Auden, W. H.

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W. (Wystan) H.

( Hugh) AUDEN (York, Inglaterra, 21 de febrero de 1907 – Viena, 29 de septiembre


de 1973), fue un poeta y ensayista británico nacionalizado estadounidense y que está considerado uno
de los más grandes poetas y ensayistas del siglo XX: alcanzó celebridad en la Inglaterra de los años
treinta como maestro de la nueva generación de poetas, habiendo sido equiparado en la literatura en
inglés con Yeats y T.S. Eliot y, como éste último, fue asimismo un ensayista de primera fila, destacando
sus estudios sobre escritores y músicos como Shakespeare, Goethe, Wilde, Virginia Woolf, Valéry,
Cavafis, Hofmannsthal, Wagner y Verdi; premiado con el Bollingen Prize y el National Book Award, no
llegó a recibir el Nobel pese a haber estado nominado en varias ocasiones.
Auden publicó unos cuatrocientos poemas, incluidos siete poemas largos (dos de ellos sendos libros).
Su poesía resulta enciclopédica en alcance y método, yendo desde el vanguardismo del siglo XX a las
formas tradicionales como las baladas y quintillas, y pasando a través de los haikus y alcanzando a un
"Oratorio de Navidad" y una égloga barroca.
Auden es un poeta intelectual cuya poesía se encuentra más provocada por ideas que por sensaciones
o cosas: aunque no lo formulara expresamente, se adivina en la poética de este racionalista que
siempre prefirió la lucidez de controlar el verso y saber lo que estaba haciendo, su malestar con toda
esa amplísima veta de grandes poetas que, desde el Romanticismo, pasando por Rilke y los surrealistas
y llegando a Neruda, defendieron la imaginación como la fuente originaria y fundadora de su quehacer,
algo que para Auden -un católico convencido y un homosexual nunca del todo autoaceptado- era una
herejía, porque a él le hubiera gustado que la poesía fuera esencialmente celebratoria del hecho entero
de la creación divina y su acontecer en los diferentes ámbitos de la Naturaleza, la historia y la cultura.
Su obra poética, caracterizada por una extraordinaria versatilidad y abundancia de registros,
demostrando además una gran pericia en el uso de paradojas, antítesis, anticlimax, ironías y aforismos;
es reconocida por sus logros estilísticos y técnicos novedosos, su compromiso con los principales
asuntos morales y políticos de su tiempo, y por su variedad de tonos, formas y contenidos, siendo sus
temas centrales el amor personal, la política y el concepto de ciudadanía, la religión y la moral, y la
relación entre los seres humanos como individuos y el anónimo e impersonal mundo de la naturaleza: si
en sus poemas primeros -los de su vida en Inglaterra-, escritos a fines de los años 1920 y en la década
de 1930, alternó un estilo telegráfico vanguardista y un modo de escribir fluido de corte tradicional,
escrito con un tono dramático e intenso, que logró una reputación casi profética; tras su ida a América,
cambió el tono y exploró temas religiosos y dramáticos en un tono que combinaba siempre desde
motivos de la vida común y de canciones populares hasta complejas meditaciones filosóficas, hablando
lo mismo de los callos en los pies que de los átomos y las estrellas, y tratando desde las crisis
contemporáneas hasta la evolución de la sociedad. También escribió más de cuatrocientos ensayos y
reseñas sobre literatura, historia, política, música, religión y muchos otros temas.
El menor de los tres hijos de un médico, estudió en la Universidad de Oxford, apareciendo
frecuentemente relacionado con otras figuras de la vida literaria inglesa como Stephen Spender o
Christopher Isherwood, con los que realizó trabajos conjuntos. En 1935 Auden se casó con Erika Mann,
la hija deThomas Mann en un matrimonio de conveniencia para que ella consiguiera la nacionalidad
británica y la posibilidad de escapar de la Alemania nazi, puesto que él era homosexual. En 1939 se
trasladó a Estados Unidos, donde adquirió la ciudadanía estadounidense en 1946: allí colaboró en obras
de teatro con Christopher Isherwood y en libretos de ópera con Chester Kallman, y trabajó con un
grupo de artistas y cineastas y con otro consagrado a la música clásica y la antigua.

Obra temprana: 1922-39


Auden comenzó a escribir poemas a los trece años, imitando a poetas del siglo XIX como Wordsworth, y
a otros posteriores con intereses rurales como Thomas Hardy, hasta que en torno a sus veinte años
descubrió a T. S. Eliot y encontró su propia voz en el poema "Desde la primera vez que descendió": éste
y otros poemas de finales de la década de 1920 tendían a ser de un estilo recortado y elusivo que
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aludía, pero no describía directamente, sus ya característicos temas de soledad y pérdida. De 1928 es
su primer trabajo dramático, Paid on Both Sides, aparecido junto con treinta poemas cortos en su
primer libro publicado: Poemas (1930): en la pieza combinaba el estilo y contenido de las sagas
islandesas con bromas de la vida estudiantil inglesa, componiendo una mezcla de tragedia y farsa, con
un juego de ensueño dentro de un juego, en la que introdujo ya los estilos mixtos y el contenido de
gran parte de su obra posterior; mientras que los poemas eran principalmente meditaciones sobre el
amor esperado o no consumado y sobre temas de renovación personal y social, destacando, entre
otros, "Era Pascua mientras caminaba", "La condenación es oscura", "Señor, ningún enemigo del
hombre" y "Esta belleza lunar". Un tema recurrente en estos poemas tempranos es el efecto de los
"fantasmas familiares", término con el que Auden se refiere los poderosos e invisibles efectos
psicológicos de las generaciones precedentes sobre las vidas individuales. Otro tema paralelo, presente
a lo largo de toda su obra, es el contraste entre la evolución biológica (involuntaria) y la evolución
psico-cultural de los individuos y la sociedad.
El siguiente gran empeño de Auden fue The Orators: An English Study (1932, con ampliación y
revisiones en 1934 y 1966), en el que combina verso y prosa y trata en gran parte sobre el culto a los
héroes en la vida personal y en la política: en los poemas más cortos, su estilo se hizo más abierto y
accesible, mientras que las exuberantes "Seis Odas" reflejan su interés nuevo por el poeta romántico
folclorista escocés Robert Burns; en cualquier caso, durante los siguientes años muchos de sus poemas
tomaron su forma y estilo de baladas tradicionales y canciones populares, y también de formas clásicas
como las Odas de Horacio y la poesía de Dante y Hölderlin.
Durante estos años, buen parte de su trabajo expresaba opiniones izquierdistas: su pieza teatral The
Dog Beneath the Skin (1935, El perro bajo la piel), escrita en colaboración con Isherwood, se basa en la
idea marxista de que es mucho más importante la transformación social que los cambios políticos; The
Ascent of F6 (1937), escrita asimismo con Isherwood, era una sátira anti-imperialista que incluye la
primera versión del poema "Funeral Blues" ("Detener todos los relojes"): esta especie de elogio satírico
de un político la reescribió posteriormente Auden como una "canción de cabaret" sobre el amor
perdido y ppara que la cantara la soprano Hedli Anderson, para quien escribió muchas letras en la
década de 1930; en 1936, una colección de odas políticas, poemas de amor, canciones cómicas, poemas
meditativos y una amplia gama de otros, llenos de versos intelectualmente intensos pero
emocionalmente accesibles, compusieron la colección titulada En esta isla, con poemas como "Rumor
de cosechas", "En el césped, me acuesto en la cama", "O qué es ese sonido", "Mira, extraño, en esta isla
ahora", y " Nuestros padres cazadores "; en 1937, después de observar in situ la situación de España en
su Guerra Civil, escribió el poema panfletario España (1937), que luego descartaría de sus obras
completas; por último, Viaje a la Guerra (1939) es un libro de viajes en prosa y verso, coescrito con
Isherwood tras la visita de ambos al escenario de la Guerra Sino-Japonesa; de entonces data también la
última colaboración de Auden con Isherwood: la pieza On the Frontier, una sátira contra la guerra
escrita en los estilos del musical de Broadway y el West End londinense.
Muchos de los poemas más cortos de Auden por estos años versan sobre la fragilidad y la fugacidad del
amor personal ("Danse Macabre", "El sueño", "Pon tu cabeza dormida"), un tema que trató con ingenio
irónico en sus "Cuatro canciones de cabaret para Miss Hedli Anderson" (que incluía "Dime la verdad
sobre el amor" y la versión revisada de "Funeral Blues": “Detened todos los relojes, desconectad el
teléfono”), o sobre el efecto corruptor de la cultura oficial y pública en las vidas de las personas
("Casino", "School Children", "Dover"). En 1938 escribió una serie de baladas oscuras e irónicas sobre el
fracaso individual ("Miss Gee", "James Honeyman", "Victor"), recogidas en Another Time (1940), junto
con poemas del final de su etapa inglesa como "Dover", "As He Is" y "Musée des Beaux Arts" y otros ya
escritos en los Estados Unidos como "In Memory de WB Yeats ", "The Unknown Citizen", "Law Like
Love", "1 de septiembre de 1939" e "In Memory of Sigmund Freud": las elegías para Yeats y Freud son
en parte declaraciones antiheroicas en las que, lejos de cantarse grandes hazañas de héroes o genios,
se celebran acciones más pequeñas, pero tan trascendentes o más para el hombre, realizadas por

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individuos ordinarios, tan "tontos como nosotros" (Yeats) o de los cuales podría decirse, como de
Freud, que "no siendo listo en absoluto" se convirtió en maestro de otros.

Etapa intermedia: 1940-57


En 1940 Auden escribió el largo poema filosófico "Carta de Año Nuevo", que apareció con otros poemas
en The Double Man (1941). En el tiempo de su regreso a la Comunión Anglicana, comenzó a escribir
versos abstractos sobre temas teológicos en poemas como "Canzone" y "Kairos y Logos", en los que, a
medida que se sentía más cómodo con los temas religiosos, su verso se volvió más abierto y relajado,
recurriendo el poeta cada vez más al verso silábico que había aprendido de Marianne Moore. De 1942 a
1947 acometió principalmente tres largos poemas en forma dramática, cada uno diferente en forma y
contenido: "Por el tiempo: un oratorio de Navidad" y "El mar y el espejo: un comentario sobre La
tempestad de Shakespeare" (ambos publicados en For the Time Being -“Siendo por el momento”-,
1944), y The Age of Anxiety: A Baroque Eglogue (1947); después del cual se centró de nuevo en poemas
más cortos: "A Walk After Dark", "The Love Feast" y "The Fall of Rome", muchos de los cuales evocaban
el pueblo italiano donde veraneó entre 1948 y 1957, con una novedosa en él atmósfera mediterránea
que impregna también su siguiente libro Nones (1951): un tema nuevo será el de la "importancia
sagrada" del cuerpo humano en su aspecto ordinario (respirar, dormir, comer) y la continuidad con la
naturaleza que hace posible el cuerpo (en contraste con la división entre humanidad y naturaleza que
había enfatizado en la década de 1930), que se expresa en poemas como "En alabanza a la piedra
caliza" (1948) y "Memorial para la ciudad" (1949). Entre 1949 y 1954 trabajó en una secuencia de siete
poemas sobre el Viernes Santo titulada "Horae Canonicae": se trata de un estudio enciclopédico de la
historia geológica, biológica, cultural, religiosa y personal, centrado en el acto irreversible del asesinato
y en las ideas cíclicas y lineales del tiempo. De entonces es asimismo " Bucolics", una secuencia de siete
poemas sobre la relación del hombre con la naturaleza: ambos conjuntos poemáticos aparecieron en su
siguiente libro, El escudo de Aquiles (1955), junto con otros poemas cortos, incluido el que daría título al
libro "Visita de la flota" y "Epitafio para el soldado desconocido". Por último, en 1955-56 Auden escribió
una serie de poemas sobre "historia" entre los que se incluyen "T the Great", "The Maker", y el poema
del título de su siguiente colección Homenaje a Clio (1960).

Etapa final: 1958-73


A finales de la década de 1950, el estilo de Auden se volvió menos retórico y siguió aumentando su
gama de estilos y nuevas formas, abriéndose a las formas japonesas del haikuy el tanka. En 1958, tras
trasladar su residencia de verano de Italia a Austria, escribió poemas como "Adiós al Mezzogiorno";
"Dichtung und Wahrheit: un poema no escrito", en prosa y sobre la relación entre el amor y el lenguaje
personal y poético; y "Dame Kind", sobre el anónimo instinto reproductivo impersonal: éstos y otros
poemas, junto con los de 1955-66 que dedicó a la historia, aparecieron en Homage to Clio (1960). Una
secuencia de quince poemas sobre su casa en Austria, "Acción de Gracias por un Hábitat" (escrita en
varios estilos, incluida una imitación de William Carlos Williams) apareció en About the House (1965),
junto con otros poemas. A finales de la década de 1960 escribió algunos de sus poemas más vigorosos,
tales como "River Profile" y los dos poemas que rememoraron su vida "Prologue at Sixty" y "Forty Years
On", todos los cuales formaron parte de su libro City Without Walls (1969). En 1969, su pasión de por
vida por las leyendas islandesas culminó en su traducción en verso de The Elder Edda. Sus últimos
poemarios fueron Epístola a un ahijado (1972) y el inconcluso Gracias, Niebla (publicado
póstumamente, en 1974), con poemas reflexivos sobre el lenguaje ("Lingüística Natural") y sobre su
propio envejecimiento ("Un saludo de Año Nuevo", "Hablando conmigo mismo", "Una canción de
cuna", y su último poema completo, "Arqueología", sobre el ritual y la atemporalidad, dos temas
recurrentes en sus últimos años.

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Si las estimaciones críticas se dividieron pendularmente ya en vida del poeta (las obras poéticas
propagandísticas de Auden, incluyendo sus poemas políticos como "Spain" le dieron la reputación de
poeta político en contraste con el “exquisito” Eliot), es ya común considerarlo el último de los tres
poetas británicos principales del siglo XX, tras Yeats y Eliot, aunque los críticos británicos han tendido a
destacar sus primeros trabajos como los mejores, mientras que los estadounidenses se han inclinado
por resaltar su trabajo de madurez. El estilo recortado, satírico e irónico de Auden en la década de 1930
fue ampliamente imitado por poetas ingleses más jóvenes; en los Estados Unidos, a partir de finales de
la década de 1930, el tono irónico de las estrofas regulares de Auden se hizo muy influyente:
fundamental en el primer John Ashber, luego el gran poeta estadounidense de la segunda mitadl del
siglo XX; el propio estilo de la Generación Beat era en parte una reacción contra su influencia. Después
de su muerte, algunos de sus poemas, especialmente "Funeral Blues", "Musée des Beaux Arts",
"Refugee Blues", "The Unknown Citizen" y "1 de septiembre de 1939", llegaron a ser conocidos por un
público mucho más amplio al que habían llegado a través de películas y medios populares de
comunicación.

