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BLOQUE 1
SOCIEDAD Y EDUCACIÓN: LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA
1. El objeto de la sociología. Características de la Sociología como ciencia.
Tradiciones teóricas de la sociología.
1.1. Definición y objeto de la Sociología. La relación dialéctica entre “estructura
social” y “acción humana”.
1.2. La “imaginación sociológica”: una perspectiva que va más allá del sentido
común.
1.3. Los rasgos de la sociología como ciencia.
1.4. El objeto de la Sociología de la educación. Sociología de la educación y
Ciencias de la educación.
1.5. Principales tradiciones teóricas de la sociología: “sociología del consenso”.
“sociología del conflicto” y “sociología de la acción”.
INTRODUCCIÓN
La pregunta inicial que debemos hacernos es ¿por qué estudiar Sociología de la
educación?. ¿Qué contribución puede hacer la sociología de la educación a la formación
de un profesor de secundaria?.
Aunque la respuesta se va a ir concretando con el desarrollo de esta materia, este primer
bloque pretende dar alguna orientación básica sobre ello.
La sociología es una ciencia que estudia la sociedad y trata de construir un
conocimiento objetivo suficientemente contrastado, sobre cómo funciona la sociedad y
sus instituciones. Como estudio científico de la realidad social y educativa, trata de
superar las “apariencias”, es decir, los lugares comunes del pensamiento común o del
pensamiento oficial (Fernández Palomares, 2003, p. 6).
Dado que la perspectiva sociológica analiza las pautas que regulan las instituciones
escolares, puede contribuir a que los profesores tomen conciencia de la realidad social y
educativa que define su trabajo y permite construir un ‘saber reflexivo’. Por ello, la
mayor contribución que puede hacer la Sociología de la educación a la formación de un
profesor es lograr que trabaje con objetivos propios y conscientes (en la medida de lo
posible), es decir, que la realidad educativa sobre la que trabaja sea comprendida y
explicada y esté sometida en todo momento a discusión y debate.
En el mismo sentido, Fernández Enguita (1991) señala: “Lo que la sociología puede
aportar a la práctica del docente, sea desde fuera (desde el libro leído hasta el
asesoramiento específico) o desde dentro (desde la formación inicial o permanente de
aquél) es precisamente su capacidad de señalar con el dedo ‘lo social’ allá donde no
salta a la vista; eso es, su capacidad de mostrar que son productos y constructos
sociales, susceptibles por tanto de ser transformados por la actividad humana
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Materia: Sociedad, familia y educación.
Bloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. Prof. Lourdes López Calvo
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consciente, tantos y tantos aspectos del funcionamiento de la institución escolar que
tendemos a ver como figuras inmutables, indiscutibles, simple resultado de necesidades
técnicas y organizativas”.
Con este objetivo, en este primer tema es obligado comenzar precisando algunos
elementos claves de la fundamentación epistemológica de la sociología como ciencia, es
decir, algunos presupuestos teóricos y prácticos de análisis con las que se trabaja en este
campo científico.
1.2. La “imaginación sociológica”: una perspectiva que va más allá del sentido
común.
Junto a otras dimensiones claves (psicológica y pedagógica), la formación de un
profesor ha de contar con el conocimiento de la dimensión sociológica de la educación.
Eso implica, en cierta manera, desarrollar un estudio sistemático, riguroso y científico
que le permita descubrir las múltiples ‘estructuras sociales’ que conforman la
organización de las instituciones escolares y que explican las acciones cotidianas de un
profesor.
Ahora bien, el análisis sociológico se topa con una dificultad inicial –la “reflexividad”-
derivada de su carácter como ciencia “social”. Como señala Guerrero (1996, p. 16) “al
vernos reflejados nosotros mismos como sujetos y objetos de estudio, como estudiosos
y estudiados, podemos caer en los espejismos que genera lo que aparece como
incuestionable y se da por sentado en una sociedad: el llamado sentido común. (…). En
estos términos, el sentido común aparece como un reto para la sociología como ciencia,
al tener que hacer frente a actitudes y valoraciones acerca de su campo de estudio que
están muy enquistadas en la mentalidad social”.
