2ºborrador Final
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2ºborrador Final
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también investigamos la relación con otros términos afines como: sociabilidad, igualdad,
justicia y caridad. En segundo lugar, recurrimos a las Sagradas Escrituras, Antiguo y
Nuevo testamento, con el fin de establecer una base teológica-escritural, fundamento de la
reflexión posterior.
2
CAPITULO I
1.1.1.- Etimología
En sentido cristiano, los seres humanos estamos unidos por el hecho de ser hijos de
Dios, razón por la cual todos poseemos la misma dignidad. Ante Dios, en sí mismos, y ante
los semejantes todos poseemos el mismo valor. Las diferencias en este punto no encuentran
3
justificación. En razón de esta filiación divina debiera reinar en los seres humanos un
verdadero sentido de fraternidad que nos impulse a buscar y procurar siempre el bien de los
demás.
La solidaridad constituye uno de los cinco principios que funda toda organización
política y social. Gracias a estos principios (autoridad, personalidad, subsidiaridad, bien
común), es posible construir con éxito y desarrollar cualquier esquema de organización
social. Toda sociedad puede prosperar y alcanzar sus fines propios si respeta y promueve
desde sí misma tales principios; la ausencia o debilidad en cualquiera de éstos trae consigo
directamente una repercusión sobre el conjunto social y en los individuos, provocando
quiebres y conflictos.
4
Existe una directa conexión entre la realidad de la naturaleza personal del ser
humano, la igualdad y la justicia.
La comunidad de naturaleza nos lleva a afirmar la igualdad radical que une a todos
los hombres, pues en cada individuo humano es necesario reconocer su dignidad como
persona. Es esta igualdad la que justifica impulsar cambios que conduzcan a eliminar
atropellos a la dignidad de la persona, tales como: discriminación, explotación, injusticias
sociales, porque de esa forma se promueve y posibilita el real desarrollo de los individuos
humanos como personas.
(del latín iustitia, justicia, conformidad con el derecho, ius) Término de difícil definición concreta por la
multiplicidad de significados, que se extienden desde el ámbito religioso (justicia como «justificación» por la fe)
al social (justicia legal, distributiva, social), al privado (justicia como virtud), al público e institucional (justicia
como poder judicial); el término abarca los diversos enfoques con que se ha tratado a lo largo del tiempo,
aunque modernamente tiende a entenderse como referida al ordenamiento social justo: una teoría de la
justicia viene a ser una teoría de la sociedad justa.(..)
. Para Aristóteles, la justicia (*46"4@Fb<0, dikaiosýne) es virtud: virtud total, que engloba todas las demás
virtudes éticas, y consiste en la observancia de la ley (justicia legal) y virtud parcial, que divide en justicia
distributiva y correctiva o conmutativa; la primera regula la distribución de cargas y premios en la sociedad, y
la segunda las relaciones personales (Ética a Nicómaco, 1129 a-1131 a). La justicia legal aristotélica se (..) se
orienta, sin resonancias religiosas, al bien común de la sociedad. Ulpiano (hacia 223 d.C.), al definir el
derecho como el arte de lo bueno y de lo justo, enumera las características de este tipo de vida: «vivir de
forma honrosa y acreditada, no perjudicar a los demás y dar a cada uno lo suyo» (Digesto, I,1,10,§ 1). Tomás
de Aquino, principal exponente de la filosofía escolástica medieval reitera las distinciones de Aristóteles,
fundamenta la justicia legal (social) en la ley eterna y, a la justicia particular que Aristóteles llamaba correctiva,
la llama conmutativa.
2
Cfr. op.cit
5
solidaridad no se reduce a dar sólo lo justo, es decir, lo mínimo exigible, ni tampoco a dar
movido por una exigencia externa, sino a dar sin otra explicación que buscar el bien del
prójimo en forma totalmente gratuita y desinteresada.
3
Cfr. 1ª Cor. Cap XIII. El Apóstol Pablo en esta epístola, en el capítulo señalado, identifica las tres virtudes
teologales: fe, esperanza y caridad, de la cuales la caridad ocupa el primer lugar, seguida de la fe y la
esperanza.
4
Cfr. Is. 2,4; Is 11,6
6
En las Sagradas Escrituras, la realidad de la solidaridad no aparece designada con el
vocablo “solidaridad”, sino con otros términos afines, como por ejemplo: misericordia 5,
compasión6, benignidad7, gracia8, amor9, caridad. Ciertamente, el signo material lingüístico
en cuestión para designar la realidad subyacente, no posee tanta relevancia como la realidad
de fondo designada10.
Las Sagradas Escrituras constituyen una fuente infinita de recurso para aprender y
fundamentar acerca de la solidaridad. De hecho, la Biblia es la palabra de Dios que
encuentra su condensación o culmen en el Verbo hecho carne, que por amor salva a la
humanidad doliente afectada por el pecado original. En este sentido es posible afirmar que
la Biblia es un libro que habla de la solidaridad de Dios para con el hombre. Aún más, en la
Biblia Dios interpela y compele al hombre para el ejercicio de la solidaridad entre los
propios seres humanos11.
