido no haber vivido, la felicidad ajena no me ofende.
porque la vida es muy dolorosa. Y no me —¿Le produce felicidad el atractivo es-
mato porque es muy difícil dejar el cadá- tético del cuerpo masculino?
ver a los demás. Es que vivir y morir es di-
fícil, repito. —No. Es un atractivo sexual. No pasa a
ser espiritual. Me gustan muchísimo los
—Mencione cuatro personajes despre- muchachos independientemente de lo de-
ciables, según su criterio... más. En Fuego secreto está claro.
—Juan Pablo II. Es una alimaña. Nadie IV. ¿Babilonia es un pretexto?
como él hizo tanto para azuzar la paride-
ra en un mundo superpoblado. En México Vallejo habla con una sonrisa sardónica
estuvo cuatro meses predicando en contra a flor de labios que a veces se transforma
del preservativo y del control de la pobla- en risilla nerviosa. Su expresión sólo se
ción por el aborto. Un hombre que no tuvo altera cuando habla de los animales. Pero
palabras de amor por los animales, como dice, al preguntársele, que no se imagina
no las ha tenido ningún Papa. Es uno de un mundo en el que sólo él, y nadie más
los seres más dañinos que ha tenido la hu- que él, deambule en la tierra, al garete y
manidad. sin destino, conviviendo entre vacas y pe-
rros. Y si ocurriera así, podría, al segundo
—¿Quién más? día, pegarse el tiro en el corazón porque
—Fidel Castro: es el ser más vil, traicio- se acordaría de lo que siempre ha dicho:
nero, rastrero y cobarde que ha producido que esta vida no la merecemos, que nos
América Latina. Es una vergüenza para fue impuesta, que es dolorosa, y entonces
Cuba, para América y la humanidad. Ahí —pregunta ahora— ¿por qué tenemos

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que seguir la cadena? lo único que exporta es gente”. Lo dice con


Es un andariego. Va, de ciudad en ciu- aparente tranquilidad. Pero admite que un
dad, pregonando sus causas, esas que es- poco antes de cada presentación ante au-
tán expresadas en sus obras y que él se ditorios abarrotados siente vergüenza por
encarga de expandir en todos los escena- la timidez que siempre lo acompaña.
rios, desde el atril ubicado en la adusta ***
sala de un instituto superior de educación,
—¿Qué siente cuando lee un reconoci-
hasta el sillón abullonado de un estudio
miento elogioso de su obra?
de televisión. En la Universidad Nacional
Autónoma de México lo escucharon lan- —Si está muy bien escrito, me gusta
zando al viento sus adjetivos y metáforas mucho. Si no lo está, lo agradezco. Pero sí
que, poco a poco, se transformaron en prefiero que estén conmigo y no contra mí,
acusaciones contra la iglesia de todas las que me entiendan y que estén de mi lado.
religiones. Aprovechó la presentación de —¿Pero es consciente de que la ma-
su libro, La puta de Babilonia, para ata- yoría está contra usted? Me reiero a su
car a los sacerdotes y torcerles el cuello a obra literaria...
los distintos papas que, según él, no han —No, la mayoría no. Tal vez los que no
hecho más que azuzar la paridera en este me conocen porque no me han leído.
mundo superpoblado. En Santiago de Chi-
le disparó el rating de audiencia televisi- —¿No le teme a la muerte?
va de Hora 25 después de haber sido una —No, para nada.
especie de versión masculina de Claudia —¿Qué relexión ha hecho frente a ella?
Schiffer paseándose entre miles de libros
—Pues, la estoy esperando.
de la feria mientras exhalaba una extraña
fragancia. Y en Colombia, su país, lo oye- —¿Está cerca?
ron a través de una estación nacional de —Ya tiene que estar más cerca que lejos.
radio, repetir una y mil veces que conoce Yo he vivido más de lo que pudiera vivir,
el monstruo desde adentro y de ahí su li- porque biológicamente no es posible vivir
bro contra los tres fanatismos religiosos: más de lo que he vivido. Y no tengo ningún
el judaísmo, el cristianismo y el mahome- miedo, ninguno. Me gustaría que no fuera
tanismo. Fue el 18 de abril de 2007, día de una muerte indigna.
la aparición de La puta de Babilonia en
Colombia, y 18 días antes de la renuncia a —¿Qué es muerte indigna?
su nacionalidad a través de un documento —Por ejemplo, morir en una pelea calle-
rematado de la siguiente manera: “Así que jera, en cosas así, miserables.
quede claro: esa mala patria de Colombia —¿Cómo la imagina?
ya no es la mía y no quiero volver a saber
de ella. Lo que me reste de vida lo quiero —No la puedo imaginar.
vivir en México y aquí me pienso morir”. —¿Caminando por la calle con un perro?
Hoy dice que tal renuncia fue un escan- —No, porque quedaría abandonado. No
dalito que armaron los de una cadena ra- me puedo morir en la calle, no me puedo
dial. Y pregunta: “¿Por qué es significativo matar allí. Tengo que estar solo. Pero en
que haya por lo menos tres millones de realidad no me importa, aunque evidente-
colombianos afuera?”. Enseguida agrega: mente no quiero que me vayan a secuestrar
“No sé qué está pasando con el país que o me vayan a degradar. Lo que hacen las

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Vallejo con el autor de la entrevista, Jai-


me de la Hoz Simanca. Una confesión
con pelos y señales.

