Medios de Defensa Del Contribuyente
Medios de Defensa Del Contribuyente
Medios de Defensa Del Contribuyente
Despacho de Abogados
Avenida Francisco de Miranda, Multicentro
Empresarial del Este, Edificio Miranda,
Núcleo B, Piso 14, Oficina B-142, Chacao.
Caracas, Venezuela
INTRODUCCIÓN
Como es sabido, el SENIAT ha asumido una posición más activa en el ejercicio de sus
potestades y competencias dentro de un proyecto que a modo de slogan publicitario ha
denominado "Evasión 0". Más allá de las connotaciones políticas y de otra índole que
dicho plan pueda tener, sobre lo cual no estamos en capacidad de opinar y en todo
caso escapa totalmente el objeto de nuestra intervención, conviene señalar que la
Constitución venezolana en su artículo 133, impone a todos los ciudadanos el deber de
coadyuvar en el sostenimiento de los gastos públicos mediante el pago de impuestos,
tasas y contribuciones especiales, y en cuanto concierne a los tributos nacionales, las
potestades y competencias legales destinadas a asegurar que las obligaciones y
deberes formales tributarios que derivan de ese deber constitucional de contribuir, sean
cabalmente cumplidos, corresponden al SENIAT.
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Texto de la conferencia dictada por el Dr. Luis Fraga Pittaluga, el día 26 de mayo de 2004, en el Foro “EVASIÓN CERO,
SANCIONES, PROCESOS Y LEGÍTIMA DEFENSA, ¿QUÉ HACER?”, organizado por FEDECÁMARAS.
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Abogado egresado de la UCAB en 1987, con especialización en Derecho Procesal (UCV) y Derecho Administrativo (UCAB). Es
profesor de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad Monteavila y en los cursos de postgrado en Derecho Tributario y
Derecho Administrativo de la Universidad Católica del Táchira. Es Profesor Invitado del Instituto Nacional de Administración Pública
de España y fue profesor en el postgrado de Gerencia Tributaria de la UNIMET. Fue Conjuez de la Corte Primera de lo
Contencioso Administrativo y Relator de la misma Corte, y ha sido Juez Asociado en causas tributarias. Es Árbitro del Centreo de
Arbitraje de la Cámara de Comercio de Caracas y del Centro Empresarial de Conciliación y Arbitraje de VENAMCHAM. Fue
Director del Contencioso Administrativo en la Procuraduría General de la República y Jefe de la División de Recursos
Administrativos y Judiciales del SENIAT. Fue socio de la firma internacional de abogados ROMERO-MUCI & ASOCIADOS, miembros
de ANDERSEN LEGAL. Ha escrito 7 libros y más de 30 trabajos de investigación en materia de Derecho Tributario y Derecho
Administrativo publicados en obras colectivas y revistas jurídicas nacionales y extranjeras. En el mes de septiembre será uno de los
dos ponentes venezolanos que intervendrán en las XII Jornadas Latinoamericanas de Derecho Tributario organizadas por el
ILADT, en Quito-Ecuador, en el tema del Arbitraje Tributario y en noviembre será uno de los dos Relatores Generales de las VII
Jornadas Nacionales de Derecho Tributario, en el tema de Las Potestades de la Administración Tributaria y las Garantías y
Derechos de los Contribuyentes. Actualmente es socio de la firma de abogados FRAGA, SÁNCHEZ & ASOCIADOS.
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Fraga, Sánchez & Asociados
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De modo que la actuación más enérgica que ha asumido del SENIAT no es criticable
sino digna de elogio, pero, eso sí, siempre que la misma se produzca dentro del marco
de la Constitución y las leyes.
Partiendo de las anteriores premisas, nos interesa aclarar que nuestra exposición no
tiene por objeto ofrecer consejos legales para evadir o postergar el cumplimiento de las
obligaciones y deberes formales tributarios, pues ello configuraría un delito.