5
Cfr. Gn. 19,16- 24,12- 24,49- 32,10- 43,14 Ex. 15,13- 20,6- 33,19- 34,6
Dt. 5,10- 7,9- 30,3 Jos. 2,12 Jue. 2,18 Rt. 1,8 1 S. 15,6- 20,14
2 S. 2,6- 7,15- 9,1- 24,14 2 R 13,23
Esd. 3,11 Neh. 9,17- 9,31- 13,14- 13,22 Job. 10,12 Sal 13,15- 17,7- 18,50- 23,6- 25,16- 26,3- 31,21-
32,10- 33,5- 36,5- 36,7- 36,10- 37,21- 40,10- 41,4- 42,8- 52,1- 57,10- 63,3- 67,1- 72,13- 77,9- 85,7-
89,1- 89,14- 89,33- 90,14- 92,2- 100,5- 103,4- 103,17- 106,7- 119,76- 119,88- 142,2- 145,9
Pr. 3,3- 14,21- 16,6- 19,22- 21,21 Is. 16,5- 33,2- 49,13- 54,7- 54,8- 54,10- 60,10- 63,7
Jer. 12,5- 31,3- 31,20- 32,18- 42,12 Lm. 3,22 Ez. 5,11- 7,4 Dn. 9,9- 9,18- Os. 6,6- 12,6- 14,3
Mi. 6,8 Hab. 3,2 z 1,16- 7,9
6
Cfr. Dt. 13,17 2 S 12,22 Job. 19,1 Jon 1,6
7
Cfr. 2 S 2,36; Sal. 18,35;
8
Cfr. Ex. 3,21; Rt. 2,10; Pr. 1,9- 3,14- 3,22- 13,15- 31,30; Os. 14,4 ; Zac 12,10
9
Cfr. Sal 91,14; Pr. 10,12- 15,17; Is. 63,9; Jer. 31,3; Os. 11,14;
10
Este mismo fenómeno lo encontramos en los textos seleccionados más delante de los autores
Charletworth, Buscaglia y Singer, especialmente Buscaglia, quien reflexiona a partir del concepto de “amar
a los demás”.
11
Cfr. Oseas 6,6: “Porque yo quiero amor, no sacrificio, conocimiento de Dios, más que holocaustos”
12
Cfr. Deuteronomio 6, 1-13
13
Cfr. Id. 6, 1-2
7
te hará feliz y por lo que te multiplicarás (..) en la tierra que mana leche y miel” 14.
La buenaventura es, por consiguiente, la consecuencia de la práctica del amor. Israel había
sido libertado de Egipto, de un estado de servidumbre y se dirigía hacia una tierra nueva,
hacia una tierra de abundancia. Luego el texto agrega: “Amarás a Yahveh tu Dios con
todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Queden en tu corazón estas
palabras que yo te he dicho hoy: Se las repetirás a tus hijos, les hablarás de ellas tanto
si estás en casa como si vas de viaje, así acostado como levantado; las atarás a tu mano
como una señal y serán como una insignia entre tus ojos; las escribirás en las jambas
de tu casa y en tus puertas” 15. Como nos podemos dar cuenta, el texto citado es bastante
gráfico para expresar la importancia del mandamiento: deber tenerse presente en todo
momento, debe ser asimilado al punto de convertirse en parte integral de nuestro ser y
accionar; también debe ser comunicado principalmente a nuestros hijos y a todos aquellos
con los que tenemos ocasión de interrelacionarnos.
CAPÌTULO II
14
Cfr. Id. 6,3
15
Cfr. Id. 6, 5-9
16
Cfr. Mt. 5, 1-12; Lc. 6, 20-23
17
Cfr. Lc. 21, 1-4
18
Cfr. Id. 10, 30-37
19
Cfr. Id. 1,39
20
Cfr. 1 Cor. 13, 1-13
21
Cfr. Mt. 22,35; Mc 12, 28-31; Lc. 10, 25-28; Jn. 13, 34-35
22
Cf. Mt. 25, 31-46
23
Cfr. Sal 119, 105 “Para mis pies antorcha es tu palabra, luz para mi sendero”.
8
LA SOLIDARIDAD SEGÚN LOS AUTORES JUAN PABLO II Y TONY MIFSUD
9
promoción de los derechos del hombre”27. “…donde posturas partidarias ofuscaban la
conciencia de la común dignidad humana, la Iglesia ha afirmado, con sencillez y energía
que todo hombre, sea cuales sean sus convicciones personales, lleva dentro de sí la imagen
de Dios y, por lo tanto, merece respeto”28.
Positivos son también los avances en Legislación Laboral, realizados por los
Estados en el mundo; y esto gracias a una actividad sindical honesta y consciente del peso
gravitacional de sus demandas en la economía de los países29.
Pero, lo más promisorio y positivo como avance es, sin duda, que “el mundo actual
está cada vez más consciente de que la solución de los graves problemas nacionales e
internacionales no es sólo cuestión de producción económica o de organización jurídica o
social, sino que se requiere precisos valores ético-religiosos, así como un cambio de
mentalidad, de comportamiento y de estructuras”31
Sin embargo, queda mucho por hacer. El Reino de Dios hay que seguir
construyéndolo. Lo que se declara en la letra o en las palabras, aún no se traduce en la
práctica como sería de desear.
Basta una ojeada superficial al mundo de hoy para darnos cuenta que hemos
distorsionado gravemente el Proyecto Original de Dios: adoramos el dinero, el poder, el
prestigio social, falsos ídolos, y hemos pisoteado a su imagen y semejanza que es el
hombre, no reconociendo su dignidad primordial.
