2.0. Edad Media (Siglos X Al XIV)
2.0. Edad Media (Siglos X Al XIV)
2.0. Edad Media (Siglos X Al XIV)
TEMA 4
I. ELROMANCE PRIMITIVO
GUION
1.CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS SIGLOS X Y XI:
ORÍGENES DEL ESPAÑOL, GLOSAS Y DOCUMENTOS LINGÜÍSTICOS
CASTELLANOS, LEONESES, ARAGONESES O NAVARROS
4. DOCUMENTOS LINGUÍSTICOS
4.1. CARACTERÍSTICAS LINGÜÍSTICAS
4.2. TEXTOS
5. NODICIA DE KESOS
5.2. TEXTOS
Pongamos aquí una breve historia del fonema jota /X/ (velar fricativo sordo):
1. Latín vulgar:
ÓCULO > ÓJO: ÓK´LU > ÓXLU > ÓYLU > ÓY U >Ó U
TEY A > TÉ A.
2. Protorromance
El sonido / / (elle) se mantiene durante esta etapa:
FÍ U
Ó U
TÉ A.
(F) Í O > FÍ Ž O
Ó O> Ó Ž O
TÉ A > TÉ Ž A.
-LL- / /.
ÓŽ O
TÉ Ž A.
Fiio
Fijo
Oio
ojo
Teia
Teja.
5. Siglo XVI
Ó Ž O> Ó Š O
TÉ Ž A > TÉ Š A.
Siglo XVII
HÍ Š O > ÍXO
Ó Š O > Ó XO
TÉ Š A > TÉXA.
ÁXE > É Š E.
1.11. Arcaísmos
2.1. ELSIGLO X
2.1.2. ELSIGLO XI
2.1.2.1. FONÉTICA, FONOLOGÍA Y GRAFEMÁTICA
JERBA (< e a b i e r t a )
C U E M P E T E T (< O a b i e r t a ) .
2. Diptongación de et (aragonés):
JET.
3. Diptongación ante y o d ( a r a g o n é s )
TERZERO (<TERTIARIU).
Al t e r n a c o n f o r m a s s i n mo n o p t o n g a r :
G E I TAT.
A LT R O (< ALTERU),
FA M N E (< FA M I N E ) .
A u n q u e lo más f r e c u e n t e e s l a c o n s e r v a c i ó n
( n o e s l a t i n i s m o ) , ya q u e l a c o n t i e n d a d e p é r d i d a y
t i e mp o.
6. S O TA R (<SALTARE). La m o n o p t o n g a c i ó n d e c a s o s
c o mo s e v e en O TO , O V O , S O TA R .
FEITO (< FA C T U )
M U I TO ( < M U LT U ) .
representado p o r l a s g r a f í a s ISC:
9. Co n s e r v a c i ó n d e f - i n i c i a l
9. Sonidos palatales:
DUEN NO (< D O M I N U ) , c o n a l t e r n a n c i a c o n DU E N O
S E G A M U S (< SEDEAMUS)
S e u s a n l a s g r a f í a s , G , IG, J:
S I E G AT, AJAT, J E R M A N U
VERGOINA p a r a eñe.
FA C A N O S ) p o r i n f l u e n c i a d e l ara go né s d o nd e h u b o
más r e s i s t e n ci a a l a s o n o r i z a c i ó n .
11 . Grupos de c o ns on an t e + yod =
palatal:
SIEGAN < S E D E A N T, d o nd e l a g i n d i c a p a l a t a l i d a d
TINE,
U I N E T.
14. Ar tí cu l os:
ELO, E N O .
15. Po s e s i v o :
LUR (<ILLORUM), f r e c u e n t e en a ra g o n é s y r i o j a n o .
16. Or d e n r o ma n c e :
17. Cambios m o r f o l ó g i c o s :
FA C E N p o r FA C I U N T.
ELO, E N O , CONO.
- e l c . d . con k e , k
3..2.1. CARACTERÍSTICAS
3..2.1.1. MODERNIDAD
Es preciso resaltar la sorprendente modernidad de estas obras. Ejemplos:
Glosas Emilianenses: “Incolomes [sanos et salbos] 30 (Crestomatía,
3)
“Suabe” [dulce] 117 (Crestomatía, 4)
“Si quis fidelis cum iudea uel gentili fuerit mecatus, XV annis peniteat”
(SIL, 150).
1.2.4.2 El sexo
Las glosas son todavía mucho más sugestivas y ricas cuando hablan
del sexo y de las relaciones entre el hombre y la mujer. En primer lugar,
se habla de la fornicación del hombre con un animal cualquiera:
“Si quis ante XX annis cum anima in peccaberit, XV annis peniteat”
(SIL, 128).
Así los primeros textos en los que aparece la palabra violar (Berceo)
presentan el significado de “violentar un territorio o espacio (una casa o
un templo)”, acepción muy corriente en el bajo latín y de lo que tenemos
testimonio en nuestro texto:
Así las glosas presentan diferencias entre sí. Mientras que en las
Silenses laxare glosa a relinquo y dimitto con el significado de “abandonar
Por otra parte, mulier puede tener el valor general de “mujer” opuesto
a vir o el de “esposa”, valor atestiguado ya en el latín de España. Mulier
alterna con femina para expresar “mujer en general” y para la esposa
aparece uxor. Es decir:
Uxor = “esposa”
Para el hombre, el texto ofrece tanto vir como maritu para expresar el
“hombre casado, el esposo”:
3.3. TEXTOS. EDICIÓN DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL Y JOSÉ JESÚS DE BUSTOS TOVAR
PROFESOR
4.1. DEFINICIÓN
tercios del siglo XI; otra que empezaba en el último tercio del XII y
4.2. EJEMPLOS
diplomáticas como:
- Cartulario de Sto. Toribio de Liébana (siglos VIII al XIV)
XIII)
y X)
XIII.