POEMAS

a) Selección cronológica con distintos traductores:


-Ahora más altos… -SI PUDIERA CONTARTE
-QUE ME JUZGUE LA HISTORIA -UN HOGAR
-ALGUIEN LIBRE -HORAE CANONICAE: I. Hora prima
-LOS OBSERVADORES -VISITA DE LA FLOTA
- Oh, qué son es aquél… -LOS DIRECTORES
-LA SEÑORITA GEE -SECRETOS
-VICTOR -ADIÓS AL MEZZOGIORNO
-GARE DE MIDI -DICHTUNG UND WAHRHEIT: UN POEMA
-BLUES DEL REFUGIADO NO ESCRITO
-HISTORIA POLICIAL/DE DETECTIVE -ACCIÓN DE GRACIAS POR UN HÁBITAT
-NUESTRAS INCLINACIONES (fragmentos)
-LA LECCIÓN -ASILO DE ANCIANOS
-UN LUGAR SALUDABLE -HABLANDO CONMIGO MISMO
-SIENDO POR EL MOMENTO (fragmentos) -NO, PLATÓN, NO

b) Poemas de data y/o ubicación inespecificadas:


-CANZONE -EL SABAT
-COLEGIALES -EMBAJADA
-DANZA DE LA MUERTE -EPITAFIO PARA UN TIRANO
-DESPUÉS DE LEER UN MANUAL DE FÍSICA -FOXTROT DE UNA PIEZA TEATRAL
MODERNA PARA NIÑOS -HERMAN MELVILLE
-EL COMPOSITOR -Oh, ¿qué ruido es ese...
-EL LABERINTO

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a) Selección cronológica con distintos traductores:

Ahora más altos… (Marzo de 1928)

Ahora más altos, recordamos anocheceres semejantes


Mientras andamos por un jardín tranquilo
Donde el arroyo fluye sobre la grava, lejos del ventisquero.
Las noches traen nieve y un bramido insensible
Bajo los promontorios barridos por el viento,
Puesto que el Adversario hizo preguntas muy sencillas
En sendas solitarias.
Ahora alegres, no obstante, aunque no más cerca uno del otro,
vemos granjas iluminadas a lo largo del valle;
Abajo, en el molino, el ruido de martillos se detiene
Y los hombres regresan al hogar.
Los sonidos del alba traerán
Libertad para algunos, mas no esta paz
Que ningún pájaro puede contradecir: que sólo aquí discurre, pero basta
Para cuanto, amado o padecido, se cumple en esta hora.
Versión de Jordi Doce (en antología Los señores del límite. Círculo de Lectores, 2007)

QUE ME JUZGUE LA HISTORIA (Diciembre de 1928)

No dejamos ningún preparativo al azar, Pues la vida se hacía inconcebible


Hicimos acopio de firmas, Si no ganábamos.
Revisamos los cálculos una y otra vez
Y asignamos las granjas. La opinión comúnmente aceptada
Dice que no hay excusa,
Expedimos las órdenes al caso Aunque a la luz de ciertas investigaciones
En estas ocasiones: Muchos verían el motivo
La mayoría obedeció, como era de esperar,
Aunque también se oyeron quejas; En una forma no infrecuente de terror;
otros, aún más astutos,
Por lo común, contra la práctica Señalan la semilla de la equivocación
De nuestro viejo derecho de pernada: En el comienzo mismo del proceso.
Hubo incluso un conato de insurgencia,
Muchachos nada más. En lo que hace a nosotros,
Nos queda al menos nuestro honor,
A ninguno se le ocurrió Y una oportunidad bastante razonable
Crear ningún disturbio grave,
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De salvar nuestras facultades hasta el fin.

Versión de Jordi Doce en op. cit.


ALGUIEN LIBRE (1929-30)

Observa cualquier día sus poses indiferentes, mira


Su diestro manejo de un gabán mientras
Entra en los coches, envidia del mendigo.

“Hay alguien libre”, dicen muchos, pero se equivocan.


Él no es ese conquistador que vuelve,
Ni tampoco el circunnavegador de los polos.

Sino que, confiado entre horribles caídas sobre el filo de la navaja,


Se ha enseñado a sí mismo este equilibrado subterfugio
De un solícito perfil, de un andar erguido.

La canción, la acción variada de la sangre,


Ahogaría el aviso del bosque de hierro,
Cancelaría la inercia de los enterrados.

Viajando durante el día de casa en casa,


El camino más largo para un sosiego intrínseco,
Con la fidelidad del amor y con la debilidad del amor.
Versión de Margarita Ardanaz

LOS OBSERVADORES (Febrero de 1932)

Acodado en el alféizar me asomo a ver la noche:


El rostro amarillento del reloj de la iglesia, la luz verde del muelle
Llameando en honor de otro año imprudente;
Zumba el silencio en mis oídos;
Se apagaron las luces de familias vecinas.

Bajo la oscuridad todo parece inmóvil;


La gran lila, lo mismo que una conspiradora,
Se hace la muerta sobre el césped,
Y arriba, junto al asta de bandera, la Osa Mayor
Cuelga como un portento sobre Helensburgh.

Oh Señores del Límite, que trabajáis con luz y oscuridad


Disponiendo un tabú entre diestra y siniestra,

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Los tranquilos gemelos influyentes
De los que emana toda propiedad,
Miradnos esta noche con indulgencia.

Nadie os ha visto: nadie puede decir, “Hace muy poco...


Aquí. Mire estas huellas... Andan cerca, al acecho”,
Pero en mis pensamientos, esta noche,
Me parecéis figuras que vi una vez en sueños,
Los robustos guardianes de una finca rural.

Los fusiles al hombro, con lluvia o cielo claro,


Apostados en puertas o altozanos,
Junto a puentes y sotos os sabemos ahí:
Vuestra insomne presencia con su eterna amenaza
Nos invita a apreciar la paz de que gozamos.

No miréis muy de cerca, no seáis muy veloces;


Nadie nos ha invitado, pero estamos enfermos,
Usando los ardides del topo, las maneras
Del pavo o el sombrío coraje de la rata,
Y sólo con un truco sabremos despistaros.

La órbita del año se adentra en el verano.


Qué importa si el hambriento visionario
Ha visto el carnaval dentro de nuestras verjas,
Vuestros cuerpos pisoteados por las calles...
Aún vuestro poder nos hace falta: empleadlo, que nadie

Abandone su mesa llevado de un impulso,


Lanzándose de pronto, insensible ante el daño,
Con peligro en un cuarto o girando salvaje-
-mente sobre los campos igual que una peonza,
Barriendo y abatiendo por entre el día insomne.
Versión de Jordi Doce en op. cit.

Oh, qué son es aquél… (Octubre de 1932)

¿Oh, qué son es aquél que estremece el oído


….Allá abajo en el valle tronando, retumbando?
Son sólo los soldados de escarlata, querida,
….Los soldados marchando.

¿Oh, qué luz es aquella que veo destellar


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….Allá en la lejanía, brillante, deslumbrante?
Es el sol en sus armas, querida,
….Y su paso hechizante.

¿Qué están haciendo ahora con tantos aparejos,


….¿Qué están haciendo esta mañana, esta mañana?
Tan sólo las maniobras habituales, querida,
….O quizá una amenaza.

¿Oh, por qué se han salido del camino allá abajo,


….¿Por qué de pronto se desvían, se desvían?
Tal vez un cambio de órdenes, querida,
…. Su poder está intacto.

¿Es al cura al que quieren, con su pelo tan blanco,


….Es al cura al que quieren para hablarle?
Han pasado de largo ante el portón, querida,
….Sin llamarle.

Puede ser el granjero que reside aquí cerca,


….Puede ser el granjero tan listo, tan taimado.
Ya pasaron de largo por su granja, querida,
….Y a correr han echado.

Oh, dime, ¿adónde vas? ¡Quédate aquí conmigo!


….¿Acaso no eran firmes los votos que juraste?
No, querida, sé que prometí amarte,
….Pero debo marcharme.

Oh, han roto el cerrojo y astillado la puerta,


….Es la verja de casa donde ahora entran, entran;
Sus botas taconean el suelo con dureza
….Y sus ojos llamean.
Versión de Jordi Doce en op. cit.

LA SEÑORITA GEE (1938)

Dejad que os cuente una pequeña historia ….Sus labios eran finos y pequeños,
….Acerca de la señorita Edith Gee. Tenía los hombros estrechos y caídos
Vivía en Clevedon Terrace ….Y carecía totalmente de busto.
….En el número 83.
Usaba un sombrero de terciopelo con adornos,
Era ligeramente bizca del ojo izquierdo, ….Y un traje de sarga gris oscuro;
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Vivía en Clevedon Terrace La señorita Gee se sentó en la nave lateral,
….En un pequeño estudio. ….Oía tocar el órgano,
Y el coro cantaba suavemente
Tenía un impermeable lila para los días húmedos, ….Al final del día.
….Y también un paraguas verde,
Una bicicleta con cesta para la compraba La señorita Gee se arrodilló en la nave lateral,
....Y un freno duro detrás. ….Postrada de rodillas;
“No me dejes caer en la tentación
La iglesia de San Aloisio ….Mas haz de mí una buena chica, te lo ruego.”
….No estaba muy lejos;
Hacía mucho punto Pasaban los días y las noches
….Punto para el bazar de la iglesia. ….Como las olas en un naufragio en Cornualles;
Ella bajó al médico en bicicleta
Contemplaba Gee la luz de las estrellas ….Con la ropa abotonada hasta el cuello.
….Y decía: “¿Le importa a alguien
Que yo viva en Clevedon Terrace Ella bajo al médico en bicicleta,
….Con cien libras al año? ….Y llamó al timbre del consultorio;
“Oh, doctor, tengo un dolor aquí dentro
Soñó una tarde el sueño ….Y no me siento nada bien.”
….De que era la Reina de Francia
Y el Párroco de San Aloisio El Doctor Thomas la auscultó
….Sacaba a Su Majestad a bailar. ….Y luego la volvió a reconocer;
Anduvo hasta el lavabo
Pero una tormenta abatió el palacio, ….Y dijo: ¿Por qué no vino usted antes?
….Atravesaba en bicicleta un campo de maíz,
Y un toro con el rostro del Vicario El Doctor Thomas se sentó a cenar,
….La embestía con la testuz bajada. ….Aunque su esposa iba enseguida a llamarle
Y mientras él hacía bolitas con el pan
Notaba su caliente aliento tras ella, ….Dijo: “El cáncer es una cosa curiosa.
….Él estaba a punto de alcanzarla;
Y la bicicleta iba más y más lenta Nadie sabe cuál es la causa,
….Debido a aquel freno trasero. ….Algunos pretenden saberlo;
Es como un asesino escondido
El verano hacía de los árboles un cuadro, ….Esperando golpearte.
….El invierno los convertía en una ruina;
Ella iba en bici a los oficios de tarde Las mujeres sin hijos lo contraer,
….Con la ropa abotonada hasta el cuello. ….Y los hombres en cuanto se retiran;
Es como si hubiera de haber algún escape
Pasaba junto a parejas de amantes, ….A su frustrado fuego creativo.”
….Ella volvía la cabeza
Pasaba junto a parejas de amantes La esposa llamó a la criada,
….Y no la invitaban a quedarse. ….Y dijo: “No seas tan mórbido, cariño.”
Dijo él: “He visto a la señorita Gee esta tarde
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….Y se nos va, me temo.” ….Diciendo: “Caballeros, por favor,
Pocas veces nos encontramos con un sarcoma
Llevaron a la señorita Gee al hospital ….Tan avanzado como éste.”
….Y allí quedó totalmente postrada,
En el pabellón de mujeres La retiraron de la mesa
….Con la ropa de cama hasta el cuello. ….Y la bajaron
A otro departamento
La colocaron sobre la mesa ….Donde estudiaban Anatomía.
….Los estudiantes comenzaron a reír;
Y el señor Rose, el cirujano, La colgaron del techo;
….Cortó a la señorita Gee por la mitad. ….Sí, colgaron a la señorita Gee
Y una pareja de expertos de Oxford
El señor Rose se volvió a sus alumnos ….Diseccionó cuidadosamente su rodilla.

Versión de Margarita Ardanaz

VÍCTOR (1938)