Respecto de la pobreza, el Papa Juan Pablo II, a cien años de la Rerum Novarum,
encíclica en la cual el Papa León XIII denuncia la crueldad del capitalismo con duras
palabras, reitera: “A pesar de los grandes cambios acaecidos en las sociedades más
avanzadas, las carencias humanas del capitalismo, con el consiguiente dominio de las
27
Cfr. Id.23
28
Cfr. Id.22
29
Cfr. Id.16
30
Cfr. “Paz con Dios, paz con toda la creación”, Mensaje de Juan Pablo II a la Jornada Mundial de la
Paz; 1-1-1990; I, 1.
31
Cfr. Centesimus Annus, 60
32
Cfr. Romanos 1, 18-32
10
cosas sobre los hombres, están lejos de haber desaparecido; es más, para los pobres, a la
falta de bienes materiales, se ha añadido la del saber y la del conocimiento, que les impide
salir de su estado de humillante dependencia…por desgracia, la gran mayoría de los
habitantes del Tercer Mundo vive aún en estas condiciones”33.
Del mismo modo, “a nivel internacional hay que romper las barreras y los
monopolios que dejan a tantos pueblos al margen del desarrollo, y asegurar a todos,
individuos u naciones, las condiciones básicas, que permitan participar en dicho
33
Cfr. Centesimus Annus 33
34
Asamblea Ecuménica Europea, Justicia y paz para toda la creación, en DOCLA Nº 100, Enero a Marzo
1990, p28
35
BIGO, Pierre, S.J.; “La Encíclica Centesimus Annus”; en Mensaje Nº 399, p.169
36
Cfr. Documento de Puebla, 29
37
Cfr. Centesimus Annus 43
38
Cfr. Centesimus Annus, 34
11
desarrollo…Es necesario que las naciones fuertes sepan ofrecer a las más débiles
oportunidades de inserción en la vida internacional”39.
“No es malo el deseo de vivir mejor, pero es equivocado el estilo de vida que se
presume como mejor, cuando está orientado a tener y no ser, y que quiere tener más no
para ser más, sino para consumir la existencia en un goce que se propone como fin en sí
mismo. Por esto es necesario esforzarse por implantar estilos de vida, a tenor de los cuales,
la búsqueda de la verdad, la belleza y el bien, así como la comunión con los demás
hombres para un crecimiento común, sean los elementos que determinen las opciones del
consumo, de los ahorros y las inversiones”40
En relación a la deuda internacional, el pago de esta deuda contraída con los países
desarrollados, es otro de los problemas que aflige actualmente a los países pobres del
mundo.
Al respecto el Papa nos señala: “Es ciertamente justo el principio que las deudas
deben ser pagadas. No es lícito, sin embargo, exigir o pretender su pago, cuando vendría a
imponer de hecho opciones políticas tales que llevaran al hambre y a la desesperación a
naciones enteras… No se puede pretender que las deudas contraídas sean pagadas con
sacrificios insoportables. Es necesario encontrar modalidades de reducción, dilación o
extensión de la deuda, compatibles con el derecho fundamental de los pueblos a la
subsistencia y al progreso”41.
Respecto del vicio del consumo, el Papa con su sabia luz nos señala que la ansiedad
por tener cosas, adquiriéndolas insaciablemente, sin que exista una necesidad objetiva de
ellas, guiada sólo por la moda y la propaganda comercia, es uno de los males de nuestro
tiempo.
39
Cfr. 35
40
Cfr.36
41
Cfr 35
42
Cfr. Octogésima Adveniens, 9
12
Para solucionar este problema, declara Juan Pablo II en 1991 43, “es, pues, necesaria
y urgente una gran obra educativa y cultural, que comprenda la educación de los
consumidores para un uso responsable de su capacidad de elección, la formación de un
profundo sentido de responsabilidad en los productores y sobre todo en los profesionales de
los medios de comunicación social, además de la necesaria intervención de las autoridades
públicas”.
En lo que se refiere al flagelo de la droga, ésta es una lacra que afecta especialmente
a los países desarrollados, pero que, actualmente, también alcanza dimensiones alarmantes
en nuestros países de América Latina. El fenómeno de la droga es visto por Juan Pablo II
como “un ejemplo llamativo del consumismo”44.
Esta violencia personal se da no sólo entre las personas sin lazos de afecto o familia,
sino también entre las que sí los tienen, como la llamada violencia doméstica. Son
dramáticamente numerosos los niños maltratados por sus propios padres y las mujeres
castigadas por sus propios esposos.
Pero hay también otras violencias sociales cuya acción no se advierte con claridad.
Es una violencia “permitida” o no reconocida como tal o que se considera justificada.
43
Cfr. Centesimus Annus 36
44
Cfr. Id.
45
Cfr. Id.
13
Tal es la violencia institucionalizada o establecida que es la injusticia social.
Sistemas económico-sociales que no dan a todos las mismas oportunidades de desarrollo
humano, y establecen a través de leyes inicuas, u otras veces, mediante la falta de ellas,
privilegios y garantía sólo para algunas capas de la sociedad.
Hay también una violencia represiva que, más allá de imponer el legítimo respeto al
orden público y al bien común, justifica todos los medios y tolera la violación de los
derechos humanos (atropellos, torturas, intimidaciones, secuestros, muertes) para obtener
información, y para crear un clima de terror que desaliente o dificulte cualquier
manifestación opositora.