González.
Cumplido.
2. –T-: TRíTICU > TRÍDIGO > TRÍIGO > TRIGO (Ver mi artículo “La
perdida…”, 145-146.
4.3.2. FONOLOGÍA
4.3.2.1. VOCALISMO
4.3.2.2. CONSONANTISMO
4.3.3. MORFOLOGÍA
2.3.3.1. Sufijo prerromano –ÉN, -ENA: LUCENA < Lucius (pag. 129).
4.3.4. LÉXICO
AGUILAR DE LA FRONTERA.
4..3. 5. TEXTOS
Comentarios de documentos lingüísticos de lo s siglos X y XI
5. NODICIA DE KESOS
5.1.CARACTERÍSTICAS LINGÜÍSTICAS
VER ARTÍCULO DE J.R.MORALA, PÁGS.33-47
5.2. TEXTOS
5.2.1.VER EDICIÓN DE MENÉNDEZ PIDAL, PÁG. 48
Biblioteca
1.- EL DOCUMENTO
El documento conocido como Nodicia de kesos, por ser estas las palabras con las
que se inicia, no es más que un humilde inventario de los quesos que había gastado el
hermano Jimeno, despensero en el monasterio de los Santos Justo y Pastor, situado en
Rozuela, unos pocos kilómetros al sur de la ciudad de León. Redactado en el reverso de
una donación hecha al citado monasterio en el año 959, es, por tanto, una especie de
nota de uso doméstico1, sin valor jurídico alguno, pero constituye al mismo tiempo una
pieza de apreciable interés para la Filología hispánica.
Como suele ocurrir con las noticias, el texto de los quesos, conservado desde
antiguo en el archivo de la Catedral de León2 (ACL, nº 852), no lleva fecha. Para
datarlo, su primer editor, Menéndez Pidal, se apoya en la fecha del documento del
anverso. Entiende que, si se reutiliza3 el pergamino para escribir esta pequeña relación
de quesos, la donación habría perdido ya valor –se trata de una donación “post obitum”
que se hace en el 959 pero surtirá efecto a la muerte de los donantes– por lo que le
asigna como fecha probable el año 980. Atendiendo a los datos que aporta la propia
nodicia, Fernández Catón ha propuesto recientemente que la visita del rey de la que se
habla al final del texto (“quando llo rege uenit ad Rocola”) se refiere a la presencia en el
cenobio, documentalmente comprobada, de Ramiro III y otros personajes de la corte
leonesa en el año 974. La visita tuvo lugar con motivo de la solemne restauración de la
vida monástica en Rozuela, tras unos años de litigios entre los monjes (Fernández Catón
1
Estas notas, que no serían excepcionales en la época, se conservan solo en algunas ocasiones. En este
caso por estar en el reverso de un documento que sí que tenía valor jurídico y debía preservarse.
Curiosamente se conserva también una nota similar, un texto fragmentario sobre quesos (casios y fromas
ahora) con los que se paga el companaje. Está escrita en pizarra en el siglo VI o VII y fue encontrada en
Salamanca (Velázquez, 2004, 165-168).
2
El pergamino, como el resto de los documentos de este y otros monasterios tempranamente
desaparecidos, se conserva desde antiguo en el archivo de la Catedral de León (ACL, nº 852), en cuyo
Tumbo –acabado en 1124– se copia ya la donación del anverso. No es correcta, por tanto, la apreciación
de Wright (1989: 261) sobre el lugar en el que se lo encuentra Menéndez Pidal.
3
En la reciente edición facsímil se indica, pese a todo, que se trata de un procedimiento insólito en la
documentación medieval leonesa (Fernández Catón, 2003: 66).
2003: 29-30 y 65-67; 2004: 61-68). A efectos lingüísticos no tiene mayor importancia
que la fecha de redacción sea finales del 974 o principios del 975, como se dice ahora o,
como proponía Menéndez Pidal, el 980. Sin embargo sí es importante el nuevo dato que
se aporta –así como la comparación paleográfica con otros documentos coetáneos–
porque contribuye a apoyar con argumentos concretos la datación que años atrás se
había fijado intuitivamente.
Como ya se ha dicho, quien primero edita y da a conocer este curioso
documento es D. Ramón Menéndez Pidal en Orígenes del español (1976: 24-25), obra
publicada por primera vez en 19264. A partir de esta lectura, el texto se reprodujo
después sin cambios en diversas publicaciones. Años más tarde, J. Rodríguez (1964:
262) realiza una nueva lectura –bastante diferente al resto de cuantas se han hecho–
incluida en una obra sobre el monasterio de Ardón. Con motivo de la edición completa
de los documentos del archivo de la catedral de León, E. Sáez y C. Sáez (1990: 285-
286) dan una versión del texto en la línea de la de Menéndez Pidal. Hace unos pocos
años, en el marco de una edición facsímil de antiguos documentos leoneses de interés
para la historia del romance se realizó de nuevo una edición de la nodicia y se revisó a
fondo su transcripción (Fernández Catón, 2003: 65-68).
4
Aquí cito por la edición de Espasa-Calpe, Madrid, 1976.
5
La más extraña de todas, que, pese a ser muy posterior a la de Pidal, se aparta en gran medida del resto
de las lecturas, es la de J. Rodríguez. Son demasiadas las variantes leídas y algunas tan faltas de
correspondencia con el texto original que no creo necesario señalar con detalle las diferencias: apate pasa
a ser Apaaf; bacelare se lee bacenare; Semenus es semenbus … etc.