Víctor era un pequeño bebé


Venido a este mundo; Era un gélido Diciembre,
Su padre lo sentó en sus rodillas y le dijo: Víctor sólo tenía dieciocho años. Pero
”No deshonres nunca el nombre de la familia.” Sus números eran claros y sus márgenes rectos,
Y sus puños siempre estaban limpios.
Víctor miró a su padre
Levantó sus grandes ojos redondos: Alquiló una habitación en el Peveril,
Su padre dijo: “Víctor, mi único hijo, Una respetable casa de huéspedes;
Nunca digas mentiras.” Y el tiempo vigilaba a Víctor cada día,
Como el gato vigilaría al ratón.
Víctor y su padre salieron a pasear
En un carrito de dos ruedas; Los empleados le daban palmaditas en el hombro:
Su padre sacó una Biblia del bolsillo y leyó: ”¿Has estado alguna vez con una mujer? –decían-
”Bienaventurados los limpios de corazón.” Vente con nosotros al centro el Sábado.”
Víctor sonreía y movía la cabeza.
Era un Diciembre gélido.
No era tiempo de fruta; El Director, sentado en su oficina,
Su padre cayó muerto de un ataque al corazón Fumaba un puro Corona y
Mientras se ataba los cordones de las botas. Dijo: “Víctor es un tipo decente pero
Demasiado tímido para llegar lejos.”
Era un Diciembre gélido
Cuando se hundió en la tumba; Víctor subió a su habitación,
Su tío encontró a Víctor un puesto de cajero Puso el despertador,
En el Banco Midland Counties. Trepó a la cama, cogió la Biblia y leyó
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Lo que le pasó a Jezabel. La puerta estaba entreabierta:
Uno decía: “Dios, qué bien me lo pasé con ella
Era el primero de Abril, En aquel coche Austin Baby.”
Ana llegó al Peveril;
Sus ojos, sus labios, sus pechos, sus caderas Víctor salió a la Calle Mayor,
Y su sonrisa incendiaba a los hombres. Anduvo hasta el límite de la ciudad,
Llegó a los descampados y basureros,
Parecía tan pura como una colegiala Y las lágrimas comenzaron a caer.
En el día de su Primera Comunión,
Pero sus besos eran como el mejor champán Víctor contempló el crepúsculo
Cuando ella se entregaba por entero. Completamente solo;
Gritó: “¿Estás en el Cielo, Padre?”
Era el dos de Abril, Pero el cielo contestó: “Dirección desconocida.”
Ella llevaba un abrigo de piel;
Víctor se la encontró en la escalera Víctor siguió mirando a las montañas,
Y se enamoró de ella. Todas cubiertas de nieve;
Gritó: “¿Estás contento conmigo, Padre?”
La primera vez que él le hizo una proposición Y la respuesta llegó: “No”.
Ella se echó a reír y dijo: “Nunca me casaré”
La segunda vez hubo una pausa; Víctor llegó hasta el bosque
Luego sonrió y movió la cabeza. Gritó: “Padre, ¿será sincera alguna vez?”
Y los robles y las hayas agitaban sus copas
Ana se miró al espejo, Y contestaron: “No para ti”.
Frunció el entrecejo, hizo mohínes y dijo:
“Víctor es tan aburrido como una tarde de lluvia Víctor llegó hasta el prado
Pero tengo que asentarme.” Barrido por el viento;
Gritó: “Oh, Padre, la quiero tanto”
La tercera vez que él se lo propuso, Pero el viento contestó: “Ella debe morir”.
Mientras paseaban al lado del embalse,
Ella le dio un beso como un soplo sobre la cabeza, Víctor llegó hasta el río,
Y dijo: “Eres el deseo de mi corazón.” Tan profundo y tan quieto;
Gritó: “Oh, Padre, ¿qué debo hacer?
Se casaron a primeros de Agosto, Y el río contestó: “Matar”.
Ella le dijo: “Bésame, muchachito.”
Víctor la cogió en sus brazos y dijo: Ana estaba sentada a la mesa
”Oh, mi Elena de Troya.” entresacando cartas en una baraja;
Estaba sentada a la mesa
A mediados de Septiembre Esperando a que su marido volviera.
Víctor llegó a la oficina un día
Llevaba una flor en el ojal, No fue la Sota de Diamantes
Llegaba tarde pero estaba contento. Ni el Comodín lo que ella sacó primero;
No fue el Rey o la Reina de Corazones
Los empleados estaban hablando de Ana, Sino el As de Espadas al revés.
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Pero Víctor la siguió despacio diciendo:
Víctor se quedó en el umbral, “Prepárate para encontrarte con tu Dios.”
Sin decir una palabra;
Ella dijo: “¿Qué pasa, cariño?” Ella consiguió abrir la puerta,
Él se comportó como si no hubiera oído. Corrió y corrió sin parar.
Pero Víctor la siguió escaleras arriba
Sonaba una voz en su oído izquierdo, Y la alcanzó al final.
Sonaba una voz en su oído derecho.
Sonaba una voz en la base de su cráneo Se quedó allí sobre el cuerpo,
Que decía: “Debe morir esta noche.” Allí, cuchillo en mano,
Y la sangre corría escaleras abajo y cantaba:
Víctor cogió un cuchillo de trinchar “Yo soy la Resurrección y la Vida.”
Su gesto era claro y decidido,
Dijo: “Ana, hubiera sido mejor para ti Ellos le dieron palmadas en el hombreo
No haber nacido.” Y se lo llevaron en un furgón;
Él, sentado y tranquilo como un terrón de musgo
Ana saltó de la mesa, Decía: “Yo soy el Hijo del Hombre”.
Y comenzó a gritar,
Pero Víctor se acercó lentamente a ella Víctor, sentado en un rincón,
Como el horror en un sueño. Mientras hacía una mujer de arcilla,
Decía: “Yo soy el Alfa y el Omega, un día vendré
Ella se refugió tras el sofá, Para juzgar la tierra”.
arrancó una cortina,
Versión de Margarita Ardanaz

GARE DE MIDI (Diciembre de 1938)

Un expreso cualquiera proveniente del sur,


Masas de gente en torno a la barrera, un rostro
Que las autoridades no han venido a aclamar
Con cintas o clarines: algo en torno a su boca
Pone inquietud y lástima en su mirada neutra.
Cae la nieve. Llevando de la mano un maletín,
Sale con paso firme para infectar una ciudad
Cuyo horrible futuro acaso haya llegado.
Versión de Jordi Doce en op. cit.

BLUES DEL REFUGIADO (Marzo de 1939; en “Diez canciones, I”)

Pongamos que en estas calles hay diez millones de almas,


Unos viven en mansiones, otros viven en gateras:
pero nosotros en dónde, querida, nosotros en dónde.

12
Cuando la tierra era nuestra qué hermosa nos parecía,
Mira en los mapas ahora y allí podrás encontrarla:
Ya no podemos regresar, querida, no podemos regresar.
Entre las tumbas del pueblo crece un tejo venerable
Que al llegar la primavera reverdece nuevamente:
Pero no los pasaportes, querida, no los pasaportes.
El cónsul puso las manos sobre la mesa y nos dijo:
“Si no tienen pasaporte es como si hubieran muerto”:
Pero aún estamos vivos, querida, aún estamos vivos.
Fui a una oficina de ayuda; me invitaron a sentarme;
Me pidieron cortésmente que volviera al mes siguiente:
¿Pero adónde iremos hoy, querida? ¿Adónde iremos hoy?
Fui a una asamblea local; un hombre se puso a hablar:
“Si dejamos que se instalen, nos robarán lo que es nuestro”;
Hablaba de ti y de mí, querida, hablaba de ti y de mí.
Me pareció que escuchaba una tormenta acercarse;
Era Hitler en Europa, tronando: “Deben morir”;
Estábamos en sus planes, querida, estábamos en sus planes.
Vi un perrito con abrigo y en su abrigo un imperdible,
Vi una puerta que se abría y un gato volviendo a casa:
Si hubieran sido judíos, querida, si hubieran sido judíos...
Bajé caminando al puerto y me detuve en el muelle,
Vi deslizarse a los peces como si estuvieran libres:
Estaban sólo a unos pasos, querida, sólo a unos pasos.
Salí al bosque a pasear, vi pájaros en los árboles;
No tenían gobernantes y su canto era apacible:
Pues no eran la especie humana, querida, no eran la especie humana.
Soñé con un rascacielos que llegaba a los mil pisos,
Soñé con un rascacielos con mil puertas y ventanas;
Y ninguna era la nuestra, querida, ninguna era la nuestra.
Llegué a una vasta llanura donde caía la nieve;
Diez mil soldados marchaban en fila de un lado a otro:
Buscándonos a nosotros, querida, buscándonos a ti y a mí.
Versión de Jordi Doce en op. cit.

HISTORIA POLICIAL/DE DETECTIVE (poemas de 1936-9)

Pues ¿quién alguna vez carece totalmente de paisaje,


la serpenteante calle de la aldea, la casa entre los árboles,
13
todo próximo a la iglesia, o si no la sombría casa en la ciudad,
la que tiene columnas corintias, o
el diminuto apartamento del obrero: de todos modos
un hogar, el centro donde suceden las tres o cuatro cosas
que pueden sucederle a un hombre? Sí,
¿quién no puede trazar el mapa de su vida, sombrear
la pequeña estación donde encuentra a sus amores
y se despide continuamente, y marcar el lugar
donde descubrió por primera vez el cuerpo de su felicidad?

¿Un vagabundo desconocido? ¿Un hombre rico? Siempre un enigma


con un pasado sepultado, pero cuando aflora la verdad,
la verdad acerca de nuestra felicidad,
cuánto resulta deberse al chantaje y a los amoríos.

El resto es lo tradicional. Todo según los planes:


la enemistad entre el sentido común local
y esa exasperante, brillante intuición
que siempre está, por azar, al alcance de la mano;
todo según los planes, tanto las mentiras como la confesión,
hasta la excitante cacería final, y la matanza.

Pero en la última página la duda permanece:


el veredicto, ¿fue justo? Los nervios del juez,
esa pista, la protesta desde el patíbulo,
y nuestra sonrisa... pues sí...
Pero el tiempo siempre es asesinado. Alguien debe pagar
nuestra pérdida de la felicidad, o la felicidad misma.
Versión de Rolando Costa Picazo (en Los primeros años. Poemas de 1936-1939, Grupo Editor
Latinoamericano, Buenos Aires, 1994)

NUESTRAS INCLINACIONES (poemas de 1940-47)

Nuestro reloj de arena susurra al rugido del león,


Los relojes de las torres dicen a los jardines día y noche
Para cuántos errores tiene paciencia el Tiempo,
Y qué equivocados están al marcar siempre lo exacto.
Pero el Tiempo, por agudas o graves que sean sus campanadas,
Sin importar lo rápido que su torrente fluya,
Nunca ha retrasado el salto de un león,
Ni ha perturbado la certeza de una rosa.

14
Porque ellas, parece, se preocupan sólo del éxito:
Mientras nosotros escogemos las palabras de acuerdo con su sonido
Y juzgamos un problema por su dificultad;
Y el Tiempo entre nosotros fue siempre popular.
¿Cuándo no hemos preferido algunos rodeos
Para ir derechos a donde estamos?
Versión de Margarita Ardanaz
LA LECCIÓN (poemas de 1940-47)

La primera vez que soñé estábamos de huida,


Y fatigados por la carrera; había una guerra civil,
Un valle lleno de ladrones y osos heridos.

Las granjas ardían detrás de nosotros; girando a la derecha,


llegamos enseguida a una casa alta, su puerta abierta
De par en par, esperando a sus herederos, largo tiempo desaparecidos.

Un empleado mayor estaba sentado en la escalera del dormitorio


Escribiendo; pero habíamos pasado de puntillas delante de él cuando
Levantó la cabeza y balbuceó -”Fuera”.
Lloramos e imploramos quedarnos;
El limpió sus quevedos, dudó, y luego
Dijo que no; él no tenía autoridad para darnos permiso;
Nuestras vidas no estaban en regla; tuvimos que marcharnos.
***
El segundo sueño comenzó en un bosque de Mayo;
Habíamos estado riendo; tus ojos azules eran amables,
Tu excelente desnudez, sin desdén.
Nuestros labios se juntaron, deseando el bien universal;
Pero, en su impacto, una llama y un viento súbitos
Te arrebataron y me dejaron sólo de nuevo

Para enfocar una amplia y agreste llanura,


Completamente arrasada, con un silencio de muerte y seca como el hueso,
Donde nada podría haber sufrido, pecado o crecido.
Yo me senté solo en una silla alta
Cual maestrillo, preguntando por qué
El frío y sólido objeto en mis manos
Debería ser una mano humana, una de tus manos.
***

15
Y el último sueño era éste: íbamos a ir
A un gran banquete y a un Baile de la Victoria,
Después de un torneo o prueba peligrosa.

Nuestros cojines eran de terciopelo carmesí, así queda


Debimos haber ganado; aunque había coronas para todos,
Las nuestras eran de oro, el resto eran de papel.

Cada famoso invitado era guapo, sabio o divertido,


El Amor sonreía al Coraje en valioso cristal
Y los cohetes estallaban a cientos para expresar
Nuestro ocio erudito.
Una banda comenzó a tocar; por toda la verde hierba
Un mar de coronas de papel se levantó para bailar;
Las nuestras eran demasiado pesadas; nosotros no bailamos.

***
Me desperté, tú no estabas allí. Pero mientras me vestía
La inquietud se convirtió en vergüenza, sintiendo que los tres
Intentaban un rechazo. Porque si cada uno a su modo
No hubiera tratado de enseñar
A mi voluntad a amarte, lo que no puede ser,
Como yo creo, de tal consecuencia para desear
Lo que a cada uno le es dado, si ellos quieren?
Versión de Margarita Ardanaz

UN LUGAR SALUDABLE (poemas de 1940-47)

Son estupendos -a uno nunca se le ocurriría revisar


Cualquier contrato de ellos con
Lupa o poner bajo llave las cartas propias- también
Amables y eficaces -uno consigue lo que pide.
¿Sólo lo que está mal, entonces, lo que, viviendo entre ellos,
A uno le impresiona constantemente, el número de
Matrimonios felices y de gente infeliz?
Todos acuden a las conferencias sobre Problemas de Posguerra,
Porque ellos se interesan, honradamente quieren ayudar; pero
Tal como observan el mundo en sus periódicos de la mañana,
¿Qué sentido le dan a su locura y horror
Los que nunca, uno está convencido, han sentido súbito
Deseo de torturar al gato o hacer un strip-tease
En un lugar público? ¿Alguna vez, uno se pregunta, habrían
16
Deseado tanto ver un unicornio, incluso
Uno muerto? Probablemente. Pero no lo dirán,
Ignorando por tácito consentimiento nuestra hambre
De vida eterna, esa enjaulada y censurada cuestión
Ocasionalmente expresada en fiestas al aire libre
O en las reuniones de Facultad, y cuya historia de sala de fumadores,
Asaz irónicamente, se sostiene sola.
Versión de Margarita Ardanaz

SI PUDIERA CONTARTE (en Collected poems, 1945)

El Tiempo no dirá nada pero yo te lo dije


El Tiempo solo sabe el precio que tenemos que pagar;
Si pudiera contarte te lo diría.
Si debemos llorar cuando los payasos hacen su show,
Si debemos tropezar cuando los músicos tocan,
El Tiempo no dirá nada pero yo te lo dije.
No hay presagios para ser dichos, aunque,
Porque te amo más de lo que puedo decir,
Si pudiera contarte te lo diría.
Los vientos deben venir de alguna parte cuando soplan,
Debe haber una razón, un porqué las hojas decaen;
El Tiempo no dirá nada pero yo te lo dije.
Tal vez las rosas de verdad quieren crecer,
La visión tiene la seria intención de quedarse;
Si pudiera contarte te lo diría.
Supongamos que los leones se levantan y se van,
Y los arroyos y los soldados huyen;
¿No dirá nada el Tiempo pero yo igual te lo dije?
Si pudiera contarte te lo diría.
Versión de Noelia Torres

UN HOGAR (1948)

Cuando, para templar la desconfianza de algunos comensales


Y entrar luego en materia, o en el campo de golf,
Cerrado ya el acuerdo, para evitar rencores,
Hace algún comentario de su hogar, no menciona jamás
(Reserva que despierta la admiración de todos)
A su adorada esposa, perdida tiempo atrás,
17
Sino que habla orgulloso de su hijo, el travieso heredero,
De moratones recibidos e infligidos, de bastonazos
Soportados con estoicismo para salvar a un compañero;
O exige a sus marchitas hombrías que veneren
A su piadosa madre, tranquila y dulce y sabia,
Sirviendo el té a los huéspedes con regios ademanes.
Pero ¿a quién de los dos ha invitado a pasar el domingo con él?
Cuando al fin se dirige a su casa de campo
Después de negociar otra fusión, viaja sin compañía:
Para evitar ser víctima de la ruin bestezuela
Que aún moja las sábanas y no sabe silbar ni lanzar una bola,
Un chivato, un llorica, un fracaso;
De los insultos de la bruja desaliñada
Que amontona botellas debajo del colchón,
Y escupe y grita obscenidades en lo alto del rellano;
Peor aún, para no contemplar una alianza impía:
La Juventud robando a la Vejez la llave de la cómoda,
La Vejez enseñando a la Juventud a mentir con descaro.
Desgracias familiares que ha de ocultar al mundo
Donde la competencia, que envidia su vigor y su intelecto
Y posee sus propios secretos vergonzantes,
Vería en él al malo de este hogar,
Culpable de asustar a un niño delicado con voz atronadora,
De enloquecer a una madre amorosa con helado desdén.
Además (lo que puede explicar por qué
No ha cambiado su testamento ni llamado al doctor)
Tiene la sensación, tal vez supersticiosa,
De que le odian y temen por su bien:
Si se arrancaran las caretas y se mostraran dignos de su afecto,
Cariñosos y cuerdos y viriles, caería muerto.
Versión de Jordi Doce en op. cit.
HORAE CANONICAE (1949)
Immolatus Vicerit
1. HORA PRIMA

Simultánea, tan silenciosa,


espontánea, tan repentinamente
como en la vanagloria del alba los benignos

18
portales del cuerpo se abren de par en par
a su mundo del más allá, los portales de la mente,
el portal del cuerno y el portal del marfil,
se abren y se cierran, instantáneamente
controlan el desordenado trastorno nocturno
de su rebelde fronda, repulsiva,
malévola y de menor cuantía,
carente de derechos, viuda y huérfana
por causa de un error histórico:
convocado desde las sombras para convertirme en un ser sensible,
desde la ausencia para exhibirme,
sin nombre ni historia me despierto
entre mi cuerpo y el día.