Y, por último, la violencia social más grave de todas, la más radical y temible de las
violencias: la guerra, que legitima, de alguna manera, todas las violencias contra el que se
considera enemigo, en especial la muerte de personas y la destrucción de los bienes.
Con ocasión del conflicto del Golfo Pérsico, el Papa exclamó: “¡Nunca más la
guerra!¡Nunca más la guerra que destruye la vida de los inocentes, que enseña a matar y
trastorna igualmente la vida de los que matan, que deja tras de sí una secuela de rencores y
odios y hace más difícil la justa solución de los mismo problemas que la han provocado!”47.
Es lamentable, por ello, “que las Naciones Unidas no hayan logrado hasta ahora
poner en pie instrumentos eficaces para la solución de los conflictos internacionales como
alternativa a la guerra, lo cual parece el problema más urgente que la comunidad
internacional debe resolver”48.
46
BIGO, Pierre, S.J.: “La Encíclica Centesimus Annus”; en Mensaje Nº 399, p. 169.
47
Cfr. Centesimus Annus, 52
48
Cfr. Id. 21
14
Es fundamental tener presente que la raíz de la guerra “son las injusticias,…las
frustraciones de legítimas aspiraciones, la miseria, o la explotación de grandes masas
humanas desesperadas (...)”49
Hemos elegido al Papa Juan Pablo II, como referente de la solidaridad, pues él
estuvo siempre en los lugares donde más se le necesitaba, a modo de ejemplo su visita a
Chile, cuando la situación política era bastante problemática. Juan pablo II, ha pasado a la
historia como “Maestro de la solidaridad” por su preocupación por todos los pueblos del
mundo, particularmente de los menos favorecidos.
La solidaridad de la cual el Papa nos dio ejemplo, es la que nos impulsa estudiar en
profundidad su obra plasmada en las tres encíclicas sociales, como son: Laborem
Excercens, Sollicitudo Rei Sociales, Centesimus annus, que nos han parecido más
pertinentes, pues hacen alusión concreta a lo que encierra el concepto de solidaridad, que
más que un concepto se hace vida en los hombres y particularmente en el mensaje de Juan
Pablo II, al pueblo encomendado por el creador.
El Papa hace vida la solidaridad y nos impulsa a hacer vida en nuestra labor de
docentes la buena educación de la solidaridad en nuestros niños y jóvenes
49
Cfr. Id. 52
15
Entre las propuestas para lograr tal fin, Su Santidad Juan Pablo II nos propone un
cambio de actitud, que en el vocabulario cristiano, le llamamos conversión:
Una actitud positiva hacia la solidaridad contiene entre sí, o implica, el desarrollo de
actitudes positivas hacia el conjunto de valores cristianos, de los cuales destacaremos: el
respeto, el servicio y el perdón.
Este ejercicio de una actitud solidaria comienza por el Respeto, es decir, “ella es
válida solo cuando sus miembros se reconocen unos a otros como personas”50, cuando
considerando al otro en un plano de igualdad como Hijo de Dios, se le escucha, se le
comprende y se le valora, dándole la oportunidad de participar desde su propia cultura y
originalidad en todos los planos de la actividad humana. La participación de todos en las
condiciones de mayor igualdad posibles, debe ser una realidad no solamente en relación
con la elaboración del proyecto de desarrollo del propio país o sector, sino en todas y cada
una de las etapas en su ejecución y en sus resultados.
Para continuar con una actitud solidaria que se concreta en una disposición efectiva
hacia el Servicio, la cual tiene lugar, esencialmente, a través del trabajo. La tarea de
construir la tierra es obra del trabajo solidario de toda la humanidad. Trabajo que humaniza
al que lo ejecuta en la medida en que a través de el puede desarrollar su creatividad,
adquirir autonomía e identidad social y participar con los demás hombres en una tarea
común. Trabajo que hace al hombre co- creador con Dios y co- redentor con Cristo y a
través del cual se alcanza el desarrollo que permite la anhelada justicia social.
Y esta solidaridad culmina en una actitud positiva hacia el perdón “A la luz de la fe,
la solidaridad tiende a superarse a sí misma, al revestirse de las dimensiones
específicamente cristianas de gratuidad total, perdón y reconciliación”51.
50
Sollicitudo rei Socialis 39
51
Cfr 40
16
“Este supremo modelo de unidad, reflejo de la vida íntima de Dios, uno en tres
personas, es lo que los cristianos expresamos con la palabra comunión”52 (Común – Unión)
Por ello el Papa hace hincapié en que la unión de los hombres permitirá la mejora
de las condiciones laborales, pero para ello es necesario que la solidaridad este al centro de
los procesos, sólo así se tendrá un orden constructivo y solidario
“Pero al mismo tiempo, sistemas ideológicos o poder, así como nuevas relaciones
surgidas a distintos niveles de la convivencia humana, han dejado perdurar injusticias
flagrantes o han provocado otras nuevas.”53
“Hoy, en la práctica, tales recursos sirven para asegurar que cada uno de los dos
bloques pueda prevalecer sobre el otro, y garantizar así la propia seguridad.”54
52
Sollicitudo rei socialis 39
53
Laborem Excercens nº 8 Pág. 47
54
Sollicitudo Rei Socialis; Juan Pablo II; Ilades – San Pablo; 1993; Nº 23; P. 172
17
en manos del empresario que contrata, sino que esta depende de múltiples factores de
orden nacional e internacional55.