6
El más visible de todos es el del criterio seguido para la separación de palabras. Mientras que Menéndez
Pidal optó por mantener unidas secuencias como jnilo, adila, aCegia … etc., en esta versión se han
separado: jn ila, ad ila, a Cegia …Otros cambios de menor importancia: Menéndez Pidal hace acabar la
línea 18 tras la primera sílaba de Ce/gia. Las versiones siguientes restituyen el corte, tal como aparece en
el original, al final del topónimo. En esta misma línea 18, el notario escribe –quizá por olvido– baron
donde el sentido pide lógicamente lebaron. Menéndez Pidal introduce la sílaba exigida [le]baron, para la
que no hay espacio en el original, mientras que en el facsímil se deja tal como aparecía en el texto.
Aunque en ambas versiones se regulariza el uso de mayúsculas en los nombres propios, el Salbatore de
las últimas líneas figura en Orígenes con minúscula.
7
Es posible incluso que se tratara de un error tipográfico pues el propio Pidal, en la edición abreviada que
hace de este mismo documento en la Crestomatía (Menéndez Pidal, 1971: 10), escribe ogano. Más
chocante es aún la lectura de Sáez que transcribe ogano pero en nota propone restituir grafías para llegar a
o<re>gano. El sentido temporal de „hogaño‟ es, por otra parte, el que encaja en el texto.
8
En este caso, la presencia de la ll es clara mientras que, aunque delante hay hueco suficiente, no se ve
ningún resto de la i-. El espacio sobrante parece estar motivado por el tamaño del numeral IIII de la línea
superior, que ocupa parte de la caja correspondiente a esta línea.
9
Sigo esa edición salvo en la representación que se hace de la llamada i larga que en el facsímil se hace
por medio de un signo tipográfico específico y que aquí transcribo por j (jn, majore …).
Una traducción al castellano actual podría ser esta: Relación de los quesos que
gastó el hermano Jimeno: en el trabajo de los frailes, en el bacillar („viña nueva‟) de
cerca de San Justo, 5 quesos; en el otro del abad, 2 quesos; en el que pusieron hogaño, 4
quesos; en el de Castrillo, 1; en la viña mayor, 2; … que llevaron en fonsado a la torre,
2; que llevaron a Cea cuando cortaron la mesa, 2; 2 que llevaron a León; … otro que
lleva el sobrino de Gomi … 4 que gastaron cuando el rey vino a Rozuela; 1 cuando
Salvador vino aquí.
relevante. Piénsese que solo en los fondos de la catedral leonesa, hay casi medio millar
de documentos más antiguos que la Nodicia, muchos de ellos, en su versión original. O
que, entre los diversos fondos ya editados, contamos con un millar de documentos
anteriores al año 100010. Disponemos además del Index verborum de los miles de
documentos anteriores al año 1300 procedentes de la catedral de León y del monasterio
de Sahagún, probablemente los dos fondos hispánicos más importantes de la Alta Edad
Media que han llegado hasta nosotros. Es decir, tenemos a nuestra disposición los datos
y las herramientas para poner el texto de la nodicia en relación con su época y
analizarlo, no como un fragmento aislado y singular de la Historia de la Lengua, sino
dentro de su propio contexto filológico.
3.1.- EL VOCALISMO
En el campo del vocalismo, sorprende el tratamiento que el notario da a los
diptongos. De una parte, aparecen las formas sin diptongar procedentes de /ĕ/ y /ŏ/
tónicas (puseron, Kastrelo, Rocola), para las que prefiere, por tanto, un tratamiento
conservador, latinizante. De otra parte, para los diptongos decrecientes opta por una
solución mucho más innovadora pues figuran ya monoptongados (kesos y no queisos,
por ejemplo). E. Alarcos (1980: 12) supone que lo que en realidad esconde este
tratamiento dispar de los diptongos decrecientes /ei, ou/ y los crecientes /ie, ue/ es una
falta de recursos gráficos del escriba a la hora de representar cualquier tipo de diptongo.
Tal vez fuera así pero no podemos olvidar que los documentos de la época abundan en
palabras latinas que ya tenían secuencias del tipo de ie o ue (accepiente, adquiescere,
medietate, fuerat, fuerint, consuetudine…) por lo que los notarios no deberían tener
mayor problema para usarlas en voces romances si tuvieran interés real en hacerlo.
Respecto a los diptongos decrecientes, el cotejo de la forma kesos del texto con
el Index catedralicio es concluyente: tan solo en un caso encontramos kaisus (“kaisus et
mantaica”, [CL-213, hacia 950]), sin que haya rastro del diptongo ei en ningún
momento. Con anterioridad a la Nodicia, los casos que aparecen lo hacen siempre11 con
la forma latinizante kaseos, kaseum, pero nunca keisos, por lo que en modo alguno
10
De ellos, unos 600 pertenecen al archivo de la catedral de León, algo menos de 400 al del monasterio
de Sahagún y otro medio centenar al interesantísimo archivo de Otero de las Dueñas (Morala, 2004: 406).
11
En documento del 927 [CL-75] figura ya quesos, pero se trata de un documento copiado en el Tumbo,
no original, lo que explicaría igualmente la presencia de la q, que solo vuelve a aparecer en fechas mucho
más tardías en la documentación de la Catedral. La variante con /e/ monoptongada quizá aparezca en un
texto original aún más antiguo [CL-31, 913] pero se trata de una lectura más que dudosa. Curiosamente,
en los documentos de Sahagún la forma usual en ese siglo es caseo, caseos.
puede extrañarnos la solución de la Nodicia. En este sentido, podría decirse que estamos
ante una grafía realmente innovadora, especialmente si tenemos en cuenta que se trata
de una voz relativamente frecuente en la documentación para la que, por tanto, el
notario sí que dispondría de referentes gráficos conocidos.