Sagrado este momento, con pleno derecho,


mientras, con completa obediencia
al lacónico clamor de la luz, próximo
como una sábana, cercano como una pared,
exterior como el aporte pétreo de una montaña,
el mundo está presente, en derredor,
y sé que soy, que estoy aquí, no solo
sino con un mundo y me alborozo
sin frustraciones, pues la voluntad aún debe reclamar
este brazo adyacente como el mío,
la memoria aún nombrarme, reanudar
su rutina de elogio y culpa,
y sonriéndome está este instante, mientras
el día todavía sigue intacto, y yo
soy el Adán sin pecar de los comienzos,
el Adán aún previo a todo acto.

Respiro, y eso, por supuesto, es desear,


sin importar qué, es ser sensato,
es ser diferente, morir, y el precio,
sin importar cómo, es el Paraíso,
perdido, por supuesto, y yo que debo una muerte:
el voraz arrecife, el mar calmo,
los planos techos de la aldea pesquera
aún dormida en su barranco,
aunque frescos y soleados ya, no son amigos
sino cosas al alcance de la mano, y esta carne dispuesta
no es igual y honesta, sino mi cómplice ahora,
mi futura asesina, y mi nombre
19
representa mi parte histórica de responsabilidad
por una mentirosa ciudad que se hizo sola,
temeroso de nuestra tarea en la vida, de la muerte
que el día que llega habrá de reclamar.

Versión de Rolando Costa Picazo (en Los Estados Unidos, y después. Poesía selecta de 1939-
1973. Edic. Activo Puente; B. Aires, 2009)
VISITA DE LA FLOTA (poemas de 1948-57)

Los marineros desembarcan Están sirviendo a la Bestia Social;


Desde los huecos de sus barcos, Ellos ni fabrican ni venden -
Chicos de clase media con aspecto agradable No sorprende que se emborrachen.
Que leen las tiras cómicas;
Un juego de béisbol es más Pero sus barcos sobre el vehemente azul
Para ellos que cincuenta Troyas. En este puerto en realidad ganan,
De no tener nada que hacer;
Parecen un poco perdidos, parados Sin una voluntad humana
En este lugar inamericano Que les diga a quién matar
Donde los nativos viven con leyes Sus estructuras son humanas.
Y futuros propios;
Ellos no están aquí porque Y lejos de parecer perdidos,
Sino simplemente por si acaso. Parece como si hubieran sido pensados,
Para ser puro diseño abstracto,
Las putas y los ociosos Por algún maestro del patrón y la línea,
Que los importunan con groserías, Merecedores ciertamente de cada céntimo
Con sus mugrientas maneras, al menos De los billones que deben haber costado.

Versión de Margarita Ardanaz

LOS DIRECTORES (poemas de 1948-57)

En los malos días de antaño, no era tan malo:


.........El final de la escalera
Era un lugar divertido para sentarse; el éxito
.........Significaba mucho -ocio
Y comilonas, más palacios llenos de
.........Objetos, libros, chicas, caballos
Que uno llevaba de vez en cuando de paseo
.........Y que eran conducidos colina arriba mientras se veía
A otros ir andando. Mandar era un placer cuando
.........Uno escribía una sentencia de muerte
20
En el envés del As de Espadas y jugaba
.........Con una nueva baraja. Los Honores
No son tan físicos o alegres ahora,
.........porque las clases de Poderes
A los que estamos acostumbrados no son así. ¿Podría decirse
.........Que uno de ellos se parece
Al Héroe Trágico, al Santo Platónico,
.........O que un pintor cualquiera
Retrataría a alguien surgiendo triunfante de un lago
.........Sobre un delfín, desnudo,
Protegido por una sombrilla de querubines? ¿Pueden ellos
.........En cuanto a la dirección
Comportarse como Césares genuinos cuando están solos
.........O bebiendo con los amiguetes,
Soltarse la melena y ser francos sobre
.........El mundo? Es dudoso.
La última palabra de cómo podemos vivir o morir
.........Descansa hoy sobre tan callados
Hombres, que trabajan demasiado en habitaciones demasiado grandes.
.........Reduciendo a cifras
Lo que es esencial, lo que ha de hacerse.
.........Les traen a cada uno en una bandeja
Una comida sencilla y ligera de bocadillos,
.........Alimentos que pueden
Tomar con una mano sin levantar la vista
.........De los papeles, se necesita
Un par de secretarias para archivar,
.........Los problemas que ninguna sonrisa
Puede descartar. Las mecanógrafas no paran,
.........Zumban cual cigarras
En el calor de la siesta silenciosa, frívolas
.........En sus discusiones,
De los bosques inalterados por nuestras guerras y proyectos
.........Llegan aromas de las flores
Y canciones de pájaros que nunca votarán
.........O se molestarán por conocer
Las marcas distintivas que un amante ve
.........Por instinto y que un policía
Se entrena para observar. Hasta altas horas
.........Sus ventanas siguen encendidas
Y, a sus espaldas, inclinadas sobre algún informe,
.........En cada barrio,
Siempre cual un dios o una enfermedad
21
.........Allá en la tierra, la razón
En todos los aspectos por las que están cansados, los débiles,
.........Los distraídos, buscando
Algún culpable. Si para recuperarse
.........Van a jugar un poco, su grandeza
Se cruza con la reverencia del jefe o la mirada
.........Del bailarín
Que no puede arruinarse por caída de maestro.
.........Mandar debe ser una vocación,
Parece, como la cirugía o la escultura; la diversión,
.........Ni amor ni dinero,
Pero asumiendo los riesgos necesarios, la prueba
.........De nuestra habilidad, la cuestión,
Es difícil, su propia recompensa. Pero luego
.........Quizás se debería mencionar
También lo que debe ser un consuelo, mientras ellos adivinan
.........En tiempos como el presente
Cuando las adivinaciones resultan tan fatalmente erróneas,
.........El hecho de pertenecer
A los muy selectos, a aquellos
.........Para los que, suponemos,
Habrá plazas en el último
.........Avión para salir del desastre.
No; nadie siente realmente pena por sus
.........Pesados pasos y agobiado
Aspecto, ni te darían las gracias si dijeras que lo sentías.
Versión de Margarita Ardanaz

SECRETOS (poemas de 1948-57)

Que nosotros siempre estemos contentos


Cuando la princesa fea, apartando los arbustos
Para descubrir por qué los hijos del leñador son felices,
Perturba el nido de los avispones, que no sintamos lástima
Cuando el informador es atrapado por la banda en un baño de vapor,
Que aullemos de alegría
Cuando el miope Profesor de Islandés
Pronuncia la inscripción en griego
O un acertijo rúnico que después traduce:

Denunciando por poderes nuestra falta más común como lo peor de nosotros;
Que, esperando a un amigo en su habitación,
enseguida empecemos a revolver sus cartas,
22
Que con toda seguridad repitamos como nuestra
La historia de otro, que, ¡ay de mí!, con frecuencia
Besemos para poder contarlo
Define precisamente lo que entendemos por amor: -
Compartir un secreto.

La broma, que pocas veces advertimos, es sobre nosotros;


Porque sólo los verdaderos corazones saben qué poco importa
Cuál sea el secreto que guardan:
Uno nuevo, uno viejo, uno azul, algo prestado,
Todo servirá a los niños
Hechos a la imagen de Dios, y, por tanto,
No como los otros, no como nuestros queridos amigos mudos,
Que, pobrecillos, no tienen nada que ocultar,
Y no, gracias a Dios, como nuestro Padre
Al cual no se le escapa ningún secreto.
Versión de Margarita Ardanaz

ADIÓS AL MEZZOGIORNO (1958; incluido en Homage to Clio, de 1960).


para Carlo Izzo

Desde el gótico norte, pálidos hijos


de una cultura de papas, cerveza o whisky,
cargados de culpa, nos comportamos como nuestros padres y venimos
al sur, a un otraparte soleado

de viñedos, barroco, la bella figura,


a estos femeninos pueblos donde los hombres
son machos y hermanos no entrenados en la despiadada
batalla verbal tal cual se enseña

en las rectorías protestantes en lluviosas


tardes de domingo, ya no como sucios
bárbaros en busca de oro, ni como acaparadores
ansiosos por los Viejos Maestros, aunque para rapiñar

de todos modos, algunos porque creen que el amore


es mejor en el sur y más barato
(lo que es dudoso), otros convencidos de que exponerse
a un sol más fuerte es fatal para los gérmenes

(lo que decididamente es falso), y otros, como yo,


en la mediana edad esperando extraer de lo
23
que no somos lo que podríamos ser, una cuestión
que el sur nunca se plantea. Quizás

una lengua en que Néstor y Apemantus,


Don Octavio y Don Giovanni hacen
brotar sonidos igualmente bellos no esté equipada
para formularla, o quizá con este calor

resulte tonta: el mito del Camino Abierto


que pasa junto al portal del huerto y hace señas
a los tres hermanos, uno por vez, para que traspongan las colinas
y se aventuren lejos, sea la invención

de un clima donde es un placer caminar


y el paisaje es menos poblado
que éste. Aun así, a nosotros nos parece muy raro
no ver nunca a un único hijo ensimismado
en un juego inventado por él, ni a un par de amigos
divirtiéndose en su jerga privada,
ni alguien que solo se pasea
sin desear nada, si bien sí extraña

a nuestros oídos que a un gato se llame Gato y a los perros


Lupo, Nerón o Bobby. La forma en que comen
hace que nos avergoncemos: sentimos envidia por un pueblo
de naturaleza tan frugal que no les cuesta

ningún esfuerzo dejar de engullir vorazmente. Sin embargo (si


leo bien los rostros después de diez años)
no tienen salvación. Los griegos llaman al Sol
"El que castiga desde lejos", y desde aquí, donde

las sombras tienen borde de puñal, y el mar es azul todos los días,
vero lo que querían decir: su ojo imperturbable
y ultrajante ríe y desprecia toda noción
de cambio o huída, y un silencioso
ex volcán, sin ríos ni pájaros,
se hace eco de esa risa. Esta podría ser la razón
de por qué les quitan los silenciadores a sus Vespas,
suben la radio al máximo del volumen,

y un santo pequeñísimo puede esperar que los cohetes (el ruido


como contramagia, una forma de sacarle
24
la lengua a las Tres Hermanas: "Podemos ser mortales,
pero aún estamos aquí") les hagan ansiar

las proximidades; en calles atestadas


de carne humana, su alma se siente inmune
a toda amenaza metafísica. Nos escandalizamos.
pero necesitamos escandalizarnos: aceptar el espacio, reconocer

que las superficies no necesitan ser superficiales


ni los gestos vulgares, no son cosas que
puedan enseñarse cerca del rumor del agua corriente,
de la vista de una nube. Como discípulos
no somos malos, pero pésimos como maestros: Goethe,
que llevaba el compás de los hexámetros homéricos
sobre el hombro de una romana, es
(ojalá fuera otro) la figura
de nuestra estampa: sin duda la trataba bien,
pero uno debería fijarse límites, y no llamar
a la Helena engendrada en aquella ocasión,
a esa reina de su Segundo Walpurgisnacht,

su bebé: entre quienes quieren hacer de su vida


un Bildungsroman y aquéllos para quienes la vida
significa "ser visible ahora", hay un abismo
que los abrazos no pueden trasponer. Si intentamos

"convertirnos en sureños", nos echamos a perder en seguida, nos volvemos


fláccidos, lascivos de una manera sucia, y
olvidamos pagar nuestras cuentas: que nadie haya oído
que ellos hacen una promesa solemne o se convierten al yoga
es un consuelo. En cualquier caso, a pesar de todo
el saqueo espiritual que efectuamos,
no les hacemos daños, y eso nos da derecho, creo,
a un pequeño grito de A piacere,

no a dos. Irme debo, pero me voy agradecido (inclusive


a cierto Monte) e invocando
mis sagrados nombres meridianos: Vico, Verga,
Pirandello, Bernini, Bellini,

para que bendigan a esta región, sus vendimias, y a quienes


le llaman hogar: si bien no siempre se puede

25
recordar con precisión por qué se ha sido feliz,
no hay forma de olvidar que uno lo fue.
Versión de Rolando Costa Picazo (en Los Estados Unidos, y después. Poesía selecta de 1939-
1973. Edic. Activo Puente; B. Aires, 2009)

DICHTUNG UND WAHRHEIT: UN POEMA NO ESCRITO 1 (1959)


I
Esperando tu llegada mañana, me descubro pensando que Te amo. Luego llega la idea: me
gustaría escribir un poema expresando exactamente lo que quiero decir pensando estas palabras.
II
A cualquier poema escrito por otra persona lo primero que le pido es que sea bueno —quien lo
haya escrito es de importancia secundaria; a cualquier poema escrito por mí, lo primero que le
exijo es que sea genuino, reconocible, al igual que mi propia caligrafía, como un poema escrito,
para bien o para mal, por mí. (Cuando se trata de sus propios poemas, las preferencias del poeta
y las de sus lectores a menudo se enciman pero pocas veces coinciden).