Ante el panorama delicado y complejo que vive la humanidad el Papa resalta el valor
de la solidaridad como una forma de acortar la brecha entre los que tienen mucho y los
muchos que tienen poco.
“De esta manera el principio que hoy llamamos de solidaridad y cuya validez, ya sea
en el orden interno de cada nación, ya sea en el orden internacional, he recordado en la
Sollicitudo Rei Socialis (34), se demuestra como uno de los principios básicos de la
concepción cristiana de la organización social y política.”57
Así el Papa invita a las personas y naciones a tener presente el valor de la solidaridad
para que este sea el pilar fundante de todo el constructo institucional y discursivo, que
posibilitará establecer una sociedad cada vez más justa y de hermanos que se ayudan
mutuamente, que en sí es la concepción cristiana de la vida.
Junto a ello, el Papa establece que la solidaridad es una realidad que trasciende las
tiendas políticas, pues ellas han llevado a atrocidades en nombre de la solidaridad, como lo
55
Laborem Excercens nº 16
56
Laborem Excercens nº 17 Pág. 67
57
Centesimus Annus; Juan Pablo II, 1 de Mayo de 1991; Ilades San Pablo; 1993; P. 287.
18
verifica en lo sucedido en Polonia, donde la solidaridad no formaba parte de su plan de
gobernar, sino primaban los intereses particulares y egoístas.
Juan Pablo II, recuerda su patria natal y los sufrimientos que significó un régimen
totalitario y dictador, que a partir de una premisa de ayuda y protección al pueblo, sólo
hicieron más desagradable la vida de las personas. Entonces el concepto de solidaridad
debe ser aplicado de forma tal cual es y no como la tienda política lo interprete, esto
planteado por el Papa además de ser un llamado de atención a los regímenes de izquierda,
es también un recuerdo para los modelos de corte capitalista, pues a partir de la historia
quiere enseñar que en nombre de la solidaridad no se puede agredir a una persona o pueblo,
sino que al contrario se debe dignificar a cada ser humano, sea quien sea y más aun ser
solidario entre todos, para así conseguir una sociedad mejor cada día.
El Papa Juan Pablo II hace un trabajo muy sutil para no caer en una defensa del
capitalismo, sino mas bien iluminar las relaciones sociales independientemente del sistema
imperante, es así como se adentra en las dinámicas de la producción y como estas son una
58
Cfr. Nº 23; P. 310.
59
Cfr Nº 41; P. 349.
60
Cfr Nº 41; P. 350.
19
cadena de solidaridad cuando se tiene presente los medios y fines y que estos vayan en
vista a un bienestar de las personas en su plenitud.
Lo que afirma el Papa se hace realidad siempre y cuando se respeten y se siga una
forma de producción que no anteponga la eficacia de la producción por sobre o en
desmedro del hombre.
El teólogo católico Tony Mifsud quien desde el ámbito eclesial plantea en su libro
“Libres para amar”, el tema de la solidaridad bajo el título de “El horizonte de la
61
Cfr Nº 43; P. 356.
62
Cfr Nº 43; P. 356.
20
solidaridad”. Sucesiva y gradualmente se va realizando el tratamiento de los distintos
aspectos del tema central. Así, por ejemplo, en un primer momento, encontramos lo
referente al concepto y su evolución. Luego, el pensamiento de la Iglesia basado
principalmente en las encíclicas sociales “Laborem Exercens” (1981), “Sollicitudo Rei
Socialis” (1987) y “Centesimus Annus” (1991). Los dos últimos temas tratados son “la
dimensión ética de la solidaridad” y “la opción por los pobres”. Las cuales coinciden con
las seleccionadas por nosotros para este estudio.
En “Gaudium et Spes” (citado también por el autor) 64, se nos revela que las tristezas
y las alegrías, las angustias y las esperanzas de los pobres y de todos cuantos sufren son
también comunes a Cristo y por ende a los discípulos de Cristo. Jesús, en cuanto Dios
hecho hombre, comprende totalmente al hombre, razón por la cual “no hay nada
verdaderamente humano que no encuentre un eco en su corazón” 65. Los seres humanos,
reunidos en Cristo, gracias al cual recibimos salvación y conformamos una unidad, estamos
comisionados de llevar la Buena Nueva del evangelio de salvación a los demás hombres. Es
esta una misión de solidaridad: nos sentimos conmovidos por la necesidad de salvación de
aquellos que no conocen a Cristo, y a su vez, aspiramos a que tengan acceso a la verdad de
Cristo; si un hermano es el que está encadenado y cegado por el pecado, es un deber
solidario para con aquel el ser instrumento del Espíritu Santo por medio del cual el mensaje
de salud del evangelio pueda llegar al corazón del hermano necesitado.
Respecto del concepto “solidaridad”, Tony Mifsud nos señala que éste ha
evolucionado desde un sentido jurídico hacia uno social y cultural. En este último sentido,
que es lo que interesa, hace referencia a dos aspectos: el deber del individuo hacia el todo
social, y la exigencia de interrelaciones solidarias entre los seres humanos, conforme a la
común dimensión social de todos estos.
63
Cfr. Lumen Gentium NFL, citada por el autor.