Para el resto del vocalismo, aunque abundan las formas evolucionadas, hay otras
que mantienen su aspecto latino, quizá condicionadas por los paradigmas clásicos, como
ocurre con la desinencia de tercera persona del singular (espisit, uenit)12, con las
preposiciones cirka o jn (solo en una ocasión en) o con el artículo ilo, ila.
3.2.- EL CONSONANTISMO
Desde un punto de vista gráfico, llama la atención lo regular que resulta en la
distribución de la grafía c, que reserva exclusivamente para los sonidos que
probablemente son ya predorsodentales13 (nodicia, bacelare, Rocola o Cegia) mientras
que, de forma sistemática, excluye a esta grafía del fonema oclusivo velar sordo /k/,
regularmente escrito, bien con k (kesos, kastrelo, ke), bien con q (que, quando). La
sistematicidad que en este aspecto presenta no encaja bien con las calificaciones de
inexperto, vulgar, vacilante … etc. que normalmente suelen hacerse a este modo de
escritura. No hay, en este caso, ninguna vacilación ni un especial interés por la
latinización gráfica, como lo demostraría el diferente tratamiento que, para la
preposición latina circa, hace el desconocido amanuense de la Nodicia, que reúne en la
misma palabra (cirka) ambas grafías en una buena muestra de la divergencia evolutiva
que ha sufrido el fonema latino /k/ dependiendo del carácter palatal o no palatal de
vocal que le sigue. También es regular al escribir los resultados del grupo /-ns-/ con -s-,
sin concesiones a lo latino (mesa, fosado, espiseron). Ni en uno ni en otro caso utiliza lo
que podríamos denominar ortografía tradicional, es decir, latinizante, sino otra
realmente avanzada, más cercana al romance.
Pero la Nodicia no siempre es tan sistemática e innovadora y deducir de esos
ejemplos que el notario escribe haciendo una especie de transcripción del romance sería,
desde luego, un error de bulto, como se comprueba en otros casos. Por ejemplo, en línea
con una reticencia muy arraigada a usar consonates dobles, no se distingue gráficamente
entre el fonema lateral no palatal /l/ (Rocola „Rozuela‟) y el palatal /l/ (Kastrelo
12
No así con las del plural, que luego veremos en morfología: puseron, lebaron.
13
No debe extrañar en exceso que no haya distinción gráfica entre el esperable fonema sonoro /z/ de
bacelare o Rocola frente al sordo /ŝ/ de cirka o Cegia. Como es sabido, la distinción sorda / sonora para
las sibilantes en la franja norte peninsular es más que dudosa.
14
En realidad, el problema no solo ocurre con la /l/ sino que parece que el scriptor se muestra bastante
reticente a utilizar consonantes dobles pues también escribe tore por torre u ogano por lo que podría
haber sido oganno o, al menos, haber utilizado un signo de abreviación sobre la n.
15
Dentro de esta serie habría que añadir el rege del final del documento. Como en otros casos del texto,
opta aquí por una grafía latina, por lo que no lo considero junto al resto. Pese al peso que la tradición
gráfica pueda tener en una voz como esta, cabe señalar que –si bien formando parte de un topónimo–, en
un documento coetáneo, se escribe ya rei: “in Auteiros de Rei” [CL-508, 985].
oclusiva sorda en el étimo. Para la primera de las dos voces y de acuerdo con su origen,
la forma más frecuente en la antigua documentación catedralicia es abbate.
Ocasionalmente se escribe, como aquí, con una p (apate) que solo es explicable por el
juego de equivalencias gráficas entre sordas y sonoras que practican los notarios, sin
que el cambio tenga sentido en el plano fónico sino solo en el ortográfico. Para el
segundo término, del latín sobrinu, la grafía más frecuente es el esperable sobrino. Hay,
no obstante, una docena de casos de soprino en el Index catedralicio en los que se ve el
mismo proceso que en apate16. Es decir, en ambos comete una ultracorrección: el
notario, habituado a unas convenciones gráficas que trasladan a la escritura como
apotecam lo que en la lengua hablada era (a)bodega, hace lo propio con otras voces que
también se pronunciaban con sonora (abad, sobrino) aunque, en este caso, el étimo no
fuera capaz de avalar la conversión gráfica de la /b/ en p.
Aún hay más. La nueva lectura que nos ofrece la edición del facsímil, sopbrino,
podría parecer un error o una vacilación del amanuense que, iniciada la escritura como
soprino, cambia de idea y decide escribir sobrino sin llegar a cancelar la p inicialmente
escrita. Pero no necesariamente ha de tratarse de un error u olvido involuntario: en la
documentación leonesa no es el único caso en el que se escribe la secuencia pb donde,
por el étimo, esperaríamos una grafía simple, bien b, bien p: además de algún caso de
setempbris por septembris, de pbrimiter por primiter o de propbter por propter17, el más
interesante es un texto del archivo de Sahagún en el que se utiliza apropbatum
(“consilio apropbatum” [Sh-1478, 1193]) que, respecto a la Nodicia, presenta sensibles
diferencias pues es un documento de aspecto muy latino, escrito en letra carolina de
cancillería real y en el que intervienen el rey Alfonso VIII, el concejo de Cantabria y el
abad de Sahagún. Es decir, el documento merece cualquier calificativo menos el de
romance, vulgar, texto ocasional … etc., calificativos que bien podrían aplicarse a la
Nodicia. Aún así, curiosamente ambos coinciden en el uso de una determinada
convención gráfica al usar una rara grafía como es pb para un fonema /b/.