III
Pero este poema que ahora me gustaría escribir no tan sólo debería ser bueno y genuino: si
quiero que me satisfaga, también debe ser verdadero.
Leí un poema de alguien en el que lacrimosamente se despide de su ser amado: el poema es
bueno (me conmueve al igual que otros buenos poemas) y es genuino —reconozco la
“caligrafía” del poeta. Después me entero por una biografía que, por la época en que lo escribió,
el poeta estaba harto de la mujer pero fingió llorar para no herir sentimientos y evitar una
escena. ¿Afecta esta información mi opinión sobre el poema? En lo más mínimo: nunca conocí
personalmente al poeta y su vida privada no es de mi incumbencia. ¿Habría afectado mi opinión
el que yo mismo hubiera escrito ese poema? Así lo espero.

IV
No sería suficiente que yo creyera que lo que yo había escrito era verdadero: para satisfacerme,
la verdad de este poema tiene que ser evidente por sí misma. Tendría que estar escrito, por
ejemplo, de tal forma que ningún lector pudiera leer “Te amo” por Te amo.

V
Si yo fuera un compositor, creo que podría producir una pieza musical que expresara a un
oyente lo que quiero decir cuando pienso la palabra amor, pero me sería imposible componerla
de tal modo que ese oyente supiera que este amor lo sentía por Ti (no por Dios, o mi madre, o el
sistema decimal). El lenguaje de la música es, digamos, intransitivo, y esta misma
intransitividad es precisamente la que priva de sentido a un oyente que pregunta: “¿De veras
cree el compositor lo que dice, o sólo está fingiendo?”.

26
VI
Si yo fuera un pintor, creo que podría producir un retrato que expresara a un espectador lo que
quiero decir cuando pienso la palabra Tú (alguien con hermosura, adorable, etcétera), pero me
sería imposible pintarlo de tal forma que ese espectador supiera que Yo te amaba. El lenguaje de
la pintura carece, digamos, de la Voz Activa, y es precisamente esta misma objetividad lo que
priva de sentido a un espectador que pregunta: “¿Realmente es éste un retrato de N (no de un
joven, un juez o una locomotora disfrazada)?”.

VII
El “simbolista” pretende hacer una poesía intransitiva como la música, que no puede ir más allá
de la reflexión narcisista: “Me amo a mí mismo”; la pretensión de hacer una poesía tan objetiva
como una pintura, no puede llevar más que a una simple comparación. “A es como B”, “C es
como D”, “E es como F”... Ningún poema “imaginista” puede ser muy largo.

VIII
Como lenguaje artístico, el Discurso tiene muchas ventajas: tres personas, tres tiempos —la
Música y la Pintura sólo cuentan con el tiempo presente—, la voz activa y la voz pasiva; pero
tiene un serio defecto: carece de la Atmósfera del Indicativo. Todas sus aseveraciones están en
el subjuntivo y son posiblemente verdaderas sólo hasta que se verifican (lo que no siempre es
posible) por evidencias no-verbales.

IX
Primero escribo Nací en York; después, Nací en Nueva York: para descubrir cuál frase es cierta
y cuál es falsa no sirve de nada estudiar mi caligrafía.

X
Puedo imaginar un falsificador lo suficientemente hábil como para imitar con tal exactitud la
firma de otra persona que hasta un experto juraría ante una corte que era genuina, pero no puedo
imaginar a un falsificador lo suficientemente hábil que pudiera imitar su propia firma con la
imprecisión necesaria para hacer que un experto jurara que es una falsificación. (¿O será que
sencillamente no me puedo imaginar las circunstancias en las que alguien deseara hacer una
cosa semejante?)

XI
En los viejos tiempos, normalmente un poeta escribía en tercera persona, y su tema
acostumbrado eran las hazañas de otros. El uso de la primera persona lo reservaba para invocar
a la Musa o para recordarle a su Príncipe que era día de paga; incluso entonces, no hablaba
como él mismo, sino instalado en su capacidad profesional como bardo.
27
XII
En la medida en que un poeta hable de las hazañas de otros, su poema puede ser malo pero no
puede ser falso, incluso si las hazañas son legendarias y no hechos históricos. Cuando en los
viejos tiempos un poeta decía cómo un jovenzuelo de cincuenta kilos retaba a un combate a
muerte a un dragón de veinte toneladas, o cómo un malvado robaba el caballo del Obispo, se
metía con la mujer del Gran Visir y escapaba de la cárcel disfrazado de lavandera, nunca se le
ocurrió pensar a alguien en su público: “Bueno, sus versos pueden estar muy bien o ser
divertidos, ¿pero el guerrero era tan valiente o el villano tan astuto como él dice?”: las hazañas
que describía le daban sentido común a su secuencia silábica.

XIII
En la medida en que hable de las hazañas de otros, un poeta no tiene dificultad en decidir qué
estilo de discurso adoptar: una hazaña heroica requiere de un estilo “elevado”, un hazaña de
astucia cómica de un estilo “bajo”, etcétera.
Pero supongamos que Homero no hubiera existido, de tal forma que Héctor y Aquiles se
hubieran visto obligados a escribir La Ilíada en primera persona. Si lo que ellos hubieran escrito
fuera en todos los otros aspectos el poema que conocemos, ¿no deberíamos pensar: “Los héroes
genuinos no hablan de sus hazañas con esta grandeza. Estos tipos deben de estar mintiendo?”
Pero si no es propio de un héroe hablar de sus propias hazañas en un tono muy elevado, ¿en qué
estilo ese héroe podría hablar de ellos apropiadamente? ¿En un estilo cómico? ¿No
sospecharíamos entonces una falsa modestia de su parte?

XIV
El poeta dramático hace hablar a sus personajes en primera persona y, muy a menudo, en un
tono elevado. ¿Por qué esto no nos incomoda? (¿O sí?) ¿Es porque sabemos que el dramaturgo
que escribió sus parlamentos no estaba hablando sobre sí mismo, y que los actores que los
repiten sólo están actuando? ¿Pueden las comillas volver aceptable lo que sin ellas resultaría
incómodo?

XV
Resulta fácil para un poeta hablar sinceramente de guerreros valerosos y canallas astutos porque
el coraje y la astucia poseen sus propios obras por medio de las cuales manifiestan su carácter.
¿Pero cómo va a hablar ese poeta sinceramente de amantes? El amor no cuenta con una hazaña
que le sea propia: tiene que pedir prestado un acto de gentileza que, en sí mismo, no es una
hazaña sino una forma de conducta —es decir, no es una obra humana. Uno puede, si así lo
desea, llamarlo obra de Afrodita o de la Frau Minne o de la Bella Dama.

XVI

28
Una hazaña atribuida a Hércules era el de haber “hecho el amor” con cincuenta vírgenes en el
curso de una sola noche: en estas condiciones se podría decir que Hércules era un favorito de
Afrodita, pero no se le llamaría un amante.

XVII
¿Quién es Tristán? ¿Quién es don Giovanni? Ningún fisgón podría decirlo.

XVIII   
Resulta fácil para un poeta alabar las benevolentes obras de Afrodita (llenando su canción de
encantadores retratos como el del ritual de la corte del Gran Colimbo Crestado o el de la curiosa
conducta del molusco macho, y después todas las alegres ninfas y corderos amándose locamente
mientras se levantan y caen imperios), siempre y cuando ese poeta piense que ella rige las vidas
de las criaturas (e incluso de los seres humanos) en general. ¿Pero cuál es el papel de Afrodita
cuando se trata de un amor entre dos personas con nombres y que hablan en primera y segunda
persona? Cuando yo te digo Te amo, admito, naturalmente, que le debo a Afrodita la posibilidad
general de amar, pero el que Yo te deba amar a ti es, lo exijo, mi decisión —o Tú mandato— no
la de ella. O eso, al menos, seguiré exigiéndolo cada vez que me encuentre felizmente
enamorado: cuando me encuentre infelizmente enamorado (la razón, la conciencia, mis amigos
me advierten que mi amor amenaza a mi salud, mis bolsillos y mi salvación espiritual; sin
embargo yo insisto en la unión), entonces bien puedo responsabilizar a Afrodita y considerarme
su víctima indefensa. Así, cuando un poeta desea hablar del papel de Afrodita en una relación
personal, la ve por lo común como una diosa malvada: no es de felices matrimonios de lo que
habla, sino de amores trágicos y mutuamente destructivos.

XIX
El amante infeliz que se suicida no se mata por amor sino a pesar del amor: para demostrarle a
Afrodita que todavía es un hombre libre, capaz de una acción humana, no su esclavo, reducido a
una simple conducta.

XX
Sin el amor personal el impulso afectivo no puede ser una hazaña, sino un acontecimiento
social. Un poeta al que comisionan para escribir un epitalamio, debe saber los nombres y el
estatus social de la novia y del desposado antes de poder decidir el estilo de la dicción y la
imaginería apropiada a la circunstancia. (¿Es para una boda de nobles o de campesinos?) Pero el
poeta jamás preguntará: “¿Están enamorados los novios?” —porque eso es irrelevante para un
acontecimiento social. Podrán llegarle rumores de que el príncipe y la princesa no se soportan
pero que se tienen que casar por motivos dinásticos, o que la unión de Juan y Juana es realmente
la unión de dos cerdos de la piara, pero tal chismerío no influirá en lo que él escriba. Es por esto
que se puede encargar un epitalamio.

XXI

29
El poeta nos habla de hazañas heroicas emprendidas por amor: el amante va hasta el fin del
mundo para traer el Agua de la Vida, mata a ogros y dragones, escala una montaña de cristal,
etcétera, y su recompensa final son la mano y el corazón de la mujer a la que ama (que por lo
general es una princesa). Pero todo esto sucede en el reino de lo social, no en el terreno
personal. Viene muy a tono que los padres de la muchacha (o la opinión pública) digan: “Tales y
cuales virtudes son esenciales en un yerno (o en un rey)”, e insistan en que cada aspirante que se
someta a cualquier prueba, ya sea escalar una montaña de cristal o traducir un pasaje oscuro de
Tucídides, demostrará si posee tal cualidad o no: y el aspirante que pase la prueba exitosamente
tiene el derecho de reclamarles el consentimiento de la boda. Pero es inconcebible cualquier
prueba que haga decir a la muchacha: “No podría amar a cualquier aspirante que fallara, pero
amaré a aquel, quien quiera que sea, que la pase”; tampoco es concebible alguna hazaña que le
dé al aspirante el derecho de demandar el amor de su amada.
Supongamos, también, que ella dude de la calidad afectiva del héroe (¿él sólo va detrás de su
cuerpo o de su dinero?), entonces ninguna hazaña de él, por heroica que sea, puede sacarla de la
duda; en relación con ella personalmente, todo lo que eso puede demostrar es que el objetivo del
héroe, noble o ruin, es lo suficientemente fuerte para someterlo a la Prueba.

XXII
Darle un regalo a alguien es un acto de generosidad, y el poeta épico invierte casi tanto tiempo
en describir los obsequios que sus héroes intercambian y las fiestas que ofrecen, como el que
gastan describiendo las acciones en una batalla, porque se espera que el héroe épico sea tan
generoso como valiente. El grado de generosidad lo certifica el valor en el mercado del regalo.
El poeta sólo tiene que decirnos el tamaño de los rubíes y de las esmeraldas incrustadas en la
funda de la espada o el número de ovejas y de bueyes que se consumieron en la fiesta. ¿Pero
cómo tendrá que hablar un poeta convincentemente de regalos hechos por amor (“te daré las
llaves del Cielo”, etcétera)? El valor mercantil de un regalo personal es irrelevante. El amante
trata de escoger, por lo que sabe de los gustos de la persona amada, lo que él cree que a ella más
le gustaría recibir en ese momento (y recibirlo de él): podría ser un Cadillac, pero igual podría
ser una postal cómica. Si él es un seductor en ciernes, con ganas de comprar, o ella una puta en
ciernes, con ganas de vender, entonces, por supuesto, el valor mercantil es sumamente relevante.
(No de modo invariable: su presunta víctima puede ser una muchacha muy rica cuyo único
interés fuera el de coleccionar postales cómicas).

XXIII
El regalo anónimo es una obra de caridad, sólo que nosotros estamos hablando de eros, no de
ágape. Es tan esencial al amor erótico el deseo de exponerse a sí mismo ante la otra persona,
como es esencial a la caridad el deseo de no exhibirse ante nadie. En ciertas circunstancias, el
amante puede intentar ocultar su amor —porque está jorobado, porque la muchacha es su propia
hermana, etcétera— pero no es en su condición de amante como trata de esconderlo; y si en ese
caso él le enviara regalos anónimos, ¿no delataría esto una esperanza, consciente o inconsciente,
de despertar su curiosidad hasta el punto en que ella diera los pasos necesarios para descubrir la
identidad del remitente?

30
XXIV
Mientras su romance con Crésida iba bien, Troilo se volvió un guerrero más feroz que antes
—“Exceptuando a Héctor, era el hombre más arrojado de todos”—, pero, al mismo tiempo, el
cazador más caballeroso —“Dejaba escapar a las bestias pequeñas”. Y es verdad que a veces
decimos de algún conocido que está enamorado: “Esta vez tiene que ser cierto. Antes solía ser
muy déspota con todos, pero ahora, desde que encontró a N, nunca suelta expresiones
descorteses”. Pero es imposible imaginar a un amante diciendo: “Debe ser cierto que amo a N
porque ahora soy mucho más amable que antes de que nos conociéramos”. (Quizá sólo sea
posible imaginarlo diciendo: “Creo que realmente N me ama porque me ha vuelto mucho más
tratable”.)

XXV
En cualquier caso, este poema que me gustaría escribir no tiene nada que ver con la proposición
“Él la ama” (en donde Él y Ella podrían ser personas ficticias cuyos caracteres e historia el poeta
es libre de idealizar a su gusto), sino con mi proposición Te amo —en donde Yo y Tú son
personas cuya existencia e historias podrían ser verificadas por un detective privado.