64
Cfr. Gaudium et Spes Nº1
65
Cfr. 1
66
Cfr. Jn. 14, 15
21
Respecto de lo primero, se habla de justicia social o de justicia legal, a la cual todos
deben responder, pues la ley impone una obligación al respecto. Fuera del ámbito estricto
de la justicia, sólo se promueven actos de solidaridad en los particulares, ya que cada
individuo es libre y por ello responsable de sus actos. Hace falta un sentido de superar la
ley y adoptar un estilo de vida impregnado por el valor de la solidaridad, como se ha
señalado antes.
Por otra parte, este mismo autor analiza las encíclicas sociales del Papa Juan Pablo
II; entregando una visión rigurosa del contenido de estas. En la primera encíclica
“Sollicitudo Rei Socialis" (1987), la cual en el Nº 40 expone como principales ideas, lo
siguiente:67
La solidaridad es una virtud cristiana
Con las cualidades cristianas de la gratuidad, el perdón y la reconciliación, la
solidaridad tiende a superarse a sí misma.
El prójimo, rescatado por la sangre de Jesucristo, se convierte en imagen viva de
Dios.
La conciencia de paternidad común, y con ello de hermandad de todos los hombres
en Cristo, confiere a nuestra forma de ver y entender el mundo, la vida y la
existencia, un nuevo paradigma.
Se percibe un nuevo modelo de unidad, más allá de los vínculos naturales. Es este
modelo el que debe en definitiva inspirar la solidaridad.
Cristo al hacernos libres, nos impulsa a convertirnos en siervos de todos.
El proceso de liberación se concreta en el ejercicio de la solidaridad, es decir, del
amor, del servicio al prójimo, especialmente al más necesitado.
No se trata de un sentimiento pacato por el mal que aqueja a otras personas,
cercanas o lejanas.
La solidaridad es una determinación firme y perseverante por ir en ayuda del otro,
para que de esta forma todos seamos verdaderamente responsables de todos.
Por las razones mencionadas, la solidaridad no es un sentimiento pasajero, sino que
debe consistir en el carácter propio de todo cristiano, en tanto que en el prójimo se descubre
a Cristo mismo. Además, en el prójimo se reconoce la dignidad de persona, creado a
imagen y semejanza del mismo Dios.
67
Mifsud, Tony; Libres para amar; Pág. 45
22
Por otra parte, hoy en día aumenta en el mundo y en las sociedades la conciencia de
una interdependencia entre los seres humanos, lo cual conlleva a un aumento de la
conciencia por la necesidad de la práctica de la solidaridad. La solidaridad viene a ser el
verdadero y único camino para el desarrollo de todos y un deber para con los pobres, en
tanto estos están ofendidos en su dignidad humana.
68
Cfr. Documento de Medellín, Puebla y Santo Domingo
23
La solidaridad divina se revela como un compartir, es decir, un estar con, y
un ser para, es decir, un don de sí.
La mayor demostración de amor, entendido como donación, es poder dar la
vida por los demás, y Jesús es el ejemplo de ello.
Dios es uno y trino en el amor; la solidaridad encuentra su raíz en el mismo
misterio trinitario
También la solidaridad se hace compromiso humano, pues los seres
humanos estamos llamados a amarnos de la misma forma como Dios nos ha
amado (cfr. Jn. 13, 34-35)
24
exasperada diferenciación (discriminación) y un igualitarismo nivelador
(masificación)
Hay una exigencia hacia una opción por el pobre, pues en ello se verifica la
autenticidad de la empatía.
“Las causas de la pobreza pueden ser individuales, como por ejemplo, la falta de
virtudes (laboriosidad, esfuerzo, tenacidad, honestidad, credibilidad…) o bien la presencia
de antivalores (egoísmo, individualismo, exitismo, indolencia social…); también, la causa
puede ser natural (un terremoto), y también, estructural, como aquellos sistemas que pocas
oportunidades de promoción social manifiestan a sus integrantes, discriminación, exclusión,
distribución injusta de la riqueza. Este tipo de pobreza es la que genera pobreza masiva:
desocupados, sub.-ocupados, mendigos, explotación, bajos salarios, etc.”71
69
Cfr. 56.
70
Cfr 63
71
Cfr 63
25
CAPITULO III
26
Para profundizar el tema de la solidaridad hemos querido incluir a Luis A.
Aranguren G., quien en su libro “Reinventar la solidaridad” 72, nos plantea la existencia de
cinco modelos básicos de solidaridad. Estos son:
La razones por la que surge pareciera ser razonables, al no poder los ciudadanos
participar directamente en acciones que mejoren las condiciones de vida de
personas en necesidades, aportando una ayuda en dinero o especies. Según el
autor la solidaridad como campaña es una forma legítima de solidaridad. Es útil
y genera una subjetividad consciente socialmente. Más tiene ciertas debilidades.
Por mencionar algunas, fomenta la exposición mediática de la desgracia ajena y
acentúa la solidaridad como respuesta inmediata a una situación de máxima
urgencia76.
72
Cfr. Reinventar la solidaridad. Voluntariado y educación. Luis A. Aranguren G. Primera edición. 1998.
Imprenta SM. Madrid.
73
Cfr. Id. Pg. 5
74
Cfr. Id. Pg. 8
75
Cfr. Id.
76
Cfr. Id. op.cit. pg. 20
27
Se expresa en un país a través de acciones de estado y Organizaciones No
Gubernamentales (ONG). Posee ciertas características que son propias de esta
solidaridad como por ejemplo, formulación de Proyectos, estudios realizados
para mejorar e intervenir frente a ciertas situaciones que se deben mejorar o
superar.