16
Las correspondencias gráficas entre las oclusivas sordas y sonoras y las grafías con las que se escriben
en León en los textos en escritura visigótica son extremadamente complejas y, desde luego, no se pueden
analizar como meras confusiones o interferencias entre el latín y el romance sino que seguramente
responden a un sistema más complejo. (Morala, 2004: 590-607)
17
Propbter, del año 1017 [CL-748], figura en un pergamino original en una donación realizada por
Alfonso V. También pertenece al fondo de la Catedral el ejemplo de setempbris [CL-307], en texto del
958, aunque nos llega a través del Tumbo copiado a comienzos del XII. El último ejemplo,
correspondiente al fondo de Otero de las Dueñas [OD-24] y fechado hacia el 980, utiliza la misma grafía
en pbrimiter en un texto original en pergamino.
18
Dice R. Wright que “Todos los nombres aparecen en una forma evolucionada del acusativo originario,
sea cual sea su función” (Wright, 1989: 262). De acuerdo con el sentido general de esta idea, hay que
hacer la matización de que se cita al menos un topónimo, Sancte Iuste, cuyo origen ha de buscarse en el
genitivo Sancti Iusti y no en el acusativo. Otra cosa bien distinta es que, incluso en este ejemplo, no
podamos hablar en sentido estricto de la pervivencia del caso genitivo sino de una secuencia que se ha
fosilizado en la forma del genitivo, por lo que su presencia no afecta a la afirmación de que el texto carece
ya de cualquier uso funcional de la antigua declinación latina.
19
Concordancias extrañas del tipo de villa quas, terra quem o casi cualquier otra imaginable aparecen con
mucha frecuencia en la antigua documentación leonesa (Morala, 2004: 586-588; Fernández Catón, 2006:
164-165)
Por último, cabe destacar, el uso romance que hace de las formas verbales de
tercera persona del plural. Ya Wright (1989: 262) llamó la atención sobre el hecho de
que las formas de perfecto en -auerunt figuraran aquí como -aron (taliaron20, lebaron).
A ellas ha de añadirse puseron o espiseron, que están en similares circunstancias. El uso
de una desinencia romance -aron, -eron, no encuentra sus primeros ejemplos21 en el
archivo catedralicio hasta unas décadas después de la Nodicia, por lo que, en este
aspecto, resulta también innovador:
Qui preses fueron [CL-609, 1001]
illo ganato de illa kaksa de Beca que arapinaront maiordomos de rege [CL-
597, 1000]
Ingressus est nostro tiu in adiunta ante nos, presit illi manus con omnium toga
palatio et precaron pro refuga Fromarico ut misserent illo in nostra gratia, sic
et fecerunt [CL-741,1016]
apariencia ortográfica (taliaron, uinia) y también con algún latinismo como alio „otro‟ o
frater, ambos bien integrados en la lengua romanceada de los documentos
altomedievales.
4.- CONCLUSIÓN
Si repasamos ahora el conjunto de estos datos veremos que, lejos de ser un texto
romance en sentido estricto, la Nodicia acumula en sus pocas líneas toda una serie de
aparentes contradicciones en diversos ámbitos: en morfología, escribe las formas
innovadoras espiseron, “la taliaron”, pero también las más conservadoras espisit, “ila
mesa”; en ortografía, junto a usos novedosos como la diferencia sistemática entre los
valores de c y los de k o q, hay otros más dependientes de la tradición gráfica (Cegia,
uinia, jn); en fonología, junto a las evolucionadas kesos, ogano o mesa, hay otras voces
como Kastrelo o Salbatore en las que procesos claves del romance (diptongación,
lenición) aún no están representados y, lo que es más significativo, se sirve de
ultracorrecciones como los citados apate o sopbrino que nos indican que el modelo que
se sigue no es precisamente la variante oral que se podría identificar con el romance.
Prácticamente todas las soluciones novedosas que registra la Nodicia aparecen
de modo más o menos ocasional en textos cercanos en la geografía y en el tiempo. Se
trata, por tanto, de un texto innovador pero no parece que quien lo redactara tuviera
como referencia una lengua necesariamente diferente a la de los documentos coetáneos,
con los que también coincide en algunas soluciones conservadoras. Lo que le hace tan
llamativo es que esos resultados que podemos considerar novedosos, es decir,
romances, se presentan aquí de forma generalizada y no de modo ocasional o
fragmentario como ocurre en otros muchos documentos coetáneos.
Si comparamos la Nodicia con la donación del anverso resultan evidentes las
diferencias en el modelo de lengua utilizado. ¿Dónde reside esa diferencia?
Básicamente en que, por las propias características del documento, la Nodicia es un
texto sin las, para los notarios, consabidas fórmulas preestablecidas, un texto de
redacción completa y obligadamente libre, en el que el scriptor carece de cualquier
clase de modelo. Esto le obliga a redactar sin los patrones que utiliza en otros
documentos y, como es natural, aflora de modo muy especial la variante lingüística que
utiliza diariamente, que no es otra que el romance, por más que siga utilizando recursos
gráficos habituales del oficio, como el ensordecimiento de algunas sonoras, el cierre de
vocales o grafías tan extrañas como pb para /b/.