Por ello, Charles Wright Mills señala que la aplicación de la perspectiva sociológica al
análisis de la realidad requiere desarrollar la ‘Imaginación Sociológica’ (I.S.), que
aporta una forma particular de ver el mundo y contribuye al desarrollo de la sociología
como ciencia.
El análisis sociológico requiere distanciarnos de nuestras experiencias personales que
vivimos como naturales. La I.S. implica ponernos a distancia de la realidad que vamos a
analizar y ver las cosas desde un ángulo diferente, de modo que, lo que nos es familiar o
damos por supuesto se nos aparece como algo distinto. Así, se hace posible un análisis
más objetivo. En relación con esta perspectiva, Berger dice que el primer enunciado de
la sociología es que las cosas no son como parecen. Siempre hay que preguntarse por lo
que hay debajo o detrás de lo que vemos.
Para Wright Mills, la I.S. consiste en tomar distancia de las propias costumbres,
hábitos, comportamientos rutinarios, creencias de sentido común… para poder
analizar e interpretar la realidad social como si fuera algo nuevo y construir un
conocimiento más riguroso. En definitiva, se trata de conectar la “experiencia
particular” con las formas de “organización regular” que afectan a la vida de las
personas.
Partiendo del supuesto de que “individuo” (acciones individuales) y “sociedad”
(estructuras sociales) mantienen una relación dialéctica continua, la Imaginación
Sociológica puede suponer entre otras cuestiones:
Explicar las conductas individuales desarrolladas en situaciones cotidianas y
rutinarias teniendo en cuenta los “símbolos” establecidos. Se trata de ir más allá
de lo que se ve porque en el marco de las relaciones sociales, las “personas”,
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Materia: Sociedad, familia y educación.
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“gestos”; “objetos materiales”, “espacios físicos”, etc. están asociados a
determinados significados sociales.
Poner en cuestión algunas afirmaciones o creencias consideradas de sentido
común que mucha gente da por supuestas. A menudo, las cosas no son como
parecen y lo que consideramos como natural o verdadero no es así. La
sociología, al aplicar la I.S., pretende mostrar que ciertas creencias de sentido
común deben ser matizadas y explicadas.
Explicar las “decisiones individuales” en el contexto social en que se producen
porque muchos aspectos de nuestra vida privada están condicionados por fuerzas
que están más allá del control individual.
Muchas de nuestras decisiones o elecciones personales están modeladas por
fuerzas sociales. Hay que cuestionar la idea de que las personas hacen lo que
‘deciden’ (individualmente) hacer, así como, admitir que lo que las personas
hacen y piensan viene en parte determinado por la sociedad en la que viven.
Con ese objetivo, la perspectiva sociológica trata de ver lo “general” en lo
“particular” (Berger, 1963). Los sociólogos reconocen que cada individuo es
único, pero también reconocen que las experiencias vitales de los individuos
serán unas u otras según las “categorías sociales” a que pertenecen (edad,
género, nivel educativo, clase social, etc.).
Tratar de comprender la influencia que han tenido los cambios a lo largo de la
historia en nuestra situación actual, lo cual se hace posible utilizando materiales
de otras ciencias, historia, antropología, economía, etc..
Analizar lo específico de nuestro comportamiento y nuestra sociedad frente a la
diversidad de comportamientos de otras sociedades y culturas.
Explicado ya lo que es tanto la sociología como la imaginación sociológica, un tercer
paso para tener aún más claro lo que supone el pensamiento sociológico es definir sus
límites, exponiendo aquello que este no hace o no es. Por eso, pasamos a revisar una
serie de creencias o “presupuestos ideológicos” (empirismo, ni esencialismo, ni
idealismo, ni psicologismo) que a menudo son empleados para analizar la realidad
social y a los que la sociología se enfrenta poniéndolos en cuestión (Lerena, 1986).
