El Porfiriato: Una Dictadura Progresista, Alicia Salmerón
El Porfiriato: Una Dictadura Progresista, Alicia Salmerón
El Porfiriato: Una Dictadura Progresista, Alicia Salmerón
Digamos que este aceite, esta motivación estaba fundamentada en una cadena de
favores en la que los actores políticos sustentaban sus acuerdos, diálogos y conciliaban
intereses. Así sectores sociales tan distintos como el clero y los industriales tejieron
alianzas con el gobierno en pro de sus propios intereses, apartados de la mano de obra
fabril o campesina.
El adelanto material fue impulsado por un grupo que tenía una visión elitista en
la toma de decisiones fundamentada en el conocimiento hacia la obtención de beneficios
económicos. La oposición a este principio y sus defensores fue amplia, desde
trabajadores y periodistas hasta gobernadores y personajes con presencia política y
económica en los estados, herederos de antiguos privilegios que no simpatizaban con las
ideas centrales y en ocasiones lo externaron pero no murieron, como sí lo hicieron
líderes de comunidades indígenas.
La prensa fue atacada no solo con tinta, se les retiraron las subvenciones y
algunos de sus directores fueron encarcelados, lo cual no mermó en la producción ya
que se imprimieron más páginas que durante los dos gobiernos previos de Díaz.
Interesante pensar en este tipo de prácticas hoy día cuando el poder está
corrompido en todos los niveles del ejercicio, con intereses económicos al igual que hace
110 años y un ataque a los grupos indígenas por sus territorios y recursos por un
mecanismo que ha cambiado y ha preferido utilizar a bandoleros, antes controlados por
la policía, en favor del Estado. Baste contrastar con el texto de Gabriel Zaid “El poder
corrompe” publicado por Debate.