El estudio detallado que los paleógrafos han hecho del modo de trabajar en los
scriptoria altomedievales arroja bastante luz sobre ciertas diferencias lingüísticas que se
aprecian en la documentación. Como señala Ruiz Asencio (2004: 90 y ss.) en un
documentado y sugerente artículo, los notarios altomedievales son, por lo general,
incapaces de redactar directamente un documento. Toman los datos básicos en un
borrador y luego hacen la redacción definitiva en su taller, completándolo con las
necesarias fórmulas para que el documento tenga los efectos jurídicos pertinentes.
Desgraciadamente estos borradores se harían, por lo general, en tablillas enceradas de
cuya existencia tenemos constancia pero que, por razones fácilmente comprensibles, no
han llegado hasta nosotros. Sin embargo, en unas pocas ocasiones las notas para
elaborar el documento se nos han conservado en el dorso del propio pergamino o en un
pequeño trozo cosido a él. Se trata de una oportunidad preciosa para comparar el tipo de
lengua en la que se redacta el borrador con los datos fundamentales y el del documento
propiamente dicho. No podemos entrar en detalles, pero Ruiz Asencio cita un ejemplo
bien significativo: un testigo de una compraventa figura en el documento final con el
oficio de potecarius, mientras que en un pequeño apunte previo cosido al texto en el que
se registraban solo los nombres de los testigos y su oficio, el mismo personaje resulta
que era bodegarius. El ejemplo es especialmente ilustrativo porque, pese a lo que
pudiera parecer en un primer momento, a mi juicio, no se está confrontando aquí en
sentido estricto dos lenguas, romance frente a latín –la terminación en -arius no es
precisamente romance–, sino dos modelos de lengua escrita, el del borrador, más
coloquial si se me permite utilizar este término para la variedad escrita, y el del
documento final, realizado pacientemente en el scriptorium, utilizando un registro
mucho más elaborado y formalizado y haciendo gala de toda una serie de convenciones
gráficas cuya referencia última –se entienda o no– es, por supuesto, el latín.
En este sentido, la Nodicia es probablemente el mejor y más amplio ejemplo que
tenemos de la lengua habitual de esos borradores que en rara ocasión han llegado hasta
nosotros. Los rasgos que solo ocasionalmente aparecen en otros documentos, se
acumulan en la Nodicia, un tipo de texto que, al estar desprovisto de cualquier clase de
fórmula y carecer de toda pretensión de pervivencia en el tiempo, se escribe en el estilo
de los habituales borradores frente al modelo mucho más formalizado y elaborado en el
que se convertirían esos borradores al pasar a documentos jurídicos, los únicos que,
salvo excepciones, se han conservado hasta nuestros días. La casualidad de haber
reutilizado el dorso de un documento de donación hizo que la relación de quesos
gastados por el despensero de Rozuela, escrita probablemente para rendir cuentas a sus
superiores, llegara hasta nosotros como una muestra de un particular registro de lengua
escrita que seguramente fue mucho más frecuente de lo que los archivos nos dejan ver
hoy.
CORPUS BIBLIOGRÁFICO
[CL] SÁEZ, EMILIO. 1987. Colección documental del archivo de la Catedral de León
(775-1230), T.I (775-952), Colección Fuentes y Estudios de Historia Leonesa, León:
Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro”.
[CL] SÁEZ, EMILIO y CARLOS SÁEZ. 1990. Colección documental del archivo de la
Catedral de León (775-1230), T.II (953-985), Colección Fuentes y Estudios de
Historia Leonesa, León: Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro”.
[CL] RUIZ ASENCIO, JOSÉ MANUEL. 1987. Colección documental del archivo de la
Catedral de León (775-1230), T. III (986-1031), Colección Fuentes y Estudios de
Historia Leonesa, León: Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro”.
[OD] FERNÁNDEZ FLÓREZ, JOSÉ ANTONIO y MARTA HERRERO DE LA FUENTE. 1999.
Colección documental del Monasterio de Santa María de Otero de las Dueñas, T. I,
(854-1108), Colección Fuentes y Estudios de Historia Leonesa, León: Centro de
Estudios e Investigación “San Isidoro”.
[Sh] FERNÁNDEZ FLÓREZ, JOSÉ ANTONIO. 1991. Colección diplomática del Monasterio
de Sahagún (857-1300), T. IV (1110-1199), Colección Fuentes y Estudios de
Historia Leonesa, León: Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro”.
BIBLIOGRAFÍA
ALARCOS LLORACH, EMILIO. 1980. “Leonés, castellano y español”, Estudios
Humanísticos, 2, pp. 9-19.
CORDE, Corpus Diacrónico del Español, consulta en línea en el sitio de la RAE
www.rae.es realizada en agosto de 2006.
COROMINAS, JOAN y JOSÉ ANTONIO PASCUAL (1980-1991), Diccionario Crítico
Etimológico Castellano e Hispánico, Madrid, 6 vols.
DECH, vid. J. COROMINAS Y J. A. PASCUAL.
FERNÁNDEZ CATÓN, JOSÉ MARÍA. 2003. MANUEL C. DÍAZ Y DÍAZ, JOSÉ ANTONIO
PASCUAL RODRÍGUEZ, JOSÉ MANUEL RUIZ ASENCIO, JOSÉ RAMÓN MORALA
NODIZIA DE KESOS
(1ª columna) Nodicia de /kesos que /espisit frater /Semeno: jn labore /de fratres jn ilo ba-
/celare /de cirka Sancte Ius- /te, kesos U; jn ilo /alio de apate, /II kesos; en [que] /puseron
ogano, /kesos IIII; jn ilo /de Kastrelo, I; /jn ila vinia majore, /II;
(2ª columna)/que lebaron en fosado, /II, ad ila tore; /que baron a Cegia, /II, quando la talia-
/ron ila mesa; II que /lebaron Lejione; II /..s...en /u...re... /...que... /...c... /...e...u /...alio (?) /...