Aquí las acciones se tendrían que encauzar desde un proceso de promoción humana,
respetando la integridad de la persona y apoyando las capacidades que poseen. Los
proyectos sociales son medios de crecimiento y desarrollo humano de aquellos con los que
se intenta caminar.
“El modelo ético que preside esta solidaridad parte efectivamente del supuesto de
que el otro no es una persona que está en las mismas condiciones que yo. En definitiva,
reconoce la diferenciación con el otro, el dominado, excluido o maltratado. Solo habrá
solidaridad efectiva cuando el otro sea reconocido en su dignidad herida, maltratada o
humillada. Esto pasa por el encuentro efectivo y afectivo con el otro, y pasa por la
inmersión y la contextualización del encuentro en nuestra cultura”77.
77
Cfr. Id. op. cit. pg 80
28
CAPITULO IV
“Laico”, del latín laicus, tiene relación con las personas no pertenecientes al clero o
al estado religioso. A pesar de su definición en forma negativa, para la Iglesia el laico no es
aquél que tiene menor categoría. Todos los cristianos se incorporan a la Iglesia por el
bautismo. Tres son los estados en los que el cristiano puede ejercer su misión dentro de la
Iglesia: sacerdotal, religioso y laico.
78
Enciclopedia Encarta, 2006
29
situados en contextos geográficos diferentes (Inglaterra, Australia, Estados Unidos),
coincidan en su materia de reflexión. Su común pertenencia cultural (mundo anglosajón,
cultura de libre mercado), es otro de los factores que nos llamó la atención para
seleccionarlos en la presente investigación.
Si el amor es lo que impulsa a la solidaridad, para que haya más personas con
corazón solidario, es necesario que haya más personas capaces de amar. Por ello, el
conocimiento acerca de lo que es el amor es absolutamente necesario: “Sin el conocimiento
de lo que es el amor, terminamos viviendo juntos con odio, temor, soledad y continuamos
hiriéndonos unos a otros por ignorancia” 80
30
como única opción para construir una vida sana y próspera en conjunto con nuestros
semejantes. El solo hecho que existan personas sufriendo, no puede dejarnos en la
indiferencia.
Sin las cualidades arriba mencionadas, aún cuando se tenga la mayor de las
fortunas, una excelente salud, fama o renombre, la vida pierde todo significado; la felicidad
o la infelicidad dependen de nuestro compromiso y capacidad de amar.
4.4.- La solidaridad según Max Charleswort en: “Bioética en una sociedad liberal”
Otra manera que tiene el autor de ver la solidaridad, tiene relación con la preocupación
por los demás en momentos difíciles, señalando que cada hombre tiene el derecho a elegir
el momento de su muerte o el derecho a morir con dignidad, como él mismo lo señala
citando a Mc Cornick:
“El individuo teniendo como primera obligación su propia salud tiene también por ello el
derecho a los medios necesarios básicos para el cuidado de la misma más específicamente
el derecho de autodeterminación para la aceptación o rechazo del tratamiento”81
Cabe acotar que la calidad de vida del paciente depende de la propia decisión o
juicio del mismo sobre el propósito significativo y valor de su vida. Pero, la decisión de
81
Richard A. Mc Cormick, Legislation and the living will, Pág. 406, citado por Charlesworth, Pág. 45
31
seguir un tratamiento o esperar la muerte en el caso de menores de edad, la explicación
anterior resulta muy compleja. Si se piensa que el fundamento de esta decisión es el
bienestar del neonato, el autor señala, aunque no estamos de acuerdo, que es un acto
solidario, ya que se busca el bienestar de ese pequeño.
4.5.- La solidaridad según Peter Singer en: “Etica para vivir mejor”
Para el autor Peter Singer la solidaridad está relacionada con la formación de cada
individuo, afirmando que la falta de solidaridad radica en que la mayoría de la gente no
tiene una idea clara de lo que significa llevar una vida ética, teniendo una base para pensar
en como hemos de vivir.
En otras palabras los individuos llevan una vida centrada en sus propios intereses,
no porque sean egoístas natos, sino porque las alternativas les parecen inconvenientes,
turbadoras o, simplemente, carentes de sentido, llevando al individuo a un mundo
consumista, de lo cual se desprende el problema ecológico y señalando que la codicia
humana impide la solidaridad.
CAPITULO V
32
Desde lo anterior los Objetivos Transversales justifican su presencia en la educación en
valores, lo cual se puede apreciar en los siguientes puntos:
33
CONCLUSIONES
1.- Un tema recurrente en todos los textos estudiados es que la solidaridad está centrada en
el hombre y en su dignidad de ser persona, es importante reconocer que los hombres no
estamos solos y que no podemos vivir solos, ya que el hombre es un ser social por
naturaleza y no puede alejarse de las personas, debiendo aprender a relacionarse.
La solidaridad es sentir con el otro, ponerse en el lugar del otro, en otras palabras,
la solidaridad es misericordia en acción.