I
DEFENSA DEL CONTRIBUYENTE
DURANTE LA FISCALIZACIÓN
(i) Como consecuencia de una mala aplicación de las leyes, bien por el funcionario
actuante o bien por el ciudadano fiscalizado; o,
(ii) Como resultado de un desconocimiento de las garantías y derechos del ciudadano
fiscalizado por parte del ente fiscalizador o de la ignorancia del ciudadano fiscalizado
en cuanto a cuáles son las competencias del funcionario que fiscaliza;
fiscales a ser revisados, así como cualquier otra información que permita individualizar
las actuaciones fiscales. Si ese oficio falta, la fiscalización no puede llevarse a cabo y si
a pesar de ello el funcionario intenta ejecutarla, el sujeto fiscalizado debe dejar
constancia de lo que ocurre, preferiblemente a través de un juez. En adición a esto, se
puede interponer contra el funcionario un reclamo con fundamento en los artículos 3 de
la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos y el artículo 6, numeral 2do., de la
Ley Orgánica de la Administración Pública además acudir ante cualquier juez para que
reciba una información de nudo hecho contra el funcionario, de acuerdo con lo previsto
en el artículo 939 del Código de Procedimiento Civil, con miras a exigir a posteriori la
responsabilidad administrativa, civil y penal del mismo.
La lectura conjunta de los artículos 121, 127 y 145 del COT es un poco desalentadora
porque revela que la Administración Tributaria Nacional tiene una exagerada cantidad
de competencias para fiscalizar el cumplimiento de las obligaciones y deberes
tributarios. Pero a la vez, estas normas fijan lo único que puede hacer la Administración
Tributaria en el curso de una fiscalización. La tercera defensa de un contribuyente o
responsable en el curso de una fiscalización consiste en precisar si el funcionario
actuante está facultado legalmente para hacer lo que pretende hacer y en caso
contrario, debe dejarse constancia escrita de ello. Esta constancia puede realizarse: (i)
Mediante una comunicación dirigida al Gerente Regional que autorizó la fiscalización;
(ii) A través del escrito de descargos que en su oportunidad se presente contra el acta
fiscal o (iii) Con el auxilio de un juez que esté presente durante el curso de la
fiscalización. En los tres supuestos, la constancia respectiva quedará en el expediente
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En este caso, la defensa del sujeto fiscalizado contempla los siguientes aspectos: (i)
Exigir por escrito que sólo sean retirados aquellos elementos que son indispensables
para la determinación de las obligaciones y deberes formales, en virtud del principio de
proporcionalidad previsto en el artículo 128 del COT; (ii) Dejar constancia en un acta de
todo aquello que sea objeto de la medida administrativa, según lo previsto en el artículo
128, parágrafo único del COT o, de lo contrario, dejar constancia de la omisión del acta
a través de una inspección judicial o mediante una comunicación dirigida al Gerente
Regional competente; (iii) Solicitar por escrito la devolución inmediata de los archivos,
documentos y equipos incautados si los mismos son imprescindibles para la realización
de la actividad del sujeto fiscalizado; (iv) En el caso que lo incautado sea la
contabilidad, la medida no procede sino en los supuestos taxativamente previstos en el
artículo 128, parágrafo único del COT, y no puede prolongarse por más de 30 días, (v)
Exigir por escrito la reserva y confidencialidad de la información entregada; (vi) No
permitir que las medidas se apliquen fuera del horario normal de oficina del sujeto
fiscalizado, a menos que exista una orden de allanamiento de un Tribunal.
Cada vez que sea pertinente la presencia de un juez durante el procedimiento, tal como
ya lo hemos señalado, ello deberá solicitarse con fundamento en lo dispuesto en el
artículo 936 del Código de Procedimiento Civil, si lo que se quiere es dejar constancia
de ciertos hechos y con base en el artículo 939 del mismo Código, si lo que se quiere
es dejar constancia del estado de ciertas cosas antes de que desaparezcan señales o
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marcas que pudieren interesar a las partes, en cuyo caso el juez se va a hacer asistir
de un perito o práctico.
II
DEFENSA DEL CONTRIBUYENTE CONCLUIDA
UNA VEZ CONCLUIDA LA FISCALIZACIÓN
• Aceptar el reparo, lo cual puede hacer de acuerdo con el artículo 185 del COT,
dentro de los 15 días siguientes a la notificación del Acta, presentando las
declaraciones omitidas o rectificando las presentadas y pagando la diferencia de
impuesto resultante y los intereses moratorios. En este supuesto y de acuerdo
con lo que indica el artículo 111, parágrafo segundo del COT, el sujeto
fiscalizado tiene derecho a que se le imponga una sanción reducida, equivalente
al 10% del tributo omitido, en vez de la del 112,5% del tributo omitido que es la
normalmente aplicable.