* EMPIRISMO
Con esta perspectiva se observa y analiza la realidad social mostrándola tal y como se
presenta. Se hace una mera descripción de datos que justifica el funcionamiento de la
sociedad tal y cómo es.
Se acepta y conserva la realidad tal cual es y se desemboca en el discurso justificativo
y resignado del ‘lo que es, es inevitable’.
Por el contrario, para la sociología, la realidad social no es tal como se presenta.
Hay que desvelar por qué es cómo es y explicarla en el marco de teorías
sociológicas.
No hay fatalismo; “lo que es, no es inevitable”. Existen leyes sociales, pero hay
leyes sociales en la medida que, y hasta cuando el conjunto de los hombres
quieran cambiarlas, y hasta cuando consigan cambiarlas.
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Materia: Sociedad, familia y educación.
Bloque 1. Sociedad y educación: la perspectiva sociológica. Prof. Lourdes López Calvo
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* ESENCIALISMO
Supone que las personas tienen cualidades puramente “individuales” (aptitudes,
capacidades, inteligencia, vocaciones, talentos…), totalmente independientes del
contexto histórico y sociocultural en que viven. Bajo esta idea, se legitima y consagra
la desigualdad básica entre las posiciones sociales (desigualdades económicas,
educativas, etc.) como una desigualdad individual.
Para la sociología, de otro modo, la persona no nace ya hecha, sino que se va
haciendo a lo largo de la vida en unas condiciones de existencia concretas, es un
producto histórico y social.
Diversas condiciones de vida hacen que los individuos no tengan la misma
estructura de oportunidades en distintos aspectos de su vida (escolar, profesional,
etc.).
* IDEALISMO
Desde el idealismo se utiliza la noción de “naturaleza humana” para hacer referencia a
la existencia de un ‘hombre universal’ y de una ‘cultura universal’.
Por el contrario, la sociología considera que no hay una sociedad, ni una cultura,
ni un hombre, ni una educación que sean universales. Todos estos elementos sólo
pueden comprenderse en determinados contextos socioculturales e históricos que
apuntan a la existencia de una diversidad de culturas (culturas familiares, culturas
económicas, culturas juveniles, culturas escolares, etc.).
Asimismo, con esos conceptos abstractos, se oculta la existencia de relaciones de
conflicto entre una diversidad de culturas y el hecho de que son los grupos,
pueblos o países que en un momento dado ocupa una posición dominante en el
sistema de relaciones de fuerza (económico, político o cultural), los que lograrán
establecer su modelo cultural como la “cultura auténtica”.
* VOLUNTARISMO
Supone que los individuos son los que eligen y saben lo que eligen, es decir, poseen
voluntad libre y consciencia de lo que piensan y de sus acciones.
Sin embargo, la sociología considera que, en las relaciones sociales, los
individuos que eligen y actúan están situados en distintas posiciones sociales y,
por tanto, tienen distinta capacidad de movimiento en la vida. Además, el sentido
de las acciones de los individuos muchas veces escapa a su control consciente.
Esta concepción es muy importante para comprender el funcionamiento de las
“instituciones” y las acciones de los actores en ellas.
* PSICOLOGISMO
Supone que la sociedad es una suma de individuos y las relaciones sociales son
relaciones interindividuales y de comunicación.
La sociología entiende que las relaciones sociales son ‘relaciones objetivas’, es
decir, no son meras relaciones interindividuales. Supone que en la vida humana
los hombres contraen relaciones determinadas, necesarias, independientes de su
voluntad.
Al considerar las relaciones sociales como simples relaciones interpersonales,
quedan anulados los diversos marcos de intereses y las contradicciones entre
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diversas posiciones sociales. El poder y las relaciones de dominación quedan
convertidos en un problema de comprensión y voluntad de comunicación entre las
personas.