/g... Uane Ece; alio ke le /ba de sopbrino de Gomi /de do...a...; IIII que espi- /seron quando llo
rege /uenit ad Rocola; /I qua salbatore ibi /uenitPD: Una cosa que me llama la atención en la
primera línea es el uso de la "c" en "nodicia", porque lo normal en latín medieval es emplear la
"z" o la "ç" en su lugar...
El texto
Según la reciente edición de Fernández Catón et al., 2003:
(1ª columna)
(Christus) Nodicia de / kesos que / 3 espisit frater / Semeno: In Labore / de fratres In ilo
ba- / 6 celare / de cirka Sancte Ius- / te, kesos U; In ilo / 9 alio de apate, / II kesos; en
que[e] / puseron ogano, / 12 kesos IIII; In ilo / de Kastrelo, I; / In Ila uinia maIore, / 15
II;
(2ª columna)
/ que lebaron en fosado, / II, ad ila tore; / 18 que baron a Cegia, / II, quando la talia- /
ron Ila mesa; II que / 21 lebaron LeIone; II / ...s...en / u...re... / 24...que.... / ...c... /
...e...u... / 27 ...alio (?) ... / ... / ... / g...Uane Ece; alio ke le- / 30 ba de sopbrino de Gomi
/ de do...a...; IIII que espi- / seron quando llo rege / 33 uenit ad Rocola; / I qua
Salbatore Ibi / uenit.
Relación de los quesos que gastó el hermano Jimeno: En el trabajo de los frailes, en el
viñedo de cerca de San Justo, cinco quesos. En el otro del abad, dos quesos. En el que
pusieron este año, cuatro quesos. En el de Castrillo, uno. En la viña mayor, dos [...] que
llevaron en fonsado a la torre, dos. Que llevaron a Cea cuando cortaron la mesa, dos.
Dos que llevaron a León [...] otro que lleva el sobrino de Gomi [...] cuatro que gastaron
cuando el rey vino a Rozuela. Uno cuando Salvador vino aquí.
TEMA 4
EDAD MEDIA: EL ROMANCE PRIMITIVO. EL CASTELLANO EN EL
SIGLO XII: EL ORIGEN DE LA LENGUA LITERARIA. EL CASTELLANO EN
LOS SIGLOS XIII Y XIV: ALFONSO X Y LA FIJACIÓN DEL IDIOMA. ESTUDIO
DE LOS NIVELES FÓNICO, GRAMATICAL Y LÉXICO. TEXTOS
GUION
1. INTRODUCCIÓN
1. INTRODUCCIÓN
2.1. FONÉTICA
2.2. MORFOSINTAXIS
3. Otro de los aspectos del Cid lingüísticamente tiene que ver con el
tópico de la humanidad. Frente a los demás poemas épicos, la mujer, la
casa, las hijas tienen mayor f recuencia en el texto, es decir, hay mayor
humanidad, pero si analizamos el texto lingüísticamente sucede lo
contrario: en español el complemento directo de persona va con la
preposición A, pero en el Cid tal preposición se usa con nombres de varón,
la espada y los caballos y no se utiliza con las mujeres. No obstante, las hijas
presentan un mayor uso de la preposición, sobre todo en el “Cantar de las
bodas”.
14. Semántica
En primer lugar, según R. PELLEN en Poema de Mío Cid, siguiendo
las nuevas tecnologías (estudio cuantitativo), la mayor parte de los
nombres concretos han subsistido (solo se han perdido el 16 por ciento).
Por el contrario, han desaparecido el 30 % de los abstractos, aunque en
realidad la cifra puede ser menor porque tales sustantivos se han
sustituido por otros con sufijos, de modo que la cifra de sustantivos
perdidos es prácticamente igual a los concretos, 19.5 %.
1. Problemas
- Consta que Toledo era una ciudad con una gran población mozárabe.
Según Solá Solé las anomalías se explican a través de los árabes, que
no tienen diptongo, lo que explica que el diptongo “IÉ” se transcriba por
“I” y “UÉ” por “U”. Otros ejemplos: “FACINDA” (verso 33, Crestomatía,
pág. 72); “QUIRO” (verso 53, Crestomatía, pág. 72). Además, en el árabe
se neutralizan las diferencias de abertura vocálica, pues no hay
diferencias entre A y E. En conclusión, se trata de un sistema vocálico de
tres vocales A, I, U y se desconoce la oposición E/I, O/U.
Lapesa estudió la lengua de tres fueros del siglo XII, como el Fuero de
Avilés (1155), el Fuero de Valfermoso de las Monjas (1189) y el Fuero de
Villavaruz de Rioseco (1181), que presentan rasgos comunes como la
gran influencia francesa, en una serie de artículos de 1948, 1973 y 1952
respectivamente.
2ª: Hasta 1156, en los de compraventas existen más vulgarismos –es una
mezcla de latín y de romance o de romance y latín: por ejemplo, las
desinencias verbales –T han desaparecido.