• El sujeto fiscalizado puede también no aceptar el reparo y presentar un escrito
de descargos en un plazo de 25 días hábiles contados a partir del vencimiento
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de los 15 días a que ya hice referencia, todo de acuerdo con el artículo 188 del
COT. El escrito de descargos contendrá los argumentos de hecho y de derecho
que expondrá el sujeto fiscalizado para desvirtuar el contenido del acta de
reparo. Junto con los descargos el sujeto fiscalizado puede presentar las
pruebas que sustenten los argumentos expuestos, pero también puede
solicitarse en el escrito que el procedimiento se abra a pruebas, para consignar
las pruebas en una oportunidad posterior o evacuar una prueba de experticia o
cualquier otra prueba que fuere legal y pertinente.
• Finalmente el sujeto fiscalizado puede no allanarse al acta de reparo ni
presentar descargos. Aunque los descargos son el mecanismo fundamental de
defensa frente a la fiscalización tributaria, su presentación no es obligatoria y no
hacerlo no supone en modo alguno que se acepta el contenido de la misma.
III
LA DEFENSA DEL CONTRIBUYENTE EN EL PROCEDIMIENTO
ADMINISTRATIVO RECURSIVO O DE SEGUNDO GRADO
1.- Si la resolución del sumario afecta en cualquier forma los derechos e intereses del
ciudadano, éste puede intentar un recurso contra la misma ante la máxima autoridad de
la Administración Tributaria Nacional, dentro del plazo de 25 días hábiles siguientes a
la notificación del acto.
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2.- Para intentar este recurso no es preciso pagar la diferencia de impuesto, ni los
intereses, ni las multas liquidados por la Administración Tributaria.
4.- El recurso jerárquico debe fundamentarse en las razones de hecho y derecho que
desvirtúan los fundamentos del acto que se recurre, pero dicho recurso no está
condicionado por lo que se haya alegado en el escrito de descargos, ni tampoco resulta
afectado por el hecho de no haber presentado descargos o pruebas.
5.- La interposición del recurso jerárquico puede ser paralela al amparo constitucional,
las acciones por daños y perjuicios o las acciones penales a las que nos referimos
anteriormente, porque éstas acciones se fundamentan en hechos relacionados pero
independientes de los que se van a discutir en el procedimiento administrativo
recursivo.
6.- Durante el procedimiento del recurso el recurrente puede aportar todas las pruebas
que crea necesarias y que sean legales y pertinentes para la demostración de sus
alegatos.
7.- El superior jerárquico tiene 60 días continuos para decidir el recurso en los términos
del artículo 254 del COT y si no lo hace se entiende que éste fue denegado, en cuyo
caso el recurrente tienen dos opciones:
Además del recurso jerárquico, el contribuyente tiene dos opciones de defensa en vía
administrativa cuando la resolución de sumario ha quedado firme, es decir, cuando
feneció el plazo para intentar contra la misma el recurso jerárquico o el contencioso
tributario:
El Código no dice qué plazo tiene la autoridad para decidir esta petición, por lo que
debe aplicarse el plazo genérico previsto en el artículo 153 del COT que es de 30 días
hábiles.
2.- La segunda opción es un recurso de revisión, pero éste sólo procede en los
supuestos previstos en el artículo 256 del COT.
IV
LA DEFENSA DEL CONTRIBUYENTE EN
LA VIA JUDICIAL
1.- Dijimos que la otra opción que tenía el destinatario de la resolución de sumario que
le impone un reparo, con intereses moratorios y multas, además de ir a la vía
administrativa mediante la interposición de un recurso jerárquico, era intentar un
recurso contencioso tributario de conformidad con lo previsto en los artículos 259 y
siguientes del COT. Este es el medio idóneo cuando el contribuyente o responsable
puede anticipar que la máxima autoridad jerárquica de la Administración Tributaria no
va a cambiar el criterio contenido en la resolución del sumario y en consecuencia no
vale la pena recurrir en vía administrativa.