4- De acuerdo a los dos puntos anteriores, es posible afirmar en términos filosóficos que en
los seres humanos existe una conexión ontológica horizontal, debido a la comunidad de
naturaleza personal; y también, una conexión ontológica vertical en tanto presentes en
nosotros las semillas del verbo eterno, en virtud de las cuales se ha producido el paso del
no ser al ser. Por esta razón, el ser o la existencia en el existente humano no es otra cosa que
un bien prestado a modo de encomienda para su debida administración. Por ello, este ser o
existencia, viene a ser el principio o valor fundamental, que se manifiesta en el hombre
como vida conciente y libre. En términos teológicos se trata del cuerpo místico de Cristo,
cuyos miembros conforman una unidad. No somos isla, sino un todo mancomunado; si un
elemento del todo está afectado por algo (injusticia, opresión, enfermedad…), el todo se
resiente. Por ello, no es posible la indiferencia frente al sufrimiento de seres humanos
cercanos o lejanos. Nadie queda exento de una ayuda solidaria; nadie es autosuficiente para
no situarse dentro de las coordenadas de la solidaridad recíproca.
Los seres humanos estamos llamados a amar a Dios a través de una profesión y
práctica de amor hacia su obra: la naturaleza y el hombre.
5.- La solidaridad es un tema recurrente entre los autores estudiados, aunque cada uno tiene
una base ideal diferente, lo que hace que existan diferentes preocupaciones por el ser
humano:
34
_ En el texto “Bioética en una sociedad liberal”, el autor busca mejorar
temas relativos a la ética de la salud o ética medica.
6.- No podemos quedar indiferentes a la postura de Max Charlesworth, que difiere a las
entregadas por las encíclicas, quien en nombre de la solidaridad defiende temas tan
importantes como: el aborto, eutanasia y el vientre de alquiler, oponiéndose de manera
radical a los escritos del Papa Juan Pablo II quien en todo momento defiende el respeto por
la vida. Está dentro del espíritu del mensaje del Papa el que la vida humana debe ser
respetada y protegida de manera absoluta. Desde el primer momento de su existencia, el ser
humano debe ser reconocido en sus derechos de persona. La aparente tensión entre ser
solidario y el derecho de la vida se produce porque en Charlesworth la libertad posee valor
absoluto. En cambio, para un cristiano son la caridad y la vida los principios fundamentales
desde los cuales se miden todos los demás.
Es necesario fundar sobre el trabajo solidario una vida más digna; hacer crecer
efectivamente la dignidad y creatividad de toda persona, su capacidad de
responder a la propia vocación y, por tanto, a la llamada de Dios.
El hombre debe trabajar por respeto al otro, incluyendo el respeto a la propia
familia, y a la sociedad a la que pertenece.
Otro fundamento obtenido por las encíclicas dice relación con la paz y el
desarrollo, al que la Iglesia invita y promueve incansablemente.
35
El trabajo humano posee tres connotaciones:
a) Es una actividad mediante la cual se extrae desde la naturaleza los bienes necesarios para
la subsistencia.
b) Es una forma por la cual el hombre puede realizarse como persona.
c) A través del trabajo, el hombre se convierte en un continuador de la acción creadora de
Dios.
9.- Como profesores de religión creemos muy necesario trabajar este valor con nuestros
alumnos, ya que para la sociedad reviste gran trascendencia el que cada uno de sus
integrantes lo lleve a la práctica, para así poder mejorar las problemáticas denunciadas en
las encíclicas. Ciertamente, la falta de este valor nos lleva a cometer muchos atropellos
tanto en lo laboral, familiar y social, produciéndose diferencias aterradoras entre un país y
otro, e incluso al interior de un mismo país y ciudad. .
10.- Esperamos que nuestra investigación sirva de reflexión y que surjan nuevas respuestas
a nuestras interrogantes: ¿Cuál es el significado profundo de ser solidario? ¿Los problemas
de nuestra sociedad surgen por la falta de solidaridad?. Los que tienen más riqueza, ¿les
obliga necesariamente a aportar más en bien de la sociedad? La solidaridad experimentada
en y por la fe, se hace solidaridad para con los otros en la historia de la vida cotidiana.
¿Cómo es posible, entonces, que continúe existiendo distancias entre las personas, entre los
que tienen más y los que tienen menos?
11.- Al finalizar este estudio, creemos necesario reconocer que nuestra investigación no
logra recoger la gran cantidad de textos que existen en torno al tema, ni fue nuestro
propósito agotar todos ellos. Sin desmedro de lo anterior, creemos que constituye una
aproximación para futuros profesionales que se interrogan ante este concepto de solidaridad
y su aplicación en la clase de religión.
BIBLIOGRAFÍA
36
1 MIFSUD TONY S. J.,
“Propuestas éticas hacia el siglo XXI”,
ED. San Pablo, 1ª edición, 1993,
Chile.
9 JUAN PABLO II
SOLLICITUDO REI SOCIALIS
Carta Encíclica sobre “La preocupación social de la Iglesia”
Editorial: EDICIONES PAULINAS
Segunda Edición, Abril 1988
10 JUAN PABLO II
LABOREM EXERCENS
El trabajo humano
Editorial: EDICIONES PAULINAS
Año 1981
11 JUAN PABLO II
CENTESIMUS ANNUS
Editorial: EDICIONES PAULINAS
Segunda Edición, 1991
12 LEO BUCAGLIA
AMAR A LOS DEMÁS
37
Editorial: EMECE
Edición 1995
13 PETER SINGER
ÉTICA PARA VIVIR MEJOR
Editorial: ARIEL S.A. BARCELONA
Primera Edición 1995
14 MAX CHARLESWORTH
LA BIOÉTICA EN UNA SOCIEDAD LIBERAL
CAMBRIDGE UNIVERSITY PRESS
Edición 1993
38