TEMA 4
EDAD MEDIA: EL ROMANCE PRIMITIVO. EL CASTELLANO EN EL SIGLO
XII: EL ORIGEN DE LA LENGUA LITERARIA. EL CASTELLANO EN LOS
SIGLOS XIII Y XIV: ALFONSO X Y LA FIJACIÓN DEL IDIOMA. ESTUDIO
DE LOS NIVELES FÓNICO, GRAMATICAL Y LÉXICO TEXTOS
GUION
II) EL CASTELLANO EN EL SIGLO XII: EL ORIGEN DE LA LENGUA
III) SIGLO S XIII Y XIV: ALFONSO X Y LA FIJACIÓN DEL IDIOMA
LITERARIA
1. EL SIGLO XIII
GUION
1.1. INTRODUCCIÓN
1.3. BERCEO
1.9.2. MORFOSINTAXIS
2.1.1. INTRODUCCIÓN
2.1.2.2. MORFOSINTAXIS
1. SIGLO XIII
1.1. INTRODUCCIÓN
e) Los escritores del XIII son muy cultos, saben escribir y sus obras
están llenas de cultismos, clichés literarios por oposición a populismos.
1.3. BERCEO
3.Características lingüísticas
c) Características lingüísticas.
Presenta las mismas características cultas de Berceo, como es la
utilización de clichés del Mester de Clerecía: gran número de
cultismos, que no pertenecen al mundo de la Iglesia sino al ambiente
escolar o científico, presumiendo de culto más que cualquier otro
poeta del Mester de Clerecía; introducción del tema del libro como
afán erudito. En definitiva, la lengua originaria era el castellano.
c) Hay una prosificación del siglo XIV escrito en leonés occidental, con
influjo gallego-portugués, que es interesante para ver la evolución del
léxico. Por ejemplo, en el libro aparece BELLO y en la prosificación
HERMOSO; en el libro existe AIRADO y en la prosificación SAÑUDO.
Tales diferencias indican que los términos están ennoblecidos.
a) Uno de los géneros más interesantes del siglo XIII son los debates,
que han sido estudiados por MANUEL ARIZA (1983) y que tienen una
lengua peculiar; mucho más expresiva, rica y variada que los grandes
poemas analizados anteriormente. Los debates, que presentan una cierta
unidad métrica en el uso de los pareados, son La razón de amor,
Disputa del alma y el cuerpo, Disputa entre un cristiano y un judío
en prosa y muy breve.
e) Hebraísmos en el texto.
d) Tiene cierto parecido con el Poema del Mío Cid por el empleo de los
mismos clichés, enumeraciones, anáforas, el uso de la forma profana
del nombre de Dios o la continua invocación al lector.
a) Los libros didácticos del XIII son traducciones de obras árabes, por lo
que hay influencia sintáctica árabe.
1.9.2. MORFOSINTAXIS
14. Hasta finales del XIII la forma de los adverbios era con el
sufijo -MIENTRE por analogía a MIENTRAS. En esta época empieza a
aparecer -MENTE.
IE: VIERNES
E: VERNES, CELO
UE: BUENO
O: BONO
U: PUSTO.
- C + E, I: GRACIA
Z: RAZONES
Incluso C + e, i o Ç.
IX: COIXO
SC: ESCIERET
SÇ: SÇIMENA
ISÇ: ELEISCO
S: SIMEMA
YS: ROYSO
ISS: CAISSAR
CH: CHEMENEZ.
G: FENOGAR, CONCEGO
J: PUMAREJO
IJ: VALLEIJO
GH: NAGHARA
Z: NAZARA
CH: CONECHOS.
S-: SIESTA
-S: JAMAS
S + consonante: ESTRELLA
-SS- : AMASSE.
G: SANGEZ, NOG
GG: SANGGEZ
CHI: FRECHIA
I:
BARBEIAR,
CONIA,
I: IERBA, ARROIO
Y: YERBA
G: MAGORE, SEGAT
LI: FILIO
LG: VALGE
L: LANOS
LL: LLANO.
NI: VINIAS
NE: VINEAS
SENNOR
INN: IMPREINNARET
Ñ: CAÑAS.
C: a partir de 1050.
G: / G /, / /, / Ž /
X: / Š /, / /
I: / Ž /, / /.
2. / /:
-Ñ
3. / /:
LL
4. / / = / C /:
CH
5. / I / > / Y /:
6. / Š /:
X.
7. / Ž /:
I, J, G + vocal palatal
8. / /:
Ç + cualquier vocal
C + E, I
Z en situación implosiva
9. / /:
10. / S /:
S-
S+ consonante
-S
-SS-
11. / Z /
-S-
12. / B /
- B-
- B-
B + líquida
B + nasal
13. / /:
V: a partir de 1350.
14. / F- /
LUNBRE.
COMPEÇAR.
IMMENSO.
15.2. QU
QUAL, QUANTO.
ANRRIQUE
ONRRA.
RREGNO.
SPÍRITU.
BONDAT.
1. Se proscribe el uso de la Ç:
2. U, V:
Ejemplos:
3. I, J:
4. Y:
5. B, V:
6. G:
7. C y Q:
9. -SS-:
- 1920
ESTRELLA y no STRELLA.
CRISTO, QUIMERA.
2. Se sustituye PH por F:
FARAÓN.
DIJO y no DIXO.
2. EL SIGLO XIV
2.1.1. INTRODUCCIÓN
2.1.2.2. MORFOSINTAXIS
16. A fines del XIII y principios del XIV aparece la forma PARA en
lugar de PORA < PRO AD. Este cambio se produce en el tiempo que va
desde Alfonso X a Don Juan Manuel, su sobrino, ya que que en la primera
parte de la Crónica general de España redactada en vida de Alfonso X se
halla la forma PORA, mientras que en la segunda parte, compuesta bajo
el reinado de su hijo Sancho IV, la forma predominante es PARA.
b) Características lingüísticas
-Interjecciones y exclamaciones.
e) Recursos literarios