XXVI
Es una convención gramatical de la lengua inglesa que el hablante se instale a sí mismo en el
“Yo”, e instale en el “Tú” a la persona a quien se está dirigiendo; pero hay muchas situaciones
en las cuales una situación distinta serviría igual de bien. Podría ser la regla, por ejemplo, que, al
conversar cortésmente con extraños o al dirigirse a los servidores públicos, uno usara la tercera
persona: “Al señor Smith le gustan los gatos, ¿también a la señora Jones?”; “¿Podría decirle el
honorable conductor al humilde pasajero cuándo sale este tren?”: Hay muchas situaciones,
digamos, en donde el uso de los pronombres “Yo” y “Tú” no va acompañado por el sentimiento-
del-Yo o por el sentimiento-del-Tú.                                                                                        

XXVII
El sentimiento-del-Yo: un sentimiento de-responsabilidad-por. (No puede acompañar a un verbo
en la voz pasiva.) Me desperté en la mañana con un violento dolor de cabeza y grité: ¡Ouch!
Este grito es involuntario y está al margen del sentimiento-del-Yo. Entonces pienso: “Estoy
crudo”; cierto sentimiento-del-Yo acompaña a esta idea —es mío el acto de localizar e
identificar el dolor de cabeza— pero tal sentimiento es muy ligero. Luego pienso: “Bebí
demasiado anoche”. En este caso el sentimiento-del-Yo es mucho más fuerte: Debí tomar
menos. Un dolor de cabeza se ha convertido en mi cruda, un incidente en mi historia personal.
(No puedo identificar mi cruda señalándome la cabeza y gimiendo; lo que vuelve mía la cruda
es mi acción pasada y no puedo señalarme a mí mismo el día de ayer).

XXVIII

31
El sentimiento-del-Tú: un sentimiento de atribuir-responsabilidad-a. Sí, cuando pienso en Tu
hermosura, a este pensamiento lo acompaña el sentimiento-del-Tú, me refiero a que te hago
responsable, cuando menos en parte, de tu apariencia física; y ésta no se debe simplemente a una
afortunada combinación genética.

XXIX
Algo común a los dos sentimientos, del-Yo y del-Tú: un sentimiento de estar-en-la-mitad-de-
una-historia. Yo no puedo pensar Te amo sin incluir los pensamientos Ya te he amado (así sólo
sea por un momento) y Te seguiré amando (así sea sólo por un momento). Si, por tanto, mi
intención —como me gustaría que lo fuera en este poema— es expresar lo que quiero decir
cuando pienso esto, entonces me vuelvo un historiador, enfrentado con los problemas de un
historiador. De los documentos a mi disposición (memorias de mí mismo, de Ti, de lo que he
oído sobre el tema del amor), es probable que algunos hayan sido trastocados, que algunos otros
sean incluso completas falsificaciones; ahí donde carezco de documentos, no puedo decir si tal
carencia se debe a que nunca existieron o si se han extraviado o si están escondidos, y, si es así,
de ser recuperables no marcarían ninguna diferencia para mi cuadro histórico. Incluso aunque
me fuera dada la memoria total, seguiría enfrentándome con la tarea de interpretarlos y de tasar
su relativa importancia.

XXX
Los autobiógrafos son como otros historiadores: algunos son liberales, otros conservadores,
algunos son Geistesgeschichtswissenschaftler, (2) algunos son folletinistas, etcétera. (Me
gustaría creer que yo pienso Te amo más como Tocqueville lo habría hecho y menos como De
Maistre).

XXXI
El problema más difícil en el conocimiento personal, ya sea de uno mismo o de otros, es el
problema de intuir cuándo hay que pensar como historiador y cuándo como antropólogo. (Es
relativamente fácil intuir cuándo uno debería pensar como médico.)

XXXII
¿Quién soy yo? (Was ist denn eigentlich mit mir geschehen?)(3) Muchas respuestas son
plausibles, pero una definitiva sólo puede haberla en la misma medida en que pudiera existir una
historia definitiva de la Guerra de Treinta Años.

XXXIII
Ay, que mi respuesta a la pregunta ¿Quién eres Tú? y tu respuesta a la pregunta ¿Quién soy Yo?
sean las mismas, es tan imposible como que cualquiera de ellas resultara exacta y
completamente cierta. Pero si no son las mismas, y ninguna resulta muy cierta, entonces la
afirmación Te amo no puede ser muy cierta tampoco.

32
XXXIV
“Te amo; Je t’aime; Ich liebe dich; Io ti amo... no hay lengua en la tierra dentro de la cual esta
frase no pueda ser traducida exactamente bajo la condición de que, por lo que se quiere decir
con ella, el habla no es necesaria: en lugar de abrir la boca, el que habla muy bien podría
señalarse con un dedo en primer término, luego señalar al “Tú” y enseguida dibujar un gesto que
imite el acto de “hacer el amor”.
Bajo estas condiciones la frase se encuentra al margen de ambos sentimientos: el-Yo y el-Tú:
“Yo” significa “este” miembro de la raza humana (no mi compañero de trago ni el cantinero),
“Tú” significa “ese” miembro de la raza humana (no el inválido que está a tu izquierda, el niño
de tu derecha o la vieja arrugada que está detrás de ti), y “amor” significa de “cuál” necesidad
física soy la víctima pasiva en este momento (y no estoy pidiendo que me indiquen el camino
hacia un buen restaurante o hacia el WC más cercano).

XXXV
Si fuéramos unos completos desconocidos (de modo que por ambas partes quedara excluida la
posibilidad del sentimiento-del-Tú) y, abordándote en la calle, yo dijera Te amo, tú no sólo
entenderías exactamente lo que estaba diciendo sino que tampoco dudarías que eso quise decir;
nunca pensarías: “¿Este hombre se está engañando a sí mismo o me está mintiendo?” (Por
supuesto, tal vez caerías en un error: Yo podría estarte abordando para ganar una apuesta o para
provocar un ataque de celos en alguien más).
Pero no somos desconocidos y no es eso lo que quiero decir —o no es todo lo que quiero decir.
Si de algún modo lo que quiero decir —y cualquier cosa que esto signifique— puede ser
expresado, yo no podría transmitirlo igual de bien usando gestos que haciendo lo mismo con
palabras (por tal motivo deseo escribir este poema) y, dondequiera que el lenguaje es necesario,
la mentira y el autoengaño son igualmente imposibles.

XXXVI
Puedo fingir ante otros que no tengo hambre cuando la tengo (si me siento avergonzado de
admitir que me resulta incosteable una comida decente) o que tengo hambre cuando no la tengo
(ya que heriría los sentimientos de mi anfitriona si no como). Pero, ¿tengo hambre o no? ¿Qué
tanta hambre? Es difícil concebir que tengan lugar la incertidumbre y el autoengaño en lo que se
refiere a la respuesta verdadera.

XXXVII
Tengo hambre; Tengo mucha hambre; Me estoy muriendo de hambre: es claro que estoy
hablando de tres grados del mismo apetito. Te amo un poco; Te amo muchísimo; Te amo
locamente: ¿Estoy hablando aún de distintos grados? ¿O de distintas clases de amor?

XXXVIII

33
¿Te amo de veras? Podría responder No con la certeza de que estaba diciendo la verdad en la
medida en que tú fueras alguien con tan poco interés para mí que nunca se me habría ocurrido
hacerme a mí mismo la pregunta; pero no hay ninguna condición que me permitiera responder
Sí con certeza. De hecho, me inclino a creer que, mientras mis sentimientos pudieran
aproximarse cada vez más al sentimiento que haría del Sí la respuesta verdadera, me volvería
más dubitativo. (Suponiendo que me preguntaras: “¿Me amas?”, yo estaría dispuesto, creo, a
contestar Sí, si supiera que esto es una mentira).

XXXIX
¿Puedo imaginar que amo cuando, de hecho, no amo? Desde luego que sí. ¿Puedo imaginar que
no odio cuando, de hecho, estoy odiando? Desde luego que sí. ¿Puedo imaginar que únicamente
odio cuando, de hecho, amo y odio a la vez? Sí, eso también es posible. Pero ¿podría imaginar
que odiaba cuando, de hecho, no estaba odiando? ¿Bajo qué circunstancias tendría un motivo
para engañarme a mí mismo en relación con esto?

XL
Amor Romántico: No necesito haberlo experimentado por mi cuenta para dar una descripción
justa y precisa de él, en la medida en que, por siglos, esta noción ha sido una de las principales
obsesiones de la Cultura Occidental. ¿Podría imaginar su noción contraria: el Odio Romántico?
¿Cuáles serían sus convenciones? ¿Su vocabulario? ¿Cómo sería una cultura en donde este
concepto fuera una obsesión tan poderosa como el Amor Romántico lo es en la nuestra?
Supongamos que yo lo experimentara, ¿debería tener la capacidad para reconocer en tal
experiencia al Odio Romántico?

XLI
El odio tiende a excluir de la conciencia cualquier pensamiento que no sea el de la Persona
Odiada; pero el amor tiende a expandir la conciencia; el pensamiento de la Persona Amada
actúa como un imán, que se rodea a sí mismo de otros pensamientos. ¿Es por esta razón que un
poema de amor feliz es rara vez tan convincente como uno de amor infeliz: porque el amante
feliz parece estarse olvidando con mucha frecuencia de su Persona Amada para pensar en el
universo?

XLII
De los muchos (tantos, que suman demasiados) poemas de amor que he leído, poemas escritos
en primera persona, los más convincentes se daban siempre en el fa-la-la de una sensualidad
bien naturalizada que no tenía pretensiones de amor serio, o en los aullidos de dolor porque la
persona amada había muerto y ya estaba imposibilitada para amar, o en los gruñidos
desaprobatorios porque ella amaba a otro o tan sólo se amaba a sí misma; los menos
convincentes eran aquellos en los que el poeta sostenía que era sincero, pero a la vez no tenía de
qué quejarse.

XLIII
34
En la batalla, un soldado que se sepa bien a su Homero puede tomar las hazañas de Héctor y
Aquiles (que posiblemente sean ficticias) como un modelo e inspirarse con eso para pelear con
bravura él mismo. Pero el posible amante que conozca bien su Petrarca no puede inspirarse en
eso para amar: si toma los sentimientos expresados por Petrarca (quien fue ciertamente una
persona real) como un modelo e intenta imitarlos, en ese momento deja de ser un amante y se
vuelve un actor que representa el papel del poeta Petrarca.

XLIV
Muchos poetas han intentado describir la experiencia del Amor Romántico distinguiéndolo del
deseo vulgar. (Repentinamente avergonzado, me gustaría decir; consciente de haber soltado
disparates, como un chango parlante o un mozo de cuadra que aún no se ha bañado, ante una
Presencia Soberana, con la lengua trabada, temblando, temeroso de permanecer ahí pero
renuente a partir porque éste es, entre todos los lugares, el mejor en el que se puede estar...)
¿Pero no ha tenido uno ya experiencias similares (de un encuentro radiante) en contextos no-
humanos? (En un recuerdo me veo a mí mismo llegando inesperadamente ante una desdeñosa
fundidora de acero en las montañas de Harz). ¿Qué es lo que hace la diferencia en el contexto
humano? ¿El vulgar deseo?

XLV
Me gustaría creer que tiene lugar una evidencia amorosa cuando puedo decir verdaderamente:
El Deseo, incluso en sus rabietas más salvajes, no puede persuadirme de que eso es amor ni
impedirme desear que lo fuera.

XLVI
“Mi amor”, dice el poeta, “es más maravilloso, más hermoso, más deseable que...” —aquí sigue
una lista de objetos naturales admirables y de artefactos humanos— (más maravilloso, me
gustaría decir, que Swaladele, o la costa noroeste de Islandia, más hermoso que un tejón, un
caballo de mar o una turbina fabricada por Gilkes & Co. de Kendal, más deseable que pan
tostado en el desayuno o que un chorro sin fin de agua caliente...).
¿Qué entregan tales comparaciones? No una descripción, ciertamente, con la cual Tú pudieras
distinguirte entre los cientos de posibles rivales que respondieran a una condición similar.

XLVII    
“La persona que adoro tiene más alma que otras gentes...” (Más divertida, me gustaría decir.)
Para ser preciso, ¿acaso el poeta no debió escribir... “que otras gentes con las que me he
encontrado hasta hace poco”?

XLVIII

35
“Te amaré siempre”, jura el poeta. A mí también me parece fácil jurar esto. Te amaré a las 4:15
PM del martes entrante: ¿sigue igual de fácil puesto así?

XLIX
“Te amaré pase lo que pase, aun cuando...” —luego viene una lista de milagros catastróficos—
(aun cuando, me gustaría decir, todas las piedras de Baalbek se quiebren en trozos exactos, los
cuervos de Repton murmuren funestas profecías en griego y a su vez el Windrush(4) allá abajo
deslice imprecaciones en hebreo, el Tiempo enloquezca y que París y Viena vuelvan a estar
fabulosamente alumbradas con gas...).
¿De veras creo que sea posible que estos acontecimientos ocurran durante el tiempo en que yo
viva? Si no es así, ¿qué es lo que acabo de prometer? Te amaré pase lo que pase, aun cuando
engordes nueve kilos o te aflija un bigote: ¿me atrevería a prometer eso?

L
Este poema que yo pensaba escribir era para expresar exactamente lo que quiero decir cuando
pienso las palabras Te amo, pero no puedo saber con exactitud qué es lo que quiero decir; su
función era lograr una verdad evidente en sí misma, pero las palabras no se pueden verificar por
sí mismas. De modo que este poema permanecerá sin ser escrito. Eso no importa. Mañana
llegarás; si yo estuviera escribiendo una novela en la que ambos fuéramos personajes, sé con
exactitud de qué manera tendría que recibirte en la estación: adoración en la mirada; en la
lengua, bromas y una amable malicia. ¿Pero quién sabe con exactitud cómo te saludaré? ¿La
Bella Dama? Bueno, esa es una idea. ¿No podría uno escribir un poema (ligeramente
desagradable, tal vez) sobre Ella?