Farc, lo que han hecho con toda esta gente acabaron las máquinas, tuve que apren-
me parece monstruoso. Que me maten no der a escribir en computador y así lo he
me importa, pero que no me degraden. hecho durante los últimos años. Pero en
—¿En qué momentos se deprime? realidad, primero escribo los libros en la
—La vida está llena de momentos de te- cabeza a través de unas frases claves y ca-
dio, de felicidad, de tristeza... Si se muere minando por la calle con mi perra. Escribo
gente querida, uno se va derrumbando. Es dos veces una misma página: una, cuando
como una casa que está apuntalada en pi- la paso de la cabeza al papel; y la otra, en
lotes y se los vas quitando hasta que se la revisión del día siguiente.
cae. Entonces, a mí se me han caído mu- —García Márquez dijo en algún mo-
chos pilotes, me he ido quedando muy mento que escribía con un overol enci-
solo. Se me hace difícil vivir sin la gente ma, como un obrero de la literatura...
que me acompañó en la vida, que quise y
—Yo no siento que la literatura sea un
que ya no tengo.
trabajo, nunca lo he tomado así. Yo me
—¿Dónde está su vanidad? siento muy avergonzado porque nunca
—Yo creo que esos calificativos me los he trabajado. La literatura no ha sido un
tienen que poner los demás. Pero la vani- trabajo para mí, tampoco las películas
dad es inocente. que hice. Yo hubiera pagado por hacer-
—Vargas Vila, de quien usted habló, es- las porque las disfruté mucho. Escribir ha
cribía de pie, frente a un atril, con una cali- sido una forma de llenar el tiempo, un en-
grafía impecable. ¿Cómo escribe usted? tretenimiento con el que me he divertido
—Antes de los computadores lo hacía mucho.
en una máquina de escribir. Cuando se —¿A qué horas escribe?

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FERNANDO VALLEJO AL DESNUDO » JAIME DE LA HOZ SIMANCA

—En el último año no he escrito una lí- la misma manera que ha olvidado sus li-
nea. El año pasado no escribí nada y tam- bros, incluido El desbarrancadero, un libro
poco leí un solo libro. El tiempo vacío lo desgarrador en el que planea la sombra
llené escuchando música en casa, pues de su hermano Darío, quien muere de sida
desde hace muchos años no salgo a la ca- en medio de una agonía infame, mientras
lle, no aguanto el ruido de afuera. él, Fernando o su otro yo, sacude a placer
—¿Escribe con música? la Iglesia y la familia, dos instituciones que
forman parte de sus odios más enconados.
—Sí, muchas cosas las he escrito oyen-
do boleros porque me traen nostalgia. Los —¿Qué viene ahora? —pregunto al i-
boleros de Leo Marini, por ejemplo. Me nal.
gusta José Alfredo Jiménez y pienso que —Voy a escribir un último libro que se
Chavela Vargas es esplendorosa. La mú- va a llamar El don de la vida. Es un título
sica latinoamericana de los años sesenta, irónico, porque la vida es una desgracia,
antes de que la invadieran los gringos, es una carga. He empezado a escribirlo va-
maravillosa. Los porros nuestros, los tan- rias veces, pero no he podido. Es un libro
gos y las milongas argentinas, los boleros sobre la vejez, el gran tema de la literatu-
de toda América y de México... ra, porque lo abarca todo. La voz de El río
V. Final del tiempo es la de un viejo, pero yo no lo
estaba. Ahora lo tengo más claro. Los vie-
Aquella filmografía del olvido que ha- jos de antes lo sabían todo, pero ahora hay
bía terminado en 1984 con la película La que aprender a manejar todo, a toda hora.
derrota, codirigida por Vallejo en México, El abismo entre generaciones se ha hecho
renació en el 2000 con el estreno de La más grande.
virgen de los sicarios, una cinta polémica
basada en la novela del mismo nombre,
publicada dos años atrás, y cuyo guión
fue escrito por el mismo Vallejo, siguiendo
instrucciones del francés Barbet Schroe- Jaime de la Hoz Simanca es eco-
der, quien la dirigió. nomista y periodista profesional, Es-
Dice que el guión lo escribió como quiso pecialista en Comunicación para el
Barbet, sin que pesara mucho la imagen Desarrollo de la Universidad Autónoma
por la multiplicación de los muertos. De del Caribe y candidato a Magíster en
tal manera que eliminó muchos sin que
la decisión resintiera el gusto que expe-
Educación. Se desempeñó como pe-
rimentó al ver el desenvolvimiento de las riodista deportivo, durante varios años,
escenas frente a sus ojos, animada con la en El Heraldo, y posteriormente fue su
música de su predilección y con el escena- Jefe de Redacción. Estuvo nominado,
rio donde vivió su infancia. por 4 años consecutivos, al Premio Si-
“Por razones personales, tengo un cariño món Bolívar y lo ganó en 2004, 2005 y
muy grande por esa película y la quiero 2007. Es autor de los libros Riohacha
muchísimo, pero a mí el cine no me intere- es un bolero, Trece claves para soñar
sa y no me hago muchas ilusiones de que (Coautoría) y Son Guajiros. Actual PTC
el cine sea un gran arte”, expresa.
de Uniautónoma.
No ha vuelto a verla desde aquel año, de

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