2.- Si el recurso es contra una resolución de reparo, debe interponerse dentro de los
25 días hábiles contados a partir de la notificación de la misma o a partir del
vencimiento de los 60 días continuos que tiene el SENIAT para pronunciarse de
manera expresa con respecto al recurso jerárquico si éste hubiese sido intentado,
todo de acuerdo con el artículo 261 del COT. Si el recurso se intenta contra la negativa
o denegación tácita de otorgar un reintegro o una devolución de impuestos soportados,
puede interponerse en cualquier tiempo, mientras el crédito derivado del derecho al
reintegro o a la devolución, no haya prescrito.
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3.- Al igual que ocurre con el jerárquico, en el caso del recurso contencioso tributario
contra un reparo no es necesario pagar el impuesto, los intereses y las multas para
poder intentarlo, pero a diferencia del recurso jerárquico, la interposición del
contencioso no suspende de manera automática la ejecución del acto, por lo que la
Administración Tributaria puede iniciar el juicio ejecutivo fiscal del cual hablaremos
más adelante, pero el recurrente puede pedirle al juez que suspenda la ejecución
forzosa de la resolución del sumario, si demuestra de manera sumaria ante éste que
dicha ejecución puede causarle un daño irreparable o de difícil reparación por la
sentencia definitiva en caso de ganar el juicio, o si demuestra sumariamente que es
posible presumir que la resolución está viciada de nulidad. Si se da cualesquiera de
éstas dos circunstancias, el juez va a dictar una medida cautelar para que mientras
dure el juicio en primera y segunda instancia, la Administración Tributaria no pueda
ejecutar forzosamente la resolución.
Cuando el juez contencioso tributario ante quien se interpone la acción encuentra que
la misma es razonablemente fundada, va a declarar con lugar el amparo tributario y va
ordenar a la Administración Tributaria que explique las razones de la demora en un
plazo no menor de 3 días ni mayor de 5. Se haya o no producido esta respuesta el
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La acción de amparo debe ser intentada ante el juez contencioso tributario y debe ser
tramitada por el procedimiento previsto en la Sentencia de la Sala Constitucional del
TSJ de fecha 1 de febrero de 2000, en el caso José Amando Mejía y en las normas de
la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales.
La acción de daños puede ser: (i) Autónoma lo que supone demandar formalmente a
la República Bolivariana de Venezuela ante el juez contencioso administrativo
ordinario competente según la cuantía, previo agotamiento del procedimiento previsto
en los artículos 54 y siguientes de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la
República, en concordancia con el artículo 21, párrafo 18, de la Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia. Esta es la acción idónea cuando el daño no proviene de
un acto sino de una omisión o de una vía de hecho de la Administración Tributaria, o
puede ser una acción de daños (ii) Acumulada al recurso contencioso tributario de
nulidad que se ha intentado contra determinado acto de la Administración Tributaria.
En este caso no será necesario agotar el procedimiento previsto en la LOPGR y la
pretensión se interpone ante el juez contencioso tributario quien podrá, además de
anular total o parcialmente el acto administrativo recurrido, condenar a la
Administración Tributarias al resarcimiento de daños y perjuicios ocasionados al
particular de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 259 de la Constitución y 21,
párrafo 18, de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia.
VI
LA DEFENSA DEL CONTRIBUYENTE
EN LA VIA EJECUTIVA
demandada más una cantidad prudencialmente fijada para las costas procesales, a
menos que los bienes a embargar sean sumas de dinero, en cuyo caso el embargo se
limitará al monto de la suma demandada.
• Que pagó
• Que la obligación está prescrita
• Que la obligación se extinguió por remisión, compensación, confusión o
declaratoria de incobrabilidad.
También puede el demandado demostrar que la resolución del sumario cuya ejecución
se demanda fue anulada por la propia Administración Tributaria o por el juez
contencioso tributario, o que sus efectos están suspendidos, bien automáticamente por
la interposición de un recurso jerárquico, bien por una medida cautelar de suspensión
otorgada por el juez contencioso tributario, en cuyo caso el juicio ejecutivo debe
suspenderse de inmediato y levantarse el embargo decretado.
También un tercero puede oponerse al embargo demostrando ante el juez que los
bienes demandados son de su propiedad, de acuerdo con lo previsto en los artículos
293 COT y 370, numeral 2, y 546 del CPC.