Notas de los traductores:


1. El título original, parcialmente en alemán, de este poema de Auden es  Dichtung und Wahrheit
(Poesía y verdad), en alusión más o menos paródica al libro de Goethe del mismo título.
2. Geistesgeschichtswissenschaftler: Historiadores del espíritu y de las ciencias humanas.
3 Was ist denn eigentlich mit mir geschehen?: ¿Qué fue, en fin, lo que realmente sucedió?
4 Windrush: Se hizo al mar en los astilleros de Hamburgo en 1930 y durante la Segunda Guerra Mundial
se empleó como transporte de tropas y hospital; recibió el nombre de Empire Windrush después que el
Ministerio del Transporte la adquirió en 1947. Al año siguiente llevó a Inglaterra el primer grupo amplio
de inmigrantes de las Indias Occidentales.
Versión de Luis Miguel Aguilar y Antonio Saborit

ACCIÓN DE GRACIAS POR UN HÁBITAT (1963; fragmentos)


***
Que eran sagrados bosques y brezales, me fui a sentar al pie
yo lo sentí, aún no adolescente, de Hardy, Frost y Thomas. 
y a la gente miré como profana. Me enamoré. Las cosas se alteraron.
Así, cuando al verso accedí Alguien, al fin, ahora me importaba,
36
Yeats y Graves me fueron una ayuda. la Naturaleza me seduce de nuevo.
Después, sin previo aviso, se derrumbó ¿Dónde están los maestros que requiero?
de pronto toda la Economía, Bien, Horacio, de entre los hacedores el
allí, para instruirme, Brecht estuvo. más 
Finalmente, llegué a pensar en Dios     diestro,
mirando las terribles acciones es colmenero en Tívoli.
por Stalin y por Hitler perpetradas. Goethe, consagrado a las piedras,
¿Por qué estuvo seguro de sus tremendas  quien intuyó —nunca pude probarlo—
    fallas? que por causa de Newton se extraviaría la 
A la fe, me llevaron de nuevo,     ciencia.
Kierkegaard el salvaje, Lewis y Williams.  Con cariño, los reconozco a ustedes:
Maduro hoy, en los años, sin su apoyo jamás hubiera logrado
con un hogar en generoso ámbito, incluso el más precario de mis versos.
Versión de Carlos Monsiváis   
VI. LA GEOGRAFÍA DE LA CASA
  para Christopher Isherwood

Sentados después del desayuno en los días adultos.


en esta cabaña de azulejos blancos
que los árabes llaman la casa adonde La revelación le vino a
todos van, Lutero en un retrete
(lugares donde se han
hasta los melancólicos resuelto palabras cruzadas).
vitorean a la Sra. Rodin no era ningún tonto
Naturaleza por los placeres cuando modeló su Pensador:
primordiales que confiere. meditando en profundo,
acuclillado en la postura
El sexo es sólo un sueño para de un hombre en el inodoro.
los de setenta y más años,
aunque un gozo propuesto has- Todas las Artes provienen
ta que empezamos a afeitarnos: de este acto original del hacer
el deleite de la boca depende de particular del artista:
la virtud de la cocinera, pero los hacedores se pasan la vida
esto otro es algo que Ella garantiza desde luchando con el medio
la cuna a la tumba. de su elección para producir un
des-narcisado, perdurable, excremento.
Una vez que los levantan de la pelea,
los niños oyen de sus madres Freud no inventó al
las primeras palabras avaro constipado:
imparciales de mundanal elogio: los bancos tienen buzones
por ende, empezar la mañana construidos en su fachada
con una satisfactoria con la leyenda Para depósitos nocturnos;
deposición siempre es un buen presagio las acciones son firmes o líquidas,
37
las divisas de las naciones, Principal que corre apurado.
duras o blandas.
(La ortodoxia debería
Madre global, mantiene nuestros bendecir los sanitarios modernos:
intestinos de compasión Swift y San Agustín
abiertos toda nuestra vida, vivieron en siglos
púrganos también la mente: cuando el hedor de las cloacas
concédenos un fin amable, siempre en la nariz
y no una segunda infancia, constituía un fuerte punto de debate
petulante, de débiles esfínteres, para los maniqueos.)
en un hotel barato.
Mente y cuerpo llevan
Mantennos en nuestra posición: diferentes horarios:
cuando nos volvamos materialistas, sólo con nuestra matinal
cuando parezcamos a punto visita aquí podremos dejar atrás
de dedicarnos al Pensamiento Superior, los muertos intereses de ayer,
envíanos alguna imagen que nos baje y enfrentar con todo nuestro coraje
los humos, como la dolorida ex- lo que habrá de venir ahora.
-presión de un Profeta

Versión de Rolando Costa Picazo (en Los Estados Unidos, y después. Poesía selecta de
1939-1973. Edic. Activo Puente; Buenos Aires, 2009
ASILO DE ANCIANOS (1970)

Todos poseen un límite: cada uno (Ellas pueden sudar sin ensuciarse).
Tiene un matiz de daño muy distinto. La élite No obstante, hay algo que los une:
Es capaz de arreglarse por sí misma, Todos aparecieron cuando el mundo, 
Caminar apoyada en un bastón, A pesar de sus males,
Leer completo un libro, interpretar Era más habitable y más vistoso
Movimientos de fáciles sonatas. Y los viejos tenían auditorio
(Pero acaso la libertad carnal Y un lugar en la tierra.
Es el veneno del espíritu: (El niño reprendido por su madre
Conscientes de lo que ha sucedido y el porqué Podía refugiarse con la abuela para ser consolado
Abominan su tristeza sin lágrimas.) Y escuchar algún cuento.)
Luego vienen los de silla de ruedas, el promedio Hoy ya todos sabemos qué esperar, 
Que soporta la tele Mas su generación es la primera
Y guiado por amables terapeutas Que se ha desvanecido de este modo:
Canta en comunidad. No en casa sino asignada a un pabellón, arrojada
Después los solitarios que musitan  Como se arrumban fardos indeseables.
Palabras en el limbo, y al final 
Los que ya son del todo incompetentes Mientras voy en el Metro para estar
Y como una parodia de las plantas  Media hora con una del asilo,
38
Recuerdo quién fue ella en su esplendor. Un somnífero rápido, indoloro;
Entonces visitarla era un orgullo O bien para rogar, como ella ruega,
Y no una caridad. Que Dios o la naturaleza precipiten
¿Seré tan frío como para esperar Su función terrenal?

Versión de José Emilio Pacheco

HABLANDO CONMIGO MISMO (Abril 1971)


Para Oliver Sacks
La primavera en Austria tuvo un comienzo amable,
diáfano el cielo, el aire manso y el medio equilibrado
para quienes nos alimentan, bestias o plantas:
los sempiternos minerales parecían contentos con su régimen,
donde lo que no está prohibido es obligatorio.

Hay sombras, desde luego: anuncios pornográficos, párrocos “enrollados”,


y a uno de los vecinos, el marido perfecto, le ha dado por beber,
pero Tú no has perdido tu aplomo, extraña cosa rústica,
el mismo ante quien Yo, hecho a Imagen de Dios pero en torcido,
impúdico devoto voluntarioso, he de inclinarme.

Mi vivienda mortal, el carnal territorio


que debo custodiar, y mi niño adoptado,
de cuya subsistencia me hago cargo, y también mi tutor,
sin cuyas instrucciones neuronales jamás podría
distinguir lo que es o imaginar lo que no es.

Pasivo por instinto, supongo, pues no tienes


ni garras ni colmillos ni cascos ni veneno y eres
propenso, por tanto, a dejar que el sol se ponga en Tu espanto;
más que torpe oledor, censor de olores,
y con un paladar omnívoro que admite la comida caliente.

De forma impredecible, emergiste hace décadas


entre el flujo incesante de seres vomitados
por las fauces de la naturaleza. Un suceso aleatorio, dice la Ciencia.
¡Y un huevo! Un genuino milagro, en mi opinión,
pues ¿quién no está seguro de haber sido llamado?

A la vez que crecías y tu perfil tomaba forma,


yo observaba tu aspecto con recelo. Su arquitectura
tendría que haber sido más vistosa: ¡Me han engañado!
39
No obstante, a estas alturas, me he hecho a Tus proporciones,
y, bien pensado, habría podido ser mucho peor.

Pocas veces has sido una molestia. Durante muchos años


fuiste, lo reconozco, mártir del cuernolismo,
(era inútil decirte: ¡Si no estoy enamorado!):
con qué resolución, no obstante, repeliste invasiones de gérmenes
sin castigar jamás con un achaque mis rabietas.

Eres Tú quien salió perjudicado, pues, si tienes miopía,


soy el ratón de biblioteca que pudo con Tus ojos; si te falta el aliento,
como buen fumador que eres, soy el camello
que te llevó a engancharte. (De haber sido más jóvenes,
tal vez te habría pervertido con una aguja.)

Siempre me ha sorprendido qué poco Te conozco.


Tus costas y salientes los conozco, pues ahí yo gobierno,
pero lo que sucede tierra adentro, los rituales, los códigos sociales,
Tus torrentes, salados y sombríos, siguen siendo un enigma:
lo que creo se basa sólo en rumores médicos.

Nuestro matrimonio es un drama; no un guión donde


lo no expresado no se piensa: en nuestra escena,
aquello que no puedo articular Tú lo pronuncias
en actos cuya raison-d'être no entiendo. ¿A qué evacuar fluidos
cuando me aflijo o dilatar Tus labios cuando me alegro?

Toda orden de cierre o apertura, de inclusión o expulsión,


ha de venir de Ti, no es de mi competencia
(lo que he hecho es simplemente procurarte el horario
donde puedes listarla): mas ¿Cuál es Tu tarea
mientras hago equilibrios entre pena y jolgorio?

De forma un tanto irracional, Te reprocho los sueños,


Si algo sé, es que no los escojo: si pudiera,
les impondría cierta disciplina prosódica,
no habría ambigüedad en lo que dicen. Me da igual el motivo
de estos raptos nocturnos, como poeta los repruebo.

Gracias a Tu otredad, Tus concordias jocosas,


tan distintos de mi ámbito de furia y disonancia,
puedes servirme como emblema del Cosmos:
de los grupos humanos, como Hobbes supo ver,
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el símbolo más apto es un monstruo grotesco.

¿Quién acuñó el sintagma El cuerpo político?


Pus todos los Estados en los que hemos vivido o que muestra la historia
han sido enfermos graves, casos psicosomáticos
atendidos por sádicos o matasanos caros:
cuando leo el periódico, pareces un Adonis.

El tiempo, lo sabemos, te hará más decadente y ya empiezo a temer


nuestro divorcio: he visto algunos espantosos.
Recuerda: cuando Le Bon Dieu te diga ¡Déjale!,
haz el favor, por Él como por mí, de no atender
a mis penosos noes y vete echando leches.
Versión de Jordi Doce en op. cit.

NO, PLATÓN, NO (Mayo de 1973)

No puedo imaginarme nada que este cuerpo con que nací,


...que menos me pueda gustar ...estas glándulas endocrinas
que ser un Espíritu etéreo, que trajinan día tras día
...tan incapaz de masticar ...sin que parezcan resentirlo
como de establecer contacto, a fin de contentarme a Mí,
...o sentir el aire estival ...su Maestro, y cuidar mi forma
o entender el habla y la música (bien es cierto que no doy órdenes,
...o alzar los ojos más allá. ...no se me ocurre qué gritarles)
No, Dios me ha puesto exactamente sueñan tal vez con otra vida
...donde habría elegido estar: ...distinta de la que conocen:
pues el Hombre tiene dos sexos y es muy posible que mi Carne
...en este círculo sublunar ...esté orando para que “Él” muera,
y Nombre Propio toda cosa. y Ella se torne de este modo
...libre Materia irresponsable.
...No obstante, puedo figurarme
Versión de Jordi Doce en op. cit.

Poemas de data y/o ubicación inespecificadas:


 
CANZONE

¿Cuándo aprenderemos —cosa clara como el que no podemos escoger lo que somos 
    agua—      libres para amar? 

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si bien el ratón que deportamos ayer  sus colmillos no son un triunfo para la voluntad
es hoy un furioso rinoceronte,  sino cabal
nuestro valor está más amenazado de lo que  indecisión. Aquello por lo 
    suponemos:     que nos amamos
necias objeciones a nuestro día de hoy es nuestro poder para no amar, 
husmean sus alrededores; noche y día reducirnos a la nada o explotar a voluntad, 
caras, oraciones, batallas, acosan nuestra  arruinarnos y recordar que sabemos 
    voluntad lo que ruinas y hienas no pueden saber.
tanto como ruidos y formas cuestionables;
enteras esporas de resentimientos  Si ahora en esta oscuridad sé cada vez 
    cotidianos     menos 
dan status a los salvajes del mundo cuál es la escalera en espiral en que la 
que gobiernan a los distraídos y a este      hechizada voluntad 
    mundo. asecha el equipaje que le robaron, ¿quién 
    podría saberlo 
Somos creados con y desde el mundo  mejor que tú, amada? ¿cómo sé yo 
para con él y desde él sufrir día tras día:  lo que da seguridad a cualquier mundo? 
ya sea que nos encontremos en un mundo ¿o en el espejo de quién comienzo a conocer 
    majestuoso  —como los mercaderes sus monedas y sus
de sólidas medidas o en un mundo de sueño      ciudades— 
de oro y cisnes, se nos pide que amemos  el caos del corazón, rey por un día? 
las cosas sin hogar que requieren un mundo. pues a través de nuestro tráfico vivaz 
 Nuestra exigencia de poseer nuestros  de todo el día en mi propia persona me obligo a 
    cuerpos y     saber 
nuestro mundo  cuánto debe olvidarse del amor, 
es nuestra catástrofe. ¿Qué podemos experimentar cuánto, incluso, del amor, debe perdonarse.
sino  pánico y capricho hasta 
    saber al fin  Querida carne, querida mente, 
que nuestro medroso apetito exige un  querido espíritu, Oh 
    mundo  amor querido, 
cuyo orden, origen y propósito, sea  en mis profundidades ciegos monstruos
una copiosa satisfacción de nuestra      saben 
    voluntad? de tu presencia y están furiosos y temen 
Deriva, Otoño, deriva; hojas, colores, donde al amor que exige a sus imágenes algo más 
    quieran:      que amor; 
necia melancolía se desmenuza por el  los ardientes caballos rampantes de mi voluntad, 
    mundo.  atrapando las esencias Celestiales, relinchan: 
Deploren, fríos océanos, la voluntad linfática  Amor no justifica el mal hecho en su nombre 
atrapada, reflejante, en el derecho a desear:  ni en ti, ni en mí, ni en los ejércitos, 
mientras violentos perros alborotan su  ni en el mundo de las palabras y las ruedas, ni en 
    moribundo día      ningún otro mundo. 
en furia báquica; aunque gruñan, como es su Querida creatura-semejante, alaba a 
    voluntad,      nuestro Dios
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de amor y borra y tontería de nuestra libre voluntad; 
que así nos amonesta, que nunca un día eso, o nuestra carne en mutación nunca 
de juicio consciente sea un día desperdiciado.     sabrá 
que debe haber tristeza si es que puede 
Eso o de cada día hacer un espantapájaros,      haber amor.     
barullo y revoltijo de nuestro común mundo 

Versión de Guillermo Sheridan (en Material de lectura. W. H. Auden. UNAM. México, 2007)

COLEGIALES

Aquí se encuentran todos los cautiverios;


celdas que son como las de verdad,
pero diferentes de los prisioneros tal cual los conocemos,
que se sienten ultrajados o languidecen o se resignan sutilmente
o sólo anhelan irse.

Pues disienten tan poco, casi contentos


de representar la pantomima del perro: una lamida y una carrera;
los barrotes del amor son tan fuertes, sus conspiraciones
frágiles como juramentos de borrachos.