En síntesis, la sociología del conflicto y crítica hace una revisión general de todas esas
creencias porque no analizan la diversidad de modos de vida, de culturas y ocultan la
existencia de conflictos sociales, relaciones de dominación y desigualdades sociales
presentes en la sociedad.
Igualmente, las creencias ideológicas analizadas describen y justifican el
funcionamiento “establecido” de la economía, de la educación (normas económicas,
educativas…) como natural o inevitable. Se oculta que es producto de conflictos
sociales y resultado de intereses de grupos con más poder. En definitiva, legitiman
ciertas explicaciones de lo que ocurre en la realidad e impiden dar otras:
El ‘esencialismo’ se centra en las aptitudes individuales para explicar los
diversos rendimientos escolares y no considera los determinantes sociales ni la
influencia de la propia escuela en ello.
El ‘psicologismo’ impide ver las ‘relaciones sociales objetivas’ que marcan la
vida en los centros escolares (los profesores y los alumnos no siempre son los
que eligen ni saben lo que eligen).
El ‘idealismo’ considera que existe una ‘cultura universal’, por lo que, en
realidad no considera al analizar el sistema escolar que diversos grupos de
alumnos llegan a la escuela con distintos modos de vida y distintas culturas de
referencia. Asimismo, desde una perspectiva idealista, no se analiza la relación
diferente establecida entre esas diversas culturas de clase con la “cultura
escolar”, que no es una cultura neutra ni universal.
BIBLIOGRAFIA
LECTURA OBLIGATORIA
FERNÁNDEZ PALOMARES, F. (2003). “El estudio sociológico de la educación”, en
Fernández Palomares, F. (Coord.). Sociología de la educación. Madrid: Pearson.
Prentice Hall; pp. 1-34.
LECTURAS COMPLEMENTARIAS
APPLE, M. (1986), Ideología y currículo. Madrid: Akal.
BOURDIEU, P. y PASSERON, J. C. (1967). Los estudiantes y la cultura. Barcelona:
Labor.
FERNÁNDEZ ENGUITA, M. (1989). “¿Hacia dónde va la sociología de la
educación?”, en F. Ortega et.al. (comps.), Manual de Sociología de la educación.
Visor. Madrid, pp. 50-58.
FERNÁNDEZ ENGUITA, M. (1997). Sociología de las instituciones de educación
secundaria. Barcelona. Ed. Horsori.
FERNÁNDEZ ENGUITA, M. (1998). La escuela a examen. Madrid: Pirámide.
GUERRERO SERÓN, A. (1996). Manual de sociología de la educación. Madrid: Ed.
Síntesis.
LERENA ALESON, C. (1986). Escuela, ideología y clases sociales en España.
Barcelona: Ariel.
MACIONIS, J. y PLUMMER, K. (1.999). Sociología. Madrid: Prentince Hall.
PARSONS, T. (1990) “El aula como sistema social: algunas de sus funciones en la
sociedad americana”, en Educación y Sociedad, nº 6; pp. 173-195.
ANEXO 1
Algunos informes y análisis sociológicos sobre la relación entre resultados
escolares y origen socioeconómico y cultural del alumnado.
Linnakylä, P. y Välijarvi, J. “Rendimento de los estudiantes finlandeses en
PISA. Las claves del éxito en lectura”, en Revista de Educación. Extraordinario
2006, pp. 227-235 (acceso internet)
Martínez García, José S. “Clase social, género y desigualdad de oportunidades
educativas”, en Revista de Educación, nº 342, Enero-Abril, 2007; pp. 287-306
(acceso en internet)
Martínez García, José S. “Fracaso escolar, clase social y política educativa”, en
Viejo Topo, nº 238, Noviembre, 2007; pp. 44-49 (acceso en internet)
Martínez García, José S. “Fracaso escolar, PISA y la difícil ESO”, en Revista de
la Asociación de Sociología de la Educación, vol. 2, nº 1, enero 2009; pp. 56-
85 (acceso en internet)