Por cierto que su esquivez es difícil de vigilar:


los condenados ven sólo los falaces ángeles de una visión;
tan poco esfuerzo se esconde detrás de sus sonrisas,
y la bestia de la vocación tiene miedo.
Pero observadlos, oh, contraponed a nuestra estatura y edad
la casi neutra, la levemente desmañada perfección;
porque el sexo está allí, el cordón roto del zapato está roto,
el sueño del profesor no es verdadero.

Sin embargo, la tiranía es bien fácil.


¿Es la indecorosa palabra
garabateada en la fuente toda la rebelión?
¿Son las tormentas de lágrimas derramadas en un rincón
las semillas de la nueva vida?
Versión de Alberto Girri (en Versiones de poetas. Edit. Corregidor; Buenos Aires, 1974)

DANZA DE LA MUERTE

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Damas y caballeros han logrado el más el piloto maniobra hacia la horrible herida:
notable progreso, y el progreso, estoy de con otros me contengo y les regalo más vida
acuerdo, es gran merced; antes de asignarles, según mi propio humor,
han construido más coches de los a éste una coronaria, a este otro un tumor.
estacionables, han roto la barrera del sonido
y nada impide que muy pronto, en la luna, a Soy liberal en lo que toca a religión y a raza;
una fiesta los conviden: ingresos tasables, crédito, ambición social 
pero quiero recordarles que eso a mí me  no me impresionan. Sé que nos veremos 
    divierte,     cara a cara, 
la cosmócrata he sido y seré: yo soy la  a pesar de medicinas y a pesar del hospital,
    Muerte. no obstante los eufemismos del más caro
    enterrador: 
Entre jóvenes y osados ando, y a mi antojo matrona de palacete, miserable de cabaña,
se fía el alpinista de una rama podrida, bailarán todos conmigo cuando toque mi 
mientras nadan, con resacas, a los niños      tambor.  
    recojo, 
Versión de Guillermo Sheridan en op. cit.

DESPUÉS DE LEER UN MANUAL DE FÍSICA MODERNA PARA NIÑOS

Si fuera cierto todo lo que sabe a un pretendiente que envejece,


sobre la Verdad un físico experimentado, al menos, gracias a Dios, tiene
entonces cualquier hijo de vecino, bastante masa para no deshacerse
por mucha futilidad y mugre y no convertirse en un potaje indefinido
que haya en nuestro mundo cotidiano, que está parcialmente en otro sitio.
lo tiene mucho mejor en la vida
que las Grandes Nebulosas Nuestros ojos prefieren
y que los átomos de nuestro cerebro. que el lugar que hemos de habitar
El matrimonio casi nunca es una maravilla, tenga una perspectiva geocéntrica,
pero seguro que debe ser mucho peor que los arquitectos construyan
correr como las partículas un tranquilo espacio euclidiano:
a miles de millas por segundo son mitos agotados, pero ¿quién
por un universo se sentiría en casa en una montura
en donde el beso de tu amante que no para de expandirse?
o bien no se notaría
o bien te rompería el cuello. Esta pasión que tenemos
por el proceso de investigación,
Aunque esa cara que veo es un hecho que nadie puede cuestionar,
cuando me afeito sea cruel pero yo la disfrutaría más
porque año tras año rechaza si supiera con mayor claridad
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para qué queremos el conocimiento, si nuestro interés por las magnitudes
y si tuviera la seguridad de que la mente extremas puede dar lugar a una
todavía es libre para saber si quiere saber. criatura de tamaño mediano,
Parece que eso ya fue decidido o si resulta sabio en definitiva
de una vez por todas, hacer política con la Naturaleza.
y ya descubriremos más adelante

EL COMPOSITOR
 
Los otros traducen: el pintor dibuja  Derrama tu presencia, delicia desbordada,
un mundo visible que amar o rechazar;  por las cascadas de las piernas y los 
escarbando su vida, el poeta saca      vertederos de
las imágenes que hieren y conectan, la espalda, 
que invade nuestro clima de duda y de silencio; 
moldeando con dolor, a la vida y al arte,  sólo tú, tú sola, canción imaginaria, 
confiando que nosotros cubriremos la grieta.  eres incapaz de decir que una existencia ha errado, 
Sólo tus notas son puro artefacto,  y viertes, como un vino, tu perdón.     
sólo tu canción es un don absoluto.
Versión de Guillermo Sheridan en op. cit.

EL LABERINTO
 
Antropos apteros pasó varios días  en ese caso, válida comprobación?
silbando en el oscuro laberinto,  ¿Qué del universo que domino me puede 
confiando alegremente su salida      decir
a su temperamento y a su instinto. cuál es la dirección que debo seguir?
Lo que sugeriría el matemático 
La centésima vez que vio un arbusto  sería una línea recta: lo más práctico. 
que cien veces pensaba haber pasado,  Pero izquierda y derecha en alternancia 
en la confluencia de cuatro senderos,  es algo, con la historia, más en consonancia.
reconoció al fin que se había extraviado. 
La estética en contraste cree que todo el 
“¿Dónde estoy? a menos de que tenga una     arte 
    respuesta,  intenta el corazón gratificarte: 
dice la metafísica, una pregunta no puede ser si rechazo disciplinas como ésta... 
    propuesta,  ¿seguiré el camino, entonces, que mejor me 
por lo que asumo      parezca?
que a este laberinto lo ha planeado alguno.
Si el pensamiento del teólogo es correcto  Sólo es verdadero este razonamiento 
un plan implica la idea de un arquitecto:  si se acepta el clásico discernimiento, 
un laberinto creado por Dios sería sin duda  cosa que resulta imposible de asegurar 
un preciso universo en miniatura. si al introvertido hemos de escuchar
¿Serían los datos de la percepción,
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ya que su absoluta presuposición  contentarme con la conclusión 
es que el hombre crea su propia condición:  ya que, en teoría, no existe solución.
este meandro no fue creado por la divinidad 
y más bien es reflejo de mi culpabilidad. Toda declaración sobre lo que yo siento, 
Su centro, que no puedo hacer presente, como estoy perdido, es falsa al cien por 
es conocido para mi inconsciente;     ciento: 
no tengo pues por qué desesperar: termina mi sabiduría donde había empezado: 
en él he estado siempre con sólo así pensar. cualquier barda es más alta que un humano.”

El problema es cómo decir no quiero;  Antropo apteros, vacilante, 


los que están quietos se mueven más ligero;  confuso ¿hacia atrás? ¿hacia adelante? 
mientras no acepte que estoy perdido  mirando hacia arriba deseó ser el ave 
porque yo quiero estarlo, estoy perdido. a la que estas dudas 
Si eso fracasa, quizá yo debería  debían parecer poco menos que absurdas.     
hacer lo que los educadores harían: 

Versión de Guillermo Sheridan en op. cit.

EL SABAT

Al despertarse el Séptimo Día de la Creación,


    Husmearon cautelosamente el aire:
El olfato más fastidioso de entre ellos admitió
    Que aquel individuo ya no estaba allí.

Los herbívoros, los parásitos, los depredadores hacían salidas,


    Las aves migratorias volaban rápidamente y a gran distancia
Ni rastros de su presencia: agujeros en la tierra,
    Playas cubiertas de brea.

Ruinas y abundante basura metálica


    Eran todo lo que quedaba de aquel
Cuyo nacimiento en el Sexto había hecho de aquel día
    Un intermedio innecesario.

Bueno, aquel individuo en realidad jamás había olido


    Como una criatura capaz de sobrevivir:
No tenía gracia, destreza o facultad como las de aquellos
    Nacidos en los Primeros Cinco.

De vuelta pues, al fin, a una economía natural,


     Ahora que Su Imprudencia había desaparecido

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Pareciendo exactamente lo que era,
    El Séptimo Día siguió su curso,

Hermosísimo, feliz, perfectamente sin objetivo...


    El restallante chasquido de un rifle
Rayó su Arcadia de par en par, interrumpió
    Su necesidad Sabática.

¿Para quién pensaba que habían sido creados?


    Aquel individuo estaba de vuelta,
Con una mente más sanguinaria de la que le recordaban,
    Más semejante a un Dios de lo que pensaban.

EMBAJADA

Se disipó, al caer la tarde, la opresión del día;


Las altas cumbres pudieron divisarse; había llovido
A través de amplios prados y flores refinadas
Fluía el diálogo de los diplomáticos.
Dos jardineros les miraron los zapatos caros
y el chofer esperaba, leyendo algo apoyado sobre el manubrio,
hasta que ellos terminaran su intercambio de enfoques.
Parecía una escena perteneciente a la esfera privada.
Lejos de ahí, sin importar sus buenas intenciones,
las fuerzas armadas esperaban un error verbal
con toda la parafernalia dispuesta para dañar:
Y del encanto de ellos dependía
una tierra devastada, con sus jóvenes masacrados,
sus mujeres llorando y el pueblo bajo el terror.

Versión de Germán Carrasco


EPITAFIO PARA UN TIRANO
 
Andaba tras cierta forma de perfección y estaba muy interesado en flotas y en
y la poesía que inventaba era fácil de  armadas; cuando se reía, reventaban de risa 
    entender;     los respetables senadores, 
conocía la tontería humana como a la palma  y cuando lloraba, los niñitos se morían en las 
    de su mano,      calles.  

Versión de Guillermo Sheridan en op. cit.

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FOXTROT DE UNA PIEZA TEATRAL
 
Él:  que se creen ser un ciprés
Y aunque yo tuve una tía 
El soldado ama su rifle
enamorada de un pez 
El estudioso su ciencia 
Tú eres mi taza de té.
El granjero a sus caballos 
Las actrices su apariencia 
Ella: 
Hay amor por todas partes 
Dondequiera sea que estés Unos tienen muy fea panza
Y aunque algunos enloquezcan otros bulbosa nariz 
con la cara de Mae West unos el riñón flotante 
Tú eres mi taza de té. otros dedos de lombriz 
unos codo de tenista 
Ella:  otros rodilla al revés
Y aunque conozco a uno  
Unas hablan de Alejandro
que otro
Otras más de Fred Astaire 
de orejas de canapé
A unas les gustan velludos 
Tú eres mi taza de té.
a otras de bon aire 
A unas les gustan los curas 
Los dos:  
o el estrella del ballet
Y aunque algunas los prefieren El ruiseñor ama al bicho 
rudos y de muy mal ver La víbora quiere al sol 
Tú eres mi taza de té. El oso polar al hielo 
El elefante al calor 
Él:  La trucha adora su río 
El carnicero su res
Unos aman los afganos
Y los perros más que nada
otros quieren pekinés 
 aman al poste de luz.
otros gatos o pericos 
Nada eso impide, amor mío:
o cerditos o ciempiés 
Mi taza de té eres tú.     
Hay pacientes en asilos 
Versión de Guillermo Sheridan en op. cit.
HERMAN MELVILLE
 Al final casi, navegando, entró a una calma singular 
y ancló en su casa y alcanzó
    a su esposa 
y bogó en la ensenada de sus manos
y cada mañana cruzaba hasta a la oficina como si fuera otra isla  
   su trabajo.

Existía el Bien: esto era su nueva ciencia para que se diera cuenta; mas fue lanzado 
su terror tuvo que alejarse totalmente     por el viento 

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allende el Cabo de Hornos del éxito  que nadie se salva mientras no sea en 
    razonable      sueños; 
que aúlla: “Esta roca es el edén. Aquí  pero había algo más que había sido 
    naufraga”.     trastocado por
la pesadilla—
Pero que lo ensordeció con truenos y lo 
    aturdió con relámpagos:  incluso el castigo era humano y era una 
—el héroe lunático cazando, como a una      forma de amor: 
    joya,  la quejosa tormenta había sido la presencia 
al raro monstruo ambiguo que mutiló su      de su padre 
    sexo,  y había sido llevado siempre en el pecho 
odio por odio hasta vaciarse en grito,     de su padre. 
sobreviviente imposible arrebatado al  Que con delicadeza lo había descendido 
    delirio—     ahora
todo eso era falso y complicado; la verdad  para abandonarlo. 
    era simple. Se puso de pie sobre el balcón angosto y 
    escuchó 
Nada espectacular el Mal, y siempre humano,  y todas las estrellas arriba cantaron como en 
comparte nuestra cama y come en nuestra      su infancia 
    mesa,  “Todo es vanidad”, pero ya no era lo mismo;
y nos presenta al Bien todos los días,   porque ahora las palabras cayeron 
hasta en las estancias rodeadas de yerros;      como el sosiego
tiene un nombre como “Billy” y es casi perfecto  de las montañas 
aunque porta como un adorno su  —Natanaél fue tímido por ser su amor egoísta— 
    tartamudez:  pero ahora gritó, transportado y 
y cada vez que se topan pasa lo mismo;      vencido, 
es el Mal el que es desvalido como  “La divinidad se ha roto como un pan. 
    un amante      Nosotros somos los pedazos.”
y busca pleito hasta encontrarlo 
y ambos son destruidos abiertamente ante  Y se sentó en su escritorio y escribió
    nosotros. una historia
Pues ahora se había despertado y ya sabía 
Versión de Guillermo Sheridan en op. cit.
Oh, ¿qué ruido es ese...
 
Oh, ¿qué ruido es ese que redobla en el valle,  mientras van adelante.
que estremece al oído, redoblando? 
Son sólo los soldados escarlata, querida,  Oh, ¿qué es lo que hacen esta triste mañana, 
los soldados que van llegando. qué hacen esta mañana, con todo su aparejo? 
Sólo sus maniobras habituales, 
Oh, ¿qué luz es esa que potente allá brilla,      querida, 
que veo en la distancia, tan brillante?  o quizá una advertencia.
Sólo es el sol en sus armas, querida, 
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Oh, ¿por qué de pronto el rumbo cambian  Oh, ha de ser al ladino granjero al que 
y salen del camino? ¿por qué viran?      quieren, 
Quizá una contraorden tan sólo, querida,  al granjero que vive ahí, tan cerca. 
¿por qué te arrodillas? Ya pasaron la granja, querida, 
y ahora van corriendo.
Oh, ¿por qué no han detenido sus caballos 
a la puerta del doctor, por qué no paran? Oh, ¿a dónde vas? ¡quédate conmigo! 
¿me engañaban tus votos? ¿me engañaban? 
No hay entre ellos ninguno que esté herido,  No; prometí amarte, querida, 
querida, no entre ellos. mas debo partir al momento.

Oh, ¿no será al párroco a quien buscan?  Oh, han roto el candado y en torno a la 
¿al párroco, quizá, de blanco pelo?      puerta 
No. Pasan ante su puerta, querida,  que han roto están asechando; 
pasan sin detenerse. el ruido de sus botas retumba en el suelo, 
tienen hambre de fuego sus ojos en llamas.     

Versión de Guillermo Sheridan en op. cit.

FIN

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